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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB)
Cabimas-Edo Zulia

ANALISIS UNIDAD IV

GASTO PUBLICO

Realizado por:

Elero Jose Rivero Olivero


C.I 24.485.733

Sección 111
Venezuela es un país con grandes recursos humanos y recursos naturales
renovables y no renovables, recursos que de haber sido canalizados en su
momento de manera eficaz y eficiente nuestro país sería hoy día una potencia
económica, pero en las últimas dos décadas los resultados económicos han
sido decepcionantes debido a la aplicación de políticas económicas
erróneas.
Como consecuencia del aumento del precio del petróleo en los años 1973 y
1974 se produjo una expansión transitoria del crecimiento económico
impulsada por la demanda, pero a pesar de una segunda alza de dichos
precios en petróleo en 1979 y 1980, el crecimiento anual per cápita fue
negativo en el período comprendido entre 1979 y 1985.
Desde 1983 en adelante el poder adquisitivo de la inmensa mayoría de las
personas a disminuido debido a constantes devaluaciones y una inflación que
hoy es una de las más altas. El empleo público, que abarca alrededor del 15%
de la fuerza de trabajo, ha sido un pesado lastre que en nada ha contribuido a
mejorar la situación económica y social del país, esta es una inmensa suma,
que supera el producto bruto de muchos países de la región.
Entre los años 1986 y 1988 se pusieron en marcha políticas de expansión que
llevaron a un aumento transitorio del crecimiento. Dichas políticas, sin
embargo, resultaron insostenibles, la inflación aumentó, las reservas externas
disminuyeron y se produjo una escasez generalizada.
Luego de un corto período de crecimiento económico en los primeros años de
la década de los noventa, entre 1992 y 1994 pero que no se traduce en una
mejor calidad de vida para los habitantes: las escuelas y los hospitales de la
nación están en ruinas, las carreteras siguen sin terminarse, no hay nuevas
obras de infraestructura desde hace décadas y ni siquiera se ha podido
restablecer la vialidad y los servicios básicos, esto conlleva que las condiciones
económicas políticas y sociales de Venezuela se deterioren
considerablemente, debido a una serie de hechos que tuvieron un gran impacto
negativo en el país: la disminución de los precios de exportación del petróleo, la
inestabilidad política, una crisis bancaria de importancia, el nivel de desempleo
sigue creciendo, como consecuencia, se produjo una caída del PIB de los
sectores no relacionados con el petróleo, la inflación continua en aumento y las
reservas internacionales disminuyeron.
A principios de 1.996, el gobierno puso en marcha un programa económico de
Estabilización y Reformas Estructurales denominado "Agenda Venezuela",
cuya fase inicial tuvo como objetivo el restablecimiento de los equilibrios
macroeconómicos, incluía la unificación de los tipos de cambio, que en un
primer momento se encontraban bajo un sistema cambiario flotante y que
posteriormente fue reemplazado por bandas cambiarias; la liberalización de las
tasas de interés; la eliminación de la mayor parte de los controles en los
precios, y el ajuste del precio interno de los combustibles.
Petróleos de Venezuela (PDVSA), dio inicio a la modalidad de "Apertura
Petrolera", que consistía en otorgar contratos a empresas privadas, para la
exploración y explotación de petróleo, algo parecido a la política implantada por
el gobierno del general Gómez, pero con la diferencia que estas concesiones
son cedidas, en este caso a la empresa que mayor porcentaje de ganancia
deje al país.
Hacia 1.997 la economía del país una economía monoproductora dependiendo
en su mayor porcentaje del sector petrolero y con serios desequilibrios
estructurales, que incluían un aumento del déficit fiscal, un déficit en la cuenta
corriente externa, un elevado nivel de desempleo, elevados índices de inflación
y elevados actos de corrupción.
Uno de los problemas que ha debido enfrentar Venezuela en la última década
ha sido su dependencia económica del petróleo y la baja generalizada de los
precios reales de este producto así como de los ingresos por este concepto ,
exceptuando 1.999 cuando su valor durante todo el año está en US$16 por
barril.
La contribución del petróleo al PIB total aumentó de aproximadamente el 21% a
principios de los años noventa, al 26% a finales de esa década. Al mismo
tiempo, la participación de la agricultura en el PIB disminuyó de alrededor del
6% en 1990, al 4% en 1998, la participación de la industria manufacturera
disminuyó de aproximadamente el 13% al 10%, y del sector de servicios se
mantuvo en alrededor del 60% del PIB.
La participación de los productos de exportación distintos del petróleo ha sido,
en promedio, inferior al 25% de las cifras totales de exportación, lo que refleja
la falta de diversificación fuera del sector petrolero y el impacto que ha tenido, a
lo largo del tiempo, la sobrevaloración de la moneda en la competitividad
externa.
En estas circunstancias, los salarios reales disminuyeron significativamente y el
desempleo aumentó. A pesar de la existencia de un salario mínimo obligatorio
durante la mayor parte del período comprendido entre 1990 y 1999, el salario
real medio disminuyó aproximadamente un 23%. La caída del salario real
afectó a todos los sectores del mercado laboral.
Durante el segundo trimestre del año 2000, el PIB creció entre 2% y 3% en
relación con igual período del año anterior (tras una expansión de alrededor del
0,3% en el primer trimestre), dando una señal de recuperación económica
después de una caída del 7,2% en 1999.
En agosto de 2.000 la inflación se redujo al 15%, la tasa más baja de los
últimos 14 años que, además, se ajusta a la meta de 16% fijada por el gobierno
para el año 2000.
La disminución de la inflación se ha logrado a costa de una recesión económica
y de una caída tanto del consumo como de la inversión, y el gobierno estima
que el desempleo alcanzó el 13,5% en el mes de julio.
La combinación de un tipo de cambio sobrevalorado y bajas tasas de interés
real ha creado las condiciones para que surjan presiones en el sector externo.
Sin embargo, no se han producido restricciones inmediatas a la balanza de
pagos, las salidas de capital han sido ampliamente compensadas por el efecto
expansivo de los elevados precios del petróleo en los ingresos provenientes de
las exportaciones y, al mismo tiempo, las importaciones se han visto
restringidas como consecuencia de la recesión. Hasta mediados de
septiembre, el precio medio de la cesta petrolera Venezolana era de
aproximadamente US$28, en comparación con aproximadamente US$16
durante todo 1999.
Las reservas de divisas han aumentado a más de US$18.000 millones, de los
cuales se han destinado al fondo de estabilización macroeconómica US$2.300
millones, que equivalen a 16 meses de importaciones.
A fines de agosto el tipo de cambio llegó a 690 bolívares por dólar y es
probable que se mantenga estable durante el resto del año, ya que el Banco
Central todavía mantiene pleno control de los movimientos cambiarios. Aun
después de la reciente monetización del déficit fiscal correspondiente a los
sectores no relacionados con el petróleo, las reservas internacionales cubren
por lo menos 2,1 veces la base monetaria y más del 75% del M2.
Gracias a los considerables ingresos generados por el petróleo, el sector
público registró un superávit durante el primer semestre del 2000. Sin embargo,
algunas medidas clave adoptadas por el gobierno a comienzos de año, tales
como la reducción de 1% del IVA, la eliminación del impuesto de débito
bancario, y el aumento de los gastos corrientes, sumado a una baja
recaudación de impuestos y a la disminución de los ingresos por tal concepto
debido al bajo crecimiento económico, han conducido al deterioro del déficit
fiscal correspondiente a los sectores no relacionados con el petróleo.
Aun así, el desempleo aumentó, afectando especialmente a los trabajadores no
calificados, a las mujeres y los jóvenes, y a la población urbana.
Aunque no hay consenso sobre el verdadero nivel de pobreza en Venezuela,
todos están de acuerdo en que el crecimiento ha continuado. Tanto la pobreza
como la desigualdad se han mantenido por debajo del promedio para el resto
de América Latina.
Actualmente el gobierno enfrenta los mismos problemas de otras
administraciones anteriores: un creciente déficit, presiones sobre la moneda y
una inflación que comienza otra vez a salirse de control.

2. Finanzas públicas venezolanas; Función de las Finanzas públicas en el


proceso de desarrollo

Finanzas Públicas venezolanas


Las Finanzas Públicas constituyen la actividad económica del sector público,
con su particular y característica estructura que convive con la economía de
mercado, de la cual obtiene los recursos y a la cual le presta un marco de
acción. Comprende los bienes, rentas y deudas que forman el activo y el pasivo
de la Nación y todos los demás bienes y rentas cuya administración
corresponde al Poder Nacional a través de las distintas instituciones creadas
por el estado para tal fin.
El Estado para poder realizar sus funciones y afrontar sus necesidades
públicas, debe contar con recursos, y los mismos se obtienen a través de los
diferentes procedimientos legalmente estatuidos y preceptuados en principios
legales constitucionales.
Las finanzas públicas establece; estudia las necesidades; crea los recursos;
Ingresos; Gastos
El estado hace uso de los recursos necesarios provenientes de su gestión
política para desarrollar actividades financieras a través de la explotación y
distribución de las riquezas para satisfacer las necesidades públicas
(individuales y colectivas).
Crear la plataforma adecuada en cuanto a educación, salud, seguridad social,
para el desarrollo de nuevas fuentes de trabajo, crear tecnología propia, en el
marco de un sistema pluralista y flexible de toma de decisiones, que articule
distintos mecanismos de conformación de la voluntad colectiva.
Garantizar un mayor control social sobre su gestión, mejorar los medios e
instrumentos que hoy existen de representación política y social y establecer
otras vías de participación complementarias a las de representación política,
que fortalezcan , descentralicen su poder y transfieran responsabilidades y
recursos a las comunidades estatales y locales y, finalmente, mejorar sus
estructuras políticas.
Desarrollar estrategias de acción concurrente y propulsar estas acciones
tendentes a la protección, al desarrollo de la seguridad ciudadana, la salud, la
educación, el deporte, la cultura, el trabajo, y en fin, el bienestar social, para
que la economía del país pueda desarrollarse y conducirla hacia un futuro
próspero.
La política fiscal como instrumento de estabilización y ajuste; Políticas
heterodoxas y ortodoxas (tradicionales y no tradicionales) de las finanzas
públicas

La Política Económica.
Para hablar acerca de lo que es la Política Fiscal, debemos de entender
primero lo que es la Política Económica. El ultimo objetivo de la economía es
desarrollar políticas (tradicionales y no tradicionales) que puedan resolver
nuestros problemas. Las políticas económicas sirven para mover la curva de
demanda en la dirección que se necesite para alcanzar el pleno empleo y para
que esto suceda, el Estado puede usar 2 instrumentos (medidas) principales
para regular la demanda agregada. La política fiscal y la política monetaria.
La política económica es una rama dirigida hacia el acondicionamiento de la
actividad económica para evitar que ocurran fluctuaciones en los niveles del
empleo y de los precios, así como para condiciones necesarias para el
desarrollo.
Para lograrlo, la política económica recurre a las ideas elaboradas en el campo
de la teoría económica ya que a través de los principios, de las teorías, de las
leyes y de los modelos ofrecidos por esta última, los resultados de las acciones
prácticas desarrolladas adquieren mayor confiabilidad, seguridad y certeza. La
formulación de la política económica comprende 2 procedimientos
interdependientes:

La determinación de los principales objetivos que se quieren alcanzar,


necesariamente interrelacionados y cuantificados.

La elección de los instrumentos de acción que se utilizarán para la consecución


de los objetivos determinados.

Principales objetivos de la política económica


Desarrollo Económico
Estabilidad Económica
Eficiencia Distributiva

Desarrollo Económico: Es la búsqueda obstinada del desarrollo

Estabilidad Económica: Reúne tres objetivos que son de importancia vita


a.-Mantenimiento del pleno empleo.
b.- Estabilidad general de los precios.
c.- Equilibrio de la balanza de pagos internacionales.

Eficiencia distributiva: Lo que busca es disminuir las desigualdades en la


distribución de la riqueza nacional entre las unidades familiares

Instrumentos o Políticas de Acción en la Política Económica.


Para la consecución de los diferentes objetivos que acabamos de mencionar, la
política económica cuenta con un conjunto de instrumentos de acción. Estos
instrumentos o políticas provienen de la teoría económica cuyo objetivo es la
consecución de los fines relacionados con los principios teóricos del análisis
macroeconómicos y son los siguientes:
La política monetaria:
Es el control de la banca y del sistema monetario por parte del gobierno con el
fin de conseguir la estabilidad del valor del dinero y evitar una balanza de
pagos adversa, alcanzar el pleno empleo y buscar el estado de liquidez de toda
economía.

La política fiscal:
Es el conjunto de medidas e instrumentos que toma el estado para recaudar los
ingresos necesarios para la realización de la función del sector publico. Se
produce un cambio en la política fiscal, cuando el Estado cambia sus
programas de gasto o cuando altera sus tipos impositivos. El propósito de la
política fiscal es darle mayor estabilidad al sistema económico, al mismo tiempo
que se trata de conseguir el objetivo de ocupación plena. Como hemos dicho
anteriormente.

La Política Fiscal tiene 2 componentes, el gasto publico y los ingresos públicos.


El gobierno gasta a través de inversiones públicas, y obtiene ingresos a través
de los impuestos sobre las actividades de producción y de circulación de
mercancías, sobre los ingresos y ganancias de cualquier otra naturaleza.
La política fiscal en el 2001 reviste importancia por tratarse del primer
presupuesto que será diseñado y ejecutado íntegramente por la nueva
administración. Además se trata de un presupuesto que se formula en el
contexto de un importante boom de precios petroleros, después de una muy
severa contracción en el ritmo de actividad económica.
A pesar de estas características la discusión pública del Proyecto de Ley ha
sido escasa por no decir ninguna. A continuación exponemos algunos
comentarios sobre este importante tema que esperamos ayuden y animen el
análisis de este importante y crucial tópico.

Aporte Fiscal Petrolero


Las finanzas públicas de Venezuela dependen en grado extremo de las
fluctuaciones de los precios del petróleo (el petróleo representa cerca del 80%
de todas las exportaciones) Los ingresos del país reflejan los ciclos de los
precios del petróleo, pero los gastos son rígidos. De hecho, cuando el crudo
sube, los ingresos y gastos aumentan, lo que significa que los ingresos
extraordinarios generados por el petróleo son gastados rápidamente por el
Gobierno. Sin embargo, cuando los precios bajan, los gastos no pueden ser
disminuidos y se originan grandes déficit fiscales.
La estimación de ingresos que se presenta en el proyecto de presupuesto del
2001 adolece de ciertos problemas ya presentes en el presupuesto del año
2000. Por una parte, hay una abierta subestimación de los ingresos fiscales
petroleros que al contraponerse con la corriente inercial del gasto de los últimos
años, obliga al fisco a cerrar la brecha bien sea sobrestimando algunos
ingresos no petroleros, o abultando las partidas por ingresos extraordinarios
(endeudamiento e ingresos no recurrentes).
Los ingresos del sector petrolero (impuestos, regalías y dividendos) estimados
para el año 2001 son de 6,04 billones de bolívares (8.500 millones de US$), lo
que representa apenas el 26,3 % del total de 22,9 billones de bolívares de
ingresos fiscales ordinarios y extraordinarios. Lo que es claro es que el
ejecutivo prevé una caída de los ingresos ordinarios con respecto al año en
curso que se explica en gran medida por la subestimación del precio del
petróleo. Para mantener un precio promedio del barril petrolero de 20 dólares,
como se estima en el proyecto de presupuesto, y con un precio registrando a
fin de este año alrededor de 29 dólares, la cesta tendría que cerrar en cerca de
11 dólares si el ajuste siguiera una tendencia lineal. Este desempeño del precio
coincide con las previsiones más pesimistas.
Es de notar que más que una actitud conservadora en torno al
desenvolvimiento del mercado petrolero, la subestimación de los ingresos
petroleros responde a la manera peculiar como se está elaborando y
"negociando" políticamente el presupuesto. La práctica ya es conocida para
quienes siguen la cuestión fiscal venezolana: se subestima el ingreso petrolero,
se sobrestima la tributación no petrolera, y se exageran las solicitudes de
endeudamiento; al final, se termina autorizando un elevado nivel de gasto que
se va resolviendo durante el año a través del mecanismo de los créditos
adicionales financiados con la efectiva recaudación petrolera y, recientemente,
con los retiros del FIEM (Fondo de Inversión de Estabilización
Macroeconómica; diseñado en un principio como un mecanismo institucional
para atender y amortiguar las caídas y alzas del ingreso petrolero) y las
utilidades cambiarias. Esta práctica convierte, de hecho, a la aprobación del
Presupuesto en un acto formal con poca incidencia real e indicativa de lo que
verdaderamente será la política fiscal.
En todo caso, es muy significativo el hecho de que el aporte fiscal petrolero
como proporción de los ingresos por exportación petrolera llega a ser de sólo
37% para el año 2001 (muy similar al aporte efectivo para este año), cuando en
las bonanzas inmediatamente anteriores de los años 1996-1997 y 1991-1990
llegó a estar por encima del 60% y del 70% respectivamente. Este deterioro
esperado de la contribución fiscal de la industria petrolera puede ser explicado
de distintas maneras, bien sea por incrementos significativos en los gastos
operativos, en gastos financieros y/o en los proyectos de inversión de la
industria o por el ascenso de la producción de las empresas ligadas a la
apertura cuya estructura tributaria es bastante menor. La otra razón es que se
piense extraer recursos petroleros posteriormente a la aprobación del
Presupuesto por la vía del reparto de dividendos. Cualquiera que sea la
explicación seguirá siendo especulativa mientras las cuentas de la industria
petrolera se mantengan ocultas.

3. Ingresos Fiscales y Tributación no Petrolera en Venezuela. Aporte Fiscal no


Petrolero.

El ingreso público es la acción que el estado desarrolla al efecto de procurarse


los medios necesarios a los gastos públicos para la satisfacción de las
necesidades publicas y en general para la satisfacción de sus propios fines.
Posee ciertas características que se derivan de dos premisas fundamentales.

Que los ingresos los percibe el estado por cualquier título.

Que dichos ingresos tengan significación económica.

La Gestión Tributaria (o ingresos públicos) mide el conjunto de acciones en el


proceso de la gestión pública vinculado a los tributos, que aplican los
gobiernos, en su política económica. Los tributos, son las prestaciones en
dinero que el Estado, en su ejercicio de poder, exige con el objeto de tener
recursos para el cumplimiento de sus fines.
Al actuar como ente generador de recursos el estado obtiene estos recursos a
través de la modalidad de ingresos ordinarios y extraordinarios.
Ingresos ordinarios no tributarios de dominio público industrial (industria
petrolera; minera). A través del dominio público comercial (entidades
bancarias); dominio público territorial.
Ingresos ordinarios tributarios, a través de impuestos; tasas y contribuciones
(contribuciones de mejoras y parafiscales)
Otra forma de clasificarlos:

Recursos patrimoniales propiamente dichos;

Recursos de las empresas estatales;

Recursos gratuitos;

Recursos tributarios ;

Recursos derivados de sanciones patrimoniales;

Recursos monetarios,

Recursos del crédito público.

En esta parte del trabajo pondremos el acento en el análisis de los recursos no


tributarios (de dominio industrial, comercial y territorial) y recursos tributarios
como fuente de ingresos no petroleros del Estado Nacional, y como
expresamos en el párrafo anterior los ingresos tributarios son aquellos que el
estado obtiene mediante el ejercicio de su poder de imperio, es decir, mediante
leyes que crean obligaciones a cargo de los administrados, en la forma y
cuantía que las mismas establecen.
La característica común de los recursos tributarios es su obligatoriedad por
imperio de la ley en la cual tiene su origen, pero dicha obligatoriedad se
encuentra enmarcada dentro de las limitaciones que emergen de la
Constitución Nacional.
En el Estado moderno constitucional y, especialmente, en la economía liberal,
la que está fundada en los principios de la propiedad privada y de la iniciativa
individual, prevalecen los recursos tributarios, los que son frutos del poder de
imperio del Estado.
Para implementar un sistema impositivo deben considerarse varios atributos:
los impuestos deberán hacer que los individuos sean tratados en forma justa,
que se minimicen las interferencias en las decisiones económicas y que no se
impongan excesivos costos a los contribuyentes y/o a los administradores.
Una de las áreas de investigación que analiza estos atributos es conocida
como "optimal taxation". Este es un enfoque normativo de análisis basado en
las herramientas de la economía del bienestar, aplicada cuando no se alcanza
la mejor distribución del ingreso y de los recursos.
Este enfoque supone que el gobierno busca maximizar el bienestar social y
para ello debe alcanzar determinado nivel de recaudación. Ésta se logra con
las decisiones de maximización de los individuos y de las firmas.
La Gestión Tributaria (ingresos públicos) es un elemento importante de la
política económica, porque financia el presupuesto público; Es la herramienta
más importante de la política fiscal, en él se especifica tanto los recursos
destinados a cada programa como su financiamiento. Este presupuesto es
preparado por el gobierno central y aprobado por la Asamblea Nacional, es un
proceso en el que intervienen distintos grupos públicos y privados, que esperan
ver materializadas sus demandas. Es un factor clave que dichas demandas se
concilien con las posibilidades reales de financiamiento, para así mantener la
estabilidad macro económica. La pérdida de control sobre el presupuesto es
fuente de desequilibrio e inestabilidad con efectos negativos insospechados. Es
importante mencionar que los ingresos y gastos gubernamentales se ven
afectados por el comportamiento de otras variables macro económicas, como
el tipo de cambio, los términos de intercambio, el crecimiento del PBI, etc.
Además la Gestión tributaria puede incentivar el crecimiento a determinados
sectores, por ejemplo, otorgando exoneraciones, incentivos. De este modo la
gestión tributaria es un elemento importante porque va ayudar a crecer,
mantener o decrecer la economía en la medida que los indicadores de gestión
se hayan llevado en forma eficiente a través de estrategias (Recaudación,
presentación de la Declaración Jurada, para detectar el cumplimiento de los
contribuyentes). La gestión tributaria optima es aquella en la que la política
fiscal es estable y el Sistema Tributario eficiente(diseñado para nuestra
realidad). Si la gestión tributaria es optima atrae inversión.
Como ya se menciona, el proyecto de presupuesto manifiesta cierta
sobrestimación en los ingresos por impuestos indirectos. Los ingresos por IVA,
por ejemplo, se incrementan en un 48% en términos nominales con respecto al
presupuesto del 2000 y en 34% en términos reales. Este aumento estimado en
el IVA no se compagina con el moderado incremento en el nivel de actividad,
con las decisiones recientes de reducir la tasa de 15,5% a 14,5%, con la
exoneración del pago a varias zonas francas y puertos libres y con la debilidad
institucional que viene mostrando el SENIAT desde hace varios años.
Lo que parece más significativo es que aún sobrestimando los ingresos no
petroleros, la participación de los ingresos ordinarios sobre el total de ingresos
del presupuesto pone más que nunca en evidencia los peligrosos síntomas de
fragilidad que arrastra la gestión presupuestaria en Venezuela. Si se incluyen
los gastos sin asignación presupuestaria, los ingresos ordinarios alcanzan a
cubrir sólo el 60% de los gastos del gobierno central, un problema ya latente en
el presupuesto de este año (donde se aspira cubrir sólo el 75% del gasto con
ingresos ordinarios) pero que se arrastra y se agrava para el año 2001. Esta
extremadamente baja presión tributaria en medio de una bonanza petrolera es
atípica en Venezuela.
Mucho se compara la realidad tributaria nacional con la foránea al señalar,
como características diferenciales entre esta última y aquélla, que en otros
países se observa una carga tributaria más onerosa; que existe afuera un
mayor poder por parte de las respectivas administraciones tributarias para
fiscalizar a los contribuyentes y perseguir a los infractores; que las sanciones
son en otros países mucho más severas, y que, además, en Venezuela se
observa una evasión fiscal que difícilmente se aprecia en la mayor parte de los
países extranjeros.
A la luz de los textos legales y de las estadísticas oficiales de cada país, lo
dicho anteriormente pareciera ser cierto. Sin embargo, al analizar el asunto
bajo las perspectivas política, socioeconómica, e incluso filosófica, se
evidencian diferencias de fondo que, sin pretender justificar lo injustificable,
ponen de manifiesto las realidades culturales de cada país, dando respuesta a
muchos porqué.
Comencemos por observar las cargas tributarias que, contrariamente a lo que
algunos piensan, no es cierto que en Venezuela se paguen pocos impuestos
Al lado de los impuestos directos e indirectos, dentro de la actividad económica
formal, ejercida lamentablemente por los menos (y eso no es culpa de los
particulares sino de las políticas y de otras realidades socioeconómicas) existe
una variada gama de contribuciones parafiscales: INCE, IVSS, Política
Habitacional, Paro Forzoso, impuestos municipales, etcétera. Por si fuera poco,
los contribuyentes deben asumir costos directos e indirectos relacionados con
servicios públicos a cargo del Estado, los cuales, por la ineficacia o la
inexistencia de éstos, son trasladados a los particulares, como es el caso de la
vigilancia, el transporte y el correo.
Ni hablar de la seguridad social (SSO). Si no se tiene un buen seguro privado,
puede presentarse una enfermedad que comprometa seriamente el patrimonio
personal o familiar. Todos sabemos de casos en los que los gastos incurridos
como consecuencia de una enfermedad, han llegado a arruinar la economía de
una familia en poco tiempo.
Por su parte, aquellos que aspiran asegurar su vejez deben acudir a costosos
planes de retiro disponibles en el mercado internacional privado, pues en la
práctica, la seguridad social solo garantiza el cobro de los aportes del
trabajador, mas no su retiro.
Por último, si se agrega a todo lo enunciado la inflación y la devaluación
crónicas como fuente de ingresos de los gobiernos, la carga tributaria para los
ciudadanos y las empresas domiciliadas en el país, puede ser calificada como
pesada.
Continuando con las diferencias del derecho comparado en la legislación
tributaria venezolana, con respecto a las atribuciones de la administración
tributaria y a las sanciones, ambas incrementadas con gran esmero en la
reciente reforma del Código Orgánico Tributario, pudiéramos afirmar que hoy
nos encontramos en franca competencia con las legislaciones de otros países.

Evasión fiscal
El Superintendente del SENIAT, Trino Alcides Díaz, informó que la evasión
tributaria alcanza 47%, es decir, un monto mayor a 4 billones de bolívares.
Considera que la recaudación en Venezuela debería estar en el mismo nivel
que en Chile, donde se obtiene por la vía impositiva hasta 20% del producto
interno bruto, mientras que en el país sólo llega a 10% del PIB.
El Banco Mundial podría dar asesoramiento técnico, así como préstamos no
reembolsables, para apoyar el proceso de modernización de las aduanas que
se adelanta en Venezuela, según lo informó el Superintendente Nacional
Aduanero y Tributario, Trino Alcides Díaz.
Por lo que se refiere a la evasión fiscal, debemos reconocer que, según las
cifras oficiales, los índices en Venezuela son superiores a los de la mayoría de
los países de Europa y América. En todo caso, habría que tener cuidado a la
hora de identificar la fuente de esas cifras y el volumen de la economía informal
en cada país. Pero en todo caso, aceptemos como válidos los criterios y los
resultados existentes.
A este punto es necesario hacer la reflexión que se han hecho en alguna
oportunidad casi todos los contribuyentes en cualquier parte del mundo cuando
tienen que pagar impuestos: ¿adónde va a parar mi dinero?, ¿en qué se
invierten mis impuestos?
De la respuesta que dé el propio contribuyente, se podrá inferir, por una parte,
la disciplina fiscal que existe en ese país, y por la otra, la disposición de ese
contribuyente a pagar impuestos.
Si el contribuyente está satisfecho con su respuesta, se podrá suponer que
respeta y reconoce como proba la forma en que se manejan los dineros
públicos, y en consecuencia, está en buena sintonía con el pago de impuestos.
Si impera la indisciplina fiscal, la falta de probidad, la ausencia de rendición de
cuentas públicas, ausencia de sistemas de información computarizados que
permitan la transparencia en las instituciones públicas y la imposibilidad del
ciudadano común de reclamar estas situaciones, estaremos en presencia de un
administrador no legitimado para exigir el pago de impuestos, y por ende, frente
a un contribuyente contumaz.
Así que, sin adherirnos a la posición de rebeldía de algunos frente al pago de
impuestos, no podemos dejar de lado el derecho de poner de manifiesto como
ciudadanos nuestro más alto rechazo a la conducta dispendiosa y a la visión
feudal que del ejercicio del poder tienen y han mantenido en muchos años en
este país, muchos de sus empleados públicos en todos sus niveles. Los gastos
superfluos, el derroche de los fondos públicos por parte de la administración y
la falta de control e información de la gestión administrativa pública, unidos a
continuos rumores de que la corrupción flagelo que se posicionó en Venezuela
desde la década de los sesenta (en los cuales por supuesto han estado
involucrados altos personeros de los gobiernos anteriores), ha continuado
creciendo, trayendo consigo una serie de calamidades económicas sociales
morales, por lo visto no solo ha podido ser controlada sino que se ha desatado
en estos últimos dos años de manera alarmante.
Una corrupción flagrante y generalizada, echan por tierra cualquier motivación
que trate de justificar ante la opinión pública la creación de nuevos o mayores
impuestos, y merma la recaudación de los existentes.
Pudiéramos decir entonces que al lado del principio de legalidad tributaria,
según el cual solo por ley se pueden crear tributos, existe un principio de
legitimidad tributaria que deriva del precepto constitucional basado en la justa
distribución de las cargas públicas, debiendo entender por "justa" no solo la
distribución, sino también la carga, la cual debe dar fiel respuesta al ejercicio,
desarrollo y protección de los más legítimos intereses de la sociedad.
Por lo tanto, la indisciplina fiscal deslegitima no solo al gobierno que la
protagoniza, sino además puede quitarle legitimidad a los tributos.
Y dentro de las distintas gamas del dispendio, hay derroches que por su
futilidad son más condenables que otros. Tal es el caso de los cambios de
nombre de organismos públicos, como por ejemplo el Ministerio de Hacienda,
que actualmente se denomina Ministerio de Finanzas, e incluso se le ha
cambiado el nombre al país. Todo ello se hace sin una razón válida, lo cual,
además de generar costos inútiles, produce malestar en la comunidad, más
aún, si luego se le pide a esa comunidad utilizar el papel de escribir por ambas
caras.
Pago impuestos para mantener un Estado que me brinde buenos servicios y
me dé seguridad social. Pago impuestos a cambio de que exista una disciplina
fiscal por parte de quienes determinan y ejecutan el gasto público. Pago
impuestos a cambio de que me rindan cuentas claras y fidedignas, a las que
tenga fácil acceso. Pago impuestos para que éstos no terminen indebidamente
en el peculio de quienes los administran.
Estas reflexiones tienden a contribuir con esa corriente de opinión pública que
exige inaplazablemente la actuación eficiente y transparente de los poderes
públicos, lo cual, entre otros beneficios, dará legitimidad a los distintos tributos.

4. La Naturaleza del Gasto Público en Venezuela


El gasto público se define como el gasto que realizan los gobiernos a través de
inversiones públicas. Un aumento en el gasto público producirá un aumento en
el nivel de renta nacional, y una reducción tendrá el efecto contrario. Durante
un periodo de inflación es necesario reducir el gasto publico para manejar la
curva de la demanda agregada hacia una estabilidad deseada. El manejo del
gasto público representa un papel clave para dar cumplimiento a los objetivos
de la política económica.
El gasto público lo rigen principios que dependen de los objetivos que se
quieran alcanzar. Gastar lo menos posible; Obtener el máximo beneficio
posible con los recursos posibles; los gastos deben ser adecuados a la
capacidad económica; Incentivar pero no inmiscuirse en la economía privada;
Se origina como respuesta a las necesidades públicas.

Necesidades absolutas, propias e ineludibles del estado, las realiza


directamente: Defensa; Seguridad y Paz Social; Administración de justicia

Necesidades relativas. Pueden ser satisfechas por particulares. El estado


delega pero supervisa: Salud; Educación; Energía eléctrica; Control de calidad.

Se clasifica:

Gastos Ordinarios (atiende el normal desenvolvimiento del país).

Gastos Extraordinarios (hace frente a situaciones imprevistas del estado)

Gastos esenciales: Primordiales para cubrir las necesidades del estado.

Gasto Compensatorio: Redunda en beneficio de la nación.

Gastos personales. Para cubrir prestaciones sociales o de servicio.

Se ejecuta:
A través de los Presupuestos o Programas Económicos establecidos por los
distintos gobiernos, y se clasifica de distintas maneras pero básicamente se
consideran el Gasto Neto que es la totalidad de las erogaciones del sector
público menos las amortizaciones de deuda externa; y el Gasto Primario, el
cual no toma en cuenta las erogaciones realizadas para pago de intereses y
comisiones de deuda publica, este importante indicador económico mide la
fortaleza de las finanzas públicas para cubrir con la operación e inversión
gubernamental con los ingresos tributarios, los no tributarios y el producto de la
venta de bienes y servicios, independientemente del saldo de la deuda y de su
costo.
Gasto Programable: es el agregado que más se relaciona con la estrategia
para conservar la política fiscal, requerida para contribuir al logro de los
objetivos de la política económica. Por otro lado resume el uso de recursos
públicos que se destinan a cumplir y atender funciones y responsabilidades
gubernamentales, así como a producir bienes y prestar servicios.
La clasificación económica permite conocer los capítulos, conceptos y partidas
específicas que registran las adquisiciones de bienes y servicios del sector
público. Con base a esta clasificación, el gasto programable se divide en gasto
corriente y gasto de capital. Estos componentes a su vez se desagregan en
servicios personales, pensiones y otros gastos corrientes dentro del primer
rubro, y en inversión física y financiera dentro del segundo.
Gasto corriente: Dada la naturaleza de las funciones gubernamentales, el gasto
corriente es el principal rubro del gasto programable. En él se incluyen todas
las erogaciones que los Poderes y Órganos Autónomos, la Administración
Pública, así como las empresas del Estado, requieren para la operación de sus
programas. En el caso de los primeros dos, estos recursos son para llevar a
cabo las tareas de legislar, impartir justicia, organizar y vigilar los procesos
electorales, principalmente. Por lo que respecta a las dependencias, los montos
presupuestados son para cumplir con las funciones de: administración
gubernamental; política y planeación económica y social; fomento y regulación;
y desarrollo social.
Por su parte, en las empresas del Estado los egresos corrientes reflejan la
adquisición de insumos necesarios para la producción de bienes y servicios. La
venta de éstos es lo que permite obtener los ingresos que contribuyen a su
viabilidad financiera y a ampliar su infraestructura.
Gasto de Capital: El gasto de capital comprende aquellas erogaciones que
contribuyen a ampliar la infraestructura social y productiva, así como a
incrementar el patrimonio del sector público. Como; gastos de Defensa
Nacional, también se pueden mencionar la construcción de Hospitales,
Escuelas, Universidades, Obras Civiles como carreteras, puentes, represas,
tendidos eléctricos, oleoductos, plantas etc.; que contribuyan al aumento de la
productividad para promover el crecimiento que requiere la economía.
Gasto social es un subconjunto del gasto público que agrupa los recursos que
el Estado destina directamente para atender el desarrollo y el bienestar de su
población. Hay diferentes criterios sobre las partidas presupuestarias que
deben incluirse en el cómputo del gasto social, pero hay acuerdo respecto a
sectores básicos tales como la educación, la salud y la vivienda. En este
trabajo se utilizan los datos suministrados por la Oficina Central de
Presupuesto (OCPRE) donde se especifican los siguientes sectores sociales:
educación, salud, seguridad social, cultura y comunicación social, ciencia y
tecnología, vivienda y servicios y desarrollo social.
Estrategia del gasto en los sectores sociales: La distribución sectorial del gasto
con relación al PIB permite analizar cómo el gasto se reparte entre los distintos
sectores sociales y establecer la priorización en su distribución. La participación
del sector educación fluctuó entre un mínimo 2,12 % en 1996 y un máximo
3,74% en 1992, Esta asignación es bastante baja si se considera que expertos
de la UNESCO establecen que el gasto en educación debe ser por lo menos el
6% del PIB. La participación del sector salud, disminuyó en 1.993 aunque se
aprecia una pequeña recuperación en el año. El sector vivienda y sus servicios
mantuvo su participación, advirtiéndose disminuciones durante el lapso 1993-
1995 e incrementos en 1997 y 1998. Los sectores de seguridad social y
desarrollo social mejoraron su prioridad en los dos últimos años.
El análisis de la distribución del gasto social sectorial no permite evaluar el
impacto en el progreso y desarrollo de un país o región, es necesario
especificar dentro de estos sectores inversiones sociales eficientes en el
progreso social.
Para analizar el Desarrollo Humano es importante considerar las agrupaciones
del gasto que tengan un importante impacto diferenciado en los niveles de
desarrollo de la población (gasto social destinado a la inversión). En la
búsqueda de esta eficiencia se define la prioridad del gasto social como los
gastos en educación básica, atención primaria en salud e infraestructura social
básica (de acuerdo a lo establecido internacionalmente por el Programa para
las Naciones Unidad para el Desarrollo PNUD).
La razón de prioridad social refleja el porcentaje de gasto social destinado a
acciones de prioridad humana. Si bien la información disponible en estos
momentos no permite el análisis de esta razón para Venezuela, existe
bibliografía donde se resalta la inadecuada distribución del gasto en educación,
al favorecer programas altamente regresivos como la educación universitaria
descuidando la inversión en el sector básico, y la concentración del gasto del
sector salud en programas de atención médica curativa de menor impacto
colectivo, en desmedro de los recursos para atender las prioridades de la
estrategia de atención primaria en salud (García, 1988) (De Venanzi, 1996). Sin
embargo, según el nivel de desarrollo socioeconómico alcanzado en un
momento dado por un país, será necesario definir indicadores diferentes de
gasto en capital humano con una concepción más amplia. Si se toma en cuenta
esta acotación, la razón de prioridad social, en un sentido amplio, se puede
calcular con los gastos totales en educación y en salud (CEPAL, 1994, p. 37).
De acuerdo con lo antes expresado, la razón macroeconómica del gasto en
capital humano (educación y salud) para Venezuela, durante el período
considerado, fluctuó entre 2,89% en 1996 y 5,62% en 1992 y la razón de
prioridad social se mantuvo en niveles bastante elevados, moviéndose entre el
39,9% en 1996 y el 59,3% en 1994 (ver Gráfico No. 5.3). En 1998, esta razón
registró un porcentaje de 52,1%. Sobre la base del concepto de "desarrollo
humano", el PNUD recomienda, en general, alcanzar el valor del 50% para la
razón de prioridad social y del 5% para la razón macroeconómica en capital
humano (ibídem, p. 36).
El elevado gasto público, en vez de contribuir a mejorar la situación de los más
pobres, ha favorecido como siempre a determinados grupos de interés y
amenaza ahora con alterar (como ya lo ha hecho en Argentina) los propios
equilibrios económicos básicos. Las ilusiones de que puede servir para mejorar
la calidad de vida y reducir las distancias sociales se han mostrado, una vez
más, como un peligroso mito que deberíamos desenmascarar y combatir.

Nivel y estructura del gasto público en Venezuela


Los gastos planeados del Gobierno Central se reducirían tanto en términos
reales (-2%) como en proporción al PIB (-1,5%); como estos ajustes son
menores que los esperados en los ingresos ordinarios se supone que tanto el
déficit como los requerimientos financieros del gobierno se incrementaran.
De nuevo debe advertirse que un análisis más riguroso exige incluir las
denominadas "erogaciones sin afectación presupuestaria" que se estima
podrían ascender a casi 2 billones de bolívares. Considerando este concepto
ampliado del gasto, el nivel del mismo podría alcanzar a casi 25% del PIB .
Si se examina con más detalle dónde el Ejecutivo Nacional esta proponiendo
como políticas fiscales, ajustes fundamentales como instrumentos de
estabilización, se nota con claridad que estos ajustes se concentran en las
transferencias corrientes y de capital a las regiones. Estas transferencias pasan
a representar, en la propuesta del nuevo presupuesto, el 12,2% del PIB y
54,1% del total de gastos, en contraste con el presupuesto actual donde
alcanzan el 15,1% del PIB y 62,5% de los gastos (sin incluir "erogaciones sin
afectación presupuestaria")
Cabe destacar, adicionalmente, que los gastos corrientes aumentan su
participación relativa en la estructura del gasto en detrimento de los gastos de
capital. La inversión directa del Gobierno Central sigue siendo de relativa poca
importancia con respecto a los gastos totales (4,2 %), aunque debe acotarse
que en términos reales, de cumplirse los supuestos inflacionarios
gubernamentales, se incrementaría en 29 %.
Muy probablemente el Ministerio de Finanzas tendrá que corregir, aumentando
el situado que se le aporta a las gobernaciones y alcaldías, así mismo el
aumento salarial está muy por debajo de las expectativas del sector laboral.
Téngase en cuenta que aquí tampoco se están incluyendo gastos adicionales
que podrían financiarse con la transferencia de utilidades cambiarias desde el
Banco Central de Venezuela ( BCV).
En síntesis, muy probablemente, los niveles de gasto del gobierno central
durante el 2001 terminarán siendo muy similares a los de este año y bastante
superiores a los que se alcanzaron en el anterior quinquenio.

El déficit fiscal y las necesidades de financiamiento


Tanto el déficit primario como el fiscal en el 2001 serían mayores en casi 1%
del PIB a los que se calculan para el 2000. Si consideramos los gastos "sin
afectación presupuestaria", el déficit fiscal podría elevarse hasta 7,5% del PIB.
Este incremento del resultado deficitario es consecuencia, como ya se explicó,
del insuficiente ajuste en el nivel de gasto ante la caída esperada en los
ingresos ordinarios.
Como el Gobierno prevé pagos por amortización de deuda pública interna y
externa que ascienden a los 3,5 billones de bolívares, sus requerimientos
financieros estarían en el orden de 11,6% del PIB, superando en casi 3 puntos
las ya históricamente elevadas necesidades del 2000.
Con el objeto de cubrir las necesidades de financiamiento previstas, el
Gobierno se plantea recurrir al endeudamiento público por un monto
equivalente a unos 11.400 millones de dólares, además de utilizar recursos
acumulados en el FIEM por un monto de unos 2.300 millones de dólares.
Aunque no se han establecido metas precisas con relación a cuanto obtener en
el mercado interno y cuanto en el externo, se presume que la mayor presión se
ejercerá en el mercado financiero nacional. Esta hipótesis se basa en la aún
reducida accesibilidad que tiene el país al crédito externo a costos razonables.
Venezuela sigue siendo castigada con una elevada prima por riesgo, si se tiene
en cuenta el boom que están experimentando sus ingresos ante la favorable
coyuntura petrolera y la mayor estabilidad política que se ha alcanzado una vez
que finalizó la fase crítica del ciclo político electoral. Es importante señalar que
el stock de deuda interna ha crecido en forma vertiginosa, esperándose que se
multiplique su nivel por seis en apenas tres años. Esta situación está
planteando serios retos a la gestión fiscal futura por la incidencia que tendrá el
servicio (un gasto rígido), sobre el nivel de egresos. Sí consideramos que el
Gobierno puede disponer discrecionalmente de recursos adicionales
procedentes del FIEM e, incluso, hacer que el Banco Central le transfiera
utilidades cambiarias acumuladas por el instituto emisor como reservas de
capital, el nivel de endeudamiento podría ser finalmente bastante menor al
previsto en el Proyecto de Ley de Presupuesto.
El gasto fiscal de Venezuela alcanzó en enero de 2002 a 1,24 billones de
bolívares (US$1=VEB 902,25), cerca de un 9% menos que en el mismo
periodo del año anterior, informó el jueves el banco central a través de su sitio
web.
El gasto fue apoyado por 1,05 billones de bolívares en ingresos ordinarios, lo
que incluyó 172.120 millones de bolívares en regalías del monopolio estatal
Petróleos de Venezuela S.A. PDVSA.
Los impuestos a la renta contribuyeron con 288.320 millones de bolívares, el
impuesto al valor agregó 431.340 millones de bolívares y los aranceles
aduaneros aportaron 105.680 millones.
Con los ingresos por concepto de petróleo cayendo, Venezuela continuó
recortando el gasto público, lo que ayudó a que la economía creciera un 2,7%
en el 2001, menos que el 3,2% del 2000.
El precio promedio del petróleo venezolano fue inferior a US$16 por barril en
enero 2002, frente a los US$20,18 por barril del 2001 y el promedio de
alrededor de US$25,91 por barril del 2000, cuando la producción además fue
mayor.
El petróleo equivale a cerca de la mitad de los ingresos fiscales y a cerca del
30% del PIB del país de aproximadamente US$110.000 millones.

Análisis comparativo de las variables macroeconómicas en Venezuela

En toda actividad económica existen factores importantes que varían en


función de las situaciones que se presentan. La actividad económica se estudia
diferenciando estos factores en variables macroeconómicas y variables
microeconómicas.
En las variables microeconómicas el problema básico reside en la
determinación de la estructura de los precios relativos y la teoría básica es la
demanda y oferta. Aquí se estudia el nivel de salario de manera individual
siendo estas individualidades ejemplo el salario en diferentes zonas (rural,
urbano); ocupaciones (obrero, profesional); tipos de industria (petrolera,
manufacturera)
La macroeconomía reside en la determinación del flujo de renta y la teoría
básica es el modelo de flujo de renta circular.
Las variables macroeconómicas influyen en el comportamiento económico
colectivo cuyos determinantes principales son los problemas que se refieren a:

A la asignación de recursos entre la producción de bienes y servicios y la


producción de bienes de capital (que unidos constituyen toda la economía).

A la tasa de crecimiento de la capacidad productiva.


Fluctuaciones en el nivel general de precios en cuanto a los incrementos y
disminuciones de las transacciones; Por que se han incrementado en la
mayoría de los países en los últimos 20 años (inflación y deflación).

El alto nivel de desempleo.

Fluctuaciones en el nivel de empleo de los diversos recursos en especial


recursos como mano de obra.

Fluctuaciones en el nivel general de salarios.

Relación entre el comercio internacional y los niveles de empleo, precios y


crecimiento de la economía.

Incertidumbre política y económica

Es importante mencionar que los ingresos y gastos gubernamentales se ven


afectados por el comportamiento de otras variables macro económicas, como
el tipo de cambio, los términos de intercambio, el crecimiento del PBI, etc.
Las teorías macroeconómicas han sido desarrolladas en y para países
prósperos. Antes de aplicarlas en Venezuela es necesario efectuarles algunas
modificaciones para tomar en cuenta aspectos que en esos países pueden ser
incluídos dentro de "ceteris paribus" (todo lo demás permanece constante) pero
que en países pequeños con un bajo ingreso per capita adquieren una
importancia decisiva. Un ejemplo de actualidad es el vano intento del BCV en
controlar la liquidez mediante el aumento en las tasas de interés. En EE.UU.
esto es efectivo (en realidad cada vez menos) pero en Venezuela sólo logra
atraer capitales golondrina del extranjero.
Para poder seleccionar la mejor política económica es necesario comparar los
pro y los contra de las diferentes alternativas de acción utilizando el enfoque de
sistemas y la experiencia histórica que nos muestran las estadísticas
macroeconómicas.
Una política económica efectiva no implica un deterioro aún mayor del (ya
bajísimo) nivel de vida actual ni de un aumento en la pobreza crítica antes de
poder acceder a un futuro mejor. Tampoco tiene como único objetivo:

Reestablecer los equilibrios macroeconómicos


Controlar la inflación

Eliminar el déficit fiscal

Hacer crecer el P.I.B.

Lograr tasas de interés positivas

Incentivar las inversiones extranjeras

Disminuir el desempleo

Desde hace 21 años, la inversión bruta fija viene cayendo, con un levísimo
intento de recuperación en 1991-1992; y en 1999-2000.
A este descenso se le ha añadido el mayor riesgo político, lo que la ha
contraído aún más. Y es que, según Asdrúbal Baptista, profesor del Instituto de
Estudios Superiores de Administración (IESA), el descenso en los niveles de
compra de activos fijos obedece 'a una fractura profunda en la economía
venezolana', que sólo puede ser revertida recuperando niveles de inversión
pública y mediante un profundo proceso de apertura que abra al sector privado
áreas que el Estado se reserva. Lo que es más: La mayor caída en la inversión
bruta fija no petrolera se da entre 1979 y 1983, coincidiendo con el mayor flujo
de ingresos petroleros de la historia.
En el 2000, el aporte del petróleo en términos nominales ($25 millardos) será
considerado el mayor de la historia y la mayor per cápita en términos reales
desde el año 1981. La administración actual, como la de aquella época,
apuesta a reactivar la economía mediante el gasto público, con resultados más
que escasos si se ve 0,3% de crecimiento del PIB en el primer trimestre de
2000 y una perspectiva de alrededor de 1% para el segundo, según la visión no
sólo de Baptista, sino de otros dos economistas consultados (Luis Zambrano
Sequín, Universidad Católica Andrés Bello; y Domingo Fontiveros, Consultora
Data Forecast & Analítica.
'Hemos perdido completamente la capacidad de convertir el ingreso petrolero
en inversión, no sólo a nivel privado, sino también en el ámbito de lo público,
afirma Baptista e indica que esta variable macroeconómica es la que incide en
el pobre desempeño del PIB y también en el desempleo. Según este
economista, la falta de inversión (originada por escasas perspectivas de futuro
en el país) condiciona el alto desempleo que se vive actualmente y el
incremento de la ocupación informal. 'Podemos decir que un país está más
desarrollado en la medida en que su población está mejor salariada. Aquí
hemos involucionado en ese aspecto, puntualiza el profesor del IESA, quien
señala que en este momento el acervo de capital por habitante se haya en los
niveles más bajos desde 1950.
Una política económica efectiva resulta en mejoras inmediatas y sostenidas en
el tiempo en el bienestar de la mayor parte de la población. En otras palabras,
no tiene ninguna lógica, y mucho menos algún mérito, controlar la inflación, por
ejemplo, a costa de causarle un mayor sufrimiento a la población. Este es el
mismo razonamiento errado según el cual, como los países desarrollados
producían grandes cantidades de acero, al producir grandes cantidades de
acero un país subdesarrollado inexorablemente pasaría a ser un país
desarrollado. "Se confunde el efecto con la causa".
Las políticas económicas erradas si tienen consecuencias, y muy graves. Las
sufrimos todos al tener que convivir con una mayor criminalidad y un deterioro
en la calidad de la vida.
Pese a un explosivo incremento en el gasto público, la economía venezolana
no da signos de recuperación. Y la posibilidad de que este aumento en las
erogaciones del Estado se vaya por la vía de importaciones y por fuga de
capitales crece en la medida en que lo hace la incertidumbre política, según
analistas consultados.
La falta de confianza se manifiesta en la fuga de capitales y la caída de la
inversión bruta fija no petrolera (Producto Interno Bruto) que han llevado a la
misma a su nivel más bajo de la historia, si se exceptúa el año 1996, en el cual
un ajuste macroeconómico 'licuó' este importante indicador de la economía.
El Ejecutivo Nacional hace abstracción de la realidad, al vincular la inviabilidad
del presupuesto fiscal 2002 con algunas coyunturas externas como la recesión
económica mundial y la caída de los precios del petróleo, sin reconocer la
mediocre gestión financiera del Gobierno Central caracterizada por el
crecimiento desbordado de la deuda interna en un poco más de 9.000 millones
de US$, en los últimos tres años.
Se estiman nuevos ingresos fiscales que suponen la reducción del presupuesto
de ingresos ordinarios (básicamente petróleo) en casi 6 billones de Bs., se
anuncia un paquete de medidas tributarias altamente regresivas del ingreso
personal disponible (como el débito bancario y reforma de la Ley del IVA)
orientadas a compensar la merma del presupuesto y para completar se anuncia
la reducción del gasto de inversión en proyectos de infraestructura y desarrollo
(potencialmente generadores de crecimiento y empleo). Con un escenario
como el anterior, la economía venezolana en el mejor caso no crecerá en este
año. Y si la economía no crece, no crecerá la tributación.
Se plantea una reducción de los ingresos fiscales petroleros (por precio y
volumen de crudo colocado en los mercados internacionales), lo cual
obviamente supone una contracción en el producto interno bruto petrolero. Si
recordamos que el petróleo, impacta globalmente a la economía en más de un
50% (de los cuales 25% son en forma directa y 35% en forma indirecta),
entonces, menos dinámica petrolera, supondrá menor crecimiento en la
actividad económica en general. Este cuadro se complica aún mas cuando se
somete a la actividad económica al gravamen de nuevos impuestos como los
anunciados, a los impactos que en la intermediación financiera en créditos
tendrá el débito bancario y al desdibujamiento de la actividad crediticia que
supondrá el mayor empapelamiento de la banca por efecto de las nuevas
emisiones de deuda interna. De manera, que no se entiende como el Ejecutivo
Nacional podrá mantener constante la meta de crecimiento del año 2002 en un
contexto de importante caída en la demanda agregada interna.

Por caída en el consumo privado, dado el efecto regresivo que el impuesto al


débito bancario y las reformas en el IVA tendrán en el ingreso personal
disponible

Por la caída en la inversión privada:

Dada la incertidumbre e inseguridad que producen las leyes económicas que


esperan su aprobación en la Asamblea Nacional

Dada la inevitable caída en la intermediación en créditos por efecto del alza de


las tasas de interés y el desplazamiento del ahorro nacional a financiar la
adquisición de deuda interna a expensas del crédito bancario
Y dada la situación de wait and see (esperar y ver que pasa) que reina en la
mente de empresarios e inversionistas por efecto del deterioro de las
expectativas.

Se supone además que los ingresos internos no petroleros ( impuesto sobre la


renta, IVA, aduanas, etc.) crecerán por encima del presupuesto inicialmente
formulado, al pasar de 10,3 a 10,4 billones bolívares. Esto menos se entiende.
En el mejor escenario, el crecimiento de este año será cero. Si la economía no
crece en el 2002, entonces tendrá menor capacidad para tributar, cayendo
inevitablemente la tasa efectiva de tributación. La ecuación es sencilla. Las
nuevas metas de ingresos fiscales lucen poco creíbles y realizables, inundando
de mayor incertidumbre a los mercados cambiarios y monetarios.
El nuevo endeudamiento interno, supondrá efectos nocivos para la actividad
económica. Una banca que está desmonetizada, empequeñecida en términos
reales, asistiendo a un proceso de evaporación de los medios pagos líquidos
de la economía, que hace esfuerzos extraordinarios para captar bolívares
producto del proceso de dolarización informal que vive el país, difícilmente
podrá absorber tal magnitud de emisiones de deuda interna. Y en el mejor
escenario para el Gobierno Nacional, una mayor intermediación del sistema
financiero en títulos valores emitidos y avalados por la nación, supondrá una
menor intermediación en créditos bancarios, es decir menos financiamiento
para la actividad productiva (aquella) generadora de empleo y crecimiento
económico.
Todo lo anterior confirma que el crecimiento económico nunca está a la
esquina de un ajuste fiscal.
El impuesto al débito bancario (IDB). Es impensable que la meta de 1,4 billones
de bolívares se alcance, en un contexto de menor dinámica económica y por
ende de menor velocidad de circulación del dinero en la economía. Además, el
IDB constituye un gravamen a la intemediación financiera y promueve,
indudablemente, la exportación del ahorro nacional hacia el exterior.
En relación con las utilidades operativas del BCV, es importante advertir que se
trata de una clara monetización del déficit fiscal con alto impacto inflacionario.
Cuando un déficit en la gestión financiera del Gobierno Central no puede
financiarse con endeudamiento interno ni externo, entonces, suele ser
crónicamente monetizado, es decir, financiado con emisión inorgánica de
dinero, oferta monetaria emitida por el Banco Central y no respaldada por el
producto interno bruto.
Cuando el Banco Central hace emisión inorgánica, dota a los agentes
económicos con un poder de compra para adquirir un producto que no se ha
producido, estimulando el alza del nivel general de precios de la economía,
entiéndase por ello, inflación y por supuesto la sobre-valuación del tipo de
cambio, presión en el mercado cambiario y etc.
De llevar a cabo esta medida le restaría credibilidad al BCV como garante de
las reservas internacionales y de la estabilidad cambiaria y monetaria, al
convertirlo en la caja chica del Ejecutivo Nacional. Devela su falta de
autonomía institucional e introduce incertidumbre acerca de su capacidad para
sostener el régimen cambiario recientemente anunciado.
Igualmente, el Presidente anuncia que se tomará dos billones de bolívares de
lo que potencialmente sería ahorrado en el FIEM durante el año 2002, cuando
en la formulación del presupuesto de este año se dijo al país que no habrían
aportes al fondo para la estabilización macroeconómica.
Y para completar, se anuncia una reducción del gasto público, particularmente
el gasto en proyectos de inversión e infraestructura (el cual por su naturaleza
está llamado a generar empleo y crecimiento económico) manteniéndose
constante el gasto corriente. Aquí lo grave no es la cantidad sino la calidad del
gasto.
En Venezuela existe un claro deterioro de las expectativas racionales de los
agentes económicos, dado por el enrarecimiento del entorno político del país y
por la incertidumbre política del Gobierno Nacional.
Cuando los agentes económicos consideran que las cosas no van a marchar
bien, cuando existe la percepción de que el programa económico del cual hace
alarde el Ejecutivo Nacional tiene claros problemas de viabilidad, cuando el
mercado se entera que se descapitaliza a la principal empresa estatal del país
(PDVSA) al obligarla a pagar dividendos sobre utilidades no generadas para
financiar brecha fiscal, cuando se percibe que existe un desfase en la adopción
de reformas económicas estructurales y además se materializa en el ambiente
político un clima de crisis de gobernabilidad, estos comienzan a descontar
anticipadamente los efectos previsibles de un fracaso en el programa, y por
mas antipático y antipatriótico que parezca, la mejor manera de maximizar y
asegurar los haberes, es dolarizando la renta. Y ciertamente eso es lo que está
ocurriendo en nuestro país; un claro proceso de exportación de la
intermediación financiera hacia el exterior, fuga de capitales o lo que es más
dramático un proceso de dolarización informal de la economía venezolana.
En toda economía existen tres tipos de ahorro (transaccional, de precaución y
de especulación) y, básicamente, el ahorro que existe en el país es
transaccional y lo que es ahorro de precaución y de especulación ya se fugó
hace tiempo, señalan los economistas. El mayor excedente petrolero lo único
que garantiza es disponibilidad de divisas para hacer ese ahorro externo. En
este entorno, donde no existe nueva inversión, es muy difícil, entonces, que a
corto plazo mejore la situación económica del país
Los analistas encuestados por Reuters prevén que, pese a la caída de los
precios petroleros, la economía del país culminará el año 2001 con un sólido
crecimiento de 3,0%, uno de los más altos de Latinoamérica, además de una
inflación de 12,9%, algo menor a la del 2000.
Pero la aparente salud económica es frágil, pues depende de un elevado gasto
público para impulsar al sector privado, especialmente a la construcción,
mientras que los conflictos entre los empresarios y el gobierno han llevado a la
paridad cambiaria, más allá de la meta oficial de Bs. 750 por dólar para este
año.
Según una encuesta efectuada por la agencia de noticias Reuters, Venezuela,
la cuarta mayor economía en Latinoamérica, crecerá apenas un 0,5% el
próximo año, debido a una debacle de los precios petroleros que provocará su
virtual paralización. Asimismo, los siete bancos e institutos de investigación
consultados previeron que el bolívar perderá una quinta parte de su valor en
2002, debido a que los bajos precios del crudo dejarán al gobierno del
presidente de la República, Hugo Chávez, con escasas divisas para defender
la cotización.
Un tercio del Producto Interno Bruto nacional y más de la mitad del gasto
público se sustenta en la industria petrolera. El presupuesto para el año
próximo se basa en una cotización media del crudo de 18,5 dólares por barril,
una meta tan incierta como la situación del mercado energético.
No en vano, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha
convocado otra reunión extraordinaria para el 28 de diciembre, pese a haber
logrado el apoyo de los productores independientes en recortar la oferta
mundial de crudo en 2 millones de barriles diarios, a partir del 1 de enero.
¿A que se debe la volatilidad cambiaria en Venezuela?
¿Por que se deterioran la expectativas de los agentes económicos nacionales y
extranjeros? Bien, aunque parezca trillado, la razón tiene que ver con la
incertidumbre política y económica que promueve la gestión gubernamental del
Ejecutivo.
El sostenimiento del régimen cambiario está asociado a la viabilidad de la
reforma fiscal anunciada, de su eficacia y de su credibilidad por parte de los
agentes económicos. La volatilidad observada en el primer día de estreno del
nuevo régimen cambiario, (donde el tipo de cambio cerró en los 981 Bs./US$)
puso en evidencia de una forma desproporcionada la poca credibilidad que
tiene el discurso oficial. Es claro el recurrente deterioro de las expectativas de
los agentes económicos. Una rápida revisión de los anuncios del pasado
martes de carnaval, nos permitirán soportar está afirmación.
Para el economista y experto petrolero Alfredo Toro Hardy, "los precios no se
recuperarán por la vía de recortes de producción
y en todo caso, si estos llegaran a producirse, el aumento de precios petroleros
no haría más que agravar la recesión económica mundial". Esto se traduciría
en una menor actividad económica, y un aumento de la tendencia de caída de
los precios por un menor consumo.
La caída estacional de los precios a partir de abril de 2002 podría constituir un
terrible escenario para el país, si no hay una recuperación de la economía. Una
mala noticia: según los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional,
la economía mundial no se recuperará hasta el segundo semestre de 2002.
Los pronósticos de los analistas contrastan ampliamente con los cálculos
oficiales, pues ninguno de ellos considera factible el objetivo oficial de
crecimiento de 4,5%, para el año próximo. "El año que viene va a ser muy
difícil. El gobierno enfrentará un drástico ajuste fiscal o (...) una crisis de su
balanza de pagos", dijo el economista Francisco Vivancos.

6. Inflación y crecimiento.
A este fenómeno de la economía se le da el nombre de inflación, que no es
más que el alza constante de los precios de los bienes y servicios de un país,
lo cual hace que el dinero valga cada día menos, es decir, hace falta más
dinero para comprar las mismas cosas.
La inflación (como todas las variables macroeconómicas) se interrelaciona con
otras variables como la liquidez monetaria, la demanda, el consumo y las tasas
de interés, entre otras. Por esta causa, resulta tan difícil combatirla o conseguir
una causa determinada para justificar su existencia.
Existen dos razones ligadas al proceso productivo como son los elementos
reales y otros de orden sociológico -como las expectativas y los temores que
tienen los agentes económicos y los consumidores- que generan acciones
especulativas que inciden en los precios.
Para resumir, podríamos decir que el espiral inflacionario, en principio, se
retroalimenta y funciona de la siguiente manera: los precios impulsan los
salarios y el gasto, y éste, a su vez, eleva los precios.

¿Cómo se mide la inflación?


Existe un índice para medir la inflación que consiste en una cesta de precios,
catalogados de primera necesidad, y que, generalmente, es medido por el
Banco Central de cada país, mensualmente. En Venezuela se llama Indice de
Precios al Consumidor (IPC).
En el mes de febrero del 2002 la tasa inflacionaria se situó en 1,8%, lo que
duplica el índice inflacionario registrado el mes anterior, además de representar
un alza de 1,3 puntos frente a la inflación de febrero del 2001. La inflación
acumulada en el 2002 asciende a 2,7%. Con este resultado, sumado a los
otros indicadores monetarios, la expectativa en torno a la inflación del 2002
podría situarse en torno a 30%, toda vez que el mercado cambiario hará
percibir a lo largo del año los efectos de la devaluación de más de 35 puntos
registrada en el mes, y a ello se sumará el factor de las altas tasas de interés, a
menos que logre corregirse en los próximos meses.
Simultáneamente, la tasa inflacionaria anualizada entre febrero del 2001 y
febrero del 2002 se ubicó en 13,2%. Lo más peculiar de este resultado de
febrero es que ocurre en medio de un escenario de escasez de liquidez en el
sistema monetario, que ha sido una de las causas principales en el alza de las
tasas de interés, lo que retroalimenta así la inflación. La liquidez monetaria
presente en el sistema fue de 15 billones 564 millardos de bolívares a
mediados del mes, de los que 7,9 billones correspondieron a dinero, y 7,6
billones a cuasidinero.

¿Qué es el PIB?
Tiene mucho que ver con el ahorro que se invierte y se trasforma en desarrollo.
El Producto Interno Bruto es la suma del valor de los bienes y servicios
producidos por un país. El PIB nos demuestra el nivel de crecimiento de una
economía.
El director del Banco Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, estimó el
miércoles 3 de abril de 2.002 que la inflación del país cerrará entre 20 y 22 por
ciento este año, cifra que ató a que el tipo de cambio se mantenga por debajo
de 1.000 bolívares por dólar, informó Reuters.
"Podríamos tener una franja de inflación de entre 20 y 22 por ciento", dijo
Domingo Maza en entrevista con la emisora Unión Radio.
Explicó que el comportamiento de los precios en marzo de 2.002, cuando
treparon 4,2 por ciento y la inflación fue la más alta desde octubre de 1996, no
puede proyectarse para el resto del año, dado que espera que el alza de los
precios tienda a estabilizarse.
La inflación en el primer trimestre fue de 7,0 por ciento y la anualizada a marzo
de 17,6 por ciento, cifras que dejaron atrás la meta inicial del Gobierno de 10
por ciento para todo el año, y que ahora se encuentra ajustando junto con otras
variables macroeconómicas.

Sistema de flotación cambiaria


La depreciación del bolívar (de -14 por ciento desde que entró en vigencia el 13
de febrero una flotación del tipo de cambio para frenar la fuga de capitales)
impulsó los precios de los bienes y servicios en el país, el cuarto exportador de
crudo en el planeta.
El emisor estableció desde el 18 de febrero un sistema de subastas de dólares
para surtir al mercado. En las primeras jornadas fueron ofrecidos 60 millones
de dólares diarios, monto que ha ido reduciéndose hasta los actuales 45
millones.
"No se puede proyectar linealmente a través del año los resultados obtenidos
en el primer trimestre, porque es posible que el efecto de flotación cambiaria
(sobre los precios) que se acusó bastante acentuado en el mes de marzo, vaya
debilitándose en el transcurso de los próximos meses, si otros factores no
inciden en el mercado", dijo Maza.
Maza Zavala calcula que el tipo de cambio tenderá a la estabilización en
"menos de 1.000 (bolívares) y eso contribuirá a que los impulsos inflacionarios
se calmen".
Agregó que no hay razones para que se creen expectativas en torno de un alza
abrupta de la paridad, con una tasa que "se está diseñando de entre 900/950
bolívares por dólar".
El tipo de cambio, que superó los 1.100 bolívares por dólar en las primeras
jornadas tras la flotación, cerró el martes en 921,75/923 bolívares por dólar.
Maza basó sus cálculos sobre la premisa de que hay menores requerimientos
de dólares por parte de los agentes económicos.
"La demanda de divisas está estabilizada en un nivel moderado. Con relación
al mes de enero de 2.002 hay una disminución de la demanda de entre 40 y 50
por ciento, y eso se va a mantener en el transcurso del año", afirmó.
Los requerimientos de divisas en marzo de 2002 son históricamente más bajos
en Venezuela porque en ese mes se hacen importantes pagos de impuestos,
por lo que muchos venden dólares para cancelar los tributos con bolívares.
Maza prevé que las reservas internacionales del país aumentarán debido al
alza que han experimentado los precios petroleros en las últimas jornadas,
pero especificó que el efecto se sentirá a partir de mayo cuando la factura por
ventas de crudo comience a hacerse efectiva.
Las reservas en manos del emisor se ubicaron en 9.451 millones de dólares al
primero de abril, 23 por ciento menos que al cierre del 2001. El país cuenta
adicionalmente con 5.588 millones de dólares que están depositados en un
fondo especial para contingencias.
La nueva Ley de Hidrocarburos, que fue aprobada mediante la Ley Habilitante,
representa, a juicio de los analistas, un retraso de 25 años en la legislación
petrolera. El instrumento legal podría representar un declive de las inversiones
de las transnacionales, porque fija una participación estatal del 51% en los
proyectos y encarece, con una regalía del 20% al 30%, la explotación de los
crudos pesados (además de la regalía de 16,7% impuesta a la explotación de
la orimulsión).
Venezuela debería respaldar sus recortes en la oferta petrolera con inversiones
en el sector, para poder captar un mayor mercado cuando se recupere la
demanda. El país depende más que antes de los precios del crudo, ante las
bajas inversiones en los demás ramos de la economía.
El Ministro de Finanzas Usón comentó que una vez que se establezcan las
nuevas metas macroeconómicas, después de las medidas cambiarias y
fiscales adoptadas en febrero de 2.002, será recalculado el presupuesto de
ingresos para este año.
Esas cifras serán presentadas a un grupo de bancos de inversión con el
objetivo de mejorar las expectativas de los analistas sobre la economía
venezolana, dijo.
"Con las variables económicas ya en posición, nosotros anunciaríamos para la
próxima semana el recálculo del presupuesto de ingresos. Cuando eso lo
demos a las bancas de inversión, indiscutiblemente que las expectativas van a
ser mucho mejores", afirmó.
El funcionario informó que ha mantenido reuniones con bancos de inversión los
últimos días y dejó abierta la posibilidad de que pueda plantearse una nueva
emisión de bonos de la deuda pública externa.
"Estamos haciendo eso. La banca de inversión nos está considerando que
estamos en un momento bueno", dijo al ser consultado acerca de las versiones
de mercado de que Venezuela está preparando una emisión por unos 1.000
millones de dólares.
El gobierno del presidente Chávez ha dicho que es necesario mejorar el perfil
de la deuda externa venezolana, debido a que entre el 2002 y el 2007 son
fuertes los compromisos de pago.

Papeles emitidos por la nación


Entre el 1º y el 22 de febrero las emisiones de Bonos de Deuda Pública
Nacional con Pacto de Recompra (los Repos) alcanzaron un volumen de
cuatro, a lo largo de igual número de jornadas. El monto total ofrecido rozó los
26 millardos 105 millones de bolívares, de los cuales se colocaron 4 millardos
556 millones, que equivalen a 17,45%. La tasa promedio de interés gravitó
entre 29,1474%, y los plazos fueron de 28 días.
Simultáneamente, se registraron tres ofertas de títulos de Deuda Pública
Nacional (DPN) en tres jornadas. Totalizaron 54 millardos 823 millones de
bolívares, de los que se adjudicaron 4 millardos 177 millones de bolívares, es
decir, 7,62% de lo emitido. Los plazos estuvieron entre 348 y 355 días, y las
tasas nominales en 30,11%. El monto adjudicado por vencer en febrero
ascendió a 88,2 millardos de bolívares, y el monto total adjudicado por vencer
englobó 6 billones 580 millardos 920 millones de bolívares.
En el período no hubo muchas ofertas de Letras del Tesoro. El monto
adjudicado por vencer en febrero fue de 138 millardos 268 millones de
bolívares, y el monto total por vencer sumó 715 millardos 61 millones.

Papeles Comerciales
En el período del 1º al 22 de febrero el mercado de papeles comerciales
registró 12 emisiones: ocho denominadas en moneda nacional y cuatro en
divisas. Las primeras totalizaron 59,2 millardos de bolívares, mientras que las
segundas sumaron 23 millones de dólares. Frente al comportamiento del
mismo período del mes anterior, supone una menor emisión en moneda local y
el sostenimiento del mismo nivel en emisiones en dólares. Obviamente, la
posibilidad de lanzar papeles en dólares está atada a que las empresas
emisoras obtengan ingresos en divisas. En el período, todas las emisiones se
correspondieron con programas iniciados en el 2001. Los plazos de
vencimiento estuvieron entre 7 y 154 días. En cuanto al rendimiento, las tasas
de interés para las emisiones en bolívares oscilaron entre 30 y 48%, lo que
reflejó la tendencia al alza en las tasas, mientras que las emisiones en dólares
ofrecieron una tasa entre 3,13 y 4,50%. A su vez, las calificaciones de riesgo
obtenidas por estas emisiones estuvieron entre un rating de A1 y B1.
Nuevamente, este mercado supondrá para las empresas emisoras un costo de
alquiler del dinero inferior al que les representarían las tasas bancarias de
interés, lo que podrá incentivar las emisiones en los meses siguentes.

Fondos mutuales
Obstaculizados por IDB
Las reinversiones en el mercado de fondos mutuales se vieron obstaculizadas
en el mes de febrero, debido a la expectativa creada por la eventual
implantación del Impuesto al Débito Bancario. Ciertamente, todas las
transacciones que realicen las instituciones financieras con las carteras
administradas de los fondos mutuales estarán gravadas con este impuesto. De
esta forma, los inversionistas, que estuvieron atraídos por incrementar sus
posiciones en los fondos mutuales (tanto por el alza en los rendimientos en
instrumentos de renta fija, como por el alza del precio de la divisa, para el caso
de fondos denominados en moneda extranjera), tuvieron que posponer
indefinidamente sus aspiraciones. En general, la tendencia en el mercado
apunta a reestructurar las opciones de inversión en este sentido, pero en todo
caso el ánimo es a esperar que se defina la suerte de los fondos mutuales para
cuando comience el régimen del impuesto al débito bancario. En todo caso,
quienes poseían inversiones en los fondos mutuales pueden mantenerlas. Lo
que en algunos casos estuvo detenida fue la realización de nuevas inversiones
en estos instrumentos, a causa del anunciado tributo. Independientemente de
ello, los valores activos netos de los distintos fondos se vieron favorecidos en el
mes, por efecto del alza en los tipos de interés y el alza en el precio del dólar
registraron un desplazamiento de 21,16 a 22,98 puntos en promedio (máxima
de 42,50 y mínima de 15,33%).
Respecto a las tasas que paga la banca por los depósitos del público (en sus
niveles máximos), los movimientos fueron los siguientes: las tasas pasivas
pasaron de 18,53 a 23,65% para depósitos a 30 días; se desplazaron de 18,81
a 22,71% para depósitos a 60 días, y se movieron de 19,10 a 22,31% para
depósitos a 90 días. La tasa promedio para depósitos a 120 días varió de 18,74
a 20,42%; 180 días pasó de 17,50 a 19,78%, y 360 días varió de 15,89 a
18,40%.
En depósitos de ahorro la tasa máxima promedio se ajustó de 8,57 a 10,29%,
mientras que en activos líquidos el tipo de interés se mantuvo en 6,07%. Tras
haberse decretado la libre flotación del dólar, esta situación de altas tasas de
interés se corregiría si se deja que efectivamente el mercado marque el precio
de la divisa, y luego se inyecte liquidez a un mercado monetario que refleja una
fuerte escasez.
En el mercado interbancario la tasa overnight dominante mostró un nivel
mínimo de 30 puntos y máximo de 58,60%; la tasa mínima interbancaria se
mantuvo entre 10 y 55%, y la overnight máxima se movió entre 40 y el
astronómico nivel de 100% que, nuevamente, es expresivo de la limitada
liquidez presente en el sistema.

Mercado cambiario
En el mes de febrero de 2.002 el tipo de cambio tendió a desplazarse
sustantivamente por efecto de la tensión en el ámbito político, lo que incidió en
un fuerte descenso de las reservas internacionales, y obligó, el día 12 de
febrero, a adoptar la libre flotación del dólar, dejando atrás el régimen de
bandas cambiarias. Este suceso permitió en parte corregir la sobrevaluación de
la moneda nacional. En total, el precio del dólar pasó en el mes, de 767
bolívares a 1.038,25, lo que representa una devaluación contundente de
35,37% en el mes (la de enero fue de 1,19%). Con este resultado, la
expectativa de devaluación del año 2002 estará sujeta a que la divisa logre un
nivel de equilibrio, sin intervenciones extraordinarias del Banco Central. Pero
en este punto el factor en juego no es solo la corrección de la sobrevaluación
de la divisa, sino la reacción de un mercado (sesgado inherentemente por el
nerviosismo) ante los acontecimientos en el ámbito político.
Para revertir la tendencia a la fuga compulsiva de capitales, el mejor signo que
podría percibir el mercado cambiario en este momento sería un acuerdo de
gobernabilidad realizado entre todos los actores de la esfera política, social,
económica.
En el mes de febrero del 2002 el volumen de reservas internacionales totales
cayó a 10,2 millardos de dólares, sin contar los 5,6 millardos depositados en el
Fondo de Estabilización monetaria.

Tasas de interés
Reacción drástica
En el período del 1º al 22 de febrero de 2.002 las tasas de interés del sistema
financiero nacional registraron una drástica reacción tras la libre flotación del
tipo de cambio: la tasa promedio del crédito al consumo (tarjetas de crédito)
pasó de 32,89 a 44,51%, siendo la máxima 95% y la mínima 18.
La tasa para créditos hipotecarios también se ajustó, al pasar de 38,25 a
46,48%, con máximos y mínimos entre 95 y 32%. La tasa para créditos
comerciales también mostró un ascenso, al pasar de 37,24 a 51,89%,
situándose sus niveles máximo y mínimo entre 95 y 19,36%. En cuanto a los
créditos a tasas especiales para la pequeña y mediana empresa, la tasa activa
promedio se ajustó de 33,11 a 39,57%, con extremos entre 25 y 71%.
Asimismo, las tasas para créditos agrícolas

Qué son las tasas de interés reales positivas?


En economía, se consideran cifras nominales aquellas que están expresadas
en unidades monetarias, bolívares en el caso venezolano, "corrientes"; esto es,
en cifras que no toman en cuenta la inflación. Por el contrario, cuando dichas
cifras se presentan en bolívares "constantes", se ajustan tomando en cuenta la
tasa de inflación de manera de realizar comparaciones más asertivas.
En el caso de las tasas de interés se dice que las mismas son reales cuando
toman en cuenta la inflación. Si, por ejemplo, la tasa de interés anual es de 15
por ciento y la tasa de inflación del mismo año es 10 por ciento, la tasa de
interés real es 5 por ciento. Como puede notarse, si la tasa de interés es
superior a la tasa inflacionaria, se habla de tasas de interés reales positivas,
mientras que cuando sucede lo contrario se consideran negativas.
En Venezuela hemos tenido tasas de interés reales negativas desde el año
1992, lo que se tradujo en un bajísimo incentivo al ahorro (fuente primaria de
donde salen las inversiones) y en un desplazamiento importante de recursos de
los acreedores a los deudores.
Las tasas de interés, que se mantienen en niveles superiores al 60 por ciento,
comenzarán a descender y se espera que para abril o mayo sean más
accesibles para los deudores, según fuentes del Banco Central de Venezuela
(BCV).
El director del BCV, Domingo Maza, informó que el aumento de las tasas de
interés se impulsó para contener la salida de divisas que se realizó en el país
hasta febrero, ante la libre flotación del dólar.
Maza aseguró a que, sin embargo, después de un mes de la liberación
cambiaria el bolívar comienza a estabilizarse, y las tasas, que llegaron a más
del 60 por ciento, "para abril o mayo esperamos que ya estén más bajas".
El economista reiteró que tras la libre flotación del precio del dólar que asumió
el gobierno el 13 de febrero pasado "ya no existen expectativas de
devaluación".
Agregó que además, aumentará la liquidez por el retorno de depósitos a la
banca y una mayor ejecución del gasto público, factores que, dijo, ayudarán a
que las tasas de interés comiencen a reducirse.
Estimó que el tipo de cambio, que en la primera semana de libre flotación llegó
a sobrepasar los mil bolívares por dólar, podría estabilizarse entre 900 y 920,
cifra que calificó de "razonable dentro de las circunstancias de la economía".
El ejecutivo explicó que durante marzo el tipo de cambio puede continuar a la
baja porque empresas y ahorristas cambiarán
divisas en bolívares para cancelar impuestos.
El director del BCV también auguró que la inflación cerrará este año por debajo
de un 20 por ciento, y que la aplicación de nuevos impuestos, también a partir
de marzo y abril, "tendrá una incidencia mínima sobre los precios"

Tabla Variables Macroeconómicas Año 2.000 – 2.001

VENEZUELA 2000 2001

Año Mayo Mayo Junio Julio

Inflación (% -año completo) 16,19 12,06 12,61 12,47 13,01

Producción de petróleo crudo 94,23 94,43 93,72 93,50 93,30(p)


(1997=100)

Tasa de interés nominal de 15,87 12,61 11,70 13,26 13,10


depósito (promedio %)

Tasa de cambio. Fin período 699,75 711,75 715,00 718,75 725,25


(Mda. loc. por US$)

Reservas internacinales con oro 15.883 14.298 13.800 13.425 13.529


(US$Mlls)

Balanza comercial bienes 17.965 - - - -


(US$Mlls)

Cuenta corriente (mll US $) 13.365 - - - -

Liquidez monetaria (M2) (miles 16.285 15.161 14.409 14.856 -


millons)

Paridad real (1995=100)* 61,86 57,50(p) 56,92 56,60 56,10 (p)


(p) (p)

Cotización acciones (1995=100) 393,98 455,24 480,72 463,01 464,59

Economistas opinaron que la recesión económica mundial en el 2002 golpeará


la cotización internacional del petróleo y socavará la capacidad del cuarto
exportador mundial de crudo para respaldar financieramente su sistema
cambiario.
"Nosotros este año vamos a tener unos ingresos petroleros menores que los
del año pasado", dijo el economista Francisco Faraco, de la firma Faraco y
Asociados. "Este año va a ser muy difícil de sostener (el sistema), en un
momento en el cual las disponibilidades de divisas comienzan a mermar",
añadió.
Las reservas internacionales de Venezuela bajaron 22,6 por ciento a 12.289
millones de dólares entre el 2000 y el 2001, mientras el precio promedio de la
cesta petrolera del cuarto exportador mundial de crudos bajó de 25,91 hasta
20,30 dólares por barril en el mismo lapso.
En la primera semana del 2002, el precio de la cesta petrolera se ubicó en
16,94 dólares por barril. La expectativa presupuestaria para el año es de 18,5
dólares por barril.
La baja de ingresos podría agravarse a lo largo del 2002 por una autoimpuesta
reducción de los volúmenes de exportación, en el marco de los recortes de
producción acordados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP), a la que pertenece Venezuela, para estabilizar el mercado.
Cifras preliminares del Banco Central de Venezuela (BCV) parecen respaldar
esa tesis. El superávit de cuenta corriente del país se redujo desde 13.111
millones de dólares en 2000 a 4.395 millones de dólares al cierre del 2001.
Mientras tanto, las metas presupuestarias del gobierno para el año 2002, que
incluyen un crecimiento de 4,0 por ciento en términos del Producto Interno
Bruto (PIB), basado en gasto público, contra el 2,7 por ciento del 2001, son
consideradas "irreales" por empresarios, quienes prevén una recesión.
La principal asociación empresarial de Venezuela, Fedecámaras, prevé una
recesión de hasta 1,9 por ciento.
"Pareciera que tanto por razones de comercio, de sustentabilidad del sector
externo, como por razones de estabilidad fiscal, el BCV debería revisar su
esquema cambiario", añadió Faraco.
Las importaciones de Venezuela en el 2001 subieron 11,6 por ciento respecto
al 2000, hasta 17.282 millones de dólares. La balanza de pagos del país
registró al cierre del 2001 un déficit de 2.434 millones de dólares, contra el
superávit de 5.818 millones de dólares en el año previo, según el BCV.
Los analistas coinciden en que el bolívar está sobrevaluado en alrededor de 30
por ciento respecto al dólar, pero advierten que el gobierno "no está dispuesto"
a afrontar el costo social de la devaluación y podría aplicar controles
cambiarios en caso de enfrentar problemas.
Francisco Vivancos, analista de la firma Merinvest, dijo que la aplicación de
controles "siempre es un riesgo, sobre todo para aquel tipo de gobiernos que
pretenden no pagar la factura en el corto plazo de lo que es una realineación
de la banda cambiaria o lo que es una devaluación".
Durante las últimas semanas del año pasado, la demanda de dólares se
disparó muy por encima de la norma del mercado, ante el temor de que se
aplicaran controles de convertibilidad luego que Chávez amenazó con
represalias contra los "especuladores".

7. Fortalecimiento de las finanzas públicas a través de la reforma de las


empresas estadales.

La Función de las finanzas públicas en el proceso de desarrollo


Las finanzas públicas pueden fortalecerse y ayudar al proceso de desarrollo
creando la plataforma necesaria para la atracción de inversiones,

Dotar al estado de una clara transparencia en todos los asuntos públicos para
combatir el flagelo de la corrupción y rescatar la confianza y credibilidad de la
comunidad nacional e internacional en el más pequeño de sus actos. En este
sentido, se trata de proponer una nueva ética, en la cual la práctica institucional
de quienes proponen y ejecutan políticas públicas esté claramente signada por
una actitud de servicio y no por la búsqueda de beneficios personales.

Una Ley establecida en la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público


en su artículo 5, la normativa relacionada con la declaración jurada de
patrimonio que todo funcionario público antes de tomar posesión de sus
funciones debe cumplir (hasta ahora solo la cumplen por iniciativa propia (muy
pocos)). El cumplimiento de esta normativa haría más eficiente y transparente
su gestión, una vez que esta Ley y otras que se consideren necesarias se
cumplan a cabalidad: Aumentar el situado que se le aporta a las gobernaciones
y alcaldías, apoyar una mayor descentralización.

Haciendo competitivas y eficientes las empresas públicas, eliminando la


burocracia que tanto daño les causa; eliminar en ellas la función de labor social
que vienen desempeñando y llevarlas al terreno de la productividad

La creación del Fondo de Pensiones en manos de una empresa de reconocida


solvencia moral y ética. En nuestro país no existe un Fondo de Pensiones que
maneje los fondos de los jubilados de manera eficiente y efectiva, en su defecto
el Instituto de los Seguros Sociales durante muchos años ha hecho uso de
manera irracional de ellos, llegado el momento de la jubilación no hay poder
legal que defienda esta anormalidad.

Autorizando la entrada de importantes capitales foráneos a través de las


concesiones de capital extranjero que vayan a favor de nuestros estados,
facilitando para ello el sistema de permisología que tantas trabas coloca para el
establecimiento de estas industrias.

El incremento del salario acorde con las necesidades existentes, ya que está
muy por debajo de las expectativas del sector laboral, en cuanto a los
beneficios sociales si el estado está en capacidad de absorberlos que los
cumpla de lo contrario sustituirlo por efectivo.

Concientización en los sindicatos existentes haciéndoles entender que si de


verdad desean que la masa de trabajadores desempleados, que son bastantes,
tengan un empleo estable, deben dejar trabajar las empresas, no imponerle
condiciones que solo benefician a sus dirigentes, incidiendo negativamente en
el ánimo de la mayoría de los empleados públicos a cumplir su labor con
mística. El ejemplo que proviene de la clase dirigente no es la mejor , entonces
el ciudadano común reacciona de manera inadecuada, afectados por este
sector de conducción que exterioriza un alto grado de falta de compromiso con
los más altos ideales de patriotismo, en el que se incluye la honestidad,
transparencia en sus actos y ejemplo de vida.
Creación de Obras que cumplirían varios roles: se construirían sistemas
ferroviarios, que enlacen nuestras empresas básicas con los mercados
centrales; Hacer uso de las tierras creando centros de producción agrícola y
pecuaria, construir vías de penetración adecuadas a estos centros, pero previo
a ello construir la infraestructura necesaria para garantizar a sus habitantes la
satisfacción de las necesidades públicas; núcleos educativos; centro de salud.

Para que los hospitales y centros de educación superior operen de manera


eficiente crear la figura de la autogestión con personal idóneo, dotarlo con
herramientas suficientes y continuidad en el suministro de insumos de manera
de no paralizar sus actividades por la carencia de estos.

Diversificando las industrias básicas, esto conlleva a la apertura de nuevas


fuentes de trabajo.

Facilitando la inserción de las nuevas empresas que vengan a establecerse en


nuestro país. Tenemos un marco legal con el cual podemos darle cumplimiento
a muchas situaciones obstáculos que se presentan el problema está en que
estas leyes no se hacen cumplir.

Desarrollar políticas efectivas encaminadas a la protección de la ecología y del


medio ambiente.

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