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ALFONSINA STORNI
CRONOLOGÍA DE SU VIDA
1885: Llegan a la Argentina Paulina Martignoni y Alfonso Storni, los padres de Alfonsina,
procedentes de la Suiza Italiana. Se establecen en San Juan como socios
propietarios de una empresa familiar dedicacda a la fábrica de soda.
1889: La familia Storni viaja a Suiza por problemas de salud del padre.
1892: Nace Alfonsina en Sala Capriasca, Cantón Ticino de la Suiza Italiana.
1896: El matrimonio Storni regresa a San Juan con sus tres hijos.
1897: Alfonsina comienza a concurrir al Jardín de Infantes de la Escuela Normal de San
Juan.
1900: La familia Storni se radica en Rosario. Paulina abre en su casa una escuela
particular; después debe cerrarla cuando la familia se traslada a su nueva vivienda,
frente a la estación Sunchales, donde instalan el Café Suizo.
1904: Alfonsina con 12 años escribe su primer poema. Con su madre y su hermana hace
trabajos de costura y bordado para sostener el hogar. El padre cierra el negocio.
1906: Muere el padre, se casa su hermana mayor. Alfonsina comienza a trabajar en un
taller de fabricación de gorras.
1907: Alfonsina representa un papel en la obra teatral La pasión (compañía de Manuel
Cordero). Poco después, José Tallaví la incorpora a su compañía. Gira teatral por
la República.
1908: Después de una gira que dura un año, Alfonsina abandona el teatro. Su madre,
casada en segundas nupcias con Perelli, se establece en Bustinza, Santa Fe.
Alfonsina ayuda a su madre en la escuela particular que ha abierto en su propia
casa.
1909: Alfonsina se traslada a Coronda, donde se inaugura la Escuela Normal Mixta de
Maestros Rurales, para cursar el primer año del magisterio.
1910: Alfonsina recibe su título de maestra rural.
1911: Comienza su carrera docente en la Escuela Elemental N° 65 de Rosario. Publica en
esa ciudad sus primeras colaboraciones literarias. Cuando se termina el año
escolar, renuncia a su empleo y se traslada a Buenos Aires.
CÁTEDRA DE LITERATURA ARGENTINA II
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
UNCuyo
2020
En Rosario conoce al padre de su hijo. Señala Nalé Roxlo: “Le llevaba bastantes
años, pero era un hombre interesante y de cierta importancia en el ambiente;
actuaba en política –llegó a ser diputado provincial-, ejercía el periodismo y sentía
aficiones literarias. Aunque de temperamento bohemio y desordenado, era
indudablemente un hombre de bien, y no hubo engaño. Alfonsina supo que había
un impedimento legal para su unión, pero ella lo amaba y no era de las que hacen
cálculo.
Cuando estuvo segura de que iba a tener un hijo, enfrentó la situación sin vacilar
y con limpieza. Y como sabía que en aquel medio estrecho y erizado de prejuicios
la vida le sería imposible, se decidió a dar el gran paso: ir a Buenos Aires y afrontar
lo que el destino le deparase” (Nalé Roxlo, 46-47).
1912: Nace su hijo Alejandro Alfonso el 21 de abril, en el hospital San Roque, hoy Ramos
Mejía.
1913: Publica sus primeras colaboraciones en Caras y Caretas. Trabaja como cajera en
una farmacia y en una tienda.
1914: Comienza a trabajar como “corresponsal psicológica” en la firma importadora
Freixa Hnas.
1916: Aparece su primer libro La inguietud del rosal. Colabora en La Nota, El Hogar y
Mundo Argentino. Se incorpora al grupo de la revista Nosotros.
SU OBRA
1916: La inguietud del rosal
1918: El dulce daño
1919: Irremediablemente
1920: Languidez
1925: Ocre
1926: Poemas de amor (prosa poética)
1927: Estreno de El amo del mundo (Comedia en tres actos).
1934: Mundo de siete pozos
1938: Mascarilla y trébol
Teatro
Dos farsas pirotécnicas: “Cimbelina en el 1900 y pico” y “Polixena y la cocinerita”.
ASPECTOS DE SU CARÁCTER
Alfonsina Storni, a juzgar por muchos de sus poemas, oscilaba entre momentos de
exaltación y otros de depresión. Así también lo comentan sus biógrafos y el testimonio
de quienes la conocieron.
A continuación, dejamos una serie de testimonios de su carácter que permiten presentar
otras facetas de la escritora.
Nalé Roxlo que además de realizar su biografía fue amigo de Storni señala:
El carácter cambiante y atormentado que se reconoce Alfonsina, está en
completo acuerdo con las manifestaciones exteriores que apreciaron cuantos
tuvieron oportunidad de tratarla. Sus conversaciones, aun las menos
trascendentes, obligaban a un esfuerzo de parte de los interlocutores; y los de
lento andar mental llegaban siempre tarde con sus respuestas o su comprensión
(50)
Juana de Ibarbourou, reconocida poeta uruguaya, que participó con Alfonsina en
muchos encuentros, comenta: “Ella era mordaz, acre, desengañada de las gentes, y eso
me desconcertaba” (Nalé Roxlo, 50)
Por su parte, la chilena Gabriela Mistral, otra de las grandes poetas de la época,
construye el siguiente retrato:
Extraordinaria la cabeza, pero no por rasgos ingratos, sino por un cabello
enteramente plateado que hace el marco de un rostro de veinticinco años.
Cabello más hermoso no lo he visto: es extraño como lo fuera la luz de la luna a
mediodía. Era dorado y alguna dulzura rubia quedaba todavía en los gajos
blancos. El ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le
dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz de mujer madura.
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Pequeña de estatura, muy ágil y con el gesto, la manera y toda ella, jaspeada
(valga la expresión) de inteligencia. No se repite, no decae, mantiene su encanto
del primer momento… siete días pasamos con ella. Confieso que temía el
encuentro, sin dejar de desearlo, porque tengo el anhelo de las cosas mejores de
este mundo. Las cartas nos habían acercado poco: tiene Alfonsina, al revés de la
americana, que se adorna epistolarmente, un deseo maligno de despistar a sus
corresponsales. Acaso sea una defensa de la calamidad que ha llegado a ser la
correspondencia entre literatos. Mi Alfonsina de las cartas era egoísta, burlona y
alguna vez voluntariamente banal” (citado por Nalé Roxlo, 54).
Alfonsina Storni tuvo una psiquis bastante compleja, con frecuentes colapsos nerviosos
que llegan incluso –en algún momento de su vida- al delirio paranoide. Nalé Roxlo, uno
de sus biógrafos a quien seguimos, comenta su gran dedicación al trabajo, en parte por
gusto, pero también por obligación, ya que ella era madre soltera y debía encargarse de
su hijo: “La realidad es que solo buscaba el descanso cuando sus nervios tensos estaban
a punto de estallar, y se precipitaba en las graves crisis que llamaba ‘mi neurastenia’,
hondas caídas en el abismo interior donde se sentía perseguida y acosada por toda clase
de enemigos imaginarios (Nalé Roxlo, 72).
CONTEXTO CULTURAL
Al presentar este Módulo, algo se ha visto sobre el contexto socio político y cultural de
la época. Recordamos, entonces, el proceso de modernización socioeconómica y política
de la Argentina que comienza hacia 1880. La modernidad emergente se observa
también en la multiplicación de empresas culturales como editoriales, periódicos,
radios, cines, bibliotecas populares, dirigidas a un público numeroso que es fruto de la
creciente urbanización y de la alfabetización general promovida por gobiernos
anteriores. Esto da lugar a una industria cultural y a una cultura de masas que se
sustentan en la constitución de un público amplio y diversificado.
de grupos y tertulias –como veremos más adelante- sino que buscan una agremiación
que les permita una mejor visibilización de su rol, a través de la creación de sociedades
como la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), fundada en 1925. Otra manera de
contacto entre intelectuales, es la realización de congresos de escritores en varias
ciudades del país y países vecinos que permiten establecer sólidas redes de intelectuales
que se apoyan mutuamente, dando a conocer sus producciones en distintos escenarios.
Profesionalización de la crítica
Junto con la profesionalización del escritor se da, paralelamente, la profesionalización
de la crítica. Como ya vimos, entre las empresas culturales una de las más importantes
son las revistas culturales y los suplementos literarios de los periódicos. Entre ellos, se
destaca por su importancia en el campo intelectual, la revista Nosotros, fundada en 1907
por Roberto Giusti y Alfredo Bianchi. Esta revista contribuyó al conocimiento de los
autores emergentes porque incluía en sus páginas reseñas de sus obras y a la
autoconciencia de los intelectuales a partir de los debates que sus páginas proponían.
También es de destacar la labor de los suplementos culturales como los de los diarios La
Nación y La Prensa que publicaban, para un lector más masivo, textos de estos autores
y reseñas de sus obras.
Durante el período surge, también, la crítica académica con la figura principal de Ricardo
Rojas, autor de la Historia de la literatura argentina (Buenos Aires: La Facultad, 1917-
1922), publicada en cuatro volúmenes y considerada la primera reconstrucción histórica
de las Letras del país, que contribuyó eficazmente a la conformación de un canon
nacional. Rojas ejerció la docencia en la universidad de Buenos Aires, en la asignatura
de Literatura y Filosofía y desde allí alentó la creación de una cátedra que habría de ser
histórica: la de Literatura Argentina.
Alfonsina-Storni-en-el-centro-con-
vestido-oscuro-junto-a-otras-
escritoras-en-las-veladas-de-poesía-
feminista-que-ella-organizó-en-el-café-
Tortoni-en-1934.
“La Peña” no solo fue un lugar de reunión de artistas y escritores, cálido, cordial
y a veces turbulento, sino que también desarrollo una intensa obra cultural, sin
alharacas ni pedantería. Fue la ampliación organizada de la mesa de café donde
tuvo su origen, que bien merece recordarse por ser un capítulo muy importante
de nuestra historia literaria que la de engolados ateneos y academias (Nalé
Roxlo, 127).
Es la primera mujer cuyo libro comenta la revista. Esto implica que autoriza una
voz que había sido descalificada por sectores conservadores que cuestionaban
su modo de exponer públicamente la subjetividad femenina. En segundo lugar:
se legitima la presencia de mujeres en el espacio de la escritura de la época,
actitud aperturista frente a un debate que venía produciéndose en el seno del
campo intelectual. Por eso la crítica de la época subraya su escritura viril y tiende
a interpretar y comprender su poesía desde lo autobiográfico pues eso es lo que
se espera. Giusti sería un ejemplo de esta crítica.
b) La vanguardia rechaza su poesía criticando el prosaísmo de sus versos y
calificándola de mal gusto.
c) Ciertos textos críticos producidos por mujeres revelan una mirada distinta tanto
en la valoración de su obra como en el modo de considerar la relación entre
escritura y biografía.
BIBLIOGRAFÍA
Hermida, Carola (2001). “Lecturas y periodizaciones en la producción poética de
Alfonsina Storni”. En CELEHIS-Revista del Centro de Letras Hispánicas, a-10, n.13, 157-
78.
Nalé Roxlo, C. (1964). Genio y figura de Alfonsina Storni. Buenos Aires: Eudeba.
Salomone, A.N. (2006). Alfonsina Storni: Mujeres, Modernidad y Literatura. Buenos
Aires: Corregidor.