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Paco de Lucía

Es sin duda la mejor que ha existido jamás. Y no solo eso, sino que, además, trascendió un

género. El flamenco, arraigado en Andalucía, fue llevado a todo el mundo y admirado por

todos ellos. Devoró influencias de jazz y ritmos latinos, y trajo complejos riffs, con gran

energía, junto a melodías tradicionales flamencas. Keith Richards, guitarrista de los Rolling

Stones, dijo una vez: «La gente piensa que yo soy una leyenda, pero solo hay dos o tres

guitarristas que se puedan considerar leyenda. Y por encima de todos ellos está Paco de

Lucía».

El guitarrista gaditano introdujo nuevos acordes inspirándose en otros estilos, como por

ejemplo el jazz, revolucionando este arte.

La figura de Paco de Lucía es inconmensurable, pero podemos comenzar a apreciarla

gracias a los apuntes que sobre el guitarrista nos dejan Dolores Giménez, bailaora y
Directora de la Asociación Cultural Flamenca Carmen Amaya y Fernando Mejías,

guitarrista flamenco y maestro de guitarra de dicha asociación. Paco de Lucía marcó una

nueva etapa en la historia del flamenco, junto con Camarón. Ambos pueden considerarse

los creadores del flamenco de esta época. Cambió la forma de tocar, actualizándola. Ha

enseñado a todos los guitarristas de hoy cómo se debe tocar. Armonizó el flamenco: hasta

entonces sólo se tocaban melodías, la guitarra tenía poca armonía. 

Las técnicas conocidas hasta ese momento eran así, pero Paco de Lucía introdujo nuevos

acordes inspirándose en otros estilos, como por ejemplo el jazz, revolucionando este arte.

Expandió el flamenco, llevándolo a la gente que no lo conocía o no lo entendía, gracias a su

manera nueva y fresca de tocar. Su influencia atravesó las fronteras del país: en el

extranjero era un genio de la guitarra, y aunque dentro del país fuese menos valorado, eso

no le impidió cosechar importantes premios a lo largo de toda su carrera. El mundo del

flamenco es un mundo cerrado, pero él no quiso cerrarse: se arriesgó, fusionó y

experimentó, manteniendo siempre la raíz flamenca. Incorporaba todas las nuevas

influencias de las que iba bebiendo, pero la identidad del flamenco siempre estaba presente

en él. En definitiva, era un artista completo. Lo tenía todo: alma, corazón y técnica. No

cantaba, pero conseguía hablar a través de la guitarra. Hacía que la guitarra cantase sin voz.

Y por suerte para los amantes del flamenco, ha dejado un extenso e importante legado del

que aún podemos aprender e inspirarnos.

Lo fue todo: dominó a la perfección la técnica de la guitarra española; fue el responsable de

llevar la improvisación al flamenco y la convirtió en su seña de identidad; se arriesgó en

cada disco hasta crear el lenguaje flamenco que conocemos hoy; descubrió el cajón peruano

y se lo mostró al mundo en forma de cajón flamenco; le dio a la guitarra el


protagonismo2 que hoy tiene separándola del cante; grabó 12 discos junto a Camarón, la

voz flamenca más prodigiosa de todos los tiempos; y compuso3 melodías bellísimas que

han dado la vuelta al mundo. Esta es la historia de un genio que nunca se cansó de

aprender.

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