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1- Emociones como patrones de respuesta

El término EMOCIÓN se refiere a comportamientos y reacciones fisiológicos y


emocionales. Los patrones de respuesta emocional están formados por los
comportamientos que responden a situaciones específicas y las respuestas
fisiológicas (tanto neuronales como hormonales) que apoyan estos
comportamientos.
La amígdala regula las respuestas conductuales, vegetativas y hormonales a
muchas situaciones, incluidas aquellas que provocan miedo, ira o indignación.
Además, se ha relacionado con los efectos de los olores y las feromonas en el
comportamiento sexual materno.
Recibe información del sistema olfativo, la corteza asociativa del lóbulo
temporal, la corteza prefrontal y el resto del sistema límbico. Sus actividades se
dirigen a la corteza prefrontal, el hipotálamo, la formación del hipocampo y los
núcleos del tronco encefálico, que controlan las funciones neuronales y algunos
comportamientos específicos de cada especie.
El daño a ciertas áreas del cerebro que reciben estas referencias bloquea ciertos
componentes de los patrones de respuesta emocional.
Las grabaciones eléctricas de neuronas individuales en la amígdala indican que
algunas responden cuando el animal percibe estímulos específicos de
importancia emocional.
La estimulación de la amígdala produce respuestas emocionales, mientras que
su destrucción la altera. Los estudios de personas con daño en la amígdala, así
como los estudios de PET y MRI, indican que la amígdala también está
involucrada en nuestras respuestas emocionales humanas.
El comportamiento agresivo es específico de la especie y en la mayoría de los
casos realiza funciones útiles. Además, los animales pueden mostrar
comportamientos amenazantes o sumisos que pueden evitar el combate real. La
materia gris peri ductal (SGP) parece estar involucrada en comportamientos
defensivos y depredadores. Estos mecanismos están regulados por el hipotálamo
y la amígdala.
La actividad de las neuronas serotoninérgicas parece inhibir los
comportamientos de riesgo, incluido el comportamiento agresivo. La
destrucción de los axones serotoninérgicos en el prosencéfalo aumenta la
agresión y la ingesta de fármacos que facilitan la transmisión serotoninérgica la
reduce.
El alcohol aumenta la agresión en algunas personas y la investigación en
animales de laboratorio sugiere que los efectos de este fármaco pueden
contrarrestarse con los efectos de la serotonina.
La corteza prefrontal (incluida la corteza prefrontal) juega un papel importante
en las respuestas emocionales. Esta respuesta se comunica con otras regiones de
los lóbulos frontales, polos temporales, amígdala y otras partes del sistema
límbico.
Las personas con lesiones frontales muestran un comportamiento agresivo y a
menudo expresan arrebatos de ira inapropiados. Estas personas pueden
comprender situaciones complejas, pero a menudo no pueden responder
adecuadamente cuando estas situaciones les afectan. Su falta de respuesta
emocional en una situación que tiene graves consecuencias les lleva a menudo a
tomar malas decisiones. La evidencia sugiere que la corteza prefrontal está
involucrada en los juicios morales.
La corteza prefrontal juega un papel importante en la regulación de la expresión
emocional, incluida la ira y la agresión. La ira activa esta área, que puede
reflejar la capacidad de controlar el comportamiento reprimido. Los
delincuentes violentos suelen tener bajos niveles de actividad en esta área y,
entre las personas con trastorno de personalidad antisocial, el volumen de
materia gris en esta área es más bajo de lo normal.
La liberación de serotonina en la corteza prefrontal activa esta área, y algunos
investigadores creen que las personas con sistemas serotoninérgicos son
responsables de la capacidad de la serotonina para inhibir comportamientos
agresivos y peligrosos.
Dado que muchos comportamientos agresivos están relacionados con la
reproducción, las hormonas, especialmente las hormonas esteroides sexuales, se
ven afectadas. Los andrógenos influyen principalmente en el ataque; No son
necesarios para el comportamiento defensivo observado en hombres y mujeres.
En los hombres, los andrógenos tienen el mismo efecto sobre la regulación y
liberación de ataques que sobre el comportamiento sexual masculino. Los
efectos de los andrógenos sobre la agresión masculina y femenina parecen estar
mediados por la región presináptica medial.
La agresión materna es un comportamiento sorprendente y altamente efectivo.
Comienza durante el embarazo, aparentemente debido a la producción de la
hormona progesterona. Durante el trabajo de parto, la agresión materna es
estimulada por los reflejos táctiles de la succión del pezón. El aroma de la
juventud también es esencial. Los andrógenos prenatales tienen un efecto
regulador sobre la agresión materna.
Los andrógenos parecen promover un comportamiento agresivo en los
humanos, pero este aspecto es más difícil de estudiar en nuestra especie que en
los animales de laboratorio. Se han observado diferencias en los niveles de
testosterona entre los delincuentes con antecedentes de violencia. La
investigación muestra que el efecto principal de los andrógenos puede ser un
mayor impulso para lograr el dominio y un aumento de la agresión puede ser
una consecuencia de este efecto. Sin embargo, no podemos estar seguros de si
los niveles elevados de andrógenos mejoran la dominancia o si la dominancia
aumenta los niveles de andrógenos.
Los estudios en monos muestran que la testosterona y el alcohol tienen efectos
sinérgicos, especialmente en animales dominantes. Estos efectos pueden estar
relacionados con el hecho de que algunos hombres con antecedentes de
comportamiento violento se vuelven más agresivos al beber.

2- Control nervioso de los patrones


Históricamente ha habido una pugna entre dos posiciones en relación al control
motor. Por un lado, están quienes afirman que los sistemas nerviosos actúan de
forma reactiva; así, los más complejos movimientos están conformados por el
montaje organizado de arcos reflejos y solo podrían presentarse por la presencia
de estímulos sensoriales adecuados. Por otro lado, están quienes proponen que
los comportamientos no son reactivos al medio; estos comportamientos
(innatos) corresponderían a las pautas motoras fijas o patrones innatos de
comportamiento. La comprensión de los mecanismos celulares y subcelulares
subyacentes al control motor, ha permitido entender las ventajas y limitaciones
de la adopción de cada una de estas explicaciones.

3- Expresión y reconocimiento de emociones.: respuestas


innatas. Base nerviosa de la comunicación de emociones
Darwin sugirió que las expresiones humanas de emoción han evolucionado a
partir de expresiones similares en otros animales. Según él, las expresiones
emocionales son respuestas innatas, no aprendidas, compuestas por un complejo
conjunto de movimientos, principalmente de los músculos faciales.
Darwin planteó que si las personas de todo el mundo, aunque estén muy
aisladas, muestran las mismas expresiones faciales de las emociones, estas
expresiones han de ser heredadas, no aprendidas. Las investigaciones de Ekman
y colaboradores confirman la hipótesis de Darwin asumiendo que la expresión
facial de la emoción se sirve de un repertorio innato, típico de especie, de
movimientos de los músculos faciales. Por el contrario, diferentes culturas
emplean diferentes palabras para expresar determinados conceptos, por tanto, la
producción de esas palabras no implica respuestas innatas, sino que ha de
aprenderse.
Otras investigaciones han comparado las expresiones faciales de niños ciegos
con las de niños con visión normal. Su razonamiento era que, si las expresiones
de ambos grupos eran similares, entonces las expresiones son propias de nuestra
especie y no requieren aprendizaje por imitación.
Reconocemos los sentimientos de los demás la vista y el oído. Muchos estudios
han puesto de manifiesto que el hemisferio derecho juega un papel + importante
que el izquierdo en la interpretación de las emociones.
Encontraron que pacientes con una lesión en el hemisferio derecho tenían
dificultades para producir o describir imágenes mentales de expresiones faciales
de emociones; pero podían responder con facilidad cuestiones sobre imágenes sin
emoción.
La comprensión de la emoción a partir del significado de la palabra aumenta la
actividad de ambos lóbulos frontales, pero más del izquierdo que del derecho;
mientras que la comprensión de la emoción a partir del tono de voz provocaba un
aumento de la actividad solo en la corteza derecha. La comprensión de las
palabras y el reconocimiento del tono de voz son funciones independientes.

4- Sentimientos de emociones. La teoría de James-Lamge


La teoría postula que las situaciones generadoras de emociones provocan una
serie de respuestas fisiológicas apropiadas, como temblores, sudor y aumento de
la frecuencia cardíaca. También provocan conductas como cerrar los puños o
luchar.
El cerebro recibe retroalimentación sensitiva de los músculos y los órganos que
producen dichas respuestas, y es esta retroalimentación lo que constituye nuestra
vivencia de la emoción.
James sostiene que nuestras sensaciones o vivencias emocionales están basadas
en lo que vemos que estamos haciendo y en la retroalimentación sensitiva que
recibimos de la actividad de nuestros músculos y órganos internos. Por lo tanto,
las pautas de respuestas emocionales y las expresiones de las emociones originan
un tercer aspecto: los sentimientos o vivencias emocionales.
Un acontecimiento en el entorno desencadena respuestas comportamentales,
neurovegetativas y endocrinas. La retroalimentación de estas respuestas produce
sentimientos emocionales.
Retroalimentación de las emociones simuladas

James destacó la importancia de dos aspectos: las conductas emocionales y las


respuestas neurovegetativas. Un determinado grupo de músculos nos ayudan a
comunicar nuestro estado emocional a otras personas. Varios experimentos
sugieren que la retroalimentación que aporta la contracción de los músculos
faciales puede afectar al estado de ánimo de las personas e incluso alterar la
actividad de su sistema neurovegetativo.
Ekman y sus colaboradores pidieron a un grupo de sujetos que movieran
determinados músculos faciales para simular las expresiones emocionales. No
informaron a los sujetos sobre las emociones sino solo de los movimientos que
tenían que hacer.
Mientras que los sujetos hacían los movimientos, los investigadores registraban
varias respuestas fisiológicas controladas por el sistema neurovegetativo.
Las expresiones simuladas alteraban la actividad del sistema neurovegetativo y,
de hecho, las distintas expresiones faciales producían patrones de actividad hasta
cierto punto distintos.
Quizás la conexión es el resultado de la experiencia, en otras palabras: puede
ser que el que ocurran determinados movimientos faciales junto con cambios en
el sistema neurovegetativo ocasione un condicionamiento clásico, de tal manera
que la retroalimentación de los movimientos faciales llega a ser capaz de provocar
la respuesta neurovegetativa. O quizás la conexión es innata.
El valor adaptativo de las expresiones emocionales radica en que comunican
sentimientos e intenciones a los demás. Las investigaciones revisadas sobre el
papel de las neuronas especulares y de la corteza somato sensitiva sugieren que
una de las maneras en que comunicamos sentimientos es mediante la imitación
inconsciente.
La tendencia a imitar las expresiones de otras personas parecer ser innata. Field
y sus colaboradores hallaron que incluso los niños recién nacidos tendían a imitar
las expresiones que veían. Es obvio que el efecto se producía en un momento
demasiado temprano de la vida como para deberse a un aprendizaje.
6-Conducta agresiva
Etimológicamente, la palabra agresividad se deriva del latín aggredior, que
significa “ir o cometer contra otro”. La agresividad implica provocación o
ataque. Berkowitz (1996) la define como “faltar al respeto, ofender o provocar a
los demás”, es decir, el comportamiento que se realiza sobre la víctima. En la
actualidad, se la define desde la perspectiva del agresor y de la víctima y se la
ubica en una temporalidad y en un contexto donde se dan las relaciones y las
interacciones humanas.
Socialmente, el comportamiento agresivo ha sido inherente al ser humano
desde los inicios de su existencia. En lo individual, suele manifestarse desde los
primeros años de vida, pero su frecuencia se va reduciendo a través de los años.
Sin embargo, hay personas que continúan siendo agresivas en edades adultas,
encontrándose por eso comportamientos agresivos en los diferentes contextos
sociales, como el de la familia o en ámbitos educativos y laborales

7-Naturaleza y funciones de la conducta agresiva


La agresividad tiene su origen en multitud de factores, tanto internos como
externos, tanto individuales como familiares y sociales (económicos y políticos,
en este último caso). La adicción a sustancias (las popularmente denominadas
"drogas") y los cambios emocionales del individuo, tanto a un nivel considerado
no patológico por los especialistas en salud mental como a un nivel considerado
patológico (neurosis, depresión, trastorno maníaco-depresivo o trastorno
bipolar) pueden generar también comportamientos agresivos y violentos. La
agresividad puede presentarse en niveles tan graves que puede generar
comportamientos delictivos. La agresividad patológica puede ser
autodestructiva, no resuelve problemas, no es realista y es consecuencia de
problemas emocionales no resueltos y también de problemas sociales diversos.
La agresividad es, como la ansiedad, un comportamiento o conducta que, a
cierto nivel, se considera normal, funcional y necesaria para la supervivencia y
la vida cotidiana pero que, a ciertos otros niveles, se considera anormal,
disfuncional y generadora de muchos otros problemas de salud. La agresividad
puede llegar a ser devastadora contra los que nos rodean o contra nosotros
mismos. Cuando no somos capaces de resolver un problema, nos desesperamos
y, para salir de la desesperación, generamos una rabia terrible, que, si no es
canalizada, puede ser destructiva.
Aparte de causar daño físico a las víctimas, puede servir para coaccionar e
influir en la conducta de otras personas, para demostrar el poder que se tiene
entre los subordinados y para conseguir una reputación e imagen de líder. Una
de las formas de manejar nuestra ansiedad es por medio del poder, y la
agresividad genera miedo en los demás. Por tanto, el miedo ajeno genera en el
agresor una sensación de poder.
Las personas que suelen ser muy agresivas necesitan ayuda por parte de
profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales,
neurólogos, incluso etólogos). Entre otras muchas consideraciones, las
frustraciones generan agresividad porque no es posible conseguir aquello que se
desea. La agresividad se puede dirigir hacia lo que genera la frustración, ya sea
mediante agresión física o verbal o indirecta, desplazando la agresión hacia una
tercera persona o hacia un objeto.
Una persona agresiva intenta imponer su punto de vista, definición del
problema, sus derechos o la satisfacción de sus necesidades, empleando
estrategias que generan miedo, culpa o vergüenza. Esto lo hace mediante
violencia física o violencia verbal. Es una estrategia muy efectiva, pero si es
demasiado explícita puede verse seriamente castigada por la sociedad.

8- Control nervioso de la conducta agresiva


Hipotálamo y sustancia gris periacueductal

Diversos estudios de lesión y estimulación realizados en la primera mitad del siglo


XX en gatos mostraron que existía una región en el hipotálamo posterior que al ser
destruida y separada de sus conexiones con centros situados en el tronco del
encéfalo o la médula espinal hacia desaparecer un comportamiento agresivo de
rabia (sham rage o falsa rabia) que no parecía estar asociado con la ira real y que
no siempre iba dirigido hacia el estímulo que la había desencadenado, y al ser
estimulada dicha región provocaba la aparición de dicho comportamiento (Finger,
1994, Siegel, 2005).
Los estudios sobre las bases neurobiológicas de la agresión en el gato han
conducido a la descripción de un “ataque afectivo”, caracterizado por respuestas
emocionales típicas del sistema nervioso simpático, y un “ataque predador”, sin
aquellas. (McEllistrem, 2004, Siegel, 2005). Este tipo de conductas se pueden
considerar análogas a la agresión afectiva y la agresión instrumental en humanos.
El “ataque afectivo” puede ser controlado desde una gran extensión del hipotálamo
medial, extendiéndose hacia el tronco del encéfalo donde se encuentran centros
nerviosos que controlan la expresión del ataque como es bufar y gruñir
(McEllistrem, 2004). Además del hipotálamo medial también están implicados la
amígdala medial, de la que recibe información excitadora, y la sustancia gris
periacueductal dorsal del tronco del encéfalo, a la que envía información
excitadora. Desde esta última hay conexiones excitadoras con el locus coeruleus y
el núcleo solitario que median las respuestas autónomas durante el “ataque
afectivo”; también hay conexiones excitadoras con los centros de los nervios
trigémino y facial para el control de la apertura de la boca y las vocalizaciones; por
último, hay conexiones excitadoras indirectas con la médula espinal cervical para
el movimiento de golpeo con la pata anterior (Haller, 2014, Siegel, 2005).
El “ataque predador” es controlado desde el hipotálamo lateral y desde regiones
del tronco del encéfalo, como es la sustancia gris periacueductal ventrolateral
(obsérvese que esta región es distinta de la implicada en el “ataque afectivo”), entre
otras. Además, el hipotálamo lateral recibe información excitadora desde la
amígdala central y lateral e inhibidora desde la amígdala medial; la conexión entre
el hipotálamo lateral y la sustancia gris periacueductal ventrolateral es también
excitadora. Desde diversas regiones del tronco del encéfalo se controlan los
movimientos de acecho y golpeo, así como de mordedura (Haller, 2014, Siegel,
2005).
Ambos circuitos se inhiben entre sí, es decir mientras el gato está realizando un
“ataque predador”, que debe ser silencioso para no alertar a la presa, no puede
mostrar “ataque afectivo” con manifestaciones como arquearse, piloerección o
bufidos que le harían fácilmente detectable por la presa.
¿Qué hay de la influencia de la corteza prefrontal sobre las estructuras límbicas
(amígdala e hipotálamo), indicada por otros autores, en los circuitos del
comportamiento agresivo en el gato? Esa influencia existe en el gato a través de
una conexión multi sináptica a través del tálamo (Haller, 2014).
En relación con las estructuras cerebrales implicadas en el control de la conducta
agresiva en el ser humano, los estudios se han basado en el comportamiento de
seres humanos con daños cerebrales debido a enfermedades (tumores, quistes,
rabia), heridas o enfermedades mentales. Por ejemplo, un estudio de Sano,
Mayanagi, Sekino, Ogashiwa y Ishijima (1970) en el que se lesionó el llamado
hipotálamo posteromedial tuvo éxito en reducir o abolir la agresividad en pacientes
violentos. Otros estudios replicaron este hallazgo (Haller, 2014).
Un ejemplo interesante de control hipotalámico de la agresión es el hamartoma
hipotalámico (con el nombre de hamartoma se conoce a un grupo de neuronas, glía
o manojos de fibras nerviosas que perdieron su camino en el momento de la
migración celular embrionaria, ubicándose en estructuras donde normalmente no
deberían estar). Un subgrupo de pacientes que desarrollan esta malformación
muestra un incremento de la agresión y cuando se retira el hamartoma se abole la
agresividad (Ng et al., 2011). Los hallazgos observados con esta malformación
muestran que las funciones hipotalámicas están estrechamente ligadas con la
agresión en humanos.
Haller (2014) afirma que los mecanismos descritos para el gato en el hipotálamo,
sustancia gris periacueductal y otros centros como la amígdala también pueden
funcionar de forma similar en humanos con el añadido de la corteza prefrontal
como sustrato de los factores psicológicos.
Las estructuras límbicas (amígdala, formación hipocampal, área septal, corteza
prefrontal y circunvolución del cíngulo) modulan fuertemente la agresión a través
de sus conexiones con el hipotálamo medial y el lateral (Haller, 2014).

9- Control hormonal de la conducta agresiva


Muchos tipos de conducta agresiva están relacionados con la reproducción. Los
machos de algunas especies establecen territorios que atraen a las hembras
durante la estación de apareamiento y defienden estos territorios contra la
intrusión de otros machos. Las hembras compiten a menudo con otras hembras
por el espacio para construir el nido o la madriguera donde criar a sus crías, y
defienden sus bebés contra la invasión de otros animales.
La mayoría de las conductas reproductoras están controladas por los efectos
organizadores y activadores de las hormonas.
❖Efecto organizador de las hormonas → es el efecto por el cual las hormonas
modifican estructuras o circuitos cerebrales. Sus efectos son permanentes. Se
incluye la formación de:
◆Las gónadas
◆Los órganos sexuales internos
◆Los órganos sexuales externos
❖Efecto activador de las hormonas → son necesarias para realizar conductas de
especie, pero por si solas no son suficientes para ello. Necesitan que
anteriormente haya habido un efecto organizador para poder hacer su función.
Pueden ser parcialmente reversibles (si desaparecen las hormonas, puede que la
conducta no se realice, pero si las hormonas reaparecen, la conducta se vuelve a
realizar).
Ej. La aparición de algunos caracteres sexuales secundarios masculinos y
femeninos pueden modificarse de forma parcial por las hormonas.
Agresión entre machos
Los adultos machos de muchas especies luchan por el territorio o por conseguir
a las hembras. La agresión entre machos empieza en el inicio de la pubertad, lo
que sugiere que esta conducta está controlada por circuitos neurales estimulados
por andrógenos.
La androgenización temprana tiene un efecto organizador y modifica el cerebro
en vías de desarrollo de circuitos neurales que controlan la conducta sexual
masculina. Estos circuitos sensibles a la testosterona facilitan la agresión entre
machos. Cuanto más temprana sean la androgenización, más eficaz será la
sensibilización de estos sobre la conducta. Los andrógenos estimulan la
conducta sexual masculina interactuando con los receptores de los andrógenos
en neuronas localizadas en el área preóptica medial (APM).
Los machos atacan fácilmente a otros machos, pero no suelen atacar a las
hembras. Esto se debe a la detección de feromonas específicas (los machos si
huelen a feromonas de macho pueden atacarlos, pero si huelen a feromonas de
hembra no les atacan).
Agresión entre hembras
La agresión entre hembras también parece facilitada por la testosterona.

10-El estrés y la salud


El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de
cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o
nervioso.
El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños
episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro
o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede
dañar su salud.
Consideraciones
El estrés es un sentimiento normal. Hay dos tipos principales de estrés:
• Estrés agudo. Este es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente.
Puede sentirlo cuando presiona los frenos, pelea con su pareja o esquía en
una pendiente. Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas.
También ocurre cuando hace algo nuevo o emocionante. Todas las
personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
• Estrés crónico. Este es el estrés que dura por un período de tiempo
prolongado. Usted puede tener estrés crónico si tiene problemas de
dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de
estrés que continúa por semanas o meses es estrés crónico. Puede
acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se de cuenta que es un
problema. Si no encuentra maneras de controlar el estrés, este podría
causar problemas de salud.
EL ESTRÉS Y SU CUERPO
Su cuerpo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen
que su cerebro esté más alerta, causar que sus músculos se tensionen y aumentar
su pulso. A corto plazo, estas reacciones son buenas porque pueden ayudarle a
manejar la situación que causa el estrés. Esta es la manera en que su cuerpo se
protege a sí mismo.
Cuando tiene estrés crónico, su cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay
peligro. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud,
incluyendo:
• Presión arterial alta
• Insuficiencia cardíaca
• Diabetes
• Obesidad
• Depresión o ansiedad
• Problemas de la piel, como acné o eczema
• Problemas menstruales
Si usted ya tiene una condición de salud, el estrés crónico puede hacer que sea
peor.
SIGNOS DE DEMASIADO ESTRÉS
El estrés puede causar muchos tipos de síntomas físicos y emocionales. Algunas
veces posiblemente no se dará cuenta de que estos síntomas son ocasionados
por el estrés. Aquí hay algunos signos de que el estrés le puede estar afectando:
• Diarrea o estreñimiento
• Mala memoria
• Dolores y achaques frecuentes
• Dolores de cabeza
• Falta de energía o concentración
• Problemas sexuales
• Cuello o mandíbula rígidos
• Cansancio
• Problemas para dormir o dormir demasiado
• Malestar de estómago
• Uso de alcohol o drogas para relajarse
• Pérdida o aumento de peso
Causas
Las causas del estrés son diferentes para cada persona. Usted puede tener estrés
a causa de buenos desafíos y también a causa de los malos. Algunas fuentes
comunes de estrés incluyen:
• Casarse o divorciarse
• Empezar un nuevo empleo
• La muerte de un cónyuge o un familiar cercano
• Despido
• Jubilación
• Tener un bebé
• Problemas de dinero
• Mudanza
• Tener una enfermedad grave
• Problemas en el trabajo
• Problemas en casa

11- Fisiología de la respuesta al estrés


La respuesta fisiológica es la reacción que se produce en el organismo ante los
estímulos estresores. Ante una situación de estrés, el organismo tiene una serie
de reacciones fisiológicas que suponen la activación del eje hipofisosuprarrenal
y del sistema nervioso vegetativo.
El eje hipofisosuprarrenal (HSP) está compuesto por el hipotálamo, que es una
estructura nerviosa situada en la base del cerebro que actúa de enlace entre el
sistema endocrino y el sistema nervioso, la hipófisis, una glándula situada
asimismo en la base del cerebro, y las glándulas suprarrenales, que se
encuentran sobre el polo superior de cada uno de los riñones y que están
compuestas por la corteza y la médula.
El sistema nervioso vegetativo (SNV) es el conjunto de estructuras nerviosas
que se encarga de regular el funcionamiento de los órganos internos y controla
algunas de sus funciones de manera involuntaria e inconsciente.
Ambos sistemas producen la liberación de hormonas, sustancias elaboradas en
las glándulas que, transportadas a través de la sangre, excitan, inhiben o regulan
la actividad de los órganos

12-La respuesta de afrontamiento


Centrándonos brevemente en el afrontamiento, cabe señalar que podemos
definirlo como cualquier actividad puesta en marcha por el individuo tanto de
tipo cognitivo (pensamientos, auto instrucciones, etc.) como de tipo conductual
con el objetivo de obtener una mejora de la situación generadora de estrés (Cano,
2011).
En base a la interpretación de la situación y de los estresores presentes en la
misma, el individuo debe decidir que método de afrontamiento va elegir. Por
ejemplo, si una persona se enfrenta a una situación que escapa de su control y
sobre la que no puede si no esperar (por ejemplo, recibir el resultado de unos
análisis médicos), una respuesta de afrontamiento efectiva podría estar centrada
a reducir la emoción, mediante técnicas de relajación, la búsqueda del apoyo
social o la práctica de deporte. No obstante, cuando la situación es modificable
por el sujeto, como en el caso del estrés generado al frente de un nuevo puesto de
trabajo, una respuesta positiva podría estar relacionada con el afrontamiento
dirigido a cambiar la situación generadora de estrés, como, por ejemplo, tratando
de adquirir las habilidades necesarias para dicho puesto mediante la práctica o la
asimilación de conocimientos.
No obstante, es importante señalar que las buenas estrategias de afrontamiento no
hacen en ningún caso que una persona pueda vivir sin estrés alguno. El estrés es
parte de la vida y no se puede evitar totalmente. Además, es importante señalar
que, en algunas ocasiones, es la inadecuada valoración de los recursos de
afrontamiento del propio individuo son las que dificultan la positiva utilización
de las mismas, más que la carencia de estrategias de afrontamiento por sí mismas.
Es, por tanto, el resultado del análisis subjetivo del individuo, unido junto con la
elección y consecución de las estrategias de afrontamiento, lo que
verdaderamente influirá en el resultado final del estresor y sus consecuencias en
la vida de la persona.
13- Estrés y enfermedades cardiovasculares
El estrés y su corazón
El estrés es la manera como su mente y su cuerpo reaccionan ante una amenaza
o un desafío. Las situaciones simples, como un niño llorando, pueden causar
estrés. Usted también siente estrés cuando está en peligro, como durante un
accidente automovilístico o un robo. Incluso las experiencias positivas, como
casarse, pueden ser estresantes.
El estrés es una realidad de la vida, pero cuando se va acumulando, puede
afectar su salud física y mental. Demasiado estrés también puede ser malo para
su corazón.
Su cuerpo y el estrés
Su cuerpo responde al estrés en muchos niveles. En primer lugar, libera las
hormonas del estrés que lo hacen respirar más rápido. Su presión arterial sube.
Sus músculos se tensan y su mente corre a gran velocidad. Todo esto lo pone en
acción para enfrentar una amenaza inmediata.
El problema es que su cuerpo reacciona de la misma manera a todos los tipos de
estrés, incluso cuando usted no está en peligro. Con el tiempo, estas reacciones
relacionadas con el estrés pueden causar problemas de salud.
Los síntomas comunes del estrés abarcan:
• Malestar estomacal
• Incapacidad para concentrarse
• Problemas para dormir
• Dolores de cabeza
• Ansiedad
• Cambios del estado anímico
El estrés y las enfermedades del corazón
Cuando usted está estresado, también es más propenso a hacer cosas que son
malas para el corazón, tales como fumar, beber demasiado o comer alimentos
ricos en grasa, azúcar y sal.
Incluso por sí solo, el estrés constante puede tensionar su corazón de varias
maneras.
• El estrés aumenta la presión arterial.
• El estrés aumenta la inflamación en su cuerpo.
• El estrés puede aumentar el colesterol y los triglicéridos en la sangre.
• El estrés extremo puede hacer que su corazón palpite fuera de ritmo.
Tipos de estrés dañinos para su corazón
Algunas fuentes de estrés lo atacan rápido. Otras están con usted todos los días.
Usted se puede proteger de cierto estrés. Pero otros factores estresantes están
más allá de su control. Todos estos factores tienen un impacto en la forma como
se siente estresado y por cuánto tiempo.
Los siguientes tipos de estrés son los peores para su corazón.
• El estrés crónico. El estrés diario de un mal jefe o las tristezas por una
relación pueden ejercer presión constante sobre su corazón.
• La impotencia. El estrés prolongado (crónico) es incluso más perjudicial
cuando usted se siente incapaz de hacer algo al respecto.
• La soledad. El estrés puede ser más perjudicial si usted no tiene un
sistema de apoyo que le ayude a hacerle frente.
• La ira. Las personas que estallan en cólera tienen un mayor riesgo de
ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
• El estrés agudo. En casos poco frecuentes, las noticias muy malas
pueden provocar síntomas de ataque al corazón. Esto se denomina
síndrome del corazón roto. Esto no es lo mismo que un ataque al corazón
y la mayoría de las personas se recupera completamente.

14- Psiconeuroinmunología
La psiconeuroinmunología (PNI) estudia la interacción entre los procesos
psíquicos, el Sistema Nervioso (SN), el Sistema Inmune (SI) y el Sistema
Endocrino (SE) del cuerpo humano. Trabaja desde una perspectiva
interdisciplinar que aglutina diversas especialidades: psicología, psiquiatría,
medicina del comportamiento, neurociencia, fisiología, farmacología, biología
molecular, enfermedades infecciosas, endocrinología, inmunología, y
reumatología.
La Psiconeuroinmunología pone de manifiesto la influencia de factores
psicosociales sobre la respuesta inmunológica (Adler, Felten, y Cohen, 1991).
El psiquiatra George F. Solomon, la define como:
La psiconeuroinmunología es un campo científico interdisciplinar que se dedica al estudio e
investigación de los mecanismos de interacción y comunicación entre el cerebro
(mente/conducta) y los sistemas responsables del mantenimiento homeostático del
organismo, los sistemas: nervioso (central y autónomo), inmunológico y neuroendocrino, así
como sus implicaciones clínicas.
George F. Solomon
La PNI investiga, sobre todo, el funcionamiento fisiológico del sistema neuro
inmune, los trastornos del sistema neuro inmune y las características físicas,
químicas y fisiológicas, principalmente, de los componentes detectables en
sangre periférica del sistema neuro inmune en laboratorio (in vitro), en el
organismo vivo (in vivo) o en el lugar donde se desarrolla la investigación (in
situ).

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