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JULIO MEINVIELLE

1
CONCEPTOS
\ FUNDAMENTALES
' ,
DE LA ECONOMIA

Tercera Edición

COLECCIÓN
ENSAYOS DOCTRINARIOS
..,
l PRóLOGO A LA PRESENTE EDICIÓN
COLECCióN ENSAYOS DOCTRINARIOS

l. Abelardo Prmon / CURSO DE DOCTRINA SOCIAL

2. Antonio CAPONNETTO / PEDAGOGlA Y EDUCACIÓN

3. Francisco J. Vocos / EL PROBLEMA


UNIVERSITARIO

4. Carmelo E. PALUMBO / CUESTIONES DE DOCTRINA


SOCIAL DE LA IGLESIA

5. Mario E. SAccHI / ARISTÓTELES, STO. TOMAS DE


AQUINO Y EL ORDEN MILITAR

6. Julio MEINVIELLE /CONCEPTOS FUNDAMENTALES


DE LA ECONOMlA

Aún cuando es innecesario prologar un libro co.n-


sagrado y resulta muy difícil poder agregar algún
comentario de trascendencia sohre su contenido
Primera edici6n, Editorial Nuestro Tiempo, 1953. debo reconocer que es el empeño del editor el qu~
Segunda edición, Editorial Universitaria de Buenos Aires, inspira en definitiva la realización de este prólogo.
1973. Nada de lo que sugiere Meinvielle en Concentos
Tercera edición, Cruz y Fierro Editores, 1982. Fundamentales de la Economía puede ser esdare-
cido o mejorado. Antes bien, una obra admirab'le-
mente equilibrada, conceptualmente independiente
y l~ más destacado, tan cargada de saberes tradi-
cionales, corre el riesgo inmerecido de ver pertur-
bada su armonía a partir de los comentarios con-
vencionales de terceros.
Sin embargo, guardando la fidelidad indispensable
© 1982 by CRUZ y FIERRO EDTTORES
que recomienda esa preocupación, acometo la hon-
Hecho el depósito que indica la ley 11.723.
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina roza tarea de formular algunas consideraciones so-
bre el pensamiento de nuestro ilustre autor, escla-
recido patriota y religioso consagrado. Me parece
interesante puntualizar aquellos aspectos de la eco-
Prohibida la reproducción total o parcial
nomía que Meinvielle concibió con más originali-
sin permiso de los editores dad y que se separan del tratamiento convencional
de los mismos temas. El criterio escogido para ello
no es arbitrario, sino que descansa, básicamente, en
II Prólogo ¡ la presente edición Prólogo a la presente edición 111

el orden de l[os conceptos según enseña el saber los pródromos de la revolución francesa, la econo-
tradicional. \ mía no constituía una disciplina en el sentido f or-
Es común yonocer la economía como una disci- mal del término. El hombre -la persona- ocupaba
plina que se ~cupa de los bienes sin mayores refe- el núcleo de la acción política y era el soberano
rencias respe! to del hombre como sujeto central quién -resolvía, generalmente con criterio político,
de los proces s de cambio. En general, da la im-
1
las necesidades individuales y sociales a ·satisfacer
presión de que la economía está constituída por y la consiguiente asignación de los recursos econó-
realidades quJ están fuera del hombre. En efecto, micos, a partir de la premisa de que los medios
la relación caksal se sitúa sobremanera en el cam- deben ordenarse a los fines. En rigor de verdad,
po de los bie*es, de las cosas, con independencia la política comercial, la técnica fiscal, y la admi-
de los protagdnistas, lo cual es absurdo parque la nistración monetaria constituyen antecedentes para
disciplina es ppr su .naturaleza una ciencia práctica la elaboración de la economía como ciencia, preci-
y de realizaci~nes concretas inspiradas con criterio samente, por su carácter instrumental.
de eficiencia. fª más célebre definición de la eco- Como ha señalado Eduard H eiman, las tres re-
nomía en cuant o la identifica con la asignación de voluciones que conmocionan al mu.ndo intelectual
recursos escas9s y de uso alternativo, lo confirma. en los últimos siglos facilitan la comprensi6n de
A partir de ~ ste criterio del Profesor Robbins, la por qué la economía irrumpe tardíamente e.n el
asignación de ~ecursos es el núcleo de la economía. mundo de la cultura y con una fuerza casi sin pre-
Da la impresidn de que los recursos se asignaran cedentes. Es la abolici6n del antiguo orden a través
por sí mismos, \esto es, sin responder a otro criterio de la revuelta protestante · encabezad,a por Martín
rector, y esto ponstituye una irregularidad lógica, Lutero; de la reforma política que supone la rev0-
porque el desti f o de los factores productivos, nece- luci6n francesa y del movimiento romántico del
sariamente derir ado, debe responder a los resulta- siglo XVIII, lo que defa expedito el camino para
dos que se esp~~a de ellos a partir de la definición que sea el mercado e.n lo sucesivo y en el príncipe
concreta de rezcrsos disponibles, necesidades a sa- quien resuelva qué hacer, cómo, cuando y d6nde.
tisfacer y de es aseces. En un orden conceptual más El gobierno de la ciudad y la preservación del o.,.,_
razonable por . decir lógico, no debería definirse de111. natural económico a través del poder político
una ciencia por~
1
sus instrumentos o medios sino por es reemplazado por el gobierno impersonal del mer-
su obfeto, que e el caso de las disciplinas prácticas, cado, del mismo modo que se pretende imponer
se identifica f or I mente con sus propósitos o fines el orden social a través del gobierno impersoool de
últimos. las leyes identificado con la voluntad general de
A partir de e~·ta pretensi6.n irrumpe la necesidad Rousseau. El resultado ha sido un progreso técnico ·
de humanizaciói de la economía en reemplazo de de incalculables proyecciones, acompañado de irri-
su "cosificaci6n" como fenómeno reciente. Digo re- tantes desigualdades sociales, de la masificación de
ciente, porque e~ proceso de cosificación de la eco- los seres humanos y de la mecanización de la acti-
nomía aparece cpmo inevitable consecuencia de las vidad económica a extremos incompatibles con la
nuevas concepci¡ones que aparecen durante el si- dignidad y arrrwnía que debe presidir las relacio-
glo XV/JI, aunql e como siempre ocurre en el mun- nes sociales. En el nuevo sistema, la riqueza de
do de las ideas, con un buen católogo de antece- medio pasa a constituir un fin. Es el dese.nlace que
dentes previos 1 su formulación oráenada. Hasta
IV Prólogo a la presente edición
Prólogo a la presente edición V
fractura al hombre por de.ntro y al orden social en
muchas de sus manifestaciones cotidianas. actos econ6micos de sus obligaciones morales des-
Meinvielle llamó la atención sobre este desenlace d~ que en términos de esa unidad, los comportdt-
resultante de la nueva disciplina, a partir de dos mientos, en cuanto acciones conc1'etas 1'elacionadas
observaciones que no pueden dejar de mencionarse con los semejantes, no admiten desdoblamientos
como un mérito indiscutible de nuestro autor. Se porque en este caso las reglas de la moralidad re~
trata de la ubicación de la economía en el cuadro sultarían ajenas al deber ser. La relación entre
general del saber científico y de su vinculación con economía y política se ha planteado como subalter-
la mor~l. En e~t~ inteligencia puntualiza que la nacfón. de la r:ri~;a con respect? a la segunda.
e~onomia es actividad humana y que sin acción ra- Memvielle sostiene que la economui es una ciencia
cional no habría economía. Por cierto, actividad so- práctica que se diferencia de la política, aunque
bre cosas exteriores que son escasas. Ahora bien, a debe por su índole colocarse a s11 servicio". Con
rxirtir de ello, la economía constituye un saber esta afirmación fractura interpretaciones extremas
práctico, no teórico, en tanto las operaciones eco- que pierden rigor lógico e introducen factores de
nómicas son el resultado de la acción del hombre perturbación, como cuando la relación se formula
libre y no realizaciones que se encuentran en la a partir de una hipótesis de dependencia. Para
naturaleza y que por definición son independien- Lenin la política era expresión concentrada de la
tes de la acción del hombre. Ello no supone negar economía. Para cierto sector de la doctrina, el más
que se trate de una ciencia sujeta a sus propias abstractista, son esferas independientes. Para algún
reglas, pero es muy importante la distinción, preci- sector quizá me.nos gravitante, la econr mía es inse-
1

samente cuando la influencia de las ciencias natu- parable de la política


rales y de la matemática han invadido el territorio La opinión de Meinvielle es la que ubica la cues-
propio de la economía, quizá desnaturalizándola a tión en su fusta dimensión. El orden social del cual
propósito de la .técnica de modelos y matrices que participa el o1'den económico es inescindible. Ahora
pro?u;~n reducir todo a sistemas, exagerando las
bien, la economía tiene su propio ámbito diriaido a
posibilidades de sus alcances como herramientas satisfacer necesidades en los planos individud, fa-
auxiliares que son en nuestra disciplina. La econo- miliar y colectivo o social, pero de ello .no se sigue
mía, reitera el autor, pertenece al orden de la raz6.n, sul!ordinación. Quizá sea oportuno hablar de inte.-
en tanto ésta se manifiesta como actfoidad racional gración en el sentido de complementar los fines de
dirigida a procurar resultados eficientes. Las cien- una sociedad que se nuclean en la política como
cias naturales, en cambio, se ocupan de un orden síntesis de acciones dirigidas a conseguir el bien
que es en sí, independiente de la razón humana. común del consorcio político. La economía opera
Esta simplemente lo considera más no lo produ~. b.afo las ~eglas de la eficiencia y en este sentido
De esta apreciación resulta la necesidad de vincu- tiene caracter normativo, precisamente para conse-
lar , e.conom}a con la moral y si se quiere con la guir mejores resultados de los recursos escasos. Ello
po~itica. Vincu_lo que sin embargo permite distin-
no impide que en algunas ocasiones la eficiencia
guir. aunque sin separar. Si el ser humano, prota- económica ceda a la conveniencia política por razo-
go~ista de los procesos económicos, constituye una
nes de superlativo interés público actual o futuro.
unidad ps!quica sujeta a principio~ rectores, enton- Fabricar armas nucleares puede no ser eficiente en
ces de ninguna manera puedé independizar sus un momento dado, pero puede ser conveniente co-
mo acto de ¡J'fevisión, propio del adecuado ejercicio
1
~" .
VI Prólogo 4 la presente edición Prólogo a la presente edición · VII
1

de la políticaj En este caso no hay subordinación. los hombres de negocios que se creen exe.ntos de
Prevalece la rudencia como virtud rectora. influencias intelectuales tal vez sean víctimas de las
La metafísi , a es en cierto modo ciencia de cie,n- . ideas de algún economista difunto.
c.ias en tanto ncluye en su objeto, por su universa~ Con esa misma claridad con que Meinvielle ha
lidad, el de l ·s demás disciplinas. Pero de ello no encarado el tema de la economía en el cuadro ge-
puede válida nte deducirse que aquélla defina .neral del saber científico, acometió profundizar el
el conteni~o ~ objeto del rest? ~e los otros saberes. . tema de la oferta y la demanda, tan caro al pensa-
Su cometido, en verdad, se limita a establecer con miento liberal y a la suerte del sistema económico
alguna precisi&n los límites o alcances de las de'17i&; que encuentra precisaf(l.ente en el mercado una de
categorías ,,del saber .. Por ~llo vano res~lta deducir
1 sus manifestaciones o funda·mentos definitorios.
la economia de la fzlosofw o confundir política y Para nuestro autor, la ley de la oferta y de la de._
economía. La política participa del ancho mundo
1 manda tiene carácter inexorable, porque está ínti-
d~ la mo~al, f,Jero tiene su objeto circunscripto al mamente ligada cccon la realidad más primaria de
bien comun ál través de la observancia de reglas la economía". Pero a renglón seguido puntualiza
prácticas. No [ existe confusión o subordinación. que, sin embargo, la tentación de hacer operar sus
Cada orden ti~ne su propio campo de acción, eso sí mecanismos en provecho propio, impide que los su-
dentro de la 'Tjlnidad que supo.ne la conducta hu- jetos económicos puedan quedar automáticamente
mana como respuesta a su condición de creatura a expensas de su funcio.namiento. No se trata de
superior, sujet4 a ese orden total que en definitiva suprimir o regular el cambio que constituye "ex de-
es de naturaleza moral. finitione" el núcleo del proceso económico sino de
, !-ª economíd, diferente de la moral y de la po- moderar sus consecuencias para evitar rupturas en
litica, no puedfJ ser neutral frente a los fines supe- el equilibrio natural que debe presidir las presta-
riores del hombre en sociedad, y en este orden, ciones económicas, como parte de una madeja mu-
debe, con se.ntfdo de finalidad, ponerse al servicio cho r.nás compleja de relaciones sociales.
de aquéllos. Jfn esta inteligencia, nuestro autor Es la ley de la reciprocidad en los cambios la
r,lantea como f'enteramente inaceptable la preten- que debe regir, inseparablemente, las transacciones,
sión de los ecpnomistas que quieren hacer de la para evitar que una vez celebradas éstas, alguna de
economía una !ciencia neutra frente a lo que ellos " las partes quede más rica que antes a expensas de
denominan las doctrinas". La respuesta es sencilla,
1
un tercero. Algún autor liberal ha sugerido la inope-
aunqu~ cobifa ¡dificultades en la vida de relaci6n rancia o inconsistencia de este principio, porque
entre intereses. En efecto, pues en definitiva, aun- nadie participa del intercambio sino es para ganar.
que el econo~ista o el operador económico crea Esta afirmación supone una equivocación.' básica. El
en la neutralid!d, en última instancia actúa condi- 1 principio no impide acrecentar el enriquecimiento,
cionado por lo valores incorporados que ha regis- pero lo condiciona para que no se realice en pro-
trado su modo ensar, seguramente influenciado por porción al empobrecimiento de otros. Cuando la
1 renta .nacional no registra modificaciones, la mejo-
alguna doctrinaide vigencia más o menos formal. El
drama, desde l , óptica de la cultura, es que quien 1 ría de unos inevitablemente se explica por el per-
así actúa, dese nace la lógica y los orígenes de ro
1 juicio de otros. Aquí la irrupción de plusvalías es
modo de actua~, que es el resultado de su modo de
pensar. Teníq, razón Keynes cuando afirmaba que
1
j un resultado que no puede conducir sino a l,a frao-
tura de la co_ncordia política, a la acumulaci6n des~
Pr6logo a la presente edici6n IX
VIII :Pr6logo a la presente edici6n
Sería ah-usar de la paciencia del lector extender
oroporcio~da de riquezas y a la lucha de clases. los alcance de este prólogo. Sin embargo, a prop6-
El ciclo écon6mico tiene parte de sus orígenes, pre- sito de su actualidad, parece oportuno detenerse
-::isamente, en despropo.rciones como las que resul- breveme.nte en el tema de la interv'enci6n del estado
t~n de la inobservancia ética de la ley de recipro- en la vida económica. Meinvielle, siguiendo como
cidad en los cambios, una de cuyas manifestaciones en toda su vida intelectual el pensamiento tradt-
más ostensibles es la vigencia de relaciones internas cional de Arist6teles y de los Padres de la Iglesia,
y e~ternas de domin~o o sujeción entre personas o culmina sus razonamientos sobre el particular, sig-
naciones. nificando que el estado no puede dejar de interve-
La relaci6n de dominio entre personas se pone de nir en la vida económica de la comunidad, aunque
manifiesto cuando a partir de una posici6n ventafo- no lo quiera la intransigencia liberal, porque en ese
sa se aprovecha de ésta t¡ no se entrega lo que es de- caso serán inevitablemente los grupos de intereses
bido en cantidad y calidad como contraprestaci6n. prevalencientes quienes orientarán en su provecho
El hecho de que no siempre se pueda precisar el los destinos de la organización productiva. Con esta
alcance exacto de lo debido, no le niega virtutilidad línea de razonamiento se aparta del tratamiento
al principio, como tampoco lo .niega la dificultad ideológico del tema para incorporarlo en el plano
de ; {.:P iedir con exactitud la utilidad del consumidor del realismo político y de la filosofía práctica.
frente ·a diferentes dosis de un mismo bien. Aquí la No se trata de un tema para debate, sino de la
idea de razonabilidad de las pretenciones yace en el recta interpretación del mismo con la finalidad de
centro de la cuesti6n, como sucede con los alcances tratarlo según los postulados del bien común como
de la razón jurídica, no siempre sujeto a la medida fin último del bue.n gobierno. De esta apreciación
de la expresi6n numérica. La vigencia del mono- resulta que la cuestión tampoco debe ser examinada
polio operando alejado del punto de Cournot, ma- según criterios cuantitativos. En rigor de verdad, la
ximiza beneficios sin quizá difundir bienestar en la intervención debe merituarse en función de lo que
sociedad, o "bien ser" como expresión más ambicio- el estado hace para afirmar la felicidad del pueblo
sa t¡ acertada de Fanfani. Es Meinvielle uno de los como sostenía Platón pensando en el gobierno de
de la raz6n jurídica, no siempre sujeta a la medida las leyes. Sería temerario suponer que la estabili-
periferia", hoy tan difundida, sobre todo por Pre- " dad o el desarrollo económico pudieran concretarse
bisch, para poner de manifiesto relaciones de doL sin el concurso de la acción estatal, que no tiene
minaci6n entre los países. En efecto, en la primera porque inscribirse en la acción económica directa,
edición de esta obra, denuncia el fen6meno como sino mas bien en crear las condiciones propicias
una concreta manifestaci6n de ruptura de la ley de para lograrlo, siempre con arreglo a las circunstan-
reciprocidad en los cambios, e.n tanto suscita acu- cias espacio-temporales predominantes, donde en
mulaci6n de riquezas en unos países correlativas ocasiones, el solo hecho de remover los escombros
con el empobrecimiento de otros. Luego, la discor- que dificultan el desenvolvimiento de los negocios,
dia entre las naciones tiene sus puntos de referen- puede, por sí mismo, contribuir a mejorar el nivel
cia también, o entre otras cosas, en la ruptura del de vida de los pueblos, que constituye también una
principio que comentamos, en tanto las inversiones manera de promover en definitiva la práctica vo-
directas antes, financieras hoy, t¡ aún el intercambio lu.ntaria de la virtud, por lo menos como fen6meno
de bienes y servicios, no guardan un adecuado "do colectivo, ya que la indigencia según "communis
ut des" que los legitime.
X Prólogo a la presente edición PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN

consensus" sino la obstaculiza, al menos la debilita.


La irrupción del neoclasicismo con Marshall,
Menger, Walras, ]evons, alrededor de 1870, pre-
cisamente como propósito de adecuación de la teo-
ría económica a la realidad de su tiempo, está
inspirada en los desajustes resultantes del modelo
clásico donde el estado virtualmente no tenía cabi;,_
da. Ni la economía cosmopolita de Adam Smith, ni
la ley de mercados de Say-Ricardo, habían conse-
guido el equilibrio general del sistema o dominar
las denominadas fluctuaciones cíclicas. Como sub-
poducto, en el mejor de los casos, de la esponta-
neidad del sistema económico. El socialismo ut6pico
a principios del siglo XIX y la refutación del socia-
lismo científico de Marx y Engels a mediados de la
misma centuria, son precisamente respuestas al
oaos recurrente que experimentaban las economías
nacionales sin otra consigna que esperar hasta que En número reciente de una importante revista
la recuperación sobrevenga, también espontánea- norteamericana se contaba el caso de un afortunado
mente. El triunfo del keynesianismo durante la vir- hombre de negocios que hacía una visita a su anti-
tual agonía del capitalismo, allá por los años treinta, gua Universidad. Deseando rememorar sus años de
significó en ese particular contexto, reflotar al sistema estudiante, pidió al profesor de Economía le mos-
a partir de la acción estatal, a la sazón única alter- trara las preguntas que se hacían e,n los exámenes.
nativa viable para conseguirlo sin peligrosas demo- Al verlas, notó con gran sorpresa que eran las mis-
ras. Las desviaciones que la política. intervencionista mas que se hacían en su época. Preguntó entonces
suponga en términos de otras valoraciones, de nin- si el profesor no había previsto el caso que siendo
guna manera leg,itima poclamar una neutralidad conocidas las preguntas como permanentes, los
que no es sincera y que conciente o inconciente- cll,umnos no pudieran transmitirlas de un curso al si-
men se traduce en la supremacía, cuando no en la guiente. El profesor contestó sonriendo: en nuestra
omnipotencia, de quienes proclaman una libertad materia no cambiamos las -preguntas, cambiamos las
irrestricta que no concluye sino subalternizando respuestas.
todo el orden político, económico y social. Veritas En términos más técnicos dice algo similar ]ohn
filia temporis. · H. Williams en su magnífica conferencia titulada
An Economist's Confessions publica.da en Tbe Ame-
MARCELO RAMÓN LAsCANo. rican Economic Review en marzo de 1952. Dice allí:
"Una fuerte impresión de esos días (de estudiante)
que me ha quedado siempre, es la relatividad de los
principios y políticas económicas al cambiar las con-
diciones". "Keynes ha señalado que la victoria ri-
cardiana fue debida a un complejo de adecuación
14 Prólogo a la Primera edición Prólogo a 1a Primera edición 15

al medio. No es esto menos cierto en la victoria


keynesiana y desde e.ntonces los tiemtpos han cam- "¿Cuál es el mal agudo en, dond~ .se. or~gi~ la
crisis presente de la Econom~ Politicar. Sencilla-
biado otra vez, y hasta los keynesianos se muestran
mente en su ineptitud para e;P.licarnos ra~ionalmen­
cambiados. Una pregunta justa que cabe hacer es ' te, desde el punto de vista logic~ Y. experimen;al: w
en qué medida nuestro pensamiento (económico)
forma en que se realiza el movimiento economico,
conduce los cambios en el mundo y en qué medida
se limita a seguirlos. Es manifiesto para mí que gran el modo en que se producen los f e~~ómenos de la
pmte de la literatura económica no es sino la expli- economía, la razón de ser, el porque .
cación racional de lo ya ocurrido". Cuando después d.e tantos, tan; intensos ~ :eitera-
Si añadimos la desconfianza que existe en la.s dos esfuerzos llega a ser tan visible y ma.nifiesta la
últimas décadas en muchos ambientes y en especial crisis de una ciencia sólo existen, en general, ~os
entre los estadistas acerca de las enseñanzas de la · posibilidades. O bien es insuficiente la. in~o~mación
teoría económica, los graves errores cometidos en la que se tiene o son equivo~ados ~os 1?rmcipios fun-
conducción económica durante la gran depresión, el . damentales sobre los que dicha ciencw reposa.
hec~o de que, en casi todos los países, se deban Hoy no caben dudas de que la inf orma~ión sobre
aplicar, con mayor o meno1' éxito, medidas conde- los hechos de que se dispone, con . amplia~· Y pre-
1~das en /los tratados corrientes de Economía y, en cisas estadísticas, es muy vasta y satisf~ctoria, Y que
fin, la mas sumaria lectura de lo que se escribe ac- está muy por encima de las. conclusiones que de
tual mente en esta materia, llegamos a la conclusión ella se pretende obtener. Precisamente en este ~am­
de que estamos en presencia de una verdadera "cri- po, los excelentes estudios que sobre r~nta ~cwnal
sis_ de la econorr;ía como discipliM científica", como han realizado tf mantienen lo más al dia r;~sible l~s
senalara e} mas destacado economista argentino, pri.ncipales paises del mundo, han per;nitido ab;i1
doctor Raul Prebisch. rutas promisorias para superar al anquilosado e in-
"El desarrollo científico de la economía es aún adecuado pensamiento económico.
incipiente e indeciso. Resulta por lo tanto enorme Excelente uso hace de esta nueva arma, que tan-
el campo de exploración y de investigación que tie- tas perspectivas ofrece, el ~adre M ~invielle en su
nen delante de sí los economistas" . .. Y la crisis no trf¡baf o. La utilización amplw y precisa del co~cep­
es s~,l~mente :eomo disciplina científica "porque to de renta nacional le permite llegar a conclusiones
tambien desde el punto de vista moral, la Economía por derruís interesantes y co.nstructivas sobre las que
está sufriendo una crisis no menos grave por su nos permitimos llamar especialmente la atención del
desmedida exaltación del interés personGL como su- lector.
premo regulador de la actividad económica". No existiendo deficiencia de información, ~e hace
"¿Por qué está en crisis la Economía Política? necesario e imperioso ir a la revisión honda, pro-
cabe preguntarse. No llamo, por supuesto, crisis a funda, de los fundamentos sobre los que se basa o
ese constante progreso de re,n ovación a que está so- debe basarse la ciencia económica. Queremos refe-
metida toda actividad científica; llamo crisis a ese rirnos a los principios ele esta disciplina e;i. sí, Y no
mal agudo que de tiempo en tiempo se plantea en a los grandes fundamentos morales o politicos pe~­
una ciencia y que obliga a hacer un esfuerzo com- fectarñente definidos, y a los cu~les deberá .subordi-
pleto para innovarla desde sus mismas bases". narse en última instancia la acción econ6mica.
Es increíblemente reducida la bibliografía que
16 Prólogo a la Primera edición Prólogo a la Primera edición 17

puede obtenerse sobre los primeros principios o trario no tuvo en cuenta las necesarias y l6gica$
postulados que rigen la ciencia económica. No du· conexiones con las enseñanzas de la ciencia política.
damos que es éste uno de ilos ·campos en que se • Para ello olmdó que el hombre ~o actúa ªÍf~º
harán nuevos e importantes aportes. Entre ellos es- e independiente de los cuadros sociales y paliticos,
timamos que resultará el presente trabajo del Padre en que ,necesariamente, por ~tura!eza:, de~~ mover·
Meinvielle, enjundioso y profundo. se. Por eso debió adoptar hipótesis simplificadoras,
Consideramos que uno de sus grandes aciertos es -1 • irreales o irrealizables en muchos casos. Y como
el comenzar por el análisis con precisión de las re- dice John H. Williams en In. conferencia ya citacfo,
laciones entre economía y política y la clara sepa- el moderno teorizar económico "al irse preocupan-
ración de las dos ciencias. do cada vez más de la consistencia de su lógica
interna, se encierra en sí mismo, y se aleja más y
Con ello vuelve, y vuelve bien, a la sabia y pro-
funda ciencia de los antiguos, fundada sobre sólidos más de la realidad".
y eternos principios, que en lo decisivo e importan- y naturalmente cuando se pretenden aplicar las
te permanecen incólumes a través de los siglos, aun- conclusiones, internamente lógicas pero ~r~e~les de
La teoria clásica, al mundo concreto dimdido en
que desde luego debe adecuarse a las realidades
concretas de cada época, corrigiendo, superando y Estados en los cuales viven hombres con preocu-
mejorando lo accidental y contingente de ese pen- pacíone~ y vinculaciones no solame.nte económicas,
samiento. sino también sociales y políticas, sus resultados son
Precisamente, a esa confusión entre los campos a menudo contraproducentes y a veces catastr6ficos.
de l,a Economía y los de la Política atribuimos gran En sentido opuesto'. en grave error han ~aído nu-
parte de los errores que minan la teoría económica. merosos autores católicos al pretender arrinconar y
Ya el nombre original de Economía Política es encerrar la ciencia económica dentro del marco es-
malo, y peor el sentido en que lo adaptara por tricto de la cien~ia política y de. la Éti.ca.' negán~~­
-primera vez Montchrétien en 1615, al publicar su le toda autonomia y_ campo propio. Esta irreáuctibi-
Traité de l'économie polítique. Pretendió Montchré- lidad la trata el Padre Meinvielle con toda la exten-
tien corregir errores, y cayó él e.n uno más profundo sión necesaria y consideramos que sus conclusiones
al afirmar: "se puede, muy a prapósito, mantener " al respecto son bien meditadas y profundas.
No consideramos necesario extender.nos más so-
contra la opinión de Aristóteles y de ]enofonte, que
no se podría dividir la economía de la política, sin bre el presente trabajo, del cual, estamos seguros,
separar la parte principal del todo" . .. "Por mi par- todo lector obtendrá muy provechosos frutos. ~o
te no puedo sino asombrarme de que en sus trata- queremos, sin en:bargo, dejar d~ Uamar la atenci1n
dos. políticos tan cuidadosamente escritos, hayan respecto de los rmporlantes capitulas sobre Propie-
olvidado es;a parte de la administración pública, a dad y Empresa, donde se lleva una radiante luz
In. cual obligan a conceder gran importancia las ne- a temas hoy tan confusos y oscurecidos.
cesidades y cargas del Estado". Características fundamentales de la obra del Pa-
Y no se diga que la economía clásica resolvió pos- dre Meincielle son su espíritu de superación y su
teriormente el problema hasta llegar a la Economía intención de aportar soluciones constructivas.
Pura. Es cierto que pretendía obtener leyes estric- Quien lea Concepci6n Cat6lica de la Economía,
tamente económicas, pero, pecando en sentido con- libro anterior del mismo autor, las apreciará cUira-
18 Pr61ogo a la Primera edici6n CAPÍTULO I

m_ente. D~ este primer trabajo suyo de crítica deci- CONCEPTO DE ECONOM!A


dida
t " al dsistema económico
, vigente' con •vw•
..,,:e>Jb·le tn-
·
enczon e sacudir a los egoístamente sati,sfechos,
SUMARIO: l. La actividad econ6mica. - 2.
?onserva lo fundamental, y corrige, con honestida.d
Actividad econ6mica individual, familiar y po-
intelectual, aquellos puntos en que un estudio pro- lítica. - 3. Actividad econ6mica, técnica y mo-
fundo lo lleva a nuevas conclusiones. ral. - 4. La actividad econ6mica y las ciencia.s
En esta nueva obra, serena, profunda y esencial- ·' humanas. - 5. Economía política y política. -
m:3~te constri:~tiva, pasa el autor del campo más 6. La opi,nwn de Arist6teles sobre la autono·
mía de la economía. - 7. La economía política
facil de la critica al más difícil de señalar solucio- subalternada a la política, y a través de ésta.
nes ~on~r~tas, que de aplicarse, estamos seauros a la psicología. - 8. ·La economía política y la~
contri~uirian a acercarnos a la paz social, q:le, e~ ciencias naturales y matemáticas. - 9. Ubica-
esencia, e~ el orden basado en la fusticia. ción de la economía en la totalidad de la vida
Cualqui~r/ lector podrá discrepar, en mayor 0 me-
nor extenswn, con las ideas del autor. Todos sin
err:bargo, deber~n reconocer la importancia d~ "fas
rr¡ismas, la palpitante actualidad de los temas trata-
c os y que el J?'esente trabafo es un serio aporte
,_ . la necesaria
para . recuperación
. de la actual cr'isis . de
w ciencia econ 6mica.
l. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
F'RANCISCX) GARc::ÍA ÜLANO.
¿Qué es la economía? Vamos a partir de est·
tema que no por elemental deja de ser importantE
La cuesti6n que nos planteamos es la siguiente
¿qué realidad es aquélla a la que, primeramentl
denominamos economía? ¿Damos este nombre, prí
meramente, a realidades que están fuera del hom
bre, o a realidades que están en el hombre? Nuestr
respuesta es que la economía o Jo econ6mico, est
constituida por realidades que se hallan primen
mente en el hombre. Pues hay muchos que apena
pueden trascender la imaginación y cuando piensa
en la economía o en los problemas econ6mico
piensan inmediatamente en alimento, vestidos, ci
sas, hacienda, dinero. Y, a lo mejor, se les escapa l
esencial. Se les escapa "el hombre". Las ·realidad<
econ6micas no están constituidas por esas cosas, ;
menos por lo que ellas son en sí mismas, ni siquiei
por esas cosas primeramente y, en segundo luga
20 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 21

por el hombre, al cual esas cosas serí.an referidas. alusión primeramente a comportamientos deter~­
La economía se da primeramente en el hombre. El nados del hombre en relación con las cosas exteno-
hombre es un ser económico. Y si no hubiera hom- res · y primeramente a las acciones humanas, y luego
bre, no habría economía. Si desapareciera todo ser a ias ·cosas. Como las acciones del hombre so.n
humano de la Argentina, quedando intactas sus in· transitorias y movibles, guardan cierta permanencia
mensas riquezas'. actuales, éstas, que hoy son bienes por la voluntad de propósito que persevera de al-
económicos, dejarían de serlo para convertirse en .,. guna manera en estas cosas exteriores afectadas por
meras realidades físicas, en meras cosas. esa acción humana. Pensemos por ejemplo en e}
Para apreciar la naturaleza de la economía hay "precio": ¿qué realidad tiene .el "precio" d~, las
que advertir que no se da ni en el ángel ni en el bru- naranjas en el mercado? Es evidente que el p~e­
to. No en el ángel, porque siendo éste una sustancia cio" no son las naranjas. Pueden las naran1as
inmaterial, aunque viva de bienes, éstos son de tal permanecer las. mis~as y variar. de precio. E~
naturaleza que no necesitan ser economizados. En precio no consiste smo en la acción de un hom
el orden de la contemplación y del amor, de que se bre vendedor de cosas que, frente a la acció~ de
alimentan y viven Jos espíritus, cuanto más se con- otro como comprador, está, ex~giendo u.na cantidad
sume, más se abunda, de modo que no hay necesi- determinada evaluada en termmos de dmero. Cuan-
dad de economizar. Pero tampoco hay en los brutos, do se dice "precio de las naranj~s" se tiende a .ima:
no porque prescindan de ella sino porque, despro- ginar cosas-naranjas con una etiq~eta, :orno s1 alli
vistos de razón, son incapaces de economizar, ya estuvieran todos los elementos del prec10 de las na-
que no pueden adecuar deliberadamente los medios ranjas". y esa realidad, en carr:ibio, consist.e prime-
escasos de que disponen a la consecución de su ramente en acciones humanas mterdependientes de
bienestar material. Sólo en el hombre hay econo- unos hombres con otros o propósito de las .naranfas.
mía; sólo él debe ser llama.do propiamente económi- Aunque fas realidades r:conómicas consistan en
co. Las cosas podrán ser también económicas, pero acciones humanas, éstas deben versar sobre cosas
secundariamente, en la medida en que el hombre exteriores. Los actos puramente interiores quedan
debe hacer de ellas un uso económico. excluidos de la órbita económica. Pero no todo~ los
Pero si la economía se da primeramente en el " actos sobre acciones exteriores merecen el cara~er
hombre, corresponde preguntarse, ¿qué cosa es en y el nombre de económicos, ya que hay mulldas
el hombre lo económico? ¿Lo es su sustancia o su maneras de relacionarse el hombre con las rea a-
actividad? Y si es su actividad ¿cuáles acciones son cles exteriores. Existen relaciones de unos hombres
en él las económicas? Es claro que el hombre es con otros y con las cosas simplemente para .conoc~Í'
económico no por lo que "es" sino por lo que realiza o para complacerse en ellas, y hay relaciones e e
o ejecuta con respecto a determinadas cosas exterio- utilización de las cosas y de l.o~ h~mbres: aun e~
res. La realidad económica consiste siempre en este caso, no siempre toda u~1hz~· c1ón de~e consi-
algo que primeramente envuelve las acciones huma- derarse económica. Porque, si bien es cierto que
nas con referencia a las cosas exteriores. Cuando se si las cosas no son útiles para el ho~bre, no s~, estj"
enuncian realidades económicas: "producción", "ri- blece ninguna valoración económi.ca, tambien o
quezas", "precio", "compra", "venta", "empresa", es que haya cosas útiles, com? ~l, aire y el so~, que
"ahorro'', "inversión", "dinero", "capital", se hace no determinan ninguna apreciac10n de este genero.
Concepto de Economía 23
22 Conceptos fundamentales de la Economía
de la mesa o del reloj. En cambio la utilidad eco-
~ara que ésta surja, parece necesario que a la uti- nómica -a nuestro juicio la verdadera y única uti-
lidad, se añada una laboriosa consecución dada lidad, de donde se deriva la utilidad de las técnicas
su determinada escasez; lo que ha de provodar lue- y de las artes- se mide por el servicio que presta al
go una. administración cuidadosa y propiamente hombre. Un relojero, en su condición de tal, busca
económica de esas mismas cosas. · fabricar un reloj que, dado un tipo de elaboración,
El concepto de economía envuelve entonces una sea perfecto. Si fabrica ese tipo de relojes para ven-
referencia de la acción humana en relación con las
cosas exteriores, cuya utilidad está condicionada
-r
\
derlos y con ellos enriquecerse, habrá allí otra re-
lación además de la puramente técnica, determina-
por su escasez. Dos conceptos dignos de precisarse da por un tipo de utilidades que será la adquisición
el de utilidad, y el de escasez. ' de bienes económicos. Y así como por su condición
El concepto de utilidad encierra una acción del puramente técnica el relojero busca la perfección del
hombre sobre l~s cosas exteriores por la que éste reloj, en su carácter de comerciante busca esas uti-
n~ busca. la calidad y perfección del objeto por sí lidades económicas, que tienen relación necesaria
mismas smo en cuanto puedan satisfacerle una ne- con las necesidades de bienes económicos. El con-
c~si?ad. Considérese desde este punto de vista cuán cepto de escasez, por su parte, añade un nuevo gra-
d1stmta la realidad puramente técnica de un artis- do de utilidad. No me es de la misma manera útil
t~, un plástico, por ejemplo, en el que toda su acti- en la playa, el agua en cuya abundancia me sumer-
vidad se vuelca en la perfección y belleza del objeto jo que una carpa donde refugiarme del sol. Esta
que crea. La acción del .artista se vuelca en el obje- segunda reviste una utilidad determinada por su
to y queda allí como plasmada. En cambio en la escasez.
actividad económica la acción se vierte sob~e una En el concepto de economía entra necesariamen-
cosa, para que ésta refluya y vuelva sobre el hom- te el concepto de utilidad. Y el concepto de utilidad
bre mismo a remediar sus necesidades sea de sa- abarca, a su vez, en ese objeto que se considera útil
tisfacer la sed o el hambre o de defenderse contra una capacidad para colmar o satisfacer directamen-
el frío o la inclemencia o de colmar la indigencia te necesidades que experimenta el hombre. En las
de, c~alquier o.t;o bien. Las acciones técnicas y las acciones técnicas, aun en aquéllas que producen
ait1shcas tamb1en resultan de utilidad para el hom- cosas útiles, la perfección y los resultados pueden
bre. ,É~te fabrica con perfección una mesa para que considerarse independientes de 1a utilidad que re-
sea util, ya para comer, ya para escribir. Pero en la portan para el hombre. Un reloj, un avión, un auto-
relación puramente técnica de fabricación del obje- móvil pueden considerarse como un efecto de la
to se aprecia la utilidad, diríamos, también desde acción técnica del hombre que reúne perfección en
un punto de vista puramente técnico. El artesano, sí mismo aunque no se lo quiera utilizar. En cam-
en cuanto. ~al, busca hacer una mesa perfecta. Pero bio en las acciones económicas, la utilidad, es decir
la p~rfecc10n de una mesa o de un reloj no puede la capacidad de colmar una necesidad, la capacidad
desligarse de ese carácter de utilidad para el hom- actual, entra en ellas y les es inherente y esencial.
bre. ¿Qué perfección sería la de una mesa de escri- Podemos definir los objetos económicos como obje-
bir que no sirviera para escribir o de un reloj que tos útiles escasos. Al decir "útiles" estamos sobre-
no fuera capaz de registrar la hora? Pero esa utili- entendiendo "para el hombre"; de allí que, por ser
dad es, en cierto modo, inherente a la perfección
24 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 25

"útiles" y darse en forma "es·casa", el hombre se comentando la Política de Aristóteles (L. 1, l. 2),
dirige a ellos de una manera muy especia.J; o sea escribe: "Porque los órganos o instrumentos de las
que los "economiza". Si los encuentra sin producir, técnicas se llaman órganos factivos (de facere o
los atesora para disponer de ellos cuando tenga ne- opyavov 7rOL7JTLKoV); pero las riquezas, que son ór-
cesidad; si los debe producir lo hace en forma tal ganos o instrumentos de la casa, son órganos ativos,
que los produce más eficientemente, con el menor (de agere, o opyavov 7rf>a"( µ.a-rLKoV). Y prueba esta
derroche de energía. división, Aristóteles, con la siguiente raz6n: "De
Lo importante es advertir que cuando usamos los cosas diversas, hay instrumentos diversos. Pero la
conceptos de "riquezas", "bienes econ6micos", ~'bie­ acción del obrar y la del hacer difieren en especie:
nes útiles escasos", "valores econ6micos", suponemos porque el hacer es una operación por la cual se
en ellos "el comportamiento humano refiriéndose a ejecuta algo en una materia exterior, como cortar y
estos bienes que le resultan capaces de remediar quemar: el obrar, en cambio, es una operación que
necesidades". El hombre entra siempre necesaria- permanece en el que obra y que pertenece a su
mente como componente de cualquier realidad eco- vida , como se dice en el libro nono de la M etafísi-
nómica. ca. Pero una y otra de estas operaciones tienen ne-
cesidad de instrumentos. Luego sus instrument~s
difieren en especie. Pero la viaa, esto es la convi-
II. ACTIVIDAD ECONóMICA INDIVIDUAL,
vencia doméstica, no es hacer: luego las riquezas
FAMILIAR Y POL1TICA son órganos que pertenecen al obrar y no al hacer".
Los bienes econ6micos o riquezas están más cer-
Hemos examinado la actividad econ6mica, en ge- ca de la vida humana que las técnicas de fabrica-
neral, como una relación de la acci6n humana con ción. Son órganos activos. Pero la vida del hombre,
las cosas exteriores, en busca de la apropiaci6n o a su vez no se desenvuelve en un único plano ho-
utilización de esas mismas cosas, dada su condición mogéneo de actividad. U no es el plano de la vida
de escasez. Los valores económicos que surgen por solitaria; otro el plano· de su vida en familia; y otro
efecto de esa utilización ni son valores morales ni el 2lano de su vida civil o política. Luego, la acti-
propiamente técnicos. Son valores intermedios entre vidad económica, sea de producci6n, cambio y con-
los morales y los técnicos, ya que su perfección no sumo de bienes económicos ha de ser muy diversa,
queda totalmente ajena a la actividad humana, co- según esté o no encuadrada en uno u otro de dichos
mo en los técnicos, ni consiste en la misma activi- planos. Ha de ser diversa por la condici6n esencial
dad humana, como en los morales. Son valo- de órgano del obrar que le cabe a lo económico .. Si
res exteriores al hombre pero que revisten la hay tres especies de obrar, ha de haber también
condici6n de econ6micos únicamente en función tres especies de actividad econ6mica: la una, eco-
de aquél, a quien están intrínsecamente destinados. nomía del hombre individual, la otra, economía de
La actividad humana entra en toda "realidad eco- la familia, y la tercera, economía propiamente po-
nómica" como un término de la relación, siendo el lítica. Por aquí aparece condenado al fracaso todo
otro las cosas exteriores afectadas, por esa actividad. intento de formular leyes de la economía, válidas
Los antiguos han visto con lucidez este carácter in- igualmente para la economía individual, familiar y
termedio, humano de la economía. Así Santo Tomás palítica. Son esencialmente diversos los comporta-
26 Conceptos fundamentales de la Economía
Concepto de Economía 27
mientes del hombre en sociedad, con respecto a los
del hombre en soledad. El hombre, solo en una isla, Analizan los comportamientos económicos como si
se en~~entra delante de bienes económicos que pue- ~ los hombres fueran puramente individuales. Es cla-
de utilizar como quiere. El hombre, en sociedad, se 1 ro que son individuales y que se mueven aguijonea·
halla enfrente de esos mismos bienes pero de los ! dos por el deseo de satisfacer sus necesidades indi-
c_uales otros hombres como él tienen también nece· viduales. Pero además son sociales y este aspecto se
sidad. Luego, ya no puede utilizarlos como quiere. escapa a la teoría, construida para medir exclusiva-
De una u otra manera ha de ponerse de acuerdo con mente las reacciones individuales. A su vez, las eco-
los ot7~s ho~bres p~ra determinar de qué manera ha nomías antiindividualistas pecan por considerar al
de utilizar dichos bienes. Las relaciones económicas hombre como puramente social y colectivo, lo cual
son de naturaleza diferente de aquellas que surgían es peligroso y falso. Porque el hombre en sociedad,
de su esta.do de soledad. aunque adquiera un modo de ser nuevo que no
Si~ embargo, aunque caracterizadas esencialmen· tenía en soledad y en su condición individual, lo
t~ c:Iiferentes, ello no implica que las exigencias in· adquiere manteniendo todas las exigencias de su
dividuales o familiares desaparezcan dentro de una condición individual y familiar. Una economía indi·
econoI?ía políti~a: Porque no hay que olvidar que vidual determinará los comportamientos del hombre
la sociedad pohtica, aunque implica una realidad individua.I frente a determinados bienes y podrá
Y .~n or~enamie,nto nuevo que no se da en la fa. registrar curvas de preferencias. En la economía fa-
milla, asi como esta, a su vez, requiere una reaJidad l miliar, se mantienen estos comportamientos del
Y un ord~na~~ento nuevo que no se observa en el
hombre md1v1~ual o solitario; sin embargo esto
j hombre individual con sus curvas de preferencias,
pero la economía familiar no está constituida por
n~~vo no suprime sino que se so breaiñade a lo in- - la suma de las curvas de cada uno de sus miem- ·
diVIdual y a lo familiar. Una economía política in- bros, si no por eso y algo más que es precisamente
cluye el mantenimiento de todas las exigencia~ de esa unidad nueva y específica de la familia. Una
la. economía familiar y aquélla y ésta el manteni· economfa familiar, aunque haya de contemplar las
miento de las exigencias de la economía individua] necesidades individuales de cada uno de sus miem·
o personal. bros es algo diferente y nuevo de esas economías
Todo esto está vinculado con aquella enseñanza in<!lividuales. La familia es un todo que no resulta
que tan fuertemente estampa Aristóteles en el um· de la suma de las economías individuales. A su vez,
h7al de s1!c Ética a Nic6miico (L. 1, 1. 1) cuando en la economía de una dudad o nación, aunque los
dice qu~ . este todo que es la muchedumbre civil, individuos y las familias mantengan sus propias
o la familiar, posee sólo unidad de orden, de acuer- economías individuales y familiares, el todo es algo
do c?n la cual no es algo que pueda considerarse más que la suma de aquellas economías.
propiamente uno. Y por esto, la parte de ese todo
puede tener una operación que no es la operación Creemos que no hay que titubear ante la afir-
del to~o como. el soldado en el ejército tiene una mación recta y franca de que hay tres actividades
operación ,Propia que ~~ ~s la de todo el ejército". económicas esencialmente diferentes: .Ja individual,
pe aqm que .Jos anahsis ·de la teoría económica la familiar y la política y que, por tanto, el estudio
del comportamiento económico del hombre en la
mas que falsos hayan de considerarse incompletos.
sociedad política, es otro, muy diferente, del estudio
28 Concepto ds Economía 29
Conceptos fundamentales de la Economía

del comportamiento económico del hombre en fa.


milia, o e~ su condición puramente individual. III. ACTIVIDAD ECONóMICA, Tll:CNICA
Por aqm aparece que no se ha de confundir co- Y MORAL
mo es comun ' en a1gunos autores economía y ,eco-
no~ía política. El concepto de 'economía es más La caracterización que hemos formulado de la
umversal y reviste la condición de género respecto realidad económica nos muestra su inconfudible si-
a ~c~no~,ía in~ividual, familiar y política. Puede tuación frente a la técnica y a .Ja moral. Porque un
defmir~,e relac1on de la acción humana con la.s ri· sujeto se considera bueno o experto en su acción,
q,u~zas , la qu.e se detaUa;á en tres economías espe· desde el punto de vista pura,mente técnico, por la
cíficamente diversas, segun esta actividad humana eficacia con que logra construir o modelar un obje-
en procura de las riquezas se cumpla en situación to exterior. Por ejemplo una casa o una máquina.
del,~ombre puramente individual, familiar o social- Se considera bueno o experto en la acción, desde el
pohtica. Los que con Gaetan Pirou 1 definen la punto de vista puramente económico, por la virtud
economía -:otra cosa sería la economía poHtica- con que obtiene una mayor utilidad con un menor
~º1: el cambio, vense obligados a sostener que Ja ac- esfuerzo. Un objeto, técnicamente perfecto puede
!1v1dad de un Robinson Crusoe en su isla sería de] ser ruinoso económicamente y, al, revés, un produc·
resorte de la física, de la química, de la psicología" to de excelente rendimiento puede ser deficiente en
pero no de la economía. Aquí corresponde recordar su aspecto técnico. Un sujeto se considera bueno en
qt~e ~o cabe duda de que el binomio "economía po- su acción desde el punto de vista puramente moral,
h1h~a no puede ser más infortunado. Porgue etimo- cuando realiza acciones que lo califican de sobrio,
logicam;,nte, :'e~?nomía" significa gobierno de la paciente, prudente y justo. Una misma y única
casa y, pohtica , referente al gobierno de la ciu· acción material, la de fabricar relojes, por ejemplo,
dad y francamente, no se explica cómo puedan aco- puede revestir estas tres diversas formalidades. La
plarse. Coi;io ya. lo advirtió Aristóteles ( Pol. l. 1) perfección técnica se medirá por la excelencia lo-
la econom~a-g~bierno de la casa, se usó para ex· grada en la exactitud del reloj para registrar el
presar la ciencia o el arte de adquisición de las ri· transcurso del tiempo; la perfección moral por la
quezas, como si en esto consistiera todo el gobierno C\lidad del relojero que según su comportamiento
~e una, casa. El nombre exacto de Ia ciencia de las será juzgado paciente o impaciente, constante o in·
nquezas, pudo ser otro; por ejemplo, crematística o constante; la perfección económica, por la propor-
plutologia, de donde la economía política debiera ción del esfuerzo empleado en relación con el ren-
ha~e:se llamado crematística polf.tica o plutología dimiento útil que del objeto se obtenga.
pohtica, y la economía doméstica crematística o Un artesano puede producir relojes técnicamente
plutología doméstica. ' excelen~es, y puede producirlos ejecutando al mis-
mo tiempo actos virtuosos de paciencia, justicia y
amor de Dios, pero como no sabe calcular sus gas·
tos, puede fabricarlos a un precio que no le deja
margen de ganancia, lo que provoca su ruina eco-
nómica.
1
GA.ETAN
pág. 89.
Prnou, Introduction a l'économie politique, De aguí se sigue que aunque lo económico en
30 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 31

cuanto tal envuelva, como hemos dicho, la actividad podrá luego ser eludido por el hombre. A lo segun-
humana, no la abarca de modo tan directo y perfecto do, en cambio, tienden de una u otra manera, todos
como la moral, aunque, por otra parte, sea más di- los dirigistas, que hacen de la economía una ma-
recta y perfecta que las artes y técnicas de fabrica- teria excesivamente plástica que puede ser moldeada
ción. Porque en .la moral es la actividad humana a voluntad por el hombre. La verdad en cambio se
misma la que, según se a.juste o no a las reglas de coloca en aquel punto difícil de equilibrio que con-
la moralidad, se constituye y se denomina moral o juga los dos términos de la relación: actividad del
inmoral. Incluso en la actividad humana que versa hombre y bienes útiles de adquisición por el
sobre el uso de cosas exteriores, la moralidad está hombre.
en ella y de allí se deriva a Ja misma cosa exterior. La complejidad de estos términos hace de la
Pero en las artes y técnicas de fabricación, aunque economía una de las ciencias humanas más difíciles.
los objetos fabricados sean fruto de la actividad hu- Porque, por una parte, exige el conocimiento de
mana y lleven impreso el sello de la misma, son cuanto se refiere a la actividad humana y como
ellos, y no la actividad del hombre, los que consti- ésta puede ser individual, familiar y política, re-
tuyen y miden el grado de perfección de esas artes quiere el conocimiento de las ciencias psicológicas,
y técnicas. Los objetos fabricados adquieren inde- morales y sociales qu e se ocupan de esa actividad.
pendencia de la actividad que les ha dado vida, lo Además no basta, el conocimiento de la actividad
que nunca pasa con la moral, ya que ella consiste humana, así en general y en abstracto, sino del hom-
en esa misma actividad humana. La economía, en bre encuadrado en una realidad geográfica e histó-
cambio, no es sólo actividad ni tampoco objeto exte- rica determinada. Por otra parte, requiere el cono·
rior. Consiste en la actividad humana que se rela- cimiento cabal de las posibilidades en bienes útiles
ciona de tal suerte con los objetos exteriores, sean de un pueblo, dado el estado del mercado y el
ellos bienes de naturaleza o de cultura, y esos obje- nivel de desarrollo del mismo y de ,Jos otros pue-
tos exteriores le reportan utilidad. Por consiguiente, blos del mundo. Finalmente, como la economía
la economía, como relación entre dos términos -ac- consiste necesariamente en una relación entre acti-
tividad humana. y bienes útiles- no puede, en nin- vidad humana y bienes útiles, es una ciencia que
gún momento, independizarse ni de la propia acti- hi} de estar continuamente atenta a los infinitos fac-
vidad del hombre -tal como pueden hacerlo las tores cambiantes de uno y otro extremo para deter-
artes- ni de los objetos exteriores, como puede ha- minar en cada momento, para determinada activi-
cerlo la moral. dad humana y bienes económicos específicos, aquel
La economí.a o mundo de la realidad económica punto óptimo de conjugación.
comprende aquellas relaciones en que la actividad La denominación de organum activurn, o instru-
humana individual, familiar y social-política se po· mento del obrar, que asignaban los antiguos a la
ne en contacto con realidades exteriores para sacar- economía, o ciencia de las riquezas, está llena de
les la mayor utilidad con el menor esfuerzo. De sentido. La economía no es un agere, un obrar,
aquí la imposibilidad de "cosificarla" y también de como es la moral individual, familiar o política.
''humanizarla" por completo. A lo primero tienden Sino que es instrumento de un agere. Y como el
los autores de la teoría económica que aspiran a instrumento se distingue de aquél cuyo instrumen-
crear un mundo de relaciones económicas que no to es, la ciencia de las riquezas se diferencia de las
r
1
32 Conceptos fundamentales de la Economía l
1
Concepto de Economía 33

ciencias estrictamente morales. Pero se aparta en Aunque cada una de estas ci~~cias nombrad~s
forma tal que no se desvincula de ellas, sino que puede y debe considerar las actividades económ1·
les está subordinada como un instrumento que pro- éas, hay sin embargo en éstas algo que ~scapa a
duce su efecto, no fuera, sino en aquél a quien sirve la consideración de todas ellas y es precisamente
de instrumento. Organum no factivum, del hacer, el aspecto económico en cuanto tal, vale decir, ese
sino activum del obrar. carácter de que están investidas por el hecho de
utilizar cosas exteriores escasas.
Lo económico es un aspecto irreductible y propio
ele ciertas actividades humanas que debe ser con-
IV. LA ACTIVIDAD ECONóMICA Y LAS siderado por una ciencia también propia e irreduc-
CIENCIAS HUMANAS
tible. Merece que nos detengamos a examinar cuál
es el objeto propio y específico, sobre el que versa
La economía en lo que tiene de realidad, inde· esta ciencia. Tengamos en cuenta que no vamos a
pendiente de toda consiaeración, es una relación en- ocuparnos de "la economía en general". Porque
tre la actividad del hombre y las cosas exteriores como hemos dicho antes, ésta puede comprender
que se hallan en estado de escasez. Esta acció? se tres realidades esencialmente diferentes que son la
desarrolla en actividades productoras, comerciales economía individual, la familiar y la política. Va-
y de consumo, y da existencia a todo un mundo de mos pues a ocuparnos exclusivamente de la econo-
realidades que constituyen la econo~ía. . mía política, vale decir de la ciencia de proc:irar
Pero cabe aquí preguntarse: ¿,a cual de las cien- las riquezas situando al hombre en un~ comumd~d
cias corresponde el estudio de estas realidades que política. Sabido es que entre los estud10sos se d1s·
denominamos económicas? No hay duda que estas cute largamente sobre el objeto de la econolll:ía po-
realidades en lo que tienen de "actividad humana" lítica. Henri Guitton ha publicado un estud10 con
caen dentro de la psicología, en cuanto comporta- el título L'objet de l' économíe polítique, acompa-
mientos psíquicos que envuelven sensacion~s, per- ñado de una bibliografía que selecciona las opi-
cepciones, ideas, voliciones, actos de memoria y de niones de 121 autores sobre este punto 2 • Reduce
experiencia; caen dentro de 1a moral, en cuanto to~s las opiniones primeram~nte a dos grandes f~­
acciones puestas deliberadamente y que hacen a milias: una, aquellos que sostJenen que la economia
quien las ejecuta prudente o neci~, j~sto o inj~sto; es una ciencia que se ocupa de la actividad humana
aquellas acciones de la vida econom1ca, cumplidas referente a ciertos bienes escasos, y otra, 1a de
en la vida de relación pueden ser consideradas por los que excluyen dicha actividad humana y conside-
la sociología que estudia precisamente la sociabili- ran a los bienes materiales, el cambio, o las cosas
dad de los comportamientos humanos; por el der~­ raras, co:rno el objeto propio de la economía política.
cho, en la medida en que en ellos se da ?.se de1a Los primeros harían de la economía una ciencia
de lo gue a otros es debi~o, y por la poht~ca, que superior irreductible a las ciencias de la naturaleza;
considera los actos cumplidos en la comumdad or· los segundos harían de ella una ciencia semejante a
ganizada. Pueden ser final~~ntc estudiadas por
cualquiera de las artes u oficios humanos, sea de 2 HENRI GurrroN, L' obfet de l' economie politique, suivi
agricultor, relojero o arquitecto, etcétera, en que se d'observations de Léon Dupriez et Francesco Vito et d'une
desenvuelve toda actividad humana. bibliographie analy#que et critique. Paris, 1951.
34 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 35

l~s natural~s, como la física, la química o la biolo- tanto el arte material del relojero como el inmate-
gia. Estos ultimas, a su vez, podrían distribuirse en rial del cirujano caen dentro de una "consideración
tres. ~rupos de, a~uerdo con las tres tentativas de estrictamente económica" cuando es empleado co-
defmir l~ econom1co por lo material, lo susceptible mo medio de adquirir otros bienes o riquezas que
de cambio y lo que es raro. mantengan o eleven su nivel o bienestar material
Nos parece que todas las opiniones, por diversas dentro de la sociedad. En este último caso, tanto
que puedan aparecer, si se examinan comprehensi- el relojero como el cirujano, tendrán que hacer de
vamente, ~ueden re~uci~se a una sola, a saber, a que su arte un tratamiento económico, vale decir, em-
la economia es la ciencia propia de las "riq " plearlo de suerte tal que les permita adquirir aque-
Lo t· h u ezas .
s an iguos a~ .visto ·~, aramente este punto. Pero
1 llas riquezas a que aspiran o necesitan; esto es, de-
el co~cepto .de riqueza envuelve el de un objeto berán tratar de asignarle un valor económico o de
m~tenal valioso por lo útil y lo raro, digno por lo riqueza a su propio quehacer. Lo cual demuestra
mismo de ser cambiado poi: otro que necesitamos. que este valor económico o de riqueza no es inhe-
~s c~aho gue en él, como ya dijimos, está involucra- rente necesariamente a dicho arte. Hay en éste una
º e, . ombre, ~arque si no hay hombre para quien capacidad o potencia para una valoración econó-
son utiles los bie?es: n_o ?ªY tampoco riquezas. En mica, pero ésta formalmente como tal, es otra rea-
lo gue. conve~dna ms1shr, en vista de ]a opinión lidad perfectamente separable.
~ontran~ de c:ertos autores, es gue el concepto de Tanto en el caso del relojero como en el del
cconomia contiene necesariamente el de b. cirujano hay que distinguir dos relaciones. La cons-
teriales. · ienes ma-
tituida propiamente por el arte de hacer relojes o
La objeción que se quiere suscitar contra los "bie- de operar, que es una relación del hombre, de Pe-
nes materi~Ies" como objeto propio y específico de dro, por ejemplo, con un saber determinado, y la
~a ec.onomia, por el hecho de que también deben propiamente económica que es la de Pedro, dotado
i~clmrse dentro de este objeto los servicios inmate- de este arte y que lo utiliza como medio para su
riales, nos parece especiosa. "La elocuencia de] bienestar económico. Esta segunda relación, la pro-
abog~do -~e di~e-, el arte del cirujano, Ja inteli- ¡>iamente económica, lo capacita para adquirir ri-
gencia del mgemero, la organización de una usina quezas o bienes económicos. La economía se ocupa
1~ seguridad_ conferida por un ejército o una poli~ siempre de esta segunda relación. El objeto propio
cm, la ensenanza impartida por un maestro todo y específico de la economía lo constituye entonces,
esto constituye riqueza". ( Henri Guitton, ibíd'., pág. siempre, una relación entre la actividad humana y
31). Creemos que en esto hay una confusión, por- ciertas cosas exteriores que necesita el hombre y
qu~ una cosa es que una ciencia o arte sea inma- que se hallan en estado de escasez. Adviértase bien
t~nal o material y otra muy distinta el valor de que, como lo señaláramos anteriormente, al estar
nquez~ o econ.ómico, que puede revestir esa ciencia constituido este objeto por una relación, entran en
o arte mmatenal o material. Un relojero, por ejem- él los dos términos de la misma: la actividad y las
plo, puede poseer ~l arte ?,e
hacer relojes y em- realidades exteriores sobre las que versa dicha acti-
plearlo como mero deporte o entretenimiento así vidad.
como u~ eximio cirujano puede emplear su 'arte Porque aquí aparece crn'm grave deformación
operatono al margen de la vida económica. Pero epistemológica encierra el intento de algunos econo-
Concepto de Economía 37
36 Conceptos fundamentales de la Economía

mistas de querer reducir la economía a un saber fí- cos. Este fin no puede erigirse como meta total
especificadora de una sociedad humana. Pero es
sico o m~tem~tico. Ello implica "cosificiar" el objeto
de esta ciencia como si fuera una cosa independien- un verdadero objetivo en si mismo, legítimo y ar-
monizable con otros fines superiores; tanto como
te del hombre, dentro de la cual no entrara él. El
objeto propio y específico de la economía es un puede serlo el ~uidaclo y la sal~1d del cuerp~ .. Tam-
poco se lo podna erigir como fin total especificador
obrar del hombre sobre ciertas cosas exteriores es-
de la vida humana, porque quien no promoviera su
casas para su utilidad. El hombre interviene como
bienestar corporal en función del bien espiritual,
principio y como término de la operación. Pero
quebrantaría la ley mora1; sin embargo, específica-
entra. en una operación que concierne a las cosas mente es capaz de finalizar todo un saber completo,
exteriores de las que necesita y las cuales por ha-
aunque haya de referirse a un fin más alto y su-
llarse en estado de escasez requieren un tratamiento perior. Cuesta entender cómo Vito le niega a Is
"eco~ómico". Por es:e aspecto la economía política
economía un fin propio específico y sin embargo se
se vmcula con fas ciencias morales y con las socia- empeña en sostener que "la ciencia económica tiene
les. Con las morales en cuanto éstas tratan las obras un campo propio, un objeto propio y también una
del hombre; con las sociales, en cuanto un sector
grande del proceder económico se desenvuelve den- propia función".
t~o del mundo qu.e circunda al hombre y lo rela-
c~ona con sus semepntes que también tienen vincula-
ción con estas cosas exteriores y escasas. V. ECONOMÍA POL1TICA Y POL1TICA
Pero aunque la economía se emparenta estrecha-
mente con las ciencias morales y con las sociales, Es bien sabido que para muchos ofrece especial
no se confunde con ellas como parecieran defender difi cultad establecer la rela ción entre la economía
a.Jg~nos autores. Así parece desprenderse de lo que
política, la moral y la política: para simplificar, de
soshen.e Francesco Vito en Economía Política. En la economía con la política, considerando a ésta
la págma 159 leemos: "No existen fines económicos corno una ciencia estrictamente moral. El problema
a~exados al, logr~ de fines humanos, que tienen " es el siguiente: ¿.qué clase de saher es el de la eco-
siempre caracter etico, en cuanto libre y conscien- nomí.a políti ca y en que relación se halla frente al
temente apetecido por los sujetos ..." saber que denominarnos Política, o ciencia del go-
En la consideración de Vito la economía sería
. . , '
una ciencia ~ractka que se ocuparía de los medios
hi erno el e la ciudad?
Para que apan'i't·~t cLtra nuestra posición vamos
Y no de los fine~. L? cual e~ de difícil inteligencia. a enunciarla en estos términos: La economía política
Porque. como ciencia práctica, es una ciencia de es ww ciencia práctica que se dife rencia de 1.a po-
re~lizacwnes. Pues si así no fuere, ¿cuál sería el litica, aunqu e deh e 7>or s11 índole colocarse a su
~b1eto de 1;1na ciencia práctica, y por lo mismo rea-
h~adora, s1 ,no obra? Pero si es ciencia de realiza-
servicio.
c10nes, ¿que cosas son éstas si no fines? Nuestra posición no coincide ni con la de los eco-
nomistas liberales, por ejemplo, Leonel Robbins en
No se ve qué dificultad puede haber en afirmar Naturaleza y significación de la ciencia económica
due la economía política tiene como fin la abun- (Fondo de Cultura, Méjico), ni con la de autores
ancia redistribuida de bienes y servicios económi-
38 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 39

católicos, Vialatoux 3 , Gino Arias 4, Héctor Bernar- 1951), donde excluye de la econom,~a el. carácter de
do 5, Francesco Vito 6 , Julio Meinvielle en Concep- ciencia práctica y la redu ce a un con1unt? d~ re-
glas empíricamente extraidas de la ~xpenencia y
1
ción Católica de la Economía.
Nuestra postura reconoce y acepta con los libe- referentes a la producción, uso, cambio, y reparti-
rales que la ciencia económica tiene una formalidad ción de las riquezas"; hace de ,Ja economia, lo que
y objetos propios, diferentes de :los de la moral y él llama "un mero arte operativo sin autonomía de
la política. Pero rechaza lo que elfos sostienen de principios con respecto a la política" (Véase nota de
que sea una ciencia teórica como las ciencias na- la pág. 459).
turales; ni tampoco su total independencia de la Para precisar nuestro pensamiento, advertimos
ciencia moral y política. Nuestra posición reconoce 1 que el saber económi?o -nos referimos a.l saber
y acepta con los autores católicos nombrados que i· científico- puede considerarse en dos estad10~ p~r­
la economía es una ciencia práctica, pero ni la con- fectamente caracterizados: uno diríamos descriptivo
funde con la, moral o fa política, ni la hace una o fenomenológico que refleja la rea1idad económica,
parte de ella. Es un saber práctico, necesariamente 1
sea en un momento y lugar dados, sea en, su desen-
normativo si se quiere, pero con un objeto propio volvimiento a través de uno o varios penados,· tra-
y con principios también propios, aunque derivados tando de determinar sus conexiones y enlaces, tam·
de los morales y polí,ticos, como luego explicaremos, bién fenomenol6gicos; de este saber han quedado
y con leyes propias derivadas de esos principios, al como obras maestras los trabajos de Max Weber y
que no le interesa propiamente el debe ser moral o Werner Sombart y en un segundo estadio, el de la
político sino el debe ser de .la eficacia económica. ciencia ~ropiamerite dicha, que estuc1i.a la natu~a.le­
¿Cómo debe ser la acción de un hombre frente a za economica del ser humano en socJCdad pohtica
otro en relación con las riquezas, para conseguir de y Jas leyes fundamentales del comportamiento en
ellas mayor utilidad con el menor esfuerzo? He aquí orden a Jas riquezas, derivadas de aquella natura-
la cuestión específica de la economía política, a la leza. Es éste un problema independiente de cual-
que responde una ciencia propia. Reconocemos que quier situación histórica que tiene valor para todas
por ser el hombre una unidad de comportamiento, ellas. Aquí habría gue colocar a la llamada teoría
este saber práctico o se erige en principio arqui- " económica, previamente purificada de las deform~­
tectónico o se somete a otro saber práctico que sea ciones epistemológicas y filos6ficas que puedan vi-
con respecto a él principio arquitectónico. Y en este ciarla.
punto sostenemos que ,la economía política aunque
autónoma, está subordinada a la ciencia moral y Pensamos que tanto aquel estadio como éste ~on
política. necesarios para un saber cabal y comprehens~~o
Nuestro enfoque difiere asimismo de la enuncia- de las realidades económicas. Pensamos tambien
da hace dos años por Arturo R. Sampay en Intro- · I·
que tanto el uno como el .otro son, ~onocimiento~
ducción a la Teoría del Estado (Ediciones Politeia, ! prácticos, aunque especulativos y teonco~ en cuan
to al modo, ya que, aunque no se consideren con
el fin de realizarlo, no pueden dejar de tratarse,
3J. VIALATOux, Philosophie économique, págs. 71 y sigs.
por la naturaleza de su ob¡eto, como realizaciones
4 Gmo AruAs, Manual de economía política, pág. 17.
5 HÉCToR BERNARDO, Para una economía humana. humanas, sin otra existencia que la que .Je ha dado
6 FRANcEsoo VITO, Economía política, cap. XI. 0 le puede dar la acción hmnana. Los autores que
40 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 41

quieren conferir un tratamiento teórico a .Jos fenó- cambio, precio, dinero, empresa, etcétera- no son
menos económicos se ven forzados a eliminar de rea'1idades que se nos den en la naturaleza sino que
ellos la actividad humana libremente realizadora, son verdaderas creaciones del hombre libre. Son
con lo que def01:man radicalmente el objeto propio productos creados por el mismo saber humano. En
de la economía. ellos entra el saber operativo del hombre que los
Sostenemos entonces que la economía es una ver- hace tales porque quiere hacerlos así. Cuando el
dadera ciencia práctica, distinta de la política. Es economista considera las realidades económicas,
una verdadera ciencia, o sea un saber que partien- aunque su consideraci6n sea puramente teórica,
do de principios propios deduce las leyes univer- porque no se propone llevarlas a fa práctica, exami-
sales a que debe someterse el comportamiento deJ na un mundo de realidades que adquieren la condi-
hombre si quiere lograr el funcionamiento del pro- ción de tales porque el hombre les asigna una
ceso económico de una comunidad organizada. EJ existencia con esas características y respuéstas. Es·
hambre no nace con la aptitud acerca de cuál será tamos de acuerdo con que es la suya una considera-
la mejor organización de un grupo humano que ción teórica en cuanto al modo, como dicen los es-
actuando sobre la tierra y los otros bienes del uni- colásticos con respecto a toda ciencia práctica. Si
verso creado, obtenga el mayor rendimiento con el no hubiera esta consideración teórica y universal,
menor esfuerzo. Ha de adquirirla observando la na- no habría ciencia ya que ésta es de lo universal y
turaleza del hombre en su comportamiento frente no de .Jo singular, concreto, en .]a medida de su
a las riquezas. De este examen obtendrá que, aun- singularidad y concreción. Pero esas realidades que
que en diferentes condiciones hist6ricas, hay un estima, de modo teórico y universal, rodean necesa-
modo fundamental y constante de comportarse. El ria/mente la acción creadora del entendimiento que
hombre asigna un valor diverso a los bienes que las hace así y no de otro modo. En la sustancia de
necesita para satisfacer sus necesidades. Pero como esas realidades está la impronta del conocimiento
no se encuentra ni act{ia aislado, su comportamien- humano que les asigna ineludiblemente una confi-
to económico se desenvuelve necesariamente y por guración determinada, que no se debe a una exigen-
un requerimiento de la misma naturaleza humana, cia física del hombre sino a una determinaci6n
dentro de lo social. A partir de este hecho, de que " libre.
el hombre, moviéndose en el cuadro social asigne Cuando Ricardo, por ejemplo, estudia las leyes
distinto valor a .Jos bienes, de acuerdo con un siste- del reparto de la producción, para determinar lo
ma de necesidades, es fácil deducir, como luego que necesariamente acaece, asigna, aunque no lo
ve.remos, las dos leyes fundamentales de comporta- advierta, para llegar a las conclusiones a las cuale~
miento humano en este aspecto de su a·ctividad, y arriba, supuestos determinados que están involucra-
erigir por lo mismo una verdadera ciencia econó- dos en las nociones de capital, sa.Jario y renta. Con-
mica con principios propios e irreducibles. sigue esas conclusiones porque ha supuesto premis~s
Sostenemos que este saber no es teórico sino en las que están ya contenidas. Los sujetos económi-
práctico. La razón la hemos asignado ya cuando cos, dueños del capital, de la tierra y de la mano de
al exponer los constitutivos de la actividad econó- obra se reparten de esa determinada manera, el
mica in?istimos en que las realidades propiamente fruto de la producción, porque al concebir esas rea-
econ6m1ca~ -producción, distribución, riquezas, lidades económicas que son el capital, la tierra y la
42 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 43

mano de obra, estaban fijando c6mo había de efec- lisis económico ha sido y es sumamente prove-
tuarse ese reparto. ¿Qué puede haber de notable choso. En el ordenamiento económico no se debe
en que resulte esa distribuci6n, si se han fijado olvidar que el hombre acrua bajo .Ja ley de Ja oferta
su puestos que no podían dar sino ese determinado y de Ja demanda. Pero el error de .Jos liberales está
resultado? en creer que actúa sólo bajo esta ley. Por esto, tam-
Si se desea persistir y llamar teórico y especula- bién tiene valor lo que le recuerdan los politicistas.
tivo a ese saber, podremos convenir en ello. Pero Llamamos así no sólo a los socialistas y esfatistas
nadie logrará hacer que esas realidades -capital, sino también a muchos economistas católicos que
renta y salario- sean dadas por la naturaleza; son, no asignan suficiente vida autónoma a la economía.
como dijimos, realizadas o realizables por el enten- Por consiguiente, es de deplorar que ,Jos politicistas,
dimiento práctico, cuya determinaci6n entra en a su vez, en lugar de limitarse a recordar a los libe-
ellas. rales ]o que falta para completar la eficacia de sus
Sostenemos que esta ciencia práctica es una ver- valiosos análisis, conviertan la economía en una rea-
dadera ciencia normativa. Porque trata de poner en lidad sujeta al diktat de los políticos. Se entabla así
claro aquel comportamiento que debe revestir la una lucha entre los que optan por un régimen de
actividad económica para obtener el mejor rendi- yoguis o por uno de comisarios, cuando el buen
miento con el menor esfuerzo. Como el sujeto eco- sentido enseña que el yogui, esto es, a saber, la
nómico no realiza esa actividad de un modo preciso economía; sin perder la autonomía de sus movimien-
como obligado por un determinismo, sino que fo tos, debe desenvolverse dentro del orden de la ciu-
pone de la manera que cree más conveniente, para dad. Porque de otra suerte se le asignarían al yogui
que se logre el mejor rendimiento con el menor es- funciones de comisario.
fuerzo, ha de realizarla de acuerdo con ciertas leyes
o normas. Son precisamente éstas las que fija la
verdadera ciencia económica. Y que cuando no se
cumplen, sino que son violadas, establecen una VI. LA OPINióN DE ARISTÓTELES SOBRE LA
AUTONOM!A DE LA ECONOM!A
acción económicamente perturbadora e ineficaz.
Pero que la economía sea una ciencia práctica y " Como algunos politicistas invocan en su favor a
normativa no implica que sea una misma cosa con Aristóteles y a Santo Tomás, vamos a exponer con
la ciencia mornl o una parte de ella. Porque la mo- alguna detención sus pensamientos, y al mismo
ral fija las leyes o normas del proceder moral: c6mo tiempo confirmaremos con la autoridad de estos
debe comportarse el hombre para ser llamado vir- maestros nuestra posición.
tuoso. La economía, en cambio, las '1eyes o normas En la Ética a Nic6maco (L. l. l. 1) Aristóteles
del proceder econ6mico: cómo debe comportarse el llama a la economía, arte o doctrina. En la lección
hombre para ser considerado experto en la procu- segunda, la incluye entre las virtudes, lo que Santo
ración de riquezas. Tomás comenta, diciendo: "Por virtudes entiende
En conclusión, que con nuestra tesis se salva las ciencias prácticas, porque son los principios de
lo que tiene de valioso la posición de los li- algunas operaciones". Y añade: "Otra propiedad de
berale~ y la posición de sus impugnadores. Cree- la ciencia are¡uitectónica, la de servirse de las in-
mos que el esfuerzo de los defensores del aná- feriores ciencias, corresponde a la política s6lo con
< . ~:~·

44 Conceptos fundamentales <le Ja Economía


Concepto de Economía 45
respecto a J~s ciencias prácticas; y así vemos que
las más prec1os~s y nobles de las virtudes, esto es, de prudencia porque no se ocupaba de vivir plena-
la~ .artes operativ~s, están d~~ajo de la política, la mente virtuoso, sino de un fin particular como es
m1.I1tar, fa econom1a y Ja retonca de las cuales usa el de procurar riquezas, contesta textualmente: "se
la ,Política par.a su f,in, es a sab~r para el bien co· ha de responder que las riquezas son respecto a la
mun de la cmdad . Aunque en algunos pasaje~ economía no como un fin último, sino como instru·
Aristóteles da el nombre de economía a la ciencia mentas. Porque el fin último de la economía~ go-
que _ens~ña a gober~ar la casa y no precisamente a bierno de la casa es el vivir bien en la convivencia
la .ciencia de }ª~ riquezas, aquí sin embargo, se doméstica. El filósofo, sin embargo (Polit. l. l. caps.
refiere a ~~ta ulti11?a, como lo demuestrn el pasaje 5 y 7, Etic. lib. 1, l. 1), pone a modo de ejemplo
de la lecc10n anterior, donde dice: "Siendo mucha~ que, según la opinión de muchos, "las riquezas son
las operaciones, las artes y doctrinas muchos son el fin de la economía".
también .Jos fines. De la medicina, '1a salud; del Santo Tomás y Aristóteles llaman a la ciencia y
arte _de ~acer naves, la navegación; del arte militar, al arte de procurar las riquezas, crematística, pecu-
la v1ctona; de la economía, las riquezas". Comen- niales, possessiva, pecuniativa (In Pal. L. 1, l. 2 y
tando este pasaje ( Ethicorum, L. 1, l. l. N9 15 en sig.) y advierten allí mismo que es ésta una parte
l~ edición Marietti) Santo Tomás anota: "Que las del gobierno de la casa, pero que "a muchos les
n.queza~ s:an el objeto propio de la economía, Jo parece ser toda la economía o gobierno de la casa,
dice Anstoteles acomodándose a la opinión de mu- y a otros la parte más importante del gobierno de
chos. Por9ue él prueba en el primero de Ja Política Ja casa, ya que la administración de una casa con-
que las nquezas no son fines sino instrumentos de siste sobre todo en la adquisición y conservación de
la economía o gobierno de la casa." las riquezas". Lo que no puede dudarse es que
Por aquí aparece la falla fundamental de toda la para ellos, el objeto propio de esta ciencia y arte,
argumentación de Héctor Bernardo en Para una es la procuración de riquezas. Como se podrá adver-
economía humana, que aplica a la economía = cien- tir por el pasaje que reproducimos más abajo, para
cia de las riquezas, todo · cuanto Santo Tomás dice ellos, la procuración de la riqueza es un arte que
de la economía = ciencia de gobernar l,a casa· y sirve de instrumento para la economía = gobierno
como Santo Tomás con · Aristóteles hacen de .Ja e'ca- .. de la casa, y para la política= gobierno de la ciu-
no~ía = ciencia de gobernar la casa, una ciencia dad. Ciertos ejemplos que ponen en .Jos pasajes que
estntamente moral y una prudencia, también Héc- se reproducen, como el "de hacer o adquirir los
tor Bernardo se empeña en sostener igual carácter alimentos", entrarían en la "economía doméstica"
para Ja economía = ciencia de las riquezas. Tanto y no precisamente en 1a "economía política". Al
que reproduce íntegramente el articulo tercero lector corresponde situar en su lugaT propio, textos
cuestión 50, de la secunda secundae como si s~ que no pueden evidentemente leerse dentro de
refiriera ~ la economía = ciencia de las riquezas, nuestra actual problemática.
cu,ando, s11! lugar a dudas, se refiere a la econo- Aristóteles y su comentador Santo Tomás, estu-
mza =gobierno de l,a casa. Allí Santo Tomás res- dian la naturaleza epistemológica de la economía
pondiendo precisamente a los que argüían que la en el primer libro de la Política cuando se pregun-
economía no debía considerarse como una especie tan si el arte de adquirir riquezas sea 1o mismo
que el arte del gobierno familiar o del gobierno
f'1

46 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Econonúa 41


político, o más bien, una parte de éstos, y aún me- de gobernar la ciudad ni del de gobernar la casa;
jor, otro arte distinto que estaría a su servicio, y sino que su ocupación propia es emplearlo en la
en este caso, si serviría preparando los instrumentos administración de la casa [o de la ciudad] como
o la materia; y contestan que este' arte de la adqui- conviene. Así como vemos que no es propio del te-
sición de .Jas riquezas es diferente, tanto del go- jedor fabricar la lana, sino usar de ella, y conocer
bierno familiar como del político, que está, sin em- qué lana es idónea para, su propia labor, cuál mala
bargo, al servicio de ellos, como el que ·p repara los e inconveniente. De esta suerte por tanto, al arte
instrumentos de su actividad. Porque todas las ri- de gobernar la casa [o la ciudad] sirve tanto la
quezas son como instrumentos que sirven :para la naturaleza que produce a los hombres y el alimen-
buena administración de .Ja casa y de la ciudad. (In to, como el arte de las riquezas que las adquiere,
Pol. L. l. l. 6). de la misma manera que al arte de tejer sirve tanto
En la lección octava del libro primero de la Po- la naturaleza que produce la lana como el comer-
lítica, expone Santo Tdmás en un párrafo que me- cio que la adquiere".
rece ser transcripto íntegramente, el lugar propio La doctrina de Aristóteles y Santo Tomás no
que ocupa la economía en su relación con la polí- puede expresarse con mayor precisión. La ciencia
tica. Dice alH, comentando a Aristóteles: "y dice práctica de 1a economía que también es doctrina,
luego que resulta manifiesto de todo lo dicho lo arte y virtud, es cosa diferente de .la ciencia y de]
que se planteó en un comienzo, es a saber, si el arte arte de la política, aunque debe ponerse a su ser-
de adquirir riquezas entra en el de 1a administra- vicio, así como el arte de fabricar y comerciar fa
ción de la familia y el de la administración de la lana, es diferente del de tejerla, aunque está a su
ciudad o no, o si le es completamente ajeno. Y la servicio.
verdad es que el arte de adquirir riquezas no cons- Y para no dejar lugar a dudas, como alguien
tituye una misma y única cosa con el de gobernar objetara que por qué se ha de considerar el arte
la familia [o gobernar la ciudad], como se ha di- de las riquezas al servicio del gobierno de la casa
cho más arriba; sin embargo ha de ponerse a su o del de la ciudad, cuando no se considera así a
servicio; porque son necesarias las riquezas para la medicina, contesta que esto último no es exacto
que ·p ueda ser gobernada la casa [o gobernada la " sino que .Ja medicina, siendo un arte distinto del
ciudad]. gobierno de la casa o de la ciudad, de alguna ma-
"Y prueba esto, por el hecho de que en la casa y nera ·pertenece a este gobierno. Responde en efecto
en la ciudad deben existir hombres y también aque- que "tanto al gobernante de la casa como al prín-
llas cosas que son necesarias a los hombres. Porque cipe de la ciudad toca de cierta manera ocuparse
a los hombres no los crea la política, si no que los de la salud, es a saber, usando del consejo de los
toma como los ha engendrado la naturaleza y así médicos para la salud de los súbditos: pero de otro
usa de ellos; del mismo modo ni la política ni el modo no toca a ellos, si no a los médicos, es a
gobierno de la casa, crean el alimento, sino que la saber en lo que se refiere a la manera de conservar
naturnleza lo proporciona sea de la tierra como los o de restituir la salud.
frutos, o del mar como los peces, o de cualquier "Así también al gobernante de la casa [o de la
otra cosa. En consecuencia hacer o adquirir ese ciudad] toca ocuparse de las riquezas, es a sabe1
alimento no es obra propia e inmediata ni del arte usando de las adquiridas, y usando también del mi-
i
l
. . . 1
48 Conceptos fundamentales de la Economia Concepto de Economía 49

nisterio de aquellos que las adq1:1i~ren; pe~o con- riesgo las normas de salud, del mismo modo los
siderar de qué cosas pueden adqumrse las riquezas causa en el bienestar económico cuando ese gober-
y cómo, esto no toca al gobierr;o de la ca.s~ [o de nante adopta medidas contrarias a las exigencias
]a ciudad] sino al arte que esta a su serv1c10, es a de las leyes económicas.
saber al arte de adquirir riquezas".
Con el ejemplo de la producción y comercio de VII. LA ECONOM1A POLlTICA SUBALTERNADA
la lana que es un arte distinto de la teje~u.ría, A LA POL1TICA Y, A TRAVf:S DE f:STA,
aunque colocado a su servicio, y del de la medicma, A LA PSICOLOG!A
que es también distinto de 1a política, ~u~que colo-
cado a su servicio, Santo Tomas con Anstoteles, nos Hemos dicho que la economía individual ha de
muestran cómo la economía -y también la econo- servir a los fines individuales del hombre como un
mía política- es una ciencia práctic~ o arte, distinta instrumento de su perfeccionamiento; que la eco-
nomía familiar ha de servir asimismo al buen go-
de la política pero que debe ~erv1rle. Uno puede
bierno y funcionamiento de la familia, y que la
ser excelente y experto economista, tan~o en Ja. eco-
nomía privada o sea en el arte de ennquec1m1ento economía política, por su parte, ha de servir al
buen orden y gobierno de una sociedad constituida
personal como en la economía_ pública, en Jo que
políticamente. Para ce.ñirnos a la economía po1ítica,
se refiere al Estado o a la nac10n, y no tener con-
que es una ciencia de las riquezas al servicio de fa
diciones para 1a conducción polí~ica; por el con-
sociedad · política, hemos de analizar más cuidado-
trario, uno puede tener gran sentido y tacto en la
samente sus relaciones con la ciencia política. Hasta
conducción política, pero ignorar .las leyes del ~~­
aquí hemos defendido por una parte la autonomía
riquecimiento, sea privado o público. La economia
de la economía política frente a la política y, por
y la política son dos ciencia~ prácticas y artes, to-
otra, hemos sostenido que aquélla está subordinada
talmente diversas e irreductibles la una a Ia otra;
a ésta, en razón del fin. Pero quedaría por exami-
de las relaciones de los diversos problemas econó- nar si hay entre ellas alguna relación más estrecha,
micos entre sí, del comercio interior y exterior, de y en caso de que asi fuere, de qué naturaleza sería
cuánto deba ser la moneda y el crédito, de cómo ~sta y qué consecuencias traería para el status de
el funcionamiento de las empresas, de cuál el mejor la ciencia de la Economía política.
régimen de salarios, etcétera, sabe el economista; Algunos autores defienden la subalternaci6n de la
de cómo hay que ordenar las distintas fuerzas so- economía política a la política en razón de los prin-
ciales incluso las económicas, para que haya paz cipios y del sujeto. Se verifica este carácter subal-
socia( de ello sabe el político. Y como este bien terno cuando el objeto propio ( subjecturn en latín,
de la paz social es más abarcado y supremo que sujet en francés, subject-matter en inglés), de la
aquel de las relaciones económicas, el político ha ciencia económica "está accidentalmente bajo el
de servirse del consejo y del ministerio del econo- sujeto u objeto de .Ja subalternante como la música
mista para la abundancia de riquezas así como ha trata del número sonoro y la perspectiva de la línea
de servirse del consejo y del ministerio del médico visual, en la que lo visual y sonoro añaden diferen-
para asegurar el estado sanitario de la población. cias accidentales al número y a la línea" 7 •
Así como provocaría estragos en el estado sanitario
si un gobernante fijara por su propio consejo y 7 }uAN DE SA.NTo ToMÁs, Lógica II, P. q. 26, art. l.
50 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 51

Juan de Santo Tomás, que ha expuesto con sin· del perfeccionamiento político sino un instrumento
guiar cuidado esta, noci6n de la escolástica, añade: del mismo e indispensable, si se quiere, pero pre-
"de lo cual se coligen las condiciones que se requie- vio, auxiliar y secundario. Las riquezas se hallan
ren para la subalternaci6n de las ciencias que pue- frente a Ja política como un órgano activo. Cons-
den reducirse a tres: la primera, que el sujeto de tituyen una materia extraña a la política misma.
la subalternada contraiga y sobreañada al sujeto De aquí. que por esta "variante" y "añadidura acci-
de la subalternante. La segunda, que añada dife- dental" se constituye una materia nueva que da
rencia accidental que haga extraña la materia de origen a propiedades y verdades cognoscibles que
la subalternada a la materia de la subalternante. La no se encuentran en la ciencia política misma. Uno
tercera, que añada diferencia accidental, que sea en puede ser muy experto en política mi~a. Uno pue-
tal materia, principio de especiales propiedades y de ser muy experto en política y no serlo en econo-
de verdades, como algunas propiedades se encuen- mía política. Porque aunque ésta presuponga los
tran en la línea caliente o fría y por esto aquélla principios de la política, los contrae y dñe a un
constituye una ciencia subalternada distinta y no tipo de problemas especiales, para .Jos cuales no
ésta". basta la ciencia política. Así como uno puede serlo
Esto supuesto, examinemos los objetos de la polí- en matemáticas y no en la 6ptica, aunque ésta sea
tica y de la economía para ver si encontramos en- subalterna a aquélla. Por lo tanto un experto en
tre ellos esta relaci6n. ¿Cuál es el objeto propio ~e economía política no puede serlo completamente,
la ciencia ·política? Es el hombre ·constituido en la digo completamente, si no conoce la ciencia polí-
sociedad perfecta que es el Estado. La ciencia po- tica. Completamente, repito, porque como enseña-
lítica trata de determinar las leyes que deben regir ban los antiguos, la ciencia subalternada, no daba
la sociedad política para que el hombre encuentre la raz6n última y adecuadamente explicativa (la
en ella su bien perfecto. Cuál debe ser la organi- raz6n propter quid) sino en .la subalternante 8 .
zación que armonice los derechos de los individuos Así se explica cuán falto de coherencia es defen-
y los de la autoridad; cuál la que relacione los der la subalternación de la economía política a la
distintos grupos sociales para obtener una convi- mora.} y política, como hace Gino Arias 0 y sostener
vencia pacífica y promotora del bien de cada uno l~go que "no puede existir una verdadera ciencia
y de todos los integrantes de la sociedad. ¿Cuál económica sino como ·p arte de la ciencia política";
y que "la economía es, por lo tanto, la política
es el objeto propio de la economía política? Es el
misma, en una de sus ramas fundamentales". Por-
hombre políticamente constituido en su búsqueda que es fácil advertir gue la conclusi6n que de ello
de las riquezas. Supuesto el hombre constituido en saca, se opone a la doctrina de la suba1ternaci6n,
la sociedad politica, c6mo debe conducirse y orga- ya que toda ciencia subalternada es distinta siem-
nizarse para una más pacífica y bienhechora conse- pre de su subalternante, como acaece con la ética
cución de las riquezas. El objeto propio de la eco· que está subalternada a la psicología. La ciencia
nomía política no hace sino añadir "una variante", de las riquezas en función de la política es una
"una modificación accidental" que ciñe el objeto
propio de la política; que ·l o contrae y hace extraña 8 Ver Juuo MEINVIELLE, La subalternaci6n de la lttica
la materia de la economía de la materia de la polí- a la Psicología, Sapientia, 1946, NQ 2.
tica; porque "las riquezas" no son el objeto propio o Manual de Economía política, 1942, pág. 20.
52 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 53

ciencia, dependiente de la política en cuanto a los con otros y las palabras que son signos de sus con-
principios, pero diversa de ella, porque estos prin- ceptos. Este conocimiento está constituido por la
cipios Jos realiza en una materia nueva y modifica- lógica. Hay un tercer orden que por su considera-
da, lo qu e trae aparejado un modo de saber tam- ción produce la razón en las operaciones de la vo-
bién nuevo y modificado, que no puede ser reduci· luntad. Aquí tienen su lugar propio todas las cien-
do a la mera ciencia política. cias que podemos llamar mora.les. Hay un cuarto
La doctrina aristotélica de la subalternación de orden que la razón con su fundamento, hace en
la economía política-ciencia de las riquezas, a la las cosas exteriores de las que ella es causa, como
política y de ésta, como toda ciencia moral, a la en el arca y en la casa. Y de éstas se ocupan todas
psicología, requiere que también la economía haya las artes de fabricación, sean ellas serviles o artísti-
de subalternarse a la psicología. Creemos que pre- cas. (S. Th. Eth., L. 1, l. 1).
cisamente en esta subalternación hay que buscar la Dentro de esta clasificación del saber, ¿en qué
causa por la cual la escuela psicológica haya tenido lugar pondríamos a la economía? Es evidente que \
tantas felices intuiciones en sus teorías económicas. no entra ella entre las ciencias puramente natura-
Siendo la económica una ciencia de la actividad hu- les. Porque éstas, sean las físicas, las matemáticas o
mana en procuración de las riquezas materiales, las metafísicas, se ocupan de considerar un orden
tiene que estar especialmente vinculada con todas que tiene una realidad independiente de la consi-
las ciencias que estudian los comportamientos hu- deración de .Ja razón. En cambio la economía surge
manos; y siendo la economía política el estudio de de la actividad humana; la cual, a su vez, no emer-
la economía dentro de los cuadros sociales políti- ge sino con la consideración de la propia razón.
cos, se halla vinculada con los problemas morales
y psicológicos de la conducta humana en sociedad. De los tres órdenes del saber que se originan por
efecto de la actividad humana, no puede corres-
ponder a la economía el de las ciencias lógicas, por-
que éstas conciernen al orden de los conceptos y
VIII. LA ECONOM1A POL!TICA Y LAS CIENCIAS de las palabras, signos de .Jos conceptos, es decir,
NATURALES Y MATEMÁTICAS de la pura actividad de 1a inteligencia humana,
mientras que la economía versa sobre operaciones
Según lo expuesto podemos precisar la ubicación de la voluntad con relación a cosas exteriores. Lue-
de la economía en el cuadro general del saber cien- go no queda para la economía, sino el sitio de las
tífico. Las ciencias se ocupan primeramente de des- ciencias morales y el de las artes. ¿En cuál de estos
cubrir aquel orden que .Ja razón no hace sino que dos entraría? No pareciera que en este segundo,
considera. Es el orden que existe en las cosas na- porque la economía no produce o fabrica un orden
turales, de las que se ocupan las ciencias físicas, en las cosas exteriores, sino en la actividad huma-
biológicas, matemáticas y metafísicas. Dios, el hom- na relacionada con unas cosas exteriores que tienen
bre el universo entran como objeto de esta inves- una especial utilidad por ser necesarias y encon-
tig~ción en lo q'ue tienen de independiente de toda trarse escasas. Pero tampoco pueden entrar simpli-
consideración humana. Hay otro orden que con su citer o sea sin más ni más, en el de las ciencias
consideración la razón produce en su propio acto, morales, porque éstas ponen orden en los actos de
a saber cuando ordena sus propios conceptos unos la voluntad en cuanto tales, y en cambio, la econo-
r

54 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 55

mía se ocupa de la eficacia de la actividad humana que digamos una palabra sobre el empleo de este
en la procuración de riquezas. Un acto éticamente método en economía. La economía consiste en un
bueno puede ser ruinoso económicamente. Pero comportaimiento humano respecto a bienes exte-
aunque la economía no ·entre sin más ni más en Ja riores escasos. Luego tanto por lo de comporta-
esfera de l~s ciencias morales, sino que ocupa un miento humano como por lo de bienes escasos y
lugar, en cier~o ~oda fronterizo, entre ellos y las aun por la relación entre ·estos dos términos, la
artes de fabricación, se ha de clasificarla entre economía se hallaría ligada a la materia dimensiva.
aquéllas reductive, por reducción, en cuanto se ocu- Las matemáticas pueden medir la cantidad de bie-
pa .de las riquezas que son auxiliares preciosos e nes y de alguna manera pueden medir también la
md1spensables en un ordenamiento propiamente cantidad de necesidades. Además todos los factores
moral. económicos, susceptibles en parte de medida, se re-
Y como a su vez las ciencias morales adquieren lacionan entre sí interdependientemente unos de
realidad muy diversa, sea que se trate del orde- otros, y también esto es susceptible de cálculo. De
namiento de un hombre solo, o de un hombre en aquí es fácil inferir que las matemáticas pueden
familia, o en sociedad política, la economía, ciencia ser útiles para la formulación de muchas relaciones
de la r.igu.e~a, se dive~si~ica en esonomía propia- económicas, en especial de las que s·e refieren a la
mente md1v1dual, domestica y pohtica. formación del precio, el que a su vez está en fun-
\ª!ª refer~rnos ya ~ la economía propiamente ción de la elasticidad de la demanda.
pohtica habna que ubicarla en un círculo tangente Sin embargo conviene señalar que las matemáti-
a1 círculo de las ciencias morales que tocaría a éstas cas, por su carácter puramente formal, no pueden
en el punto preciso en que se encuentra la ciencia ir más allá de donde se llegaría por un razonamien-
del .~rdenamiento político. La ·economía pol:í,tica to puramente lógico, vacío de sentido. Los datos
movi~ndose en una .materia propia y con objeto estadísticos suministrados por las cifras deberán ser
propio -la procuración eficaz de las riquezas al interpretados para captar el sentido de la realidad
servicio del orden político- se distinguiría de la económica y determinar su calidad y naturaleza. Las
política sin desvincularse de ella. De esta manera diferentes conclusiones que se sacan de la aplica-
tendr.íamos que la .economía política ocupándose de c~ón del método matemático a las realidades econó-
l~ eficaz pro;1:1rac16n de las riquezas en orden al micas demuestran precisamente que lo esencial en
bienestar pohhco de los pueblos se vincularía pri- el empleo de este método no son las matemáticas
meramente con la política; a través de ésta, con la sino la interpretación que detrás de ellas se oculta.
moral general; a tra':'és de ésta con la psicología hu- Y esta interpretación no es resultado de los hechos
mana; y como la psicología humana se halla vincu- económicos -los cuales nada dicen- sino de la con-
lada con la biologí~ .Y las ?ien:ias físico-químicas y cepción que de la situación y del destino del hom-
aun con las matemahcas, ciencia de la cantidad con- bre se tenga y a la luz de los cuales se debe y
tinua y discreta, la economía mantiene conexiones de hecho se interpreta siempre, la realidad econó-
con todo el saber humano. mica.
Puesto que haf .toda una escuela económica que En el empleo más exclusivo del método ma-
se llama. matematica, la cual propicia el método temático se introducen siempre, necesaria e inelu-
matemático en la ciencia económica, corresponde diblemente, planteo de problemas y elementos de
56 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 57

solución extramatemáticos. Así por ejemplo, si se nante de esos mismos hechos, en los que deja la
estudian salarios en función de los precios se ha marca de un sentido y conformación determinados.
cle determinar qué es el salario y qué los precios, No existe una realidad económica que no esté deter-
lo cual es ajeno a determinaciones mate¡máticas. minada por una doctrina económica. El hombre
Además esa relación precios-salarios no funciona actúa económicamente de una manera determinada
como dos cifras o cantidades matemáticas sino co- porque piensa de la misma forma con respecto a]
mo precios gue son las resultantes de actividade.s valor de los bienes económicos.
humanas que dan ciertos y determinados valores Sería un lamentable error deducir de lo que va-
a ~nas mercancías con preferencia a otras, y sa- mos diciendo que la economía se reduce entonces a
lan.o~ que son el precio de ciertas y determinada.s una ética, a una sociología o a una política. Como
actividades humanas ele ciertos sujetos los cuales con hemos señalado al referirnos a la economía como
ese precio se asegman cierto y determinado nivel una ciencia subalternada a la política, si bien es
de vida. Esa relación precios-salarios, que puede, a] cierto que no existe una economía pura, que sea
menos en parte, registrarse en fórmulas matemáti- economía y nada más que economía, el hecho de
cas, encierra val?raciones múltiples y complejas que que la economía estudie los fenómenos en que se
rebasan el ámbito de las matemáticas y que com- traduce la actividad humana en sus relaciones con
p~e~den una se1:ie complicada ?e apreciaciones in- las riquezas, determina un tipo de realidad y, con-
dividuales y sociales sobre un tipo de vida humana siguientemente, un tipo de saber que es propiamente
y sobre el valor de unos bienes con preferencia a economía y que no puede llamarse ni ética, ni polí-
otros, supuesto ese tipo de vida humana y supuestas tica, ni sociología. La economía política es una
las posibili<la~es concret_as que existen para satis- ciencia irreductible y específica que tiene como
facerlas. p~tras de las cifras que nos proporcionan objeto propio la determinación de las leyes que
las estad1sticas y que pueden, dentro ele ciertos lí- rigen la actividad del hombre situado en una so-
mites, ser sometidas a un tratamiento matemático, ciedad política en la procuración de las riquezas.
J}~Y tod~ _un universo de valoraciones psicológico-
ehco-pohticas de las que el economista no puede
hacer abstracción si no quiere falsear esa realidad IX. LA ECONOM1A EN LA TOTALIDAD
económica, y de las que de hecho jamás hace abs- DE LA VIDA
tracción.
Por lo cual, es enteramente inaceptable la pre- Aclarada la índole propia de .Ja actividad y de la
tensión de los economistas que quieren hacer de la ciencia económicas, vamos a señalar su lugar pre-
economía una ciencia neutra frente a lo que ellos ciso en la jerarquía de las actividades humanas.
denominan las doctrinas. Es inaceptable, decimos, Aquí también la sabiduría tradicional ha fijado con
porque una concepción de vida de
individualismo precisión las cosas, tomando como punto de refe-
liberal desemboca en una economía completamente rencia al hombre. Porque el hombre, aunque com-
diferente de .Ja que en ese mismo medio humano plejo y heterogéneo en su sustancia, en sus aspira-
daría una concepción de vida de colectivismo co- ciones y en su actividad, guarda una maravillosa
munista. Esa doctrina económico-social subyacente unidad de origen, de naturaleza y de destino. Todas
en esos hechos económicos es, a su vez, determi- las actividades humanas han de concurrir a per-
58 Conceptos fundamentales de la Economía Concepto de Economía 59

feccionarlo. Y el grado de perfección de cada acti- las convierte en riquezas. De este modo, el hamo
vidad y oficio humanos se ha de medir por la ethicus, y en especial el horno politicus que se halla
proximidad en que se acerque a este humano per- en la cima del orden activo o del perfeccionamiento
feccionamiento. propiamente humano, dispondrá de esos instrumen-
En el grado más bajo de una escaln de valores tos indispensables de actividad que aseguren el bien
habría que colocar ·las artes serviles, propias de] de la vida individua1, familiar y social.
hombre faber. Las distintas industrias tienen aquí Pero el hombre, a su vez, no tiene un fin en sí
su lugar propio, pudiendo jerarquizarse, a su vez, mismo, sino que está hecho para algo más elevado
por su aptitud para servir al hombre. Artes de cul- que lo propiamente humano; está hecho para la
tivar los campos y criar animales; de e.Jaborar los contemplación -hamo theoreticus- de lo que está
alimentos; de confeccfonar el vestido y el calzado; fuera de él y sobre todo para la meditación del
de construir la vivienda; de fabricar vehículos para Supremo Inteligible, que es el mismo Dios, hamo
el transporte por tierra, mar y aire, etcétera. Cons- religiosus o divinus. Por esto, el ordenamiento del
tituyen estas artes otros tantos instrumentos u ór- hombre y de una economía, que tiene su lugar en
ganos factivos, de que habla Aristóteles que, aun- el hombre, ha de tener presente aquella escala de
que deben ser bien empleados, pueden ser perfectos valores enunciada por Santo Tomás en el Contra
sin que requieran en quien Jos produce, la virtud Gentes, L. III, c. 37. "A esta operación -'la con-
moral. (In Pal. L. 1, .J. 9). ¿Quién puede dudar de] templación de Dios- se ordenan como a su fin todas
valor y de la perfección de la técnica moderna, y, las otras operaciones de la vida humana. Porque
ahora, de los progresos en la aplicación de la ener- para la perfección de la contemplación se requiere
gía atómica. aunque ella sea usada con fines crimi- la incolumnidad del cuerpo, a la cual se dirigen
nales? He aquí el sentido profundo de la enseñanza todas las cosas artificia1es necesarias a la vida. Se
aristotélica que hace suya Santo Tomás, cuando es- requiere también el sosiego de las ·p erturbaciones
cribe: "Pero el artesano o técnico, se encuentra en de las pasiones, al cual se llega por las virtudes
el lugar más alejado de la convivencia humana: morales y por la prudencia, y el sosiego de las pa-
porque su operación no versa sobre las cosas que se siones exteriores, a.J cual se ordena todo el régimen
han de obrar en la, convivencia humana, sino sobre " de la vida civil, de suerte que, si bien se considera,
algunos artefactos o cosas que se deben fabricar: todos los oficios humanos parecen servir para los
de donde, uno puede ser calificado de buen arte- que contemplan la verdad". Esfera de la vida eco-
sano o técnico por ejemplo, un banus faber, por- nómica y la técnica y cultura, esfera de la vida ética
que sabe y puede hacer buenos cuchillos, aun cuan- y de la, vida civil o política, todo se encamina al
do emplee mal o con negligencia su técnica. fin último del hombre que consiste en .Ja contem-
El aspecto económico que reviste en cada hombre plación del Supremo Inteligible. Aquí cabrían lar-
su preocupación por procurarse riquezas -el hamo gos capítulos sobre religión y economía, moral y
oeconomicus- o el economista como actividad pro- economía, técnica y economía. Baste decir que en
pia dedicada a este oficio en una escala social, cons- una sociedad rectamente ordenada, de tal suerte
tituido en instrumento, en órgano propiamente ac- ha de desenvolverse la actividad econórrúca de sus
tivo (de agere, del obrar) utiliza, a su vez las miembros que puedan éstos lograr su perfecciona-
diversas técnicas o industrias -organa factiva- y miento moral, intelectual y religioso. Si no fuera así,
Concepto de Economía t'H
60 Conceptos fundamentales de la Economía

h~ríamos del hombre un ser primeramente econó- el hombre acaba por ser. escl~,vo de lo eco.nór:iico Y
m1c?. E:r: este error cae el socialismo y también finalmente de la máquma. La gran m1sena, ~el
el liberalismo. Por ello, el comunismo como teorí.a orden social, escribía no hace mucho el Ponhfice
e?onómica fue preparado por el materialismo implí- ( 31/12/52), reside en que ni. es pr.ofundame~te
cito en la teoría de Smith y Ricardo y la revolución cristiano ni realmente humano, smo umcamente tec-
' . ,,
comunista fue posible por el materialismo también nico y econom1co ...
implícito en la Revolución Francesa. En realidad al haber renunciado el hombre a
Aquí podríamos formular esta cuestión: ¿puede ordenarse en dn universo que tenga por primer m~­
una. conc~pción ma~er~alista como el comunismo y tor al Dios vivo de la gracia, no tiene otra alternati-
el hberahsmo econom1co, por el solo hecho de si- va que reintegrarse como una mera pieza en un
tuarse en lo econ6mico y no trascender a los fines engranaje fantástico, inventado por el hombr~. La
espiritua~es. de la vida humana, asegurar el bienes-
tecnocracia es Ja réplica del hombre a un umve~so
tar econom1co de una sociedad? Contestamos cate- de la contemplación. El hamo faber, en la ve~s1ón
novísima del técnico moderno, está Hamado a 1ugar
~6rica~~:ite q~e ?º y afirmamos que existe una
impos1b~hdad mtnnseca. La razón estriba en que
un papel fundamental en una sociedad que ha olvi-
una sociedad que trabaja primeramente para sacar dado la auténtica escala de valores.
ventajas económicas, o deja libertad a sus miembros
parn ef ~;tuar este enriquecimiento, o los somete a la k
regulac1on de un poder central, único distribuidor jf\
de los tra~ajos y de los frutos producidos, no ase-
gura tal bienestar. En el primer caso unos se mo- ~
veran más rápida, sagaz y eficazme~te que otros Í
en la producción y acumulación de riquezas y ten-
dremos una sociedad con una enorme concentración
de bienes en pocas manos junto a una miseria de
muchos que trabajarán en beneficio de aquellos
po~os. Si para. evitar esta repartición desigual y
od10sa de los bienes se restringe la libertad y se fija
a cada cual una tarea y un mismo consumo, como
todos querrah'nbconsumir lo más posible y trabajar lo t
menos, no a rá otro medio que el terror perma- \1
nente o un sistema de esclavitud que obligue a un
mayor trabajo y a un menor y más moderado con- ¡
sumo.
Otra cosa que no está de más destacar es que el
homb~e moderno, al alterar esta jerarquía de que la
máquma, la técnica, sirvan a lo económico· lo eco-
mico a lo moral y lo moral al perfeccio~amiento
sobrenatural del hombre, fabrica un mundo en que
t
CAPÍTuLO II

LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA


ECONOM!A POL!TICA

SUMARIO: 1. El hecho inicial de la economía


política. - 2. ·La ley de la oferta y de la deman-
da. - 3. La ley de la reciprocidad en los cam-
bios. - 4. Consecuencias de la violación de la
ley de la reciprocidad en los cambios por parte
del liberalismo. -5. Consecuencias de la viola-
ción de la ley de la oferta y de la demanda por
parte del estatismo. - 6. La necesidad de estas
dos Zet.Jes rectoras de la economía política se
funda en la naturaleza humana. - 7. Los cuatro
puntos fundamentales y el principio de la eco-
nomía política.

I. EL HECHO INICIAL DE LA ECONOMÍA


POUTICA

El objeto propio de la economía política lo cons-


tituye la actividad humana del hombre en sociedad
política en procuración de las riquezas. Para des-
cvbrir las leyes fundamentales que rigen esta acti-
vidad hemos de examinar aquel hecho primero e
inicial que mueve al hombre, organizado o a orga-
nizarse políticamente, en su afán de adquirir rique-
zas para la satisfacción de sus necesidades. ¿Cuál
es ese primer hecho que origina el proceso econó-
mico propiamente tal? ¿Este hecho, es puramente
individual, o, en cambio, es puramente social-polí-
tico o es, finalmente, un hecho que reviste indiso-
lublemente estos dos caracteres? El hombre, sin
duda se ilanza al proceso penoso de producir bie-
nes, obrando racionalmente en esta producción, con
el fin de obtener la mayor utilidad con el menor
esfuerzo y aguijoneado por necesidades unas más
64 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 65

urgentes que otras. El hambre y la sed le obligan ñorío. Pero en el segundo caso se encuentra además
a buscar el alimento; el frío y la intemperie a bus- frente a otros hombres, que son iguales a él al me-
car abrigo y vivienda; Ja safod e integridad de su nos en la igualdad fundamental de seres humanos,
cuerpo lo fuerzan en busca de 1a medicina; y las y a los cuales no puede utilizar ·como cosas. En el
posibilidades en cierto modo infinitas de su perfec- primer caso, puede tomar cualquier cosa y emplear-
cionamiento en lo físico, en lo moral y en lo inte- la como quiere; aunque adopte un comportamiento
lectual lo impelen a una incansable lucha por crear y uso económicos, fijará las condiciones que le plaz·
instrumentos cada vez mejor perfeccionados, para ca frente a ellas. Pero en el segundo caso, ya no
actualizar sus posibilidades que apenas pueden ser podrá hacer lo mismo sino que tendrá que respetar
discretamente colmadas en las más altas civilizacio· las relaciones de los demás frente a las cosas o bien,
ncs. Este acicate o estímulo que lo lleva a aceptar sintiéndose fuerte, opte por considerar a todos los
privaciones y a desarrollar esfuerzos con el fin de otros hombres como cosas y reducirlos a meros es-
crear utilidades es, sin lugar a dudas, fundamental clavos que le servirían como cosas; pero en este
y primeramente individual y familiar. El bien pro- caso, ya estaríamos fuera del supuesto, porque un
pio y el de la propia prole es el poderoso estímulo hombre en medio de cosas no forma sociedad.
de Ja actividad económica. Hay que aceptar este Si se halla en sociedad debe resolver este proble-
hecho como una realidad que rebasa los cuadros ma: ¿cómo he de comportarme frente a las cosas
de cualquier situación histórica particular. El hom- que necesito consumir y que para ello debo adqui-
bre, por la condición de su naturaleza corpóreo· rir y producir a fin de que con el menor esfuerzo
espiritual que se desenvuelve como una unidad obtenga el mayor rendimiento si hay también otros
completa de comportamiento, busca fundamental y hombres como yo que se hallan en la misma situa-
primeramente su bien propio y particular -su bien ción?
individual- y el bien propio de la especie -bien
Problema radicalmente diferente, que pone en
familiar. Esta ley puede tener excepciones como
evidencia el error de los economistas liberales, los
todas las que afectan a los comportamientos libres cuales pretenden determinar las condiciones de la
del hombre y así es posible comprobar en los mo- ., actividad económica puramente individual ~la de
dernos regímenes totalitarios una deformación y Robinson Crusoe en su isla- para de allí deducir
perversión · tan radical aun de este instinto tan pri- las de la actividad económica en sociedad. Paso
mario, que hay seres humanos que sacrifican gus· evidentemente ilegítimo, ya que se trata de dos
tosos su propio bien y el de sus hijos en aras del comportamientos esencialmente diferentes. Porque
moloc comunista. cuando se encuentra en sociedad, el hombre se halla
Pero el hombre, determinándose por el estímulo en condición de poner remedio a una característica
económico -ley de Ja mayor utilidad con el menor necesaria de su existencia precaria; es decir que en
esfuerzo- procede de muy diversa manera en sole- el plano económico, su condición de consumidor lo
dad que en sociedad. Porque en el primer caso, el pone en trance de necesitar muchas y variadas ri-
hombre se encuentra frente a cosas a las que asigna quezas: alimentos diversos, vestidos y calzados, vi-
valores diferentes de acuerdo con sus necesidades vienda, medicinas, educación para sus hijos, etcé-
y en función de la abundancia y escasez. Las utiliza tera. Y, por otra parte, su condición de producto1
como quiere, con un acto de supremo y total se- lo coloca en trance de no poder dedicarse sino 11
r
I'
1
¡:

66 Conceptos fundamentales de la Economía

una o a pocas de esas diversas técnicas que fabri-


¡ Las leyes fundamentales d,e la Economía Política

vale decir, de estas cosas, pues no darían lo que


67

' can las riquezas que necesita. tienen a cambio de aquello que no necesitan".
¡. Luego le es necesaria y conveniente la división La necesidad o demanda de las cosas supone un
<
I' del trabajo para que multiplicándose la producción conjunto económico-socia.J de sujetos económicos
I· de riquezas -las más variadas posibles- por el in- -necesitados de bienes semejantes que remedien
tercambio de la producción de los unos por la de su penuria- y que por lo mismo deciden dividirse
los otros, se disponga de los más diversos bienes en unidades de producción de diferentes bienes,
que satisfagan las más variadas necesidades. Esta- para luego intercambiarlos y poder gozar de un
mos entonces ante una situación económico-socia1 nivel económico más elevado que sólo es posible
compleja, en la cual la célula económica no es con la acción común.
producir aisladamente sino producir para intercam- El hecho inicial, la célula, diríamos, del proceso
biar. Si hay intercambio, hay mercado. Si hay mer- económico de la economía política, fo constituye el
cado, surge inmediatamente ]a cuestión del valor hombre produciendo para el cambio, porque sólo
de las cosas. Porque si fabrico zapatos no puedo así satisface sus muchas necesidades de consumo
vivir del consumo de ellos, no siendo así debo ven- con su carácter de productor reducido. En este
derlos y he de adquirir el pan y a limentos, la ha-
1 hecho inicial, observamos indisolublemente unidos
bitación, la instrucción, los servicios del médico y los dos caracteres, el individual y el social, de la
las medicinas del farmacéutico, etcétera. Pero ¿qué realidad económica. La procuración de riquezas por
hay de común entre mis zapatos y el servicio médi- la actividad humana se moldea sobre Ia realidad
co? ¿Sobre qué base y con gué medida se ha de política que necesariamente incluye, como diremos
efectuar el cambio? ¿Qué valor tienen las cosas? más adelante, estos dos caracteres. Si, por otra parte,
Aquí ocupa su lugar propio una teoría del valor, el cambio desempeña un papel tan fundamental y
llámese sistema de necesidades, esca.Ja de valoracio- decisivo en la economía política, el precio que re-
nes relativas o sistema de indiferencias. Los anti- gistra el valor de las cosas que se cambian, adquie-
guos han visto claramente esto. "Más este algo -en- re asimismo fundamental importancia. Ahora ¿cómo
seña Santo Tomás comentando a Aristóteles ( P.tica, " se fija este precio?
L. V, 1. 9 )- que mide todo verdaderamente es la
necesidad, o indigencia o demanda de las cosas, que II. LA LEY DE LA OFERTA Y DE LA DEMANDA
contiene todas 1as cosas cambiables en cuanto son DETERMINA EL PRECIO DE LAS RIQUEZAS
ellas capaces de remediar la humana necesidad;
pues las cosas no se aprecian según la dignidad Al presentar el hecho inicial del proceso de eco-
de su naturnleza, ya que de otro modo un ratón, nomía política, hemos cuidado mostrarlo en sus co-
que es un animal sensible, sería de mayor precio nexiones hu.manas. Es el hombre que, aguijoneado
que una perla, que es una cosa inanimada, sino que por muchas necesidades, y decidido a producir un
a las cosas se les impone su precio en 1a medida en reducido tipo de bienes se determina a intercambiar
que los hombres las necesiten para su uso. Signo las riquezas. Si no se quiere falsear las realidades
de esto -prosigue- es que si Ios hombres nada económicas fundamentales -producción-consumo,
necesitaran, no habría cambio alguno, y lo mismo cambio, valor, precio- no hay que perder de vista
sucedería si no tuvieran necesidades semejantes, al hombre detrás de cada una de estas realidades.
Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 69

Pero es muy fácil ceder a la pendiente de "cosificar" economía de ·cambio, y si en ésta el valor se deter-
estas realidades y entonces se las considera como mina de acuerdo con la ley de la oferta y de la
cosas moviéndose con consistencia propia a.J margen demanda, se sigue que la solución para hacerse rico
de la utilidad humana. Esto acaece con la famosa no está, puramente, en trabajar para producir, sino
ley de la oferta y de la demanda. en comerciar productos escasos. Si la ley de 1a ofer-
¿Qué dice esta ley? Ella señala que hay una re· ta y de la demanda rige inexorablemente todo el
!ación de mutua dependencia entre el valor o pre· proceso económico, en consecuencia el enriqueci-
cio de las cosas y la demanda que de ellas existen. miento individual se obtiene, no precisamente con
Bienes que están en cantidad reducida y muy de· el puro esfuerzo productor, sino encauzando hacia
mandada, suben de valor; bienes poco demandados el aprovechamiento individual, la ley de referencia.
y muy ofertados, bajan de valor. Esta ley parece <' Este esfuerzo inconsciente ·pero efectivo de los su-
inexorable. Pensamos que realmente es así, porque jetos económicos por hacerla funcionar en propio
está vinculada con el hecho primario de la realidad beneficio exige que aquéllos no queden a merced
económica que es precisamente el concepto de de su funcionamiento puramente automático. La
"bien económico" o "riqueza". La riqueza es un ley sí, funciona automática/mente, porque es regis-
bien útil, y por lo mismo, capaz de satisfacer una tradora y resulta de la demanda y la oferta 'de]
necesidad humana que se halla en estado de "es· mercado; pero la actuación de Ios sujetos económi-
casez". Los dos caracteres, solidariamente, constitu· cos no es automática sino que varía en dependencia
yen la "riqueza". Una cosa que no tuviera capaci· de la voluntad libre del hombre. De ahí que aunque
dad de satisfacer necesidades humanas no se consi· no se pueda influir directamente sobre la oferta v
<lera "riqueza" por escasa que fuera su disponibili- la demanda, es posible hacerlo sobre la actuación d~
dad. Las hiervas nocivas, aunque existieran en can· los sujetos económicos. Porgue siendo la oferta y la
tidades reducidas no se consideran "riquezas". Y, demanda una ley registradora, en cierto modo inéxo-
al revés, un bien sumamente útil como el aire, tam- rable e infalible, sufrirá variaciones en los índices
poco se lo conceptúa, riqueza, precisamente por su que registre de acuerdo con la diversa actuación
ilimitada abundancia. de los sujetos económicos.
La ley de la oferta y de la de;manda está estre- " Por esto violentar esta ley implica desatar ma-
chamente ligada con la realidad más primaria de les incalculables sobre la economía de una sociedad.
la economía. Tan inexorable es que podríamos decir En este sentido tienen valor extraordinario .Jas de-
que todo el esfuerzo del proceso económico de] mostraciones de los economistas liberales. Pero lo
hombre, a través de la historia, es, no digamos bur· que ellos no han advertido es que en una sociedad
lar esta ley porque ello es imposible, si no superar- en que las fuerzas económicas son dejadas a sus
la con el proceso productivo de bienes. Porque al propios impulsos, es inevitable un continuo esfuerzo
aumentar la producción de bienes, disminuye su para que la ley de la oferta y de la demanda no
precio. Y aquí está la paradoja de la economía po· funcione sino en ·provecho propio. La razón no es
lítica, que a mayor producción de bienes menor difícil de señalar.
valor de las cosas. Y a menor producción mayor va· Hemos mostrado que .Ja célula de todo el proceso
lor de las mismas. económico la constituye el intercambio. Pues bien,
Si la economía política es necesariamente una ¿en qué posición se ·hallan los que concurren a1
70 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 71

mercado para intercambiar su producci6n? Buscan automática de riquezas en poder de los que sacan
inconsciente pero efectivamente alterar los precios, mayores ventajas y un empobrecimiento también
valer decir entregar lo menos y recibir lo más. Quie- casi automático de los otros, hasta llegar a un punto
ren sacar ventaja. Es claro -dirá alguno- quieren en que no puede funcionar el cambio. Porque en-
sacar ventaja una y otra parte y entonces el resultado tre dos, de los cuales uno nada necesita porque
se neutraliza y se reduce a cero, lo cual no es verdad. todo lo tiene y el otro que todo lo necesita porque
Porque las dos partes no tienen casi nunca la mis- nada tiene, no puede haber intercambio, que supo-
ma fuerza. Una se halla econ6micamente más fuer- ne cierta igualdad, si no sencillamente necesidad de
te respecto de la otra y la hace valer para recibir dar sin posibilidad de recibir la contrapartida que
más de lo que entrega. Quiere ganar. Lo cual no corresponde. Y si se suprime el cambio, se suprime
es malo, por el contrario, es el gran estímulo del y se altera el hecho primero que constituye la cé-
progreso econ6mico. No es malo, cuando para ganar lula misma del proceso económico. Por esto, previa-
más, se determina a trabajar y producir más. Pero, mente a la ley de la oferta y de la demanda que fija
lo es econ6micamente cuando quiere ganar más a en el precio el resultado y el registro del valor de
costa del otro. Porque entonces en la medida en las cosas que intercambian entre sí las fuerzas pro,
que lo eX'plota lo trata como a cosa. Este impulso ductoras, es necesaria otra ley que fije fas condicio-\
a ~anar está siempre en acecho y como en un mer- nes del intercambio. Y ésta es la ley de la recipro-
cado saturado, en virtud de la ley de la oferta y la cidad en los cambios de que hablan Aristóteles y
demanda, una mayor producci6n no proporciona Santo Tomás en el libro V de la Ética a Nícómaco.
ganancia porque determina una baja en Jos precios.
provoca el monopolio de ciertos artículos, lo cual
permite un precio alto. III. LA LEY DE RECIPROCIDAD
EN LOS CAMBIOS
Lo que no han advertido Jo ~ economistas libe-
rales es que en una sociedad donde las instituciones.
las costumbres v Ja Jev no gobiernan a las fuerzas Vamos a tratar de determinar esta segunda ley
productoras para que foncione libremente y sin dis- de la economía. Decimos de la economía y no sim-
torsiones la ley de la oferta v de Ja d ema~da ésta " plemente de la moral en economía, porque esta ley
va a funcionar en beneficio de los grupos eco~6mi­ es tal que si es violada se frena y paraliza el fun-
cos más fuertes. Porque esta ley que fija el precio cionamiento económico. ¿Cuál es esta ley, a la que
de las cosas, opera inexorablemente pero con resul- se debe atender para gue pueda funcionar el pro-
tados diferentes según sean distintos la situaci6n y ceso económico?
movimientos de ]as fuerzas que actúan en el merca- Estamos en una sociedad determinada de indi-
do. El precio es una resultante, un regjstro de las viduos y de grupos sociales, distribuidos desigual-
relaciones entre todas las fuerzas interdependientes; mente en Ja escala social, con diferentes niveles de
cada una de ellas se mueve aguijoneada por tener vida, pero todos ganando lo necesario con su pro-
P.} mayor beneficio con el menor esfuerzo. Si se las ducción para llevar una existencia digna de hom-
deia solas en su movimiento tienden a sacar venta- bres y de seres que se gobiernan libremente. Hay
ja las unas a costa de las otras en cada operación desigualdades pero sobre una igualdad fundamenta]
I

de q1mbio. Se producirá así un.a acupmlación ca~i comun.


72 Conceptos fundamentales de la Economía Las ieyes fundamentales d.e ia Economía Política 73

Partamos del hecho que, en lo que a economí.a de cada uno igualmente rico como estaba antes, a]
se refiere, cada sujeto reviste un doble aspecto: menos en caso de que no haya habido un enrique-
aspecto de productor y aspecto de consumidor. En cimiento colectivo o un acrecentamiento de la renta
cuanto productor, no puede cada uno dedicarse nacional. En ese caso debe repartirse proporcional-
sino a un trabajo determinado, quien a la industria mente entre todos de suerte que la posición relativa
de la construcción, quien a la de la alimentación de unos en relación a la de los otros continúe sien-
o del transporte. Allí ocupará a su vez un lugar do la misma. Y decimos que si no se guarda esta
ya como empresario, técnico, empleado, obrero es- reciprocidad y unos grupos se enriquecen más rá-
pecializado o peón. Este productor, oficial albañil, pidamente que otros se produce no sólo una injus-
que se ocupa en la producción de casas se deter ticia ( problettna mora1-jurídico) sino que el proceso
mina a trabajar porque con el producido de su económico no puede continuar funcionando.
trabajo -tantos metros cúbitos de mampostería por
día- debe hacer frente a su consumo diario, que La razón de ello nos la da Aristóteles, cuando
no será de metros cúbicos de mampostería sino de ens~ña: "La ciudad se sostiene merced a la reci- .
vivienda, transporte, medicina, diversiones, instruc- procidad proporcional". En efecto: ¿cuál es la ra- \
ción, etcétera. Luego, no le queda otra solución que zón que determina a un productor libre a no vivir
intercambiar su producción por el consumo que ne- aislado sino a incorporarse a la vida social? Es por-
cesita. Ahora bien, ¿cómo debe ser este intercambio que quiere contribuir ·con su producción al bien
para que este productor-consumidor tenga interés y de los otros productores de la sociedad y recibir en
posibilidad de seguir produciendo? Decimos que cambio, de lo que ellos produzcan, otro tanto como
este intercambio debe efectuarse de tal manera, que lo que entrega. Porque si él da más y recibe menos,
en virtud de él -entiéndase bien: en virtud de él- desaparece su razón de vivir en sociedad. De esta
pueda seguir ocupando en la escala social el puesto manera se convierte en esclavo porque lo hacen
que tenía. Nos referimos por supuesto a un caso trabajar sin la retribución que corresponde al hom-
medio y normal de productor que no se distingue bre libre. Además "se destruirían las artes si al-
ni por cualidades extraordinarias, que le darían Po- guien no recibiera tanto cuanto y tal cual hizo"
sibilidad de un ascenso, ni por defectos notables ~Etica, L. V, l. 8) pues aquellas artes que reciben
que le harían descender en la escala social. menos se irí,a n empobreciendo y desapareciendo
Para que aparezca mejor el criterio de aprecia- paulatinamente. Pero hay más: se paralizaría el
ción consideremos grupos sociales: el de los finan- proceso económico porque éste consiste en inter-
cieros que manejan el dinero y crédito, el de los cambio y el intercambio implica que las dos par-
industriales que transfo11Ilan las materias primas, tes que cambian su producción tengan interés en
el de los comerciantes que concentran y distribu- la operaci6n. Cuando el intercambio no se ajusta
yen la producción, el de los productores rurales, a la reciprocidad mutua, sino que una parte recibe
etcétera. Tenemos así grupos económicos movién- más y va entregando menos a la otra, llega el mo-
dose par el intercambio, dentro de una unidad na- mento en que ésta nada puede entregar y aquélla
cional, bajo un poder estatal. Decimos que estos nada necesita recibir. Luego no funciona el inter-
grupos y cada unidad dentro de ellos debe efec- cambio y con ello se paraliza la economía. En tres
tuar de tal suerte el intercambio que después que- ejemplos vamos a mostrar las consecuencias que se
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1.,
74 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales d.e la Economía Política 75
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;¡,
t producen con la violación de esta ley de la eco· narse y en virtud del mayor benefi~io. los p:oduc-
1 nomía. tos tienden a elevarse. En cada movimiento impul-
sor, cuando los empresarios se deciden a move: e]
proceso económico y a pasar a plena ocupación,
IV. CONSECUENCIAS DE LA VIOLACióN DE se produce un acrecentamiento de riqueza o de la
ESTA SEGUNDA LEY DE LA ECONOMfA rentá nacional. Pero como ésta no se reparte pro-
POR PARTE DEL LIBERALISMO
porcionalmente entre todos los que intervienen en
Estas consecuencias vamos a. señalarlas: l 9 en la la producción y 1por lo mismo en la masa de asa-
distensión entre asalariados y empresarios; 29 en . lariados, no disponen éstos con qué compr~r aque-
la declinación de la producción rural frente a la ' lla mayor riqueza producida y se hace inevitable la
industrial, comercial y financiera; 39 en el desnivel frenada y luego la parálisis del mismo proceso pro-
entre la economía de las naciones que se convierten ductor.
en centros económicos mundiales y el resto de las Creemos que la explicación última de las lla-
economías coloniales y semicoloniales. .. madas crisis cíclicas, que se inician en 1825, hay ~
Para apreciar las consecuencias de la distensión que buscar la en esta radical falta de reciprocidad
entre asalariados y empresarios hemos de colocar- en los cambios que es propia de 1a economía libe-
nos en una situación económica, tal como funcio- ral entre el sector de empresarios y la masa de
naba antes de la gran depresión de 1929. Es claro asalariados 1 • Se ha discutido largamente si la cri-
que en esa economía existe una gran distensión 1 Entre nosotros Julio G. Olivera ha demostrado que las
entre el sector de los empresarios y la masa de asa- crisis cíclicas se producen, con características sim~~ a l~
lariados y empleados. Son los empresarios los que de la economía liberal también en la economía sov1ét1ca. S1
tenemos en cuenta q;e en la economía soviética hay un
acicateados por la ganancia, dan el impulso al pro- único empresario que es el Estado y que el resto de la
ceso económico. Para ello solicitan préstamos al poblaci6n lo constituye W!a masa de asalariados y emplea·
mercado de capitales y mueven la máquina econó- dos, parece que ha de producirse una distensi6n mucho
mica, alcanzando ocupación casi completa. Pero el más disimétrica que en la economía liberal. Es claro que
ciertos fen6menos de desocupación puede evitarlos el Esta·
grupo de los empresarios busca la mayor ganancia do soviético creando fuentes adicionales de trabajo, pero
y tiende a· pagar lo menos posible al grupo de asa· e~o lo hace igualmente el Estado liberal, aunque le repug-
lariados y empleados. Éstos, a su vez, son en la prác- ne el intervencionismo.
tica casi los únicos compradores de la producción Es muy posible que el mecanismo económico de produc-
ci6n-consumo-produccwn-cDr1SUmo-producci6n no pueda veri-
que echa al mercado el grupo de empresarios. Si ficarse sino adoptando necesariamente una forma ondulatoria
el grupo de sus salarios y sueldos no alcanza a expansivo-depresiva. Pero una cosa es Ja Vida· econ6mica de
pagar el grupo de productos, es evidente que el pro- un pueblo a merced de este mecanismo y otra muy dive:sa,
ceso productivo ha de frenarse y casi paralizarse. Se esta vida regulada racionalmente por las fuerzas econ6m1cas
de la naci6n, aunque teniendo en cuenta este automatismo
produce desocupación, ·con los fenómenos conocidos del mecanismo econ6mico. Porque una cosa es gobernar un
de las crisis cíclicas y de la gran crisis de 1929. automatismo y otra ser gobernado por él.
Por otra parte, parece claro que en esa economía Es posible dar un paso más y aceptar que las crisis de
el grueso de salarios y sueldos no alcance a pagar abundancia y carestía, se producen de acuerdo con un ritmo
c6smico probablemente solar, pero aun en este caso, se
el grueso de productos. Porque en virtud de la re- pueden'gobernar como hizo el José de .Ja Biblia y no dejar·
ducción de costos, .Jos salarios tienden a estacio- se gobernar por ell¡i~,
76 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales d,e la Economía Política 77

sis debe considerarse como fenómeno de super- tos del beneficio neto y global de la economía ...
producción o de subconsumo. En realidad es una y [desde que todos], por así decir, «comen de la mis-
otra cosa, según el ángulo desde donde se la mire. ma mesa», parece equitativo, respetando siempre la
Es fenómeno de superproducción desde e1 ángulo diversidad de funciones y de responsabilidades, que
de los empresarios, que se hallan con un exceso las porciones de cada uno sean conformes a su co-
de productos gue no pueden vender; pero es fe- mún dignidad humana, que, en particular, permitan
nómeno de subconsumo desde el ángulo de la masa a un mayor número alcanzar la independiencia y
asalariada que se halla falta de dinero para com- la seguridad que da la propiedad privada y parti-
prar una masa de productos que necesita pero que cipar con sus familias en los bienes del espíritu y
no puede consumir. La crisis se produce, precisa- de la cultura a .Jos cuales están ordenados los bie-
mente, porque el i.ntercambio -al no efectuarse re- nes de la tierra".
cíprocamente- en lugar de unir, separa a produc-
La continua violación de la reciprocidad en l~\
tores y consumidores. En realidad, todos y los mis-
cambios entre empresarios y asalariados determina
mos productores son consumidores. Si una masa X
las crisis cíclicas que son inherentes a un sistema
de productores produce un volumen Y de mercan-
que altera las condiciones del cambio. Pero produ-
cías, es para que X consuma Y volumen de mer-
ce otros graves desórdenes, y uno de ellos es la di-
cancías. Pero para que ello sea econ6micamente sociación entre las diversas ramas de la producción.
posible, es necesario que .Ja masa X intercambie Esas diversas ramas no se desarrollan armónicamen-
entre sí recíprocamente ese volumen Y. Luego de- te en una economía liberal. Salta a la vista que los
ben darse los medios -sueldos y jornales- a esa comerciantes de dinero -financistas y banqueros-
masa X para que pueda consumir de Y. Pero, en se enriquecen más rápidamente que los comercian-
el momento siguiente, esa masa X de productores, tes de mercancías, éstos que los industria.Jes, y éstos,
tendrá que verse reducida porque sólo podrá pro- a su vez, que los productores rurales. ¿Por qué los
ducir una parte de Y . Pero como esa masa X redu- productores rurales se sienten perjudicados y tien·
cida no dispondrá de los medios necesarios para den a desaparecer en toda economía liberal, en la
consumir esa parte Y, se disminuirá ésta aún más, que el intercambio no funciona regulado por la ley
provocando inevitablemente Ja parálisis económica. He reciprocidad? La razón se funda en que la clase
Es un desatino esforzarse para que esa masa X rural, vende su producción en el primer eslabón del
produzca Y, si luego nos esforzamos para que con- proceso económico, actúa de vendedor una sola vez
suma tan sólo una parte de Y. y de vendedor en cierto modo for.zado . El actuar
El problema de distribución que bajo el aspecto de vendedor le da ventaja porque generalmente el
moral de la justicia es considerado por las encí- que vende, oferta, y el que compra demanda por-
clicas corresponde al mismo que planteamos aquí en que necesita, y generalmente, el que necesita está
su aspecto estrictamente económico. "No hay que en cierta desventaja con respecto al que vende. De
perder de vista -acaba de repetir Pío XII el 7 de modo que por el hecho de vencler está en cierta
julio de 1952- que bajo el ángulo de la economía ventaja. Pero el productor rural, no vende sino una
nacional, este salario corresponde al rédito del tra- sola vez, ya que vende su producción de materias
bajador. Jefes de empresa y obrnros son aquí coo- primas, cuya cosecha inicia el proceso industrial y
peradores de una obra común, llamados a vivir jun· comercial; además, vende, en cierto modo, forzado
r Las leyes fundamentales de ia Economía Política 79
1
1 78 Conceptos fundamentales de la Economía
Inglaterra en el siglo XIX y parte del xx, lo desem-
porque su producción es perecedera. De este modo peña hoy Estados Un.idos. Lo_s países no pu~den
la ventaja que pudo obtener en su carácter de ven· reconstituirse en su umdad nacional y por lo ~ismo
dedor la pierde por su situación de vendedor no pueden comunicar arm.6nica:r;iente entre si ~or~
forzado. que no poseen ni el oro m el dolar que .so~ el ms
En cambio es comprador muchas veces de ali· trumento de pago, impuesto en el erano mterna·
mentas, vestidos, viviendas, instrucción, transporte, cional por el país más poderoso, con el cual todos
maquinaria agrícola, alambrados, semillas, etcétera; deben comerciar y el cual, por s~ parte, debe rehu-
comprador de productos elaborados, que han pasa· sarse a comerciar, porque nada tiene que comprar·
do por muchas transacciones, en las cuales, si e] les y mucho que venderles.
intercambio no ha sido recíproco como sucede en
el liberalismo, hubo una acumulación de sobreaña· \
didos que se traduce en un mayor precio. Y así su· V. CONSECUENCIAS DE LA VEIMOALANCDIAóN DE '
cede que al productor rural a quien han pagado LA OFERTA Y DE LA D
POR PARTE DEL ESTATISMO
80 por su producción, le cobran 100 por los artícu-
los que ha de consumir para mantener su misma No se puede violar impunemente la ley d~ la re·
situación económica. Entonces se descapitaliza y ciprocidad en los cambios porque se sup~ime el
desaparece como rural. Esto es lo que ha pasado supuesto de la igualdad en que debe funciona~ l~
con la agricultura en Inglaterra. En cambio en los ley de la oferta y de la demanda; porq.ue su~m:~;­
Estados Unidos, donde después de la gran crisis se da ·la reciprocidad, desaparece el cam b10, Y sm ~ 1 •
promulgó la ley de paridad de precios, se mantuvo desaparece el supuesto sobre el que debe funci~­
a 1a campaña en un estado de florecimiento, en ar· nar la ley. Tampoco_ es posibl~ pretender conducu
monía con los otros sectores de la economía na· la economía suprimiendo o v10lentando la ley de
cional. la oferta y la demanda. Para conv~ncers~ de ello
Esta violación de la ley de reciprocidad en los veamos qué pasaría en una economi~ naci.~nal que
cambios produce en lo internacional la acumulación se encontrara distorsionada por la distens10n entre
de riquezas en el centro y el empobrecimiento co· empresarios y asalariados, el estado de s~1 prod~c-
rrelativo de la periferia, es decir, convierte en co- " ción rural declinante con respecto a la mdustnal,
loniales o semicoloniales a las otras econ0ttnías na· comercial y financiera, y en situación d~ d~penden·
cionales. Porque al no retribuirse recíprocamente cía y sujeción frente a un centro economico mun·
las riquezas en el tráfico internacional, se provoca dial, y que para remediar estos males el pod~r
acumulación en ciertos puntos a costa del enflaque· público tisando de su fuerza s~ empenara e,n resh·
cimiento de otros. Y así resulta que el efecto con· tuir la reciprocidad entre las diversas energrns pro-
sustancia.J al capitalismo liberal, de concentrar las ductoras. , .
riquezas en manos de una oligarquía multimillona· Para remediar esa situación el poder publico echa·
ria a costa del despojo operado contra el resto de ría mano de los medios más expeditivos y dir~ctos,
productores y trabaiadores, se traduce en el campo sin atender al carácter inexorable de las relac10nes
internacional, por el poderío de la nación más fuer· económicas, y poniendo toda s:i. confianz~ en. la
te que opera a manera de bomba a~pirante y atrae eficacia de la fuerza. Para eqmhbrar la situación
hacia sí las riquezas de los débiles. Lo que significó
80 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 81

de las clases asalariadas decretaría mejora de suel- sumo determina una rápida industrializaci6n, pero
dos y salarios e implantaci6n de los más adelantados ésta, a su vez, provoca una afluencia hacia las ciu-
servicios sociales; para restaurar el poder de la eco- dades de numerosas masas atraídas por los mejores
nomía nacional frente al poderío del centro mun- salarios de la industria. Éxodo del campo, y con
dial, haría una política de defensa de los precios ello, paulatina disminución de sus actividades y de
de las materias primas de exportaci6n a aquellos su rendimiento.
centros y cortaría los ví.nculos ae sujeci6n del trans- Pero el peligro de una menor producción d?J
porte, energía y comunicaciones a los monopolios campo, ocasionado por la falta de brazos, . po~na
internacionales. ser conjurado con un aumento de la. mecamzac~ón.
Nada, al parecer, más justo y efectivo. Pero, a Sin duda, aunque es necesario recurnr al extran1ero
poco de andar, ¿qué sucede? El alza de salarios ya que, por hipótesis, nos encontramos en el caso
provoca un alza de los precios debido a Ia inciden- de una economía colonial o semicolonial, que no ha \
cia que aquéllos tienen en los costos. Frente a un alcanzado el suficiente grado evolutivo para poseer
nuevo aumento de los salarios ante el reclamo de una industria pesada. ¿Y qué dificultad habría en
1

las organizaciones sindicales, nueva suba de los pre- contraer obligaciones financieras que proveyeran a]
cios y así una carrera difícil de contener. Mientras campo y al país en general, de un fuerte potencia]
tanto, inyecciones de dinero y crédito al mercado productor, con el cual se aumente el volume? de
para hacer frente al nuevo volumen monetario de bienes de consumo interno -que detenga la mfla-
negocios, y con ello, una ola de euforia en la pros- ción-, y de bienes de exportación, con los que se
peridad. Elevación de todos los precios y un ansia haría provisión de las divisas y oro necesarios para
febril por ·c omprar y aprovechar las diferencias de mantener y aun aumentar nuestro nivel económico?
valor que adquieren las cosas cada seis meses. La Sí, pero aquí tropezamos con otros inconvenientes.
carrera entre precios y salarios adquiere caracteres En primer lugar, el alza de precios de los produc-
catastróficos, los esfuerzos por detenerla, controlan- tos del campo ha provocado dificultades en la pla-
do y fijando precios máximos son nulos. Pero los za internacional, con las firmas que manipulan el
precios son resultante y registro de una situación comercio internacional, con los Estados más fuertes
<lada, en la que nadie ·produce para perder, por acUiados de monopolistas e imperialistas. Estas di-
consiguiente se reduce paulatinamente el volumen ficultades suelen terminar en una serie de controles
de la producci6n. de cambios y de los artículos exportables e impor-
Justamente, se ponen trabas al volumen de la pro- tables que no crean el dima propicio para la acti·
ducción, cuyo aumento podría remediar la situación. vidad y el crédito internacionales. En segundo lu·
Porgue aquí, en el volumen de bienes disponibles, gar, el programa de recuperaci_ón. e. in~ependencia
habría que influir para que, aumentada su cantidad económica produce un proceso mh1bitono para con-
tiendan a bajar los precios, no se convierta en ilu- traer crédito o empréstitos en el extranjero. Resul-
soria la suba de sueldos y jornales y se ponga coto tado inevitable: estancamiento, sino retroceso, en
a .Ja inflación. El volumen de bienes tiende a dis- potencialidad del aparato técnico productor que se
minuir además por una serie de causas. En primer traduce a su vez, en una paulatina pero irremedia-
lugar, debido al mayor consumo provocado por el ble disminución de bienes de exportación y de
aumento de salarios; es verdad que este mayor con- consumo interno.
~
.,f!
82 Conceptos fundamentales de la Economía 83
1
Las leyes fundamentales de la Economía Política
i
En definitiva, empobrecimiento del país; dismi- de la oferta y de la demanda se cumpla dentro
nución de la renta nacional per capita; agudización
"" de una relativa reciprocidad de las relac10nes entre
del resentimiento de las clases asalariadas contra todos los grupos que constituyen la economía na-
las adineradas; del resentimiento contra el poderío
de naciones fuertes, ante las cuales queda más iner· cional.
me el país ·c uanto más necesitado; distorsionamiento
mayor entre la producción rural y las otras ramas VI. EL ORDEN ECONÓMICO PROCEDE DEL
económicas. FUNCIONAMIENTO DE LAS FUERZAS
ECONóMICAS MOVIDAS POR SU
No es posible violar impunemente la ley de la INTERÉS PARTICULAR DENTRO
oferta y de la demanda. Porque rige necesariamen· DE CAMBIOS REC1PROCOS
te -no decimos físicamente, hablamos de una ne-
cesidad que tiene valor en los grandes números, ut Determinada la naturaleza específica de la a-qti-
in pluribus, diría Santo Tomás- el proceso econó- vidad económica, las dos leyes fundamentales que
mico. Tampoco se puede utilizar o dirigir despóti- han de regir todo el proceso de la economía de un
camente pero se puede utilizar y dirigir política- pueblo, para que se logre el verdadero equilibrio
mente. Por ejemplo en este caso de una gran humano, que tenga cuenta del bien de cada parte
distensión entre empresarios y asalariados, habría y el bien del todo, hemos terminado el objeto pro-
que hacer coincidir una política de favorecimiento pio de este capítulo.
de las clases menos dotadas con una de incremen- La necesidad de estas dos leyes procede de la
tación de los bienes; porque de esta manera al naturaleza misma del hombre que es un ser por una
operar en la demanda con el aumento de salarios, parte, con un fin propio y específico -un fin per-
se opera también en la oferta con una mayor can· sonal- y por otra, un ser social. El hombre es una
tidad de bienes. En un caso de recuperación e in- cosa y otra, que no pueden de ninguna manera re-
dependencia económica, propósito que de suyo es ducirse a una sola, como en una pretensión absurda
muy laudable, no hay que erigirla como norma sis- proponen las dos escuelas modernas que quieren
temática; se ha de partir de la base de que lo im· organizar la economía y la política. En efecto; el
portante es el fortalecimiento de la economía na- ~beralismo sostiene que moviéndose libremente e]
cional; en consecuencia se adoptará con los otros hombre en la persecución de su propio interés par-
países aquella política que dentro de los límites jus- ticular se logrará el mejor ordenamiento social de
tos contribuya eficazmente a este fortalecimiento. cada pueblo y del mundo; el socialismo, por su
Y en cada caso se verá qué ha de resultar más con· parte, sostiene y Marx lo afirma expresamente 2 ,
ducente e indicado. En el ejemplo de las distensio-
nes entre las diversas ramas de la economía ha de 2 La emancipación humana no será realizada sino cuan·
procederse igualmente con política. No se trata de do el hombre individual real haya absorbido al ciudadano
destruir la industria para arreglar el campo por- abstracto, cuando en tanto que hombre individual, en ~s
relaciones individuales se baya convertido en un ser gene-
que si se destruye aquélla también ha de sufrir éste rico, y haya reconocido sus propia~ fuerzas como fuerzas
al perder sus mercados propios. Continuamente hay sociales, y él mismo las haya organizado como tal,. y, ~
que vigilar -pero ello pertenece al político con el consiguiente no separe ya de sí mismo la fuerza social ~JO
asesoramiento de los economistas- para que la ley forma de p~er político. (Morceaux choisis, pág. 217, Pnn•
cipíos filos6ficos de Carlos Marx, pág. 260) ·
' 84
L Conceptos fundamentales de la r;>__ ,
' =nOinia Las leyes fundamentales de la Economía Política 85
que, buscando el hombr I b.
r~ asimismo el mejor b ~ e d ien gen~ral, consegui- · disgregadora. Enormes riquezas pero desigual y
hcular. ien e cada individuo par-
odiosamente distribuidas.
La verdad 11a sido af El socialismo advierte la gran eficacia de lo que
vos or la sabiduría trad1:n:iadal en términos definiti- es común. "Lo que es común", une. Y cuando hay
en - s
P.
1c10na No · .
se,n~ anta Tomás, De Regn~ Lnlenim idem est, bienes que repartir nada más equitativo que dis·
Prop:ium est et quod ' · , cap. 2, quod tribuidos para que cada uno posea de acuerdo con
propia quidem differunt commudne est. Secundum sus necesidades. Para repartir los bienes, es menes-
tem uniuntur. O arte .ª .' secun um commune au. ter producirlos, la producción se hace difícil, exige
ad proprium b~nu: iºit~ir, p~aeter id quod movet concentración, esfuerzo, derroche de energías. Si lo
quid movet ad bonu u.niuscu¡usque, esse aliquid que produzco no es para mí, ¿para qué , afanarme
una misma cosa lo m commune multorum. No es en producir? El socialismo que es bueno \para re-
, que es prop· 1 partir, es malo para producir. Sin produdci6n de
mun. Porque de ac d ID y o que es co- ,
particulares se diveru~f~ o con las cosas propias y bienes no hay reparto. Y si forzosamente ha de
1o que es común' s1 ican entre , d haber bienes que deban repartirse será necesario
se si; e acuerdo con
cesario . que además
' dunen. Por lo t an t o se h ace ne- que ese poder de lo común, por la fuerza obligue a
p rop10 . e aquello que cada uno a producir. El mundo socialista refleja
y particular d d mueve a1 bien una sociedad de trabajo forzado.
empu1e . al bien com , e dca a uno ' ex.is ta a1go que
un e muchos La solución humana, en cambio, acepta las dos
El liberalismo ' eal. erig1r
. . e ' . . leyes del hombre. La ley del interés particular que
economí.a la búsqueda det .umco principio de la mueve a cada hombre y en cuya virtud se produ-
cada su1eto económico 1 hnterés particular de : ' cen las riquezas. La producción de bienes debe ser
sus deducciones co ! y a acer sobre él todas estimulada por el interés de la ganancia y del lucro.
duda. Pero, ¡a qué :.~f~t Aun equilibrio, no hay Pero nunca suprimida, como pretende el socialismo,
Y. enormes multitudes de 1 c?sta de que grupos y tampoco funcionar sola. Debe someterse a otra
ciaimente, se vean despla a Jºc1~dad sucumban so- ley que dé a cada cual lo suyo en la participación
en el patrimonio econó ~a os . e la participación de los bienes, ley de la reciprocidad en los cambios,
afán y el interés partí n;1co común. Porque si eJ f'jUe sólo puede funcionar en una comunidad en la
el juego de relaciones ~~ ~: ~~s la. ley. , que preside cual donde, además del bien particular que busca
quezas -que por definició tribuc1on de las ri· cada uno, hay un poder que pretende el bien de
escasez es el canee t n son escasas ya que fo todos.
economía- los má p o que da razón de ser a l~
más emprendedoress clapaces, los más audaces los
· d ' os que a 1 ' la VII. LOS CUATRO PUNTOS FUNDAMENTALES
primor ial importancia en 1 . a econo~ía dan
Y EL PRINCIPIO DE TODA ECONOM1A
y en cambio, los menos d adv1da, se enriquecerán, POL1TICA
~ ortancia a otros
esp1azadas. Lo part· 1 ,
1 ata os y .Jos que dan im
va ores qu d á
e ar n relegados y·
·
El proceso económico comienza por ese hecho
prod · icu ar es podero
d uc1r y acumular bienes· so motor. para de la necesidad de intercambiar unos bienes por
esune. La economía del Iib ' 1pero lo particular otros para que el hombre, productor de uno o pocos
era ismo es por esencia bienes y consumidor de muchos, disponga en cual·
86 Conceptos fundamentales de la Economía
Las leyes fundamentales de la Economía Política 87
quier caso de cuanto necesita para su subsistencia.
~ero el p_roceso ec?n?mico, que ·comienza con el Decimos también jurídicos porque esa rectificación
mtercamb10, se contmua también con él. y así den- se verifica en acciones interdependientes unas de
h·o de la unidad de producción opera el cambio otras, lo cual implica el dar lo que a cada cual co-
e.ntre el empresario que mueve el proceso produc- rresponde, y esto es constitutivo del derecho. Y
tivo y los asalariad.os. y empleados que ofertan sus como, a su vez, el derecho no se puede desenvol-
brazos o sus con.ocimientos técnicos y administrati- ver, al menos normalmente, sino dentro de un orde-
vos;. entre el mismo empresario y los dueños de namiento político, esa regulación puede ser impe-
capitales que ofrecen los ahorros para los primeros rada por la ley. Podrá traducirse, es cierto, en
des~mbolsos de sueldos y jornales o para adquirir hábitos morales o costumbres que no alcancen 1~
los m~1meb!es e instalaciones de fa empresa o las significación de ley propiamente tal, pero de cual-l
mat~~ias pnmas que deben ser sometidas a transfor- quier manera implicará un supuesto político.
mac10n. Ello. determina detrás de cada empresa una
red de camb10s que se multiplica entre unos produc- PRIMER PUNTO FUNDAMENTAL. En nuestra tesis lo
t?res con otros, dentro de una misma plaza comer- económico, es decir la actividad de intercambiar la
cial y los de una empresa con otra, dentro y fuera producción de los unos por la de .Jos otros, aunque
de las fronteras nacionales. Todo se reduce a in- sea económica y nada más en su realidad intrínseca
tercambiar. propia, está requiriendo y determinando comporta-
Par.a ev~tar el desequilibrio en una inmensa red mientos morales, iurídicos y políticos. De aquí que
de operaciones de cambio que se multiplican en- sea necesario establecer corno un primer punto fun-
trecruzan y ~ntret~jen entre sí, es necesario q~e la damental la vinculación de lo econ6rnico con lo mo-
ley de .Ja reciprocidad asegure en todos y en cada ral, jurídico y político. Pío XII recuerda este primer
uno de esos ca1?bios, la igualdad entre lo que se da punto en la alocución del 7 de mayo de 1948 di-
Y lo que se recibe. Pero por lo mismo que esta ley rigida a .Jos participantes del Congreso de Política
regula e~ acto económico de la parte que oferta y de los Cambios Internacionales, promovido por la
de la paite que demanda, es necesario que ninguna Confederación General Italiana del Comercio, don-
de las partes introduzca nada que sea ajeno al valor de expresó: "Quien dice vida económica, dice vida
que re~ulta de. esa misma tensión o conflicto; es social. El obieÜvo al cual tiende por su misma na-
necesario 9ue mtervenga una regulación, ajena a turaleza y al cual los individuos están igualmente
l~ económico, o sea extraeconómica. Porque el que obligados a servir en .Jas diversas formas de su
a1us.ta se. encuentra siempre fuera de lo ajustado. actividad, es poner de un modo estable, al alcan-
Y s1 lo a1usta~o. es económico, el que ajusta debe ce de todos los miembros de la sociedad, las con-
ser e,xtr.aeconomico. En consecuencia la actividad diciones materiales requeridas para el incremento
econ~mica de cada una de las partes que inter- de su vida cultural y espiritual. El que no puede
cambian será regulada por vínculos morales-jurídi- obtenerse sin un orden exterior, sin normas sociales,
cos que aseguren el ajuste propiamente económi.co. que miren a la consecución duradera de aquel fin:
. Decimos morales o éticos para significar regula- y el esperarlo todo de un mágico automatismo es
c10nes que perfeccionan la acción humana en cuan- una quimera no menos vana para la vida económica
to tal, la rectifican y .Ja hacen moralmente buena. que en ct:'llquier otro campo de la vida en general".
88 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales d.e la Economía Política 89

SE~UNDO PUNTO FUNDAMENTAL. Aunque una re- con el mismo título, que se trate del trabajo in~e­
gulación debe presidir el movimiento en que se pendiente o dependiente, porque, en lo que mira
d~senvuelven entre sí las distintas partes que inter- al fin de la economía social, todo miembro produc-
vienen en el proceso económico, sin embargo cada tor es sujeto y no objeto de la vida económica".
una de ellas debe moverse libremente. Porque cada
elemento productor, por ínfimo que sea su rpuesto TERCER PUNI'O FUNDAMENTAL. Pero una vez reco-
en. las ocupaciones humanas, es una persona que nocida la libertad de movimiento de cada miembro
ba10 su propia responsabilidad lla de labrarse · su productor y reconocida la índ?le soci~l ~e esos .mo-
destin? terrestre y trascendente. No es objeto sino vimientos, queda por determmar la ultima umdad
~n su1eto; no una cosa si no un ser inteligente y social dentro de la cual debe efectuarse el intercam-
libre. Con su esfuerzo propio, deliberadamente re- bio. Porque ella puede ser tan vasta como el mundo,
gulado no por otros sino por sí mismo, ha de actuar ele suerte que todas las economías y mercados de la
el hombre en Jo económico. Tiene derecho a que Tierra formen una sola economía y un solo mercado
no le coarten en el desenvolvimiento de su libre o puede estar limitada a las fronteras políticas de los
determinación a emplearse en esto y en aquello, Estados nacionales.
de esta o de aque11a manera, mientras no viole los Con su pretendida ley de Jos costos compara,dos,
derechos de ·los otros. Tiene asimismo derecho a los economistas liberales dan una respuesta erronea
que sea tal el ordenamiento ;g eneral en cuyo con- y perjudicial a esta cuestión. Basados ~n. que "opti-
torno desenvuelve su actividad económica que sien- mum" económico se logra con el mov1m1ento auto-
do ésta de eficacia normal, le procure un ni~el de mático de todos los elementos de la producción,
vida condicionado a la índole del esfuerzo emplea- hacen del mundo un único mercado como si las
do y en ningún caso inferior a lo que reclama su riquezas y los hombres -sobre todo éstos- estuv~e­
dignidad de hombre.
ran dotados de una fluidez perfecta y no respondie-
Este segundo punto lo enuncia Pío XII en la ran sino a estímulos de lucro. Pero no es así. La
alocución nombrada, en estos términos: "La vida nación es un todo y la economía nacional debe tener
econó~ica, vida social, es vida de los hombres y -.su unidad 'Propia, bajo la dirección de un poder di-
de aqm que no pueda concebirse sin libertad. Pero rector que regule, no decimos planifique, por las
esta libertad no puede consistir ni en la fascinadora implicancias colectivistas que encierra este vocablo.
pero engañosa fórmula de hace cien años esto es Es cierto que este poder público no ha de ejercer
de una libertad puramente negativa de la' voluntad una dirección inmediata sobre cada una de las eco-
r.eguladora del Estado; y mucho menos la pseudo nomías particulares que la integran, pero ha de pro-
h_bertad de nuestros días, de someterse al comando ducir un orden, un movimiento ordenado de esas
~e gigantescas organizaciones. La genuina y sana múltiples y variadas economías. De mod? que esas
libertad de los hombres, los cuales, sintiéndose so- economías, sin perder su autonomía propia y su au-
lidariamente ligados al fin objetivo de la economía toridad particular, han de integrarse en un todo,
social, tienen derecho a exigir que el ordenamiento moral o de orden, que es economía nacional. Y en
social de la economía, lejos de atentar en lo más ésta terminan las unidades económicas propiamente
mínimo. con su libertad de elegir los medios para dichas. Porque la economía mundial no expresa en
aquel fm, la garantice y 1a proteja. Esto tiene valor sí misma un con~epto jurídico-social, sino un puro
90 Conceptos fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 91

c_oncepto de comercio económico. "Expresa -Hein- tiene, como es fácil advertir, una gran importan;ia
r:ch Pesch, Economía nacional, I, pág. 396- 1a tota- para los pueblos hispanoameric~nos _que po?nan
¡ hdad de las relaciones internacionales de cambio integrarse en una gran . economrn latmoamencana
'j
,;¡ entre las distintas economías nacionales. De aquí se como la tiene igualmente para los pueblos europeos.
'1
1.J deduce sin dificultad la justa relación entre Ja econo-
m!a mun~ial y la nacional, en cuanto que las econo- CUARTO PUNTO FUNDAMENTAL; Si las 'econom~as
'1

mi.as particulares de una sociedad política cualquie- nacionales no se integran en la economrn mundial
ra, aun en sus relaciones mundiales de comercio como partes de un todo sino que ésta sur~e como
económico, deberán subordinarse a los fines de la un comercio entre varios todos, es nece~ano deter-
economí~ nacional a 1a que pertenecen, señalados minar bajo qué principio o regla de 1.uego de~e
funcionar este comercio. Porque si se en!?e el pn~­
por los fmes
. del Estado". Nada impide, al contrario
que vanas economías nacionales formen un sector
. cipio de la pura utilidad y no el de la 1usta reci-
interregional, coordinando sus esfuerzos productores procidad en los cambios, los países más fuertes se
impondrán sobre los débiles y los someterán a la
y c?merciando entre sí, pero aun en este caso, las
nac10nes federadas no subordinan el bien común de l condición de cosas.
s~s pueb~os a un sup~esto bien general sino que el Con esto no se quiere significar gue los paíse~
¡·
/1:
bien n~c1onal respe:~1vo es para ellos el principio
determmante y dec1s1vo de esas relaciones de co-
; no hayan de buscar su propia utilidad. Por~ue s1
no les resultare útil, ¿para qué se entreganan a1
mercio exterior. comercio? Importa tan sólo que el princi.J?io de la
. Este tercer pun!o J? for~,uJa Pío XII en el lugar utilidad no sea erigido como regla exclusiva y su-
11
citado en estos termmos: La economía nacional. I prema. Por esto añade Pí~, XII un cuarto punto for-
1
!
en ct~anto economía de un pueblo incorporado en t mulado de esta manera: Pero sobre todo es nece-
Ja umdad del Estado, es ella misma una unidad na- sario que la victoria sobre el funesto principi~ de
t~ral, que requiere el desarrollo más armónico po- la utilidad como base y regla del de~echo; la victo-
sible de todos sus medios de producción en todo ria sobre aquellos gérmenes de confl~cto qu.e se es-
e.l t~rritorio habitado por dicho pueblo. Por con- conden en las discrepancias demasiado v1olent~_s,
s1gmente, las relaciones económicas internacionales " impuestas a veces por la fuerza, en ~l. campo ~­
tienen una función, aunque positiva y necesaria tan ternacional; la victoria sobre el es.PU.:1~ de fno
sólo subsidiaria. Y 1a destrucción de esta rel;ción egoísmo traigan aquella sinceridad 1undica Y ed-
ha si¿~ uno de l?s grandes errores del pasado, cuyas nómica que es la colaboración fraterna, de acuer o
c~nd1c1ones sufridas hoy forzosamente por un buen con los preceptos de la ley divi~a, e~tre -los ~ueb~o~,
numero de pueblos, podrían fácilmente favorecer seguros de su propia autonomrn e mdepen encrn ·
e~ retorno. ~n ta~ coyuntura,, sería quizás conve-
mente ~xamm~r s1 una r~union regional de varias Seiñalados estos cuatro puntos que podemos resu-
ec.onom1as nacionales hana posible desarro11ar más mir en esta fórmula: libertad de }as f~erzas pro-
eficazmente que antes, las fuerzas particulares de ductoras bajo el bien de la economia na~~onal en. el
producción ... " comercio equitativo mundial, podemos fipr el pr~n­
Este párrafo iue apunta a Ja constitución Je eco- cipio desde el cual se debe apreciar l? '9.ue me1or
nomías regionales dentro de Ja economía múndial, conviene a un pueblo en su desenvolv1m1ento eco-
92 Ooncept:os fundamentales de la Economía Las leyes fundamentales de la Economía Política 93

nómico. No es éste un punto de mira ni individua- tamente económicas sino morales y políticas. Y así
lista ni estatista sino el propiamente humano o, es en efecto. Pero señalan los lindes en que debe
como se decía hace años, el solidarista. El indivi- desenvolverse la acción económica si quiere lograr
dualismo cree que hay que examinar el bienestar el objetivo propio de un enriquecimiento armónico
económico desde el punto de vista de la utilidad redistribuido; la acción económica puede marchar
de cada individuo particular y que, por ello, lo im- de otra manera, destruyendo a otras fuerzas econó-
portante es dejar a cada uno, tanto en lo nacional micas y sociales y acabando por destruirse a sí
como en lo mundial, moverse y manejarse solo y sin misma, como hemos demostrado en páginas ante-
trabas, porque de ese movimiento automático de los riores. Pero lo que interesa es conocer bajo qué
individuos, buscando su provecho particular, ha de condiciones logra ese objetivo propio. La actividad
salir el mejor ordenamiento nacional y mundial. El económica, en cuanto tal, no es ni moral ni políti-
punto de vista socialista o estatista sostiene que de- ca -y la prueba está en que alguien puede efectuar
bería ser examinado ese bienestar en función de la actos morales y políticos, perniciosos o reprensi-
pujanza del Estado. Habría que unificar todas las bles bajo el aspecto del rendimiento económico-
economías particulares con la economía pública y pero esa actividad es también moral y política. Y
hacerla una, con un único plan que sería fijado por la economía no puede organizarse como si no lo
la autoridad gubernamental, Ja cual dispondría de fuera; precisamente puesto que busca el ordena·
los poderes más fuertes. Y por fin el punto de vista, miento económico de las actividades del hombre
diríamos, humano, porque tiene en cuenta la natu- deberá tomar a éstas en lo que son, con todas sus
raleza individual y social del hombre, se coloca es vinculaciones e implicancias reales. Después de
cierto en un punto de vista nacional, teniendo en todo no se ha de olvidar que fa economía se ocupa
cuenta que este bien nacional se consigue con la del aspecto económico de actividades del hombre
acción libre y autónoma de cada economía parti- que no son sólo económicas, como la moral se ~a
cular de los individuos y de los grupos sociales, del aspecto moral de actividades que no son espe-
bajo una regulación ordenador;i del poder estatal. cíficamente morales, y así en el resto de las activi-
Y en lo que se refiere a la economía mundial, ella dades humanas, en que se cruzan los diversos as-
surge, no de un estado de lucha de los individuos péctos de una misma actividad.
y grupos sociales (individualismo), ni de las nacio- La economía política, aunque se mida por la
nes entre sí (estatismo, nacionalismo), sino de Ja eficacia del rendimiento económico de una sociedad
recíproca comunicación de bienes y servicios. política, y por ello se distingue netamente de la
Estos cuatro puntos y el principio de organización política, está estrechamente vinculada con la estruc-
económica que de ellos se deriva tienen excepcional tura política de un pueblo porque no puede fun-
importancia porque señalan las dimensiones y la cionar fuera de ella, como hemos señalado al hablar
índole en que se desenvuelve la actividad econó- de la subalternación 3 , y en segundo lugar porque
mica. f:sta es una actividad de 1a personalidad li- el fin económico que son las riquezas, están al ser-
bre del hombre, una actividad social, que se termi- vicio de la política, que es el logro de la vida vir-
na y completa en el ámbito nacional, aun cuando
se proyecte en el plano mundial. Alguien podrá
objetar que estas cuatro condiciones no son estric- 8 Ver pág. 49.
94 Conceptos fundamentales de la Economía
CAPÍTULO III
tuosa de una sociedad política. No atender a estas
caracterizaciones propias, y a estas vinculaciones, PROBLEMA DE LA PROPIEDAD
trae deformaci6n del objeto específico de la econo- PRIVADA
mía política.
SUMARIO: 1. El antagonismo de la propiedad
privada y el destino común de los bienes. - 2.
Superioridad .y responsabilidad de la propiedad
privada. - 3. La propiedad privada, encarnación
económica de la libertad. - 4. Capital y capi-
talismo al servicio del hombre.

I. EL ANTAGONISMO DE LA PROPIEDAD
PRIVADA Y EL DESTINO COMúN
DE LOS BIENES

Hasta aquí hemos estudiado la naturaleza misma


1 del proceso económico, concentrando nuestra aten-
ci6b en la célula de dicho proceso, que es el in-
tercambio de la producción de los unos por fa de
los otros y determinando sus leyes. Hemos debido
1.
señalar cuatro conceptos fundamentales que fijan
¡ el contorno obligado, a saber, la economía nacional,
1 en que debe funcionar ese intercambio. Pero si los
bienes se intercambian, corresponde hablar también
de su producción y apropiación.
l Para dar una respuesta clara y decisiva a las cues-
tiones que estos conceptos plantean, conviene esta-

~
~:
~
l
1
blecerlas en sus justos términos. Y, en primer lugar,
una pregunta que no se debe eludir. ¿Hay en la
Tierra bienes suficientes para todos los hombres?
Interrogante que no ofrece una respuesta categ6ri-
96 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 97

ca. Se puede afirmar que no los hay. Porque los necesita. Pero como los hombres viven en sociedad
hombres no se alimentan, ni visten, ni se refugian y son de aptitudes, capacidad y condiciones suma-
bajo techo, etcétera, ni con la tierra desnuda ni con mente diversas; como el producir es costoso y duro
los frutos silvestres que de ella brotan. Si la tierra y pocos lo apétecen y el consumir es agradable y
produjera frutos en abundancia, de modo que el todos lo buscan, el problema se ha de plantear en
hombre no tuviera necesidad más que de extender estos términos. ¿Con qué tipo de institución social
la mano para disponer de cuanto le hace falta para se asegura más eficazmente una producción de
su bienestar material, no tendría por qué plantearse bienes de tal suerte redistribuidos para que todos y
el problema de la propiedad y ni siquiera el de la cada uno de los hombres, aplicándose al trabajo,
economía. dispongan de cuanto necesitan para una vida hu-
Pero, por otra parte, se puede dar una respuesta mana?
afirmativa a esa pregunta. Sí, en cambio, hay en la La respuesta a este planteo debe incluir, en una
Tierra bienes suficientes para todos los hombres si unidad dinámica, Ia solución a dos problemas que
a la misma Tierra y a todos los otros recursos natu- se hallan en alguna tensión o conflicto. Primer
rales encerrados en su seno, se les aplica el ingenio problema: que los bienes se produzcan en la ma-
y el trabajo humanos. Dos principios operativos yor abundancia posible para que sea más alto el
que hacen brotar los bienes en abundancia: el in- nivel de vida de los que cooperan a esa producción.
genio, o lo que los antiguos llaman industria, una Segundo problema: que el proceso económico, que
como ingeniosidad o inventiva, por medio de la cual es de intercambio de la producción de los unos por
puede uno proveerse de todo cuanto necesita para
la vida humana, dice Santo Tomás (In Eth. L. VI,
1 la de los otros, se haga sobre la base de que todos
puedan con su industria y trabajo disponer para
l. 10; II. II, 47, 13, ad 3 y 14, ad 1) y el trabajo una vida di~a. Estos dos problemas están en ten-
mismo, el trabajo manual, debajo deJ cual, enseña sión o conflicto por lo que ya dijimos: producir es
el mismo autor ( II, II, 187. 3) se entienden todos duro y demanda esfuerzo, y a ello no se entregan
Jos oficios humanos. "Porgue la mano es el órgano los hombres si un fuerte incentivo no los f.'..trae;
de los órganos. Y así por la obra de las manos se q:msumir, en cambio, es placentero y a ello no
entiende toda operación de la cual puede uno ganar deben ser atraídos sino retraídos. Por otra parte, a
lícitamente su sustento". estos dos problemas de índole antagónica, hay que
Por aquí el problema se complica. Ya que, por darles una solución de unidad dinámica, porque el

lT
una parte, si el hombre ha recibido la vida, tiene hombre no puede consumir sino lo que produce y
derecho a todos aquellos bienes con los cuales la no puede producir si no en la medida en que con-
vida se sustenta. Es éste un derecho primario y fun- sume.
damental como lo es el de conservar y desarrollar Ahora bien: al problema así planteado se le pue-
Ja vida misma. Pero si estos bienes que sustentan den dar dos soluciones antagónicas, falsas las dos.
la vida no se nos dan con la naturaleza desnuda porque la una pondrá la fuerza en el acto de pro-
sino con el trabajo y la industria aplicados a esa ducir y 1a otra en el de consumir. La una, indivi-
naturaleza se sigue que el derecho de todo hombre dualista, que cada uno sea dueño de producir lo
normal debe traducirse en que tenga posibilidad de que quiera, cuanto quiera y como quiera. La otra,
ganar con su industria y trabajo el sustento que colectivista, ha de confiar a un poder central la
Problema de la propiedad privada 99
98 Conceptos fundamentales de la Economía
hace imposible la producción. Toda sociedad ~o­
propiedad de todo, y buscando una equitativa dis- lectivista, en la medida en que lo sea, es una socie-
~ tribución de bienes para un consumo igual, ha de
1!11 dad de empobrecimiento; a no ser que emplee el
¡1¡ determinar primero el nivel económico en que to- látigo, porgue.entonces en la medida en que lo em-
11
dos y cada uno haya de vivir; segundo, ha de dis- plee logrará aumentar la producción de bienes.
1
! tribuir los trabajos en que todos y cada uno haya El fracaso de estas dos soluciones consiste en que
de emplearse y tercero, distribuirá entre todos, para no atienden al antagonismo del problema, que es
el consumo, los bienes 'Producidos. un problema doble, y sin embargo, debe ser solu-
No es difícil prever qué va a acaecer en la so- cionado en unidad dinámica. Es claro que si se da
lución individualista y qué en 1a colectivista. Corno aliciente para producir, se produce mucho, pero co-
el disponer de bienes es un poderoso acicate del mo los sujetos productores son desiguales, los unos
hombre y como esta posesión no tiene límites, en acumulan bienes y los otros miseria, y es luego im-
el primer sistema, todos y cada uno se han de afa- posible consumir lo producido y, al detenerse el
nar por producir, poseer y acumular. Y como no consumo se detiene la producción que le está ne-
todos son igualmente industriosos ni igualmente cesariamente ligada. Por la otra parte, si se está en
trabajadores, los unos, los más industriosos y tra- régimen de libertad, y se estimula el consumo,
bajadores, acumularán bienes, mientras el resto, todos se apresuran a consumir y pocos a producir y
que será el de los más, se verá reducido a una con- cuando se detiene 1a producción, se paraliza for-
dición indigente. En este sistema, a enorme pro- zosamente el consumo.
Por esto, a la cuestión de cuál será el mejor sis-
ducción se opone odiosa distribución. En el sistema
colectivista, en cambio, la producción de bienes
fracasará, si se deja libertad como corresponde a
1 tema social que asegure una abundante producción
de bienes convenientemente redistribuidos, Santo
seres humanos, que no pueden ser regimentados al Tomás le da una respuesta doble y compleja. En
trabajo forzado. Porque, en primer lugar, el pro- lo que se refiere a producirlos, como ello es fatigoso
ducir exige esfuerzo y si todo es común y pertenece y exige esfuerzo y dedicación, el hombre debe ser
a todos ¿para qué afanarse en una tarea ingrata y dueño. Pero en lo que se refiere a consumir y a
difícil, cuyos frutos no se van a recoger inmediata ~star las cosas producidas, el hombre ha de ser
y directamente? Además, ¿por qué uno ha de dedi- generoso, desprendido, pronto a brindarlas a otros.
carse a una tarea inferior e ingrata y en cambio La respuesta de Santo Tomás se aviene con la
otro, a una más placentera y honorable? En tercer naturaleza misma de la realidad económica que,
lugar, ¿para que afanarse en la producción de estas como hemos señalado en el -capítulo anterior, está
determinadas cosas si luego vendrán otros y las tironeada por dos exigencias interiores, de alguna
desharán o las realizarán de otra manera? Son los manera antagónicas. Un movimiento que lo mueve
tres argumentos de Aristóteles, desarrollados por e impulsa a lo propio y particular, a buscar el pro-
Santo Tomás (II. U, 66, 2), y que tienen valor para pio provecho y ganancia. Otro movimiento que,
cualquier situación histórica porque se funda en un sin suprimir el primero -adviértase bien esto, sin
comportamiento necesario de la psicología humana. suprimir ese primer movimiento- le exige que bus-
Si todo es de todos no hay responsabilidad, no hay que lo común y lo que beneficie a todos. La propie-
orden ni hay paz. Y al no haber paz, orden, res- dad no debe ser colectivista, porque el colectivismo
ponsabilidad, hay confusión, y en la confusión, se
'•

100 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 101

unifica y suprime lo individual, lo personal y la rio de la Quadragessimo anno, dice: "Sin duda, e]
búsqueda del beneficio personal. La propiedad orden natural derivado de Dios, requiere también
debe ser primeramente individual y debe estar di- la propiedad privada y el libre y recíproco comer-
namizada por la persecuci6n del provecho indivi- cio de los b~enes con los cambios y donaciones,
dual; pero no debe serlo de manera ilimitada y como también la función reguladora del poder pú·
absoluta sino que debe tener contrapesos y limita- blico sobre estas dos instituciones. Sin embargo.
ciones impuestas por la necesidad de la conviven· todo esto permanece subordinado al destino natu-
cia en común que busca un bien común a todos. ral de los bienes materiales, y no podría hacerse
De aquí que en la recta concepci6n, la apropia- independiente del derecho primario y fundamenta]
ci6n de bienes, sin dejar de ser privada, debe estar que a todos les concede el uso; sino que más bien
limitada por hábitos morales, costumbres y com- debe servir para que sea posible esa actuación en
portamientos hist6ricos, inhibiciones sociales e in- conformidad con su destino. Así sólo se podrá y se
cluso, en la medida en que lo exija el bien común, deberá obtener que propiedad y uso de los bienes
por disposiciones de la ley y del poder público. materiales, lleven a la sociedad paz fecunda y con-
Propiedad individual pero de tal suerte condiciona- sistencia vital y no constituyan condiciones preca-
da por las estructuras sociales y las prescripciones rias, generadoras de luchas y envidias".
legales, que los bienes que se produzcan en abun- Esta doble y, hasta cierto punto, antagónica
dancia, gracias al carácter privado de la propiedad condición de la adquisición y distribución de la ri·
y de la producci6n, se redistribuyan equitativamen- queza, explica la dialéctica ·que dinamiza a la so-
te en todos cuantos cooperan a su producci6n. ciedad entre un régimen de propiedad privada y
El razonamiento que justifica este problema de libre empresa y otro de propiedad y empresa co·
la propiedad privada y la redistribuci6n arm6nica lectivas. El equilibrio -propiedad y empresa priva-
de bienes es también complejo y ambivalente y lo das que aseguren de manera estable ]a afluencia
podemos enunciar así: todo hombre tiene derecho arm6nica de bienes en el todo social- requiere en
a los bienes que le aseguran una vida humana digna; el hombre el ajuste de su vida a leyes supraeconó-
pero no puede conseguirlo sin propiedad privada. micas como son las morales que derivan del Crea-
Luego ha de haber propiedad privada. Ahora bien, dot. Es así que una sociedad materialista deba ser
si se dejara en forma ilimitada 1a apropiaci6n priva- gobernada o por la burguesía o por el proletaria-
da, se acumularían los bienes en manos de unos do, esto es, por las dos clases sociales que se ocupan
pocos a costa de los muchos; luego, la propiedad de la producción de bienes materiales. Y una so-
aunque privada debe ser limitada. ciedad de esta índole que no quiera alcanzar un
Por aquí a parece la íntima conexi6n entre el de- tipo de vida humano, conformado por exigencias es·
recho primario de todos y cada uno de los hombres pirituales, deberá oscilar necesariamente entre una
a gozar de los bienes que necesitan para su vida, y economía de enorme producción adquirida por la
este otro derecho fundado en la naturaleza, pero libre empresa, pero de odiosa redistribución y otra
secundario y derivado a la apropiación privada li- de igualitaria redistribución de la miseria, ya que
mitada por el bien común. Pío XII señala clara- al no haber aliciente, apenas puede haber produc-
mente la conexi6n de estos derechos cuando en su Ghiíl; ' t aYqmrLa
.;.. y aun e§.a ...:i • •rl baJO
· lg gc~1'ó, n G-ffil?lLY,.
o lsi a
radiomensaje conmemorativo del décimo aniversa-
¡ de la fuerza policial y del terror.
Problema de la propiedad privad&. 103
102 Conceptos fundamentales de la Economía

arbitrariamente de esa función reguladora", y aña-


Es posible que el hombre moderno después de de Pío XI: "El derecho de propiedad individual
haber hecho la experiencia libertaria y la colecti- emana, no de las leyes humanas, si no de la misma
vista, llegue a comprender, a través de una expe- naturaleza; la autoridad pública no puede por tanto,
riencia terriblemente vital, gue una economía sana abolirlo; sólo puede atemperar su uso y conciliado
no se funda s6lo en la producción de riquezas ni con el bien común".
en la común miseria redistribuida sino en un régi- De aquí se sigue que los propietarios no se deben
men de gran producci6n redistribuida. Un régimen afincar en el derecho de propiedad con seguridad
en que el interés personal, motor de la producci6n, tan absoluta como si no les crease obligaciones y
se ponga al servicio del bien social; en que el prin- responsabilidades; y se sigue también que los que
cipio de la mayor ganancia con el menor esfuerzo denuncian los abusos de la propiedad han de mos-
se subordine al de la reciprocidad en los cambios. trarse cautos en aplicar remedios a esos abusos.
Porque, como ha observado Pío XII, el fin de fa Porque al tocar la propiedad, tocan también .la .pro-
economía nacional no consiste específicamente en ducción y determinan estados de empobrecimiento
la abundancia de los bienes, medida según un cóm- y miseria. Si un excesivo conservatismo es peligro-
puto pura y exclusivamente material de su valor, so, también lo es, y generalmente más, un cándido
sino más bien en que tal abundancia proporcione y romántico revolucionarismo. En el ordenamiento
real v eficazmente la base material suficiente al
debido desarrollo personal de sus miembros. "Si no
se consiguiese esta justa distribución de los bienes
j de las cosa~ humanas, cuya índole absoluta se re·
viste de condiciones relativas, sólo la prudencia
puede proporcionar el punto de equilibrio exacto
o se consiguiese sólo imperfectamente, no se alcan- en que las reformas produzcan resultado benéfico.
zaría el verdadero fin de la economía nacional; ya
que, si ocurriese una abundancia afortunada de los
bienes materiales y el pueblo no fuera llamado a par-
ticipar en ella, no sería económicamente rico, sino II. SUPERIORIDAD Y RESPONSABILIDAD
DE LA PROPIEDAD PRIVADA
pobre. Haced en cambio que esta justa distribución
sea realmente efectuada y de modo durable, y veréis
a un pueblo que, disponiendo de menos bienes, se Para que la propiedad privada resulte una ins-
siente y es econ6micamente sano" (Pío XII, Radio- "titución social benéfica hay que examinarla en fun-
mensaje del l/VI/1941, conmemorativo de la Rernm ci6n de dos variables, que son la creación de rique-
Novarum). zas y su armónica distribución en virtud de una
sabia legislación impuesta al proceso económic?.
Este doble principio antagónico, funcionando en La propiedad privada tiene esa poderosa virtud
unidad dinámica, explica por qué no se rpueden dar de producir riquezas, porque cuando el bien es pro·
normas absolutas en las cuestiones de la propiedad pío, de tal suerte se lo somete a un proceso de re_n-
ni en las del alcance del intervencionismo del poder -., dimiento que, sin esterilizarse, por el contrario,
público. "La historia -nos dice Pío XI en la Qua- 1 siendo más fecundo cada día, produce cada vez
dragessimo anno- demuestra que el dominio no más con el menor esfuerzo. Y no es el trabajo solo
es una cosa del todo inmutable como tampoco lo quien multiplica esta capacidad de crear riquezas,
son otros elementos sociales . . . Es evidente, con es sobre todo la "industria", esa ingeniosidad y es·
todo, que el Estado no tiene derecho para disponer
104 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 105

píritu de inventiva y empresa de que nos habla tener más que el trabajo de su mano para procu-
Santo Tomás y que San Antonino asigna como cau- rarse el propio sustento. ":f;stos -enseña Santo To-
sa única de ganancia para el capital. "El dinero más- están obligados auii por un precepto moral,
-nos dice- por sí solo no es de ninguna manera cualquiera sea su condición, a trabajar con sus n;ia-
capaz de producir ganancia ni de multiplicarse; pe- nos para conseguir su sustento. Y a éstos se dirigen
ro en virtud de la industria de los mercaderes se las palabras del Apóstol: "El que no quiere tra-
hace productivo". ( Sum. m01'. II, 1, 6 c. 16, citado bajar, que no coma, como si dijera: con la misma
por \V. Sombart, en Le Bourgeois, nota 320). Digo necesidad está alguien obligado a trabajar con sus
esto, porque hay que destacar que la producción manos, con la que está obligado a comer, de donde
de riquezas no se realiza sólo con el trabajo apli- si alguno pudiera pasar la vida sin comer, no estaría
cado a la tierra o a los bienes naturales. Se realiza obligado a trabajar con sus manos" ( II. II. 187, 3).
con la industria, con el espíritu de inventiva y de Ahora bien, como con las manos solas no se pro·
empresa que utilizando de tal suerte el trabajo en <lucen bienes económicos, es necesario que el hom-
la tierra y otros recursos naturales, le hace producir bre se ponga bajo la dependencia de quien pueda
bienes en la mayor abundancia y con el menor cos· proporcionarle trabajo en su bien propio.
to. Y la clase propiamente económica no es la Fuera de esto es de advertir también que la mis-
entregada al trabajo manual, la trabajadora, sino ma naturaleza establece en muchos casos estas re-
la burguesa, la entregada a la organización de los laciones de dependencia. Santo Tomás no censura
factores de la producción para que ésta sea mayor. sino que confirma con un pasaje bíblico la ense-
Y aquí hay un problema que se ha de advertir si ñanza de Aristóteles sobre la necesidad de sujeción
no se quiere ser iluso en economía. No pueden de unos a otros. "Debiendo el alma -dice- domi-
todos los hombres ser propietarios. Entre otras ra· nar naturalmente al cuerpo, y el hombre a las bes-
zones porque no todos tienen condiciones de indus· tias; todos aquellos que distan de otros en la me·
triosos como para organizar el proceso económico dicla en que el alma dista del cuerpo y el hombre
de manera que rinda. Por lo mismo en el proceso de los brutos, a causa de la eminencia de la razón
de la producción ha de haber sujetos independien· en unos y por defecto de ella en otros, los unos
tes y otros dependientes. Esto podría parecer duro e son naturalmente señores de los otros, de acuerdo
injusto para oídos sentimentales, pero es un hecho. · · ~on aquello de Salomón (Prov. XI, 29) que el necio
Y cuando se quiere fijar las condiciones de un or- · sirva al sabio".
denamiento económico hay que partir de hechos y No sólo se impone como una necesidad la suje-
fundarse en ellos. ción entre unos y otros, sino que es conveniente, en
El hecho de ser propietario, con capacidad para ' muchos casos, incluso para aquellos que deban estar
crear riquezas de ese bien que se tiene en pro· .. dependientes. Lo que dice Alexis Carrel de que
piedad, da una superioridad en la escala social que ~ "una parte impOTtante de la población no pasa
no se tiene cuando se carece de esa propiedad. Lo : nunca de la edad psicológica de los doce o trece
cual establece relaciones de dependencia entre unos años" ( Reflexions ... , 42 mille, 'pág. 89) tiene tam-
hombres y otros. Unos tienen que depender da .bién mucha aplicación en lo económico. No exige
otros en el proceso económico, porque entre los las mismas condiciones de inteligencia y de acción
hombres se encuentran siempre quienes no han de .· · manejar una herramienta o presionar las palancas
106 éonceptos fundamentaÍ~s de ia Economía
Problema de la propiedad privada 107
de una máquina que organizar económicamente
:ma emp~esa. Luego unos deben ser propietarios Corresponde entonces que como éstas hacen posible
mdepend1entes y otros deben sujetarse a éstos corno el desenvolvimiento del proceso económico, éste,
dependientes. por su parte y con su aporte efectivo, haga posible
el florecimiento de aquéllas. '
Pero si la propiedad otorga superioridad impone
tam bi~n responsabilidad. Y esto es lo que Íácilmen- Es justo reconocer que la actual crisis por fa que
te ol.v~~an los propietarios, muchas veces para su atraviesa el mundo, crisis de resentimiento social de
perd1c10n.', porque una propiedad que no cumple l~s sectores dependientes contra los independientes,
una func10n dentro de la sociedad, se priva del fun- tiene como causa principalísima la impermeabilidad
damento que la justifica y pasará, por la dinámica a lo social de los sectores independientes. Hov mis-
de l~s hecho~, a mano~ e~t~a,ñas. Si el régimen de mo que el viento de la revolución social Uáma a
propiedad pnvada se 1ustifica, como hemos visto las puertas de los pueblos, estos sectores, lejos de
es para la difusión de los bienes económicos d~ abrirse y tomar conciencia de las obligaciones que
s~erte que "permitan a un mayor número -dice les impone su más alta condición económica, se
P10 XII-, alcanzar la independencia y la dignidad cierran y estrechan entre sí, ofreciendo blanco más
que da la propiedad privada" ( 7. VII. 52). Porque certero a los ataques de las clases resentidas. Aun-
n~ debe ser solamente una fuente de enriqueci- que aquí no defendemos ni atacamos a unos o a
miento para determinados sectores de la economía otros debemos decir estas cosas porque ellas son
nacional sino que debe serlo proporcionalmente necesarias para establecer las condiciones de una
para todos. organización económica gue logre el objetivo pro-
pio de la economía nacional. La miopía de la cien-
~a respo~sabilidad social del propietario ha de
cia económica a este respecto, y en muchos casos,
de1arse sentir con mayor intensidad entre aquéllos de los economistas, se ha hecho famosa.
que cooperan con él en la propia industria o em-
p:esa, sean ~écnicos, empleados u obreros; debe rna- Dentro de este capítulo y de esta materia debe-
mfestar su mfluencia en las relaciones con los pro- mos decir unas palabras sobre las sociedades anó-
veedores de los artículos que necesita y con los nimas y las grandes concentraciones financieras y
compradores de su producción; ha de alcanzar la nacionalización de éstas. No hay necesidad de
a los que est.én ocupados en una profesión común; " traer razones para demostrar la irresponsabilidad de
debe determmar su cooperación a instituciones de la propiedad en las sociedades anónimas. El libro
carácter benéfico, social y científico de Ja comuni- de G. Ripert, Aspects Juridiques du Capitalisme
~a?, sin descuidar su ayuda a las instituciones re- Moderne es definitivo. Lo cierto es que las socie-
hg10sas Y: al Estado mismo. Porque el empresario no dades anónimas gozan de innumerables privilegios
debe ol~1dar qu~ puede. m~vili~ar riquezas, porque acordados por el Estado, para crear grandes concen-
una sene de diversas mshtuc10nes mantienen un traciones de riquezas y, .por otra parte, no se sien-
ordenamiento y equilibrio social. En una sociedad ten responsables ni ante los dueños de los capitales
libre y hum,an~, el proceso económico no es pura- cuyo dinero manejan en provecho del grupo de di-
me~te ec?no~1c?; se puede desarrollar porque una rectores de la sociedad, ni ante el personal depen-
sene d~ mstltuc10nes culturales, políticas y religio- diente, cuya condición social no armoniza con la
sas le ofrecen adecuado contorno para su desarrollo. prosperidad de la sociedad, ni ante los consumido-
res, ni ante otros grupos de la misma profesión y
Problema de la propiedad privada 109
108 Conceptos fundamentales de la Economía
dentro de ciertos límites justos, admite la estatifica-
ramo, ni ante la misma sociedad civil. Es un Esta- ción y juzga 9ue se puede legítimamente r~servar a
do dentro del Estado, sin otra misión que el enri- los poderes publicas cie~tas categorías de ~1en~s que
quecimiento. presentan tanta potencia que no se podna sm po-
Tres graves vicios encierran las sociedades anó- ner en peligro el bien común, abandonarlos en ma-
nimas. El primero, que cuantos actúan en papeles nos de los particulares" (Quadragessimo anno). Pero
directivos, no tienen en Ja práctica ninguna res- es una solución precaria, que no se debe escoger
ponsabilidad frente a los verdaderos dueños de las sino en casos muy excepcionales; y por esto añade
acciones. El segundo, que ni los dueños del capi- Pío XII: "Pero hacer de esta estatificación una regla
tal ni los que lo manejan cumplen las obligaciones normal de la organización pública de la economía
que les impone la propiedad. Y el tercero, que se sería trastornar el orden de las cosas". Y da a con-
crea en el Estado un poder discrecional e irres- tinuación como razón de esto la regla que debe pre-
ponsable, poderoso, que no sólo monopoliza lo eco- sidir siempre el ordenamiento económico: "La mi·
nómico sino fo político nacional e internacional. A sión del derecho público es, en efecto, servir al de-
esto alude Pío XI en la Quadragessimo anno . No recho privado, no absorberlo. La economía, no de
es fácil indicar las soluciones que habría que apli- otra manera que las demás ramas de la actividad
car para corregir estos males. Pero parece que el humana, no es por su naturaleza una institución
anonimato de las acciones debe desaparecer. Es del Estado; es, por el contrario, el producto vivien-
cierto gue en estos momentos de invasión por el te de la libre iniciativa de los individuos y de las
Estado de los sectores privados de la actividad hu· agrupaciones libremente constituidas" (Discurso de]
mana ese anonimato constituye un refugio campen· 7. v. 49).
satorio de aquellos abusos. Pero si nos referimos
a una organización económica funcionando en un
contexto político, respetuoso de los derechos pri· III. LA PROPIEDAD PRIVADA, ENCARNACIÓN
vados, esta razón perdería su fuerza. Habría que ECONÓMICA DE LA LIBERTAD
examinar si la recolección del ahorro sería posible
sin el anonimato, en forma y volumen tal, que per· Desde las primeras páginas del presente libro es-
mita la explotación de empresas que requieren " tamos insistiendo en el valor de la libertad como
grandes capitales. Creemos que en esto como en fundamento de un orden económico. Pero la li-
otras muchas cosas, el ingenio huma110 encontraría bertad es una palabra vana si no existe una real~dad
la solución adecuada y justa.
también económica que 1a encarne. Porque la hbe:-
El mal de las grandes sociedades anónimas de· tad de los individuos en su desenvolvimiento eco-
termina, a su vez, otro mal opuesto que es el de nómico y cívico está amenazada continuamente por
las nacionalizaciones. Ésta es 1a solución fácil que el avance de la autoridad. Y la propiedad produc-
se le ocurre primeramente a quien desea remediar tiva que da poder, encarna esta l~bertad de, ~ovi­
los inconvenientes de las grandes concentraciones miento en que deben actuar los su1etos economices.
financieras, industriales y comerciales. No hay duda Cuando este poder de los propietarios se robustece
que en un momento dado, ésa puede ser una solu· por la solidaridad y unión de todos ellos ~ aun se
ción exigida por el bienestar común. Enseña Pío fortifica con el apoyo de las clases dependientes, a
XI: "No es cosa dudosa, que la Iglesia también
1
llO Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 111

quienes deben alcanzar fos beneficios y participa- propiedad, sea limitado por la pureza del poder
ción de la propiedad privada, se crea un poderoso político, árbitro de la justicia, como la propiedad
contrapeso al poder político del Estado. de las cosas que nace del poder político debe se1
Por el contrario, cuando a su poder político que limitada por la prosperidad de la economía privada,
es gobierno de los hombres, junta el Estado el Po- fundamento del poder de los Estados.
der económico que es propiedad sobre las cosas, "El régimen ideal (puramente teórico) sería
todos los miembros de esa comunidad quedan to- aquél en que el Estado no fuese en lo más míni-
talmente absorbidos por el poder público. Con 1a mo propietario y la economía, por su parte, no
nérdida del derecho de propiedad se pierden, en tuviera ningún poder político. El régimen corrom-
la práctica, todos fos derechos. · pido es aquél en que el Estado defiende su poder
Este mal que alcanza hoy su grado máximo con haciéndose cada vez más y más propietario, mien-
el socialismo, comenzó a ser realidad con el capi- tras que la economía se inserta lo más que puede
talismo liberal. A inmensos sectores de la población, en la política. El peor régimen es aquea en que
a las masas de asalariados y de empleados, se les política y economía se confunden en el Estado to-
cerró toda posibilidad de acceso a la propiedad. dopoderoso y omnipropietario: es el régimen comu-
Nada extra,ño que esas masas se hayan adueñado nista integral, tumba de la libertad y de la perso-
del poder político y hayan juntado a éste el poder nalidad humana". (Louis Salieron, Les catho1iques
económico, y se hayan constituido en déspotas de et le capitalisme, pág. 99).
toda la vida humana. Pero se han liberado por el Para completar este cuadro, habría que señalar
Estado pero no del Estado, en frase feliz de Louis que la solución no es ni la del liberalismo que
Salleron (Les catholiques et le capitalisme). redujo el número de los propietarios ni la del so·
Porque las clases asalariadas quedan también cialismo que los suprimió a todos dejando en pie
esclavizadas por el poderío de un ·Estado que ad- a un único monstruo omnipropietario, sino que está
ministra y gobierna. Frente a los abusos de una en la multiplicación de los pequeños y medianos
clase patronal quedaba antes el recurso, en el peor propietarios. Pero, solución difícil porque si bien
de Jos casos teórico y legal, de acudir al poder pú· es cierto que para quienes padecen de fiebre re-
bl!co para que hiciera iusticia. Si el Estado es pa· .,volucionaria no sería difícil efectuar un reparto de
tron y gobernante, todo recurso es imposible. En tierras y de empresas, también es cierto que, a]
los servicios públicos se da el caso de que todo cabo de poco tiempo, nos hallaríamos con que la
reclamo, ante la prepotencia de un empleado, propiedad se habría vuelto a concentrar de nuevo
adquiere configuración de rebeldía al poder. Y den- en pocas manos.
tro de las organizaciones sindicales todo movimien- La multiplicación de los propietarios se ha de
to en una línea que no coincida con la fiiada por procurar y obtener a través del mismo proceso pro-
el poder público constituye delito contra la segu· ductivo. Así como éste, en el régimen liberal, opera
ridad del Estado. de tal suerte que concentra los medios de produc-
Aquí tiene total aplicación el carácter autónomo ción en unos pocos a costa del empobrecimiento de
de la economía frente a la política que hemos de· los muchos, se ha de buscar aquel funcionamiento
fendido en el primer capítulo. "La regla de oro del proceso productivo, que sin perder su eficacia
es que el poder sobre los hombres que nace de la creadora, tienda a difundir los bienes y la misma
112 Conceptos fnndamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 113

propiedad. Este problema está ligado al de la em· cionadas como la de la Edad Media, o la de los
presa y al del ordenamiento social que esbozaremos pueblos orientales, el proceso de capitalización es
en los próximos capítulos. sumamente lento, o no se traduce en la acumula-
ción de un capital propiamente productivo. Las in·
versiones en monumentos y obras de arte que ma·
nifiestan un espléndido progreso cultural no cons·
IV. CAPITAL Y CAPITALISMO AL SERVICIO tituyen un capital, directamente productivo.
DEL HOMBRE
La economía moderna se caracteriza por un rá·
~a cuesti?n de la propiedad privada está nece· · pido proceso de capitalización. Y en esto descansa,
san~mente ligada con la del capital. En un régimen sobre todo, su fuerza y pujanza frente a la de otros
de l~?ertad no ~1ay otro procedimiento para la for· pueblos. Pero este fenómeno puede entrañar tam-
mac1.on d~ capit~l q~e la propiedad privada pro- bién la debilidad de esas economías examinadas
ductiva. S1 hay mteres por enriquecerse, se afana bajo un punto de vista cultural y humano. Porque
uno por ahorrar parte de los bienes para aumentar ·· si en el capítulo anterior hemos visto gue fo eco-
la fuent: q.ue los produc~. Un pueblo progresa en , nómico ocupa con lo técnico un lugar inferior en
lo econom1co en la medida en que acrecienta su una escala de valores, un progreso económico de
c~pital nacio~al,. esto es, la suma de los capitales ritmo rápido que no va acompañado por un progre-
p~1vados y publicas. Pero cuando se habla de ca· so paralelo de la vida moral, política y espiritual,
pita} ha.y que entend~rlo principalmente del capital es síntoma de un desarrollo humano desproporcio-
productivo, vale decir de aquellos bienes instru· nado y peligroso. Pero esta cuestión nos plantea un
men~ales que producen otros bienes, manteniéndose problema ajeno al ámbito propiamente económico.
r~lativamente c~nstantes e inalterados, a pesar del El problema del capitalismo moderno tal como
p10ceso, prod~ctivo. Cuando el capital real de una se da históricamente, y en el terreno específico de
econom1.a nac10nal aumenta, crece también .Ja renta la economía exige un análisis que determine qué
p~od.ucbva y, en consecuencia, se eleva el nivel eco· hay en él de aceptable y qué de vituperable, por·
n?m1co d~ la población. Toda otra elevación del que de ese diagnóstico han de depender las gran-
mv~l de ~ida es ilusoria porque se hace a costa del tles líneas de organización que se deben prop1ciar.
capital mismo, lo que ha de importar a plazo corto Si se toma el capitalismo moderno como "una rea-
un empobrecimiento efectivo lidad histórica", sin efectuar un análisis discrimina-
La noción del "capital" es· de las más importan· - tivo, se llega a conclusiones sumamente negativas.
t~~ en economía porque mide el progreso, declina· Así por ejemplo, la caracterización hecha por mí en
c10n ,º estancamiento de una economía. En una eco· Co.ncepci6n Cat6lica de la Economía, en que lo
nomrn como la del capitalismo moderno el proceso describo como "una estructura mecánica, sustraída
de . capitalizaci.ón es sumamente n1pido. Estados a la regulación humana, con expansión individual
Umdos, por e1emplo, en este último decenio ha ilimitada, destinada a multiplicar en forma ilimita·
progresado con un ritmo de capitalización del 15 % da .Ja ganancia". Esta descripción subraya particu-
anual. En los pueblos en vías de desaparecer fa larmente las corrientes históricas espirituales que
de,scapitalización coincide con una vida cada 've2 confluyen para darle un espíritu o alma. Por ello
mas decadente y miserable. En las economías esta· pude sostener que, "a fines del siglo xvm, suena la
114 Conceptos frmdamentales d~ la Economía Problema de la propiedad privada 115

hora de la Economía, de una economía avara para al dar plena autonomía a la realidad y a la. ~ien~ia
la que le preparó el calvinismo, de una economía económica, podemos hoy efectuar un anáhs1s dis-
racional o mecánica, para la gue le preparó el cien· criminativo y más conforme con la verdad.
tificismo fisicomatemático, de una economía liberal
Sostenemos que si el capital constituye una ca-
o individual, para la que le preparó el liberalismo"
tegoría propiamente económica y si la economía
(pág. 19). Este espíritu puede encarnarse en ele· mantiene una realidad irreductible frente a la mo-
mentos materiales: la avaricia, en los instrumentos
ral y a la política, no se ve qué dificultad puede
de crédito y especulación, lo fisicomatemático en el
haber para que un régimen económico que, man-
progreso de la técnica, y Jo libera], en Jos mercados
teniéndose en su esfera propiamente económica y
limitados. Podía definir entonces el capitalismo sin pretender convertirse en rector supremo de toda
como "un sistema económico que busca el acre· la vida, se propone la acumulación de capital para
centamiento ilimitado de la ganancia por Ja aplica- una mayor producción de bienes, no deba ser ca·
ción de leyes económicas mecánicas". Y esta defini- lificado de régimen económico capitalista. Si al-
ción vendría a coincidir con Ja fórmula empleada guien nos objetara que, en este caso, habría que
por Santo Tomás para condenar todo negocio que calificar de capitalismo también al soviético, no
busca el lucro como un fin: "El acrecentamiento vemos ninguna dificultad con tal que se le deno·
sin límites de las riquezas" ( II. II. 77, 4). mine un "Capitalismo de Estado".
¿Habría que moderar hoy este juicio del capita- No creemos que sea una cuestión de meras pa-
lismo moderno? No lo creemos. Todas las loas que labras, hay algo más importante que defender y
se puedan entonar en su honor resultan vanas cuan· es el concepto de "capitalización y de p~og.reso eco-
do se contempla el cuadro de horror y de miseria nómico" que se inicia antes del advemm1e~to del
que junto a esa grandeza ha producido, y que ha capitalismo liberal o moderno, y al cual este ha
producido en virtud misma del proceso productivo viciado, corrompido y deshumanizado.
capitalista liberal. Decimos esto y lo subrayamos En efecto, el proceso de capitalización se. inicia
para que quede en claro que mantenemos, en lo a fines de la Edad Media y se hace particular-
esencial, toda nuestra posición formulada en Con- mente sensible durante los siglos XIV y xv. Con la
cepci6n Católica de la Economía. nadonalizaci6n del proceso productivo, la apertura
Hecha esta aclaración, decimos, sin embargo, que de los mercados de Oriente, el adelanto de la téc-
corresponde analizar por qué es malo este capitalis- nica y el descubrimiento de las minas d,e oro y de
mo moderno, si por los elementos estrictamente plata, se capitalizan las ciud_ades de Genova, _F~~­
económicos que encierra o por el contexto socio- rencia y Venecia y se abren msospechadas pos1b1h-
lógico, político y espiritual en que esos elementos dades para los hombres de empresa. Pirenne t~ae
funcionan. Esta cuestión no Ia podíamos formular como ejemplo uno de los primeros casos ~el capita-
en aquel entonces porque la identificación que de lismo medieval (Histoire ... págs. 199 y s1g. y 303),
lo económico con lo moral y político hacíamos, no el de Godric de Finchal que de vagabundo de las
lo permitía. Si las realidades económicas eran for· playas a la espera de los restos de 1o.s naufragios
ma1mente morales o políticas, ¿cómo separar en e] se convirtió en un poderoso empresano que efec-
capital la realidad económica, de su realidad moral tuaba el comercio de cabotaje entre Inglaterra, Es-
y espiritual? Por esto, al abandonar aquella tesis y cocia, Flandes y Dinamarca. Pero no pretendemos
116 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la propiedad privada 117

examinar y menos para subestimarlas, la injusticias han de buscar y procurar las riquezas con ·medida,
de aquel primer capitalismo. Queremos sólo subra- de acuerdo con la condición social de cada uno.
yar que debido a diversos factores es posible trans- Esta doctrina se justificaba en una economía estacio-
formar legítimamente una economía de subsistencia nada, porque en ella el enriquecimiento de los unos
en otra de lucro, cuando en un circuito económico no podría operarse sino a costa del empobrecimien-
se introduce un factor de producción de nuevas to de los otros. Pero en una economía de progreso,
riquezas. Ese .Juera es legítimo económicamente en la que se efectúa un acrecentamiento de nuevas
mientras no se verifique a costa del empobrecimien- riquezas, ya era posible una elevación social, sin
to de otros sectores de la población. Porque si hay violar las leyes de la justicia. Por esto sostiene
un~ nueva riqueza ¿qué dificultad hay en que se Cayetano que aquellos hombres que gracias a sus
enriquezcan aquellos que la han promovido? dones particulares se levantan por encima de los
Como lo ha advertido Werner Sombart esto fue otros y tienen capacidad para enriquecerse, pue-
bien visto por los escolásticos. Santo To~ás distin- den hacerlo porque así ocuparán el sitio social que
gue por d~ pronto con toda exactitud el concepto corresponde a su virtud. Ut habeant superiorem
de gan~ncia que se le debe a un capital que pro- statum consonum suae virtuti (in II, II. 118 1 ) . W.
duce riqueza nueva, del concepto de interés que Sombart, Le Bourgeois, pág. 298.
~eca~da de una .suma prestada, lo que de suyo · no "Los moralistas católicos -ense;ña Sombart- te-
implica nueva ngueza. Acepta la primera y con- nían la concepción que él llama del «bourgeois viejo
dena al segundo ( II. II. 78, 2). En Antonino de estilo» y que ha prevalecido hasta el fin del primer
Flor~ncia, nos dice el mismo Sombart, y en Ber- período capitalista, concepción que no implicaba
nardmo de Sena, la noción de capital es admirable- una condenación del enriquecimiento honesto y
~en~e ~,esarrollada y precisada y la misma palabra conforme a la moral. La doctrina moral no se pro-
capital se encuentra en sus escritos. Nos enseñan ponía tanto limitar directamente el grado de enri-
sobre el capital, dice, cosas que 1a ciencia de Ja quecimiento cuanto de obrar sobre la orientación
economía política no ha retomado sino gracias a " moral del empresario capitalista. Lo que quería im-
Marx. Lo gue aquí interesa particularmente es la " pedir, y lo que ciertamente ha contribuido a impe-
oposición neta que se establece entre inversión de] dir, era la subversión de todos los valores que he-
capi~al ( rat~o capitalis) y el préstamo de dinero mos visto efectuarse en nuestra época" (págs. 298
(ratio mut'!"'i). Improductivo bajo la forma de prés- y sigs. ).
tamo, el dmero es productivo bajo la forma de ca- Lo que interesa señalar es que cu~~do comie~za
pital: "Bajo esta última forma -dice textualmente a producirse en Europa Ja acumulac10n de capita-
S~n Bernardi~o de Sena (sermón XXXIV, c. III )- les, la Iglesia, por sus teólogos, pastores y documen-
~!erde su ca:acter de dinero o de cosa, para adqui- tos públicos, distingue dos mo~os m~y. divers.os. de
1rr una cualidad nueva: por su esencia misma eJ
enriquecimiento: el uno, el ennquec1m1ento hm1ta-
capital es, en efecto , creador". '
.
do por las leyes morales; el otro, el enriquecimiento
Esta creación de nueva riqueza por la moviliza- como ley suprema de la vida. Es cierto que en esa
ción del capital explica que Cayetano en su Co- "' época se cometieron enormes injusticias y que in-
mentario a la Suma, corrija en cierto modo la opi· cluso el elemento eclesiástico favoreció, en muchos
nión de Santo Tomás. Porque éste sostenía que se ~ casos, cualquier enriquecimiento; pero de todas
Problema de la propiedad privada 119
118 Conceptos funda.mentales de la Economía

maneras, las fuerzas sociales, regidas todavía por sí misma. Y en realidad no es por su naturaleza
la moral católica, sólo aceptaron el enriquecimiento
. . ,,.
v1c1osa _
debido al espíritu de empresa y de trabajo. Es claro Pero ¿cuándo puede ser malo e injusto? Y anade
que siendo tan proclive la fuerza del dinero a co- "viola el recto orden cuando el capital esclaviza
rromper lo todo, aquel estado era de equilibrio ines- a los obreros o a la clase proletaria con tal fin y
table, expuesto siempre a hacer crisis. ltsta se pro- tal forma que los negocios y por tan~~' todo el
duce con el advenimiento del espíritu moderno capital sirvan a su voluntad y a su utilidad, des-
prop~amente tal, que crea una nueva concepción preciando la dignidad hum~na de los. obre.ros,. ~a
espmtual de la vida, un verdadero sistema científi- índole social de la economia, y la misma 1usticrn
co de la producción de las riquezas en un mecanis- social y bien común". ·
mo movido por la sola utilidad individual. Se rom- No vamos a hacernos fuertes en si, por razones
pe~ .entonces todos los diques que la moral, la tácticas, es conveniente o no llamar capitalismo a
pohtica y la influencia de la Iglesia ponen al sector un régimen económico de capitalizac~6;n que se
económico y éste se erige en dueño de fa moral y ponga al servicio del hombre. Lo que importa en-
de la política. tender es que el capitalismo es un régimen .de enor-
me producción de riquezas y, por lo mismo, de
La cuestión que se plantea ahora es ésta: ese
capitalismo que llena el siglo xrx y lo que va del x:x progreso económico. Es cierto que lo que se conoce
r que sin duda tomado en bloque es perverso, in-
JUSto y dañoso, ¿lo es en cuanto régimen económi-
históricamente como capitalismo tiene su contra-
partida de injusticia. Pero si un análisis nos per-
suade de que estas injusticias no son inhere~tes al
co o lo es en cuanto realidad moral, política y es-
régimen económico mismo, hemos de con~l~1r que,
piritual? La respuesta se impone sol.a con lo ya
en lo esencial, ha y que mantener ese reg1men y
dicho. Son las corrientes políticas y espirituales tratar de aprovecharlo, porque solamente sobre esa
nuevas las que vician, corrompen y deshumanizan base será posibl e una eco~omía que pued~ ~igni·
el régimen económico de producción de riquezas ficar una solucion económica a la actual cns1s de]
1

sobre la base de una capitalización cada vez mayor. mundo.


Así parece entenderlo la Iglesia que en documen- " Creemos que nuestra posici~n ~s mur: importante.
tos públicos no condena el capitalismo si no en Porque es cierto que el cap1tahsmo hberal no s~
cuanto liberal. Dice Pío XI en la Quadragessimo debe mantener y ni siquiera es viable. Pero, ¡cm·
anno: "Sabéis que nuestro predecesor (León XIII) dado! que en ei ataque al capit~lismo n~ e:temos
enfocó en su encíclica principalmente el régimen propiciando, sin quererlo, soluc10nes soc1.ahstas" o
capitalista, o sea aqueIIa manera de proceder en el budistas. Soluciones socialistas que suprimen . la
mundo económico por la cual unos ponen el capital libertad" que es inherent~ a la esfera ec~n6m1ca.
y otros el trabajo, como el mismo Pontífice definía El Estado debe intervemr en la economia, pero
con una expresión feliz: «No puede existir capital desde fuera, regulando el proc~so, no ª?:ºr,?iéndo-
sin trabajo, ni trabajo sin capital». lo no convirtiéndolo en realidad pohtica ; debe
"León XIII puso todo empeño en ajustar esa or- intervenir para que el proceso económico se verif~­
que con efectiva li?ertad pa~a todos los. que en el
ganización económica a las normas del recto orden:
de donde se deduce que no puede condenarse por
l toman parte. Soluciones budistas que muan el en·
120 Conceptos fundamentales de la Economía
CAPÍTULO 1V
riquecimiento económico como una cosa detestable
que_ debe desaparecer d~ las relaciones humanas y PROBLEMA DE LA EMPRESA
suen~n con una economia de mera subsistencia, y
supnmen el progreso económico que, pese a todo,
es uno de los grandes méritos de la civilización SUMARIO: l. El empresario, el capital y el
occidental. beneficio. - 2. El empresario y el crédito, mo-
neda y ahorro. - 3. La contratación del perso-
Esta cues~ió? es tan impo~tante que contempla nal a sueldo y a fomal. -4. El problema del
el punto deb1l de las soluciones económicas de aumento de la producción y de su redistribu-
much~s "católicos sociales". :Éstos quieren aportar ción en la masa asalariada. - 5. Mayor produc-
tividad pero sin formación de empresas gigan·
remed10 a la actual situación económica y para ello tescas. - 6. Aumento progresivo de sueldos 11
~roponen soluciones "sociales" o "políticas" que salarios que eleve el consumo, permita el aho-
hen~n como efecto in~ediato afectar el poder pro· rro y con éste el acceso a la propiedad, aun
productiva. - 7. La reforma de la empresa, la
ductivo de la economia, y con ello inventan una empresa comunitaria y · l pensamiento ponti-
economía de redistribución, pero d~ redistribución ficio.
de una común pobreza, ya que se ha producido una
merma :n el aparato productor. Porque aquí está
la esencia del problema, redistribuir mejor las ri·
guezas, levantar el nivel de todos los sectores de la
población, no a costa del aparato productor, sino
buscando la manera de que esa participación de
todos en un mayor consumo se verifique a través Antes de dar una definición de la empresa, vea·
de una más activa participación en la producción mos cómo se engendra y cómo funciona para de
misma. Tema de los dos próximos capítulos. aquí determinar los problemas principales que ella
plantea. Un agente económico se propone montar
una empresa, sea artesanal, manufacturera, indus-
trial, comercial, agropecuaria o extractiva. Este di-
wrerso carácter no hace a nuestro propósito. Si se
empeña en el montaje de una empresa, debe tener
algunos conocimientos del negocio en que se ha
de ocupar y debe afrontarlo persuadido de que se
le han de presentar muchas e inesperadas dificulta-
des. Dispone de una suma X que es de su exclusiva
propiedad o que se la han proporcionado para que
la invierta en un negocio bajo su absoluta respon-
sabilidad y riesgo. Ha elegido el rubro en que va
a operar. Está dispuesto a montar una fábrica de
tejido de un nuevo tipo, cuyo secreto de fabrica-
ción ha, comprado en el extranjero. Construye o al-
quila un local apropiado, lo instala con las más mo·
dernas maquinarias, lo provee de la energía más
122 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 123

eficaz. En la instalación de su empresa gasta el mi- oferta de los fabricantes del ramo. No podrá tam-
llón de pesos que poseía. Y ha de pensar todavía poco reducir los costos de fabricación más allá de
en el personal que necesita, en el técnico que puede ciertos límites porque están impuestos por las exi-
producir con competencia tejidos de una calidad gencias del mercado.
determinada dentro también de un precio de costo Pero hay un problema más grave al que debe
determinado; en el administrativo que se entiende prestar atención. Porgue el empresario, en su cali-
con los bancos, con los proveedores, con los clientes, dad de productor, está forzado a reducir los costos,
con los comisionistas, con las autoridades, con todos vale decir a reducir 1.a mano obra, y a reducir la
los problemas del personal, en el contable que con- paga a esta mano de obra, compuesta por emplea-
tabilice todas las operaciones y finalmente en el de dos y asalariados. Pero como, a su vez, éstos, en
capataces y de operarios que trabajen en las distintas definitiva, por muchas que sean las vueltas del mer-
etapas de fabricación. Pero con esto no está todo cado, son sus propios consumidores, si les reduce
listo. Porque le falta adquirir los hilados, las tintas, el poder adquisitivo, pierde o reduce compradores,
etcétera. Se ha quedado sin dinero y necesita com- lo que, a la postre, va a influir en el precio de
prar estos materiales y hacer frente al pago del venta, que a menor demanda va a ser también me-
personal y a otros gastos de administración. No nor, con la supresión o disminución del posible be-
puede contar con ningún ingreso porque éste recién neficio.
comenzará a afluir cuando realice sus primeras ven- Por aquí es fácil advertir que en el problema
tas. Acude entonces a las instituciones de crédito de la empresa se concentran una serie de compli-
que le anticipen dinero a plazo corto mediante el cados asuntos que conviene estudiar por parte, aun-
pago de un interés. Con el crédito obtenido mo- que sin perder la unidad del conjunto. l 9 Proble-
viliza su fábrica, produce una cantidad apreciable ma del empresario, del capital y del beneficio; 2<;·
de mercadería que ya puede echar al mercado y problema de la moneda, del crédito, del interés y
colocar en plaza. ¿Qué precio le va a fijar? Como del ahorro; 39 problema de la contratación del per-
esto dependerá de la demanda, tendrá que hacer sonal a sueldo y a jornal; 49 problema del aumento
propaganda para interesar a los comerciantes del de la producción y de su redistribución en la masa
ramo y al público en general. Aunque, en definiti- hsalariada; 59 problema de la productividad, au-
va, el precio será impuesto por el mercado, no mentando entre otros factores, la maquinaria y las
podrá ser inferior al valor de costo, porque de otra dimensiones de la empresa pero sin crear organiza-
suerte ' no habrá beneficio, .y al no haberlo consu- ciones gigantescas que dominen al hombre; 69 au-
mirá su capital y quebrará. mento progresivo de sueldos y salarios que eleve e]
Esto determina en la condición de todo empre- consumo, permita el ahorro y con éste abra el acce-
sario una lucha, una puja por reducir el precio de so de la viviendo propia y aun de la propiedad pro-
costo y aumentar el de venta de su mercadería, para ductiva. Y como todos ellos se traducen en modi-
de allí aumentar el beneficio. De cualquier manera, ficaciones de la empresa, lo que induce a muchos
no podrá aumentar arbitrariamente el precio de venta católicos sociales a exigir que éstas sean substan-
porgue éste, al menos dentro de ciertos márgenes, ciales, un 79 punto sobre el problema de la reforma
depende del estado de la plaza, el cual se halla de la empresa, la empresa comunitaria y el pensa-
establecido por la demanda del público frente a la miento pontificio.
124 Conceptos fundamentales de la Economía
Problema de la empresa 125

nado por la experiencia, nos dice que no todos los


l. PROBLEMA DEL EMPRESARIO, CAPITAL hombres tienen condiciones para ser empresarios.
Y BENEFICIO La. mayoría prefiere la seguridad al riesgo. Porque
qmen no carece de condiciones de inteligencia
Podemos definir la empresa como un órgano de práctica adolece de falta de carácter para acometer
producción de riquezas que se echan al mercado • una tarea ardua en la cual hay que combinar facto-
p~ra obtener una diferencia ventajosa entre el pre- res técnicos, contables y humanos.
c:o de venta y el de costo. La empresa tiene corno
Hay otro factor, a nuestro juicio esencial, que
fm pr~pio e inmediato, la producción de riquezas; y
toda riqueza, en su acepción económica está cons· determina al empresario. El empresario debe con-
tar con capital, esto es, con una riqueza preexisten-
tituida por los productos que se extraei~ del fondo
te, que le permita adquirir en propiedad o locación
de la tierra o de las aguas o de los bienes que
el inmueble, las herramientas o maquinarias, pagar
produce la tierra, también por la elaboración a que
f
se los somete y or la acción traslativa que los
al personal y hacerse de todas las materias necesa-
rias para la producción de aquellos bienes en que
pone al alca~ce de hombre. Riqueza es el transporte,
se ha empeñado. Ese capital, ha de ponerlo de lo
todos .los diversos i:nedios de comunicación y las propio o ha de conseguirlo; de cualquier manera,
complicadas operaciones comerciales que comuni·
resulta para él un factor indispensable e imprescin-
can las cosas con los hombres y los hombres entre
dible para iniciar la producción. Un hombre, por
sí.. Pu;s bien, una ~mpresa tiene como fin propio
e mtrmseco producir estos bienes. muchas y relevantes condiciones que posea para
Para la producción de riquezas se vale el hombre actuar de empresario, no lo será de hecho, si no
:Je la razón y de la mano, esta última su primer logra disponer de un capital propio o ajeno. Luego
es el capital el que determina que de hecho un
mstrumento y para multiplicar la fuerza de su rna·
individuo se convierta o no en empresario. Tanto es
no u~i}iza her:amientas y maquinarias. Pero la pro·
así, que si uno, carente de condiciones para empre-
d?cc10.n de nquezas no es labor puramente indi·
- sario, consigue un capital y monta una empresa,
viduahsta. La combinación de diversos esfuerzos
se ~onviert.e sin duda ~n empr~sario aunque luego
individuales. multiplica la e~i~acia de cada uno de
s!t. mcapac1dad determme la perdida de su capital
ellos y acrecienta la producc10n de bienes. De todos
y lo obligue a engrosar las filas de los que trabajan
esos elementos que allí se combinan el más impor·
tante es la razón humana, dotada de la virtud de a sueldo o a jornal.
la ingeniosidad e inventiva -la "industria" de los Si el que se empeña en una empresa, invierte
antiguos-:- que es la virtud propia y específica del capital, debe buscar un beneficio o ganancia. Por
empresano. El empresario, para ser tal debe reunir beneficio o ganancia entendemos un excede.n te de
condiciones de inteligencia práctica, ~scendiente y nuevas riquezas; de manera que al final de un ejer-
autoridad natural sobre otros hombres sensibilidad cicio comercial, además de todos los factores de
com~rcial par~ conocer a qué tipo d~ producción capital y trabajo que han contribuido a la produc-
conviene dedicar ~ª. empres~ y espíritu de riesgo ción de bienes, se disponga de un excedente de
para salvar el coef1c1ente de mseguridad que existe nuevos bienes. No nos ocupamos ahora de deter-
en toda obra de creación. El hecho real, proporcio· minar cómo se ha de repartir este beneficio, deci-
mos que debe haberlo y que él corresponde en pri·
126 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 127

mer lugar al empresario que invierte capital, por· · : beneficio. Otro problema, que estudiaremos i:nás
que precisamente si se determina, corriendo un ríes· ·1. ,: adelante es el de si puede aceptarse económica-
go, a esta inversión, es no sólo para asegurarse la · mente, que se reserve para sí en forma exclusiv~,
subsistencia propia y de su familia, porgue ésta se todo ese beneficio. Lo cierto es que el empresario
la podría asegurar sin riesgo en un trabajo más se- ha de buscar el beneficio, so pena de llevar la em-
guro, sino porque quiere crear nueva riqueza que ' presa a la quiebra. No hay duda de que ~l _empre-
pueda capitalizar y con ello enriquecerse. . ~ sario subordina esta búsqueda del benef1c10, que
Oponernos el concepto de economía de beneficio · en sí es legítima, a las instancias superiores del
no sólo a economía de servicio sino también a eco· bien común; por lo tanto, deberá buscarla. ~s éste
nomía de subsistencia. Porque economía de subsis· _. precisamente el punto débil de los que defienden
tencia sería aquella en que el productor no buscara _ una economía de servicio, pues no alcanzan .ª
por su trabajo aplicado a medios productivos sino asignar su lugar propio a la búsqueda del benefi-
mantener su situación económica. Economía de ser· cio. Porque la economía ha d~ ~ervir buscando el
vicio, la que no buscara primeramente la utilidad lucro o beneficio; y buen serv1c10 se pre~t~ a una
propia sino Ia del prójimo y de la sociedad. Eco- comunidad con la obtención de un beneficio o su-
nomía de beneficio, en cambio, la que primeramen- plemento de riqueza. Tampoco la e~o?ornía de sub-
te busca su utilidad, pero una utilidad tal que le · sistencia es primeramente de serv1c10. Porque en
permita no sólo subsistir en la misma condición eco- .- ella los que actúan en el cambio, aungue no bus-
nómica sino progresar en ella, enriquecerse, vale . quen un lucro ya que no pu~de darse en una eco-
decir, tener al cabo de cada ejercicio más que antes, nomía estacionada se determman a efectuar el cam-
o sea un beneficio propiamente dicho. bio porgue prim~ramente quieren beneficiarse a
costa de él. Les resulta útil recibir otra cosa en
Por aquí se ve cuán peligrosa puede ser la con-
trueque de lo que entregan. No cambian. porque
cepción de una economía de servicio, si no se tienen
conceptos claros. Es cierto que el empresario no quieran beneficiar .º.servir a la _otra pa;te ~mo por-
que quieren beneficiarse y servirse a s1 mismos.
debe buscar el lucro o beneficio de la empresa co-
Si se entienden rectamente estos con ce~tos, r~­
mo un fin último y supremo; pero también es cierto 1
S1.Ilta que tanto puede y deb~ ser economia ~ se~i­
que debe buscarlo, mientras con ello no viole de-
cio o humana una econornia de mera subsistencia
beres más altos, impuestos por la común conviven-
corno una eco~omía de lucro. Porque en definitiv~,
cia; y debe buscarlo corno objetivo propio y espe- 1
en el proceso econornico,. bus?ando l?s que en el
cífico de Ja empresa. Porque para que la empresa
actúan, primeramente el mteres prop10 -que será
se justifique corno "órgano productor de riquezas"
de mera subsistencia en unos casos y de algo más
en una economía dinámica corno la moderna, no
que la subsistencia en otros- deberá~ subordi~ar
debe mantener estacionado el nivel económico sino
ese interés propio y particular a los fmes supeno·
que debe levantarlo y para ello le conviene satis· res de la convivencia humana y con ello los unos se
facer las actuales necesidades de los consumidores prestan servicios a los otros recíprocamente.
y ahorrar una parte de la producción para destinarla
corno un nuevo capital productivo a Ia creación de
nueva riqueza. Al crear la empresa nueva riqueza
se justifica que sobre ella perciba el empresario un
128 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 129

rios, con los cuales, a su vez, los empleados y asa-


II. EL EMPRESARIO Y LA NECESIDAD DE lariados compran los artículos necesarios para la
MONEDA, CRÉDITO Y AHORRO propia subsistencia. No obstante este crédito movi-
liza riquezas reales que todavía no son tales. Luego,
La empresa moderna está vinculada con el cré- con su otorgamiento, las instituciones bancarias pro-
dito por el hecho de que trabaja para el mercado. vocan un ahorro forzado que tiene la virtud de dis-
El mercado está sujeto a oscilaciones, mucha de- minuir el poder adquisitivo de la moneda en poder
manda y a veces pocas mercancías, el empresario, del público para proporcionar al empresario la su-
según el estado de sus stocks, que le sirven de re- ma que de esa disminución resulta. Adviértase bien
gistro del estado de la plaza, se ve obligado a in- el hecho que estamos se,ñalando. Si las instituciones
tensificar o disminuir el volumen y ritmo de la pro- bancarias entregaran los ahorros efectuados ante-
ducción. Para movilizar su empresa necesita una riormente por los particulares y en ellas deposita-
suma variable de dinero, de la que no dispone dos, la operación no ejercería ninguna influencia
muchas veces, y debe solicitar a quienes dispongan ' · perturbadora. El empresario recibiría una suma de
de él. Este dinero anticipado es el crédito. riqueza ahorrada por un sector de la comunidad y
Lo que interesa establecer es la naturaleza pre· la aplicaría a la movilización de su empresa. En
cisa de ese dinero anticipado y su procedencia efec- consecuencia, al devolver el crédito, reintegraría,
tiva para poder fijar dentro de qué condiciones por intermedio del banco, esa suma al sector de la
puede ser beneficioso o perjudicial en el proceso comunidad que se la prestó, con un acrecentamien-
económico. Nadie duda de que para el movimiento ' to que correspondería a parte del beneficio que ese
de las empresas es beneficioso, porque hace posible ahorro contribuyó a efectuar. Se podrían discutir los
su dinamismo y, en muchos casos, su existencia e inconvenientes de que ese interés sea fijo o inde-
instalación. Sin embargo se debe precisar que no fectible, cualquiera haya sido el rendimiento de la
beneficie a las empresas y a determinados grupos empresa, pero no podría denunciarse ninguna per-
económicos a costa de otros sectores de la comuni- turbación por el hecho mismo del ahorro real en-
dad; porque si así fuera, se produciría en ésta un tregado al empresario. Si una parte de la comuni-
desequilibrio que haría imposible el funcionamien- cfad tiene riqueza ahorrada y la entrega a un em-
to de la vida económica. Pues bien, es esto lo que presario para que la movilice, nada se perturba
acaece con el actual crédito. con esa movilización por parte del empresario, si
En un sistema bancario confiado a los partícula· ,· la devuelve después con parte del beneficio que
res como sucedí.a en todas partes años atrás o en gracias a ella ha conseguido.
el actual sistema que está en manos de la autoridad Se presenta una perturbación en el caso de que
pública, el crédito es, en realidad, una creación de no habiendo ahorro real, se le entregue un ahorro
dinero que utilizan los empresarios, mediante el al empresario.· Porque como ese crédito moviliza
pago de un interés, para movilizar sus empresas en riquezas reales que no existen, tiene que quitarlas
vista de creación de nuevos bienes. Ahora bien, si de alguna parte. Las sustrae del público en gene-
es dinero, da un derecho para la adquisición de ri- ral, el cual, por ese crédito acordado, tendrá en
quezas reales. Y así, con el crédito acordado se sus manos un dinero con menor poder adquisitivo.
compran mercaderías y se pagan sueldos y sala- Esta perturbadón es mucho más grave de lo qut
130 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 131

creen los economistas. Porque éstos no miran sino para que lo movilice, parece equitativo que el due-
al hecho de que ese ahorro forzado hace incremen· ño de ese ahorro sea favorecido con parte del be·
tar la producción, lo cual es muy cierto. Reconocen neficio que ha contribuido a crear. Pero no resulta
que produce una inflación pero no la consideran equitativo que ese beneficio sea fijo e indefectible
perturbadora porque esa mayor suma de dinero es· cualquiera sea la suerte de la empresa. Porque en-
tará respaldada por la nueva producción. También tonces el sector de prestamistas que se beneficia
en esto tiene razón. Pero la perturbación está en
otra cosa: en que produce una transferencia de
riquezas de unas manos a otras. Empobrece a la ticularmente a la constante posición de condena de la Igle-
sia, remitimos al lector a nuestra Concepción Católica de
comunidad para enriquecer a. un sector que es el la Economía.
de los empresarios y, sobre todo, el sector de los En sit'llación de tesj.s o donde existe rma sociedad de
bancos e instituciones financieras, a donde vuelven verdadera iusticia social y con moneda ólida y de valor
los préstamos efectuados. práoticamente constante, hay que mantener, tanto desde el
punto de vista moral como del económico, lo que escribi-
De ahí que en la economía capitalista mientras ·mos en esa obra sobre el interés o usura, vale decir sobre
se empobrece, al menos relativamente, o se estacio· el derecho de percibir los frutos de un dinero que no se
na la comunidad, el grupo de banqueros se emi· asocia a las alternativas de un negocio.
quece rápida y enormemente; y el grupo de empre· Bajo condiciones de hipótesis, y especialmente en la si-
sarios, aunque con ritmo más moderado, se enrique· tuación imperante desde fines del siglo XVIII y principios
del xrx, con la revolución industrial, la expansión del ca-
ce también. En las economías de crédito en poder pitalismo y el amplio desarrollo del crédito, el interés puede
del gobierno, el enriquecimiento más importante lo justificarse como una compensación o válvula de escape a
efectúan las instituciones bancarias del Estado, lo una situación general violativa de los cambios.
cual trae aparejada la acumulación de una enorme La Iglesia con su secular realismo percibió a principios
del siglo xrx que las modalidades del ambiente obligaban
riqueza en el Estado, en perjuicio del equilibrio a una mayor tolerancia y resolvió que no debían ser inquie-
económico en el cual debe desenvolverse la econo· tados (non inquietandi) por los sacerd.otes los que perci·
mía privada. hieran un moderado interés.
- Es fácii · advertir que el régimen del crédito so- Desgraciadamente los economistas católicos, lejos de
a,liondar el estudio del interés, como hubiera correspondido,
bre ahorro forzado viola la ley económica de Ia re· a'bandonaron como obsoleta, la antigua y constante doctrina
ciprocidad en los cambios, a que nos hemos referido y algunos de ellos como p. ej. Antoine en su Economie So·
en nuestro segundo capítulo. oiale cayeron en el error de afinnar que el mundo moderno,
Hemos insistido en el efecto perturbador del con su gran desarrollo industrial, ofrece tantas oportunida·
des a inversiones útiles, que debe dejar de considerarse es·
crédito, cuando implica una verdadera creación de téril; de donde, en las ooodiciones actuales, deben conside-
dinero. Podríamos referirnos también al efecto per- rarse perimidas fas categóricas fórmulas de Aristóteles y
turbador del interés fijo por los préstamos en di· Santo Tomás, pecunia non parit pecunian. Otro autor, Fran-
cesco Vito, afirma que el interés es el precio que se paga
nero 1 . Si el dinero se ha entregado a una empresa por el uso del ahorro escaso (Economía Política, pág. 418),
lo que equivale a sostener que está regido por la ley de la
1 El tema del interés, de tan gran trascendencia y que oferta y de Ja demanda.
desde hace siglos preocupa a teólogos, moralistas, políticos Por nuestra parte, no podemos dejar de condenar ambas
y economistas, y a menudo a los pueblos, merecerla un expresiones. El dinero es y será siempre, por naturaleza, es-
estudio mucho más extenso del que es posible en una nota. téril. Sólo la iniciativa y el trabajo del hombre pueden ha·
involucrad'as, par· cer que el buen emple.o del dinero aumente el poder del
Problema de la empresa 1~3
132 Conceptos fundamentales de la Economía

con. las ga:i:iancias ~in participar en las pérdidas, se :·~ el de los prestamistas. Se efectúa también aquí un
ennguece mdefect1blemente mientras los otros sec- . proceso de transferencia de riquezas de unos secto-
tores a vece~ se enriquecen y otros empobrecen. LO . res a otros· transferencia que no se debe a u~
cual determma una acumulación de riquezas en el ~ · trabajo desigual sino al enriquecimiento indefecti-
grupo de I~s prestamistas a costa de los otros gru~ .•.. ble de los que prestan sin crear riquezas y al enri-
pos que s1 no se empobrecen necesariamente al quecimiento problemático de los verdaderos crea-
menos no se enriquecen en forma proporcional 'con ·· dores de riquezas.

cas, señores y en general de personas ~onómicamen~e apu-


t:a?~io Y con ello, l~ producción. La explicación de la po-
sibilidad de un reg1men económico con el interés, ha de radas que eran luego atenazadas por mtere~s usuanos.. ~
'
h~scarse por otras vias. Pensamos que abren un camino pro- cambio, en los tiempos modernos, quienes reci~en el c9:p1t ,
pueden oon su industria y trabajo obtener esti~ulantes. be-
neficios. Parece entonces más natural qu~ ~menes recibe::i
mtsor las conclusiones a que llega Francisco García Olano
en una oonferencia inédita que sobre el tema dio en octubré
ele 1952 en el Colegio de Estudios Universitarios de B'lenos ese dinero hacran partícipe de los beneftc1os que con él
obtienen a qulenes se lo han facilitado. .,
Aires. Sin embargo es fácil advertir que la s_o~ucion v~rdade­
s_u tesis ~ásica e~ que ~de el punto de vista d,e la má! ramente natural es que el prestamista participe asociado de
estncta teona economica se encuentra perfectamente justifi- alguna forma a un empresario en todos sus resultados, tanto
cada la ?~nden~ se~u~ar del interés siempre que se cumplan loo favorables como los desfavorables en lugar de pretent~r
las condicrones imphcitas en el razonamiento de los documen· un rendimento fijo o la devolución del capit~l a plazo 1¡0
tos eclesiásticos, de Aristóteles y sobre todo de Santo Tomás.
Estas ~ondiciones serían tres. La primera y más esencial es con total despreocupación de las consecuenc1_as ..
Esta rigidez injusta de las ~eudas hace di~ícil la .evo~u­
ción de las empresas en penodos de defla~16n e lIDJ?lde
que exista una moneda sana y de valor constante. Si la mo-
que puedan aplicarse de inm~iat<? a un~ ~ene de medida~
neda se depreciara, ya sea a consecuencia de emisiones de
papel moneda .º de expansión del crédito por parte de los
que permitirían suavizar las osCllaCiones c1ch~ ~n sus con
Bancos, y ~erd1era su valor adquisitivo, el razonamiento de secuencias más desfavorables. El sistema capitalista. ~e prés-
Santo Tomas de que no es lícito recibir más dmero del tamos no asociados agravó enormemente la gran crisis mun-
que se ha da:<lo (pero. tampoco menos) hace justo que el d~al de 1929-1933, llegándose en algunos casos a la mora-
a~eedor perCiba el eqmvalente a la pérdida del valar adqui-
toria de interés y aun a la supresión de las deudas.
sitivo de lo que ha entregado. En la actualidad, por eiemplo, se calcul~ en 1.000.000 de
En segundo lugar se considera presupuesto en Santo millones de dólares el valar de todos los bienes de los Esta·
Tomás que ~e mantiene en vigor la ley de la reciprociedad dos Unidos. Las deudas, a interés fijo, tanto del Estado como
en los cambios y en oonsecuencia que existe un ordenamien- de los particulares asciende a 600.000 millones ,de dólares.
to ~conómicamente armónico y proporcionado. Puede con· En el estado de prosperidad actual de su ~onomia, esa deu-
c~bITse ~l caso de que no dándose esa condiciqn, el inte- da no produce inconvenientes y como los mt~res~s cobrados
res pudiera ser empleado para contribuir a la erección de corresponden aproximadamente a la desvalorización del. po-
ese arden ·justo, determinando además para ese fin un cierto der adquisitivo de la: moneda, se observa la ley de recipro-
·'
grad~ de inflación o desvalorización monetaria. No es esto
cidad en los cambios y sólo beneficios obtiene el ~ís con la
P?r cierto Jo c;¡.ue a;caece en e~ c~pitalismo liberal en que pre- expansión de sus inversiones útiles. s~ em?argo, sm acertar
cisamente el mtercs ha contnbrndo a violar más abiertamen-
a explicar el porqué, 'existe una clara m:iuietud por la rw;tf
te la ley de reciprocidad en los cambios en favor del ca- nitud de esa deuda. La razón que justifica esa preocupa~ion
pital financiero. ' es que en el caso de que por cualquier raz6n no se supiera
En tercer término, ~n un planteo realista, no debe olvi- mantener el actual estado de producci61:1 _Y prosperid~d Y
dars~ que las oportumdades de inversión útil de capitales se produjera una contracción de las actividad~s Y ba¡aran
son mcomparablemente mayores que las que rigieran du- los precios, d~ inmediato los inte:eses _de los prestamos ~ten­
rante todos los siglos anteriores, en que Ja m."l.yor parte da tarían fuertementó 00ntrn la recrproc1dad en los cambios 'J
l préstamos se destinaban para financiar gastos de mooar·
J
134 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 135

Es importante señalar gue esta acumulación en es como un crédito o garante ( fidejussor) de que
los grupos financieros ocasiona Ja formación de en el presente el hombre no necesita nada, pero
~ud?s o trabas en el mecanismo económico que puede necesitarlo en el futuro, y entonces, con sólo
1mp1den su movimiento regular y continuo. Encon- presentarlo tendrá aquello que necesita" ( J!tica,
tra~os ?quí efectos típicos de la violación de la núm. 896). Y par esto añadían a continuación:
rec1proc1dad en los cambios, que es 1a ley que esta- "de tal suerte debe estar instituido que permanezca
blece el verdadero equilibrio del movimiento de las en el mismo valor de modo más firme que las de-
fuerzas económicas. más cosas" ( ibid. 937), porque es "medida que
Para c?mple_tar en lo más esencial este cuadro del mide y por esto debe ser estable en su valor para
aspecto fmanc1ero de una economía nacional habrúi que todas las cosas puedan evaluarse con el dine-
que exponer también las condiciones de una buena ro" ( ibid. 938). He aquí lo que prescribe el buen
moneda. Ésta debe ser instrumento de medida de sentido para una moneda que esté al servicio de
ahorro, de previsión y para ello debe poseer' un una economía humana. Porque, aunque la moneda
valor estable. En esta faceta, los modernos podrían no tenga en sí valor, es un instrumento representa-
ap:e~der mucho de la sabiduría de los antiguos tivo de riquezas. Si alguien ha trabajado y quiere
Anstoteles y Santo Tomás enseñan que "el diner~ guardar y atesorar el fruto de su trabajo para ne-
cesidades e inversiones futuras, guarda la moneda.
Pero para ello, ésta debe conservarse estable en su
determinarían. situ~ciones difícHes y aun quiebras de las em- valor. Una moneda estable es signo de estabiJi-
1¡resas, con_ s1tuac1ones consiguientes más depresivas No
e e pr~~um1r que se llegue hasta allí pues 'el realis~o noe~
dad y de progreso social. Donde la moneda es
!e1~1 e~ ~canocl<Jdue ha aprendido en parte la lección de 192~ inestable, esto es, donde su valor está sujeto a con-
P icaia me i as que en una u otra f • tinuas depreciaciones, el grupo de los especulado-
actividad su economía. orrna mantengan en
. !-as características del medio económico act l . res multiplica las transacciones comerciales de todos
gman extraordinarias virtudes hoy de
.· t 1 ., · '
. d ua' que ex1-
sgracrn amente no co-
los bienes para enriquecerse con las diferencias. Y
1nen es, 1acen dificil la solución ideal d t como ese enriquecimiento no está respaldado con
tante el valor de ] d e man ener cons-
realista cons·st· , a mane a Y nula la usnra. La solución "la creación de riquezas nuevas, debe efectuarse a
8 por ciento. 1 ma en mantener una suave inflación (de 5 8 costa de las clases productivas que se descapitali-
anual) tomando las med"d .
q I t d · , , ' I as necesarias para zan sensiblemente.
A~em~s;~\ . e mteres dsbilara dentro de esos mismos límites.
]ación y co~e~Eraºsse de.derá promover, a través de la legis·
. me 1 as conexas como · 1 d No es sencillo dar una norma general de cómo
racter impositivo, la preferencia a , . ·r p. e¡. as ' ~ ca· deba lograrse la estabilidad monetaria. Es esta fun-
de capitales asociad · mvei ir en un reg1men
tando en cambio lososprªes'1tª suerte dle las empresa,s, desalen- ción específica y propia del Estado, a quien co-
Aunque es impo "bl amos
b a p azo e m · teres
' f IJO.
·· rresponde su emisión. De la moneda, y no del crédi-
si e es azar con mayores d t 1J st
~h~t~fsu:!ecillaesg~r~~~bl~~ed~a~ solucioneds. técnic:sª s~~ :u~ to sobre ahorro real, el único legítimo, porque éste
por medio de ellas l , 1o que . p~ iera creerse Y que corresponde a los particulares. Puede darse como
' en a actua economia fund tal regla de estabilidad que la moneda mantenga un
el~ansi~a, puede encontrarse fa fórmula en qu am~n m~n~e
~n~n~e:~~~~~a evcl!en sus efectos perturbadores e~ s~ ~fu~:;~ mismo valor adquisitivo. Cómo se determina y
b .áda. gran producción armónicamente redistri- cómo se obtiene es cuestión técnica, en la cual la
economía moderna ha logrado un alto progreso que
136 Conceptos ftmdamentales de la Economía
Problema de la empresa 137
podría proporcionar a Jos gobiernos responsables
una moneda de aproximada estabilidad. indispensables para conseguir el fin supremo asig-
nado por el Creador: el desarrol1o de su vida, inte-
Según 1a solución gue resulte al problema de la lectual, espiritual y religiosa".
moneda y deJ crédito, se deducen 1as cuatro gran-
des concepciones hoy posibles de una economía: la
de Ja planificación soviética, en Ja cual el Estado III. LA CONTRATACIÓN DEL PERSONAL A
es el t'mko depositario de Ja moneda, del crédito y SUELDO Y A JORNAL
del ah?rro, como lo es de todas las riquezas de la
c.omumdad y en la cual los particulares no reciben Cuando el empresario consigue un capital está
smo unos bonos o moneda de cuenta, crédito sobre en condiciones de montar una empresa. Pero una
el pr,oducto social, para la pura circulación de mer- empresa de cierta importancia exige personal con-
canc1~s que deben producir bajo un régimen de tratado, el cual, a su vez, debe realizar dos cla~es
traba¡o forzado; la del liberalismo económico en el ·· de funciones muy diversas. Una. de colaborac16n
cual el grupo de financieros va usufructuand~ cada inmediata alrededor del empresario, ya sea en los
vez con mayor presión, las energías y los esf~erzos aspectos técnicos, administrati~os y cont~bles. de la
de todos los otros f!rupos que se mueven Hbremente empresa; y otra, en los propiamente. e1ecuhvos y
dentro de un cuadro más ceñido en posibilidades· puramente mecánicos. La primera exige un. perso-
Ja de Ja plani.ficación de ~os tecnócratas, que cons~ nal administrativo y técnico que. ¿ebe re.u1:1: ~on­
truyen tm universo geometrico de ecuaciones cur- diciones de capacidad, responsabilidad e imciativa;
la segunda, un personal de empleados y ~breros
vas v coeficientes sobre la base de números y ~ifra
estadísticas en el cual son lnego volcados .los hom~
9 gue constituyen la mano de obra, o el. ;raba10 pro-
piamente dicho. Aunque la remun~rac10n de t:no y
bres; v por fin Ja economía humana. eme ordena la otro deba ser muy diversa en cahdad y cantidad,
~oneda
1
como instrumento ele multiplicación de Jos como distinta Ja responsabilidad, sin embargo, de
h enes económicos reales v éstos, como instrumento suyo, uno y otro personal es contratado)' deberá
del Dro!!reso materin 1. fotelectnal v espirihrnl del ser retribuido con un sueldo mensual fi]O, o por
hombre. Poraue, en definitiva. toda la cuestión está jornada, cualquiera fuere la suerte de Ja .em~;esa.
Pn Ja alternativa de one Jas finanzas, fa técnica v ~sta condición es esencial para la conshtuc10n o
Ia economía sirvan al hombre o de oue lo esclavi- marcha de las empresas, en el caso común de todas
cen. Sabias !as palabras de Pío XII a Jos Congresis- ellas. Porque siempre habrá un número gr~nde,
ta: del In;titnto Intern::icional de las Finanzas Pt'1- que necesitará vivir con seguridad del trab~JO de
b!1cas." ( L <;Jsservatore Romano, 3. X. 48), cuando su inteligencia y de sus manos y que debera per-
~1ce: ,;Qmén se admirará desnués de esto deJ oe- cibir una retribución fija que le asegure el sustento
J~qro en qne se haJJan Ja ciencia v e1 arte de las diario propio y el de su familia.
fi?anzas públicac; de descender, a· falta de nrinci- El empresario, asociado al capital, podrá esperar
pioc; daros, simples. sólidos, al panel d0 una técnicn el beneficio de la empresa; el personal, contratado
V: de tma. manipulación puramente formales? ... el a sueldo o a jornal, por su situación real y por la
s1st~ma fmanciero del Estado debe tratar ele reor- condición jurídica con que está inc~rporado .ª Ia
garnzar la situaci6n económica de manera de ase- empresa, deberá percibir una paga, mdepend1ente
gurar al pueblo las condiciones materiales de vida de la suerte de la empresa,
138 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 139

Creemos que económica y jurídicamente hablan- dio de neutralizar el capital, excesivamente debi-
do, . una empresa consta tan sólo de empresario- litado ya.
capi.tal y de personal contratado. La dirección o
En realidad debajo de estas exigencias muy co-
gestI~n como un tercer factor de la empresa inde- munes en algunos medios católicos sociales, se
pendiente y con derecho propio, no corresponde tiende a considerar al capital como una "cosa" y
porque_lo que da la gesti6n en manos determinadas al trabajo, bajo cuyo nombre se homogeneizan ele-
es precisamente la posesión o manejo del capital de mentos tan diversos como el espíritu de empresa
la empresa. Muchos, impresionados hoy por lo que y el trabajo manual, como una realidad humana;
sucede en. l~s actuales sociedades anónimas, en que hecho este planteo, no les resulta difícil pronun-
unos ~dmimstradores, que no poseen relativamente ciarse en favor de la superioridad del trabajo sobre
el capital ~e. la sociedad o sociedades que sin em- el capital ( Gérard Dion, Réformes de structure
bargo admm1stran y manejan como propia preten- dnns l' entrepise, pág. 95). Pero, no es legítimo
den separar la dirección de la empresa d~I capital deshumanizar el capital y humanizar el trabajo para
de la mis:nª· Lo cual no corresponde, porque no se sacar Ja conclusión buscada. Porque la comparación
debe . olvidar que este grupo de administradores se verifica. entre las realidades humanas como son
mane1a con autoridad la empresa, ya que de una todas las económicas. El capital es una riqueza
manera o de otra está autoriza.do por los dueños preexistente que ha si~o elabora.da por el hombr.e
del capital. Que éstos luego sean explotados por el y que adquiere su razon de capital porque es uti-
grupo de administradores no resta fuerza al hecho zada por el hombre para la. producción de nuevas
de que, ~ su vez, se muevan con el mandato jurídico riquezas. El capital podrá asumir, si se quiere, "7a-
que aquellos les acuerdan.
rácter instrumental, pero lo asume frente a la m·
" El abus,? que sin duda implica esta separación dustria" y responsabilidad del empresario que con
~e hecho entre capital y gestión debe ser reme· él produce nuevas riquezas. La. comparación leg_í-
diado po:_ la responsabili~ad de Ja propiedad como tima se ha de efectuar entonces entre el empresario
hemos senalado ~n el capitulo a.nterior. Por el1o, no utilizando capi.tal, y el asalariado destituido de c~­
cre~TI?os coTI?o piensan, algunos que sea conveniente pital, y obligado por lo mismo a contratar la. energia
fortificar la mtervencion del personal de la empresa " de su inteligencia o la fuerza de sus manos.
Y ponerla en. igualdad de plano frente al capital Aquí está en juego la superioridad económica
ba10 la. autoridad de los administradores. Porque que sin lugar a dudas atribuye a una de las partes
con ello se haría más precaria la situación de los el hecho de tener propiedad sobre una riqueza .. N?
due~os del capital dentro de la empresa, cuando vemos qué necesidad haya de negar esta superiori-
precisamente se trata de fortificar su autoridad ex- dad de la propiedad y la inferioridad que por el
cesiva~e.nte declinante, y de hacerles posibl~ el contrario determina en el personal contratado, su
cumphm1ent.o -y aun obligarlos- de los deberes condición de no disponer más que del trabajo de
que les confiere la responsabilidad de la propiedad. sus manos, para defender los derechos bien reales,
No nos oponemos, como más adelante diremos como luego diremos, de todo el personal contrata·
a q~e. el J?,ersonal a sueldo y a jornal tome algun~ do. La conclusión que se debe formular es ésta: es
partic1J?ac10n en la. empresa misma; nos oponemos cierto que para la producción de nueva ri9.ueza no
a que esta les sea atribuida precisamente como me- hay capital sin trabajo ni trabajo sin capital; pero
140 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 141

el empresario-capitalista obtiene prima:cía sobre e] perseverancia de la empres~ misma. Debe t:ªt~r d.e
personal contratado porque es responsable de la reducir el costo de producción y para ello d1smmun
empresa y de la producción; toma la iniciativa de el precio de cada uno de los factores que contribu-
crear riquezas; acomete el riesgo de la a.ventura yen a determinarlo. Se verá obligado por lo mismo
de la empresa; contrata el trabajo asalariado y man· a reducir los gastos en sueldos y jornales, ya sea
tiene, en todo momento, su autoridad dentro de la economizando personal, ya. asignándoles una retri-
empresa. bución reducida. Pero, por otra parte, el empresario
Pero sería absurdo atribuir a esta superioridad que en su carácter de mero productor, está req~e­
del empresario-capitalista el derecho a imponer rido a disminuir los egresos de sueldos y salarios,
condiciones abusivas sobre el personal contratado y no puede olvidar que actúa también de ve.ndedo1
en especial sobre los asalariados, entre otras razones incluso de su producción a través del mercado, y
porque toda superioridad acuerda responsabilidad. en definitiva, a los consumidores que son sus pro·
Y el empresario-capitalista debe mirar a sus subor- pios obreros y empleados quienes no le podrán pa-
dinados, como sujetos y no como meros objetos de] gar sino con el dinero que él les haya pagado por
proceso económico. Son personas con derecho a un su trabajo. Luego si en cuanto productor debe re·
sustenta para sí y su familia. ducir los gastos de sueldos y jornales, en cuanto
Por otra parte, como luego trataremos más ex- vendedor debe ampliarlos para que, al aumentar la
tensamente, la participación proporcional en los be- demanda, suba el precio de venta de su producción.
neficios de la empresa corresponde al personal a Aquel antagonismo que hemos denunciado en el
sueldo o a 1ornal por efecto de la ley de recipro· análisis del intercambio y que nos llevó a estable-
ciclad en los cambios que exige siempre que la cer dos leyes fundamentales- del proceso económi~o,
producción sea, proporcionalmente repartida entre que denunciamos luego en el problema ?e la ~rop1~­
todos los que han contribuido a crearla. Ello se dad y que nos determinó a buscar l~ umdad .dmámi-
desprende de la naturaleza misma del "hecho ini· ca del funcionamiento de la propiedad pnvada y
cial de la economía política" que necesariamente el destino común de los bienes, se nos presenta aquí
es un hecho de intercambio y se verifica en un en la empresa, en esta tensión o conflicto ~1~e ~e
cuadro social. No hay por qué recurrir entonces a obliga, al empresario a buscar el punto de eqmlibno
una pretendida superioridad del trabajo sobre e] entre sus condiciones de productor que reduce los
capital, ya que aun siendo aquél inferior, debe costos de sueldos y jornales y su condición de ven-
crecer proporcionalmente como éste. dedot' que, si quiere ser consecuente, tiene que
ampliarlos.
Este problema se puede plantear de otra ~ane:a,
IV. PROBLEMA DEL AUMENTO DE LA
PRODUCCióN Y DE SU REDISTRIBUCióN visto no precisamente del lado de las. convemencias
EN LA MASA ASALARIADA del empresario sino del de los asalanados. Po~que,
en realidad, no hay que desconocer que las clases
El sistema de la producción para el mercado obli- dependientes se hallan en situación precaria frente
ga al empresario a estar atento a los precios, a] a otras que hacen rápidos progresos económico~.
precio de costo y al precio de venta, para hacer un Ahora bien, ¿cómo se puede lograr de modo ef ecb·
margen de beneficio que justifique la existeneia y vo y estable el mejoramiento de esas clases? Lo
142 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 143

primero que se le ocurriría a u~ simplista serí~ re· lumen importante de aquella producción que no
currir al reparto de la producción o renta nac10~al podrá consumir sino que deberá ahorrar e inverti1
de modo más equitativo e igualitario entre los m· sobre todo en bienes de capital. Pero una capitali-
dividuos de la economía nacional. Pero ¿qué se zaci6n rápida de bienes de capif(J¡l concentrada en
conseguiría con ~sto? Muy ~e?ucido y s.o~r~ todo el sector relativamente pequeño de los empresarios,
muy precario sena el benefic10 que rec1b1nan los determinará un desequilibrio entre el grupo de
sectores necesitados de la sociedad, porque ese vo· empresarios y el resto de los empleados y asalaria·
lumen que se distribuye entre las clases altas y dos. Aquél sería propietario único de los medios
medias, repartido en el número grande de las clases de producción y éste puro consumidor. Es necesa-
necesitadas, significa muy poca cosa para cada uno rio procurar una situación equilibrada; y para ello,
de los individuos de éstas. Además, el sector de Ja posibilidad de ahorro debe alcanzar también a
empresarios que tiene la iniciativa, impulso y di- las clases asalariadas, dándoles posibilidad no sólo
rección de la producción al sentirse afectado en de disfrutar de un nivel más alto de bienes de
sus ingresos, se desalentaría en el. esfuerzo ?:odu~­ consumo, sino también de bienes de capital, como
tivo y así al disminuir la producción, reducma ev1· la vivienda propia y aun del capital propiamente
denteme~te también la repartición. ¿Qué solución productivo. Por tanto, aquel incremento mayor de
1

dar a este problema? Ella no puede ser buscad~ bienes, de un 50 %, que debe estar compuesto de
directamente desde el punto de vista de la reparti- bienes de consumo y de capital, debe repartirse
ción sino de la producción. Porq:ie sólo con un también proporcionalmente, a. través de los sueldos
aumento de un 50 % de la, producción en la econo- y salarios, en las clases necesitadas, de suerte que
mía nadonal, se puede tener base para una _re~a~­ les permita un mayor consumo e incluso la parti·
tición que signifique un 50 % más en cada md1v1· cipación en el ahorro, el que, a su vez, les ha de
duo de la colectividad. Este hecho solo, tampoco es permitir el acceso a la propiedad improductiva y
suficiente. Porque en virtud de la índ~le de la em- productiva.
presa capitalista que tiende a reducir cos~os, ~n Este planteo requiere el estudio de estos dos
aumento de la producción en un 50 % no 1m/chca puntos: 19 aumento de la producción por una ma·
de suyo un aumento de un 50 % de. los suel os Y yor productividad pero evitando la formaci6n de
salarios· y si éstos no aumentan no tienen los con· organizaciones gigantescas; 29 aumento progresivo
sumido;es el poder adquisitivo de un 5~ % más de sueldos y salarios que eleve el nivel de vida,
que les permita absorber aquella producción. Lue· permita el ahorro y con ello el acceso a la propie·
go, además de aquel aumento de un 50 % de la dad, incluso productiva.
producción ha.y que aumentar en un ~O% el vo·
lumen que se pague en sueldos y salarios. Sólo .un
mercado ampliado puede absorber una producci6n V. AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN POR UNA
MAYOR PRODUCTIVIDAD, PERO EVITANDO LA
ampliada. FORMACióN DE EMPRESAS GIGANTESCAS
El aumento del consumo sumado al de la pro·
ducción para que sea posible, debe efectuarse a Para un mejoramiento social que es evidentemen-
través del grupo de empresarios. Este grupo es te indispensable hay que comenzar por aumentar
reducido y debe recibir, como corresponde, un vo· la producci6n. ¿Y cómo se aumenta la producción?
144 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 145

Es éste un problema que se debe estudiar en cada suscita inquietudes y aun provoca una real repul-
caso porque depende del estado de desarrollo en sión en todos los asalariados. Permanece ligada en
que se encuentra una economía y de las posibilida· efecto a muchas experiencias antiguas o recientes
des de su mercado. en el espíritu de los trabajadores que se traducen
Hoy ha adquirido mucha importancia el con· de un modo general por una explotación de la mano
cepto de productividad, la que se empeña en ace· de obra ..."
]erar la carrera contra el tiempo, de manera que Esta repulsión a la productividad que se observa
se logre la producción de una unidad de un deter· en Francia es sensible también en casi todos los
minado producto con el mismo esfuerzo en un medios obreros; en los Estados Unidos se han ve-
menor tiempo. Por lo tanto hay que actuar sobre rificado sin embargo notables progresos de com-
los factores de producción para que dé un mejor prensión en los mismos sindicatos obreros. La Ge-
rendimiento. Actuación sobre la. máquina y sobre neral Motors ha establecido un ajuste automático
el trabajo. Sobre la máquina, mejorando la ~nergía de salarios de acuerdo con el costo de la vida y
y la máquina misma, ya sea con nuevos. equipos de también aumentos establecidos de salarios, por hora
mayor eficiencia, ya sea con un traba10 de todos cada aiño, conforme a los aumentos de la producti-
ellos más sincronizado y armónico. Sobre el traba- vidad en que se colabora. ·
jo, mejorando su rendimiento, por la especialización Como sólo la productividad permite un efectivo
y el aumento del interés del trabajador, y armo- aumento de la producción, y ésta un alza real del
nizando entre sí las tareas de los diversos trabaja- nivel de vida, habría que emplear todos los medios
dores; y finalmente por una actuadón simultánea para inculcar en los obreros su imperiosa necesidad.
y armó-nica sobre la máquina y el trabajo. Breve· En esta tarea deberían aunar sus esfuerzos empre-
mente es un problema de la técnica de la máquina, sarios y organizaciones de trabajadores. Y el Estado,
de la 'ciencia del trabajo y de la organización, de por su parte, lejos de desalentar su desarrollo corno
suerte que todos los factores que concurran rindan sucede en la práctica, sobre todo a través de una
el máximo con el menor derroche de energías. · política fiscal confiscatoria cuando se superan cieitos
Todos los esfuerzos que se hagan para el aumen· márgenes de ganancia, deberá emplear poderosos
to de la productividad son irreprensibles mientras m~dios para promover una productividad cada vez
se respete la dignidad del hombre. Hay qu.e rec?· · -·. mayor y más humana.
nocer que entre las dases trabajadoras existe sm En muchos la idea de productividad suscita la de
embargo una disposición de ánimo nada fa":orable gigantescas industrias, como si el mejor recurso para
a esta noción de productividad. El Secretano Ge· aumentar la producción fuera la concentración de
neral de la Confederación Francesa de Trabajado· grandes medios de producción en una única empre-
res Cristianos lo señalaba así en Semanas Sociale~ sa. Pero lo uno no está vinculado con lo otro. Fuera
de Francia, en 1949: "Cualquiera sea -decía- la de algunas ramas de actividad, provisión de ener-
tranquilidad que se esfuerzan por darnos los eco· gía eléctrica, ferrocarriles, siderurgia, etcétera, en
nomistas y los técnicos especiali~ados y por co~ven· que razones técnicas y financieras pueden aconsejar
ciclos que estemos de Ja necesidad de cumplir en grandes concentraciones, el resto, que ocupa e]
este dominio un esfuerzo grande, no podemos me· 90 % de la población asalariada, aconseja las em-
nos de recordar que este término de productividlzd presas pequeñas y medianas. Los obispos australia-
146 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 147

nos en una magnífica pastoral sobre socialización ·' tajas sobre otros, porque la exportación de algunos
dada en 1948, observan que ·c ada clase de producción bienes debe, en definitiva, estar compensada por la
tiene sus dimensiones naturales; y que cuando se importación de otros que el país necesita y que no
examinan los requerimientos técnicos y financieros puede obtener sino de otras economías nacionales.
de las industrias no existen razones válidas para Por eso, una vez equilibrado el intercambio inter·
que los bienes que se consumen en la vida diaria nacional por las ventajas recíprocas que se obtienen
no puedan ser manufacturados en las empresas al exportar un saldo de bienes y servicios en cam-
pequeñas. Cierto que estas empresas pueden ser bio de la importación de otro saldo de bienes y
desaconsejables para algunos procesos de montaje servicios, de igual valor económico, no queda otro
de las piezas elaboradas. Pero aun así no se debe ··- recurso para una mayor producción que la amplia·
recurrir tan fácilmente a la gran empresa, pues ción del propio consumo nacional. Un mayor con·
estos procesos pueden cumplirse con la misma per- sumo implica un mayor poder adquisitivo. Un ma·
fección técnica en cooperativas de productores, co-. · yor poder adquisitivo, a su vez, no es posible sin
mo lo ha aconsejado el Santo Padre en julio de 1947 un incremento de sueldos y salarios. No hay otra
(Carta a Carlos Flory) y como se practica en al- solución, para la ampliación de una producción que
gunas cooperativas de Europa, por ejemplo en la el aumento real de sueldos y salarios que absorba
manufactura de cristales ópticos. La posibilidad, aquella producción. Y como aqu~Ila estará c~m­
añaden los obispos, de organizar muchos de los puesta por bien~s. de consu~o, b.1enes de ?ap1tal
procesos de montaje de las piezas ya fabricadas en consistentes en vivienda propia y bienes propiamen-
empresas pequeñas o medianas por medio de coo-, te productivos, no queda otro recurso sino que todo
perativas de productores, está probada por la ex· el personal contratado, sea el grupo de colaborado-
periencia de la industria de ingeniería de paz y de . res inmediatos, técnicos, administradores y conta·
guerra en Austra.lia. bles, sea el grupo de empleados y de trabaja?ores,
Interesa combatir la creencia "fácil" de que un reciba una parte proporcional de aquellos bienes.
determinismo ciego empuja hacia la mecanización
de la economía. Por el contrario, el hombre, con e) El asunto es tan claro que sorprende por su mis-
~a claridad y no necesita de explicación ulterior.
esfuerzo de su razón debe buscar, aun dentro de
las exigencias técnicas y económicas, una solución Si el grupo de empresarios con el trabajo de los
que sin privarlo de la ventaja de la máquina no administradores, técnicos, empleados y obreros rea·
lo convierta en esclavo de ella. liza una producción X, consistente en bienes de
consumo y de capital, es necesario que esa produc-
ción sea proporcionalmente repartiaa, de acuerdo
VI. AUMENTO PROGRESIVO DE SUELDOS Y con la ley de la reciprocidad en los cambios, entre
SALARIOS QUE ELEVE EL NIVEL DE VIDA, todos los que han contribuido a formarla. Es nece-
PERMITA EL AHORRO Y CON ELLO EL ACCESO sario no sólo para el bien de la masa ~e empleados
A LA PROPIEDAD, INCLUSO PRODUCTIVA
y asalariados, sino del mismo empresano, en cuanto,
Si aumenta la producción, también debe ser am· únicamente de esta, manera, puede asegurar el fun-
pliado el mercado en donde aquélla sea absorbida. cionamiento indefinido, sin trabas sustanciales, de]
Este mercado podrá ser el exterior para algunos proceso económico.
productos en los cuales un país tenga algunas ven· Porque resulta evidente que, si aquellos bienes
148 Conceptos fundttmentales de la Economía Problema de la empresa 149

no son repartidos o no lo son proporcionalmente, ciplina en los otros, y en definitiva.', todo s~ traduce
se han de producir dos trabas en el proceso econó· en una sensible y progresiva reducc10n de bienes pro-
mico: unas en el caso de no ser repartidos, otras, ducidos. Y por estas segundas trabas, al no haber
en el caso de no ser repartidos proporcionalmente. producción, tampoco habrá un mayor reparto de
Las primeras, porque si aquella producción de un bienes, en el que estábamos empeñados.
año determinado, aseguradas las amortizaciones y La necesidad del reparto proporcional de aquella
reservas correspondientes, que afiancen el mante· producción aumentada, entre todos los que diver-
nimiento del capital nacional, no es repartida, de· samente han contribuido a formarla, no puede ser
terminará la disminución de los nuevos bienes a más clara. Y como' aquella producción incluye do~
producir y consiguientemente una reducción del clases de bienes los de consumo y los de capital,
poder productor, de los sueldos y salarios, y por lo '
y a aquéllos corresponde '
lo que se gasta y a estos
mismo, la pesadilla del paro forzoso. Las segundas, lo que se ahorra, se sigue también que tanto e]
o sea, si no se efectúa proporcionalmente el reparto consumo como el ahorro de todas las capas pro-
de aquellos bienes entre todos los que han coope· ductoras debe aumentar proporcionalmente. "Por
rado a su producción, también ocasionará impedi- esto -con gran sabiduría decía el Santo Padre a
mentos aunque de otro tipo. Porque los sujetos eco· los patronos en el discurso del 7 de mayo de 1949-,
nómicos que produjeron los bienes de consumo y es sumamente ventajoso para una sana economía
de capital de un ejercicio económico, han coope- social que este acrecentamiento del capital proven·
rado todos a esa producción de diversa manera; ga de fuentes lo más numerosas posibles; es por
por que los unos han contribuido con los medios consiguiente muy deseable que los obreros puedan
de producción, que son frutos de ahorros antericr también ellos participar con el fruto de su ahn.rro
res de riqueza.; los otros, aportaron además la in· en la, constituci6n del capital nacional".
dustria personal, como en el caso del empresario; Y en una economía en que todas fas fuerzas
el personal contratado también intervino, aunque -· productoras pujan por aumentar la renta nacional
muy diversa sea en calidad y cantidad la contri· y en que ésta se reparte proporcionalmente entre
bución del personal técnico, administrativo y conta- todos los que han contribuido a formarla, ha de
ble que ha puesto una mayor iniciativa y respon· "resultar que habrá un mayor consumo y ~abrá un
sabilidad respecto de la del personal puramente mayor ahorro, incluso en las clases asalanadas; de
ejecutivo y mecánico; y aun dentro de cada una de esta manera se facilitará la construcción de vivien·
estas categorías subsisten disparidades en la contri· das propias y hacerse de un capital' productivo que
bución. Esta diversidad debe ser respetada. De no manejarán en una pequeña industria o que inver-
ser así se le suma .Ja presión de los sindicatos de gran tirán en las empresas ya constituidas. La participa-
fuerza numérica, se asignan ventajas al personal ción en las empresas, donde han invertido sus aho-
puramente ejecutivo sobre el personal que ha pues- rros, les dará derecho no sólo a gozar de sus be-
to iniciativa, dirección y responsabilidad, de tal for- neficios sino también en su gestión o gobierno.
ma que éste se desalienta y aquél se ensoberbece Mediante el proceso productivo y solamente así,
y en consecuencia, al no ser estimulada la iniciativa, se han de solucionar, para bien de empresarios y
la dirección y la responsabilida.d, desaparece el in· del personal contratado, un mayor consumo, ah~r~o,
terés por prnducir en los unos, aumenta la indis- y la participación posible de todos en el domm10,
150 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 151

en los beneficios y en la gestión de las empresas. nada de intrínsecamente injusto. Por esto estima·
Buscar la solución por otro camino, al margen de] mos erróneos los conatos de reforma de la estruc·
proceso productivo, y querer presionar con fa fuer· tura de la empresa. Reconocemos que hay desórde·
za del Estado o de los sindicatos para que se les dé nes en el funcionamiento de las empresas pero que
a los obr·eros y em¡>leados participación e interven· no deben atribuirse a una mala conformación de
ción en la marcha de las empresas, es tocar el pro· su estructura sino s·encillamente a que su funcio-
ceso productivo, y con ello trabar la producción y namiento no se subordina a las reglas de la justicia
la. creación no ya de nuevas, sino simplemente de y a las del bien común. La actual empresa es mala,
riquezas. diríamos, no por ser capitalista sino por "liberal",
Si esto es tan daro y evidente, podrá objetar al- vale decir por no obedecer a otra ley que a la de
guno: ¿cómo tan pocos lo advierten? Pocos lo la libre concurrencia del mercado.
advierten, porque pocos son los que consideran y Por lo mismo que no aceptamos "la reforma de la
buscan la solución de los problemas económicos, estructura de la empresa", también rechazamos lo
colocándose en el punto de observación en que que se ha dado en llamar "la empresa comunita·
deben apreciarse con suficiente perspectiva tales ria". Esta expresión da a. entender que la empresa
problemas. Es éste el punto de la economía, nacio· ha de organizarse como si fuera una comunidad, en
nal y desde él, como ha advertido Pío XII a los la cual todos sus componentes, empresarios propia·
patronos el 7 de mayo de 1949, es evidente que mente dichos, inversores, empleados y asalariados no
"empresarios y obreros no son antagonistas incon· se a justarían entre sí a la relación de justi.cia con-
ciliables; son cooperadores de una obra común"... mutativa que surge del contrato del salariado en-
"comen por decirlo así en una misma mesa.". Pero, tre el dueño y personal contratado, sino únicamente
esto que resulta claro se torna confuso, turbio e in· al contrato de sociedad. Se estructurarían las em·
soluble, cuando cada parte no mira sino su interés presas so~re la. base de comunidades de trabajo. en
propio, particular e inmediato y cree que su enri- que estanan asociados los que aportan el capital,
quecimiento se efectuará a costa del de la otra con los que aportan el trabajo. De modo que los
parte. beneficios de la empresa se distribuirían luego de
acuerdo con una proporción, parte para el empre-
VIL EL PROBLEMA DE LA REFORMA DE LA sario, parte para 1os que aportan el capital, parte
EMPRESA, LA EMPRESA COMUNITARIA Y EL para los que aportan el trabajo.
PENSAMIENTO PONTIFICIO No hay por qué señalar que si alguno quiere
En lo que hasta aquí hemos estudiado nada en· organizar una empresa sobre esta. base no hay en
centramos en la empresa moderna que por su natu- ello, evidentemente, nada reprensible. Pero lo que
raleza podamos considerar como económicamente no puede aceptarse es que sea éste un molde o
incompatible con los fines humanos. La empresa modelo al cual deban ajustarse las empresas o la
actual no tiene nada de perverso en su estructura mayoría de ellas o que se h~ga ~1epender el o:dena·
propia, sino en cuanto actúa sin someterse a instan- miento social de la multiphcac10n de este tipo de
cias superiores. Tanto el concepto de empresario empresas. Esto mismo lo record6 el Santo . Padr.e
como el de capital, el de beneficio y el de personal en el discurso del 7 de mayo de 1949, arnba c1·
asalariado y ]as relaciones entre ellos no poseen tado: "No se estaría tampoco en lo verdadero si se
152 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 153

quisiera afirmar que toda empresa particular es por Si se tiene presente que la eficacia de la libre
su naturaleza una sociedad, de manera que las re- empresa descansa en el empresario, esto es en el
laciones entre los participantes sean en ella deter· sujeto o grupo de sujetos, que asume la responsa·
minados por las normas de la justicia distributiva, de bilidad de la misma; si se tiene presente que mal
suerte que todos indistintamente -propietarios o no puede asegurarse una abundante distrib~~ión de
de los medios de producción- tendrían derecho a ?I' bienes, si se atenta contra el factor decisivo que
una parte en la propiedad o por lo menos en los be- determina su producción -imposible repartir cuan·
neficios de la empresa". do no se produce o se produce poco- se convence
La teoría de la reforma de la estructura de la uno de que sólo respetando esta condición de la
empresa comenzó a circular en el campo católico, empresa, se pueden corregir sus abusos.
tomando pie, equivocad.amente, en aquellas pala- En realidad en cuantos sostienen 1a reforma de
bras de Pío XI en la Quadragessimo anno, cuando la estructura ' de la empresa hay un empeño en
después de defender el régimen del salariado con· reemplazar el contrato del salariado por d de so·
tra los que lo acusaban de injusto, añade: "Pero juz· ciedad. Para estimular sus deseos, los reformadores
gamos que, atendidas las condiciones modernas de se basaron en una frase ele Pío XII en el radiomen·
la asociación humana, sería más oportuno que el con· saje de setiembre de 1944, cuando decía: "donde
trato de trabajo se suavizara algún tanto en cuanto la gran empresa se manifiesta hoy mayormente pro-
fuere posible por medio del contra.to de sociedad, ductiva debe ser ofrecida la posibilidad de suavizar
como ya se ha comenzado a hacer en diversas for- el contrato de trabajo con un contrato de sociedad".
mas con provecho no escaso de los mismos obreros Pero "suavizar el contrato de trabajo con un con·
y aun patronos. De esta suerte los obreros y em· trato de sociedad" no denota reemplazar el uno por
pleados participan en cierta manera, ya en el do- el otro. Es inherente al proceso productivo de bie-
minio, ya en la, gestión de las empresas, ya en las nes como hemos visto en el anterior y en el presente
ganancias obtenidas". capítulo, que el empresario, vale decir el sujeto
Pero en estas palabras, nada hay que implique dotado ele ciertas condiciones relativamente excep-
una reforma de estructura dentro de 1a misma em· cionales de inteligencia práctica y de carácter -in-
presa. No se habla. de reemplazar el contrato de N-ustria- se decida a la creación de nueva riqueza.
trabajo por el de sociedad, sino de suavizar aquél A su vez, es necesario que cuente con un bie~ o
con éste. Fácil es advertir que en el caso de una con bienes preexistentes, medios de producción
armonización, el contrato de trabajo permanece sobre los cuales ponga su acción y los convierta en
substancialmente inalterado. Lo mismo hay que creadores ele riqueza. Trabaja para obtener un be·
decir cuando se invoca la participación en el domi- neficio o rendimiento de bienes, corre un riesgo,
nio, en la gestión y en las ganancias. La participa· debe por tanto quedar en sus manos y exclusiva·
ción, por su misma naturaleza, encierra un grado mente en ellas la tarea de organizar su empresa.
esencialmente diferente, de intervenir en el domi· Porque si debiera sujetarse necesariamei:ite . a con-
~io, en la gestión y en la ganancia, del que puede diciones como son la de depender del entena y de
mvocar aquél que no participa, sino que ejerce la la voluntad de otros para organizar su empresa,
propiedad, el dominio y a quien le corresponde el preferirá desistir y no hacer nada. Justo será que si
beneficio. · pide a otros colaboración, arregle con ellos el modc
154 Conceptos fundamentales de la Economía Problema de la empresa 155

de pagar esta colaboración, pero no se le puede ros y empresarios católicos convienen e~ afirmar
obligar a que la arregle necesariamente sobre la que el derecho de cogestión personal, social y ec.o·
base de sociedad, máxime cuando estos colaborado- nómica es para todos cuantos colaboran en un ¿is·
res no pueden aportar sino el trabajo manual. mo empeño un derecho natural, dentro de un or en
De aquí que estas pretensiones de los que hablan uerido por Dios. A este derecho correspond.e la
de reforma, de estructura de la empresa y de em· {esponsabilidad comú~ de todos. N<?,sotros pedimos
presa comunitaria si se tomaran y aplicaran en serio, que tenga su traduccion en una ley .
no harían otra cosa que frenar y paralizar el pro· Lo más grave de esta declaración está en. recla·
ceso productivo; y sin producción no hay bienes mar como un derecho natural el de co~estión de
y sin bienes no hay reparto equitativo. Por eso, las empresas. No hay duda que se pue e acordar
Pío XII en su discurso del 7 de mayo de 1949 di· por ley 0 por un acuer?o de l~s partes. La c~nve­
rigido a los delegados de la IX Conferencia In· niencia 0 inconveniencia de dicha ley debera ~~r
ternacional de las Asociaciones Patronales Católicas, medida, por la eficacia que tenga en la soluc1on
reafirmó la autoridad de los empresarios, dueños del problema económico y social. Pero reclama~lo
de los medios de producción, condenó la excesiva como un derecho natural implica censurar de m·
intervención estatal y disipó las ilusiones de los justo el puro contrato de salario. De aquí que no
que ponían la reforma social en la transformación se hizo esperar la advertencia del Sa.n~o. Padre. En
de la empresa actual por comunidades de trabajo. su discurso del 3 de junio de 1950, dmgido al Con·
Allí entre otras pronunció estas significativas pala· greso de Estudios Sociales, el Papa reconoce que
bras: "El propietario de los medios de producción, "desde hace decenas de años en la mayoría de los
cualquiera que él sea -propietario particular, aso- países ... se ha formado una política social gue ~e
ciación de obreros o fundación- debe siempre, den· caracteriza . . . por el sometimien~o del propiet~no
tro de los límites del derecho público de la econo- privado, que dispone de los medios de prod~cción,
mía, permanecer dueño de sus decisiones econó· a obligaciones jurídicas en favor del obrero .
micas". El Papa no condena esta polític.a social per,o
1

Es claro que una vez afirmada esta intocable au· 1\ldvierte que ella debe tener un limite y es aquel
toridad del empresario y de 1a libre empresa, nada en que "surge -son palabras textuales- el peh~ro
impide que se excogiten medidas que suavicen el de que la clase obrera siga a su vez lo~ e7rores el
puro contrato de trabajo por una participación más capital, que consistían en sus~aer~ Rrmc1palmente
o menos activa, según el grado y la capacidad del en las grandes empresas, la clispos1c.1~n de los me·
personal contratado, en la marcha de la. empresa. dios de producción a la responsab1hdad personal
Todo ello depende de que tales medidas no traben del propietario -individuo o sociedad-, para trans·
sino que ayuden al proceso productivo. Pero los ferirla a una responsabilidad diluida" en for~a an~·
reformadores de la estructura de la empresa no se nima colectiva"; y el Papa añade: Un pe~1gro s1·
sintieron satisfechos con este planteo tan da.ro y milar se presenta igualmente cuando se exige que
decisivo del Santo Padre. Y así en Alemania se los asalariados pertenecientes a, una empre.sa tengan
reunieron los católicos en Bochum, el 4 de setiem· en ella el derecho de cogestion econom1ca, . so~re
bre de 1949, con motivo de la tradicional Katholi· todo cuando el ejercicio de ese derecho se e¡ercita
kentag y redactaron esta declaración: "Los obre· en realidad, de modo directo o indirecto, por orga·
Problema de la empresa 157
156 Conceptos funda.mentales de la Economía
tendencias que en tales mo;imientos. infiltran, las
nizaciones dirigidas al margen de la empresa. Pero cuales no aplican, como conviene, 1as mcontestables
ni la naturaleza del contrato de trabajo ni la na· normas del derecho natural, a las mudables con-
turaleza de la empresa comporta por sí misma un diciones del tiempo, sino que simplemente las ex·
derecho de esta clase". cluyen ..." y añade más adelante: "Quien se dedica
Pero hay algo todavía más grave en este planteo a tratar problemas relativos a 1a reforma de la es-
de los reformadores de la empresa, como lo advertía tructura de la empresa sin tener en cuenta que cad~
el mismo Santo Padre, y es que "hacen perder de empresa particular está por su ~in est:echamente li-
vista el más importante, el problema más urgente, gada al conjunto de la economrn nac10nal, corre ~]
aquél que gravita como una pesadilla precisamente riesgo de poner premisas err6ne~s v falsas,,, con
sobre esos viejos países industrializados. Nos, que- daños del orden económico y social completo ·
remos recordar el problema de la inminente y per· En el pensamiento pontificio, la empresa debe
manente amenaza del paro forzoso, el problema de sufrir al~unas modificaciones pero, no ~n su estruc-
la obtención y de la seguridad de una productivi· tura intrínseca, vale decir en las relac10nes de ~a­
dad normal, de aquella que tanto por su origen pital y trabajo aseguradas por el contrato de traba10,
como por su fin está íntimamente considerada co- sino en el funcionamiento de esa estructura, que no
mo unidad moral, jurídica y económica". debe estar sujeta a la ley de la oferta Y de 1a de-
Con esto el Santo Padre no se proponía sino manda únicamente, sino también a lo i:iue he~os
desalentar a los católicos que, empeñados en la re· llamado la ley de la reciprocidad en los cambios.
forma de la estructura de la empresa, querían por ¿Qué sucede· hoy con una empresa? Que llevada
este camino, al menos principalmente, hallar la so· por el afán de obtener lucro -fin que no es de su~o
lución a los graves problemas económicos de Ja so- malo- en el momento de expansión de 1a econom1a
ciedad contemporánea. No es aquí, en la reforma 0 sea el ascenso de la curva del ciclo, crea Ia ~e­
de la empresa, sino en "]a sana productividad de la manda de productos, con el aumento de salarios.
economía nacional" como textualmente dice el Papa, Los salarios, aumentados, absorben las nuevas mer-
vale decir, en un aumento de 1a producción propor· caderías que fluyen de la empresa: pero ?orno los
cionalmente redistribuida en todos ]os sectores de -,salarios son relativamente fijos, v el. pode.no de las
la economía nacional, donde se ha de buscar esta empresas tiende a aumentar por las mvers1ones nue-
solución. Por esto el Papa en su discurso del 31 de vas que se traducen en incremento de nuevas mer·
enero de 1952, dirigido a los miembros del Consejo caderías, éstas no pueden ser absorbidas por los
Nacional de la Unión Cristiana de Directores de salarios relativamente estacionados y entonces se
Empresa, después de referfrse elogiosrrmente a la produce el paro forzoso. Es~e hecho exig.e una me-
humanización de todos los valores de las empresas, jora en los salarios que este en proporc16~ con el
añadió: "se habla hoy mucho de una reforma en la nuevo incremento de riqueza que se. habn.a opera-
estructura de la empresa y aquellos que la promue- do. Por aquí tendríamos que el fun.c1.ona~1ento del
ven piensan en primer lugar en modificaciones ju· proceso económico exige una parhc1pac10~ en lrni
rídicas entre todos los miembros, sean ellos empre· beneficios, vale decir, en la nueva ganancia de fa
sarios o dependientes incorporados a Ja empresa empresa.
en virtud del contrato de trabajo. No han podido Es indudable que la productividad aumenta sobre
escapar, sin embargo a nuestra consideración las
158 Conceptos fundamentales de la Economía

todo por el dinamismo del hombre de empresa. Este ORDEN ECONóMICO-SOCIAL


aumento puede ser aun mayor si se estimula al per-
sonal directivo, técnico, empleados y asalariados ha-
como problema
ciéndoles participar del beneficio. Por otra parte la f
SuMARI~: l. E'.l paro r:d:::amiento de toda
productividad no puede crecer de modo continuo, cuya soluc;6n e;ig;l ~~dita nacional como prin-
si de modo también continuo y proporcionado no la economia. -:- · l de las cosa!. - 3. La
aumenta el poder adquisitivo real de los consumido- cipio de medida del.:::zre interprofesional co-
organizaci6n profesi f.. y procurar el rédito
res; pero, como la masa de consumidores la consti· mo condici6n para n6i1ar. 4 Necesidad 11
tuyen los empleados y asalariados, de modo tam· 'eto eco mico. - .
de cada su1 d 5 "La empresa Ubrs,
bién continuo y proporcionado han de ser aumen· funciones Jel !stza ~e.ri6n organizada, baj~
tados sus sueldos y jornales. Así se cumpliría., en en el c~aaa'ºaez Estado" f6rmula de la orgam·
la autori '
virtud de exigencias económicas, la participación en zación económica.
los beneficios.
Es innegable que este aumento progresivo de sa-
lario no acarreará ningún proceso inflatorio por
cuanto estará respaldado por un acrecentamiento
de bienes reales.
Disponiendo los obreros y empleados de mayores
entradas, no sólo estarán en condiciones de elevar
COMO PROBLEMA CUYA
EL PARO ~N2iºEL REORDENAMIENTO
su nivel de vida con un mayor consumo, sino que l.
podrán separar parte de sus ingresos e invertirlos SOLUCl°rfE TODA LA ECONOM1A
en las empresas. Así podrán participar en el domi·
nio y propiedad de las empresas. La participación , t · res podemos
en el dominio traerá de suyo una participación tam· D 1 d'cho en los capitu1os an eno 1
e o i f . categóricas. Una, que as
bién mayor en la gestión, mediante la asamblea de recoger do~ a irma?1on:diatos de producción y dis-
los accionistas. Pero nada impediría que, fuera de empresas, organo.s mm d ben desenvolverse libre·
ésta, pudiera cumplirse una participación en la tribución de las nq~ezas, e o monta una empresa
gestión por una consulta más sostenida entre la " mente. El empresa1:10, erb~~~~~te a ello, eligiendo
parte patronal y la asalariada. P orque se determina 1 b
l'b rtad el ru ro a que
la ha ae de-
Lo importante que debe ser señalado es que todo a~imismo con i e de un beneficio, cuyo monto
el mejoramiento económico y social de los sectores d1car, en la espe~a 1 movimiento libre del
necesitados ha de ser buscado y procurado a. través deberá ser determmado Pº.r, e t libertad no
d L t afirmac10n que es a
del proceso productivo. Porque sólo respetando la merca o. a o ra . . 1't da y ello en beneficio
interdependencia de todos los factores de la pro- !Jodía ser absoluta
.
e 11
1 1?ª ' ·
sano porque s1 se
lo de1·a mo-
ducción y de la distribución se consigue un ajuste aun del J?rop10dem!r1 ta Ílevado por su interés p~r­
estable de la producción con el consumo, cuer- ver con h~erta .ª so u d' . ' los sueldos y salarios
damente acomodado también éste a las necesidades ticular e mmed1ato, re ucira l que hará imposible
y a la dignidad del hombre, para reducir los costos, con o odrán ser adqui-
la venta de sus productos, que no pl d s y obreros
{_· ridos si no proporciona a sus emp ea o
160 Conceptos fundamentales de la Economía
Orden económico-social 161
dine~o I?ªra co~prarlos. El problema se plantea en
los sigme.ntes terminas: hay que dar libertad a los talida.d infantil alcanza el porcentaje de 153 %o en
e~presanos porque de otra suerte no habría produc- China. Hay 75 % de analfabetos en la India, en
ción; no hay que darles libertad ilimitada porque Turquía y en Egipto, 50 % en Perú y en el Brasil.
en este ?aso, no ~a~ría distribución y, al faltar ésta, El grado de degradación de la especie humana está
se parahzana asimismo la producción. ¿Dónde en· en correlación positiva con el nivel del rédito ma-
~on.trar la fórmula exacta que fije dentro de ué terial; ahora bien, sabemos que el 46 % de nues·
h~1tes ~e .ha de mover la libertad del empresari~ y tros semejantes no comen para saciar su hambre.
como limitar esa libertad para que no se atente "Tal es el balance para la mitad de la humanidad.
contra el organismo productor? Y nosotros, vivimos en una pobreza confortable y
~n. realidad, la libertad ilimitada del empresario se encuentran, aun en los países mejor dotados, is-
comc1de con un fenómeno que acompaña invaria· lotes de gran miseria".
blemente al capitalismo liberta} y es el del paro for· Sería fácil mostrar cómo el capitalismo liberal es
zoso o desocupacf ón que ~e traduce en miseria y el causante de esta situación de extrema miseria de
hambre: ~as Nac10nes Umdas dieron a conocer el vastas regiones del globo ya que su mecanismo
26 ~e Julio de 1951 un importante estudio sobre cuando se mueve con libertad ilimitada opera a
lo~ i~gresos de los distintos países del mundo dis· modo de bomba que acumula en unas partes las
cnmmados per capita. El cuadro revela con clari· riquezas que desaloja de otras. Por esto, la miseria,
dad el desequilibrio de las distintas regiones del y miseria de desolación y hambre, es el acompa-
globo Y ~uestra I~ concentración de riquezas en ñante obligado de la enorme riqueza que sin lugar
u~a porc1on reducida, mientras los otros sectores a dudas produce el capitalismo. De aquí que tenga
m~s dens?s permanecen en una miseria pavorosa. gran sentido y significación excepcional la invita-
Asi el .Asia que cuenta con más de la mitad de Ja ción que reiteradas veces estos últimos años, ha for·
población del, mundo dispone de una renta indivi- mulado Pío XII para que se estudie "el gran proble-
dual de. 50 dolares por año, mientras que los Esta- ma social gue se yergue en la encrucijada eh la
dos U~!dos que cuentan con sólo el 10 % de la hora presente ... aquel que, en mayor medida que
P?blac1on mundial disponen de una renta por ha· otro alguno, alimenta hoy la ruinosa guerra fría y
bitante. de 1.10? .dólares por año. De acuerdo con amenaza con hacer estallar la incomparablemente
est~s ~1f~as Amenca del Norte dispone de una ren- más desastrosa guerra caliente, la verdadera gue-
ta md1v1dual de 1.100 dólares anuales; Oceanía de rra". ¿Y cuál es este problema? Pío XII lo enuncia
560; Europa de 360; U. R. S. S. de 310; América del de dos maneras, aunque en realidad no constituye
Sur de 176; África de 75 y Asia de 50. sino un único y mismo problema: "Es preciso
Fran9ois Perroux acaba de señalar en la Semana -dice-, considerar bien de frente, en toda su am-
S?cial d~ Dijon, del año pasado, cómo "desde los plitud, el deber de dar a innumerables familias, en
c1ent? cmcuei:ta años que existe, la economía in- su unidad natural, moral, jurídica y económica, un
d ustna.l y capitalista ha registrado los más medio· justo espacio vital que responda, aun de una ma-
eres ~esultados: la mitad de la humanidad está nera modesta pero al menos suficiente, a las exi·
sometida a un régimen infrahumano, oprimida por gencias de la dignidad humana". O sea, lo impor-
la enfermedad, la muerte y la ignorancia. La mor- tante e ineludible es la "estabilidad económica de
la familia", la cual es desh·tiida en un régimen de
Orden económico-social 163

162 Conceptos fundamentales de la Economía


. . e absorba la producción
adquisitivo suficie¿te t~~bién continuo, habrá ale-
producción en el cual, al culminar el momento ex· que echa ~l i:ierca o b'l'd d habrá sido devuelta
pansivo, se hace inevitable la disminución o cese jado la misena; la esta i i a 1 conomías co-
del trabajo. Por esto, en esa misma, a.locución añade ' a millones de f~milia~ hum~~:In:asa: y Postradas
con energía Pío XII: "¡Basta de anteojeras que res· loniales Y s¿mi¿fl~riale~trópolis mundiales, habrán
tringen el campo visual y reducen el vasto problema por el espl~n or e.' ~s m de esta suerte, habrá sido
del paro forzoso a un simple intento de una mejor cobrado vida progrn, /,' XII una de las principales
distribución de las sumas de las fuerzas físicas in· eliminada, corr:io · ce l~ gu~rra con que el comu-
dividuales del trabajo en el mundo!" causas que alimentan d
· ender el mun o.
Es evidente que el paro forzoso o la desocupa· nismo quiere ene modesto que nos plan-
ción es un síntoma gravísimo de la economía con· Este problem~, al parecll~s vasta~ repercusiones
temporánea, que debe ser atacado de frente. No team~s ~oy, enc1~rla ~mpóm.o 1:'ograr que la empresa
es posible admitir la.s soluciones de los economistas economicas Y. so~ia es d¿~ de funcionar acumulando
que dibujan curvas del "empleo" o "semiempleo" o libre del capitalismo e1e o ta del empobrecimien·
"desempleo", y que cuando se produce el desempleo riquezas en ':1nos gru~~s a c, hacer para que el mis·
por un lado, aconsejan a los poderes públicos que to del orgamsmo soc~a' que lu ar de acumular, re·
emprendan obras públicas por otro, para que lama· mo proceso productivo, en g. en todos lm
distribuya armónicamente las nquezas
no de obra que es expulsada de unas empresas sea
empleada en otr~~'.- Podrán tolerarse éstas como grupos de la sociedad?
soluciones de emergencia. Pero las familias tienen
derecho a la estabilidad y no pueden encomendar
su suerte a las curvas y teorías de aquéllos. Ahora II. EL RltDITAODNEALC~°ttdR i~iA~R¿~~l~IO
bien, el estudio a fondo del paro forzoso conduce DE MEDID
a un estudio también a fondo de la naturaleza y 1 resa privada y libre.
del funcionamiento de la economía capitalista Ji. Hemos abogadl por ~ ef.1Jertad no entendemo~
beral. El paro forzoso que es una lacra vergonzosa, Pero cuando ha? a~osa d: :noverse como quiera y
es una manera de manifestarse a causa de la extre· (\Ue el em~resano yllando todo derecho. La em·
ma miseria que anda junto ·con la extrema riqueza cuando quiera, atropd cada empresario es
en el capitalismo liberal; y el paro forzoso y esta presa debe ser, p~iva ª ep~:~~eve or su particula1
miseria son modos de cómo se manifiesta la inesta· un su1· eto economico qu . pb'li' dad y a su
bilidad a que el liberalismo capitalista condena a b . propia responsa i
iniciativa, ª1º su mpresario debe arriesgar
las familias trabajadoras. El paro forzoso, esa exe- propio riesgo. Por est? e1 e le obli a a ser responsa·
crable miseria y esa inestabilidad permanente de capital, porque este r.iesdgo b'e~ del Estado o de
las familias asalariadas, son otros tantos justificativos . bra no pier e un i
bl e. Si. qu~e ' . ro io. El empresano se
.

del comunismo que amenaza encender la guerra la comumdad, sii:io uno P p . ue él se decide a
en el mundo. mueve también libremente po:q como quiere y se
Por esto, si la economía moderna logra curar esa organizar la emdpresa, .la md onunª mercado libre. ¿Su
terrible llaga que la aqueja y consume, es decir mueve d entro e precios ? p e podríamos preguntat
que, cuando alcance su momento culminante de ex- libertad es abso 1uta ero
pansión ha de detenerse porque no encuentra poder
164
Conceptos fundamentales de la Economía

~era absoluta su Jibertad en el más furiosamente Ji. Orden económico-social 165


beraI de los regímenes económicos? Y Ja respuesta
no puede sino ser negativa. Porque en el 1iberalis·' e como Zi1:i~taciones. .
a l~s cuales tanto él como fos
u libertad de operar, sino
mo eI empresario que se decide a impulsar su pro;. orno cond1c10nes ba1o da la verdadera
ducción debe ajustarse a las exigencias de! mercado:! tros empresan~s, · fenen asegura
.I re las de juego y no
Si hay superpr6ducci6n de acero no va a incremen-. libertad de movimiento. Son g t 'I como los
tar d.icha, · producci6n; debe acomodarse al interés· limitaciones. L~ recuer danarácter que tan o e
de tales que mo-
que le fijan los bancos; debe adaptarse a las exigen- · otros empresanos, en sdu c . ,.n disponen de poder
cias del personal contratado no s61o en Jo que se · . d · de pro uccio ,
vihzan me ios d es legítimo y ne-
refiere aJ precio sino en la preparación de ese económico; y aunque ~ste popre:sta al abuso frente
personat debe amoldarse a las condiciones y aJ cesario, como todo po er se
desarrollo económico de! país en que actúa. Existe
a los más débiles. 1 unas condiciones o su-
una cantidad de supuestos previos, determinados ; Le recuerdan entonces a .g 'l abuse de los econó-
por eI estado social, _jurídico y político del país e~ pu . estos previos para que ~ e ez otros empre-
que se desenvuelve, que ha de aceptar como otros ·. micamente mas ' d'b"les
e 1 ' n1 a su dv bT dad Y aquí
tantos límites que se ·oponen a su libertad de mo· .· ~ , f abusen de su e 1 1 ·
sarios mas uer es,. 1 mito del liberalismo económ~-
t .
vimiento. ¿Por qué si se encuentra con tantas limi·
taciones continuamos hablando de «empresa libre"?
~ueremos deshacel e 1 recio del mercado libre, li-
~Cuándo diremos que I1a perdido su libertad de coberal, acerca del cua e P d. nte de las cosas.
es el precio :orrespon l~r ue en el libera-
movimiento? Cuando se Je obligue a montar una ··- Nad a más falso. Precisamente, p q t"cipación
industria, aun cuando no quiera ni Je convenim; sea tablecian con an 1
lismo económico n? se es e ecta igualdad, en que
porque se Ie fija un tipo y condiciones de fabrica. h
los supuestos previos de rf artes los precios del
ción o un precio que, a su juicio, no Je va a repor·
tar beneficio. Por muc110s que sean los supuestos
debían desenvolvez:b 1
;:~i~~ ~busi;os. Estaban d~­
mercado no eran r t cía de la parte econo-
previos con que se lo limita, si a su Juicio puede - terminados po; la prepo e~e imponía condiciones
desenvolverse en forma taJ oue obtenga un benefi. micamente mas f~er~'b 9¡ y así e)_ contratista
cio, fnito de su trabajo, del cual puede hacer el abusivas a las mas de 1 es. asalariados y nos les
uso que Ie convenga, diremos que su empresa es -.. ahusaba, del ~am~r,e . e s~s 1 restamista abusaba
libre. Porque, una vez señalados esos supuestos pre. ., pagaba la retnbuc10n 1usta, e. p sin correr ningún
vios, que serán los mismos para todos los que como 'de la necesidad d~l e~pre~~n~l ~réstamo; el indus-
él actúan en esas actividades, quedará en libertad riesgo le cobraba mte;es p reductos manufac-
para acondicionar y organizar todos los factores de trial se hacía pagar mas por susbp al agricultor Se
producción, de modo tal que 1a libertad de mo- · d 1 él entrega a · ·.
turados e o que rta , de la demanda im-
vimiento en el mercado le reporte una ganancia. '"' .decía que l~ ledy dle la olfae i'os )cuando disminuía el
En otras palabras, será libre el empresario, cuando ' 1 ba1a e . os sa r .' 1
poma a . . de desocupac1on os
tenga libertad para organizar Ja empresa en forma
tal que realice un beneficio. _trabajo y que. s1 en tiei:nd~o a trabaJ'ar por salarios
. b se hubieran avem 'l'b .
Esos supuestos previos que se le han de fijar al , .·º
más reros
ba1os. se h u.b iera ' res tablecido
.. el eqm 1 no y
empresario no deben ser considerados necesariamen· .. . .h b ' desaparecido la cns1s. .
.i aPerona '
se les podna rep icar, ¿p
l. . orqué en tiempo
el fenómeno
' . ,
de clesocupac10n, en que se produce
Orden económico-social 167
166 Conceptos fundamentales de la Economía
la esclavitud. Porque en ésta, el patrón daba de
de superproducción, no se ajustan los empresarios comer a su esclavo y en aquélla lo abandona al
a la ley de la oferta y la demanda, y habiendo hambre.
mucha oferta de mercaderías y poca demanda, no Luego es necesario obligar a los productores a
venden a cero su producción? ¿Por qué echaban .· que paguen lo que las cosas valen. Los preci.os
al fuego el trigo o el maíz y al mar el café antes de una economía liberal son precios de monopolio,
que consentir la baja de los precios? Dirán los eco- impuestos por los prepotentes. Y ello siempre tanto
nomistas que no es posible vender por debajo de los . en el liberalismo de mercado libre como en el de
costos de producción. Pero, ¿no es acaso la oferta y " monopolio.
la demanda la ley suprema del mercado? Y, además · Es falso que en el mecanismo automático de pre·
si no se pueden vender las cosas por debajo de los , cios de la economía, liberal se registraran los ver·
costos, tampoco, y con mayor razón, no se puede daderos precios económicos. En la economía liberal
vender el trabajo por debajo de las exigencias de _ en que se partía del supuesto previo de que el eco·
la dignidad humana. Lo que sucedía era que en el · nómicamente fuerte tenía necesidad de abusar y
liberalismo parecía natural, normal y consecuencia de sacar ventaja del económicamente débil, acaecía
del mercado que el más fuerte económicamente luego que los precios era~ t~mbién. abusivos. El
abusara del económicamente más débil. El abuso abuso de los precios no hacia smo registrar el abuso
era considerado como expresión misma de libertad. - ~ - de las condiciones que se habían establecido poi
Si se hubiera reflexionado se habría comprobado · anticipado.
que ese abuso sobre el económicamente débil por Si esto es así, ¿qué hacer para que se restitu~a el
parte del fuerte, lejos de estar reclamado por la ley .. verdadero precio en las transacciones econó:n1cas?
de la oferta y la demanda, implicaba la destruc- Y como cuestión previa, ¿es posible determmar el
ción de ésta. Porque esta ley regula el cambio. Y. verdadero precio de los bienes econó~icos? ,
si el cambio desaparece, también desaparece la ley. La cuestión no puede ser de mayor mterés. ¿Que
Ahora bien, la concepción liberal de Ja ley de la '. valen las cosas? Tenemos un producto simple que
oferta, y la demanda destruye el cambio. Porque si haya experimentado pocas valoraciones. Suponga·
el sujeto económicamente más fuerte se hiciera pa- hios que cuatro personas hayan elaborado un pro-
gar más de lo que entrega al económicamente más ducto X. Las cuatro personas estaban en diferente
débil, al cabo de un tiempo, el sujeto más débil situaci6n social. Una de ellas era dueño de sus
no tendrá nada para intercambiar con el más fuerte medios de producción lo que le daba rango social;
y si qu~~re seguir comiendo para no morir, tendrá fa otra, un ingeniero industrial competente que
que alquilar sus brazos al sujeto más fuerte y éste . se sentía acreditado en la sociedad; la tercera, un
le dará de comer, sino de favor, al menos para ;. ~; comerciante de relativa importancia y la última un
manterer las fuerzas de trabajo como quien man- . ~ artesano experto. Las cuatro personas viven exclu-
tiene un caballo o un buey. :f:ste es el mal que , sivamente de dicho producto que encuentra acep-
aqueja a la economía capitalista. En cada transacción taci6n en el mercado. ¿Cuál será el precio verda-
el sujeto más débil económicamente pierde, y el más ., dero de cada unidad de dicho producto? Pues aquél
fuerte, gana. Y como sobre esa base no puede que permita a esas cuatro personas que h.an pue.sto,
desarrollarse un proceso productivo, se produce e] además de su trabajo, medios de producc16n y cien-
paro forzoso, que, bajo cierto aspecto, es peor que
168 Conceptos fundamentales de la Economía Orden económico-social 169

cia, mantener su rango social dentro de la economía si hacemos un cálculo, todo un mundo de adminis·
nacional. Porque si así no fuera, y si a pesar de tradores, técnicos, contadores, capataces, emplea-
dedicarse a un trabajo útil que les llena el tiempo dos obreros se han movilizado en las reg10nes
hábil, se fueran empobreciendo, habría que atri· distantes de '1a Tierra para la fabricación de estas
buirlo a que su trabajo aplicado a medios de pro· sillas. ¿Quién podrá determinar el yalor de ~ada
ducción y cumplido con una ciencia determinada, una. de ellas? Y sin embargo cada una de ellas tiene
no encuentra la correspondiente compensación. un valor y un precio bien determinados, p~rque es
Dicho de otra manera, las cosas valen el rédito ohra de determinados productores. Esta silla vale
de las personas que las producen. Si fas cosas se el rédito de aquellos que la han producido.
venden por menos del rédito que las personas ne-
cesitan para mantener una situación económico-so- Esfa noción del rédito =valor de las cosas, nos
cial, estas personas bajan de condición social. Si se manifiesta la importancia que tienen los estudio~
venden por más, las personas aumentan de condi- de la economía contemporánea dedicados a deter-
ción social. Pero ¿cómo justificar un aumento de minar el régimen nacional y su distribución entre
condición social si por hipótesis no ha habido una los individuos y grupos sociales de una eco~omía.
cantidad o calidad de esfuerzos que exigiera ese Porque si es difícil, si no .imposible, det~rmmar el
aumento? Si aquél se produce no podrá ser sino en valor de un objeto cualquiera, tomado aisladam~n­
detrimendo de otros que sin motivo económicamen- te resulta fácil determinar el valor de la producción
te justificable habrán sido desalojados de su con- y ,de la renta nacionales. y así como el patrimonio
dición social. o capital nacional está constituido por la suma de
Por esto a.fo preguñta. ¿qtié--vale --una cosa?, es todos los capitales particulares y el del Estado, la
renta nacional está formada por la suma de todo~
muy difícil dar una respuesta directa. Piénsese por los réditos de los particulares y del Estado.
ejemplo en un objeto insignificante, en las sillas
de una sala, por ejemplo. En esas sillas inciden El rédito nacional no es sino la producción nacio·
mil diversos factores que hacen imposible determi· nal. Porque visto bajo el ángulo de la satisfacción,
nar su valor de manera directa. Porque uno piensa " es el rédito, y bajo el del esfuerzo,, es. la pro?~c­
en el taller en que fueron fabricadas y en los cuatro ción. Los empresarios reciben del pubhco serv1c10s
o cinco hombres que colaboraron en su fabrica.ción. y los pagan; estos pagos, réditos para los unos, son
Pero esos hombres han estado en una relación ju- costos de producción para los otros. Por otra parte,
rídica en ese taller; el taller ha tenido relaciones el público gasta los rédito~ ~ compra a los empr~­
con el propietario del inmueble a quien pagaba sarios los productos y serv1c10s. Los gastos del pu-
alquiler; con los bancos que le otorgaban crédito; blico equilibran los factores de produ~ción de las
con los proveedores que le suministraban máquinas empresas. Par~ tener una idea completa. habría que
y materias primas. La madera de esas sillas habrá intercalar aqm al Estado que gasta y quita, en parte
sido arrancada de las selvas del Brasil, trasladada .Jue- sin producir; habría que i~tercalar ta_mbién una
go en ferrocarril al puerto y de allí cargada en barcos serie de gastos para amortizar el capital y para
a nuestras playas. Las pinturas y barnices habrían nuevas inversiones. Pero lo que interesa señalar es
movilizado probablemente a empresas del Oriente que los componentes del rédito nacional,. la sum~
entregadas a la explotación de la materia prima; y de todos los salarios, sueldos, rentas, alqlllleres, d1-
170 Conceptos fundamentales de la Economía Orden económico-social 171

videndos, beneficios e intereses constituven el valor Interesa destacar que la ciencia económica dis·
o precio de la producción nacional. , pone hoy de un instrumento que permite el cum·
De esta manera, conociendo la renta nacional plimiento de aquella ley fundamental que ~emO!
de un aiño se puede comparar con la de otro año denominado ley de reciprocidad en los cambios. EJ
y saber si ha aumentado o disminuido, o simple· criterio de los antiguos, al establecer esta ley como
mente si ha quedado estacionada. Pero además de básica para el libre juego de la oferta y la demanda,
conocer la renta nacional en globo, se puede deter· se fundaba en que, por virtud del cambio, no debía
minar asimismo cómo se distribuye en los distinto5 alterarse la situación de los sujetos que actuaban
sectores y grupos de la economía nacional en el mercado. Es claro que en un mercado redu-
Por aquí se ve la suma importancia que tiene, cido y estacionado era fácil verificar cuándo se
para una buena economía nacional, un servicio com- producía esa modificación, y en consecuencia, cuán-
petente de Estadística. La estadística es Ja concien- do se producía una violación del justo. precio, pero
cia que de la propia situación tiene una economía en una economía en movimiento y en progreso co-
nacional. mo la moderna no es ello posible si no se encuentra
Conociendo el rédito de todos los que integran instrumento apropiado. Y este instrumento es pre·
una economía nacional, conocemos el valor de las cisamente la determinación del rédito nacional y
cosas; de las cosas no en sí mismas, sino en función de su distribución por grupos sociales, en el que se
del hombre. Y podemos determinar qué grupos so- muestra maravillosa la técnica económica más
ciales mantienen el estado que les corresponde den- actual.
tro de la sociedad, o cuáles han sufrido merma, o
en cambio, cuáles se han enriquecido precozmente.
Hablamos de grupos sociales, no de individuos, por- III. LA ORGANIZACIÓN PROFESIONAL E
que éstos podrán ascender o descender en la escala INTERPROFESIONAL COMO CONDICION
NECESARIA PARA FIJAR Y PROCURAR
social, de acuerdo con méritos o deméritos pura· EL Rll:DITO DE CADA SUJETO
mente personales. ECONÓMICO
La objeción más seria que pudiera formularse
contra el rédito = valor de las cosas, podría pro· " Podemos saber lo que las cosas valen. Podemos
venir de los cambios estructurales que se han de determinar cuándo, dónde y en qué porcentaje se
efectuar en una economía, en virtud de los progre- ha violado la ley de la reciprocidad en los cambios
sos tecnológicos; y que por ser más lentos e im· en una economía nacional por grande que sea su
previsibles pudieran ser más difíciles de registrar y volumen y acelerado su ritmo. Si podemos registrar
sobre todo peligrosos de compilar. Pero pensamos las disimetrías irritantes, interesa saber si poaemos
que también éstos pueden ser registrados y pruden· remediarlas y c6mo. He aquí una cuestión intere-
temente ordenados. Los e5tudios del rédito nacional sante.
v su distribución recién han comenzado a efectuarse Antes de estudiar el remedio para las redü.rribu-
con intensidad y pueden alcanzar una perfección ciones odiosamente disimétricas, habría que resol-
tal, que nos muestren con exactitud el proceso diná· ver el problema sobre la posibilidad de contar con
mico de la distribución de las riquezas de una eco· un criterio de redistribución de réditos. Se habla
nomía nacional. por ejemplo, que un sueldo o salario no debe ser
172 Conceptos fundamentales de la Economía
Orden econ6mico-social 173

i~ferior al mínimo vital gue asegure la subsistencia se traduce en nuevos bienes de consumo y de ca-
digna de una familia de peón de fábrica. La deter· pital. El problema está en cómo ha d~ redistribuir-
minación de esto en abstracto sería imposible. Pero se ese beneficio, ese suplemento de bienes de con·
no lo es de hecho y en concreto. Dada una econo· sumo v bienes de capital. E~tamos de acuerdo con
mía na~ional, con ~n ~f vel de vida que se traduce que h~ de corresponderle una pa~te im:J?ortante al
en un tipo de hab1tacion, alimentos vestidos edu· empresario y a sus colaboradores mmediatos; esta·
. ' etcetera,
c~ci?n, ' '
no es difícil establecer una ' apre- mas también de acuerdo con que ha de correspon·
ciación de cuándo se considera decorosa y digna una derle parte a cada uno de los del personal contra·
subsistencia.
tado incluso al más modesto peón. Pero, ¿cuánto
No podría ser uno mismo el criterio para hoy que le to~ará a cada uno? ¿Tomaremos, por ejemplo, el
para una economía de hace diez siglos y, aun hoy, beneficio neto de una empresa, como la usina eléc·
tampoco puede ser el mismo para una economía trica de nuestras urbes, y lo repartiremos un tanto
c?mo la nuestra o como la boliviana o la. norteame- por ciento a los directores y el resto en forma pro-
ncana. Nadie podría implantar como mínimo vital porcional entre todos los empleados y obreros de
en Bolivia el nivel de vida del peón de fábrica la compañía? Es decir, ¿deberá efectuarse el reparto
norteameri~a~o. Tampoco lo reclaman por ahora los tomando el beneficio de cada una de las empresas
obreros bolivianos. Lo gue decimos del mínimo vitaJ y repartiéndolo conforme a un porcentaje?
pudiéramos afirmarlo igualmente de las diversas ca.
pas sociales de una situación económico-social. Proponer la cuestión es descubrir s?s inconv~­
nientes. Porque hay empresas que realizan benef1·
Por esto, parti1??s del supuesto de que en con-
creto, y en atenc10n a una determinada economía cios grandes y tienen poca mano de obra y .otras
nacional, es posible apreciar cuál es el mínimo vita} en cambio, con beneficios iguales o menor~s t~enen
mucha mano de obra. Si se aplicara ese cnteno en
d~c~roso Y. cuál una diversidad de condiciones eco· algunas empresas, el simple peón r~cibiría un a~to
nom1co-sociales que pueden considerarse aceptables.
beneficio y en otras, el personal de ~gua! o supeno~
Tampo.co vamos a entrar por ahora en el proble· categoría, recibiría uno muy reduc1ao. Además s1
ma de s1 la actual redistribución de las riquezas s~ realizara directamente por empresa, el personal
r~sponde a u~ ideaJ de justicia, y en caso negativo, · contratado reclamaría el derecho de controlar la
como. se podna buscarle remedio. El problema que marcha de la empresa y todos se sentirían con d~­
nos mteresa es el siguiente, ¿qué procedimiento recho a opinar y a intervenir con los resultados fa-
adop~ar para que en virtud del proceso productivo ciles de suponer. Asimismo, en muchos casos, el
de bienes no ocurran disimetrías gue paralicen el mayor beneficio se debería exclusivamente a una
proceso económico?; conociendo qué rédito corres- máz eficaz dedicación y mérito del propio empresa-
p~nde a cada sujeto económico, ¿de qué procedi- rio, quien desistiría de estos legí~imos afanes si no
miento echar mano para que le sea adjudicado? le debieran ser reconocidos. Y fmalmente que, en
Te:igamos pr.esente lo expuesto en los capítulos caso de pérdida. grande en una empresa determi-
anteriores. Debido al proceso de capitalización que nada, ella debiera recaer también sobre el simple
aumenta año tras año, aumenta también la renta obrero.
nacional .. E'.llo implica que año tras año se produce La distribución del mayor beneficio no debe ha-
un beneficio nac10nal, un verdadero beneficio que cerse sobre la base del realizado en cada determina-
Orden económico-social 175
174 Conceptos ftmdamentales de la Economía

da empresa sino sobre el global de la economía minado el propósito específico a que responden,
nacional. Esto es demasiado claro para insistir más. . todas las otras condiciones son variables y <lepen·
El problema está ahora en determinar de qué ma· den de mil circunstancias diversas. Más bien hay
nera se distribuye ese beneficio global entre todos que cuidar que no se conciba esta organización co·
los que han contribuido a formarlo. Pero, ¿quiénes mo algo rígiao, mecánico, un molde donde sea vol·
contribuyeron? Todos los productores de la econo- .' . cado un sujeto económico y quede cristalizado para
mía nacional. Todos sí, pero no igualmente. Unos . . toda su vida. Al contrario, debe entenderse como
más, otros menos según el puesto de cada uno en :_ algo fluido que no limita sino promueve la capaci-
1a economía nacional. dad y los méritos.
La cuestión del reparto del beneficio global en· ~. Tampoco hay que mirarla como una negación o
tre todos los productores de la economía. nacionaL . supresión de todo antagonismo dentro de su seno.
nos conduce a la necesidad de clasificar por ramas ~ · Es verdad que en ella entran empresarios y perso·
de producción y por categoría dentro de cada rama, ·· nal contratado, y entran buscando la armonización
a todos cuantos integran esta economía. Dueños de de sus respectivos derechos, pero entran sin dejar
los medios de producción o capital que reciben de ser cada uno lo que es. Caben perfectamente
dividendo, dueños de inmuebles que perciben e1 . dentro de ella las organizaciones sindicales que
alquiler, personal técnico y administrativo remu· agrupan a los sujetos económicos, no por la ocupa·
nerados con altos sueldos de acuerdo con su res· ción, sino por la clase dentro de cada ocupación.
ponsabilidad, capataces, obreros especializados, em· Hay muchos que desean ordenar toda la sociedad
pleados y simples peones que perciben sueldos y por sindicatos. Es un gravísimo error. El sindicato
jornales, todos tienen derecho pero un derecho es por naturaleza clasista y la clase divide, supone
desigua1, en función del lugar de cada uno en la y encierra la noción de lucha. La lucha y el anta-
ec~nomía de la nació~. Esta clasificación por pro- gonismo no es de suyo malo y no ofrecé inconve-
fes10nes y por categonas dentro de cada profesión nientes sino cuando no se subordina a otro valor de
no es otra cosa que la organización profesional. superación que dé un sentido al antagonismo y a
Cada sujeto económico ocupa de hecho un puesto ,' la-,.lucha. Por esto, el antagonismo del sindicato debe
en la economía nacional. El reconocimiento jurídi· .· · ser superado -no suprimido- por la organización
co. de esa situaci~n de hecho por un estatuto pú- .· profesional.
bhco, es la profesión organizada. La Ig;lesia ha comprendido magníficamente la
Y así como la profesión tiene como misión propia · razón de ser propia del sindicato y de la profesi6n.
ordenar los problemas que se suscitan entre todos Pío XII dice a los obreros de Bélgica ( 11-9-49):
los que forman parte de una misma profesión, así :;., "Los sindicatos han surgido corno una consecuencia
ha de haber una organización que oraene los pro- . .· espontánea y necesaria del capitalismo erigido en
blernas que su susciten entre los de una. profesión · sistema econ6rnico. Corno a tales, la Ig1esia os ha
con los de otra. Ha de haber por tanto también una dado su aprobación, con la condición sin embargo
organizaci6n interprofesional. de que, apoyados sobre las leyes de Cristo corno
Muchos quieren que se les explique en detalle · sobre su base inquebrantable, se esfuercen en pro-
cómo deben funcionar la profesión y la interprofe- mover el orden cristiano en el mundo entero".
si6n. Pero no hay nada que explicar. Una. vez deter· Pío XII ha visto también el gran peligro de la
176 Conceptos fundamentales de la Economía Orden económico-social 177

fuerza sindical y la ha denunciado con toda cla- cansamos tampoco de recomendar la difusión pro-
ridad en palabras que debieran hacer reflexionar a gresiva de la propiedad privada, de las medianas 'l
los que se ilusionan con el acaudillamiento de la pequeñas empresas". ·
masa sindicalista para fines de bien común. En esa Estas tres realidades económicas: participación
misma alocuci6n dijo: e~ los beneficios, equilibrio entre pequeñas y me-
"Pueda en fin nuestra Bendición ayudar a la cla- dianas empresas y organización de las profesiones,
se laboriosa cristiana de Bélgica a salir sana y salva se reclaman mutuamente entre sí. Sin la organiza·
del peligro que, en este mismo tiempo, amenaza, ci6;i de las profesiones no se pueden distribuir equi-
un poco en todas partes, al movimiento obrero. Nos, tativamente los beneficios y sin un equilibrio entre
queremos decir: la tentación de abusar (Nos, ha- las empresas no pueden organizarse las profesiones.
blamos del abuso, y de ningún modo del uso legí· En una economía donde un trust acapara toda una
timo), de abusar de la fuerza de organización, ten- rama de actividad, nada común puede unir a los
tación tan temible y peligrosa como la de abusar de administradores de dicho trust con los otros em-
la fuerza del capita.l privado. Esperar de un tal abu- presarios y obreros de las industrias similares.
so el advenimiento de condicidnes estables para el Para justificar la necesidad de las profesiones he-
Estado y la sociedad sería, de una y otra parte, vana mos invocado la distribución equitativa de los be-
ilusión, para no decir ceguera y locura; ilusi6n y neficios. Podríamos haber invocado también Ja ne-
locura por otra parte doblemente fatales al bien y cesidad de establecer los supuestos previos sobre
a la libertad del obrero, que se precipitaría también cuya base deben organizarse las empresas. No se
él mismo en la esclavitud. trata de suprimir la competencia entre los empre·
"La fuerza de la organización, por poderosa que sarios de una misma rama productiva sino de esta-
se la quiera suponer, no es, tomada en sí misma, un b_lecer sobre qué base se realizará dicha competen-
elemento de orden; la historia reciente y actual pro- c1.a. Además que existen ciertas condiciones de dig-
porciona de ello la prueba trágica; cualquiera que rudad humana como el salario decoroso debido a
te.nga o¡os para ver se puede convencer de ello fá- las familias obreras, que escapan a toda tentativa
cilmente. Hoy como ayer, en el futuro como en el .,de competencia del mercado.
pasado, una firme y sólida situación no puede edifi· El establecimiento de una organización profesio-
carse sino sobre las bases echadas por la naturaleza nal no debe mirarse hoy como una realizaci6n ale-
-en realidad por el Creador- como fundamento jada de toda posibilidad. Existe una serie de hechos
de la sola verdadera estabilidaá'. como por ejemplo las convenciones colectivas y las
Porque la Iglesia tiene el sentido de las posibili- comisiones mixtas de obreros y patronos para equi-
dades del sindicalismo y de los requerimientos del librar los precios y salarios, que conducen a un
orden econ6mico-social, Pío XII añadi6 a continua· ordenamiento estable de las fuerzas económicas
ci6n en esa misma alocuci6n: sobre Ja base de la organizaci6n profesional e in-
"He aquí porqué Nos, no nos cansamos de re- terprofesional. Cuando los obreros y patronos se
comendar con insistencia la elaboraci6n de un persuadan de que en definitiva son más los puntos
estatuto de derecho público de la vida económica, de unión que existen entre ellos que los de sepa-
de toda la vida social en general, según la organi- ración, el espíritu de colaboración va a reemplazar
zaci6n profesional. He aqut parquB Nos, no no.s al estéril espíritu de lucha. Para, esto ayuda gran-
178 Conceptos fundamentales ele la Economía
Orden económico-social 179
demente el considerar los problemas econ6micos
desde el punto de vista de la unidad nacional. mica. S6lo cuando las fuerzas económicas manten-
Organizadas ]as profesiones, ubicado en ellas cada gan con un Estatuto de derecho público las relacio-
sujeto econ6mico de acuerdo con su capacidad en nes que de hecho ocupan en el plano de .Ja activi-
una categoría dada, es fácil determinar la propor- dad comercial, el precio de las cosas será el reflejo
ci6n que le ha de tocar del beneficio global de la de ese equilibrio de fuerzas. Cada grupo social re-
producci6n nacional. Las empresas al pagar los cibirá lo que hubiere producido. En cambio cuando
sueldos y salarios incluirán los aumentos correspon- esas fuerzas ·estén entregadas a una competencia sin
dientes que provienen del beneficio global. Estos cuartel, el precio será reflejo del grupo más fuerte
aumentos no provocarán ningún efecto inflaciona- que habrá logrado la dominación del mercado.
rio porque están respaldadas por el aumento de Pero sería una ilusión imaginar que la profesión
los nuevos bienes de capital y de consumo. Si al- e interprofesi6n son una panacea para todos nues-
guna rama productiva se halla en dificultad para tros actuales males. Ellas a su vez traerán otros
hacer frente a estos aumentos, será porque sus pre- males no conocidos, y por de pronto la prepotencia
cios son ruinosos y su situaci6n se encuentra en y el egoísmo corporativo. Por mucho que se exco-
desventaja frente a otras ramas favorecidas, y nada giten medios para amortiguar el encuentro directo
más justo que compensar su situación dándole a ae los individuos con el Estado, siempre será ne-
ella lo que se quite a otras de su excesivo beneficio. cesario el Estado como detentar del poder político.
La organizaci6n interprofesional tendrá como tarea Poder que es de otra naturaleza que el de las fuer-
propia establecer este equilibrio de la ley de reci- zas particulares y que no surge ni como suma ni
procidad de los cambios entre todas las fuerzas como resultante de todas ellas.
productivas. Si alguna empresa, en cambio, de una Cuando hablamos de la función del Estado nos
profesi6n determinada, se halla en dificultad para referimos a su relación con la esfera de la economía
hacer frente al pago de los nuevos aumentos, será privada. Y sabido es que entre la posición de los
porque su funcionamiento no se justifica económi- liber~}es clásicos que no admitían ninguna inter-
camente y nada más conveniente que su liquidación venc10n del Estado en el sector econ6mico y la de
y eliminación del mercado. Queda entonces acla- " l?s comunistas que hacen del Estado el único su-
rado que aunque el beneficio debe ser determinado jeto económico cabe una infinidad de posiciones.
en atención a la economía nacional y repartido de Hoy nadie discHte seriamente sobre la intervención
acuerdo con la categoría de cada rama profesional, del Estado en la economía. Hasta los neoliberales
su pago será efectuado por cada empresa particu- reconocen que la concurrencia dejada a su propio
lar como aumento de los sueldos y jornales respec- impulso degenera en monopolio y por lo mismo
tivos. admiten la intervención del Estado, para que no
sea suprimida la concurrencia.
El problema no consiste en si el Estado debe
IV. NECESIDAD Y FUNCIONES DEL ESTADO intervenir o no en el orden económico, porque no
puede dejar de hacerlo. Porque aun en e] caso del
La organización profesional e interprofesional es más intransigente liberalismo, la fuerza del Estado
I}Ccesaria para un ordenamiento de la vida econ6- cae en poder de grupos particulares que la ma-
nejan en provecho de sus intereses de grupo. La
Orden econ~mico-social 181
180 Conceptos fundamentales de la Economía
que funcione por sí misma, vigilándole y dirigién-
Banca de Inglaterra desempeñó este papel en los dole para que no se trabe y detenga. Esto exige al-
días de oro del más puro liberalismo. Pero el pro- gunas condiciones. Que el Estado no quiera hacerlo
blema de su inevitable intervención en la vida eco- todo, que respete la naturaleza de los procesos eco-
nómica, cobra sentido cuando uno se pregunta ¿con nómicos y que busque remedio mediante las mis-
qué orientación se ha de cumplir la intervención mas fuerzas económicas. Que el Estado no quiera
estatal? ¿Ha de servir el Estado a los intereses del hacerlo todo en la vida económica sino que se pro-
capital o a las organizaciones de trabajadores? ¿O, ponga objetivos sustanciales definidos. La tentación
en cambio, colocaao por encima de las diversas frac- del Estado es pretender arreglarlo todo con medí·
ciones, debe proponerse como meta iniciar en la das expeditivas. La fuerza es una gran tentación.
vida económica las exigencias del verdadero de· " En estos últimos años, hemos visto en todas partes
recho? desar!ollarse enormemente el aparato estatal. Por-
En-1~- ~id~-~~~~ó~Í~~--~¿de-;~;,- ta~pode~osa y que él afán de arreglarlo todo determina someter
compleja, no es posible delimitar de una vez po1 a control todas las actividades; el cambio, la mo-
todas el campo en que debe desenvolverse la acti· neda, el crédito, el comercio exterior la energía >
I l

vidad estatal. Por de pronto, si el Estado es pro· etcetera. Y una medida determina la adopción de
motor de la justicia, debe cuidar de que en las otras cada vez más complicadas, hasta que con-
relaciones de unos hombres con otros en el acto de cluye en una planificación de toda la vida, incluso
intercambiar, se cumplan las exigencias del dcre· del tiempo libre . . La crítica de los neo liberales, un
cho. Que cada una de las dos partes reciba lo que Hayek o un Ropke, a este respecto, es inobjetable.
le corresponda. Que ninguna, valida de su fuerza, Pero es taro.bien importante que el Estado no
abuse de la debilidad de la otra. Y en esto, más que quiera intervenir violentando el proceso económico.
los casos particulares, interesa el conjunto del Porq~w la economía tiene una naturaleza y leyes
desarrollo de la vida económica. Ha de establecer· propias. Es absurdo empeñarse en que bajen los
se equilibrio entre los diversos sectores de las fuer· precios cuando escasean mercaderías. .P or esto e1
zas productoras. Entre unas fuerzas con otras y Estado debe asesorarse de los técnicos en economía
aun dentro de cada una, entre los sujetos indepen· ~uienes le habrán de señalar las repercusiones que'
dientes y los dependientes. Porque el proceso econó- puedan tener la adopción de una u otra medida.
mico es circular y sólo puede moverse circularmente Pero una cosa es asesoramiento de técnicos econó-
lo que tiene cierta homogeneidad que permita el micos, de suerte que el político diga la última pa-
cambio. Precisamente, lo que ha determinado una labra, y otra muy distinta, gobierno de los econo-
intervención cada vez mayor del Estado en la vida mistas o tecnócratas. Ésta sería una de las calami-
económica es esta necesidad de hacer marchar la dades más temibles. Porque los problemas econó-
economía. El paro de las crisis capitalistas implica micos deben recibir soluciones económicas pero
una ti:.aba en este movimiento circular. Cuando dentro de otras más vastas de carácter humano. EJ
unos lo tienen todo y otros tienen nada, no hay po- político, que atiende o debe atender a lo humano,
sibilidad de intercambio ni de proceso económico. puede, escuchando a los economistas encontrar so-
Pero si la economía se detiene, el Estado no debe luciones que..!ldemás de económicas, ~ean humanas.
hacerla marchar de cualquier manera; debe quitar· El economiita tecnológico en cambio querrá ence-
le las trabas que le impiden marchar y dejarla luego
182 Conceptos fundamentales ele la Economía Orden econ6mico-social 18:3

rrar lo humano en fórmulas cuantitativas de los mill?nes ~e pequeños comerciantes forman el otro
procesos económicos. El tecnócrata es destructor del terc10. Ma~ 'sorprendente aún, que si el proceso de
hombre. concentrac10n sigue al mismo ritmo, al final de si lo
Finalmente, el Estado ha de tener presente aque· tendremos toda la industria americana controlagda
lla sabia regla enunciada por Pío XI en la Quadra· por u.na docena de corporaciones dirigidas tal vez
gessimo oono: "es de grave perjuicio y perturba· P"~r cien l~?!llbres".
ción del recto orden social, abocar a una sociedad Est~ función del Estado e;Ú-reclamada por la
mayor y más elevada a lo que pueden hacer y pro- necesida~ de la existencia de las empresas libres.
curar comunidades inferiores". Monopo!10s y empresas libres no pueden coexistir.
Por lo tanto ¿en qué ha de traducirse la acción De aqm que sea necesaria la acción del Estado
del Estado en la actual situación económica? Cree· para proteger a los económicamente débiles frente
mos que en tres funciones principales. Una, de ca· a los fuertes. Al pequeño propietario productor fren-
rácter excepcional, que ha de consistir en restable· te a los medianos y a unos y otros frente a los
cer el equilibrio de las fuerzas económicas roto por grandes. La intervención del Estado para estable-
la acción desenfrenada de siglo y medio de libera- cer un equilibrio de las fuerzas económicas debe
lismo; la segunda, de regulación y dirección del efectuarse J?rude~te pero enérgicamente. No puede
proceso económico para que no vuelva a alterarse h~ber func10namiento armónico de fuerzas econ6·
el equilibrio de fuerzas; y la tercera, de promoción n;icas cuando un par de ellas concentra más pode·
del organismo económico para que alcance y man· no qu,e todas l~s otras juntas. El equilibrio y la
tenga un ritmo de incesante y continuado progreso. ~rrnoma de func10namiento supone e implica cierta
En lo que respecta a la primera función, fácil es i&ualdad de las fuerzas que se equilibran y armo·
advertir cuán dañoso para un equilibrio de fuer· m~a~. El cuadro estructural de una economía ar-
zas resulta la concentración de las industrias en " m,omca y humana, se ha de desenvolver en un
manos cada vez menos numerosas. Como lo hemos numero grande de pequeños, medianos y algunos
se,ñalado ya, no son, en muchos casos, razones es- grandes empresarios. El Estado debe vigilar para
trictamente técnicas las que determinan estas con- que. ~a .ª parición de los monstruos no rompa ese
centraciones. Cuando no son estos requerimientos ~qmlibno.
los que lo exijan, el poder público ha de oponerse Una vez restablecido el equilibrio el Estado debe
a que se realicen dichas concentraciones y en el mantenerse vigilante para que ese 'equilibrio no se
caso de las existentes ha da arbitrar los medios . rompa. En la economía moderna que es de ince-
para que no persistan. Como lo advirtieron para ~. sant_e. p~ogr~so en bienes de capital, se rompe e]
su país los obispos australianos "día aciago será . eqmhbno s1 los beneficios que año tras año rinde
para nuestra nación cuando un gobernante sea ca· , la producción nacional no se reparten proporcional-
paz de describir nuestra economía con las palabras mente entre todos los sectores que han contribuido
con que el Presidente Roosevelt caracterizó la es- a formarlos. De aquí que sea función del Estado
tructura económica de su propio país. Nuestra vida tene~ ~n servicio de Estadística con todos los re·
económica -escribía éste en 1933- está dominada ; que;imientos de la técnica moderna; y llevar día
por seiscientas corporaciones particulares, que c0n- · a d1~ ui:ia e~?cta recensión de rédito nacional y de
trolan dos tercios de la industria americana. Diez su distnbuc10n por profesión y por categorías den-
184 Conceptos fundamentales de la Econamín Orden econ6mico-social 185

tro de cada profesi6n. De esta manera, estará el


Estado en condiciones de restablecer en todo mo· V. LA FÓRMULA DE LA ORGANIZACióN
mento 'el imperio de la ley de reciprocidad en lo~ ECONóMICA: LIBRE EMPRESA, EN EL CUADRO
cambios. DE LA PROFESióN LIBREMENTE ORGANIZADA,
Podría preguntarse si ha de pasar de aquí la BAJO LA AUTORIDAD DEL ESTADO PARA UN
REPARTO EQUITATIVO DE LA PRODUCCióN
acción coordinadora y directiva del Estado. Es claro NACIONAL
que debe suscitar la acción de los particulares para
fomentar la explotación de nuevas riquez~, debe Disponemos ya de todos los elementos necesarios
ayudarlos con los servicios, de la.boratori~~ tecnoló- para resolver el problema que nos habíamos plan-
gicos donde se tenga al dia la mformac10n de las teado. Habría que buscar una soluci6n para hacer
más modernas invenciones y aun debe impulsar por coincidir el carácter de productor de cualquier su-
propia iniciativa aquellas explotaciones para las que jeto económico que actúa en la economía nacional,
pudiera ser insuficiente la acción de los particula- con su carácter de consumidor y ahorrista. Si lo-
res. Pero pudiera pensarse en alguno más vasto, en gramos encontrar y hacer funcionar esta coinciden-
una acción directiva sobre la base de un plan ge- cia no hay peligro de que se detenga el funciona-
neral de promoción económica, de suerte que el miento de una economía. Consumiendo y ahorrando
Estado, por medio de sus órganos propios, campe· cada sujeto económico lo que ha producido en un
tentes en los problemas económicos, auscultando las a.ño .en bienes de consumo y en bienes de capital,
posibilidades de las fuerzas económicas de la na· se sigue fácilmente que al año siguiente habrá de
ción, y contando con la colaboración de todas ellas, p~oducir otro. tanto en bienes de consumo y en
tomara decisiones: a) sobre la manera de propor- bienes .de capital. El hecho de que produzca bienes
cionar una moneda más elástica a las necesidades · de capital que se van incrementando años tras año
de la producción mejor redistribuida; b) sobr.e la traerá como consecuencia que, año tras año, con
mejor comercialización del saldo exportable para la menor trabajo podrá darse un más alto nivel de
adquisición de los productos de importación; c) so- vida, un rédito mayor. Conseguirá ese nivel de vida
bre la movilización del ahorro nacional para el en- material, de manera continua y progresiva, y podrá
cauzamiento de mayor productividad; d) sobre los. e~ar en condiciones de cultivar su vida intelectual
cambios estructurales de la economía nacional; e) y la específicamente espiritual.
sobre la adecuación de la producción a las posibili- Hemos logrado hacer coincidir el carácter de pro-
dades del consumo; y f) sobre la manera de in· ductor y el carácter de consumidor y ahorrista de
crementar establemente la renta nacional. todo sujeto de la economía nacional. Gracias a los
De esta manera la política económica, vinculada instrumentos de análisis y de interpretación econ6-
orgánicamente con las necesidades y posibilidades mica, se dispone hoy de métodos para determinar
de la nación, respondería, sin improvisaciones ni · la producción nacional en los diferentes bienes que
vacilaciones, a las exigencias más profundas de la produce; y se dispone asimismo del método para
vida nacional. conocer el rédito de los sujetos de Ja economía
. n~ciona1, con clasificaciones diferentes según los
d1fer er:tes grupos de ~roductores o por categorías
1

de reditos. La economia nacional puede tomar ple-


186 Conceptos funclamentaies de ia Economía
Orden económico-social 187
na conciencia de cuánto produce y de cómo lo gasta humanas, le se,ñala su cate 0 ,
y ahorra, no en forma confusa, sino con determi· la economía nacional y · g na Y 1i;tar propio en
naciones precisas que hacen posible luego una mo contribuye esa ~at si ~e puede eterminar c6-
profesión dada a Ja r~5on~ determinada de una
acción también precisa y eficaz. Ahora bien, si po-
demos conocer cuál es la contribución de cada su·
jeto de la economía nacional a la producción global
establecer también J, uJ~~ón nacional, se puede
c~tegoría de una det~r:i;nad~ co7e~~onde a esa
del país y cuál el rédito de cada sujeto en el con· cierra una organizac'ó f pro esi n. Esto en-
todos los productores d~I P:~ esional que ubica a
1
sumo y ahorro nacionales -nos referimos siempre
a cada sujeto en función del grupo social de que ponsabilidades y obligacio~es~ Y les señala sus res-
forma. parte- disponemos de una condición previa La economía nacional to
indispensable para actuar. sí. misma, y registra ~ ma P1en~ conciencia de
¿Y será posible actuar? Que sea posible, no hay diariamente el vol P r duna recensión actualizada
'f' 1 d f 1
d I 1cu ta en a irmar o. El Estado actúa hoy a tra· consumo y de su ahumen ellsu producc1'6n de su
' d 1 d 1 f' d 1
ves e presupuesto, e 1sco, e a seguri a na- d d sino
t por , grupos y aun e 0 no
orro dyentro de sólod g1ob~lmente
cional, de los planes de obras públicas. Esta actua· ca egonas . de prod uc t ores La econ ca , ª grupo . por
ción tiene grandes dificultades: una, que no logra convierte en un catast · d' , omia nac10nal se
su objetivo en la mayoría de los casos o no lo f?erzas que se mueven rlibr~::ico d~ todas sus
logra de manera estable. Alguien advertía que con ción descentralizada del Estad 0 nte, ba1o fa direc-
el método de la progresividad fiscal impositiva en través de esos mismo s grupos. que se ejercería a
Francia, desde 1938 a 1945, "los ricos habíanse be· L os empresarios se uede .
neficiado ligeramente mientras que los pobres eran las relaciones con el p n TI? 0 ver libremente en
obligados a pagar sumas que excedían a las que le . las relaciones con Joperstonal mdependiente y en
, 'd d d
h a b rnn s1 o restituí as por medio e las transferen·
n
unca en 1a anarqt' s o 1ros11. empre sanos . .
aunque
cías y servicios gratuitos" (Hubert Brochier: Fi- dentro de los supu~~~' en ª . bertad ilimitada sino
. d b d ñaI 1 os previos que a t 0 d 1'
nances pu bliques et re istri ution es revenus. Pre· a a propia organización f . os es se-
facio, pág. XVII, citado por Charles Flory, Documen- puestos previos no so pr? esrnnaJ. Estos su-
tation Catholique, pág. 974, 10-8-1952). que todos deben res ne:~;bas smo r~g.1as de juego
Es~as
Este tipo de intervención resulta ineficaz porque b . reO'Jas
l.., se refieren
p a las en cond'
beneficrn. ded todos. .
se hace a ciegas; el poder estatal actúa sobre masas ªJO, a os salarios al icwnes e tra-
de individuos indiferenciados. Y sorprende que i~ beneficios. Los pr~cios ~epart~ 0
proporciona! de
cuando el aparato científico registra con precisión · remente determinados ser_ n tocados. Serán
el nivel de producción y de consumo de acuerdo ~mpresa Y el mercado A p~r el Juego libre de 1a
con la situación real de cada uno en el organismo serán otras garantías d. q ellos supuestos previo3
de producción, la acción no siga y continúe en e] mente foertes no abus: 9ued lo~ grupos económica-
mismo ritmo. Esto persuade de la necesidad de ébiles. ran e os económicamente
actuar a través del grupo social de que cada sujeto ·El empresario organizará d
económico forma parte. Porque aIIí en la profesión erá dentro de Ia J'b t d su pro ucción Y se mo-
propia ca.da sujeto ocupa un lugar preciso y de- 'os de ese mercad~ ~:I~t· que le permitan los pre-
1 terminado que, dentro áe la relatividad de las cosas dustria y trabajo pe ivfmente ordenado. A su
1 rsona corresponderá organi-
188 Conceptos fundamentales de la Economía Orden económico-social 189

zar mejor su empresa para obtener un mayor bene· como educador y médico. Y a consecuencia de
ficio. Nadie tendrá derecho a intervenir en la vida estas ingentes t~reas , f~ondosa bmocracia y gigan·
íntima de su organización comercial y sólo se le tescas reca;idac10nes fiscales en p erjuicio de los
exigirá el cumplimiento de lo que es conveniente y mo~e~tos cmdadan~s a quienes se quería ayudar
común para todos los que actúan en la misma acti- y aliviar y que termman por quedar agobiados bajo
vidad profesional. Empresa libre dentro del cuadro el peso de una máquina gigantesca.
de la profesión organizada. El Estado debe descentralizarse; deshacerse de
Mucho más difícil es determinar de qué manera todas estas tareas y afanes del Estado-Providencia
se recogerá y se distribuirá aquel mayor beneficio y limitarse a regular mediante la ley todas las rela-
que globalmente ha producido la economía nacio- cione~ económi~as y sociales; sólo ha de intervenil
nal. Pero si este beneficio se ha producido y si a é] asumiendo func10nes de economista maestro asís·
cooperaron las diversas categorías de productores, tente social o médico cuando sean tareas indÍspen-
no parece imposible hallar una fórmula equitativa sabI~~ que n? puedan cumplir los particulares. Su
de reparto. Para ello también ha de ser útil la or- func10n, propia es I~ de regulador y director de fa
ganización de las profesiones. economia y de la vida nacional buscando impone1
Las funciones que le corresponden al Estado se un orden tal en las relaciones de unos grupos con
simplifican enormemente en nuestra fórmula de · o~ros que resulte un ordenamiento económico y so-
organización económica. Por de pronto el Estado cial en el cual todos los particulares, de acuerdo
deja de ejercer funciones de banquero, de comer· ~da uno con el lugar propio que ocupa en la so-
ciante internacional y de regulador directo de todas, c;edad, pue?~n llevar una vida material digna para
las operaciones comerciales del país. Su función. s1 Y. la fam1ha que les permita, a su vez, alcanzar
propia es emitir la moneda y cuidar de su estabi-· los fmes superiores de una vida humana y cristiana.
lidad; respecto al ahorro, cuidar que éste, en líneas
generales, se dirija a las explotaciones más útile~
en la economía nacional; pero no le toca al Estado
constituirse en único administrador de esos ahorros
que son propiedad exclusiva de los particulares.
Tampoco debe erigirse en comerciante nacional
o internacional: su función no es comerciar sino,.
regular y dirigar, desde fuera, las operaciones ro:-~
merciales, mediante una prudente legislación. No
debe asumir el manejo de toda la seguridad social;'
son éstas, funciones de la familia y de la organi!
zación profesional que se deben cumplir con uif
sentido más modesto sin pretender asegurar a na·.
die, desde la cuna a la tumba, una seguridad im~
posible. Lo mismo dígase de los servicios social~·
y de la asistencia social que carga sobre sí el Es.,;
tado moderno. Asimismo la tarea enorme que asumd'
CAPITuLO VI

HACIA UNA ECONOM!A AL SERVICIO


DEL HOMBRE

SUMARIO: l. El desnivel de vida de los diver-


sos pueblos. - 2. La ayuda técnica a las econo-
mías atrasadas. - 3. El peligro del resentimiento
antiimperialista. - 4. La técnica al se1'vicio M
los grandes fines humanos. - 5. Necesidad de
minorías responsables, dotadas del instrumental
técnico moderno, al servicio de una economía
humana.

De los capítulos anteriores se desprende que no


existe ninguna posibilidad interna para que hoy
todos los pueblos de la Tierra puedan disfrutar
de un alto nivel de vida. Por el contrario, son tales
las exigencias del progreso económico que su fun·
cionamiento sin trabas requiere que el esfuerzo
productor, acrecentado con un perfeccionamiento
t4cnico maravilloso, sea recompensado con un alto
nivel de consumo, que ha de repartirse luego pro·
porcionalmente entre todos los que cooperan a su
producción.
Esto que en una consideración teórica aparece
con irrefragable nitidez, en la vida de los pueblos
se traduce en una irritante distribución de las ri·
quezas que no hace sino trabar el proceso econ6-
mico. Lo más tremendo, por otra parte, es que las
cosas se complican de manera tal, que todos y cada
uno de los pueblos se sienten impotentes para dar
solución a sus problemas y entonces no encuentran
nada más natural que culpar al vecino más podero-
192 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 193

so de las complicaciones en que se ven envueltos. ciones de un nacionalismo intransigente que niega, o
Se ha convertido en lugar común el que no existe desprecia los lazos comunes que unen las diversa~
hoy problema económico fundamental que pueda naciones'', y recuerda que "la doctrina católica so-
ser resuelto en un lugar determinado del espacio. bre el Estado y la sociedad civil siempre se ha
Todo exige soluciones de escala planetaria. No hay basado en el principio de que, según la voluntad
seguridad en ningún lugar mientras haya miseria divina, los pueblos forman una comunidad que posee
en algún otro. un fin y unos deberes comunes". ( Mens. de Na-
Por otra parte, la experiencia económico-socia] vidad de 1948 ) .
que viene viviendo la humanidad a ritmo acelerado Los pueblos están aprendiendo vitalmente que
desde la gran depresión de 1929 es tan grávida de tienen una unidad histórica de la propia vida nado·
grandes lecciones, que no es difícil apuntar las lí· nal a la que no deben renunciar y que es necesario
neas fundamentales de solución. Por un lado se que se abran a la vida de todos los pueblos con
hace claro que se ha puesto término definitivo al un fuerte sentido de la solidaridad humana. El
proceso de una economía mundial que funcionaría mundo ni es tan reducido ni homogéneo que pueda
como un único mercado, accionado por el juego au- funcionar como una única unidad económica, ni tan
tomático de las fuerzas económicas. Al trabarse y grande ni heterogéneo que puedan moverse dentro
romperse estrepitosamente aquel juego automático, de él diversas economías, las unas totalmente ex·
al parecer admirable del tráfico internacional del trañas a las otras. Como demuestra Robert M.
pasado siglo, las diversas economías nacionales han Hutchins 1 '1a única comunidad perfecta hoy en
tomado conciencia de su propia realidad y unidad día es el Estado mundia1. Es la única comunidad
y han buscado manejarse por sí mismas como si autosuficiente. Toda comunidad menor requiere,
fueran "todos" completamente ornnisuficientes y ,,empleando la frase de Santo Tomás, la ayuda de
perfectos; y en una pretensión absurda de recibir otro".
más y entregar menos han sujetado a riguroso con-
trol todas las riquezas y servicios con todos los
signos fiduciarios que los representan. Pero esta l. EL DESNIVEL DE VIDA DE LOS DIVERSOS
política de autoabastecimiento y autarquía no pue· PUEBLOS
de funcionar. Pueblo que se aísla, se atrasa.
Hoy más que nunca los pueblos constituyen una Manteniendo entonces, su autonomía y cierta au-
unidad, en la que gravita la interdependencia de tosuficiencia siempre posible, los pueblos han de
sus diversas necesidades y recursos. De aquí que relacionarse entre sí por el intercambio de bienes
la Iglesia, desde la primera guerra mundial, venga y servicios, que les permita un más alto nivel de
enseñando con insistencia que "sería verdaderamen· vida. Esta comunicación de bienes es sobre todo
te deseable . . . que todos los Estados dejaran da necesaria en economías de franco desarrollo por·
lado mutuas suspicacias y se unieran en una sola que los adelantos de unos pueblos, comunicados
sociedad o más bien en una familia de pueblos" mutuamente con los de Jos otros, aceleran el pro-
(Benedicto XV, Pacem Dei). Y el Pontífice actual greso continuo y recíproco de todos. Pero, a su vez,
que ha vivido la trágica experiencia de la segunda
1 Santo Tomás y el Estado mundial, Revista de Occiden·
guerra mundial, censura enérgicamente "las aberra· te. Madrid.
194 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 195

para que diversas unidades económicas puedan grandes en tamaño pero de manifiesto atraso eco-
vincularse y relacionarse entre sí, es menester que nómico. De lo que en definitiva se trata es e]
exista entre ellas ciertas homogeneidad de calidad fortalecimiento de los países económicamente poco
y cantidad. Porque así como se hace difícil en la desarrollados, sean pequeños como Bolivia o in-
práctica que grandes y enormes empresas puedan mensos como la China. Porque si los problemas eco-
establecer sobre un pie de igualdad relaciones de nómicos del mundo, incluso los de un país tan rico
reciprocidad con pequeños y medianos empresarios y poderoso como los Estados U nidos, no pueden
o con el propio personal asalariado, tomado aisla- resolverse si no en escala mundial, si, par otra par-
damente, así de modo semejante en el juego inter- te, no es posible establecer relaciones de comunica-
nacional entre las pequeñas y grandes unidades ción recíproca entre países desigualmente dotados
nacionales. Parece, en cierto moáo inevitable, que y si la situación del mundo es; precisamente la de
una economía continental como la de los Estados un desnivel irritante entre los pueblos, urge estu-
Unidos tienda a absorber la de un país provinciano diar de qué manera pudiera establecerse cierta ni·
como Bolivia. velación de situaciones. Pero antes convendría exa·
El buen sentido parece indicar que para que minar qué grado alcanza este desnivel. Tres índices
puedan establecerse relaciones reciprocas entre los suelen emplearse para establecerlo, el de los réditos
Estados Unidos y Bolivia sea previamente necesario per capita de los habitantes del país, el de las ca-
fortalecer la economía boliviana. Fortalecerla con lorías que contiene cada ración alimentaria de cada
una doble ayuda: una, que le permita diversificar uno de los habitantes y el de la duración media de
su riqueza económica, de modo tal que su situación la vida humana 2 •
no dependa de unas pocas industrias, cuyos mer- Si tomamos el cuadro de distribución de los rédi-
cados estén supeditados a las alternativas de las tos per capita en los diversos países, observamos que
necesidades mundiales. Bolivia -unidad naciona1 mientras por el extremo del gran bienestar, el habi-
como por hipótesis suponemos- debe desarrollar tante de los Estados Unidos puede disfrutar de un
sus riquezas de modo que le aseguren una ele- nivel de vida de 1.500 dólares por año, por el otro
mental consistencia propia; de suerte que, si, pm extremo, el de la miseria, tenemos a los chinos con
cualquier circunstancia, no pudiera comerciar ven· 'fi57 dólares por año, a los bolivianos con 55, a los
tajosamente algunos de sus productos en la plaza habitantes de la India y del Pakistán con 51 y a
internacional, no quedara entregada a una condi- los indonesios con 25. Alrededor de 1.125.000.000
ción de miseria y aun de hambre. Otra ayuda, de- de hombres viviendo en condiciones de demude:.i
biera ser la integración de la economía boliviana que apenas podemos imaginar. Sólo un sector re-
. en un sistema regional de varias economías nacio- ducido de la humanidad alcanza un nivel de vida
nales afines y complementarias; lo que le daría ro- decoroso. 870 dólares el Canadá, 858 Nueva Zelan-
bustez suficiente para tratar luego sobre cierto pla- dia, 849 Suiza, 773 el Reino Unido, 780 Suecia,
no de igualdad con los grandes mercados de la 789 Dinamarca, 482 Francia, 450 la Argentina.
plaza internacional.
2 En esta cuestión aprovechamos el estudio de PIERRB
Lo que decimos de Bolivia, país reducido en ta- MARTHELOT, en el cual todos estos datos se encuentran con·
maño y desarrollo económico, habría que ap1icarlo venientemente elaborados. (Pay.s ríe.hes et pays de la faim,
igualmente a países como la China y la India, Semaine Socíale de France, 1952).
1
1

196 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 197

Si estudiamos la escala de nutrición de los diver· riquezas no permite intercambio de las mismas.
sos pueblos, advertimos que mientras unos pocos Por otra parte, en estas cuestiones hay que evitar
se alimentan con la ración nonnal de 3000 calorías especialmente toda solución simplista. Al ingenuo e
-en total 200.000.000 de personas distribuidas en inexperto se le ocurre como primera medida repar-
los Estados Unidos, los Grandes Dominios británi- tir igualitariamente todas las riquezas entre los di-
cos, países Escandinavos, Suiza y la Argentina en versos pueblos. Un fondo común y raciones iguales
razón de su régimen carnívoro- muchos pueblos para todos. El resultado es previsible: anulación de
con masas enormes de proletarios de la alimenta· la producción y reparto del hambre entre todos.
ción, ingieren alimentos con un poder nutritivo in- Para comprender de qué manera habría que le-
ferior a 2.200 calorías. Son cerca de 1.100.000.000 de vantar el nivel de vida de los pueblos atrasados,
seres humanos que se distribuyen en el Sur y el es conveniente analizar de qué manera se ha pro-
Sudeste del Asia, en algunos países de América La- ducido el atraso de los unos con respecto a los
tina y de la Europa central. otros. En realidad, el atraso como el adelanto es
Si estudiamos por fin el mapa de la duración de siempre relativo. Si Francia estuviera hoy en e]
la vida humana, observamos dos grandes masas que nivel económico del Gran Siglo, lo consideraríamos
tienen una esperanza de vida irrisoria, inferior a un país sumamente atrasado. El resto de pueblos
los 34 aiños: son la China y la India. La América habría progresado enormemente y Francia habría
Latina no pasa de los 54 años. Para un reducido quedado estacionada. Esto es poco más o menos lo
número de naciones, la esperanza de vida se alarga que acaece en el desarrollo económico de los pue-
hasta pasar los 65 años: Europa occidental, los blos, desde hace siglo y medio. Mientras unos pro-
Estados U nidos y el Canadá, la Unión Sudafricana, gresan a ritmo acelerado, otros quedan estacionaaos.
Australia y Nueva Zelandia. De esta suerte, advier- Si el atraso se debe al estacionamiento de unos
te Marthelot 3 , bajos niveles de vida y régimen ali- pueblos frente a un incesante crecer de los otros,
mentario se hallan duramente sancionados en la la solución hay que buscarla por el lado de este
duración de la vida de los individuos; ésta es sin . crecimiento. ¿Cómo desarrollar el crecimiento eco-
duda menos constante dentro de la especie humana ¡;iómico de los pueblos estacionados o atrasados?
que en la mayoría de las otras especies animales: Este problema nos llevaría al estudio de cómo
no es esto un hecho de naturaleza, sino una des- se verifica el crecimiento de los pueblos desarro-
viación criminal, impuesta por el grupo y por el llados. No hay duda que este crecimiento se realiza
género de relaciones que supo crearse con el medio por la aplicación del pro~r~so téc:iico, ~l cual a su
natural. vez tiene como ·c ausa prox1ma e mmediata el pro-
greso científico. El progreso técnico permite un
acrecentamiento de la producción, que aumenta
II. LA AYUDA TJ!:CNICA A LAS ECONOM1AS
ATRASADAS sensiblemente el bienestar de la masa de la pobla-
ción, al poner a su disposición una mayor cantidad
Es harto manifiesto, como señalábamos anterior- de bienes y servicios a precios cada vez más re-
mente, que una distribución tan disimétrica de las ducidos. Pero esta mayor producción obtenida con
el progreso técnico ha de repartirse arm?nica y
3 Ibíd. proporcionalmente entre todas las capas sociales de
198 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre i99

un país y entre los diversos pueblos del mundo. embargo practicarla, al menos de 1!1?~º que mo;
Porque es esa distribución armónica y proporciona] difique sensiblemente la actual condi~ion, que ~sta
la que permite un crecimiento armónico y propor- bien lejos de representar una proporción armómc~.
cional de los niveles de vida y, con ello, un creci- En otros términos, la solidaridad de los pueblos exi-
miento también armónico y proporcional no sólo de ge que cesen las enormes de~prop~rciones en e]
los beneficios del progreso técnico sino del mismo tenor de vida, y esto en las mvers10nes y en e]
progreso técnico, que, a su vez, consiste también é) grado de productividad del trabajo humano".
en otros tantos bienes y servicios. El precio ha de El hombre ha de reemplazar sus instintos de
registrar el recíproco intercambio de los bienes. Si egoísmo por hábitos racionales de solidaridad para
se viola aquella ley fundamental de la reciprocidad encontrar la solución del problema económico de
y unos pueblos reciben más y dan menos y otros elevar el nivel de vida de las poblaciones atrasadas.
reciben menos y dan más, el resultado, al cabo de Para la determinación de los principios que deben
unos años, ha de ser el rápido florecimiento de los regir esta cuestión, es menester una gran dosis de
unos con el simultáneo atraso de los otros. buen sentido. Si éste falta, cuanto de mayores con-
Ya hemos visto -y conviene tenerlo bien presen- cepciones técnicas se disponga, tanto mayores han
te- que la violación de la ley de reciprocidad en de ser los estragos que se provoquen. No se puede
los cambios no es de ninguna manera inherente al ir a pueblos económicamente atrasados con el pro·
proceso económico, por el contrario, lo traba; nace, pósito de implantar en ellos las realizaciones ame-
en cambio, de la naturaleza egoí.sta del hombre, ricanas. Ante todo, es necesario determinar con pre-
que muchas veces no se gobierna por hábitos ra· cisión el estado cultural del pueblo cuyo progreso
cionales y morales. De aquí se desprende que así se quiere promover. Habrá que estudiar sus vicios
como el egoísmo del ser humano es culpable de la y sus virtudes, y ello en lo que se refiere a la moral
de~igual .distribución de riquezas en el mundo, su y sobre todo a la psicología. Su suelo, su geografía
oraenamrento virtuoso puede remediar la.s disime· e historia, habrán de ser un punto de engarce ne-
trías irritantes y puede crear un mundo que res· cesario para cualquier realización.
ponda a las prescripciones de la justicia. Por eso, la La tarea de promoción del desarrollo económico
Iglesia invita hoy a todos los pueblos a la tarea ierá considerada de parte de los pueblos que ayu-
de una más equitativa distribución de la riqueza dan y de parte de los pueblos ayudados. De pa~te
en los pueblos. En su radiomensaje de la última de los primeros, no se ve dificultad en que lo~ m-
Navidad, dice Pío XII: "Nuestra invitación a hacer versores privados de estos pueblos que se deciden
eficaz el sentimiento y la obligación de la solidari· a realizar inversiones, reciban el rédito correspon-
dad se extiende también a los pueblos en cuanto diente a las mismas. El problema concreto del mon-
tales:. que todo pueblo, en lo que concierne al tenor to y condiciones de estos réditos debe ser deter-
de vida y a la incorporación al trabajo, desarrolle minado de acuerdo con Ja ley fundamental de la
sus ~osibilidades y contribuya al progreso corres· reciprocidad en los cambios. Pero el problema de
p~ndien~,e de otros pueblos menos dotados". Y ayuda a los pueblos atrasados es hoy de tal m~~­
anade: Aunque la actuación más perfecta de la nitud que no puede quedar librado a la pura im-
sol~dari~ad internacional difícilmente pueda canse· ciativa de los particulares. El Estado de los pueblos
gmr la igualdad absoluta de los pueblos, urge sin m¡ejor dotados debe intervenir, ya con su ayuda
200 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 201

directa, ya orientando y dirigiendo la acci6n de los ir creciendo luego orgánicamente. La experiencia


particulares. De parte de los pueblos ayudados, la demuestra que el progreso efectivo no puede alcan-
promoci6n del desarrollo econ6mico debe verificar· zarse adecuadamente en Ja agricultura sin un pa·
se no como limosna sino a través de la industria ralelo progreso en la industria, ni en la industria
y del trabajo de sus pobladores. Y como la diferen· sin un progreso semejante en la agricultura, por-
cia de nivel en las condiciones de vida obedece q.ue. en defi.nitiva la renta nacio~al neta, cuyo ere·
sobre todo a la diferencia del progreso técnico, la c1m1ento mide el progreso economico de un país,
tarea debe ceñirse principalmente, a levantar las nace de la interdependencia armónica y compleja
condiciones técnicas del pueblo poco desarrollado. de todos los factores que producen el bienestar de
la poblaci6n.
En esta tarea de promoción del aparato productor
de los pafses atrasados se ha de proceder con suma El acierto de un programa de ayuda técnica a
prudencia, elaborando para cada país un programa las economías atrasadas se obtiene si en ningún
de realizaciones paulatinas y progresivas que, par- momento se pierde de vista al hombre real y con·
tiendo de lo que cada uno actualmente posee y pue- creta en su contorno propio, familiar y social, quo
de, lo provea de aquellos bienes más primarios que constituye esa determinada población. Porque ·de
le faltan. Para colocarnos, a título de ejemplo, en esto precisamente se trata, de que esos hombres y
una economía como la de Indonesia, la ayuda ha· familias eleven de manera estable y permanente su
brá de concretarse en un primer momento en crear nivel de vida. Lo que resulta una tarea pedagógica
y estimular la agricultura e industrias productoras de largo aliento que debe ser conducida con perse·
de alimentos, vestidos, medicina y viviendas, am- veranda y paciencia. Porque hay que elevarlos den-
pliando además el conocimiento técnico para poder tro del contorno propio en que se han criado, ya
aumentar la eficiencia de la producción y distribu- que convertirlos en otros tantos proletarios de fá-
ción. Es oportuno significar que no debe apelarse bricas estandarizadas, aunque se les retribuyera con
de inmediato como a solución ideal, a la industria· espléndidos sueldos, sería proporcionarles, de ma·
Iización, vale decir al montaje de enormes fábricas; nera criminal, mayores recursos para acelerar su
porque éstas no harían sino desarticular más pro- progresivo suicidio.
fundamente la estructura del país económicamente -No hay por qué disimular la dificultad enorme
atrasado. Habría que estimular en cambio la erec- · que encierra la concreta solución de estos proble-
ción de pequeñas y medianas industrias transfor· mas. No faltan quienes, cuando se habla de estas
madoras de los frutos propios del país. Cuando · cuestiones, piensan inmediatamente en los Estados
estas empresas agrícolas, industriales y comerciales Unidos, Bolivia e Indonesia, como si estos países
adquieran Ia suficiente solidez, y la estructura eco- hubieran de constituir los únicos y necesarios ele-
nómico-social del país cobrara consistencia y esta- mentos del problema. Lamentable desviación. En
bilidad, se podrían dar pasos cada vez más adelan· primer lugar, porque aun en nuestro país se plantea
tados en su desenvolvimiento económico. Se ha 1 el mismo problema entre el desnivel de vida de las
de tener presente que el verdadero desarrollo eco· bien nutridas poblaciones del litoral y las indolen·
nómico importa una estructuración armónica de las tes y desnutridas del norte de la república. En se-
fuerzas productoras -campo y ciudad, agricultura gundo lugar, porque no sólo Estados Unidos tiene
y manufactura- las cuales así estructuradas deben la responsabilidad de pre¡star ayuda técnica sino
202 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 203

todos los mejor dotados, cada uno en la medida de principales del desarrollo inarmónico de la econo-
sus posibilidades. mía mundial, y del manifiesto atraso en que se en-
A los jóvenes de las generaciones actuales de los cuentran hoy inmensas poblaciones coloniales o se-
países civilizados se les ofrece una gran aventura micoloniales. No pueden emplearse como remedios
de generosidad y heroísmo. No nos referimos pre· aquellos recursos que han ocasionado el mal.
cisam€nte al ideal misionero, que siempre es la meta La ayuda técnica a los naíses atrasados debe
más alta y de mayor sentido de vida heroica, sino traducirse en centros de producci6n que consuman
al ideal civilizador que lleve los beneficios del sabe1 esta misma producci6n. Esto como regla general.
y de la técnica moderna a los pueblos menos cultos. Porque nunca han de faltar bienes codiciados en e)
Porque los males de las razas degeneradas y de las mercado internacional, en cuya producción un país
poblaciones inferiores sólo pueden ser remediados determinado se halle ventaiosamente preparado, y
con el esfuerzo continuo y generoso de los civili- con cuya comercialización pueda retribuir la ayuda
zados. técnica que le proporcionan los pueblos más ade-
Otro problema importante y de preferente aten· lantados. Y aquí es oportuno recordar que los países
ción es el del mercado. Porque una elevación de econ6micamente meior dotados no deben abusar de
la economía de un pueblo lleva consigo la creación su poderío, aun por propia conveniencia. sino mos-
de nuevos centros de producción. Y toda produc- trarse generosos y benévolos con los países débiles
ción sólo puede sostenerse con la creación de co- a los anp, avndarí, porque un nivel de vida alto de
rrespondientes mercados. No faltan hoy quienes nna población. también de la China. Bolivfa e In-
pretendieran restaurar el tráfico internacional que donesia, si!mifica una ampliación de mercado para
se mostró tan grandioso en el siglo XIX, cuando unos colocar los. bienes y servicios de los Estados Unidos.
países intercambiaban sus materias primas por pro- Dicho de otra manera, que las economías desarro-
ductos industrializados de los países adelantados. lladas con poder de nroducción econ6micamente
Esta tesis acaba de ser defendida por la Cámara de _mayor que sus posibilidades de consumo, necesitan
Comercio Internacional y es sostenida por la ma· por el momento y les conviene siempre, mercados
yoría de los que están asociados en la Arnerica11 donde volcar sus -excedentes productivos. Si no los
Economic Association. Pero no se debe olvidar que en~uentran, se verán obligados a nroducir bienes
aquel tráfico se detuvo porque no podía funcionar. de destrucción, valga la naradoia. Fácil es advertir
Los países económicamente poderosos, en virtud aue Ja ~uerra, así como el Plan Marshall v el Punto
de la continua violación de la ley de reciprocidad Cuarto de Ayuda Técnica a las economías atrasa-
en los cambios, han ido absorbiendo la riqueza de das, son otras tantas válvulas de escape de una
los débiles, los cuales, cada vez más endeudados, economía que no ha encontrado la fórmula de con·
nada han podido ofrecer a los fuertes. Por otro lado, sumir su propia producción.
esta división internacional de la producción ha im- Por aquí sucede una vez más que en su propio
pedido la creación de verdaderas estructuras econ&. pecado encuentra el hombre su castigo ( Sab. XI,
micas en los países débiles y les ha hecho imposi- 17). Al no escoger el camino de la solidaridad hu·
ble el funcionamiento como verdaderas economías mana que le hubiera llevado a un aprovechamiento
nacionales. Precisamente aquel tráfico internacional pacífico de la técnica para crear efectivas econo·
que tenía por centro fa City, es una de las causas mías de abundancia, el hombre emprende el cami-
204 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 205

no del egoísmo que lo conduce finalmente al em· advertir gue la lucha se lleva contra la frágil capa
pleo de la técnica en una formidable empresa de que constituye lo que se liama la civiHzaci6n. Tanto
destrucci6n y de muerte. La técnica, de suyo neu· dentro de un país corno en todo el conjunto, esta
tra, como todas las energías naturales, puede ten~J capa es muy tenue y quebradiza. Apenas un cen·
un doble uso en manos del hombre; uno, al serv1· tenar de miles de personas -y esto para mostrarnos
cío de los fines humanos, como luego diremos, y generosos- forman el foco irradiador de valores
otro, al margen de esos fines. Las consecuencias que nutren la civilización de nuestro mundo. Este
del primer uso se traducirán en realizaciones be· núcleo encierra valores propiamente morales, cul-
néficas para la especie humana, y las del segundo turales, científicos y técnicos. En los valores mora-
en ruina. les está aquel puñado de hombres y de familias
que sostienen con la integridad de su vida ciertos
principios de hidalguía, sana independencia y liber-
tad. Por mucha que sea la corrupción que devasta
III. EL PELIGRO DEL ~SENTIMIENTO
ANTIIMPERIALISTA las actuales sociedades todavía se mantiene en la
mente de los pueblos del Occidente la dignidad de
El problema siempre grave en toda esta cuestión ciertos valores. Aunque muchos se dejen arrastrar
es el de la dependencia que necesariamente se ha de por los delitos contra la familia, está aún en vigor
establecer entre una economía de perfecto desarrollo la idea del matrimonio monógamo indisoluble; y aun-
y otra de desarrollo imperfecto. Para hablar con cla- que el ava.sallarniento por el poder público de los
ridad y apuntando a situaciones reales, la cuestión derechos cmdadanos es cada vez mayor, queda fir-
la plantean particularmente las relaciones entre los me en la conciencia del hombre común que cada
Estados Unidos y los países de la América Latina. _ uno en particular constituye un sujeto inalienable
Situaciones de abuso pueden producirse de una y de una sociedad humana. La campaña sobre todo
otra parte. El país fuerte se inclina, no siempre cons- mantiene el rescoldo de los valores morales.
. cientemente, a pretender que el débil trabaje para Con respecto a los valores culturales entendemos
él sin la contrapartida correspondiente. Pero el país aquellos valores del pensamiento en cuya búsqueda
débil puede abusar cuando no desea reconocer y se distinguió siempre el Occidente. Es verdad que
aceptar su propia debilidad y la necesaria e inevi· d~sde hace un par de siglos las más ins6litas abe-
table -aunque no por ello censurable- inferioridad . rraciones constituyen las lucubraciones de los pen-
en que su debilidad lo coloca frente al fuerte. E1 sadores más representativos. Y aunque es justo re-
socialismo ha desarrollado hoy entre los pueblos conocer que muchos males de nuestro siglo han sido
débiles esta consciencia de resentimientos. Siem· generados por estos desvaríos, con todo, en lo que
pre habrá pueblos poderosos y pueblos débiles. hay de noble inquietud y de sano afán de búsqueda
:f::stos no deben rehusar la ayuda de aquéllos ni de la verdad, se verá un saldo positivo. Mucho
ciertas condiciones especiales de dependencia que peor y más cercano a la muerte es un pensamiento
pudieran ser inherentes a aquella ayuda. anquilosado y sin vida que se prolonga por la rutina
Con el estado de resentimiento que en todas par· y la pereza.
tes mantiene hoy el comunismo entre los países dé- Si en lo moral y lo propiamente cultural no pode-
biles y en contra de los Estados Unidos, es fácil rnos sentirnos ufanos, en cambio en lo científico y
1
.,
206 Conceptos fundamentales de la Eoonomía Hacia una economía al servicio del hombre M7

técnico enorme es la fuerza de los valores del Occi- sobre todo en el campo de las aplicaciones, han
dente. '¿Dónde se encuentran estos valores . impu~­ realizado su pensamiento en mil diversas técnicas;
sores del progreso civilizador? Si por hipóte~IS y muchos, por fin, las aprovecharon en la acción
desaparecieran de repente algu;ios centros de in- económica para levantar el nivel de vida de los
vestigación de algunas pocas cmda~es de Eur~pa pueblos. Si hoy los Estados Unidos pueden exhibir
y de los Estados Unidos, se apagana el foco i~­ el más alto nivel de vida es porque han desarrolla-
pulsor del progreso científic~ y d~l pr?gres.o técm- do previamente, en sus centros formidables de in-
co. Rápidamente retrocedenamos vanos siglos. Y vestigación los más grandes adelantos de la técnica
con el técnico se operaría al mismo tie:U;Pº el re- y de la ciencia.
troceso económico. Porque resulta mamfiesto que Esta grandiosa labor de la técnica y de la ciencia
el nivel de vida de los pueblos se eleva con la es, y será obra de grupos muy reducidos, porque
técnica de la producción. La producción de cereales, es fruto de un saber difícil y de un esfuerzo labo-
por ejemplo, ha hecho más progresos que .Ja de las rioso que muy pocos pueden cumplir. El mejora-
papas; el quintal de papas que costaba 10 veces miento civilizador de un pueblo se cumple así por
menos que el de trigo antes de 1830, cuest3: hoy la transfusión de valores desde esferas más reduci-
apenas 2 ó 3 veces menos; y,. en consecuenc!ª· e1 das a esferas cada vez más amplias y dilatadas. E5
poder adquisitivo de. los salarios aum;ntó mas en una comunicación jerárquica de arriba hacia abajo
lo que concierne al trigo que en 1o atane a la papa. y de minorías a grupos cada vez mayores. Lo obser-
De esta suerte, es legítimo formular esta ley:. El vamos dentro de cada pueblo que podemos consi-
progreso científico engendra el p1'ogreso técmc~; derar civilizado en el conjunto de ellos. Son con-
el progreso técnico engendra el progr~so econ6m~­ tados hoy los valores científicos de relieve. Un
co; el progreso económico engendra si .no la r~al!­ Einstein, un De Broglie, un Fermi, un Fleming; más
dad al menos las condiciones del progreso socwl · numerosos, aunque contados también, los centros de
Es decir que existe un~ relaciói;i directa entre el aplicaciones técnicas fundamentales; mucho más
progreso científico y el mvel de vida de los pueblos. numerosos, aunque siempre contados y reducidos,
De aquí, que sea tan importante mantener a toda los centros de utilizaciones económicas de aquellas
costa · el progreso científico de un pueblo. Pero. t:tcnicas. Luego viene la masa que se beneficia con
¿dónde y cómo se desarrolla prime;am,e.r:te y cómo aquellas utilizaciones para mejorar su nivel de vida.
en su fuente propia este progreso cientih.co? ¿Acaso En un pueblo normalmente constituido, con cierta
en el pueblo y en la masa anónima_? De nmgu~a 1:1~­ homogeneidad en su estructura, dentro de esta ma·
nera. Es obra de hombres excepc10nales, de md1vi- sa, minorías importantes progresan y ascienden a
dualidades poderosas. Un centener de homb_res, con capas sociales superiores, desplazando a otras mi-
su trabajo y empuje, han .abierto los cami~1os del norías que se han corrompido y degenerado.
progreso científico: los Arquímedes, los Gahleo, los '1 A su vez esta masa, aunque nutrida y enorme,
Bacon los Newton los Pascal, los Pasteur, los Cu- representa una minoría al lado de las enormes mu-
rie, lo~ Planck; luego 2.000 6 3.000 más, trabajando chedum¡bres de seres humanos, a quienes práctica-
mente nada llega de aquellos bienes materiales de
4 }EAN FouRASTI!:R en la Semaine Sociale de France,
los pueblos que llamamos civilizados.
Hoy se ha constituido un temible estado de ten·
1952.
208 Conceptos fundamentaÍes de Ía Economía Hacia lma economía al servicio del hombre 209
si6n entre estos dos grandes grupos humanos, entre sangre. Porque hay que mantener una organizaci6n
los privilegiados que gozan de los beneficios de la donde todo? y .cada uno de los seres humanos ajus-
civilizaci6n y la masa ingente que no acepta ser ex- ten, s~ respirac16n y su pulso al ritmo marcado por
cluida de ese goce. ¿Qué sucedería si esos dos gru- el umco Grande. ¡Ay de quién se atreva a vivir o
pos se enfrentaran, y si el más hambriento y despo- a ~xpresar su propia vida! Automáticamente, Ja má-
seído obtuviera la victoria sobre el más reducido? qmna de la perfecta organización triturará esa exis-
¿Acaso le aprovecharía el triunfo? ¿Se conseguiría tencia. No ya la civilización sino la vida es reem-
otro resultado que destruir aquella tenue y frágiJ plazada por el perfecto funcionar de la más perfecta
capa donde se resguardan los valores civilizadores máquina automática.
de la humanidad? Si este tipo de desolación es preferible 0 no a la
He aquí el interrogante que no pueden eludir 106 desolaci6n del desierto o de la selva, será cuesti6n
hombres que tienen alguna responsabilidad en el de gustos, Nun~a fal~ª1:1.degenerados que prefieran
destino de los pueblos. Se ha de reflexionar seria- la selva a ~a vida c1v1h~ada ni quienes prefieran
mente si con la bandera del antiimperialismo no se ser en~rana1es de una maquina a expresarse como
llegará a destruir el menguado patrimonio de valo- s~res hbres con dominio .Y responsabilidad del pro-
res humanos que aún mantienen un orden de civi- p10. obrar. ~l..buen sentido parece indicar que es
lización. Este orden, una vez destruido, no podrá ~e10~ ~er c1v1hzado que vegetar en la selva y me-
ser revivificado. Porque la civilización es del orden JOr. vivir en la selva que ser engranaje de una má-
de los valores de vida. Y la vida se transmite de quma por grandiosa que ésta fuere.
manera continua e ininterrumpida. Nuestra civili- Puede que. a la postre el sitio en que el comunismo
zación se remonta a las fuentes mismas de la hu- pone a la mmona ~e l~ humanidad culta obligue
1

manidad y recoge en su seno la mejor herencia de a ésta a tomar conc1enc1a de su responsabilidad y


los mejores pueblos. la fuerce a superar el planteo puramente econ6rni-
Hay que disipar esa especie de la imaginación co de los mismos problemas materiales. Los pueblos
que engaña a muchos y que les hace creer que e] cultos deben perc~ta.rse de que nada es más justo
comunismo, acaudillando los ejércitos de deshere- ~ue ~os pueblos deb1les levanten su nivel de vidn
dados del mundo, va a terminar con la corrompida tSm hipotecar su independencia. En esta lucha pre-
civilización occidental, para engendrar un mundo sente de la humanidad, los pueblos cultos han de
de justicia y felicidad. El comunismo, como las mostrar su superioridad interpretando los justos
masas de desposeídos que acaudilla, no deja tras de anhelos de pueblos vencidos que tienen derecho a
sí más que desolación. Muchos se desorientan con que se les brinde un puesto en la mesa común de
la perfecta organización del Estado soviético. Por- la familia humana.
que ¿quién se atrevería a acusar de desolación u Hay pueblos, que no son ni suficientemente cul-
la portentosa máquina soviética? tos ni del todo incultos, que en esta hora delicada
Sin embargo, no hay por qué retirar el término. a,d.optan actitudes e9uívocas y emprenden una po-
Desolación produce esa máquina portentosa que htica .de degra.dacion, empE\ñados al parecer, en
esteriliza y aniquila todos los valores propiamente destrmr el capital moral y material formado por
humanos. El comunismo, también y sobre todo e] generaciones ejemplares y volver a la vida de la
stalinista, es un estado permanente de terror y de selva. Cuando se hayan empobrecido, se les verá
'l
210 Conceptos frmdamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 211

echar la culpa de su propia miseria a otros pueblos de evadirse del esfuerzo por mejorar las condicio-
más cultos. Cuán importante aparece cada día aten- nes en que se ha de desarrollar la vida humana
der a esta gran advertencia de la hora: cuidar el está siempre en acecho. El nirvana amenaza al
patrimonio político y económico de l?s pueblos; no hombre. Y a veces puede presentarse como la única
dilapidar la herencia de las generac10nes pasadas; solución recomendada por el Evangelio. Sin em-
tomar conciencia de que las riquezas acumuladas bargo, la doctrina católica, que es de encarnación,
durante siglos pueden dilapidarse en un par de nos exhorta a valorar todo esfuerzo humano con
horas. todas las implicancias que este esfuerzo encierra.
El progreso científico, técnico y económico es bue-
no y por lo mismo necesario. Una vida de espaldas
IV. LA T~CNICA AL SERVICIO DE LOS a este progreso se opone a lo más profundo de las
GRANDES FINES HUMANOS exigencias evang-élicas.
Además, la salud del hombre consiste en valores
Pero si no hay que favorecer sino oponerse re· superiores a este progreso y sin los cuales es per-
sueltamente a la causa peligrosa y d~~truct~ra. que judicial y dañoso. No se trata entonces de quitar
se oculta detrás de la bandera del antnmpenahsmo, nada al hombre si no de añadirle. El hombre es
hay que trabajar por superar la raí~ .d.e los des6r· mucho más que el mundo de la técnica y de la
<lenes que aquejan a los pueblos civ1hz~~o.s. Esto economía. De aquí que sea tan fundamental tener
nos plantea una cuestión sumamente d1hc1l, cual presente aquella escala de valores humanos que re-
es la de descubrir la causa del desorden y de la cordamos en el primer capítulo de este libro.
ineficacia que sufren estos pueblos. Porque es ma· Lo que se desconoce hoy -v de alH la profunda
nifiesto que poseen poderío por su enorm~ poder crisis de las sociedades- son los fines propiamente
científico, técnico y econ6mico. Como senalamos humanos de la vida del hombre. El hombre vale
anteriormente estas tres series de valores marchan mucho más que las técnicas y que la economía. Y
en relación directa. Pero es también manifies~o. que precisamente porque vale mucho más, debe desa-
los pueblos civilizados poseen una gran deb1hdad. l r:~ollar el mundo de las economías y el de las téc-
Aquel enorme poderío cient.ífico, técnico y eco~6- mcas para lograr sus propios y específicos fines.
mico no ha sido empleado smo para la destrucción Es un fin en sí, en comparación con todas las
especialmente de vastas regiones y poblaciones ~e otras cosas que no son el hombre. Y esta proposi-
ese mismo mundo civilizado. Tremendas luchas m· ción tiene valor con respecto al más deleznable
ternas y externas han quebr;do el. corazón mismo de los mortales. Luego, las técnicas, todo el proceso
· de la vieja Europa. ¿Para que menc10nar las dos te- de organización, todas las relaciones de economía,
rribles guerras mundiales y los estragos de la revo· deben ser tales que estén a su servicio y de los
lución si su recuerdo estremece todavía a la actual grandes fines humanos. La ciencia que se ocupa de
'
generación? . , . , estos fines -la f:tica- tiene una importancia de
¿No será acaso malo ese progreso c1ent1hco, t~c- primera línea; y aquí surge, de otra manera, la
nico y económico? ¿No sería más humana un~ v1?a dificultad que crea la complejidad de cualquier
más elemental y primitiva, con menos complica~IO­ problema que se presenta al estudio del hombre.
nes pero más apacible y llevadera? La tentación No es posible conocer y establecer correctamente
212 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al 11ervicio del hombre 213
los fines del hombre sin referencia a aquel centro siglos, se ha divorciado profundamente del pro-
de atracción hacia 'el cual gravita porque de allí ha greso del saber propiamente humano. Y aquel pro-
salido. greso corre por propios e independientes caminos
Y conste que al hablar de Dios no hemos entrado y adquiere un desarrollo que cada día se agiganta
todavía en el campo de la Teología, como vulgar- y va absorbiendo todo este otro campo de las cien-
mente creen muchos que se denominan filósofos. cias auténticas de la cultura. El pragmatismo se
Estamos en el puro campo de las verdades natura- impone entonces con el inminente peligro de con-
les, esto es, de aquellas que puede el hombre con- vertir al hombre en una pieza de engranaje.
quistar con el ejercicio de su inteligencia natural. El hombre de sapiens se convierte en faber. Y
El gran desorden del hombre actual consiste en las técnicas de fabricación, en lugar de constituir
que las ciencias propiamente culturales son pro- instrumentos para que el hombre alcance sus fines
funda y radicalmente ateas. Quisieran organizarse supremos de vivir, se convierten en el fin mismo
y fundarse de espaldas a Dios. Ateas fueron las de la vida humana. La sociedad no aspira a ser
diversas corrientes del idealismo; ateos el materia- una asociación de sabios y contemplativos sino de
lismo dialéctico e histórico; ateas las más fuertes trabajadores. Y la gran preocupación la constituye
corrientes del existencialismo. El ateísmo penetra buscar aquella organización que sea más eficiente.
profundamente el saber esencialmente cultural del Y, como dice el Pontífice en su último radiomen-
hombre moderno. Y este ateísmo no es puramente saje de Navidad, "el demonio de la organización
extrínseco al saber. Podrá ser extrínseco al saber de invade y tiraniza al espíritu humano". En conse-
las ciencias experimentales y de las técnicas, o a lo cuencia no debemos maravillarnos de que sea trá-
propiamente científico. Pero no puede ser extrínseco gica la existencia del hombre convertido en en·
al saber de las ciencias del hombre, porque el grana je.
sentido del hombre cambia radicalmente, sea que
se ordene a Dios, sea que se ordene a sí mismo o
a otros elementos infrahumanos. El ateísmo vicia V. NECESIDAD DE MINOR!AS RESPONSABLES,
radicalmente todo el saber cultural moderno. Y al DOTADAS DEL INSTRUMENTAL TI:CNICO
viciarlo y desnaturalizado pone un obstáculo insu- ti MODERNO, AL SERVICIO DE UNA
ECONOM!A HUMANA
perable para que el hombre conozca sus propios
fines y se conozca a sí mismo. Por mucho que el
La tensi6n a que está sometido hoy el planeta
tema del hombre, el de la antropología, de los com-
con la guerra fría de los bloques humanos, el uno
portamientos, del humanismo y de la teoría del
más reducido pero dotado de poderoso instrumenta]
. hombre ocupe la atención de los filósofos, nunca
técnico, el otro más numeroso pero animado de un
ha sido más radical y totalmente desconocido. Des-
pathos impetuoso de resentimiento, sólo puede re-
conocido porque se lo quiere cifrar en otra dimen-
solverse saludablemente si la minoría responsable
sión que en aquella auténtica en que está relacio-
que ejerce la dirección de la vida civilizada toma
nado con su causa primera y frontal.
conciencia de la significación de la hora y empren·
El desorden humano se encuentra en que aquel de una cruzada de recuperación de valores.
progreso científico, técnico y económico, que vie_ne ~1 Al hablar de "minoría responsable que ejerce la
realizando a pasos agigantados desde hace vs,no~ dirección de la vida civilizada" no nos referimos
1

214 Conceptos fundamentales de la Economía J·~ Hacia una economía al servicio del hombre 215
$
precisamente a las minorías políticas, aunq~e tam· ,ti de vida a toda 1a ciudad, la nación y aun la huma-
poco las excluimos; señalamos a los eqmpos de nidad. El country en cambio es un refugio adonde
hombres que en los diversos campos de la cultura, se exilian los auténticos valores. En las ciudades
la moral, la política, la filosofía, la .ciencia,. el pe- de la campa:ña se encuentran todavía selecciones
riodismo, la vida cívica, ejercen mfluenc1a real de saber y de virtud que nada pueden frente a la
sobre sus conciudadanos. La tarea urgente de la influencia avasalladora que impone el anonimato
humanidad es tomar conciencia de la necesidad
de rehabilitar los valores hoy subvertidos. Los va-
1 de las grandes urbes.
lores auténticamente culturales y morales han de No es posible anticiparse al porvenir. Pero quizá
ocupar el primer plano. El hombre es ante todo no sea aventurado presagiar que el peligro de la
y sobre todo "imagen de Dios". Y éste su carácter destrucción atómica, mucho mayor en 1os inmensos
le da una significación de dignidad que supera todo conglomerados de población, podría volcar, en favor
intento de utilización. Junto a la dignidad del hom- de la campaña y de ciudades más humanas, el po-
bre, imagen de Dios, está la dignidad. de la f~milia, derío de influencia que hoy ejercen Jos centros
masificados de población. En ese caso las minorías
que es el foco educativo por ~xcelencia. La, ':ida de responsables que allí se aclimatan retomarían la
relación en todas sus etapas, mcluso la pohtica del dirección de 1a vida civilizada.
Estado y la internacional, deben servir par~ hacer
plena y efectiva esta condición del hombr.e, imagen Sólo ~stas minorías responsables, en posesión de
de Dios. La actividad técnica y las relac10nes eco- los autenticas valores de vida, pueden resolver eJ
nómicas que se cumplen en la so~i~dad deben mo- problema económico que es difícil porque está jus-
verse como instrumentos al serv1c10 del hombre, tamente allí, donde se conjugan las realidades hu-
imagen de Dios. manas y las infrahumanas. La economía no es la
moraJ; pero tampoco consiste en las realidades que
Es muy posible que para qu~ el hombre pue~a están fuera del hombre. La economía consiste en
actuar dentro de la conformación humana y cns·
una relaci6n del hombre con las cosas exteriores.
tiana, hayan de operarse previamente al.g~nos cam- Pero, ¡cuidado! porque también las técnicas de fa-
bios profundos dentro de su actual hab1tac~lo.. Las bricación consisten en una relación del hombre con
modernas ciudades que agrupan en promiscuidad
I~s cosas exteriores. La economía se dirige, de las
vergonzosa a millones y millones de seres huma~os, cosas al hombre, buscando el perfeccionamiento de
ejercen hoy una manifiesta deformación de la VIda , 1 éste ,en. lo que propiaI?ente tiene de humano, y
social. Las minorías responsables, aunque las hu· las tecmcas de fabncac1ón de suyo se dirigen de]
biere bien selectas, no podrían actuar; el homb:e- r: hombre a las cosas, buscando la perfección, como
. masa el man, el on o esa corporización de refle1os tal, de las cosas que se fabrican .
insti~tivos de la masa anónima e irresponsable, ser- ~ La gran tentación del hombre Ja constituye el
vida y utilizada por los mil incentivos de la pr~pa­
pretender hacer la economía -relación del hombre -
ganda, imponen su modo de ser al _hombre. s~ se las cosas - el hombre-, una relación de las cosas - el
observa con atención, la city propiamente dicha hombre - las cosas. De allí Ia manía de la organi-
o ese grupo de los barrios céntric.os .de las gr~~des ·"' zación y de la técnica. Por eIIo es necesario que
ciudades donde se nuclean las prmc1pales act1v1da- ~ estas minorías responsa bles posean el sentido de lo
des anónimas, tiende a dirigir e imponer un ritmo , humano y, en consecuencia, de una economía hu-
216 Conceptos fundamentales de la Economía Hacia una economía al servicio del hombre 217

mana. Sabias las palabras de Pío XII en su radio- del hombre que no coinciden con las técnicas de
mensaje de Navidad cuando advierte que "la so- fabricación. Lo humano apunta la flecha en direc-
ciedad humana no es una máquina, ni se la debe ción hacia el hombr~; lo. técnico hacia las cosas y,
convertir en máquina aun en el campo económico. en el caso de las ciencias del hombre hacia las
Al contrario -prosigue-, hay que hacer palanca objetivaciones humanas. '
incesantemente en la aportación de la persona hu- Pero lo difícil no significa imposible. Después de
mana y de la individualidad de los pueblos, como la actual experiencia vital en que fracasan los in-
un apoyo natural y primordial, del cual habrá que tentos d~ ordenar Ja economía con meros principios
partir siempre para tender hacia el fin de la econo- y enunciados humanos y con sólo el despliegue de
mía pública, o sea, para ·asegurar la satisfacción un saber técn~co n;araviJloso, cabe esperar que se
permanente en bienes y servicios materiales, enca- logre una con1ugac1ón del saber técnico al servicio
minados a su vez al incremento de las condiciones de los grandes fines humanos de la economía.
morales, culturales y religiosas". La actual generación, si acierta a comprenderlo
He aquí otra grave dificultad. Las minorías res- tiene en la economía un vasto campo para un;
ponsables del campo económico deben poseer el actividad plena. Porque allí confluyen todas las
sentido humano de la realidad económica. Pero ello esferas del saber y de la actividad del hombre. Hov
no basta; deben ser expertas también en las más no puede ser excelente economista quien no pose~
modernas técnicas de la ciencia económica. Ésta . una abarcadora visión del destino humano y divino
es hoy una ciencia rigurosa para la que no son su· del ~om?re. De aJH la importancia de] saber de
ficientes ni el empirismo ni el buen sentido. Las 1 las ciencias del hombre y también de la filosofía y
modernas técnicas estadísticas, que proporcionan - .~ de Ja teología. No puede serlo tampoco si no cono-
una imagen precisa y exacta de la realidad, no ce Jas grandes posibilidades técnicas de la ciencia
pueden ser desconocidas en su total alcance y sig- actual. Pero lo que sobre todo importa es que sepa
nificación por las minorías responsabl0s del campo a;er!ar e~ aquel punto de conjunción en que las
económico. Así como nos oponemos a la tecnocracia tecmcas Sirven a Ja economía y la economía sirve
nos oponemos también a todo intento de querer ., al. hombre yara que el hombre ·creado a imagen de
ordenar las cosas dando espaldas al maravilloso Ji· ~10s, gravite alrede.dor de aquel centro que consti-
adelanto de la técnica moderna. Tanto las técnicas .1 uye s~ punto preciso de equilibrio y de paz. Por-
de fabricación como el saber propiamente técnico ~ que solo cuando el hombre se sitúa en el punto
en el cual han avanzado tan prodigiosamente la g q.uc; Je corresponde con respecto a su Pdmer Prin-
economía y en general las ciencias del hombre, cip10 se haIJa en condiciones de ubicar cada cosa
son imprescindibles para la etapa que ha alcanzado en su lugar propio.
la vida civilizada. Ahora bien, la dificultad estriba A pesar de la enorme confusión que por todas
en que, dada la limitación del hombre, es muy di- partes. envuelve al hombre de hoy, todo pareciera
fícil aunar el conocimiento y sentido humanos, de ~ - encammarse hacia un mundo ordenado. Cada día
los problemas económicos y su conocimiento y sen- ~ se va adquiriendo la justa proporción de los valores·
tido técnico. Porque lo humano y lo propiamente ,J las téci;~cas, que son el saber de las cosas por l~
técnico, como advertíamos antes, se orienta en di- perfecc10n de las cosas mismas, aparecen subordi·
recciones diferentes, aun las técnicas de las ciencias nadas a la economía, que es un saber de las cosas
218 Conceptos fundamentales de la Economía
APÉNDICE I
en función del hombre; y la economía muestra su
razón de ser en función de los conocimientos mo- LA MATER ET MAGISTRA y LA
·1
rales y políticos que se proponen el ordenamiento ·~ PROPIEDAD COLECTIVA
de los hombres entre sí; y éstos, a su vez apuntan l
1
PRIVADA 0
al destino más alto del hombre, el único que pue-
de saciar su apetito de infinitud.
Este ordenamiento del hombte se traduce en e]
plano de la vida 2ública por un encauzamiento de
la voluntad de poder, con su inmensa fuerza moto-
ra de progreso social, hacia fines de servicio. Cada
día se adquiere una mayor conciencia de que a la
dominación por someter hay que sustituirla por la
aspiración a ser fuerte para servir a los demás con
mayor eficacia. De aquí que el imperialismo que
ha prevalecido en los últimos cien años se vaya
sustituyendo por ]a idea de la comunidad mundial,
en la que tengan participación justa y adecuada
todos los puebfos de la Tierra. Todo ello presagia
que días de paz han de suceder a los confusos y
agitados que le toca vivir a la generación presente.
Sea como fuere el porvenir, cuyos secretos apenas Lo.s puntos básicos que sostienen la magnífica
nos es dado rastrear, lo cierto es que el hombre arq~Itectura de la Mater et Magistra se pueden re·
dispone hoy de un poderoso instrumental técnico ducir a los tres siguientes:
que puede proporcionar felicidad a la especie hu·
mana en la redondez del planeta. Que estas posi· 1. Un orden económico-social recto tanto en e]
bilidades pasen al plano de las realidades actuales orden nacional como en el mundial 'surge de la
depende del esfuerzo del hombre. Si, como hemos :~\POI~sabilidad individual de cada u~o de cuantos
demostrado, tal es la naturaleza del proceso eco- m erv1enen en la producción de bienes y servicios
nómico que su funcionamiento continuo y sin trabas unida Y. conjugada esta responsabilidad en sacie~
exige la armónica y proporcional distribución de los da~es d~versas, unas más complejas que otras, hasta
bienes y servicios, acrecentados por un instrumenta] U~gur fmalmente a las comunidades políticas na-
técnico cada vez más poderoso, y si tal es el grado c10nales y luego también al concierto de éstas en
de la novísima técnica económica que hace posible una unidad mundial.
esta distribución, cabe esperar que, en un porvenir . Este orden, así concebido, se opone al individua-
no lejano, el esfuerzo humano tendrá éxito en la lismo que caracteriza en diverso grado al capitalis-
forja de un mundo de inmensas riquezas amplia·
mente redistribuidas. • Reproducimos aquí el artículo del autor de este libro
~ue s~ pub~icó en el número 3, del año 1962, de la reviiSta
Estudios Ftlos6ficos y Teol6gicos por considerarlo impor-
tante para apreciax el carácter tradicional de la Mater 81
Magistra.
220 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 221

mo en cualquiera de sus etapas, por cuanto éste t dica de la estructura de la empresa dicha pieza

niega Ja solidaridad de los diversos grupos sociales; maestra. Dice textualmente Pío XII: "Se habla, hoy,
y se opone igualmente al colectivismo puesto que mucho de una reforma en la estructura de la em-
éste niega la responsabilidad individual. presa y quienes la promueven piensan, en primer
lugar, en modificaciones jurídicas entre todos cuan-
2. El orden económico-socia], así estructurado, tos son sus miembros, ya sean empresarios, ya de-
por individuos responsables que actúan en conjuga- pendientes incorporados a la empresa en virtud del
ción solidaria, debe producir bienes y servicios que contrato de trabajo.
se distribuyan luego armónicamente entre todos los "No escapan, sin embargo, a nuestra considera-
que han contribuido a crearlos de acuerdo con Ja ción, prosigue Pío XII, las varias tendencias que e71
parte que a cada uno le compete en su producción. tales movimientos se infiltran, las cuales no aplica11
De ahí que se haya de reprobar la injusticia del -como conviene- las incontestables normas del de-
régimen capitalista que crea disimetrías irritantes recho natural a las mudables condiciones del tiem-
entre la clase empresarial y la clase asalariada, po, sino que simplemente las excluyen.
entre el sector agrícola que queda deprimido y el
sector industrial financiero que alcanza alta expan- "Ni podríamos ignorar las alteraciones, con las
cuales se deformaban las palabras de alta sabiduria
sión, entre economías infradesarrolladas de ciertas
comunidades políticas y las altamente desarrolladas de nuestro Predecesor Pío XI, donde, el peso y la
de otras comunidades privilegiadas. importancia de un programa social de la Iglesia, e11
nuestro tiempo, a una observación completamente
3. Para alcanzar esta finalidad -propia de una accesoria en torno a las eventuales modificaciones
sana economía- de una producción armónicamente jurídicas en las relaciones e.ntre los trabajadores, su.-
distribuida, es necesario que cuantos individuos so- fetos del contrato de trabajo, y la otra parte contra-
lidarizados intervengan en los diversos sectores pro- tante; y pasando, por el contrario, más o menos en
ductivos asuman esa responsabilidad por una pre- silencio la parte principal de la encíclica Quadra-
sencia activa en cada uno de los distintos niveles gessimo anno que contiene, en realidad, aquel pro-
en que Ja actividad productiva se desenvuelve. grama, es decir, la idea del orden corporativo pro-
Sabido es que la enseñanza de León XIII en f esicJnal de toda la economía".
cuanto a la naturaleza y alcance de esta presencia
activa fue explicitada especialmente por Pío XI en
la Quadragessimo anno, en la cual defiende la ne- UNA OPINION DE JEAN MADIRAN
cesidad para un recto orden social, de lo que allí EN "ITIN:E:RAIRES"
llama la "concorde inteligencia de las profesiones",
concors ordinum conspiratio. Pío XII ratificó plena- Con motivo de la publicación de la Mater et Ma-
mente esta enseñanza de su predecesor, sosteniendo gistra, Jean Madiran acaba de formular en Itiné-
que el régimen corporativo de las profesiones cons- raires, setiembre-octubre 1961, n9 56, una opinión
tituía la pieza maestra de un orden económico cris- muy particular sobre toda esta cuestión. Dice en
tiano, de tal suerte que había que lamentar y re- primer lugar que se habría verificado un cambio
probar el que muchos católicos lo pospusieran e entre las directivas de Pío XII y las de Juan XXIII.
hicieran descansar, en cambio, en la reforma jurí- "Por primera vez, escribe, el orden corporativo pro-
222 Con<:!eptos fundamentales de la Economía La M.ater et M.agistra y la prop. colect. privada 223

fesional de toda la economía ino está en el primer social. Sobre todo si tenemos en cuenta que esta
plano del programa de la Iglesia" ( ibíd., pág. 15). doctrina se funda en normas de derecho natural,
Lo que estaría en cuestión, advierte Madiran, no ~ como enseñan especialmente Pío XI y Pío XII.
es un punto de doctrina sino de oportunidad ( ibíd. Además, que si la doctrina y las directivas de
pág. 12). Juan XXIII no son las mismas que las de su predece-
En opinión de Madiran, el acento principal de sor, ¿qué garantías ofrecen ellas si, a su vez, pueden
M'ater et Magistra pone la atención "sobre el deber ser cambiadas dentro de pocos años por las de su
y sobre la urgencia de realizar inmediatamente lo sucesor? ¿Quién puede empeñarse en una acción
que es inmediatamente realizable" ( ibíd. pág. 17), que ha de desenvolverse a largo plazo para que
y ésta es la realización mucho más extendida y mu· dé frutos firmes y fecundos, si no ofrece garantías
cho más rápida de la copropiedad privada de los de continuidad?
bienes de producción ( ibíd. pág. 18) o lo que allí Asimismo, ¿con qué derecho se atribuyen cam-
mismo llama "la propiedad colectiva privada". bios cuando nada hay en Ja Mater et Magistra gue
Madiran opina que el actual capitalismo, que él tal cosa explicite y, al contrario, todo el afán de
denomina el socialo-capitalismo, camina por su pro- sus párrafos tiende a señalar la continuidad homo-
pio peso hacia el comunismo. "En el punto en que génea de enseñanzas desde la Rerum N ovarwm y
estamos, dice, la propiedad del capital y la gestión en indicar de qué modo se ha de aplicar aquella
de la empresa no pueden ya cambiar de mano. O doctrina y aquellas normas a las nuevas condiciones
irán al Estado, o irán a los trabajadores, bajo la for- de la vida económica? Así, toda la primera parte
ma de gestión autónoma y de copropiedad privada". de la nueva encíclica está dedicada a exponer la
¿Qué hemos de pensar de estos planteas de Ma- coherencia de la doctrina social católica desde la
diran? Rerum N ovarum hasta nuestros días.
Cabe preguntar, ¿la heterogeneidad de la doctri·
na y de las directivas de la Mater et Magistra, con
HOMOGENEIDAD DE LAS ENSE~ANZAS respecto a las ens~ñanzas de Pío XI y de Pío XII
EOONóMICO-SOCIALES DESDE LEóN XIII no será una ficción imaginativa de Jean Mediran?
HASTA JUAN XXIII
..
En primer lugar, conviene poner en claro un
EL "ORDEN CORPORATIVO PROFESIONAL DE
hecho que consideramos fundamental y que parece TODA LA ECONOM1A" CONSTITUYE EN LA
cu~stinado por Madiran; es, a saber, que desde M.ATER ET M.AGISTRA LA PIEZA MAESTRA
Leon XIII hasta Juan XXIII la doctrina y las directi- DEL PROGRAMA EOONóMICO-SOCIAL
vas católicas para solucionar el desorden de la eco- DE LA IGLESIA
nomía moderna, capitalista-comunista, son perfecta-
mente homogéneas. Podrán progresar, no cabe du- Contra la opinión de Madiran, se ha de sostener
da, pero siempre en la misma línea y orientación. que el "orden corporativo profesional de toda la
No es posible admitir que en menos de diez años economía", constituye aun en la Mater et Maaistra
puedan cambiar directivas tan fundamentales refe- la pieza maestra del programa económico-soci~l de
rentes a cuál deba considerarse en la doctrina v la Iglesia. Cierto que esto no se expresa allí de una
en la acción, la pieza maestra del orden económicÓ- manera clara y terminante como en la Quadragessi-
224 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 225

mo anno o en las alocuciones de Pío XII. Pero ello primido para que junto con el otro sector se logre
por una razón sencilla. La Óf tica desde donde se un orden armónico, la Quadragessimo armo nos
enfoca el programa de la Igiesia no es la misma presenta este orden funcionando armónicamente en
en aquélla que en estos documentos. En éstos, en el plano de la economía nacional. Pero el orden
efecto, aunque se apunta también a la realidad eco- que se ha de establecer ~s el :r:iisn:o. Bste . es el
nómica actual, se presenta la solución y el remedio restablecimiento de una vida social mtermedia en-
de esa realidad en un programa completo y acaba- tre los individuos y el Estado que, en lugar de verse
do. Se sostiene, en efecto, que no puede haber jus- entregados a una lucha sin cuartel, b~1scan la armo-
ticia y orden económico-social mientras todas las nía y el concierto, en ese plano precisamente de la
fuerzas que intervienen en el proceso productivo de supraempresa en que los intereses se conjugan. Pm
bienes y servicios no abandonen la lucha de la con- ello cuando Pío XI examina qué orden social se ha
currencia económica y se armonicen en una orgá- de restablecer, enseña: "Ésta, dice, debe ser ante
nica coordinación de esfuerzos. En aquélla, en todo, la mira, éste el esfuerzo del Estado y de todos
cambio, atendiendo a la alergia que se ha demostra- los buenos ciudadanos, que cesando la lucha de cla-
do por este programa completo, se lo presenta de ses opuestas, surja y aume.nte }~ conco;de !nteligen-
una manera más aceptable a la sensibi1idad del cia de las profesiones. La politica social tiene pues
hombre actual, señalando sobre todo que esa solu- que dedicarse a reconstituir las profesiones1' (A. A.
ción hay que buscarla por Ja incorporación en el S. XXIII, l-VI-31, pág. 204). De aquí, como v_ere-
gobierno de la economía, en todos los niveles, de mos inmediatamente, que la Mater et Magist.ra
aquellos grupos sociales a c¡uienes se les niega hoy aliente calurosamente todo cuanto se haga por
toda participación o no se les asigna ésta en grado desarrollar las asociaciones profesionales y de que
conveniente. en ellas se halla presente de modo implícito pero
Dos enfoques de una misma enseñanza. Uno, más efectivo este "orden corporativo profe.sional de toda
doctrinario; el otro, más pastoral. Uno, en términos la economía". Orden corporativo profesional .que. ;e
sociológico-jurídico-morales; otro en el lenguaje ac- puede considerar en estado de perfecta reahzacwn
tual de los economistas. Pero tanto la Ouadragessi- con que lo expone la Quadragessimo an.no o en
mo anno como la Mater et Magistra denuncian la eshdo de esbozo y desarrollo con que prefiere mos-
grave deficiencia que presenta la- actual y dinámica trarlo la Mater et Magistra.
producción de bienes y servicios, que, siendo fruto Si recorremos toda la Mater et Magistra, hemos
del capital y del trabajo, benefician con exceso aJ de ver cómo, a todo su largo, está presente este
capital en detrimento del trabajo (A. A. S. LIII, 15. "orden corporativo profesional de toda la econo-
VII, .61, pág. 429); de donde no se ha de obtener "
mw.
/

remedio de dicha deficiencia si la parte perjudica-


da, o sea el trabajo, no es incorporada en el gobier- 19 Cuando en la primera parte de la encíclica
no de la economía, para c¡ue, presente en todos los se expone el pensamiento de la Rerum N ovarum,
niveles en que se plantea el problema, y máxime leemos: "A los traba¡adores se les reconoce com?
en el nivel de la economía nacional, haga valer la natural el derecho de formar asociaciones y organi-
justicia de sus derechos. Mientras la Mater et '!i.fa- zaciones sólo de obreros o mixtas de obreros y pa-
gistra habla de dar categoría al sector laboral de- tronos; como también el derecho .de conferirles ki
226 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 227

e~tructura y organización que juzguen más conve- que "es injusto reservar a una sociedad mayor o
nientes para asegurar sus legítimos intereses econ6- más elevada lo que las comunidades menores e in-
)
mico-profesionales y el derecho de moverse con au- feriores puedan hacer", y por lo mismo está exigien-
tonomía y propia iniciativa en el interior de las do que entre el Estado y los individuos hayan de
mismas a fin de conseguir dichos intereses" (A. A. existir estos cuerpos intermediarios. De aquí que
S. LIII, 15-VII-61, pág. 406). Aquí va implícito en la Quadragessimo anno (A. A. S. XXIII, l-VI-31,
el _or~en co.rporativo profesional porque, como en- págs. 203 y 204) Pío XI conecte inmediatamente,
sena mmediatamente la Mater et Magistra: "Obre- dentro de un mismo capítulo, este principio con
ros y empresarios deben regular sus relaciones ins- el orden corporativo profesional. ¿C6mo puede, en
pirándose en el principio de la solida;idiid humana efecto, evitarse el abuso de los grupos más fuertes
y de la fraternidad cristiana; ya que tanto la con- o el excesivo intervencionismo estatal, si entre los
currencia de tipo liberal, como la lucha de clases productores aislados y el Estado no se establece una
de tip~ marxista, van c~~tra la naturaleza y son duradera y orgánica armonía de esos mismos pro-
contrarias a la concepcion cristiana de la vida" ductores?
( ibíd. ).
49 Sabida es la importancia que tiene en la
~9 Cuando la Mater et Magistra expone en sín- Mater et Magistra el capítulo dedicado a la socia-
tesis el aporte de la Quadra.[!,essimo anno, se refiere lización. Este término no tiene en el documento la
en clos ocasiones a este "orden corporativo profesio- resonancia tendenciosa que puede revestir en nues·
nal". AJií leemos: "Esto lleva consioo según sus tro lenguaje vernáculo. S6lo destaca la significaci6n
enseñanzas, la reedificación de la co~~ivencia me- excepcional que han adquirido las relaciones so-
d~ante la reconstrucción de los or{!anismos interme- ciales en todos los aspectos de la vida econ6mica.
dios autó;wmos de finalidad econ6mico-profesional, Por ello, el texto original latino dice: "socialium
crea.dos libremente por los respectivos miembros, y rationum incrementa'', los incrementos de las rela-
no impuestos p~r el Estado" (A. A. S. ibíd., pág. ciones sociales (A. A. S. LIII, 15-VII-61, pág. 415).
409). Y al refenrse al segundo motivo de los dos Pues bien, este capítulo que alcanza dentro de la
con gue la Mater et Magistra caracteriza la encí- Encíclica significaci6n tan alta, culmina en este
clica de Pío XI leemos: " ... debemos afanarnos p~rrafo: "Si la socialización se mueve en el ámbito
para dar vida a una ordenaci6.n jurídica interna e del orde.n moral siguiendo las líneas indicadas .. .
internacional, con un complejo de instit;iciones es- se concreta en una reconstrucción orgánica de la
~ables, tanto públicas como privadas, ordenación convivencia de que nue5tro Predecesor Pío XI en
inspirada en la justicia social con la cual concuerde la encíclica Quadragessimo anno proponía y de-
la economía" ( ibíd. ) . fendía como condición indispensable para que que-
den satisfechas las exigencias de la justicia social".
39 En la segunda parte de la Mater et Magistra Y consta claramente el lugar insustituible que el
se ~alla también presente el "orden corporativo pro- "orden corporativo profesional de toda la econo-
fesional de toda la economía" cuando se sostiene la mía" ocupa en esa reconstrucci6n orgánica de la
n~c~sida~ de mantener el principio de subsidiaridad convivencia de Pío XI.
( ibid., pag. 414). Sabido es que este principio im-
59 Asimismo, cuando la M~ter et Magistra estu-
portantísimo de una sana filosofía social sostiene
228 Conceptos fundamentales de la EConomía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 229

dia las exigencias de la justicia a las estructuras 79 Este orden corporativo profesional se halla
productoras, advierte que la presencia activa de asimismo presente en la enseñanza de la encíclica
los obreros debe hacerse sentir sobre todo y prin- sobre "el carácter preeminente del trabajo como
cipalmente más allá de las empresas; y por lo mis- expresión inmediata de la persona, frente al capital,
mo señala claramente al "orden corporativo profe- bien de orden instrumental ( ibíd., pág. 427). Dice
sional" que es precisamente el medio propio y ade- la Encíclica: "Por último ha de observarse que en
cuado por el que los que intervienen en el proceso nuestros días se aspira, más que a convertirse en
productivo toman parte en su gobierno y dirección propietario de bie"!es, a adquirir capacidades pro-
justamente en el punto de conjugación de todas las fesionales; y se alimenta una mayor confianza en
fuerzas económicas en que este gobierno es decisi· las entradas cuya fuente es el trabajo o derechos
va. Leemos allí: "La raz6n consiste en que los orga- fundados sobre el trabajo, que en las entradas
nismos productivos particulares, por mm¡ amplias cuya fuente es el capital o derechos fundados
que puedan ser sus dimensiones y elevada e influ- sobre el capital ( ibíd.). Al no constituir el ca-
yente su eficiencia, están vitalmente insertadas en pital, o lo que uno tiene, sino lo que uno puede
el contexto econ6mico-social de las respectivas co- o de lo que es capaz, el fundamento del valor social,
munidades políticas y condicionadas por él. Pero las se hace necesario un orden económico-social, esta·
resoluciones que más influyen sobre aquel contexto ble y permanente -un orden de las profesiones-
no son tomadas en el interior de los organismos par- donde este derecho laboral o derecho del trabajo
ticulares: son, por el contrario, decididas por po- o propiedad del oficio sea pí1blicamente reconocido
deres públicos o por instituciones que operan en y ~efendido .. Es ~ste precisamente el orden carpo·
plano mundial, o regional o nacional o de categoría ratwo profesional en que el valor que uno tiene
productiva" ( ibíd., pág. 425). acreditado, en lo que a competencia profesional se
refiere, se halia valorado por un cuerpo de derecho
69 Resulta tan claro que la Mater et Magistra p~li~ .
está apuntando al orden corporativo profesional
que, a renglón seguido, dirige su pensamiento afec- 89 En la tercera parte, al ocuparse de los dis·
tuoso y su estímulo paterno a "las asociapiones pro- tintos procedimientos para elevar la agricu1tura a1
fesionales y a los movimientos sindicales de inspi- ni~l de desarrollo que tienen los otros sectores de
ración cristiana, presentes y actuantes en varios la economía nacional, la M ater et M agistra vuelve
continentes, que en medio de muchas y, a veces, a recordar la significación que también en este
graves dificultades han sabido trabajar, y continúan sector pueden alcanzar las asociaciones profesiona-
trabajando, por la eficaz prosecución de los intereses les o sindicales. Leemos allí ( ibíd., pág. 427): "Hay
de la clase obrera y por su elevación material y mo- que recordar también que en el sector agrícola,
ral, tanto en el ámbito de las particulares comuni- como por lo demás en cualquier otro sector produc-
dades políticas como en el plano mundial ( ibíd.). tivo, la asociaci6n es actualmente una exigencia vi-
A nadie se le escapa, como lo hemos advertido tal; y lo es mucho más cuando el sector tiene como
anteriormente, que si estas asociaciones profesio· base la empresa de dimensiones familiares. Los tra-
nales y movimientos sindicales no alcanzan a cons· bafadores del campo deben sentirse solidarios lo~
tituir el verdadero y pleno orden corporativo profe· unos de los otros, y colaborar para dar vida a ini-
sional", son su esbozo y comienzo. ciativas cooperativas y a asociaciones prof esionale~
230 Conceptos fundamentales de la Econonúa La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 231

o sindicales, unas y otras necesarias para beneficiar-


se en la producción de los progresos científico-
LA PRETENDIDA OPOSICióN ENTRE P10 XII
técnicos, para contribuir eficazmente a la defensa Y JUAN XXIII SOBRE EL ALCANCE Y URGENCIA
de los precios de los productos, para ponerse en un DE LA COGESTióN Y DE LA COPROPIEDAD
plano de igualdad frente a las categorías económico- DE LOS TRABAJADORES EN LAS EMPRESAS
profesionales de los otros sectores productivos, or-
dinariamente organizados, para poder hacer llegar Al no girar e! programa social de la Iglesia sobre
~ voz .al can;po político y a los órganos de la admi- el orden corporativo profesional de toda la econo-
nistración publica; las voces aislaáas casi nunca tie- mía como sobre pieza maestra, había que busca1
nen hoy posibilidad de hacerse oír y mucho menos otra pieza sobre la cual hacerla descansar. Y ésta
de hacerse escuchar". · sería la transformación de las empresas actuales:
Por todos estos puntos podemos llegar a la con- que evidentemente están en manos del sector em·
clusi6n firme de que aunque la Mater et Magistra presarial, en sociedades que pertenecerían también,
no emplea la denominación orden corporativo pro- si no exclusivamente, al sector laboral. De aquí que
fesional de toda la economía, lo tiene presente en Madiran habla de propiedad colectiva privada. O
todas sus páginas, por cuanto está apuntando, a lo sea que cada empresa se convertiría en una propie·
largo de su desarrollo, hacia un común entendimien- dad, cuyo titular sería un ente colectivo formado
to y acuerdo de todas las fuerzas económicas, ya por la comunidad de cuantos de una manera u
sea las que como empresarios y asalariados se opo- otra intervienen en la marcha de la empresa. Aun-
nen dentro de una misma empresa, ya sea entre el que con respecto a este punto, Madiran no ha aca-
sector agrícola, el industrial y el financiero que bado de aclarar su pensamiento. En efecto, pocas
también se suelen oponer dentro de una misma eco- páginas después, habla de copropiedad y de co-
nomía nacional. Pues esto y nada más que esto gestión y de "asociación de todos los obreros como
constituye el orden corporativo profesional. Un or- copropietarios". Lo cual no es lo mismo. Porque
den de las profesiones econ6micas en que éstas se una cosa es la propiedad de una empresa que per-
organizan no para la lucha sino para una mayor tenezca a una colectividad o comunidad, en cuanto
eficiencia de bienes y servicios, arm6nicamente dis· t~1~ y otra muy ~istinta que sea de propietarios indi-
tribuidos entre los diversos grupos profesionales que viduales, cuyo titulo no alcanza sino a una fracci6n
han contribuido a crea.i·los. La Mater et Magistra en- del bien. S6lo en el primer caso habría propiamente
seña en este a;ño 1961, cómo, partiendo de la actual propiedad colectiva, no así en el segundo, que sería
situación concreta, se ha de vencer y de llegar a una asociaci6n de propietarios individuales.
aquella luminosa meta que proponía Pío XI en la Madiran no aclara nada al respecto, como tam-
Quadragessimo anno. No pretendiendo imponer, poco aclara c6mo va a efectuar el traspaso de los
como no lo pretendía Pío XI, sobre una comunidad actuales titulares, que se encuentran en derecho de
política aquel orden corporativo profesional como pasesi6n, a los potenciales titulares. Sin embargo,
un sistem~ prefabricado que cae de las nubes, indi- este último punto reviste gran importancia en el
ca de que manera, tomando pie de los esbozos y planteo de Madiran, por cuanto sería la única so-
tendencias actuales, se ha de llegar al orden en las lución económica urgent-e que todavía nos podría
actividad~s econ6micas,
salvar del colectivismo estatal que nos amenaza.
232 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y ia prop. coiect. privada 233

Si esta amenaza es tan urgente y si el traspaso a bien que no decimos que Juan XXIII excluya la
los trabajadores del dominio y manejo de las em· cogestión y la copropiedad; como no la e~clufa
presas es la solución indicada, parece imponerse tampoco Pío XII. Decimos s1 que excluye su mtro·
una colectivización privada sistemática. Y si se ducción sistemática (subrayamos: sistemática); pero
impone esta colectivización, ¿se efectuará ella considera que tanto la cogestión como la cop:~·
por ley o por iniciativa voluntaria de los actuales piedad pueda ser útil en aTgunos casos, cuya utih·
poseedores? Y además, ¿cómo y en qué proporción dad debe ser decidida por la experiencia.
se efectuará el traspaso? He aquí algunos de los Es decir, que así como Pío XII se ne.gaba a. a~ep·
tantos problemas que la tesis de Madiran plantea tar que el programa social de la Iglesia cons1st1era
sin aludir al problema difícil, y, a nuestro juicio, en una reforma jurídica de las actuales empresas,
insoluble en toda empresa colectiva, sobre todo de así igualmente Juan XXIII. La solución está en
gran dimensión, de asegurar la autoridad efectiva de otra parte y consiste en dos puntos, que ya han
la empresa y evitar que ésta caiga en manos de sido enseñados por Pío XI y Pío XII pero que
camarillas que la exploten en propio beneficio. adquieren una luminosa exposición en la Mater et
Sobre todos estos problemas nada insinúa Madi- Magistra. Estos puntos se refieren a la remunera-
ran. La Mater et Magistra tampoco, pero con razón ción del trabajo y a las exigencias que deben re·
desde el momento que en ningún lugar y ni una vestir las estructuras productoras, sin que uno y
sola vez habla de cogestión, copropiedad y mucho otro punto incluyan necesariamente ni la cogestión
menos de propiedad colectiva privada. Madiran ni la copropiedad de las empresas por parte de los
afirma la oposición entre Pío XII y Juan XXIII, trabajadores.
pero ni la prueba ni intenta un esbozo de demos- Los trabajadores deben recibir una remuneración
tración. Así, dice que "en conjunto Pío XII preve- tal que les permita convertirse en propietarios de
nía contra los peligros de una reivindicación de los medios de producción.
cogestión que pretendiera fundarse sobre el dere- ¿Cuál es hoy la situación de los tr~bajadores en
cho natural o que pudiera convertirse prematura· los países capitalistas, aun en los prospero.s como
me.nte en general y sistemática. Subrayaba especial· los Estados Unidos y los de Europa continental?
mente el riesgo de ver por ese camino evolucionar Q~e mientras el aumento de las riquezas progresa
la economía hacia un colectivismo anónimo" ( Iti· rápidamente y con ello el desarrollo de las empre-
néraires, ibíd., pág. 12). Lo -cual es exactamente sas, los trabajadores en su conjunto o no salen de
cierto. No resulta tan cierto lo que añade a con· su condición de meros asalariados o no progresan
tinuaci6n: "La orientación de la encíclica Mater et con ritmo igual al sector capitalista. ¿Qué solución
Mag~stra no es la misma ... En efecto, Juan XXIII tiene este problema dentro de la .justicia y de la paz
hace desaparecer las restricciones, no habla más de social? ¿Habría que entregar directamente las ac·
peligros y orienta la acción social católica hacia la tuales empresas a los trabajadores, sea en todo o
copropiedad de las empresas" ( ibíd. ) . en parte, sea a los sindicatos, sea a los 9-ue actu~l­
Pues bien se ha de sostener que Juan XXIII se mente las trabajan? De otra suerte, ¿habra que de1ar
opone igualmente, como Pío XII, a la introducción que la ~ctual injustici~ c.on.tinúe, produciendo una
sistemática de la cogestión, de la copropiedad y a disimetna cada vez mas irritante entre los dos sec-
cualquier colectivismo, aunque sea privado. Fíjese tores en que se dividen las sociedades?
234 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 235

La M~ter et Ma~istra no habla en ningún lugar privada, incluso de los bienes de producción. Así
de cambiar sustancialmente el actual régimen jurí- leemos: "Tanto más debe propugnarse y realizarse
dico de las empresas, que está fundado, como se la difusión de la propiedad en un tiempo como el
sabe, en el régimen del salariado o contrato de tra- nuestro, en el cual, según ya se indicó, los sistemas
bajo. Pero dice sí que. la remuneración del trabajo económicos de un número creciente de comunidades
ha de ser tal que penmta a los trabajadores conver- políticas están en camino de rápido desarrollo, por
tirse en propietarios de las empresas. Por ello, en el lo cual, si se utilizan recursos técnicos de compro-
capítulo de la remuneración del trabajo enseña que bada eficacia, no resulta difícil promover iniciativas
el progreso de todos los grupos económicos debe ir y llevar adelante una política econ6mico-social que
a la par del progreso de la economía misma en su aliente y facilite una más amplia difusión de la pro-
conjunto. Leemos allí: "Mientras las economías de piedad privada de bienes de consumo durables, de
las diversas naciones evolucionan rápidamente, y la habitaci6n, de la granfa, de los enseres propios
con ritmo aún más intenso después de la última de la empresa artesanal y agrícola-familiar, de
guerra, creemos oportuno llamar la ate.n ci6n sobre acciones en las sociedades grandes y medianas. co-
un principio fundamental, a saber: que el desarro- mo ya se está practicando ventafosamente en algu-
llo económico debe ir acompañado y proporciona- nas comunidades políticas desarrolladas y social-
do con el progreso social, de suerte que de los au- mente avanzadas" ( ibíd., pág. 429).
mentos productivos tengan que participar todas las La necesidad de que a los trabajadores se les dé
categorías de ciudadanos. Es necesario vigilar aten- nna remuneración que les permita el acceso a los
tamente y emplear medios eficaces para que las bienes de producción es tanto más perentoria cuanto
desigualdades económico-sociales no aumenten sino el crecimiento y capitalización de muchas empresas
que se atenúen lo más posible" (A. A. S. 'LIII, se efectúa por un autofinanciamiento, fruto no s6lo
l 4-VII-61, pág. 419). Teniendo en cuenta que las de la actividad de los gestores de cada empresa,
riquezas no consisten sólo en bienes de consumo sino de todos los que en ella intervienen y aun, en
si no también en bienes de producción, la remu- gran parte, del conjunto de la economía nacional.
neración debe ser tal que permita a los obreros De donde es justo que vuelva a las manos de los
convertirse gradualmente en propietarios de esos quE\, le dieron vida. Por ello, la Mater et Magistra
medios de producción, vale decir de la empresas enseña y dice: "No podemos defar de referirnos
mismas. Por ello, en el capítulo del derecho de aquí al hecho de que hoy, en muchas economías,
propiedad, la Mater et Magistra vuelve a recordar las empresas de proporciones medianas y grandes
el principio de que "creciendo las ganancias de las realizan no pocas veces rápidos e ingentes aumen-
diversas economías, exigen la justicia y la equidad, tos productivos a través del autofinanciamiento. En
según ya se ha visto, que dentro de los límites con- tales casos creemos poder afirmar que a los obreros
sentidos por el bien común, venga también elevada se les ha de reconocer un título de crédito respecto
la remuneración del trabajo, lo cual permite más de las empresas en que trabajaron, especialmente
fácilmente a los obreros ahorrar y formar así un cuando se les da una retrihuci6n no superior al sa-
patrimonio" ( ibíd., pág. 428). Con esta remunera- lario mínimo" ( ibíd., pág. 420). Conviene advertir
ción elevada del trabajo está ligada la enseñanza que tal título de crédito no importa de suyo -tam-
sobre la efectiva difusión de la misma propiedad poco lo excluye- un derecho al gobierno o pro-
236 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 237

piedad de la empresa misma, como sería una acción. remuneración del trabajo y no en forma necesaria
El derecho que estamos aquí defendiendo, vale en y obligadamente directa.
virtud de la justicia, y, en nuestra opinión, en vir- Adviértase también cómo esta doctrina de la par-
tud de la justicia conmutativa. Porque aquí está ticipación de los obreros en la propiedad de las
incluido el antiguo y tradicional problema del jus- empresas, de Juan XXIII, está abonada y como ava-
tum praetium o reciprocidad en los cambios, que lada por una cita de Pío XII. La homogeneidad de
examinan Aristóteles y Santo Tomás y que llevo doctrina y de directivas de Juan XXIII y de Pío XII
estudiado en Conceptos fundamentales de la Eco- no puede ser más perfecta.
nomía.
Determinado el derecho de los trabaiadores a una
remuneración justa que les permita el acceso a los
bienes de consumo y de producción, quedaría por AUN EL R:J!GIMEN DE SALARIADO PURO EXIGE
PARA SU JUSTICIA LA PRESENCIA ACTIVA
determinar la manera cómo ha de efectuarse dicha re- DE LOS TRABAJADORES 'EN LA EMPRESA
muneración. Aquí la Mater et Magistra sostiene que
"la indicada exigencia de la justicia puede ser cum- No basta que la remuneraci6n del trabajo sea
plida de diversas maneras sugeridas por la expe- tan elevada que permita el acceso de los trabaja-
riencia" ( ibíd., pág. 420). Quiere ello decir que se dores también a los medios de producción y por lo
puede cumplir por un salario elevado o por un sa- mismo a la propiedad de las empresas. Además, es
lario en parte y otras retribuciones compensatorias. necesario que las condiciones en que el trabajador
De cualquier manera, sea de un modo, sea de otro, cumple su trabajo estén de acuerdo con su dignidad
los trabajadores, a través de la remuneración del de persona responsable. He aquí un punto ~ue ha
trabajo que les corresponde en justicia, podrán con- sido aclarado por Juan XXIII como no lo hab1a sido
vertirse también ellos en propietarios de las empre- hecho por sus predecesores. Es claro que si esto
sas. Por ello, termina dicho párrafo la encíclica y es así y que si el régimen de salariado, aun el puro,
dice: "Una de esas diversas maneras t/ de las mlÍ.~ es iusto, se sigue que esta condición debe ser satis-
deseables consiste en hacer que los obreros, en la fecha incluso en este régimen. Por ello, siempre en
forma y en los grados más oportunos, puedan venir tod~ empresa, aun en la que se organiza exclusiva-
a participar en la propiedad de las mismas empre- mente por el contrato de trabajo, se ha de cumplir
sas, puesto que hoy, lo mismo y aún más que en los lo que exige la Mater et Magistra: "La justicia ha
tiempos de nuestro Predecesor, con todo empeño y de ser respetada, no solamente en la distribución
todo esfuerzo se ha de procurar que, al menos para de la riqueza, sino además en cuanto a las estruc-
el futuro, las riquezas adquiridas se acumulen con turas de las empresas. Porque en la naturaleza de
medida equitativa en manos de los ricos t¡ se dis- los hombres se halla implicada la exigencia de que
tribut¡an con bastante profusi6n entre los· obreros" en el desenvolvimiento de su actividad productora
( ibíd., pág. 420). tenga.n posibilidad de empeñar la propia respon-
Pero conviene advertir contra Madiran que esta sabilidad y perfeccionar el propio ser".
transformación paulatina y gradual de la propiedad Y continúa la Mater et Magistra: "Por tanto, s1
de las empresas -no de su régimen jurídico precisa las estructuras, si el funcionamiento, los ambientes,
y necesariamente- se ha de hacer a través de la de un sistema econ6mico son tales que comprome-
238 Conceptos fundamentales de la Economía
La Mater et Magistra y la prop. cofect. privada 239
tan la dignidad humana de cuantos ahí despliegan en la dirección trazad,a por nuestros predecesores,
las propias activi,dades, o que les e.ntorpecen siste- también Nos consideramos que es legítima en los
máticamente el sentido de responsabilidad, o cons- obreros la aspiración a participar activamente en ln
tituyan un impedimento para que pued,a, expresarse mda de las empresas en que están incorporados y
de cualquier modo su iniciativa personal, un tal sis- trabajan. No es posible prefijar los modos y grados
tema económico es injusto aun en el caso de que de una tal participación, dado que están en rela-
por hipótesis la riqueza producida en él alcance ción con la situación co.ncreta que presenta cada
altos niveles y sean distribuidas según criterios de empresa; situación que puede variar de una empre-
justicia y equidad" ( ibíd., pág. 421). sa a otra, y que en el interior de cada empresa está
sujeta a cambios a menudo rápidos y fundamenta-
les. Creemos, sin embargo, oportuno llamar la aten-
ción al hecho de que el problema de la presencia
LA "COMUNIDAD DE PERSONAS", QUE, DE SUYO,
NO IMPLICA CONTRATO DE SOCIEDAD activa de los obreros existe siempre, sea pública o
JUR1DICA, MEDIO DE TEMPLAR EL privada la empresa; y en cualquier caso se debe
R:EGIMEN DE SALARIADO PURO tender ª' ser una comunidad de personas, en las re-
laciones, en las funciones y en la posición de todos
La Mater et Magistra no pone en cuestión el ré- los sujetos de ella" ( ibíd., pág. 423).
gimen del salariado, aun el puro, como no lo ponían Adviértase que estas palabras de la Mater et Ma-
en cuestión León XILI, Pío XI y Pío XII. Es un gistra donde se inserta lo de comunidad de personas
régimen que ha funcionado en todos los sif!,los y, que ha servido para que muchos y con ellos sin
en él, nada hay que d,e suyo pueda considerarse duda Madiran, piensen en la necesidad de la co-
injusto. No hay por qué asociar el funcionamiento gestión, copropiedad colectiva privada de las em-
de este régimen con un sistema económico en el presas en manos de los trabajadores, no son sino
cual los asalariados no sean más que ejecutores de. la interpretación auténtica de palabras de Pío XII.
órdenes. Al menos este peligro no existe en em- De aquí resulta claro que si la comunidad de per-
presas de dimensiones discretas en las cuales las sonas de la Mater et M'agistra es interpretación
relaciones de los asalariados con sus patrones se a~téntica de la doctrina de Pío XII, no se puede
cumplen directamente y en un plano humano. Pero establecer una discontinuidad heterogénea corno
este peligro puede ser real y general en las grandes pretende Madiran. Si se sostiene que Pío XII no
empresas de capitales anónimos, donde el gobierno favorecería la cogestión económica ni la copropie-
de la empresa se cumple también de un modo re- dad colectiva privada, no se puede sostener que
gimentado y anónimo. Por ello, la Mater et Magi&- éstas sean alentadas por Juan Xt"XIII precisamente
tra trae y comenta las palabras de Pío XII que en el lugar y punto en que este Pontífice interpreta
dice: ". . . en las grandes organizaciones debe ofre- a aquel otro. ·
cerse la posibilidad de moderar el contrato de tra- Ahora nos toca aclarar qué es la comunidad de
bajo con el contrato de sociedad" ( ibíd., pág. 422). personas de que habla la Mater et Magistra. ¿Im-
Y explicando cómo debe hacerse esta moderación plica ella acaso una sociedad jurídica en la que
del contrato de trabajo con el de la sociedad, In las relaciones de sus miembros no se rigen por el
Mater et Magistra enseña: "Ademá,s, moviéndose contrato de trabajo sino por el de la sociedad? Na-
240 Conceptos fundamentales de la Economía La Mater et Magistra y la prop. colect. privada 241

da hay en la Mater et Magistra que autorice ta] 29 "Esto implica, también, que los obreros pue-
interpretación. dan hacer oír su voz y entregar su aporte para el
eficiente funcionamiento y desarrollo de la empre-
a) En primer lugar, el nombre mismo de comu- sa".
nidad de personas no tiene otro alcance que señalar Nada hay pues, en estas dos condiciones, que
una comunidad de tareas o de convivencia de per- autorice a pensar que la comunidad de personas es
sonas que, vinculadas por el contrato de trabajo incompatible con una empresa sobre la base del
o por cualquier otro, cumplen una tarea común: en contrato de trabajo.
el caso, la producción de bienes y servicios. En En definitiva, que la Encíclica propone una em-
otro orden de cosas, los alumnos de una Universidad presa que, aunque debe salvaguardar la a~tori?ad
constituyen una comunidad de personas sin que por y la necesaria eficacia de Ja unidad de dirección,
ello hayan de estar vinculados por un contrato de "no puede reducir a los colaboradores de cada día
sociedad o por ninguna comnnidad de bienes. a la condición de simples silenciosos ejecutores, sin
posibilidad alguna de hacer valer su experiencia,
b) El texto original latino en el que está re·
enteramente pasivos respecto a las decisiones que
<lactada la Encíclica tampoco autoriza tal interpre-
dirigen su actividad" ( ibíd. ) .
tación. Dice en efecto: "perfectam induant humanae
consortionis speciem" que se ha de traducir: que
las empresas "revistan la fisonomía perfecta de tma
convivencia o familia humana". Nada insinúa que se CONCLUSIÓN
trate de una sociedad propiamente jurídica o de
comunidad de propiedad. La Mater et. Magistra, al igual que los documentos
anteriores de la Cátedra Romana, en esta materia
c) El contexto aclara perfectamente en qué pun· busca poner remedio al desorden que presenta el
tos ha de consistir esa comunidad de las personas. actual régimen económico, no por una reforma ju-
Dice en efecto la Mater et Magistra: "Una comu- rídica de la actual empresa, que, fundada en el con-
nidad de personas, en las 1·elaciones, y en la posi- tra to de trabajo se convertiría en el de sociedad,
ción de todos los sujetos en ella" ( ibíd., pág. 423). sfao propiciando una elevación de la remuneración
Y más abajo se aclara que esta comunidad encierra del trabajo que permita a los obreros el acceso a
dos condiciones: la propiedad de las empresas y propiciando también
l 9 "Que las relaciones entre los empresarios y una presencia activa de los mismos obreros, si bien
dirigentes, y los dadores de obra por otra, lleven también en las empresas, sobre todo en el orden
el sello del respBto, la estima, la comprensión, la de la economía nacional en que se resuelven los
leal y activa colaboración e interés como en U1U1 problemas decisivos de las mismas empresas.
obra común; y que el trabajo, además de ser con- De esta suerte, la enseñanza pontificia sobre el
cebido y vivido como fuente de entradas, lo sea ordenamiento económico-social aparece clara y ho-
también por todos los miembros de la empresa, co- mogénea de León XIII a Pío XI, de éste a Pío XII,
mo cumplimiento de un deber y prestación de un y de todos ellos a Juan XXIII.
. . ,,
servicio .
APÉNDICE II

LA PROPIEDAD COMUNITARIA FRENTE


A LA DOCTRINA SOCIAL DE LA
IGLESIA

1 . Para comenzar voy a hacer dos breves referen·


cías históricas.
Antes del advenimiento del capitalismo exis·
tió la Economía Feudal y corporativa en que
observamos dos fenómenos:
1 El productor es du~ño de sus herramien-
tas de trabajo, el campesino de sus ins-
trumentos de labranza y el artesano de su
taller.
2 Las relaciones económicas están regula-
das por el régimen corporativo o sea por
las fuerzas productoras que se unen en eJ
plano del intercambio económico.

2. Viene el capitalismo histórico o liberal que se


caracteriza por dos fenómenos opuestos a éstos.
Y así:
244 Conceptos fundamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc. de la Igl. 245

1 Separa a los detentadores de los medios de a) La propiedad individual de los medios de


producción -capital- y a los que aportan producción.
el frabajo, asalariados. b) La legitimidad de la empresa del régimen
2 Suprime con Ja ley Chapelier de Ja Revo- capitalista.
lución Francesa, el orden corporativo, y c) Regulación económica, en el pkmo de la
deja a las fuerzas económicas libradas a su economía nacional, por las mismas fuerzas
suerte, lo que en la práctica se traduce por económicas, y regulación por el Estado
el predominio abusivo del capital sobre los para el bien común.
asalariados.
6. El problema de la propiedad. De derecho na-
3. Reacci6n del socialismo. El socialismo quiere tural subordinado al uso común de los bienes
volver a unir los medios de producción -ca- económicos. Sin embargo, el derecho de pro-
pital- a Jos trabajadores. Pero hay una difi- piedad es sagrado y de origen divino.
cultad. Ya no existe el taller en eI cual el ar- a) Competencia del Estado y limitaciones de
tesano es dueño de su herramienta. Existe la competencia.
gran industria, con poderosos medios ele pro- b) El Estado, en consecuencia, no puede qui-
ducción -el caoital- y con un ejército de tar la propiedad a nadie que la posea le-
obreros v empleados para atender la adminis- gítimamente, sino por razones de orden
tración, Ja parte contable, Ja maestranza y eJ público y aún en este caso indemnizán-
frabaio. ¿Cómo unir a Jos 5.000 obreros y em-· dole.
pleados con los medios de producción o capi-
tal? Haciendo la propiedad social de los medios 7. ¿Puede aceptarse un régimen económico en qt~e
de producci6n. (Manual de Economía Política los unos aporten el capital y los otros el traba10
de la U. R. S. S., pág. 399). mediante el contrato de salariado?
4. Situaci6n económico-social del siglo XIX. La La Iglesia responde sí. Necesidad del capital
economía capitalista concenfrando la riqueza y del trabajo.
en monopolios poderosos y dejando a las mul- El régimen de salariado es en sí justo, aun-
titudes en la miseria, y por otra parte ]a reac- que se puede suavizar, no suprimir.
ción socialista exigiendo la propiedad social
de los medios de producción. 8. Abusos del capital.
Abusos del trabajo.
5. Habla la Iglesia. Con León XIII primero, lue- ¿Cómo se ordena la fusta distribución de la
go Pío XI y Pío XII después, denuncia los
propiedad y de la riqueza? ,
abusos del capitalismo liberal. Denuncia tam~ Estableciendo en el plano ele la economia na-
bién la injusticia utópica del socialismo al que- cional la colaboración y regulación de todo el
rer implantar la propiedad social de los medios proceso económico. Restauración del orden
de producción y formula los tres puntos del :-:iocial.
orden social económico cristiano actual:
246 Conceptos fundamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc. de la Igl. 247

9. Después de este gran documento de Pío XI se basa sobre el contrato de trabajo entre
viene la derrota del fascismo, la guerra, y en el dueño de la empresa y el personal de-
la guerra el fenómeno de la resistencia, con el pendiente. El propietario de la empresa de-
diálogo de los comunistas y católicos democrá- be quedar siempre dueño de sus decisiones
ticos. económicas.
Además en el discurso del l/IX/1944, Pío XII, 2 Por tanto no hay que modificar sustancial-
después de puntualizar Ja doctrina de fa mente la naturaleza de la empresa.
propiedad privada subordinada al uso común 3 El contrato de salariado es legítimo.
de las riquezas, insistía en la realización del 4 El punto fundamental de solución económi-
contrato de trabajo. co-social en que finca el programa de la
Iglesia, es el del orden de las profesiones
10. Tomando pie de esta cita de Pío XI y de Pío de Pío XI, que se cumple en el plan de la
XII, después de 1944, alredor de 1946 a 1953, economía nacional.
arrecia en todos los medios sociales de Francia, 5 En eso hay que insistir y no es una obser·
Bélgica, Canadá, Alemania e Italia, un moví· vación completamente accesoria.
miento, con grados diversos, que tiende, a ve-
ces, a una propiedad más o menos comunitaria, 13. El primer documento es del 7/V/49.
a veces, a empresa comunitaria más o menos
bien entendida. 1 Allí insiste el Papa en que la comunidad
Con esto está vinculado el problema de la co- de intereses enh·e propietarios y asalaria-
gestión obrera y el de la participación en los dos se establece en el plano de la comuni-
beneficios y en la propiedad de la empresa. dad nacional y no en el de la empresa. Or-
ganización profesional de la economía.
11. Dos peligros de estos movimientos que además 2 La empresa no es una comunidad de
sufrían la influencia de Esprit, de la resisten- propiedad.
cia, del colaboracionismo con los comunistas y 3 Si se hace de la empresa una comunidad
que ~uego acabaron en el asunto de los prétres de convivencia hay que cuidar que el pro-
ouvriers. pietario sea dueño de sus decisiones econó-
micas.
1 Influencia del socialismo contra la propie-
dad privada y contra el salariado. 14. El segundo documento del 3/VI/50.
2 Distracción de la "pieza maestra" del Pro-
1 Denuncia el peligro del socialismo contra
grama de la Iglesia.
la propiedad privada si se impulsa en el
12. Los tres grandes discursos aclaratorios de Pío sentido de someter aún más los derechos
del propietario privado, que dispone de los
XII, en los cuales vuelve a insistir sobre estos
medios de producción, a los derechos del
puntos:
trabajo.
1 La empresa, como tal en su carácter de 2 Por lo mismo denuncia el peligro de la co-
propiedad, no es una comunidad sino que gestión.
248 Conceptos ftmdamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc, de Ja Igl. 249

3 Se~ala cómo mi~ntras se mueve la política su derecho de cogestión. Importaba negar este de-
social por esta via falsa se descuida el pro· recho, porque inmediatamente se seguía otro pro-
blema más general del paro forzoso que blema. El derecho de propiedad, en el individuo y
deb.e resolverse en el plano de la economía en la familia, se deriva inmediatamente de la na-
nac10nal 5obre la base de la organización turaleza de la persona, derecho, por lo tanto, unido
de las profesiones. a la dignidad de la persona humana, que lleva
consigo, ciertamente obligaciones sociales; pero el
15 . El tercer documento del 31/I/52. derecho, en sí, no es solamente una función social".
La doctrina económico-social de la Iglesia a este
l Censura a los que piensan en re¡ armar la respecto se encuentra completa en las encíclicas
estructura de la empresa y denuncia las Rerum novarum, de León XIII, Quadragessimo
tendencias socialistas que en tales moví· anno, de Pío XI, y en los discursos de Pío XII de]
mientas se infiltran. 7-V-49, 3-VI-50, 31-I-52 y 14-IX-52. De estos docu-
2 Oposición del Papa a estas tendencias. mentos podemos inferir las siguientes conclusiones:
3 Vuelve a s~ñalar cómo estos movimientos
arrancan de una observación completamen· a) La Iglesia, en la formulación de su doctrina,
te accesoria de Pío XI y descuidan lo esen· parte de la situación económica concreta que se
cial. ha creado en la empresa llamada capitalista a par-
tir del fin del siglo xvrn, al poner en manos diver-
sas la propiedad de los medios de producción y el
Y en el discurso del 14/IX/52, A los católicos aporte del trabajo. D enuncia la injusticia que en
c~ustríacos, vuelve a denunciar el peligro del socia- esta situación puede cometer el capital, no preci·
lismo y a expresar la importancia del derecho de samente por separar el capital y el trabajo, sino por
propiedad. atribuirse un predominio abusivo sobre el trabajo;
"Asir;ifsmo es preciso impedir que la persona y y denuncia también la injusticia del socialismo, al
l~ familia se vean arrastradas al abismo en el que negar el derecho de propiedad que se adjudica el
tiende a lanzarlas la socialización de todas las cosas ~apita! siempre que éste se desenvuelva dentro de
a cuyo final la terrorífica imagen del Leviatán s~ los límites de la justicia.
convertiría en horrenda realidad. La Iglesia em-
pleará hasta la úlima de sus energías en esta lucha b) Como solución al desorden económico-socia)
e1:1 la que están en peligro valores supremos: la dig- provocado por el capitalismo histórico y explotado
mdad del hombre y la salvación eterna de las alm~s. por el comunismo, propone, no la apropiación en
Por ello se explica la insistencia de la doctrina so- las mismas manos de capital y trabajo, sino el gran
cial católica, precisamente en lo que toca al derecho programa de la doctrina social de la Iglesia, que
de la propiedad privada. Es Ja razón profunda por gira, como sobre pieza maestra, sobre la organiza-
1a que tanto los Papas de las Encíclicas sociales ción profesional de la economía nacional, bajo la
como Nos mismos hemos rehusado el derivar di- regulación suprema del Estado, promotor del bien
I
recta o indirectamente de la naturaleza misma de] comun.
contrato del trabajo el derecho de copropiedad de]
obrero en el capital de la empresa; y por lo tanto, c) La Iglesia censura todas las tendencias que
250 Conceptos fundamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc. de la Igl. 251

de uno u otro modo buscan la soluci6n del desorden con su dinero montara una empresa de propiedad
social en reformas jurídicas de la empresa, tendien- comunitaria? Un señor que dispone de varios cientos
tes a suprimir el contrato de salariado, y a reem· de millones de pesos, ¿haría mal si levantara una
plazarlo por el de sociedad. empresa de cinco mil obreros y empleados, y los
agrupara, con igualdad de derechos, o con derechos
d) En una observación completamente accesoria, desiguales, en comunidad de propiedad, y les en-
aconseja la conveniencia de suavizar algo el con- tregara la empresa? No me atrevería a afirmarlo.
trato de trabajo mediante el contrato de sociedad. Pero, a mi vez, pregunto: ¿hizo una acción mala
Alaba lo que se ha realizado en este sentido, no así Fourier, cuando fundó sus famosos falansterios, co-
lo que se ha hablado o escrito. La Iglesia, con gran munidades de propiedad y de trabajo? ¿Quién se
sabiduría, alaba lo que se ha hecho en esta materia. atrevería a afirmarlo? Hizo simplemente una utopía,
aunque sea poco, para estimular a ]a clase em- condenada al fracaso.
presaria a tomar la iniciativa en esta suavización Ahora bien; una utopía puede ser inocente, y sin
-sobre todo, cuando eUo puede implicar una cesi6n consecuencias para el orden social. Así la utopía
de legítimos derechos, como es el de propfodad-, del comunismo de Platón, de Campanella, de To-
en cambio, censura lo que se ha hablado o escrito, más Moro. Pero en la situación concreta de los pue-
porque esos errores suelen proceder del resenti- blos, hoy la utopía socialista de Fourier resulta
miento de pretendidos intelectuales, que buscan, a peligrosa y malsana. Lo mismo estas utopías de
su vez azuzar a los oprimidos, para provocar fo propiedad comunitaria de los medios de produc-
revolución social. ción, hechas sistema. Por ello, la Iglesia la censura.
r!Oué nensar, en concreto, a la luz de estas ense- Porque Ia moral se refiere a circunstancias concretas
ñanzas, de Jos que hablan de rrropiedad comunita- que hay que tener en cuenta.
ria de los medios de producci6n: o de propiedad Si se evita el auspicio de la propiedad comunita-
societaria de los medios de producción? ria de los medios de producción, ¿no podría hablar-
Se ha de decir, primeramente, aue usan un len- se y sostenerse, no ya la propiedad comunitaria,
guaje peligroso, que no difiere del lenguaje comu- sino la empresa comunitaria? Creo que sí, con tal
nista.. En efecto. los comunistas hablan de Ja pro- ..que se eviten los peligros señalados, y se determine
oiedad social de los medfos de producción. EJ con precisión en qué consiste esa comunidad de
lenguafe es el vehículo de los conceptos, y los con- empresa, y cómo ella precisamente no puede con-
ceptos, de las cosas. Por eJio, los Papas en varios sistir en una comunidad de propiedad. En efecto,
documentos reprueban un leng-uaie ambiguo y pe- los que trabajan en una empresa: patrono, emplea-
Jigroso, que puede favorecer malas doctrinas. No dos y obreros, aunque no constituyen una comuni-
hasta pensar bien: hay que expresarse bien; norque dad de propiedad, constituyen una comunidad de
con nuestro lenguaje deficiente, podemos inducir a convivencia. Y así es lícito decir que "la empresa
otros, en graves errores. tiene cierto carácter comunitario". "Todos sus miem·
Supuesta la eliminación de la ambigüedad del len- bros se hallan vinculados de modo estable, y hay
guaje, ¿qué pensar de los que sostienen la propiedad entre ellos una solidaridad de intereses: a todos
comunitaria? ¿Se atrevería uno a condenar como au- importa la buena marcha de la misma, y también es
tor de una acción intrínsecamente mala, a aquél que justo que todos disfruten equitativamente de esta
252 Conceptos fundamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc, de la Igl. 253

buena marcha". Perfecto. Pero de aquí no se sigue Es claro que varios propietarios individuales pue-
la comunidad de propiedad de la empresa, cosa que, den sumar sus propiedades individuales, y hacer
como hemos visto, rechaza Pío XII. una mayor; pero entonces no resulta una propiedad
Una empresa comunitaria, en buen sentido, sólo propiamente comunitaria, ya que cada uno concu·
puede admitir una suavización del contrato de sa- rre directamente con su aporte y con su responsa-
lariado con el de sociedad. Pero la suavización de bilidad individual, y, disuelta esa aparente comu·
este contrato debe hacerse en tal forma, que no se nidad de propiedad, cada uno se retira también
ponga en peligro el derecho de propiedad que co· con su aporte y ganancia o pérdida correspondien-
rresponde al patrón, sea éste hombre particular o te. Tal lo que acaece en los diversos tipos de so-
sociedad. La razón última descansa en la responsa- ciedades industriales y comerciales, incluso las anó-
bilidad que es anexa a este derecho, y que hace nimas. En cambio, se verifica una propiedad propia·
que su titular deba ser "dueño de sus decisiones mente comunitaria en las sociedades civiles, donde
económicas". Se puede suavizar el contrato de tra- el titular de la propiedad es la comunidad misma
bajo con el de sociedad, en mayor o menor grado; en cuanto comunidad, y en que, a la disolución de
pero nunca en forma tal, que sea en detrimento de la misma, los bienes no pasan a sus miembros, sino
aquel derecho. Pío XII, en el discurso del 3 de a otra sociedad similar, privada o pública. Pero las
junio de 1950, asigna la causa del por qué no se sociedades civiles no se montan para la producción
puede traspasar este límite. Y ella es "la importan- de riqueza, sino para fines culturales y asistenciales,
cia fundamental del derecho a la propiedad priva· en general dirigidos al servicio directo de una co-
da, para favorecer las iniciativas y fija las respon· munidad. Este punto está bien explicado en Jean
sabilidades en materia de economía". Pío XII alude Y. Calvez y J. Perrin ( Église et société économique,
a las razones de Santo Tomás en II, II, q. 66, a. 2, Aubier, París, 1959, págs. 352-393), quienes distin-
para fundar el derecho de propiedad privada en guen entre sociedades de personas y sociedades de
economía. Porque el producir supone trabajo labo- cosas.
rioso que nadie quiere tomar, si no espera un be- Aquí podemos plantear, a modo de hipótesis, y
neficio directo. Y si la propiedad es común, lo que para comprender el sentido de la enseñanza pon-
es de todos es de nadie; y en e1la, todos buscan tificia, la siguiente cuestión:
lo agradable, que es consumir, y rehúyen lo gra- ¿Haría bien la clase empresarial, si, movida por
voso, que es producir. La propiedad comunitaria se aparentes motivos de caridad, renunciase a sus
puede asegurar, pero con la fuerza. El trabajo for- legítimos derechos, y cediese la propiedad que
zado es inherente a toda propiedad socialista o hasta ahora se adjudica y ejerce individualmente,
comunitaria, en la medida que lo sea. para proveer la y ejercerla comunitariamente con
Ha de advertirse también que tanto en Santo sus obreros y empleados? Contestamos que no. Y la
Tomás como en los documentos pontificios, cuando razón estriba en que la propiedad implica respon-
se habla de propiedad privada en economía, se sabilidad: responsabilidad social ante la comunidad
habla de la propiedad individual en oposición a y ante la nación, y responsabilidad ante Dios. La
propiedad propiamente comunitaria, sea de un co· clase impresarial debe cumplir con esta responsa-
munitarismo público como de un comunitarismo bilidad, con la que actualmente no cumple; pero
privado. no debe declinarla.
254 Conceptos fundamentales de la Economía La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc. de la lgl. 255

Así como el militar no debe declinar el emplear Además, al hablar de empresa comunitaria en
la fuerza, cuando lo requiere el bien común de la buen sentido, en una suavización que incluya ele·
nación, así el empresario no debe tampoco declinar mentas del contrato de sociedad en mayor o menor
derechos que ha de cumplir en servicio de la co- grado, pero sin que alteren sustancialme!lte el con-
munidad. La posesión de bienes no da sólo dere- trato de trabajo, hay que cuidar de no insistir en
chos y disfrutes. Impone también deberes, a los forma desproporcionada en ella, de no hacer fincar
que no se puede renunciar. La función de empre- en esa suavización la pieza maestra del programa
sario es una carga difícil, que no todos pueden o social de la Iglesia, y en dejar de lado el programa
están dispuestos a desempeiñar como conviene. mismo, que consiste en la organización profesional
Adviértanse las palabras de Pío XII: "La importan- sobre el plano de la economía nacional.
cia fundamental del derecho a la propiedad priva- Cuando se habla de la organización profesional,
da, para favorecer las iniciativas y fijar las respon- muchos piensan en el orden profesional realizado
sabilidades en materia de economía". Pío XII señala en plenitud, y les parece que no puede ser aplicable
con claridad lo que ya había sido visto por Santo en las condiciones económicas actuales. Gran error.
Tomás, a saber: que en economía rige de un modo La organización profesional -que, en sustancia,
especial y propio el principio de la mayor produc- consiste en un entendimiento entre todas las fuerzas
ci6n de riqueza con el menor gasto; y ello sólo pue- productoras- comienza por acercar, buscando leal-
de cumplirlo normalmente bien, quien tenga interés mente una armonía, a empresarios y obreros en el
directo, personal, en un beneficio. Si el interés se plano de la economía nacional. No se puede llegar
diluye en una comunidad, entonces, en virtud de] bien a la plenitud, si no se parte de un comienzo.
mismo principi~), se deja a los otros lo difícil, el Y el comienzo es ese encuentro leal de empresa-
trabajo, y se busca lo fácil, el consumo. Por ello, rios y obreros. La soluci6n plena se logrará diná-
toda propiedad comunitaria implica por su natura- mica y vitalmente, cuando se comience a buscar
leza algún socialismo; y ello, en definitiva, perjudi- soluciones )' orden por el encuentro leal de las
ca a la producción de bienes. fuerzas productoras en todos sus diversos grados.
Cierto, dirá alguno: la propiedad común tiene Y ese encuentro y armonía ha de concentrarse en
inconvenientes; pero la propiedad privada, a su l~s puntos más vitales para el trabajador. Primero,
vez, ofrece el peligro de concentrar las riquezas en en la seguridad del trabajo; segundo, en el buen
manos de la clase empresarial, con . perjuicio de] trato; tercero, en el salario, y luego, incluso en la
sector asalariado y de la comunidad. A esto se suavización del contrato laboral. El tratamiento de
contesta que, por eso, la Iglesia sostiene la propie- unos puntos determinará el tratamiento y conside-
dad. privada limitada y regulada por la organiza- ración de otros puntos, y así, dinámicamente, se
ción de todos los grupos que en el plano de la eco- llegará a una colaboración y regulaci6n de todo e)
nomía nacional contribuyen a la producción, a proceso económico, para bien de todas las partes.
fin de obtener una justa distribución en beneficio Este punto tiene especial importancia. Porque
de todos. Propiedad privada que estimule una alta aquellos cat6licos que hablan de empresa comunita-
producción y organización profesional de todas las ria, acaban por confesar que no creen en la eficacia
fuerzas económicas, que asegure una equitativa y de la organización profesional como solución fun-
armónica distribución. dail)ental del desorden económico-social creado por
256 Conceptos fundamentales de la Economía
La prop. comunit. frente a la Doctr. Soc. de Ja Igl. 257

el capitalismo. A ello contestamos que si no dan d~ .~cuer?o con el nivel de vida de la propia con-
crédito a la doctrina del Magisterio Vivo de la Igle- d1c1on, smo progresar en armonía al progreso na-
sia, inútil resulta hablar sobre puntos que suponen cional, y también ahorrar; y con ello, invertir y
la aceptaci6n fiel de esa doctrina. llegar ª. ser dueño, con propiedad individual, de
No falta quien diga: "Hay que reaccionar contra los m~d10s d~ producci6n. Esto merece ser explica-
do mas p~oh1arr:ente; porque aquí, en el plano de
el capitalismo, y hay que estimular el mejoramiento
la economia nac10nal, a través de una justa y arm6-
progresivo del trabajaaor". Contestamos: de acuer-
n~ca distribución de la renta, se esclarecen y solu-
do, siempre que se lo haga por las vías legítimas. c10nan los problemas fundamentales de fo economía.
Y Pío XII nos enseña en varios documentos -en
especial, en el del 3 de junio de 1950- que al im-
pulsar más allá la política social, en la direcci6n
de un sometimiento mayor de los derechos del pro·
pietario a los derechos del trabajo, por la tendencia
a reemplazar, en mayor o m€nor grado, el contrato
de salariado por el de sociedad, se incurre en un
peligro de socialismo, que no dejaría de inquietar
a quien conoce la importancia fundamental del de-
recho de propiedad privada para la producción de
las riquezas.
La infiltración socialista y comunista, que ha pe-
netrado en el campo cat6lico bajo diversas formas,
y en especial, bajo la forma -que, en algún caso,
puede ser legítima- de empresa comunitaria, ha
sido fuertemente censurada por el gran papa
Pío XII.
A nosotros sólo nos corresponde la fidelidad más
estricta al magisterio augusto de la Cátedra de
Pedro.
Quedaría por tratar esta cuestión: Entonces, ¿al
asalariado no le queda más remedio que vivir la
cond~ción de sometimiento miserable que le ofrece
la economía capitalista? De ninguna manera. La
situación de injusticia creada por la economía ca-
pitalista se remedia fundamentalmente, a través de
la organización profesional, con una equitativa y
arm6nica distribución de la renta nacional. El sala·
ria ha de permitir a los obreros y empleados, no
sólo asegurar la subsistencia propia y de los suyos,
INDICE

PÁG.

Prólogo a la presente edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1


Prólogo a la primera edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

CAPÍTULO I

CONCEPTO DE ECONOM1A
l. La actividad económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
II. Actividad económica individual, familiar y po-
lítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
III. Actividad económica, técnica y moral . . . . . . . . 29
IV. La actividad económica y las ciencias humanas 32
V. Economía política y política . . . . . . . . . . . . . . . . 37
VI. La opinión de Aristóteles sobre la autonomía
de la economía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
" VII. La economía política subalternada a la política
y, a través de ésta, a la psicología . . . . . . . . . . 49
VIII. La economía política y las ciencias naturales y
matemáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
IX. La economía en la totalidad de la vida . . . . . . 57

CAPÍTuLO II

LAS LEYES FUNDAMENTALES


DE LA ECONOM1A POL1TICA
l. El hecho inicial de la economía política ..... . 63
JI. La ley de la oferta y de la demanda determina
' .. el precio de las riquezas .. . ............... . 67
Indice General 261
260 1ndice Genoral
PÁG.
PÁa.

III. La ley de reciprocidad en los cambios . . . . . . . . 71 VI. Aumento progresivo de rueldos y salarios quo
IV. Consecuencias de la violación de esta segunda eleve el nivel de vida, permita el ahorro y con
ley de la economía por parte del liberalismo . . 74 ello el acceso a la propiedad, incluso productiva 146
V. Consecuencias de la violación de la ley de la VII. El problema de la reforma de la empresa, la em-
oferta y de la demanda por parte del estatismo 79 presa comunitaria y el pensamiento pontificio . 150
VI. El orden económico procede del funcionamiento
de las fuerzas económicas movidas por su interés
particular dentro de cambios recíprocos 83 CAPITuLO V
VII. Los cuatro puntos fundamentales y el principio
de toda economía política . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Primer punto fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 ORDEN ECONóMICO-SOCIAL
Segundo punto fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Tercer punto fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 I. El paro forzoso como problema cuya solución
Cuarto punto fundamental . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 exige el reordenamiento de toda la economía . . 159
II. El rédito nacional como principio de medida del
valor de las cosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
III. La organización profesional e interprofesional co-
CAPÍTuLO III mo condición necesaria para fijar y procurar el
rédito de cada suieto económico . . . . . . . . . . . . 171
IV. Necesidad y funciones del Estado . . . . . . . . . . 178
PROBLEMA DE LA PROPIEDAD V. La fórmula de la organización económica: libre
PRIVADA empresa, en el cuadro de la profesión libremente
organizada, bajo la autoridad del Estado para
un reparto equitativo de la producción nacional 185
I. El antagonismo de la propiedad privada y el
destino común de los bienes . . . . . . . . . . . . . . . . 95
II. Superioridad y responsabilidad de la propiedad
privada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 CAPÍTuLO VI
III. La propiedad privada, encamación económica
de la liberad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
IV. Capital y capitalismo al servicio del hombre . . 112 HACIA UNA ECONOMÍA AL
" SERVICIO DEL HOMBRE

CAPÍTULO IV l.El desnivel de vida de los diversos pul"!blos 193


II.La ayuda técnica a las economías atrasadas 100
III.El peligro del resentimiento antiimperialista 204
PROBLEMA DE LA EMPRESA IV. La técnica al servicio de los grandes fines hu-
manos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210
I. Problema del empresario, capital y beneficio 124 V. Necesidad de minorías responsables, dotadas del
II. El empresario y la necesidad de moneda, cré- instrumental técnico moderno, al servicio de una
dito y ahorro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128 economía humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
III. La contratación del personal a sueldo y a jornal 137
IV. Problema del aumento de la producción y de su
redistribución en la masa asalariada . . . . . . . . . . 140
V. Aumento de la producción por una mayor pro-
ductividad, pero evitando la formación de em-
presas gigantescas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
262 índice General

APÉNDICE I

LA MATER ET MAGISTRA Y LA
PROPIEDAD COLECTIVA
PRIVADA
PÁG.

Una opinión de Jean Madiran en "Itinéraires" . . . . . . 221


Homogeneidad de las enseñanzas económico-sociales
desde León XIII hasta Juan XXIII . . . . . . . . . . 222
El "orden corporativo profesional de toda la economía"
constituye en la M ater et M agistra la pieza maes-
tra del programa económico-social de la Iglesia 223
La pretendida oposición entre Pío XII y Juan XXIII
sobre el alcance y urgencia de la cogestión y de
la copropiedad de los trabajadores en las em-
presas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
Aun el régimen de salariado puro exige para su jus-
ticia la presencia activa de los trabajadores en
la empresa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
La "comunidad de personas", que, de suyo, no implica
contrato de sociedad jurídica, medio de templar
el régimen de salariado puro . . . . . . . . . . . . . . . . 238
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241

APÉNDICE II

LA PROPIEDAD COMUNITARIA
FRENTE A LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
La propiedad comunitaria frente a la Doctrina Social
de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

Indice General . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259

z/., .
La composici6n mecánica y armado de esta edici6n
se realizó en Ia ciudad de la Santísima Trinidad
y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, en
Linotipia Bello, Carlos Calvo 2908, y la impresión
estuvo a cargo de Talleres Gráficos Yunque,
Combate de los Pozos 968.

Se termin6 de imprimir el 2 de agosto de 1982,


noveno aniversario de la muerte del Pbro. Dr. Julio
Meinvielle y festividad de SAN ALFONSO MARÍA DE
Lrcomo, Doctor celoso de la Iglesia, Patrono de los
Abogados y Protector de Confesores y Moralistas,
de quien se ha dicho que "abri6 su boca en medio
de la Iglesia y le llen6 el Señor del espíritu de
Sabiduría e inteligencia", palabras éstas que bien
le cuadran al mencionado sacerdote, desaparecido
en el día de tan augusto santo.

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