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FACULTAD DE DERECHO

Curso : Penal Especial

Docente : Mg. Mijail Ray Bayton Gonzales

Tema : Análisis sobre el Recurso de Casación 558-2016

Integrante :

§ Carbonell Lozada, Andrea Camila

§ Gutierrez Barba, Marishenka Claudia

§ Ledesma Luna, Juliet Katherine

§ Montenegro Julcapoma, Karla Vanessa

§ Pinares Collantes, Marcela Sofía

§ Zegarra Acosta, Rafael Andrés

Ciclo : VI

Sección : 06T03

Lima - 2021
ANÁLISIS DE LA CASACIÓN Nº 558-2016

El presente trabajo abordará un análisis acerca del Recurso de Casación N°558-2016; los

fundamentos de hecho y de derecho tienen como consecuencia el debate respecto al delito

de parricidio.

Debido a la doctrina jurisdiccional se entiende por parricidio como aquel delito de infracción

de un deber positivo, dicho deber positivo consta en proteger y garantizar el bien jurídico y en

el presente caso fue vulnerado por el que en su momento fue el conviviente de la víctima.

El caso inicia cuando ante la voluntad ilegal que poseyó el señor Cesar Belizario Leon

Delgado al contratar a Cristian Vargas para que termine con la vida de Yuri Jara Pérez; quien

en su momento fue su conviviente; pero tomó dicha decisión después que ella habría iniciado

una nueva relación.

Por otra parte, el señor Luis Franklin Medina Cubas y Aderly Spencer de la Cruz Terrones

fueron considerados como ejecutores materiales o directos del acto delictivo. La razón de tal

decisión fue que Medina Cubas fue la persona encargada de ejecutar el disparo a la víctima;

mientras que Aderly de la Cruz Terrones fue el encargado de conducir el vehículo motorizado

para que ambos personajes huyeran de la escena del crimen. Además, se encontró como

cómplice primario al señor Yober Diaz Perez ya que avisó a Medina Cubas, mediante

llamadas telefónicas, que la señorita Yuri Jara Perez se encontraba sola y sin auxilio; esto

con el fin de realizar el delito. Asimismo, se consideró a Rafael Guerrero Flores como cómplice

secundario en el delito debido a que fue el intermediario para que el señor León Delgado se

comunicara con los encargados de acabar con la vida de Yuri Jara Perez.

Ante los hechos presentados en el juicio de primera instancia en el Juzgado Penal

Permanente se condenó a César León; en calidad de instigador por delito de parricidio; a

veintiocho años y cuatro meses de pena privativa de la libertad. De la misma forma, se

condenó a Aderly de la Cruz; como coautor del delito de homicidio calificado-asesinato por

lucro; a veintiún años de pena privativa de la libertad, a Christian Vargas; en calidad de

cómplice primario por el delito de homicidio calificado-asesinato por lucro; a diecinueve años
de pena privativa de libertad, a Yober Díaz; en calidad de cómplice primario del delito de

homicidio calificado-asesinato por lucro, contra la fe pública, y falsedad ideológica; a veintidos

años de pena privativa de la libertad, a Rafael Guerrero; en calidad de cómplice secundario

por el delito de homicidio calificado; a quince años de pena privativa de libertad. El juzgado

de primera instancia dictaminó un monto de cien mil soles (S/. 100,000.00) como reparación

civil y reservó el proceso a Luis Franklin Medina Cubas.

En segunda instancia se realizó la audiencia de apelación, en la cual se presentó alegatos.

En esta instancia se revocó la condena de Cesar Belizario Leon Delgado, siendo procesado

como instigador del delito de asesinato por lucro con 28 años y 4 meses de pena privativa de

libertad porque, como lo plantea la doctrina, el delito de parricidio es un delito especial. Como

fundamento ante esto se planteó que para su autoría como delito de parricidio se debe reunir

ciertos requisitos y en este caso él no fue el ejecutor material del delito, es por ese motivo

que solo se le puede imputar como instigador de la comisiòn del delito, entendiendo que la

instigaciòn es ese comportamiento para convencer o persuadir a un tercero a que cometa un

delito.

Posteriormente, la Fiscalía Superior interpuso recurso de casación ya que argumentó bajo la

teoría de la ruptura de la imputación en los delitos especiales impropios. Dicha teoría plantea

que se está infringiendo un delito que está tipificado en el mismo Código Penal el cual; en

este caso; sería el delito de parricidio. En otras palabras, sí al homicidio se le debe penar bajo

el delito de parricidio o bajo el delito de feminicidio. Debido a lo anterior, se estimó necesario

establecer los criterios de aplicación de cada delito en cuestión.

Ante el argumento de la Fiscalía Superior, el Colegiado Superior aceptó conceder el recurso

de casación. Concluido el plazo de diez días, la Suprema Sala declaró el cambio al recurso

de doctrina jurisprudencial. La razón por la cual se estipula como delito de parricidio fue que

el agente tenía ciertas condiciones según lo establecido en el artículo 107 del Código Penal

que estipula lo siguiente:

“El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o

adoptivo, o a una persona con quien sostiene o haya sostenido una


relación conyugal o de convivencia, será reprimido con pena privativa

de libertad no menor de quince años”.

También señaló que se tenía que hacer un pronunciamiento de la forma de interpretación de

aplicación de dicho artículo.

Analizando el marco legal se evidencia que el delito de parricidio se produce cuando el sujeto

activo haya sostenido una relación de convivencia con el sujeto pasivo como, por ejemplo, la

relación sentimental que existe entre un hombre y una mujer. Por otra parte, una relación de

convivencia queda confirmada según el código civil si es que la convivencia ha tenido una

duración de dos años continuos. Dentro de los aspectos dogmáticos los delitos se pueden

clasificar de distintas formas como los delitos comunes y los delitos especiales, los delitos

comunes son aquellos en donde el autor de ese delito no necesita presentar alguna

característica para poder determinarse el delito y los delitos especiales son aquellos en donde

el autor si necesita presentar ciertas cualidades para poder determinarse el delito.

También existen los delitos de infracción de deber y los delitos de dominio para poder

determinar el rol que cumple cada persona interviniente en el presente suceso delictivo. Por

otro lado, los hechos delictivos de infracción de deber son aquellos que infringen un deber

especial ya que a estos delitos se les denomina autores es decir que los que no son

responsables de ese deber son partícipes y el dominio del hecho es aquel que quien lo ostenta

es el autor y el que carece de ese hecho es partícipe. En los delitos de infracción de deber se

divide en dos tipos de deberes, uno es el deber que tiene todo ciudadano de no dañar (deber

negativo) y el otro es cuando el deber no se limita a no dañar a alguien sino también el hecho

de no dar ayuda o auxilio (deber positivo). Por lo tanto, estos deberes pueden ser familiares

e institucionales. Los delitos de infracción de deber se fundamentan en la responsabilidad de

la persona porque en este caso son los autores quienes lesionan un deber que ha sido

asegurado por el contrario las personas que no son obligadas de ese deber son partícipes.

Cuando se hace referencia a la autoría y a la participación se menciona que los delitos de

infracción de deber se caracterizan porque la autoría de la realización del tipo penal no


depende del dominio del hecho, sino de la infracción de un deber que le incumbe al agente.

De ello se desprende que no es el dominio del hecho lo que fundamenta la autoría, sino la

infracción de un deber extrapenal. En este sentido Guevara Vásquez señala que para

determinar la autoría es necesario verificar que se haya dado una cierta infracción del deber

por parte del sujeto activo y para determinar la participación la infracción del deber se debe

fundamentar en virtud de la lesión o puesta en peligro del bien jurídico que sería en este caso

la vida de la persona.

En el Recurso de Nulidad N°832-2006-Lima expedido por la Primera Sala Penal Transitoria

se alega en el punto tercero punto quince de sus argumentos que César Belizario no debería

ser considerado como coautor de parricidio ya que no hay pruebas fehacientes de que el

imputado haya intervenido en la realización del delito; además, estipula que; en todo caso; se

le debería considerar como cómplice primario en el delito de homicidio simple.

Al respecto cabe mencionar que, ya que el delito de parricidio es un delito especial, el agente

debe incurrir en un tipo de conducta que demuestre que ha vulnerado el deber positivo; el

agente, ya teniendo conocimiento sobre la relación que posee con su víctima, procede con el

accionar de infringir el delito de parricidio. Además, el delito de homicidio simple comprende

una condena menor que el delito de parricidio; el primer delito posee como condena privativa

de la libertad es no menor de seis años ni mayor de veinte años, mientras que el delito de

parricidio posee como condena privativa de la libertad no menor de veinticinco años. Por lo

tanto, el delito de parricidio exige mayor sanción privativa de la libertad para el agente o

parricida respecto del homicidio simple porque es consciente del vínculo que posee el agente

con la víctima.

Cabe precisar que el sujeto activo debe poseer una conducta típica, antijurídica y culpable.

Es decir, concurren la tipicidad subjetiva y objetiva; para que una persona incurra en el

calificativo de agente de parricidio debe de haber ejecutado el delito; dar muerte a algún

pariente consanguíneo o jurídico en primera línea del que haya tenido conocimiento de su

parentesco. Por otra parte, la persona debe contar con el supuesto de antijuricidad donde el
juez examinará si la acción ejecutada por dicha persona es contraria al ordenamiento jurídico

penal. Finalmente, si el sujeto activo cumplió con los requisitos de conducta típica y

antijurídica se determinará si posee la capacidad penal para ser condenado por su actuar

contra un bien jurídico tutelado.

El acuerdo Plenario emitido por la Sala Penal de La Corte Suprema de Justicia de la República

nos dice que se declara fundada siendo el recurso de casación, considerando que se condenó

a César Belizario León Delgado, por el parricidio agravado por lucro, de igual manera sus

cómplices por el delito de homicidio calificado-asesinato por lucro, incrementando la

efectividad del artículo 108, inciso 1 del Código Penal. La secretaria de la sala penal

permanente considera que ya sea como instigador o cómplice, una de las características

básicas de los participantes delictivos es que la disposición de los instigados o participantes

tiene como objetivo facilitar al tercero la comisión del delito, más que egoísta, este es interés

propio, es decir, el participante no quiere su delito.

finalmente se firma que se mantendrá la condena de los años determinados que se dijeron

en la primera instancia considerándolo autor del delito suscribiendo como considerativo la

casación la postura tomada ante el análisis pleno que tuvieron en el presente caso.

A manera de conclusión, consideramos que el fallo emitido por la Sala Penal cumplió con el

correcto desarrollo del proceso e interpretación del delito de parricidio. Cabe recalcar que

estamos de acuerdo con la modificación que se dio al Art. 107 del Código Penal por medio

de la Ley Nº 30068 de 2013, donde se separa los delitos de parricidio y de feminicidio, siendo

el Art 108 inciso a, la cual se tipifica el delito de feminicidio. Posteriormente, en 2015 se tipifica

el feminicidio en el Art. 108 inciso b. Por ello, fue primordial la separación de los delitos en

cuestión ya que es necesario tener noción de los elementos que concurren en cada delito.

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