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8 Versículos Bíblicos Sobre La Mundanalidad

La Mundanalidad es uno de los enemigos más peligrosos de un creyente. Nos


sentimos atraídos a las cosas del mundo, ya que apela a nuestra propia
naturaleza pecaminosa que anhela ser satisfecha. Los creyentes que luchan con
lo mundano y vencen, son bendecidos con una fuerte defensa con el
conocimiento de Dios y la acción de su Palabra.

La Sabiduría del Mundo


“Lo hemos hecho, confiando no en la sabiduría del mundo (Humana), sino
en la gracia de Dios” (2 Corintios 1:12).
La sabiduría que viene del mundo es terrenal, animal, y diabólica (Santiago
3:15).Es tentador seguir el consejo de la sabiduría del mundo, porque muchas
veces parece que tiene sentido, al menos desde el punto de vista del hombre. Sin
embargo, la sabiduría del mundo sólo conduce al camino de la decepción, Por el
contrario la sabiduría de Dios nos trae paz y dirección para nuestras vidas.

Las Maneras del Mundo


“Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso
hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?” (2 Corintios
1:17).
La mundanalidad prospera en la cultura de la mentira y el engaño. El mundo
promete hacer feliz a la gente con los placeres, el materialismo y la
gratificación instantánea. Sin embargo, la verdad es que es esclavitud al
pecado a través de las mentiras y los fracasos. La Palabra de Dios establece una
clara distinción entre la verdad y la mentira, obedecemos su palabra para evitar
las trampas del mundo y sus maneras.

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los


hombres, 2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,” (Tito 2: 11-
12).
Cuando estábamos en el mundo, teníamos dificultad para distinguir los
“no” en nuestras decisiones siguieron después en nuestros caprichos sin tener
una idea de las consecuencias que vendrían. Las pasiones del mundo no pueden
darnos satisfacción, aunque te concedan todos tus deseos. Solo a través del
poder del Espíritu Santo, los creyentes son fortalecidos y equipados para controlar
sus pasiones con el fin de que puedan ser libres del sistema mundo.
Amar al Mundo
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él.”(1 Juan 2:15).

No podemos amar a Dios y al mundo. Nuestros corazones se sienten atraídos


hacia lo que realmente queremos en esta vida. El amor por el mundo nace de un
apetito por el pecado y la auto-placer; mientras que, un corazón para el Señor
nace del Espíritu. Hemos sido redimidos por el sacrificio de Cristo para amar a
Dios con todo nuestro corazón y no al mundo.

Características Mundanas
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de
los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
(1 Juan 2:16).

La característica de la mundanidad abarca en conseguir lo que queremos, cuando


lo queremos y cómo lo queremos. El enfoque principal esta en nosotros mismos y
no en Dios u otras personas. Cuando reconocemos el pecado del egoísmo en
nuestros corazones, tenemos que confesar y arrepentirnos de inmediato. El
atractivo de la concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos, y la
vanagloria de la vida es lo suficientemente sutil para poner excusas en lugar de
confesiones.

El Lenguaje Del Mundo


“Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y
el mundo los oye” (1 Juan 4: 5).

La mundanalidad tiene un tipo diferente de lenguaje que aquellos que son


llamados por Dios. Nuestro lenguaje se caracteriza por las palabras de fe, ánimo y
esperanza. El mensaje del mundo está marcado por la duda, el miedo y la
incredulidad, los que viven en lo mundano nunca pueden reconocer que sus
palabras y sus pecados los separan de Dios. Los creyentes necesitan tener las
oídos rápidos para escuchar y entender cuando el lenguaje mundano intenta
atraerlos.
La Corrupción Del Mundo
“Después de haber escapado de la corrupción del mundo a causa de la
concupiscencia” (2 Pedro 1: 4)

Aquellos atrapados en la corrupción del mundo ni siquiera reconocen su


cautiverio. Esta corrupción comienza en la mente y los conduce a la muerte. Sin
embargo, cada creyente antes de conocer a Cristo era esclavizado en el
pensamiento pecaminoso seguido por acciones pecaminosas. Debemos de
entender que nosotros no escapamos por nuestra propia voluntad, sino por la
gracia y misericordia de Dios.

Los Ojos Mundanos


“Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este
mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a
los que le aman?” (Santiago 2: 5).

A los ojos del mundo, los creyentes son necios por seguir a un Dios que no
pueden ver. Su visión ha sido sesgada por el pecado, porque ellos no pueden ver
ni entender su terrible final en la oscuridad eterna. Sólo a través de la gracia de la
salvación los incrédulos ven la verdad del gran amor de Dios y pueden rendirse a
su voluntad.

No se ajustan, sino que son Transformados


(Romanos 12: 2)

La mundanalidad es un factor tentador en la vida de los creyentes que vivimos en


el mundo. Podemos vivir en el mundo pero no podemos convertirnos en una parte
de él, siempre y cuando nos mantengamos conectados al Señor. Los creyentes
no están llamados a juzgar a aquellos que están en el mundo, pero si hemos sido
llamados para amar e interceder por aquellos que son engañados por el diablo. A
través de la transformación de nuestra mente para el Señor Jesucristo, podemos
conocer la voluntad de Dios y vivir una vida plena.

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