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Identificación de la Sentencia.
Partes:
Demandado: José Baudilio Lesmes Salinas
Demandante: Ana Beatriz Bernal de Rubiano
Hechos Relevantes.
Muestra que, realmente, (el señor José Baudilio Lesmes Salinas, busca
que los dineros prestados a las hijas de [la demandante) se tengan como
pago dentro del comercio simulado de compraventa que realizó. Dado que
no cuentan con el soporte de la transferencia del dinero ni del acuerdo
realizado por las partes sobre los contratos verbales de mutuo.
José Baudilio Lesmes Salinas se opuso a las súplicas, afirmó que no hubo
intención de simular, que el predio «no se recibió como una garantía pues
lo cual celebraron ha sido una compraventa de bien inmueble y no una
hipoteca», el costo de la enajenación ha sido $160.000.000 y fueron
recibidos por la demandante, no celebró préstamos con las hijas de la
vendedora y, por un acto de generosidad, permitió que Ana Beatriz Bernal
de Rubiano siguiera viviendo en la propiedad.
Pretensiones.
Hechos probatorios.
A.B. B. es la madre biológica de Blanca Lilia y L.M. R. B., y tiene un
fuerte lazo afectivo con J. B.L. (folios 98 y 110 del cuaderno 4);
J. B.L., durante los años 2005 y 2007, entregó a Blanca Lilia y L.M.R.B.
significativas sumas de dinero (folios 3, 4 y 8 del cuaderno 5), de lo cual
dan cuenta las letras de cambio firmadas por éstas (folios 36 y 37 del
cuaderno 1);
J. B.L. no ha promovido ninguna acción para obtener la restitución de los
dineros prestados, a pesar de los años que han transcurrido sin percibir
ningún tipo de interés (folios 102 y 112 del cuaderno 4);
El valor mutuado ascendió a $140.000.000, sin considerar los frutos
civiles establecidos en los títulos valores, aunque las mutuarias aseveran
que no se pactaron (folios 100 y 112 ibidem);
A.B. B. conocía de los créditos obtenidos por sus hijas, aunque precisó
que «las letras ya están pasadas» (folio 253 idem);
Las descendientes de A.B.B. carecen de capacidad financiera para
solventar sus deudas, pues han tenido que soportar los gastos derivados de
la educación de sus hijos (folio 4 y 8 del cuaderno 5);
A.B. B., con ocasión del fallecimiento de su cónyuge, le fueron
adjudicados ocho (8) inmuebles ubicados en G. (hecho primero de la
demanda, folios 4 a 13 del cuaderno 1), de los cuales englobó los
identificados con matrículas n.° 079-20536, 079-20540 y 079-20541 el 22
de noviembre de 2005 (folios 14 a 16), asignándosele al nuevo predio la
matrícula n.° 079-35285 (folio 29);
La señora B., para el año 2006, tuvo problemas de salud que solventó con
préstamos de sus hermanas (folio 253);
El 19 de abril de 2006, A.B.B. vendió el predio englobado a J. B.L., por
valor de $28.008.000, acto en el que se manifestó que el precio se recibió
a entera satisfacción (folios 18 a 21 del cuaderno 1). Esta cifra es
equivalente a la sumatoria de los avalúos catastrales de los predios
englobados (folio 20);
Los gastos de escrituración y registro de la compraventa fueron
sufragados en su integridad por J.B.L., en tanto Ana Beatriz B. estimó que
no eran su responsabilidad porque el predio dejó de ser de su propiedad
(folio 86 del cuaderno 4);
A.B. B. conservó la detentación física del predio vendido, aunque
mediada por el consentimiento del adquirente, quien asintió en la
permanencia hasta su deceso (folio 86 del cuaderno 4), sin que al año
2013 se hubiera solicitado judicialmente su restitución;
La vendedora realizó mejoras sobre la casa habitación vendida, sin
solicitar autorización del comprador para el efecto (folios 4, 7 del
cuaderno 5, 92, 96, 101, 111, 167 y 168 del cuaderno 4);
La demandante se abstuvo de cancelar los tributos que gravaban el
dominio del predio enajenado, por considerar que no le pertenecía y que
esta responsabilidad debía asumirla el adquirente (folios 252 del cuaderno
3 y 86 del cuaderno 4);
Decisiones de instancia.
CASA Y DICTA SENTENCIA SUSTITUTIVA. Si bien es cierto, entre
las partes surgieron diferencias, pero inicialmente era garantizar el pago
de unos créditos efectuados a las hijas de la vendedora y la otra con la
intención de inspirar confianza mutua al benefactor de las hijas, con la
voluntad declarada más no un acuerdo simulatorio dado que con las
reservas mentales mutuas, este no se dio.
La sentencia de primera instancia. El a quo desestimó las pretensiones
(demandante suplicó la simulación absoluta de la compraventa contenida
en la escritura pública n.° 191 de 19 de abril de 2006) por considerar que,
si bien existen múltiples mentises en los argumentos de la demandante y
demandado, lo cierto es que las partes «concurrieron a celebrar el contrato
demandado, una con la intensión (sic) reservada de ‘garantizar’ el pago de
unos créditos efectuados a las hijas de la vendedora, y la otra con la
intención de inspirar confianza mutua al benefactor de las hijas de
aquélla… de donde emerge tan solo la discordancia en el acuerdo de
voluntades con la voluntad declarada, más no un acuerdo simulatorio,
dado que… con las reservas mentales mutuas, este no se dio, ya que
ambas reflejan, según se logra desentrañar, haber querido asegurar el
cumplimiento de unas obligaciones» (folio 199 del cuaderno 1).
Problema jurídico. ¿si la intención del señor Lemes era asegurar el dinero
prestado no la compraventa del lote, como se efectuó con la modificación de la
matricula inmobiliaria del englobe del lote fue cerrada sin justificación alguna no
recae la simulación del bien, por el acuerdo de voluntades verbal de las partes
que recae sobre el préstamo que el demandado realizó? No, porque se considera
una simulación absoluta y relievar de la importancia de los indicios
Consideraciones de la Corte.
Siendo necesario ‘que los indicios y las conjeturas tengan el suficiente mérito para
fundar en el Juez la firme convicción de que el negocio es ficticio; lo cual sólo
ocurrirá cuando las inferencias o deducciones sean graves, precisas y convergentes.
Vale decir, la prueba debe ser completa, segura, plena y convincente; de no, incluso
en caso de duda, debe estarse a la sinceridad que se presume en los negocios (In
dubio benigna interpretatio ad hibenda est ut magis negotium valeat quam pereat)’
(cas. civ. sentencia de 11 de junio de 1991) … (SC, 13 oct. 2011, rad. n.° 2007-
00100-01; reitera SC, 11 jun. 1991, G.J. CCVIII, p. 4224).
5.3. En el asunto bajo examen procede adelantar que, de las pruebas obrantes en el
expediente, no refulge que los intervinientes en la compraventa de 19 de abril de
2006 carecieran por completo de la voluntad de obligarse, como es propio de la
simulación absoluta, razón para denegar el pedimento simulatorio y resguardar el
negocio jurídico.
5.3.1. Para resolver debe relievarse que la demandante deprecó que «se declare
absolutamente simulado el negocio jurídico de compraventa» (negrilla fuera de
texto, folio 46 del cuaderno 1), y como consecuencia que «se ordene la cancelación
de la escritura pública» y «de la anotación No (sic) tres (03) de fecha de veintiocho
(28) de abril del año (2006) del folio de matrícula inmobiliaria» (folio 47).
En los casos en que concurran indicios y contra indicios en la acreditación del acto
aparente, sin que pueda darse prevalencia a un grupo sobre el otro, la determinación
judicial deberá orientarse a proteger el acto exteriorizado.
Así las cosas, frente a esta concurrencia de indicios y sus opuestos, que no puede ser
solucionada por la ambigüedad de las partes en sus diversas intervenciones, procede
aplicar el principio indicado y negar la petición de simulación absoluta.
Error de hecho
Por otra parte, precisó que la violación indirecta de la ley sustancial, según el
numeral 2° del artículo 336 del Código General del Proceso, se presenta cuando el
sentenciador incurre en un error de hecho manifiesto y trascendente en la
apreciación de la demanda, de su contestación o de una determinada prueba.
Así mismo, tratándose de la prueba indiciaria, indicó que el error de hecho puede
tener tres fuentes:
Comentario.