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Cortés Cabañas Raúl Jair Grupo: 2251

Libro: 1984 de George Orwell

Bueno yo elegí este libro ya que se me hace muy interesante la historia que plantea, también por
el fondo que hay de esta, aunque el actor hace que lo interpretemos de una manera metafórica o
irónica. Porque tal vez todo esa pueda suceder en un futuro no lejano.

La novela se sitúa en el siglo XX, desarrolla la historia de un Estado totalitario que controla todos
los aspectos de la vida de la nación, sigue la dinámica del comunismo. Winston, el personaje
principal, cada uno de sus movimientos debe estar conducido a apoyar al Gran Hermano, por lo
tanto, sus pensamientos deben ser concebidos desde la estructura que plantea el partido, que se
reducen en no pensar y obedecer, por miedo o no, sino porque así se cree, porque no hay menor
duda ni cuestionamiento de lo que dicta el Partido. La sociedad es vigilada por tele pantallas, las
cuales están instaladas por todas partes, conforman parte del instrumento de orden y de
represión.

Esto me hace pensar demasiado a lo que el autor trata de llegar, como un ejemplo, el aparato que
conforma el pensamiento racional conduce al sentido crítico, de tal modo que el control del
pensamiento lo es todo, porque involucra todo sometimiento y subyugación para servir a la
dominación. En el libro la Policía del Pensamiento goza de una enorme estructura, y es porque se
han dado cuenta de que el pensamiento está por encima de cualquier cosa.

Un Estado puede llegar a manipular a los ciudadanos, esto no es una visión extrema ni lejana, la
ideología más conocida y los ejemplos más claros son los fascismos que se llegaron a presentar en
Alemania, Italia Japón y España, comúnmente se suele referirse a esos casos. Pero sin embargo
hay algunos Estados que han propagando su propia ideología y han pasado de inadvertidos como
el poder que han tenido a punto de llegar a ejercer a los medios de comunicación como
constructores de significados y de las realidades de ciertas problemáticas. La situación actual
podría decirse que ha estimulado un progreso respecto al crecimiento de fuentes de información,
pero la calidad y la verdadera representación se encuentra oculta, o bien, distorsionada por los
creadores, que proponen verdades al servicio de los intereses del grupo en el poder.

El poder que poseen los medios de comunicación se introduce en la influencia que tienen del
pensamiento, el potencial que guarda contempla la extensión y aseguramiento de un poder
dominante, tal como es explicado en el libro perfectamente y la represión de ideas que es
producto de eliminar todo objeto de heterogeneidad y de división. La idea de la inserción e
influencia de ideas uniformes mediante imágenes e información logra el acometido de una
sociedad que no actúa como regeneradora de su propio bienestar, sino proclive a una obediencia
irrestricta a los generadores de comunicación: empresas y el grupo en el poder. Cabe resaltar que
el ataque de éste aparato se halla en cualquier clase social y por mecanismos diferentes, pero con
un resultado igual.

Por último, me gustaría agregar: a las personas de la sociedad que son universitarios o
profesionistas, todos aquellos que han llevado una formación académica también son atacados
por la ideología, claro que se presentan muchas mayores dificultades para su convencimiento, los
instrumentos que se utilizan constan de doctrinas, planes de desarrollo, teorías y libros que están
sujetos al poder dominante.
La versión que plantea el libro acerca de cómo un Sin embargo, hay Estados que han propagado o
están propagando su propia ideología, empero pasa inadvertido

Es necesario presentar una definición de lo que se entiende como ideología, según Blackburn
define el término en el Dictionary of Philosophy como” un sistema de creencias, maneras de
pensar y categorías que sientan las bases de programas de acción política y social” (Blackburn,
1994), involucra la existencia de reglas preestablecidas en el sistema.

Se extiende, como había subrayado Gramsci,” a los usos, costumbres, al modo de vida de los
agentes en formación”.

Es preciso mencionar que los medios de información son uno de los aparatos ideológicos del
Estado, es parte de la represión física organizada al establecer ciertos modelos a seguir y
concepciones de temas importantes que repercuten en el nivel de vida que sostienen.

Para que la ideología se desarrolle tiene que tener como elemento sustancial la legitimidad, “Es el
proceso a través del cual una audiencia es ganada para el contenido y la forma de un mensaje
mediático” (Thompson, 1960). De tal manera que la legitimidad involucra el apoderamiento de la
población ya que no va a cuestionar el mensaje que se exponga y dotará de credibilidad al medio
de comunicación. Con la buena fe otorgada pueden realizarse prácticas de manipulación que
determinen seguir las líneas de pensamiento, creadas por medio de la prensa, de redes sociales o
de la televisión, las cuales conducen acciones planteadas como modos de vida y costumbres.

El problema que se atribuye al seguir los pensamientos implementados por los grandes gigantes
que fungen como comunicadores reside en la certeza de conocer que es verdad y que es mentira,
que está siendo objetivo y que subjetivo. En pleno siglo XXI, la tecnología permite comunicarnos
eficientemente y en cuestión de segundos estar en contacto con el mundo, no obstante, con tanta
información hoy en día continua la dominación de ideas y creencias, a razón de que la sociedad
está inmersa en cuestiones materiales y en redes sociales que traen como consecuencia que deje
de interactuar el individuo con el medio en el que vive, y por lo tanto deje de prestar atención a las
cuestiones que le afectan, es una condición idónea para la imposición de ideas sin que se den
cuenta; por otro lado, se encuentra la mala información filtrada con el objetivo de tranquilizar a la
sociedad, así como ofrecer un panorama alentador, ya sea de las cuestiones económicas, por
ejemplo: el crecimiento económico y la inflación, o las cuestiones de seguridad.

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