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S. J. L. CIVIL (1°)
1°) En estos autos, mi mandante ha sido demandada por el Banco Santander -Chile.
A folio 8 y con fecha 23 de febrero de 2018, consta certificado del receptor judicial,
señor Patricio Cáceres Alegría que señala lo sgte.:
“BUSQUEDA POSITIVA
CERTIFICO: Que me constituí en dos días distintos los días veintidos y veintitres de Febrero
de dos mil dieciocho, siendo las 18:44 y 16:45 horas respectivamente, en el domicilio ubicado en
Las Azucenas Nº 1937 Comuna de Iquique, a fin de notificar personalmente la demanda y sus
proveídos a don(ña) ADRIANA GINA FUNES ZAPATA, diligencia que no pude llevar a cabo por no ser
habido(a). Indagado entre los vecinos pude constatar que es el lugar donde tiene su residencia y
morada, y se encuentra en el lugar del juicio, según manifestó persona adulta, sexo femenino , quien
no estimo necesario identificarse, me señalo que llega en distintos horarios y es difícil ubicarlo(a)
personalmente. Se estampan las dos búsquedas para los efectos que haya lugar. Doy Fe. de Iquique,
a veintitrés de Febrero de dos mil dieciocho. -OT: 21252 Derechos + gastos $33.333.”
Primero, no es efectivo que mediante vecinos pudo constatar que mi mandante tiene
residencia y morada en Las Azucenas 1931 de esta ciudad.
Segundo, aun menos es efectivo que mi mandante es difícil de ubicar y que llega en
distintos horarios.
2°) En efecto SS., doña ADRIANA GINA FUNES ZAPATA, jamás ha vivido, jamás se ha domiciliado,
jamás ha poseído su residencia ni jamás ha tenido morada en calle Las Azucenas N° 1931 de Iquique.
En efecto, doña Rebeca Erika Alvarez Bruna, adquirió este inmueble por
compraventa celebrada por escritura pública de fecha 4 de septiembre de 1989 a la Ilustre
Municipalidad de Iquique. Se trataban de sitios eriazos. Y mediante autoconstrucción erigió
su casa pudiendo habitarla desde el año 1993.
Es la señora Rebeca quien junto a sus 3 hijos ha vivido desde enero del año 1993
en calle Las Azucenas y ésta ha sido la única propietaria de dicho inmueble, habitando
ininterrumpidamente desde el año 1993 la propiedad.
En dicha época poseían una situación económica relativamente holgada que les
permitió acceder a créditos a fin de pagar los altos gastos en que debían incurrir, tales
como pasajes aéreos que en aquellos años eran carísimos, no tenían familia en la capital
razón por la cual debieron gastar en la estadía y alojamiento, alimentación y todo lo que
una tragedia como esta significa, sumado a los altos costos médicos, insumos y
tratamientos. Aquello los dejo en la ruina, con deudas impagables, ante la desesperante
situación y a fin de hacer frente al pago de tales créditos, deciden vender el inmueble a mi
mandante para que ésta obtuviera un crédito de parte del Banco Santander – Chile y así,
hipotecando la propiedad a dicha institución financiera, obtuvieran indirectamente de
manos de mi representada los recursos económicos que les permitiera palear las deudas y
continuar con el tratamiento de su hijo.
Puede advertirse SS. que nunca hubo intención real y seria de vender y transferir
jurídica y materialmente el inmueble de calle Las Azucenas, solo una voluntad declarada.
La voluntad real era obtener los recursos económicos para pagar los innumerables deudas
por los gastos médicos de su hijo.
Así nunca existió una voluntad real y seria de transferir jurídica y materialmente el inmueble
de calle Las Azucenas. Solo fue una voluntad declarada para los fines descritos, pero la intención
real y de fondo fue obtener financiamiento para los gastos médicos de su hijo, jamás desprenderse
de su propiedad. Y es por ello que siempre doña Rebeca Alvarez Bruna ha sido la poseedora y dueña
y ha vivido en calle Las Azucenas N° 1937 de Iquique desde el año 1993.
Es por todo ello SS. que doña Rebeca Alvarez Bruna y su marido jamás dejaron
de vivir en ese inmueble y correlativamente, jamás doña Adriana Funes Zapata vivió
o se domicilio en calle Las Azucenas 1931 de este puerto.
3°) Siguiendo este orden de ideas, doña Rebeca, quien se encargaba del pago del
dividendo hipotecario, se vio compelida por una nueva enfermedad de su hijo (padece de
Alergia Tópica) que se manifiesta en el año 2008, luego el año 2013 y la última vez el año
pasado, razón por la cual y ante la necesidad de nuevas atenciones médicas y gastos, se
atrasa en el pago de los dividendos, produciendo la ejecución de autos contra mi mandante.
Ahora bien SS., centrándonos de lleno en los vicios de nulidad que se reclaman, y
expuesto detalladamente el por qué no es posible haber constatado por el receptor judicial
los hechos de que:
Tercero: Se suma a esta nulidad SS. la infracción a lo ordenado por el inciso 3° del
artículo 9° de la ley 20.886 que explicita que:
“En las notificaciones, requerimientos o embargos, el testimonio o acta de la
diligencia incluirá un registro georreferenciado, que dé cuenta del lugar, fecha y
horario de su ocurrencia…”
A este respecto, mi mandante solo toma conocimiento de este juicio el día del
remate, esto es el 29 de mayo de 2018, por que doña Rebeca Alvarez Bruna supo por
vecinas de calle Las Azucenas que ese día se remataban su casa, y se lo informa impactada
a mi mandante.
5°) Su señoría, a mayor abundamiento, la ley procesal civil busca que los actos del órgano
jurisdiccional sean efectivamente conocidos y comprendidos por su destinatario.
El señor ministro de fe, quien debe fiel y lealmente cumplir el mandato legal y la
resolución por la cual SS. ordena notificar la demanda ejecutiva y requerir de pago
personalmente al deudor, solamente buscó a mi mandante en calle Las Azucenas 1937 de
Iquique, y dice que no la encontró.
Desoyendo los claros y expresos términos del numeral 1° del art. 443 que exige
efectuar el requerimiento personalmente, jamás concurrió a calle Latorre N° 342 de esta
ciudad donde la demandante señaló como domicilio el de la ejecutada.
POR TANTO,
SEGUNDO OTROSI: Sírvase SS. tener por acompañado, con citación, imagen digital del
cuaderno de apremio de estos autos donde se aprecia la falta de georreferenciación del
requerimiento de pago y del embargo.
TERCER OTROSI: Sírvase SS. Tener presente que mi personería para obrar en nombre
del demandado consta en mandato judicial de fecha 31 de mayo de 2018, otorgado en la
Notaria Pública de don Abner Poza Matus, repertorio N° 1537-2018 el que acompaño, con
citación.
CUARTO OTROSI: Sírvase SS. Tener presente que en mi calidad de abogado habilitado
asumo personalmente el patrocinio y poder de la presente gestión.