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CONSEJO EDITORIAL

Manuel Cancio Meliá/


RICARDO ALONSO GARCÍA
Bernardo Feijoo Sánchez (ed.)
LUIS DíEZ-PICAZO

EDUARDO GARCÍA DE ENTERRÍA

JESÚS GONZÁLEZ PÉREZ

AURELIO MENÉNDEZ

ALFREDO MONTOYA MELGAR

GONZALO RODRÍGUEZ MOURULLO

Teoría funcional de la
pena y de la
culpabilidad
Seminario con Günther Jakobs
en la UAM

Prólogo de
Günther Jakobs

THOMSON
~
~

CIVITAS
VII. INDIVIDUO Y PERSONA. SOBRE LA
IMPUTACIÓN JURÍDICO-PENAL y LOS
RESULTADOS DE LA MODERNA
INVESTIGACIÓN NEUROLÓGICA *

Günther JAKOBS
Universidad de Bonn

1. DETERMINACIÓN FÍSICA

Lo que en la dogmática del Derecho Penal es


considerado como la conducta, el estado corpo­
ral conducido o susceptible de ser conducido, es
decir la expresión de una persona «natural»l, es

. Título alemán: «Individuum und Persono Strafrechtliche


Zurechnung und die Ergebnisse moderner Hirnforschung»,
publicado en: ZStW 117 (2005), pp. 247 Y ss. Traducción de
Bernardo FEljOO SÁNCHEZ (Universidad Autónoma de Ma­
drid).
1 Aquí se entiende como una persona a la titular de dere­
chos y deberes (vid. 1, 1, § 1 ALR), que no se encuentran ya

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forma tan determinada como la decisión condi­ Hay que reconocerle a los neurocientíficos que
cionada emocional o afectivamente: sólo que lo ex­ las viejas verdades tienen que ser repetidas de
perimentamos de otra manera»8. vez en cuando.
Todo esto no es nuevo. El que sólo busca en­ De la absolutización del determinismo de los
i procesos neuronales se derivan algunas dificul­
contrar causaciones sólo encontrará (a lo sumo) k
causaciones. Los formidables avances de las neu­ " tades, de las cuales cabe mencionar, en primer
rociencias hacia la posibilidad de predecir con lugar, que la consciencia, especialmente la auto­
cierta seguridad, al menos en algunos casos, lo consciencia, pierde toda función en el caso de
que un ser humano ejecutará próximamente que toda conducta no pueda ser fundamentada
como conducta de su propia elección, fue algo más que corporalmente13 • ¿Porqué debería la
hipotéticamente anticipado por KANT9 : «oo. todas evolución establecer lo psíquico -no sólo de
las acciones de los seres humanos (se encuen­ forma pasajera sino hasta cierto punto perma­
tran) determinadas según el orden de la natura­ nente- si todo se encuentra determinado y, con
leza en la apariencia de su carácter empírico y de ello, «decidido» en el plano físico? La pregunta
las otras causas concurrentes, y si pudiéramos no ha quedado oculta a los neurocientíficos, pero
investigar todas las apariencias de su albedrío su contestación no deja de ser curiosa, «blanda»
hasta el origen, no existiría acción humana al­ o -en sentido literal- evasiva: «Tiene que haber
guna que no pudiéramos predecir con seguridad aportado alguna ventaja para la supervivencia,
y de la que pudiéramos conocer las condiciones porque de lo contrario no se habría desarro­
previas como necesarias». Si se sustituye el hipo­ llado»14. Con respecto a dicho argumento con­
tético «si pudiéramos investigar podríamos pre­ vendría referirse con mayor claridad a las condi­
decir» por el indicativo «ya que podemos inves­
13 HABERMAS, Freiheit und Determinismus, DZPhil 52
tigar podemos predecir», la frase de KANT se
(2004), pp. 871 ss., 879 s.; además, a HABERMAS le parece du­
transforma en una de ROTH lO , SINGERll o PRINZ 12 . doso que ideas «que podemos expresar en el vocabulario
mental, (oo.) se puedan traducir sin residuo semántico en un
8 Rom (nota 2), p. 526. vocabulario empirista concebido para cosas y sucesos», p.
9 KANT Critik der reinen Vernunft, 2" ed. (1787), en: Werke 882. Según DETEL (nota 2) el principio de los neurocientíficos
in sechs Bande, edic. de WEISCHEDEL, Tomo 2, reimpresión es epifenomenalístico, al menos de acuerdo con el actual es­
1963, p. 500 (B 578). tado de la teoría. Esto podría ser verdad. Sobre el epifenome­
10 Como nota 2, passim. nalismo desde la perspectiva de la investigación neuronal
11 SINCER, Ein neues Menschenbild? Gesprache über Hirn­
Rom (nota 2), p. 246; el mismo, Aus der Sicht des Gehirns,
forschung, 2003, passim. Crítico GEHRlNC (nota 2). 2003, pp. 136 Y ss.

12 Como nota 7. 14 SINCER (nota 11), p. 58.

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1..
ciones de la autopoiesis de la vida, pero no sólo miento de dicha conexión es también por su
a la causalidad de los procesos físicos; pues para parte un «estado físico». Entonces es preciso
lo físico no existen ventajas ni inconvenientes. aclarar cómo debe idearse que lo causal se con­
Además se argumenta que con el Yo surge un cibe a sí mismo precisamente como algo causal.
sujeto idéntico que coordina todos los sucesos Es evidente que ello no es imaginable, en la me­
físicos, fundamentando no sólo sino también le­ dida que una idea no puede ser un mero decurso
gitimando su concurrencia como unidad 1s. Pero, de un suceso físico, sino que presupone no sólo
¿Porqué tiene que realizarse psíquicamente y una observación sino también la ordenación de
centrarse en el Yo lo que así y todo no va más lo observado en un contexto de sentido.
allá de la cimentación corporal? De mayor valor
informativo parece la asunción de que la cons­ Lo que los representantes de las neurociencias
ciencia tiene algo que ver con la vida social. El exponen es una contribución comunicativa, una
«acto reflexivo» de la consciencia posibilita «po­ información dirigida a la orientación en el
der representarse lo que otro, que se encuentra mundo y, por ello, sometida al código del sis­
en una situación concreta experimenta», y en el tema científico que se basa en la distinción ver­
«espejo de los otros» adquiere el ser humano su dadero/falso. De forma distinta al argumento
propia identidad y se convierte en una «entidad del conocimiento, que quiere colocar la natura­
capaz de participar culturalmente»16. Sobre ello leza causal contra el conocimiento libre 18 , dicha
se volverá más adelante. comprensión es compatible con la asunción de
Previamente queda pendiente todavía otro que la observación de un cerebro por un investi­
problema por esbozar: Si la consciencia, inclu­ gador y de que la comunicación del observador
yendo todas las prestaciones racionales, lógica y así como su comprensión por un receptor ten­
matemática incluidas, no sólo se encuentra con­ drían lugar en los procesos neuronales causados
dicionada físicamente en el sentido de que existe
18 Al contrario que el denominado argumento del conoci­
un impulso físico, sino también en el de que la
miento no se equipara aquí conocimiento con libertad, postu­
mente y la consciencia deben ser entendidas lando por consiguiente para el conocimiento de la determi­
como «estados físicos»17, entonces el conoci­ nación libertad (en sentido contrario POTHAST, Die
Unzuliinglichkeit der Freiheitsbeweise. Zu einigen Lehrstüc­
15 ROTH (nota 2), p. 396.
ken aus der neueren Geschichte van Philosophie und Recht,
16 SlNGER (nota 11), p. 48, también p. 56.
1980, pp. 251 ss.), sino sólo se indica la limitada capacidad
de prestación de la explicación basada en la determinación
17 ROTH (nota 2), p. 253, también p. 584 -vid. también las

causal. vid. POPPER, en: el mismo/Eccles, Das Ich und sein Ge­
referencias de nota 5-.
hirn, 1982, pp. 65 Y ss., 81 y ss. y passim.

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una orientación menos relevante. Esto no es algo
en los participantes, sólo que ha sido entendida
de 10 que los investigadores mencionados no se
la causación bajo todos los aspectos, pero no el
hayan percatado; como se muestra en las expli­
esquema de ordenación conforme al que la co­ "
caciones sobre la consciencia o sobre la experien­
municación o la comunicación científica es en­
cia, toman esta orientación adicional como una
tendida justamente como tal. La emergencia no
abreviación. La realidad debe mostrarse en la
deroga ningún orden previo sino que lo presu­
base material, en los «sucesos neurobiológicos y
pone 19 • Su gracia consiste más bien en que el or­
musculares», no en su superestructura: «Lo que
den de un sistema emergente posibilitaría toda­
nosotros (...) experimentamos en el caso de la
vía la orientación si el orden existente
realización voluntaria de un deseo no es más
previamente no puede prestar al menos en la
que una imagen consciente, aunque reducida, de
práctica prestación alguna a causa de su comple­
los múltiples sucesos neurobiológicos y muscU­
jidad. Por ejemplo, sin procesos naturales no ten­
lares»Lo. Pero, ¿Cómo se comportaría un sistema
dría lugar comunicación alguna, no habría socie­
excelentemente apto para la orientación rele­
dad; pero en la tentativa de orientarse, en lugar
vante si esta «base» no fuera más que el simple
de con respecto a la comunicación, de acuerdo
entorno de un sistema, desde luego un entorno
con los procesos naturales acabaría uno perdién­
necesario, y de la superestructura? El que no se
dose, si bien no siempre, sí la mayoría de las
plantea esta pregunta se queda anclado en la
veces, en la maleza de los detalles o en el de­
sierto de lo desconocido. materia.
Convencidos de haber encontrado con el an­
De acuerdo con lo expuesto, el punto de par­
claje en la materia la verdad, los representantes
tida de los representantes de las neurociencias
resulta demasiado limitado. Los conocimientos
20 Roth, Willensfreiheit (nota 4), p. 55. Sólo en parte de
sobre los fenómenos causales en el cerebro ofre­ otra manera Singer (nota 11), p. 58: «La libre voluntad o,
cen orientación, pero otros aspectos no ofrecen mejor, la experiencia de tener tal libre voluntad es (...) algo
real, extremadamente trascendente. En tanto que como la
mayoría de los seres humanos sanos hace profesión (?) de
19 HABERMAS (nota 13), p. 886 no quiere excluir «en sentido
dicha experiencia, no es (...) una ilusión corno lo pueda ser,
contrario para la determinación del espíritu subjetivo me­ por ejemplo, una alucinación». La voluntad debería, pues,
diante el cerebro, también una "causación mental" en el sen­ ser real, pero: «Desde la perspectiva de la ciencia natural se
tido de una programación del cerebro mediante el espíritu infiere la conclusión, incompatible con la autopercepción, de
objetivo». Esto sucede a través de comunicaciones: Sólo co­ que la "voluntad" no puede ser libre». ¿Existe una realidad
nexiones con un capaz de conexión otorgan una integración
social estable. falsa?

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176

....

todavía por aclarar: En el ámbito del mundo fí­


de la dirección científica mencionada, haciendo
sico es todo tal y como es, y el concepto de la
gala de pocos remilgos, prolongan sus resulta­
perturbación presupone ya representaciones so­
dos sobre la vida y la consciencia a la sociedad,
bre el orden que es menester fundamentar. En el
especialmente al ámbito del trato con normas:
ámbito de la causalidad física el cerebro del au­
Ya no se puede hablar más de culpabilidad. Se
tor va acompañado de un número incontable de
diría: «Este pobre hombre ha tenido mala suerte
condiciones de un hecho como si se tratara de
(...) Un asesino de sangre fría tiene realmente la
una red, y a falta de toda diferencia cualitativa
mala suerte de tener un umbral tan bajo de res­
peto por la vida»21. En consecuencia, en lugar de entre procesos causales nada obliga a prestar
una pena a individualizar debe imponerse una atención preferente al autor. Se podría castigar
«medida de custodia» o una «medida de protec­ también, por ejemplo, su proceso educativo, que
ción»22. Si bien «los seres humanos no pueden es evidente que no le ha condicionado suficiente­
hacer nada en el sentido de una culpabilización mente, o al representante de la justicia para que
personal por lo que quieren y cómo toman deci­ en el futuro intimide mejor, es decir, de forma
siones...»23, a pesar de ello «la sociedad debe es­ más intensa; incluso, ¿Porqué decir que el autor
tar en situación de inculcar el sentimiento de res­ es el que ha tenido «mala suerte» y no predicarlo
ponsabilidad por el propio comportamiento a de la víctima que se lo ha encontrado? Bromas
través de medidas educativas adecuadas», aun­ aparte, si se parte de la aceptación de la causali­
que por supuesto sin recurrir a la libertad, sino dad homogénea, es pura arbitrariedad resaltar
más bien «por la idea surgida a través de la específicamente los procesos neuronales del au­
prueba y el error de que sin tal sentimiento de tor como genuina causa de una perturbación
responsabilidad se perturba de forma persis­ (que, por otro lado, ¿Cómo puede ser fundamen­
tente la convivencia en sociedad»24. tada?). De todos modos, se podría argumentar
que el autor podría ser dispuesto en la práctica
Quien perturba aquí a quien, o dicho de forma para diversos fines, con lo cual se podría renun­
más exacta: Qué perturba qué, es algo que queda ciar a la búsqueda de una legitimación para la
intervención en el autor. La naturalidad con la
21 SINGER (nota 11), p. 65.
que se atrae la vista al autor como el causante
22 SINGER ibidem; también el mismo, como nota 7.
23 ROTH (nota 2), p. 451; el mismo, Willensfreiheit (nota 4),
decisivo de un conflicto permite presumir que la
pp. 56 Y ss.; el mismo, Aus der Sicht (nota 13), pp. 179 Y ss. causalidad homogénea Y su orden no son en úl­
24 ROTH (nota 2), p. 544; el mismo, Willensfreiheit (nota 4),
tima instancia realmente los aspectos principa­
pp. 56 Y ss.; PRINZ (nota 7), p. 20.
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les, sino que más bien aparece junto, o, dicho de 2. DETERMINACIÓN MEDIANTE SATISFACCIÓN E
forma más exacta, previamente a ella, algo que •.1;'. INSATISFACCIÓN
hasta ahora se ha mantenido oculto, algo que se
remite al autor y no a cualquier otra cosa. Por lo dicho hasta aquí el mundo de los neuro­
científicos no se diferencia de aquél de los sen­
Si los propios deterministas, que creen haber sualistas, que se centran en la disposición psí­
encontrado en la causalidad del mundo físico la quica de los individuos; es decir (toscamente), en
medida de todas las cosas, consideran verdade­ el estado de satisfacción e insatisfacción; dicho
ramente como algo sobreentendido que el autor de forma más amable: en el estado de los intere­
es competente para sufrir un mal después de un ses. También aquí existe una conformidad con
delito para que, por ejemplo, no se generalice de determinantes del hecho a explicar de forma pu­
forma permanente la inclinación del delito por ramente cognitiva, sólo que se trata de determi­
su parte o por parte de otros, éste no puede ser nantes de tipo psíquico. Si, por ejemplo, en un
sólo un chivo expiatorio, cuyo sufrimiento de­ grupo de seres humanos un «hombre fuerte»
sencadene en todos y en él mismo miedo y tem­ obliga a los otros mediante amenazas e, incluso,
blor -como tal sería como receptor de una llevando a cabo los tormentos amenazados, a
«pena» apropiado desde una perspectiva prác­ realizar la conducta que quiere, se trata de la
tica, pero no también competente-, sino que más modificación de una situación cognitiva -se rea­
bien tiene que haber sido ya competente de no liza la conducta que quiere el fuerte porque de
cometer el delito. La relación reza de la siguiente lo contrario se sufren tormentos-, no muy dis­
manera: el autor es competente de no verse tinta a lo que sucede con la necesidad de adap­
arrastrado a cometer el delito y, en caso de que tarse al verano y al invierno. y en el caso de que
se deje arrastrar, de soportar los costes que se los obligados se acostumbren a la opresión, no
derivan de dicho conflicto, los cuales serán ex­ se trata más que de un amaestramiento exitoso
puestos en detalle. Tan simple como es dicha co­ (al igual que un caballo de labranza reacciona
nexión, no acaba de acomodarse al mundo de al chasquido del látigo sin tener que probar el
los procesos neuronales en la medida en la que latigazo). Pero, a pesar de ello, se mantiene la
en dicho mundo tan sólo hay coordinaciones expectativa cognitivamente de que se reacciona
causales, pero no coordinaciones normativas, es de acuerdo a lo enseñado. Las leges naturales en
decir, incumbencia. el estado natural de HOBBE5 configuran una cone­
181
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xlon cognitiva de este tip0 25: Cada uno deno­ cabo lo representado, mientras la insatisfacción
mina «bueno» y «malo» lo que tiene por bueno evitable conduce a su evitación. Con ello la toma
y malo, intentando maximizar lo bueno y mini­ de conciencia psíquica -como ya se ha mencio­
mizar lo malo haciendo uso de su inteligencia, nado- puede suministrar sólo una «imagen re­
pero no existe nada que lo vincule de forma ge­ ducida de múltiples sucesos neurobiológicos y
neraf 6 • musculares>/7, siendo sólo decisivo si posibilita
al individuo una orientación exitosa con res­
Se trata de un código idéntico al contemplado pecto a la respuesta de la cuestión de lo que debe
con la situación neuronal: Una conducta está hacer y lo que debe dejar de hacer; y éste es evi­
condicionada o no, sólo que el programa no está dentemente prima Jade el caso de un individuo
dirigido a los «determinantes neuronales» sino a psíquicamente sano, como demuestran un gran
los «determinantes psíquicos». Si la conducta de número de ordenes coactivos.
un individuo se interpreta de acuerdo con el
programa satisfacción/insatisfacción (o de Un orden coactivo puede haber existido histó­
acuerdo a un programa de intereses), ello no sig­ ricamente al comienzo de la mayoría de los Esta­
nifica que tenga lugar sin determinación, sino dos28, pero no puede servir como principio con­
sólo que no es la causalidad sino el contexto psí­ ceptual de la incumbencia, porque la satisfacción
quico el que sirve como explicación evolutiva. y la insatisfacción pertenecen a un programa que
La satisfacción realizable determina a llevar a proporciona al individuo psíquicamente partes de
su existencia física. La existencia física se «trans­
25 HOBBES, Leviathan or the Matter, Forme and Power of a forma» sólo de forma más o menos completa en
Commonwealth Ecclesiasticall and Civil (1651), citado según lo psíquico, y por ello la consideración de los
FETscHER (edit.), EUCHNER (trad.), Tomas Hobbes, Leviathan,
1984, Capítulo XIV, p. 99: las leges naturales como reglas de procesos físico-causales y el estado de satisfac­
prudencia para la supervivencia en el estado de un recíproco ción e insatisfacción conducen a resultados simi­
«derecho a todo (...), incluso al cuerpo de otro».
lares: Una conducta está suficientemente condi­
26 Si HOBBES (nota 25) observa, sin embargo, «en la natura­
leza humana tres causas principales de conflicto», «en primer cionada -física o psíquicamente- o no lo está. En
lugar la competencia, en segundo lugar la desconfianza y en
tercer lugar la ambición», la tercera causa demuestra, al me­ 27 ROTH, Willensfreiheit (nota 4), p. 55; vid. también. el texto
nos, que presupone un complejo de normas (informales) vi­ de nota 19.
gentes (de lo contrario, ¿De dónde vendría la gloria?). Ade­ 28 HEGEL, System der Philosophie, 3' parte, Die Philosophie
más (Capítulo XVII, p. 133): «Los seres humanos se des Geistes (1830), en: Samtliche Werke, Jubilaumsausgabe
encuentran en un permanente combate por el honor y la dig­ in zwanzig Banden, edic. de GLOCKNER, Tomo 10 (reimpre­
nidad (... »>.
sión) 1958, § 433.

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183

......J.
otras palabras, un programa de acuerdo con el la siguiente manera: Ni en el ámbito de la deter­
código satisfacción/insatisfacción es el pro­ minación físico-causal ni en el de la psíquico­
grama de un esclavo de la constitución física del causal se puede fundamentar la incumbencia,
individuo; en él no aparece necesariamente todo por lo que aquí se deben asumir -de forma total­
lo que sucede en el «señor» (no todo proceso mente provisional (vid. infra IV)- incumbencia y
neuronal o en general corporal se ve abarcado libertad como dos caras de una medalla. Sin em­
como satisfacción o insatisfacción), pero real­ bargo, sin algún tipo de determinación, en el
mente sólo eso, y porque posiblemente se revela sentido de una regla que determine y respete al
de forma reducida, puede encubrir las relaciones mismo tiempo la personalidad, de acuerdo con
causales: Un acontecimiento inconsciente du­ la cual una persona y un suceso se vean vincula­
rante mucho tiempo se presenta como resultado dos, no es posible tampoco hablar de incumben­
de una decisión libre. Pero, incluso en el caso cia, ya que de lo contrario -sin una regla como
de una representación completa de los procesos esa- la persona y el suceso se encontrarían jun­
neuronales en la consciencia, no se podría supe­ tos casualmente y no habría fundamento alguno
rar con el programa de la satisfacción y la insa­ para coordinarlos mutuamente30 • ¿Porqué debe­
tisfacción o con un programa de intereses la de­ ría la persona poder entender lo generado por él
claración «la cosa es así», al igual que sucede en casualmente como su conducta y tener que res­
el ámbito físico; que quizás se debiera comportar ponder por ello?
de otra manera, no es algo que se deje obtener
con el código estar condicionado o no estar con­ La tarea se puede precisar, pues, de este
dicionado, cuyo programa puede en todo caso modo: Hay que poner de relieve una determina­
tener éxito. En sentido kantiano: La sensualidad ción de las personas independiente del condicio­
pertenece a la esencia sensitiva, al horno phaeno­ namiento físico y psíquico existente en toda con­
menan, junto a la dimensión de lo físic0 29 • ducta, y de dicha formulación se deriva necesa­
riamente que para dicha determinación pen­
diente no puede valer la configuración basada
3. ORDEN NORMATIVO
en el ser de los individuos (determinada sin más
De acuerdo con lo dicho hasta aquí se puede de forma físico-causal o psíquico-causal), sino
esbozar lo que queda como tarea pendiente de sólo una configuración basada en el deber. Ense­

29 La «coacción mediante impulsos de lo sensitivo» es lo 30 Detalladamente BIERI, Das Handwerk der Freiheit. Über
contrario de la KANT (nota 9), p. 489 (B 562). die Entdeckung des eigenen Wíllens, 2001, p. 230.

184 185
guida importuna la objeción, sin embargo, de se trata de naturaleza, es decir, si depende de
que a partir de una configuración basada en el «razones empíricas», pero no si el homo phaeno­
deber no se puede deducir cómo tendrá lugar menon, la esencia sensitiva, no es el que está en
una conducta futura. Esta objeción es realmente tela de juicio, sino más bien -en sentido kantiano­
correcta, pero cuando menos resulta trivial si la el homo noumenon, la esencia racionaL
pregunta relevante no consiste en qué configura­
Sin embargo, no se debe operar aquí -como
ción tendrá la conducta futura, sino qué configu­
en KANT- con la contraposición32 entre esencia
ración guía la orientación de la conducta futura:
sensitiva y esencia racional, sino con la ya reali­
La configuración basada en el deber puede ser
zada (supra 1 y 11I) entre individuo (este es la
apta para esto último (la guía de la orientación),
como se expondrá a continuación de forma algo esencia sensitiva) y persona, con lo cual el
más detallada. asunto a tratar es el siguiente: De acuerdo con el
orden de la naturaleza -exclusivamente causal-,
Recurramos de nuevo a KANT: Si contempla­ en el que se encuentran incluidos los seres hu­
mos un suceso, siendo en efecto una conducta manos, se puede calcular el desarrollo a partir
sucedida forzosamente en el mundo del homo de un status quo dado, y esperar el próximo sta­
phaenomenon, «con intención práctica, encontra­ tus en el mismo sentido siempre que se tenga la
mos una regla y un orden completamente distin­ suficiente experiencia y, por lo demás, se hayan
tos al del orden naturaL Pues ahí debería quizás realizado bien los cálculos. Si se defrauda la ex­
estar todo lo que no ha sucedido, lo que ha suce­ pectativa es que no se disponía de los datos em­
dido de acuerdo con el curso causal y lo que píricos correctos o bien que se realizaron mallos
tendría que haber sucedido indefectiblemente de cálculos; en todo caso no se puede mantener la
acuerdo con sus fundamentos empíricos»31. expectativa defraudada, y ello significa reorien­
¿Qué significa aquí «con intención práctica»? Se­ tarse, es decir, mejorar el conocimiento del
guro que no significa que no existe curso causal punto de partida o bien el tipo y el método del
natural alguno; pues éste obra precisamente «in­ cálculo, siempre que no se pueda evitar en el
defectiblemente». Pero este obrar indefectible no futuro sin mayores consecuencias el ámbito que
tiene porqué dar lugar a que uno haya de orien­
tarse en todas las relaciones únicamente de 32 N. HARTMANN (Ethik, 4a ed., 1962, pp. 621 Y SS., 651 Y ss.
acuerdo con dicho curso. Esto sólo es decisivo si y passim) intenta salir adelante sin dicha contraposición; so­
bre ello acertadamente crítico POTHAST (nota 18), pp. 69 Y ss.,
31 KANT, como nota 9. 81 y ss.

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hasta ese momento es evidente que se resiste a nidad: Posibilitar la libertad de comportamiento
ser dominado. (infra IV). También esto determina, aunque no a
los individuos sino a la propia sociedad, impli­
Estas expectativas cognitivas no afectan a la so­ cando ello a su vez que determina a las personas;
ciedad (entendida no en sentido instrumental, éstas pueden adherirse comunicativamente al
sino personal, es decir estructurada de acuerdo Derecho, pero no al injusto.
a deberes y derechos"), sino a su entorno. Pues No se puede renunciar a una configuración
el hecho de que los individuos estén sometidos a basada en el deber si es que ésta no llega a ser
la fuerza de la gravedad, sean mortales, puedan conseguida por la configuración de lo existente.
realizar prestaciones corporal y mentalmente li­ Esta validez contrafáctica es realmente la gracia
mitadas y otras cosas por el estilo, en especial, de la configuración basada en el deber. Por ejem­
desde luego, que se comporten determinados plo, el que es lesionado injustamente no tiene
causalmente por sus neuronas y que esto se rea­ que renunciar a la expectativa de que no puede
lice psíquicamente en parte en el programa «satis­ ser lesionado. Lo que cabe esperar jurídicamente
facción/insatisfacción» o en el programa de inte­ (ninguna conducta lesiva) se encuentra, pues, en
reses, puede ser ciertamente relevante de forma contradicción con el curso fáctico del mundo.
mediata para la sociedad, pero no es per se un ele­ Una contradicción de este tipo ciertamente deso­
mento de la sociedad, en la medida en la que ésta rienta si el Derecho no es descargado de la sos­
no aúna individuos con sus códigos y programas, pecha de que él mismo puede ser la razón deter­
sino que (construye y) ordena el mundo de minante de la divergencia, y la descarga del
acuerdo con sus propios códigos y programas. Derecho significa: Conducta defectuosa, culpabi­
Aquí se trata del código del Derech034 y para el lidad del autor. En la medida en que un indivi­
Derecho penal se trata del programa de la moder­ duo determinado física y psíquicamente de una
forma puramente causal no puede comportarse
33 Sobre la diferenciación entre comunicaClon (sociedad) defectuosamente, es decir, no puede ser hecho
instrumental (sólo cognitiva) y personal (estructurada me­ culpable35 -ese individuo es como es, por lo que
diante derechos y deberes) JAKOBS, Strafrecht zwischen Funk­
tionalismus und «alteuropkischcn» Prinzipiendenken, ZStW
35 Culpabilidad entendida como incumbencia de un con­
107 (1995), pp. 843 Y ss., 867 y ss. (existe una traducción de
CANCJO MELJÁ y FEJjOO SÁNCHEZ, Sociedad, norma y persona flicto con la consecuencia de tener que soportar los «costes»
en una teoría de un Derecho Penal funcional, Madrid, 1996); de su solución, pero no como el nombre de que un individuo
el mismo, Norm, Person, Gesellschaft, 2a ed., 1999, pp. 24 Y ha sido una fase de un proceso causal lesivo; esta última
ss., 29 y ss., 63 y ss. «culpabilidad» es compartida por el autor con muchos seres
34 LUHMANN, Rechtssoziologie, Tomo 1, 1972, p. 105. humanos y cosas.

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no se contradice a los neurocientíficos-, el autor norma tenga que tener validez hay que compor­
no puede ser concebido como individuo, sino tarse, por tanto, como si en general se espere se­
que el destinatario del reproche de culpabilidad riamente que será cumplida, y, en caso de de­
tiene que ser más bien determinado de otra ma­ fraudación de dicha expectativa, que se tratará
nera; es decir, no como punto de convergencia el suceso seriamente como quebrantamiento de
de pronósticos cognitivos, sino como persona, la norma. La realidad de una norma (que no sólo
como un detentador de deberes y derechos, se encuentra vigente porque el legislador corres­
como destinatario de expectativas normativas; el pondiente la ha promulgado?7se muestra en que
destinatario tiene que ser determinado, como ya transcurre como sociedad, y si la sociedad se en­
36
se ha dich0 , «de acuerdo con una intención cuentra estructurada normativamente -lo que no
práctica», más exactamente, «de acuerdo con siempre tiene porqué suceder (la sociedad puede
una intención jurídico-práctica». mantenerse en un plano puramente instrumen­
Por supuesto que no se ha ganado nada con tal)38, pero puede que suceda-, los destinatarios
que alguien se imagine expectativas normativas, de las incumbencias establecidas, los detentado­
se caracterice a sí mismo y a los otros como des­ res de derechos y de deberes, denominados per­
tinatarios y, en caso de defraudación, se man­ sonas, no son menos reales que el hecho de que
tenga firme en la idea de que no existe una con­ son individuos con sus códigos orientados cog­
ducta defectuosa: Una «invención» de este tipo nitivamente y sus programas neuronales o psí­
por sí sola no crea una sociedad real. Para con­ quicos, de tal manera que una orientación a la
vertirse en realidad, las normas no tienen que personalidad en dicho contexto resulta tan razo­
determinar sólo la comunicación virtual, sino la nable como en el contexto de las ciencias natura­
existente. Este es ciertamente el caso si las nor­ les resulta la orientación a los procesos neurona­
mas no se infringen por respeto o bien como re­ les.
sultado de un cálculo de utilidades, pero no en
menor medida si una infracción es identificada 37 Sobre el concepto aquí utilizado de realidad del Derecho

y tratada como tal infracción, es decir, como in­ JAKOBS, Staatliche Strafe, libertad,: Bedeutung und Zweck,
2004, pp. 26 Y ss. (existe una traducción de CANCIO MELIÁ y
justo. Pues sólo si una norma es real, tiene vali­ FEIjOO SÁNCHEZ, La pena estatal: significado y finalidad, Ma­
dez, una violación de la norma es realmente una drid, 2006); vid. también ALEXY, Begriff und Geltung des
violación de la norma. En caso de que una Rechts, 1992, pp. 139 Y ss., 142 (existe una traducción de
Jorge M. Seña, El concepto y la validez del Derecho, Barce­
lona, 1994).
36 KANT como nota 9. 38 Sobre ello supra nota 33.

j
190 191
Una orientación que tenga lugar realmente no puesto, detentadores de deberes y derechos; se
tiene que ser una orientación conforme a las constituyen mediante los roles de obligados y
ciencias naturales, ni tampoco los principios or­ autorizados. En lo que respecta especialmente a
ganizativos de una sociedad realmente existente los deberes relevantes para el Derecho penal,
tienen que deducirse científicamente. También la que son los que serán tenidos en cuenta aquí, su
«voluntad de Dios» o «el pueblo elegido» o, por contenido es siempre una concreción del deber
ejemplo, «el deber de las otras personas» tienen abstracto de ser suficientemente fiel al Derecho,
que ser concebidos como partes de un contexto lo que significa querer cumplir el Derecho.
organizativo, y la cuestión decisiva no es si cosas ¿Cómo se llega precisamente a un deber como
por el estilo pueden ser interpretadas científica­ éste?
mente, sino si han pasado a ser socialmente rea­ Para no comportarse de forma perturbadora,
les: En ese caso guían la orientación. por ejemplo no lesionar a otros, una persona
Sin embargo, tiene que existir una «articula­ tiene que tener en cuenta reglas provenientes de
ción» con la parte científica de la comprensión diversos ámbitos: Tiene que saber quién es con­
social; por ejemplo, no es posible establecer de­ siderado como «un otro» (hoy lo es todo el
ber alguno de que los seres humanos debieran mundo, pero durante milenios no eran conside­
volar per se o de que pudieran saltar 100 metros rados como tales los esclavos), cuál es el conte­
de alto, etc. Pero la «articulación» deja a ambas nido de las leyes elementales o reglas de la natu­
partes la posibilidad de una valoración propia: raleza, la lógica y las matemáticas, qué conducta
En caso de que la persona (en sentido formal) se significa «lesionar» (por ejemplo, administrar
refiera a su anatomía cerebral después de come­ veneno, pero no conducir el coche correctamente
ter un delito, la sociedad concebida normativa­ ni tampoco prestar juramento alzando la mano),
mente bloquea esto por regla general (más tarde que no debe existir un lesionado (que se encuen­
se hará referencia a las excepciones) aludiendo a tra contenido en el conocimiento de la propia
la incumbencia de la persona. En otras palabras, personalidad y del otro como persona?9, y tiene
aludiendo a su voluntad libre. Porqué precisa­
mente la perspectiva científica se para en este 39 El que (el «el que» de los tipos delictivos) se concibe

punto es algo que será tratado a continuación. como persona y el que concibe como tal a la víctima poten­
cial (y no sólo como «algo») conoce la relación jurídica y, con
4. LIBERTAD DE ACTUACIÓN Y RESPONSABILIDAD POR LAS
ello, la prohibición de lesionar; en profundidad, JAKOBS, Do­
lus malus, en ROGALL y otros (edit.), Festschrift für Hans­
CONSECUENCIAS Joachim Rudolphi zum 70. Geburtstag, 2004, pp. 107 Y ss.,
Las personas son, tal y como ya se ha ex­ 114 Y ss.

192 193
que querer evitar aquello que no se debe dar. igualmente a la atenuación siempre que no se
La persona tiene que estar, por tanto, informada encuentre vinculado a la indiferencia.
tanto de los datos naturales como de los datos Todo lo contrario sucede con el querer necesa­
sociales e institucionales40 y, además, querer rio para la observancia de la norma. El que anda
cumplir la norma concretada en el deber. por el mundo errante no conseguirá mucho, tal
y como se ha esbozado. Sin embargo, el que no
El saldo informativo -existente o al alcance­ quiere ser fiel al Derecho puede fundar un impe­
no necesita énfasis penal alguno para mante­ rio o amasar una fortuna. No se puede ftmdamen­
nerse en el nivel necesario: De ello se ocupa cada tar que siempre sea preferible desde una perspectiva
persona por su propio interés. Por ejemplo, el individual respetar las normas jurídicas como, por
que no se preocupa de saber lo que es comestible otro lado, lo es andar orientado por el mundo; y de­
y lo que es venenoso acabará lesionándose a sí bido a dicha debilidad constitucional de las normas el
mismo, y el que no conoce las normas jurídico­ Derecho imputa a las personas la tarea de querer ob­
penales causa enseguida tanta extrañeza como servar las normas como su deber. Persona es el que
fracasa aquel que comete fallos con las operacio­ es responsable42; la capacidad de observar la
nes matemáticas fundamentales. Un defecto cog­ norma se imputa a la persona. Formulado de
nitivo -enteramente evitable- exonera siempre otra manera, se le considera como libre43 para
que no se derive de la indiferencia41 • Por ello un querer ser fiel al Derecho.
hecho imprudente siempre es castigado con una 42 Esto es ya parte de la teoría de PUFENDORF de los entia
pena inferior que el hecho doloso, y un error moralia; sobre ello KOBUSCH, Die Entdeckung del' Persono Me­
-evitable- sobre el significado jurídico conduce taphysik del' Freiheit und modernes Menschenbild, 1997, pp. 67 Y
55.,78; WELZEL, Die Naturrechtslehre des Samuel Pufendorf, 1958,
pp. 19 Y ss., 21 Y ss. La teoría se encuentra, como KOBUSCH
40 Sobre los datos institucionales como elementos constitu­ documenta, ya mucho tiempo antes de Pufendorf, ibidem, pp.
tivos de la realidad social SEARLE, Die Konstruktion del' gesel/s­ 39 Y ss. Y passim.
chaftlichen Wirklichkeit, 1997, pp. 41 Y ss., 69 Y ss. (existe una a
43 KELSEN, Reine Rechtslehre, 2 ed., Viena, 1960, pp. 95 Yss.,
traducción con prólogo de Antoni DOMÉNECH, La construcción 97: «Que el ser humano sometido a un orden moral o jurídico
de la realidad social, Barcelona, 1997); el mismo, Geist, Sprache es "libre" significa que él es el punto final de una imputación
und Gesellschaft, 2001, pp. 134 Y ss. (existe una traducción posible sólo con base en dicho orden normativo». Con ello
de Jesús Alborés, Mente, lenguaje y sociedad, Madrid, 2001). se ha señalado muy bien que la libertad se constituye mediante
41 JAKOBS, Über die Behandlung van Wollensfehlern und el orden normativo. Cuando en la propia literatura jurídica se
Wissensfehlern, ZStW 101 (1989), pp. 516 Y ss., 527 y ss. tratan los resultados de las neurociencias directamente como
(existe una traducción de SUÁREZ GONZÁLEZ en Estudios de De­ base de las reglas jurídico-penales (por ejemplo, SCHIEMANN
recho Penal, Madrid, 1997, pp. 127 Y ss.); el mismo, Gleichgül­ [nota 7], p. 2059), ello es todo lo contrario de la interdiscipli­
tigkeit als dolus indirectus, ZStW 114 (2002), pp. 584 Y ss. nariedad; pues la disciplina jurídica queda disuelta.

194 195
La persona se encuentra, sin duda alguna, vin­ luyan los inconvenientes: El que pretende dicha
culada al individuo con el cuerpo y la psique, autoadministración -es decir, cualquiera que no
quedando pendiente la cuestión de porqué el in­ está dispuesto a someterse a una intervención
dividuo no se rebela contra ese vínculo con un ajena- tiene que «pagar» por ello fidelidad nor­
destinatario de la norma descrito como libre en mativa, y quien no presta fidelidad normativa
nombre de su código orientado cognitivamente alguna se arroga algo a costa de los otros que
acompañado de su programa-satisfacción/insa­ tiene que ser compensado de nuevo: La preten­
tisfacción. En otras palabras, porqué no priva a sión de fidelidad normativa se amplía entonces
la persona de su realidad a través del acopla­ a una pretensión de «compensación del daño»44.
miento existente. No es extraño, por consi­ Este contexto, la necesidad de una compensación
guiente, que el individuo se rebele, especial­ de la fidelidad normativa, podrá ser entendido
mente en aquellos órdenes en los que la persona por los destinatarios en un orden que se encuen­
se encuentra sobrecargada de deberes sin que tra a la altura de los tiempos (no necesariamente
ello se corresponda con posiciones jurídicas que con cada norma en particular, sino en general),
se merezcan ese nombre; es decir, en órdenes en con lo cual los propios sujetos que lo asumen se
los que la coacción existente no es adornada con coordinan como personas. El deber de compen­
buenos argumentos para ser tolerada. Por consi­ sación los constituye como personas y hace que
guiente, en un orden como éste nadie se conce­ se orienten de acuerdo a ese rol. Por otro lado,
birá a sí mismo como persona, ni puede hacerlo, no puede aclararse aquí donde se encuentran las
manteniéndose el ordenamiento de forma ins­ mayores «ventajas» de una estructura social nor­
trumental-cognitiva: La amenaza y la coacción mativa: Si en el lado de las personas o en el de
guían la conducta, y bajo la apariencia de las la sociedad.
normas que se mantienen de forma exclusiva­ La libertad de actuación y la responsabilidad
mente nominal, están instaladas las expectativas por las consecuencias se condicionan recíproca­
cognitivas. mente: Sólo las personas responsables, pero no
La situación podría variar si el orden custodia los individuos determinados causalmente, preci­
a los sometidos a la norma una libertad tranquila san esferas de libertad (los determinados causal­
en el sentido de una libertad de autoadministracián mente sólo precisan espacios más agradables, tal
tranquila garantizada institucionalmente y, con ello, y como sucede con la protección de animales), y
ofreciendo algo que no sería real sin dicho or­
den, y, por consiguiente, consiguiendo que se di­ 44 JAKüBS (nota 37), pp. 31 Y ss.

196 197
fraudación es tratada (y no sólo designada)
sólo con personas responsables pueden quedar como tal defraudación. Al igual que, para permi­
garantizadas institucionalmente las esferas de li­ tir la orientación, tras la defraudación de una ex­
bertad. En la medida en la que la responsabili­ pectativa cognitiva lo decisivo no es tanto que
dad en el moderno Derecho Penal de la culpabi­ dicha circunstancia no vuelva a suceder, como
lidad se vincula a la falta de fidelidad jurídica, que tiene que ser mejorado el material para el
es decir, a la falta de voluntad de cumplimiento
pronóstico, tras la defraudación de una expecta­
del Derecho, se habla habitualmente de culpabi­ tiva normativa el autor tiene que ser tratado
lidad por la voluntad, defectos de la voluntad
como responsable. De esta manera la imposición
y similares, extendiéndose esta forma de hablar
de la pena deja en evidencia la defectuosa fideli­
hasta la libre formación de la voluntad. Esto úl­ dad jurídica del autor como causa decisiva del
timo sólo es necesario en la medida en la que se conflicto y confirma de esa manera la norma
debe aclarar que no se trata de ninguna manera como norma que sigue siendo válida. Además,
de individuos a explorar desde una perspectiva el dolor que produce la pena provoca que la ci­
causal-determinista, sino de personas, dicho de mentación cognitiva, que necesita toda expecta­
forma más precisa, de destinatarios de expectati­ 45
tiva normativa para poder ser rea1 , no quede
vas - normativas- reiterando: De la estructura­
ción del mundo «con intención práctica». erosionada.
El libre albedrío no es en este sentido positiva­
Cuando una persona delinque, es decir, no mente presupuesto; se trata más bien de una me­
proporciona una fidelidad jurídica suficiente táfora de la ausencia de coacción fuera de lo co­
(por ejemplo, roba) su comportamiento no se co­ mún46 (error invencible, enfermedad mental,
rresponde con el necesario sinalagma de su de­
recho a la autoadministración. Si a continuación 45 Sobre ello }AKüBS (nota 37), pp. 26 Y ss,
se omitiera toda reacción al respecto, sería in­ 46 Comparable formalmente (aunque con un contenido
más amplio del concepto de coacción) al concepto de la liber­
cierto, por un lado, si la «persona» debe ser tra­ tad como «espontaneidad (...) que es contraria a la violencia»
tada como destinataria de expectativas normati­ de HUME, Treatise on Human Nature (1739), citado aquí según
vas y, por otro, si cabría esperar normativamente L!pps (trad., edit.), David HUME, Traktat über die menschliche
Natur, II parte, Über die Affekte. lJ'ber Moral, 1923, p. 145
en general la omisión de robos: La defraudación (también ss.); además, el mismo, An Enquiry concerning Hu­
de una expectativa normativa no daña la orien­ man Understanding (edición 1777), citado según R. RICHTER
tación (la vigencia del Derecho, la realidad del (trad., edit.), David HUME, Eine Untersuchung über den mens­
Derecho) si la expectativa se mantiene firme en chlichen Verstand, 1964, p. 113: la libertad condicionada me­
diante una resolución de la voluntad de hacer lo preferible
la evolución real de la sociedad, es decir, la de­
199
198
estado de necesidad del que no cabe respon­ no tiene que resolver el problema de la teodicea,
47
der ). Esto es más evidente si traemos a colación no necesita para la imputación negativa el libre
la imputación de obras valoradas positivamente: albedrío so, sino sólo la igualdad del autor con los
¿Resulta relevante desde algún punto de vista si
otros, determinada según los parámetros men­
Cervantes o Goethe fueron libres de no escribir
cionados. La persona no es responsable porque
«El Quijote» o «Fausto»? Todos asumimos estas
puede ser interpretada comunicativamente
obras como una expresión de la personalidad de
48 como una fuerza que le conduce ocultamenteSI ,
los autores que abarca su época (jY mucho
sino porque, al igual que todos, es interpretada
más!). No hay que proceder de otra manera con
las infamias: Si el error, la enfermedad y la coac­ por lo que hace.
ción no explican nada, entonces lo hace la per­ Una persona es competente de prestar una fi­
sona del autor que aparece con el hech0 49 • El que
mula la imputación de forma psicologocista (<<carácter»): EN­
«es propio en general de alguien que no es un prisionero CISCH (nota 48), pp. 45 Y SS., con ulteriores referencias; el
encadenado». Sobre la restricción excesiva del concepto de mismo, Vm die Charakterschuld, MSchrKrim 50 (1967), pp.
coacción de HUME vid. KUHLENKAMPFF, Kausalitiit, Freiheit, 108 Y ss.; para un carácter variable similar BIERI (nota 30), pp.
Handlung, en: el mismo, David HUME, Eine Untersuchllng über 426 Y ss.-la fuente filosófica de ENCISCH es SCHOPENHAUER;
den menschlichen Verstand (Klassiker Auslegen, Tomo 8), cuya exposición ha de leerse siempre (como ENCISCH -nota
1997, pp. 135 Y ss., 139. 48- advierte adecuadamente) en relación a la teoría de la
voluntad como «cosa en sí misma», teoría a la cual «no en­
47 También: la excitación emotiva de la que ha de respon­
der la víctima vid. §§ 33, 213 C. P. alemán. cuentra empleo alguno la proposición relativa al fundamento
como mera forma de la apariencia» (Die Welt als Wille und
48 Acertado MERKEL, en: LIEPMANN (edit.), Die Lehre von Ver­
Vorstellung, Ir [1844], en: Siimtliche Werke, edic. de LOHNEY­
brechen llnd Strafe, 1912, p. 92: «Admiramos la conducta de
SEN, 1961, tomo 2, pp. 677 Y ss.RCap. 43 in fine). La afirmación
Sócrates en relación a su muerte, no por el hecho de que
siempre citada en este contexto de SCHOPENHAUER, el «verda­
asumamos que habría también haberse podido mostrar co­ dero sentido» de la voz de la conciencia, «podrías haber ac­
barde y egoista y habría podido seguir siendo el mismo tuado de otro modo», significa «podrías ser otro» (Die bei­
(!), sino porque salen a nuestro encuentro en dicha conducta
den Grundprobleme der Ethik, 1841, en: Siimtliche Werke,
propiedades que brindan a nuestro sentido moral una satis­
ibidem, tomo 3, pp. 481 Y ss., 575 Y ss.; Paralipomena, 1851,
facción inmediata al igual que una obra de arte lo hace con
en: Siimtliche Werke, ibidem, tomo 5, pp. 273 Y ss., 278R§ 118),
nuestro sentido estético». Comparable PAUEN, IlIusion Frei­
esclarece poco: Como alguien «podría» ser otro depende de
heit? Mogliche und unmogliche Konsequenzen der Hirnfors­ la dosis de su fantasía en relación a sus vínculos (vid. tam­
chung, 2004, pp. 65 Y ss., 96: Libertad como realización de
bién supra nota 48). Lo esencial en todo caso es: ¡Tú eres ese
«preferencias personales». vid. también ENCISCH, Die Lehre van
hecho!
der Willensfreiheit in der strafreclztsphilosophischen Doktrin der
50 PAUEN (nota 48), pp. 176 Y ss., con ulteriores referencias.
Gegenwart, 2" ed., 1965, pp. 11, 14.
Sobre LEIBNIZ (y las consecuencias) vid. LORENz, Stichwort
49 Es evidente que esta conclusión tiene puntos de con­
«Theodizee», en: RITrER y otros (edits.), Historisches Worter­
tacto con la teoría de la culpabilidad por el carácter, y contra
buch der Philosophie, tomo 10, 1998, ap. 1066 y ss.
dicha teoría no hay aquí nada que objetar, salvo que refor­
51 Concluyente BIERI (nota 30), p. 414.

200
201
delidad jurídica suficiente para dicha relación La persona queda concebida en el Derecho
hermético-normativa no se necesita el libre albe­ moderno corno destinataria exclusivamente del
52
drí0 ; tampoco se ve alterada por la causalidad deber de querer ser fiel al Derecho; dejando
psíquica de las corrientes cerebrales ni por la de­ aparte dicho querer vale un «ultra posse nemo
terminación psíquica mediante satisfacción e in­ obligatur» concebido por entero de forma natura­
satisfacción, siendo comparable completamente lística. El libre albedrío, por tanto, no debe ser
a un juego con reglas propias. Estas reglas no tie­ asumido más que corno una metáfora de que la
nen porqué ser válidas eternamente; «la auto­ voluntad y sólo la voluntad sirve de orientación,
conciencia heroica (corno en las tragedias anti­ aunque no corno algo natural sino corno cons­
guas estilo Edipo)>> no diferencia entre «hecho» y trucción normativa.
«acción», lo que significa que no separa el suceso
evitable del círculo de los hechos que en general 5. CONSCIENCIA DE LA RESPONSABILIDAD
pueden suceder53 • Sin embargo, el mundo mo­ Corno ya se ha desarrollado, sólo se puede lle­
derno, corno mundo que vale corno creación, no gar a la realidad de la orientación normativa si
puede seguir imputando lo que una persona pa­ los individuos están conformes con la situación
dece, sino sólo lo que origina de forma cons­ existente. Una de las conformidades precisas es
ciente o evitablé4 • Edipo es tal y corno lo confi­ el desarrollo de un «sentimiento» de responsabi­
gura el destino; la persona en la imputación lidad 55 • Si cabría hablar mejor de una consciencia
moderna es lo que ella -en el sentido mencio­ de la responsabilidad es algo que aquí se puede
nado- configura. En ambos casos resulta irrele­ dejar de lado; pues en todo caso se trata de fenó­
vante si podría haber sucedido otra cosa; sólo
menos que per se no contribuyen en absoluto a
resulta decisivo que el resultado puede ser inter­
la imputación corno una construcción social, en
pretado corno perteneciente a la persona.
la medida en que tanto la consciencia corno el
52 Si se piensa, sin embargo, que debe hacerse uso de la
sentimiento se encuentran en la psique indivi­
expresión libre albedrío, en ese caso la incumbencia es una dual 56 . Se confirmaría, por tanto, la socialización
condición suficiente de la libertad; vid. supra la referencia a
KEL5EN (nota 43).
ROTH (nota 2), p. 514.
55
53 HEGEL, Grundlinien der Philosophie des Rechts oder Na­
En KANT la esencia racional es libre: «Toda esencia que
56
turrecht und Staatswissenschaft im Grundrisse (1820/1821), no puede actuar más que sometida a la idea de la libertad es
en: Samtliche Werke (nota 28), tomo 7, (reimpresión) 1952, § porque desde una perspectiva práctica es realmente libre»
118.
(Grundlegung zm Metaphysik der Sitten, 2a ed., 1786, en:
54 Con mayor profundidad JAKOB5, Das Schuldprinzip, Werke etc. [como nota 9), tomo IV, reimpresión de 1956, p.
1993, pp. 8 Y ss., 10 Y ss. 83, B 100). Este punto de partida no es compartido aquí,

202 203
del proceso de imputación a las personas desde fuera (de forma bastante literal), y real­
cuando las más recientes investigaciones neuro­ mente como algo de lo que tiene que responder
lógicas llegan a la conclusión de que «el senti­ de acuerdo a su concreta configuración; de esta
miento de la autoría de nuestras acciones» sería manera surge el Yo como persona autoconscien­
-junto con el resultado de una asociación- «una téS.
consecuencia (!) de la adscripción a través del
entorno social», y probablemente se constituiría Con la mirada puesta en la atribución aparece
«el Yo infantil como sujeto de acción principal­ ante los neurocientíficos la estructura del sis­
mente a través de dicha atribución»57. El indivi­ tema «sociedad» siempre (!) como resaca del sis­
duo infantil llega a acuerdos con su incipiente tema acoplado estructuralmente «consciencia» y,
personalidad: Se concibe a sí mismo como per­ al mismo tiempo, se reconoce que en caso de un
sona, siendo esa doble alma en su pecho la que acoplamiento de la consciencia con la sociedad
le posibilita precisamente concebir el esquema hace acto de presencia el contenido de conscien­
pasional de la satisfacción y la insatisfacción cia «responsable» como un contenido ordenador
y no meramente encubridor. Es evidente que la
como ya se ha expuesto (supra 111, tercer párrafo). BURKHARDT consciencia no se orienta sólo a la espontaneidad
interpreta la posición de KANT como «simply an apt characte­ de los procesos neuronales que ella misma con­
rization of the perspective of the acting subject (internal pers­
pective, first-person point of view») y deduce de ello que dicion -Tienen que buscarse la responsabilidad
dicha perspectiva es «the only "real" one for the acting sub­ y sus condiciones allí donde al menos podrían
ject» (en: MAASEN y otros [edits.], Voluntary action. Brains, darse-, es decir, en la sociedad estructurada nor­
minds and society, Oxford, 2003, pp. 238 Y ss., 248). Pero de
esta manera se malinterpreta la idea como simple idea abs­ mativamente; los kantianos podrían también re­
tracta: La perspectiva interna (sobre ello ya HUME, Enquiry currir a la razón, pero seguro que en el caso del
[nota 46], pp. 111 Yss., nota 1) como estado psíquico -lo cual, ser humano empírico no la encontrarán.
dicho sea de paso, no puede ser fundammto de la imputación
jurídico-penal porque es una consecuencia de la imputación
práctica (vid. el siguiente texto)- se puede reformular cierta­ 6. RESUMEN
mente desde una perspectiva social, encontrándose sin em­
bargo de esta manera junto a la perspectiva externa que 1. Los individuos humanos (esencias sensiti­
emana de la determinación psíquica (ENcrsCH [nota 48], p. 4), vas) no son libres ni en el plano físico ni en lo
e incluso no cabe excluir de partida una sociedad orientada
por último instrumentalmente. La estructura normativa de que respecta a sus impulsos vinculados a la sa­
la sociedad no se deja «captar» desde una perspectiva de
psicología individual. Vid. también BURKHARDT, Das Magazin 58 LUHMANN, Gesellschaftsstruktur und Semantik. Studien
(nota 7), pp. 21 Y ss., 23 Y ss. zur Wissenssoziologie der modernen Gesellschaft, tomo 3,
57 ROTH (nota 2), p. 517, apoyándose en PRINZ.
1989, pp. 149 Y ss., 163; JAKOBS, Norm (nota 33), p. 34.

204 205
tisfacción o la insatisfacción; en este sentido la VIII. ¿CULPABILIDAD SIN LIBERTAD?*

teoría del Derecho Penal no añade nada a la mo­


derna investigación neurológica (l., II.).
2. Una sociedad estructurada normativa­ Fernando MüLINA FERNÁNDEZ

mente no vincula seres humanos individuales Universidad Autónoma de Madrid


sino más bien personas. Las personas son los des­
tinatarios de derechos y deberes construidos co­
municativamente. El orden normativo, el Dere­
cho, es socialmente real si ofrece una orientación
real. Esta cuestión no es tratada por las neuro­
ciencias en la medida en la que investigan a los
individuos pero no a la sociedad (III.).
3. Una conducta conforme a la norma no
siempre es preferible desde una perspectiva indi­
vidual; por ello las personas son competentes de
procurarse una motivación fiel al Derecho; como
consecuencia de ello las personas mantienen una Pocas cuestiones filosóficas han merecido
libertad de autoadministración en el sentido de tanta atención a lo largo de la historia como la
una libertad para organizar los propios derechos del libre albedrío y su relación con la responsabi­
sin ser molestadas. lidad. El problema surge del agudo contraste en­
4. La suposición de que la comprensión de tre la percepción directa que tenemos de nues­
la propia personalidad se produce en el marco
de un proceso de aprendizaje condicionado so­ • Un desarrollo pormenorizado de la mayor parte de las
cuestiones que aquí se abordan puede verse en mi trabajo
cialmente es compatible con los resultados de la Respollsabilidad jurídica y libertad. (Una investigación sobre el
investigación neurológica (V.). fllndamente material de la culpabilidad) Universidad Externado
de Colombia. Bogotá, 2002. (Previamente publicado, con al­
5. En consecuencia, existe una corresponden­ gunas variaciones, con el título "Presupuestos de la respon­
cia entre autonomía y responsabilidad, pero no sabilidad jurídica: análisis de la relación entre libertad y res­
entre libre albedrío y responsabilidad (IV.). ponsabilidad», en Anuario de la Facultad de Derecho de la
Universidad Autónoma de Madrid, n° 4 [2000], pp. 57-137 Y
Anuario de Derecho penal y Ciencias penales L III [2000]. pp.
169-283).

206 207
igual que en la filosofía moral, la cuestión parece
tras propios actos, como al menos parcialmente
tener efectos trágicos, porque la responsabilidad
libres, incondicionados, y lo que, primero la re­
es un concepto central y parece requerir ineludi­
flexión filosófica, y más tarde los continuos
blemente libertad originaria. ¿Qué debemos ha­
aportes desde diferentes campos de las ciencias
cer entonces ante el imparable aluvión de evi­
naturales, parecen indicar. La percepción de li­
bertad condiciona nuestro lenguaje, nuestra cul­ dencia contraria a dicha libertad?
tura, nuestra forma de relacionarnos imputándo­ Creo que hay tres opciones posibles: no hacer
nos recíprocamente mérito y demérito y la nada, justificando que el libre albedrío es irrele­
exigencia de responsabilidad moral y jurídica se vante para nuestras categorías teóricas; cam­
basa en la idea, enormemente extendida, de que biarlo todo, porque sin libre albedrío el entra­
el ser humano, por su singularidad, tiene una mado de la responsabilidad colapsa; o cambiar
genuina capacidad de acción originaria, no con­ algunas cosas, atendiendo a la evidencia cientí­
dicionada, al menos de manera absoluta, por fac­ fica, pero a la vez manteniendo la estructura bá­
tores ajenos a él mismo. sica de la responsabilidad.
¿Qué pasaría si se demostrara que esto es
El profesor JAKOB5 opta, desde luego, por la
falso?; ¿cómo afectaría a la ciencia jurídica?:
primera opción. Como en general todos los que
¿tendríamos que rechazar la idea de responsabi­
parten de una posición normativa, cree que el
lidad?; ¿modificar nuestras actitudes?; ¿sustituir
mundo del derecho puede construir su propia
las penas por medidas de seguridad?
realidad al margen del mundo sensorial, con lo
En las ciencias naturales la posible demostra­ que nuestras categorías serían inmunes a lo que
ción de que no existe el libre albedrío tendría un digan las ciencias naturales en este punto (yen
efecto menor. Hace ya tiempo que el dualismo otros). En el otro extremo, un autor como Do­
cuerpo-mente de Descartes ha sido práctica­ rado Montero optó por la segunda. No hay cul­
mente abandonado: no hay ningún fantasma de­ pabilidad sin libertad, así que al caer ésta cae
trás de la máquina. Incluso, para muchos sería también aquélla. El derecho penal debería asen­
un éxito más de la ciencia el poder someter a sus tarse sobre bases distintas: no hay lugar para el
leyes también ese último y esquivo reducto de reproche sino para el tratamiento. Mi posición es
la realidad que es la actuación de los seres cons­ intermedia: la evidencia científica es completa­
cientes. Todo es explicable. mente relevante para el derecho, así que si, pre­
sumiblemente, no hay libertad originaria, debe­
En el mundo del derecho, por el contrario,
209
208
o,':¡'J

es explicable; no hay un campo vedado donde


mas adaptar nuestras categorías teóricas a este
reine un alma ajena a las leyes naturales-, para
hecho, pero a la vez es posible mantener un con­
la filosofía moral, y por ello también para el De­
cepto restringido de responsabilidad que per­
recho penal, la cuestión adquiere perfiles apa­
mita mantener la culpabilidad como elemento
rentemente trágicos. Un ser moral sin margen al­
central de la responsabilidad jurídica (y con ello
guno de libertad parece una contradicción en los
también la distinción básica entre penas y medi­
términos, y, en Derecho penal, la imposición de
das de seguridad).
penas parece requerir en el acto del condenado
En lo que sigue, analizaré primero brevemente la presencia de circunstancias subjetivas que
la relación entre responsabilidad y libre albedrío permitan un reproche jurídico, derivado de la in­

para luego examinar qué respuestas se han ofre­ fracción de un deber, algo que difícilmente pa­

cido a las cuestiones arriba formuladas, pres­ rece compatible con la imagen de un ser plena­

tando especial atención a la propuesta del Prof. mente condicionado por circunstancias

JAKüBS, y terminar con un apretado resumen de naturales. Si todo suceso y todo acto está plena­

mi propio punto de vista. mente condicionado por sus antecedentes es

analíticamente cierto que nada -y por ello tam­

1. LIBRE ALBEDRÍO Y RESPONSABILIDAD poco el hecho del autor de un delito- puede ha­

ber sido de manera distinta a como ha sido, lo

La importancia que ha adquirido histórica­


que por lo pronto parece aproximar cualquier
mente la cuestión del libre albedrío tiene que ver
hecho no ya a una causa de inimputabilidad -el
con el papel que se le ha asignado en la funda­
mentación de la responsabilidad moral y jurí­ autor, incluso si ha comprendido lo injusto de
dica, y muy especialmente de la pena. Por eso, su acto, no podía haber actuado conforme a esa
su probable caída, arrastrada por una evidencia comprensión de manera distinta a como lo hizo­
científica cada vez mayor, pone sobre la mesa de sino a una propia causa de ausencia de acción
manera cruda el fantasma que ha preocupado a como es la fuerza irresistible.
generaciones de filósofos desde la época griega, ¿Por qué resulta tan importante la libertad
hasta el punto de ser considerado por algunos
para la responsabilidad?
como el principal problema de la filosofía moral.
El derecho sirve a la configuración y manteni­
Si para las ciencias naturales el determinismo
miento de un orden social y uno de los instru­
es una bendición -confirma su punto de partida
mentos clásicos que utiliza para conseguir sus
de que todo, incluso la estructura más compleja,
211
210
fines es imponer responsabilidad jurídica ante algunos sea correcta por el hecho de que un ma­
ciertos hechos lesivos. Las normas que imponen yor bien sea compartido por otros»].
responsabilidad intentan prevenir estos hechos
o reparar sus efectos nocivos, pero lo hacen a su Atendiendo a este factor, hay dos tipos de po­
vez causando males a costa del responsable. sibles justificaciones de medidas lesivas: las que
se basan en el merecimiento y las que lo hacen en
De una forma u otra, la responsabilidad distri­ un cierto entendimiento de la equidad. Las prime­
buye o redistribuye males. Cuando esta distribu­ ras enlazan la responsabilidad jurídica con la
ción es externa, esto es, se hace a costa de otro, imputación subjetiva, mientras que las segundas
requiere una especial justificación. No basta ya operan al margen de ésta. La diferencia básica
con una justificación utilitaria en la que se acre­ entre ellas tiene que ver con la posición de los
dite que, globalmente, el daño causado es infe­ sujetos implicados, que condiciona a la vez el
rior al beneficio obtenido, sino que requiere tam­ tipo de respuesta posible. En las primeras, los
bién una justificación distributiva que explique sujetos no están en posición igual ante el dere­
por qué el efecto beneficioso final se obtiene pre­ cho, porque alguno, por sus propios actos, se si­
cisamente a costa del responsable. La necesidad túa voluntariamente en la posición de responsa­
de justificación en este caso responde a dos fac­ ble. Él mismo define su posición jurídica. En las
tores: en primer lugar, al hecho de que la distri­ segundas, nadie adopta esa posición, sino que el
bución del daño en la responsabilidad jurídica azar reparte suerte.
se hace habitualmente de manera desequilibrada, De esta distinción básica se deduce que las
cargando sobre una o sobre pocas personas; en medidas asociadas a ambas posiciones tienen
segundo lugar, del reconocimiento de nuestra muy diferente alcance: la primera permite una
individualidad, que se traduce en una concepción mucho mayor intromisión en los derechos del
de la justicia que reconoce límites valorativos a responsable que la segunda. Con un ejemplo,
la consecución del bienestar general cuando ello aunque el condenado por un delito y el some­
entraña el sacrificio no compensado de indivi­ tido a cuarentena médica forzosa se ven priva­
duos singulares. [Como ha indicado Rawls: dos de su libertad, el régimen de privación es
«Cada persona posee una inviolabilidad fun­ -debe ser- completamente distinto, y parece ra­
dada en la justicia que incluso el bienestar de la zonable en el segundo caso, pero no en el pri­
sociedad como un todo no puede atropellar (oo.) mero, que el derecho prevea compensaciones ba­
la justicia niega que la pérdida de libertad para sadas en la equidad. La justificación de la pena
212 213
se ha vinculado tradicionalmente, y con razón, ción de males aparentemente desequilibrada que
al primer grupo, que a su vez conecta con la entraña la responsabilidad jurídica. Ya no ten­
cuestión del libre albedrío. dríamos una desgracia natural que el derecho re­
distribuye de manera desequilibrada sobre una
La responsabilidad por merecimiento se ha
persona, sino una desgracia creada voluntaria­
vinculado constantemente a una visión del ser
mente por alguien que aparta de sí sus efectos
humano en el que éste no es (al menos siempre)
dañinos. El derecho se limitaría entonces a redis­
mero espectador externo de lo que sucede, ni
tribuir el mal sobre el causante original.
marioneta controlada por fuerzas externas, sino
también actor. Se presupone que al menos una Sin embargo, la acumulación de evidencia
parte de lo que acaece es debida a nuestras ac­ científica desde todos los ámbitos del pensa­
ciones y puede imputársenos como propia, lo miento -neurología del cerebro; psiquiatría y
que permite distinguir entre hechos que suceden psicología; genética; inteligencia artificial; socio­
y hechos que hacemos que sucedan (acciones). Lo logía- pone en cuestión de manera cada vez más
primero es el campo del azar, lo segundo del abrumadora esta visión singular del ser humano
merecimiento. como originador, no sujeto a las leyes de la cau­
salidad. Lo que la ciencia dice, cada vez con ma­
Los hechos se explican por sus antecedentes. yor insistencia, es que la acción humana no es
Una opinión muy extendida concluye que hay libre precisamente en el sentido originario que
un punto de corte que permite interrumpir la in­ parece reclamar una justificación basada en el
dagación hacia atrás de las causas de un evento, merecimiento. Si cae el libre albedrío, parece
y ese punto viene marcado por la imputación caer la originalidad, y con ello la base del mere­
subjetiva a quien ha actuado con libertad, esto cimiento y la justicia en la imposición de penas.
es, ha originado el hecho, de manera que éste ya
no puede explicarse por antecedentes causales 2. ALGUNAS RESPUESTAS
previos (prohibición de regreso más allá de la Para dar respuesta a este inquietante pro­
acción libre). Si efectivamente se dieran estas blema se han ensayado diversas estrategias.
condiciones, el hecho desvalorado sería verda­ Analizaré cuatro, centrándome especialmente en
deramente obra del autor, y entonces él mismo las dos últimas.
con sus actos y en el uso de su autonomía, habría
aceptado las consecuencias beneficiosas o perju­ A. Libertarislllo
diciales que de tal hecho se deriven: la distribu­ Esta primera opción, que gráficamente podría
214 215
,.0,
"
e

describirse como «cerrar los ojos», hace caso B. Determinismo duro


omiso a la cada vez más abrumadora evidencia
científica contra la existencia del libre albedrío y La receta que propone esta segunda opclOn
se mantiene firmemente en esta idea. Pese a los podría, de nuevo gráficamente, describirse como
condicionamientos externos, el ser humano ten­ «amputar»: si el determinismo es incompatible
dría un margen de libertad en el que actuaría con la libertad, peor para la libertad y todo lo
de forma completamente incondicionada, como que se apoye en ella. Ésta es la visión segura­
causa original de los eventos que resulten de sus mente más extendida entre los científicos que
decisiones. Ello convertiría al ser humano en una han negado el libre albedrío. Si la libertad no
singularidad en la naturaleza, dotado de una li­ tiene base científica, se dice, cae por tierra la idea
bertad originaria ajena a la influencia de la cau­ de mérito o reproche. Para la filosofía moral ello
salidad que rige en cualquier otro ámbito de la entrañaría en último extremo su desaparición o
cuando menos la necesidad de reconversión (en
realidad, y por ello, en este punto, inasequible a
la línea de una ética evolucionista, por ejemplo).
la investigación y explicación. Un ser capaz de
Para el derecho penal, supondría la renuncia a la
llevar a cabo una elección racional sin razones
culpabilidad, basada en el reproche por el hecho
para elegir y a la vez no azarosa.
cometido, y con ello a la pena, y la implantación
de un sistema monista de medidas basadas en la
Aunque no hay ninguna evidencia científica
de peso que apoye esta idea (ni siquiera es fácil peligrosidad criminal.
determinar en qué podría consistir ya que parece Si los libertarios, al cerrar los ojos, no respetan
requerir algún tipo de dualismo mente-cuerpo la visión científica del mundo, los deterministas
que la ciencia ha abandonado casi por completo duros incurren en un error similar por el otro
hace tiempo) y sí muchas que la niegan, es una extremo: simplifican en exceso las cosas. Aunque
opinión extendida fuera del mundo científico toman como punto de partida el respeto más es­
debido al sentimiento de libertad, de no actuar crupuloso a la realidad, tal y como nos la mues­
condicionado, que el ser humano percibe tra la ciencia, acaban traicionándolo al no prestar
cuando somete a introspección su propio com­ atención a esa otra realidad emergente, propia
portamiento. En este momento, sin embargo, la del ser humano consciente, que se ve a sí mismo
evidencia científica ha desplazado totalmente la y a los demás como un agente moral y no como
carga de la prueba a quienes afirmen el libre ar­ un mero eslabón de una cadena causal. En este
bitrio. sentido «sobreintelectualizan» sus posiciones ca­

216 217
yendo en un «empirismo incompleto» o «utilita­ un problema supuestamente tan complejo de
rismo tuerto» (Strawson). una manera tan sencilla y aparentemente limpia
que, así en principio, casi podría sorprender. ¿Es
C. Normativismo
posible que una cuestión que ha sido conside­
La tercera estrategia, muy habitual en el rado por algunos como el único gran problema
mundo jurídico, podría, una vez más plástica­ de la filosofía moral y que ha ocupado y preocu­
mente, describirse como «escamotear» el pro­ pado a las mejores mentes de la filosofía desde
blema apelando a lo normativo. Se da por los griegos hasta hoy tenga una respuesta tan
bueno, o al menos no se pone en cuestión el de­ simple como «presumamos normativamente la
terminismo en el mundo físico -se acepta que no libertad, exista o no»? Desde luego es posible. La
puede saberse si en el caso concreto el sujeto po­ historia de la ciencia está llena de ideas sencillas
día haber actuado de manera distinta- pero a la que resuelven problemas complejos. La enorme­
vez se concluye que el Derecho no tiene por qué mente compleja etiología de la úlcera gástrica re­
adoptar este punto de vista naturalístico, sino sultó muy sencillamente explicable por la pre­
que puede adoptar su propio punto de partida sencia de una bacteria, el helicobacter pylori, pero,
normativo. Sea o no libre el actor, el derecho lo y a ello me referiré al analizar el fondo, no creo
trata como tal. La libertad se entiende normati­ que éste sea aquí el caso.
vamente.
En segundo lugar, y también éste es un dato
Hay distintas versiones de este planteamiento tangencial, podría considerarse una sospechosa
de base, pero creo que la idea de fondo es la coincidencia que la ciencia penal muy mayorita­
descrita. Tanto Roxin como JAKüBS, entroncando ria haya considerado históricamente que la fun­
con una tradición en la que aparecen nombres damentación de la culpabilidad (y con ello de la
tan ilustres como Kelsen, han sostenido la indife­ pena) requiere libre albedrío, y que sólo cuando
rencia de la cuestión del libre albedrío para la se ha comenzado a poner en duda desde la cien­
responsabilidad penal. cia su existencia resulte que en realidad todo era
un espejismo porque tal requisito no nos hacía
Antes de analizar con algún detenimiento sus falta.
propuestas, cabe apuntar, a efectos del debate,
tres ideas, no referidas al fondo, que ya suscitan Por último, este tipo de respuesta es habitual
dudas. entre los juristas, pero no tanto fuera de este ám­
bito; ¿podría tratarse de un caso de solipsismo
En primer lugar, la solución normativa sortea jurídico?
218 219
..Jj.',:.

En cuanto al fondo, analizaré las propuestas no presumirse normativamente. Si se entiende


de dos autores muy representativos. que la capacidad de actuar de modo distinto es
un presupuesto para jugar al juego de la respon­
1. Para ROXIN la libertad es una «aserción sabilidad, debería exigirse su comprobación, y lo
normativa». Si existe «asequibilidad normativa», mismo sucede con cualquier otro requisito que
afirma, «partimos, sin poder ni pretender pro­
se estime necesario.
barlo en el sentido del libre albedrío, de la idea
de que el sujeto posee también capacidad de Quizás para anticiparse a esta objeción, Roxin
comportarse conforme a la norma, y de que se introduce en su discurso un elemento adicional:
convierte en culpable cuando no adopta ninguna la asequibilidad normativa, esto es, que el estado
de las alternativas de conducta en principio psí­ psíquico del sujeto al realizar el hecho fuera tal
quicamente asequibles para él». En opinión de que tuviera la posibilidad de decidirse por la lla­
Roxin, tanto el determinista como el indetermi­ mada de la norma. Pero esto no es más que una
nista pueden aceptar esta suposición «pues la forma distinta de decir que es necesario que el
misma no dice que el sujeto pudiera efectiva­ sujeto hubiera podido actuar de manera distinta
mente actuar de otro modo -lo que precisamente a como lo hizo, y precisamente el determinismo
no podemos saber- sino sólo que, cuando exista lo que muestra es que realmente no existe esa
una capacidad de control intacta y con ella ase­ capacidad, con lo cual viene directamente a ne­
quibilidad normativa, se le trata como libre. La su­ gar la asequibilidad normativa de cualquiera
posición de libertad es una "aserción norma­ que haya infringido la norma.
tiva", una regla social de juego, cuyo valor social
es independiente del problema de teoría del co­ Ello demuestra que la salida de Roxin no re­
nocimiento y de las ciencias naturales». suelve el problema, sino que lo escamotea; su
solución no es inmune al problema del libre al­
Si admitimos, con Roxin, que es una regla de bedrío: la asequibilidad normativa, o bien es un
juego y que además es bueno tratar a las perso­ dato fáctico equivalente a la capacidad de actuar
nas como libres aunque puedan no serlo, cabe de manera distinta, y por ello igual de sensible
preguntar por qué no jugamos todos y tratamos que éste a la posible verdad del determinismo o,
a todos, incluidos los inimputables, como libres. si se reinterpreta a su vez como dato normativo,
La explicación más plausible es que sólo pueden deja incontestada la pregunta inicial que trataba
jugar los que reúnan las condiciones para el de responderse al introducirlo en el debate: ¿por
juego, que entonces, imagino, deberán poseerse y qué no presumimos entonces normativamente
220
221
-,,,,~" ..

en todos la asequibilidad normativa? Una vez Si, como hace acertadamente JAKOBS, se insiste
más, la asequibilidad normativa puede, o no, ser en el principio de culpabilidad como forma de
un elemento central de la responsabilidad, pero legitimar la sanción a una persona competente,
si se admite que lo es, como hace Roxin, enton­ no puede pasarse por alto que aunque el infrac­
ces debe comprobarse que se da y no presumirse tor de los deberes jurídicos, el competente nor­
normativamente. La limitación de los jugadores mativamente, es la persona, la que sufre -en un
debe responder a la presencia de un hecho dife­ sentido material, físico- la pena es el individuo
rencial que no puede ser simplemente presumi­ (el propio JAKOBS ha reconocido que la pena no
do. se mueve sólo en el plano comunicativo sino
también en el fáctico; es un mal que causa sufri­
2. También para el Prof. JAKOBS* resulta irre­ miento a quien se le impone), de manera que,
levante, para la responsabilidad jurídica, lo que sólo por eso, aunque sólo sea para no infringir
puedan decir las ciencias naturales sobre el libre el principio de personalidad de las penas y san­
albedrío, y ello porque aquí no se trataría de in­ cionar a alguien por lo que otro ha realizado,
dividuos -entes psico-físicos sometidos a las le­ individuo y persona no pueden estar tan aleja­
yes causales- sino de personas -titulares de de­ dos como JAKOBS sugiere. Más bien, las circuns­
rechos y deberes- construidas normativamente. tancias particulares del que sufre, del individuo,
En el mundo natural sometido a leyes causales deberían ser tenidas en cuenta para la fijación de
no puede fundamentarse la competencia, que re­ los deberes jurídicos cuya infracción es el delito.
quiere libertad, pero sí en el mundo de lo nor­ La individualidad condiciona la personalidad,
mativo. La libertad se constituiría por medio de aunque sólo sea porque los desmanes de la per­
un orden normativo. sona «libre» los paga el individuo «esclavo».
Pero si esto es así, no puede ser cierto que lo que
Incluso admitiendo, a efectos de la discusión, la ciencia nos diga sobre la ausencia de libertad
que fuera correcta la distinción entre individuo del individuo carezca de importancia para lo
y persona (pasando por alto la cuestión, no ino­ que el Derecho nos dice sobre la libertad norma­
cua, de que con esta terminología podría haber tiva de la persona.
seres humanos no personas), cabría preguntarse
qué puntos de contacto existen entre ambas figu­ El Prof. JAKOBS admite, sin embargo, que hay
ras. un punto de conexión, una «bisagra» (<<Schar­
nier»), entre lo normativo y lo científico natural.
. vid. su trabajo recogido en el presente volumen. En sus propias palabras, no sería posible impo­
223
222
ner a la persona un deber de volar sin ayuda en cuestión la existencia de Dios desde la evi­
externa, o de saltar 100 metros. La afirmación es dencia científica argumentando que no habría
tan fácil de justificar materialmente como apa­ interdisciplinariedad porque se disolvería la teo­
rentemente difícil hacerlo en un sistema presi­ logía?; ¿o más bien habría que plantearse si es
dido por la drástica independencia de lo fáctico ciencia aquello que no se basa en sus presupues­
y lo normativo. Y si se aceptan, como el propio tos?
JAKüBS hace, excepciones, tampoco está claro
Si la ciencia jurídica persista en su singulari­
cómo poner límites al argumento que se encuen­
dad, en ese mundo del deber-ser que se encuen­
tra detrás de esta concesión. Si los límites físicos
tra ¿dónde? y que apenas tiene una «bisagra»
del individuo condicionan en este caso los debe­
con lo natural, difícilmente será considerado
res de la persona, ¿por qué no en general?
como un par interdisciplinario. Ésta es la princi­
Cuando se trata de acreditar la culpabilidad, pal debilidad de cualquier planteamiento nor­
la cuestión no es distinta. Un sistema jurídico mativista, que saca a la luz el conocido trilema
que, por ejemplo, atribuyera normativamente li­ de Münchhausen enunciado por Hans Albert: la
bertad a los mayores de 18 años y a los mayores fundamentación de cualquier juicio normativo
de 2 pero menores de 3 años sería disparatado, -como, por ejemplo, que la persona debe ser tra­
y ello es así porque en este último caso no se tada como libre- o bien se remite a un juicio nor­
dan de hecho, a la luz de la evidencia científica mativo previo, que requiere a su vez fundamen­
disponible, las condiciones psíquicas que permi­ tación, incurriéndose de esta suerte en un
ten una atribución personal. Una vez más, lo que regreso al infinito; o bien se fundamenta en sí
la ciencia nos dice del individuo resulta esencial mismo, apelando a instancias metafísicas -los
para las valoraciones normativas de la persona. valores estarían flotando en un mundo supra­
y no se trata de una simple bisagra, sino de una sensible al que supuestamente podríamos acce­
imbricación estrecha entre ambos mundos. der mediante introspección-, lo que lo aleja del
ámbito de la ciencia; o bien se remite en la fun­
Pero, ¿no sería, como apunta el profesor JAKüBS damentación al mundo del ser, lo que desem­
en una cita del texto, esta interdependencia entre boca en algún tipo de naturalismo que contra­
lo jurídico y lo natural lo contrario de la interdis-, dice sus postulados.
ciplinariedad, porque la disciplina jurídica se di­
solvería? A esta pregunta cabe responder con En lo referente a la interdisciplinariedad,
otra: ¿podría un teólogo oponerse a quien ponga puede mantenerse un planteamiento distinto.

224 225
Por ejemplo, que sólo hay un método científico por su vinculación a la realidad, entonces desde
y sólo un objeto de atención por la ciencia: la ~'{
luego importa lo que la ciencia nos diga sobre
realidad. Las diferentes disciplinas se diferencia­ el libre albedrío. No es la última palabra, pero
rían por el aspecto de la realidad que abordan, cualquier construcción que se proponga desde
con grados crecientes de complejidad (y por ello el mundo jurídico debe al menos tomarla como
decrecientes de certeza científica), desde lo más punto de partida. Y hacerlo así es la intención
elemental de la materia (la física de partículas), declarada de la última propuesta que analizo.
pasando por el resto de la física y la química,
hasta llegar al mundo de los seres vivos (biolo­ (Antes de pasar a ella quiero resaltar, no obs­
gía básica, medicina), organizado (biología so­ tante, que en las últimas publicaciones del Prof.
JAKÜBS puede cada vez más notarse su interés por
cial) para concluir en el ser consciente (neurolo­
gía, psiquiatría, psicología) y finalmente en el ser tender puentes entre lo fáctico y lo normativo,
humano social (sociología, política, antropolo­ poniendo límites a un supuesto normativismo
gía, ciencia jurídica, etc.). Cualquier ciencia si­ omnipotente -sus intervenciones en este semina­
tuada en un escalón posterior de la cadena de rio dan buena muestra de ello-o Ello se percibe
complejidad aporta algo nuevo, pero a la vez en su teoría de la pena; en su respuesta a la cues­
debe ser compatible con los escalones anteriores. tión de la responsabilidad de las personas jurídi­
Lo normativo se encuentra en un último grado cas; en el análisis de la los requisitos de existen­
de complejidad, pero no deja de ser realidad y cia de las normas; o incluso en el reconocimiento
no puede construirse al margen de ésta. El Dere­ de la vinculación entre expectativas normativas
cho se ocupa del ser humano como ser social re­ y cognitivas. Sobre ello no cabe decir otra cosa
gido por normas jurídicas, pero no por ello este que ¡nunca es tarde... ! y que la evolución no se
ser deja de ser física, ni química, ni biología, ni detenga aquí).
un ser consciente. Si la ciencia jurídica se que­ D. Libertad restringida a la perspectiva interna
dara en estos niveles de análisis no aportaría
nada como ciencia del mundo social normativo, A esta opción, que sólo vaya esbozar*, qui­
pero si fuera incompatible con ellos no respeta­ siera, quizás con indulgencia, denominarla estra­
ría la unidad básica del pensamiento científico. tegia de «capear el temporal» con la menor pér­
dida posible.
Si se admite este esquema, y hay también una
larga tradición del pensamiento que lo suscribe • Un desarrollo más detallado de la misma puede verse en
y que evalúa el status científico de una disciplina la última parte del trabajo citado en la nota primera.

226 227
El punto de partida es la crítica que se ha reali­ nas como lo que no son -fuente genuinamente
zado al planteamiento normativo. Lo que dice originaria de sus actos- lo que infringe un man­
la evidencia científica sobre la libertad del ser dato elemental de justicia.
humano sí es relevante y no caben ficciones ni
presunciones de libertad. Si hemos de encontrar La visión que tiene del mundo un espectador
interno, evaluada también a la luz de la evidencia
un punto de corte en la explicación de un hecho
que permita una imputación subjetiva, y con ello científica, es distinta. Puede asumir intelectual­
justifique la imposición de la pena, habrá que mente la visión externa y verse a sí mismo como
encontrar algún anclaje en la realidad para ello. parte del mundo natural, pero es sensorialmente
imposible percibirse a sí mismo como determi­
A este fin cabe distinguir dos perspectivas del nado porque, como sistema autorreferente, todo
mundo: la externa, del espectador que lo con­ intento del autor de predecir su propio compor­
templa desde fuera, y la interna, del sujeto auto­ tamiento crea automáticamente las condiciones
consciente que participa en el mundo y lo ob­ para, en un nivel superior de elaboración del
serva desde su propia consciencia. pensamiento consciente, cambiar la decisión de
partida, y así sucesivamente en un bucle que
Lo que la evidencia científica acumulada nos sólo puede cortarse por una instancia externa a
dice es que un espectador externo, que estuviera la toma de decisiones.
dotado de la suficiente capacidad, podría explicar
también el comportamiento humano «volunta­ La autoconsciencia introduce, entonces, un
rio» a partir de sus antecedentes causales sobre elemento causal de segundo orden -la reflexión
los que el sujeto no ha tenido ningún control. En sobre el propio proceso de decisión-, de manera
otros términos, no hay una acción originadora en que una acción externamente necesaria se con­
el sentido fuerte del término. Si uno se queda en vierte para el sujeto en internamente contingente.
esta perspectiva externa, como hacen los determi­ y es precisamente este rasgo el que permite la
nistas duros, todo el entramado de la responsabi­ aparición del fenómeno psicológico de la perso­
lidad-culpabilidad-merecimiento colapsa. Pero si nalidad. La personalidad se construye psicológi­
uno prescinde de esta perspectiva, bien por negar camente, ante todo, sobre la percepción de uno
que sea correcta -libertarismo- bien por apartarla mismo, sobre la autoconsciencia, y un aspecto
como asunto de individuos y no de personas inescindible de ésta es la percepción subjetiva de
-normativismo-, se pone de espaldas a ·la reali­ libertad (que puede definirse como la perspec­
dad y, lo que es más importante, trata a las perso­ tiva interna de sus actos que tienen el ser cons­
228 229
ciente que actúa a impulso de factores internos ción grave-; cuando se trate de una personalidad
de antecedente causal no explícito y que a la vez incipiente, insuficientemente formada -por me­
reflexiona sobre su elección). nor edad, por oligofrenia, etc.-; o cuando nos ha­
llemos ante una personalidad patológica, no
Como seres sociales, la personalidad se cons­ equilibrada, esto es, excesivamente condicionada
truye también en la interacción social sobre la por algún factor dominante -anomalías psíqui­
base de las actitudes de los demás hacia noso­ cas permanentes que conforman la personalidad
tros. Cuando los demás nos atribuyen responsa­ y a la vez impiden una vida dentro de los pará­
bilidad por un hecho que coincide con nuestra metros de la normalidad-o
percepción interna de voluntariedad, están tam­
bién materialmente -no normativamente- con­ Si no se dan estas circunstancias, quien comete
tribuyendo a la construcción de nuestra persona­ un delito entenderá racionalmente la pena como
lidad que, externamente causada o no, es todo una respuesta que se corresponde con el tipo de
lo que tenemos. El comienzo y el fin de nuestra respuestas que él acepta en la vida frente a los
integración en el mundo. Coincido en esto ple­ actos que emanan de su personalidad. Si se
namente con la afirmación del Prof. JAKüBS de quiere expresar en otros términos, la pena sería
que al tratar a Cervantes y Goethe como autores una respuesta al delito adaptada a las peculiari­
del Quijote y Fausto nos es indiferente que estu­ dades de un ser humano que construye su per­
vieran determinados a escribirlo, ya que lo único sonalidad biológico-psíquica sobre la autocons­
que nos importa es que estas obras fueran preci­ ciencia y la interacción con los demás, y que
samente emanación de su personalidad (como necesita justificarse éticamente porque en un ser
entidad psíquica que resume lo que es la per­ de estas características emerge el pensamiento
sona). (La coincidencia entre ambos plantea­ ético.
mientos es, en realidad, mucho mayor, salvo en
el punto crucial de la definición de persona). La pena, la responsabilidad jurídica, se im­
pone a una persona física, que sufre sus efectos,
La culpabilidad, y por ello también la respon­ y por ello es lógico partir de su perspectiva, que
sabilidad penal, quedaría excluida cuando el he­ no es otra que la interna. Cada vez que, si­
cho no surja de la personalidad del autor -au­ guiendo la bien asentada tradición de la filosofía
sencia de acción; trastorno mental transitorio por moral, tratamos a la persona como responsable
drogas, situaciones externas extremas o factores de sus actos (esto es, consideramos las decisio­
mentales ajenos a la personalidad; error; coac­ nes que emanan de su yo como un punto de

230 231
corte más allá del cual no hay que regresar), res­
petarnos y reafirmarnos su identidad personal y
a la vez le darnos el mismo trato que él se da a
sí mismo. Con ello desaparece el desequilibrio
en la imposición de la sanción.
Pero, para terminar este apretado resumen, si
bien la perspectiva interna fija el marco básico
de la responsabilidad, no es la única a tener en
cuenta. Precisamente porque nos importa la rea­
lidad en cualquiera de sus facetas relevantes, el
reconocimiento, desde la perspectiva externa, de
que no hay un yo originador en el sentido es­
tricto del término, no puede ser pasado por alto
cuando se trata de una justa distribución. Porque
si bien es cierto que al fijar el corte causal en
la acción imputable a la persona la reconocernos
corno tal, y con ello colaboramos a su constitu­
ción corno entidad psíquica real, a la vez hemos
de aceptar que las razones profundas que confi­
guran el yo no proceden (no pueden proceder),
del propio yo, sino de antecedentes que le son
ajenos. La suerte se convierte así en un factor
decisivo en la conformación de la personalidad.
Tener en cuenta este dato para atenuar el juicio
de reproche al autor es esencial para la configu­
ración de un Derecho penal más humano, adap­
tado a la realidad.

232

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