Trabajo Final Aylin Astudillo Servin

20/10/2021

El Lobo Mexicano
El lobo mexicano, Canis lupus baileyi, es la subespecie genéticamente más
distintiva del lobo gris y su presencia en los ecosistemas es clave para su equilibrio.
El cuerpo de este lobo tiene dimensiones ligeramente mayores a las de un pastor
alemán. Su pelaje, en ocres, negro y crema. Sus ojos, de tono amarillo, profundo y
brillante, similar al ámbar (Fig. 1). Históricamente se distribuyó desde Arizona,
Nuevo México y Texas en Estados Unidos. En México fue en Sonora, Chihuahua,
Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, San Luis
Potosí y Guanajuato, llegando hasta Oaxaca. Los lobos viven en manadas
integradas por machos, hembras, jóvenes y crías. Como familia juegan, duermen y
cazan juntos, lo que les da mayor oportunidad de obtener alimento y tener un menor
gasto de energía. Por lo general, son animales de hábitos nocturnos y su dieta se
basa en venados, borregos,
antílopes, liebres y roedores. Su
misteriosa y majestuosa
presencia, sus complejos
comportamientos y vínculos
sociales, sus habilidades de caza
en grupo y su impresionante
aullido hicieron que el lobo
mexicano fuera venerado por las
tribus que habitaban en sus
territorios (CONANP, 2020). Fig. 1 – Se puede observar el lobo mexicano,
específicamente su pelaje.

La reducción del hábitat y la disminución de las presas del lobo trajeron como
consecuencia la modificación de su dieta, por lo que comenzó a cazar ganado
doméstico que se encontraba cercano a su hábitat, esto propició que en Estados
Unidos se iniciaran campañas para su exterminio, principalmente por la repulsión
que los ganaderos sentían hacia la especie. El resultado de estas campañas fue
casi la extinción del lobo gris. De las 32 subespecies de C. lupus baileyi, que habitan
el continente americano; en México se han descrito dos, una de las cuales ya está
extinta y la otra no cuenta con una población en vida libre lo suficientemente grande
como para no considerarla en el mismo status (McBride, 1980). La pérdida de la
biodiversidad es un problema actual que se incrementa día con día; dentro de las
principales causas se encuentran: la destrucción y modificación física del hábitat
(debido principalmente a la agricultura y ganadería), la alta tasa de deforestación,
el desplazamiento de especies por especies exóticas, la explosión demográfica, la
contaminación en todas sus variantes, así como la sobreexplotación de los recursos
naturales (González y Armella, 2003). La reintroducción es un intento para
establecer una especie en un área que fue en algún momento parte de su
distribución histórica, pero de la cual ha sido extirpada o de la cual se extinguió
(IUCN, 1995).
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Actualmente son pocos los estudios de comportamiento animal, y en México, los

investigadores que se dedican a tal área son contados. Quizá por ello se ha pasado
por alto y hasta menospreciado la importancia de la Etología en planeación de
programas que contemplan la conservación, reproducción (en cautiverio,
semicautiverio o de forma silvestre) y la reintroducción de ciertas especies a sus
ambientes originales (González y Armella, 2003). Se describen 37 conductas, en un
grupo de cinco lobos mexicanos (C. lupus baileyi) en cautiverio, que se integran en
cinco grandes categorías; conductas amistosas, sumisas, juego, sexuales y
agonísticas (agresión o defensa) (Servín, J. 1991). La preservación o reactivación
del comportamiento natural puede ser la clave para las futuras reintroducciones al
medio silvestre de los individuos. Formas y patrones pueden perderse si los
individuos se mantienen en cautiverio; por ejemplo, muchos mamíferos y aves
muestran repertorios complejos de aprendizaje y comportamientos aprendidos
culturalmente (sexuales, cuidado parental, interacciones sociales y algunos
aspectos de forrajeo), tales comportamientos pueden perderse permanentemente,
si no se promueve el desarrollo de dichos despliegues (Caro, 1998).
En 1998 el gobierno de Estados Unidos, a través del U.S. Fish and Wildlife Service,
efectuó la primera reintroducción de lobo mexicano a su hábitat natural (Fig. 2). En
tanto en México (2011), a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas y la Dirección General de Vida Silvestre, en colaboración con la
Asociación Civil Naturalia, se
reintroduce por primera vez a un grupo
familiar en el estado de Sonora. En el
2012 se suman a este programa el
Gobierno del Estado de Chihuahua, la
Universidad Autónoma de Querétaro y
propietarios de ranchos, dando como
resultado doce reintroducciones de
lobo en Chihuahua, donde hasta la
fecha se mantiene la única población
silvestre que hay en México (CONANP,
2020). Fig. 2 – Fish and Wildlife Service efectuando
la primera reintroducción de lobo mexicano
a su hábitat natural
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Referencias
Servín, J. (1991). Algunos aspectos de la conducta social del lobo mexicano (canis
lupus baileyí) en cautiverio. Acta zoológica mexicana (n.s.), (45), 1-43.
https://doi.org/10.21829/azm.1991.43451955
ANTAÑO-DÍAZ, L. A., Dilhery, O. R. O. S., Nubia, J., & Sarmiento-carral, m. A. A. V.
Reintroducción del lobo gris mexicano (canis lupus baileyi) mediante estudios de
comportamiento, recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Miguel-
Armella/publication/268056604_REINTRODUCCION_DEL_LOBO_GRIS_MEXICA
NO_Canis_lupus_baileyi_MEDIANTE_ESTUDIOS_DE_COMPORTAMIENTO/links
/566f5a9108ae4d9a425725b7/REINTRODUCCION-DEL-LOBO-GRIS-
MEXICANO-Canis-lupus-baileyi-MEDIANTE-ESTUDIOS-DE-
COMPORTAMIENTO.pdf
UNAM. (2019, 7 junio). El lobo mexicano, un predador al borde de la extinción.
Fundación UNAM. Recuperado 20 de octubre de 2021, de
https://www.fundacionunam.org.mx/ecopuma/el-lobo-mexicano-un-predador-al-
borde-de-la-extincion/
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. (2020, 27 marzo). El gran
desafío del lobo mexicano. Gobierno de México. Recuperado 20 de octubre de
2021, de https://www.gob.mx/conanp/articulos/el-gran-desafio-del-lobo-mexicano