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UNIVERSIDAD ODONTOLÓGICA DOMINICANA

OPERATORIA DENTAL 2

TEMA:
Polimerización

INTEGRANTES:
Helen Gerónimo 20-UOD-0007
Johanny del villar 19-UOD-0011
Joel David Rosario De La Rosa 19-UOD-0131
Wimny Gonzalez 20-UOD-0027
Anabel de los Santos 20-UOD-0005

DOCENTE:
Ericka Mesa
INTRODUCCIÓN

El origen de un material polimérico son moléculas relativamente pequeñas que


tienen una limitada atracción y dan lugar a un gas o un líquido, estas se
denominan monómeros; no obstante, la unión de varias moléculas pequeñas por
medio de enlaces primarios covalentes forman moléculas de gran tamaño que se
denominan polímeros y estas transforman el gas y el líquido inicial en un
material sólido o material organico sintetico. Entonces, el proceso que se conoce
como polimerización tiene la capacidad de transformar un material líquido o
gaseoso en un material sólido.

El proceso de polimerización puede definirse como el crecimiento o formación


de cadenas a partir de la unión de eslabones. Según la manera en que se produce
ese crecimiento, se obtienen polímeros de estructura espacial que son lineal,
ramificada o cruzada. En función de sus características mecánicas visibles, su
rigidez o capacidad de resistir a deformaciones en condiciones ambientales
normales se distinguen: los plásticos, resinas y elastómeros.
Polimerización
Los materiales restauradores y sistemas adhesivos copan la atención de la
mayoría de los profesionales Para que se produzca la reacción de polimerización
es preciso que el iniciador genere los primeros radicales libres, y para ello debe
ser activado por algún agente. Para los composites autopolimerizables el
activador será un compuesto químico, mientras que para los fotopolimerizables
será la luz con un espectro determinado
.
FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA FOTOPOLIMERIZACIÓN:

1. Del material:

a. Tipo de fotoiniciador
b. Color
c. Grosor de la capa
2. Del foco de luz:

a. Longitud de onda
b. Distancia
c. Intensidad
d. Tiempo de exposición
1. Factores del material

a. Tipo de fotoiniciador.

El fotoiniciador más utilizado es la canforoquinona, perteneciente al grupo de


las dicetonas. Últimamente, ciertos composites incluyen. Como acelerador de la
iniciación suelen añadirse aminas las cuales tienen una gran afinidad por los
fotoiniciadores.

Los composites están formados por una matriz orgánica con diferentes
monómeros (principales, diluyentes, agentes de enlace con el relleno inorgánico,
inhibidores de la polimerización, estabilizadores de la radiación ultravioleta, y
iniciadores de la polimerización) y un relleno inorgánico que les confiere las
propiedades físicas determinantes para ser usados como materiales de
restauración.
La principal diferencia entre ambos iniciadores radica en el espectro de longitud
de onda en el que se activan. La canforoquinona se activa en un rango de entre
400 y 500 nm, siendo su pico de máxima activación los 468 nm.

b. Color

Los colores más oscuros contienen pigmentos más opacos que ocasionan
fenómenos de dispersión de la luz, por lo que necesitan de un mayor tiempo de
aplicación de luz para conseguir una correcta fotopolimerización.

c. Grosor de la capa de composite

Toda la información de la que disponemos en la actualidad indica que el grosor


máximo de cada capa de composite no debe exceder los 2 mm. Este aspecto no
está motivado por el grado de polimerización, sino porque a mayor grosor de la
capa más contracción de polimerización se producirá, lo que
puede ocasionar despegamientos de la capa adhesiva con la correspondiente
implicación clínica.

2. Factores del foco de luz

a. Longitud de onda.- Debería abarcar los picos de máxima activación de los


diferentes tipos de fotoiniciadores, para permitimos utilizar cualquier material
restaurador fotopolimerizable.
b. Distancia.- La efectividad de la radiación lumínica es inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia. Este hecho implica que pequeñas
variaciones en la distancia entre el foco de luz y el material implican grandes
pérdidas en la intensidad. Por lo
tanto la punta de la guía de luz deberá estar lo más próxima a la superficie del
material restaurador .
c. Intensidad.

La intensidad mínima que debemos


exigirle a la lámpara es de 350-400 mW/cm2• Con la finalidad de realizar las
comprobaciones rutinarias resulta de incuestionable interés la tenencia de un
radiómetro, que en caso de no venir incorporado a la lámpara, puede adquirirse
de forma separada.

Tiempo de exposición.
Con las lámparas halógenas actuales debe ser de 40 segundos por capa. Si bien
hay composites que se polimerizan bien en 20 segundos, es posible que en
ciertos momentos nos separemos de la superficie del material, lo que ocasiona
una disminución de la intensidad efectiva. Si aplicamos la luz 40 segundos por
capa estamos compensando este posible suceso.

FASES DE LA POLIMERIZACIÓN

Al fotopolimerizar la resina compuesta se presentan 3 fases:

• Fase pregel: Al inicio de la polimerización, la resina compuesta entra en la


denominada fase pregel. La matriz de resina está en un estado plástico viscoso,
la resina es capaz de fluir. Esto no tiene nada que ver con las resinas fluidas,
pero significa que los monómeros pueden seguir moviéndose o deslizándose en
una nueva posición sin la matriz de resina.

• Punto de gel: En la polimerización, se forman macromoléculas, de esta


manera la resina compuesta se transforma en sólida. El movimiento o la
difusión de las moléculas sin la matriz queda inhibida. El punto gel es definido
como el punto donde la fluidez del material no puede mantenerse por la
contracción del mismo. El material entra por tanto en la fase postgel.

• Fase postgel: En esta fase, el material está en un estado de elasticidad rígido,


sin embargo, el material continúa contrayéndose. Cuando la contracción es
limitada (por lo adhesivos) en esta fase ocurre el estrés traccional.
Parámetros a evaluar para determinar la eficacia de la fotopolimerización:

A la hora de comparar el grado de eficacia entre diferentes fuentes lumínicas, lo


hacemos a expensas de valorar las cualidades del producto final (composite). A
nivel de laboratorio tres son las pruebas fundamentales que se emplean.

1. Grado de conversión
Es el porcentaje de monómeros que se transforman en polímeros. Con los
materiales y las lámparas actuales se logran valores de hasta un 80-85%. El
aumento de la intensidad lumínica produce un mayor grado de conversión, pero
no de una forma directamente proporcional. Por lo tanto el doblar la intensidad
de la luz no ocasiona el doble de conversión, sino que este aumento es
relativamente pequeño.

2. Contracción de polimerización
Si bien los composites con alto contenido de relleno inorgánico han conseguido
disminuirla, aún sigue siendo uno de los principales inconvenientes de estos
materiales, alcanzando valores del 1,5 al 3,5%.

3. Propiedades mecánicas
Se evalúan principalmente la dureza, resistencia a la compresión, flexión y
tracción, así como el módulo de Young. Existe documentación que demuestra
que un aumento del tiempo de exposición a una menor intensidad proporciona
un material con valores óptimos de estas propiedades. Así pues una disminución
de la intensidad de la luz en la fase inicial produce una mayor duración de la
fase pre-gel y por lo tanto la formación de cadena poliméricas de mayor
longitud con la consiguiente absorción de tensiones y la optimización de ciertas
propiedades mecánicas.
Tipos de fotopolimerización:

Continua: aplicación de una intensidad de luz constante durante el tiempo de


aplicación.

Discontinua: Variación de la intensidad en función del tiempo. Dentro de este


tipo las más utilizadas son las técnicas de fotopolimerización inicial a baja
intensidad, ya que son las que parece ser que mejoran las propiedades del
composite.

Fenómenos anexos a la polimerización


Existen dos tipos

Cuando un montonero se transforma en polímeros se obtiene un material central


sintético o polímero, pero simultáneamente es posible detectar dos fenómenos
colaterales que se deben tomar en cuenta.

El primero de ellos que se debe a la roto polimerización representa un cambio


de un ordenamiento de mayor energía a uno de menor energía. La sustancia
monómero tiene mayor energía que los polímeros. Al producirse la
polimerización, esa energía no puede perderse sino se transforma y se libera en
forma de energía térmica. Dicho en otras palabras, la reacción de esta
polimerización es exotérmica y ello debe ser tenido en cuenta, ya que puede
traer dificultades en ciertos trabajos en los que se usa la polimerización en
material dental.

El otro fenómeno se debe a la distancia que separa a las moléculas de un


monómero cuando está en ese estado respecto a la que la separa cuando integran
la cadena de polímeros. En el primer caso, la ligación entre ellas es por uniones
secundarías y, por lo tanto , la distancia entre monómeros y monómeros es
relativamente grande. (Algunas decenas de manómetros). Al formar una cadena
de polímeros, reaccionan para unirse.

Mecanismos de polimerización

La reacción de transformación de monómeros en polímeros puede hacerse de


varias maneras. Los mecanismos más utilizados en la fabricación y uso de
materiales dentales son la polimerización por condensación, la polimerización
por apertura de anillos y la polimerización vinílica

En los dos primeros casos citados se emplean moléculas con grupos químicos
capaces de reaccionar entre sí para generar la unión entre ellas. Así, partiendo
de dos moléculas con un grupo reactivo apropiado en cada una, es posible
obtener la unión entre ambas, conformando lo que podría considerarse como un
dímero (dos partes). Si los grupos reactivos en cada molécula son dos o más es
posible generar la unión de muchas moléculas entre sí y obtener un polímero o
material organico sintético, cuyas propiedades finales serán determinadas por
las características de las moléculas originales, la estructura espacial generada y
la cantidad de moléculas que constituya cada una de las moléculas resultantes.

Existe una diferencia entre los mecanismos de polimerización por condensación


y por apertura de anillos.

En el primero de ellos el resultado de la reacción no es solo la unión entre


moléculas sino también la formación de subproductos de bajo peso molecular
agua, amoniaco, etc. Que quedan al margen de la molécula de polímero. Un
ejemplo es la formación del polímero conocido como nylon. Para llegar a
obtenerlo se combinan moléculas con grupos amino con otras con grupos
carboxilo. La reacción entre esos dos grupos lleva a la unión entre las moléculas
originales y la formación de una molécula de agua por cda para de grupos
reaccionantes.
En cambio, en la polimerización por apertura de anillos presentes en una de las
moléculas que reaccionan, el resultado es tan solo el polímero final sin ningún
subproducto adicional. Un ejemplo de reacciones de estas características es la
que da lugar a la obtención de los materiales epóxicos, como algunos que son
utilizados como selladores de conductos radiculares.

Por último, el mecanismo de polimerización vinílica se diferencia de la


polimerización por condensación por el hecho de que, como resultado de ella, se
obtiene el polímero y ningún tipo de subproducto. Asimismo, se diferencia de la
polimerización por apertura de anillos en que no se parte de moléculas con dos
grupos reactivos distintos que interactúan entre sí.

La polimerización vinílica se da entre moléculas no saturadas, entendiéndose


por tales aquellas con dobles ligaduras entre átomos de carbono; o sea las que
derivan de la química de los alquenos. La denominación “polimerización
vinílica” surge del hecho de la identificación como “vinílicos” que se hace de
los grupos químicos con dobles ligaduras.

Para la obtención de moléculas de polímero por este mecanismo se requiere de


monómeros con dobles ligaduras o monómeros vinílicos. El ejemplo más
sencillo es el de la molécula de teneno o etileno. Otras más complejas pueden
tener diversos grupos químicos adicionales o dos dobles ligaduras en lugar de
una y todas ellas son capaces de formar polímeros por el mismo mecanismo.

Las dobles ligaduras representan un estado relativamente inestable y bajo


condiciones fácilmente obtenibles se abren quedando las moléculas “activadas”,
con valencias libres.

Como esas vales libres no pueden existir, se saturan entre sí uniendo las
moléculas y generando el polímero deseado que se acostumbra denominar
anteponiendo el prefijo “poli” al nombre de la molécula del monómero; por
ejemplo: poli (etileno), poli(cloruro de vinilo), poli(metacrilato de metilo).
El proceso de la polimerización vinílica
El proceso de polimerización vinílica se realiza en etapas que pueden ser
diferenciadas. En la situación de la cual se parte adhesivo líquido en el caso de
la mayor parte de las técnicas restauradoras que son analizadas en este texto
todas las moléculas están presentes en estado de monómero, o sea con dobles
ligaduras, y es necesario actuar de alguna manera sobre ellas para iniciar la
polimerización.

Esa iniciación o primera etapa del proceso de polimerización por adición se


produce en el momento en que alguna o algunas moléculas del monómero
desdobla su doble ligadura.

La etapa de iniciación de la polimerización por adición es quizás la más


importante de conocer al trabajar con materiales dentales y en las técnicas
adhesivas en particular, ya que esa etapa comienza cuando el operador,
profesional o auxiliar, decide que es necesario producir su transformación. Por
ello dejan de ser importantes las etapas siguientes, la propagación y la
terminación, por la menos para el químico interesado en desarrollar un
producto determinado

Dispositivos para fotocurado

Actualmente en el trabajo odontológico se pueden usar cuatro tecnologías


diferentes: las lámparas halógenas, las lámparas de arco de plasma, la tecnología
láser y las lámparas LED.

Lámparas halógenas

En estos dispositivos para fotocurado, la radiación


es generada a partir del flujo de una corriente
eléctrica por un filamento metálico delgado por
ejemplo, de tungsteno- incluido en una ampolla de
vidrio de cuarzo que contiene un gas halógeno. En
esas condiciones dentro de este bombillo o bulbo, el
filamento es calentado y emite radiación
electromagnética en forma de luz visible; o sea, con
longitud de onda entre 400 y 700 nanómetros. Simultáneamente ese paso de
corriente eléctrica por un filamento genera calor.

El funcionamiento de las lámparas halógenas, como de todos los dispositivos


para polimerización, debe ser controlado periódicamente. Para que actúen
correctamente y el fotocurado sea el adecuado es necesario que mantengan la
longitud de onda y la potencia requeridas. Es responsabilidad del profesional y
de sus auxiliares asegurar la utilización de un aparato adecuado y la realización
de un control y mantenimiento apropiados.

Se aconseja el recambio periódico del bombillo (cada año) según la frecuencia


con que se lo utilice. La superficie reflectora del espejo cóncavo debe limpiarse
para eliminar todo depósito de polvo sobre ella, que absorberá parte de la
radiación. Si se lo observa oscuro o blanquecino (es decir, no reflectante), lo que
puede suceder por la degradación motivar por la acción de la temperatura
generada, debe ser cambiado, ya que la cantidad de radiación habrá disminuido.

Con los dispositivos halógenos se considera que la potencia mínima requerida


para desencadenar el fotocurado oscila alrededor de los 350 mW/cm². Es
conveniente disponer de potencias bastante más elevadas, ya que no en todas las
situaciones de trabajo clínico puede llegar así al material a polimerizar, Así en la
medida en que sea necesario alejar la fuente de emisión de la zona de trabajo
disminuirá la potencia por unidad de superficie.

Sin embargo, para el trabajo en técnicas restauradoras adhesivas directas con


resinas reforzadas o composites una potencia demasiado elevada en la radiación,
aplicada inicialmente sobre el material, puede generar una reacción demasiado
rápida. En estas condiciones, las tensiones que se generan como consecuencia
de la contracción de polimerización no pueden ser disipadas mediante la
deformación del material. En esta situación puede verse demandada
excesivamente la zona adherida y puede fracasar la restauración al afectarse la
posibilidad de integración entre material y estructura dentaria o al generarse
deformaciones en la estructura dentaria.
Para obviar esta dificultad han sido desarrolladas unidades para fotocurado en
las que la potencia de la radiación es relativamente baja en los primeros
segundos después de puesta en funcionamiento.

Lámparas de arco de plasma

La luz de las lámparas de polimerización


de arco de plasma no es producida al
calentar un filamento en un bombillo.
Estas lámparas funcionan, en cambio,
con dos electrodos ubicados muy cerca
el uno del otro. La aplicación de una
elevada diferencia de potencial voltaje
hace aparecer un arco de luz entre esos dos electrodos.

La radiación generada es de muy alta potencia (mayor que 1000 mW/cm), lo


que permite reducir muy significativamente los tiempos de polimerización con
respecto a los utilizados con las lámparas halógenas.

Si bien ello permite disminuir el tiempo de empleo clínico del dispositivo,


podría conspirar contra el logro eficaz de adhesión por la excesiva velocidad
generada en la reacción.

Debe tener en cuenta, además, que el espectro o amplitud de longitud de onda


de radiación generada por estas unidades es menor al que se obtiene con las
halógenas. Por consiguiente, un material determinado puede no polimerizar
adecuadamente si la sustancia fotosensible que lleva incorporada no absorbe
eficazmente esa radiación específica.

Este tipo de dispositivos han encontrado alguna aceptación en el trabajo en


ortodoncia. En este caso su empleo en la fijación directa de brackets permite
acortar los tiempos operatorios.
Láser para fotocurado

Han sido también desarrollados dispositivos


para fotocurado basados en la tecnología láser.
Un láser de argón permite generar una
radiación en el rango azul y puede
desencadenar reacciones de polimerización en
materiales de uso odontológico. Si bien se
pueden lograr potencias equivalentes a las de
las lámparas de arco de plasma, el espectro de
longitudes de onda es reducido y puede no ser
eficaz sobre algunos productos en particular.

Una posible ventaja de esta tecnología es que la radiación generada es


coherente. Esto significa que no se dispersa a medida que se aleja de la fuente
emisora, lo que permite que la potencia por unidad de superficie se mantenga
aunque se produzca esa situación.

El elevado coste del láser para fotocuración con respecto a otras tecnologías ha
impedido la generalización de su empleo.

Lámparas con LED

La tecnología más reciente aplicada a los


dispositivos de fotocurado es la de las
lámparas con LEDs. La sigla surge de las
iniciales en inglés para los diodos emisores de
luz.

Estos diodos son la combinación de dos


semiconductores diferentes que emiten una
radiación de una longitud de onda específica
cuando actúa sobre ellos un pequeño voltaje.
El pequeño voltaje necesario posibilita el empleo de baterías recargables o pilas
y fabricar dispositivos para fotocurado "inalámbricos" que resultan cómodos en
la situación clínica odontológica.

Otros aspectos de esta tecnología hacen que los dispositivos sean menos
voluminosos. Como la generación de radiación no se hace a través del
calentamiento de filamentos o electrodos no se genera calor. Ello determinó que
en las primeras lámparas de este tipo no fuese necesario incorporar sistemas de
ventilación. Una ventaja adicional está dada por la durabilidad de los LEDs, que
es varias veces mayor que la de los filamentos presentes en los dispositivos
"halógenos".

Los primeros dispositivos basados en LEDs (hoy a veces reconocidos como de


"primera generación") incorporaban varios diodos para foto para obtener la
radiación de cantidad y calidad apropiada, pero que no resultaban suficientes
para lograr en algunos productos un nivel de polimerización equivalente al
obtenido con los dispositivos halógenos.

En una segunda generación de lámparas LED para fotocurado se trabaja con la


alternativa de utilizar un flujo pulsante de energía. De esta manera el LED se
activa y desactiva varias veces por segundo, con lo que se evita o disminuye el
mencionado sobrecalentamiento.

Un más reciente desarrollo es la aparición de dispositivos LED de "tercera


generación". En estos casos, se utilizan por lo menos dos diodos de alta
potencia, a efecto de ampliar el rango de radiaciones generadas y posibilitar el
empleo con los diferentes productos comerciales existentes en el mercado
odontológico.
CONCLUSIÓN

Los productos poliméricos han adquirido una enorme importancia


industrial a lo largo de los años, tienen una importancia primordial en
la preparación de materias plásticas, cauchos, fibras sintéticas y
revestimientos de protección y adhesivos.

Ante el fracaso de una restauración de resina compuesta adherida


aveces pensamos que se han producido fallas en la técnica adhesiva o
alteraciones inherentes al material restaurador, pero lo mas probable
es que la causa del fracaso sea una deficiente fotopolimerización del
material restaurador.

Una polimerización deficiente genera microfiltración, decoloración,


incremento de la abrasión e incluso sensibilidad pulpar, baja
biocompatibilidad, mayor citotoxicidad, sensibilidad posoperatoria,
cambio de color, aumento en la solubilidad y absorción acuosa y bajas
propiedades mecánicas.

Por lo que es necesario hacer una correcta polimerizacion y evitar


todas esas complicaciones.
BIBLIOGRAFÍA

● Henostroza, G. (2009 ). Adhesión en odontología restauradora; 2da


edición: Ripano editorial médica. Disponible en:
https://1drv.ms/b/s!Am8MMvDuknf6mXDMmOHsLqVSPZNt?e=2YK61C

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