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De Nuevo Con Lynn Margulis
De Nuevo Con Lynn Margulis
Fuentes: Sin permiso
En unos meses se cumple el décimo aniversario de la muerte de Lynn Margulis, cuando iba en bici,
espiroquetas, unas bacterias que necesitaba para culminar el magno edificio teórico que había
levantado para explicar la vida. Incansable. Traerla al recuerdo en primavera viene como anillo al
dedo: es el despliegue de la vida, de sus orígenes, como un fenómeno simbiótico permanente, desde
las primeras bacterias procariotas a la complejidad de los seres vivos restantes: protoctistas,
Gaia es la visión de un planeta simbiótico que construyen las bacterias y que culmina la simbiosis de
la biosfera con el planeta tierra. De ambos fenómenos, surge una entidad autopoyética y
homeostática que en un proceso de reajustes produce los cambios ambientales que hacen que la vida
biota siga su curso sin solución de continuidad y de pararse tras determinantes como liberar O2 de la
atmósfera (hasta estabilizarlo en el imprescindible 21%), o de mantener las temperaturas medias del
planeta Tierra, durante 3.9000 millones años, en un intervalo que siempre hace posible la vida.
Tras el descubrimiento de Gaia en 1969, la importancia de las bacterias y el planeta simbiótico de
Margulis en 1967 resultó un descubrimiento para la biología lo mismo que para la física el
Unos descubrimientos esenciales que en este caso pudieron darse por la existencia del microscopio
electrónico y de los telescopios, que se pusieron en marcha para ver si había vida o no en Marte.
No pudo ser antes, estamos ante una revolución esencial en la biología que está llamada a cambiar
nuestra cosmovisión del mundo y de nosotros mismos como especie. Por eso yo digo que para mí ha
sido como una caída del caballo paulino que ha supuesto una revelación, y por ende una conversión.
Carlos de Castro, uno de los sabios de Gaia, la formula sintéticamente como sigue: la Biosfera es un
organismo formado por simbiosis coordinada de todos los vivientes. Gaia, la Madre Tierra, es un
sistema homeostático que emerge de la interacción entre la Tierra y Biosfera, cuyo resultado son
estados que permiten la permanencia de la vida. La base de esta emergencia es la teoría de Margulis
sobre el mundo de las bacterias: un mundo hegemónico para la vida, en su origen, historia,
actualidad y futuro y un mundo simbiótico. Continúa Carlos “es posible que estemos ante un cambio
de paradigma de mayor calado del que supusieron Lamarck y Darwin” en el siglo XIX. No cabe la
menor duda.
Las tareas que realizan los equipos de bacterias son, nada menos, que el acondicionamiento del
planeta entero (planeta simbiótico). Son ellas las que evitan que la materia viva acabe convirtiéndose
en polvo (entropía). Convierten unos organismos en alimento para otros. Mantienen los elementos
orgánicos e inorgánicos en el ciclo de la biosfera. Purifican el agua de la Tierra y hacen los suelos
fértiles. Perpetúan la anomalía química que es nuestra atmósfera. Con Lovelock, Margulis mantienen
que los gases producidos por microbios actúan como un sistema de control para estabilizar el medio
nos proporciona una visión sobrecogedora de nuestro verdadero lugar en la naturaleza. Ahora parece
ser que los microbios, además de ser los cimientos de la Tierra, ocupan un lugar indispensable en
toda estructura viva y son necesarios para la supervivencia. Los microorganismos, lejos haberse
quedado en un peldaño inferior de la escala evolutiva, forman parte de nuestro entorno, de nuestro
propio organismo. Tras haber sobrevivido a lo largo de una línea ininterrumpida desde los
comienzos de la vida, todos los organismos han alcanzado en la actualidad un mismo nivel de
evolución por una progresión rectilínea desde lo más simple (llamado “inferior”) a los más complejo
(con el ser humano como forma “superior” absoluta, en lo más alto de la jerarquía).
Además, la visión de la evolución como una lucha crónica y encarnizada entre individuos y especies,
– La completa historia de la humanidad desde las cavernas hasta hoy, representa menos del uno por
ciento de la historia de la vida. Sin embargo, durante sus dos primeros 2.000 millones de años sus
– Tan importante son las bacterias que la división fundamental de los seres vivos en la Tierra no es
la tradicionalmente supuesta entre plantas y animales, sino entre las procariotas (las bacterias) y las
eucariotas (los cuatro reinos restantes). En sus primeros 2.000 millones de años fueron las inventoras
de todos los sistemas químicos esenciales para la vida: la fermentación, la fotosíntesis, la utilización
del oxígeno en la respiración y la fijación del nitrógeno atmosférico en el suelo – Los procariotas
individuos a otros. Todas las bacterias tienen acceso a la 54 reserva de genes de todo el reino
podrían tardar un millón de años en adaptarse a un cambio a escala mundial, cuando las bacterias
podrían conseguirlo en unos pocos años. Por medio de constantes y rápidas adaptaciones a las
condiciones ambientales, los organismos del microcosmos son el pilar en que se apoya la biota
entera, ya que su red de intercambio global afecta, en última instancia, a todos los seres vivos.
– El resultado es un planeta que ha llegado a ser fértil y habitable para formas de vida de mayor
tamaño gracias a una supraorganización de bacterias que han actuado comunicándose y cooperando
a escala global
– Nuestro ADN proviene, a través de una secuencia ininterrumpida, de las mismas moléculas que
estaban presentes en las células primitivas que se formaron en las orillas de los primeros océanos de
aguas cálidas y poco profundas. Nuestros cuerpos, como todos los seres vivos, conservan el medio
de manera simbiótica en nuestras propias células, restos de otros. Es así como el microcosmos vive
en nosotros y nosotros vivimos en él. Esta realidad, además de hacer saltar por los aires nuestra
presunción de soberanía sobre el resto de la naturaleza, representa un reto para nuestra concepción
de individualidad, unicidad
No existen pruebas de que el ser humano sea el supremo administrador de la vida en la Tierra, pero
en cambio, hay pruebas para demostrar que somos el resultado de una recombinación de poderosas
comunidades de bacterias con una historia de miles de millones de años. Igualmente, plantas, hongos
y animales surgieron todos del microcosmos Por debajo de nuestras diferencias superficiales, todos
– Los científicos han descubierto que las bacterias, además de ser las unidades básicas estructurales
de la vida, también se encuentras en todos los demás seres que existen en la Tierra, para los que son
indispensables. Sin ella, no tendríamos aire para respirar, nuestro alimento carecería de nitrógeno y
no habría suelos donde cultivar nuestras cosechas. Sin los microorganismos, los procesos esenciales
para la vida se pararían lentamente y la Tierra sería tan estéril como Venus y Marte. Los
microorganismos no han quedado rezagados en la historia de la vida, al contrario, nos rodean por
todas partes y forman parte de nosotros. Además, el nuevo conocimiento de la biología altera la
visión de nuestra evolución como una competición continuada y sanguinaria entre individuos y
especies. La vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación. Las
Definitivamente, el mundo vivo es bacteriocéntrico. La especie humana queda muy por debajo en
que lo ha acompañado y antecedido, y nos inserta a la propia especie, con toda modestia, en un todo
superior que nos permite la resurrección permanente. Nada en Gaia muere del todo, es más todo pasa
a formar parte necesaria de los ciclos siguientes de regeneración autopoiética de la vida. Es más, en
el sistema Gaia, la muerte está programada (apoptosis), sin ella tanto la continuidad de la vida
individual como macro organísmica, estaría comprometida. La resurrección paulina, por ejemplo, en
la que se sostiene la consistencia de la fe cristiana, no tiene fundamento propio alguno (Carta a los
Corintios, 15). La resurrección gaiana es parte de la vida de Gaia, y de cada una de las
individualidades que contiene, pero sin fantasías milagrosas. La muerte deja de ser una tragedia y se
convierte en parte de la vida gaiana. Como dice el poeta malagueño Alfonso Canales en su Canto de
la Tierra: “No acabamos en esto/ que sucedió y sucede. Nada se descompone/ sino para ser algo/
Con esta cosmovisión, tan revolucionaria y novedosa, nuestro puesto en el cosmos es mucho más
Gaia será nuestro nuevo sujeto de devoción y sacralidad, con todas sus consecuencias. Nuestra
alegría de vivir.
Finalmente Margulis nos consuela y nos advierte que “recuperado del ataque copernicano y de la
agresión darwiniana, el antropocentrismo ha sido barrido por el soplo de Gaia. Este soplo, sin
relativa escasa importancia, y de nuestra completa dependencia de una biosfera que ha tenido
Bibliografía fundamental:
Paco Puche. La Simbiosis, una tendencia universal en el mundo de la vida. La cosmovisión de Lynn
Valencia. P 273.
Recogido en el capítulo “Gaia and Phlilosophy”, en Slanted Truths. Essays on Gaia, Symbiosis, and
Fuente: https://www.sinpermiso.info/textos/de-nuevo-con-lynn-margulis