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UNIVERSIDAD NACIONAL AMAZÓNICA DE MADRE DE DIOS

A -PRESCRIPCION Y CADUCIDAD-

ESTUDIANTE: JHON ALDAIR HILARIO SOSAYA


CODIGO: 16141019

EL TIEMPO COMO FENÓMENO JURÍDICO


(Resumen)

Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día.


Richard Whately

El tiempo, o más precisamente su transcurso, está indesligablemente vinculado


a la existencia humana y, por ello, constituye un hecho jurídico de gran
importancia. Establecer una noción genérica resulta tarea ardua y difícil, pues lo
entendemos para nosotros mismos, pero no para explicarlo. El tiempo deviene,
pues, en una realidad jurídica en cuanto que el Derecho Objetivo lo reconoce
como un factor de modificación de las relaciones jurídicas y lo aprehende
mediante las normas para el cómputo de su transcurso.

Sabemos que los hechos jurídicos


El tiempo como hecho jurídico constituyen la causa del nacimiento,
modificación o extinción de las relaciones
jurídicas. Por ello resulta crucial tratar el tiempo en derecho, sin embargo, me
pregunto ¿debe considerarse al tiempo solo por su transcurso de constituir un
hecho jurídico o si es necesario que concurra en unión de otros hechos para
generar consecuencias jurídicas? Para resolver esto es necesario estudiar el
hecho jurídico en función al tiempo como hecho jurídico.
Sobre el hecho jurídico podemos decir que es el hecho que por sí o junto con
otros produce efectos jurídicos y se constituye, mediata o inmediatamente, en
fuente de toda relación jurídica. Y OJO, no todo hecho o acontecimiento es un
hecho jurídico; de ahí que para que se produzca el efecto jurídico debe existir un
nexo entre el hecho jurídico y el efecto mismo, este nexo podrá definir el carácter
de hecho jurídico o cuya implicancia este inmersa en el derecho.

Por otra parte, sabemos que existen hechos jurídicos naturales, así como hechos
jurídicos humanos; los hechos humanos, que son los que se producen por
intervención de la voluntad humana y que por esta sola intervención son hechos
jurídicos. Los hechos naturales son los que se producen independientemente de
la voluntad humana radicando su causa en fenómenos de la naturaleza. Y que
la causa de su producción debe ser considerada necesariamente para la
calificación del hecho como jurídico, así como los efectos que se producen.

En ese sentido, ¿Cómo catalogamos al tiempo como hecho jurídico? Pues cabe
decir que el tiempo y su transcurso es un hecho jurídico natural que en sí mismo
o en concurrencia con otros hechos genera efectos de trascendental
importancia. El jurista MESSINEO nos dice que el tiempo es hecho jurídico en
su transcurrir. El tiempo como hecho jurídico tiene que ser considerado, pues,
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en su transcurso, ya que la influencia que ejerce sobre las relaciones jurídicas y,


en general, como fenómeno jurídico, se da con su devenir. Por ejemplo, en los
temas de prescripción y caducidad tanto en el derecho civil como en otras ramas,
el transcurrir del tiempo cobra vital importancia y precisamente este transcurrir
es el que producirá los efectos jurídicos de tales figuras del derecho. OJO, soy
de la posición de que el tiempo por sí solo no producirá efectos jurídicos, sino
que este se unirá a una condicional de distinta materia, que una vez transcurrido
el tiempo y llegado a dicha condicional, producirán el hecho jurídico.
¿Por qué es importante el tiempo en
derecho? porque la importancia de los
Relevancia jurídica del tiempo
hechos en el Derecho viene de su
verificación en un momento preciso o
dentro de un espacio de tiempo determinado. Por ejemplo, en el derecho
objetivo, es de destacarse el principio de la temporalidad de las normas, según
el cual las leyes y demás normas legales entran en vigencia en un plazo
determinado; así también El tiempo condiciona también el denominado derecho
transitorio, constituido por las normas que realizan el engarce entre las que se
derogan y las que entran en vigencia. Por otra parte, en el derecho subjetivo
como las relaciones jurídicas y sus derechos también se fijan en el tiempo al
momento de sus concepción y nacimiento, otro ejemplo es la edad corre con el
transcurso del tiempo y la ley fija el necesario para adquirir la capacidad de
ejercicio, también el transcurso del tiempo por el plazo de ley puede llevar a la
declaración de ausencia del desaparecido, entre otros casos donde el tiempo
definitivamente cobra relevancia para el derecho. De ahí que, la influencia del
tiempo en las relaciones jurídicas, como lo es con los derechos subjetivos, es
también gravitante y decisiva.
Constituyendo el tiempo un fenómeno jurídico y su
Cómputo del tiempo transcurso un factor decisivo de influencia en las
relaciones jurídicas, los Estados se han visto
precisados a adoptar normas para su cómputo en
base al Calendario que, en todos los países de cultura occidental y cristiana, es
el denominado Calendario Gregoriano. En base al Calendario Gregoriano, la
doctrina ha hecho varias distinciones en relación al tiempo. Se habla, así de un
tiempo fijo y un tiempo móvil y de un tiempo útil y un tiempo continuo. Para hablar
de un tiempo fijo basta hacer referencia al Calendario, mientras que el tiempo
móvil está referido a un período de tiempo, sea de años, meses, semanas, días
u horas, transcurrido el cual debe verificarse un determinado efecto. El tiempo
continuo es aquel en que son de cómputo tanto los días hábiles como inhábiles,
aún aquellos en los que no es posible ejercitar un derecho subjetivo. Por ejemplo,
la codificación civil en general ha adoptado reglas para el cómputo del tiempo,
como cuando regula la prescripción y la caducidad.
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Nuestro Código Civil legisla sobre las reglas de


cómputo al tratar sobre el plazo como modalidad
Reglas del cómputo en
nuestro código civil del acto jurídico, la idea del plazo, como es
obvio, está indesligablemente vinculada al
transcurso del tiempo o tiempo móvil y por ello,
las reglas de cómputo que contiene el Código Civil son de aplicación, por lo
menos supletoria, a todos los plazos legales o convencionales, según el art. 184.
Las reglas de cómputo están contenidas en el art. 183 en orden al calendario
gregoriano; se encuentran bajo las siguientes reglas: el plazo señalado por días
se computa por días naturales, salvo que la ley o el acto jurídico establezcan que
se haga por días hábiles; el plazo señalado por meses se cumple en el mes del
vencimiento y en el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial. Si en
el mes de vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho mes;
el plazo señalado por años se rige por las reglas que establece el inciso 2); el
plazo excluye el día inicial e incluye el día de vencimiento; el plazo cuyo último
día sea inhábil, vence el primer día hábil siguiente. Por último, si bien el Código
no ha previsto el plazo por semanas, ello no implica que la semana no puede
tomarse como unidad de cómputo. Los plazos menores a un día o los pactados
por horas, pueden ser computados a momento ad momentum.

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