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El niño y el significante

Un estudio sobre las funciones del jugar en la


constitución temprana
Ricardo Rodulfo
Editorial: Paidós
Temática: Psicología Para padres | General libros para
padres
Colección: Psicología Profunda
Número de páginas: 254
Año: 1989

En este texto, justamente, Ricardo Rodulfo toma la decisión de


revisar algunos de los efectos de un momento revolucionario y
crítico: el que se inició en nuestro país con una introducción de la
teoría del significante, uno de los elementos cruciales de la
conceptualización lacaniana.
Acompañado por la profunda convicción de que en el ámbito
científico los conceptos son herramientas para pensar, y no
mandatos a seguir ni ídolos a sacralizar, revisa en este texto las
consecuencias de una lectura “demasiado lineal” de la teoría del
significante en la práctica de los niños y adolescentes.
Esta reflexión crítica de un tipo de lectura, que condujo según el
autor a “pasivizar al sujeto” desdibujando su diferencia, lo lleva a
desplegar sus propias hipótesis.

Asumiendo como idea rectora que el “niño no recibe pasivamente


significantes ya hechos sino que recibe un material significantes que
activamente extrae y procesa”, resignifica, investiga
cuidadosamente las fuentes de ese material significante, sus
posibles destinos, así como las operaciones esenciales que realiza
el bebé.
Se puede advertir que “las cuestiones fundamentales”  que este
autor plantea no giran sobre sí mismas. Están, en cambio, que,
desbordando el campo de las neurosis, muestran, con mayor o
menor rigor, los efectos de fallos en la estructuración psíquica.

Citas y Análisis Texto Rodulfo Cap. 1


"No hay problema, él se queda donde yo lo pongo"

En términos psicoanalíticos, lo mas terrible que le puede suceder a


alguien es quedarse donde lo pusieron determinados significantes
de la prehistoria, incluso cuando esos significantes aparentemente
suenen bien.
En el libro se pregunta: ¿Donde viven los niños?
Se puede interpretar como un “mito familiar“ lo que un niño respira
allí donde está colocado. Lo que se respira a través de una serie de
prácticas cotidianas que incluyen actos chicos, normas educativas,
regulaciones del cuerpo, que forman un conjunto donde está
presente el mito familiar.
Identificar donde vive, que mito vive, que mito respira y que
significa, en ese lugar ser madre y padre.
El mito familiar puede entenderse como un puñado de significantes.
El sujeto es allí lo que representa un significante para otro
significante.

Conclusión

La tarea de un niño es la de encontrar significantes que lo


representen y de eso depende conseguir un lugar para vivir, un
espacio en el mito familiar. Ocupar un lugar en el deseo del otro,
para esto es preciso que alguien done el lugar.

Las rutinas sirven al niño para suponer ciertas regularidades en un


mundo nuevo e imprevisible/impensable. Cabe al Otro primordial
ofrecer por medio de ella los medios para armar una cotidianeidad,
espacio de construcción de superficie, la continuidad crea superficie
y se le atribuye un significante

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