Está en la página 1de 5

La reparación del daño:

Todo ser humano tiene derecho frente a la sociedad a ser respetado por él como persona, a no ser
perjudicado en su existencia (su vida, cuerpo o salud) y en un ámbito propio del mismo, y cada
individuo está obligado frente a cualquier otro de modo semejante. Los autores del Code civil
formados en la doctrina canonista trataron de vincular la “responsabilidad civil” a la
“responsabilidad moral”, lo que tuvo como consecuencia principal colocar a la “culpa” en el centro
del sistema de la responsabilidad civil; puesto que la moral, al tener como fundamento las nociones
del bien y del mal, no exige la reparación del daño causado si no cuando lo haya sido mediando la
culpa del responsable.

La reparación del daño es una pena pecuniaria que consiste en la obligación impuesta al
delincuente de restablecer el status y resarcir los perjuicios derivados de su delito.
constituye el objeto de una obligación nueva para el deudor. El resarcimiento cumple una
función indemnizatoria (resarcir al deudor) pues escapa de la función de la responsabilidad
civil que ésta no funciona a título de pena. Se pretende restaurar el patrimonio del
acreedor. El resarcimiento debe ser integral y ha de ser ajustado exactamente a la
magnitud del daño. La medida del resarcimiento debe ser proporcionada al perjuicio
ocasionado al acreedor. La suma del resarcimiento debe ser suficiente como para
compensar la medida del interés lesionado del acreedor. Por lo que la reparación no tiene
por objeto enriquecer al acreedor sino reparar el daño. Cabe aclarar que la medida del
resarcimiento no coincide necesariamente con el valor de la prestación incumplida: pues el
punto de comparación no es la prestación originaria sino el daño derivado del
incumplimiento. Y así por ejemplo, siendo la prestación originaria de un millón, el daño
podría alcanzar un millón y medio.

La reparación no puede ser fuente de enriquecimiento pues su fin es el resarcimiento del daño. Si
se permitiera que la víctima quedara en mejor situación que la derivada del hecho ilícito, la
atribución no tendría causa que la justifique

. La obligación de reparar el daño causado por el incumplimiento es una obligación de valor y no


una obligación de pagar una cantidad de dinero. El deudor debe un “valor” representado por una
cantidad de dinero en la fecha en que el deudor ha de recibir la reparación.

2.5. Prueba del daño El daño debe ser probado20 por todos los medios admisibles. Recordemos, sin
embargo, la distinción relativa al daño moral según la cual respecto de la persona humana se
presume el sufrimiento, a diferencia del ente incorporal21. Ello no es óbice para aportar medios
probatorios que tienden a ser más efectivos los criterios de estimación del daño moral. El
demandante tiene la carga de la prueba del daño. El Juez no puede acordar un resarcimiento que
esté más allá de lo demandado22. 2.6. Liquidación del daño El daño probado debe ser liquidado.
Liquidar es fijar el valor en una determinada cantidad de dinero. Se alude también a
“cuantificación”23 de la indemnización. La liquidación cuantifica monetariamente el valor del daño
resarcible, en cierta moneda y a cierta fecha24. La liquidación tiene el efecto de convertir la
consistencia de la obligación incumplida en pagar una suma de dinero. El resarcimiento puede
reducirse cuando el acreedor: a. Ha concurrido a causar el daño. b. Cuando la actuación del propio
deudor ha producido un beneficio al acreedor25 (dañó la plantación pero rellenó la tierra) se
reduce el monto del resarcimiento. La medida del resarcimiento será la diferencia entre la cuantía
del perjuicio y la cuantía del beneficio.
La obligación de reparar el daño generado por un hecho ilícito, dentro del cual, quedan incluidos los
hechos delictivos, nace del Artículo 1185 del Código Civil de Venezuela (1982), el cual establece lo
siguiente: "El que con intención, o por negligencia o por imprudencia, haya causado un daño a otro,
está obligado a repararlo.

De acuerdo con lo que dispone el artículo precedente, el que con intención, o por negligencia o por
imprudencia cause un daño, será responsable civilmente, obligándose a resarcir el daño provocado
a otro, mediante el pago de una indemnización de perjuicios, que por lo general, es equivalente a
un monetario

Asimismo, el artículo 1196 del Código Civil de Venezuela (1982), establece que: “la obligación de
reparación se extiende a todo daño material o moral causado por el acto ilícito”

Según lo consagrado en el artículo anterior, indistintamente de la magnitud del daño, el sujeto


quedará obligado a repararlo. Esto quiere decir que si el daño material o moral causados, afectan o
se extienden a familiares y/o terceros de la víctima, este deberá de igual manera indemnizarlos a
raíz de perjuicios ocasionados derivados del daño. Por otro lado, se da el siguiente supuesto:

Artículo 113 del Código Penal de Venezuela (2005). “Si una persona es responsable criminalmente
de algún delito o falta, lo es también civilmente”

Tomando en cuenta lo que consagra el artículo anterior, todo aquél que cometa un delito o falta,
evidentemente acarreará responsabilidad civil; y para poder proceder a iniciar el procedimiento
para la reparación del daño causado, derivado del delito, a pesar de que el daño es de naturaleza
civil, se lleva a cabo ante el Juez de la jurisdicción penal que dicto la decisión condenatoria. Para
que esta acción pueda proceder, debe existir sentencia condenatoria definitivamente firme y
ejecutoriada, que es la prueba fundamental.

Por otro lado, se hace indispensable para la investigación definir un término muy aludido: la
indemnización, que según en este mismo orden de ideas, está el resarcimiento, que Según Ossorio
(2014, P, 669) “es toda reparación o indemnización de daños, males y perjuicios”

Según el diccionario de la Real Academia Española (2005) Resarcimiento es sinónimo de:


“Compensación, reintegro, desquite, devolución o restitución”

Según Orsini (1994, P. 309) Resarcimiento se refiere a “la función de indemnizar”.

La reparación del daño causado que solo se exigirá cuando no haya lugar a la restitución de
la cosa, caso en el cual se repara la pérdida sufrida, pagándose el valor de ella a regulación
del tribunal, atendido el precio natural de la cosa, siempre que fuere posible, y el grado de
afección en que la tenga el agraviado. Art. 121 del código penal

Maduro y Pittier (2001, P. 88) definen como daños y perjuicios “toda disminución o pérdida
que experimente una persona en su patrimonio o acervo material o en su acervo moral”.

brebbia, citado por Jiménez (1997, P 97) sostiene que debe entenderse por daño resarcible,
“la violación de uno o varios de los elementos subjetivos que integran la personalidad
jurídica de un sujeto, producida por un hecho voluntario de otro, que engendra a favor de
la persona agraviada la facultad de obtener una reparación”.

En relación al concepto de daño Jiménez (1997, p 99) sostiene que debe entenderse por
daño resarcible, “la violación de uno o varios de los elementos subjetivos que integran la
personalidad jurídica de un sujeto, producida por un hecho voluntario de otro, que
engendra a favor de la persona agraviada la facultad de obtener una reparación”. Jiménez
(1997, P. 99) manifiesta que:

“El bien; es parte del hombre y factor de su vida en sociedad, sea que tenga contenido
tangible o intangible, material o espiritual. Es el derecho subjetivo inherente a cada
persona, reconocido y tutelado por una Ley positiva vigente. Toda persona desde el
momento que es engendrado posee bienes, es decir, cada persona tiene un patrimonio que
es consustancial con su propia existencia.

La pertenencia inexorable de la existencia humana o la traducción patrimonial de la


persona, es un bien de la vida, y estos bienes sufren daños, bien sea porque una
determinada actividad los altere, los destruya, afecte su esencia en términos que es difícil o
imposible cumplir con lo que es incito a su naturaleza, no existe recompensa sin requerir el
costo económico de la reparación”.

Para los investigadores, puede señalarse que todo hecho definido en plano teórico y
doctrinario es calificado de ilícito cuando transgrede un dispositivo normativo. La conducta
ilícita es aquella contraria al ordenamiento jurídico, y por ello se afirma que si un ilícito no
provoca daños al derecho, como un producto de la cultura, no tiene relevancia en el
mundo jurídico.

Tiempo relevante para la determinación de la medida del daño.

En el caso contractual no existe duda; donde si existe es con la


obligación extracontractual, donde la obligación y la prueba que constituye el daño
surge con la propia sentencia. Es decir, lo importante es determinar cuando surge el
derecho a la reparación. Pues, es con la sentencia cuando es posible determinar la
cuantía del daño y su correspondiente reparación.

También podría gustarte