deu(U externa .
P. órfgonb Irícrfe
3. EL COMERCIO DESIGUAL
El comercio de los países del Tercer Mundo con los países
industrializados es cada vez más injusto y desigual. Las ex­
portaciones de los países pobres están constituidas, por lo ge­
neral, de materia prima, en cambio, importan productos ela­
borados de los países del Primer Mundo. En este creciente
comercio entre los países pobres, (productores y exportadores
de materia prima) y los países industrializados, (productores
y exportadores de productos elaborados), se da un continuo
deterioro en los términos del intercambio comercial, ya que
los precios de la materia prima valen, cada vez menos, con re­
lación a los productos elaborados. Ello lleva, inevitablemen­
te, a un desequilibrio en la balanza comercial que, a la postre,
viene a generar la deuda, ya que los ingresos globales van dis­
minuyendo y los egresos, en cambio, van subiendo.
Es evidente que este comercio desigual ha significado pa­
ra América Latina, el drenaje permanente más grave de sus
divisas y un deterioro continuo en su balanza de pagos. En
cambio, los países industrializados han obtenido ingentes ga­
nancias por medio de este comercio internacional tan injusto:
Lo que venden cada vez vale más en relación a lo que com­
pran. Es mayor la suma de dinero con el que han sido bene­
ficiados los países industrializados a través de los precios de­
teriorados de las materias primas que la deuda externa que ac­
tualmente tienen, en su conjunto, todos los países del Tercer
Mundo.
Existe una transferencia neta de dinero de parte de los paí­
ses pobres hacia los países industrializados. En realidad, son
los países subdesarrollados quienes más han contribuido, y
siguen contribuyendo, al desarrollo de los industrializados,
en razón de un orden económico, político y social internacio­
nal totalmente injusto.
4. EL AUMENTO DE LAS TASAS DE INTERÉS
Un condicionamiento abiertamente usurero es la exigencia
de los bancos comerciales a imponer,, en sus contratos de
10 56
préstamo el que se firme la cláusula de que la tasa de los in­
tereses a pagar será “fluctuante ”. Esto ha hecho que los paí­
ses endeudados tengan que pagar intereses tres y cuatro veces
más altos a lo que se había pagado en un principio.
En el año 1972-73, los intereses fluctuaban entre un 4% y
un 6%. En 1979, los intereses de la tasa “Libor”, de Londres,
habían subido a un 11,9% y en 1981, estaban en un 18,8%. En
cuanto a los intereses de la tasa “Prime Rate” de Nueva York,
en 1984 habían subido a un 20%.
5. LAS POLÍTICAS PROTECCIONISTAS
Los países desarrollados han levantado, sistemáticamente,
barreras de tipo aduanero en contra de los productos más ba­
ratos de los países pobres. Los subsidios, con los que los paí­
ses ricos han apoyado continuamente a la producción agríco­
la, por ejemplo, han reducido sensiblemente los precios inter­
nacionales de esos productos, afectando, sobre todo, a la eco­
nomía de los países más pobres.
EE.UU. y la mayoría de los países europeos han subsidia­
do permanentemente su producción agrícola, deteriorando los
precios internacionales. También ha sido práctica común en
los países industrializados el levantar barreras de tipo arance­
lario en contra de los productos mejores y más baratos de los
países del Tercer Mundo con la finalidad de proteger su pro­
pia producción.
6. FUGA DE DIVISAS
La fuga de divisas ha sido una sangría constante para la
economía de los países pobres. Una de las formas fraudulen­
tas más comunes es la usada por muchas grandes empresas
que declaran importaciones sobrevaloradas y exportaciones
subvaloradas, tratando de encubrir, de este modo, grandes re­
mesas de dinero que quedan en los bancos del exterior.
s? 11
 Es evidente que en el origen de la deuda extema también
está presente la corrupción de gobiernos y empresarios de la
región, como lo veremos más adelante.
Tres son los principales motivos que han impulsado a los
capitalistas latinoamericanos a transferir su dinero a los ban­
cos extranjeros: la seguridad, frente a la inestabilidad política
y económica de muchos de nuestros países, sobre todo en un
pasado cercano; el blanqueo de dinero mal habido, para ase­
gurarse con ello la impunidad, y la percepción de intereses
más altos, en los tiempos en que eso era una realidad.
Es muy común también la repatriación de los beneficios
que efectúan las empresas multinacionales extranjeras que
tienen su base de operaciones en América Latina. Esos bene­
ficios enviados a sus “casas matrices” no siempre son justos
y legales.
A esto hay que añadir el pago por derechos de patentes y
las remesas salariales de sus directivos y altos funcionarios
hacia su país de origen.
7. LOS “CRÉDITOS ATADOS”
Los países industrializados conceden a los países no in­
dustrializados diversas clases de créditos financieros. Muy
comunes son los denominados "créditos atados” que se otor­
gan con la finalidad de que, por medio de ellos, se adquieran,
en forma exclusiva, mercancías u otros bienes que produce el
país que desembolsa el crédito. Se denominan "créditos ata­
dos” porque el país receptor no puede comprar con ese dine­
ro productos de otros países. Tampoco tiene opción de cues­
tionar la calidad o el precio, una vez que ha aceptado el cré­
dito.
Con frecuencia, más que responder a una necesidad, cons­
tituyen un fortalecimiento de la economía y de la tecnología
del país que otorga el crédito. Las consecuencias son más gra­
ves cuando se trata de financiar obras de infraestructura de
gran envergadura, que son ejecutadas exclusivamente por
empresas constructoras del país que ha otorgado el crédito.
12 fe;
8. LA CULPABILIDAD COMPARTIDA
Es evidente que existe corresponsabilidad, tanto de acree­
dores como de deudores, en el problema de la deuda. La exor­
bitante deuda externa acumulada por la mayoría de los países
latinoamericanos es responsabilidad de la banca transnacio­
nal, de los gobiernos de los países industrializados, del FMI y
de los gobiernos y las clases dirigentes de los países deudo­
res.
No pocas veces, los países deudores han invertido ese di­
nero en proyectos superdimensionados, ni urgentes, ni nece­
sarios. También se ha invertido una parte de la deuda en com­
pra de armamento, en importaciones de productos suntuarios,
y en el enriquecimiento de personas vinculadas a los gobier­
nos de turno.
Sin embargo, gran parte de esa deuda, por una u otra cau­
sa, fue a parar a los bancos de los propios países acreedores,
sin que llegase a ser invertida en el país prestatario.
Muchos de estos créditos se malgastaron en oscuros nego­
ciados.
El propio Banco Mundial, en su informe de 1985, tiene
juicios muy severos, por ejemplo, sobre el uso que se dio a al­
gunos créditos externos otorgados a Bolivia. Con respecto al
gobierno “de facto” del General Banzer, dice lo siguiente:
"El mayor error de la política económica de este país,
(Bolivia) durante el decenio 1970-1980, consistió en la faci­
lidad con que el gobierno concedió su garantía al financia-
miento externo de proyectos, tanto públicos como privados.
Las entradas de capital externo fueron correspondidas, sin
embargo, con salidas de capital hacia afuera: más del 80%
de la deuda acumulada durante ese decenio financió la fuga
de capitales. El endeudamiento externo del Gobierno para fi­
nanciar las inversiones públicas estaba así, a fin de cuentas,
financiando la acumulación en el extranjero de activos de
propiedad privada. ” (Banco Mundial: Informe, 1985)
S? 13
 Quiere decir que, quizás, la mayor parte de los préstamos
otorgados por los bancos comerciales internacionales fueron
a parar a esos mismos bancos, a través de la fuga de capita­
les.
Junto a toda esta corrupción que rodeó al endeudamiento
externo, debemos resaltar otro aspecto gravemente negativo:
los créditos de libre disponibilidad no se orientaron en favor
del aparato productivo. Los más beneficiados fueron algunos
empresarios vinculados a los gobiernos dictatoriales.
En efecto, los gobiernos “de facto” latinoamericanos se
caracterizaron por una sistemática represión de las libertades
políticas y sindicales, a la vez que impulsaban una total liber­
tad económica, facilitando con ello la libre exportación de di­
visas, la fuga de capitales y los grandes negociados. También
se distinguieron por una manifiesta incapacidad en la contra­
tación, negociación y administración de la deuda externa, cu­ Analizaremos, en primer lugar, las dimensiones y carac­
yas consecuencias aún se están pagando. terísticas de la deuda externa del Tercer Mundo, tratando de
ver las causas que provocaron esta situación y sus desastrosas
consecuencias.
Desde 1982 (año en que estalla la crisis de la deuda) y has­
ta 1997. América Latina ha pagado, por concepto de intere­ 1. LA DEUDA EXTERNA DEL TERCER MUNDO
ses y amortizaciones. 740 mil millones de dólares, es decir,
una cifra mucho mayor que ta deuda total actual.
Los países del Tercer Mundo se encuentran literalmente
hipotecados por el gravamen de la deuda externa que les ame­
naza en la espiral de un círculo fatídico.
Los países endeudados no tienen capacidad económica
para pagar la deuda. En términos matemáticos, la deuda es
para ellos, impagable e incobrable.
La deuda externa hay que pagarla siempre en dólares. Sin
embargo, para la gran mayoría de los países endeudados, la
única forma de obtener esos dólares es a través de sus
exportaciones. A lo largo de estos últimos años, el precio de
las materias primas, que son básicamente la única fuente de
divisas de todos los países no industrializados, ha ido bajan­
do constantemente, mientras los productos elaborados, que
deben comprar nuestros países, se van revaluando. Esta es la
razón más profunda y más general para que los países del
Tercer Mundo se vayan hundiendo en la insolvencia
económica.
14 £? 15
 Entre las causas de la deuda social se pueden señalar:
» La concentración de excedentes de ingresos en sectores
minoritarios.
♦ La insuficiencia de ingresos por bajas remuneraciones.
• El alto servicio de la deuda externa (amortizaciones más
intereses).
El único medio de cerrar la brecha de la considerable deu­
da social latinoamericana es reorientar recursos hacia los sec­
tores más vulnerables y de menores ingresos, mediante medi­
das redistributivas.
3. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE
LA DEUDA EXTERNA DE AMÉRICA LATINA
Parecería ser la historia de América Latina: Desde 1982,
(año en que estalla la crisis de la deuda) hasta 1997, A.L. ha
pagado, por concepto de amortizaciones e intereses, la canti­
dad de 740.000 millones de dólares y el pago de este servicio
ha comprometido alrededor del 30% de sus ingresos por ex­
portaciones.
En los gráficos que presentamos en la página 27 podemos
apreciar cómo, a medida que bajan los créditos, suben los pa­
gos por intereses. En el segundo gráfico podemos apreciar las
fluctuaciones del PIB, por persona en América Latina desde
1970 a 1986.
Hace unos quince años que se viene diciendo que la deuda
externa es humanamente y matemáticamente impagable c in­
cobrable. En el momento actual es más incobrable y más im­
pagable que nunca.
Ante la ausencia de verdaderas soluciones de fondo, la
deuda externa se ha ido constituyendo en un factor crónico de
extracción de recursos indispensables para el desarrollo eco­
nómico de A.L. y como justificación permanente para mante­
ner la aplicación de las políticas neoliberales sobre nuestros
países.
32 J*
4. CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA
La idea de la corresponsabilidad debe ser el caballo de ba­
talla, el trampolín y el baluarte desde el que los pueblos lati­
noamericanos luchen unidos para superar la crisis del endeu­
damiento externo.
"Para los países latinoamericanos, el total de las deudas
contraídas, pero, sobre todo los desembolsos exigidos cada
año, alcanzan un nivel tal en relación a sus recursosfinancie­
ros disponibles que son incapaces de hacerles frente sin da­
ñar gravemente su economía y el nivel de vida de su pobla­
ción, sobre todo de los más pobres... La solidaridad interna­
cional exige tomar medidas de urgencia para asegurar la su­
pervivencia de nuestros países”.
("Una consideración ética de la deuda internacional",
Comisión Pontificia de Justicia y Paz, Roma, diciembre de 1986)
Es evidente que los gobiernos de nuestros países tuvieron
que cometer muchos errores para llegar a un grado tan irra­
cional de endeudamiento.
Cada país debe hacer su respectiva autocrítica.
Quizás el aspecto más negativo es que gran parte de esos
créditos de libre disponibilidad no fueron orientados en favor
del aparato productivo, sino al sector de los servicios. Ingen­
tes recursos se destinaron hacia actividades improductivas, a
la importación y al consumo de bienes suntuosos e impulsar
proyectos superdimensionados, la fuga de capitales hacia el
exterior... Se calcula que más de un tercio de la deuda global
de América Latina salió clandestinamente hacia los bancos de
EE.UU., de Suiza, de las Bahamas.
Pero tanto o más giaves son los errores o delitos cometi­
dos por la banca internacional. Prestó enormes sumas de di­
nero a gobiernos “de facto” que no tenían representatividad
ni capacidad jurídica alguna. Esos créditos no fueron avala­
dos ni directa ni indirectamente por ese pueblo que ahora se
ve obligado a pagar los intereses, que además de fluctuantes,
muchos de ellos son claramente usureros.
Sí 33
5. EL PROBLEMA DE FONDO
Aunque la deuda extema de los países del Tercer Mundo
fuera condonada en su totalidad, el problema del endeuda­
miento no estaría resuelto. Nuestros países se volverían a en­
deudan
Hay que ir hasta erradicar las causas que han hecho posi­
ble y hasta necesario tan descomunal endeudamiento.
La ética de la corresponsabilidad vale, no solamente para
buscar las causas del problema y las culpabilidades propias
de quienes lo han generado, sino también para encontrar las
posibles soluciones y es evidente que gran parte de estas cul­
pabilidades son imputables a esos mecanismos internaciona­
les que escapan a todo control, y que influyen en las variacio­
nes de los precios de las materias primas, en las fluctuaciones
de la moneda, en el agravamiento de los índices de intere­
ses..., etc.
Buscar las soluciones urgentes al endeudamiento externo
es indispensable pero insuficiente. Aunque la deuda externa
lograra una moratoria de cuarenta o cincuenta años; aunque
se rebajen drásticamente los intereses; es más, aunque fuera
condonada en su totalidad, el problema del endeudamiento
extemo no estaría resuelto ya que nuestros países se volve­
rían, inmediatamente, a endeudar. Para una solución global,
radical y permanente hay que llegar a arrancar y destenar las
causas, que hacen prácticamente necesario el endeudamiento
de nuestros países. Sería ilusorio encontrar soluciones para
los efectos más negativos sin lograr un cambio total en los
acondicionamientos y las causas terriblemente injustas que lo
han generado. La ética de la supervivencia, de la solidaridad
y de la corresponsabilidad internacional exige erradicar los
“mecanismos perversos” que han hecho, y están haciendo en
la actualidad imprescindible el vivir endeudándose y el en­
deudarse para vivir.
Desde una perspectiva ética podemos afirmar que la deu­
da externa es: económicamente irracional, humanamente
injusta y socialmente intolerable.
34 56
AMÉRICA LATINA, EXPORTADORA DE CAPITALES
América Latina es exportadora neta de capitales hacia los paí­
ses industrializados, es decir, en términos globales, es más la
cantidad de dinero que va de América Latina hacia los países
desarrollados que lo que estos invierten, prestan o regalan a
nuestra región. Creo que es de suma importancia probar con
toda claridad y objetividad esta afirmación, ya que la mayoría
de las personas creen lo contrario.
A modo de ejemplo, tomemos el lapso de tiempo comprendi­
do entre 1982 y 1990, sobre el cual contamos con datos fide­
dignos. Si sumamos toda la cantidad que los países en vía de
desarrollo recibieron de parte de los países desarrollados, ya
sea por concepto de préstamos bancarios, de donaciones, de
subvenciones a entidades benéficas, tanto públicas como pri­
vadas, créditos comerciales..., suma un total de 927.000 millo­
nes de dólares.
Durante el mismo periodo de 1982 - 1990, los países en vías
de desarrollo pagaron, solamente por concepto de servicio de
la deuda (pago de intereses y amortizaciones), la suma de
1.345.000 millones de dólares. Pero lo irónico del caso es que
habiendo transferido a los países ricos mucho más de ios que
de ellos han recibido todavía A. L. debe a esos mismos países
más de 600.000 millones de dólares.
En términos comparativos, el Plan Marshall apoyó a la Euro­
pa devastada de la postguerra con 70.000 millones de dólares
(al cambio actual) y los países pobres han transferido a los paí­
ses ricos, sólo en ese lapso de 8 años, por valor de ¡¡seis veces
el Plan Marshall!!
6. LA DEUDA ACTUAL I)E BOLIVIA
La deuda externa de Bolivia, a finales de 1997, era de
4.233,1 millones de dólares, según el Informe del Banco Cen­
tral de Bolivia.
En el siguiente cuadro, que presentamos a continuación,
podemos apreciar los montos de la deuda bilateral (deuda a
distintos gobiernos, generalmente de países industrializados)
y la deuda multilateral (deuda a diversos bancos).
¡tf 35
 Podemos apreciar también en el gráfico a cuánto ha llega­
do el desembolso de Bolivia y cuántos, de esos fondos, se han
destinado al pago de intereses y amortizaciones.
DEUDA EXTERNA BOLIVIANA A DICIEMBRE 1997
(en millones de dólares)
Acreedor Desembolsado Amortización intereses
Multilateral 356,2 153,9 ‘ 105,5
Bilateral 23,4 8,4 47,7
Privada 3,0 6,1 0,7
Total 382,6 168,4 153,9
Fuente: Banco Central de Bolivia, 1997.
Como podemos apreciar-, el pago por concepto amortiza­
ciones significó una erogación de 168,4 millones de dólares y
el pago de intereses de 153,9 millones de dólares, sumando
un total de 382,6 millones de dólares, lo que el país remitió a
sus acreedores por pagos del servicio de la deuda externa.
La deuda externa actual de Bolivia comienza a generarse
en el año 1972, en el gobierno “de facto” del Gral. Banzer,
coincidiendo con el “boom'’ de los petrodólares.
Los plazos e intereses, en un primer momento, parecían fa­
vorables a los países receptores. Sin embargo, tuvieron que
ser firmados con una cláusula que los tornaban como alta­
mente peligrosos. Esa cláusula especificaba que los intereses
eran “fluctuantes”, es decir, que variarían en función de los
cambios del mercado financiero internacional. En el fondo,
era dar a los acreedores la capacidad para aumentar los inte­
reses según sus propias conveniencias.
Como era de esperar, en el correr del tiempo fueron cam­
biando las condiciones de los préstamos y los países endeu­
dados tuvieron que pagar intereses tres y cuatro veces más al­
tos a lo que, en un principio, habían aceptado.
Por otro lado, ni los bancos comerciales y ni los Organis­
mos Internacionales de Desarrollo, como el FMI y el Banco
36 fe
Mundial, pusieron objeción jurídica alguna para que esos cré­
ditos fueran contraídos por gobiernos que no representaban
legítimamente a sus respectivos pueblos.
En realidad, en Bolivia, como en otros muchos países de
A.L. gran parte de la deuda actual fue contraída por gobier­
nos dictatoriales que no contaban con el poder jurídico nece­
Saldo
sario para contraer deudas públicas. No pocos de esos fondos
fueron usados en contra de los derechos de esos mismos pue­
2.766,7 blos y de sus organizaciones.
1.438,5
27,9 Durante la dictadura del Gral. Banzer, el monto de la deu­
4.233,1 da contraída, a lo largo de sus casi siete años de gobierno, fue
de 2.234 millones de dólares, lo que supone una entrada de
más de un millón de dólares por día de gobierno, y represen­
ta el 47% del endeudamiento total de Bolivia.
Según los informes que han ido proporcionando anual­
mente el Banco Mundial y otros organismos internacionales,
se llega a la conclusión de que Bolivia solamente recibió, pa­
ra invertir en los rubros señalados, un 20% de lo contratado.
El restante 80% fue a parar a los bancos extranjeros, a las
cuentas particulares de quienes, en esos años, gozaban de po­
der político absoluto y de plena libertad económica.
Aunque, en un principio, la deuda no incidía de un modo
tan negativo por diversos factores, en la economía de) país, ya
en el año 1977, el servicio de esa deuda comprometía el 26%
de las exportaciones.
Como, por otro Jado, no se pudo cumplir con los corres­
pondientes plazos de pago, el monto de la deuda fue crecien­
do, no sólo por nuevos préstamos, sino también por los casti­
gos impuestos por los bancos ante intereses no pagados.
Cuando, el año 1982, Bolivia logra entrar en el proceso de­
mocrático, se encuentra con una deuda francamente impaga­
ble. El gobierno de la UDP se vio afectado en forma muy gra­
ve por este problema y fue una de las causas para que se de­
satara una incontenible y destructiva inflación en el país.
En el año 1985, se impuso en Bolivia el modelo neolibe­
ral, a través del D.S. 21060. Si bien es cierto que con esa me-
Sí 37
 Centenares de miles de niños del mundo subdesarrollado
han dado sus vidas para que sus países pagasen la deuda y
muchos millones más continúan pagando los intereses con
sus mentes y> sus cuerpos desnutridos
(UNICEF: “La crisis de la deuda”, 1988)

“Quienes están pagando la deuda con pobreza, desem­

pleo, miseria, enfermedad y muerte no son deudores y no han
recibido ben eficios de ella
(Obispos de Estados Unidos)

Los electos negativos de la deuda externa se reflejan tam­

bién en la quiebra de pequeñas empresas, en el aumento del
desempleo, en la reducción del poder adquisitivo de los sala­
rios, en ia subida de precios de bienes básicos, en la reducción
de los servicios de salud y de educación...
Crece la riqueza al lado de la pobreza. Las mayorías se
1. ¿QUIÉN PAGA LA DEUDA? empobrecen, mientras algunas minorías se enriquecen rápida­
mente, dentro de un proceso dialéctico de explotación, ya que
los que se enriquecen lo hacen a costa de los que se empobre­
La denominada "deuda social” comprende en sí toda cen. Entre la inmensa riqueza de unos pocos y la inhumana
aquella cantidad de recursos que son necesarios para superar pobreza de muchos se da una relación de causalidad: los pri­
la pobreza y para alcanzar un grado de equidad aceptable. meros son, cada vez más ricos, porque los segundos son cada
vez más pobres en número y en condición.
Existe una directa relación de causalidad entre la deuda
externa y la deuda social, ya que la deuda social comprende DISPARIDAD DE INGRESOS A NIVEL MUNDIAL (1960-1989)
todo el monto de bienes y servicios que el estado debe a su (porcentaje del ingreso mundial)
población más pobre, porque esos fondos han sido orientados 20% más pobre 20% más rico Distancia
liacia el pago de la deuda externa. De este modo, el endeuda­ Año de población de población más rico
miento económico se ha convertido en un lacerante problema mundial mundial a más pobre
social. 1960 2,3% 70,2% de 30 a 1
La deuda externa no la paga el Gobierno, como creen mu­ 1970 2,3% 73,9% de 32 a 1
chos ingenuamente. El Gobierno es el agente que remite esos 1980 1,7% 76,3% de 45 a 1
1989 1,4% 82,7% de 59 a 1
fondos hacia los acreedores internacionales, pero, en reali­
dad, la deuda la paga el pueblo.
Fuente: ‘ Informe sobre el Desarrollo Humano”, PNUD. 1992.
"Las peores consecuencias caen en quienes están en peo­
res condiciones económicas para soportarlas. Los servicios LA CRISIS DE LA DEUDA
que han experimentado reducciones más drásticas son los La deuda es una de las causas fundamentales de la pobre­
servicios de salud, educación primaria gratuita y las subven­ za que padecen 1000 millones de personas en el Tercer
ciones para la adquisición de productos alimenticios. Mundo. Las personas que sufren el peso de la deuda no tu­
vieron la culpa de esta situación.
42 fe
43
1. Los años 70.
2. Ellos metieron su dinero en los
Los países productores bancos de Occidente.
de petróleo se organi­
zaron entre sí para su­
bir los precios.
3. Los bancos, para
ganar más, empeza­
ron a prestar el dinero
a cualquier país con
mucha insistencia.
Hoy, ellos mismos ad
miten que actuaron
con mucha irresponsa­
bilidad.
5. Luego... ¡un desastre!
La nueva política econó­
mica de Occidente sube
muchísimo la tasa de in­
terés.
7. Y... los países po­
bres se hunden en el
endeudamiento. Si­
guen pagando. Pero,
con tasas de intereses
altísimos. Terminan
endeudados mucho
más que cuando em­
pezaron a recibir el
préstamo.
9. La deuda ha sido com­
prada, vendida, negocia­
da... Todo está controlado
por los gobiernos más po­
derosos y por las grandes
instituciones financieras
internacionales como el
FMI y el Banco Mundial.
Estas instituciones son
manejadas por los gobier­
nos más poderosos.
44 fe
4. No es ninguna sorpresa
que el dinero prestado fue
gastado para unos proyectos
poco pensados y estudiados,
o por dictadores. Los pobres
casi nunca se beneficiaron
del préstamo.
6. ¡Y más desastre!
Los precios de las cosas que
compran los países pobres su­
ben (p.ej. petróleo). Y los pre­
cios de las cosas que ellos
venden (p.ej. granos básicos)
bajan mucho.
8. Los años 90.
UNICEF dice que 500.000
niños/as mueren cada se­
mana por la crisis de la
deuda. Estos niños/as pa­
gan por la tontería come­
tida antes de su nacimien­
to... pagan con su salud y
educación.
10. El Tercer Milenio
se acerca.
Los gobiernos más podero
sos son responsables de la
situación de la deuda. La
historia les pedirá cuentas,
porque ellos tienen el po­
der de cancelarla.
Muchas organizaciones
que participan en "Campa­
ña Jubileo 2000" creemos
que la deuda puede y debe
ser cancelada.
Y será cancelada, cuando
un suficiente número de
gente corriente se una y
grite...
2. LA DEUDA O LA VIDA
La deuda externa se ha convertido en un mecanismo de
empobrecimiento de los más pobres y en un mecanismo para
transferir recursos en detrimento de la producción y el consu­
mo. La transferencia neta de recursos hacia el exterior es em­
pobrecimiento neto para las mayorías.
El deterioro de las condiciones de vida de los más pobres
muestra, no sólo el alto costo social, sino también la enorme
injusticia de los mecanismos generadores de la deuda, ya que
la están pagando quienes ni pidieron esos créditos, ni los ad­
ministraron, ni se beneficiaron con ellos.
Según las cifras del BM, en los más de 100 países clientes
de la entidad, tres mil millones de personas viven con me­
nos de dos dólares diarios; 1.300 millones subsisten con me­
nos de un dólar diario; 100 millones pasan hambre todos los
días y 150 millones nunca tienen posibilidad de asistir a la
escuela.
Quienes contrajeron la deuda y quienes se beneficiaron
con ella, no la pagan. La pagan los pobres y, lo que es peor,
la pagan a costa de hambre y de miseria. Lo que se transfiere
al exterior no son sólo recursos económicos, sino medios de
vida, es decir, la vida misma de los pobres.
Por lo tanto, la deuda externa es cuestión de vida. El ser­
vicio de la deuda está costando enormes sufrimientos a la ma­
yoría de los pobres.
La deuda social plantea, por lo tanto, un cuestionamiento
ético muy grave.
Todo sistema económico debe tener como fin primario el
satisfacer las necesidades básicas de la población. Se ha vuel­
to contra los objetivos intrínsecos de la economía. (...) (cfr.
Carlos Valle: “La deuda externa de América Latina”. Ed. Ver­
bo Divino, Estella, España. Pág. 452ss.).
El deterioro de las condiciones de vida de los pobres
muestra el enorme precio pagado para servir a la deuda.
St 45
 El "bien común”, como derecho fundamental a la vida, La deuda externa traba todo desarrollo autónomo y refuer­
que incluye el derecho a los medios necesarios para esa mis­ za las relaciones de dependencia.
ma vida, es el criterio básico y fundamental para enfrentar éti­
camente el problema de la deuda externa. Las relaciones deudores-acreedores se han transformado
en relaciones de poder. Es el instrumento por el cual los paí­
El clamor de los pobres tiene un sentido ético a partir del ses del Norte limitan y controlan la soberanía político-econó­
hecho de que se les ha quitado la posibilidad de ser artífices mica de los países del Sur.
de su propio desarrollo.
Los problemas sociales intemos quedan subordinados a las
3. DEUDA EXTERNA: políticas de “ajuste estructural” que buscan, ante todo, res­
ENGRANAJE DE DEPENDENCIA ponder a las exigencias del sistema financiero internacional
(cfr. Carlos Valle: “La deuda extema de América Latina”.
Editorial Verbo Divino, pág. 450ss.).
La deuda externa atenta contra la soberanía económica de
los Estados y genera graves trastornos en los sistemas econó­ La deuda externa ha ido creciendo geométricamente en
micos y políticos de los países endeudados, especialmente en términos impresionantes.
cuanto al nivel de vida, empleo y soberanía, entendida ésta En los últimos 10 años, se ha duplicado pasando de los 900
como derechos de cada pueblo a decidir su propio destino. mil millones en 1986 a 1.934 miliardos. Numéricamente:
1.934.000.000.000. La deuda sigue aumentando al ritmo de
La dependencia es la contrapartida a la dominación que unos 100 mil millones de dólares por año.
ejercen los países poderosos sobre los países pobres o, lo que
es lo mismo, los países acreedores sobre los deudores, a tra­ Como lógica consecuencia de todo esto, la pobreza en
vés de los organismos financieros internacionales. nuestra región ha ido agravándose, tanto en términos relativos
como absolutos.
La deuda externa es el reflejo financiero de la dependen­
cia económica. Con el aumento de la deuda se ha ido incre­ Los gráficos que presentamos a continuación vienen a de­
mentando el grado de dependencia con respecto al Norte, una mostramos cómo la pobreza y, sobre todo, la extrema pobre­
dependencia cuyas características han variado a lo largo de la za van aumentando en la región:
historia.
La deuda externa está generando nuevas formas de domi­ POBREZA EN AMÉRICA LATINA
nación. El problema de la deuda externa no debe entenderse
como un problema meramente coyuntural y que, por lo tanto, Año Número de pobres Variación
desaparecerá cuando ciertas circunstancias actuales hayan (en millones) (en millones)
cambiado. La deuda externa es la constatación delfracaso de
1960 100
un modelo de desarrollo. La dimensión estructural de la deu­
1970 113 3
da externa guarda relación directa con la dependencia de
1980 136 23
nuestros países en relación a la inversión, a la producción y a
1990 196 60
la exportación, así como al intercambio comercial desigual y
al encarecimiento y a la especulación del capital internacio­ Fuente: CEPAL - CELADE.
nal.

5? 47
 América Latina estuvo altamente representada en esta
Conferencia, de ahí que nuestros países sean considerados
como fundadores de los “Acuerdos de Bretton Woods”.
2. PRINCIPALES FUNCIONES DEL FMI
Para entender la filosofía y las normas que rigen la actua­
ción del FMI, debemos situarnos en el contexto de la post­
guerra. Su visión económica está totalmente condicionada y
supeditada a los intereses y decisiones de los países industria­
lizados, sobre todo, de EE.UU. que fue su principal impulsor
y gestor.
La lógica del FMI es la lógica de los países industrializa­
dos ya que ellos gozan de una mayoría de votos en sus deci­
siones.
El FMI tiene una función reguladora. Esto le otorga la po­
sibilidad de sugerir a los países las medidas correctivas que
crea más convenientes, sobre todo, en lo referente al desequi­
librio en la balanza de pagos.
También controla muy de cerca la emisión inorgánica de
dinero (papel - moneda que los países emiten sin respaldo
económico). Para ello, los países miembros se comprometen
a proporcionar al FMI toda la información necesaria y el li­
bre acceso a todas las dependencias del Banco Central de ca­
da país.
Tiene también una función financiera para poder acudir en
ayuda de los países cuando enfrentan graves desequilibrios en
su economía.
Goza, asimismo, de una importante función consultiva, de­
nominada “Asistencia Técnica”.
Las recomendaciones (o imposiciones) que el FMI propo­
ne a los países con problemas financieros son, inevitablemen­
te, las siguientes:
» Restringir el gasto público;
♦ Controlar y limitar la expansión del dinero circulante;
♦Congelar los salarios, no así los precios;
50
♦ Eliminar al máximo todo tipo de subsidios;
♦ Privatizar las empresas públicas;
♦ Controlar y no abusar del crédito;
♦ Elevar los intereses por encima del nivel inflacionario
para impulsar el ahorro;
♦ Decretar devaluaciones del signo monetario o mini deva­
luaciones cuando lo exijan las circunstancias.
Todas estas medidas son de tipo restrictivo. Con ellas se ha
logrado, casi siempre, controlar la hiperinflación y crear un
ambiente de estabilidad. En otros aspectos los efectos han si­
do muy negativos. No se ha logrado generar empleo, los sa­
larios han sufrido un grave deterioro y todo el sector social ha
sufrido y está sufriendo los graves embates de la crisis.
El FMI no ha tomado en cuenta, por ejemplo, la caída de
los precios de las materias primas o el alza desproporcionada
y continua de los precios de los productos elaborados que los
países endeudados deben comprar. Tampoco ha regulado la
subida de los intereses de la deuda y el encarecimiento del ca­
pital transnacional, así como la fuga de capitales, el lavado de
dinero..., etc. El FMI tampoco es partidario de aplicar medi­
das para el control de los cambios de divisas.
Salta a la vista que el FMI responde a los intereses de los
países más poderosos del mundo que son quienes lo contro­
lan a través de un complicado sistema de voto.
3. QUIÉNES CONTROLAN EL FMI
En el FMI, el número de votos que dispone cada país está
basado en su poder económico y en la cuota que, según ese
poder, se le ha asignado. Contrariamente al principio aproba­
do en las Naciones Unidas por el que cada país dispone de un
voto. En el FMI, a pesar de ser una institución de las
Naciones Unidas no rige esa modalidad democrática.
Sí 51
 'I
i

EL FMI DOMINADO POR LOS PAÍSES RICOS

Criticarnos al Fondo Monetario Internacional porque...
(distribución de los votos en 1983)

DISTRIBUCIÓM DISTRIBUCIÓN
DE LOS VOTOS 1. Su sistema de votación per­ 3. Las medidas que impone
DE LOS VOTOS
EN EL EN mite que sólo los siete paí­ son recesivas.
Países del BANCO MUNDIAL A.I.D.
ses más industrializados
Tercer Mundo 4. Sus exigencias crean pro­
30% decidan. blemas sociales.
2. La ayuda que presta está 5. Su mayor preocupación es­
relacionada con el monto tá orientada hacia el pago
Tercer
Mundo
Países
ricos
Tercer Países de las cuotas, siendo, por lo de la deuda, a costa de un
Mundo ricos
Países de la OPEP 38% 63% 39% 61% tanto, muy pequeña la ayu­ mayor empobrecimiento de
industrializados
11%
59% da a los países pobres. los marginados.

El FMI es víctima de la propia crisis que afecta al mundo.

La actitud del FMI es evasiva frente a las graves causas que
afectan tan negativamente la economía mundial.
El FMI es juez y parte. Le es imposible ser imparcial ya
que está controlado por una de las partes. Le es imposible
aceptar la corresponsabilidad de deudores y acreedores en la
espiral del endeudamiento. Sin embargo, sólo a través de un
diálogo de igual a igual se podrán encontrar las verdaderas
soluciones.
4. CRÍTICAS AL FMI
Las críticas al FMI no sólo provienen de los países del Ter­
cer Mundo. Provienen también de muchos economistas y po­
líticos del Primer Mundo y aun de los propios Organismos In­
ternacionales de Desarrollo.
Los más frecuentes ataques se centran sobre su sistema in­
terno de votación, similar al de una “sociedad anónima”. El
poder de voto de cada país está relacionado con el monto de
una "cuota” de suscripción que le ha asignado la Junta de
Gobernadores. Esa cuota corresponde al poder económico de
cada país.
EE.UU. es el país que tiene cuota más alta, dándole una
capacidad de voto de un 20%.
Le siguen Japón, Alemania, Francia, Inglaterra, etc. Los
siete países más poderosos del mundo controlan totalmente
las votaciones. Ellos tienen más poder de voto que los restan­
tes 179 países.
También se critica al FMI por el tema de la “condicionali-
dad”. Se entiende por “condicionalidad” toda la gama de re­
quisitos que el Fondo exige para ser utilizados los recursos
que él aporta.
Las medidas de “ajuste estructural” que exige son muy du­
ras para los países deficitarios y débiles en su economía. Son
normas, muy rígidas, que han creado desestabilización políti­
ca en muchos países ya que se orientan, básicamente, en con­
tra de los intereses populares.

52 fe 5? 53
 LA INJUSTA DISTRIBUCIÓN
DE LOS VOTOS EN EL FMI
Tanto el Fondo Monetario Internacional, como el
Banco Mundial, pertenecen a la familia de las Organi­
zaciones de las Naciones Unidas, pero en ellas no es vá­
lido el principio de “un país - un voto”. El derecho al
voto, y con ello las relaciones de poder, tanto en el Fon­
do Monetario Internacional como en el Banco Mundial,
se determinan por las cuotas aportadas y por el peso
económico de cada país.
El derecho a voto se compone de un número fijo de
250 votos y cada voto adicional tiene el valor de
100.000 dólares. El grupo de los diez países más indus­
trializados controla alrededor del 55% de los votos. To­
dos los países del Tercer Mundo juntos no llegan al
30% de los votos.
socialistas
1,9%
54
El propio Henry Kissinger, un representante neto y
poderoso de los Estados Unidos, ha llegado a afirmar:
“Los programas del FMI son una fuente de tensio­
nes entre las democracias industrializadas y los países
deudores y amenazan convertirse en una invitación a
la irresponsabilidad. En efecto, yo sostendría que só­
lo un programa encauzado en la perspectiva de un
crecimiento tiene oportunidad de triunfar a largo pla­
zo”.
(El País. Madrid, 10-VII-1986)
Al respecto, el prestigioso diario neoyorkino “The
Wall Street Joumal” dice:
“Para darse cuenta de la insensatez de todo esto,
(habla de las medidas del FMI) baste solamente el
considerar a la Europa después de la Segunda Guerra
Mundial. Supongamos que el ‘Plan Marshall’ hubiera
sido organizado por los comandantes que están ahora
al frente del FMI. Aquellas naciones deshechas y en­
deudadas, habrían sido forzadas a nuevos sacrificios.
La colaboración recibida benefició a los EE.UU. y
ayudó a estimular una gran prosperidad posterior. Las
medidas que hoy urge el FMI, habrían significado una
continuación de los sacrificios de la guerra, el resen­
timiento de Europa y la contracción de la economía
mundial”.
(The Wall Street Joumal, 12-IX-1985)
St 55
 LAS MEDIDAS DEL FONDO MONETARIO
INTERNACIONAL Y SUS EFECTOS CONCRETOS
Medidas económicas
exigidas por el FMI
1. Existe inflación porque
existe exceso de demanda.
Para reducir la demanda
hay que bajar los salarios y
hay que disminuir el gasto
público.
2. Tenemos un enorme déficit
presupuestal. Hay que re­
ducirlo disminuyendo los
gastos de la administración
estatal, de la inversión pú­
blica.
3. Hay déficit en la balanza de
pagos porque el país com­
pra (compraba) más de lo
que puede y más de lo que
debe comprar. Para frenar
la importación e incentivar
la exportación lo mejor es
devaluar la moneda.
4. Hay que incrementar las
tasas de interés para in­
centivar el ahorro interno.
56 fe
Efectos concretos
de esas medidas
1. Si se bajan los salarios se
afecta a las clases popula­
res y sube la ganancia de
los empresarios. Se crea
más descontento popular y
más desigualdad social.
2. La reducción del déficit pre­
supuestal implica disminuir
subsidios, debilitar las em­
presas públicas, bajar el
presupuesto de educación,
de salud, de obras públi­
cas, de caminos... En el dé­
ficit entran también las sali­
das por el pago del servicio
de la deuda.
3. Pero la devaluación del sig­
no monetario implica pérdi­
da del poder adquisitivo de
los salarios. Por otro lado,
la devaluación crea más
desigualdad ya que incide
directamente sobre los que
no son propietarios. Los
grandes propietarios ven
revaluadas automáticamen­
te sus propiedades.
4. Con la subida de los intere­
ses se ve frenada la activi­
dad económica y sobre to­
do. las inversiones.
“¿Para qué sirve el FMI? se preguntaba a mediados de, fe­
brero pasado un destacado grupo de políticos y economistas
norteamericanos en las páginas del Wall Street JoumdL 'El
FMI causa más daños que beneficios \ contestaba Jeffrey
Sachs, catedrático director del Instituto de Desarrollo Interna­
cional de la Universidad de Harvard. 'El FMI es inútil, inne­
cesario y obsoleto", añadía William E. Simons, ex-secretario
del Tesoro de Estados Unidos. Por su parte, George Schultz, el
distinguido ex-secretario de Estado y del Tesoro pidió la elimi­
nación del FMI.”
(Gustavo Maldonado Molina, “Nueva Economía”, del 21-VII-1998)
Durante la primera mitad de la década del 90 (1990-1995),
se creyó que con préstamos blandos (bajos intereses y plazos
largos para su amortización) y el flujo de capital proveniente
de la privatización de las empresas públicas, se resolvería el
problema de la deuda externa.
En julio de 1995, hubo un cambio de autoridades al frente
del Banco Mundial. El nuevo director del Banco es Jim Wol-
fensohn. El se ha propuesto, desde un primer momento, el en­
contrar una salida a la crisis de la deuda. Su primera iniciati­
va fue crear un gran fondo para ayudar a los 41 países más
pobres, que el Banco denomina "Países de Ingresos Bajos,
Severamente Endeudados’’ (PHPC).
El fondo creado alcanza la fabulosa cifra de once billones
de dólares (11.000.000.000.000 SUS).
Los países que podrían ser sujetos de un alivio muy impor­
tante tienen una deuda que es mayor a su P1B (Producto In­
terno Bruto) y es el doble al valor de sus exportaciones.
En realidad, la sola idea de este nuevo plan implica reco­
nocer el fracaso de las distintas propuestas anteriores.
El Presidente anterior del Banco Mundial, Lewis Preston,
se resistió a cualquier medida de cancelación de la deuda, pe­
ro su sucesor, el Dr. Wolfensohn, afirma que la institución tie­
ne la responsabilidad de ofrecer soluciones a este grave pro­
blema económico mundial.
St 57
 Actualmente, las variables para juzgar la sustentabilidad
de la deuda son las siguientes:
- El país tiene que tener un monto de deuda de un 200% a
un 250% mayor al valor de sus exportaciones.Y además tie­
ne que ser entre un 20% a un 25% mayor a los ingresos por
sus exportaciones.
- Estos parámetros son bastante aleatorios y poco realistas.

HECHOS Y NO PALABRAS
En la cumbre para el Desarrollo Social realizada en 1995 en
Copenhague, organizaciones no gubernamentales (ONG)
de todo el mundo insistieron en un punto de vista de que tal
régimen de ayuda promovido por las instituciones financie­
ras internacionales: el Banco Mundial, el FMI y los bancos
de desarrollo regionales, no contribuyeron a la generación
de empleos y profundizaron la desigualdad social y la po­ 1. ADMINISTRACIONES ARBITRARIAS Y CORRUPTAS
breza y por lo tanto promovieron la desintegración social.

Durante más de diez años, las ONG han censurado las in­
flexibles medidas económicas de los Programas de Ajuste
Estructural, diseñados por estas instituciones y aceptados
por los principales donantes, y han pedido públicamente
medidas alternativas. Las ONG y las poblaciones afecta­
das denuncian la explotación insustentable de los recur­
sos, la destrucción ambiental en gran escala, los desplaza­
mientos de poblaciones, la destrucción de la seguridad ali­
mentaria y de las estrategias de desarrollo centradas en el
ser humano como algunos de los impactos de los progra­
mas de ajuste estructural y de los proyectos emprendidos
por las instituciones financieras internacionales.
¡Es evidente que los gobiernos de América Latina han te­
nido que cometer, por su lado, muchos errores para llegar a
un grado tan irracional de endeudamiento! Cada país puede
hacer y debe hacer el recuento de sus propias culpas y la co­
rrespondiente autocrítica.
Quizás, el aspecto más negativo es que gran paite de esos
créditos de libre disponibilidad, provenientes de la banca ex­
tranjera, no fueron orientados en favor del aparato productivo
de cada país. El más beneficiado fue el sector de los servicios.
Ingentes recursos se destinaron hacia actividades improducti­
vas, pero muy lucrativas, como la importación de bienes de
consumo suntuario, la especulación en bienes raíces, etc.
Los países gobernados por dictaduras militares se caracte­
rizaron por una sistemática represión de las libertades políti­
cas, y por una irrestricta libertad económica, facilitando la li­
bre exportación de divisas y la fuga de capitales. Fue lamen­
table también la generalizada incapacidad de estos gobiernos
en la administración y negociación de la deuda.

60 fc; St 61

El problema de la deuda está, no solamente, en su magni­
tud, sino también en el uso que de ella se hizo. Una parte con­
siderable fue utilizada para financiar el consumismo o para
impulsar proyectos superdimensionados motejados como
“elefantes blancos”.
Parte del dinero, a través de oscuros negociados, fue a pa­
rar a los bancos extranjeros. El propio Banco Mundial, en su
informe de 1985, lanza juicios severos sobre el uso que se dio
a los créditos externos en algunos países. Dice, por ejemplo,
sobre el caso de Bolivia:
"El mayor error de la política económica de este país du­
rante el decenio 1970-1980, consistió en la facilidad con que
el gobierno concedió su garantía al financiamiento externo
de proyectos, tanto públicos como privados. Las entradas de
capital, que estaban financiando ese proceso, fueron corres­
pondidas, sin embargo, por salidas de capital: más del 80%
de la deuda acumulada durante ese decenio financió la fuga
de capitales. El endeudamiento externo del gobierno para fi­
nanciar las inversiones públicas estaba así, en fin de cuentas,
financiando la acumulación, en el extranjero, de activos de
propiedad privada (Banco Mundial, Informe, 1985)
2. LA TRANSFERENCIA DE CAPITALES
AL EXTERIOR
La "fuga de capitales ” está asociada generalmente a la sa­
lida de divisas con fines especulativos, como resultado de in­
certidumbres políticas o económicas en el país de origen. Se
trata, por lo tanto, de dinero que se está “fugando” del país.
La “fuga de capitales” se realiza de diversas maneras.
Cuando en el país no hay controles de cambio o de capitales
en funcionamiento, los residentes nacionales simplemente
transfieren fondos al exterior al tipo de cambio vigente. Sin
embargo, muchas veces, aún los controles más estrictos sue­
len ser eludidos. La forma más común de hacerlo es declaran­
do una subfacturación de las exportaciones de parte de las
empresas productoras del país o a través de la sobrefactura­
62 fe
ción de las importaciones. En los países que tienen menos
control se lo hace por medio de un abierto contrabando de
monedas o de productos que dan lugar a ingresos en moneda
extranjera. Mientras las entradas que rindan dichas operacio­
nes se mantengan en el exterior y no se registren en las cuen­
tas de la balanza de pagos, constituyen riqueza e ingresos per­
didos para el país, es decir, “fuga de capitales”.
3. LA LOCURA DEL ARMAMENTISMO
El armamentismo es actualmente una verdadera locura co­
lectiva de la cual también se han contagiado gravemente la
mayoría de los gobiernos latinoamericanos.
El volumen total de los gastos militares fue 19 veces ma­
yor que toda la asistencia oficial proporcionada a los países
del Tercer Mundo durante el año 1980. Estos gastos ascien­
den a más de un millón de dólares por minuto. Un solo minu­
to de gastos militares equivale a la suma necesaria para ali­
mentar, durante un año, a 2.000 niños del Tercer Mundo. ¡To­
da la ayuda que los países industrializados otorgan equivale a
lo que gastan ellos en armamentismo en sólo 18 días!
Pero si es intolerable moralmente que los países ricos in­
viertan esa fabulosa cantidad de dinero en armamentismo, lo
es todavía más, si cabe, el que los endeudados países de Amé­
rica Latina malgasten, gran parte de los créditos, en la adqui­
sición de armamento.
Esta carrera armamentista, en la cual se hallan enrolados
todos los países de la región, obedece a tres tipos de razones:
Zas militares, las políticas y Zas económicas.
Las razones militares se basan en la seguridad armada de
los países y en la eficiencia de sus ataques. Las razones polí­
ticas buscan el predominio de unos países sobre otros. Las ra­
zones económicas son las más espectaculares, ya que la ven­
ta de armas es el negocio más grande y más lucrativo de nues­
tros tiempos.
SÍ 63
 No hay datos exactos sobre los montos globales que los
países de la región invierten en la compra de armas, ya que se
esconden celosamente esos gastos con él rótulo de “reserva­
dos”.
Según el Instituto de Estocolmo de Investigaciones para la
Paz (SIPRI), más de 10% del armamento que venden los paí­
ses industrializados para los gobiernos de América Latina,
benefició a los grandes fabricantes de armas de los países ri­
cos.
Ese derroche de dinero, fuera de ser moralmente inadmisi­
ble, ha sido y es injustificado en lo económico y contraprodu­
cente en lo político. Por otro lado, ello ha contribuido, enor­
memente, a reforzar los lazos de dependencia tecnológica,
económica y política de estos países con relación a sus pro­
veedores internacionales.
El renunciar a esa loca carrera armamentista es una exi­
gencia grave de la justicia. Desarmar; desarrollare institucio­
nalizar es un sólo e idéntico problema; una sola e idéntica so­
lución.
EL MUNDO GASTA 30.000 DÓLARES POR SEGUNDO.
O SEA 1.800.000 DÓLARES POR MINUTO. EN FABRI­
CACIÓN DE ARMAS. MIENTRAS, CADA 2 MINUTOS.
MUERE UN NIÑO EN EL TERCER MUNDO.
En vez de promocional- la venta de armas, sobre lodo a paí­
ses que no pueden permitirse esas compras, los EE.UU. debe­
rían promover un convenio internacional que reduzca este co­
mercio mortífero.
El gasto militar mundial es igual al ingreso de casi la mi­
tad de la población del mundo. En el año 1992, el gasto mi­
litar mundial fue de 815.000 millones de dólares y todo el in­
greso del 49% de la población mundial fue de 815.000 millo­
nes de dólares.
El armamentismo es:
• PELIGROSO EN LO SOCIAL
• INJUSTIFICADO EN LO ECONÓMICO
• CONTRAPRODUCENTE EN LO POLÍTICO
• NOCIVO EN LO ECOLÓGICO
• INTOLERABLE EN LO MORAL
El monto total de la ayuda de los países industrializados al
desarrollo no llega al 51 de los gastos militares. El detener
la carrera armamentista es la primera exigencia para la paz
mundial y para el desarrollo de los pueblos.
(BRANDT, Willi: "Un programa para la supervivencia")

4. GASTOS EN ARMAMENTISMO Y DESARROLLO

El contraste entre los gastos de armamentismo y el desa­

rrollo, refleja el hecho de que la prioridad se ha desplazado de
la satisfacción de las necesidades humanas hacia el fortaleci­
miento de la “seguridad nacional” y representa una distorsión
masiva en la asignación de los recursos. En el año 1982, por
ejemplo, los gastos militares de los países industrializados
fueron 17 veces mayores para la defensa que para la ayuda
exterior y casi dos tercios de esos fondos se orientaron hacia
la ayuda militar.

64 fe 65

1. LA MORALIDAD Y LA INMORALIDAD
DE LA DEUDA
La deuda externa es, ante todo, un problema moral o dicho
con más propiedad, es un problema “inmoral”.
Parecería que los economistas y los políticos latinoameri­
canos por fin se van poniendo de acuerdo en que la deuda ex­
terna es impagable e incobrable. ¡Pero esto no es más que una
evidencia matemática!
También comienza a ser una voz común aquello de que la
deuda externa, más que un problema económico, es un pro­
blema político.
Pero estas dos conclusiones no son suficientes. Hay que
calar más hondo. En el fondo, todo gran problema político, es
un problema ético. La deuda externa es, ante todo y sobre to­
do, un problema moral.
Cuando hablamos de imposibilidad de pagar, nos move­
mos únicamente en el terreno de las posibilidades o conve­
niencias. Pero cuando hablamos de moralidad o de inmorali­
dad (como en el caso presente) nos movemos en el terreno de
72
los deberes. Si los fundamentos sobre los que asienta esa
enorme masa de dinero de la deuda son inmorales, la conclu­
sión lógica será que no hay obligación de conciencia para pa­
garla.
El mero lenguaje de los números lleva a la conclusión de
que la deuda no se puede pagar; el defender que la deuda es
un grave problema político, nos lleva a la conclusión de que
no conviene pagarla; el probar que las cláusulas y condicio­
namientos en los que se basa la deuda son inmorales, nos lle­
va a la conclusión de que la deuda no se debe pagar.
Por otro lado, insistir única y exclusivamente sobre el he­
cho de que la deuda es impagable, es ponerse en una posición
de debilidad y de dependencia. Parecería que lo que se está
pidiendo a los acreedores es misericordia y compasión. Esto
implica siempre una actitud de inferioridad e impotencia.
Quien solicita compasión, reconoce implícitamente que el de­
recho no está de su parte.
Todo el problema de la deuda, tan profundo y tan dramático
para nuestros pueblos, se lo debe plantear en términos jurí­
dicos y en términos de ética internacional.
2. LA INMORALIDAD EN LOS CONTRATOS DE
PRÉSTAMO
Los contratos de préstamo poseen características propias.
Sus cláusulas tienen una redacción uniforme y, consecuente­
mente, las posibilidades de modificarlos son muy remotas.
Además de los intereses, hay que pagar numerosas comi­
siones que elevan de manera considerable el costo del finan-
ciamiento. Tales comisiones incluyen la "comisión del mane­
jo ”, que consiste en un porcentaje fijo sobre el monto total
del préstamo y que debe pagarse al banco al momento de fir­
marse el contrato: su objeto es compensar los gastos y esfuer­
zos de organización del consorcio. La "comisión de agencia ”
debe pagarse al agente intermediario y corresponde a un por­
S? 73
 centaje fijo. Además, el prestatario debe reembolsar a los
bancos todos los gastos efectuados en la organización del fi-
nanciamiento, que incluyen los servicios correspondientes a
gastos de viaje, comunicaciones, correo, honorarios de abo­
gados, publicidad, preparación e impresión del memorándum
de información y otros similares...
Los contratos designan invariablemente a los tribunales de
EE.UU. o del Reino Unido para resolver cualquier disputa.
Es lo que se llama “cláusula de jurisdicción”. Esta cláusula
plantea delicadas cuestiones acerca de la validez, ya que las
leyes de los países latinoamericanos prohíben la resolución
de los asuntos públicos por jurisdicciones distintas a las na­
cionales. En cuanto a la facultad de determinar la ley o juris­
dicción aplicables, los deudores no tienen opción alguna.
La mejor alternativa posible para los bancos acreedores ha
sido, hasta el momento, la “renegociación de la deuda”. Es­
to les ha permitido, por el momento, el que la crisis no haya
afectado de una manera notoria a sus intereses financieros.
La mayoría de Jos países latinoamericanos ha renegociado
su deuda en condiciones altamente negativas.
Los bancos se han servido de los siguientes recursos para
imponer sus criterios en la reestructuración de la deuda:
♦ Actuar bajo la representación de un comité único, presi­
dido por alguno de los bancos más poderosos.
♦ Mantener separados a cada uno de los países deudores,
aplicando el criterio de que las negociaciones se harían
siempre "caso por caso".
♦ Conducir las negociaciones y suscribir los contratos don­
de ellos tienen sus oficinas principales (Nueva York,
Londres...).
♦ Utilizar el inglés como idioma oficial de renegociación.
♦ Disponer del más competente asesoramiento legal y fi­
nanciero, prácticamente sin costo alguno para ellos, ya
que lo deben pagar los deudores.
74 fe;
» Aplicar a otros países los términos de negociaciones
convenidos con México en su crisis de 1982.
Para la Banca Internacional tienen mucha importancia los
términos de la renegociación que ellos hicieron con México
en 1982. Los ponen como modelo utilizable para los demás
países. Sin embargo, aquello que fue aceptable para México
en ese momento, no quiere decir que lo sea ahora para otros
países con diferentes problemas económicos y estructurales.
La capacidad de negociación de los países endeudados ha
disminuido en la medida que se ha deteriorado su poder eco­
nómico. El sistema bancario internacional exige que la deuda
sea refinanciada y calificada como una nueva operación, dis­
tinta de la original. Esta estrategia permite a los bancos obte­
ner condiciones más favorables para ellos.
Los términos "refinanciamiento" y “reprogramación” o
“reestructuración”, implican contenidos muy diferentes,
aunque muchos los empleen indistintamente.
“Reprogramación” o “reestructuración” de la deuda,
consiste en la ampliación o postergación de los períodos de
pago de los intereses o de las amortizaciones o en la reduc­
ción de esos montos; en cambio, el término “refinanciación ”
(que los bancos quieren hacer prevalecer), significa el concer­
tar una operación totalmente distinta a la original, sustituyén­
dola por una nueva.
En el período de exceso de la oferta de petrodólares (des­
de 1973 hasta 1980), los bancos tenían necesidad de prestar
dinero a los países latinoamericanos. Estos podían elegir la
mejor oferta, obligando así a los bancos a reducir su coefi­
ciente de interés. A partir de 1982, las cosas cambian radical ­
mente. Ahora los bancos, mediante la "refinanciación”, pue­
den aumentar el coeficiente de sus ganancias. Al haber menos
oferta de dinero, las condiciones se vuelven más duras para
quienes tienen que recurrir al préstamo y más favorable para
los prestamistas.
Sí 75
 Los bancos han rechazado sistemáticamente el que se in­
cluyan los intereses vencidos en la renegociación de la deuda.
En cambio no tienen dificultad en refinanciar el pago del ca­
pital. En la medida en que los países deudores continúen pa­
gando los intereses, los bancos pueden mantener, frente a sus
accionistas y autoridades, las apariencias de una situación
normal. El querer mantener esa apariencia de normalidad lle­
va a los bancos a otorgar nuevos préstamos, antes que incluir
los intereses en una refinanciación.
| te, ni en el poder de sus argumentos, sino en la unión solida­
3. NO TODA DEUDA SE DEBE PAGAR
Es un principio moral, universalmente aceptado, que las
deudas se deben pagar.
Sin embargo, si el pagar una deuda genera males propor­
cionalmente más graves que el bien que se hace pagando, no
habría obligación moral de pagarla; si las condiciones en las
que se firmaron esos contratos no estaban basadas en normas
morales y jurídicas universalmente aceptadas, tampoco ha­
bría obligación estricta de honrarlas; si, los países, o el siste­
ma bancario internacional, que otorgaron esos créditos, se hu­
bieran compensado ya de las erogaciones que efectuaron, ya
sea a través de \afuga de divisas hacia los bancos de esos paí­
ses, o por medio de un comercio injustamente desigual en lo
que se refiere al precio de las materias primas, tampoco ha­
bría obligación moral de pagar.
Habría que analizar también si ciertos gobiernos que fir­
maron esos créditos, tenían capacidad para hacerlo en nom­
bre de un pueblo al cual, de ningún modo, representaban;
¿tendrá el pueblo que pagar aquellas deudas, para contraer las
cuales no dio, ni directa ni indirectamente, su consentimien­
to, y que nada, o en ínfima parte, le han favorecido?
¿Tienen obligación moral los países deudores de someter­
se a pagar intereses fluctuantes que se han duplicado, tripli­
cado y quintuplicado desde la fecha en la que se firmaron
esos créditos? ¿Tienen que pagar religiosamente los países de
América Latina cuando son sus propios acreedores quienes
controlan el mercado internacional y provocan una continua
76 5c;
depreciación de sus materias primas? De los 18 rubros de ex­
portación más importantes de América Latina, 17 han sido
afectados por sensibles deterioros en sus precios en los últi­
mos dos años.
Es evidente que los países de América Latina están toman­
do posiciones más firmes y unitarias frente al problema de la
deuda.
La fuerza de los débiles no está en el derecho que les asis­
ria. Hay que amalgamar los argumentos económicos, con los
políticos y los éticos de tal modo que todos ellos sirvan para
concertar la unidad regional de pensamiento y de acción ante
los acreedores.
La transferencia neta de capitales de América Latina hacia
los países industrializados socavando toda la posibilidad de
crecimiento, a la larga significará entrar en insolvencia real.
Las exigencias de los acreedores son tan graves que están ya
repercutiendo, por carambola, en los mismos que las impo­
nen. Los acreedores no sólo deben exigir que se les pague;
deben procurar también crear las condiciones para que exista
posibilidad de pagar. Esas “posibilidades de pagar” están ín­
timamente ligadas al crecimiento real de las economías de es­
tos países. La situación por la que pasa actualmente Améri­
ca Latina es humanamente injusta, económicamente irracio­
nal y socialmente intolerable.
Esquemáticamente podríamos resumir así los principales
cueslionamientos morales sobre pago de la deuda externa:
LA DEUDA EXTERNA:
¿EXISTE OBLIGACIÓN DE PAGARLA?
LAS CONDICIONES DE LOS CRÉDITOS SON INMORALES
• Los intereses que se cobran actualmente están por encima
de la tasa real.
• Son intereses fluctuantes que se han llegado a duplicar y
a triplicar sin consentimiento de los deudores. Son intere­
ses usureros.
S? 77
 ♦ Mientras suben los intereses siguen bajando los precios de
las materias primas de los países del Tercer Mundo.
♦ La deuda ha ido creciendo por efecto;de las revaluaciones
del dólar.
♦ América Latina ha transferido a los países ricos cerca de
40.000 millones de dólares anualmente en el último trienio.
FUE CONTRAÍDA EN GRAN PARTE
__________ POR GOBIERNOS ILEGÍTIMOS
♦ Los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Soli­
via... etc., que contrajeron gran parte de la deuda, no te­
nían capacidad jurídica para hacerlo.
♦ Los gobiernos y la banca internacional acreedora cono­
cían esta situación.
♦ La mayor parte de esos fondos no fueron invertidos en
beneficio del país.
♦ Esos créditos no fueron avalados por el pueblo, ni directa
ni indirectamente.
♦ La obligación de devolverlos recaería, a lo sumo, sobre
quienes directamente se beneficiaron con ellos.
PAGAR LA DEUDA TRAERÍA GRAVES MALES
A LOS PAÍSES DEUDORES
♦ Si se paga el servicio de la deuda aumentará la desocupa­
ción, el hambre, el desabastecimiento, la mortalidad...
♦ Una ley o un contrato no obliga moralmente cuando su
cumplimiento causa un daño proporcionalmente grave.
LOS PAÍSES ACREEDORES Y SUS INSTITUCIONES FINANCIE-
__ RAS YA SE HAN COMPENSANDO ECONÓMICAMENTE
♦ El deterioro continuo de los precios de intercambio co­
mercial internacional transfiere cada vez más dinero de
los países pobres hacia los países ricos.
♦ Gran parte de los fondos que se otorgaron en forma de
créditos han vuelto a los bancos comerciales internaciona­
les a través, sobre todo, de la fuga de capitales.
♦ Si sumamos al dinero que paga América Latina por con­
cepto de utilidades e intereses, la fuga de capitales y las
ganancias de los países industrializados por el comercio
desigual, se llega a la conclusión de que la región no es
deudora sino acreedora.
♦ América Latina es exportadora neta de capitales.
78 5c;
4. ¿DEUDA JUSTA O DEUDA INJUSTA...?
Es de capital importancia analizar si la deuda es justa o in­
justa.
La moral ha de tener como interés prioritario de su queha­
cer el contribuir a la solución del problema más grave de
América Latina: la situación de pobreza, de despojo de sus
bienes, de opresión y de muerte que padece la inmensa mayo­
ría de la población.
La inmoralidad del comercio internacional fue denunciada
por Pablo VI en la encíclica “Populorum Progressio”, en es­
tos términos: “Una economía de intercambio mundial no pue­
de seguir descansando sobre la sola ley de la libre -.concu­
rrencia, que engendra, con frecuencia, una dictadura econó­
mica. El libre intercambio sólo es equitativo si está sometido
a las exigencias de la justicia social”. (No. 59)
Muchos piensan que la deuda externa de América Latina
es moralmente justa porgue se basa en un acuerdo mutuo. El
mutuo acuerdo no es suficiente para determinar por sí mismo,
la moralidad de un contrato. La obligatoriedad de un contra­
to, como de cualquier ley, no proviene de la intención que
quieran darle los firmantes, sino de la rectitud y justicia del
contrato mismo. No es suficiente, por lo tanto, analizar los
acuerdos internacionales para concluir cuáles son los térmi­
nos de la obligatoriedad moral. Hay que examinar la legali­
dad y la eticidad misma de sus cláusulas.
En el caso de la deuda externa, analizando todos sus one­
rosos condicionamientos, se ve que lo que prima es la ley del
más fuerte. Son contratos leoninos que no están de acuerdo,
ni con las normas más elementales de la moral, ni siquiera
con las normas históricas que han regido durante muchos
años las transacciones internacionales.
La deuda, para ser moralmente obligatoria, debe enmar­
carse dentro de las normas de la justicia.
En primer lugar, tenemos que preguntarnos con gué crite­
rio vamos a determinar lo que es justo. Muchos dirán que es
justo lo que está determinado por las leyes establecidas; pero
tendremos que preguntarnos, con qué criterios vamos a juz­
gar si una ley es justa o injusta. ¿Es suficiente con que esté
establecida? ¿Basta con que provenga de la autoridad? No.
79
 Muchas de las leyes que rigen nuestra sociedad provienen de
la voluntad y del poder de los más fuertes y, en buena medi­
da, están encaminadas a defender sus intereses.
En el caso de la deuda externa es evidente la parcialidad
de la ley del más fuerte. El FMI, los grandes consorcios fi­
nancieros y los gobiernos de las naciones industrializadas,
imponen sus criterios y esos criterios siempre responden a sus
propios intereses. Ellos imponen las tasas de interés, los pla­
zos, los montos y las condiciones de los préstamos y estas im­
posiciones son un poderoso instrumento de control económi­
co y político.
Podría parecer, a primera vista, qué una deuda contraída
sobre la base de un mutuo acuerdo es justa y que, por lo tan­
to, debe ser pagada religiosamente, pero ¿no cabe aquí lo que
la moral tradicional enseña sobre el justo interés o usura? El
agiotista se aprovecha de la situación precaria de la gente pa­
ra cobrar intereses excesivos. ¿No es esto acaso lo que se da
entre los bancos, entre las empresas y entre las naciones?
Todo lo anterior deja en claro la injusticia en la que se es­
cribe la actual deuda internacional y lo injusto de un sistema
económico mundial que posibilita, propicia y legitima este ti­
po de situaciones.
Según un principio de justicia, no sólo cristiano, sino tam­
bién aceptado en muchos códigos civiles, nadie está obligado
a cumplir con un contrato injusto. Por eso, mientras se llega
a urgentes soluciones entre acreedores y deudores, se debe
aceptar el que los gobiernos de nuestros países tienen el dere­
cho de tomar las medidas necesarias para lograr un mínimo
crecimiento económico y una situación de subsistencia digna
para todo el pueblo. El contar con lo necesario para la propia
subsistencia, tanto de una persona, como de una familia o de
todo un pueblo, es un derecho inalienable, (cfr. Revista christus,
“Deuda externa: Situaciones alternativas”. N° 601, México)
5. LÍNEAS DE ACCIÓN
A modo de conclusión proponemos los siguientes criterios y
líneas de acción con relación al problema de la deuda extema,
elaborados en la reunión realizada en Lima: “Deuda externa,
desarrollo y cooperación internacional”.
80 5*
1.- El problema de la deuda es una expresión o episodio de
la misma crisis del sistema capitalista mundial, que incluye el
Norte y el Sur, pero que tiene su centro más dinámico en el
Norte.
Las causas van, desde la lógica espontánea e impersonal
del sistema capitalista, hasta la acción de los banqueros. En­
tre ambas se señala la importancia de las empresas transna­
cionales y su funcionamiento mundial y de las políticas eco­
nómicas de los gobiernos de los países industrializados, espe­
cialmente los Estados Unidos.
2 - Lo anterior no excluye la responsabilidad de los go­
biernos de los países del Sur. Esta responsabilidad se refiere,
tanto a la aceptación de los ajustes recesivos, impuestos des­
de el exterior, como a la desigual distribución social de sus
costos. Sobre todo, hay que recalcar la responsabilidad de las
dictaduras, y la no responsabilidad de las inmensas mayorías
latinoamericanas, excluidas de toda decisión.
3. - Sobre el pago de la deuda externa se plantean diversos
enfoques. Uno de ellos afirma que América Latina ya pagó la
deuda con creces y que toda ella es ilegítima. Otro plantea­
miento contra su diagnóstico es la ilegitimidad de partes im­
portantes de la deuda y en diversos causales de ilegitimidad.
Otro, acentúa la imposibilidad de pagarla y también afirma
que no se debe pagar.
Otros ponen el acento en las dificultades de pagar la deu­
da en las actuales condiciones y señalan que lo conveniente
es postergar los pagos por medio de moratoria, o reducir uni­
lateralmente los pagos con diversas fórmulas.
4. - El análisis llama la atención sobre el impacto de la caí­
da de los precios de los productos básicos. Ese problema se
ahonda más y, al parecer, se hace definitivo con el proceso de
sustitución de materias primas, derivado de las innovaciones
tecnológicas desarrolladas en los países industrializados.
La círculo vicioso deuda-precios internacionales es cono­
cido e importante. Para pagar la deuda se aumenta el volumen
exportado, lo cual genera una sobre oferta relativa, que baja
mas aún los precios internacionales, obligando a aumentar
nuevamente el volumen exportado para mantener el valor de
las exportaciones.
si
 CAPITULO VI
TEMAS:
1. - La Deuda Externa ¿Qué es?
2. - Radiografía de la Deuda Externa de América Latina
3. - El Origen de la deuda
4. - La Deuda Externa y la usura
5. - La Deuda Externa como violadora de los Derechos Humanos
6. - La Deuda Social
1.- LA DEUDA EXTERNA ¿QUÉ ES?
Cuando hablamos de deuda externa ¿a qué
nos referimos exactamente...?
No toda deuda de un país es deuda externa.
Tampoco toda deuda con extranjeros (personas
o entidades bancadas) es “deuda externa”.
La deuda externa es una deuda pública
contraída en divisas, es decir, en moneda
extranjera. La deuda externa, por lo mismo,
nunca se puede pagar en moneda nacional.
Una deuda con extranjeros que pueda
pagarse con moneda nacional no entra en el
concepto de “deuda externa”.
Todos los países del Tercer Mundo viven
agobiados bajo el peso de la deuda externa.
La pueden pagar única y exclusivamente
con las divisas obtenidas por medio de sus
exportaciones. No tienen otra opción. El
Pagarla con nuevos créditos, (seguir
endeudándose para seguir pagando como,
^■Rentablemente hacen nuestros
Gobiernos) no es más que aplazar y agravar
Profundamente el problema.
R»'.; 221
Las posibilidades de pago están relacionadas,
inexorablemente, con las divisas obtenidas por
las exportaciones. Pero resulta que el valor de
las exportaciones depende de las
fluctuaciones de los precios internacionales
que de ningún modo, controlan los productores
endeudados, sino sus acreedores. Nuestros
países saben cuanto cuestan los productos
que producen y venden, pero no saben qué
precio les van a pagar por ellos.
Los países deudores están en las manos y a
voluntad de sus prestamistas. En realidad,
las posibilidades reales de pagar la deuda
están más relacionadas con las decisiones
comerciales internacionales de los grandes
acreedores, que no con la buena voluntad
de los países endeudados para pagarla.
Endeudarse es volverse, cada vez más débil
y más dependiente.
Las deudas externas del Tercer Mundo son,
casi exclusivamente en dólares norte­
americanos, aunque hay también en euros y
en yens.
El pago de la deuda externa depende,
exclusivamente, de la capacidad de lograr
un superávit en el comercio exterior.
La balanza comercial (la relación entre
exportaciones e importaciones de
mercancías) determinan las posibilidades de
pago de los países deudores.
Además de las exportaciones de
mercancías, los países tienen posibilidades
de vender servicios al exterior. Sin embargo,
en el caso de Bolivia esas posibilidades son,
prácticamente nulas, si se exceptúan los
ingresos por turismo.
Nuestras exportaciones, lo mismo que las de
los demás países endeudados, consisten
predominantemente en materias primas.
Todos los productos de exportación tienden
a bajar en la medida en que nuestros países
aumentan su producción y su venta al
exterior. Los esfuerzos por mejorar la
producción, presionan negativamente y
hacen bajar los precios.
Esto favorece únicamente a los prestamistas
que son los principales destinatarios de esos
productos.
2.- RADIOGRAFÍA DE LA DEUDA EXTERNA DE AMÉRICA LATINA
La deuda de los países pobres sigue aumentando
a un ritmo promedio de 100 mil millones de
dólares por año.
En América Latina la deuda creció de 300 mil
millones de dólares de 1980 a 660 mil millones de
dólares en 1998 y a 707 mil millones en el 2000.
Desde 1982 hasta 1997. América Latina ha
destinado al pago de intereses y amortizaciones
nada menos que 740 mil millones de dólares, una
cifra mayor al valor real de la deuda.
En América Latina ha ido creciendo la deuda en
forma dramática por diversos factores.
Desde 1980 a 1990 se pagaron, por concepto de
intereses y amortizaciones, 418.000 millones de
dólares. Sin embargo, la deuda no disminuyó a
pesar que disminuyeron los créditos.
En 1994 había subido la deuda a 533.000 millones
de dólares. Ahora, en el año 2000. América Latina
debe 707.000 millones de dólares.
222
En conclusión: la deuda externa es
impagable. El mercado, tal como está
organizado, no permite que los países
endeudados consigan los ingresos
necesarios para pagar la deuda externa.
Sin embargo, muchos se preguntan sobre el
enorme endeudamiento de los EE.UU. 1
¿cómo puede ser que EE.UU. sea el país
más endeudado, y por otro lado, goce ae
una economía tan exitosa?.
EE.UU., es un país endeudado pero su
deuda es de otra naturaleza: En realidad, no
tiene “deuda externa” ya que ésta se da
solamente cuando se debe en moneda
extranjera. La de EE.UU. es una deuda
interna. Aunque debe millones de sumas de
bonos y títulos a organismos o a personas
extranjeras, lo debe todo en su propia
moneda. Este tipo de deuda no crea ninguna
dependencia externa ni conflictos con el
sistema bancario o con los poderosos
Organismos Internacionales de Desarrollo.
F. Hinkelammert ¿ “Hay una salida al problema
de la deuda externa? Alternativas
Ed. Lascasiana Managua 1999.
Si hacemos un cálculo elemental, nos topamos
con una extraña paradoja: América Latina ha
pagado más de 740.000 millones de su deuda y
sin embargo, sigue debiendo más que antes.
Quiere decir que ha pagado más de lo que debe.
En realidad, lo que se ha pagado no ha sido la
deuda, sino los servicios de la deuda. Por otro
lado, los intereses que entran en mora, se
capitalizan y se pagan intereses sobre los
intereses no cancelados.
Esto nos recuerda a aquella anécdota del
campesino arrendero que, por más que él y su
familia trabajan para el patrón, siempre vivían
endeudados y estando gravemente enfermo, pidió
que le pusieran sobre su tumba la siguiente
inscripción: “Sudó trabajando, vivió pagando y
murió debiendo ”,
 --------—r— — -------------- —-------- "rr—:—-■' 1—ns 1—~—1—■-------- : ~—7TT

DEUDA POR HABITANTE

Ciada habitante de un país andino debía, en promedio, por la deuda extema pública y
privada de la región 1.071 dólares en el año 2000, según cifras de la secretaría de la
¡¿privada
Comunidad Andina de Naciones (CAN) para ese año.
Por países, la deuda pública externa de cada poblador fue el año 2001 de 914 dólares
para los venezolanos, de 857 para los ecuatorianos, de 762 para los peruanos, de 5839
para los bolivianos y de 479 dólares para los colombianos y para un promedio regional
de 710 dólares por persona.
En promedio, las deudas externas del sector privado fueron de 307 dólares por habitante,
aunque entre los cinco países hubo diferencias significativas.
Sumadas las deudas con la banca externa y la multilateral, en Venezuela cada habitante
debía 1.405 dólares (6.63 salarios mensuales mínimos locales), en Perú 1.079 dólares
(9.48 salarios mínimos), en Ecuador 1.033 dólares (7.85 salarios mínimos), en Colombia
787 dólares (6.7 salarios mínimos) y en BOLIVIA 782 dólares (14.22 salarios locales).
Desde 1997, como aconteció en el resto de América Latina, la deuda externa andina ha
vuelto a aumentar su participación como porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB).
Según un documento de la CAN, el crecimiento de la deuda con relación al PIB es
consecuencia “de que el crecimiento económico declinó marcadamente”.

LA DEUDA CON RELACIÓN AL PIB

■
,¡ En el caso de la deuda pública externa de Así en Ecuador y Perú, se destinó más del
^Ecuador, ésta llegó a significar un 78;2% 10% del presupuesto del gobiernos central
^del PIB, en BOLIVIA un 55.5%, en °erú un al pago de ios intereses de la deuda
*$37.6%, en Colombia un 27% y en externa.
Venezuela un 18.4%.
Tras la década de los ochenta en la que
Los intereses de la deuda para los países estalló la crisis de la deuda latinoame­
andinos llegó a sobrepasar en algunos ricana y que llevó a drásticos y costosos
casos las asignaciones de los ajustes de la región, excepto en Colombia,
¿presupuestos de los , gobiernos para se logró restablecer los flujos de capital,
sectores de alto Impacto socioeconómico. especialmente los de origen privado.
■ir/- • :
ÍSfcív' ..-.ii--.-: ' ;. < —

3.- EL ORIGEN DE LA DEUDA

Al endeudamiento actual de la gran mayoría
de los países se lo ha denominado “la deuda
de los petrodólares” ya que su origen
circunstancial coincide con la descontrolada
subida del precio del petróleo por decisión
unilateral de los países de la OPEP (países
Exportadores de Petróleo) en efecto, a
finales del año 1972 los precios del petróleo
comenzaron a subir hasta cuadruplicar y
quintuplicar su valor.
Los países industrializados, casi todos ellos
carentes de ese imprescindible energético,
tuvieron que pagar los altos costos: se creó,
de este modo una enorme masa de capital
que quedó en manos de los bancos de
Europa y EE.UU., ya que los países expor­
tadores de petróleo (casi todos ellos países
no industrializados) no tenían capacidad para
invertir toda esa ingente cantidad de dólares.
Los bancos prestamistas trataron de lanzar
toda esa masa de dinero al mercado.

223
’régorio Marte
Los clientes no se hicieron esperar. Casi
todos los países latinoamericanos se
apresuraron a lograr esos créditos, que se
conseguían con gran facilidad y en
magnitudes, prácticamente ilimitadas. Ese
capital se generaba en los precios
superdimensionados del petróleo, sin
relación alguna al trabajo útil. Era un capital
especulativo. La deuda no es una causa de
la crisis internacional, sino un efecto de ella.
Por otro lado, aunque los intereses eran
bajos, sin embargo, había que aceptar su
4.- LA DEUDA EXTERNA Y LA USURA
Muchas veces se ha afirmado que la mayor parte de
la deuda externa está vaciada porque ha sido
contraída en condiciones claramente usureras
¿Hasta dónde es verdad esta afirmación?
Establecemos una relación crediticia normal cuando
compramos a crédito un televisor o una casa. El
banco nos otorga un crédito que debemos devolver en
cuotas prefijadas y con un recargo que se denomina
interés. El servicio de esa deuda lo constituyen el
monto de la cuota de amortización que debemos
pagar cada mes más los intereses.
La lógica del sistema de crédito, cuando éste es
oneroso y desproporcionado llevan a convertir al
deudor en un verdadero esclavo. Las cuotas e
intereses que no pueda pagar se irán capitalizando y
tendrá que pagar nuevos intereses sobre intereses no
pagados. El prestamista se convierte en usurero. La
situación de emergencia hace que el deudor vaya
perdiendo la libertad. La incapacidad de pago se
puede transformar, ella misma, en fuente de
ingresos para el prestamista. Se da el caso de
prestamistas (bancos o países) que buscan la
5.- LA DEUDA EXTERNA COMO VIOLADORA
DE LOS DERECHOS HUMANOS
El endeudamiento externo siempre ha tenido un
alto componente de clandestinidad. El
ocultamiento sistemático ha sido una de las
causas para que pueda “cocinarse” este “tremendo
banquete de insensatez”, como dice el gran
economista norteamericano John Kenneth Galbrait.
Los banqueros internacionales impusieron (y
siguen imponiendo) en los contratos de la deuda, la
cláusula de los “intereses variables”. Por lo tanto,
224
condición de “intereses fluctuantes”. Esto
hizo que los países endeudados tuvieran
que pagar intereses tres y cuatro veces
superiores a los que se había pagado en un
principio. Al principio de la crisis los intereses
fluctuaban entre el 4% y el 6%. En 1979 los
intereses de la tasa “Libor” habían subido a
11.9% y en 1981 ya estaban en 18.8%. En
1984, los intereses “Prime Rate", de New
York, habían alcanzado un 20%.
A esto hay que añadir otro 2%
por concepto de “comisiones".
incapacidad de pago del deudor para p
explotarlo mejor.
El cálculo usurero busca la máxima gana
derivada de la incapacidad de pago del deudor*
En la deuda externa no sólo dan intereses de í
usurero sino que se busca también la incapacidad^
pago del deudor.
El FMI ha ido imponiendo en América Latinará
denominado “ajuste estructural” que transfonáji
nuestras economías en pago de la deuda. La potee^-
aumentó y se limitaron radicalmente las función^
económicas y sociales del Estado. Los superávit w
la balanza comercial fueron para pagar los interesér
de la deuda.
Anualmente son más de 40.000 millones los que
deben pagar por la deuda latinoamericana^';
Solamente se ha llegado a pagar la mitad cotl
sacrificios sobrehumanos.
“Las relaciones internacionales entre deudores y
acreedores hoy son relaciones de un capitalis/Mi^
completamente salvaje” (F. Hinkelammert).
los intereses no son fijos, sino fluctuantes. Esos
intereses quedan librados, en forma totalmente
unilateral a la voluntad y a los intereses de los
acreedores que tienen poder para manejarlos según
su conveniencia. Por ejemplo en 1976, los intereses
en el mercado internacional eran de 6.2%, en 1981
se cobraban por las deudas contraídas
anteriormente intereses del 21.5%. Este aumento
supuso para nuestros países una erogación extra de
más de 100.000 millones de dólares.
Hay otros dos aspectos muy graves que vienen a
mostramos muy claramente la terrible injusticia
que significa la deuda extema.
El primero es la fuga de capitales. El banco
norteamericano “Morgan Guaranty” ofrece
datos muy comprometedores para nuestros países
y sus dirigentes políticos en este punto. La fuga
de divisas llega en muchos países
latinoamericanos, hasta el 70% de lo recibido, y
todo ello claro está depositado en cuentas
particulares. El Secretario adjunto del Tesoro
Norteamericano, David Mulford, llega a decir “la
deuda externa de los 30 más grandes deudores del
Tercer Mundo ya estaría prácticamente pagada, si
todo el dinero resultante de la fuga de capitales de
esos países volviera a sus Bancos Centrales”.
La CEPAL calcula la fuga de capitales de
Latinoamérica en 20.000 millones de dólares por año.
El otro problema directamente relacionado con la
deuda externa es el del deterioro en los términos
de intercambio comercial.
Datos de la CEPAL muestran que América Latina
y El Caribe han pagado en las dos últimas
décadas, un promedio anual de 35.000 millones
de dólares por el servicio de la deuda
(amortizaciones más intereses). Para lograr esos
fondos hubo que aumentar las exportaciones, ya
que la deuda no se puede pagar en moneda
nacional, sino en dólares. Nuestros países han
sufrido una constante devaluación en los
términos de intercambio comercial internacional.
Los precios de nuestros productos (básicamente,
materias primas) bajaron de un índice de 100 a
64. Considerando una exportación media, para
todos los países de la región, en unos 127.000
fe,¿DEUDORA O ACREEDORA...?
DEUDA EXTERNA
LATINO
AMERICANA:
• La deuda externa
sigue aumentando, a
nivel mundial, a un
ritmo de 100.000
millones de dólares
por año.
millones de dólares, la pérdida promedio sería de
45.000 millones de dólares al año.
(Paulo Shilling. Agenda latinoamericana. Pág.
30. 1999).
El tema de la deuda, antes que financiero es
político y ético y como tal debe ser encarado. Lo
que está en juego no son las cuentas de los
acreedores internacionales, sino la vida de
millones de personas que no pueden sufrir la
permanente amenaza de medidas recesivas y del
desempleo, que traen la miseria y la muerte”
(Cardenal Evaristo Ams).
El prestigioso analista económico, Oscar
Ugarteche, propone las siguientes sugerencias
para ir esperando los problemas que afectan,
sobre todo al Tercer Mundo.
• Eliminar al FMI que es parte de problema y no
la solución.
• Crear un Banco Central Mundial con Bancos
Centrales Regionales, para asegurar que todas
las monedas tengan reservas y no sólo el dólar,
como ahora.
• Crear el Club de Deudores para la negociación
con el Club de París y de Londres.
• Redefinir las políticas económicas del B.M. y
del BID.
• Fortalecer y darle nuevas funciones a las
NN.UU.
;’de vista ético, exportadora neta de capitales hacia los
o existe; ya
no países industrializados a través del
América comercio desigual, que ha significado
para nuestros países un continuo
deterioro de los precios de las materias
••• primas en relación a los productos
‘ ** elaborados que América Latina tiene que
rea,-. comprar a los países acreedores.
contabilidad totalmente objetiva,
•ica Latina ? no sale deudora, sino
dora..
225
P. Gregorio triarte
 La Deuda Externa: Sus Dimensiones
y Exigencias Morales
TEMAS:
1. - El Endeudamiento Externo de Bolivia
2. - ¿Quiénes nos Endeudaron?
3. - La Deuda Social
4. - La Condonación o alivio de la Deuda
5. - Países Beneficiados por la “Iniciativa H.I.P.C.”
6. - Juicio Crítico sobre el “H.I.P.C.”
7. - Líneas de Acción frente a la Deuda
8. - La ética interpela a la Deuda Externa
9. - Las Deudas no siempre se deben pagar

EL ENDEUDAMIENTO EXTERNO DE BOLIVIA

Bolivia es uno de los países gravemente pobre y
altamente endeudado, que está considerado por
el FMI y el BM dentro del HIPC. La deuda
externa total a largo plazo del país alcanza a una
suma aproximada de 4.500 millones de dólares
(1); de esta suma más del 90% se refiere al sector
público, o está garantizada por el Gobierno
boliviano (ver para éste y los datos siguientes, los
cuadros a continuación).
La estructura de acreedores de Bolivia está
dominada por acreedores públicos. El 64,7% de
la deuda externa pública, o garantizada por el
gobierno^ fue contraída ante organismos
multilaterales, entre ellos el Banco Interamericano
de Desarrollo, como el más grande acreedor. El
34,3% de la deuda es bilateral. Los acreedores
privados juegan ahora un rol marginal para la
deuda pública (alrededor de 1% del total). Hasta
1980 retenían los acreedores privados casi la
mitad de la deuda externa del Gobierno
Boliviano; en 1990 sólo un 10%. Este cambio
debe ser atribuido en primer lugar a
condonaciones de la deuda en el ámbito privado
(entre otras, por amplias operaciones de recompra
en el ámbito del Plan Brady). Por otro lado, se
deben al ya desde años válido y estricto
compromiso del Gobierno de recibir créditos
solamente de acreedores públicos, y en lo
posible, bajo condiciones concesionales.
Por ello la estructura de la deuda está caracterizada
por una proporción grande de deudas
concesionales. Estas alcanzan aproximadamente
al 57% del total. Las deudas hacia acreedores
bilaterales son concesionales en un 90% y
respecto a acreedores multilaterales (inclusive
FMI) en aproximadamente un 60%. Bolivia está
considerado como un país que sólo le está
permitido recibir créditos concesionales del
Banco Mundial a través de la filial de éste IDA
(Intemational Development Association): no
puede recibir los créditos IBRD condicionados
por el mercado.

Realidad de Bolivia, datos y análisis

344
Tercera Parte -
 Composición de la deuda externa
a diciembre de 2006 (en %)

Proyección composición de la deuda externa

BRASIL actual si se incluye la condonación del BID (en %)

r"
ESPAÑA
IDA-BM
7%
BRASIL

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco

Central de Bolivia y Banco Interamericano de Desarrollo

. . subieron desde el 2003

A fines de diciembre de 2008 el saldo de la deuda
externa de Bolivia llegó a 2.438 millones de
dólares, superior en un 10% respecto al 2007.
Los principales acreedores son la Corporación
Andina de Fomento (CAF). Con 39%; el Banco
lnteramericano de Desarrollo (BID), con 19%; el
Banco Mundial, con 11% y Venezuela, con 9%).
Los principales desembolsos recibidos el 2008
fueron de la CAF (42%) y Venezuela (35%); el
42% de estos recursos fue destinado a la
Administradora Boliviana de Carreteras (ABC).

BANCO MUNDIAL 261 280 16 25 2 2 32 116 399 209

BID 459 461 44 43 62 64 130 74 120 426
CAF 856 945 146 173 207 151 301 336 525 468
FIDA 45 45 3 3 - 19 15
FND 37 37 21 19
FONPLATA 30 28 5 6 36 34
OPEP 21 22 14 11
FMI - - - 15 - - - -
OTROS 14 9 3 3 8
•

ALEMANIA 51 57 7 0 0 11 28 19
BRASIL 127 114 6 22 20 230 21 286
ESPAÑA 120 107 4 4 18 -
FRANCIA 13 10 0 2 2 8 7
ITALIA 12 10 1 1 ■
CHINA 75 80 36 5 3 2 41 10 5
COREA 18 17 8 5 0 0 6 3
VENEZUELA 85 227 29 142 1 25 441 - 300
ARGENTINA 0 450 7 450 457

345
P. Gregorio Iriarte
DEUDA EXTERNA SE INCREMENTA PESE A SUPERAVIT
Adicionalmente, se están terminando los créditos
concesionales. Primero porque el mismo país se
está “poniendo pantalones largos” y pasará de país
de ingreso bajo a ingreso medio.
El análisis está contenido en el “Reporte de
Coyuntura” de la Fundación Jubileo con el título
“¿Continúa la cadena de la deuda externa para
Bolivia?”, publicado en octubre.
Si bien la deuda pública “es generalmente un
reflejo de la situación económica de un país” como
el caso de Bolivia que cuando mayor déficit
alcanzó también mayor fue el endeudamiento.
Deuda interna
La deuda interna del Sector público no
Financiero (SPNF), referida básicamente a la
deuda del TGN y generada por la política fiscal,
es de 2,773 millones de dólares, 10% más
respecto al 2007.
Por otra parte, la deuda interna del Banco
Central de Bolivia (BCB), generada por política
monetaria, se incrementó en 116%, debido a
operaciones de mercado abierto (bonos
adquiridos por particulares y empresas).

Sin embargo, el país en los últimos años, a pesar

del superávit fiscal igual “ha continuado
contratando deuda”, lo que “es paradójico”, señala
Deuda del SPNF
el informe. (sin deuda con 2.521 69% 2.773 53%
BCB)*
Recuerda que 2007 se contrataron 998 millones de
dólares y en el 2008 el monto se incrementó en
20,74 %, llegando a 1.205 millones. En tanto que
en el 2003, se registró uno de los montos más
elevados, la deuda externa de Bolivia llegó a 889 *De ese monto, la deuda con las AFP es de Sus. 1.557
millones. millones en el 2007, y Sus. 7.743 millones en el 2008.

347
 Reducción de la deuda
La deuda externa de Bolivia ha quedado
reducida a 2.198 millones de dólares,
después que al 31 de diciembre del 2005
era de 4.942 millones. El acontecimiento
es digno de una celebración y de
exteriorizar la debida gratitud del país a
los organismos internacionales de
financiamiento, por haberle condonado a
Bolivia más de la mitad de su deuda.
El Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) ha sido el último en oficializar la
condonación de 1.044 millones de
dólares, en la asamblea anual realizada
en Guatemala.
En el curso del año pasado lo hicieron el
Fondo Monetario Internacional (FMI) por
233 millones y el Banco Mundial (BM) por
1.511 millones. Sumados los tres perdones
llegan a 2.744 millones de dólares.
Este es el resultado del pedido que el
Grupo de los 8 países más desarrollados
del mundo hizo a dicho organismo, en su
reunión de julio del 2005 en Londres, con
.¿QUIENES TOS EINDEUDAROn?
LOS GOBIERNOS QUE MÁS SE PRESTARON
Los gobiernos que provocaron mayor endeudamiento
externo en Bolivia son los de Hugo Bánzer, entre
los gobiernos dictatoriales y Gonzalo Sánchez de
Lozada, en el actual período democrático.
Según una recopilación sobre la deuda externa de
Bolivia, realizada por la Confederación de
Jubilados y rentistas, las dictaduras fueron las
más afectadas al endeudamiento externo y entre
éstas, la de Hugo Bánzer, entre 1971 y 1978 fue
la que más créditos contrató.
Los gobiernos democráticos, comparativamente
con las dictaduras, han sido más cautos en la
contratación de créditos externos. Sánchez de
Lozada, no llegó a los 900 millones de dólares.
El máximo dirigente de los jubilados de Bolivia,
Wenceslao Argandoña, destacó que todo el
348
la finalidad de cooperar a la lucha contra
la pobreza en los 18 países más pobres
del mundo, entre los cuales fue incluida
Bolivia.
En consecuencia, los 2.744 millones del
alivio deberán ser invertidos en los
programas de combate a la pobreza. Sin
embargo, hay que aclarar que la
disponibilidad de estos recursos se
efectivizará a lo largo de varios años, al
dejar de pagar anualmente la deuda por
aquel monto.
El año pasado el servicio o pago de la
deuda externa fue de 325 millones de
dólares, de ios cuales 213 millones
correspondieron al capital y 113 a los
intereses. Hasta el año pasado, ei
cumplimiento de estas obligaciones
representó un peso considerable para el
Presupuesto General de la Nación.
A estas alturas se deberá reorganizar el
uso de los recursos de la condonación o
perdón de la deuda externa de Bolivia.
proceso de endeudamiento no fue sometido
“jamás” a la fiscalización de auditorías ni se
rindió cuentas del uso de esos recursos.
En Bolivia la deuda externa sirvió para engordar
a la clase política, empresarial y militar.
“Los grupos de poder utilizaron gran parte de los
recursos en forma discrecional, ese mal uso de la
deuda externa se expresó en la distribución a
funcionarios estatales de alto nivel, a los miembros
de las cúpulas políticas, empresariales y militares
ligados al poder quienes derrocharon sin ningún
control”, afirma el veterano sindicalista.
También recordó que la justificación de algunos
gobernantes en sentido de que la deuda sirvió para
ejecutar obras, se contrapone con la realidad de
que esas obras se han efectuado con sobreprecios 300 % de la vigente en 1971 y la cifra del monto
de 100 y 200 % de su costo real. contratado en 1978 pasa a ser el 400 % de la que
corresponde al año inicial. En términos absolutos,
La dictadura banzerista amplió de manera
sube de 800 a 3.100 millones de dólares, lo cual
exagerada la deuda externa del país -con lo cual
habla por sí solo de la irresponsabilidad con la
dilataba la existencia del capital dinerario-
cual actuó el aparato estatal.
alcanzando cifras que no tienen antecedentes en
el desarrollo de la economía boliviana. Dicha
deuda llega a representar en 1977 aproximadamente

Gral. Hugo Bánzer 1971-1978 i Sus. 2.234 millones Walter Guevara : 1979-3 meses Sus 28 millones
Gral. Juan Pereda 1978-3 meses Sus 141 millones Lidia Gueiler 1979-1980 ; Sus. 175 millones
Gral. David Padilla 1978- 1979 Sus. 533 millones Hernán Siles Suazo 1982-1985 ' Sus. 441 millones
Gral. Alberto Natusch 1979- (15 días) Víctor Paz Estensoro 1985-1989 ■ Sus. 134.6 millones
Gral. Guido Vildoso 1982-3 meses Jaime Paz Zamora 1989-1993 ' Sus. 258 millones
Gral. Luis G. Meza | 1980-1981 | Sus. 1.003 millones Gonzalo S. de Lozada 1993-1997 ¡ Sus. 891 millones
Gral. Celso Torrelio I 1981-1982

MALOS MANEJOS
El análisis sobre la composición de la deuda externa boliviana ha establecido que créditos
obtenidos del Banco Mundial por una proporción de hasta el 73 %, no llegaron' a beneficiar a los
sectores a los que estaban destinados.
En este sentido se mencionó el caso del desaparecido Banco Agrícola, cuya deuda fue adjudicada
a la deuda externa, sin que los fondos hubieran beneficiado a los sectores rurales a los que estaban
destinados.
Otro caso es el de García Meza que comprometió crédito, como el de Argentina, por razones
estrictamente políticas y para beneficiar a la dictadura argentina que hizo posible su llegada al
poder.
Para tomar en cuenta: la deuda externa de Bolivia al 30 de septiembre de 1999 ascendía a 4.570.3
millones de dólares, según las últimas cifras oficiales del Banco Central de Bolivia.
De ese total, 2.770.2 millones de dólares (60.6%) corresponde a la deuda multilateral o con los
organismos internacionales de financiamiento, mientras 1.500.2 millones (32.8%) es deuda
bilateral, es decir con otros países.

■.La deuda con el FMI asciende a 261.1 millones. /

3.- LA DEUDA SOCIAL

De una lista de 15 países de América Latina, Bolivia se ubica en el
décimo tercer lugar al asignar el 6.5% de su Producto Interno Bruto al
La deuda social es el
gasto social en el período 1994 - 95. Uruguay se ubica en primer sitio
monto total de dinero que al asignar un 24% de su PIB a los citados gastos y Guatemala en último
el estado debe al pueblo, lugar con el 4% de gastos nacionales en asuntos sociales, según datos
por no orientar los fondos elaborados por la Cepal en 1996.
hacia salud, educación, 1
De una segunda lista de países de la región, Bolivia ocupa el décimo
vivienda..., sino hacia el
cuarto lugar, asignando 50 dólares para gasto social “per cápita” en el
¡ pago de la deuda externa. ¡ período 1994 - 95. Argentina en el primer lugar, destinó 700 dólares con
ese motivo y Guatemala el último con apenas 40 dólares.
349
 /
SUBE LA BUROCRACIA ESTATAL Y SUBE LA DEUDA
Hay más de $us. 300 millones destinados a la Reforma Educativa y el mismo ex
I
Ministro Ipiña señaló que un gran porcentaje de ese monto será para el pago de
salarios de asesores internacionales y de la tecnoburocracia estatal. Aproximadamente
i la mitad de los $us. 300 millones se irá en pago de salarios.
II
I Este es uno de los mayores problemas que confronta el gobierno por la liquidez que
produce en la economía debido a que el aparato estatal no se ha reducido, sino quelí
I burocracia continúa en aumento. Cada día se crean nuevas instituciones y nuevos
cargos y todos ellos con altos salarios. Estos gastos afectan la liquidez de la econom
a pesar de los esfuerzos que se hace para que el TGN capte mayores ingresos vü
impuestos.

“SE NECESITAN CADA VEZ MÁS PRODUCTOS PROPIOS PARA RECIBIR

CADA VEZ MENOS PRODUCTOS DEL EXTERIOR”
___________________________________________________________________
La “deuda social” comprende en sí toda
aquella cantidad de recursos que serían
necesarios para superar la pobreza y para
alcanzar un grado de equidad aceptable.
Existe una relación de causalidad entre la
deuda externa y la deuda social ya que la
deuda social comprende el monto total de
bienes y servicios que el Estado debe a su
población pobre, ya que esos fondos fueron
orientados a pagar la duda externa. De este
modo, el endeudamiento económico se ha
convertido en un lacerante problema social
de enormes y dramáticas proporciones.
De un 33% a un 39% de la población
latinoamericana está por debajo de la línea
de la pobreza. Según la Agencia de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, la
deuda social de nuestra región alcanza a la
fabulosa cifra de 280.000 millones de
dólares. Esta cantidad de dinero significa el
valor de todas aquellas inversiones,
subsidios y salarios que los Gobiernos de
A.L. hubieran destinado normalmente al
área social, de no haber pagado con esos
fondos el servicio de la deuda externa.
Es evidente que ios Gobiernos deberían
haberse preocupado más de la deuda social
que de la deuda externa, ya que nuestra
pobreza está en gran parte, relacionada con
ésta como causa y con aquella como efecto.
La pobreza nos muestra múltiples
dolorosas caras:
Por sus características, la podríamos definir
como el estado permanente, en el cual es
imposible lograr niveles adecuados de
alimentación, vivienda, servicios de
salud, educación, saneamiento ambiental
y estímulos socioculturales y personales
normales.
Si tratamos de definirla por sus
componentes, la pobreza significa ausencia
de los recursos necesarios que garanticen
y aseguren la satisfacción de las
necesidades básicas.
Si observamos las consecuencias directas
de la pobreza, percibimos inmediatamente
en los sectores que la padecen,
desnutrición, morbilidad, altos índices de
mortalidad, bajo nivel educativo,
hacinamiento, precariedad de las
viviendas, deficientes condiciones
higiénicas del hábitat, bajo nivel de
autoestima, tanto personal como social,
así como deficiencias en el desarrollo físico
y psico-motor de los niños y bajos índices de
esperanza de vida, en general.
La pobreza, generada en gran parte por la
deuda social, afecta actualmente a más del
60% de la población boliviana y se expande
a un ritmo rápido y cada vez más
preocupante.
La migración del campo a la ciudad va en
y continuo aumento, de ahí que la pobreza se
vaya urbanizando.

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