Está en la página 1de 33

CAPITULO 6

LIXIVIACIÓN INDUSTRIAL CON CIANURO Y CON TIOSULFATO

6.1.1.1 Lixiviación por Agitación

Comúnmente aplicada a un amplio rango de tipos de mineral, la lixiviación por agitación ha


sido utilizada por más de 200 años aproximadamente. La lixiviación por lo general se realiza en
tanques de acero, y los sólidos son mantenidos en una solución mediante la agitación por aire
o la agitación mecánica. La agitación por aire en tanques de lixiviación con fondo cónico
(tanques Browns o Pachuca) ha sido ampliamente practicada en los primeros años de la
cianuración, pero en gran parte ha sido sustituida mediante una agitación mecánica más
eficiente, con requerimientos de energía reducidos y eficiencia de mezcla mejorada. Los
sistemas correctamente diseñados pueden alcanzar perfectamente condiciones de flujo mixto
en un solo reactor, el cual ayuda a optimizar la cinética de la reacción y ponen a disposición la
mayoría de equipos de lixiviación.

Tamaño de partícula. El material a lixiviar se muele hasta un tamaño que optimice la


recuperación del oro y costos de conminución, generalmente entre 80% <150µm y 80%
<45µm. En algunos casos, el mineral total se muele hasta un 80% <20 a 25µm para un
procesamiento óptimo, ya sea mediante un pre-tratamiento oxidante y/o mediante la
lixiviación. La lixiviación por agitación pocas veces es aplicada al material en tamaños más
gruesos que 150µm aproximadamente, ya que se vuelve cada vez más difícil mantener los
sólidos gruesos en suspensión y el incremento de la velocidad de abrasión.

Está siendo considerada cada vez más la lixiviación por agitación para tratar materiales
muy finamente molidos; con las mejoras en los equipos de molienda ultrafina (p.e. The Xstrata
IsaMill y Metso SMD Detritor), los concentrados han sido molidos a 80% <7 a 10µm para
liberar el oro contenido en las matrices del mineral sulfuro refractario y no refractario, antes
del procesamiento de lixiviación por agitación y/o pre-tratamiento oxidante.

Densidad de la pulpa. Usualmente, la lixiviación se realiza a densidades de


pulpa de sólidos de entre 35% y 50% , dependiendo de la gravedad especifica de los sólidos, el
tamaño de la partícula y la presencia de minerales que afectan la viscosidad de la pulpa (p.e.
arcilla). Los fenómenos de transferencia de masa se maximizan a densidades bajas de pulpa.
Sin embargo, el tiempo de retención de los sólidos en un volumen fijo del equipo de lixiviación
se incrementa cuando la densidad aumenta. Asimismo, el consumo de reactivos se minimiza
por la densidad maximizada de la pulpa, ya que se alcanzaban concentraciones óptimas a bajas
dosis debido al bajo volumen de la solución por unidad de la masa del material.

Modificación de pH. El álcali, requerido para la modificación y control del


pH de la pulpa, debe añadirse siempre antes de la adición del cianuro para proporcionar una
alcalinidad protectora que prevenga la excesiva pérdida del cianuro por hidrólisis (Sección
6.1.1). La mayoría de sistemas de lixiviación operan entre un pH 10 y pH 11. Puede requerirse
la adición por etapas del álcali a lo largo del circuito de lixiviación para mantener el deseado
pH operativo, particularmente cuando los minerales tratados contienen materiales que
consumen álcali. El control del pH se obtiene mediante la medición manual o automática
(online) en varias etapas del proceso. El hidróxido de calcio (cal apagada, ) o hidróxido
de sodio pueden utilizarse para la modificación de pH. El hidróxido de calcio (cal apagada) es el
más barato de los dos, pero es menos soluble y produce soluciones que son mucho más
susceptibles a la precipitación con sal y formación de incrustaciones. La cal viva (CaO) es a
veces utilizada debido a que es menos costosa que la cal apagada, pero es menos efectiva para
la modificación del pH. Para minerales que no consumen ácidos o álcali, generalmente se
requieren concentraciones de hidróxido de calcio de 0.15 a 0.25 g/L para alcanzar el rango de
pH deseado para la lixiviación (es decir, pH 10 a 11). Esto representa el típico consumo de cal
de 0.15 a 0.5 kg/t para los minerales no ácidos. Se conoce que el hidróxido de sodio es más
efectivo que el hidróxido de calcio para disolver una serie de minerales, especialmente a alta
alcalinidad, y es un dispersante altamente eficaz. Esto puede causar una disolución de los
componentes del mineral (p.e. silicatos) para producir varias especies de solución, las cuales
pueden precipitarse posteriormente en una serie de formas indeseables; estas afectan
potencialmente los procesos posteriores, incluyendo la filtración, precipitación del oro o
adsorción con carbón. Por consiguiente, el hidróxido de calcio es generalmente el método
preferido de control de pH en los sistemas de lixiviación agitada.

Cianuro. El cianuro puede agregarse a los sistemas de lixiviación agitada


ya sea antes del circuito de lixiviación (es decir, durante la molienda) o en la primera etapa de
lixiviación. Pueden realizarse posteriores adiciones de reactivos en subsiguientes etapas de
lixiviación para mantener o incrementar las concentraciones de cianuro y así, maximizar la
disolución del oro. A falta de minerales que consuman cianuro en la mena o concentrados para
lixiviar, las concentraciones de cianuro utilizadas en la práctica varían de 0.05 a 0.5 g/L de
NaCN hasta 0.15 a 0.30 g/L de NaCN típicamente. Los consumos típicos de cianuro observados
en los sistemas de lixiviación agitada para minerales cianurables varían de 0.25 a 0.75 kg/t. En
casos donde el material de alimentación contiene cantidades significativas de consumidores de
cianuro y/o alto contenido de plata (>20 g/t), pueden aplicarse altas concentraciones de
cianuro, es decir, de 2 a 10 g/L de NaCN. En dichos casos, los consumos de cianuro pueden
variar de 1 a 2 kg/t, y en algunos casos mucho más, dependiendo de la naturaleza y cantidad
de minerales que consumen cianuro. Las concentraciones de cianuro son monitoreadas
normalmente mediante técnicas manuales de titulación o menos comúnmente, mediante
analizadores online, basados en las técnicas de titulación, colorimétricas, potenciométricas y
de electrodos de ion específico.

Oxígeno. El oxígeno se introduce típicamente en los sistemas de


lixiviación como aire asperjado en los tanques, como el método principal de agitación, o
suministrado puro por aereación. En otro caso, los sistemas de aspersión cruda son
frecuentemente suficientes para proporcionar una satisfactoria dispersión de burbujas y
asegurar que se mantengan las adecuadas concentraciones de oxígeno disuelto. Típicamente,
las concentraciones de oxígeno disuelto pueden mantenerse en, o incluso ligeramente por
encima, de los niveles de saturación calculados con la aspersión de aire (es decir, 8.2 mg/L de
al nivel del mar a 25ºC). Las opiniones sobre el mejor método para introducir aire en los
tanques de lixiviación varían, lo cual incluye la aspersión de aire:
 Al fondo del tanque (puntos de adición simples o múltiples)
 En la parte superior del tanque utilizando sistemas de corriente para la dispersión
 Por debajo del eje del agitador

El óptimo sistema de aspersión depende de la geometría de los tanques de lixiviación. Por


ejemplo, han sido utilizados los tanques de lixiviación con fondo cónico de Pachuca con puntos
de aspersión simples (práctica común en Sudáfrica antes de 1980 aproximadamente) y los
tanques de lixiviación con fondo plano con puntos de aspersión múltiples, o por debajo de la
adición del eje del agitador.

En algunos casos, particularmente cuando se tratan minerales que contienen


minerales consumidores de oxígeno, se ha añadido oxígeno puro [62] o peróxido de hidrógeno
[25] para incrementar las concentraciones de oxígeno disuelto por encima de aquellos
alcanzables con sistemas de aspersión de aire simples.

Tiempo de residencia. Los requerimientos del tiempo de residencia varían


dependiendo de las características de lixiviación del material tratado y deben determinarse
mediante una prueba de trabajo metalúrgica. Los tiempos de lixiviación aplicados en la
práctica varían de unas horas a varios días. La lixiviación frecuentemente se realiza de 4 a 10
etapas, con el volumen de la etapa individual y el número de etapas dependiendo de la
velocidad de flujo de la pulpa, tiempo de residencia requerido y eficiencia del equipo de
mezcla utilizado.

Lixiviación en contracorriente. La eficiencia de la lixiviación puede incrementarse


mediante la aplicación del principio de Le Châtelier. En resumen, mientras menor sea la
concentración de oro en solución, mayor será la fuerza motriz para que se produzca la
disolución del oro; aunque en una reacción controlada por transferencia de masa, se puede
discutir qué papel juega en la lixiviación del oro. Una explicación alternativa para este
fenómeno es la adsorción reversible de cianuro de Au (I) sobre los componentes minerales. La
adsorción del oro es reversible cuando la solución se intercambia por una solución de menor
ley o cuando un material (como carbón activado o adecuada resina de intercambio iónico) se
introduce en la pulpa, el cual compite activamente con la especies de cianuro de Au (I). Este
efecto puede explotarse en la práctica realizando etapas de separación sólido-líquido
intermedia durante la lixiviación, para así remover las soluciones de oro de alta ley y volver a
diluir los sólidos en la pulpa restante con una solución de lixiviación de baja ley y/o con agua
fresca con reactivos. Han sido utilizadas aplicaciones exitosas de este principio en Pinson Creek
y Chimney Creek (Nevada, Estados Unidos), plantas en East Drofntein (Sudáfrica) y otras
operaciones [63, 64] (véase Sección 12.2.2.1 y 12.2.2.5).

En muchas plantas de oro en funcionamiento, se observó un incremento en la


disolución del oro cuando una pulpa lixiviada es transferida de un tipo de equipo de
procesamiento a otro (es decir, entre tanques de lixiviación, espesadores, filtros, bombas y
tuberías), como se ve en la Figura 6.26. Esto se explica mediante los diferentes mecanismos de
mezcla en los diversos equipos junto con otros factores, como los cambios en el porcentaje de
sólidos de pulpa, cambios en la composición de la solución y los efectos en la transferencia por
bombeo (es decir, mezcla de flujo tapón).
De igual manera, los beneficios para el proceso de carbón-en-lixiviación (CIL)
comparado con la lixiviación y el carbón-en-pulpa (CIP), ambos han sido claramente
demostrados por experimentación y en la práctica; incluso sin la presencia de componentes de
pre-robo que interfieren en el mineral [65]. Los procesos CIL causan la mejora de las
condiciones para la disolución del oro como resultado del bajo tenor del oro, aunque a un
costo de carga de oro-en-carbón más bajo. (véase Sección 7.1.5.3.)

FIGURA 6.25 Ilustración esquemática de la relación entre el tamaño de la partícula ( ) y extracción de oro. A:
Oro fino disperso en una matriz no porosa - molienda requerida (tipo Witwatersrand). B: Oro ubicado en grietas y
fisuras de la estructura de la roca-cierto grado de liberación alcanzado en tamaño grueso (tipo de mineral
oxidado de la parte oeste de Estados Unidos)
FIGURA 6.26 Ilustración esquemática del perfil de lixiviación del oro a través de la molienda, decantación
contracorriente parcial (CCD)-planta CIP (Chimmey Creek, Nevada, 1988)

6.1.1.2 Lixiviación en Pilas

La lixiviación en pilas es un método de bajo costo que es más adecuado para el tratamiento de
materiales de baja ley, que no justifican los altos costos de la molienda y la lixiviación por
agitación. Los minerales pueden tratarse ya sea a un tamaño directo de mina o de material
triturado, con un tamaño óptimo determinado mediante una comparación entre la
recuperación del oro y los costos de trituración. Los requerimientos de manipulación del
material también pueden jugar un papel importante en la optimización del tamaño de la
partícula para la lixiviación en pilas, ya que las partículas grandes pueden ser difíciles de
transportar con sistemas de transporte. Este es un factor importante en situaciones donde el
transporte representa el método más eficiente de transporte de material [66].

Los procesos se aplicaron por primera vez a una escala comercial en 1971 en Carlin
mine (Nevada) y se basó en el trabajo de desarrollo del U.S. Bureau of Mines en Salt Lake City a
finales de 1960 y en Carlin Site, desde aproximadamente 1968. En Carlin, se ubicaba el mineral
triturado (nominalmente <18mm) en las pilas, a una velocidad de cerca de 350 tpd durante los
seis meses más cálidos del año. Se obtuvo una recuperación del oro de aproximadamente 65%
con consumos de cianuro y cal de 0.05 y 0.50 kg/t, respectivamente [67]. Hoy en día, las pilas
del material triturado y las operaciones de lixiviación directas de mina en todo el mundo
procesan grandes toneladas de mineral (>200 000 tpd en algunos casos) en una base de todo
un año, a grandes altitudes y en climas severos (véase Sección 12.2.2.11 y [68]).

La lixiviación en pilas frecuentemente es realizada en plataformas de lixiviación


revestidas que no solo contienen soluciones auríferas de lixiviación producidas, sino que
también protegen el terreno y agua subterránea por debajo, y alrededor, de la plataforma de
lixiviación. En algunos casos, no se requieren revestimientos debido a la topografía y geología
particular del lugar, junto con la aprobación regulatoria apropiada. Ha sido desarrollada una
serie de efectivos sistemas de revestimiento de las plataformas de lixiviación, y mucha
información está disponible en la bibliografía [69, 70].

Manipulación de Materiales. El material de alimentación para la lixiviación en pilas


se colocado sobre la plataforma de lixiviación revestida mediante uno de los muchos métodos
posibles, incluyendo apilamiento con transportador, camiones, apilamiento asistido por
cargador=, o combinaciones de estos métodos. El método seleccionado depende de las
propiedades del mineral y de las condiciones específicas del proyecto, como la velocidad de
procesamiento, ubicación, clima y método de extracción. El material por lo general es apilado
en pisos cuyas alturas varían de 5m a >15m, dependiendo de la permeabilidad del mineral,
requerimientos de esquema de producción y disponibilidad del área de revestimiento. Pueden
utilizarse muchos lifts para alcanzar la altura de la última plataforma (es decir, por encima de
100m aproximadamente). En algunos casos, la altura de la última plataforma alcanza 200m
(p.e. Zortman, Montana, Estados Unidos). Esta práctica permite que se lixivien grandes
cantidades de minerales en áreas revestidas relativamente pequeñas. La altura de la última
plataforma depende principalmente de las propiedades del mineral, como la permeabilidad y
la estabilidad estructural del material apilado; pero también, de otros factores locales (p.e.
topografía, clima y requerimientos regulatorios [68].

Los minerales con altas proporciones de finos, particularmente arcilla y sedimentos


finos, puede requerir métodos de apilamiento especiales, como apilamiento asistido por
cargador, para asegurar que se evite cualquier segregación o compactación perjudicial de las
partículas finas. Esto de otra manera, podría causar la obstrucción de las partículas, la
prevención de filtraciones de la solución en pilas y la reducción de la recuperación del oro.
Durante la lixiviación, las partículas finas (especialmente minerales de arcilla) tienden a migrar
hacia el fondo de la pila, lo cual podría reducir la permeabilidad de la plataforma. En casos en
los que estos efectos son particularmente malos, el mineral puede necesitar ser aglomerado
antes del apilamiento en la plataforma de lixiviación [66, 71, 72]. La aglomeración se consigue
mediante la adición del agua, cal y/o cemento al mineral, seguida de la aglomeración física, la
cual utiliza o una serie de cintas transportadoras cortas y puntos de goteo o un tambor
aglomerador. Durante este procedimiento, las partículas finas se adhieren o unen a partículas
grandes como aglomerados, lo cual reduce el potencial para migración en las pilas. La
aglomeración es particularmente importante para los minerales que contienen cantidades
significativas de minerales de arcilla, como la pirofilita, talco, caolinita, montmorillonita y otros
minerales que forman arcilla (es decir, sericita, moscovita, etc.). La porosidad, la estabilidad a
largo plazo y la fuerza mecánica de los aglomerados deben optimizarse mediante pruebas
metalúrgicas.
Aplicación de la Solución. La solución cianurada alcalina se aplica a la parte
superior de la pila mediante un sistema de distribución adecuado, como aspersión agrícola o
riego por goteo. La velocidad de aplicación varía dependiendo de las propiedades del mineral y
la velocidad de disolución del oro; pero por lo general varía de 0.1 a 1.0 l/m2/min (o 0.001 a
0.01 gpm/pie2). La solución es aplicada frecuentemente a velocidades más bajas de lo que la
permeabilidad de la plataforma de lixiviación permite, con el objetivo de prevenir la
concentración de la solución en la superficie de la plataforma. A menudo esto es importante
para minimizar cualquier amenaza a la fauna o flora (debido al estancamiento en la superficie
de la pila) y mantener la estabilidad del mineral apilado.

Los sprays de tipo agrícola o sistemas de aspersión y los sistemas de riego por goteo
han sido utilizados con éxito en las operaciones de lixiviación en pilas en el mundo. Los sprays
o aspersores tienen la ventaja de una fácil instalación, pero la desventaja de una velocidad de
evaporación de la solución relativamente alta (generalmente una pérdida de solución de 5% a
8%, dependiendo del clima). Es difícil proporcionar la cobertura uniforme de la solución en las
pilas con sprays o aspersores y es crítica para una lixiviación efectiva. Por otra parte, el riego
por goteo es ligeramente más caro de instalar, pero tiene como ventaja la baja evaporación de
la solución (generalmente de 2% a 4% de pérdida de solución, otra vez, dependiendo del
clima). El uso de emisores de goteo agrícola en conductos tortuosos fue propuesto para la
aplicación de lixiviación en pilas del oro (y otros metales) en 1984 [73] y fue aplicado
comercialmente en Coeur-Rochester (Nevada) en 1987 [44].

Modificación del pH. El álcali, el cual es requerido para la modificación y


control del pH puede añadirse a la solución de lixiviación y/o introducirse al mineral antes de la
lixiviación. La segunda práctica es esencial cuando se tratan minerales con un alto consumo de
álcali; el reactivo puede añadirse directamente a los camiones transportadores, en los
transportadores durante la trituración o aglomeración o en la superficie de la plataforma de
lixiviación. El hidróxido de calcio (cal apagada) es el álcali más económico a usarse para este
propósito. Cuando la modificación y control del pH es requerida en las soluciones de
lixiviación, puede utilizarse ya sea el hidróxido de calcio como el hidróxido de sodio. El
hidróxido de calcio es el más barato de ambos, pero es menos soluble y produce soluciones
que son más susceptibles a la precipitación con sal y formación de incrustaciones. La cal viva
(CaO) es a veces utilizada ya que es menos costosa que la cal apagada, pero es menos efectiva
para la modificación del pH. Para minerales que no consumen ácido ni álcali, las
concentraciones de hidróxido de calcio de 0.15 a 0.25 g/L son generalmente requeridas para
alcanzar la escala de pH deseada para la lixiviación (es decir, pH 10 a pH 11). Se sabe que el
hidróxido de sodio es más efectivo que el hidróxido de calcio para disolver una serie de
minerales, particularmente a alta alcalinidad y es un dispersante mucho más efectivo. Esto
puede dar como resultado la disolución de los componentes del mineral (como los silicatos)
para producir diversas especies de solución que posteriormente se precipitan en formas
deseables, afectando potencialmente los procesos posteriores; estos incluyen riego por goteo,
filtración, precipitación de oro o adsorción de carbón. Por consiguiente, el hidróxido de calcio
es el método preferido generalmente para el control de pH en los sistemas de lixiviación en
pilas.
Velocidad de Disolución. La velocidad de lixiviación del oro en los entornos de
lixiviación en pilas depende de la transferencia de masa del cianuro y oxígeno en la superficie
expuesta del oro. La concentración del cianuro se agota conforme la solución de lixiviación
percola a través de la pila y el cianuro reacciona con metales preciosos y otros componentes
minerales, y otras reacciones que consumen cianuro ocurren. Sin embargo, debido a la falta de
cantidades significativas de minerales que consumen oxígeno, existe un mínima evidencia que
sugiere que las concentraciones de oxígeno disuelto se reducen significativamente; además, es
evidente que en muchas pilas, el oxígeno suficiente se introduce en la pila mediante el flujo de
la solución para mantenerla en, o cerca de, la saturación del oxígeno. Por consiguiente, la
velocidad de disolución del oro puede maximizarse frecuentemente manteniendo la
concentración de cianuro en las soluciones directas de la plataforma de lixiviación, por encima
del mínimo discutido en la Sección 6.1.3.1.

En un caso extremo, cuando se tratan materiales que contienen grandes cantidades de


minerales que consumen reactivos, es teóricamente posible que tanto el cianuro como el
oxígeno puedan agotarse completamente de la solución en la pila, pero pocas veces se ha
experimentado en la práctica. Dicho mineral probablemente sería considerado refractario y es
poco probable que sea adecuado para la lixiviación en pilas debido al alto consumo de cianuro
y a extracciones pobres de oro (y plata), volviendo poco rentable dicho procesamiento.

Durante la lixiviación en pilas de materiales porosos (p.e. arenisca y limolita) y


minerales con grietas y fisuras dentro de las partículas solas, la difusión en los poros puede ser
importante para los procesos de lixiviación. Las especies reactantes deben permitir el tiempo
suficiente para difundirse a las superficies del oro, ubicadas dentro de estos materiales, y para
que las especies disueltas se difundan fuera de la solución total y se produzca una posterior
recuperación. Ocasionalmente, se suspende la aplicación de la solución a las pilas para permitir
el tiempo suficiente para que se produzca este proceso de difusión. Este periodo restante
permite que se utilice más eficientemente la solución de lixiviación en otro lugar; y puede
ayudar a reducir el consumo de reactivos.

Eficiencia de Lixiviación. Las extracciones de oro obtenidas mediante la


lixiviación en pilas se encuentran generalmente en el rango de 50% a 80%, y dependen de lo
siguiente:

 Grado de liberación del oro obtenido en el tamaño de la partícula de alimentación de


las pilas
 Eficiencia de la solución en contacto con el mineral, el cual es una función de la
uniformidad de la aplicación de la solución y la homogeneidad del material en las pilas
 Relación entre la velocidad de disolución y el tiempo permitido para lixiviación

En la lixiviación en pilas, muchos de estos factores son difíciles de controlar y las


extracciones de oro alcanzadas son a menudo muy variables, incluso dentro de un solo tipo de
mineral.

El manejo de la solución es particularmente importante en la lixiviación en pilas ya que


frecuentemente es deseable para producir un volumen constante de solución aurífera cargada
a un proceso posterior de recuperación (p.e. carbón-en-columnas o precipitación con zinc de
Merill-Crowe). Muchos esquemas innovadores de lixiviación han sido ideados para lograrlo.
Comúnmente, las soluciones directas de baja ley (“intermedias”) se han utilizado para
minerales frescos de lixiviación, incrementado de esta manera, la concentración de oro de la
solución y mejorando posteriores operaciones de recuperación [74]. Todavía son aplicadas
soluciones estériles de baja ley para lixiviar parcialmente el material que contiene menos oro.
Esto a veces hace referencia al apilamiento de la solución. Este método no solo permite la
producción de una cantidad constante de carga de alta ley, independiente de la cantidad de
material que está siendo lixiviado, sino que también ayuda a la disolución del oro, de acuerdo
al fenómeno descrito en la Sección 6.1.5.1 (“Lixiviación contracorriente”); en esta, la solución
de menor ley es aplicada al material que contiene la menor cantidad de oro. Un ejemplo de
dicho esquema se da en la Sección 12.2.2.6 para la operación de Round Mountain, Nevada.
Otros ejemplos incluyen Yanacocha (Perú), Coeur-Rochester (Nevada) y Mesquite (California,
Estados Unidos).

Un monitoreo cuidadoso de las soluciones del proceso es crítico para una adecuada
operación de lixiviación en pilas, sobre todo al principio del ciclo de lixiviación, cuando se
producen las reacciones que incluyen los componentes de mineral más reactivos. Además de
las concentraciones de oro (y plata), se necesita considerar el monitoreo del pH, Eh,
concentración de cianuro, concentración de oxígeno disuelto, concentraciones de ion metálico
base y temperatura [75].

El consumo de cianuro para pilas de mineral triturado y operaciones de lixiviación de


reservas de mineral directo de la mina, es generalmente más bajo que aquellos
experimentados en los sistemas de lixiviación agitada; y para minerales no refractarios,
generalmente varían entre 0.1 y 0.5 kg/t. El consumo de cal es variable, dependiendo del tipo y
propiedades del mineral; pero generalmente, varía de 0.15 a 0.75 kg/t.

6.1.1.3 Lixiviación por Cianuración intensiva

Los procesos de cianuración intensiva usan concentraciones altas de reactivos, principalmente


de cianuro y oxígeno, y a veces temperatura elevada y/o presión, para incrementar la
velocidad de disolución del oro. Estos están aplicados a materiales de alta ley, que pueden
justificar el alto costo del tratamiento para alcanzar una alta recuperación de oro. Dichos
materiales incluyen concentrados de flotación y gravimétricos, los cuales no son susceptibles al
tratamiento con cianuración convencional por ninguna de las siguientes razones:

 El material contiene oro grueso, el cual requiere tiempos de lixiviación


inaceptablemente largos y bajo condiciones estándar de cianuración.
 Algo o todo el oro es encapsulado en minerales solubles en cianuro (sulfuros), cuya
velocidad de disolución se incrementa a altas concentraciones de cianuro y oxígeno.
 El oro se produce con otros minerales que interfieren con la práctica estándar de la
cianuración (p.e. telurio y mercurio).

Varias ventajas han sido citadas para el uso de cianuración intensiva en lugar de otros
procesos, como el uso de la amalgamación para el tratamiento de concentrados gravimétricos
u oxidación y lixiviación con cianuro para el tratamiento de concentrados de flotación. Dichas
ventajas incluyen disolución del oro rápido, riesgo de seguridad reducido y menor riesgo de
salud [76].

Se ha demostrado en la Sección 6.1.3.1 que la concentración de oxígeno disuelto es


usualmente el factor limitado por la velocidad en la cianuración convencional. El uso de
sistemas presurizados permite concentraciones elevadas de oxígeno disuelto para ser
mantenidas, lo cual, cuando se unen a concentraciones incrementadas de cianuro, causa un
aumento en las velocidades de disolución de oro. El oxígeno puede introducirse como aire,
oxígeno puro o mezclas de ambos, para lograr elevadas presiones parciales de oxígeno. Bajo
estas condiciones, la temperatura del sistema puede incrementarse sin una fuerte reducción
en la concentración de oxígeno disuelto, la cual se produce a presión atmosférica; aunque
algunos sistemas operan a temperatura ambiente. Las concentraciones de cianuro de 0.5% y
2.5% de NaCN han sido aplicadas en la práctica. El hidróxido de sodio es a menudo utilizado
para el control de pH, para que de esta manera se evite las incrustaciones y otros problemas
asociados al uso de hidróxido de calcio; concentraciones de 0.05% a 0.4% de hidróxido de
sodio (NaOH) han sido aplicados en la práctica. Ocasionalmente, aditivos de lixiviación
(incluyendo peróxido de metal álcali y otros oxidantes sólidos, sales de cloruro, sales de plomo,
y otros reactivos) pueden añadirse para aumentar la velocidad de lixiviación [77, 78].

Extracciones grandes de oro (y plata) son generalmente llevadas a cabo con procesos
de cianuración intensiva, típicamente >97% y a veces tan altas como el 99%. Los
requerimientos del tiempo de residencia son usualmente 24 horas o menos.

El incremento de la severidad de los sistemas de cianuración intensiva incrementa la


velocidad de disolución de todos los minerales solubles en cianuro, así como la velocidad de
consumo de cianuro; y por consiguiente, el consumo de reactivos es típicamente alto en
comparación con la lixiviación por agitación. El consumo de cianuro por lo general varía de 5 a
25 kg/t, dependiendo de la mineralogía del material y las condiciones aplicadas [77]. Los
consumos de hidróxido de sodio (o menos comúnmente la cal) son tan altos como los
experimentados en la cianuración convencional, variando de 1 a 5 kg/t.

El proceso ha sido aplicado comercialmente para el tratamiento de concentrados


gravimétricos (véase Sección 12.2.2.3), especialmente en Sudáfrica y Australia [76, 77]. Por
ejemplo, el reactor ACACIA consta tanto del equipo como de un proceso desarrollado
específicamente (por AngloGold Ashanti, Johannesburgo, Sudáfrica) para la lixiviación
intensiva de concentrados gravimétricos, y ha sido aplicado en Union Reefs (Sudáfrica), Sunrise
Dam (Australia) y Porgera (Papúa Nueva Guinea). El proceso ACACIA consta de una etapa de
prelavado para remover finos, una etapa de lixiviación intensiva y una etapa de electro-
obtención directa para la recuperación del oro (y plata). La etapa de lixiviación intensiva utiliza
concentraciones de cianuro de 15 a 25 g/L de NaCN, 3 a 4 g/L de NaOH y 2 a 10 g/L de
adecuados oxidantes sólidos (como peróxido de metal álcali [Sección 6.1.3.1]) y es llevada a
cabo a temperaturas de 50º a 65º C. La aplicación de dicha tecnología para tratar concentrados
gravimétricos producidos en circuitos de extracción de oro convencionales utilizando
lixiviación y CIP o CIL, tienen las siguientes ventajas potenciales [79]:

 Disolución rápida del oro reportándose a la lixiviación y circuitos CIP/CIL


 Recuperación mejorada del circuito CIP/CIL
 Inventario reducido de oro en circuito
 Recuperación mejorada del oro total
 Consumo reducido del cianuro total
 Demanda mejorada de oxígeno en CIP/CIL

Se ha alcanzado rutinariamente una recuperación del oro de 97% a 99% a partir de una escala
de concentrados gravimétricos dentro de las 8 a 16 horas de tiempo de residencia de
lixiviación, utilizando una tecnología de proceso ACACIA [80].

6.1.1.4 Lixiviación en batea

La lixiviación en batea usualmente se realiza en estructuras de madera o de concreto (bateas)


o en tanques de acero, o pueden llevarse a cabo mediante lixiviación en pilas en una
configuración llenado de valle, donde las pilas pueden ser inundadas. En otro caso, el mineral
es sumergido por completo en la solución de lixiviación, ya sea en todo el circuito de lixiviación
o para porciones de esta. Este tiene la venta de humedecer eficientemente todas las
superficies del mineral a lixiviar y, en cierto grado, añadir transferencia de masa. Las ventajas
propuestas son que se evite la canalización de las soluciones y el desarrollo de zonas muertas,
las cuales se pueden experimentar durante la lixiviación en pilas. El proceso es poco utilizado,
debido al alto costo de capital asociado a la construcción de bateas y el alto costo operativo,
solo con beneficios de recuperación menores (si las hubiera) en lugar de la práctica estándar
de lixiviación en pilas. Sin embargo, el método fue empleado en Homestake Lead (Dakota del
Sur, Estados Unidos) por cerca de 100 años, hasta el cierre de la operación en el 2000 (véase
Sección 12.2.2.4).

6.1.1.5 Lixiviación in situ

La lixiviación in situ es la aplicación de la solución cianurada diluida a un mineral en la


ubicación donde fue encontrada [81]. Esto requiere que la permeabilidad del mineral sea tal
que la solución pueda tener acceso a una porción económicamente significativa del los valores
de oro contenidos del mineral. La permeabilidad requerida puede ser una propiedad inherente
del yacimiento (es decir, material poroso o altamente fracturado y/o fisurado) o puede
inducirse por voladura para crear la fragmentación suficiente.

En la práctica, el proceso ha sido ampliamente evitado por las siguientes razones:

 La eficiencia de la solución en contacto con los valores del oro es frecuentemente


pobre, dando como resultado recuperaciones bajas
 La recuperación de la solución a partir de la operación de lixiviación in situ es
típicamente baja, dando como resultado costos altos de reactivos y recuperaciones
bajas
 Las preocupaciones y normas ambientales pueden restringir el uso de este proceso.

No existen aplicaciones comerciales conocidas de lixiviación in situ con cianuro; los autores ven
un pequeño potencial para la aplicación futura de la lixiviación in situ con cianuro. En la década
de 1980, la lixiviación in situ que utilizaba solución de tiosulfato fue evaluada por debajo de
Witwatersrand, Sudáfrica; pero no surgieron aplicaciones comerciales de este trabajo (véase
Sección 6.3.2.2).
6.2 CLORACIÓN

La cloración se aplicó extensamente en la década de 1800, antes de la introducción de la


cianuración para el tratamiento de minerales que contienen oro fino y oro produciéndose con
sulfuros, donde no eran susceptibles a la concentración gravimétrica y amalgamación. Los
medios cloruro también han sido aplicados en procesos de electrodepositación a principios del
siglo XIX. Aunque los medios cloro-cloruro ya no son utilizados para la lixiviación de minerales
primarios, se han propuesto muchos procesos para el tratamiento de minerales refractarios o
semirefractarios como una alternativa a la cianuración. La cloración también se ha aplicado
para el pre-tratamiento oxidante de algunos minerales carbonáceos refractarios (Sección 5.6);
proporciones significativas de oro en el material de alimentación pueden disolverse durante
este proceso.

La química general de las soluciones de cloro se ha revisado en detalle en la Sección


5.6 y no es considerada más adelante en este capítulo.

6.2.1 Mecanismo de disolución del oro

El oro se disuelve en soluciones acuosas de cloruro para formar complejos de cloruro de Au (I)
y Au (III), como se ve a continuación:

(EQ 6.34)

(EQ 6.35)

Los equilibrios de solución correspondientes se muestran en el diagrama Eh-pH para el sistema


Au-Cl-H2O (Figura 6.27). El complejo Au (III) es más estable que las especies de Au (I) por
aproximadamente 0.12 V. Los complejos de cloruro de oro no son tan estables como el
complejo de cianuro Au (I), pero una ventaja de esto es que son reducidos más fácilmente a
metal oro. La oxidación solo se producirá por encima de 1.2 V aproximadamente, por lo tanto,
se requiere un oxidante fuerte como el cloro, iones clorato u ozono para disolver el oro a una
velocidad razonable. El cloro es el oxidante más adecuado para este propósito ya que también
proporciona iones cloruro para la disolución del oro, además de especies hipoclorosas
fuertemente oxidantes (Sección 5.6.1). Sin embargo, el bromo y yodo también puede usarse
para lograr rápidas velocidades de disolución. El ácido nítrico es un oxidante lo
suficientemente fuerte para disolver el oro en medios cloruro, y es aplicado como agua regia
(una mezcla de 33% de y 66% de HCl) en una técnica correctamente establecida para el
análisis del oro.

Muchos mecanismos han sido propuestos para la disolución del oro en soluciones
acuosas de cloruro. La disolución probablemente procede en dos etapas, con la formación de
un cloruro Au (I) intermedio en la superficie del oro durante la primera etapa [82]:

(EQ 6.36)

La teoría más probable para la segunda etapa sugiere que el es formado como una
etapa intermedia secundaria, la cual luego es oxidada a Au (III), como sigue:

(EQ 6.37)
O difundida en la solución como , dependiendo del potencial de oxidación de la solución
[83]. A potenciales de solución por encima de 1.4 V aproximadamente, la superficie del oro se
pasiva con una capa de óxido.

6.2.2 Cinética de la Reacción

La voltametría cíclica ha sido utilizada para investigar la cinética de la disolución del oro en
soluciones de cloruro, y ha demostrado que la velocidad de disolución es proporcional a la
concentración de ion cloruro [83]. En la práctica, la transferencia de masa de los iones de
cloruro a la superficie del oro es una etapa determinada por la velocidad, y la velocidad de la
reacción química es rápida. Las velocidades de transferencia de masa de ion cloruro se
maximizan mediante altas concentraciones de cloro-cloruro y mediante temperaturas
incrementadas.

La velocidad de disolución del oro en soluciones acuosas de cloruro es mucho más


rápida que aquella alcanzable en soluciones acuosas de cianuro alcalino. Las pruebas de gold
leaf han indicado velocidades de disolución de 0.008 g/m2/s en solución de cianuro, en
comparación a 0.3 g/m2/s en soluciones de cloruro [82]. La razón principal para la rápida
velocidad de reacción es la alta solubilidad del cloro en agua en comparación al oxígeno,
oxidante utilizado en la cianuración. También se observó en este trabajo que la presencia de
cloruro de sodio (3%) en la solución de cloro tuvo un efecto acelerador considerable en la
velocidad de disolución, posiblemente debido al efecto retardante de iones de cloruro en la
disociación de cloro [82].
FIGURA 6.27 Diagrama de equilibrio de potencial-pH para el sistema a 25º C incluyendo algunos
equilibrios entre el cloro y el agua:
[6]

6.2.3 Comportamiento de otros minerales en la solución de cloruro

Tanto la plata como el plomo reaccionan para formar cloruros insolubles en soluciones cloro-
cloruro. Esto es significativo ya que cualquiera, o ambos, de estos productos pueden reducir la
solubilidad del oro debido a la formación de una capa pasivante insoluble y, en el caso de la
plata, causan una pérdida en la recuperación del metal. Sin embargo, la pasivasión solo se
produce a un grado significativo cuando el contenido combinado de plata-plomo de la aleación
de oro excede el 13% aproximadamente [83].

Por debajo del pH 3, la pirita es atacada y disuelta en soluciones acuosas de cloruro,


utilizando el cloro como oxidante. Sin embargo, entre pH 3 y pH 6 aproximadamente, con
especies hipoclorosas como oxidante, la velocidad de disolución de la pirita es ampliamente
reducida. Una investigación ha demostrado que la velocidad de disolución se reduce por un
factor de 4, conforme el pH se incrementa de 2 a 4, y de nuevo, mediante un factor similar
cuando el pH se incrementa de 4 a 6 [84]. Esto presenta una opción interesante del proceso
para minerales que contienen oro libre con ganga de pirita estéril, con un potencial para la
disolución selectiva del oro por encima de pH 3 aproximadamente.

El cobre, zinc y la mayoría de otras series de metal de transición forman complejos de


cloro relativamente inestables, como se indica en el Cuadro 6.6. Todos estos complejos de
cloro son menos estables que el cloruro de Au (III). De importancia particular son las amplias
diferencias relativas en las constantes de estabilidad de los complejos de cobre cianuro-cloruro
y de oro cianuro-cloruro. Esto indica que para un mineral particular, menos cobre será disuelto
en el medio cloruro que en el medio cianuro, una característica que es potencialmente
atractiva para el tratamiento de algunos minerales cobre-oro.

Los minerales oro-telurio son solubles en medio cloruro ácido en presencia de un


oxidante lo suficientemente fuerte, como el ion férrico ( ) o cloro ( ), y se disuelve para
formar complejos de cloruro de oro y de teluro: y , respectivamente [59]. Este
método se aplica a la mina The Emperor para la recuperación de oro y telurio de un mineral
que no es susceptible a la lixiviación directa con cianuro (véase Sección 12.2.8.1).

Los minerales carbonatos y otros solubles en ácido se disuelven en mayor o menor


medida en medios ácidos cloro-cloruro. La descomposición de estos minerales puede
aumentar la extracción de oro exponiendo el oro encapsulado, una ventaja potencial sobre la
lixiviación con medio cianuro alcalino.

La oxidación de minerales sulfuro mediante el cloro es considerada en la Sección 5.6.3.

6.2.4 Consideraciones de Proceso

La lixiviación con cloro (o cloración) es más difícil de aplicar comercialmente que la lixiviación
con cianuro por una serie de razones. Primero, los medios de lixiviación son altamente
corrosivos y requieren materiales especiales de construcción (p.e. acero inoxidable, equipos
revestidos en caucho) para resistir a las condiciones ácidas y fuertemente oxidantes. Segundo,
en casos donde se utilice gas cloro, los reactantes deben contenerse en un sistema cerrado
que permita una óptima utilización del gas y para evitar cualquier tipo de riesgo a la salud. La
utilización del cloro es importante en vista del alto costo del gas, en comparación al aire y/u
oxígeno.

Como resultado, la lixiviación con cloro frecuentemente está limitada por los sistemas
de agitación o de agitación intensiva, donde pueden usarse tanques cerrados en un entorno
estrechamente controlado. El proceso ha sido llevado a cabo típicamente a un nivel de pH de
2.0 y 2.5. La velocidad de adsorción del gas cloro se maximiza disminuyendo el pH; pero la
solución se vuelve cada vez más difícil de manejar cuando el pH disminuye. Si no, un oxidante
sólido, como el hipoclorito de sodio (NaOCl), puede utilizarse.

El consumo del oxidante (es decir, o NaOCl que se disuelve en solución para formar
especies reactivas HOCl/ [véase Ecuación 5.81]) es un factor importante que tiene un
amplio impacto en el costo del proceso. (El HOCl es ácido hipocloroso, es especie
hipoclorito, producidos cuando el ácido hipocloroso se disocia de y ). Se ha observado
que la adición de ácido isocianúrico a un sistema de lixiviación puede reducir
significativamente la velocidad de descomposición de las especies de HOCl/ y, de este
modo, reducir el consumo de oxidantes [85].

Las extracciones de oro obtenidas por cloración varían ampliamente, dependiendo del
tipo de mineral. Desafortunadamente, los datos limitados del proceso están disponibles
debido a que la cloración de minerales totales fue descontinuada por razones económicas
luego de la llegada del proceso de cianuración en 1888.

La cloración ha sido utilizada para el pre-tratamiento de minerales carbonáceos en


Newmont Carlon y en Jerritt Canyon (ambos en Nevada), y hasta el 85% de la disolución del
oro se obtuvo solo mediante la cloración [61]. La pulpa tratada es posteriormente
neutralizada, el pH ajustado a 10-11 y luego lixiviado con cianuro, permitiendo alcanzar una
alta recuperación posterior de oro (véase Sección 5.6 y 12.2.9.1).

CUADRO 6.6 Constantes de Estabilidad de los complejos seleccionados metal-cloruro [2, 10, 11]
Constante de Estabilidad del Complejo (β)
Ion metálico
- - - -
8.5 16.2 23.6 29.6
3.7 13.0* 6.2 6.0
2.7 6.1 5.9 5.6
0.4 0.9 0.9 0.9
1.2 1.8 1.5 1.3
- - - -
1.5 2.0 1.8 1.3
- - - -
-0.2 0.1 1.0 -
- -0.04 - 3.0
NOTAS: Guiones = no aplicable
Rango de valores de la bibliografía: β = 8.9 a 17.2

Un proceso comercial basado en lixiviación agitada con cloro en caliente (75ºC) de un


material con contenido de plata (que también contiene plomo, cobre y antimonio) en la mina
Itos en Bolivia estaba en funcionamiento a finales de 1990. Este proceso utilizaba soluciones
casi saturadas de cloruro de sodio con acido clorhídrico (pH 0.3) y 15 g/L de ion férrico como
oxidante [86].

Un proceso de lixiviación atmosférica que utiliza NaCl y NaOCl a pH 7 fue desarrollado


por ISL Ventures a finales de 1980 como una opción para los minerales de oro que contienen
cobre soluble en cianuro, ya que los metales base no son lixiviados bajo estas condiciones en el
sistema. El uso de ácido isocianúrico (2, 4, 6 trihidroxi tiazina) fue propuesto para reducir la
velocidad de consumo del oxidante (es decir, especies de , proporcionados por NaOCl).
Las recuperaciones de oro por encima de 80% se reportaron a varios minerales de oro cuando
se utilizaban concentraciones de NaOCl de 1 a 2 g/L; sin embargo, el consumo alto de NaOCl
(0.5 a 1.0 kg/t de mineral) dificulta la comercialización del proceso [87].

Es bien conocido que la presencia de cloruros en las pulpas de oxidación a presión


pueden causar que el oro se disuelva durante la oxidación a presión, basado en la experiencia
de operación y pruebas metalúrgicas en Goldstrike y Twin Creeks en Nevada [88]. Como una
extensión de este concepto, durante la década de 1990, el proceso de cloración fue
desarrollado para tratar minerales complejos de platino-paladio-níquel-cobre-cobalto y
concentrados, conocido como el proceso Platsol. Aunque este proceso no ha sido aplicado
comercialmente, ha sido propuesto para la extracción de oro a partir de una serie de
materiales auríferos, pero particularmente, aquellos que contienen sub-productos como el
cobre, níquel y PGM, los cuales presentan problemas para la cianuración convencional. El
proceso comprende oxidación a presión a altas temperaturas (200º C a 225º C), en medios
sulfato que contienen de 5 a 20 g/L de NaCl. En este caso, el cloruro proporciona el
acomplejante y oxígeno y/o el oxidante Fe (III). Las extracciones de oro que varían de 80% a
99% han sido alcanzadas durante las pruebas de diversos materiales auríferos [89].

Sin embargo, las razones principales para la falta de éxito comercial de los procesos de
recuperación de oro basados en el cloruro son los siguientes:

 Consumo relativamente alto de reactivo (oxidante)


 Desafíos con la resistencia a la corrosión de los materiales de construcción para el uso
en medio cloruro
 Dificultades bien conocidas en la recuperación del oro a partir de medio cloruro.
 Pobre economía total

6.3 TIOSULFATO

En lugares donde las normas y preocupaciones ambientales prohíben el uso de cianuro, el


tiosulfato ha sido propuesto como una alternativa al cianuro en la recuperación del oro a partir
de minerales y concentrados. La capacidad de las especies de tiosulfato para formar complejos
estables con el oro ha sido conocida por más de 100 años, pero investigaciones serias en este
uso como una alternativa para el cianuro, solo comenzaron a finales de 1970. La investigación
extensa en todo el mundo, en el desarrollo de procesos de lixiviación basados en tiosulfato, se
intensificó drásticamente en la década de 1990 como resultado del incremento de las
preocupaciones sobre el uso de cianuro y otros factores discutidos en el Capítulo 11.

Hasta hace poco, el uso de medios tiosulfato fue propuesto solamente para minerales
y concentrados difíciles, como aquellos que contienen grandes cantidades de cobre que
consumen cianuro, materiales carbonáceos de pre-robado, minerales refractarios y productos
de pre-tratamiento oxidante parcial (p.e. oxidación biológica) de sulfuros refractarios, los
cuales contienen especies azufre que consumen cianuro. Uno de los impulsores para estas
aplicaciones potenciales es que los minerales sulfuro reactantes y especies sulfuro solo
reaccionan con tiosulfato a un grado limitado, y generalmente no consumen grandes
cantidades de reactivos, a diferencia del cianuro.
Gran parte de la investigación y trabajo de desarrollo realizados desde 1995
aproximadamente, se enfocaba en el desarrollo de un proceso de tiosulfato efectivo para
reemplazar la cianuración por un rango más amplio de tipos de material. Se ha demostrado
que los medios tiosulfato pueden disolver efectivamente el oro, pero se requieren sistemas
complejos que incluyan un oxidante adecuado (como Cu (II) o iones Fe (III)) y un efectivo
estabilizador del oxidante (p.e. amoniaco o ligandos de poliamina de cadena abierta para el
cobre, y oxalato de hierro) para obtener una velocidad de disolución del oro aceptable,
mientras se minimiza la velocidad de oxidación del tiosulfato. A pesar de mostrar una promesa
considerable, el desarrollo de un efectivo proceso basado en el tiosulfato continua esquivo por
el alto consumo de reactivos y los costos (debido a la oxidación del tiosulfato) y se dificulta con
la recuperación del metal a partir de una solución de lixiviación. Sin embargo, este proceso
continúa siendo investigado agresivamente por la mayoría de los productores de oro del
mundo.

6.3.1 Química y Cinética de la Reacción

El oro forma un complejo estable con las especies de tiosulfato ( ) en soluciones acuosas,
como se ve:

(EQ 6.38)

El oro se disuelve en soluciones de tiosulfato alcalino, utilizando oxígeno disuelto como


oxidante, para formar complejos de Au (I), como el siguiente:

(EQ 6.39)

Teóricamente, basados en los datos de Eh-pH, la disolución debe producirse sobre un amplio
rango de condiciones pH. Sin embargo, la reacción procede muy despacio con oxígeno a falta
de un catalizador adecuado. El Cu (II) es un catalizador muy efectivo para esta reacción,
siempre que sea usado en combinación con el amoniaco, para estabilizar las especies de cobre
en solución como tetramina de Cu (II) ( ) [90].

(EQ 6.40)

El oro forma complejos estables en soluciones que contienen amoniaco (como se describe en
la Sección 6.6). Por lo tanto, una solución amoniacal de tiosulfato, tanto las especies de
tiosulfato como de amonio, compiten para formar complejos, de acuerdo a la siguiente
ecuación:

(EQ 6.41)

Sin embargo, los valores exactos de las constantes de estabilidad para los complejos de
tiosulfato y amoniaco preferidos de oro son inciertos, y los dos valores son relativamente
cercanos, causando una pérdida de claridad y certeza sobre las que predominan las especies
bajo condiciones aplicadas a la lixiviación del oro con tiosulfato. El consenso general es que el
complejo de tiosulfato prevalece bajo las condiciones Eh-pH aplicadas a una lixiviación óptima
(es decir, un compromiso entre la velocidad de disolución maximizada y la velocidad de
oxidación del tiosulfato minimizado). El diagrama Eh-pH que mejor representa los equilibrios
más probables para el sistema (Figura 6.28) muestra que la
disolución puede producirse sobre un amplio rango de valores pH [91].

Típicamente, la lixiviación es llevada a cabo entre pH 9 y 11. Por debajo de pH 9, el


complejo de triamina de Cu (I) ( ) prevalece, volviendo menos efectivas las especies
de cobre como catalizadores. Comúnmente, la investigación de tiosulfato es realizada
utilizando una solución inicial de pH de 10.5 a 11, debido a que el pH disminuye durante la
reacción en pruebas de lote. Sin embargo, es probable optimizar entre pH 9.0 y 10.0 los
sistemas de tiosulfato que continuamente operan.

Las especies de Fe (III) son menos adecuadas como oxidantes en los sistemas de
tiosulfato por que son inestables por encima de pH 8 aproximadamente, dependiendo de las
condiciones exactas de la solución. Se ha propuesto el uso de Fe (III) con un estabilizador
adecuado como oxalato [19]. El peróxido de hidrógeno tampoco es adecuado ya que oxida
muy rápido el tiosulfato y es difícil de estabilizar.

La química de los sistemas amoniacal cobre-tiosulfato es altamente compleja, y a pesar


de las investigaciones y estudios, el mecanismo exacto de disolución del oro y la acción
catalizadora de las especies de Cu (II) todavía no se comprenden por completo [91, 92, 93].
Todavía se considera que la principal reacción de reducción es de la siguiente manera:

(EQ 6.42)

Donde la especie de es más estable que el complejo de , bajo las


condiciones aplicadas para una efectiva disolución del oro. La reducción de la especie
tetramina Cu (II) es acompañada por la oxidación del tiosulfato a tetrationato.

La especie oxidante, Cu (II), es luego regenerada mediante la reducción de oxígeno, de


acuerdo a la siguiente ecuación:

(EQ 6.43)

Por lo tanto, la reacción total de disolución para el oro en soluciones amoniacales cobre-
tiosulfato ha sido propuesto de la siguiente manera [94]:

(EQ 6.44)

La presencia de amoniaco es crítica para estabilizar la especie de Cu (II) en solución


como el ion tetramina Cu (II), para prevenir la formación de y prevenir la pasivación
de la superficie del oro mediante una adsorción preferencial (es decir, evitar el recubrimiento
con especies de sulfuro). El mecanismo de lixiviación del oro en un sistema amoniacal cobre-
tiosulfato se ilustra esquemáticamente en la Figura 6.29.
Las especies de tiosulfato se consumen mediante muchas posibles reacciones de
oxidación y asociación. Dichas reacciones incluyen la formación de varias especies de sulfuro
intermedias como tritionato ( ), tetrationato ( ) y otros politionatos (p.e. ) y
finalmente oxidación a sulfato ( ) y, en algunos casos, sulfuro elemental [88, 93, 95, 91].

FIGURA 6.28 Diagrama Eh-pH para el sistema a 25º C


[91]

Algunos ejemplos de las posibles reacciones de oxidación y asociación se proporcionan de la


siguiente manera:

(EQ 6.45)

(EQ 6.46)

(EQ 6.47)

(EQ 6.48)

(EQ 6.49)

Los politionatos, y en particular las especies de titrionato y tetrationato, son muy


perjudiciales para los procesos posteriores de recuperación del oro, ya que reducen
significativamente la carga de tiosulfato de oro en carbón activado y resinas aniónicas de
intercambio iónico. Por consiguiente, la formación y efectos de estas especies deben mitigarse,
o utilizarse un método de recuperación alternativo. La especie de tiosulfato puede
estabilizarse en cierta medida mediante la adición de pequeñas cantidades de iones sulfito
( ), los cuales reaccionan con otros politionatos y especies sulfuro en el mineral, para
poder regenerar el tiosulfato de la siguiente manera:
(EQ 6.50)

(EQ 6.51)

(EQ 6.52)

FIGURA 6.29 Representación esquemática del mecanismo de lixiviación del oro con cobre-tiosulfato amoniacal
[88] Diagrama Eh-pH para el sistema a 25º C
[91]

Se han investigado otros métodos para estabilizar el tiosulfato con diferentes grados
de éxito. Dichos métodos incluyen el uso de ligandos multidentados como ligandos de
poliamina de cadena abierta con 2 a 5 donantes de nitrógeno (p.e. tris[2-aminoetil]amina y
tioúrea para estabilizar el Cu (II) y oxalato para estabilizar Fe (III). La química de dichos
sistemas es compleja y, en el caso de la tioúrea, es más complicada por el hecho de que la esta
forma complejos estables con el oro (véase Sección 6.4) [96].

Como el tiosulfato se oxida y la concentración de tiosulfato en solución disminuye,


existe un riesgo de que el oro se vuelva a precipitar fuera de la solución sobre los
componentes del mineral. Existe evidencia que sugiere que el oro permanecerá en solución
mientras que el complejo de tiosulfato baja de 2 a 3 g/L de ; sin embargo, este depende
de las condiciones específicas de la solución (p.e. temperatura, pH, Eh, [ ], etc.) [97].

La plata, cloruro de plata y sulfuro de plata se disuelven fácilmente en medios


tiosulfato. La adición de especies sulfito ayuda a prevenir la precipitación de la plata como
sulfuro insoluble.

La velocidad de disolución depende de las concentraciones de tiosulfato y de Cu (II),


hasta cierto punto. Las concentraciones de tiosulfato que varían de 0.05 a 2.0 M de han
sido utilizados para investigaciones de sistemas de lixiviación del oro, pero la mayoría de
investigaciones se han enfocado en una concentración de tiosulfato que varía de 0.1 a 0.2 M
de (es decir, de 11 a 22 g/L aproximadamente). Tanto el tiosulfato de sodio ( )
como el tiosulfato de amonio han sido utilizados como reactivos primarios. No
existe un beneficio evidente para utilizar tiosulfato de amonio en casos donde el sistema de
lixiviación es tiosulfato-cobre amoniacal en que se proporcione algo del amoniaco requerido.
Se prefiere utilizar el tiosulfato de sodio en aplicaciones donde el cobre no es utilizado como
catalizador.

Las concentraciones de cobre aplicadas en estas investigaciones varían de 0.0001 a


0.02 M; sin embargo, más comúnmente, se ha identificado la concentración de Cu (II) de
0.0005 a 0.002 M (es decir, 30 a 120 mg/L de ). Desafortunadamente, la velocidad de
oxidación de tiosulfato incrementa con el aumento de la concentración de Cu (II) cuando todos
los otros parámetros se mantienen constantes, por lo tanto, desde un punto de vista práctico,
este limita la concentración máxima de Cu (II) que puede aplicarse [93].

La concentración de amoniaco no tiene un impacto en la velocidad de disolución del


oro, pero sí tiene un gran impacto en la efectividad de todo el sistema, estabilizando el cobre y
reduciendo la velocidad de oxidación del tiosulfato. Las concentraciones de amoniaco entre
0.2 y 0.4 M de han sido aplicadas típicamente, pero hasta 2M de han sido utilizado
para trabajos de investigación.

El amoniaco se pierde por volatilización de una solución, la cual es exacerbada


mediante la aspersión del aire u oxígeno dentro de la fase de la solución, y mediante
reacciones de oxidación.

El incremento de la temperatura tiene un efecto beneficioso en la velocidad de


extracción del oro, pero también aumenta la velocidad de oxidación del tiosulfato y la
velocidad de pérdida de amoniaco de una solución mediante volatilización. La mayoría de
trabajos de investigación han sido realizado a, o ligeramente por encima de, temperaturas
ambiente (es decir 15º C a 30º C). La operación elevada de temperatura ha sido investigada
hasta en 80º C, y se ha propuesto un proceso que utiliza tiosulfato a temperatura elevada de
60º C, junto con el uso de sulfito para estabilizar las especies de tiosulfato a altas temperaturas
[97].

Se ha observado que la presencia de carbonatos y bicarbonatos en el mineral puede


causar una oxidación excesiva del tiosulfato.

6.3.2 Consideraciones de Proceso

Aunque la lixiviación con tiosulfato puede realizarse en sistemas agitados, probablemente se


requieran tanques cerrados para controlar la pérdida de amoniaco para propósitos industriales
y donde sea necesario, para permitir la operación con una sobrepresión de oxígeno aplicada
(es decir, sistema de operación por encima de la presión atmosférica). Los sistemas agitados se
aplican a pulpas que contienen típicamente 30% a 40% de sólidos. El tiosulfato también puede
aplicarse a sistemas de lixiviación en pilas (o potencialmente en batea); esta aplicación se
discute más adelante en esta sección.
6.3.2.1 Lixiviación por Agitación

El sistema de tiosulfato requiere la adición del oxígeno para regenerar las especies oxidantes
( ) en la fase de la solución. Para lograrlo debe introducirse aire u oxígeno al
sistema. En algunos casos, el oxígeno puede aplicarse bajo presión utilizando una sobrepresión
de oxígeno de 10 a 100 psi. Sin embargo, parece no haber una correlación directa entre la
cantidad de oxígeno proporcionado en la solución de lixiviación o pulpa y la velocidad de
disolución del oro, probablemente debido a las reacciones competentes, incluyendo la
oxidación de tiosulfato y oxidación de otras especies de azufre añadidos a la oxidación de Cu
(I). Algunos investigadores han informado una disminución en la concentración de Cu (II)
cuando se esparce la pulpa lixiviada con aire y/u oxígeno; esto se atribuyó a un incremento en
la velocidad de oxidación del tiosulfato y la disminución que le acompaña en la concentración
de tiosulfato libre [90]. Sin embargo, es probable que la disminución de Cu (II) se deba al
incremento de la pérdida de amoniaco mediante la volatilización (y la correspondiente
disminución en la concentración de amoniaco libre) y posiblemente, la precipitación de
especies de cobre a partir de la solución (como ). En una operación en estado
estacionario, la velocidad del oxígeno suministrado a la solución de lixiviación o pulpa debe ser
suficiente para mantener la concentración oxidante (es decir ) y cumplir con las
necesidades del tiosulfato y la oxidación de las especies de azufre.

El uso de Cu (II) como catalizador de la lixiviación con tiosulfato del oro es


potencialmente problemática desde diversas perspectivas: Primero, el cobre (y amoniaco) se
presentará en el material de residuo y puede presentar preocupaciones ambientales para el
tratamiento final y disposición del residuo. Segundo, el cobre puede causar complicaciones
para la posterior recuperación del oro (y plata) ya que el cobre tiende a cargarse en carbón
activado o resinas de intercambio iónico (con la cantidad y velocidad de carga dependiente de
las condiciones de la solución), y el cobre puede co-recuperarse con oro en la etapa final de
recuperación (es decir, precipitación o electro-obtención). Como resultado, se han hecho
intentos para desarrollar un proceso que no requiera cobre o amoniaco. Un proceso propuesto
usa temperaturas elevadas (90º C) y de 10 a 100 psi de oxígeno en un sistema cerrado para
obtener altas velocidades de disolución del oro. Se agrega sulfito para estabilizar las especies
de tiosulfato y para reducir las especies de tritionato y tetrationato previas a la etapa de
recuperación del oro. Este proceso, según se informa, alcanzó >80% de recuperación del oro a
consumos razonables de tiosulfato de sodio de 7 a 10 kg/t y consumos de sulfito de sodio de 1
a 2 kg/t aproximadamente [97].

Se espera que los sistemas de lixiviación en tanques agitados (con o sin amoniaco y
cobre) puedan obtener extracciones de oro que sean comparables con la cianuración (es decir,
80% a 95% de recuperación) dentro de un marco de tiempo razonable (es decir 6 a 24 horas),
aunque esta por supuesto, dependa del tipo de mineral, tamaño de molienda y condiciones
especificas de lixiviación aplicadas. Se espera que los consumos comerciales de tiosulfato
varíen de 5 a 15 kg/t, los cuales dependiendo del tipo de tiosulfato utilizado, conviertan en
costos de entre US$ 2.50 y US$ 15.00 de mineral (base de constante de dólar del 2004). Para
obtener consumos al final de este rango se requerirá que el tiosulfato se regenere y recicle en
soluciones de proceso.
6.3.2.2 Lixiviación en Pilas, Batea e In situ

Una ventaja principal del proceso basado en tiosulfato es que este puede aplicarse
potencialmente en procesos de lixiviación en pilas o batea, a diferencia de otros procesos que
utilizan oxidantes más agresivos como el cloruro, bromo y yodo. A mediados de la década de
1990, Newmont inició la lixiviación en pilas de aproximadamente tres cuartos de millón de
toneladas de un material previamente oxidado biológicamente (también en pilas) utilizando
tiosulfato de amonio como lixiviante [56, 98]. La combinación de oxidación biológica y
procesos de lixiviación con tiosulfato fue diseñado para tratar minerales refractarios
carbonáceos de baja ley en Carlin (Sección 5.7.3.6). Se mantuvo una concentración de
tiosulfato de amonio de 10 a 13 g/L (0.06 y 0.08 M) con 2 a 5 g/L de amoniaco libre, 30 a 60
mg/L de cobre, a pH entre 8.8 y 9.2. El oxígeno requerido para la regeneración del oxidante
( ) fue suministrado desde el aire y no se requirió la adición especial de aire u oxígeno a las
pilas. La solución Eh se mantuvo en el rango de 50 a 100 mV vs. Ag/AgCl. El material fue
lixiviado por 176 días y obtuvo una recuperación de oro de cerca de 53%, con un consumo de
tiosulfato de amonio de 10 kg/t de mineral, el consumo de hidróxido de amonio de 0.75 kg/t y
consumos menores de sulfato de cobre y otros reactivos. El oro fue precipitado directamente
de la solución de lixiviación utilizando cobre metálico. Aunque la demostración comercial se
informó con éxito, para el año 2005 la tecnología todavía tiene que ser aplicada en una amplia
escala comercial [56].

En la década de 1980, un proceso in situ basado en tiosulfato fue evaluado en


Witwatersrand en una mina subterránea para lixiviación dentro de áreas subterráneas de
explotación por escalones. Sin embargo, esta tecnología no fue comercializada con éxito. Un
proceso para el tratamiento de minerales sulfuros de oro ha sido propuesto a través del cual
iones de tiosulfato se generaron in situ, bajo condiciones de oxidación alcalinas. Asimismo,
esta no se ha aplicado comercialmente.
REFERENCIAS

[1] Weast, R.C. 1981. Handbook of Chemistry and Physics. 62nd Edition. Boca Raton, FL: CRC
Press.

[2] Smith, R.M., y A.E. Martell. 1976. Critical Stability Constants. Volumen 4. New York: Plenum
Press

[3] Huiatt, J.L., J.E. Kerrigan, F.A. Olson, y G.L. Potter. 1983. Cyanide from mineral processing.
Proceedings of Workshop Sponsored by National Science Foundation, USBM & Industry. Salt
Lake City, UT: Utah Mining and Mineral Resources Research Institute.

[4] Bellomo, A. 1970. Formation of copper (II), zinc (II), silver (II) and lead (II) ferrocyanide,
Talanta 7:1109-1114

[5] Adams, M.D. 2001. A methodology for determing the deportment of cyanide losses in gold
plants. Minerals Engineering 14(4):383-390

[6] Finkelstein, N.P. 1972. The chemistry of the extraction of gold from its ores. Páginas 284-
351 in Gold Metallurgy on the Witwatersrand. Editado por R.J. Adamson. Cape Town, South
Africa: Cape & Transvaal Printers Ltd.

[7] Adams, M.D. 1990. The chemical behaviour of cyanide in the extraction of gold. 1. Kinetics
of cyanide loss in the presence and absence of activated carbon. Journal of South African
Institute of Mining and Metallurgy 90(2):37-44

[8] Wang, X., y .S.E. Forssberg. 1990. The chemistry of cyanide-metal complexes in relation to
hydrometallurgical processes of precious metals. Mineral Processing & Extractive Metallurgy
Reviews 6:81-125

[9] Dean, J.A., editor. 1985. Lange’s Handbook of Chemistry. 13th edition. New York: McGRaw-
Hill

[10] Sillen, L.G., y A.E. Martell. 1964. Stability Constants of Metal-Ion Complexes. Publication
No. 17. London: The Chemical Society

[11] Sillen, L.G., y A.E. Martell. 1970. Stability Constants of Metal-Ion Complexes. Supplement
No. 1. Publication No. 25. London: The Chemical Society

[12] Sharpe, A.G. 1976. The Chemistry of Cyano-Complexes of the Transition Metals. London:
Academic Press

[13] Perrin, D.D. 1964. Páginas 56-66 en Organic Complexing Reagents: Structures, BEhaviour
and Application to Inorganic Analysis. New York: Wiley Interscience

[14] Capone, S., A. Robertis, y S. Sammartano. 1986. Studies on hexacyano-ferrate (II)


complexes: Formation constants for alkali metals. Thermochemica Acta 112(3):1-14
[15] Hogfeldt, E. 1982. Stability Constants of Metal-Ion Complexes. Part A: Inorganic Ligands.
No. 21. New York: Pergamon Press

[16] Nicol, M.J. 1980. The anodic behaviour of gold. Part II. Oxidation in alkaline solutions. Gold
Bulletin 13:105-111

[17] Nicol, M.J., C.A. Fleming, y R.L. Paul. 1987. The chemistry of the extraction of gold. Páginas
831-905 en The extractive Metallurgy of Gold. Monograph M7. Editado por G.G. Stanley.
Johannesburg: South African Institute of Mining and Metallurgy

[18] Jeffrey, M., e I. Ritchie. 2000. Electrochemical aspects of gold cyanidation. Páginas 176-
186 en Proceedings of Electrochemistry in Mineral & Metal Processing V. Editado por R. Woods
y F.M. Doyle. Pennington, N.J: The Electrochemical Society.

[19] Jeffrey, M.I., I. Chandra, I.M. Ritchie, G.A. Hope, K. Waling, y R. Woods. 2005. Innovations
in gold leaching research and development. Páginas 207-221 en Innovations in Natural
Resource Processing: Proceedings of Jan D. Miller Symposium. Editado por C.A. Young, J.J.
Kellar, M.L. Free. J. Drelich, y R.P. King. Littleton, CO:SME

[20] Habashi, F. 1966. The theory of cyanidation. Transactions of the Mineralogical Society of
AIME 235:236-239

[21] Zurilla, R.W., R.K. Sen, y E. Yeager. 1978. The kinetics of oxygen reduction reaction on gold
in alkaline solution. Journal of Electrochemical Society 125:1103-1109

[22] Kirk, D.W., F.R. Foulkes, y W.F. Graydon. 1978. A study of anodic dissolution reaction on
gold in alkaline solution. Journal of Electrochemical Society 125:1103-1109

[23] Ball, S.P., A.J. Monhemius, y P.J. Wyborn. 1989. The use of inorganic peroxides as
accelerators for gold heap leaching. Páginas 149-164 en Precious Metals ’89. Editado por M.C.
Jha y S.D. Hill. Warrendale, PA:TMS

[24] Guzman, L., M. Segarra, J.M. Chimenos, M.A. Fernandez, y F. Espiell. 1999. Gold
cyanidation using hydrogen peroxide. Hydrometallurgy 52:21-35

[25] Lee, V., P. Robinson, y F. MErz. 1989. Peroxide addition improves gold recovery and saves
reagents at Pine Creek Gold Mine. Páginas 170-182 en Proceedings Randol Gold Conference.
Golden, CO: Randol International Ltd.

[26] Heath, A.R., y J.A. Rumball. 1998. Optimizing cyanide: oxygen ratios in gold CIP/CIL
circuits. Minerals Engineering 11(11):999-1010

[27] Lorenzen, L., y J.SJ. van Deventer. 1992. Electrochemical interactions between gold and its
associated minerals during cyanidation. Hydrometallurgy 37:177-104

[28] Kudryk, V., y H.H. Kellogg. 1954. The mechanism and rate controlling factors in the
dissolution of gold in cyanide solution. Journal of Metals 6(5):541-548

[29] Hiskey, J.B., y V.M. Sanchez. 1990. Mechanistic and kinetic aspects of silver dissolution in
cyanide solutions. Journal of Applied Electrochemistry 20:479-487
[30] Barsky, G., S.J. Swainson, and N. Hedley. 1934. Dissolution of gold and silver in cyanide
solution. Transactions A of the Institution of Mining and Metallurgy 112:660-677

[31] Cathro, K.J., y D.F.A. Koch. 1964. The anodic dissolution of gold in cyanide solutions.
Journal of Electrochemical Society 111:1416-1420

[32] Cathro, K.J., y A. Walkley. 1961. The Cyanidation of Gold. CSIRO Publication Melbourne,
Australia: CSIRO

[33] Cathro, K.J. 1963. The effect of oxygen in the cyanide in the cyanide process for gold
recovery. Páginas 181-205 en Proceedings Australasian Institute of Mining & Metallurgy.
Carlton, Victoria, Australia: Australasian Institute of Mining & Metallurgy

[34] Norris, R.., R.A. Brown, y F.E. Carpreso. 1983. The use of peroxygen chemicals in the heap
leaching of gold and silver ores. AIME Preprint No. 83-26. Littleton, CO:SME-AIME

[35] Caruso, S.G. 1975. The Chemistry of Cyanide Compounds and Their Behaviour in the
Aquatic Environment. Pittsburgh, PA: Carnegie Mellon Institute of Research

[36] Perry, R., R.E. Browner, R. Dunne, y N. Stoitis. 1999. Low pH cyanidation of gold. Minerals
Engineering 12(12):1431-1440

[37] Wadsworth, M.E., y X. Zhu. 1005. Kinetics of enhanced gold dissolution: Activation by
dissolved lead. Páginas 3-20 en Innovations in Natural Resource Processing: Proceedings of Jan
D. Miller Symposium. Editado por C.A. Young, J.J. Kellar, M.L. Free, J. Drelich, y R.P. King.
Littleton, Co: SME

[38] Sandenbergh, R.E., H. Hutchison, T. von Molke, y K.P. Cerovic. 2003. The influence of lead
additions on the anodic behaviour of gold in alkaline aqueous cyanide. Páginas 1222-1230 en
Proceedings of XXII International Mineral Processing Congress. Editador por L. Lorenzen y D.J.
Bradshaw. Johannesburg, South Africa: South African Institute of Mining and Metallurgy

[39] Mussati, D., J. Mager, y G.P. Martins. 1997 Electrochemical aspects of the dissolution of
gold cyanide electrolytes containing lead. Páginas 245-265 en Aqueous Electrotechnologies:
Progress in Theory and Practice. Editado por D.H. Dreisinger. Warrendale, PA:TMS

[40] Lapidus, G. 1995. Unsteady state model for gold cyanidation on a rotating disc electrode.
Hydrometallurgy 39:251-263

[41] Tavani, S., R.E. Browner, y R. Dunne. 2000. Gold cyanidation rates in the presence of
sulfide and lead ions. Páginas 309-314 en Proceedings Randol Gold & Silver Forum 2000.
Golden, CO: Randol International Ltd.

[42] Aghamirian, M.M., y W.T. Yen. 2005. Mechanisms of galvanic interactions between godl
and sulfide minerals in cyanide solution. Minerals Engineering 18:393-407

[43] Osseo-Asare, K., T. Xue, y V.S.T. Ciminelli. 1984. Solution chemistry of cyanide leaching
systems. Páginas 173-197 en Precious Metals: Mining, Extraction and Processing. Editador por
V. Kudryk, D.A. Corrigan, y Corrigan, y W.W. Liang. Warrendale, PA: TMS
[44] Wilder, A.L., y S.N. Dixon. 1988. Heap leach solution application at Coeur-Rochester. AIME
Preprint No. 88-19. Littleton, CO: SME

[45] Hedley, N., y H. Tabachnick. 1958. Chemistry of cyanidation. Mineral Dressing Notes 23.
New York: American Cyanamid Company

[46] Byerley, J.J., K. Enns, C.V. Trang, y V.T. Lee. 1988. A treatment strategy for mixed cyanide
effluents-precipitation of copper and nickel. Páginas 331-340 en Proceedings Randol Gold
Forum. Golden, Co: Randol International Ltd

[47] Hamilton, E.M. 1920. Manual of Cyanidation. New York: McGraw-Hill

[48] Muir, D., y S. LaBrooy. 1993. Why ammonia-cyanide mixtures are better than either
cyanide or ammonia for leaching copper-gold ores. Páginas 255-260 en Proceedings Randol
Gold Forum Beaver Creek ’93. Golden, CO: Randol International Ltd

[49] Guo, H., G. Deschenes, A. Pratt, M. Fulton, y R. Lastra. 2005. Leaching kinetics and
mechanisms during cyanidation of gold in the presence of pyrite or stibnite. Mineral &
Metallurgical Processing Journal 22(2):89-95

[50] Rees, K.L., y J.S.J. van Deventer. 2000. Preg-robbing phenomena in the cyanidation of
sulfide gold ores. Hydrometallurgy 58:61-80

[51] Guo, H., G. Deschenes, A. Pratt, M. Fulton, y R. Lastra. 2005. Leaching kinetics and
mechanisms of surface reactions during cyanidation of gold in the presence of pyrite or
stibnite. Mineral and Metallurgical Processing Journal 22(2):89-95

[52] Ubaldini, S., F. Veglio, P. Fornari, y C. Abbruzzese. 2000. Process flow sheet for gold and
antimony recovery from stibnite. Hydrometallurgy 57:187-199

[53] Plaskin, I.N., y M.D. Ivanovsky. 1958. A study of the effect of some components of the
liquid phase on the rate of solution of gold and silver in cyanide solution. Met. i. Metalloved
(Moscow) 182-188

[54] Fink, C. G., y G.L. Putnam. 1950. The action of sulphide ion and of metal salts on the
dissolution of gold in cyanide solutions. Transactions of American Institue of Mining &
Metallurgical Engineers 187:952-955

[55] Jackman, I., y K. Sarbutt. 1990. The recovery of gold from a telluride concentrate. Páginas
55-58 en Proceedings Randol Gold & Silver Forum. Golden, CO: Randol International Ltd.

[56] Bhakta, P. 2003. Ammonium thiosulfate heap leaching. Páginas 259-268 en


Hydrometallurgy 2003: Proceedngs of 5th International Symposium. Editado por C.A. Young, A.
ALfantazi, C. Aderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA: TMS

[57] Cornwall, W.G., y R.J. Hisshion. 1976. Leaching of telluride concentrates for gold, silver
and tellurium-Emperor process. Transactions of the Metallurgical Society of AIME 260:108-112
[58] Liddell, K.S., y R.C. Dunne. 1989. The recovery of gold-refractory telluride concentrates by
the Metprotech fine milling process. Páginas 349-358 en Proceedings Randol Gold Conference.
Golden, CO: Randol International Ltd.

[59] Jayasekera, S., I.M. Ritchie, y J. Avraamides. 1988. Electrochemical aspects of the leaching
of gold telluride. Páginas 187-189 en Proceedings Randol Perth International Gold Conference.
Golden, CO: Randol International Ltd.

[60] Urban, M.R., J. Urban, y P.J.D. Lloyd. 1973. The adsorption of gold from cyanide solutions
onto constituents of the reef, and its role in reducing the efficiency process. Research Report
No. 32/73. Johannesburg, South Africa: Chamber of Mines of South Africa

[61] Hausen, D.M., y C.H. Bucknam. 1985. Study of preg-robbing in the cyanidation of
carbonaceous gold ores from Carlin, Nevada. Páginas 833-856 en Applied Mineralogy:
Proceedings of 2nd International Congress on Applied Mineralogy. Warrendale, PA:TMS

[62] Bosch, D.W. 1987. Retreatment of residues and waste rock. Páginas 707-744 en The
Extractive Metallurgy of Gold in South Africa. Editado por G.G. Stanley. Monograph M7.
Johannesburg: South African Institute of Mining and Metallurgy

[63] Mansanti, J.G., J.R. Arnold, J.H. Gourdie, y J.O. Marsden. 1989. Double thickener circuit at
Gold Fields’ Chimney Creek. Mineral and Metallurgical Processing Journal (November): 170-
185

[64] Thorndycraft, R.B. 1982. Pinson Mining Company-Mill Design. AIME Preprint No. 82-162.
Littleton, CO: SME-AIME

[65] Rees, K.L., y J.S.J. van Deventer. 2000. The mechanism of enhanced gold extraction form
ores in the presence of activated carbon. Hydrometallurgy 85:151-167

[66] Arnold, J.R., J.M. Keane, V.G. Loftus, y J.K. Ahlness. 1990. Gold heap leach information
exchange. Páginas 283-311 en Gold ’90. Proceedings of Gold 1990 Symposium. Editado por
D.M. Hausen, D.N. Halbe, E.U. Petersen, y W.J. Tafuri. Littleton, CO: SME

[67] Pizzaro, R., J.D. McBeth, y G.M Potter. 1974. Heap leaching practice at the Carlin Gold
Mining Co., Carlin, Nevada. Paper presented at Annual American Institute of Mining,
Metallurgical, and Petroleum Engineeers Meeting, Dallas, TX, Febrero 23-28

[68] Marsden, J.O., L.C: Todd, y R. Mortiz. 1995. Effect of the lift height, overall heap height
and climate on heap leaching efficiency. Páginas 272-283 en Proceedings Randol Gold Forum
Perth ’95. Golden, CO: Randol International Ltd.

[69] East, D.R., J.P. Haile, y R.V. Beck 1987. Optimization technology for leach pad liner
selection. Geotechnical Aspects of Heap Leach Design. Littleton, CO:SME

[70] Strachan, C., y D. Van Zyl. 1988. Leach pad and liners. Páginas 176-202 en Introduction to
Evaluation, Design and Aeration of Precious Metal Heap Leaching Projects. Editador por D.J.A.
Van Zyl, I.P.G: Huthison, y J.E. Kiel. New York: American Institute of Mining, Metallurgical, and
Petroleum Engineers.
[71] Heinen, H.J., G.E. McClelland, y R.E. Lindstrom. 1979. Enhancing percolation rates in heap
leaching of gold-silver ores. U.S. Bureau of Mines Report of Investigations No. 8388. Salt Lake
City, UT: U.S: Department of Interior

[72] McClelland, G.E., y J.A. Eisele. 1982. Improvements in heap leaching to recover silver and
gold from low-grade resources. U.S. Bureau of Mines Report of Investigations 8612. U.S.
Department of Interior

[73] Menne, D. 1984. Heap leaching. Gold mining, metallurgy and geology. Páginas 229-244 en
Proceedings of Perth and Kalgoorlie Branches Regional Conference. Carlton, Victoria, Australia:
Australasian Institute of Mining and Metallurgy

[74] Pennstrom, W.J., y J.R. Arnold. 1999. Optimizing heap leach solution balances for
enhanced performance. Mineral & Metallurgical Processing Journal 16:(1): 12-17

[75] Irish, M.G., M.J. Jahraus, P.R. Taylor, y E.E. Vidal. 2004. On-line diagnostic of gold leaching
parameters in a laboratory scale simulation of a heap leach system. SME Preprint No. 04-64.
Littleton, CO:SME

[76] Dewhirst, R.F., S.P. Moult, y J.A. Coetzee. 1983. Intensive cyanidation for coarse gold
recovery. Journal of South African Institute of Mining and Metallurgy (Mayo):111-117

[77] Davidson, R.J., G.A. Brown, C.G. Schmidt, N.W. Hanf, D. Duncanson, y J.D. Taylor. 1978.
The intensive cyanidation of gold plant gravity concentrates. Journal of South African Institute
of Mining and Metallurgy (Enero): 146-165

[78] Lethlean, W. 2000. Leaching gravity concentrates using the Acacia reactor. Páginas 93-100
en Proceedings Randol Gold & Silver Forum. Golden, CO: Randol International Ltd.

[79] Campbell, J., y B. Watson. 2003. Gravity leaching with the ConSep ACACIA Reactor-Results
from AngloGold Union Reefs. Páginas 167-175 en Proceedings of 8th Mill Operators’
Conference. Melbourne: Australasian Institute of Mining and Metallurgy

[80] Watson, B., y G. Steward. 2002. Gravity leaching-The ACACIA Reactor. Páginas 383-390 en
Proceedings of Metallurgical Plant Design & Operating Strategies. Melbourne: Australasian
Institute of Mining and Metallurgy

[81] Chamberlain, P.D. 1989. Status of heap, dump, and in-situ leaching of gold and silver.
Páginas 225-232 en Proceedings of World Gold ’89: 1st Joint Meeting of Society of Mining
Engineers and Australasian Institute of Mining & Metallurgy. Editado por R.B. Bhappu y R.J.
Harden. Littleton, CO: SME-AIME

[82] Putnam, G.L. 1944. Chlorine as a solvent in gold hydrometallurgy. Engineering and Mining
Journal 145(3): 70-75

[83] Nicol, M.J. 1980. The anodic dissolution of gold. Part I. Oxidation in acidic solutions. Gold
Bulletin 13:46-55

[84] Welham, N.J., y G.H. Kelsall. 2000. Recovery of gold from pyrite ( ) by aqueous
chlorination I. Oxidation rates of gold and pyrite in aqueous chlorine solutions. Páginas 141-
148 en Proceedings of Electrochemistry in Mineral & Metal Processing V. Editado por R. Woods
y F.M. Doyle. Pennington, NJ: The Electrochemical Society

[85] Huff, R.V., D.R. Baughman, y P.D. Chamberlain. 1999. NaCl-NaOCl lixiviant for precious
metals. Páginas 163-168 en Proceedings Randol Gold & Silver Forum ’99. Golden, CO: Randol
International Ltd.

[86] Kappes, D.W. 1998. The Itos chloride leach plant for silver-Two years into production.
Páginas 247-248 en Proceedings Randol Gold & Silver Forum ’98. Golden, CO: Randol
International Ltd.

[87] Huff, R.V., D.R. Baughmsn, y P.D. Chamberlain, 1999. NaCl-NaOCl lixiviant for precious
metals. Páginas 163-168 en Proceeedings Randol Gold & Silver Forum. Golden, CO: Randol
International Ltd

[88] Aylmore, M.G., y D.M. Muir. 2001. Thermodynamic analysis of gold leaching by
ammoniacal thiosulfate using Eh/pH and speciation diagrams. Mineral & Metallurgical
Procesing Journal 18(4):221-227

[89] Ferron, C.J., C.A. Fleming, D. DReisinger, y T. O’Kane. 2003. Chloride as an alternative to
cyanide for the extraction of gold-going full circle? Páginas 89-103 en Hydrometallurgy 2003:
Proceedings 5th International Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie. Editado pr C.A. Young, A.
Alfantazi, C. Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA:TMS

[90] Breuer, P.L., y M. I. Jeffrey. 2003. A review of the chemistry, electrochemistry and kinetics
of the gold thiosulfate leaching process. Páginas 139-154 en Hydrometallurgy 2003:
Proceedings 5th International Symposium Honoring Prof. I.M. Ritchie. Editado pr C.A. Young, A.
Alfantazi, C. Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA:TMS

[91] Senayake, G., W.N. Perera, y M. J. Nicol. 2003. Thermodynamic studies of the gold
(III)/(I)/(0) redox system in ammonia-thiosulfate solutions at 25º C. Páginas 155-168 en
Hydrometallurgy 2003: Proceedings 5th International Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie.
Editado pr C.A. Young, A. Alfantazi, C. Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris.
Warrendale, PA:TMS

[92] Peri, K., G. Yuan, y K.N. Han. 1999. Dissolution behavior of gold in ammoniacal solutions
with iodine as an oxidant. SME Preprint No. 99-117. Littleton, CO:SME

[93] Lam, A.E., y D.B. Dreisinger. 2003. The importance of Cu (II) catalyst in the thiosulfate
leaching of gold. Páginas 195-211 en Hydrometallurgy 2003: Proceedings 5th International
Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie. Editado pr C.A. Young, A. Alfantazi, C. Anderson, A.
James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA:TMS

[94] Hiskey, J.B., y V.P. Atluri. 1988. Dissolution chemistry of gold and silver in different
lixiviants. Mineral Processing & Extractive Metallurgy Review 4:95-134

[95] Zipperian, D., S. Raghavan, y J.P. Wilson. 1986. Thiosulphate technology for precious metal
recovery. Paper presented at 115th American Institute of Mining, Metallurgical, and Petroleum
Enginers Convention, New Orleans, LA, Marzo 2-6
[96] Brown, T., A. Fischmann, L. Spiccia, y D.C. McPhail. 2003. Alternative copper (II) catalysts
for gold leaching: Use of multidentate ligands to control thiosulfate oxidation. Páginas 213-226
en Hydrometallurgy 2003: Proceedings 5th International Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie.
Editado pr C.A. Young, A. Alfantazi, C. Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris.
Warrendale, PA:TMS

[97] Ji, J., C.A. Fleming, P.G. West-Sells, y R.P. Hackl. 2003. A novel thiosulfate system for
leaching gold without the use f copper and ammonia. Páginas 227-244 en Hydrometallurgy
2003: Proceedings 5th International Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie. Editado pr C.A.
Young, A. Alfantazi, C. Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA:TMS

[98] Wan, R.Y., y M. LeVier. 2003. Solution chemistry factors for gold thiosulfate heap leaching.
International Journal of Mineral Processing 72(1-4):312-322

[99] Hisshion, R.J., y C.G. Waller. 1984. Recovering gold with thiourea. Mining Magazine
(Setiembre): 237-243

[100] Raudsepp, R., y R. Allgood. 1987. Thiourea leaching of gold in a continuous pilot plant.
Páginas 87-96 en Proceedings of International Symposium on Gold Metallurgy. Editado por R.S.
Salter, D.M. Wyslouzil, y G.W. McDonald. New York: Pergamon Press

[101] Marchant, P.B., L.M. Broughton, y M.J. Lake. 1988. Comparative analysis of cyanidation
and acidothioureation. Páginas 171-178 en Proceedings Randol Gold Forum. Golden, CO:
Randol International Ltd.

[102] Groenewald, T. 1977. Potential applications of thiourea in the processing of gold. Journal
of South African Institute of Mining and Metallurgy 77:217-223

[103] Barbosa, O.F., y A.J. Monhemius. 1988. Thermochemistry of thiocyanate systems for
leaching gold and silver ores. Páginas 307-339 en Precious Metals ’89. Editado por M.C. Jha y
S.D. Hill. Warrendale, PA:TMS

[104] Hiskey, J.B. 1984. Thiourea leaching of gold and silver-technology update and additional
applications. Mineral & Metallurgical Processing Journal (Noviembre): 173-178

[105] Li, J., y J.D. Miller. 1999. Reaction kinetics for gold dissolution in acid thiourea solution
using formamidine disulfide as oxidant. SME Preprint No. 99-62. Littleton, CO:SME

[106] Deng, T., y M. Liao. 2002. Gold recovery enhancement from a refractory flotation
concentrate by sequential bioleaching and thiourea leach. Hydrometallurgy 63:249-255

[107] Zhang, Y.Z. 1996. Evaluation of thiourea consumption for gold extraction from complex
and refractory gold ores. Páginas 443-460 en Proceedings EPD Congress 1996. Editado por
G.W. Warren. Warrendale, PA:TMS

[108] Wan, R.Y., J.A. Brierley, y K.M. LeVier. 2003. Using thiocyanate as lixiviant for gold
recovery in an acidic environment. Páginas 105-121 en Hydrometallurgy 2003: Proceedings 5th
International Symposium Hnoring Prof. I.M. Ritchie. Editado pr C.A. Young, A. Alfantazi, C.
Anderson, A. James, D. Dreisinger, y B. Harris. Warrendale, PA:TMS
[109] Han, K.N., y X. Meng 1992. Ammonia extraction of golf and silver from ores and other
materials. U.S. Patent No. 5,114,687. Mayo 19.

[110] Han, K.N., y X. Meng 1993. The dissolution behaviour of gold in amoniacal siltions.
Páginas 205-221 en Proceedings 4th International Symposium on Hydrometallurgy. Littleton,
CO:SME

[111] Muir, D., S. Vukcevic, y J. Shuttleworht. 1995. Optimizing the ammonia-cyanide leaching
process for copper-gold ores. Páginas 225-229 en Proceedings Randol Gold Forum Perth ’95.
Golden, CO: Randol International Ltd.

[112] Vukcevic, S. 1996. A comparison of alkali and acid methods for the extraction of gold
from low grade ores. Minerals Engineering 9(10):1033-1047

[113] Kim, P.N., y K.N. Han. 2005. Leaching behaviour of gold in ammoniacal solutions in the
presence of bromine as an oxidant. Páginas 261-280 en Innovations in Natural Resource
Processing: Proceedings of Jan D. Miller Symposium. Editado por C.A. Young, J.J. Kellar, M.L.
Free, J. Drelich, y R.P. King. Littleton, CO:SME

[114] Dadgar, A., Sanders, B.M., J.A. McKeown, R.H. Sergent, y R.H. Jacobson. 1990. Leaching
and recovery of gold from black sand concentrate and electrochemical regeneration of
bromine. Páginas 75-90 en Advances in Gold and Silver Processing: Proceedings of GOLDTech 4
Symposium. Editado por M.C. Fuerstenau. New York: American Institute of Mining,
Metallurgical, and Petroleum Engineers

[115] Hiskey, J.B., y P.H. Qi. 1990. Leaching and electrochemical behavior of gold in iodine
solutions. Part I: Dissolution kinetics. SME Preprint No. 90-112. Littleton, CO:SME

[116] Woodcock, J.T. 1998. Innovations and options in gold metallurgy. Páginas 115-131 en
Proceedings of XVI International Mineral Processing Congress, Stockholm, Sweden. Editado por
E.K.S. Forssberg. Amsterdam: Elsevier

[117] Schnabel, C. 1921. Gold. Página 1171 en Handbook of Metallurgy. 3rd edition. London:
Macmillan and Co. Ltd

También podría gustarte