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Clase 9 - RSU.-2 Cat.-2021
Clase 9 - RSU.-2 Cat.-2021
Introducción al tema:
A lo largo de la historia, los residuos no siempre fueron considerados como una carga, sino como
un hecho más de la vida. Durante siglos el método empleado por el hombre para eliminar sus
residuos consistió en arrojarlos en cualquier lugar y después de ensuciar un área, simplemente
seguía su camino.
Durante los años de la Revolución Agrícola (7.000 - 5.000 A. C.) los cazadores nómades y los
recolectores de alimentos se convirtieron en sedentarios, dando inicio a actividades como la
domesticación de animales y el cultivo de especies vegetales. Fue así como la basura comenzó a
acumularse en las cercanías de las poblaciones. Estas conductas, habituales entre los habitantes
de las primeras poblaciones, no estaban en conflicto con la capacidad de atenuación del ambiente,
ya que las cantidades, características y propiedades de los materiales descartados resultaban
compatibles con los elementos de la naturaleza y aun cuando esta acumulación podía ocasionar
desequilibrios puntuales, éstos resultaban de muy reducida magnitud.
Las primeras ciudades surgieron a lo largo de los ríos Tigris y Éufrates (4.000 - 3.000 años A. C.) en
el actual territorio de Irak. Esta primitiva urbanización condujo a la primera destrucción de
bosques en el Medio Oriente, impulsada por la necesidad de obtener la madera necesaria para la
construcción y calefacción de las viviendas y para la cocción de alimentos. Se produjo una fuerte
inestabilidad en el suelo que fue seguida de la aparición de los primeros signos visibles de
desertificación, llegando finalmente a la pérdida de tierras productivas que afecta aquella región
hasta nuestros días.
Muchos años más tarde (ya en el siglo XIV) la planta baja de las viviendas de las ciudades
medievales europeas, frecuentemente era utilizada como establo para el resguardo de los
animales, mientras que los residentes ocupaban los pisos superiores. La práctica común consistía
en arrojar los desperdicios a los patios interiores para que fueran consumidos por los animales, o
bien hacia el exterior de la vivienda donde se acumulaban en montículos malolientes. Ambas
situaciones favorecieron el desarrollo y proliferación de vectores sanitarios (ratas, moscas y
pulgas, entre otros), responsables de la transmisión de numerosas enfermedades a la población,
acelerando el contagio entre humanos y ocasionando las epidemias que causaron la muerte a la
mitad de la población europea de aquella época.
En el siglo XVIII la urbanización evidenció una fuerte aceleración impulsada por una importante
migración desde las áreas rurales hacia los pueblos por parte de aquellas personas que ya no eran
necesarias para la agricultura. Este patrón de migración se ha mantenido durante los últimos 300
años debido a la organización del trabajo y al desarrollo tecnológico que, al estimular la
industrialización, genera un incremento de la demanda de mano de obra en las ciudades. Durante
la revolución industrial, la incorporación de máquinas para la producción de bienes materiales
permitió la multiplicación del esfuerzo humano y la llegada masiva de nuevos productos a un
número de consumidores cada vez mayor.
Hacia la mitad del siglo IXX, se postuló la existencia de una relación directa entre salud y basura,
atribuyendo consecuencias mortales a los olores y gases. Esta idea se difundió rápidamente y aun
cuando los argumentos utilizados para explicar dicha relación eran erróneos, ya que las
enfermedades eran causadas por bacterias, el efecto conseguido con el desarrollo de la Ingeniería
Sanitaria, fue una efectiva mejora de la salud y una disminución de la mortalidad.
El reemplazo del carbón por el petróleo como fuente de energía, favoreció el incremento del ritmo
de crecimiento de la actividad industrial. En los primeros tiempos esta sustitución fue bien recibida
por la humanidad, que comenzaba a disfrutar de los beneficios de un rápido acceso a los nuevos
bienes y servicios que mejoraron sustancialmente la calidad de vida de una importante fracción de
la población mundial que se sumaba a un nuevo estilo de vida: el consumismo.
El siglo XX se caracterizó por una extraordinaria y vertiginosa modificación en los hábitos y tipos de
consumo de la humanidad, impulsadas por el crecimiento explosivo de la población y las
innovaciones tecnológicas. Gracias a los avances de las Ciencias Médicas, se logró el diagnóstico,
tratamiento y control de numerosas enfermedades derivadas de la gestión inadecuada de los
residuos. Al mismo tiempo el desarrollo y la aplicación de técnicas de la Ingeniería mejoró la
calidad de vida de la población urbana a partir del cálculo, diseño, construcción y operación de las
obras necesarias para la distribución de los servicios esenciales (provisión de agua potable y redes
colectoras de efluentes líquidos), energía eléctrica, gas, recolección, transporte y vertido de los
Residuos Sólidos Urbanos (RSU) y otros más de igual importancia.
La forma de retirar y eliminar los RSU de las ciudades también experimentó notables cambios. En
los comienzos del siglo pasado las carretas tiradas por animales recogían los residuos de las calles
y los descargaban en espacios alejados de la ciudad, donde frecuentemente se producían
explosiones e incendios que duraban varios días y eran la causa de la formación de nubes tóxicas
producidas por la ignición de los gases generados durante la degradación anaeróbica de la fracción
orgánica (principalmente CH4 y CO2). Igualmente seria resultaba la fuga de los lixiviados (líquidos
generados por la descomposición de la materia orgánica) que percolaban a través de la masa de
RSU, llegando en numerosas ocasiones hasta los cuerpos de agua superficial y subterránea
inutilizándolos para su uso posterior.
La evolución de los RSU en el territorio argentino fue similar a la observada en otros países, sin
alcanzar situaciones extremas. Esto se debió principalmente a que la fundación de las primeras
ciudades después de la llegada de los conquistadores, se produjo en espacios caracterizados por
una reducida densidad poblacional (hab./km2 ). Esas primeras poblaciones contaban con un
pequeño número de habitantes y una gran extensión territorial disponible para la asimilación de
los residuos eliminados.
Sin embargo, en los 210 años de historia transcurridos desde la Revolución de mayo de 1810, el
continuo crecimiento de la población y su concentración en las áreas metropolitanas de las
principales ciudades, han hecho visibles muchos problemas relacionados con la gestión de los
residuos sólidos urbanos (RSU). Mientras la mayoría de los países industrializados aplica los
principios de valorización de los RSU, la República Argentina continúa sin lograr la implementación
de técnicas tan conocidas y probadas como la prevención de la generación, la recolección
diferenciada, la recuperación y reutilización de materiales y el reciclado.
Durante muchos años, los RSU fueron considerados como un problema principalmente estético y
sanitario. Esta visión todavía se observa en algunos sectores de la sociedad que percibe mayores
amenazas en las actividades de origen industrial. Sin embargo, la presión ejercida desde diversos
ámbitos obligó a desarrollar e implementar sistemas de gestión para los residuos producidos por
la actividad industrial, con enfoques basados en la Ingeniería Sanitaria: el control de las emisiones
hacia la atmósfera se realizaba con la instalación de filtros y los efluentes líquidos se derivaban
hacia las plantas de tratamiento antes de proceder a su liberación. En el caso de los residuos
sólidos, la práctica utilizada consistía en su disposición en los suelos de la superficie de la tierra sin
cuestionar su volumen o peligrosidad.
Con esta estrategia se buscó prevenir o minimizar la generación de los residuos a partir de la
mejora de procesos, tecnologías y gestión. El principio de las 3R´s se amplía y se denomina de las
4R´s (Reducir, Reutilizar, Recuperar, Reciclar). Los principios básicos de esta estrategia se
enuncian a continuación:
Es cada vez es más frecuente que la política de gestión de RSU se oriente hacia la segregación en
origen y recolección selectiva de algunos componentes presentes en la masa de RSU; en especial
aquellos que tienen valor comercial en el circuito de reutilización, recuperación, reciclado y
valorización de materiales: plásticos, vidrios, metales ferrosos y no ferrosos. La característica
distintiva de estos materiales residuales es que resultan inertes en condiciones normales de
presión, temperatura y humedad con lo cual, por un lado, se puede disminuir la frecuencia de
recolección, pero se hace necesario implementar la ubicación de contenedores diferenciados para
que los habitantes depositen en ellos los tipos de residuos admitidos. Con relación a los RSU, se
trata de inculcar valores vinculados a la conservación de los recursos naturales del ambiente y de
modificar las conductas de la población.
La llegada del siglo XXI dejó en evidencia los pobres resultados alcanzados en la búsqueda de
soluciones al creciente problema de los RSU. Las nuevas herramientas propuestas para la gestión
integral de los RSU (GIRSU) incluyen, entre otras, la aplicación del Análisis del Ciclo de Vida (ACV)
de materiales, procesos y productos, la Eco eficiencia y los principios de la Producción más Limpia
(P+L).
Los problemas de salud asociados al manejo de los RSU se manifiestan de diversas maneras y
resultan agravados en los estratos sociales más vulnerables (elevados niveles de pobreza y severas
deficiencias nutricionales).
El peligro real que representan los RSU para la salud es que constituyen un excelente criadero de
insectos y animales capaces de transmitir infecciones al hombre. La gran cantidad de materia
orgánica es una fuente de alimento para diversos vectores (ratas, moscas, mosquitos, cucarachas,
aves).
Otros aspectos negativos de una gestión ambiental deficiente claramente observables en los
países emergentes son: la obsolescencia y el deterioro del parque vehicular necesario para el
manejo de los RSU, el crecimiento de micro basurales en lugares de alto riesgo (cauces
aluvionales, canales de riego, rutas, áreas agrícolas, zonas pobladas), la degradación del suelo, del
aire, de las aguas superficiales y subterráneas, el aumento de la contaminación atmosférica
provocada por la quema de basuras, el deterioro de la infraestructura urbana, la proliferación de
vectores sanitarios y principalmente la realización de actividades informales en condiciones
sanitarias inadmisibles.
Gran parte de los problemas relacionados con el manejo de los RSU procede de los cambios
tecnológicos que son inmediatamente incorporados a los bienes de consumo masivo, obligando a
los profesionales a modificar los parámetros de diseño y los sistemas de control de las
instalaciones para el manejo de este tipo de residuos. Algunos ejemplos de este comportamiento
se relacionan con:
a) la aparición y rápida expansión del uso de computadoras: aun cuando se esperaba una
importante disminución en el consumo de papel, los registros de caracterización de los
RSU comenzaron a evidenciar una proporción creciente de papel blanco en los rellenos
sanitarios.
b) el incremento en el uso de diferentes tipos de plásticos: PVC (Policloruro de Vinilo), PET
(Polietileno Tereftalato), PEAD (Polietileno de Alta Densidad) y otros, caracterizados por
lentos procesos de degradación y por la incorporación de diversos agentes químicos para
mejorar las propiedades de cada uno de aquellos.
c) el incremento en el consumo de comidas envasadas: produce una disminución del
contenido orgánico de los RSU y el incremento en la participación de envases y embalajes
sintéticos.
d) el consumo de productos descartables o de “un solo uso”: pañales, botellas, tetra-brick,
bolsas y cámaras fotográficas, entre otros.
En el Plan Provincial de Residuos se señala que la gestión de residuos se debe encarar con una
visión integral del problema que representa, en tal sentido expresamente manifiesta lo siguiente:
Para que estos lineamientos de la gestión de los RSU puedan ser formalizados en un plan
ejecutivo, es necesario dar una adecuada dimensión al problema, lo que se logra a partir del
conocimiento de las cantidades generadas, la composición porcentual de los diversos
constituyentes, las propiedades físicas, químicas y biológicas de los RSU y la variación que podrían
experimentar en el tiempo.
Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son generados por cualquier actividad desarrollada por la
población que reside en las ciudades y su entorno cercano. Esto implica que los RSU están
constituidos por los residuos generados en los domicilios particulares, los comercios, las
actividades de servicios, el barrido y limpieza de calles, parques y zonas recreativas, los elementos
voluminosos, los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), entre otros. Esta
clasificación excluye a los residuos industriales y agrícolas, que se rigen por leyes específicas
Existen diferentes criterios para la clasificación de los RSU y todos ellos se orientan hacia el logro
de una gestión eficiente. En algunos casos se da mayor relevancia a la procedencia de los RSU, en
otros se presta mayor atención al contenido de diversos materiales o, bien se tiene en cuenta la
peligrosidad de sus constituyentes. Sin embargo, en aplicaciones prácticas, se utilizan
combinaciones de los anteriores.
La clasificación de los RSU generados en un núcleo urbano permite conocer con mayor grado de
detalle los principales aspectos que es necesario tener en cuenta en el diseño de un sistema para
la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) que resulte económicamente viable,
técnicamente aplicable, socialmente aceptable y ambientalmente sustentable. Sin embargo, en el
ámbito urbano la producción de residuos no se limita a aquellos generados en las viviendas
particulares. También participan las actividades comerciales, sanitarias, municipales, educativas,
culturales, industriales de pequeña escala y de servicios, entre otras. Con base en las diversas
propuestas, en la siguiente tabla se presenta una clasificación que tiene en cuenta el origen de los
RSU:
Otro criterio ampliamente utilizado para la clasificación, es aquel que tiene en cuenta las
características intrínsecas de los residuos:
Esta información es fundamental para evaluar las necesidades de equipamiento, los sistemas,
programas y planes de gestión, ya que en ocasiones la especificidad de los materiales residuales
impone la adopción de técnicas de procesamiento especiales. Este sería el caso de un
establecimiento cuya principal fracción de residuos esté compuesta por papel; en ese caso se
podría implementar un programa de separación (segregación) en origen con pre recogida.
Cualquiera sea el origen de los residuos, el siguiente paso consiste en determinar la generación y
la composición de los RSU. En el primer caso se trata de establecer la cantidad total de RSU que se
genera en un lugar y en un momento determinado. Este valor se expresa generalmente en las
siguientes unidades [kg/día] ó [t/año]. En cuanto a la composición se busca establecer el
porcentaje [%] conque cada constituyente o fracción contribuye al peso total de los RSU
generados. Un ejemplo cualitativo de composición típica para los RSU se presenta en la Tabla:
La mejor forma de conocer la cantidad total de RSU generados por la población es a partir de la
realización de mediciones diarias; de esa manera se pueden conocer las fluctuaciones anuales.
La producción per cápita (PPC) o Tasa de generación [kg/hab. x día] incluye los residuos generados
por la población en sus viviendas (generación directa) y la parte que corresponde a los residuos
producidos por las diferentes actividades realizadas en la ciudad (generación indirecta).
Debido a que tanto la cantidad como la composición de los RSU que se producen en un espacio
geográfico varían en el tiempo, es necesario identificar las causas que contribuyen a esa
modificación para que el diseño del sistema de gestión integral se pueda adecuar a estos cambios.
Entre los factores que contribuyen a estas variaciones, los siguientes deben ser cuidadosamente
analizados y evaluados.
Época del año: en verano se incrementa el consumo frutas y verduras en fresco. Aumenta
la presencia de envases de bebidas.
El clima: las zonas húmedas generan mayores cantidades de residuos de poda y jardinería.
Área geográfica: la composición de los residuos exhibe marcadas diferencias entre las
ciudades del interior y las ubicadas en zonas costeras.
Nivel de vida de la población: el incremento de la renta familiar se refleja en un aumento
en la generación de residuos inorgánicos. Las familias de menores rentas, producen una
mayor cantidad de restos de comidas y vegetales.
La cantidad de RSU generada en origen difiere de la cantidad transportada por las unidades de
recolección. Algunas causas se mencionan a continuación:
La obtención de los datos necesarios se logra por la realización de alguna de las siguientes
actividades:
B) Control de número de viajes: Esta técnica se emplea cuando se cuenta con datos previos de
generación de RSU y es necesario mantenerlos actualizados. La tarea consiste en controlar
durante un período de tiempo establecido, el número de viajes realizados por los vehículos
recolectores cargados. Es necesario conocer las rutas de recolección de cada unidad y el peso
transportado por los vehículos.
La importancia de realizar el estudio de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los RSU es
que sus transformaciones pueden afectar tanto su forma, como su composición. Estas
propiedades son necesarias para el diseño, desarrollo e implementación de la Gestión Integral de
los RSU (GIRSU).
Propiedades Físicas
Densidad [kg/m3]: definida como la masa de RSU por unidad de volumen. Esta propiedad varía
con la composición, el contenido de humedad y el grado de compactación de los RSU. Otros
factores a considerar en la determinación de la densidad se relacionan con la ubicación geográfica
del ámbito de generación, la estación del año y el tiempo de almacenamiento, por lo que es
necesario mencionar las condiciones en las que éste valor ha sido determinado (densidad en
contenedor, en camión compactador, en relleno sanitario -Vertedero- de alta densidad, otras).
Contenido de Humedad [%]: indica el porcentaje del peso de agua y de materia seca en una
muestra de RSU. Se determina calentando una muestra representativa a (105 ± 5) ºC durante una
hora. Su conocimiento es muy importante para el diseño de los procesos de tratamiento y
eliminación de RSU. En vertederos, este dato permite estimar la producción de lixiviados y en
tratamientos térmicos se utiliza para determinar el Poder Calorífico de los RSU. Se lo puede
expresar de dos formas:
1. Humedad en base húmeda [hbh]: relación porcentual del agua respecto de la materia húmeda.
2. Humedad en base seca [hbs]: relación porcentual del agua respecto de la materia seca.
Tamaño de Partículas [mm]: La distribución del tamaño de los materiales presentes en la
corriente de RSU es importante para el dimensionamiento de las cintas transportadoras, cribas,
tromel y separadores magnéticos, cuando se considera la implementación de métodos de reciclaje
y recuperación. Lo dicho es igualmente válido cuando se analiza la aplicación de métodos para la
transformación biológica e incineración.
Propiedades Químicas
Análisis Elemental
La composición elemental de un residuo se obtiene a partir de la determinación del porcentaje de
Carbono (C), Hidrógeno (H), Oxígeno (O), Nitrógeno (N), Azufre (S) y ceniza. Los valores obtenidos
se emplean para caracterizar la composición química de la materia orgánica presente en los RSU y
para definir la mezcla correcta de los materiales residuales necesaria para conseguir relaciones de
carbono y nitrógeno, C/N, aptas para los procesos de conversión biológica.
Propiedades Biológicas
La distribución geográfica de la población a servir debe ser definida con tanta precisión como
resulte posible, para lo cual se puede recurrir a la utilización de Sistemas de Información
Geográfica (SIG) con sus bases de datos asociadas. La información incorporada a dichas bases de
datos debe permitir la diferenciación entre viviendas unifamiliares y de propiedad horizontal, ya
que los tiempos empleados en las tareas de recolección son distintos.
La sectorización de las áreas a cubrir según el tipo de actividad principal permite establecer la
conveniencia de implementar sistemas de recolección selectiva y las frecuencias de retiro por
parte de las unidades de transporte. En las áreas comerciales, donde la cantidad de materiales de
reducida carga orgánica resulte muy superior, es posible disminuir tanto el tiempo, como la
frecuencia de recolección a partir de la colocación de contenedores diferenciados para aquellos
materiales con posibilidades de reutilización, recuperación y reciclado (ej.: papel y cartón, vidrios, ,
metales) .
En las áreas residenciales, el contenido orgánico presente en los RSU generados, impone la
necesidad de establecer la recolección diaria, cuyas frecuencias generalmente comprenden
recorridos semanales que se extienden de domingo a viernes.
En los lugares que han mantenido activos los programas de formación y educación ambiental, los
habitantes contribuyen con la segregación de los diversos materiales residuales que producen.
Estas conductas se reflejan en la colocación de materiales recuperables en los contenedores
apropiados, depositando el resto de los residuos en bolsas cerradas que se colocan diariamente en
la calle para su retiro por parte de los vehículos recolectores, en los horarios establecidos para
ello.
Como ya se ha expresado, la gestión de los RSU se puede considerar como un sistema, es decir, un
conjunto de elementos interrelacionados en un entorno determinado que actúan juntos para
lograr un objetivo. Los elementos que configuran dicho sistema se pueden dividir en siete (7)
elementos funcionales relacionados:
Generación:
Está referida a la actividad inicial de estudio y análisis de los residuos: cantidades generadas,
composición y cantidades separadas para su reciclado, entre otras. Permite conocer la naturaleza
del problema de la gestión y avanzar en el diseño de las etapas posteriores.
Recolección
La recolección es el elemento de gestión que incluye las actividades de traslado de los residuos
desde el lugar donde son depositados por los ciudadanos hasta el camión recolector, carga al
camión, transporte a los puntos de transferencia o de tratamiento y por último descarga de los
residuos en dicho lugar. Esta actividad varía en función del tipo de residuos, vivienda y distancias
entre otros aspectos, por lo que se pueden dar diferentes alternativas. Los tipos de recolección se
clasifican a partir de los siguientes criterios:
1. Tipo de recolección:
a) Puerta a puerta: Los operarios van puerta a puerta, retirando los residuos.
b) Contenedor: Los residuos se encuentran depositados en contenedores (≈ 1.100 l). El
vaciado del mismo es mecánico, los operarios sólo tienen que acercarlo al camión y
acoplarlo al sistema de carga.
c) En áreas de aportación: Los residuos se encuentran en grandes contenedores (≈ 2,5 a 3
m3) y los operarios sólo realizan el enganche.
d) Llamada previa: empleado para residuos con una baja frecuencia de generación:
(voluminosos, eléctricos y electrónicos)
2. Grado de fraccionamiento en origen:
a) En masa (todo en uno): Se retiran todos los residuos y se los deposita en el camión.
b) Selectiva: El vehículo retira un único material (vidrio, papel y cartón, plásticos), o una
mezcla determinada de materiales en áreas de aportación.
3. Tipo de camión y modo de operación:
a) Con descarga manual: Los operarios descargan las bolsas manualmente en el camión.
b) Mecanizada trasera: El camión está provisto de un sistema mecánico de descarga de
contenedores.
c) Mecanizada lateral: Ídem anterior. En ambos casos los camiones están provistos de
sistemas de compactación.
d) Caja compartimentada: Se compone de una caja separada en varios compartimientos
para los diferentes tipos de residuos.
e) Grandes contenedores: El tamaño de los contenedores puede oscilar de 5 a 30 m3 de
capacidad, se los deja en los puntos de generación y se procede a su retiro una vez
colmada su capacidad.
f) Camión pluma: El camión está provisto de una grúa, que permite la elevación de grandes
contenedores.
Los principales aspectos a tener en cuenta para la elaboración del plan de recolección incluyen:
Transferencia y Transporte
Separación
Por lo general la separación se inicia con la descarga de la masa de RSU en una fosa de recepción,
a continuación, una grúa los eleva y los deposita sobre una cinta transportadora que los dirige a la
zona de clasificación manual .
Al final de la línea de separación manual se ubica el tromel, equipo conformado por una carcasa
externa en cuyo interior se ubica un cilindro metálico, en cuya pared se practican aberturas de
diferente tamaño para facilitar la separación de la carga que ingresa.
La fracción gruesa que se obtiene a la salida del tromel se descarga sobre una cinta transportadora
en cuyo extremo superior se realiza la separación de los metales ferromagnéticos con ayuda de un
imán.
Al final de la línea de separación se obtienen dos tipos de materiales: el material separado que se
utilizará para su reciclado y el material de rechazo que se deriva a vertedero. Por lo general este
rechazo se compacta en fardos (balas) de alta densidad con la finalidad de optimizar el espacio del
vertedero.
Incineración - Valoración energética
Las emisiones potenciales de una central de incineración se pueden agrupar de la siguiente forma:
Partículas totales.
Sustancias orgánicas en estado gaseoso y de vapor, expresadas como Carbono Orgánico Total
(COT).
Gases ácidos, principalmente HCl, HF, SO2 y NOx
Metales pesados (Cd, Hg, Pb, Cr, Cu), incluyendo las formas gaseosas y vapores de sus
compuestos.
Dioxinas y Furanos.
Ya que cada contaminante requiere una forma de eliminación específica, el sistema de depuración
de gases es una de las unidades más complejas de las centrales de incineración.
Disposición final
Se refiere al destino final de los residuos o rechazos de las instalaciones de tratamiento, por lo
general son los vertederos controlados.
“Vertederos son las instalaciones físicas utilizadas para la evacuación, en los suelos de la superficie
de la tierra, de los rechazos procedentes de los residuos sólidos” (Tchobanoglous).
Existen diferentes criterios para la clasificación de vertederos, cada uno de los cuales aborda el
problema de los lixiviados desde una visión diferente. En la siguiente Tabla se presentan los
principales criterios para la clasificación de vertederos.
Un vertedero para RSU es una obra de Ingeniería que debe ser planificada desde las etapas
iniciales. En el desarrollo de este proceso se analizan las alternativas de ubicación y se realizan los
estudios preliminares necesarios para la definición de la localización que resulte legal, técnica,
económica, social y ambientalmente más conveniente. Posteriormente se deben desarrollar los
estudios básicos para la ejecución del proyecto, que culminará con la obtención de un proyecto
ejecutivo.
Potencialidad y Aprovechamiento de los RSU
Tratamiento
La selección de un método particular de tratamiento no sólo depende del origen del residuo,
también influyen sus características físicas, químicas o biológicas, así como las condiciones en las
que tiene lugar el tratamiento. Los procesos y obras para el tratamiento de residuos se pueden
interconectar con el propósito de lograr una mayor eficacia y un mejor rendimiento. Es necesario
tener presente que cada etapa del tratamiento puede dar lugar a otras corrientes residuales que
deben ser tratadas con posterioridad para garantizar que su gestión y disposición final se realicen
con la mayor seguridad.
Tratamientos biológicos
Aplicaciones de los tratamientos biológicos: Aunque para el tratamiento de los residuos urbanos
su utilización es muy común, en el tratamiento de residuos peligrosos no se aplica usualmente. La
capacidad de destrucción de la materia orgánica por parte de estos procesos lo hace efectivo en
los derrames de hidrocarburos tanto en aguas como en suelos. Se han utilizado en los vertidos de
crudo en el mar, y sobre todo, en los derrames en terrenos cuya descontaminación en plantas de
tratamiento (incineración, neutralización) resulta muy costosa por las cantidades que hay que
manipular, transportar y tratar. Como inconvenientes principales están el tiempo de actuación de
los microorganismos y la vigilancia necesaria para el mantenimiento del proceso. También se han
empleado tratamientos biológicos para la rotura de emulsiones, tratamiento de disolventes,
resinas en disolución, protectores de la madera, etc.
Compostaje
Lodos activados
Consiste en producir una biomasa que, en presencia de oxígeno, descompone la materia orgánica
por hidrólisis y oxidación, produciéndose al final del proceso dióxido de carbono, agua y un
residuo
El proceso se inicia mezclando la biomasa previamente preparada con el residuo líquido, con
agitación y con aireación suficiente. Después de unas horas, se pasa la mezcla a un clarificador
donde se separa el agua ya depurada de la materia sólida, que se recicla para reincorporarla al
proceso, o se gestiona como residuo.
Existen dos variaciones al proceso, una que utiliza oxígeno puro en lugar de aire, y otra que mezcla
los microorganismos con carbón activado.
Lechos bacterianos
Se aplica para residuos con carga orgánica débil (DBO5/DQO < 0,2). El funcionamiento consiste en
hacer caer el agua residual sobre un lecho poroso de gran superficie específica, donde se
encuentran los microorganismos que realizan la descomposición aeróbica de los residuos. A través
del lecho se hace pasar una corriente de aire para mantener las condiciones favorables para la
descomposición. Esta ventilación se puede realizar de forma natural o forzada, en equicorriente o
contracorriente.
La altura de la masa filtrante puede variar, pero se considera idóneo un espesor de unos 2 m. El
agua contaminada se debe distribuir en la parte superior del filtro por medio de pulverización o un
agitador rotativo. Este proceso es adecuado para aguas contaminadas con disolventes,
halogenados o no, que sean biodegradables. También se aplica en aguas provenientes de la
industria láctea y mataderos entre otros.
Tratamientos térmicos
Combustión
Es la forma más usual de destrucción térmica, y consiste en un proceso de combustión realizado
en un medio oxidante a una temperatura del orden de 900 - 1100 ºC, con el objeto de destruir los
componentes peligrosos de los residuos, reduciendo simultáneamente de forma importante su
peso y su volumen. Se pueden alcanzar porcentajes de reducción del 90% en volumen y del 70%
en peso.
Para que puedan ser destruidos por incineración, los residuos, o al menos sus principales
componentes peligrosos, deben ser combustibles. Es necesario alcanzar una temperatura mínima
de operación en la cámara de combustión de 800 ºC.
Cuando los residuos contienen cloro, se recomienda que el valor de la temperatura supere los
1100 ºC con el objeto de evitar la formación de dioxinas y dibenzofuranos policlorados. En
condiciones óptimas del proceso, los principales productos generados en la combustión de
residuos de tipo orgánico son: dióxido de carbono, vapor de agua y cenizas inertes. Sin embargo,
en la combustión de la mayor parte de los residuos peligrosos se pueden formar una multitud de
productos distintos, dependiendo de la composición química del residuo incinerado y de las
condiciones de combustión empleadas.
Tiene lugar, asimismo, la producción de emisiones de partículas en suspensión que incluyen óxidos
y sales de los componentes minerales del material del residuo, así como fragmentos de materia
combustible no totalmente quemados.
Pirolisis
Este proceso consiste en la descomposición térmica de productos complejos en ausencia de
oxígeno, para generar unidades más simples. Este sistema genera sustancias gaseosas simples
como hidrógeno, hidrocarburos ligeros y monóxido de carbono, que pueden ser recuperados y
utilizados como combustible. La pirolisis se está utilizando también para la recuperación de los
metales de alto valor económico contenidos en los residuos industriales.
En este tipo de procesos se emplea un tambor rotativo en el que se introducen los residuos a
destruir previamente triturados. Dicho tambor está herméticamente cerrado al paso de aire, y gira
lentamente para que los residuos se mezclen uniformemente. El tambor se calienta exteriormente
a 500/600 ºC con lo cual se gasifican los residuos. El gas, después de una filtración previa, puede
aprovecharse en una caldera de vapor para la generación de energía. Debido a la baja temperatura
y a la ausencia de oxígeno, es posible recuperar los metales valiosos en forma pura.
Disposición final
Esta tarea se complica por la dificultad que representa la correcta clasificación de los residuos, en
particular con relación a la diferenciación entre residuos peligrosos y residuos no peligrosos, o en
la certidumbre al asegurar que un residuo es en realidad inerte. En la práctica varios tipos de
residuos considerados inertes, en condiciones de degradación similares a las existentes en los
vertederos para Residuos Sólidos Urbanos (RSU), sufren reacciones de descomposición
semejantes, aun cuando esto sucede en menor grado. Sin embargo, existen riesgos de generación
de gases y lixiviados cuyo tratamiento es necesario abordar.
Otra forma de clasificar vertederos considera la estrategia de gestión adoptada, según este
método son cuatro las categorías en las que se pueden clasificar las instalaciones para el vertido:
1. Contención total
2. Contención y captación de lixiviados
3. Liberación controlada de contaminantes
4. Liberación incontrolada de contaminantes
ACTIVIDAD N°9
Consigna: leer la bibliografía recomendada en el módulo II, la clase de RSU.
a)- ¿Cómo clasifican los autores a los RSU, según la reglamentación Argentina?
c)- ¿Qué es el compost? ¿Cuáles son los períodos del proceso, su aplicación y uso en nuestro
país?