Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Josué 1,10-2,7
Josué 1,10-2,7
ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar.” Éste fue el
método de Dios. Cuando Dios también llamó a Jeremías en un tiempo difícil, en el
capítulo 1 de la profecía de Jeremías, versículo 19 leemos que el Señor le dijo: “. .
. y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice el Señor,
para librarte.” Confianza en Dios y valor ante los hombres son las virtudes que
caracterizaron a Josué. Necesitamos la clase de convicción y valor, de la cual se
habla en la carta a los Hebreos, capítulo 13, versículo 6, donde leemos: “. . . de
manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo
que me pueda hacer el hombre.” El escritor a los Hebreos estaba citando aquí las
palabras de David que aparecen en el Salmo 118, versículo 6. Ahora cuando
David primero expresó estas palabras, apartó su mente y su corazón de lo que era
visible y se concentró en lo que no se veía, es decir, en el mundo invisible, en el
mundo espiritual. Significa que pensó en el Dios vivo y verdadero. Reconoció el
vínculo espiritual que había entre él y su Señor. Y por eso pudo decir: “El Señor
es mi ayudador.” David sabía que el Señor podía librarle. Y Josué también confió
en Dios, sabiendo que el Señor le podía librar a él.
Israel debía entrar en la tierra que Dios les había dado. Tenían que tomar la tierra
del enemigo y luchar por la posesión de ese territorio. Dios tenía un programa para
Israel. De la misma manera, los creyentes reciben las posesiones, es decir, las
bendiciones espirituales, que llegan a ser nuestras cuando la victoria es de Él.
Ahora, Josué creyó a Dios. Dios le había estimulado y le había mandado entrar en
acción. La Palabra de Dios debía ser su autoridad. No debía apartarse de su boca.
Tenía que meditar en ella. Debía obrar en todo, conforme a lo que en ella estaba
TTB Página 2 de Programa No. 0324
3
Un poco más tarde cuando Israel entrara en la tierra, el maná que durante el viaje
por el desierto descendía del cielo, cesaría y comerían los productos de la tierra.
Ese fruto de la tierra sería lo que tomaran del enemigo, porque no habían tenido
ninguna oportunidad de cultivarlo.
sellar el tanque porque nunca jamás le será necesario repostar combustible. Sin
embargo, estimado oyente, hay muchos cristianos que creen que pueden disfrutar
de una sola experiencia y eso es todo. Si usted va a vivir en conformidad con el
Señor y a vivir para Él, necesita mantener una plenitud diaria del control del
Espíritu Santo de Dios. Ahora, siendo que usted alimenta tres veces al día al
cuerpo físico, no sería malo alimentar tres veces al día también la parte espiritual.
Todos necesitamos la plenitud, el control constante del Espíritu Santo, una
dependencia de Él y una confianza, una actitud de descansar en Él. Continuemos
ahora leyendo el versículo 12 de este capítulo 1 de Josué:
Vemos aquí que todas las tribus de Israel no pasaron el río Jordán. Dos tribus y
media nunca pasaron el río, y encontramos su defección muy temprano en la
historia. Moisés todavía vivía cuando ellos llegaron a la orilla oriental del río, y
usted recordará que hicieron una petición, la cual encontramos en Números
capítulo 32, versículos 1 al 5. Dice aquí: “Los hijos de Rubén y los hijos de Gad
tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de
Galaad, y les pareció el país un lugar apropiado para el ganado. Vinieron, pues,
los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar,
y a los príncipes de la congregación, diciendo:” Ahora, pasando al versículo 5: “.
. .si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos
hagas pasar el Jordán.” Ésta fue la petición específica de las dos tribus y media.
Pidieron tierra en el lado equivocado del Jordán, lo cual que no debían haber
hecho.
TTB Página 4 de Programa No. 0324
5
Quizá usted se pregunte, bueno y ¿qué había de malo en residir al lado oriental del
Jordán? ¿Era tan esencial cruzar el río? ¿No era el lado oriental del río una parte
de la tierra prometida? Tales preguntas estimado oyente, son pertinentes y
requieren que miremos el pasaje de la Escritura en que se encuentra el relato del
paso del Jordán, lo cual haremos dentro de poco.
Cuando Cristo murió, estimado oyente, Él murió por el pecado suyo, a fin de que
usted tuviera vida. Y cuando Él resucitó de los muertos, la vida de Él, fue la vida
TTB Página 5 de Programa No. 0324
6
suya. Ahora, usted está unido a un Dios vivo. Estimado oyente, ésa es una de las
grandes verdades de la Palabra de Dios.
Había pues, dos tribus y media entre los israelitas que no cruzaron el Jordán. El
cruce del río Jordán era simbólico de la muerte y resurrección de Cristo. Usted y
yo recibimos nuestras posesiones espirituales, mediante la muerte, sepultura y
resurrección de Jesucristo. El apóstol Pablo dijo en su carta a los Colosenses,
capítulo 3, versículo 1: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas
de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” Esto es lo que los
creyentes deben hacer hoy en día. Volviendo ahora al capítulo 1 del libro de Josué,
leamos los versículos 13 y 14, donde Josué continuó hablando a estas dos tribus y
media, y dijo:
El ejército de las dos tribus y media tenía que pasar el Jordán. Aunque las mujeres,
los niños, y los ganados se quedaran y no pasaran el río, el ejército tenía que pasar
el Jordán y entrar en el conflicto para ayudar a las otras tribus. Y en este pasaje
Dios estaba ilustrando una verdad importante para nosotros, acerca de las batallas
espirituales. Así como Israel tuvo que luchar protegido por los recursos de Dios,
los creyentes deben revestirse de toda la armadura de Dios. Aquella armadura es la
obra redentora de Cristo. Esa es la única manera por la cual los cristianos podrán
luchar, y vencer. Veamos ahora la respuesta de aquellas 2 tribus y media en los
versículos 16 al 18:
Deuteronomio 1:16-18.
En el libro de los Jueces veremos que las dos tribus y media se equivocaron al no
pasar el Jordán. Usted recordará que cuando el Señor Jesucristo pasó el mar de
Galilea y llegó al país de los gadarenos, encontró a los judíos ocupándose en el
negocio de cerdos. Comenzaron cometiendo un error que afectaría su desarrollo
futuro. Hay muchos cristianos que, por haber cometido un error van arrastrando su
frustración por mucho tiempo. Pero tienen la ocasión de rectificar y disfrutar del
descanso espiritual que Dios nos ha provisto en la muerte y resurrección de Cristo.
Y así amigo oyente, concluimos nuestro estudio de este primer capítulo del libro de
Josué. Llegamos ahora a
DEUTERONOMIO 2:1-7
En ese capítulo vemos que Rahab recibió y escondió a los dos espías enviados
desde Sitim. El pacto entre los espías y Rahab, y el regreso e informe de los
espías. Este capítulo nos presenta a una mujer de carácter y moralidad dudosos.
Era prostituta y su nombre era Rahab. Un hecho sorprendente fue que se la
menciona en la carta a los Hebreos capítulo 11, como heroína de la fe. Hebreos
Comencemos pues este capítulo, que nos presenta a una mujer notable que
encontramos aquí en este capítulo 2 del libro de Josué. Leamos el versículo 1 de
este capítulo 2:
Treinta y ocho años antes, Josué mismo había entrado en la tierra de Canaán como
espía. Su misión fue ver si era posible que los hijos de Israel tomaran la tierra.
Ahora, la misión de los espías esta vez era diferente. Debían elegir la mejor
manera para que Israel entrara en esa tierra. No se nos dice cómo se encontraron
los espías con Rahab, sino que ella les abrió la puerta de su casa. Continuemos
ahora leyendo los versículos 2 al 7 de este capítulo 2 de Josué:
Ahora esta mujer Rahab tenía fe, pero mintió. Mintió a las autoridades,
diciéndoles que los espías habían salido, cuando en realidad estaban escondidos en
su terrado. Pero ella lo hizo para proteger a estos hombres. Y la Biblia cuenta las
cosas tal como sucedieron. Pero eso no quiere decir que sea el proceso o el
procedimiento aprobado por Dios. En efecto, Dios condena la mentira. Ahora,
recuerde usted que en el negocio en que estaba Rahab, todo pasaba, todo se
aceptaba. Sin embargo, ella arriesgó su vida para salvar a los espías. La luz de la
verdad empezó a penetrar en sus tinieblas paganas, y a partir de aquel día,
aprendería a contestar sin sacrificar la verdad.
Se podría decir que ella fue desleal a su rey y al gobierno. Sin embargo, una nueva
lealtad hacia un nuevo rey se formaba gradualmente en su corazón. Ahora, ¿porque
arriesgó su vida de esta manera? No tenía por qué haberlo hecho, pues estaba
trabajando en una profesión en la cual todo valía. Es verdad que el apóstol Pablo
en su carta a los Romanos capítulo 13, nos dijo que debemos someternos a las
autoridades superiores y que debemos respetar a los que nos gobiernan. Pero,
cuando las leyes de un estado entran en conflicto con la voluntad manifiesta de
Dios, no hay otra opción, sino obedecer el mandato de Dios. El creyente debe
obedecer a la Palabra de Dios antes que a la palabra de un ser humano. Ésta
debiera ser nuestra actitud como hijos de Dios. Ésta fue la experiencia de los
apóstoles San Pedro y San Juan cuando las autoridades intentaron silenciar su
testimonio público de Cristo. Según el relato de Los Hechos 4, 19 y 20, ellos
dijeron a quienes les había detenido: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a
vosotros antes que a Dios. Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y
oído. Es que hay un mensaje que no puede ser silenciado por ningún ser humano,
ni detenido por ningún poder terrenal. ¿Y qué fue lo que aquellos valientes
apóstoles habían visto y oído? Pues, nada menos que la vida y obra de Jesucristo.
Por eso pudieron decir en aquellos lejanos tiempos, lo mismo que nosotros
repetimos hoy al finalizar nuestro programa. Sus palabras, y las nuestras son las
siguientes: En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos.