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EDICIÓN Nº 5

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SEPTIEMBRE DE 2021

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¿DÓNDE ESTÁN?: EL CASO DE LOS 8 DE
VALPARAÍSO

LAS INVESTIGACIONES DE DDHH EN LA

TRANSICIÓN

A 48 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO: JORNADA

HISTÓRICA DE MOVILIZACIÓN

ENTREVISTA A PRESIDENTA AFEP, ALICIA LIRA

LA VÍA ADMINISTRATIVA DE LA IMPUNIDAD

ÍNDICE
p.3

EDITORIAL

p.4

REPORTAJE/

¿DÓNDE ESTÁN?: EL CASO DE LOS 8

DE VALPARAÍSO

p.17

TESTIMONIOS/

LAS INVESTIGACIONES DE
DDHH EN LA TRANSICIÓN

p.21

CRÓNICA/

A 48 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO:

JORNADA HISTÓRICA DE
MOVILIZACIÓN

p.25

FOTOREPORTAJE/

11 DE SEPTIEMBRE DE 2021

p.35

ENTREVISTA/

ALICIA LIRA, PRESIDENTA AFEP

p.42

ANÁLISIS/

LA VÍA ADMINISTRATIVA DE LA IMPUNIDAD

Fotos portada e índice: María Jesús Pueller

Grito | pag. 2
EDITORIAL/
La rebelde obstinación de la Memoria
El pasado siempre está cerca,
especialmente el de horror. En una
expresión que busca ser desprovista
de nostalgia, nada pasa, todo queda
dentro de nosotros.
Tal y como la materia, la Memoria no
desaparece, es libre, sólo muta, se
adapta, y regresa a sentarse, calma, a
nuestro lado. Mirándonos con risa
leve mientras, en diálogo interno
frente al espejo o furioso soliloquio
en plena calle, afirmamos que hemos
decidido olvidar y dejar atrás
nuestros pecados. Que ya basta, que
daremos vuelta la página y dejar de buscar la verdad. Más allá de
dejaremos de sentir aquello que nos
recorre cada vez que los recuerdos
nos asaltan, súbitos e invencibles.
Los países que han tomado ese
camino, suelen sumergirse en una
estela traumática que los acompaña
más allá de las generaciones. Y,
además, de forma casi inequívoca,
repiten los horrores del pasado, tal y
como lo hemos hecho nosotros luego
del Estallido Social de octubre del
2019, dejando el nunca más en un
sonido vacío, políticamente correcto,
que no alcanza a rozar la rebelde
memoria.
Nuestro pasado de sangre y fuego no
nos dejará en paz. Lo único que
podemos hacer es mirarlo de frente.
Conocerlo, hurgarlo, mirarlo, gritarlo
y enfrentarlo como una sociedad
medianamente digna, que entiende
que existen traumas insuperables
pero que la única forma real de
avanzar es con toda la Verdad y toda
la Justicia.
Desde los tiempos más remotos, el
saber humano nos enseña que la
presencia física no es requisito para
la existencia, y eso basta para jamás
los años, las excusas, las
negociaciones, los pactos de silencio,
las traiciones y la muerte; creer que
es posible dejar de buscar a un
hermano/a, a un hijo o una hija, a una
esposa o marido, a un amigo/a, es no
entender el amor y su fuerza infinita,
capaz de cruzar los océanos del
tiempo.
A todos aquellos que, imbuidos en un
amor infinito, nunca dejarán de
buscar, nunca dejarán de hacer las
preguntas incomodas y nunca nos
dejarán olvidar que el pasado
siempre está cerca, está dedicado
este trabajo, cuya única pretensión es
ser respetuoso.
Bienvenidos/as.
Grito | p. 3
Abel Alfredo Vilches Figueroa Sonia Ríos Carlos Espinoza Rioseco María Isabel Gutiérrez

Elías Ricardo Villar Quijon Fabian Ibarra Córdova Horacio Carabantes Olivares Alfredo Gabriel García Vega

EL SINIESTRO PLAN DE
LA DINA Y LA
DESAPARICIÓN
FORZADA DE LOS OCHO
DE VALPARAÍSO
Grito | pag. 4
Por Amory Isabel Díaz Sánchez, periodista y
sobrina de una de las desaparecidas
Epitafio
Como cada día lunes, la casa porteña
encumbrada en cerro Barón, Región de
Valparaíso, albergaba silenciosa el fuego de la
esperanza. Creo haber perdido la cuenta de los
días lunes, las semanas y los años en los que
se prendía una vela en tu nombre y en el de
tus siete compañeros.
Una estufa vieja cubierta por un mantel, la
palmatoria blanca sobre ella y una caja de
fósforos, se anteponían a tu foto: imagen en
blanco y negro, cuyo marco dorado quedó en la
retina de mi infancia y adolescencia.
Desafiando las décadas, la palmatoria
escondía en su oxido la recóndita esperanza
que un día cualquiera tocarías la puerta y
volverías a casa. Como cada día lunes, se
prendía una vela en tu nombre. Como cada día
lunes, Josefa Martínez Ruiz, mi abuela
materna, prendió una vela a María Isabel y a
los siete compañeros, todos del Movimiento de
Izquierda Revolucionario (MIR) detenidos por la
DINA. A 46 años de su detención, los ocho
militantes de la Región de Valparaíso
continúan desaparecidos.
Josefa buscó a su hija y sus siete compañeros
durante 35 años, sin resultado alguno. En el
año 2008, inauguran el Memorial de Fusilados
Políticos y Detenidos Desaparecidos de
Valparaíso. A la semana siguiente, ya sin
fuerzas y con 85 años, Josefa decidió partir al
reencuentro de María Isabel.
Así han transcurrido los años, las décadas, y
los familiares, amigos y compañeros de “Los 8
de Valparaíso” continuamos en una búsqueda
constante y un dolor silente que fue
traspasando las generaciones.
La Brigada Vampiro en la V Región
La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA)
fue el principal organismo de represión,
persecución, aniquilación y tortura entre 1973 y
1977, creándose para dichos efectos una serie
de direcciones, cuarteles y departamentos,
cuyo despliegue nacional tenía como objetivo
el exterminio selectivo de militantes opositores
a la dictadura. En este contexto, dependían de
la Dirección de Operaciones de la DINA, el
Departamento Exterior y el Departamento de
Inteligencia Interior. Éste último tenía a su
cargo la Brigada de Inteligencia Metropolitana
(BIM), la Brigada de Inteligencia Regional (BIR)
y la Brigada de Inteligencia Ciudadana (BIC).
Esta industria de represión, tortura, detención
y, posteriormente, secuestro y desaparición,
tuvo a la BIM como uno de sus mayores
centros de inteligencia. Bajo su mando
operaban las Brigadas Caupolicán, Purén y
Lautaro, cada una de las cuales tenía a su
cargo el exterminio de partidarios de
movimientos y partidos políticos de izquierda.
Por ejemplo, la Brigada Purén hasta 1975 tuvo
la misión de eliminar al Partido Comunista, y ya
en 1976 se dedicó a la persecución de las y los
socialistas.
En tanto, la Brigada Caupolicán fue la
encargada del “combate” al Movimiento de
Izquierda Revolucionario, y bajo su mando se
encontraban las agrupaciones Águila, Halcón I,
Halcón II, Tucán y Vampiro, ésta última fue la
que eliminó en el año 1975 al MIR en la Quinta
Región. Por orden del coronel Marcelo Moren
Brito, quien era el mandamás de Villa Grimaldi,
se trasladó desde Santiago un equipo especial
comandado por Fernando Laureani conocido
también como “Teniente Pablo” quien, en el
mes de enero de 1975, desarticuló casi por
completo la estructura regional.
Grito | pag. 5
Así comenzaron una serie de detenciones en
distintos puntos de la Región de Valparaíso: El
17 de enero son detenidos en Viña del Mar
Fabián Ibarra y su pareja Sonia Ríos,
continuando así la cacería del MIR en la zona.
El 18 de enero la DINA detiene a Carlos
Rioseco y Alfredo García, el 21 del mismo mes
a Horacio Carabantes, en tanto, María Isabel
Gutiérrez fue detenida en Quilpué junto a su
pareja Hernán Brain, el 24 de enero. La
persecución no cesó, y el 27 de enero Abel
Vilches y Elías Villar, son los últimos de este
grupo en ser detenidos y trasladados hasta el
Regimiento Maipo ubicado en el cerro Playa
Ancha en Valparaíso.
De este modo comenzó el periplo por diversos
centros de detención y tortura clandestinos, sin
embargo, el recorrido de estas ocho personas
quedó inconcluso cuando se les pierde
definitivamente el paradero en febrero de 1975,
momento en el que son sacados con paradero
desconocido desde el Cuartel Terranova, más
conocido como Villa Grimaldi.
Detención y Tortura en el Regimiento Maipo
Se ha comprobado que el Regimiento Maipo
fue el centro de operaciones de la brigada
liderada por Laureani, lugar donde todos los
detenidos fueron sometidos a intensas
sesiones de interrogatorio y tortura. Cada uno
de los detalles que permitieron reconstruir el
caso (Causa-Rol: 28288-14), se logró gracias
al testimonio de las y los sobrevivientes que
estuvieron en algún momento con alguno de los
“Ocho de Valparaíso” y que en el transcurso de
los años fueron nutriendo y agregando
antecedentes a las 8 mil 784 fojas que
componen los 23 tomos de investigación del
caso, que tras 40 años, recién dictó sentencia
definitiva.
Es a través de dichos testimonios que se fue
reconstruyendo el operativo montado por la
DINA en la región, y cómo se fue gestando la
desaparición forzada de Fabián, Sonia, Carlos,
Alfredo, Horacio, María Isabel, Abel y Elías:
“Cuando se bajó Laureani de la camioneta C-10
en la calle Covadonga … me di cuenta de que
nos iban a detener, miré para atrás y vi que
venía gente … es como cuando tú sientes que
no sacas nada con arrancar porque estás
totalmente rodeado. Nos suben a la camioneta,
a Isabel la suben adelante y a mí atrás, casi no
hubo contacto hasta llegar al Maipo, y cuando
llegamos nos hacen bajar al Casino de
Suboficiales, que eran siete peldaños. A mí me
dan una pateadura de “ablandamiento” y luego
nos ponen a los dos en una misma cama, ahí
empiezo a escuchar murmullos y reconocer
voces de algunos compañeros, digamos que
ahí me doy cuenta que no era solo yo, sino que
había más gente”, relata Hernán Brain, quien
fue detenido el 24 de enero de 1975 junto a
María Isabel Gutiérrez en Quilpué.
Por su parte, Sergio Vásquez también
sobreviviente de la dictadura y militante del
MIR, cuenta que el 23 de enero “tenía un
contacto con un compañero en Viña, camino
hacia el Sporting y veo a un tipo que está
sospechosamente hablando por teléfono en
una caseta telefónica, me pareció muy extraño.
Entonces trato de salir de ahí, y cuando voy
saliendo, un tipo va corriendo delante de mí,
me encañona y veo a otros dos apuntándome
con una subametralladora. Me meten a una
camioneta, de esas C-10 roja, se suben arriba
mío, me ponen una cinta de scotch, me llevan
al Maipo y me tiran al subterráneo. Un poquito
antes que me tiraran a la sala de tortura, había
dos compañeros tendidos que me dicen que los
que nos detuvieron eran de la DINA. Uno de
esos compañeros pudo haber sido Fabián
Ibarra, quien hoy está desparecido”.
Grito | pag. 6
Desde el primer día del Golpe de Estado la
persecución, el amedrentamiento, la detención
y desaparición forzada, caló hondo en la fuerza
revolucionaria y movilizadora que tenía un
sueño país. En este contexto, comunistas,
socialistas, miristas, dirigentes sindicales y, en
general, todo aquel que se opusiera al régimen
militar sería brutalmente perseguido
oprimido.
María Isabel y su mamá, Josefa Martínez
A 48 años de aquel 11 de septiembre de 1973,
vemos como se institucionalizó la política del
castigo y la violencia, el Estado Militar y
Policial, como mecanismo válido para evitar
que emergiera la lucha social. La organización
de frentes populares y revolucionarios que se
opusieron a la implantación del modelo político,
social y económico sustentado en la ideología
neoliberal, culminó en un proceso de
exterminio masivo y selectivo que fracturó la
historia y replegó la memoria de Chile hasta el
día de hoy.
Muy a nuestro pesar el caso de “Los Ocho de
Valparaíso” no sólo constata la crueldad del
régimen, siendo la desaparición forzada una
muestra de la magnitud del terrorismo de
Estado, sino que también evidencia las
deleznables consecuencias que se extendieron
durante los 17 años de dictadura. En este
sentido, no deja de ser sumamente duro contar
la historia de aquellos que no están a través
del testimonio de quienes sobrevivieron, pero
que también sufrieron las consecuencias de la
dictadura.
A través de diversos testimonios se logró
consignar que en el casino de suboficiales del
Regimiento Maipo hubo 25 detenidos. Una de
ellas es Walkiria Jorquera, hoy sobreviviente
de la represión y en 1975 militante del MIR que
trabajó en el Frente de Trabajadores
Revolucionario (FTR) y Frente de Campesinos
y Revolucionarios (MCR). Walkiria relata que en
ese lugar estuvo muy cerca de María Isabel
Gutiérrez, “la flaca”, pero a pesar de la
cercanía física evitaban los intentos de diálogo
para que los agentes de la DINA no dedujeran
que entre ambas había un vínculo previo a la
detención:
“Con la flaca tratábamos de estar en las camas
cercanas, pero no siempre se podía porque
constantemente nos estaban rotando y no nos
podíamos levantar, teníamos que estar todo el
día allí. La verdad es que uno trataba de
conversar lo menos posible, porque como era
una sala abierta y estábamos siendo
constantemente observadas, si hablábamos
mucho con otra persona, significaba que uno
tenía una relación. En el regimiento Maipo,
prácticamente no conversé con nadie, salvo
con la Flaca porque luego de las torturas a las
que fui sometida, ella me ayudaba a ir al baño
porque me costaba mucho caminar. Ella me
ayudaba y me llevaba de vuelta a la cama
donde yo estaba”.
Pese a la incomunicación y aislamiento del que
fueron víctimas las y los detenidos, cada
oportunidad que se presentaba para saber
silenciosamente de los otros compañeros, era
una gran posibilidad para corroborar que
seguían con vida. Hernán relata y ejemplifica
esta situación: “a los torturadores uno le tenía
que decir jefe, eso significaba que tú eras
posesión de ellos, estabas las 24 horas a
disposición de lo que quisieran hacer. Te lo
marcaban, pero con una brutalidad tremenda
(…) yo recién la vez que en el Maipo converso
con María Isabel, es cuando ella sale de la
tortura.
Grito | pag. 7
Nos vimos cuando yo venía saliendo del
baño… Son de esas cosas de no mirar al
rostro, sino de mirada hacia los pies. Ahí nos
dimos cuenta que ella venía saliendo de la
parrilla y yo del baño. Hay muy poca
comunicación mientras estuvimos en el Maipo.
Tengo recuerdo de tres veces que nos
permitieron levantarnos la venda y ver su
rostro, las otras veces, simplemente veía que
estaba tendida en una cama”.

Compañerismo y Solidaridad

A pesar de la impunidad y la injusticia, la

memoria continúa desbordando los márgenes
de la historia, subvirtiendo el orden establecido
por la oficialidad para trazar una nueva
cartografía que permita revivir los procesos de
rememoración. Las experiencias de solidaridad
y resistencia que se fueron desarrollando al
interior de los centros clandestinos de
detención y tortura, como la cercanía corporal,
el canto, la compañía e incluso una mirada
fugaz, se convirtieron en las únicas muestras
de humanidad, pero de férreo compañerismo al
interior de los centros clandestinos de la DINA.

Walkiria relata que el 24 de enero “llega la

A pesar de todo lo que había sucedido con él,
DINA a la casa, justo en ese momento estoy yo
recuerdo cuando Horacio Carabantes canta
solamente y caigo detenida. Me llevan al
“Samba de mi Esperanza”, entregándonos ese
regimiento Maipo y ahí me doy cuenta de que
mensaje de esperanza porque esa parte nunca
hay más gente (…) a las horas después me
se la doblegaron. Por otra parte, Elías estaba
sacan a un segundo interrogatorio, después
dolido, se veía cabizbajo, pero después
cuando me devuelven y tengo noción del
recobró su alegría, le costaba enormemente
tiempo de nuevo, me doy cuenta de que
pero logramos conversar y tengo un lindo
alguien me está haciendo cariño y masaje en
recuerdo del cuando me dice “tranquilo, estoy
los pies, ahí me doy cuenta que es la María
bien”, es una frase tan sencilla pero te daba
Isabel Gutiérrez, quien hoy está desparecida”.
esperanza en ese infierno en el que
estábamos”.
Muy cerca estaba Carlos Rioseco. Recuerdo
que él es como si se hubiese metido en el saco
de su propio cuerpo, estaba muy dolido.
Mientras estuvimos en el Maipo no quería ni
siquiera conversar, ese dolor lo recuerdo muy
fuerte, después supe que cuando estábamos
en Villa Grimaldi volvió a tener alegría. Cuesta
mucho entender que puedes volver a sentirla
en ese infierno, pero él pudo volver a
Grito | pag. 8
conversar porque el dolor te puede volver a
unir.
Como si el control social no bastara como
dispositivo de poder en sí mismo, la “guerra
interna” (Doctrina de Seguridad Nacional)
declarada por la Junta Militar en contra de la
izquierda chilena, se jactó de imitar métodos
de disciplinamiento muy similares a los
utilizados en la postrimería del siglo XVII. La
tortura física, el encarcelamiento, el
sometimiento a intensas sesiones de
interrogatorio, ejecuciones y desapariciones
dan cuenta como las ansias de poder
convirtieron a las autoproclamadas autoridades
castrenses en entes antropófagos. Sin duda la
depredación del hombre por el hombre, produjo
un retroceso sustantivo en la manera de
concebir las relaciones sociales, traspasando
la frontera espacio temporal de la dictadura,
generando un trauma colectivo profundo, que
recién a más de 40 años del Golpe de Estado,
ha tenido atisbos de liberación.
De manera paralela a lo que sucedía al interior
de los centros de detención y tortura, madres,
padres y familiares buscaban a cada uno de los
detenidos. Una búsqueda infructuosa toda vez
que las autoridades negaban las detenciones a
través de las consultas realizadas a las
autoridades de turno, así como a la Secretaria
Ejecutiva Nacional de Detenidos, SENDET,
entre otros organismos.
Cuatro Álamos, La Torre y El Cuartel
Terranova
El 28 de enero de 1975, luego de permanecer
algunos días en el casino de suboficiales del
regimiento Maipo, 20 de los detenidos (entre
los cuales se encontraban los integrantes del
grupo de los ocho de Valparaíso) son subidos a
un camión frigorífico de la Pesquera Arauco y
trasladados al Cuartel Terranova emplazado en
la Villa Grimaldi, comuna de Peñalolén.
Este recinto era conocido por ser el principal
centro de detención, secuestro tortura y
extermino empleado por la DINA, el cual
empezó a ser utilizado oficialmente en 1974
aunque sus operaciones se realizaban allí
desde la instauración de la junta militar,
principalmente para reprimir a los opositores
en Santiago bajo la dirección de la Brigada de
Inteligencia Metropolitana (BIM).
Según los propios registros del hoy Parque por
la Paz Villa Grimaldi, durante los años en que
funcionó el Cuartel Terranova (1973-1978)
fueron alrededor de 4 mil 500 personas que
pasaron por dicho recinto de exterminio, de las
cuales 241 son ejecutadas o hasta el día de
hoy son detenidas desparecidas. Los “Ocho de
Valparaíso”, como está rotulado el caso
judicialmente, forman parte de este listado,
quienes el 20 de febrero de ese mismo año son
sacados con paradero desconocido, y a la
fecha forman parte de los detenidos
desaparecidos de la dictadura cívico-militar.
Luego de permanecer varios días secuestrados
en Valparaíso, Hernán Brain relata el momento
en que son trasladados a Santiago, y si bien
“sabíamos que iban a dejar a un pequeño
grupo en el Maipo no sabíamos a quién. Al
llegar a la Villa Grimaldi, la primera
confrontación fue con la voz de Miguel
Krassnoff, y ahí sentimos que estábamos en
una parte muy dura. La primera cosa que dice,
es algo así como “el primer huevón que diga
una palabra, un murmullo, que se levante la
venda lo meto a la parrilla y le saco la concha
de su madre”, era aterrorizarte
constantemente”.
Grito | pag. 9
Desde ese momento el suplicio corporal y
psicológico se agudizaba, pues al llegar a la
Villa los detenidos eran trasladados a celdas
donde permanecían por varios días. Esas
dependencias eran conocidas como Casas
Chile o Casas Corvi las cuales tenían un
tamaño reducido que no permitía la movilidad
de los detenidos. Eran celdas de aislamiento y
profunda tortura psicológica.
Walikiria Jorquera recuerda haber estado en la
celda contigua a la de María Isabel, ya que
“cuando llegamos a la Villa Grimaldi nos
instalaron en estas casetas, en las que
estuvimos como tres días. En ese momento te
das cuenta que el ser humano busca distintos
escapes de los momentos que está viviendo,
con “la Flaca” nos comunicábamos a través de
golpes en la pared, hablábamos despacio para
escuchar lo que las compañeras de la otra
celda conversaban y así pasar el tiempo. De
hecho para estar de pie en la celda, una tenía
que estar sentada con las piernas tomadas,
entonces cada cierto tiempo nos rotábamos
para poder descansar. Ahí, cuando a la flaca le
tocaba estar de pie, ella en su mente recorría
Valparaíso y nos narraba por donde iba
caminando, nosotras la seguíamos en su
recorrido hasta que se cansaba, y otra de
nosotras contaba historias para que el tiempo
pasara más rápido en ese lugar”.
Tal como relata Walkiria una vez en el ex
cuartel Terranova, los detenidos eran
dispuestos en estas celdas o conducidos a
otros centros de detención. En el caso de
Walkiria, María Isabel y otras mujeres, luego
de permanecer varios días en Villa Grimaldi
fueron trasladadas al centro de detención
Cuatro Álamos, éste último era un pabellón de
prisioneros incomunicados y no oficializados,
que se ubicada al interior del campamento de
Tres Álamos. En este último los detenidos sí
eran reconocidos oficialmente como tal,
pudiendo en algunos casos recibir visitas de
sus familiares.
Mientras Walkiria y María Isabel fueron
trasladas a Cuatro Álamos, entre el 3 y 4 de
febrero Jorge Vásquez, junto a Abel Vilches,
Alfredo García, Carlos Rioseco, Elías Villas,
Horacio Carabantes y Lilian Jorge fueron
llevados a Rocas de Santo Domingo, otro de
los centros de tortura de la DINA. Luego de
tres o cuatro días son devueltos a la Villa
Grimaldi y traslados a La Torre, lugar de
aislamiento de prisioneros que, de acuerdo a
las investigaciones posteriores, señalan que el
destino de quienes pasaban por La Torre era la
desaparición. Los hechos han corroborado que
muy pocos han sido los sobrevivientes.
¿Dónde Están?
Walkiria cuenta que dentro de las
conversaciones que sostenían con las
compañeras, el paso de Cuatro Álamos a Tres
Álamos era el “paso lógico” que se seguía
previo a la liberación. Sin embargo, los planes
de la dictadura eran mucho más macabros de
lo que los propios prisioneros pudieron llegar a
visualizar.
Rememorando la esperanza de ese instante,
Walkiria relata que un día “a la flaca la llaman,
y nosotras felices la abrazamos porque se iba a
Tres Álamos, me acuerdo que le pedimos que
dijera que nosotras estábamos ahí
incomunicadas. Al día siguiente llega otra
compañera con la que habíamos estado en la
pieza de mujeres y me dice: “esto es una
pesadilla porque hoy cuando me sacan, veo
que está colgado el vestido de la María Isabel”,
recién ahí nos dimos cuenta de que ella había
vuelto a Villa Grimaldi, que no estaba en Tres
Álamos como nosotras pensábamos”.
Grito | pag. 10
Con el paso de los años, Sergio Vásquez
confirma la suposición de Walkiria. En febrero
de 1975 se encuentra nuevamente con María
Isabel, pero esta vez en La Torre: él tras ser
devuelto de las Rocas de Santo Domingo y ella
de Cuatro Álamos. En ese recinto de
aislamiento que tenía 3 pisos, Sergio queda en
la celda de en medio del último piso junto con
Abel y Horacio, mientras que María Isabel,
Sonia Ríos y otra compañera, en el mismo
nivel, pero al lado izquierdo, en tanto que del
lado derecho se encontraban Fabián Ibarra,
Elías Villar y otro prisionero que no fue
desaparecido.
El posterior cruce de testimonios va
reconstruyendo la historia y la memoria
silenciada a sangre por el terrorismo de
Estado, cuyas consecuencias fracturó por
completo la vida de miles de chilenos. Es la
misma Walkiria la que comenta que a los días
siguientes que María Isabel es sacada de
Cuatro Álamos, ella es trasladada a Tres
Álamos: “cuando llego, empiezo a buscar y no
estaba María Isabel. Cada vez que llegaba
alguien, preguntábamos si sabían de su
paradero, hasta que alguien nos dice que entre
el 18 y 20 de febrero había salido una
camioneta que no llegó a ningún lado. En esa
camioneta iban compañeros y compañeras,
dentro de las que estaba María Isabel (…)
pensábamos que ella y el resto estaban en otra
parte. Ese pensamiento lo tengo que haber
tenido por lo menos veinte años, no te lo
podría explicar, o sea racional y lógicamente,
es imposible que estén vivos, pero hay una
parte de uno que no lo puede aceptar”.
Situación similar le ocurrió a Sergio, cuando a
su juicio sucedió algo muy extraño en Villa
Grimaldi. El 19 de febrero aparecen unas cajas
de madera, y al día siguiente por la mañana los
guardias comienzan a llamar a ciertos
números, “porque en ese tiempo ya no nos
llamaban por el nombre.
Cada uno tenía un número, yo el 915, llamaron
al 918, al 930 y otros más. Yo siempre pensé
que ellos (los ocho de Valparaíso) iban a salir
libres, entonces nos dimos un abrazo con
Horacio, nos despedimos de los compañeros y
les dijimos que avisaran que estábamos allí,
pero la verdad que tres o cuatro días después
nos pasaron a Cuatro Álamos y luego a Tres
álamos, y cuando llegamos esperábamos
encontrarnos con los compañeros que habían
salido antes, pero no estaban”.
El 20 de febrero, día que los Ocho detenidos
de Valparaíso son sacados de La Torre, sus
compañeros estaban seguros de que iban a ser
liberados, pero los tentáculos de la dictadura
se extendieron más allá de lo imaginable,
despareciéndolos y negando hasta el día de
hoy su paradero. Con un desconsuelo absoluto,
madres y padres han fallecido sin saber la
verdad sobre el paradero y destino de los
cuerpos:
“Entonces, cuando nos encontramos en libre
plática, empezamos a preguntar ¿Dónde está
el Flaco Vilches? ¿Dónde está el Alfredo?
¿Dónde está el Carlos Rioseco?”, empezamos
a buscar y nadie nos respondía. Después
tratamos de conectarnos con la gente de
Puchuncaví o de Ritoque, pero tampoco
estaban ahí. Fue un shock, nos pilló de
improvisto porque a pesar de que estábamos
presos y que habíamos sido torturados, hasta
ese momento, yo creo que nadie se daba
cuenta de la magnitud de lo que estaba
pasando o cuáles eran realmente los planes
que tenía la DINA. Los planes, eran exterminar
a un grupo del MIR, exterminar a esos
compañeros, matarlos.
Grito | pag. 11
A pesar de que nosotros vivimos al borde de la
subsistencia, todavía pensábamos que no nos
iban a matar. Por eso, cuando salimos libres,
los empezamos a buscar y realmente no
estaban, los habían hecho desaparecer. (…)
Todavía no nos cabía la idea de que iban a ser
asesinados, hasta cuando apareció la lista de
los compañeros que fueron eliminados en
falsos enfrentamientos. O sea, allí ya no nos
quedó duda que el plan era más siniestro de lo
que nosotros pensábamos”, finaliza Sergio
Vásquez.

Juan Manuel Contreras Sepúlveda, Marcelo

Luís Moren Brito, Rolf Gonzalo Wenderoth
Pozo, Miguel Krassnoff Martchenko, Daniel
Valentín Cancino Varas, Orlando José Manzo
Durán, Rubén Fiedler Alvarado, Pedro José
Herrera Henríquez, Pedro Alfare Fernández y
Fernando Eduardo Lauriani Maturana, son los
culpables directos del secuestro y
desaparición. Si bien las penas en algunos
casos no superaron los 10 años y un día, el 29
de abril de 2015 gracias a las incansables
gestiones de los familiares, y los innumerables
testimonios de las y los sobrevivientes, la
Corte de Apelaciones de Santiago notifica la
sentencia en segunda instancia, para el
cumplimento de las condenas por el secuestro,
detención y desaparición forzada de Fabián,
Sonia, Carlos, Alfredo, Horacio, María Isabel,
Abel y Elías.

A 48 años del Golpe de Estado, la Justicia y la

Verdad no han llegado. A 46 años de su
desaparición, nos seguimos preguntando:

¿Dónde Están?

Grito | pag. 12
Documentación /

SENDET, 1978 Documento Ministerio del Interior

Condena por desaparición de

Extracto sentencia caso "Villa Grimaldi"
María Isabel Gutiérrez

Carta de Naciones Unidas Diario Fortín Mapocho, 1990 Grito | pag. 13

 Documentación /

Carta solicitud de información sobre

paradero de María Isabel, escrita por su Solicitud de Josefa Martinez al Ministerio del Interior
madre, Josefa Martinez

Carta despachada a la 1º Zona Naval consultando sobre

Oficio Ministerio del Interior, 1977
el paradero de María Isabel Guitiérrez

Grito | pag. 14
Abel Alfredo Vilches Figueroa

Tenía 27 años al momento de su detención. Era casado y tenía 5 hijos.

Fue detenido el 27 de enero de 1975, alrededor de las 16:00 horas, mientras caminaba por la subida
Lomas de Chorrillos, en Viña del Mar. Días antes, el 20 de enero de 1975, su cónyuge -María Isabel
Gutiérrez Meléndez- se encontraba en el Hospital Deformes de Valparaíso, dando a luz a su hijo
menor. Cuando ella retornó a su hogar, el 25 de enero del mismo año, se encontró con que en su
interior había dos agentes de la DINA, armados, quienes mantenían ocupada la vivienda desde hacía
un día. Los cuatro niños menores y la madre del afectado tenían prohibición de salir. Los agentes
manifestaron que buscaban a Abel Vilches, permaneciendo en el domicilio hasta el 26 de enero.
Al día siguiente, la víctima sería detenida y conducida al Regimiento N 2 "Maipo", en Playa Ancha,
Valparaíso. El 28 de enero es trasladado a Villa Grimaldi en un camión frigorífico con los otros
detenidos por la DINA. Estuvo detenido en “La Torre” hasta el 20 de febrero de 1975, fecha en que
Vilches y otros detenidos, fueron sacados de Villa Grimaldi con destino desconocido.

Elías Ricardo Villar Quijon

Elías tenía 19 años y era estudiante de la carrera de Técnico en Laboratorio de la Universidad de Chile
en Valparaíso. Fue detenido el 27 de enero de 1975, alrededor del mediodía en la vía pública, por
agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Vivía con su abuela doña Hortensia Sánchez
Viuda de Villar en un departamento ubicado en la calle Yungay en Valparaíso. Sale de su casa
alrededor de las 11 de la mañana en busca de unos libros. Horas después, a la 01:30 de la madrugada
del 28 de enero, el domicilio en donde Elías Villar vivía junto a su abuela, fue allanado por tres civiles
que se identificaron como pertenecientes al a DINA. Elías fue ingresado en el Regimiento "Maipo". Al
día siguiente de su detención (28 de enero), fue subido, junto a una veintena de detenidos, en un
camión frigorífico y trasladado a Santiago, en donde se le recluyó en Villa Grimaldi. Elías Ricardo Villar
permaneció en ese centro de torturas de la DINA hasta el 20 de febrero de 1975, fecha en que -con
otros detenidos- fue sacado de Villa Grimaldi con destino desconocido.

Alfredo Gabriel García Vega

A sus 27 años tenía un hijo y era egresado de Servicio Social. Fue detenido el 18 de enero
aproximadamente a las 11 de la mañana en calle Montaña, entre Alcalde Prieto Nieto y la entrada
principal de la Quinta Vergara. En el momento de su detención, Alfredo García se encontraba en el
interior de su vehículo (Ford del año 30), desde donde fue sacado violentamente y arrojado a la
camioneta en que se movilizaban sus aprehensores. Después, Alfredo García, Reinaldo Antonio Erick
Zott, los agentes de la Dina -que también se trasladaron en el vehículo del afectado- se dirigieron a la
casa de Fabián Ibarra actualmente (detenido-desaparecido), en Chorrillos. Allí vieron a Sonia Ríos
actualmente (detenida-desaparecida), quien estaba siendo presionada por Marcelo Moren Brito. En
este domicilio, Alfredo García y Erick Zott fueron careados, interrogados y torturados, en presencia
del "Teniente Pablo" y de Moren. Desde allí, el afectado y Zott, fueron conducidos al Regimiento
"Maipo". El 28 de enero de 1975 es trasladado a Villa Grimaldi en un camión frigorífico junto a los
otros detenidos, permaneciendo en el recinto hasta el 20 de febrero del mismo año.

Sonia del Tránsito Ríos Pacheco

Era estudiante de Química de la Universidad de Concepción y tenía 30 años al momento de su

detención. Fue detenida en Viña del Mar junto con Fabián Ibarra el 17 de enero. En el domicilio que
se encontraban asesinan a Alejandro Villalobos Díaz, “El Mickey”. Sonia es trasladada al Regimiento
Maipo y el 21 de enero es llevada a Villa Grimaldi junto con Rina Medina, la que fue devuelta al otro
día al Regimiento. Sin embargo, Sonia Ríos permanece en la Villa Grimaldi. En dicho recinto
permanece hasta el 20 de febrero, fecha en que es conducida a otro lugar que actualmente se
desconoce.

Grito | pag. 15
Carlos Ramón Rioseco Espinoza

Tenía 26 años al momento de la detención. Era casado, tenía un hijo, y era ex estudiante de
Odontología de la Universidad de Concepción.
Fue detenido en Viña del Mar el 18 de enero alrededor de las 6 de la tarde. Luego es llevado al casino
de Oficiales del Regimiento Maipo donde permanece hasta el 28 del mismo mes, para luego
trasladarlo a villa Grimaldi. Sergio Antonio Vásquez Malebrán declaró que en una fecha comprendida
entre el 31 de enero y el 20 de febrero de 1975, fue sacado de Villa Grimaldi junto al afectado, Horacio
Carabantes (desaparecido), Abel Vilches (desaparecido), Lilian Jorge, y a Alfredo García
(desaparecido). Todos fueron llevados a un lugar cercano a San Antonio y encerrados, durante 4 días,
en cabañas tipo balneario, amarrados y con telas adhesivas en los ojos. Al cabo de esos días, fueron
devueltos a Villa Grimaldi, con excepción de Alfredo García y Horacio Carabantes, quienes retornaron
dos días después. Los testimonios son coincidentes en señalar que el 12 de febrero de 1975, Carlos
Rioseco -y otros detenidos- fueron llevados al sector de Villa Grimaldi denominado "La Torre", en
donde permanecieron hasta el 20 de febrero del mismo año. Ese día fue sacado -también junto a
otros detenidos- con destino desconocido.

Horacio Neftalí Carabantes Olivares

Casado y con tres hijas, tenía 21 años al momento de su detención. Fue detenido el 21 de enero de
1975 en la vía pública (Frente al Mercado Municipal de Viña del Mar. 11 am. aprox). Luego es
trasladado al Regimiento Maipo ubicado en el Cerro Playa Ancha. El mismo día en la tarde es detenida
su esposa, Liliana Castillo, quien dio luz a gemelas en la enfermería del Regimiento Maipo. El 28 de
enero es llevado a Villa Grimaldi junto a los otros detenidos en un camión frigorífico. Al igual que sus
demás compañeros, el 20 de febrero del mismo año es sacado de Villa Grimaldi. Hasta hoy no se
conoce su paradero.

Fabian Enrique Ibarra Córdova

Tenía 27 años al momento de su detención. Fue apresado el 17 de enero en el sector de Chorrillos en

Viña del Mar, junto con su conviviente Sonia Ríos. Se encontraban en el domicilio de Rina Mónica
Medina Bravo, quien había sido detenida horas antes en Santiago. Posteriormente fueron
trasladados al Regimiento Maipo. Del 17 hasta el 24 de enero son mantenidos en el casino de
oficiales del regimiento para luego trasladarlos al subterráneo del casino de suboficiales. Hasta el 20
de febrero lo retienen junto con los otros 7 detenidos en Villa Grimaldi y es sacado del recinto hasta
el día de hoy con destino desconocido.

María Isabel Guitérrez Martínez

Tenía 26 años al momento de su detención. Era egresada de Geografía de la Universidad Católica de

Valparaíso. Fue detenida el 24 de enero en la calle Covadonga en la ciudad de Quilpué junto a su
pareja Hernán Brain Pizarro, alrededor de las 6 de la tarde. Luego de ser detenida es llevada al
Regimiento Maipo. El 28 de enero de 1975 es trasladada junto con los otros detenidos en un camión
frigorífico a Villa Grimaldi. Una vez en el lugar, los detenidos fueron encerrados en celdas de madera
llamadas las "casas corvi". Estando en Villa Grimaldi, es trasladada por cuatro días
aproximadamente al Campamento Cuatro Álamos. En dicho lugar de reclusión e incomunicación,
María Isabel fue vista por 18 detenidos. Hernán Brain recuerda haber escuchado su voz, pues
estaban en piezas contiguas, y también haber escuchado su nombre cuando fue llamada y devuelta
nuevamente a Villa Grimaldi, el 12 de febrero de 1975 al mediodía. El 20 de febrero del mismo año,
es sacada de la Villa Grimaldi junto a otras 7 personas con destino desconocido.

Grito | pag. 16
Dónde están y qué pasó: Las investigaciones
de DDHH en la transición

Por esos años, en esas localidades vivían

muchos militares retirados que acudían a
tribunales a declarar por causas de
derechos humanos. Y como siempre me
interesó el tema, empecé a involucrarme.

Luego de eso el Procurador del programa

de Derechos Humanos del ministerio del
Interior, Enrique Ross, me preguntó si me
interesaba trabajar con el juez Guzmán. Yo
conocía su trabajo y sentía admiración por
él, así que acepté. Era julio de 2002.

Al principio se trabajaba con muy pocos

recursos. Sin computador o con equipos en
mal estado. Ni siquiera teníamos
fotocopiadora y nos tuvimos que conseguir
una en el Ministerio del Interior. Los
muebles que teníamos eran los que
botaban en la bodega y eran todos
distintos. Si necesitábamos uno que tuviese
un cajón con llave era una odisea. Las sillas
eran muy antiguas y una vez hasta don Juan
se cayó. Claramente el juez no contaba con
un equipo o recursos acorde con la
magnitud de su tarea.

Imágenes gentileza Malvina Pinto y

extractos de documental "El juez y el
general¨.

Grito | p. 17
Pinochet era muy carismático y llamativo, al
conocerlo pude entender el por qué del
efecto que tenía en algunas personas, creo
que también tenía que ver con el poder.
Recibió muy educadamente al ministro
Guzmán, quien llevaba una minuta muy
larga para interrogarlo, pero al poco rato
empezó a toser muy aparatosamente y
tuvimos que parar.

Mientras el juez Guzmán hablaba con el

médico, me puse a conversar con Pinochet
y en ningún momento me pareció que
estuviese enfermo. Le hablé de algunas
personas que conocíamos en común y se
acordaba perfecto de ellas. Tenía muy
buena memoria e incluso decía chistes en
doble sentido. Pinochet no estaba enfermo
ni impedido de poder expresarse y
responder. Años más tarde lo vi
nuevamente por otras causas, pero ya
estaba muy deteriorado e hinchado por la
enorme cantidad de medicamentos que
tomaba. Recuerdo que tenía los dedos
redondos y ni siquiera podía tomar
correctamente la taza de té que tenía al
frente.

El juez Guzmán insistía en que era muy

importante que la gente supiera lo que
había ocurrido en Chile, y que el rol de los
medios era muy importante en ese sentido.
No tenía el menor interés en figurar, pero le
gustaba hablar con los medios y contar en
qué iban las investigaciones.

Grito | p. 18
Fui el investigador principal del caso
Colonia Dignidad, donde terminamos
encontrando a Paul Schäfer en Argentina.
Me tocó ir a buscarlo y gestionar su
traslado a Chile. Esa investigación fue
tremendamente compleja porque por esos
tiempos Colonia Dignidad tenía mucho
apoyo político, tenían una relación muy
estrecha con el Poder Judicial, y tras el
primer allanamiento, un grupo de
parlamentarios envió una carta de protesta
al director de la PDI, cuestionando
fuertemente nuestro trabajo. Además,
nunca tuvimos suficiente apoyo por parte
de la autoridad. Éramos muy pocos los que
trabajábamos en estos casos. En Colonia,
éramos tres.

Obtuve la primera confesión de un agente

de la DINA respecto a haber arrojado
cuerpos de detenidos desaparecidos al
mar, en concreto el caso de Marta Ugarte.
Eso abrió la puerta para determinar cuales
eran los métodos de la DINA y su acción
para eliminar los cuerpos.

Eso nos llevó posteriormente a poder

dilucidar la Operación Retiro de
Televisores, donde un militar reconoció
que, tras el hallazgo de los cuerpos en
Lonquén, en 1978, la dictadura decidió
eliminar los restos definitivamente. Lo
mismo ocurrió en Calama, donde los
cuerpos de los fusilados fueron removidos
dos veces, y como los familiares los
seguían buscando en el desierto, se les
sacó y arrojó al mar.

Todo lo anterior nos permitió determinar

por primera vez, a través de la investigación
y luego en tribunales, qué fue lo que pasó
en estos casos.

También logré confesiones en el caso de La

Moneda, donde los oficiales de Carabineros
en Investigaciones que decidieron
permanecer en Palacio junto al presidente
Allende el 11 de septiembre de 1973, para
defender la democracia. Ellos fueron
detenidos, llevados al regimiento Tacna, y
el día 13 son fusilados y enterrados en
Peldehue, en un pozo seco que había en el
regimiento.

Grito | p. 19
También recuerdo especialmente el trabajo
que nos permitió develar la existencia y
funcionamiento del centro de detención,
tortura y exterminio de Simón Bolívar, que
ni siquiera aparece en el Informe Rettig
porque era totalmente desconocido. Ese
fue un trabajo de nuestra brigada y nunca
se ha hecho un reconocimiento de eso. Ahí
participó Jorgelino Vergara, el “Mocito”,
quien con su confesión entregó a toda la
cúpula de la DINA.

El Comisario:
Pedro “Sammy” Carrasco, encargado de
registro audiovisual: Jefatura de
comunicaciones.

Yo era de la jefatura de comunicaciones

internas de la PDI, y poseíamos
equipamiento como para la labor que
requería el señor ministro (Juan Guzmán).
Nos conocíamos hace algunos años ya que
fue nuestro profesor de Derecho Penal en
la escuela, y el colega que estaba a cargo
del tema le dijo que nosotros estábamos
capacitados para resolver su requerimiento
ya que el Juez quería dejar un registro de
todas sus concurrencias a sitios,
entrevistas, careos, etc. Nos incorporamos
a su equipo para llevar un registro de todo,
especialmente cuando iba a lugares que
habían sido sitio del suceso.

Al cabo de un año ya teníamos alrededor

de 12 lugares donde se estaba
investigando. Recuerdo especialmente
Caravana de la Muerte, Cauquenes,
Pisagua, Chungará, Calama, Concepción,
Talcahuano, Alto Hospicio.

Grito | p. 20
CRÓNICA/ 11
SEPTIEMBRE: 48 AÑOS
DE GOLPES Y ESTADO
POLICIAL

A 48 años del golpe de Estado, el pasado sábado 11 de

septiembre se vivió una jornada intensa e histórica de
conmemoración. El día inició con la multitudinaria
“Marcha por los Derechos Humanos”, convocada
principalmente por la Coordinadora Nacional de
Derechos Humanos y Organizaciones Sociales, a la que
se sumaron diversas agrupaciones, colectivos y
personas, transformando la cita en una de las marchas
más masivas de los últimos 11 de septiembre. Había
ganas de protestar.

Grito | pag. 21
Por: Carlos Concha O.
La romería comenzó en Plaza Los Héroes,
pasando por Alameda y calle Recoleta,
para terminar en el Cementerio General de
Chile (Comuna de Recoleta). Durante todo
el trayecto convergieron expresiones
reivindicatorias en materia de deudas en
Derechos Humanos con sus diversos
colores, la cultura popular, la música y la
rabia. El ambiente fue crispado durante
todo el trayecto, hubo enfrentamientos
con Control de Orden Público de
Carabineros (COP) de manera constante y
aislada. No hay perdón ni olvido.
Una vez en el Memorial del Detenido
Desaparecido y del Ejecutado, en el
Cementerio General, se desarrolló el
tradicional homenaje. En el lugar
confluyeron demandas contra la
impunidad del ayer y de hoy. Se sigue
exigiendo verdad, justicia, reparación y
garantías de no repetición en los crímenes
de la dictadura cívico militar y, en esta
oportunidad, se sumó el repudio a las
vejaciones perpetradas por agentes del
Estado durante la revuelta popular de
octubre de 2019, las que se siguen
consumando. No más impunidad.
La principal alocución fue de la presidenta
de la Agrupación de Familiares de
Ejecutados/as Políticos/as (AFEP), Alicia
Lira Matus. “Esta resistencia al olvido. Este
amoroso recuerdo conmemorativo a No obstante, hoy se habla que en Chile
nuestros seres queridos, a los luchadores
sociales, sindicales, a la mujer. A todos
ellos, al legado que nos dejaron (…) Hoy día
no solo les rendimos homenajes a los
caídos, a los que combatieron en todas las
formas de lucha, a los que seguimos
combatiendo; pero también a los que
cayeron en este gobierno. A los
asesinados, a los que no están con
nosotros, a los que se las jugaron contra la
impunidad”, expresó. Nadie ni nada está
olvidado.
La persistencia de las violaciones de
derechos humanos y la demanda de
libertad a los presos políticos recorrieron
los gritos de protesta. La acumulación de
furia quedó demostrada en algunos
enfrentamientos, en las entradas del
Cementerio (por calle Recoleta), y como es
habitual el despliegue de recursos
económicos y de personal del grupo de
COP fue desorbitante. El rojo y negro se
alió con la estrella roja para dar resistencia
a la policía. Memoria y combate.
Nuestros caídos
La Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación (Informe Rettig); la
Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación; y la Comisión Nacional
sobre Política y Tortura Revisada (Comisión
Valech), fueron algunas de las instancias
que recogieron datos y testimonios con
respecto a los crímenes de lesa humanidad
y las múltiples violaciones de Derechos
Humanos cometidos durante la dictadura
cívico militar (1973-1990).
En el inconsciente colectivo estas cifras
siempre han generado dudas por la
viabilidad de su precisión, debido a que
muchos casos no fueron incluidos u otros
nunca fueron dados a conocer por los
familiares de las víctimas o, incluso, por las
propias víctimas.
serían más de 40.000 las personas víctimas
de torturas y prisión política durante la
tiranía. Además, cruzando los datos se
puede calcular que habrían más de 3.000
asesinados/as; y más de 1.000 los/as
desaparecidos/as.
Todos ellos/as, su legado, fueron
recordados en los distintos sitios de
memoria a lo largo del país. Muchos en
sencillez y en humildad, otros
aprovechando el escenario para propulsar
sus campañas políticas.
Grito | p. 22
Flama de reflexión
Al atardecer, tal como dicta la
reminiscencia, en Londres 38 y el Estadio
Nacional fueron algunos de los lugares
donde se efectuaron velatones en
homenaje a las víctimas de la tiranía. Y,
como en la mañana, también se recordaron
a los/as caídos/as, mutilados/as,
torturados/as, heridos/as y prisioneros/as
del estallido social. La memoria hecha luz.
Londres 38 fue un centro de detención,
tortura, desaparición y exterminio durante
la dictadura cívico militar. La Dirección de
Inteligencia Nacional (DINA), la policía
secreta de la tiranía estuvo en ese sitio
desde septiembre del 1973 hasta principios
del año 1975. El lugar era conocido como
el “Cuartel Yucatán”. No hay claridad con
el número exactos de militantes de
izquierda que estuvieron ahí, pero se
estima que la DINA hizo desaparecer o
ejecutó a 98 personas en Londres 38, en
particular a integrantes del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR).
Tras años de denuncias, hoy funciona
como un sitio de memoria recuperado y
abierto a la comunidad. En el 2009 se
constituyó como Organización Comunitaria
Funcional Londres 38, Casa de la memoria
y el año 2018 se convierte en la
Corporación Londres 38, espacio de
memorias. Afuera del inmueble, están
incrustadas en los adoquines de piedras
placas con los nombres de las personas
que ahí estuvieron durante la dictadura.
Cada 11 de septiembre se enciende una
vela y se deja un clavel a quienes sufrieron
violaciones político sexual en sus múltiples
dimensiones, torturas, vejaciones y la
muerte.
El Estadio Nacional fue el campo de
concentración, tortura y exterminio más
grande de Chile. Funcionó como tal desde
el 11 de septiembre de 1973 hasta
noviembre del mismo año. Según cifras de
Amnistía Internacional, en el recinto
pasaron en calidad de detenidos/as más
de cuarenta mil personas, algunos/as de
ellos/as extranjeros/as.
En la actualidad se recuerda a quienes
estuvieron ahí y lo que sucedió en esa
época con los memoriales y sitios: La
Escotilla 8; las Graderías de la Dignidad,
que permanecen cerradas bajo el lema: “Un
pueblo sin memoria es un pueblo sin
futuro”; el velódromo; Camarín 3; el Camino
de la Memoria o “Camino de la Muerte”; y
los memoriales de Pedro de Valdivia y de
Grecia.
Hoy, todos esos espacios están siendo
amenazados por la mercantilización del
negacionismo que impulsa unilateralmente
este gobierno. Bajo el pretexto de
modernización del Estadio Nacional y la
construcción de un centro de evento
masivo “Arena 2”, se está atentando contra
estos sitios de memoria. La situación ha
sido denunciada por la Corporación Estadio
Nacional Memoria Nacional, entidad que se
ha encargado de recuperar los distintos
sitios de memoria al interior del recinto
deportivo. Esta corporación se ha unido a
Agrupaciones de Derechos Humanos y
vecinales (Ñuñoa) y de organizaciones
sociales y sindicales, para crear la
Coordinadora en Defensa del Estadio
Nacional como sitio de memoria y de
Derechos Humanos.
Cada 11 de septiembre, el frontis del
Estadio Nacional, por calle Grecia, se
transforma en una enorme velatón, donde
se entrelazan los diferentes tipos de
expresiones conmemorativas con la
profunda reflexión. Lamentablemente, este
año un escenario intentó farandulizar el
momento, pero a su costado el espíritu de
respeto y recuerdo no se vio afectado.
Grito | p. 23
Verdad v/s impudicia

Tanto en Londres 38 como el Estadio Nacional, así como muchos otros espacios y sitios de
memoria, se aprovecha cada 11 de septiembre como una oportunidad para rememorar el
legado de cada persona que fue detenida, encarcelada, torturada, humillada, desaparecida
y ejecutada. Para relevar el legado de un proyecto político colectivo popular. Para
recuperar la dignidad. Para muchos/as es también un momento para conmemorar al hijo, la
hija, amigo/a, familiar, cuyo cuerpo no ha podido ser enterrado y no se sabe en qué fecha
fue asesinado/a.

Un lapso para superar la hipocresía y enfrentar nuestros traumas históricos, confrontando

con la mirada erguida la realidad y reconocer que en esos lugares se colgaba, se quemaba
con cigarros, se asfixiaba con el “submarino”, se ponían tubos en el ano con ratas
hambrientas, se electrocutaba a mujeres y hombres desnudos en “la parrilla”, se violaba a
mujeres, se violaba entre varios a mujeres, animales adiestrados violaban… Todo ante la
mirada y regocijo de agentes del Estado, cuyo objetivo era sacar información, castigar y
someter a cualquiera que se atreviere a defender una política popular y de clase, a
exterminar cualquier ideal diferente al preconcebido, a imponer el miedo. Todo eso ante la
complicidad de civiles.

Un momento para profundizar sobre el Estado Policial, la Doctrina de Seguridad Nacional y

la política criminal; y cómo éstos se han ido perfeccionando bajo la lógica del progreso y el
orden público.

El “11 S” es nuestro y también es una ocasión para repensar sobre el fascismo. Alemania
tuvo su Hitler, Italia su Mussolini, España a Franco; nosotros a Pinochet. Un día donde el
sentido común de ser antifascista no se cuestiona, se sustenta.

Somos la prolongación de un proceso histórico inacabado. La batalla contra la impunidad

ha de ser nuestro horizonte.

- Ver vídeo del resumen de la jornada

Grito | p. 24
FOTOREPORTAJE: 11 DE
SEPTIEMBRE 2021,
MEMORIA, VERDAD Y
JUSTICIA
Fotos: María Jesús Pueller

Grito | pag. 25
 Acto frontis de
centro de
detención, tortura
y exterminio
Londres 38

Grito | p. 26
 Acto frontis de
centro de
detención, tortura
y exterminio
Estadio Nacional

Londres 38

Grito | p. 27
Londres 38

Grito | p. 28
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 29
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 30
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 31
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 32
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 33
Marcha / Romería
Cementerio
General

Grito | p. 34
Entrevista/
Alicia Lira, presidenta de la Agrupación
de Familiares de Ejecutados Políticos:
“Jamás lloramos frente a nadie”
En el marco de nuestro especial de
Memoria, conversamos con la emblemática
dirigente y activista por los Derechos
Humanos (DDHH). Con más de medio siglo
de vida política, y dando la batalla desde
los tiempos más oscuros de la tiranía, Alicia
Lira Matus nos entrega su visión de la lucha
por los Derechos Humanos en Chile, la
actitud y política de los sucesivos
gobiernos al respecto, y su visión sobre el
momento actual, cruzado por los atropellos
y el terrorismo de Estado tras el Estallido
Social, y la oportunidad de renovación
institucional que abriría el proceso
constituyente.

Por Carlos Concha O. y Maximiliano

Sepúlveda R.

¿Más allá de su tragedia personal, cómo se

inicia su trabajo en DDHH?
Fui militante de la Juventudes Comunistas
(JJ.CC) desde el año 64´. Luego, trabajamos
en las campañas de Allende y después del
golpe me tocó retomar lo que había en el
cordón Vicuña Mackenna. Era dirigente
sindical a los 18 años, y nos articulamos con
los dirigentes con los que había trabajado en
la Federación textil y los sindicatos. Y
seguimos en la interna del partido. Luego, mi
hermano, Diego Lira Matus, se incorporó al
Frente Patriótico (Manuel Rodríguez) y, el 13
de agosto de 1986, detienen a todos los
involucrados en Carrizal Bajo. Mi hermano
alcanza a huir con Sergio Buschmann, y
Eduardo Ariel Vásquez, pero los detuvieron
en el camino y los llevaron a La Serena,
hasta donde nos trasladamos con un grupo
de familiares.
Yo sabía que Diego estaba allá, pero no
aparecía en el primer listado que publicó en
primera plana La Segunda, así que era el
terror de que, estando allá y no apareciendo
en ninguna lista, los pudieran matar y
hacerlos desaparecer.
Detienen a Diego en agosto, y el 8 de
septiembre es el atentado al dictador, ahí
secuestran al “Negro” (N. de la R: Felipe
Rivera), que era funcionario de la Tesorería
General de la República, estando mi
hermano aún incomunicado. Ahí me avisan
que debía salir a la luz pública ya que mi
hermano estaba detenido por el proceso de
Carrizal Bajo, el “Negro” secuestrado,
asaltaron mi casa, se llevaron a Felipe… me
cuesta decir “Felipe (Rivera)” o “mi esposo”,
para mí siempre fue mi “Negro”, mi
compañero.
Ahí me incorporo, en septiembre del 86´, a la
Agrupación de Familiares de Ejecutados
Políticos (AFEP), que en ese tiempo estaba
en Almirante Barroso con Huérfanos
(Santiago Centro), y me quedé ahí porque en
un primer momento uno siempre entra por el
familiar, pero a la semana ya estás
involucrado en el colectivo.
Grito | p. 35
Se crea una cosa afectiva hermosa, más que
de dolor, porque adentro de lo que menos se
habla es de tortura o lo que les pasó,
hablamos de otros temas. Con mi hermano
Diego nos demoramos más de un mes en
preguntarnos mutuamente qué había
pasado, cómo había sido. Era necesario
quedarse porque la gente debía salir de las
prisiones y también era defender la vida,
terminar con la cultura de la muerte y el
terrorismo de Estado.
Así empecé en la Agrupación de Familiares
de Prisioneros Políticos. Mi rol fue más allá
de trabajar con los familiares, porque había
presos en la Cárcel Pública, las mujeres
estaban en la Cárcel de San Miguel y la
Penitenciaría, donde estaba mi hermano.
¿Al momento de crearse las organizaciones,
cómo se organizaron internamente?
Se crea una directiva: Presidencia,
secretaria, relaciones públicas, etc. Lo
primero era tener un servicio de Bienestar,
ya que debía atenderse la situación interna
de los prisioneros, qué podía faltar, más allá
del apoyo de la Cruz Roja Internacional y
otras organizaciones de ayuda de afuera que
colaboraban especialmente con la
alimentación. Porque hay que recordar que
hasta 1981 los prisioneros recibían la comida
de Gendarmería, pero luego del caso donde
se les quiso asesinar envenenándolos,
episodio donde murieron presos comunes,
los prisioneros políticos empezaron a
preparar su propia comida, sin recibir nada
de Gendarmería.
¿Cuál era la relación con los medios de
comunicación de la época y el cerco
mediático que existía?
Para nosotros fue muy importante el hecho
de que, como la dictadura era tan odiada
afuera, teníamos muy buena relación con la
prensa internacional, que informaba de lo
que estaba pasando tanto acá en Chile como
en el exterior.
Las radios también fueron fundamentales:
Nuevo Mundo, Cooperativa, Umbral, que
cubrían las noticias y se dedicaban de lleno
a reportearlas, y los medios que luego
fueron ahogados económicamente, como
Fortín Mapocho, Apsi, Análisis, Cauce, La
Época. Las radios comunales también
tuvieron un rol muy importante, incluso a
riesgo de arriesgar la vida. Con la televisión
abierta no había ninguna posibilidad. Cuando
asesinan al “Negro” (Felipe Rivera), Francisco
Javier Cuadra, el ministro Secretario General
de gobierno, dijo que el MIR (Movimiento de
Izquierda Revolucionaria) había asesinado a
Pepe Carrasco y Gastón Vidaurrazaga por
cuentas pendientes, y que a Felipe Rivera y
Abraham Muskatblit los había matado el
Partido Comunista. La “Operación Colombo”
fue que “se mataron como ratas entre ellos”.
Como dirigente me tocó muchas veces viajar
y se sabía mucho más afuera que adentro de
Chile. Además, había personalidades como
Madame (Danielle) Mitterrand (esposa del
presidente francés de la época, François
Mitterrand), que apadrinó prisioneros
políticos, especialmente mujeres, y eso
aportaba visibilidad.
¿Cómo manejaban el tema de los
infiltrados?
Había mucha desconfianza. Cada vez que
llegaba alguien nuevo, o a quien no
conocíamos, ante cualquier error o
inconsistencia que cometía, era
inmediatamente tratado como sapo (Delator).
Lamentablemente hubo personas que
resultaron dañadas por eso. Uno adquiere
una especie de sexto sentido, al menos a mí
me pasa. Se crea una barrera invisible que
no es posible explicar. Y los infiltrados dan
señales: Habitualmente nadie los conoce, o
utilizan un lenguaje que ellos creen que es
el que corresponde a la situación.
Grito | p. 36
¿Tratan de imitar?
Exacto. Es lo mismo que cuando nosotros
nos reímos o ironizamos con el coa (jerga) de
los delincuentes. Uno cree que lo está
haciendo bien cuando se burla, pero hay
algo en el lenguaje que delata. Incluso
cuando te dicen compañero, suena hueco.
Vacío. Hay cosas que se sienten. Hay
agentes muy profesionales que pasan, pero
afortunadamente nunca llegaron a dañar a
las organizaciones.
¿Cómo fue su relación con el Poder
Judicial?
Con el tiempo el Poder Judicial se trató de
reivindicar un poco. Ellos fueron cómplices
directos de la dictadura. Desde el primer día,
Pinochet los dejó ejercer porque estaban al
servicio de la dictadura. El Poder Judicial
viene a recomponerse recién por el año 86´
con grandes jueces como el ministro (José)
Cánovas, estamos hablando del “Caso
Degollados”. La relación viene a hacerse más
clara luego de la detención del verdugo, ahí
comenzó una política de relevar mucho los
casos emblemáticos. Por ejemplo, el “Caso
Letelier” que se investigó en una época en
que todos los juicios eran amnistiados, sin
investigar, esa fue una excepción.
En el caso nuestro, sabíamos que el caso de
“Pepe Carrasco” (José Carrasco Tapia) iba a
arrastrar a nuestros familiares porque él era
un luchador reconocido internacionalmente,
iba a haber apoyo y presión de los medios
de afuera por ser un periodista reconocido, y
en ese sentido iba a haber preocupación
porque la causa estaba caratulada “Pepe
Carrasco”.
En el año 2006, cuando la Corte
Interamericana de Derechos Humanos
condena al Estado chileno por denegación
de justicia y por la oprobiosa ley de amnistía,
que estos gobiernos han mantenido por 31
años, no se hizo nada, pero abrió un camino
para el resto de los familiares, significó que
se podía avanzar.
¿Cuál fue su reacción al ver cómo los más
brutales criminales del pasado
comenzaban a ser detenidos hacia el año
2000?
Nosotros nos dimos cuenta de que Contreras
(Manuel) era un bravucón y un cobarde
cuando fueron a detenerlo, ya que no hizo
nada de lo que dijo que haría, no le disparó a
nadie, no se suicidó ni nada. Incluso su hija
hizo algo que nosotros, ni en los peores
momentos, habríamos hecho: Salió corriendo
gritando que su padre era un general y se
tiró al suelo; llorando.
Cuando los carros celulares de Gendarmería
que traían a nuestros compañeros llegaban o
se iban desde o hacia la fiscalía militar, que
estaba en calle Zenteno (Santiago Centro),
nosotros les gritábamos el nombre, les
decíamos que estábamos ahí, que se
cuidaran. Jamás lloramos o gritamos frente a
nadie, o nos tiramos al suelo. La diferencia
es que nosotros tenemos dignidad. Lo que
estaban haciendo nuestros compañeros y
compañeras, y el motivo por el que estaban
presos, era legítimo, era una lucha contra
una dictadura criminal. Cuando llegábamos a
la sede de la Agrupación nos podíamos
abrazar y llorar de impotencia o lo que fuera,
pero jamás en público. Cuando estábamos
con ellos siempre les dijimos estamos bien,
ustedes están bien, cuídense, estamos aquí
con ustedes.
¿Cómo vivió la llegada de los años 2000,
con las investigaciones del Juan Guzmán,
Caravana de la Muerte, Colonia Dignidad,
etc.?
Fue una buena experiencia. La primera
brigada (investigadora de violaciones a los
DDHH de la actual PDI) fue formada por el
señor (Luis) Henríquez, que venía del
Departamento Quinto de Asuntos Internos, y
traía toda la experiencia del caso Colonia
Dignidad, y de saber cómo habían ocultado
los restos, los vehículos que robaron, los
abusos a menores, etc.
Grito | p. 37
Y ellos trabajaron con mucho compromiso.
En esos tiempos teníamos reuniones con los
abogados y peritos y analizábamos los
métodos de investigación para determinar
cuáles eran los más efectivos. La verdad es
que hoy no veo el mismo compromiso ni la
misma expertise en la brigada actual.
En 2010, presentamos mil 164 querellas por
personas que no están en el Informe Valech,
y se ha avanzado en eso, lo que es muy
importante porque hubo compañeros del
MIR y del FPMR que, por razones políticas,
quedaron afuera del informe. Un caso
concreto es el de Ricardo Cáceres, que cayó
en un enfrentamiento, llegó al hospital, ahí
fue torturado y después lo sacaron del
hospital y lo mataron. Para nosotros ese caso
fue muy importante ya que fue
reivindicatorio. Lo mismo trataron de hacer
en “Operación Albania”, donde si los
familiares no se la juegan, hubiesen quedado
dos jóvenes fuera del informe.
En la actualidad no tenemos ninguna
relación con este gobierno en materia de
DDHH, ya que redujeron casi a nada lo que
había y, además, después de que violaron
los DDHH de la forma en que lo han hecho,
no nos parece ir a pedirles una reunión,
especialmente a este ministro de Justicia,
que es cómplice de la dictadura y protector
de Paul Schäfer (Colonia Dignidad).
¿A qué atribuye el detrimento en calidad
de investigaciones en DDHH en la
actualidad?
Hay falta de voluntad política para potenciar
los equipos de investigaciones. Ningún
gobierno ha tenido voluntad política para
enfrentar este tema. Lo primero que
debieron haber hecho es haber creado una
unidad especial de búsqueda de detenidos
desaparecidos, donde participaran equipos
de la policía, el Instituto Médico Legal, etc.
Recursos, infraestructura y la participación
de los familiares. Por otra parte, nunca
hicieron un llamado a las Fuerzas Armadas a
entregar información, ni siquiera a alguna
organización intermedia. Siempre nos
llamaron a pensar en el bien común. Incluso
hay que recordar el Acuerdo Marco del año
90´, que habría dado aún más impunidad. En
la Mesa de Diálogo, cuando se supone que
los restos habían sido arrojados al mar, y los
restos no estaban en el mar, estaban en
Cuesta Barriga, etc. Ellos nunca pensaron
que las organizaciones de familiares iban a
tener tanta resistencia. Apostaron al
desgaste y al cansancio. Eso no ocurrió,
aunque se han muerto una cantidad de
compañeras esperando…
Grito | p. 38
(N. de la R. El denominado Acuerdo Marco fue
una operación política gestada desde algunos
sectores en los inestables primeros años de la
transición. Generaba importantes grados de
impunidad en materia de DDHH. Fue
desestimado antes de alcanzar la firma).

¿Y respecto al accionar de los sucesivos

gobiernos?

Hay más preocupación por los victimarios

que por las víctimas. El Estatuto de Roma
señala claramente que para que los
criminales de Lesa Humanidad reciban
beneficios, debe existir reconocimiento,
arrepentimiento y colaboración efectiva. Acá
el pacto de silencio es absoluto y los
gobiernos los han protegido. Michelle
(Bachelet) no quiso cerrar Punta Peuco,
Lagos (Ricardo) le puso 50 años de secreto
al informe Valech, que para mí son 50 años
de impunidad y un pacto con los milicos
(militares), y para que decir la parafernalia
que hizo con Cheyre (Juan Emilio) y el
“Nunca Más”. Siempre han estado del lado
del victimario.
O en el caso de la Planta Baja, donde
pusieron a los escoltas (en el atentado a
Pinochet en el sector del El Melocotón, cinco
de sus escoltas murieron en el
enfrentamiento). Ellos no son víctimas, eran
personas que estaban en una guerra
declarada contra el pueblo, y murieron en
esa guerra. En el informe Rettig, hay gente
de la DINA (Dirección de Inteligencia
Nacional) y Carabineros que murió en
allanamientos en poblaciones, ellos tampoco
son víctimas.

Hace algunos años, le escribimos al general Las violaciones a los DDHH perpetradas
Patricio Oviedo (comandante en Jefe del luego del Estallido Social de 2019 hablan
Ejército entre 2014 y 2018), exigiéndole que de una continuidad de la cultura represiva.
sacara los retratos de los criminales de la ¿Comparte ese juicio?
Escuela Militar, nos respondió que no,
porque era parte de la historia de las Si, y eso se produce porque hay muchos
Fuerzas Armadas. Entonces nosotros le elementos que los sucesivos gobiernos se
planteamos que deje los retratos, pero negaron a eliminar. La Ley de Amnistía, la
diciendo quiénes son, cuántos años Doctrina de Seguridad Nacional, que
estuvieron en Punta Peuco, en Cordillera, Pinochet instauró en dictadura y convierte al
cuántas condenas tienen. Con eso, los pueblo organizado en un enemigo interno.
nuevos que vienen entrando se enteran de la Por eso tenemos tantos comuneros muertos
historia real. en el sur. Trabajadores como Nelson
Quichillao en 2015, en El Salvador, baleado
Aylwin (Patricio) pactó al principio de la por Carabineros, José Huenante, detenido
Transición y eso hay que reconocerlo. Está el desaparecido, José Vergara de Alto
Museo de la Memoria que se hizo durante el Hospicio, cuyos restos nunca fueron
gobierno de Michelle Bachelet, pero se hizo entregados. Los montajes, “Operación
a través de una fundación privada. Y además Huracán”, igual que en dictadura. Lo que
no hay un lugar donde estén separados los ocurrió con Camilo Catrillanca. Aquí todos
condenados, especialmente militares y los gobiernos violaron los derechos humanos
carabineros, de las víctimas. Ni siquiera de muchas personas. Manuel Gutiérrez que
pedimos que estén todos, sólo los muere asesinado.
condenados, que los pongan en una sala
aparte, con nombre, rostro, y todo lo que
hicieron.

Grito | p. 39
Nuestro lema es “La impunidad de ayer,
avala los crímenes de hoy”. Al no haber
cambios en las Fuerzas Armadas, se sigue
teniendo la misma doctrina, y vimos cosas
que nunca esperamos ver de nuevo, como
los tanques en la calle. Las familias de hoy
son aún más victimizadas que nosotros.
Hemos visto el pánico en nuestras
compañeras de 30 años o más jóvenes
porque sus hijos salen a la calle, porque ven
que se iba a reeditar lo que nosotros
vivimos. Afortunadamente el estallido fue
tan grandioso, tan colectivo y lleno de
esperanza, que se logró romper la
contención que existía antes con una
democracia frágil.
¿Ve alguna salida a la impunidad en el
nuevo proceso institucional?
La impunidad no terminará porque hay
causas a las que ya se les aplicó la amnistía
o prescripción. La llamada media
prescripción que son penas bajas y se van a
la casa. Los costos del proceso que se está
viendo ahora fueron muy bajos. Lo que se
hizo el 15 de noviembre (Acuerdo por la Paz
y la Nueva Constitución), más lo hecho por la
Concertación y el Frente Amplio, fue cooptar
a su militancia y coartar la movilización con
el acuerdo. Felizmente no obtuvieron dos
tercios de la votación.
¿Y la perspectiva del proceso
constituyente?
La nueva Constitución debe estar construida
sobre la base irrestricta de los DDHH y una
cultura de DDHH en promoción y defensa.
Pero también que se diga expresamente que
la Doctrina de Seguridad Nacional se acabó.
No más envíos de personal militar a la
Escuela de las Américas, que el Poder
Judicial no dependa más de los trueques
políticos, ni tampoco el nombramiento del
Fiscal Nacional. Todo debe ser supervisado
por organismos externos. También
planteamos una reforma total en Fuerzas
Armadas y Carabineros. No podemos tener
cuerpos armados que siguen violando los
Derechos Humanos.
Su rol debe cambiar y debe enfocarse en
catástrofes naturales y defensa de la
comunidad. Carabineros debe vigilar y
prevenir, y no hace ninguna de las dos cosas.
¿Por qué ha crecido tanto el narcotráfico en
Chile? Porque no es el enemigo interno y no
es una lucha política. El enemigo interno es
aquel hombre o mujer que piensa, se
organiza y pide cambios.
Nunca habíamos tenido la posibilidad de
tener una Constitución participativa donde
estuviesen representados todos los sectores
y todas las regiones del país. Habrá una
visión completa del país y además se
visibilizarán los Pueblos Originarios.
¿Cuál es su visión respecto a la formación
política en las organizaciones de DDHH
formadas luego del Estallido Social?
Hay organizaciones que son muy radicales, y
llaman a quemarlo todo, pero es importante
organizarse y educarse políticamente. Hace
unos días veíamos en “La Batalla de Chile”,
donde se muestra que un campesino o un
trabajador urbano tenía la película clara. La
educación política era parte de nuestra base,
y había mucho respeto. Había centrales de
trabajadores donde había Federaciones y
Confederaciones y se escuchaba, hoy no hay
argumentos. Además, muchas veces se
utiliza un lenguaje de militancia política en
instancias que no tienen esa característica.
Si yo tengo una militancia y soy además
activista debo trabajar y dialogar con todos,
sin recurrir al lenguaje interno que se usa en
los partidos.
Grito | p. 40
Además, las nuevas generaciones han sido apartadas de la cultura. Para nosotros era
mucho más fácil porque estaba la Quimantú (Editora Nacional Quimantú), los programas
especiales en la televisión, las revistas, había teatro, la Manivela con la sátira. Hoy nos han
convertido en un bien de consumo. Tú no eres persona, eres un usuario, un consumidor. Y
eso limitó nuestro lenguaje.

Nos llamaron desde la Coordinadora “Justicia para Neco”, nos pidieron una reunión de
orientación, y les dije, primero tienen que ordenarse y tener un vocero o dos, no pueden
hablar todos ya que la opinión que se entrega es la del colectivo. Tienen que trabajar la
solidaridad nacional e internacional. No usen panfletos, sino ejemplos reales que la gente
entienda, y buscar redes de apoyo, y los cabros van súper bien. También colaboré con la
Coordinadora “Marta Valdés” por los traumas oculares. Trabajamos a la par porque esto
también nos atañe a nosotros. Ahora no hay dictadura, pero el dolor que están viviendo las
familias, porque le dejaron ciego a un hijo o hija es el mismo, o de las 34 personas
asesinadas, y eso hay que hacerlo uno solo. Es mi compromiso y mi rol como mujer y como
obrera.

Grito | p. 41
Análisis/
Los decretos del Ministerio de Justicia que
continúan perfeccionando la impunidad para
criminales de lesa humanidad
Por: Carlos Concha O.
En el Estudio Jurídico Caucoto Abogados las
alarmas se encendieron en diciembre del
año 2020 y fue en el Tribunal Constitucional
(TC). Dicho bufete de abogados, reconocido
en la plaza por sus defensas en casos de
violaciones de derechos humanos y tampoco pueden participar de esta decisión
crímenes de lesa humanidad durante la
dictadura cívico-militar chilena (1973-1990),
conocieron de manera fortuita una acción de
inaplicabilidad promovida por Rodrigo Pérez
Martínez, un ex agente de la Central
Nacional de Informaciones (CNI) (1),
condenado por su participación en la
“Operación Albania”, y de otros CNI. En aquel
entonces la defensa de los agentes de la
CNI dio cuenta que Pérez Martínez había
recibido beneficios penitenciarios a través
del Decreto Ley N° 321, sobre libertad
condicional para personas condenadas a
penas privativas de libertad.
Tras ello, el Estudio Jurídico comenzó un
seguimiento (2) a esta situación y vía
transparencia pudo saber en agosto del
presente año que el ministro de Justicia y
Derechos Humanos, Hernán Larraín
Fernández, había firmado decretos (3) para
rebajar las condenas y suscritos indultos
para criminales de lesa humanidad
encarcelados en el Centro de Cumplimiento
Penitenciario Punta Peuco. Durante el año
2020, según la información entregada por
Transparencia a esta firma de abogados, han
sido 10 los criminales que obtuvieron estos
beneficios; a cuatro se les ha conmutado y
rebajado a otros seis. Se trata de los reos
Juan Abello Vildósola; Lander Uriarte
Burotto; Rodrigo Pérez Martínez; Juan
Artemio Valderrama Molina; Adolfo Lapostol
Sprovera; Carlos Blanco Plummer; con rebaja
a sus condenas; y Demóstenes Cárdenas
Saavedra; Víctor Manuel Mättig Guzmán;
Raúl Rojas Nietro; Hugo Prado Contreras;
éstos últimos con indulto presidencial (2).
“Estas personas estaban pidiendo rebaja de
condena e incluso accediendo al
cumplimiento total de la pena. Además, no
existe ningún control judicial sobre la
decisión final del ministro (Hernán Larraín) y
ni los querellantes ni ningún otro órgano del
Estado, ya que el juicio terminó en el
tribunal, y se dictó sentencia, y todo lo que
ocurre después queda a criterio, por así
decir, del Ministerio de Justicia. Cuando las
personas ya están cumpliendo su condena y
están bajo la custodia de Gendarmería su
destino -entrecomillas- está en manos del
Ministerio de Justicia. Por eso, nosotros
entendimos que esto era una violación del
derecho internacional y más
específicamente del Estatuto de Roma (4)”,
nos cuenta el histórico abogado de Derechos
Humanos Nelson Caucoto Pereira.
Ninguno de estos decretos fue notificado a
los familiares de las víctimas de estos
criminales. Estas rebajas e indultos se suman
a las bajas condenas, transgrediendo de esta
forma la obligación de imponer sanciones
efectivas ante estos crímenes, tal como lo
indican los estándares internacionales de
Derechos Humanos, lo que va fraguando
situaciones de impunidad sin control judicial.
Re-Configuración de la impunidad
Nelson Caucoto nos aclara que la impunidad
total estuvo presente en Chile por casi 30
años, desde 1973 hasta los años 2000,
década en la que realmente se inician los
juicios por motivos de Derechos Humanos
durante la tiranía.
Grito | p. 42
Antes dichos personajes hacían lo que
querían, salvo algunos casos aislados como
en el año 94´ con el “Caso Degollados” (5), o
como el caso de San José de Mariquina, que
es muy poco conocido, y donde se
condenaron a dos carabineros por la
desaparición de dos jóvenes. “En 2004 se
obtiene condena por la desaparición de
Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, el primer
caso donde se condena a la cúpula de la
DINA (1). A partir de ahí empieza a cambiar la
Justicia”, precisa el jurista.
No obstante, de manera paralela a estos
juicios se dicta en el 2003 la Ley 19.856, que
crea un sistema de reinserción social de los
condenados sobre la base de la observación
de buena conducta (6). Normativa que ha
sido utilizada por los criminales de lesa
humanidad encarcelados, y que a través de
esta herramienta jurídica han podido ver
reducir aún más sus condenas. ¿Por qué aún
más? Porque también han gozado de lo que
se llama la media prescripción. Esta norma,
artículo 103 del Código Penal chileno, es
aplicable a delincuentes que se presenten o
sean llevados ante la Justicia, luego de
haber transcurrido la mitad del tiempo
asignado para la prescripción de la acción
penal en delitos comunes.
“La media prescripción desnaturaliza
completamente la pena y crímenes
gravísimos pueden quedar reducidos a nada
porque te rebaja en dos o tres grados la
pena. Por eso somos enemigos de la media
prescripción y de la rebaja de penas por la
vía judicial y más aún por la vía
administrativa”, indica Caucoto.
En Chile, en general, los crímenes de lesa
humanidad alcanzan una condena entre los 5
y 10 años, por delitos similares en Argentina
pueden llegar a 20 años y en Francia hasta
puede ser una cadena perpetua. Además, a
ello se le agrega la mencionada media
prescripción, y los beneficios por buena
conducta, para criminales que son reos en
cárceles de lujos con piscina, canchas de
tenis y pieza individuales con televisión y
comodidades muy alejadas de las
condiciones de hacinamiento de las cárceles
comunes.
Es decir, para ellos es un juego alcanzar la
buena conducta. Ahora, se suman estos
decretos del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos que son emitidos en
silencio.
Beneficio de rebaja de condena
En Chile, los reos pueden aspirar a tres
modalidades para cambiar su situación, la de
remisión, reducción, o de conmutación de su
pena. En todos los casos el primer trámite se
debe hacer a través de Gendarmería de
Chile. Los/as prisioneros/as pueden optar a
estos beneficios por buena conducta (a
criterio de Gendarmería), por situaciones
humanitarias (edad avanzada y
enfermedades graves), y también al
momento de cumplir la mitad de la condena,
siempre y cuando se haya determinado la
buena conducta.
En la reducción de condenas por buena
conducta intervienen cuatro organismos
públicos: Gendarmería de Chile; las
Comisiones de Reducciones de Penas,
integradas por los ministros y las Corte de
Apelaciones y jueces; las Secretarías
Regionales Ministerial (Seremi) de Justicia y
Derechos Humanos; y el Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos. Todos los
años Gendarmería elabora un proceso de
calificación para evaluar el comportamiento,
donde se califica de acuerdo con los
factores de educación, trabajo, estudio y
rehabilitación. El órgano encargado de
efectuar esta calificación, de poner las notas
y sus argumentos, es la Comisión de
Reducción de Condenas, las que en la
actualidad son 17 en todo el país, una por
cada Región (7). La última decisión la tiene el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
En el caso del indulto, a través de la Ley
18.050, que fija normas generales para
conceder indultos particulares, es atribución
del Presidente de la República, quien en la
actualidad lo hace a través del Ministerio de
Justicia (8).
Grito | p. 43
En el caso de los criminales de guerra y de
lesa humanidad, conforme a la aplicación del
Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, existe una serie de requisitos para
que puedan acceder a los beneficios o penas
sustitutivas al cumplimiento de la pena bajo
determinadas circunstancias. Estos son
garantías en la investigación del caso, la
determinación de las responsabilidades,
penas adecuadas y proporcionales al daño
ocasionados (9). A su vez, se exige al
culpable haber cooperado con la
investigación, expresar arrepentimiento, y
colaborar en la construcción de mecanismos
para la no repetición. Ninguno de los
aspectos mencionados anteriormente ha
sido cumplido por los reos de Punta Peuco, a
quienes se les ha otorgado algún beneficio
de rebaja de condena.
Repuesta oficialista
Ante la emisión de los Decretos de rebaja e
indultos a criminales de Punta Peuco el
ministro de Justicia y Derechos Humanos,
Hernán Larraín, fue emplazado por el
mencionado Estudio de Abogados, por
familiares de víctimas de violaciones de
Derechos Humanos, por sectores de la clase
política y por algunos medios de
comunicación que se interesaron en esta
materia. Con la prensa, el secretario de
Estadio eludió el tema. Pero, tuvo que rendir
cuenta ante la Comisión de Derechos
Humanos y Pueblos Originarios de la Cámara
de Diputados/as (10).
Larraín, abogado, que pertenece a la Unión
Demócrata Independiente (UDI), parte de la
elite social criolla, protector del
pinochetismo y ex integrante de la
Corporación de Amigos de Colonia Dignidad,
ha hecho carrera en la configuración
paulatina de la impunidad. Ante la Cámara
estuvo acompañado por un amplio equipo
ministerial y de las Subsecretarías de
Justicia y de Derechos Humanos. Realizó una
extensa presentación justificando la
concesión de los beneficios a los presos de
Punta Peuco.
Entregó una batería de argumentos
amparados en la legislación nacional e
internacional, citando por ejemplo artículo 32
N°14 de la Constitución, la Ley 18.050 (8), las
razones humanitarias por el indulto; o la Ley
19.856 (6), el Decreto 685 (7), para las
rebajas de condenas, etc.
Además, puso sobre la mesa que muchas
postulaciones que son rechazadas
posteriormente son revertidas por el Poder
Judicial.
“Esta actuación no es otra cosa que el deber
de cumplir con la obligación de otorgar la
rebaja si el afectado cumple rigurosamente
con las exigencias legales, calificadas así en
las distintas instancias del procedimiento,
pues para el requirente cumplió con todas
las exigencias, que la autoridad debe
respetar, cumplir y hacer cumplir”, justificó
el ministro de Justicia.
Por otra parte, Hernán Larraín, durante su
alocución en el Parlamento, entregó algunas
cifras interesantes. Según el secretario de
Estado, el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos tiene registro desde el año 2009
de las reducciones de penas a criminales de
lesa humanidad. Es así como, a la fecha se
han otorgado beneficios a 24 solicitudes, de
los cuales 6 fueron instruidos por la Corte
Suprema.
Durante este gobierno, se solicitaron 61
indultos por reos de Punta Peuco, se han
concedido 6 y se rechazaron 55. De esos 6
criminales que obtuvieron el indulto, 4 de
ellos han fallecido. Por último, en lo que se
refiere a la reducción de condenas, durante
este periodo se registran 21 solicitudes, de
las cuales 11 se concedieron una rebaja y 10
fueron rechazadas. De esos 10 casos que
fueron rechazados, 2 de ellos apelaron y la
Corte Suprema les otorgó el beneficio de
rebaja en sus penas. Por ende, son 19
criminales los que obtuvieron beneficios
durante este Gobierno (incluyendo los dos
otorgados vía Justicia).
Grito | p. 44
Los familiares
Como era esperable, los familiares de las
víctimas de los criminales de lesa
humanidad repudiaron este nuevo ardid del
gobierno para otorgarle aún más beneficios
a los prisioneros de Punta Peuco. La
Agrupación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos (AFDD) emitió una carta (11) al
Presidente de la República, Sebastián Piñera,
en la que indican que los indultos
concedidos violan garantías constitucionales
y contradicen la normativa internacional de
Derechos Humanos.
Precisaron que son todos casos en los
cuales se revierten decisiones judiciales
sobre crímenes de lesa humanidad
absolutamente comprobados, y que estos
beneficios son indebidos que conducen a
una forma de impunidad. “El Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos al conceder,
por delegación del Presidente de la
República, un beneficio penitenciario de
indulto, sin notificar a los familiares de las
víctimas, configura una vulneración de un
justo y racional proceso”, manifestaron en la
misiva.
Además, acusaron que estos actos producen
una retraumatización a las víctimas,
generando daño que son calificados como
constitutivo de otro tipo de forma de tortura,
que es un trato cruel y degradante, tal como
se indica en la Convención contra la Tortura
y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes de Naciones Unidas, y la
Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura, del Sistema Regional
de Derechos Humanos.
Por lo anterior, la AFDD solicitó al Ejecutivo
dejar sin efecto estos indultos y rebajas en
las condenas, y que no se confieran más
estos tipos de beneficios.
Parar la impunidad
¿Cómo parar la impunidad? Es una pregunta
compleja de resolver. En 2021, a 48 años del
golpe de Estado, la denominada “voluntad
política” no ha sido suficiente y la actuación
del Poder Judicial en esta materia se debe
revisar constantemente.
Una vez se vuelva a la posibilidad de
efectuar los careos presenciales,
suspendidos por la crisis sanitaria, los
Tribunales de Justicia colapsarán y el tiempo
para muchos/as será un recurso no
renovable.
Para el Estudio Jurídico Caucoto Abogados
la dictación de estos decretos generan una
nueva situación de impunidad. Por ello,
anunciaron que, si las acciones a nivel
nacional fracasan, presentarán denuncias a
nivel internacional ante el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos y el
Sistema de Naciones Unidas (2).
Por su parte, Nelson Caucoto agrega que
para él Piñera está pagando deudas impagas
con el mundo militar, por promesas
incumplidas. Para el abogado el camino de
la denuncia pública es el más viable en estos
momentos para parar con la impunidad en
nuestro país.
No obstante lo anterior, y con respecto a la
media prescripción, se debe señalar que, en
junio de este año, y tras 13 años de revisión,
la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos resolvió recomendar al Estado de
Chile que la Corte Suprema revierta 14
sentencias en que aplicó la media
prescripción a 50 condenados por
violaciones de derechos humanos (12). Por
ello, el Poder Judicial deberá adecuar su
normativa para dar cumplimiento a esta
recomendación.
También, se debe mencionar que el 23 de
diciembre 2020 se ingresó al Parlamento el
proyecto de ley que “Modifica la ley
N°19.856, para excluir de los beneficios
establecidos en ella a personas condenadas
por delitos que, conforme al derecho
internacional, sean considerados como
genocidio o crímenes de guerra o de lesa
humanidad” (Boletín 13979-07) (13). La
iniciativa legal se encuentra estancada en su
primer trámite constitucional desde abril de
este año y, básicamente, tal como indica su
título corrige la ley para dejar fuera de
beneficios carcelarios, como el indulto y la
rebaja de penas, a los criminales de lesa
humanidad y violadores de Derechos
Humanos de Chile.
Grito | p. 45
Referencias

(1) La Central Nacional de Informaciones (CNI) fue una policía política y de inteligencia de la dictadura cívico-
militar de Augusto Pinochet. Funcionó desde el año 1977, en reemplazo de la Dirección Nacional de Inteligencia
(DINA), y hasta el año 1990. Fue un organismo a cargo de perseguir, secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer a
opositores políticos de la tiranía.
(2) Minuta: Beneficios penitenciarios e indultos concedidos por el gobierno de Sebastián Piñera a Condenados por
Crímenes de Lesa Humanidad. Por Francisco Félix Bustos Bustos del Estudio Jurídico Caucoto Abogados. Agosto 2021.
(Ver minuta)
(3) Decreto tipo. Decreto Exento N° 1439 que concede indulto por buena conducta al criminal Víctor Manuel Mättig
Guzmán (Ver documento).
(4) Estatuto de Roma: Instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI). Fue adoptado en la ciudad de
Roma, Italia, el 17 de julio de 1998. Reconocido por Chile en 2010, tras 10 años de tramitación legislativa (Ver
nota). La competencia de la CPI se limita sólo a los crímenes de genocidio, de lesa humanidad y de guerra.
(5) “Caso Degollados” es el nombre con el que se conoce al secuestro y asesinato de tres militantes del Partido
Comunista de Chile; José Manuel Parada, Manuel Guerrero Ceballos y Santiago Nattino, perpetrado por Carabineros
en marzo de 1985.
(6) Ley 19.856, que crea un sistema de reinserción social de los condenados sobre la base de la observación de
buena conducta. Dictada en el año 2003 durante el gobierno de Ricardo Lagos Escobar. (Ver Ley)
(7) Decreto 685: “Aprueba reglamento de la Ley Nº 19.856, que crea un sistema de reinserción social de los
condenados en base; a la observación de buena conducta”. (Ver decreto)

(8) Ley 18.050, que fija normas generales para conceder indultos particulares. (Ver Ley)
(9) Normas internacionales aplicables a Chile sobre libertad condicional. (Ver documento)
(10) Presentación del ministro de Justicia y Derechos Humanos ante la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos
Originarios de la Cámara de Diputados/as. (Ver presentación)
(11) Carta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD). (Ver carta)
(12) Comisión Interamericana de DD.HH resuelve que Corte Suprema debe dejar sin efecto rebajas de penas en
crímenes de lesa humanidad. (Ver nota)
(13) Boletín 13979-07. Iniciativa legal presentada por las/os diputadas/os Karol Cariola (PC), Hugo Gutiérrez (PC),
Marco Ilabaca (PS), Jaime Naranjo (PS), Leonardo Soto (PS), René Saffirio (DC), Víctor Torres (DC), y Matías Walker
(DC). (Ver historia del proyecto)

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