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ISBN: 978-607-8611-82-9
Impreso en México
Printed in Mexico
Estudio introductorio
Laura Suárez de la Torre 9
I. LA PRENSA
Naturaleza y romanticismo
en las revistas literarias decimonónicas
Ma. Esther Pérez Salas C. 95
INTRODUCCIÓN
1
Chávez, “El monumento a Cuauhtémoc”, El Monitor Republicano, 20 de agosto de 1887, p. 2.
2
A lo largo del texto se encontrarán distintas grafías para este nombre, las cuales se han
conservado para hacer evidente cómo se utilizó en los distintos momentos y soportes. Salvador
Rueda Smithers (“Cuauhtémoc: iconografía”, 1997, pp. 13-36) considera que en vez de nombrársele
“Águila que cae”, debe ser “Águila del Crepúsculo”.
295
3
En otros textos me he ocupado de la materialización de la historia a partir de la nomenclatu-
ra, de la música, desde la presencia de obras monumentales. Véase Zárate Toscano, “Nomenclatura
y nacionalismo”, 2007, “La música conmemorativa”, 2010; “La sinfonía de la identidad”, 2014,
pp. 230-289; “El papel de la escritura”, 2003, y “Los hitos de la memoria”, 2010.
4
Berlin, Las raíces del romanticismo, 2015, pp. 95-96.
5
Ibid., pp. 143-150.
Cuauhtémoc
Joven abuelo; escúchame loarte
único héroe a la altura del arte
sordos, baja traición, gente leal a quien se hace una guerra injusta; hombres
dedicados que finalmente les gustaría dar al país más libertad, la del arte,
la de la inteligencia”.9 Es un héroe trágico que lucha solo contra el mundo,
aspecto muy resaltado por el romanticismo.
Dentro del movimiento cultural que conocemos como romanticismo,
destaca la “representación de las pasiones humanas” y, en este contexto, la
construcción del Cuauhtémoc romántico resalta el enlace de las virtudes
propias de un héroe lleno de pasión efervescente al envalentonarse frente a
su enemigo mostrando toda su dignidad. Está dispuesto a sacrificar su vida
en aras de un ideal: defender al antiguo imperio mexicano antes que verlo
mancillado y exterminado a manos de los conquistadores. Por ello le pide
a su captor que le quite la vida que está dispuesto a perder con tal de no
perder su honor.
La idea del Cuauhtémoc heroico se vincula directamente con la bús-
queda de elementos para afianzar el nacionalismo representados a través
del arte, en un afán por revalorizar, ensalzar e interpretar lo prehispánico
como uno de sus elementos fundacionales.10 Este componente es acorde
con la idea de Felipe Castro, quien señala que, en la historiografía, “el ro-
manticismo ha estado muy frecuentemente asociado a la idea de nación y
de comunidad nacional. Aparece con el interés por los orígenes legendarios,
los héroes fundadores, las antiguas tradiciones y los grupos humanos que
supuestamente son depositarios de sus mejores virtudes.”11 No olvidemos
que un rasgo del romanticismo es que vincula directamente el surgimiento
y fortalecimiento del nacionalismo con la construcción de una identidad
propia. Y en este caso, el origen de esa identidad se rastrea en el pasado
lejano, en esa época prehispánica, gloriosa, que exalta a la cultura indígena
frente a la realidad precaria en que vivía el indio durante el porfiriato. En
este sentido, según Alain Vaillant, la historia es uno de los dominios pre-
dilectos del romanticismo, es el lugar donde se consigue el ideal, donde se
realiza y donde se encarna. El corolario del mito de la historia es el culto
de la libertad.12
9
Hugo, Hernani ou l’honneur, 1830, p. 1. El libreto era de Francesco Maria Piave y se estrenó
en Venecia en 1844. Ruiz Silva, “La imagen de España”, 2006.
10
Maya Alcántara, “La recuperación del mundo”, 2017.
11
Felipe Castro Gutiérrez, “El historiador romántico y los usos del pasado” en Peregrina-
ciones en el pasado, blog, 14 febrero de 2016, en <https://felipecastro.wordpress.com/2016/02/14/
el-historiador-romantico/>.
12
Vaillant, Qu’est-ce que romantisme, 2016, pp. 71-72.
13
García Quintana (Cuauhtémoc en el siglo, 1977) recopila poemas y discursos en torno a su
figura a lo largo del siglo. También puede verse Fulton, “Cuauhtémoc Awakened”, 2008.
14
Tenorio Trillo, Artilugio de la nación, 1998, pp. 106, 154.
15
Bustamante, notas a López de Gómara, Historia de las conquistas, 1826, p. 75.
16
El Mosquito Mexicano, 20 de septiembre de 1836, p. 4.
17
Sánchez Ulloa, “La confusa algarabía”, 2019, pp. 152-153.
18
Fernández Madrid, Atala/Guatimoc, 1988.
19
Rodríguez Galván, Profecía, publicado en El Año Nuevo de 1840. Presente Amistoso, México,
Librería de Galván, 1840.
20
Ignacio Rodríguez Galván fue uno de los autores mexicanos interesados en fomentar que
se estableciera un teatro nacional. Véase por ejemplo su texto titulado “Teatro”, El Museo Popular.
Periódico de Ciencias, Literatura y Artes, 1840, pp. 67-71. Margarita Alegría de la Colina, “Cuauhtémoc,
un héroe transcultural”, Tiempo y Escritura, 2001, en <http://www.azc.uam.mx/publicaciones/tye/
cuauhtemocunheroetranscultural.htm>.
21
Alegría de la Colina, Historia y religión, 2004, pp. 17-18, 45-46.
22
Rodríguez Galván, Profecía, 1840, p. 63.
23
Ibid., pp. 65-66.
24
Bobadilla Encinas, “La profecía de Guatimoc”, 2007.
25
Gómez de Avellaneda, Guatimotzin, 1846.
26
Para un análisis detallado sobre la novela, véase Marie, “Dialogues avec les chroniques”, 2016.
27
Gertrudis Gómez de Avellaneda era llamada cariñosamente “Tula”. Su seudónimo era “La
Peregrina”.
28
Fernández, “De pasiones imaginarias”, 2014.
29
Aunque no podemos adentrarnos en la polémica, sí hay que mencionar que el momento de
la investigación para este texto coincidió con la carta que el presidente Andrés Manuel López Obra-
dor envió el 25 de marzo de 2019 a Felipe VI de España, en la que le pedía “reconocer y ofrecer
disculpas por los atropellos cometidos durante la Conquista de México”.
30
Gómez de Avellaneda, Guatimotzin, 1853. La prensa decimonónica daba cuenta de vez en
cuando de algunas de sus obras, datos de su vida e incluso incluía algunos textos suyos. Por ejem-
plo, en El Siglo Diez y Nueve del 10 de junio de 1855 se publicó su “Oda en celebridad de la corona-
ción del gran poeta D. Manuel José Quintana”. También se anunciaba la representación de su drama
titulado “La aventurera” en Toluca en 1854. El Siglo Diez y Nueve, 24 de agosto de 1854.
31
Zárate Toscano, “El amor a la patria”, 2013. Aunque esta corriente se dio a lo largo de todo
el siglo xix, en la última década hubo una fuerte corriente de conservadores que buscó reivindicar
a Cortés como “padre de la patria mexicana”. Pérez Vejo, “La conspiración gachupina”, 2005.
32
Ancona, Los mártires del Anáhuac, 1870. Cada entrega, garantizada por una suscripción, costa-
ba seis centavos. La Revista Universal, 19 de julio de 1870.
héroes, a medida que pasa el tiempo, los vemos más y más colosales, seme-
jantes a los Titanes, Hércules y demás semidioses de la mitología griega. Al
nivel de ellos y con una arrogantísima figura se nos presenta Cuauhtémoc,
el último de los monarcas del imperio azteca, joven hermoso, de semblante
inteligente y agradable, valiente y digno en la batalla, en la derrota, en el tor-
mento. […] Este noble carácter, digno de mejor suerte, se presta a más de una
epopeya de rasgos homéricos. A nosotros, que heredamos sus lagos y chi-
nampas, sus floridos campos y ciudades pintorescas, nos toca darlo a cono-
cer y presentar en relieve los principales rasgos de su grandiosa fisonomía.42
Al respecto, Enrique Chavarri, Juvenal, escribía: “hace pocos días hemos dicho que después de la
tempestad electoral, debería venir una calma aparente. En efecto, olvidadas un tanto las borrascas
parlamentarias, viene ahora Tamberlick, la ópera y el do de pecho a llenar todas las fantasías y a dar
asunto a la crónica de la capital”, “Boletín del “Monitor”, El Monitor Republicano, 6 de junio de 1871.
40
El francés, avecindado en México, Alfredo Bablot reseñaba y criticaba en la prensa las re-
presentaciones musicales con el pseudónimo de Proteo. Posteriormente fue nombrado director del
Conservatorio Nacional de Música.
41
Alfredo Bablot, “Editorial. Crónica Musical. Despedida de la Compañía Lírica. Beneficio
del Maestro Moderati. Concluye”, El Siglo Diez y Nueve, 25 de septiembre de 1871.
42
“Argumento del episodio musical Cuauhtémoc”, El Siglo Diez y Nueve, 11 de septiembre de
1871, p. 3.
LOS MONUMENTOS
43
Fulton, “Cuauhtémoc Awakened”, 2008, p. 24.
44
Octavio Sosa afirma que se volvió a montar el 16 de septiembre de 1871 en el Teatro Prin-
cipal de Veracruz. Sosa, Diccionario de la ópera, 2005, p. 259.
45
Así lo llama Alfredo Bablot en su “Editorial. Crónica Musical. Despedida de la Compañía
Lírica. Beneficio del Maestro Moderati”, en El Siglo Diez y Nueve, 17 de septiembre de 1871.
46
Agranoff Ochs, “Opera in contention”, 2011, p. 3.
47
No es el lugar de entrar en detalles sobre estas obras, pero para ampliar la información, pue-
den consultarse: Fernández, Arte moderno, 2001; Graulich, “Tlahuicole, un héroe”, 2000; Moreno, El
escultor Manuel, 1969.
48
Archivo Histórico del Distrito Federal (en adelante ahdf), Historia, Monumentos, inv. 2276,
1868.
49
Schávelzon, “El primer monumento”, 1988, Velázquez Guadarrama, “La historia patria”,
1994, vol. 2, pp. 333-344.
50
Existe una litografía firmada por Hesiquio Iriarte, incluida en Gallo, Cuauhtémoc: ensayo, 1875.
51
“Guautimoctzin”, El Monitor Republicano, 14 de agosto de 1869, p. 3.
52
Pérez Walter, Jesús F. Contreras, 1990. Actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Arte.
53
Fulton, “Cuauhtémoc Awakened”, 2008, p. 35.
09/12/2020 12:14:34 p. m.
CUAUHTÉMOC, EL HÉROE ROMÁNTICO 309
54
Explico con detalle esta propuesta urbano-pedagógica en Zárate Toscano, “El Paseo de la
Reforma”, 2004, pp. 62-83.
55
Dublán y Lozano, Legislación mexicana, 1876, t. xiii, n. 7645, p. 341.
56
Noreña realizó otras obras como el Monumento Hipsográfico a Enrico Martínez, el monu-
mento a Vicente Guerrero y el monumento a Benito Juárez, vaciada con bronce de cañones y pro-
yectiles disparados por la artillería francesa contra Puebla, según se lee en la placa que la acompaña.
57
La Bandera Nacional, 10 de mayo de 1878, núm. 180. Así se estableció en el decreto del 23 de
agosto de 1877. Dublán y Lozano, Legislación mexicana, 1876, t. xiii, n. 7645, p. 341. El 10 de octubre
de 2020 la estatua de Colón fue removida de su lugar para protegerla de posibles ataques vandálicos.
58
Memoria de Fomento, 1885, t. iii, p. 332.
59
Ibid., propuesta del ingeniero Francisco Jiménez, febrero de 1878.
60
Chávez, “El monumento a Cuauhtémoc”, El Monitor Republicano, 20 de agosto de 1887, p. 2.
61
Memoria de Fomento, 1885, t. iii, p. 335-337. Propuesta del ingeniero Francisco Jiménez, 19 de
diciembre de 1881. Su costo fue de poco más de 90 000 pesos. Ibid., pp. 337-339, presupuesto de 19
de diciembre de 1881.
62
Ibid., pp. 339-340, contrato firmado el 10 de abril de 1882.
63
“Cuauhtémoc inmortalizado. Monumento al último rey azteca en la calzada de la Reforma.
Descripción de esa obra de arte”, El Nacional, 21 de agosto de 1887. Chávez, “El monumento a
Cuauhtémoc”, El Monitor Republicano, 20 de agosto de 1887, p. 2.
acabada para la distancia a que tiene que verse; una miniatura no tendría
detalles más escrupulosos y delicados.”64
El monumento se inauguró el 21 de agosto de 1887 (véase imagen 3).
Diversas notas se publicaron en los periódicos de la época refiriendo los
actos del programa, pero, sobre todo, llaman la atención las opiniones que
encumbran al último tlatoani y que lo insertan en el romanticismo. Entre
ellas están las escritas por Ignacio Manuel Altamirano:65 “Donde quiera que
se ponen en parangón Cuauhtémoc y Cortés, el resplandor del héroe alum-
bra la bajeza del aventurero”; Irineo Paz: “sólo la figura de Guatimotzin se
presenta esbelta y bien tallada a través de los siglos”; José María Vigil: “La
gloria de Cuauhtémoc vive y vivirá siempre, sin que el curso de los siglos
pueda empañarla, porque ella significa la más pura y noble expresión del
espíritu humano: la lucha por la patria, el sacrificio por la justicia”; Julio
Zárate: “Cuauhtémoc brilla en nuestra historia con todo el fulgor del hé-
roe y del mártir”; Manuel Orozco y Berra: “Admira la defensa, asombra
aquella tribu indómita, inspira respeto y entusiasmo la noble figura del rey
Cuauhtémoc”, etcétera.66
El discurso oficial de la inauguración estuvo a cargo de Alfredo
Chavero,67 quien no dudó en colocar a Porfirio Díaz en el mismo nivel de
Cuauhtémoc. Inició diciendo que: “Gloria es de las naciones, la gloria de
sus héroes y honrándolos, los pueblos se honran”, para continuar con el
elogio del personaje. Y para cerrar dijo:
Señor Presidente: ha [sic] más de tres y media centurias que el gran Cuauhte-
motzin caía con la ciudad de México en poder de Hernando Cortés, capitán
del emperador austriaco Carlos V; y hace veinte años que, tras cruenta lucha
con uno de los descendientes del mismo Carlos V, recobrabais para la patria
la ciudad de México y se os entregaban presos en el Palacio Nacional los sol-
dados austriacos. Vos le habéis dado la revancha a Cuauhtémoc: de derecho
os toca descubrir su estatua.68
64
“Cuauhtémoc inmortalizado. Monumento al último rey azteca en la calzada de la Reforma.
Descripción de esa obra de arte”, El Nacional, 21 de agosto de 1887.
65
Véase también Ignacio Manuel Altamirano, “Cuauhtémoc”, Diario del Hogar, 20 de agosto
de 1899.
66
Diario del Hogar, domingo 21 de agosto de 1887.
67
Chavero había escrito el tomo correspondiente a la Historia Antigua del México a través de los
siglos. Chavero, México a través [1882], t. i.
68
El Siglo Diez y Nueve, miércoles 24 agosto 1887, pp. 1-2.
09/12/2020 12:14:35 p. m.
CUAUHTÉMOC, EL HÉROE ROMÁNTICO 313
69
Zárate Toscano, “Haciendo patria”, 2012, pp. 77-121.
70
“¡Apoteosis! El aniversario del tormento es hoy el día de la gloria. Solemnísima ceremonia
para descubrir la estatua de Cuauhtémoc”, El Nacional, 23 de agosto de 1887.
71
Francisco W. González, “Boletín del Monitor”, El Monitor Republicano, 23 de agosto de 1887,
p. 1.
72
Campos Pérez, “Cuauhtémoc”, 2017.
73
“Crónicas dominicales”, Diario del Hogar, 24 de agosto de 1890.
atención por mostrarnos una imagen medio real y medio imaginaria (véase
imagen 4). Se incluyó en el Primer almanaque histórico, artístico y monumental de la
república mexicana, publicado en 1883.74 La base del monumento está dibuja-
da tal como la conocemos, pero la estatua es una versión imaginada por L.
Siliceo, ya que aún no se terminaba. Ahí no se nota la fuerza que logró im-
primirle Noreña al héroe y sólo coincide con la postura del pie adelantado.
El emplazamiento original del monumento en una glorieta tenía la
intención de obligar al transeúnte o al conductor a hacer una pausa en su
trayecto para admirar el objeto. Y para acentuar esa posibilidad de con-
templación –y a la vez convertirlo en una parte atractiva del Paseo de la
Reforma–, en 1892 se sugirió hacer un jardín que fuera de acuerdo con el
estilo del pedestal, es decir, que incluyera algunos cactus.75 Originalmente
se colocaron en la glorieta algunas bancas de cantera de menor tamaño de
las que existían en la glorieta de Colón,76 pero el jardín cactáceo de Cuauh-
témoc no se hizo realidad y en la actualidad, el Paseo ha perdido su carácter
de espacio de contemplación (véase imagen 5).
El Águila ha volado con todo y pedestal en varias ocasiones para
cambiar de sitio. En 1949 se movió unos metros para quedar en el cruce
de la Avenida de los Insurgentes y el Paseo de la Reforma, obedeciendo al
gran proyecto modernizador de Mario Pani.77 En 2004, tras una prolon-
gada polémica, lo regresaron a su emplazamiento original para facilitar la
circulación del metrobús y de los coches en el cruce de las dos avenidas
principales de México. En vez de ser circundado por áreas verdes, ha sido
rodeado por los carriles donde han circulado tranvías y vehículos.78 Apro-
vechando el traslado, el monumento se sometió a un tratamiento para su
conservación. El hecho de colocar la estatua en lo alto proporciona una
perspectiva de lejanía, de admiración de abajo hacia arriba que provoca una
emoción muy distinta a cuando tenemos la estatua a la altura de los ojos,
como la tuve en esa ocasión, cuando pude apreciar sus detalles (véase ima-
gen 6). Mi percepción fue que el tratamiento dado al bronce era lo suficien-
temente vigoroso como para resaltar los rasgos de un héroe que, aunque
74
Caballero, Primer almanaque, 1883. El fotograbado está firmado por L. Siliceo, Nueva York,
1883.
75
“El Paseo”, El Nacional, 24 de mayo de 1892, p. 2.
76
Existe una fotografía de C. B. Waite de 1898 donde se ve el quiosco en la glorieta de Colón
en el que tocaba una banda de música en días de asueto y se colocaban los coches de alquiler listos
para dar servicio, en <http://www.mexicomaxico.org/Reforma/reforma.htm>.
77
Garay, Mario Pani, 2000, p. 64.
78
Montes de Oca Icaza, “Cuauhtémoc: el andar”, 2006.
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316 III. PEDAGOGÍA PARA LA HISTORIA
La estatua del rey mexica tiene una noble actitud: plantada sobre la pierna
izquierda, apenas apoyada la otra sobre el extremo de la planta del pie, ar-
queado el cuerpo y la cabeza erguida, traduce el movimiento natural que hay
que efectuar al prepararse para arrojar con fuerza el dardo que Cuauhtémoc
agarra en la diestra para lanzarlo sobre el enemigo y demostrarle que, resuel-
to a la continuación de la lucha, no acepta la intimación de rendición que le
hiciera el capitán conquistador, y que estruja con furor entre los dedos de la
mano izquierda.81
83
García Robles, “Los relieves de Jesús F.”, 2014. Véase también Ramírez Hurtado y García
Robles, “Jesús F. Contreras”, 2018, pp. 159-197.
84
Díaz y de Ovando, “México en la Exposición”, 1990, pp. 109-171, y Ramírez, “Dioses,
héroes”, 1988.
85
Jesús Contreras, escultor, en <https://institutohistorico.org/jesus-f-contreras-chavez/>.
86
Véase sobre este aspecto a Tenorio Trillo, “A tropical Cuauhtemoc”, 1994, pp. 93-157.
87
Monumentos da Cidade, 1946, pp. 115-117.
09/12/2020 12:14:37 p. m.
320 III. PEDAGOGÍA PARA LA HISTORIA
09/12/2020 12:14:37 p. m.
322 III. PEDAGOGÍA PARA LA HISTORIA
88
Ramírez, “Cinco interpretaciones, 2009, pp. 1169-1184.
09/12/2020 12:14:38 p. m.
Mas_alla.indb 324
Imagen 11. Joaquín Ramírez, 1893, La rendición de Cuauhtémoc a Hernán Cortés, en Los pinceles de la historia. La fabricación del Estado, 1864-1910, México, Museo
Nacional de Arte/Banamex/Instituto de Investigaciones Estéticas-unam/Conaculta/inba/Patronato del Museo Nacional de Arte, 2003, p. 128.
09/12/2020 12:14:38 p. m.
CUAUHTÉMOC, EL HÉROE ROMÁNTICO 325
89
Cortés, Cartas de relación, 1983, tercera carta, 15 de mayo de 1522, p. 162.
90
Existe una pintura española de Carlos María Esquivel y Rivas titulada “Prisión de Guatimocín,
último emperador de los mejicanos, por las tropas de Hernán Cortés, y su presentación a éste en la plaza de Méjico”,
que data de 1854 y se encuentra en el depósito del Museo de Zaragoza y recogida en el catálogo
del Museo del Prado. En ella, la actitud de Cuauhtémoc es desafiante, frente a un Cortés en exceso
tranquilo, mientras que detrás de la tilma del emperador sale una mujer que junta sus manos como
si implorara el perdón en un gesto occidental, que bien podría ser la Malinche. La distancia entre
los protagonistas es similar a la del cuadro de Izaguirre. Pero, sobre todo, hay que hacer notar la
reconstrucción del lugar de la rendición con murallas y torres y pirámides que parecen edificios mul-
tifamiliares, en <https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/prision-de-guatimocin-ulti-
mo-emperador-de-los/29d5dfab-bd22-4b33-9fd0-33439afbb250?searchid=b3b094c9-8166-2226-08
13-4828ccc59566>.
91
Carrera Damas, “Del heroísmo como posibilidad”, 2003, pp. 36 y 45.
92
Díaz del Castillo, Historia verdadera, 1968, p. 340. La primera edición fue hecha en Madrid
en 1632.
93
Gómez, Guatimozín, último emperador de Méjico. Novela histórica, México, versión de la Biblioteca
Virtual Universal, p. 243, en <http://www.biblioteca.org.ar/libros/131261.pdf>.
tura y lo presenta a éste para que le dé “la muerte que prefiere al deshonor”;
esta escena requiere, repito, que la princesa se arroje entre los dos héroes
enemigos y ofrezca al vencedor su vida para salvar la del vencido que es
su soberano, su esposo –el hombre a quien ama con pasión y con orgullo.94
94
Alfredo Bablot, “Editorial. Crónica Musical. Despedida de la Compañía Lírica. Beneficio
del Maestro Moderati”, El Siglo Diez y Nueve, 25 de septiembre de 1871.
95
“Argumento del episodio musical Cuautemoc”, El Siglo Diez y Nueve, 11 de septiembre de
1871, p. 3.
96
Alfredo Bablot, “Editorial. Crónica musical. Despedida de la compañía lírica. Beneficio del
maestro Moderati”, El Siglo Diez y Nueve, 25 de septiembre de 1871.
97
Agradezco a Berenice Lago Ramírez por la información y los materiales sobre Guatimotzin.
Véase su tesis “Aniceto Ortega”, 2018.
98
Baldón significa “deshonra”, así que, desde el primer momento, Cuauhtémoc siente que ha
perdido su honor.
Todos: Cuauhtémoc
C: Toma este hierro, Hernando, Hernando
y aquí en el pecho hiere
aquí en el pecho, aquí
H: ¿No quieres vivir?
C: No quiero, no vivir
prefiero al deshonor
mil veces, mil morir
H: morir
Bajos: morir.99
y por estas causas acordaron los oficiales de la Real Hacienda de dar tormen-
to a Guatemuz y al señor de Tacuba, que era su primo y gran privado, y
ciertamente mucho le pesó a Cortés, y aun [a] algunos de nosotros, que a un
señor como Guatemuz le atormentasen por codicia del oro […] Y porque no
99
El dúo está en las páginas 101-107. En el libreto se registra como “N° 8 Dúo de Cuauhtémoc
y Hernán Cortes. Escena del puñal”. El libreto y la partitura se localizan en la Biblioteca de las Artes
del cenart y en la Biblioteca Candelario Huizar del Conservatorio Nacional de Música.
100
Stevenson, Music in Mexico, 1952, pp. 203-204.
101
Díaz del Castillo, Historia verdadera, 1968, cap. clvii, pp. 345-346.
102
Cortés, Cartas de relación, 1983, tercera carta, 15 de mayo de 1522, p. 163.
103
El título original era Historia general de las Indias, cuya primera impresión fue en Zaragoza en
1552 como Primera y segunda parte de la Historia General de las Indias con todo el descubrimiento y cosas notables
que han acaecido dende que se ganaron hasta el año de 1551. Con la conquista de México de la Nueva España.
“Capítulo cxlvi. Cómo dieron tormento a Cuahutimocin para saber del tesoro”, López de Gómara,
Historia general, 1985, vol. ii, pp. 212-213.
104
En el Diario del Hogar, domingo 21 de agosto de 1887, se reprodujo un fragmento de la no-
vela de Gómez de Avellaneda el día de la inauguración del monumento.
105
Ancona, Los mártires del Anáhuac, 1870, p. 296.
09/12/2020 12:14:39 p. m.
Mas_alla.indb 332
Imagen 13. Leandro Izaguirre, 1893, El suplicio de Cuauhtémoc. En Justino Fernández, Arte moderno y contemporáneo de
México, tomo i, El arte del siglo xix, México, Instituto de Investigaciones Estéticas-unam, 2001.
09/12/2020 12:14:39 p. m.
CUAUHTÉMOC, EL HÉROE ROMÁNTICO 333
106
Salvador Toscano, “Cuauhtémoc: el águila muere en Acallan”, en México en la Cultura, suple-
mento del diario Novedades, 15 de mayo de 1949. Se incluyó como capítulo xxvii del libro Cuauhtémoc,
1954, obra que dejó inconclusa y completó Rafael Heliodoro Valle. Toscano negaba la posibilidad
de que sus restos estuvieran en Ichcateopan sino en Hueymollan, al sur de Campeche.
107
Moreno Toscano, Los hallazgos de Ichcateopan, 1980; Lombardo de Ruiz, La iglesia de la Asun-
ción, 1978, y Rueda y Espejel, Reconstrucción histórica, 1978.
CONSIDERACIONES FINALES
FUENTES CONSULTADAS
Archivos
Hemerografía
108
Johansson, “Nenomamictliztli”, 2014.
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