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Encabezado: Doctrinas Éticas Fundamentales 1

Ensayo Doctrinas Éticas Fundamentales

Andersson Farhley Orduz González

Universidad de investigación y Desarrollo –UDI–

Curso Virtual de Deontología Profesional

Programa de Psicología

Bucaramanga-Santander

2018
Ensayo doctrinas deontológicas en psicología 2

Doctrinas Éticas Fundamentales

Antes que nada, es de gran relevancia indicar que, para lograr un desarrollo profesional e

integral en psicología, se deben conocer y aplicar debidamente los lineamientos éticos y morales

desde la teoría a los casos, llevando así con idoneidad sus conocimientos a la práctica cotidiana.

Ahora bien, la cuestión seria la siguiente, ¿Se conocen realmente las doctrinas éticas

fundamentales que apoyaron y definieron ética y la moral?, esta pregunta puede responderse

afirmativamente si se desea, aun así, es claro que se debe proceder acorde a una correcta

introyección de la reflexión y la normativa de manera consciente y holística. No obstante, para

respaldar dicha afirmación, en este escrito se mencionará de forma sucinta las distintas doctrinas

éticas fundamentales que llevan a reforzar el criterio de ética y moral profesional.

De acuerdo con lo anterior, Alfaro (2012) afirma: “Las doctrinas éticas nacen y se van

desarrollando en distintas sociedades y épocas como resultado de los problemas cotidianos

trazados por las relaciones humanas, primordialmente por su comportamiento moral” (p. 10),

desde luego la ética a lo largo de la historia ha mostrado su evolución y definición.

Posteriormente, en la época de los griegos se describen distintas cuestiones en sus vidas y

pensamiento y dentro de ello una preocupación por lo relacionado con la moralidad. Por tanto, las

primeras bases reconocidas sobre moral se dieron a partir de las enseñanzas y reflexiones de los

mejor llamados sofistas, así como de personajes como Sócrates, Platón y Aristóteles quienes de

manera consecutiva fueron trasmitiendo sus grandes conocimientos.

Por otra parte, la época medial, la cual se caracterizó por el manejo excesivo de parte de la

iglesia cristiana en los temas de política, economía y religión. Alfaro (2012) plantea: “La moral

concreta, efectiva y la ética, como doctrina moral, se encontraban impregnadas de un contenido

religioso que encontramos en la mayoría de las manifestaciones de la vida medieval” (p. 14).

Igualmente, para estos años y las siguientes décadas se identifica también la ética religiosa como
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esas verdades o conocimientos que deben tener las personas en relación con su creador. Esta

doctrina deja como enseñanza las llamadas virtudes cardinales, que son la prudencia la fortaleza,

la templanza y la justicia, además de introducir otras como la fe, la esperanza y la caridad. De lo

anterior se puede indicar que el cristianismo a pesar de sus equivocaciones planteaba una vida

más feliz para las personas que se acogían a la creencia. En consecuencia, la ética cristiana

filosófica se convierte en filosofía partiendo de la fe y el dogma con el que se regía para tratar

temas que se fueron apareciendo durante su periodo. De esta doctrina se destacan dos autores.

Alfaro (2012) menciona a San Agustín por su énfasis en la experiencia personal, la voluntad y el

amor, así como a Santo Thomas, quien indica que Dios es quien otorga el bien supremo causante

de felicidad.

En cuanto a la ética moderna, se indica que fue difícil poder recopilar todas las doctrinas

relevantes de esta época, sin embargo, se destacan entre todas ellas dos. La antropocéntrica,

aunque marcada por cambios políticos, económicos y sociales, dirigió su filosofía hacia los

valores y virtudes del hombre poniéndolo en el centro de todo, dando cuenta de que él es quien

crea y modifica su entorno. Así mismo, la ética de Kant conduce a una idea diferente, al

manifestar que el hombre les da un valor a los objetos, que partiendo de su conciencia deberá

crear su conocimiento y su moral. Siendo esta doctrina de Kant tomada como un referente sólido

para los nuevos modelos filosóficos y éticos.

Luego de estas épocas y diferentes postulados se da lugar a la ética contemporánea, en la cual

su principal exponente es el señor Kierkegaard, quien entre otras cosas se considera el fundador o

padre del existencialismo. Su trabajo propone al hombre concreto, donde lo que prima es su

subjetividad. En siguiente lugar Max Stirner, basado en el pensamiento de Kierkegaard, indica

que el yo es la voluntad individual, es decir, que el hombre no está sujeto a ninguna clase de

autoridad ya sea religiosa, social o moral. Sin salir del existencialismo llega Jean Paul Sartre,
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mostrando que el individuo es libertad, agregando que cada uno hace si propia elección creando

sus propios valores, a su vez indica que lo más valiosos es elegir por sí mismos actuando con

total libertad. En el pragmatismo se describe a la verdad asociada a lo útil, es decir los que ayuda

a vivir con los demás. Alfaro (2012) refiere que, si el comportamiento moral se mide solo con

éxito, y no se tienen en cuenta los valores, el objetivo principal del pragmatismo pierde sentido.

Aparece entonces Sigmund Freud, padre del psicoanálisis indicando que la personalidad se basa

un estado inconsciente, el cual debe satisfacerse, poniendo así por delante el hedonismo el cual

lucha constantemente contra la normatividad. “El psicoanálisis permite poner en su verdadero

lugar aquellas normas que se imponen al sujeto, es decir, como ajenas a la moral” (Alfaro, 2012,

p.22). En síntesis, Marx presenta una propuesta compuesta y argumentada de las anteriores

filosofías y doctrinas, donde se releva al ser humano como un ser creativo el cual maneja sus

propias habilidades y capacidades bajo intereses propios.

El hombre es también un ser histórico. Las relaciones diversas que adquiere en una época

determinada constituyen una formación económico-social que cambia históricamente bajo el

impulso de sus contradicciones internas y particulares, cuando llega a su madurez la

contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones en producción. Al

cambia la base económica, cambia la superestructura ideológica y, por tanto, la moral. (Alfaro,

2012, p.23)

Finalmente, después de este recorrido breve pero consistente por las diferentes doctrinas éticas

fundamentales, se debe resaltar de manera vehemente que en su totalidad forman un constructo

único, el cual lleva al hombre a definir con claridad los conceptos de ética y moral. A su vez, de

cómo los psicólogos deben apersonarse de las reflexiones propias de sus competencias cuando

haya lugar en el desenvolvimiento de sus actividades profesionales.


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Referencias Bibliográficas

Alfaro, K. (2012). Ética y Psicología. Estado de México, México: Red Tercer Milenio S.C.

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