Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Periodismo en La Revolución Cubana
El Periodismo en La Revolución Cubana
http://www.cubaperiodistas.cu/index.php/el-periodismo-en-la-
revolucion-cubana/
Sólo tres emisoras de radio dejaron de transmitir en los días iniciales del triunfo
revolucionario. Circuito Nacional Cubano y Cadena Oriental de Radio, en ambas su
mayor accionista era Fulgencio Batista, y Unión Radio, que era propiedad de Eusebio
Mujal, un verdadero gangster utilizado por la dictadura para desunir al movimiento
obrero en Cuba.
Cuando la Revolución proclamó su derecho a tener relaciones con todos los países del
mundo, independientemente de su sistema político, económico o social, Prensa Libre
escribió en un editorial:
EL PERIODISMO NO ES NEGOCIO
El 7 de junio de ese mismo año, Fidel asiste a un almuerzo convocado por el Colegio
de Periodistas, pero al cual los directores de los principales medios de comunicación
privados rehúsan participar. Allí Fidel expone los primeros conceptos públicos de la
revolución sobre la libertad de prensa. “Periodismo -dice el líder revolucionario-no
quiere decir empresa, sino periodismo, porque empresa quiere decir negocio y
periodismo quiere decir esfuerzo intelectual, quiere decir pensamiento, y si por algún
sector la libertad de prensa ha de ser apreciada es, precisamente, no por el que hace
negocio con la libertad de prensa, sino para el que gracias a la libertad de prensa
escribe, orienta y trabaja con el pensamiento”.
La coletilla se sumó a otras medidas de la revolución que no fueron del agrado de los
dueños de los medios. Citamos, entre ellas,
*la supresión de las subvenciones y dádivas gubernamentales a los medios prensa que
durante los años de la dictadura ascendió a casi dos millones de dólares
*la decisión de dar un plazo de un año a los periódicos que tenían sistemas de rifas de
casas, automóviles y artículos domésticos para que cesen esa práctica, para la cual
utilizaban los sorteos de la Lotería Nacional, institución que iba a desaparecer como
parte de una política de saneamiento de la revolución, contraria a los juegos de azar.
*el temor de los grandes negocios por el curso del país provocó una contracción en los
gastos de publicidad, lo que afectó los ingresos de la prensa privada tradicional que,
además, se vieron privados de grandes ganancias procedentes de espacios como las
páginas de crónica social, donde aparecían la oligarquía y la burguesía, ya en crisis, o
en las páginas de deportes, donde el mercantilismo era predominante, pues se movía
mucha plata con la promoción del profesionalismo.
Todo eso hizo que se produjese una masiva huida de los principales dueños y
directores de periódicos y revistas, en su mayor parte hacia Miami. Algunos como
Miguel Angel Quevedo, de Bohemia, al cual nadie perseguía, se asilaron en embajadas
para alimentar la hoguera de propaganda anticubana. Todos terminaron creando
publicaciones contrarrevolucionarias en Estados Unidos u otros países, con fondos que
les dieron la SIP, la CIA y otras agencias norteamericanas, con los nombres de las que
tenían en Cuba.
En esos tiempos eran muchos los que reclamaron descalificar a inmorales y hacer
florecer una institución limpia, unida, fuerte y coherente de los periodistas, y a la vez
estructurar un sistema de prensa revolucionario capaz de enfrentar con una mayor
efectividad las campañas agresivas del imperialismo norteamericano.
Ese proceso en marcha significó el principio del fin en Cuba del periodismo como
negocio, de la noticia como mercancía, de la publicidad comercial, del sensacionalismo,
de las crónicas social y roja, del choteo y la burla, de los chismes de alcoba y otras
frivolidades, de la apología al deporte profesional, de la corrupción dentro del sector,
del servilismo a los intereses extranjeros, de la práctica de semi-verdades y mentiras
que se deslizaban bajo el amparo de muletillas como “fuentes bien informadas
dijeron…” En fin del engaño y las superficialidades con que se intoxicaba a diario al
pueblo.
FUNDACION DE LA FELAP
Tanto en lo interno como en lo externo, la presencia del nuevo periodismo, heredero
consecuente de la prensa patriótica y revolucionaria, ha contribuido a fortalecer la
conciencia crítica sobre la función desinformativa y perversa de los medios
transnacionales y sus dependencias locales en los países de la región latinoamericana.
Un ejemplo elocuente fue el papel de la UPEC en la fundación de la Federación
Latinoamericana de Periodistas (FELAP) en 1976, donde la unidad alcanzada por los
profesionales de los medios se hizo sobre la base de principios claramente
antiimperialistas de su convocatoria y acuerdos, que se resumen al proclamar la lucha
común Por un periodismo libre en patrias libres.
Muchas han sido las maniobras con el objetivo de crear organizaciones de periodistas
de carácter regional para restarle fuerza a la FELAP. Federación Interamericana de
Organizaciones de Periodistas Profesionales (FIOPP), Federación Latinoamericana de
Trabajadores de la Prensa (FELATRAP) y Federación Iberoamericana de Asociaciones
de Prensa (FIAP) son algunas de ellas, desaparecidas en el escenario latinoamericano
por no contar con base social para su desarrollo en las filas de los profesionales del
periodismo. La acción y el dinero de la CIA, como antes con la SIP, han estado
presentes en todos los casos. Estos fracasos no han impedido el daño causado a la
profesión al pretender negarla como tal integralmente. El desconocimiento de los
colegios y el deterioro de las escuelas son dos de esas manifestaciones. Alrededor de
setecientos periodistas desaparecidos y asesinados desde la fundación de la FELAP,
determinan que los periodistas ejercen el trabajo más riesgoso en la región
latinoamericana. Ellos son testigos incómodos para los regímenes arbitrarios de las
dictaduras militares y neoliberales, ambos auspiciados e impuestos por Estados Unidos
en los países que llaman su patio trasero. Los crímenes cometidos contra periodistas
fuera de su control en Irak, como quedó demostrado en el Cuarto Encuentro de
Corresponsales de Guerra, celebrado recientemente en La Habana, confirman una vez
más esa actitud de temor a la verdad del periodismo digno por parte del poder del
Imperio de alcance universal.
NI ASOMO DE TRIUNFALISMO
Muchas han sido las limitaciones y no pocas las deficiencias, sin dejar de mencionar los
errores en el ejercicio de la profesión, siempre en el proceso de perfeccionamiento y
con la acción del análisis autocrítico requerido. Ni asomo de triunfalismo ha
caracterizado el proceso de desarrollo de la prensa cubana, lo que ha contribuido a
forjar también la actitud sencilla y hasta humilde de los intelectuales de la política y la
ideología en el trabajo cotidiano, los periodistas a los que su pueblo distingue y
admira. Esto último es la prueba más elocuente de un periodismo diferente, sobre todo
cuando ocurre en un país donde era una profesión que, salvo excepciones, carecía de
prestigio en la sociedad, debido al carácter reaccionario de la política de los dueños de
la prensa capitalista al servicio del ordeno y mando de la Embajada de Estados Unidos.
La Radio y la Televisión llegaban a casi todo el territorio nacional, que contaba con el
95% de electricidad. Esta era una situación de adecuado balance informativo, hasta
que en 1989 comienza la liquidación del campo socialista y la desintegración de la
Unión Soviética, de la que dependían dos terceras partes del comercio exterior cubano.
Entre las importaciones más importantes figuraban, el combustible y el papel, materias
importantes para la prensa nacional.
Por ejemplo, Cuba importaba de la URSS, 41 mil toneladas de papel gaceta , 25 mil de
las cuales eran para la Prensa, además de maquinarias, tinta, rollos fotográficos, en fin
todo el material necesario.
El Primero de Octubre de 1989, luego de consultar a las Instituciones que auspiciaban
los órganos de Prensa y la participación activa de la Unión de Periodistas de Cuba, se
adoptaron un grupo de medidas.
Hemos querido ofrecer esta información para que se tenga una idea de lo tensa y
difícil que fue la situación de la prensa escrita, al iniciarse el llamado Período Especial
en nuestro país.
Los que no pudieron ser reubicados de inmediato – los menos – se les garantizó el
60% de su salario hasta que se les ubicara en otros trabajos. Por ser el medio menos
afectado, la radio asumió la mayor responsabilidad en la información a la población.
Fueron puestas en marcha diversas iniciativas que resultaron viables.
Con nuestra lenta reanimación económica reaparecieron algunas que habían cesado en
1990, entre ellas, Mujeres y Muchachas, en formato de tabloide esta última, así como
las publicaciones infantiles y juveniles, Pionero, Zunzún, Juventud Técnica y Somos
Jóvenes, aunque con una frecuencia y tiraje que no satisfacen la demanda. Juventud
Rebelde volvió a ser diario.
La actividad de los Telecentros, que se expandieron por las provincias, fue afectada
por el Período Especial y en muchas de ellas hubo que conformarse con una sola hora
de transmisión, pero han aumentado considerablemente su capacidad productiva,
confeccionando variados programas para el territorio y además algunos de ellos son
reproducidos por las Cadenas Nacionales de Televisión
En estos momentos todas las provincias cuentan con su Telecentro, lo que les permite
aumentar la información de sus respectivos territorios. Uno de los más importantes
equipos de radio y televisión fue instalado en 1997 en el macizo montañoso Sagua-
Moa- Baracoa, donde había una conocida zona de silencio.
Por primera vez, con esos transmisores, esta amplia zona cuenta con señales de
televisión y de radio y en los lugares donde aún no llega la electricidad, se han
instalado paneles solares que permiten recibir las señales radiales y televisivas.
En esta oportunidad también el Congreso analizó los graves problemas que acarrean la
globalización de la información y la comunicación.
Quedaba claro que los periodistas cada vez tienen que ser más preparados, maduros,
con experiencia y vocación para enfrentar esta actividad. Fidel sentenció: “un
periodista tiene que ser un estadista, porque está defendiendo la identidad y la cultura.
Tienen que ser periodistas para el Mundo y por el Mundo”.
APODERARNOS DE INTERNET
Existen en el país, más de 130 Sitios Web de la prensa; todos los periódicos y revistas
tienen sus espacios, así como la radio y la Televisión. También cuentan con Foro-
Debates, como los impulsados por Radio Rebelde sobre diferentes temas, Cuba
Debate, La Jiribilla, Cuba Si, para librar la guerra mediática desde Cuba con resultados
positivos
Las agencias de noticias tienen un singular y dinámico espacio en sus páginas Web.
Esto se ha logrado con un ingente esfuerzo que exigen elevar el nivel de creatividad
constante, que representa para nosotros una trinchera de alcance incalculable.