Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Después de su gran éxito, Harari publicó otros dos libros que ya no hablaban del
pasado, sino del futuro. Fue alabado por celebridades como Barack Obama, Bill
Gates o Mark Zuckerberg, y entró en el circuito de conferencias internacionales
que te convierten en un intelectual global y, aunque a él no le guste nada la
etiqueta, en un gurú. Ahora, Harari habla sobre todo de sus miedos acerca de
cómo la tecnología puede interactuar con nuestra democracia, cómo la pandemia
puede aumentar la vigilancia a la que estamos sometidos y cómo la sensación de
libre albedrío nos tiende trampas. Parece un tanto tímido, pero al mismo tiempo
aparentemente se siente cómodo con su papel de especialista en generalidades y,
desde hace poco, activista en defensa de la democracia. Su equipo se aseguró
durante los días previos a la conversación de que todo estaba bien preparado. Y lo
estuvo. Hablamos largamente por teléfono el pasado domingo.
PREGUNTA. Usted tiende a mirar las cosas a largo plazo. En 'Sapiens',
habla de la revolución cognitiva, que tuvo lugar hace 70.000 años, de la
revolución agrícola, que tuvo lugar hace 12.000, o de la revolución
industrial, que tuvo lugar hace 400. En esa imagen a largo plazo, ¿qué
lugar histórico cree que ocupará la pandemia?
RESPUESTA. Como ahora estamos en mitad de ella, nos parece que es lo más
importante que ha sucedido jamás. Pero la peste negra fue mucho peor. También
lo fue la gran epidemia de gripe de 1918 y 1919. Y el sida en la década de
1980, con una mortalidad de casi el 100%. Deberíamos tener una perspectiva
histórica de lo que está pasando. Por lo que respecta al virus, la posición de la
humanidad nunca ha sido más fuerte. Ahora contamos con el conocimiento
científico para comprender y superar esta epidemia más fácilmente que cualquier
gran pandemia anterior en la historia humana. Cuando la peste negra mató a tal
vez la mitad de la población europea, nadie sabía siquiera lo que causaba esa
mortalidad. El gran problema no es el virus, el gran problema son los demonios
interiores de la humanidad. Tenemos el conocimiento científico para solucionar
esta crisis, pero no la sabiduría política para hacerlo.
De modo que tenemos que andarnos con mucho cuidado con esto. Porque, de
hecho, estamos viendo que la epidemia está acelerando, y magnificando, el
problema al legitimar las tecnologías de vigilancia masiva. Y esta es la base para
'hackear' el ser humano, para poder entendernos a ti y a mí mejor de lo que nos
entendemos nosotros mismos, y predecir y manipular nuestras decisiones como
nunca antes se ha hecho. Es la primera vez en la historia de la humanidad que
puedes seguir a todo el mundo todo el tiempo y reunir y analizar tantos datos de
cada individuo que entiendes a esa persona mejor de lo que ella se comprende a sí
misma. Con la epidemia, la excusa es la necesidad de interrumpir el contagio.
Pero, si no vamos con cuidado, esto puede ser el origen del peor sistema totalitario
que haya existido jamás. Nuestra libertad está seriamente amenazada. No creo
que sea inevitable, no creo que sea demasiado tarde para detener las
ramificaciones más peligrosas. Y no estoy en contra de las nuevas tecnologías, no
estoy en contra de la vigilancia. Tenemos que utilizar la vigilancia para luchar
contra la epidemia. Pero todos los datos que se recolecten deberían estar en
manos de autoridades sanitarias especiales y no de la policía o de las grandes
corporaciones.
Adelantado en
Éxito y transformación
En su lucha por extender la vida, los humanos han tenido un éxito notable.
En los últimos dos siglos, la esperanza de vida ha aumentado de menos de 40 años
a 72 en todo el mundo, y a más de 80 en algunos países desarrollados. Los niños,
en particular, han logrado escapar de las garras de la muerte. Hasta el siglo XX, al
menos un tercio de los pequeños nunca llegaba a la edad adulta. Los más jóvenes
sucumbían rutinariamente a enfermedades infantiles como la disentería, el
sarampión y la viruela. En la Inglaterra del siglo XVII, aproximadamente 150 de
cada 1.000 recién nacidos morían durante su primer año, y solo unos 700 llegaban
a los 15. Hoy, solo cinco de cada 1.000 bebés ingleses mueren durante su primer
año, y 993 celebran su 15 cumpleaños. En todo el mundo, la mortalidad
infantil se ha reducido a menos del 5%.
Los humanos hemos tenido tanto éxito en nuestro intento de salvaguardar y
prolongar la vida que nuestra visión del mundo ha cambiado de manera
profunda. Mientras que las religiones tradicionales consideraban la vida futura
como la principal fuente de significado, desde el siglo XVIII, ideologías como el
liberalismo, el socialismo y el feminismo perdieron todo interés en la vida futura.
¿Qué le sucede exactamente a un comunista después de su muerte? ¿Qué le pasa
a un capitalista? ¿Qué le ocurre a una feminista? No tiene sentido buscar la
respuesta en los escritos de Karl Marx, Adam Smith o Simone de Beauvoir.
La crisis actual podría hacer que muchas personas sean más conscientes de la
naturaleza no permanente de la vida humana y sus logros. Sin embargo, nuestra
civilización moderna en su conjunto probablemente irá en la dirección
opuesta. Recordando su fragilidad, reaccionará construyendo defensas más
fuertes. Cuando termine la crisis actual, no espero que veamos un aumento
significativo en los presupuestos de los departamentos de filosofía. Pero apuesto a
que veremos un aumento masivo en los presupuestos de las escuelas de medicina
y los sistemas de salud.
Y tal vez eso es lo mejor que podemos esperar humanamente. De todos modos,
los gobiernos no son muy buenos en filosofía. No es su dominio. Los gobiernos
realmente deberían centrarse en construir mejores sistemas de salud. Depende de
las personas hacer una mejor filosofía. Los médicos no pueden resolvernos el
enigma de la existencia. Pero pueden comprarnos más tiempo para lidiar con
eso. Lo que hagamos con ese tiempo depende de nosotros.
Copyright © Yuval Noah Harari 2020.