Desequilibrio económico.

La economía, es y seguirá siendo, el elemento que transforma la vida

de toda persona. La economía de Venezuela está pasando por un
grado enorme de inestabilidad, se consume más de lo que se produce
y eso crea una enorme especulación económica.

Está fuertemente atada a un elemento: el petróleo. Venezuela, se

convirtió en un país monoproductor de petróleo, y con esto también se
ató a un factor: el mercado mundial. El petróleo, su principal elemento
de exportación, se basa en precios a mercado mundial y está valorado
por barril en dólares ($), mientras que, la moneda venezolana es el
bolívar. Si el precio del petróleo baja, inmediatamente la economía de
Venezuela desciende, por esto, es dependiente y se crea un
desequilibrio.

A su vez, tiene la inflación más alta de Latinoamérica y una de las más

altas del mundo. Cuando el nivel general de precios sube, cada unidad
de moneda alcanza para comprar menos bienes y/o servicios, es decir,
la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda.
El bolívar cada vez se devalúa más, y su billete de más alta
denominación alcanza cada vez para menos.

En Venezuela se ve inflación de demanda, inflación de costes e

inflación estructural. La inflación de demanda, ocurre cuando la
demanda aumenta más rápido que la producción y es lo que se puede
observar en Venezuela con facilidad, la inflación de costes, cuando
aumenta el precio de producción por encarecerse un factor productivo
y la inflación estructural ocurre gracias a circunstancias que afectan la
estructura económica del país, como los mercados imperfectos que
fijan precios mayores a los de la libre competencia.

Es fácil notar que la economía venezolana está fuertemente ligada a

muchos desequilibrios, que uno conlleva al otro. El petróleo, su precio,
el mercado mundial, la inflación… Y la víctima de todo esto ya viene
siendo la moneda (el bolívar) y cada uno de los venezolanos, la
moneda se devalúa y a los venezolanos cada vez les alcanza menos
el dinero y tienen menos poder adquisitivo gracias a la inflación de
demanda y la especulación que se produce y que existe actualmente
en el país.