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INFORMACION y DEBATE

P. Andrés Ibáñez, Estos diez años. J. L. Díez Ripollés,


Bien jurídico y derecho penal garantista. J. Giménez Gar-
cía, Terrorismo y represión. N. Pérez Cánovas, El derecho
degays y lesbianas a la vida familiar. J. M. Bandrés Sán-
chez Cruzat, Autodeterminación y Constitución. J. Bayo
Delgado, Problemas en derecho de familia. B. Clavero, De-
rechos (no tan) humanos. M. Graziosi, En los orígenes del
machismo jurídico. J. Muñoz Sánchez-J. C. López Caba-
llero-C. Larrañaga Junquera, Administración controlada
de heroína. C. Salinero Alonso, El sistema de penas en el
C. Penal de 1995. L. Ferrajoli, Razón, derecho y democra-
cia en Bobbio. J. R. de Prada Solaesa, Nuevo proceso pe-
nal de Costa Rica. K. Ambos, Argentina: la superación del
pasado por el derecho penal. A. Crennier, Ministerio públi-
co en Francia. P. Stangeland, La política criminal china.

30 noviembre/1997
En este número Ambos, Kai, Instituto Max-Planck (Friburgo, Alemania).
Andrés Ibáñez, Perfecto, magistrado, Audiencia Provincial (Madrid).
Bandrés Sánchez-Cruzat, José Manuel, magistrado, Tribunal Superior de Justicia
de Cataluña.
Bayo Delgado, Joaquín, juez decano (Barcelona).
Clavero, Bartolomé, catedrático de Historia del Derecho (Sevilla).
Crenier, Anne, juez en Creteil (Francia).
De Prada Solaesa, José Ricardo, magistrado, Audiencia Nacional (Madrid).
Díez Ripolles, José Luis, catedrático de Derecho Penal (Málaga).
Giménez García, Joaquín, presidente de la Audiencia Provincial de Bilbao.
Ferrajoli, Luigi, catedrático de Teoría General y Filosofía del Derecho (Camerino,
Italia).
Graziosi, Marina, socióloga del Derecho (Roma).
Larrañaga Junquera, Carlos, abogado y profesor asociado de Derecho Penal
(Málaga).
López Caballero, Juán Carlos, fiscal y profesor asociado de Derecho Penal
(Málaga).
Muñoz Sánchez, Juan, profesor titular de Derecho Penal (Málaga).
Pérez Cánovas, profesor titular de Derecho Civil (Granada).
Salinero Alonso, Carmen, profesora titular interina (Las Palmas de Gran Canaria).
Stangeland, Peter, profesor visitante, Instituto Andaluz de Criminología,
Universidad de Málaga.

Jueces para la Democracia. Información y Debate


publicación cuatrimestral de Jueces para la Democracia

Redacción: Perfecto ANDRES IBAÑEZ (coordinador), Manuela CARMENA CASTRILLO, Jesús FER-
NANDEZ ENTRALGO, Alberto JORGE BARREIRO, Carlos LOPEZ KELLER, Javier MARTINEZ LAZA-
RO, Jesús PECES MORATE, Edmundo RODRIGUEZ ACHUTEGUI. Secretario de Redacción: José Ri-
vas Esteban.

Correspondencia: Jueces para la Democracia, calle Núñez de Morgado, 3, 4º B. 28036 MADRID. Sus-
cripciones EDISA, apartado 549 F. D. 28080 MADRID.

Precio de este número: 1.000 ptas. (IVA INCLUIDO)

Suscripción anual: 2.500 ptas. (3 números).


Extranjero: 3.000 ptas.
Depósito legal: M. 15.960 - 1987. ISSN 1133-0627. Unigraf, S. A., Móstoles (Madrid).
INDICE

Pág.

Debate
- Estos diez años, Perfecto Andrés Ibáñez 3
- El bien jurídico protegido en el derecho penal garantista, José Luis Díez Ripollés 10
- Terrorismo y represión. Presos políticos y presos comunes, Joaquín Giménez García 20
- El derecho de las parejas gays y lesbianas a la vida familiar, Nicolás Pérez Cánovas 25
- Derecho de autodeterminación y ordenamiento constitucional, José-Manuel Bandrés Sánchez
Cruzat 33
- Problemas subsistentes en el derecho de familia, Joaquín Bayo Delgado 36

Estudios
- Derechos (no tan) humanos, Bartolomé Clavero 41
- En los orígenes del machismo jurídico. La idea de inferioridad en la mujer en la obra de Fari-
nacio, Marina G raziosi 49
- La administración controlada de heroína a drogodependientes en el marco de un programa
deshabituador, Juan Muñoz Sánchez, Juan Carlos López Caballero y Carlos Larrañaga Jun-
quera 57
- El sistema de penas en el Código Penal de 1995, Carmen Salinero Alonso 68

Internacional
- Razón, derecho y democracia en el pensamiento de Norberto Bobbio, Luigi Ferrajoli 79
- El nuevo proceso penal de Costa Rica, José-Ricardo de Prada Solaesa 84
- De la estructura 'Jurídica" de la represión y de la superación del pasado en Argentina por el de-
recho penal. Un comentario desde el punto de vista jurídico, Kai Ambos 90
- Francia: el ministerio público en cuestión, Anne Crenier 97
- La política criminal china, Per Stangeland 100

Apuntes
- Fungairiño: 'el plumero' bajo la toga 103
- Control: ¿de qué clase? ¿De quién? 103
- Del jacobinismo iluminado al esperpento 104
- Quizá no 'el juicio', pero algo importante sí se ha perdido 104
- Filibusterismo procesal 105
- Un proyecto 'inmejorable' 105
- Anguita, sobre De Vega 105
- Raimon: de nuevo 'el vent' de cara 106
- Ella ya no baila sola 106
DEBATE

Estos diez años


Perfecto ANDRES IBAÑEZ

In memoria m
Caria Galante Garrone
Giuseppe Borre*

INTERLUDIO 'SUCESORIO' He querido matizar el alcance del calificativo


"franquista" referido al sistema judicial heredado por-
El número 30 de Jueces para la democracia. In- que, precisamente, el uso que entre nosotros se ha
formación y debate ve la luz el año en el que la pu- hecho del mismo es también una prueba de la tosque-
blicación cumple diez de existencia. Así, esta re- dad de la óptica aplicada al fenómeno de que ahora
vista ha sido testigo de dos lustros de ritmo me ocupo y explica la pobreza de los resultados de lo
trepidante en el pulso de la experiencia jurisdiccio- que se vendió a la opinión como un profundo, incluso
nal, tanto la española como la de los países veci- definitivo, cambio de paradigma. En efecto, franquista
nos. y ha acompañado con su reflexión interdisci- fue el marco político general y franquistas los conteni-
plinar esas vicisitudes, ocupando un espacio que en dos de esa índole que -sin duda- impregnaron en
nuestra realidad jurídico-política era claramente profundidad el ethos y el pathos de la mayor parte de
perceptible como vacío y que hoy, dicho sea con la los jueces de los famosos cuarenta años. Pero no el
mayor modestia, puede que no lo sea tanto. marco estructural de su actividad, que, recibido de la
El vacío no era casual, sino más bien expresión situación precedente, se acreditó como un instrumento
de una política de la justicia, en la mayor medida flexible y bien apto para servir también a la política ju-
heredada, pero por una curiosa contradictoria diver- dicial del "nuevo Estado". Es la paradoja del Estado
sidad de herederos. Entre estos, los directos, ge- liberal en materia de justicia, cuyo diseño hizo posible
nuinos, nacidos del tronco central de la justicia lla- que en España, como en Alemania, Italia y Francia, los
mada franquista (quizá no con toda propiedad); y jueces se precipitaran masivamente por la pendiente
los que lo han resultado, claramente a su pesar, en del autoritarismo más brutal, como si la cosa no fuera
alguna medida, porque aun animados de un propó- con ellos.
sito de ruptura con la situación precedente y postu- La Asamblea constituyente que alumbró la vi-
lando objetivos alternativos, por un error inicial de gente Constitución italiana, fue escenario vivo de la
estrategia y por la posterior obcecada permanencia puesta en cuestión más eficaz de semejante poder
en el error, siguieron, en cierto grado, inmersos en judicial, capaz de producir jueces multiuso con la
la misma cultura político-instrumental de lo judicial opacidad de conciencia necesaria para protagonizar
que se trataba de superar. como fisiológica y jurídicamente indiferente una ma-
siva inserción en políticas autoritarias e, incluso, pu-
* Carlo Galante Garrone, nació en 1910. Siendo magistrado, ra y simplemente criminales.
participó en la resistencia contra el fascismo. Después, ya El modelo de Consejo fue concebido como un an-
siempre en el ejercicio de la abogacía y como parlamentario, tídoto contra ese juez, el napoleónico, dócil funcio-
protagonizaría una ejemplar resistencia constitucional en diver-
sidad de frentes. La suya fue una presencia fiel y entrañable en nario del poder, cualquiera que este fuese. Pues, su
todos los congresos de Magistratura Democratica. Falleció la puesta en escena implicaba la ruptura con unas
pasada primavera.
Giuseppe Borre, ha muerto este verano, a los 65 años, siendo formas de selección-formación, disciplina, gobierno
magistrado de Casación. Miembro de Magistratura Democratica y -como resultado- cultura de los actores de la
desde su fundación, dirigía ahora Questione Giusitizia. Nada jurisdicción, que habían acreditado la desoladora
como algunas de sus palabras luminosas, para acercarle a
quienes no le conocieron: "[Decir que los jueces] 'están sujetos funcionalidad a las experiencias dictatoriales a que
solamente a la ley' ... antes aún que la fidelidad a la ley, impone acaba de aludirse. Por eso, las fuerzas progresistas
la desobediencia a lo que la ley no es. Desobediencia al pasoli- de nuestro país, aunque de una forma más intuitiva
niano 'palacio', desobediencia a los potentados económicos,
desobediencia a la propia interpretración de otros jueces y, por que nutrida de reflexión -como ya se ha visto-
consiguiente, libertad interpretativa. Así, pues, pluralismo, legí- defendieron una propuesta de esa misma orienta-
tima presencia de diversas posiciones culturales e ideales en el
interior de la magistratura. Por otra parte, ¿qué es el pluralismo ción en las Cortes constituyentes de la transición. Y
de las ideas si no la sal de la independencia, que hace de ella lograron que prosperase, en medida, desde luego,
confrontación responsable y no subjetivismo y casualidad? Y bien significativa, puesto que la calidad coherente-
más aún, ¿qué sentido tendría el principio del juez natural si los
jueces fueran todos iguales en vez de portadores de 'legítimas mente constitucional del nuevo ordenamiento jurídi-
diversidades'? Entendida de este modo, la independencia no es co tuvo prolongación en un diseño de jurisdicción y
separación, impasibilidad, aislamiento, sino capacidad de optar, de juez bien distinto del anterior; que, por desgracia,
voluntad de resistencia, compromiso con valores constituciona-
les de fondo como la libertad y la dignidad humana. Y, en este no contó luego con desarrollos legislativos a la altu-
sentido, no puede dejar de tener un significado político". ra del nivel de las posibilidades abiertas.

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Las vicisitudes ulteriores a 1978 son conocidas, ASOCIACION E INCOMUNICACION
pero, al menos en algún aspecto, merecen ser re-
cordadas como desencadenante inmediato de un Cuando Jueces para la democracia. Información y
proceso que, con lo peor de sus (previsibles) po- debate vio la luz, la Ley orgánica no tenía todavía
tencialidades, ha cubierto -y no de gloria- la dos años de vigencia. Atrás, en el pasado inmedia-
historia de la justicia de estos diez años. Al discu- to, quedaba la bochornosa experiencia de la forma-
rrir sobre tales vicisitudes, no puede prescindirse ción extraparlamentaria del Consejo de 1985 y éste
de una alusión a la posición de partida de la gran configurado de facto, en buena parte, casi como el
derecha judicial heredada, expresada en su pacto anterior, cual órgano de un único partido; con algu-
político con la derecha extrajudicial a la sazón go- nas presencias de particular significación, no sólo
bernante, que se plasmó en un primer desarrollo por la intensidad de la impregnación política, sino
legislativo ad hoc, apto para hacer posible a la por haberse manifestado decididamente comisaria-
Asociación Profesional de la Magistratura (APM), les en sus prácticas.
esto es, al núcleo duro de la vieja justicia la ocu- Mientras, en el ámbito asociativo, en su sector
pación en exclusiva de todo el recién inaugurado mayoritario, hervía la indignación. Indignación que
espacio asociativo legal, primero, y del nuevo habría estado justificada en una consideración de
Consejo General del Poder Judicial, después. legalidad abstracta, por lo que en la LOPJ hubo de
(Aunque, sin embargo, el tratamiento de éste por indudable manipulación constitucional. Como lo
la ley de 1980, al menos en lo que concierne a demuestra la declaración de constitucionalidad ligth
competencias, fue bastante más constitucional de la conocida sentencia del Tribunal Constitucio-
que el recibido posteriormente). nal, y, más aún, la mala conciencia que trascendía
Es bien conocido que tales antecedentes ope- de su peculiar motivación. Pero, también, indigna-
raron como detonante de la reacción que siguió, ción que, de haber existido (en la APM) alguna ca-
en este campo, a las urnas del 82. A un golpe de pacidad de autocrítica, habría sido sólo de fachada,
mano (el de la ley de 1980) otro golpe de mano, es decir, la propia de quien, al fin y al cabo, había
ahora in crescendo, que fue el dado mediante la sido cogido en su propia trampa. Por su parte, el
Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 (LOPJ). conocido como sector progresista de la judicatura,
Este texto siempre lamentable y, pronto, univer- luego de haber apoyado con manifiesta ingenuidad
salmente lamentado, presentado a la opinión co- la reforma de 1985 como democrática, esperaba
mo la palanca de un cambio de época en la ma- confiadamente los frutos democratizado res del nue-
teria, expresa con claridad la pobreza teórica de vo sistema. Mientras, entre uno y otro de ambos
un planteamiento de la jurisdicción y de la orga- segmentos del arco de la magistratura, se consoli-
nización del poder judicial, supuestamente revo- daba un abismo que haría imposible la comunica-
lucionario, pero preso, como señalé al comienzo, ción y el debate interno, hasta la fecha.
del mismo estrecho horizonte de cultura que se En particular, en la asociación mayoritaria, la
decía querer superar. En efecto, la LOPJ pro- frustración colectiva (pero también de significativas
yectaba la justicia del siglo XXI desde los presu- expectativas personales bien concretas) puso en
puestos teórico-ideológicos de la de 1870. Así, marcha una dinámica reactiva que llevaría a situar
reducía la cuestión judicial a problema político, la establemente en su cúpula a un sector duro y muy
democratización a cambio de personas y aporta- politizado. (Tanto que, en 1996, cuando los dos
ba la solución por la vía de la heteronomía, o partidos mayoritarios, como medio de recomponer
sea, de la mediatización partitocrática del gobier- la situación y para sacar al Consejo de la crisis,
no del "poder judicial". Insisto en lo de partitocrá- buscaron las personalidades, a su juicio, adecua-
tica, porque nunca se pensó en dotar de prota- das, no tuvo cabida entre ellas ningún exponente de
gonismo a la institución parlamentaria como tal, aquél sector, que ha dado muestras de no sentirse
sino en servirse de ella como pantalla para tras- representado en el actual Consejo).
ladar mecánicamente y sin mediaciones la vo- Para Jueces para la Democracia, tras el 82, se
luntad política del partido a la sazón gobernante inició una experiencia nada fácil. No, precisamente,
al interior del Consejo General del Poder Judicial. de luna de miel con el partido gobernante, como a
He dicho que se reducía la cuestión judicial a pro- veces se ha sugerido, sino de intensa confrontación
blema (exclusivamente) político no sólo por lo que interna, y en ocasiones casi paralizante, entre quie-
la nueva ley vino a significar en ese plano; sino nes, desde la proximidad a la mayoría gobernante y
también, y muy especialmente, porque este texto en franca minoría asociativa, tendían al colateralis-
apresurado implicaba, al mismo tiempo, la renuncia mo, y el resto, que, no obstante la proximidad cultu-
a cualquier planteamiento de fondo decididamente ral a la izquierda gobernante, se mostró siempre
innovador o, siquiera, eficazmente renovador del claramente partidario de mantener una posición de
orden jurisdiccional, que pudo seguir -como si- distancia crítica. Primero, por razones de principio
gue- esencialmente inmodificado en sus constan- y, en seguida, por otras poderosas derivadas de los
tes estructurales. La mejor prueba es el clamoroso perfiles de la política en acto, la judicial sobre todo,
vacío de actividad en que se prolongó ese primer con la que no pocas veces, fue sumamente difícil
impulso, cuya estela todavía permanece en la evi- algún grado de identificación. (Naturalmente, aquí
dencia de la ocasión perdida para las reformas con "política" quiere aludirse a la única, entonces,
(aún) pendientes de la mayor parte de los órdenes realmente percibida como tal).
jurisdiccionales. Por encima de estas vicisitudes específicas y de

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EDITORIAL

La Experiencia al Servicio de la lnnovación©


otras que podrían apuntarse dentro del ámbito del Lo que todo esto evidencia es la debilidad -por
asociacionismo, sí interesa señalar que el nuevo déficit de legitimación- de una institución truncada
sistema de elección del CGPJ indujo claramente en su origen, que ni siquiera formalmente ha de-
una dinámica de absorción de las posiciones concu- sempeñado el papel constitucional que le corres-
rrentes en el espacio judicial por las propias de los ponde. En efecto, es lo que explica, y no hay mejor
actores directos de la política general, de manera ejemplo, el fracaso rotundo, tantas veces con razón
que no cabe hablar de un ámbito interasociativo de denunciado, en el ejercicio de la acción disciplinaria,
debate político-judicial en sentido propio, durante que sólo puede activar con el rigor necesario quien
los diez años a que se contrae esta reflexión. Y no goce la seguridad que confiere la autoridad moral y
es previsible que pueda abrirse en algún momento el reconocimiento de los propios gobernados. Que
cercano. Incluso, cabría decir, no está claro que en evidentemente no ha sido el caso.
muchos casos exista conciencia de la necesidad de y no es éste el único factor que ha contribuido
crear y potenciar ese espacio, a pesar de lo obvio decididamente a la crisis de gobierno y de modelo
del asunto en una concepción elemental de la de- deontológico de referencia, que la línea de actua-
mocracia participativa y sus implicaciones y exigen- ción del Consejo tendría que haber representado.
cias. De manera que el clima asociativo judicial es La institución -sobre todo en el período compren-
de franca incomunicación, sólo rota por esa parti- dido entre 1990 y 1996- dio con sus vicisitudes
cular forma de contacto por partido interpuesto que personales un buen ejemplo de lo que puede ser
implican las negociaciones que preceden a cada una función pública tomada a beneficio de inventa-
renovación del Consejo; en el curso de las cuales rio, hasta la trivialización de un cometido institucio-
los representantes de cada fuerza política operan nal del mayor rango. Me refiero al nutrido número
como mediadores virtuales de su asociación (e in- de abandonos, sugestivos a posteriori de la clase y
cluso de la magistratura no asociada) cuando deci- la solidez del compromiso que antes había alentado
den el modo de relación entre ellas que quieren lle- el acceso al Consejo y, también, de la debilidad de
var al interior del órgano de gobierno. Difícil la presidencia, sin fuerza moral ni política necesaria
encontrar una más clara materialización del riesgo para, en tales casos, haber enfrentado a cada quien
de transfusión de "la dinámica del Estado de parti- con el deber asumido. Este género de actitudes tu-
dos", de la que habló el Tribunal Constitucional, al vo que verse notablemente favorecido por la natu-
ámbito de la "administración de la jurisdicción", en la raleza c1ientelar del mecanismo de designación,
conocida expresión de Pizzorusso. Ni un modo más que, al menos en ese período, como se ha demos-
distorsionador y contaminante de condicionar la de- trado, colocó a un número nada despreciable de los
seable -y constitucional- autonomía político- nominados en la permanente situación de disponi-
cultural de aquéllas, sistemáticamente expuestas a bles para cualquier otro encargo.
la perturbadora incidencia de semejante mecanismo
de selección informal en régimen de opacidad, que
se ha demostrado presidido por intereses político- CUENTA DE RESULTADOS
partidistas, con todo lo que esto supone. Sobre todo
en una situación como la actual, cuando, además, Así las cosas, una de las consecuencias a que
los principales partidos son parte procesal en im- debe llegarse es que, desde luego, en el período
portantísimas causas criminales en curso y, en esa que aquí es objeto de atención la magistratura es-
atípica calidad, están muy particularmente interesa- pañola ha padecido un sensible defecto de cons-
dos, por ende, y como se ha demostrado, en la po- tructiva actividad de gobierno, que en algunos mo-
lítica de nombramientos del Consejo. mentos del último período, el que lleva hasta 1996,
La aludida consecuencia de mediatización parti- registró situaciones del más puro vacío de autori-
dista del fenómeno asociativo, que es una y la mis- dad. La crisis ha sido polidimensional, pues tan evi-
ma con la partitocratización del Consejo, es lo que dente es su proyección en el plano político (por la
ha impedido a éste, durante los dos lustros de refe- patética dependencia); como en ético-político (dada
rencia, desempeñar con algún brillo su función la condición escasamente modélica cuando no di-
constitucional de órgano de garantía. Así, no sólo rectamente anti-modélica de la política judicial en
jueces en dificultades, en los momentos más com- acto); o en el operativo (del que da cuenta la pobre-
prometidos, han carecido de un decidido respaldo za de los resultados en una perspectiva global de la
institucional frente a intolerables ofensivas descalifi- gestión).
cadoras procedentes -sobre todo, aunque no só- Por eso, cuando, como ahora sucede, se habla,
lo- de la mayoría política, pronto en justificados tan genéricamente, del deterioro de la imagen de la
apuros judiciales; sino que, también con frecuencia, justicia, parece conveniente incorporar al análisis la
la opinión pública, ante aberrantes intervenciones consideración de estos datos, como indudable an-
deslegitimadoras de la misma o parecida proceden- tecedente genético. Sobre todo, si se repara en que
cia, relativas a la jurisdicción, ha debido quedarse ese cuadro lamentable de carencia de buen gobier-
sin el contrapunto autorizado y enérgico de la opi- no y a veces de franco desgobierno y de falta de
nión del CGPJ, que así ha incumplido también el modelo de referencia se ha producido, precisa-
deber de contribuir eficazmente a la activación y el mente, en los momentos de mayor dificultad para el
desarrollo de la cultura constitucional, precisamente ejercicio de la jurisdicción, es decir, cuando ésta ha
en materia tan sensible y tan necesitada de ese tenido que enfrentarse a gravísimas formas de de-
esfuerzo clarificador y promocional. lincuencia de matriz inequívocamente política y ha-

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cer frente -desde la patente situación de debili- bierno en el más pleno sentido de la palabra, que
dad- a algunas frenéticas campañas a la vez, ge- implicase otros en el régimen de selección y -muy
neralmente, de distorsión y de instrumentalización. particularmente- de la formación inicial y del dise-
En lo que se dice no hay nada de exageración. Y ño organizativo; y un cambio en las actitudes pre-
puede comprobarse fácilmente con un ejercicio de sentes en el Consejo, tanto en las relaciones con
reflexión tan sencillo como detenerse en el análisis otras instancias como en las mantenidas con los
del modelo de legalidad, de juez y de justicia que se propios gobernados, para los que la transformación
expresan en acciones políticas (muestra de diver- debería haberse hecho visible en la forma de im-
sos momentos del período a examen) como el lin- plantación progresiva y coherente del nuevo siste-
chamiento de la juez Huerta, el nombramiento de ma incorporado en la Constitución de 1978.
Eligio Hernández para Fiscal General del Estado y Las vicisitudes de estos años a que se ha hecho
la ominosa designación consensual de Pascual referencia y en cuyo curso Jueces para la demo-
Estevill, por evocar algunos supuestos de variado cracia. Información y debate ha inscrito su reflexión,
perfil, pero todos igualmente expresivos. Ampliando evidencian que aquel proyecto de transformación
luego esa reflexión al eco registrado por los mismos no se ha desarrollado lo suficiente. Sobre todo en
en el interior del Consejo. A saber, la patética indife- los aspectos cualitativos. Mejor dicho: que el pro-
rencia inicial y la debilidad evasiva de la tardía yecto constitucional implícito no ha llegado, siquie-
reacción en el primer caso; la mayoritaria compla- ra, a hacerse explícito, como plataforma desde la
cencia en la ilegalidad, en el segundo; y la obscena que operar consciente y progresivamente en una
evasión en el formalismo, no obstante la evidencia dirección bien determinada.
de los delitos, con el único fin de mantener al prota- Desde luego, esta valoración, ciertamente negati-
gonista del tercer asunto como vocal y con él la co- va, no se hace por comparación con el statu quo
yuntural mayoría. Los ejemplos -a los que cabría judicial anterior a aquella fecha: sería tramposo. El
añadir el reiterado abandono a su suerte de la juez patrón conforme al que debe evaluarse la cuenta de
Carmena frente a la prepotencia de la administra- resultados de este período está dado por el hori-
ción penitenciaria; o la construcción del caso zonte de posibilidades abierto por la Constitución de
O 'Artagnan, o la acuñación de la abracadabrante 1978, en el que se ha avanzado poco y con titubeo.
categoría disciplinaria del "abandono activo" del La Constitución de 1978 demanda con claridad un
cargo- son diversos y, en alguna medida, también tipo de juez que es el propio de un orden constitu-
los actores, pero invariable el escenario y papel. Y cional de derecho al que están sujetos todos los
permiten comprobar la preocupante equivalencia de momentos de ejercicio del poder. Un orden jurídico
las actitudes y la homogeneidad en la distribución efectivamente funcional al ejercicio de los derechos.
del pathos político-partidista, a diestro y siniestro. Un juez, en consecuencia, función de éstos antes
Algo bien evidenciado también en las sistemáticas que de ninguna otra cosa. Con una colocación dis-
rupturas del Consejo (generalmente) en dos, por la tinta en el marco institucional, en el propio y en el
del partido de procedencia, como única y recurrente general del Estado.
línea de fractura. Lo que dista de ser cosa del pa- De esa exigencia global se deriva la necesidad de
sado, en contra de lo que, con más voluntarismo que la administración de la jurisdicción sea de tal
que realismo, se sostiene a veces en algún medio naturaleza que quede a salvo tanto de degradacio-
asociativo y, desde luego, del propio Consejo. nes corporativas como de dependencias político
Jueces para la democracia. Información y debate, partidistas. Precisamente para contribuir a la gene-
aun inmersa en estas vicisitudes, ha venido refle- ración de tipo de juez y de práctica jurisdiccional
xionando regularmente sobre ellas, creo que con la necesario en el nuevo contexto ordinamental.
necesaria distancia; y ahí radica el sentido de su Pues bien, la realidad a examen demuestra que,
contribución a reducir el tamaño del vacío a que me en este punto, ni lo uno, ni, sobre todo, lo otro, han
refería al comienzo. Contribución a una política del tenido lugar.
derecho transformadora y abierta en el plano de los No lo uno, porque la ausencia de imaginación po-
contenidos, y libre y plural en el modo de enfocar- lítica, el déficit de lealtad constitucional que se tra-
los, precisamente para romper con el viejo para- dujo en el principal instrumento legal y su posterior
digma del cierre y la pobreza cultural que han sido proyección en las prácticas institucionales a que dio
el humus y el cemento del viejo modelo de juez, de lugar, han propiciado, en vez de la fluidez en la co-
ese juez heredado que dio como resultado aquella municación de los diversos sectores de la magis-
polivalencia nefasta a que aludí antes. tratura, un cierto anclaje en las posiciones de parti-
Lo que vertebró a ese modelo y le dotó de la bien da. Particularmente marcado en el caso de la
comprobada funcionalidad práctica al (a cualquier asociación mayoritaria. La política legislativa inicial,
manera de entender el) poder, fue el sesgo ideoló- y la ulterior de gobierno judicial, apenas han contri-
gico, falseador del sentido del propio papel y la con- buido activamente a dinamizar este medio, que era
secuente pasividad instrumental inducida en el juez la condición para una apertura del mismo al exte-
y permanentemente renovada a través del modo de rior. Tanto es así que los movimientos asociativos
articulación burocrática. Por eso, el cambio de sis- que hoy conviven en él operan como comparti-
tema, como claramente percibió el inolvidable Ca- mentas estancos; y la permeabilidad al entorno que
lamandrei de "los peligros de la carrera", nunca ha- haya podido producirse ha sido debida a la influen-
bría podido venir por la vía de los cambios en el cia de éste, pero se ha visto escasamente favoreci-
gobierno. Hacía falta un cambio de la forma de go- da por la dialéctica de la opinión interna, como tal

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casi inexistente y muy poco operativa, por la escasa toro Primero, porque, ya lo he dicho, el órgano de
comunicación dialógica, debida a la práctica ausen- gobierno, no sólo no ha actuado sobre él eficaz-
cia de un ámbito compartido de discusión e interac- mente, sino que ni siquiera lo ha hecho objeto de un
ción. análisis solvente. De imposible sustitución por el
Ni lo otro, pues, aun con cambios -con todo no diagnóstico aproximativo y globalizador de las en-
desdeñables- en la forma, se ha producido la reite- cuestas de opinión. V, segundo, porque cuando las
ración en la sustancial calidad heterónoma del go- quiebras tienen dimensiones estructurales generan
bierno de la justicia, propiciando la dependencia po- inevitablemente dinámicas objetivas de desperso-
lítico-partidista y haciendo objetivamente imposible, nalización y disolución de las responsabilidades. Lo
así, la existencia de un auténtico espacio de política que opera con la lógica del círculo vicioso.
judicial digna de ese nombre; es decir, la orientada
a la realización del modelo constitucional sobre el
papel del juez, a que acabo de aludir y a la creación CLIMA DE OPINION
de una opinión bien formada en la materia. Por lo
demás, la transferencia al órgano de gobierno del Hablar de la justicia obliga a hablar de la opinión
conflicto político general, ha reproducido en su inte- sobre la justicia, de particular relevancia en este
rior la misma irreductibilidad (y con frecuencia el momento presidido por el dominio de los media.
sectarismo) de las posiciones que ha presidido la Asunto que no podría quedar al margen de este
vida política. comentario, sobre todo cuando algunos procesos
El resultado es, sin duda, una jurisdicción objeti- han disparado el interés y la presencia de aquéllos
vamente débil. En particular, cuando se ha tratado hasta límites insospechables y puesto en escena
de hacer frente a algunos gravísimos fenómenos de nuevas formas de incidencia.
delincuencia de sujetos públicos, que han encontra- La administración de justicia española durante la
do un excelente espacio para su juego procesal, pa- transición, ya desde los primeros momentos, fue un
ra sus estrategias de ruptura, que, en algunos mo- relevante polo de atención para la opinión política. V
mentos, han sido de verdadera intensidad. Así, con siguió siéndolo cuando pasó la época de los 400
la entrevista al imputado San Cristóbal en los tele- procesamientos de periodistas. El proyecto de la
diarios de la televisión oficial, medio en este caso que luego fue la LOPJ de 1985 generó una situa-
para un fin directamente saboteador del proceso; o ción particularmente intensa en ese plano: la opi-
cuando se produjo la inclusión en las listas electo- nión publicada de derechas (para entendernos) se
rales de un político procesado por hechos gravísi- encastilló en la apología del viejo modelo de juez,
mas, con un claro intento de banalización de este hasta hacer de sus vicios virtudes y de cualquier
dato y para deslegitimar la acción judicial, entre revindicación profesional una cuestión de principios.
otros muchos supuestos. Lo malo es que halló correspondencia de estilo y de
También la situación de la justicia ordinaria, la del sesgo en una reacción inversa en el sector opuesto
justiciable de a pie, contribuye a debilitar la posición de opinión, en la mayoría de la izquierda, para la
institucional de la magistratura. Como consecuencia que la justicia, incluso bien entrada la transición, era
de que la inadecuación de la generalidad de los mar- todavía una suerte de Numancia del franquismo re-
cos procesales y la pobreza del diseño global, ha he- sidual, de la que no valía la pena salvar nada. Ni la
cho que incluso los esfuerzos presupuestarios que marca, porque -aquí un guiño de complicidad, diri-
han podido realizarse hayan visto fuertemente redu- gido a los pocos jueces con los que se podría con-
cida su rentabilidad final en términos de eficacia. tar- ya se sabía para qué sirve la independencia
Naturalmente, en esto ha influido asimismo el judicial.
defecto de proyecto en origen, con la inadecuación Así, mientras la defensa de la justicia propendió
del marco: siempre la misma LOPJ de 1985; las im- generalmente a la pura apología de la corporación,
previsiones, y el parcheo. Tanto que, ahora, es de- la crítica de la justicia se quedó, con idéntica fre-
cir, a la altura de 1997, ha debido hacerse eso que cuencia, en descalificación irresponsable de la ins-
es lo primero que produce la voluntad reformista en tancia jurisdiccional. Con una particularidad, en las
cualquier cambio de situación: el Libro blanco, ha- posiciones de la derecha judicial y extrajudicial ha-
bitual kilómetro cero de toda política que aspire a bía un componente de autenticidad indudable: de-
trasformar algo. V, además, ha tenido que hacerla fendían el modelo del juez heredado. En cambio, la
el Consejo General del Poder Judicial. Por cierto, izquierda extrajudicial y iay! alguna izquierda judi-
recuperando así, al menos simbólicamente, una cial, afirmando la pretensión de dar vida al Estado
parte de su función escandalosamente desatendida constitucional en toda su extensión, negaban, al
hasta ahora: la de denuncia de los incumplimientos menos de facto, al juez la posibilidad de ocupar to-
del ejecutivo. De ahí que ya su sola existencia re- do el espacio que en él tiene asignado. V propug-
sulte valorable. naban como legítima, a tenor de la situación, la ins-
En el preocupante statu qua judicial a que he ve- trumentalización. Sólo que ahora instrumentación,
nido haciendo referencia hay -¡qué duda cabe!- por fin, ex parte populi.
un coeficiente de responsabilidad de los propios Tal actitud ha tenido una proyección emblemática
jueces [y de los fiscales: ¡por cierto, qué poco se en el tenor de la crítica de las resoluciones judicia-
habla de los fiscales!]. Pero ocurre que, lamenta- les. Durante los años a que se refiere este comen-
blemente, una consecuencia de la situación es el tario, han sido, sobre todo, descalificadoras y, con
propio desconocimiento de la magnitud de ese fac- la mayor frecuencia, han estado implícita, cuando

8
no explícitamente, dirigidas a la línea de flotación de con otros miembros de la magistratura, criticados a
la jurisdicción, que, decididamente, no se soporta golpe de insidia. Va a ser difícil, a partir de aquí,
como momento de controlo límite desde el derecho elevar el nivel del insulto y descender en el plano
de los actos del poder. Ni siquiera -o menos aún- del rigor intelectual.
cuando éstos interesan directamente al Código Pe- Mientras, por su lado, algunos de los que han
nal. mediado en el caso desde la política, lo han hecho,
Así, en el vergonzoso discurso de esa opinión po- curiosamente, para exigir actitudes que nada tienen
lítica crítica ha habido jueces que practicaron el que ver con las mantenidas por ellos mismos en las
"terrorismo psicológico" (por enjuiciar torturas); o situaciones judiciales que les afectan; tratando, a la
"salteadores de caminos" (cuando la sentencia no vez, de proyectar indiscriminadamente sobre éstas
gustó a un político extremeño). Juez hubo tachado -y, como es usual, sobre la misma función de juz-
de "eyaculador precoz" (por lo que se estimó dema- gar- el caudal de deslegitimación generado por el
siada rapidez en dictar una resolución poco grata); modo de instruir ese caso. Por cierto que, en él,
otro al que se atribuyó la pretensión de compensar también el propio gobierno (curado el "acné" de los
insuficiencias sexuales con un supuesto exceso de tiempos de la oposición) ha dado la talla de su sen-
potencia decisional y cuyo estilo judicial fue asimila- tido real de la independencia judicial, avanzando en
do, en sus efectos, al modus operandi de los terro- la línea iniciada con el nombramiento (otra vez el
ristas. Prevaricadores puros y duros (por cierto, a mejor test) del Fiscal General del Estado, a lo que
empezar por la juez Huerta) ni se sabe cuántos; parece, más receptivo a algún inexistente informe
"delincuentes", algunos. "Descerebrados", se ha de parte gubernamental que al realmente emitido
tenido constancia de que existen, pero sin que lle- por su propia Secretaría técnica en el turbulento
garan a aportarse datos porcentuales. "Injustos", asunto.
recientes, al menos tres de la Sala Segunda ... El resultado de toda esa conjunción de elementos
Naturalmente, aquellos a quienes se deben las y otros que podrían entrar en la consideración, no
aportaciones a semejante florilegio, de crítica ver- es estimulante. Y del futuro inmediato, mientras siga
dadera y propia de las resoluciones, nada de nada. siendo escenario de las dinámicas en curso, no ca-
Cuando es, ciertamente, lo que haría falta para be esperar nada mucho mejor. Porque aquí no hay
construir una opinión pública informada y viva en el engaño posible: el modelo representado por el Es-
solar donde reina toda esa miseria político- tado constitucional de derecho, con todo lo que im-
(infra)cultural. plica, pone a la política unos límites de derecho que
Me parece fuera de duda que conductas como las son condición de democracia. Pero es bien claro
apuntadas tienen un plus de gravedad cuando pro- que la, es decir esta política -hoy por hoy- no
ceden de medios institucionales y se orientan a elu- parece dispuesta a soportarlos. Por eso, y desde
dir responsabilidades de esa índole. Diría más: creo ese punto de vista, una jurisdicción de bajo perfil y
que tal género de actuaciones, que guardan plena escaso rendimiento, es lo más funcional a la pobre
coherencia con la pobreza del trato previamente constitución material en acto.
dado a la jurisdicción en la política legislativa de de- Es claro que para salir del círculo vicioso en que
sarrollo constitucional y en la política tout court, son nos encontramos, esta última tendría necesaria-
un antecedente objetivo y el principio de legitima- mente que dejar de ser la que es, para dar vida a
ción de comportamientos del mismo o parecido sig- los contenidos de principio del vigente ordena-
no, debidos a sujetos y grupos más bien privados, miento constitucional. Para ello, el derecho (como
que no tendrían por qué ser más respetuosos con ley más Constitución) habría de recuperar el papel
ciertas reglas del juego. que le corresponde, absolutamente esencial en la
El caso Sogecable, en el que todo parece sugerir perspectiva de la política democrática; irrealizable,
que se ha dado, antes que nada, una actuación ju- como dramáticamente se ha demostrado, si no es
dicial de inquietantes perfiles, me parece un expo- en la rigurosa observancia de las reglas de ese or-
nente de lujo, por sumamente ilustrativo del fenó- den jurídico.
meno a que aluden estas consideraciones. En Siendo así, la experiencia, por tantos motivos
media que por su ajenidad, al menos objetiva, a ta- desgraciada, de estos diez años, debería servir,
les vicisitudes procesales, estarían supuestamente cuando menos, para alimentar una profunda refle-
desarrollando la sola función de informar, se ha pa- xión (re)constructiva en materia de jurisdicción y de
sado como sobre ascuas por aquel aspecto central derecho, en una línea de principios cuya falta de vi-
del asunto, para arremeter de la manera más pro- gencia efectiva entre nosotros es fácilmente identifi-
caz contra el autor de la decisión que -con buen cable como uno de los antecedentes causales del
fundamento jurídico- ha terminado por apartar de -por muchos conceptos- lamentable estado de
él al instructor; del mismo modo que -antes, du- cosas que ha sido y es buena parte de nuestra ex-
rante y después- se ha estado haciendo lo propio periencia inmediata en la materia.

9
El bien jurídico protegido en un Derecho penal
garantista*
José Luis DIEZ RIPOLLES

1. EL ORDEN SOCIAL modificación, al que se ha llegado para el ejercicio


del poder.
Tras las modernas aportaciones de Rawls y Ha- En las más recientes constituciones se tiende
bermas se ha producido una profunda revitalización a especificar no sólo, como venía siendo habi-
de la idea contractualista como criterio legitimador tual, los procedimientos formales de ejercicio
del orden social. Con ellos, sin embargo, este tradi- del poder, esto es, la estructura política del co-
cional y fecundo criterio fundamentador de las so- rrespondiente Estado, sino igualmente los obje-
ciedades modernas ha terminado asumiendo en un tivos que deben perseguirse con ella. Esto ha
grado hasta ahora desconocido el carácter contin- dotado a las citadas normas fundamentales de
gente de sus contenidos, alejándose en alguna me- un pequeño grupo de principios o valores supe-
dida de los planteamientos kantianos que a partir de riores que deben inspirar en todo momento la
cierto momento consolidaron la teoría clásica del actuación de los poderes públicos; por lo de-
contrato social. más, ellos suelen ir referidos a un extenso ca-
Aunque desde un análisis sociológico pudiera parecer tálogo de derechos fundamentales, libertades
sorprendente ese afán relativizador de los contenidos públicas o garantías individuales, que supera
del contrato social en una época de profunda integración con creces la tradicionalmente breve enumera-
de culturas diversas en sociedades cada vez más ho- ción existente en constituciones precedentes'.
mogéneas, el énfasis colocado en la pluralidad de alter- La profunda imbricación entre Poder y Dere-
nativas morales y políticas pretendidamente existente en cho a que da lugar ese acertado condiciona-
nuestras sociedades, o en su escasa toma en conside- miento, constitucionalmente prescrito, del ejer-
ración, ha permitido situar en primer plano el análisis del cicio de los poderes públicos a la consecución
procedimiento a través del cual se puede llegar a obte- de determinados objetivos, origina un notable
ner un legítimo consenso sobre las cuestiones políticas enriquecimiento de los contenidos del contrato
y sociales centrales'. social, ya no limitado sustancialmente a descri-
Ahora bien, los avances registrados en la iden- bir el procedimiento acordado que va a legitimar
tificación y superación de las barreras comunica- el ejercicio de la fuerza, sino interesado en ase-
cionales que obstaculizan la obtención de ese gurar que ésta persiga determinados fines, que
consenso básico>, han sentado simultáneamente sin duda trascienden holgadamente al mero
las bases para una extensión del consenso social mantenimiento del orden o la paz públicos.
a ámbitos sociales hasta hace poco sustraídos De este modo se logra introducir dentro del siste-
en buena parte a la discusión pública interciuda- ma político-jurídico unas pautas valorativas, cuyo
dana y que, sin constituir el núcleo primario del rango normativo les otorga una capacidad limitado-
orden político, se ocupan de aspectos funda- ra o promotora de actuaciones de los poderes pú-
mentales de la convivencia social. Este sería el blicos de tal naturaleza que les convierte en refe-
caso de la Política criminal. rencias imprecindibles de toda crítica a la vigente
realidad social y de todo afán de modificación so-
cial'.
2. EL ORDEN SOCIAL CONSTITUCIONAL En conclusión, si las nuevas elaboraciones filosó-
ficas contractualistas están posibilitando, aun qui-
En cualquier caso, no debe olvidarse que en una zás sin pretenderlo, una extensión de la discusión y
sociedad que se ha dotado democráticamente de los acuerdos sociales a ámbitos hasta ahora no
una Constitución es esa norma legal la que recoge siempre insertos suficientemente en el contrato so-
el contenido básico del acuerdo social, condiciona- cial, las nuevas constituciones están forzando órde-
do históricamente y desde luego susceptible de nes de convivencia social en los que el monopolio
de la fuerza está más condicionado que nunca a la
persecución de unos objetivos cuya legitimidad de-
• Este trabajo ha sido realizado con motivo de una ponencia riva en último término del consenso social que los
presentada al Congreso internacional en conmemoración del 75 soporta.
aniversario del código penal argentino, celebrado en Buenos
Aires en agosto de 1997.
1 Cfr. Vallespín Ona, "Nuevas teorías del contrato social:

Rawls, Nozick, Buchanan". Alianza universidad. 1985. Págs.


15-29,33-39,50-134; del mismo, "Diálogo entre gigantes. Rawls
y Habermas". En "Claves de razón práctica". nº 55. 1995. 3 Ese es el caso de la Constitución española de 1978, espe-
2 Véase sintéticamente Habermas, "Vorbereitende Be- cialmente en el articulo 1.1 y en el Título 1, Y de la Constitución
merkungen zu einer Theorie der komunikativen Kompetenz". En argentina de 1994, especialmente en su primera parte a partir
"Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechnologie". Suhrkamp. del artículo 14 y en diversos lugares del artículo 75.
1974. Págs, 101-140; Díez Ripollés, "Los elementos subjetivos , Véase Peces Barba, "Los valores superiores". Tecnos.
del delito". Tiran!. 1990. Págs. 198-204. 1986. Págs. 11 y ss.
10
3. EL CONTROL SOCIAL COMO FACTOR mantenimiento del orden social y siempre que la
CONFIGURADOR DEL ORDEN SOCIAL ausencia de una enérgica reacción frente a ellos
vaya a dar lugar a una intensa o rápida desorgani-
Pero un orden social, cualquiera que éste sea, no zación social.
se logra a través de un simple acuerdo sobre sus Por último, su alto grado de formalización, nota-
contenidos. Exige una profunda involucración de blemente superior al de los otros subsiste mas, que
muy diferentes instituciones sociales, sean de natu- refleja su estrecha vinculación a postulados propios
raleza primaria como la familia, la escuela, la comu- del liberalismo político, y que en este caso se pue-
nidad local. .., sean de naturaleza secundaria como den resumir en el temor de que la intervención del
la opinión pública, los tribunales, la policía .... Todas Estado sobre los derechos de los ciudadanos ter-
ellas aportan su colaboración para asegurar que los mine siendo arbitraria, algo que se presenta al al-
comportamientos de los ciudadanos sean social- cance de la mano de los poderes públicos dados
mente correctos, esto es, respetuosos con los con- los conflictos especialmente graves a resolver y la
tenidos del orden social acordados. consecuente trascendencia de las sanciones a im-
Un análisis coherente del funcionamiento de tales poner en este ámbito del control social6•
instituciones se logra a través de su inserción en el
sistema de control social irrenunciable en toda so-
ciedad: este tiene la misión de garantizar el orden 4. MODELOS DE INTERVENCION PENAL
social, sea socializando a los ciudadanos por medio EN EL MARCO DEL CONTROL SOCIAL
del fomento de la interiorización en ellos de los
comportamientos sociales adecuados, sea estable- La caracterización acabada de realizar de los ras-
ciendo las expectativas de conducta tanto de los gos más sobresalientes del Derecho penal en sus
ciudadanos como de los órganos encargados de correspondientes tareas de control social guarda
incidir sobre la conducta desviada. Elementos fun- estrecha relación con uno de los modelos de inter-
damentales del sistema de control social en su vención penal defendidos en las últimas décadas, el
conjunto, al igual que de los diferentes subsistemas que propugna un Derecho penal garantista. Sin em-
en que aquel se descompone según el ámbito so- bargo, antes de seguir adelante, debemos pronun-
cial en el que se actúe, son tres: la norma, la san- ciarnos sobre los otros dos modelos de intervención
ción y el procedimiento de verificación de la infrac- penal objeto de discusión en tiempos recientes7•
ción de la norma, de determinación de la sanción a Las tesis abolicionistas, con su consideración del
imponer y de cumplimiento de ésta5• delito como un conflicto entre intereses contra-
El Derecho penal viene a ser un subsistema más puestos de las partes que el Derecho penal actual
dentro del sistema de control social, que, como to- no sólo es incapaz de evitar, sino igualmente de
dos los restantes, persigue sus mismos fines de atender a las necesidades de la víctima o de ayudar
aseguramiento del orden social y se sirve de idénti- al delincuente, ni se postulan para la resolución de
cos intrumentos fundamentales, esto es, normas, los conflictos ligados a la criminalidad grave, ni su-
sanciones y proceso. Ahora nos interesa, sin em- ponen abandonar el ámbito del control social sino
bargo, destacar una serie de aspectos del subsis- simplemente trasladar la problemática a otro sub-
tema penal de control social: sistema de éste en el que se pierden las importan-
Ante todo, la virtualidad limitada de sus objetivos, tes ventajas del control social formalizado propio del
de tal forma que desligado el Derecho penal de los Derecho penal, singularmente el distanciamiento
otros subsistemas de control social carece de efica- entre autor y víctima evitador de la venganza priva-
cia para asegurar la vigencia de sus normas. Esta da y la igualdad de armas entre las partes neutrali-
constatación, válida para todos los subsistemas y zadora de sus diferencias sociales y económicas.
que pone de manifiesto su necesaria interacción re- La ideología del tratamiento, con su absolutiza-
cíproca, impide que el Derecho penal se atribuya ción de la resocialización del delincuente en detri-
tareas irrealistas como agente de transformación mento, si es preciso, de la seguridad jurídica, ha
social y le fuerza a marcarse ámbitos de protección, tropezado ante todo con su ineficacia, por la insufi-
prever sanciones y regular procedimientos de un ciencia de las técnicas disponibles, pero también
modo sustancial mente coincidente al de los otros con su injustificada focalización en la desviación in-
subsistemas de control social.
En segundo lugar su reducido campo de actua- • Sobre los rasgos del Derecho penal como subsistema de
ción, derivado de su consideración, por motivos que control social, véanse Hassemer, Op. cit. Págs 295-297; Has-
ahora no vienen al caso, como último recurso del semer-Muñoz Conde, "Introducción a la Criminología y al Dere-
cho penal". Tirant. 1989. Págs. 116-117; Muñoz Conde,
que dispone el control social, que limita su interven- "Derecho penal y control social". Fundac. Univ. de Jerez. 1985.
ción a los comportamientos que cuestionan los pre- Págs. 36-41.
supuestos inequívocamente imprescindibles para el En cualquier caso, todo análisis teórico sobre el control
social en la sociedad moderna, así como sobre el papel de las
instituciones penales al respecto, no puede prescindir del enfo-
5 Véanse, dentro de la abundante bibliografía sobre el control que fuertemente crítico aportado por Foucault. Cfr. en ese senti-
social, Pitts-Etzioni, Voz "Control social" en "Enciclopedia inter- do Foucault, "Vigilar y castigar". Siglo XXI. 1978. Págs. 11 Y ss;
nacional de las ciencias sociales". Aguilar. Págs. 160-171; del mismo, "La verdad y las formas jurídicas". Gedisa. 1983.
Clark-Gibbs, "Soziale Kontrolle: Eine Neuformulierung". En Págs. 91-96, 117-137; sintéticamente, Sauquillo, "El discurso
"Seminar: Abweichendes Verhalten.1. Die selektiven Normen der crítico de la modernidad: M. Foucault". En "Historia de la teoría
Gesellschaft". Hrg. LOderssen-Sack. Suhrkamp. 1974. Págs. política.6". Vallespín ed. Alianza editorial. 1995. Págs. 259-305.
153-171; HASSEMER. "EinfOhrung in die Grundlagen des Stra- 7 Véase una intersante exposición de los tres modelos en Sil-

frechts". C.H.Beck. 1981. Págs. 293-294 (Hay traducción espa- va Sánchez, "Aproximación al Derecho penal contemporáneo".
ñola de Muñoz Conde-Arroyo Zapatero en Bosch casa editorial). Bosch editor. 1992. Págs. 18-41.
11
dividual desconsiderando los aspectos sociales, y cionar con sanciones frente a una conducta respon-
no en último término con la injerencia injustificable sable criminalmente.
en la personalidad del individuo que conlleva. Sin perjuicio de las profundas interrelaciones que
Por el contrario, el auge actual del Derecho penal se producen entre estos tres grandes bloques, el
garantista quizás sea explicable, no tanto por tratar- objeto de nuestro trabajo nos encamina al análisis
se de un modelo de intervención penal que asume del primero de ellos. Dentro de él muestran inequí-
planteamientos eclécticos sobre la legitimación del vocamente su relevancia los siguientes principios:
Derecho penal, con el efecto aunador de voluntades El principio de lesividad, que ha marcado históri-
que tales posturas suelen suscitar, cuanto porque camente el paso de una antijuricidad meramente
se muestra escéptico respecto a las posibilidades formal a otra material y que se suele plasmar en la
del Derecho penal como instrumento de control so- idea de la dañosidad social. Plantea dos exigencias
cial. Esta actitud es la que permite entender la auto- fundamentales a la hora de incriminar una conduc-
limitación tan característica del garantismo, expresi- ta: debe tratarse de un comportamiento que afecte
va menos de las interrelaciones recíprocas entre las a las necesidades del sistema social en su conjun-
diversas fuentes de legitimación que del deseo de to, superando por tanto el mero conflicto entre autor
no agotar las potencialidades de cada una de ellas". y víctima; y sus consecuencias deben poder ser
En efecto, estamos ante un Derecho penal auto- constatadas en la realidad social, lo que implica la
limitado en virtud de tres ideas fundamentales: Su accesibilidad a su valoración por las ciencias empí-
humanización, basada en la tajante consideración rico-sociales. Será a través de este principio como
de la pena como un mal, y que consecuentemente se logrará una adecuada distinción entre Derecho
obliga a restablecer la seguridad jurídica respecto a penal y moral", y en él encontrarán un importante
ella, a valorar el tratamiento como un derecho dis- campo de aplicación las aportaciones de las cien-
ponible del delincuente, y a perfeccionar el sistema cias sociales.
de penas. Su configuración como un Derecho penal El principio de intervención mínima, basado en
mínimo, que aspira fundamentalmente a frenar las último término en el reconocimiento de un cierto dé-
pretensiones ampliatorias de los mecanismos pre- ficit de legitimación del Derecho penal, que llegaría
ventivo-generales, por la vía de identificar el límite de la mano de la recíproca interacción entre la gra-
superior, que no debe ser superado, de su contribu- vedad de las sanciones susceptibles de imponerse
ción al control social. Y su desconexión de las exi- a los ciudadanos a través de este subsistema de
gencias éticas, que lleva a que sus contenidos se control social y la limitada eficacia social a él atri-
provean en función de las necesidades sociales buida. En su virtud surgen dos subprincipios, el del
históricamente condicionadas de mantenimiento del carácter fragmentario del Derecho penal, que cons-
orden social y de las vigentes concepciones socia- triñe éste a la salvaguarda de los ataques más in-
les sobre los bienes a proteger y el sistema de re- tolerables a los presupuestos inequívocamente im-
ponsabilidad a respetar. prescindibles para el mantenimiento del orden
social, y el de subsidiariedad, que entiende el Dere-
cho penal como último recurso frente a la desorga-
5. LOS PRINCIPIOS ESTRUCTURALES nización social, una vez que han fracasado o no
DE LA INTERVENCION PENAL están disponibles otras medidas de política social,
GARANTISTA. LOS PRINCIPIOS el control social no jurídico, u otros subsistemas de
ESTRUCTURALES DE PROTECCION control social jurídicos.
Sin embargo, el principio de intervención mínima
En el marco conceptual sentado en las páginas precisa de una renovación y profundización con-
precedentes podemos identificar tres grandes blo- ceptuales, en la medida en que no cabe ignorar que
ques de principios en torno a los cuales se ha de padece en la actualidad un implícito cuestiona-
estructurar la intervención penal garantista, y que miento. Este deriva, por un lado, de la potenciación
pueden denominarse, respectivamente, los princi- que están experimentando los efectos simbólicos
pios de la protección, de la responsabilidad, y de la del derecho penal y, por otro, de la perplejidad que
sanción: suscita la creencia de que cuando los demás sub-
El primero de ellos atiende a las pautas que de- sistemas de control social no funcionan, o lo hacen
ben regir la delimitación de los contenidos a prote- insuficientemente, es precisamente cuando funcio-
ger por el Derecho penal. El segundo se ocupa de na el subsistema penal de control.
los requisitos que deben concurrir en un determina- En directa relación con el subprincipio de subsi-
do comportamiento para que se pueda exigir res- diariedad debe atenderse a la relación entre el De-
ponsabilidad criminal por él. El tercero atiende a los recho penal y el Derecho administrativo sanciona-
fundamentos en virtud de los cuales se puede reac- dor, dos subsistemas de control social que no
cesan de aumentar sus semejanzas. Por el mo-
mento, los intentos de encontrar una distinción cua-
• Resulta al respecto muy sugestiva, aunque a mi juicio exagera- litativa entre los intereses sociales a defender por
da, la tesis de zaffaroni, expuesta en "AboIicionismo y garantías".
Jueces para la democracia. Información y debate nQ 24.1995. Págs. una u otra rama del ordenamiento jurídico han fra-
23 y ss., por la que se produciría un acercamiento entre el abolicio- casado'o, lo que se hace especialmente evidente
nismo y el Derecho penal garantista en cuanto que éste renunciaría
en todo momento a legitimar la intervención penal, contentándose
con reducirla o interrumpirla a través de sus límites garantistas. Con • Véase al respecto Díez Ripollés, "El Derecho penal ante el
ello en la práctica trabajaría en la misma línea del abolicionismo pero sexo". Bosch casa editorial. 1981. Págs. 34-36, 77-83.
desde el interior del sistema. 10 Véase un análisis detenido sobre los diferentes intentos en

12
tras la inclusión en los códigos penales más re- pantes al respecto los intentos de servirse de la in-
cientes de bienes jurídicos directamente conecta- tervención penal para modificar comportamientos
dos a las necesidades organizativas de la sociedad socialmente integrados, pero sentidos en cierto
del bienestar". A su vez, la diferenciación cualitativa momento por los poderes públicos como social-
entre las sanciones ha quedado prácticamente li- mente poco deseados. La utilización del Derecho
mitada a la imposibilidad de la Administración públi- penal para tales fines conduce a soluciones autori-
ca de imponer sanciones privativas de libertad", lo tarias.
que no le impide hacer uso de sanciones pecunia- Un tercer principio, el de neutralización de la víc-
rias que hace tiempo que han superado en carga tima, no debe quedar sepultado bajo las modernas
aflictiva a las procedentes del orden jurisidiccional demandas de introducción de medidas de repara-
penal. Por si fuera poco, en las últimas décadas ción de la víctima por el delincuente. La sustracción
hemos podido percibir la relación en extremo diná- del conflicto a la víctima por parte del Estado, y el
mica existente entre ambos órdenes normativos: Si consiguiente surgimiento de la acción penal pública
en los años 60 y 70 se produjo un poderoso movi- como reflejo de que todo delito constituye una agre-
miento despenalizador en Europa occidental, que sión al conjunto de la sociedad, es un elemento
en parte conllevó el enriquecimiento del Derecho fundamental de todo Derecho penal garantista:
administrativo sancionador, en los años 80 se está La atribución a la víctima de posibilidades por lo
produciendo un fenómeno inverso de desadminis- general bastante limitadas de actuación en el marco
trativización que traslada al Derecho penal conteni- del proceso penal, a diferencia de las que dispone
dos antes en él no incluidos. en el ámbito del proceso civil, se fundamenta en la
Las actitudes resignadas a ver sólo entre ambos necesidad de mantener la deslegitimación de la
órdenes normativos una distinción meramente venganza privada, aun en sus formas enmascara-
cuantitativa suponen sin duda un nuevo frente de das, de evitar la socialización de los intereses de la
debilitamiento de la vigencia del principio de inter- víctima, en torno a cuyas posibilidades de reacción
vención mínima en Derecho penal. La indudable- se agruparían diversos grupos sociales fomentado-
mente acertada exigencia de que un Derecho admi- res por diversas razones de actuaciones despro-
nistrativo sancionador tan cercano al Derecho penal porcionadas contra el delincuente, de evitar una le-
debe asumir en buena medida los principios garan- gislación simbólica, tranquilizadora de las víctimas
tistas penales'3 no debe eximirnos de la tarea de lo- pero carente de efectividad, y en último término de
grar diferencias sustanciales entre ambas ramas del posibilitar un Derecho penal que, por estar centrado
Derecho: En caso contrario no será la menor de las en una eficaz protección de la sociedad, debe se-
consecuencias negativas el nuevo avance en la di- guir girando en torno al delincuente real o potencial,
fuminación de la división de poderes. al ser éste el punto de referencia de la prevención"'.
Por lo demás, todo modelo de intervención penal
que se ajuste a los principios de lesividad e inter-
vención mínima debe respetar los límites que son 6. LA NECESIDAD DE UNA TEORIA
inherentes a la Política criminal, sin pretender desa- SOBRE LA LEGISLACION PENAL
rrollar tareas que sólo competen a una Política so-
cial en toda su extensión": Mientras ésta puede Identificadas las pautas valorativas más generales
asumir legítimamente labores de transformación que han de delimitar los contenidos a proteger por
social, que tenderán a aproximar la estructura y el Derecho penal, conviene que nos detengamos en
realidad sociales a aquellos fines superiores, even- el modo como habitualmente se produce en nues-
tualmente constitucionalizados, que inspiran el con- tras sociedades una modificación legal jurídi-
senso social alcanzado, la Política criminal debe li- co-penal, antes de seguir avanzando en sucesivas
mitarse a contribuir al control social, que no es más concreciones valorativas.
que un aspecto a desarrollar por la Política social. El proceso de surgimiento de una ley penal
En este sentido, carece de legitimación para ir más está lejos de limitarse al procedimiento constitucio-
allá del control de la desviación. Resultan preocu- nalmente previsto para su tramitación a partir de la
iniciativa del ejecutivo o del legislativo'6. Antes de
Cerezo Mir, "Curso de Derecho penal español. Parte general.l". ello se ha producido un complejo fenómeno socio-
52 edic. Tecnos. 1996. Págs. 43-53. lógico que podría dividirse en cinco fasesl7:
" Piénsese, dentro del nuevo código penal español, entre En la primera de ellas se comienza a apreciar en
otros en los delitos contra la Hacienda pública, contra la Seguri-
dad Social, contra la ordenación del territorio, o en las nuevas la sociedad un cierto desajuste entre una determi-
figuras de los delitos contra la Administración pública.
12 El artículo 25.3 de la Constitución española prohíbe a la

administración civil imponer sanciones que, directa o subsidia- 15 Véase una defensa nítida de este principio en Hassemer,

riamente, impliquen privación de libertad. EinfOhrung...". Op. cit. Págs. 64-71.


13 Lo que en España se ha plasmado, tanto en la constitucio- Resulta al respecto especialmente preocupante alguna inicia-
nalización del principio de legalidad formal y material, y del prin- tiva legislativa española, en proceso de elaboración, que parece
cipio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras querer vincular en medida variable la adopción judicial de sus-
desfavorables (Arts. 25.1 y 9.3 CE) para el Derecho administra- tanciales decisiones sobre ejecución de la pena por el delin-
tivo sancionador, como en el desarrollo de tales principios y adi- cuente, entre las que no se descartan la concesión de la sus-
ción de otros nuevos también procedentes del garantismo penal pensión de la ejecución de la pena o la obtención de la libertad
a través de la ley 30/92 de Régimen jurídico de las Administra- condicional, a la opinión de la víctima.
ciones públicas y de Procedimiento administrativo común. Véa- 16 Véanse por ejemplo los artículos 87 a 89 de la Constitución

se un análisis de ello en Cerezo Mir, Op. cit. Págs. 53-55. española o los arts. 77 a 84 de la Constitución argentina.
14 Sobre las relaciones entre Politica social y Política criminal 17 Véanse Schneder, "Kriminologie". Walter de Gruyter. 1987.

véase ZIPF. "Introducción a la Política criminal". Edersa. 1979. Págs. 792-799; Killias, "Precis de criminologie". Editions Staem-
Págs.158-168. pfli. 1991. Págs. 368, 384-387, 415-422.
13
nada realidad socioeconómica y la situación jurídica aquél expedito el camino para entrar en la fase que
encargada de atender a ella, que parece expresar permitirá su formulación del modo adecuado para el
la producción de un determinado cambio social; con debate parlamentario de una modificación legal. Es
independencia de la debida comprobación de si ese la hora de la burocracia ministerial, que redactará el
cambio es real o aparente, surgen opiniones que correspondiente proyecto de ley, o de la burocracia
defienden la adaptación del sistema jurídico, y en partidista, que hará lo propio con la pertinente pro-
concreto del penal, a las nuevas condiciones. posición de ley. Esta quinta fase, previa a la discu-
En una segunda etapa se generaliza en la socie- sión parlamentaria, se caracteriza por un notable
dad un estado de preocupación por esa falta de oscurantismo y falta de control, sin que existan me-
adecuación entre tal realidad socioeconómica y la canismos capaces de garantizar una adecuada
jurídica. Se trata en todo caso por el momento de cualificación político-jurídica o técnico-jurídica de los
actitudes difusas de malestar o de generación de elaboradores de los proyectos o proposiciones de
sentimientos individuales poco precisados de inse- ley; los informes externos en ocasiones legalmente
guridad. Por lo general se apoyan en la aparición de previstos'9 no suelen tener carácter vinculante, con
ciertos casos especialmente llamativos, con fre- frecuencia deben limitarse a cuestiones técnicas,
cuencia destacados por los medios de comunica- teniendo vedados pronunciamientos de política jurí-
ción. dica -cuestiones de "oportunidad o conveniencia"
Es en la tercera fase en la que se produce un en la jerga administrativa- y, al formularse en una
sesgo determinante, en cuanto que los medios de fase demasiado avanzada del procedimiento de
comunicación entran decididamente en acción ac- elaboración de los textos, sus observaciones de
tualizando y consolidando las actitudes precedentes calado tropiezan con serias resistencias para su
de la población. Una vez captado el interés social admisión.
del problema, interés que en ocasiones han podido Ante esta realidad, no debe de extrañar que cada
fomentar ellos mismos en la fase anterior, proceden vez sean más numerosas las voces que aboguen
a darle la visibilidad y autonomía precisas para que por la elaboración de una teoría de la legislación,
se convierta en un auténtico problema social nece- cuyas exigencias repercutan de modo inmediato en
sitado de solución. Para ello se reiteran las informa- la fase de la elaboración legal en la que intervienen
ciones, se agrupan sucesos hasta entonces no cla- las burocracias así como en las ulteriores etapas de
ramente conectados -lo que en ocasiones creará discusión parlamentaria. Se trata de construir el
la sensación de estar ante determinadas "olas" de marco conceptual adecuado para posteriormente
criminaldad-, se multiplican los análisis de urgen- establecer un determinado procedimiento de elabo-
cia ... y, en resumidas cuentas, se sustantiviza y de- ración de las leyes penales que, yendo más allá del
limita lo que hasta entonces no era objeto más que respeto a las formalidades competenciales y se-
de una vaga, aunque a veces intensa, preocupación cuenciales previstas en las diversas constituciones,
social. introdujera una serie de requisitos procedimentales
En una cuarta fase comienzan a adquirir el prota- directamente encaminados a garantizar la conside-
gonismo los grupos sociales de presión, los cuales a ración de ciertos aspectos materiales. Entre ellos, y
veces han podido estar ya activos en la inicial puesta apresuradamente, cabe mencionar: información
de relevancia del real o pretendido desajuste social, empírico-social acerca de la realidad sobre la que
que pretenden canalizar la preocupación y discusión se va a operar, la configuración de las necesidades
públicas hacia sus propios intereses, sean o no legí- sociales que se pretenden satisfacer y las conse-
timos. Se puede tratar de grupos que defienden inte- cuencias sociales previsibles de la intervención,
reses muy diversos sobre la materia, sean socioeco- análisis fiables del estado de la opinión pública y de
nómicos, morales, ideológicos ... sean meramente la actitud de los grupos de presión o representativos
profesionales o corporativos. El caso es que comien- de intereses, manifestaciones de afectados, cálcu-
zan a realizar acopio de información, con las corres- los de costes económicos de la reforma legal, pro-
pondientes actividades de investigación y organiza- nósticos sobre las dificultades de su puesta en
ción de los resultados obtenidos, y a formular práctica, etc20•
propuestas sobre los objetivos que se deberían con- En ningún caso se pretende con ello cuestionar o
seguir con la reforma legal, las cuales ya están re- reducir las competencias del órgano constitucional
vestidas, al menos formalmente, de la pertinente legi- en quien reside la soberanía popular. Se quiere
timación científico-social. Del problema, por tanto, se simplemente asegurar que éste, a la hora de tomar
han apropiado uno o varios grupos de presión, quie- la decisión que sólo a él compete, disponga de los
nes, sin poderse desviar palmariamente de la natu- materiales cognoscitivos y valorativos imprescindi-
raleza de las preocupaciones sociales originarias,
tienen un amplio margen para reconducirlo en una población por el crimen de Alcacer (asesinato de tres adoles-
dirección determinada. centes previamente raptadas y sometidas a todo tipo de agre-
siones y vejaciones sexuales).
Sólo cuando el problema ha adquirido la respeta- ,. Es el caso en España del Consejo de Estado o del Consejo
bilidad otorgada por los grupos anteriores" tiene general del Poder judicial.
20 Es interesante destacar cómo la antigua Ley de Procedi-

miento Administrativo española en sus arts. 129 a 132, vigentes


" Un ejemplo claro de que tal respetabilidad puede no alcan- aún en aquellas comunidades autónomas que no hayan legisla-
zarse a pesar de que determinadas demandas estén avaladas do en este punto, establecía una serie de trámites previos obli-
por listas millonarias de firmas lo constituye en España el re- gatorios alusivos a algunos de los aspectos acabados de men-
chazo por las instancias oficiales a introducir las draconianas cionar, que debían ser cumplimentados antes de alcanzar las
medidas legislativas contra los delincuentes sexuales solicitadas fases más avanzadas que habían de conducir a la aprobación
con motivo de las reacciones emocionales suscitadas entre la de disposiciones de carácter general.
14
bles. Y para ello parece procedente establecer un Ante todo debe decirse que tal estructura con-
control formalizado de los procesos que pueden de- ceptual formalizadora de los procesos materiales de
sembocar en decisiones legislativas penales, ca- decisión legislativa debería desde luego integrar to-
biendo incluso pensar en el desarrollo de un siste- das aquellas pautas valorativas generales delimita-
ma categorial que deba irse progresivamente doras de los contenidos a proteger por el Derecho
superando antes de llegar al momento en que se penal, que hemos ido viendo en los apartados pre-
pueda tomar una decisión legislativa, cualquiera cedentes. En este sentido, los principios estructu-
que ésta sea21• rales de la protección ya aludidos deberán desem-
Al fin y al cabo ese fenómeno ya se ha producido, peñar una función determinante. Pero ahora quiero
como todos sabemos, en el ámbito de la aplicación atender a otra serie de principios, que presuponen a
del Derecho penal: el alto valor atribuido con razón los anteriores, pero que, a diferencia de éstos, se
a la idea de la independencia judicial no ha impedi- encuentran íntimamente ligados a la corrección de
do que el juez penal en la actualidad sienta que de- una concreta decisión legislativa. Me refiero a los
ba respetar estrictamente el procedimiento de exi- que llamaré principios coyunturales, de los que voy
gencia de responsabilidad derivado del concepto a hacer una enumeración probablemente muy in-
analítico del delito. Y seríamos bastante hipócritas completa'".
si añadiéramos que la aceptación judicial de tal es- El principio in dubio pro Iíbertate corresponde en
tructura conceptual deriva sin más de la obligada la creación del Derecho, aunque con ciertas salve-
vinculación a la ley de todo juez penal: Los conteni- dades, al principio in dubio pro reo vigente en el
dos del concepto analítico del delito, elaborados, ámbito procesal de aplicación del Derecho, y se en-
con sus diferentes categorías o subcategorías, en el cuentra vinculado a una concepción de la sociedad
último siglo y medio, han nacido en buena medida en la que la libertad constituye uno de sus valores
al margen de la ley, fruto de una reflexión doctrinal y superiores. Implica la renuncia a penar comporta-
jurisprudencial deseosa de alcanzar unas cotas so- mientos si hay dudas respecto a su lesividad social,
cialmente aceptables, no sólo de seguridad jurídica, al respeto del principio de intervención mínima o de
sino de acomodación a los conceptos sociales en cualesquiera otros principios estructurales; debe re-
cada momento vigentes de exigencia de responsa- gir desde luego en las decisiones de penalizar, pero
bilidad social por los actos de cada uno. La ley pe- también a la hora de deslegitimar el mantenimiento
nal ha servido en muchos casos sólo como pretex- de decisiones previas de penalización.
to, y en otros se ha limitado a incorporar con El principio de tolerancia, que supone aceptar un
posterioridad conceptos o soluciones que ya se ve- cierto nivel de conflictividad social sin una conse-
nían aplicando en la praxis judicial precedente. Y cuente reacción de las instancais de control jurídi-
así sigue siendo hoy en día. co-penal, pese a no haber dudas sobre la lesividad
Sin pretender, ni mucho menos, ir tan lejos, re- del comportamiento, la concurrencia del principio de
sulta ciertamente incongruente que los instrumentos intervención mínima ... etc. Ello se asume a cambio
conceptuales de control decisional hayan quedado de los beneficios en libertad individual obtenidos,
confinados al ámbito de la aplicación del Derecho, los posibles errores en las decisiones penalizado-
mientras que el sector de la creación del Derecho tras que se puedan producir, y la potenciación de
haya eludido cualquier formalización de su decisión una sociedad dinámica abierta a la eventual modifi-
que supere los meros requisitos competenciales y cación de ciertas perspectivas valorativas. Natural-
secuencia les" . mente el alcance de este principio no debe rebasar
los límites existentes de cara al mantenimiento de
elementos esenciales para la convivencia, cuya lo-
7. ALGUNOS ASPECTOS A DESTACAR calización será diversa en función del grado de es-
DE UNA FUTURA TEORíA DE LA tabilidad e integración alcanzados por la sociedad
LEGISLACION PENAL corrrespondiente.
El principio de ponderación de daños y ventajas, a
Quisiera en este apartado ocuparme sumaria- través del cual se valoran los efectos dañosos adi-
mente de dos componentes imprescindibles de toda cionales o complementarios que produce una deci-
teoría de una legislación penal, aun siendo cons- sión de penalizar o despenalizar, que en ocasiones
ciente de que dejo fuera de consideración otros pueden ser de mayor entidad que los beneficios que
tanto o más importantes. la penalización o despenalización comporta24•
El principio de practícidad procesal, que prohíbe
21 Ello es tanto más necesario cuanto que las presiones a fa- intervenir penalmente sobre conductas que no son
vor de la consolidación de un Derecho penal meramente simbó-
lico son cada vez mayores, y en la medida en que la influencia accesibles a las condiciones operativas del proceso
del ejecutivo en la labor del legislativo no deja de crecer en las penal, sean las inherentes a sus principios funda-
actuales democracias: se podría llegar a la sorprendente situa-
ción de que los controles formales que debe de respetar aquél a
la hora de dictar disposiciones de carácter general en el ámbito
reglamentario los pudiera eludir acudiendo al nivel legislativo 23 Véanse referencias a algunos de estos principios en Has-

formal. semer-Muñoz Conde, •.Introducción...•.. Op. cit. Págs. 65-77,


22 La posible alegación de la revisión legislativa a través del 169; ZIPF.•.Introducción...•..Op. cit. Págs. 79, 84, 94; Díez Ripo-
Tribunal constitucional, sin obviamente negarle su importante lIés, "El Derecho penal ante ...". Op. cit. Págs. 86-102, 182-183,
función, no puede ignorar que se encuentra limitada por las con- 189 198-201, 254-263.
clusiones que se puedan deducir de los contenidos de la Carta ,. En cualquier caso, si tales efectos colaterales son benefi-
Magna. Aquí estamos hablando de algo más que de la mera ciosos nunca pueden erigirse en la razón más importante para la
compatibilidad entre el texto constitucional y determinadas deci- penalización de un comportamiento, pues se atentaría contra el
siones de la legislación ordinaria. principio de intervención mínima.
15
mentales, sean las producidas contingentemente ses O grupos sociales más singularizados, y por
pero con frecuencia y no superables. otro y sobre todo al comprobar que tales arquetipos
El principio de abstención de tareas de ingeniería se elaboran a partir de la asunción de los valores
social, por el que no deben determinar la decisión más tradicionales de la sociedad, en concreto de la
legislativa, ni las consecuencias que la despenali- persona conformista, aquella incapaz de ir a contra-
zación pueda producir sobre el código moral de la corriente de los juicios de valor propuestos por las
sociedad, ni los efectos que la penalización pueda instancias sociales y que no puede tomarse como
originar en la modificación de comportamientos no modelo de ciudadano en una sociedad pluralista
desviados. Este principio pretende asegurar el re- que asume su integración por personas autorres-
chazo, ya señalado en el marco del principio de in- ponsables y críticas.
tervención mínima, a la asignación a la Política cri- Un segundo punto de referencia está constituido
minal de funciones de transformación social. El por los criterios expertos. En auge con la vigencia
efecto troquelador de las normas penales, esto es, de los enfoques funcionalistas en la sociología jurí-
la capacidad del Derecho penal para desencadenar dica, se caracterizan por adoptar un enfoque cientí-
importantes efectos psicológico-sociales de adhe- fico-tecnocrático. Sostienen que sus conclusiones
sión e interiorización de los valores que fundamen- derivan sin apenas mediación de los datos obteni-
tan sus contenidos entre los ciudadanos social- dos de la investigación empírico-social, que se ha
mente integrados", no ha de hacer caer en la ocupado de analizar la realidad social sobre la que
tentación de penar o mantener la punición más allá es susceptible de operar el Derecho penal así como
de lo estrictamente necesario para salvaguardar los de las consecuencias que devendrían de su inter-
presupuestos esenciales para la convivencia. Por el vención. Su legitimidad nacería de su apego a las
contrario, confinado dentro de ese límite tal efecto necesidades objetivas de la sociedad con un nulo o
realiza una beneficiosa función de evitación de alte- escaso condicionamiento, a diferencia de los otros
raciones artificiosas de los valores mayoritarios. criterios, por un apriorístico cuadro de valores so-
En una teoría de la legislación resulta igual- cial. Tales enfoques son criticables, ante todo, por
mente ineludible preguntarse por cuáles sean los su pretendida neutralidad valorativa, ya que se apo-
puntos de referencia que otorgan legitimidad al po- yan sin duda en un concreto, aunque latente, mo-
der legislativo para elaborar los contenidos concre- delo de sociedad, cuya no explicitación les permite
tos que debe poseer el Derecho penal. No se trata descalificar a las restantes alternativas, tachadas de
naturalmente de replantearse la legitimidad del De- irracionales con el argumento de que no se cimen-
recho penal en su globalidad, que ya le hemos re- tan en datos empíricos. Por otra parte su enfoque
conocido como subsistema de control social de un tecnocrático contradice los postulados de una so-
determinado orden social constitucionalmente esta- ciedad pluralista al sustraer en gran medida a los
blecido, y ajustado consecuentemente a determina- ciudadanos normales la decisión sobre los conteni-
dos principios estructurales. Ahora nos movemos dos del Derecho penal. Ambas críticas no deben
en un plano inferior, que aspira a descubrir los crite- ensombrecer la meritoria actitud de fondo que su-
rios de legitimación de las concretas decisiones de yace a estas tesis: el análisis previo de la realidad
legislación penal. Y al respecto se suele acudir a social constituye un elemento fundamental para
cuatro grandes puntos de referencia26• sentar las bases de una discusión racional a la hora
El primero es el de los criterios ideales. Dentro de de tomar decisiones sobre los contenidos del Dere-
ellos, los criterios ideales explícitos intentan funda- cho penal. Pero no elimina el carácter valorativo en
mentar sus decisiones en un determinado modelo último término de tales decisiones.
de sociedad, sin alternativas al menos dentro de En marcado contraste con los criterios anteriores,
una época histórica, y en el que por consiguiente no los que podemos denominar criterios constituciona-
proceden cuestionamientos a partir de la variación listas consideran que es en la norma fundamental,
de las opiniones o realidades sociales: Un funda- por lo general dotada de un amplio elenco de dere-
mento tal se opone desde luego a la relatividad y chos fundamentales, garantías individuales y princi-
mutabilidad de los valores sociales propias de toda pios rectores de la política social y económica, don-
sociedad pluralista. Más frecuente resulta el en- de ya se han tomado las decisiones de política
mascaramiento de perspectivas idealistas por me- criminal, de modo que el legislador ordinario sólo
dio del criterio basado en personificaciones ideales; debe ocuparse de explicitarlas adecuadamente.
las decisiones penales se pretenden, así, vincular a Esta absolutización del texto constitucional ignora
las opiniones que al respecto sustentaría una ante todo la complejidad y mutabilidad de las ac-
"persona media", un "ciudadano normal", de nuestra tuales sociedades y la pluralidad de frentes sociales
sociedad: Los problemas comienzan cuando, por un a los que debe atender la política criminal, aun con
lado, se constata la vaga generalidad de tales ar- un escrupuloso respeto del carácter subsidiario del
quetipos, desconsideradora de la variedad de Derecho penal. Sin duda resultará ilegítima cual-
nuestras sociedades en cuanto se desciende a cla- quier decisión legislativa que se oponga frontal-
mente a lo dispuesto en la ley básica que estructura
,. Efectos que son conceptualmente independientes de los el consenso social alcanzado, sea en preceptos
conseguidos con la amenaza de la pena sobre los delincuentes concretos sea en sus principios inspiradores, pero
potenciales. la Constitución carece de potencialidad para ir más
,. Véase una detenida exposición de la mayor parte de ellos y
la correspondien!e tom~ de postura en Diez Ripolllés, "El Dere- allá de una predeterminación negativa de un buen
cho penal ante.... Op. Clt. Pags.175-201. número de decisiones de política legislativa crimi-

16
nal. Podríamos decir que ella delimita el campo de 8. EL BIEN JURIDICO PROTEGIDO COMO
juego donde debe dirimirse la contienda sobre los INSTRUMENTO DE CONCRECION DE LOS
comportamientos que atentan contra los presu- CONTENIDOS PENALMENTE PROTEGIBLES
puestos esenciales para la convivencia, pero el re-
glamento de juego queda en las manos de la legis- El concepto de bien jurídico, surgido de la profun-
lación ordinaria. Ese margen de autonomía dización en la idea de la antijuricidad material frente
otorgado a la legislación ordinaria fomenta, por lo a la mera antijuricidad formal propia del más estricto
demás, sociedades dinámicas, abiertas a modifica- positivismo jurídico, se ha configurado en los últi-
ciones valorativas de importancia, que pueden en mos tiempos como un instrumento técnico-jurídico
determinado momento dar lugar a reformas consti- de primordial importancia en la determinación penal
tucionales, sin que la norma fundamental se con- de los presupuestos esenciales para la convivencia
vierta en una rémora a la paulatina evolución de las social. Por medio de él se dotaría el Derecho penal
concepciones sociales". de un catálogo de bienes con las cualidades nece-
A mi juicio, sin olvidar la función que desempeñan sarias para acomodarse a los principios estructura-
los dos criterios precedentes, el genuino criterio le- les de la intervención penal, singularmente al de le-
gitimador es el configurado por las convicciones sividad, y capaces por otro lado de configurar en su
generales, que podríamos denominar también de- torno preceptos que describan conductas que los
mocrático, en virtud del cual son las mayorías so- lesionen o pongan en peligro.
ciales amplias, históricamente condicionadas en En consecuencia se ha llegado a hablar del
sus valoraciones, las que deben determinar toda "dogma" del bien jurídico protegido, de modo que
decisión de política legislativa criminal. Es el único sería rechazable todo precepto del que no pudiera
criterio coherente con una sociedad pluralista, ba- decirse que pena conductas que lesionan o ponen
sada en ciudadanos autorresponsables y críticos a en peligro un bien jurídico. Tal sería el caso de
quienes no se puede privar de la decisión de lo que aquellos que aspiraran a garantizar comportamien-
en cada momento consideran fundamento impres- tos con una mera trascendencia moral, o de los que
cindible para la convivencia. castigaran conductas cuyos efectos negativos en la
Naturalmente, en coherencia con los principios realidad social no sean fácilmente apreciables o in-
estructurales del Derecho penal, se ha de partir de dividualizables.
mayorías muy cualificadas y que, además, mues- Aunque el concepto de bien jurídico surgió en el
tren respecto a la cuestión correspondiente un no- ámbito de la aplicación del Derecho, donde desem-
table grado de estabilidad. Tales mayorías, por otra peña una trascendente función en la interpretación
parte, han de lograrse por la línea de mínimos y no teleológica, por más que sometido a los principios
de máximos, esto es, ha de penarse lo que prácti- de legalidad y seguridad jurídicas, es fácil concor-
camente todos creen que debe ser considerado de- dar en que es la fase de creación del Derecho la
lictivo, y no lo que cada uno de los grupos de pre- que le ofrece las mejores condiciones para el de-
sión social creen por su parte que debe senvolvimiento de todas sus potencialidades. Den-
criminalizarse; el empobrecimiento de contenidos tro fundamentalmente de este último contexto qui-
del Derecho penal que tal modo de proceder conlle- siera llamar la atención sobre algunos aspectos
va corresponde, coherentemente, al principio de polémicos relacionados con su empleo.
intervención mínima. Se ha cuestionado el concepto de bien jurídico
Por otro lado el criterio propugnado presupone por admitir en su seno objetos de protección de
una decidida utilización de métodos demoscópicos, naturaleza puramente ideal, de modo que su utili-
como instrumentos de especial relevancia para do- dad metodológica sería dudosa en un Derecho pe-
tarle de auténtico contenido, con más motivo si se nal que procura cada vez con más ahínco vincular
piensa que se dispone ya de técnicas suficiente- sus decisiones tutelares a daños sociales efectivos.
mente fiables; su desacreditación encubre con al- La crítica precedente no capta, a mi juicio, la
guna frecuencia, en lugar de razonables cuestiones complejidad de una adecuada noción de bien jurídi-
metodológicas, un deseo de los legisladores de re- co que no ha de perder en ningún momento su
servarse para sí la concreción de lo que opinan las materialidad: Sin duda todo bien jurídico, en cuanto
mayorías sociales, con los riesgos ya vistos 2
". juicio de valor positivo sobre una situación o rela-
ción de la realidad social, posee un componente
27 Véase específicamente sobre este criterio también mis opi-
ideal; tal juicio supone integrar esa relación o situa-
niones en Díez Ripollés, "Bien jurídico y objeto material del de- ción en un lugar preciso dentro de una determinada
lito de aborto". En "La reforma del delito de aborto". Díez Ripo- ordenación valorativa de las realidades sociales"'.
lIés coordinador. Comentarios a la legislación penal. Tomo IX.
Edersa. 1989. Págs. 18-20. Esas situaciones o relaciones de la realidad social
2. La exigencia de mayoría cualificada para aprobar todas las son el substrato del bien jurídico, substrato que,
leyes penales, de facto instaurada en el ordenamiento jurídico cuando se habla en términos globales del bien jurí-
español a través de la generalización de su sometimiento a la
reserva de ley orgánica, así como el amplio reconocimiento de
tal reserva para la legislación penal por el Tribunal constitucio-
nal, constituye una asunción implícita de que las decisiones le- ciativa popular para presentar proyectos de ley las materias pe-
gislativas penales deben tener tras sí, por medio de sus repre- nales, ni que el artículo 87.3 de la Constitución española llegue
sentantes, a la gran mayoría del cuerpo social (vid. con todo a resultados en buena parte similares al excluir de la iniciativa
inmediatamente Infra). popular para presentar proposiciones de ley las materias que
Por el contrario, no parece concorde con la significación deban ser objeto de ley orgánica.
que acabamos de atribuir al criterio de las convicciones gene- 29 Así, se valora positivamente el mantenimiento de la vida de
rales el que el artículo 39 p.3 de la Constitución argentina exclu- las personas, y se estima que eso es más importante que la,
ya explícitamente de las materias que pueden ser objeto de ini- también deseable, salvaguarda de su patrimonio.
17
dico de un precepto, sufre un proceso de abstrac- que desaparezca la vida humana del planeta o de
ción o generalización que lo desvincula de sus con- un determinado territorio; o lo que es igual, que el
cretas formas de manifestación30; la materialidad bien jurídico tenga una dimensión colectiva no quie-
ahora no aparece en primer plano por razones me- re decir que tal bien no sea susceptible de diferen-
ramente lógicas, y no como antes por realzarse su ciación en elementos individualizables que constitu-
componente valorativo. yen concretas formas de manifestación de él"'.
Pero las concretas formas de manifestación de Sin duda uno de los problemas fundamentales
ese substrato son materiales: eliminada su abstrac- que afronta la teoría del bien jurídico es su empleo
ción, tales situaciones o relaciones sociales se dife- en el ámbito de los denominados indistintamente
rencian en unidades socialmente delimitadas, y ta- bienes jurídicos colectivos, difundidos o universales.
les unidades pueden ser dañadas de un modo La proliferación de reformas legales que introducen
empírico-socialmente constatable, siempre que se en los códigos penales preceptos protectores de
entienda la dañosidad en un sentido sociológico, no tales bienes ha dado origen a una intensa polémica
natural, dando lugar por lo general a la privación de sobre su procedencia. No es éste lugar donde po-
la posibilidad de realizar determinados comporta- damos ocupamos detenidamente de todos los as-
mientos sociales. pectos del problema, pero sí cabe realizar algunas
A su vez la producción de tal daño se apoya observaciones.
siempre en la alteración de una realidad natural, La primera de ellas ha de ser para reconocer la
que es la que sirve de soporte a las precedentes legitimidad de su introducción en los cuerpos lega-
unidades de la realidad social. Tal alteración viene, les penales: su toma en consideración refleja el pa-
como mínimo, representada por la misma realiza- so del Estado de derecho liberal, preocupado fun-
ción o ausencia de un comportamiento externo, pe- damentalmente por asegurar el orden social en un
ro normalmente supone alteraciones ulteriores de la contexto de garantías formales de la convivencia, a
realidad natural unidas causal mente al comporta- un Estado que además es social y por ello aspira a
miento externo, y en las que se produce con fre- lograr esa convivencia pacífica por medio del ase-
cuencia la afección de un objeto material constituti- guramiento a todos los ciudadanos de determinados
vo del apoyo físico que posibilita la realización de la presupuestos materiales.
conducta protegida3l• Sin duda su masiva integración en los códigos ha
Desde la conceptuación precedente resulta inte- creado disfunciones importantes, entre las que po-
resante señalar que, si bien la mera protección de drían destacarse la extrema vaguedad de algunas
contenidos morales contradice el principio de lesivi- de sus formulaciones, la tendencia, probablemente
dad, no sucedería lo mismo con una eventual deci- derivada del déficit anterior, a acomodarse en es-
sión legislativa de mantener la interiorización en la tructuras típicas de peligro con los riesgos para la
población de determinadas pautas de conducta, seguridad jurídica a que ello da lugar, y su fácil
pautas interiorizadas que constituyen situaciones de abuso por un legislador que quiere servirse del De-
la realidad social y que se concretan en conductas recho penal para labores de transformación social
ajustadas a esas interiorizaciones o en su ausencia, que son a éste ajenas, cuando no para producir
lo que es constatable empíricamente. El problema, efectos meramente simbólicos en la sociedad"". Pe-
sin embargo, reside en que ese bien jurídico no sa- ro en neutralizar tales defectos consiste el desafío
tisface las exigencias del principio de intervención que a la ciencia penal hace la necesaria introduc-
mínima. ción de estos objetos de tutela.
También al hilo de lo anterior cabe destacar que Las ocasionales propuestas de limitar la acepta-
la tendencia a crear estructuras típicas de peligro ción de tales bienes a sólo aquellos que tengan cla-
en los preceptos que protegen bienes jurídicos co- ras connotaciones individualistas, lejos de implicar
lectivos puede estar condicionada por una indebida un avance en el Derecho penal garantista, suponen
confusión entre el plano abstracto y el plano con- reconocer anticipadamente el fracaso de nuevas
creto del substrato del bien jurídico: para poder ha- elaboraciones conceptuales más ajustadas a las
blar de la lesión de un bien jurídico colectivo no es actuales necesidades de tutela de las sociedades
preciso la desaparición de esa realidad social como democráticas, que es lo mismo que decir de los in-
consecuencia de la lesión, del mismo modo que pa- dividuos que las integran. La resignada admisión de
ra afirmar una lesión a la vida tampoco hace falta que vivimos en una sociedad de riesgo, que tiene
que asumir construcciones conceptuales tan poco
30 Se habla de la vida, patrimonio... sin referencias a vidas o precisas como las que actualmente ofrecen muchos
patrimonios concretos. bienes jurídicos colectivos, parece más bien el ca-
31 Así, bien jurídico es la vida humana en el grado de valora-

ción positiva que merece por la sociedad; substrato de ese bien ballo de Troya de los partidarios de sustituir el con-
jurídico es la vida humana como realidad social preexistente; cepto de bien jurídico por otros instrumentos técni-
formas concretas de manifestación de ese susbstrato son los co-jurídicos más concordes con una visión
procesos existenciales individuales; objeto material es el orga-
nismo biológico. Asimismo, bien jurídico es la posesión de bie-
nes materiales en la medida en que se valora positivamente por
la sociedad; substrato será el patrimonio individual como reali- 32 Sobre los bienes jurídicos colectivos véase inmediatamente
dad social preexistente; formas concretas de manifestación de Infra.
ese substrato son las capacidades de disposición por sus res- 33 Véase una actitud crítica hacia la proliferación de bienes ju-
pectivos poseedores de objetos con valor económico; objeto rídicos colectivos, entre otros, en Hassemer, "Derecho penal
material son esos objetos con valor económico. simbólico y protección de bienes jurídicos". Pena y Estado. NQ1.
Véase ya una formulación muy cercana a la acabada de 1991. Págs. 31-36: Baratta, "Funciones instrumentales y simbó-
realizar, en Díez Ripollés, El Derecho penal ante....·. Op. cit. licas del Derecho penal". Pena y Estado. NQ 1. 1991. Págs.
Págs. 105-113. 40-49.
18
expansiva del sistema de control penal y menos decisiones de penalización basadas en valoracio-
respetuosos con los actuales principios estructura- nes autónomas sobre determinadas conductas, sin
les de intervención penal. importarle que no hayan sido consideradas ilícitas
Frente a tales alternativas, parece más acertado en otros sectores jurídicos; en todo caso se reco-
concluir que la presencia de los bienes jurídicos noce la excepcionalidad de tales supuestos".
colectivos confronta al Derecho penal de modo pe- A mi juicio es prima facie acertado sostener la
rentorio con la necesidad de llevar a cabo esa tarea opinión minoritaria antedicha, y en consecuencia
siempre pendiente de colaboración entre las cien- afirmar la naturaleza secundaria de la Política crimi-
cias sociales, singularmente en este caso la socio- nal y, por extensión, del Derecho penal. Al fin y al
logía, y la política criminal, colaboración que debe- cabo ello resulta en extremo coherente con el prin-
ría orientarse en el tema que ahora nos ocupa en cipio de intervención mínima y, dentro de él, con el
dos direcciones fundamentales: Por un lado, a la principio de subsidiariedad. Sin embargo, la prece-
búsqueda de una formulación de tales bienes jurídi- dente afirmación debe ser inmediatamente aclarada
cos que compatibilice una adecuada descripción a partir de la constatación de que la intervención
empírica de realidades sociales merecedoras de penal realiza dos funciones valorativas autónomas
protección jurídico-penal con una delimitación con- de gran trascendencia:
ceptual aceptable en los estrictos términos de la En primer lugar, selecciona con criterios propios
dogmática penal. Por otro lado, y como consecuen- las formas de esos ilícitos respecto a las que pro-
cia de lo anterior, a la elaboración de un concepto cede una decisión de penalización. En ello jugarán
de lesión material o dañosidad de tales bienes jurí- un papel decisivo los principios estructurales de la
dicos colectivos que, cumpliendo las exigencias protección, pero también los principios coyuntura-
dogmáticas, permita sustituir en un buen número de les, además de todos los contenidos adicionales
casos las muy cuestionables estructuras típicas de propios de una teoría de la legislación.
peligro, hoy tan generalizadas en relación con estos En segundo lugar, la integración de tales ilícitos en
objetos de tutela, por las más garantistas de resul- el Derecho penal conlleva su reformulación a tenor
tado material. de criterios específicamente penales, en concreto su
Por último, a la hora de seleccionar los bienes acomodación a la peculiar estructura del sistema de
jurídico-penal mente protegibles no ha de pasarse responsabilidadjurídico-penal tal como está plasma-
por alto la polémica sobre la naturaleza secundaria do en el concepto técnico-jurídico de delito, y el apro-
o meramente sancionatoria del Derecho penal. vechamiento de las diversas alternativas valorativas y
Desde antiguo un sector minoritario de la doctrina conceptuales en él existentes. Ello posee una espe-
penal ha defendido que al ordenamiento jurídi- cial significación desde un punto de vista axiológico
co-penal no le competería la función valorativa de ya que, por ejemplo, abre la vía para el castigo de
determinar qué conductas merecerían ser califica- supuestos de tentativa, de participación, de delitos
das como ilícitas, sino que habría de limitarse a mutilados de dos actos... cuya consideración como
sancionar con una pena las formas más graves de ilícitos en otros sectores del ordenamiento jurídico, o
los ilícitos previamente identificados como tales su adecuada diferenciación, con frecuencia no es
por los otros sectores del ordenamiento jurídico; posible al carecer de tales estructuras conceptuales o
dicho de otro modo, la política criminal estaría de un afinado desarrollo de ellas.
condicionada por las valoraciones de ilicitud pre- En resumidas cuentas, se puede sostener que la
viamente desarrolladas en los otros sectores de la Política criminal y el Derecho penal, desde un
política jurídica. Frente a tales tesis, un sector substrato de ilicitud procedente de otros sectores
doctrinal mayoritario ha alegado que se pueden jurídicos, elaboran finalmente sus contenidos a par-
identificar preceptos penales que castigan con- tir de pautas valorativas propias y autónomas, por lo
ductas no prohibidas por otros sectores jurídicos, que ha de hablarse de una limitada naturaleza se-
lo que demostraría que la política criminal toma cundaria de ellos 35

"Véase una exposición del problema con toma de postura


contraria a la naturaleza secundaria del Derecho penal, en Ce-
rezo Mir, "Curso de Derecho penaL.. " Op. cit. Págs 59-60.
35 Véase una exposición muy cercana en Díez Ripollés, "La

categoría de la antijuricidad en Derecho penal". ADPCP. 1991.


Págs. 752-753.

19
Terrorismo y represión, presos políticos
y presos comunes
Joaquín GIMENEZ GARCIA

1. INTRODUCCION -por decirlo con las palabras del Parlamento Euro-


peo en su informe del 2 de febrero de 1994- "el
Creo que podría ser compartida la afirmación de terrorismo es un mal de épocas de paz que debe
que el terrorismo es un ataque excepcional contra ser tratado con remedios de épocas de paz". Por
el Estado de Derecho por el riesgo de que arruine el ello, la defensa de la democracia y la lucha contra el
sistema de libertades, propio de una Sociedad De- terrorismo no puede entrar en contradicción con la
mocrática, por encima del rastro de dolor y muerte utilización de métodos antidemocráticos o que vio-
que dejan sus acciones. len los derechos humanos.
El terrorismo es una clase de delincuencia organi- Precisamente, cuando por la presión terrorista se
zada, verdadera empresa criminal que tiene como entra en contradicción con el propio discurso garan-
elemento de cohesión una ideología enfermiza exte- tista del estado de derecho, surge el concepto de
riorizada en un discurso excluyente, acríticamente razón de estado, opuesto al de razón jurídica como
aceptado, condensando en unas consignas vacías criterio inspirador e informador del derecho y del
de vida y reflexión desde las que se justifican me- proceso penal en concreto.
cánica y rutinariamente los más crueles actos, cuya La característica de la razón de estado estriba en
expresion más clara es la negación a convivir con el la subordinación de los medios a los fines a conse-
que piensa de distinta manera. Más aún, existe un guir, fines que según el discurso oficial consisten en
indisimulado deseo de quitarlo de enmedio, y es el mantenimiento del estado de derecho pero curio-
desde este discurso excluyente donde se pone de sa y paradójicamente para ese declarado fin, se in-
manifiesto otra característica de esta delincuencia: voca la necesidad de apartarse de las reglas que
se está ante delincuentes por convicción que tratan definen el estado de derecho.
obsesivamente de justificar sus actos mediante el Por decirlo en palabras de Ferrajoli "El estado de
obsceno procedimiento de cargar sobre los demás derecho se defiende mediante su negación".
la responsabilidad del atentado, en un ejercicio de Surge así un sistema penal de excepción caracte-
transferencia de culpabilidad del que dan fe, hasta rizado por cuatro elementos:
la náusea, los terroristas y sus epígonos ante cual- 1. Ampliación de los poderes de la policía con
quier atentado cometido. El terrorista es de alguna decaimiento del control judicial, lo que provoca la
manera un teledependiente. aparición de espacios policiales autónomos caren-
La finalidad perseguida no es otra que el achan- tes de control judicial.
tamiento de la ciudadanía sobre la que se proyecta 2. Restricción de las garantías procesales de
su política de aterrorización social como medio de los imputados.
conseguir la imposición de su voluntad. 3. Derivación a tribunales especiales de enjui-
ciamiento de estas conductas.
4. Especialidades en el derecho penal sustan-
11. LA RESPUESTA AL TERRORISMO. tivo, caracterizado por un incremento de las penas,
EL SISTEMA PENAL DE EXCEPCION. con olvido de que como dice Mc Cormick "la ley no
RIESGOS es más eficaz porque sea más coactiva". Existen-
cia de un espejismo represivo, y deslizamiento del
Desde esta reflexión, sería difícil no coincidir en la derecho penal del hecho, hacia el derecho penal del
legitimidad del Estado para responder a la excep- reo. A ello habrá que añadir el riesgo de legislación
cionalidad del ataque terrorista con medidas, igual- ad casum, es decir, de legislar desde y para pun-
mente excepcionales. El problema no estaría tanto tuales supuestos, sin serenidad y sin generalidad, al
en la legitimidad en abstracto, sino en la valoración respecto ya Carrara advertía:
de las concretas medidas que se puedan articular "iAy del Código Penal forjado sobre el tipo de las
por el doble riesgo que suponen de contaminarse leyes ocasiones, pues todo principio de justicia será
de la dinámica terrorista y unido a ello por la irresis- conculcado!"
tible capacidad de expansión que tiene todo lo ex- Los frutos extremos de esta política son la prácti-
cepcional. ca de la tortura, la detención preventiva y los juicios
Es un camino que se sabe cuándo y cómo se que no se ajustan a un proceso debido. Ningún
empieza, pero que puede llevar a los más graves estado democrático con problemas de terrorismo se
desvaríos, con riesgo de llegar a convertirse en un ha visto libre de caer en alguno de estos horrores,
factor criminógeno que une, a la propia des legitima- singularmente en el de la tortura, verdadero fruto
ción del Estado, el de convertirse en un elemento helador del terrorismo.
de cohesión del discurso terrorista. Más aún, el agobio del ataque terrorista, y la limi-
Nunca hay que perder de vista la reflexión de que tación que el cuadro de valores propios del Estado

20
de derecho impone en la respuesta a esta delin- límite se encuentra en el derecho a la persona hu-
cuencia, ha llevado en ocasiones al redescubri- mana y a su dignidad. Ese es el único dogma. Todo
miento de la vieja ley del talión del "ojo por ojo". Es lo demás puede ser puesto en tela de juicio.
decir a la respuesta en la misma sintonía de onda, a Es en el Estado de Derecho donde puede reali-
lo que gráficamente se ha llamado el terrorismo de zarse la afirmación Horderlin "las personas somos
Estado. un diálogo, y sólo por una mediación podemos de-
Es esta la expresión más acabada de la perversión sentrañar nuestra felicidad"
del sistema democrático consecuencia, tal vez, de la y ya hablando de la situación de violencia en
poca fe en los principios que se dicen respetar. Euskadi, cuando el pacto de Ajuria Enea, en su
y es que, a mi juicio, el rastro de odio y muerte punto décimo apuesta por "un final dialogado de
que deja a su paso el terror, no es su peor herencia. la violencia", viene a reconocer, de un lado, la
La peor herencia es el efecto de contagio o conta- intencionalidad política de una violencia, lo que, a
minación de su actuación en aparatos del Estado, mi juicio no es equivalente en modo alguno a la
singularmente de su discurso excluyente. calificación de delincuencia política ya que ésta,
Tal riesgo, a veces convertido en realidad, ofrece por definición, es ideológica y conceptual mente
dos frutos perversos: imposible en un estado de derecho caracterizado
a) Ofrece argumentos para la consolidación del por un efectivo pluralismo ideológico, y de otro, la
discurso terrorista. primacía del diálogo y por tanto del respeto al
b) Deslegitima la propia coherencia del discurso otro dialogante para la definitiva pacificación de
democrático porque viene a reconocer, implícita- Euskadi.
mente, que desde la legitimidad democrática no se Es una apuesta por la integración, no por la ex-
puede combatir el terrorismo. clusión ni menos por el exterminio, por el diálogo
En definitiva, cohesiona lo que dice combatir, y como medio de abordar todos los problemas, por la
hace negación en la práctica de los principios que generosidad y por la esperanza en la consecución
se dice profesar. de una efectiva pacificación en la que cada uno
Por eso no me cansaré de repetir que "contra el pueda laborar por sus ideales, con respeto a las
terrorismo más democracia", y singularmente contra opiniones y opinantes adversos.
el terrorismo de ET A.
No hay que olvidar que el terrorismo en palabras
de Reynald Ottenhof es "un singular plural", porque
es una figura polimórfica, y de entre ellos merece 111. LA RESPUESTA AL TERRORISMO
una especial atención aquel que se relaciona con la EN LA LEGISLACION PENAL ESPAÑOLA.
defensa de los valores o de la identidad de un pue- ESPECIALIDADES
blo, al que me refiero en esta expresión.
Este específico tipo de terrorismo ofrece la caracte- Descendiendo al estudio de la legislación espa-
rística de existencia de un punto de conexión, al me- ñola, puede afirmarse que de un lado existen medi-
nos en su inicio, con unos sentimientos compartidos das especiales de carácter sustantivo y procesal
por un colectivo social del que se separa en los me- pero que de otro lado no merecen, por su entidad,
dios empleados para un mismo fin compartido, aun- el calificativo de legislación excepcional, si enten-
que la doble circunstancia de haber alcanzado un demos por tal la existencia de un derecho penal di-
determinado nivel de reconocimiento de la identidad ferenciado del sistema de justicia penal aplicable al
de pueblo, por mecanismos democráticos y la para- resto de los delitos.
dójica intensificación de la actividad terrorista, puede Tales especialidades se pueden resumir en tres
producir un divorcio entre gran parte de ese pueblo aspectos:
que reprueba tales métodos, y la sociedad de futuro a) Medidas en el ámbito del derecho penal sus-
que se dibuja de la actuación terrorista en nombre de tantivo.
un pueblo mítico que solo ellos monopolizan, el re- b) Medidas en el ámbito del derecho penal proce-
cordatorio al proverbio indio de que "el árbol está en sal.
la semilla" es de una permanente actualidad y, por c) Medidas en el ámbito del derecho orgánico ju-
ello, la exclusiva apelación a la violencia acaba sien- dicial.
do cada vez más incompatible con la futura sociedad
por la que se dice luchar.
Pero siempre existirán fascinados con ese discur- a) Ambito del derecho penal sustantivo
so que abdicarán de su capacidad de pensar por sí
mismos. En esta materia puede citarse la existencia de al-
Siempre habrá prisioneros del terror para los que gunos tipos delictivos que describen conductas ta-
habrá que diseñar políticas complejas y difíciles que les como la colaboración con banda armada -arto
propician procesos de reflexión individual. 576- y el delito de apología del terrorista -arto
Lejos del diseño de política de enfrentamiento so- 18- que ofrecen perfiles difusos, y por tanto con
cial habrá que diseñar políticas de apertura y dis- márgenes de cierta inseguridad jurídica en relación
tensión, en definitiva de profundización en los valo- a los tipos nucleares del delito, aunque es de reco-
res democráticos. nocer que en el nuevo Código Penal se ha dado
En tal sentido es claro que todo puede ser defen- una mayor precisión a la definición de estos tipos
dido y discutido en el estado de derecho, ya que el concretamente al delito de apología del terrorismo.

21
b) Ambito de derecho penal procesal resto tanto en sus aspectos sustantivos procesales
y orgánicos.
Dentro de ellas deben incluirse como más rele- Pues bien ninguna de las tres características se
vantes, la prolongación en 48 horas del periodo de encuentran ni en la legislación española que se co-
detención policial frente al ordinario de 72 horas menta en general ni en la Audiencia Nacional.
(artículo 520 bis L.E. Criminal), lo que hace que una Sus magistrados son seleccionados en concursos
persona imputada por delito de terrorismo pueda ordinarios y por turno de antiguedad en las mismas
permanecer detenido en sede policial un máximo de condiciones que el resto de los tribunales del Esta-
hasta cinco días, bien que esa prolongación de 48 do español; ciertamente la existencia de la Audien-
horas sobre el régimen general deba ser autorizada cia Nacional no es exponente del juez natural en-
por el juez de instrucción. Unido a esta especiali- tendido como el juez del lugar, pero la Constitución
dad debe citarse también la de incomunicación por española lo que garantiza es el juez ordinario pre-
decisión judicial, esta incomunicación priva al dete- determinado por la Ley, y así expresamente lo en-
nido del derecho a elegir letrado de su confianza contramos en el artículo 24, y la Audiencia Nacional
mientras está detenido en las dependencias poli- es efectivamente el juez predeterminado. En mate-
ciales, de suerte que la presencia de letrado lo será ria procesal no existen especialidades distintas de
de oficio y como tal designado por el turno preesta- las ya indicadas anteriormente y en concreto el de-
blecido por el Colegio de Abogados correspondien- recho de defensa del inculpado acusado de un de-
te. lito de terrorismo comprende el derecho a la elec-
Ambas medidas suponen una efectiva ampliación ción de letrado una vez superado, en su caso, el
de los poderes policiales y un paralelo descenso del periodo de incomunicación de 5 días antes citado, a
control judicial, tanto más explicable porque el juez conocer la acusación, a aportar pruebas y a contra-
de instrucción competente para el enjuiciamiento de decir las adversas, a un juicio público, a la presun-
estas conductas lo es el juez central integrado en la ción de inocencia y al acceso a los recursos en
Audiencia Nacional, con residencia en Madrid y idénticas condiciones que en el resto de los Tribu-
competencia en toda España, y por tanto no próxi- nales del Estado.
mo geográficamente, en la mayoría de los casos, al Más aún, la Audiencia Nacional ha sido modelo
lugar de la detención, situación que solo parcial- exportado con algunos matices a Francia que ha
mente se resuelve con la delegación que el juez de establecido un tribunal también especializado inte-
instrucción central puede efectuar al juez de ins- grado en el Tribunal de Gran Instancia de París.
trucción del lugar para controlar la existencia del Es por ello que el debate sobre la constitucionali-
detenido en sede policial dad de la Audiencia Nacional es un debate cerrado.
Es un tribunal especializado porque especializada
es la competencia de los delitos que conoce y a tal
c) Ambito de derecho orgánico judicial respecto debe recordarse que la competencia obje-
tiva de la Audiencia Nacional, abarca, además de
Es sin duda la especialidad más característica y los delitos de terrorismo, a los siguientes, según el
que constituye la verdadera seña de identidad de la artículo 65 de la Ley Orgánica del Poder Judicial:
legislación española en su tratamiento del terroris- delitos contra el titular de la Corona, su consorte, su
mo. El órgano judicial competente para la instruc- sucesor y altos organismos de la nación, falsifica-
ción y enjuiciamiento de estos delitos son los Juz- ción de moneda y control de cambios, tráfico de
gados de Instrucción Central y la Audiencia drogas y fraudes alimentarios cuando sean cometi-
Nacional, con sede en Madrid y competencia en to- dos por grupos organizados, entre otros. La refle-
do el territorio del Estado. xión debe ir, por tanto, por la vía de la conveniencia,
La atribución de los delitos de terrorismo a la Au- por política criminal del mantenimiento de su actual
diencia Nacional no convierte a este tribunal en un marco de competencias en materia de terrorismo, o
tribunal de excepción en el sentido propio del térmi- si por el contrario debe intentarse, con prudencia,
no, por las razones que a continuación se dirán. una disminución del nivel actual de las mismas en
Tres son los caracteres que permiten calificar a beneficio de los tribunales del lugar donde se hayan
un tribunal de excepcional: cometido los hechos, incluso y como ya en ocasio-
a) De naturaleza orgánica en la medida que la nes he repetido, la reflexión debería ir sobre la
selección de los magistrados del tribunal se efectúe creación de unos tribunales especializados dentro
de forma distinta a los del resto de los tribunales del de cada Comunidad Autónoma, de suerte que sin
Estado, y en virtud de criterios estrictamente políti- renunciar a la especialidad, esencial por el tipo de
cos. delitos de que conoce -delincuencia organizada-,
b) De naturaleza procesal por aplicar dicho tribu- se ganase puntos en favor de una mayor inmedia-
nal un sistema procesal propio distinto del general ción, es decir, de una mayor proximidad del tribunal
caracterizado por una grave reducción de las ga- que ha de juzgar los hechos.
rantías propias de un proceso penal en una socie- En este sentido hay que reconocer que los vien-
dad democrática. tos soplan en un sentido totalmente inverso a como
c) De naturaleza sustantiva por aplicar unos tipos se acaba de exponer. Actualmente existe ya una
penales propios y diferentes de los del resto del decisión tomada en sede política de ampliar la
Código Penal. Es decir una legislación de excepción competencia de la Audiencia Nacional para que co-
supone un sistema de justicia penal diferenciado del nozca de los delitos de violencia callejera, desórde-

22
nes públicos, vandalismo cometidos por personas afirmación que se ha hecho de que en el estado
no integradas en organizaciones terroristas, aunque de derecho no existen delitos políticos, sino a lo
claramente identificados con la actividad de aqué- sumo delitos movidos con una intencionalidad
llas y que sólo se producen en Euskadi. En tal sen- política, habrá de concluir con la inexistencia de
tido el artículo 577 del vigente Código Penal incluye presos políticos, aunque existan presos conde-
dentro del capítulo de los delitos de terrorismo estas nados por delitos cometidos con una intenciona-
graves actuaciones cuando son cometidas por per- I¡dad política.
sonas no integradas en banda armada. Esto puede La intencionalidad puede explicar, que no justifi-
suponer, de hecho, que asuntos que hasta ahora car, la exteriorización delictiva, y desde un punto de
han sido instruidos y juzgados en Euskadi a partir vista criminal es importante para desarrollar plan-
de ahora lo van a ser en la Audiencia Nacional y teamientos que puedan incidir en aquella causa re-
ello basado en la contradicción conceptual de esti- mota -la intencionalidad política- de la que el
mar como terroristas a los que no lo son, o no lo quehacer delictivo es su exteriorización y conse-
son todavía. cuencia.
Como ya antes he manifestado creo que se va en Salvando las distancias, que son muchas, podría
una línea equivocada y que esta ampliación de efectuarse el símil con los supuestos de drogodelin-
competencias en favor de la Audiencia Nacional se cuencia, es decir la situación de aquellas personas
diga o no se fundamenta en una desconfianza hacia que a consecuencia de su adicción al consumo de
los tribunales del País Vasco, en tal sentido se ha drogas cometen hechos delictivos para mentenerse
llegado a decir que en determinados casos, para en dicho consumo.
obtener justicia hay que acudir a tribunales situados La droga es la causa profunda de su actividad de-
fuera del País Vasco. Sinceramente, creo que ese Iictiva, y desde el conocimiento de esta realidad, pa-
sentimiento, si existe, no está justificado empírica- rece razonable que cualquier política criminal deba
mente, pero que en todo caso supone una clara centrarse no sólo en el castigo por el delito cometi-
manifestación de la capacidad expansiva que tiene do, sino también y primordialmente, diría yo, en el
todo lo excepcional y cuyo efecto puede llegar a te- desarrollo de alternativas al consumo, pues si se
ner consecuencias criminógenas dando argumen- consigue la deshabituación acabaremos con el
tos, paradójicamente, que faciliten la cohesión del efecto que ella produce que es el delito. Por eso
propio discurso terrorista. todos los códigos penales, también el español po-
Es evidente que como reflexión final del principio tencian cada vez más las alternativas a las penas
de que contra ETA más democracia y menor ex- de prisión consistentes en tratamientos de desinto-
cepcionalidad, y ya en el especial escenario vasco xicación.
queda por responder la pregunta de si en el mo- De semejante manera y en relación a los presos
mento actual lejos de incrementar las especialida- por delitos de terrorismo, además del castigo im-
des legales en la lucha contra ETA no habría que puesto por el delito cometido, en la medida en que
intentar un cambio de dirección disminuyendo las sus delitos son la exteriorización de una patología
especialidades existentes, y en tal caso apunto a la ideológica dogmática y excluyente, parece absolu-
eliminación de la prórroga de detención de 48 horas tamente necesario el diseñar estrategias de rein-
sobre las 72 generales, ampliación que creo super- serción individual que tiendan a propiciar procesos
flua, que cada vez se utiliza menos, pero que sirve de reflexión y de autocrítica, y al mismo tiempo un
de pretexto a las justificaciones del discurso terro- cabal conocimiento de la realidad social del pueblo
rista para vertebrar su condición de delincuencia por el que se dice luchar. Es precisamente ese co-
política, y en la misma línea apostaría por la dismi- nocimiento de la realidad social lo que podrá des-
nución del nivel de competencias de la Audiencia pertar esos procesos de reflexión que conllevan
Nacional en favor de tribunales especializados den- evidentes riesgos de los que se atreven a dar esos
tro de las Comunidades Autónomas que pudieran pasos en la medida en que por decirlo claramente
ser las audiencias provinciales o un órgano a crear, en ETA es fácil entrar pero muy difícil salir. Algunos
de suerte que junto con la necesaria especialización que lo intentaron lo pagaron con su vida.
del órgano judicial se consiga una mayor inmedia- Desde estas reflexiones, y ya en el específico
ción judicial. campo de la política penitenciaria, la Administración
debe velar por los derechos de todos los presos
cualquiera que sea la intencionalidad de su delito,
IV. LA SITUACION PENITENCIARIA. ya que si bien se encuentran privados de libertad,
DISPERSION y ACERCAMIENTO mantienen el resto de sus derechos. Como ha dicho
el Tribunal Constitucional, la Justicia no se detiene
En este apartado me referiré exclusivamente a la a la puerta de las prisiones.
política de dispersión y alejamiento de Euskadi que, En segundo lugar, debe velar porque desde la
iniciada hace años por instituciones penitenciarias cárcel no se continúe la actividad delictiva, preten-
bajo el Gobierno del PSOE, actualmente se sigue sión nada ociosa en casos de delincuencia organi-
manteniendo bajo el Gobierno del Partido Popular y zada cuyas dos manifestaciones más importantes
que está siendo criticada en el País Vasco por los son el terrorismo y el narcotráfico.
ciudadanos, partidos políticos e instituciones cada Finalmente, debe facilitarse la reinserción social,
vez con mayor fuerza. siempre como decisión personal del interno y, preci-
En relación a los presos y coherente con la samente, desde esta perspectiva, un factor que puede

23
coadyuvar a su reintegración es la cercanía con la fa- situadas fuera de la península, sería una manifesta-
milia y su entomo social, como viene a reconocerlo el ción de esa mínima excepcionalidad que se co-
artículo 12 de la Ley General Penitenciaria. menta y siempre sin olvidar a los presos vascos no
No se trata de un derecho absoluto, sino de un terroristas que también cumplen pena alejados de
principio que tiene que inspirar la política peniten- su Comunidad (de un total de 1.049 presos que
ciaria, integrado con otras consideraciones no sien- cumplen pena fuera de las cárceles del País Vasco
do menor el riesgo de recrudecimiento de la activi- y Navarra, 504 son presos etarras). Un efectivo
dad delictiva que pudiera producir la concentración acercamiento, compatible con una dispersión es
de todos los condenados en una o dos cárceles. hoy no sólo una política posible, sino es una mejor
La actual política de alejamiento y dispersión de política porque profundiza en la normalidad demo-
los condenados por delito de terrorismo iniciada ha- crática, robusteciendo el estado de derecho y tam-
ce años parece llegada a su fin en sus perfiles ac- bién podría permitir la apertura de procesos de re-
tuales. El mantenimiento de la situación es una ma- flexión individual y colectivos, piénsese en la más
nifestación de ese plus de excepcionalidad que la que probable instrumentalización de los familiares
lógica del sistema democrático y sectores significa- de los presos por parte de los que gestionan el dis-
tivos y nada sospechosos de ambiguedad demo- curso radical y los buenos "dividendos" que pueden
crática, están solicitando se ponga fin. Desoír tales obtener de esta situación de alejamiento de los pre-
llamadas no sería un acto de sensatez política. sos por el control que pueden obtener de sus fami-
La administración penitenciaria no puede ser un liares. Hay que facilitar el ejercicio más arriesgado
mero instrumento de la política antiterrorista y en tal de todos los derechos: el de pensar y decidir por sí
sentido, la integración de la Dirección General de mismos. En ese mundo no sólo hay presos de
Instituciones Penitenciarias en el Ministerio del Inte- ETA, también existen prisioneros de ETA, estén o
rior y no en Justicia resulta significativa y el miedo no en la cárcel.
escénico a coincidir en algunos puntos con el co- Solo en la profundización de los valores del Esta-
yuntural discurso radical -que sólo parece estar do de Derecho, sin perder nunca la esperanza en el
preocupado por los derechos de algunos huma- ser humano, ya que todos compartimos una misma
nos-, no es desde luego argumento para apartarse naturaleza, sin maniqueísmos ni ambiguedades, sin
de los valores que se profesan. Lo que es una ma- silencios cómplices, practicando los valores que
nifestación de una mayor justicia -un acercamiento proclamamos encontraremos la paz en el camino,
efectivo, compatible con una dispersión-, no se haciendo realidad las palabras de Pedro Laín En-
puede presentar como una claudicación, y los que traigo: ''Todo esperante ha de ser operante en la di-
así se pronuncian le hacen un flaco servicio al esta- rección que espera".
do de derecho, pues vienen a aceptar como única Es una llamada a todos a no permanecer insensi-
política posible la política de respuesta, en relación bles, a no resignamos con este estado de cosas, a
a la estrategia de ETA. integrar a todos los ciudadanos en la plural socie-
Poner fin a la actual política de alejamiento, cuyo dad democrática alrededor de unos valores com-
aspecto más negativo, política y jurídicamente, es la partidos por todos y que tengan al ser humano y a
presencia de presos etarras en las cárceles su dignidad como referente esencial.

24
El derecho de las parejas gays y lesbianas
a la vida familiar
Nicolás PEREZ CANOV AS

1. La prohibición de discriminar a una persona por ger. Sin embargo, desde una cultura como la nues-
su orientación sexual se encuentra implícita en la tra, secularmente homófoba, se han levantado múl-
cláusula general "por cualquier circunstancia perso- tiples flancos para impedir, y en todo caso limitar a
nal o condición social", fórmula omnicomprensiva de su mínima expresión, esta inclusión de las uniones
cierre del artículo 14 de la Constitución. Tampoco homosexuales en las extramatrimoniales, a las que
ofrece dudas que la libertad al desarrollo de la se- hay que sumar las consecuencias restrictivas que a
xualidad de la persona se encuentra incluida en el esta equiparación de la familia extramatrimonial a la
derecho al libre desarrollo de la personalidad del matrimonial ha supuesto la doctrina del Tribunal
artículo 10.1 de la Constitución. Si a esto sumamos Constitucional'.
otras libertades y derechos de la persona (libertad
ideológica y religiosa, arto 16 CE, y derecho a la in- 3. ¿Está prohibido constitucionalmente el matri-
timidad, arto 18.1 CE), que abundan más en el cam- monio entre personas del mismo sexo? En sentido
bio que va a significar la Constitución de 1978 en el afirmativo ha respondido la casi generalidad de la
concepto de persona, hemos de concluir que el doctrina civilista2• De la interpretación de los térmi-
respeto a su dignidad es impensable, en el marco nos en que quedó redactado el artículo 32.1 de la
del Estado democrático y de derecho que proclama Constitución y los debates constituyente en torno al
su artículo 1.1, sin el pleno reconocimiento de los mismo, deducen que el diferente sexo entre los
derechos que le son inalienables, y, entre ellos, el contrayentes es un requisito constitucionalmente
derecho a desarrollar libremente su afectividad y exigido para poder acceder al matrimonio.
sexualidad sin sufrir discriminación cuando ésta re- Como los términos del artículo 32.1 no son por sí
presenta una opción distinta a la de la mayoría, co- mismo concluyentes para sostener esta interpreta-
mo sucede con la opción homosexual. ción, se refuerza mediante su puesta en relación
con los términos empleados en los demás precep-
2. Con la Constitución en la mano, cuanto menos tos constitucionales relativos al colectivo de la po-
es cuestionable el requisito de la heterosexualidad de blación. De las referencias a "ciudadanos", a
sus miembros para acceder al derecho a contraer "españoles", a "todos" en esos preceptos, se aparta
matrimonio. No lo es, en absoluto, la licitud de las el artículo 32.1 al emplear la expresión "el hombre y
uniones homosexuales por idénticas razones que las la mujer", de lo que infieren la voluntad del legisla-
parejas de hecho heterosexuales. Ambas merecen la dor constituyente de excluir el derecho al matrimo-
calificación de uniones extramatrimoniales, si con ello nio cuando deseen contraerlo dos personas del
queremos indicar que se trata de uniones que no se mismo sexo.
encuentran sometidas al régimen jurídico unitario del Esta doctrina, con la que se alcanza una solución
matrimonio, previsto y establecido legalmente por homófoba, hace caso omiso de una interpretación
imperativo expreso del artículo 32.2 de la Constitu- teleológica y constitucional del artículo 32.1 de la
ción. Las diferencias, por lo que lo serían en uno y en Constitución, en cuanto el más potente canon her-
otro caso, son, sin embargo, muy evidentes: en el de menéutico en la remoción de otros obstáculos inter-
las uniones homosexuales porque el legislador ordi- pretativos, y que la hace entrar en contradicción con
nario no les deja otra opción al negarles el derecho a el modelo de sociedad hacia el que se pretende
contraer matrimonio; en el de las heterosexuales, avanzar para hacer efectivos los valores de libertad,
como expresión del ejercicio de una libertad o un de- igualdad, justicia y pluralismo, proclamados en el
recho, el de constituir una familia sin someterse en artículo 1.1 de la Constitución. Resulta sorpren-
sus relaciones a ese régimen jurídico unitario, pre- dente que en la interpretación de un precepto cons-
establecido por el legislador. Esta diferencia ha sido titucional que literalmente no prohíbe contraer ma-
ilustrada indicándose que mientras la unión extrama- trimonio a personas del mismo sexo, se obvie el
trimonial heterosexual es una unión libre, la homose- sistema de valores y principios que ha de presidir
xual es forzosamente extramatrimonial. esa interpretación, es decir, el derecho al libre de-
Dejando por el momento este significativo aspecto sarrollo de la personalidad y el respeto a la dignidad
discriminatorio en el tratamiento jurídico que reciben humana, a la que el artículo 10.1 de la Constitución
las parejas homosexuales, no parece advertirse
ningún obstáculo constitucional para catalogarlas , Vid., en relación a la pensión de viudedad, las SsTC
156/1987, de 11 de febrero, 788/1987, de 24 de junio, 184/1990,
como uniones extramatrimoniales, a los efectos de de 15 de noviembre, 29/1991, 30/1991, 31/1995, 35/1991 Y
atribuirle los mismos derechos que la Ley o la juris- 38/1991, todas ellas de 14 de febrero, 77/1991, de 11 de abril,
prudencia constitucional o del Supremo les recono- 29/1992, de 9 de marzo, y 66/1994, de 28 de febrero; en
relación al subsidio por desempleo por responsabilidades
ce, en su equiparación a las uniones matrimoniales, familiares, vid. AuTC 1.021/1988 y 1.022/1988, ambos de 26 de
en la medida que aquéllas se consideran también septiembre ..
2 Vid. resolución de la DGRN de 21 de febrero de 1988,
incluidas dentro del concepto de familia del artículo denegando la inscripción como matrimonio en el Registro Civil
39.1 de la Constitución, a la que éste ordena prote- de una pareja de homosexuales.

25
considera "fundamento del orden público y la paz 4. ¿En qué aspectos han sido equiparadas las
social", amén del principio de igualdad y no discri- uniones homosexuales a las extramatrimoniales en
minación "por cualquier circunstacia social o condi- su equiparación a las matrimoniales? Expresamente
ción personal" del artículo 14 de la Norma Suprema. esta equiparación se ha producido, para sus ámbi-
En este punto, la sintonía del legislador ordinario y tos respectivos, en tres disposiciones legales re-
la jurisprudencia del Tribunal Supremo con la doc- cientes: la Ley de Arrendamientos Urbanos de 24
trina de los autores ha sido total. De la exigencia del de noviembre de 1994 (arts. 12, 16 Y 24 Y disposi-
diferente sexo entre los contrayentes, como requi- ción transitoria segunda B), ap. 7), la Ley de 30 de
sito implícito contenido en el artículo 32.1 de la mayo de 1995 de "límites del dominio sobre inmue-
Constitución, ha partido el legislador al modificar, bles para eliminar las barreras arquitectónicas a las
por Leyes de 13 de mayo y 7 de julio de 1981, la personas con discapacidad" (art. 2), y la Ley de 11
regulación del matrimonio establecida en el Código de diciembre de 1995 de "ayuda y asistencia a las
civil para adaptarla a la Constitución. víctimas de delitos violentos y contra la libertad se-
El Tribunal Supremo, a través de su jurispruden- xual" (art. 2.3). En todas ellas se recurre a la coleti-
cia sobre derechos de los transexuales3, a los que lla "con independencia de su orientación sexual",
habiéndose les reconocido, en base al derecho al imprescindible para ahuyentar las dudas interpreta-
libre desarrollo de la personalidad (art. 10.1 CE), el tivas en esa gran ceremonia de la confusión que ha
derecho al cambio del sexo y del nombre que venido oficiando la doctrina más conservadora para
constaba en el Registro Civil por el nuevo adquirido, excluir del concepto de uniones extramatrimoniales
se les ha negado, en cambio, el derecho a contraer a las parejas homosexuales. En dirección contraria,
matrimonio con una persona de su mismo sexo excluyendo a las uniones homosexuales de la equi-
cromosómico o biológico. Jurisprudencia que, sin paración entre extramatrimoniales y matrimoniales,
recaer directamente sobre una pareja homosexual, se ha pronunciado expresamente la Ley de 11 de
tiene para ésta una indudable incidencia dado el noviembre de 1987 para la reforma del Código civil
fundamento jurídico en que lo sustenta, que no es en materia de adopción'.
otro que la necesidad de que concurra la heterose- Desde los tribunales también se le ha reconocido
xualidad entre los miembros de la pareja, y a cuyos a los miembros de una unión extramatrimonial, con
efectos tan siquiera se considerará que existe, jurí- independencia de que sea heterosexual u homose-
dicamente hablando, cuando entre ellos persista el xual, los derechos de indemnización por la muerte
mismo sexo biológico, el cual condicionará fatídi- accidental del compañero y al permiso de residen-
camente el nuevo sexo adquirido. Según la juris- cia cuando uno de ellos es extranjero, pero toman-
prudencia del Tribunal Supremo, el requisito de la do como presupuesto jurídico normas legales cuya
heterosexualidad que interpreta la doctrina exigido interpretación va a tener un distinto significado, en
en el artículo 32.1 de la Constitución para acceder uno y en otro supuesto, en esa tarea antidiscrimi-
al derecho a contraer matrimonio, tiene un carácter natoria del concepto de uniones de hecho o extra-
estrictamente biológico que prevalece sobre la con- matrimoniales.
sideración y la dimensión que tenga para la persona En materia de indemnizaciones por la muerte ac-
que lo siente y lo vive. Y no hay prueba más evi- cidental del compañero, tanto en caso de respon-
dente de la trascendencia personal que esa identi- sabilidad civil derivada del comportamiento del pro-
dad sexual representa para el transexual, que la ductor del daño no constitutiva de delito o de falta,
voluntad manifestada en el ejercicio del derecho de como de la derivada de éstas, mucho antes del
rectificación del Registro civil, con lo que persigue el cambio que traerá la Constitución de 1978, el Tribu-
pleno reconocimiento jurídico de la misma y no la nal Supremo había venido considerando perjudica-
creación de un "tertium genus". do a cualquier persona que demuestre un daño
Finalmente, el Tribunal Constitucional, en el auto cierto, ya sea material por la pérdida de ingresos o
222/1994, de 11 de julio, sin entrar en más conside- moral por la pérdida de una persona querida, con
raciones avala esta jurisprudencia del Tribunal Su- independencia de que existan lazos de parentesco
premo, limitándose a señalar que, "en suma, se debe entre ellos. Esta interpretación de los tribunales se
admitir la plena constitucionalidad del principio hete- obtenía gracias a la amplia legitimación activa que
rosexual como calificador del vínculo matrimonial, tal recogen los artículos 1902 del Código civil y 104 Y
como prevé nuestro Código civil; de tal manera que 105 del Código penal ya derogado', los cuales no la
los poderes públicos pueden otorgar un trato de pri- hace depender de la existencia de vínculos familia-
vilegio a la unión familiar constituida por hombre y
mujer frente a una unión homosexual. Lo cual no ex-
cluye, que por el legislador se pueda establecer un , Vid. disposición adicional tercera de la Ley de 11 de
sistema de equiparación por el que los convivientes noviembre de 1987, para la reforma del C.c. en materia de
homosexuales puedan llegar a beneficiarse de los adopción, de cuyo tenor literal resulta expresamente excluida la
pareja homosexual del derecho de adopción que se reconoce a
plenos derechos y beneficios del matrimonio, tal co- la pareja de hecho heterosexual. Al no existir para el
mo propugna el Parlamento Europeo". acogimiento familiar una norma similar a la comtemplada para la
adopción, la doctrina mayoritariamente ha defendido una
interpretación de lo dispuesto en los arts. 172 y 173 C.c.,
3 Vid. SsTS (sala primera) de 27 de julio de 1987, 15 de julio mediante una aplicación analógica de la citada norma en
de 1988, 3 de marzo de 1989 y 19 de abril de 1991; materia de adopción, para negarles también a las uniones
resoluciones de la DGRN de 2 de octubre de 1991, 19 de marzo homosexuales el acogimiento de menores.
de 1994 y 11 de mayo de 1995; SsTEDH de 17 de octubre de • Con el nuevo CP de 8 de noviembre de 1995 esta cuestión
1986 (asunto Rees), 27 de noviembre de 1990 (asunto Cossey), no ha sufrido modificación en la regulación ahora contenida en
25 de marzo de 1992 (asunto Norbert B.). el arto113.
26
res entre la víctima y el perjudicado'. Pese a ello re- unión homosexual, que alegaba violación del dere-
sulta sorprendente que el Tribunal Supremo expre- cho a la igualdad del artículo 14 de la Constitución
samente incluyera dentro del concepto de en relación con el 41 del mismo texto legal, por no
"perjudicado" al conviviente "more uxorio"', cuando habérsele reconocido el derecho a percibir la pen-
dicha relación era considerada, por las leyes fran- sión de viudedad y las prestaciones complementa-
quistas y por el propio Tribunal Supremo, en rela- rias de indemnización a tanto alzado por la muerte
ción a otros ámbitos, de ilícita, de lo que se deriva- de su compañero, con el que había mantenido una
ba determinadas sanciones, de tipo penal y civil, a convivencia íntima, estable y notoria durante doce
los que la mantenían. años·. Tal discriminación es consecuencia, en rela-
Con la Constitución ya aprobada, esta doctrina ju- ción a las parejas de hecho heterosexuales -a las
risprudencial contará con sólidos apoyos y adquirirá que también se les niega legalmente estas presta-
firmeza definitiva el reconocimiento de perjudicado ciones y sobre el que ha recaído un juicio de cons-
a aquéllas personas que mantenían con el difunto titucionalidad del Alto Organo-, de la imposibilidad
una unión extramatrimonial en el momento del óbi- legal de contraer matrimonio entre homosexuales,
to, como admite unánimemente la doctrina civilista y colocándolos en una situación de desigual trata-
han reconocido los tribunales inferiores, los cuales miento porque nunca pueden encontrarse en la si-
han incluido en su aplicación, una vez despenaliza- tuación legal de cónyuge superviviente al que el ar-
da la homosexualidad, a las parejas homosexuales. tículo 160 TRLGSS de 1974 concede estas
Más trascendencia tendrá en los avances antidis- prestaciones. El Tribunal Constitucional, aún reco-
criminatorios, como es fácil comprobar, la reciente nociendo que sus reiteradas sentencias en materia
sentencia de la sección 2ª de la sala contencioso- de pensiones de viudedad han recaído sobre unio-
administrativo del Tribunal Superior de Justicia de nes de hecho heterosexuales, basándose para de-
Cataluña de 4 de julio de 1996, reconociendo, por negar la pretensión en que nada impide a quienes
causa de reagrupación familiar, el derecho a obte- conviven de hecho contraer matrimonio, concluye,
ner el permiso de residencia a un ciudadano colom- no obstante, que de este dato no se puede deducir
biano que había mantenido en su país una relación un obstáculo "para hacerlas también extensibles al
de pareja durante dos años con un ciudadano es- binomio unión matrimonial, uniones de homose-
pañol. A estos efectos, el Tribunal declarará que la xuales que conviven marital mente".
expresión "cónyuge" del artículo 7.2. a) del Regla- En vía administrativa, evitando tener que recurrir
mento de ejecución de la Ley Orgánica de Dere- a los tribunales de Justicia, hay que destacar una
chos y Libertades de Extranjeros en España de 1 resolución de la Oficina para la prestación social de
de julio de 1985, aprobado por Real Decreto de 26 los objetores de conciencia, dictada en febrero de
de mayo de 1986, ha de ampliarse a "la persona 1997, concediendo la prórroga solicitada para la in-
que conviva de forma estable y permanente, en corporación a la prestación a un homosexual por
análoga relación de afectividad a la del cónyuge, sostenimiento familiar, intepretando, a los efectos
con independencia de su orientación sexual, para de su aplicación, que la unión homosexual se en-
no desconocer el contenido esencial del derecho a cuentra incluida en el concepto de unidad familiar,
la igualdad que se garantiza por el artículo 14 de la de la que el artículo 28.4 del Reglamento de la Ob-
Constitución"'. jeción de Conciencia y de la Prestación Social Sus-
Otro planteamiento distinto a éste va a ser el se- titutoria, aprobado por Real Decreto de 24 de febre-
ñalado por la sala de lo social del Tribunal Superior ro de 1995, considera miembros "al cónyuge o
de Justicia de Cataluña, en la sentencia de 9 de persona unida por análoga relación afectiva".
enero de 1990, denegando el derecho a indemniza-
ción por la muerte de su pareja de hecho a un ho- 5. El acontecimiento más importante, y punto
mosexual por no ostentar la cualidad de heredero. de inflexión en la situación jurídica de las uniones
El Tribunal Constitucional, en el auto de 4 de mayo homosexuales, se va a producir con la iniciativa
de 1990, acordó la inadmisión a trámite de la de- -valiente y decidida- del alcalde de Vitoria, Jo-
manda de amparo contra esta sentencia, en la que sé Luis Cuerda, de crear un Registro Municipal
no advierte lesión del principio de igualdad y no dis- de Uniones de Hecho, con independencia de la
criminación del artículo 14 de la Constitución, al orientación sexual de sus miembros, mediante
entender que dicha demanda carece "de contenido Decreto de 28 de febrero de 1994. Su importan-
que justifique una decisión sobre el fondo". cia no reside tanto en el alcance jurídico, muy li-
En base a este mismo argumento -ausencia de mitado como expondremos un poco más abajo,
contenido constitucional de la pretensión-, volverá por razones en gran parte ajenas a la voluntad
el Tribunal Constitucional, en el auto 222/1994, de de su impulsor, como en la enorme trascenden-
11 de julio, a acordar la inadmisión del recurso de cia que tendrá en la opinión pública.
amparo interpuesto por el superviviente de una La normalización jurídica y social de las uniones
homosexuales ocupará a partir de este momento el
centro del debate político sobre una futura Ley de
• Vid. STS (sala primera) de 26 de enero de 1972.
'Vid. STS (sala segunda) de 19 de mayo de 1969.
Parejas de Hecho. Se multiplicarán los pronuncia-
, Al arto 7.2.a) del Reglamento mencionado corresponde el mientos institucionales solicitando del Gobierno de
arto 54.2.a) del actual Reglamento en vigor, aprobado por Real
Decreto de 2 de febrero de 1996, que vino a sustituir a aquél y
que sigue manteniendo la referencia exclusiva al cónyuge. Vid. • Vid. STSJ de la Comunidad Autónoma de Madrid (sala de
STSJ de Cataluña (sala de lo contencioso-administrativo) de 16 lo social) de 25 de febrero de 1993, contra la que se interpone
de julio de 1990, y ST JCE de 17 de abril de 1986. este recurso de amparo.

27
la nación su elaboración, y, recientemente, dos pro- Parlamento estatal, y aprobada por mayoría con
yectos de Ley, uno del PSOE y otro de IU-IC, cuya la abstención del PP y CIU12.
toma en consideración fue derrotada en el Parla- Dado que su contenido se limitaba estrictamente
mento por dos votos en tercera votación tras un do- a solicitar del Gobierno de la Nación una ley que
ble empate. En breve plazo, no obstante, ha vuelto equiparara la unión extramatrimonial a la matrimo-
nuevamente a plantearse en sede parlamentaria nial, con independencia de la orientación sexual de
esta cuestión con un resultado muy diferente, y al sus miembros, sin establecer tan siquiera una fecha
que le dedicaremos nuestra antención en el epí- para su cumplimiento, su único interés va a residir
grafe siguiente. en las posiciones que las distintas familias políticas
No podemos olvidar, finalmente, en honor a su manifestarán en el debate ante la oportunidad, la
artífice, que el decreto de creación del Registro Mu- necesidad, el mecanismo técnico-jurídico de lIevarla
nicipal de Uniones de Hecho de Vitoria ha sido el a cabo y el nivel de equiparación, sobre todo en re-
pionero en las medidas antidiscriminatorias de las lación al derecho de adopción para las uniones ho-
parejas homosexuales; pero, sobre todo, es de mosexuales 13.

destacar el efecto expansivo que ha tenido, sirvien-


do de modelo en la creación de más de 100 regis- 7. Inaugurada la presente legislatura tras las elec-
tros municipales y varios autonómicos'o. ciones de 3 de marzo de 1996, por fin el PSOE, a
Aparte de su limitada eficacia jurídica en cuanto al través de su grupo parlamentario, se decide a pre-
ámbito territorial, los mayores problemas que plan- sentar, el 29 de octubre de 1996, en la Mesa del
tean giran en torno a su eficacia jurídica en el ám- Congreso de los Diputados una proposición de ley
bito material. La eficacia jurídica del Registro de- por la que se reconocen determinados efectos jurí-
pende del título competencial del órgano que dicta dicos a las uniones de hecho". Por su parte, IU-IC,
el decreto de su creación. No parece plantear du- en la línea mantenida en la anterior legislatura", el 4
das, en principio, que tanto las comunidades autó- de diciembre de 1996 presenta una nueva y mejo-
nomas como los ayuntamientos están autorizados rada proposición de ley de medidas para la igualdad
para crearlos, siempre que, tal y como se declara jurídica de las parejas de hecho'·.
en estos decretos, tengan un carácter puramente Ambos proyectos van a coincidir en el reconoci-
administrativo y se limite a la expedición de certifi- miento que ya hiciera el Tribunal Constitucional de
caciones de los asientos inscritos a instancia de que la familia a la que se refiere el artículo 39 de la
cualquiera de los miembros de la unión o de los Norma Suprema no se restringe a la unión nacida
jueces y tribunales de Justicia. del matrimonio, sino que abarca también a las unio-
Resultando claro que estos registros no tienen nes extramatrimoniales, entre las que se incluyen,
ninguna eficacia civil, y, por tanto, no afecta al esta- las constituidas por dos personas del mismo sexo.
do civil de los miembros de la pareja, nada obsta, Las medidas equiparadoras de las uniones extra-
en cambio, a que surta algún efecto en el ámbito matrimoniales en los derechos que se le reconocen
administrativo y laboral cuando se establezca, den- legalmente a las matrimoniales, recogidos en sen-
tro de su título competencial, una medida en benefi- dos proyectos de ley, son aplicables a las uniones
cio de las parejas casadas. homosexuales. Pero, sobre todo, se establecen
disposiciones generales dirigidas a acabar con las
6. Espoleados por los Decretos de creación discriminación de las parejas homosexuales en el
de los Registros de Uniones de Hecho, y acu- tratamiento jurídico que reciben las extramatrimo-
ciados por el cambio que se percibe en la opi- niales", provocado por el concepto artificioso e
nión pública y la crisis política que los desaloja-
ría del poder a punto de estallar, los socialistas, 12 Vid. proposición no de Ley, aprobada por el Congreso de
que ven cercano el fin de su largo mandato una los Diputados el 29 de noviembre de 1994, "por la que se insta
vez perdida la mayoría absoluta en las eleccio- al Gobierno a remitir a la Cámara un proyecto de Ley sobre la
regulación de la uniones de hecho, con independencia de su
nes de 6 de junio de 1993, se lanzan a una sexo".
campaña en pro del reconocimiento de la equi- 13 Vid. Diario de sesiones del Congreso de los Diputados,

paración jurídica de las parejas de hecho a las 1994 (núm. 110), págs. 5.884 Y ss.
" Vid. BOCG, serie B, núm. 61.1, de 8 de noviembre de
casadas. Iniciada a nivel de parlamentos auto- 1996.
nómicos, mediante proposiciones no de ley '5 El grupo parlamentario de IU-IC ya presentó a la Mesa del
instando al Gobierno de la Nación a que aco- Congreso de los Diputados, el 19 de julio de 1994, una
"proposición de Ley de protección social, económica y jurídica
meta su regulación con independencia de la de la pareja". Vid. BOCG, serie B, núm. 82.1, de 12 de
orientación sexual de sus miembros", culminará noviembre de 1994. Su toma en consideración por el Congreso
de los Diputados fue rechazada, en la sesión plenaria celebrada
con otra proposición no de ley en el mismo sen- el 14 de marzo de 1995, por 280 votos en contra y dos
tido, presentada por el Grupo Socialista en el abstenciones frente a 14 votos favorables (los de IU-IC). Vid.
Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, 1995 (núm.
132), págs. 7.024 y ss.
,o Vid. los Decretos de los Gobiernos autonómicos creando Vid. BOCG, serie B, núm. 64.1, de 15 de noviembre de
los Repistros de las uniones de hecho, en sus respectivas 1996.
Comunidades Autónomas, de 29 de diciembre de 1994 para " De esta manera, no sin alguna dificultad que generará
Asturias, de 7 de diciembre de 1994 para Valencia, de 20 de inseguridad jurídica, se pueden cubrir algunos olvidos en ambos
abril de 1995 para Madrid, de 9 de enero de 1996 para proyectos, como por ejemplo, los arts. 753.22 C.c. en relación a
Andalucía, y de 18 de marzo de 1997 para Extremadura. la sucesión testada, 1.267, 22 párrafo, C.c. sobre el concepto de
11 Vid. resoluciones, aprobadas en pleno, de la Asamblea de intimidación como causa de anulabilidad del contrato. 54.2.a) y
Madrid de 3 de marzo de 1994, de las Cortes valencianas de 19 79.1) del Reglamento de Ejecución de la Ley Orgánica de
de mayo de 1994 y de la Junta General de Asturias de 23 de Derechos y Libertades de Extranjeros en España de 1 de julio
junio de 1994. de 1985, aprobado por Real Decreto de 6 de febrero de 1996,
28
ideológico elaborado por la doctrina de las uniones El proyecto socialista, pues, se queda a mitad de
extramatrimoniales como uniones heterosexuales. camino en esa equiparación en el tratamiento jurídi-
Las diferencias entre ambos proyectos se van a co de la familia basada en la unión extramatrimo-
hacer patente en la amplitud de la equiparación de nial, menos protegida que la familia tradicional ba-
las parejas de hecho a las parejas casadas, más sada en el vínculo matrimonial. En realidad, según
limitada en el proyecto socialista que en el comu- critica el Grupo de Gays y Lesbianas de IU-IC, de
nista. Ambos reconocen el derecho de alimentos", salir adelante el proyecto socialista se crearían, en
de sucesión intestada", lo incluyen en la considera- función del nivel de protección jurídica que reciben
ción de trabajos familiares, en los derechos por del Estado, tres clases de familias. Las de primera
cambio o movilidad de los trabajadores casados2O, categoría serían las basadas en el matrimonio que
en la atribución de prestaciones sociales, como los gozan de plenos derechos; las de segunda catego-
de auxilio por defunción, pensión de viudedad, in- ría para las uniones extramatrimoniales heterose-
demnización a tanto alzada2l y asistencia sanitaria", xuales, a las que se les reconocen determinados
en los derechos de los funcionarios públicos casa- derechos, no todos, de los que disfrutan las anterio-
dos en la provisión de plazas por concurso y de ex- res; y, finalmente, las uniones homosexuales, que
cedencia voluntaria por agrupación familiar", y en el serían familias de tercera categoría, que, además
tratamiento tributario que reciben las parejas casa- de quedar excluidas del derecho de adopción, son
das en el impuesto de sucesiones y donaciones24• El forzosamente extramatrimoniales en cuanto no tie-
proyecto de IU-IC añade a éstos el derecho de ad- nen derecho a promocionar o cambiar de categoría.
quisición de la vecindad civil y la nacionalidad", la Debatida en el Congreso de los Diputados, el 18
presunción de paternidad", el derecho de adop- de marzo de 1997, la toma en consideración de
ción", de representación del compañero ausente, ambos proyectos, es rechazada en tercera vota-
incapacitado o declarado pródig02" los derechos le- ción, por 163 votos (PP, CIU Y CC) contra 161
gitimarios en la sucesión'", el derecho al permiso (PSOE, IU-IC, PNV Y BNG), tras un doble empate a
que se le concede al trabajador por contraer matri- 161 votos".
monio30 y el tratamiento jurídico que reciben las pa-
rejas casadas en la tributación del Impuesto sobre 8. Al día siguiente de la derrota de la toma en
la Renta de las Personas Físicas". Asimismo, a los consideración de los proyectos citados, éstos vuel-
efectos equiparado res, el proyecto socialista incluye ven a presentarse en la Mesa del Congreso de los
la modificación del concepto de trabajadores por Diputados, con algunas modificaciones en el texto
cuenta ajena", y el proyecto comunista la modifica- socialista que no afectan a su contenido básico. A
ción en materia de inhabilitación para ser testigo en estas dos iniciativas para regular las parejas de he-
juicio". cho, con independencia de la orientación sexual de
sus miembros, se sumará una tercera que provoca-
rá cambios importantes en el curso previsto de los
para la obtención del permiso de residencia, 215.2 del Texto acontecimientos parlamentarios pese a tener un
Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (TRLGSS),
aprobado por Real Decreto legislativo de 20 de junio de 1994, contenido muy similar al proyecto socialista. Pre-
relativo al subsidio por desempleo por responsabilidades sentada por el grupo de Coalición Canaria (CC)", es
familiares, 71.1.d), 73.1, 79.1.2Q Y 92.a) sobre derechos
reconocidos al cónyuge en la Ley de Arrendamientos Rústicos admitida a trámite por la Mesa de la Cámara de Di-
de 31 de diciembre de 1980. putados el 8 de abril de 1997. Sometida a votación
" Arts. 143.1Q Y 144.1Q C.c. del Congreso para su toma en consideración el 27
1.Arts. 913, 943, 944 Y 954 C.c. En materia de incapacidades
para suceder por causa de indignidad, el proyecto de IU-IC de mayo de 1997, en la misma sesión que las del
incluye la modificación del arto 756.2 C.c., y en materia de
Q
PSOE e IU-IC, resultará, sin embargo, a diferencia
colación el arto 1.040 C.c. de éstas, admitida a trámite parlamentario36•
20 Arts. 1.3.e) y 40.3 del Texto Refundido de la Ley del

Estatuto de los Trabjadores (ET), aprobado por Real Decreto


Le.¡¡islativode 24 de marzo de 1995. 34Vid. Diario de sesiones del Congreso de los Diputados,
Arts. 173, 174.1 Y 177.1 TRLGSS de 1994. Asimismo se 1997 (núm. 68), págs. 3.336 Y ss. En la sesión de la Comisión
establece la modificación del arto 38.1 de la Ley de Clases de Justicia e Interior del Congreso de los Diputados, celebrado
Pasivas del Estado, aprobado por Real Decreto legislativo de 30 el15 de abril de 1997, se aprueba, con los votos a favor del PP,
de abril de 1987, sobre pensión de viudedad por muerte del IU-IC, CIU Y CC (24 votos) y en contra del PSOE y PNV (10
causante de los derechos pasivos. votos), la "propuesta de creación de una subcomisión en el seno
" Art. 100.1.c) TRLGSS, aprobado por Decreto de 30 de de la Comisión de Justicia e Interior, para estudiar la regulación
mayo de 1974, la cual deja en vigor la disposición derogatoria de las situaciones y efectos jurídicos derivados de las uniones
única del TRLGSS de 1994. de hecho, con independencia del sexo de sus integrantes, y
23Arts. 20.1.a) y 29.3.d) de la Ley de 2 de agosto de 1994, de otras formas de convivencia distintas del matrimonio. A solicitud
Medidas para la Reforma de la Función Pública (LMRFP). de los grupos parlamentarios popular, catalán (Convergéncia i
24Art. 20.1. grupo 11de la Ley del Impuesto sobre Sucesiones Unió) y Coalición Canaria". Vid. Diario de sesiones del Congreso
y Donaciones (LISO), de 28 de diciembre de 1987. El proyecto de Diputados, Comisiones, 1997, (núm. 186), págs. 5.174 Y ss.
de IU-IC incluye además la modificación de los siguientes arts. " Vid. BOCG, seríe B, núm. 90.1, de 14 de abril de 1997. El
de esta Ley: 4.1, 11.1.c) Y b), 13.1, 22.4.c) Y 39.3. título que lleva es el de proposición de Ley de "reconocimiento
25Arts. 14.4, 15.1.d) Y 22.2.d) Y e) C.c. de efectos jurídicos a las parejas de hecho estables y de
26Art. 116 C.c. modificaciones de determinados aspectos del Código Civil,
27 Arts. 175.1 Y 4, 176.2.2 178.2.1 C.c. y disposición
Q
, Q Estatuto de los Trabajadores, Ley General de la Seguridad
adicional tercera de la Ley de Adopción, de 11 de noviembre de Social, Medidas para la Reforma de la Función Pública, Clases
1987. Pasivas del Estado y de la Ley de Impuesto sobre Sucesiones y
28Arts. 181, 2 párrafo, 182.1Q, 184.1Q, 202 Y 294 C.c.
Q
Donaciones".
'" Arts. 834 a 840 C.c. 36Vid. el debate sobre las tres proposiciones en Diario de
3OArt.37.3.c) ET. sesiones del Congreso de los Diputados, 1997 (núm. 86), págs.
31Art. 87 de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las 4.231 Y ss. Como era de esperar, las proposiciones socialista y
Personas Físicas (L1RPF),de 6 de junio de 1991. comunista fueron rechazadas con los votos en contra de los
" Art. 7.2 TRLGSS de 1994. grupos parlamentarios del PP, CIU y PNV, que sumaban 171
" Art. 1.247.4Q C.c. frente a los 162 que votaron favorablemente. Contra todo

29
9. Pero todo este trasiego de proposiciones no sólo se pretende con este borrador alejar la pareja
concluye aquí. A través de una filtración a la prensa de hecho de la institución familiar, reservándola pa-
llega a nuestro conocimiento un borrador de pro- ra la pareja casada, sino también retroceder res-
yecto de Ley elaborado por el PP sobre el contrato pecto a los últimos avances producidos, encubrién-
de unión civil, con el que se pretende resolver la si- dolo con una propuesta maximalista, confusa y
tuación de las parejas de hecho. Sin embargo, y desenfocada, en la que se viene a reconocer parte
pese a querer justificarlo con un discurso demagó- de los derechos que han venido reivindicándose pa-
gico en torno a la libertad, la igualdad, la seguridad ra las parejas de hecho a dos personas que convi-
jurídica y la intimidad proclamados en nuestro texto van, con independencia de que exista entre ellas
constitucional, la finalidad que persigue es confundir relaciones de afectividad sexual, y decidan celebrar
a la opinión pública y desviar la atención de lo que un contrato ante notario, que tendrán que inscribir
plantean y reivindican los colectivos de gays y les- para su eficacia en el Registro Civil, comprometién-
bianas, que no es otra cosa que la normalización de dose a prestarse ayuda mutua, cuando, a la postre,
la pareja homosexual en el marco constitucional de las parejas de hecho que no suscriban tal contrato
la familia, y que con el borrador pretende restringir- quedarán menos protegidas de lo que lo están en el
se a las personas casadas, cuando, como sabe- presente.
mos, el derecho al matrimonio queda prohibido le- Como ha señalado el Tribunal Constitucional,
galmente entre personas del mismo sexo. "aunque no sea más que por la consideración obvia
Por mucho que lo pretenda el borrador, la pareja que éste no es un derecho de ejercicio individual,
de hecho heterosexual no va a dejar de ser una fa- pues no hay matrimonio sin consentimiento mútuo
milia a los efectos de lo dispuesto en el artículo 39.1 (art. 45 C.c.)" (STC 222/1992, de 11 de diciembre),
de la Norma Suprema, pues así lo tiene declarado por idénticas razones seguirán existiendo parejas
el Tribunal Constitucional; pero respecto de aque- de hecho que no deseen celebrar tal contrato o
llos derechos sobre los que el Alto Organo no se ha simplemente uno de ellos se niegue, no faltando
pronunciado o, haciéndolo, los ha dejado a la dis- situaciones en los que no se ha suscrito por falta de
ponibilidad del legislador, no quedarían protegidos previsión u otros motivos, aunque producido el he-
dentro de este marco, y por tanto no responde a la cho de que las normas contenidas en el borrador
necesidad de equiparación con las parejas casadas hacen nacer determinados derechos, uno o los dos
por la que presiona la realidad social. En relación a lo lamenten. Y es que no podemos olvidar que lo
la pareja de hecho heterosexual, y, en su caso, que este borrador regula no es la situación familiar
también para la de homosexuales, lo que se pre- de hecho sino un contrato, y su celebración requie-
tende con este borrador es disminunir el nivel de re, en cuanto negocio bilateral, que presten consen-
protección y de determinados derechos que traba- timiento las partes contratantes o, como le gusta
josamente se han conseguido. Se pretende modifi- expresar a la doctrina, que concurra un acuerdo de
car un conjunto de normas en las que, a efectos de voluntades. Con este borrador, por tanto, no queda-
reconocer un derecho, se indica, junto al cónyuge, rían protegidas un número considerable de parejas
la persona que mantenga una relación de conviven- de hecho, que continuarán (o mejor dicho, lo esta-
cia análoga, añadiéndose algunas veces "con inde- rán más que en los momentos actuales) discrimina-
pendencia de la orientación sexual de sus miem- das respecto a las casadas y a las que hayan sus-
bros", para sustituirla por la de quien tenga suscrito crito un contrato de unión civil, sin que entre éstas
o esté vinculado por un contrato de unión civil". No tampoco exista igualdad en los derechos que res-
pectivamente se les reconoce.
pronóstico e inesperadamente, la proposición de CC obtendrá el Con este borrador, la derecha conservadora es-
respaldo suficiente para su admisión a trámite gracias a la
abstención de los diputados de COC, que de esta manera se pañola, representada mayoritariamente en el PP y
desmarcaban de sus socios de coalicción, UOC. Sólo en el su Gobierno, ha lanzado una ofensiva ideológica
contexto político de equilibrio inestable de los pactos de para apropiarse, como ya hiciera con los conceptos
gobernabilidad que permite al PP gobernar en minoría, se puede
explicar lo paradójico que resulta el rechazo de COC al proyecto de matrimonio y unión extramatrimonial, del con-
socialista, provocando, en cambio, con su abstención que se cepto de familia, queriéndolo reconducir al modelo
admitiera a trámite el de CC que copia en un 98% a aquél. El que mejor responde a su sistema de intereses y
proyecto de Código de Familia catalán, aprobado por el
gobierno catalán del que forma parte COC, excluye a las valores, el de la familia patriarcal, pretendiendo
uniones homosexuales de la regulación prevista para las parejas deslegitimar y obstaculizar legalmente otros mode-
de hecho heterosexuales.
37 Así sucede en relación al arto 16.b) de la LAU de 1994, 23 Y
los alternativos presentes en la realidad social y que
454 del CP, 219.12 y 22 Y 391 de la Ley Orgánica del Poder representan el pluralismo social en este punto, en
Judicial de 1 de julio de 1985, 3.a) de la Ley Orgánica de 24 de consonancia con el artículo 39.1 de la Constitución,
mayo de 1984, reguladora del Habeas Corpus. Esta misma
fórmula se mantiene en relación a los nuevos derechos que se que instaura un concepto abierto y no excluyente de
reconocen a los que suscriban el contrato de unión civil, y entre familia en el que tienen cabida distintos modelos.
los que se encuentran el derecho a indemnización Este trasfondo ideológico del borrador del PP deja
compensatoria para la parte desfavorecida en caso de
resolución del contrato, y, en su caso, el de indemnización por traslucir la componente homófoba a poco que refle-
enriquecimiento injusto, siendo preferido también, en caso de xionemos más allá de su aspecto externo y epidér-
incapacitación del otro contratante, en el orden de llamamiento
para el nombramiento de tutor a los demás designados en el arto mico. Cuando se establece que sólo pueden cons-
234 C.c. Quedarían modificados, además, para incluir junto al tituir el contrato de unión civil dos personas,
cónyuge a los contratantes de una unión civil, los arts. 181,
párrafo 22, 182, apartado 12, 184.1, 189, 913, 943, 944 Y 954 del
C.c., 4.1, 11.1.a) y b), 13.1,20.1,22.4 Y 39.3 de la LISO, 87 de los contratantes habrán de establecer expresamente en el
la L1RPF, 1.3 Y 40.3 del ET, 7.2,173,174 Y 177.1 del TRLGSS contrato un régimen económico de entre las modalidades de
de 1994 y 20.1 Y 29.3 de la LMRFP. También se dispone que unión económica establecida en el derecho privado.
30
EL
TARJETON

66V
~·Seha
1';ln'('I' IIWlllirit (!lit' dI' 1111<1 lOlrjt'lil

1;111p\'qlll'I~liI "'1' 11IIl'dilll (dlll'llí'r

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preguntado
Por pso la llamamos Tarje,ÚII.

Porque estÚ cargada dt' p.:randt's


vPlltajas:

alguna vez
Pagalldo con el '1"rjt'tÚn Illl\".
llstpo aClIlllula PUflIO:-i

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y obteJl('f IIwgnífic()s

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por qué a algo


\.(--711 ,\i\~1, comprando como siplll-

'/Jt1lr)' D\',' pn' lIstt'd disfrutara


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IIlIlH'H. Porqut' til'W' a Sil disp0:-iiciÚn


11.000.000 dp ,·stahlecimit'lIto.s, '-11

tan equeno
todo f'1 BlIIIHlo.
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Adpmás. COII el TarjetÚn Illl\".
I"wde ohtener dil"'ro en efectivo
('11 milf's d(' cajt'ro:-i HutomÚ1icos.

lo lamamos
o utilizar t,l senicio SUIK'n'tllnpnt BIl\".
l :st(~d Inislllo ,'it' puedt' cOIH,.,dt'r

un crédito para aplazar t,l pago de


SlIS COIllpra:o; hasta f'1I :J aiíos ('(1M

Tarjetón?
una simple llamada telefÚllica o
f'Il los CUjf'fO."i autOlnático:-i BBV.

Estas son sÚlo algunas <1('la:-i \'t'Btajas


tl'W hacen grande al '1,"'jt-tÚn BIl\".
pero hay Illuchas más. Como el
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viaj¡>s. la tra"quilidad ,_" caso de


roho o pérdida. la posihilidad .1,-
cous(,~l1ir 3nticipos y UII lar~o
rtcptpra (PW lIs1pd cono('('ní poco
a poco.

Así ps d 'I"rjt-IÚ" BBV.

Alp:o IIlUY grande.

BANCO BILBAO VIZCAYA


inmediatamente surge la pregunta: ¿Por qué dos? protección las unidades convivencia les de dos per-
¿Por qué no tres o más personas, ya que no hay sonas y no otras más amplias? ¿Es que acaso sólo
relación parecida al matrimonio? Además, al dispo- se convive de dos en dos?
ner que no podrá ser parte de este contrato quien lo
fuese de otro de unión civil, ¿no se estaría produ-
ciendo un trato discriminatorio para algunos de los *Para una mayor información sobre la posición de
convivientes, cuando sean tres hermanos o parien- la doctrina y, en general, sobre las cuestiones que
tes en general, o tres religiosos o amigos y quieran se plantean en este artículo, vid. mi libro
todos ellos obtener la protección que les concede el "Homosexualidad, homosexuales y uniones homo-
borrador? Todo esto y otras muchas contradiccio- sexuales en el Derecho español", Comares, Grana-
nes, nos lleva a preguntamos ¿por qué merecen da, 1996.

32
Derecho de autodeterminación y ordenamiento
constitucional*
José Manuel BANDRES SANCHEZ-CRUZAT

El derecho a la libre determinación de los pueblos Resulta significativa, en este interés, la lectura del
es un derecho reconocido como tal en el Derecho artículo 1 de la Constitución francesa de 1958: "La
internacional convencional; y así aparece procla- República y los territorios de ultramar, que por un
mado en el artículo 1 del Pacto Internacional de De- acto de libre determinación adoptan la presente
rechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Constitución, instituyen una Comunidad ..."; y, en
artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civi- sentido negativo, del significado de integración y de
les y Políticos, como un derecho primario respecto unidad que representa la Constitución en un Estado
del reconocimiento de los demás derechos huma- democrático, el artículo 146 de la Constitución de la
nos. República Federal Alemana de 1949, la presente
Todos los pueblos tienen el derecho a la libre deter- ley fundamental perderá su vigencia el día en que
minación, en virtud del cual establecen libremente su entre en vigor una constitución que hubiere sido
condición política y proveen asimismo a su desarrollo adoptada en libre decisión por todo el pueblo ale-
económico social y cultural, proclaman, con la misma mán".
redacción, ambos textos internacionales aprobados El derecho a la libre determinación de los pueblos,
por la Asamblea General de las Naciones Unidas el16 en su vocación internacional, se encuentra garanti-
de diciembre de 1966, permitiendo vislumbrar los con- zado en la Constitución española de 1978.
fines de este derecho universal. El preámbulo de la Constitución permite com-
El derecho a autodeterminación de los pueblos prender la asunción expresa del Constituyente de
se aprecia configurado, aún no de modo pacífico, los principos de la Carta de las Naciones Unidas,
como un derecho de titularidad y ejercicio colec- como se advierte al proclamar la voluntad decidida
tivo -derecho de los puebos- más bien que de la nación española de "colaborar en el fortaleci-
como un derecho individual, ejercitable frente a miento de unas relaciones pacíficas y de eficaz co-
una clase determinada de estados -estados ca- operación entre todos los pueblos de la tierra", de
lificados como coloniales, racistas o extranje- donde se advierte que es contrario al espíritu fun-
ros- y objeto de garantía por la comunidad in- dacional de la Constitución que España ampare po-
ternacional, que implica lograr la consecución de líticas neocolonialistas o que sostenga situaciones
un nuevo destino político por una comunidad. de tutela jurídica, política y económica respecto de
El derecho a la libre determinación de los pueblos, otros pueblos.
negativamente, no puede invocarse cuando un Los artículos 96 y 10.2 de la Constitución permi-
pueblo vive, libre y voluntariamente, dentro de un ten considerar los Pactos internacionales de dere-
orden jurídico estatal, cuya integridad territorial sea chos civiles y políticos y de derechos económicos,
preceptible como real y no constituya una mera fic- sociales y culturales, como normas de Derecho in-
ción jurídica, porque este derecho no acoge un de- terno, una vez que han sido ratificados por España,
recho indiscriminado de secesión ni colisiona con el y como normas de interpretación privilegiada de los
principio de intangibilidad de fronteras. derechos y libertades reconocidos en la misma
En el derecho a la libre determinación de los pue- Constitución.
blos, subyace la idea de dominación, de someti- El derecho a la libre determinación de los pueblos
miento, de subyugación jurídica y política y econó- no aparece reconocido expresamente en su dimen-
mica de un pueblo a otro, como se aprecia en la sión interna en la Constitución española de 1978,
Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de aunque ello no compromete conclusiones definitvas,
14 de diciembre de 1960. porque otros derechos humanos -como el derecho
El reconocimiento de este derecho a la libre de- a la paz, o el derecho a la felicidad, o el derecho de
terminación de los pueblos en su proyección inter- resistencia, en algunas de sus manifestaciones-,
na, en el Derecho constitucional, en el Derecho pú- que son derechos invisibles en la literalidad de la
blico de un Estado, presenta dificultades, porque su Constitución, se encuentran sin embargo garantiza-
origen parece que es un derecho externo a las dos por la Norma fundamental.
constituciones, aun en los estados compuestos o El reconocimiento del derecho a la libre determi-
plurales, porque la aceptación de la misma Consti- nación en su dimensión interna aparece como una
tución sería en todo caso expresión del ejercicio de cuestión constitucional de perfiles controvertidos y
este derecho colectivo. polémicas, porque permitiría asegurar su disposi-
ción y ejercicio por los diferentes pueblos que con-
viven en España, imponiendo de tacto la quiebra del
• Texto escrito de la Conferencia pronunciada en Barcelona, pacto constitucional.
el19 de julio de 1997, en el Seminario sobre "El proceso de au-
todeterminación de los pueblos coloniales", en los Cursos de La Constitución no reconoce el derecho de sece-
Verano organizados por la Universidad de Barcelona. sión de las diferentes nacionalidades y regiones que

33
integran el Estado, porque la Constitución se fun- el respeto a la voluntad soberana del pueblo, en el
damenta en la indisoluble unidad de la nación es- respeto a los derechos individuales de los ciudada-
pañola, como afirma el artículo 2, y porque el territo- nos y en el respeto a las reglas jurídicas que impo-
rio que conforma España aparece como un ne la Constitución.
concepto petrificado en el momento de entrada en El mismo Pacto Constituyente es un pacto de
vigor de la Constitución. convivencia, de integración jurídica de los diferentes
La Constitución reconoce el derecho de autogo- pueblos que conviven en España y reposa en la
bierno de los diferentes pueblos de España, que afirmación y garantía de los derechos fundamenta-
pueden desarrollar la voluntad política de autode- les y las libertades públicas.
terminación en el seno de la misma Constitución, La Constitución, desde esta perspectiva, no impi-
mediante la constitución de comunidades autóno- de, tampoco, la asunción funcional del derecho a la
mas, dotadas de instancias representativas de go- libre autodeterminación de los pueblos de España
bierno con potestades legislativas y ejecutivas pro- expresada de forma pacífica y por los cauces de la
pias, pero no reconoce derechos de soberanía ni de Constitución, aunque no lo estimule ni fomente, pa-
libre determinación política a las diferentes comuni- ra no subvertir el mismo orden constitucional.
dades, ni el Estado español se posiciona en igual- La propia Constitución, contraria a su considera-
dad de derechos con las comunidades autónomas. ción de inmutable, contiene un procedimiento de
La Constitución garantiza elementos inherentes al reforma constitucional, que posibilita a las comuni-
principio de libre determinación, participa de la cul- dades autónomas expresar su voluntad de separa-
tura de respeto al derecho a la autodeterminación ción del Estado a través de un proceso complejo
de los pueblos, pero no garantiza el derecho a la que requiere el concurso de conformidad de los re-
desintegración. presentantes legítimos del pueblo interesado y de
El propio preámbulo constitucional resulta signifi- las Cortes Generales y de la expresión ratificadora
cativo cuando expresa que la nación española pro- de ese pueblo y del conjunto del pueblo español.
clama su voluntad de proteger a todos los pueblos Pero este mismo proceso tiene límites, porque no
de España en el ejercicio de los derechos humanos, se puede escindir el derecho a la libre determina-
sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones, ción de los pueblos del derecho del ciudadano al
de modo que la Constitución no alumbra un sistema disfrute de la democracia.
uniformizador de los regímenes jurídicos y políticos El derecho a la autodeterminación de los pueblos
de los diferentes pueblos que coexisten en España, no puede ser ejercitado lícitamente para imponer un
sino se asienta en el expreso reconocimiento de la gobierno despótico.
realidad plurinacional del Estado. El principio democrático constituye el envoltorio
En el propio articulado de la Constitución se en- necesario del ejercicio del derecho a la autodeter-
cuentran, sin embargo, límites al derecho a la diver- minación de los pueblos, porque el derecho a la
sidad de regímenes jurídicos de las diferentes co- democracia y el derecho a la libre determinación
munidades autónomas, que revisten un tinte son dos conceptos inescindibles.
uniformizador, que se observan, ad exemplun, La reciente experiencia de Yugoslavia demuestra
cuando se contrae la libre titularidad del territorio de las graves consecuencias contra la humanidad que
las comunidades autónomas -incompatibles con la provoca la disociación de estos derechos, cuando
noción de bienes de dominio público estatal-; o además determinadas élites se apoderan inmereci-
cuando se restringe la libre disposición de los re- da y arbitrariamente de la titularidad del derecho.
cursos económicos, al estar presidido el sistema Y el derecho a la libre determinación sólo puede
económico por los principios de solidaridad interre- ser ejercicio lícitamente sin recurrir a la violencia,
gional, de cooperación y de equilibrio territorial. sin recurrir a la fuerza.
El Estado se reserva en la Constitución fun- El derecho a la libre determinación de los pueblos
ciones y competencias inherentes a la sobera- es inescindible del derecho a la paz, porque no
nía -Defensa, Asuntos Exteriores, Justicia-; y puede nunca afianzarse en la exigencia del sacrifi-
las comunidades autónomas no se encuentran cio de vidas humanas; porque su ejercicio debe ser
capacitadas para determinar su estatuto inter- siempre no violento, pacífico, siendo responsabili-
nacional, de donde se destaca que estos ele- dad de la comunidad internacional asegurar el goce
mentos y contenidos inherentes al derecho a la de este derecho en el respeto a los principios de la
libre autodeterminación de los pueblos no se Carta, sin provocar, por su inacción, perjuicios
ofrecen de forma disgregada. exorbitantes e irreparables de la población, que le
El derecho a la libre autodeterminación de los hagan acreedora, injustamente, de la consideración
pueblos, en su consideración interna, no es pues un de víctima en su doble valencia.
derecho garantizado en la Constitución de forma El derecho a la libre determinación de los pueblos no
plena, ni consecuentemente puede ser tutelado in- puede ejercerse de forma trivial o abusiva, como ad-
mediata y directamente por los tribunales ordinarios vertía Antonio Cassesse (Self-Determination of peo-
o por el Tribunal Constitucional, sino en algunos de pIes. A legal reappraisal. Cambridge University Press,
sus elementos estructurales. 1995) consagrando un nuevo tribalismo, con la apari-
No se puede obviar que la Constitución española ción de microestados que no sean capaces de garanti-
de 1978 es una Constitución democrática y una zar los derechos humanos de los ciudadanos.
Constitución de Derecho, que se asienta como ejes Si el derecho de los pueblos a la libre deter-
vertebradores, que constituyen su fundamento, en minación, como advertía Gros Espíell, ha con s-

34
tituido un aporte más al respeto efectivo e inte- ble -añadimos nosotros- desnaturalizando su
gral de los derechos del hombre, al implicar el contenido liberalizador de los individuos y de los
fin de la dominación colonial y extranjera para pueblos, en contradicción con el respeto debido
muchos pueblos, no podemos hacer evolucionar a los derechos humanos, que constituye su
este derecho democrático de forma irresponsa- sustrato y fundamento último.

35
Problemas subsistentes en el derecho de familia
Joaquín BAYO DELGADO

El derecho de familia, y no sólo el derecho matri- está lejos de conseguirse: es posible una sentencia
monial, refleja de manera especial las concepciones de separación en primera instancia cuando ya se ha
sociales e ideológicas del legislador y es, por ello, interpuesto la demanda de divorcio. ¿Desaparece
un ámbito especialmente sensible a los cambios entonces la causa que ya existía? ¿cómo opera la
que la sociedad experimenta. Además es una par- litispendencia? ¿depende la existencia de causa del
cela jurídica, y sobre todo de actuación judicial, que normal o anormal funcionamiento de los juzgados?
atañe a todos los ciudadanos en igual medida y que etc. Por otra parte, parece lógico que la separación
representa, para muchos, la única ocasión de reci- de hecho de más de dos años, libremente consenti-
bir tutela judicial efectiva en un ámbito de enorme da (aunque la discusión ante los tribunales sea sólo
impacto personal. relativa a las medidas de separación) debe ser in-
Tras los 16 años transcurridos desde la vigencia dependiente de los avatares procesales del pleito
de la ley del divorcio, la situación del derecho de de separación. Podemos multiplicar las preguntas y
matrimonial deja mucho que desear, a la vista de la dudas. Lo malo del tema es que cada juzgado y ca-
experiencia acumulada y de los cambios sociales. da audiencia, según su particular visión, da una
Ha habido alguna proposición de ley de contenido respuesta distinta, y el ciudadano queda perplejo.
material (la del Grupo socialista de 1994) o de La doble fase también comporta graves proble-
cambio mínimo procesal (la del Grupo popular so- mas en cuanto a la interrelación de medidas de se-
bre el arto 1088 LEC). Actualmente el Borrador de paración y posterior divorcio. Dos son las concep-
nueva LEC, del Ministerio de Justicia, introduce ciones: la que parte de la visión de un íter continuo,
cambios sustanciales sobre el procedimiento, pero de manera que sólo la modificación posterior de cir-
no constan proyectos sobre el derecho material. cunstancias posibilita el cambio de medidas, de
Ambos aspectos deberían merecer atención del le- suerte que el pleito de divorcio no es más que el
gislador, pues la situación puede calificarse de caó- ejercicio de esa acción, más la de modificación de
tica. medidas, si es el caso. Esa es la tesis que reputo
La polémica que supuso la redacción del texto correcta. La otra concibe ambos pleitos como inde-
actual de los artículos 81 y siguientes del Código pendientes, y todo puede ser discutido desde cero.
Civil está francamente superada. La actual norma Especialmente grave es el efecto en la pensión
fue fruto de un compromiso con las tesis antidivor- compensatoria. Esa segunda tesis posibilita la peti-
cistas, que hoy, salvo a nivel de conciencia perso- ción de pensión compensatoria en divorcio aunque
nal, ha quedado desfasado en una sociedad plural. no existiera en la separación; incluso admite el au-
La doble fase, constituida por la previa separación mento de la fijada en separación. Todo ello va en
y el divorcio posterior es obsoleta y antieconómica. contra de la idea misma de compensación del de-
Es cierto que cabe acceder al divorcio tras una se- sequilibrio que la ruptura de la convivencia conlleva,
paración previa de hecho, pero eso es tanto como pero una dicción literal de la ley hace posible esa
pedir que una pareja permanezca en la inseguridad lectura, si no se hace un análisis más profundo de
jurídica durante largo tiempo para poder acceder la institución jurídica. Aquí también reina, pues, la
directamente al divorcio. La proposición de ley del inseguridad jurídica.
Grupo socialista (que en tema de medidas nada La otra gran característica de la regulación vi-
solucionaba y mucho complicaba) incluía la supre- gente, según su concepción de 1981, es la causa
sión de esa duplicidad, dejando la separación como culpabilística en la separación contenciosa. Es
alternativa a los objetores del divorcio. Pero entién- cierto que la jurisprudencia sensata ha introducido
dase que la objeción ha de ser compartida por am- una causa jurisprudencial, el mutuo disenso o la au-
bos cónyuges, pues nunca puede ser impuesta al sencia de affectio coniugalis. Pero no es menos
otro. cierto que todavía hay jurisprudencia abundante
La propia "doble fase" comporta problemas técni- que rechaza esa causa. El propio Código Civil parte
cos graves. Es bien sabido que la redacción de la de esa causa culpable (así en los arts. 834 y 1343),
ley de divorcio fue un proceso laborioso y polémico, igual que las legislaciones civiles autonómicas o fo-
fruto del cual tenemos un artículo 86 del Código Ci- rales, como la Compilación catalana y el Codi de
vil que es todo menos claro. La puesta en relación Successions, en materia de revocación de donacio-
de la causa 2!! con la 3!! de ese precepto lleva a nes y derechos legitimarios conyugales, e incluso
conclusiones harto curiosas. Si no hay sentencia en se fuerza el derecho procesal en el artículo 835 CC
primera instancia tras un año desde la interposición (y arts. 335 y 381.1 del Codi) y, pese a que la
de la demanda de separación, ya hay causa de di- muerte extingue las acciones de separación o di-
vorcio y cabe interponer la demanda de divorcio, vorcio, prevé la continuación del pleito a los solos
pero si ha habido sentencia y está apelada, no efectos sucesorios.
existe todavía causa de divorcio. La intención pare- Vinculado a lo anterior está la mezcla técnica-
ce ser la evitación de medidas contradictorias, tanto mente incorrecta que el artículo 81.1 del Código Ci-
personales como económicas, pero tal propósito vil hace de lo sustantivo y lo procesal, provocando

36
una lógica de "todo o nada". Debe preverse el caso valor, que debe adjudicarse, y acaba siéndolo por
más frecuente de coincidencia en el deseo de sepa- mitad. Otro aspecto es el automatismo de atribu-
ración (y, en la regulación futura, esperemos que de ción, según el artículo 96 del Código Civil, a los
divorcio directo) pero discrepancia en las medidas. hijos y al progenitor en cuya compañía queden, lo
No acaban ahí los problemas. Destacaré algunos cual no siempre responde a la lógica del caso.
más. El artículo 91 CC, con su dicción poco técnica Piénsese en el piso donde se ejerce una profesión
("cargas del matrimonio") da pie a una práctica con- liberal, u otros supuestos. La otra rigidez de ese ar-
servadora que fija pensiones alimenticias entre tículo también es motivo de injusticias legales: la
cónyuges separados (ihay que potenciar la subsis- limitación temporal de la atribución al no titular del
tencia del vínculo!) en contra del principio de aplica- domicilio si no hay hijos, cuando el beneficiario es la
ción de la ley especial -el arto 97 CC- en lugar parte débil de la pareja y sus posibilidades de auto-
de la general -arto 143.1 CC-, en contra de la suficiencia económica son nulas por edad, forma-
propia intención del artículo 91 CC, donde se habla ción o salud.
de "artículos siguientes" (y el arto 143 viene tras to- El legislador estatal español, al legislar en materia
do el título V), contra la ruptura de la solidaridad de medidas consecuentes a la separación, divorcio
matrimonial (cfr. arto 95.1 CC). El triste efecto de o nulidad, continúa olvidando que el régimen eco-
esa interpretación es que la lógica social no entien- nómico matrimonial, base esencial de la que hay
de, y no puede entender, cómo una pensión tal no que partir, es distinto según la ley aplicable, común,
se extingue pese a la convivencia con otra persona, autonómica o foral, y no es lo mismo para regular
en tanto otra pensión, la compensatoria, sí se extin- las pensiones, la atribución de uso del domicilio,
gue, pues le es aplicable el artículo 101 CC. El ab- etc., un régimen comunitario o de separación de
surdo llega al límite cuando la mala técnica legal (y bienes, ni entre los comunitarios hay equivalencia.
hermenéutica) hace posible la acumulación de una Siempre parte del ganancial (arts. 95 y 102 CC,
pensión alimenticia y otra compensatoria para el disp. ad. 9ª.2 Ley 30/1981, etc.) y, aún para éste, no
cónyuge separado. ha resuelto el crucial problema del lapso de tiempo
El artículo 93 es otra fuente de innumerables pro- entre la separación provisional y la definitiva (a ve-
blemas, sobre todo tras la introducción de su pá- ces, varios años) en cuanto a la necesidad de sus-
rrafo segundo en 1990. Es cierto que existe una pensión del régimen para evitar abusos y situacio-
realidad social que hace que los hijos mayores de nes materialmente injustas.
edad permanezcan en el domicilio familiar bastan- Procesal mente el panorama es desolador. Los
tes años tras alcanzar la mayoría de edad y que parches de las disposiciones adicionales de la Ley
dependan económicamente de los padres. Y esa 30/1981 son, además de parches, malos. Basten
realidad debe ser tenida en cuenta en los pleitos algunas muestras. La adicional 4ª.1. deja en el aire
matrimoniales para evitar reclamaciones inconexas. el procedimiento y la exigencia o no de urgencia pa-
Pero el legislador no dio muestras de buen hacer en ra las medidas previas. La 4ª.2 deja subsistente la
la redacción de ese segundo párrafo. Es todo me- estrambótica oposición al auto de medidas (solo
nos claro y sus distintas interpretaciones llevan a comprensible cuando la acción principal de separa-
litisconsorcios de los hijos en el pleito matrimonial ción era competencia eclesiástica), en lugar de es-
de los padres, a problemas de legitimación de los tablecer apelación en un efecto. La 5ª.e. dice lo ob-
padres en la ejecución de las prestaciones econó- vio, por general, que no puede haber reconvención
micas para los hijos, etc. La tesis que parece impo- heterogénea (art. 154.3º LEC), Y omite la especial,
nerse, tras años de dudas, es la de que tanto el que es necesario pedir reconvencionalmente las
primer párrafo como el segundo introducen no una medidas sujetas al principio dispositivo para no
pensión para los hijos sino una contribución alimen- causar indefensión a la otra parte, y lo conveniente,
ticia entre padres para, entre ambos, cumplir el de- que la reconvención sólo pueda ser expresa. La
ber alimenticio para con los hijos. Eso resuelve 5ª.j. excluye el recurso de casación, lo cual ha ge-
muchos problemas, pero no todos. Queda por ver nerado una interpretación dispar de la legalidad por
qué ocurre si el hijo mayor de edad reclama ali- las AP, no remediada por la falta de diligencia del
mentos por sí mismo también al progenitor con el Ministerio Fiscal en el ejercicio del recurso de casa-
que no convive y otras posibles actitudes del hijo ción en interés de ley. La ubicación del punto 8 en
que pueden interferir en la contribución alimenticia la disposición 6ª puede llevar a interpretaciones pe-
conjunta a cargo de los padres. regrinas. El propio procedimiento "incidental" no
La atribución del uso exclusivo del domicilio fami- permite la concentración y, por si fuera poco, el pla-
liar es también fuente de problemas. Parece supe- zo común para proponer y practicar prueba impide
rada la discusión sobre su naturaleza jurídica y su señalamientos coordinados para que el juez vea to-
inscribibilidad registral, pero la interrelación con la do en un día o días seguidos, etc.
acción de división de la cosa común, cuando el do- La regulación procesal de la liquidación de los ga-
micilio pertenece proindiviso a los cónjuges o ex- nanciales, y por supletoriedad de los demás regí-
cónjuges, dista mucho de ser pacífica. En ciertas menes comunitarios, va a la zaga del derecho con-
comunidades con régimen económico matrimonial cursal en normativa caótica. La problemática de la
de separación de bienes es un auténtico problema, división de la cosa común entre ex-cónyuges o cón-
pero también lo es en el régimen de gananciales, yuges separados no tenido atención alguna del le-
tras la liquidación y adjudicación de bienes, pues a gislador. Tampoco la ha tenido la ejecución en
menudo el domicilio es el único bien, o el de mayor materia matrimonial, con problemas tales como la

37
liquidación de las deudas por pensiones, las oposi- mente) de atribución del uso del domicilio familiar,
ciones a la ejecución, etc. Igual suerte corren las pero los cauces procesales en las disputas sobre
medidas cautelares en los casos de modificación de patria potestad, guarda y custodia y alimentos son
medidas de separación o divorcio y la exclusión de discriminatorios. Algunas audiencias, como la de
la ejecución provisional olvida la necesidad de eje- Madrid, admiten la equiparación procesal con los
cutar en cualquier caso las medidas económicas pleitos matrimoniales (salvo obviamente la acción
(excluidas las liquidatorias) y personales, pues re- de separación o divorcio) pero otras muchas aplican
sulta absurdo que un juez deba ejecutar unas medi- criterios distintos, frecuentemente lesivos para los
das (provisionales, de separación previa al divorcio) hijos extramatrimoniales en cuanto a coste y dura-
que él mismo ha considerado inadecuadas por ción. Piénsese en un juicio de menor cuantía en
cambio sustancial de circunstancias. El caso más comparación con el incidental matrimonial y la au-
típico es una pensión elevadísisma a cargo del cón- sencia de medidas provisionales. Esto último se ha
yuge que ahora está en el paro. solucionado por aplicación del artículo 158 del Có-
Algunos de estos defectos y omisiones se reiteran digo Civil, pero no el proceso principal. Incluso se
en el Borrador de nueva LEC. Así ocurre con lo di- ha llegado a exigir un declarativo de menor cuantía
cho sobre la reconvención, las medidas previas, las con admisión de hechos y peticiones en contesta-
medidas provisionales en pleitos de modificación de ción (para evitar la figura del allanamiento) en los
medidas definitivas, la regulación de la liquidación mutuos acuerdos sobre hijos extramatrimoniales, en
del régimen económico matrimonial, etc. Por contra, lugar de aplicar lisa y llanamente el artículo 1811
además de la opción por el juicio verbal con con- LEC, pues estamos en un supuesto de necesidad o
testación escrita, el borrador prevé otros aspectos conveniencia de resolución judicial sin empeño de
de forma positiva: la apelación del auto de medidas contienda; ni siquiera es necesario ir a la disp. tr.
provisionales en un solo efecto (aunque no con la 10ª de la Ley 11/1981, porque no hay controversia
claridad deseable), la ejecución de las medidas pe- alguna. Esa inseguridad procesal, dependiente, de
se a la apelación (pero olvida excluir la liquidación nuevo, del específico juzgado o audiencia, ha de
del régimen), la investigación de oficio en el propio resolverse. El Borrador de LEC no aborda el tema e
período de prueba, sin esperar a las diligencias pa- ignora paladinamente a los hijos extramatrimonia-
ra mejor proveer, etc. les. Prevé el juicio verbal para los alimentos, pero
No menos urgente es la atención que el legislador la acción sobre ejercicio o atribución de patria po-
debe parar a las parejas de hecho. Por una parte testad o guarda, al ser de cuantía indeterminada y
las parejas heterosexuales se enfrentan a proble- no tener cauce propio, iría al juicio ordinario, en
mas tanto en la ruptura como por la defunción de tanto que los matrimoniales son verbales, como
uno de ellos. No se trata de configurar un matrimo- hemos dicho. Además, el criterio de la ejecución de
nio de segunda clase, sino de resolver equitativa- medidas matrimoniales no sería aquí aplicable y
mente situaciones que la sociedad ha aceptado habría que acudir a la ejecución provisional, con
plenamente. Muchas parejas de hecho se constitu- posibilidad de oposición, etc. Al no ser procesos
yen no por un acto consciente de voluntad de am- especiales, no se incluyen los principios de investi-
bos sino por la cotidianidad, a veces por la renuen- gación de oficio y exclusión de la publicidad. Todo
cia de uno de ellos a contraer matrimonio y por la ello es una clara discriminación de los hijos extra-
imposibilidad, dados los plazos legales (y la lentitud matrimoniales.
de los procesos judiciales) para el divorcio. No pue- El propio reconocimiento de la filiación biológica
de imputarse entonces exclusión voluntaria del presenta alguna laguna legal. Con frecuencia se
matrimonio. Los proyectos de ley no parecen solu- produce el reconocimiento de favor de la paterni-
cionar esos temas. dad. Sobre todo en supuestos de actuación de la
La situación de las parejas homosexuales es to- administración competente en materia de protección
davía más evidente, privados como están de acce- de menores, se dan casos de reconocimiento de
der al matrimonio en su configuración legal tradicio- paternidad para intentar dar una apariencia de es-
nal. Si otras situaciones de solidaridad convivencial tructura familiar y medios económicos. La legalidad
merecen regulación y respeto, también ésta lo me- civil estatal no prevé la necesidad de aprobación
rece en igual medida, so pena de vulnerar el princi- judicial del reconocimiento hecho fuera del plazo de
pio de igualdad constitucional. Incluso se niega su inscripción del nacimiento. La ley catalana lo prevé,
condición de unidad familiar, y se pretende incluirla en función del interés del menor, aunque la inercia
entre otras relaciones de auxilio interpersonal sin hace que pocos registros civiles lo apliquen. Sería
afecto ni relación sexual. El argumento es que no bueno generalizar la norma.
puede haber hijos, lo cual a su vez se debe a la ne- La realidad social cambiante ha puesto cada vez
gativa legal de la posibilidad de adopción. Petitio más en entredicho el plazo de caducidad de la ac-
principii. ción de impugnación de maternidad matrimonial,
El derecho de filiación también está aquejado de previsto en el artículo 136 del Código Civil: un año
lagunas y defectos. La no discriminación de los hi- desde la inscripción o desde el conocimiento del
jos matrimoniales y extramatrimoniales es un princi- nacimiento del hijo matrimonial. El problema no es
pio constitucional no desarrollado plenamente en la el plazo en sí sino el dies a qua, pues un segundo
práctica, especialmente en el derecho procesal. La matrimonio o relación de pareja puede descubrir la
situación en el derecho sustantivo es aceptable, infertilidad del marido, que tiene hijos con su prime-
aunque urge la previsión (creada jurisprudencial- ra esposa. El Tribunal Constitucional tiene admiti-

38
das a trámites dos cuestiones de inconstitucionali- las familias que se oponen a las resoluciones admi-
dad sobre ese punto, una sobre el artículo 136 y nistrativas de protección a desplazarse a la capital.
otra sobre el equivalente catalán, aunque en este Si a ello añadimos la normal carencia de recursos y
caso el proyecto de Codi de Família rectifica la ley de conocimientos de las familias biológicas de los
de filiación en el aspecto cuestionado e introduce el menores desamparados, el resultado es la escasa
cómputo del plazo desde el conocimiento de los in- accesibilidad a la revisión judicial.
dicios de no paternidad biológica. Las resoluciones adminsitrativas acostumbran a
La filiación adoptiva también plantea diversos adolecer de clara expresión de hechos y funda-
problemas, sobre todo en la adopción internacional, mentos legales, sobre todo de hechos, ocasionando
pues el nuevo párrafo quinto del artículo 9.5 del Có- así una clara indefensión a los padres biológicos.
digo Civil, introducido por la L.O. 1/1996 ha consa- Que la jurisdicción sea la civil no implica que no de-
grado el integrismo jurídico, como explicamos Pas- ba aplicar la normativa administrativa general y muy
cual Ortuño y yo en el artículo publicado con ese específicamente la de resoluciones limitativas de
título en esta misma revista (nº 27). Básicamente derechos, puesto que las de protección lo son cla-
decíamos allí que la absoluta exigencia de equiva- ramente. Pero la legislación específica debería re-
lencia de la figura adoptiva constituida en el extran- coger expresamente esas exigencias y no lo hace.
jero con nuestra adopción plena hace muchas ve- La ausencia de plazos es otro motivo de dis-
ces casi imposible su homologación en España. La función e inseguridad jurídica, tanto para la familia
otra clave del tema es el certificado de idoneidad, biológica como para los acogedores. Con frecuen-
que las administraciones competentes (las comuni- cia se plantea la oposición a la declaración de de-
dades autónomas) pretenden utilizar para fines dis- samparo cuando la administración inicia el trámite
tintos a su esencia. El certificado de idoneidad sim- de acogimiento familiar, pues antes el menor ha
plemente declara que una determinada persona o estado en un centro. Debería haber un plazo pre-
pareja es adecuada para la adopción de un niño. De c1usivo tras la declaración de desamparo, salvo
ahí se pasa a la limitación a un niño de un país de- cambio sustancial de circunstancias, y otro plazo
terminado, a la denegación de la idoneidad a poste- preclusivo tras la resolución de acogimiento familiar.
riori por sospecha de irregularidad en la constitución Inversamente, también es imprescindible que la re-
de la adopción en el extranjero, etc. Por si eso fue- visión judicial de una etapa imposibilite que la admi-
ra poco, recientemente el Ministerio de Asuntos nistración avance hacia la siguiente, evitando así
Exteriores ha venido a coadyuvar a la creación de los hechos consumados. Desde la perspectiva pro-
situaciones de verdadero desamparo jurídico de cesal, hay que señalar que la Ley Orgánica 1/1996,
menores a causa de su adopción internacional. Y lo de Protección Jurídica del Menor ha consagrado la
ha hecho mediante la conversión del visado de en- jurisdicción voluntaria para los contenciosos en esta
trada en España en un pre-requisito definitivo que materia. La disposición adicional primera de la LO,
discrecional mente otorga según su propia califica- en sus puntos 2º y 3º (que tiene carácter de ley or-
ción jurídica de la adopción constituida en el ex- dinaria, disp. final 23ª), prevé la jurisdicción volunta-
tranjero. Si considera que la adopción no es inscri- ria para materias verdaderamente contenciosas,
bible en España no deja entrar al menor. Poco forzando instituciones contra naturam. No se trata
importa que el menor ya sea hijo de españoles en de medidas cautelares (punto 1º, referido al arto 158
su propio país de origen y que los españoles no CC) sino del cauce de impugnación. Para mayor
puedan "devolver" al menor so pena de abandono y dilación y complejidad deja a salvo "el ejercicio de
desamparado de menores. La explicación dada es las acciones en la vía judicial ordinaria"; de hecho,
que así se protege a esos españoles. Bonita pro- con la mala técnica a que nos tiene acostumbrados
tección esa, tanto a ellos como a su nuevo hijo. el legislador, quiere decir "sin perjuicio del declarati-
El X Congreso de Jueces para la Democracia, en vo ordinario". En realidad se quieren aplicar los
Zaragoza, ya se pronunció sobre la protección de principios de actuación e investigación de oficio y
menores, aprobando la ponencia de la Comisión de para ello se acude a la jurisdicción voluntaria, per-
Derecho del Menor (La Administración y la Justicia diendo por el camino los demás principios de ga-
de menores) y mi comunicación (Control judicial de rantía y sin lograr mayor celeridad, como demuestra
la Administración protectora de menores). A ellas la práctica cotidiana. El Borrador de LEC, ante ese
me remito, pero vale la pena recordar y añadir algu- mismo problema en los procesos especiales, opta
nos aspectos. La atribución competencial de la revi- por la solución técnicamente más correcta de sim-
sión judicial en esta materia corresponde a la juris- plemente decir que son aplicables esos principios al
dicción civil, pero goza de un fuero territorial proceso. Pero no resuelve el problema en materia
especial, según el artículo 63.16 de la Ley de Enjui- de protección de menores y adopción, porque no
ciamiento Civil, en función de la ubicación de sus incluye la materia entre los procesos especiales y
servicios administrativos; en la práctica conocen los deja en vigor la jurisdicción voluntaria actual, hasta
juzgados de capital de provincia, lo cual impone a una futura Ley sobre Jurisdicción Voluntaria.

39
ESTUDIOS

Derechos (no tan) humanos


Bartolomé CLAVERO

Los derechos humanos en cuanto que canon ron, Naciones Unidas presentan desde su origen
normativo no meramente postulado, más virtual- una importante novedad, precisamente la del pre-
mente positivo, son a nuestras alturas constitutivos dicamento y el compromiso de los derechos hu-
del ordenamiento internacional o supraestatal más manos. Así quieren representar algo más. Preten-
sustantivo gracias al predicamento incuestionable y den responder no sólo a interés, sino también e
a la autoridad creciente de Naciones Unidas que los incluso antes a derecho. Y vendrán a tomárselo en
han acabado adoptando no sólo como cobertura serio. Aquí, en esto último, en la seriedad de no
ideológica, sino también como compromiso efectivo. quedarse en el predicado de principios, radica la
Me permito hacer de abogado del diablo, pero no a originalidad respecto a los ensayos anteriores.
la contra, sino conforme a la misma revisión que Basta con que comencemos a leer la Carta de las
está produciéndose en el propio seno de Naciones Naciones Unidas, su especie de Constitución, de
Unidas. Pretendo considerar un replanteamiento de 1945, para encontramos enseguida con el plan-
los derechos humanos a la luz de los derechos hu- teamiento:
manos que no suele estar todavía a la vista ni de
quienes pugnan por la eficacia de los mismos. No Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas,
es un juego de palabras. Y comienzo además por resueltos (....) a reafirmar la fe en los derechos
una absoluta trivialidad por la sencilla razón de que, fundamentales del hombre, en la dignidad y valor
constituyendo el factor que genera desde un inicio de la persona humana, en la igualdad de dere-
unos problemas, tampoco suele a mi entender te- chos de hombres y de mujeres (...).
nerse debidamente en cuenta. Toca a Naciones
Unidas, siempre a ellas. He ahí un derecho, el derecho de unos derechos
Comencemos identificándolas. Se trata de Nacio- del individuo, de toda persona humana, sin discri-
nes Unidas, esto es, de Estados Unidos. Son ellos. minación alguna como ya se registra de entrada
No es ningún chiste con maldita la gracia. Es una ante todo para el sexo. Obsérvese también que se
asociación constituida y compuesta por esos sujetos dice pueblos como se dice Naciones entendiéndose
políticos que llamamos Estados. Tal cosa, Estados, siempre Estados. Pueblo es también un concepto
es lo que significa Naciones en el nombre colectivo o mucho más rico que el de Estado, lo que no impide
razón social. Naciones Unidas se fundaron por parte que Naciones Unidas comience n sentando o dando
de algo menos de una cincuentena de Estados hace por sentada la ecuación: Pueblo es Nación, Nación
algo más de medio siglo, a mediados de los años es Estado, Estado es Pueblo. He aquí la trinidad
cuarenta. Arranquemos también con una malicia: na- progenitora. No hay otra de momento para el orden
die se asocia si no es por su propio interés, beneficio internacional o supraestatal fundado por Naciones
y provecho. Naciones Unidas nacen y crecen como Unidas para su derecho de derechos. Son cosas
un club de Estados, hoy rondando los doscientos. Ha que, por muy triviales o también incluso maliciosas
habido un incremento notable de miembros, por que parezcan, conviene ir recordando y reteniendo
efecto sobre todo de la descolonización, pero no se desde un comienzo para precaver equívocos no
ha producido con ello ningún cambio sustancial en siempre inocentes respecto a estos mismos funda-
las condiciones para afiliarse. Hay que ser Estado. mentos. Son aclaraciones precisas para que no ha-
Estados son las entidades que se asocian en Nacio- ya malentendidos en la inteligencia de la misma
nes Unidas. Como nación es un término más rico, prosecución de dicha suerte de Constitución inter-
con la significación básica de comunidad humana de nacional, la Carta de Naciones Unidas:
cultura con independencia de su condición política, y
como tendremos que considerar otros sentidos, co- Capítulo 1.- Propósitos y principios.
mencemos por la advertencia tan trivial como mali-
ciosa. Estados, y no exactamente Naciones, son las Artículo 1. Los propósitos de las Naciones Uni-
Naciones Unidas. das son: (...) 2. Fomentar entre las Naciones rela-
Nadie se asocia, y menos que nadie los Esta- ciones de amistad basadas en el respeto al prin-
dos, si no es por su propio interés, beneficio y pro- cipio de la igualdad de derechos y al de la libre
vecho. Mas respecto a otros intentos anteriores de determinación de los pueblos.
asociación multilateral de Estados que los ha ha-
bido, mas que nunca superaron dicho carácter de También así se habla de derechos de otros suje-
club o que ni siquiera seriamente se lo propusie- tos, de los pueblos y no sólo de los individuos, con

41
dicho primero de la libre determinación, pero no ol- Art. 26.1. Toda persona tiene derecho a la edu-
videmos la ecuación. Tales pueblos con derechos, cación.
tales sujetos colectivos, son las Naciones que Art. 27.1. Toda persona tiene derecho a tomar
constituyen Estados y no otros pueblos ni otras na- parte libremente en la vida cultural (...).
ciones ningunos ni ningunas por mucho que cultural
y socialmente puedan serio. Conviene andar desde Porque sean significativos, no son ejemplos re-
el comienzo sobre aviso porque en la misma Carta presentativos. Quiero decir que lo que nos revelen
de Naciones Unidas figuran luego capítulos, como no vale para todos los derechos declarados. No se-
el undécimo de Declaración relativa a los territorios rá así de aplicación a algún derecho que se registra
no autónomos o el siguiente de Régimen interna- previamente: Todo individuo tiene derecho a la vida,
cional de administración fiduciaria, cuyos eufemis- también por ejemplo (art. 3). Pero ya que estamos
mos no deben despistamos. Con ellos comparece con advertencias, advirtamos también que los esta-
sencillamente el colonialismo y lo hace como una dos se tomaron más en serio un derecho como el
situación en el fondo tan aceptable y ordinaria que de la nacionalidad que el primario a la vida. Tenían
plantea al orden internacional agenda inmediata, no interés por determinar quienes estaban bajo su po-
de superamiento y extinción, sino de orden y disci- der para proceder a conscripción militar o para apli-
plinamiento. Ahí una parte de la humanidad, la ma- car penas de prisión o de muerte. No trazo rasgos
yoritaria entonces, ya no aparece en calidad de su- más agraciados del rostro del Estado porque no
jetos de derechos, de pueblos que lo sean, sino suelen ofrecerlos o no los ofrecían al menos enton-
como objeto de protección y promoción por gracia ces de cara a la mayoría de la humanidad, y porque
de la otra parte, la formada por Estados separados aquí además nos interesan los que afectaban y
y Naciones unidas. Naciones Unidas puede decirse afectan a los derechos más primarios.
sin exageración que se fundan entonces como club Hechas las oportunas advertencias, vayamos a
colonial de estados para disciplina de lo propio por los ejemplos, los de la nacionalidad, la educación
principio de derechos individuales y dominio de lo y la cultura concebidas y declaradas precisamente
ajeno bajo dicho mismo predicamento. como derechos. ¿Qué tal los mismos? Resultan
Pero decimos que se toman en serio los derechos tan estupendos en sí como problemáticos en el
y unos derechos individuales. He aquí la novedad y contexto, en el propio texto. No se olvide que son
así la diferencia. En un tiempo relativamente corto, derechos proclamados por y a cargo de los esta-
para 1948, Naciones Unidas tienen lista y proceden dos. Para quienes se identifiquen con el pueblo o
a la Declaración Universal de Derechos Humanos. la nación del caso, para cuantos y cuantas perte-
Es como otra parte, y la parte principal, de dicha nezcan a la respectiva cultura representada por el
especie de Constitución internacional. Ya está com- Estado, tales derechos no plantean en sí proble-
pleta con su sección orgánica, la Carta, y con la ju- ma, sino todo lo contrario. Son una bendición. Su
rídica, la de derechos, la Declaración. He ahí inter- declaración puede implicar respaldo y capacitación
nacionalmente declarados unos individuales, los de libertad de cara al propio Estado y a cargo
que se entienden básicos para toda persona huma- efectivamente suyo.
na, hombre o mujer, y sin ningún otro tipo tampoco Pero ¿qué pasa con aquella parte entonces ma-
de discriminaciones: yoritaria de la humanidad situada en otras condicio-
nes? No hace falta que lo imaginemos, pues está la
Art. 2.1. Toda persona tiene todos los derechos historia para ilustramos. Unos Estados se encontra-
y libertades proclamados con esta Declaración sin ron acrecentadamente legitimados por tales dere-
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, re- chos humanos para imponer su nacionalidad, ha-
ligión, opinión política o de cualquier otra índole, ciéndose con territorios y recursos tanto materiales
origen nacional o social, posición económica, na- como humanos, y obligar a su educación, intentan-
cimiento o cualquier otra condición. do el doblegamiento, a poblaciones que no venían
identificándose con ellos, pues comenzaban por no
El individuo es así el sujeto jurídico, de derechos, participar de su cultura. El artículo vigésimo sexto
como el Estado es el sujeto político, de poderes, para no deja de añadir como derecho el de la instrucción
Naciones Unidas, para el orden internacional que re- obligatoria. Es todo esto historia que viene de atrás.
presentan. ¿Cómo se compagina lo uno con lo otro? Hay que recordarla a una parte de la humanidad,
Según la Declaración, conforme a su propio tenor, mas no a otra, a la mayoritaria que ha sufrido o aún
bien para unos y unas, no tan bien para otros y otras, sufre colonialismo. Los derechos humanos de unos
bien para los ciudadanos y ciudadanas de estados y unas han podido y pueden ser las condiciones
que son Pueblos y son Naciones por propio predica- inhumanas de otros y otras.
mento, no tan bien o incluso mal para todo un resto. Naciones Unidas no eran tan ciegas desde un ini-
Pongo un par de ejemplos, los que creo más signifi- cio como para ignorar completamente dichas condi-
cativos, para que podamos ir apreciándolo: el dere- ciones adversas. De hecho he extirpado algunas
cho humano a la nacionalidad y los derechos huma- partes de dichos artículos que acusan cierta con-
nos a la educación y a la cultura. Están proclamados ciencia, tampoco mucha. No sólo se añade lo de la
desde luego por la Declaración Universaf. instrucción obligatoria. Hay más cosas. He aquí pa-
ra que pueda apreciarse, si no enteros todos, me-
Art. 15.1. Toda persona tiene derecho a una na- nos interruptos los más expresivos, los que se refie-
cionalidad. ren a educación y a cultura:

42
Art. 26.1. Toda persona tiene derecho a la edu- Art. 2.2.- Además, no se hará distinción alguna
cación (oo.). 2. La educación tendrá por objeto el fundada en la condición política, jurídica o inter-
pleno desarrollo de la personalidad humana y el nacional del país o territorio de cuya jurisdicción
fortalecimiento del respeto a los derechos huma- dependa una persona, tanto si se trata de un país
nos y a las libertades fundamentales; favorecerá independiente, como de un territorio bajo admi-
la comprensión, la tolerancia y la amistad entre nistración fiduciaria, no autónomo o sometido a
todas las naciones y todos los grupos étnicos o cualquier otra limitación de soberanía.
religiosos (oo.).
Art. 27.1. Toda persona tiene derecho a tomar Por mucho que nos andemos con eufemismos, no
parte libremente en la vida cultural de la comuni- deja de asomar y pesar una realidad tan adversa
dad, a gozar de las artes y a participar en el pro- para los derechos como la colonial. Ante ella, lo que
greso científico y en los beneficios que de él re- se intenta es la cuadratura del círculo de afirmar el
sulten. 2. Toda persona tiene derecho a la derecho individual en el seno de la sujeción colecti-
protección de los intereses morales y materiales va. Sin un imperativo de descolonización seria-
que le correspondan por razón de las produccio- mente a la vista, no parece caber otra fórmula que
nes científicas, literarias o artísticas de que sea esa tan imposible. La perspectiva de Naciones Uni-
autora. das era la sencillamente colonial de que una parte
mayoritaria de la humanidad necesitaba la tutela de
No puede decirse que no haya constancia de la minoritaria para que, inculturación mediante, pu-
unas condiciones menos favorables a la efectivi- diera acceder a la condición de pueblo, al derecho a
dad de unos derechos. Se registra ahora la exis- ser Nación y así constituir Estado. Mientras tanto,
tencia no sólo de naciones, sino también de gru- no hay otra. Contra toda evidencia humana, se pre-
pos étnicos o religiosos, grupos que pueden sume que los derechos humanos de individuos ca-
significarse por no contar con estados propios al ben bajo el colonialismo de Estados o que incluso,
entenderse que no constituyen naciones, grupos para una mayoría de la humanidad, lo segundo le
cuya existencia ha de tenerse así en cuenta, pero priva a lo primero. La dominación colonial le vendría
no para tomarse en consideración unos posibles bien a la libertad individual.
derechos específicos o cualificados de sus miem-
bros y menos de la propia colectividad, sino para
encomendarse al Estado, precisamente a éste, un
especial cuidado.
*
Para el aspecto más neurálgico de la cultura, la No puede decirse que, aun con descolonización y
referencia es a la comunidad, pero a una comuni- todo, la perspectiva de Naciones Unidas respecto
dad igualmente inespecífica y así identificable con estrictamente a derechos humanos haya cambiado.
el propio Estado. Y lo que viene a continuación en Los instrumentos que desarrollan la Declaración
el artículo sobre el derecho a la cultura, el vigésimo Universal, unos desenvolvimientos podrían decirse
séptimo citado, es, como puede verse, el concepto que reglamentarios de esa suerte internacional de
a la vez más universalista, en cuanto a su ámbito, y Constitución, no traen ninguna enmienda sustancial
más individualista, en cuanto a su sujeto, de la pro- de conceptos. En 1996, la Convención de Derechos
pia cultura, no dejándose espacio para las culturas Civiles y Políticos y la paralela de Derechos Eco-
más plurales con las que las personas se identifican nómicos, Sociales y Culturales abundan bastante y
porque en ellas no sólo se socializan, sino que tam- puntualizan más. Ambas convenciones se presen-
bién incluso resulta que se individualizan. Esto lo tan separadas porque la primera, y no la segunda,
reconoce y proclama la propia Declaración Univer- ofrece la posibilidad de un control jurisdiccional, pe-
sat. ro aquí no voy a entrar en cuestiones de eficacia.
Me limito a las de concepción que me parecen pri-
Art. 29.1. Toda persona tiene deberes respecto marias. Veamos pronunciamientos de estos pactos
a la comunidad puesto que sólo en ella puede de- o convenciones que interesan al respecto. Helos
sarrollar libre y plenamente su personalidad. aquí de los respectivos artículos decimoquinto de la
Convención de Derechos Económicos, Sociales y
Bien que lo hace a su modo, pues con todo re- Culturales y vigésimo séptimo de la de Derechos
sulta que, permítaseme la retahíla, Pueblo es Na- Civiles y Políticos:
ción, Nación es Estado, Estado es Pueblo, Pueblo
es Comunidad, Comunidad es Estado. Pese a tan- Art. 15.1. Los Estados Partes en el presente
tas comunidades humanas que no son Estados po- Pacto reconocen el derecho a toda persona a: a)
líticos y en las que se individual izan y socializan no participar en la vida cultural; b) gozar de los bene-
menos o incluso más las personas, no cabe otra ficios del progreso científico y de sus aplicacio-
inteligencia para la Declaración Universal. No ad- nes; c) beneficiarse de la aplicación de los intere-
mite para el mismo derecho otra razón que una de sases morales y materiales que la correspondan
Estado. Pero hay problemas y constan. Los hay por por razón de las producciones científicas, litera-
algo que la misma Declaración no ignora, pues ya rias y artísticas de que sea autora.
está en la Carta. Tampoco he registrado el pará- Art. 27. En los Estados en que existan minorías
grafo que sigue al principio categórico también visto étnicas, religiosas o IingOísticas, no se negará a
de la no discriminación: las personas que pertenezcan a dichas minorías

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el derecho que les corresponde, en común con virtualidad no esperó para realizarse al permiso de
los demás miembros de su grupo, a tener su pro- las Naciones Unidas. Sin su venia, la descoloniza-
pia vida cultural, a profesar y practicar la propia ción se desencadena desde los mismos años cin-
religión y a emplear su propio idioma. cuenta invocándose incluso un principio constitutivo
de dicha organización internacional, el de libre de-
Puntualización puede ser no sólo lo que se dice, si- terminación de los pueblos que hemos visto en su
no también lo que se calla. Puede serio, para preca- Carta fundacional.
ver equívocos a estas alturas, el olvido de la referen- En 1960 las mismas Naciones Unidas recapacitan
cia de cultura a comunidad en la especificación del y se proponen disciplinar, no ya el colonialismo, si-
derecho particularmente tal, abundándose con el no la descolonización. Dicho año no sólo proclaman
concepto complementariamente universalista e indi- formalmente, mediante su Declaración sobre la
vidualista de la cultura misma, pero todo esto parece, Concesión de Independencia a los Países y Pue-
digo parece, venir compensado y además con creces blos Coloniales, tal derecho de sujeto colectivo, sino
por las puntualizaciones que trae a su vez la conside- que además lo conceptúan expresamente como de-
ración entre los derechos civiles y políticos de la recho humano, considerando ahora justamente que
misma cultura. Ahora se tiene en cuenta la existencia el colonialismo es incompatible con los mismos de-
de minorías étnicas, religiosas o IingDísticas cualifi- rechos de sujeto individual, con los derechos hu-
cando el propio derecho. Se atiende a la cultura pro- manos primarios sin más. Así se suma definitiva-
pia, a la vida cultural de la propia comunidad, y no mente a la categoría uno colectivo. He aquí el
sólo a la del Estado o a alguna de la humanidad. Mas arranque de dicha declaración:
es la persona y sólo ella quien cuenta con el derecho.
La minoría solamente constituye condición y define Art. 1. La sujeción de pueblos a una subyuga-
ámbito. El poder de amparar el propio derecho del ción, dominación y explotación extranjeras cons-
individuo, esta jurisdicción, no le corresponde a ella, tituye una denegación de los derechos humanos
a la comunidad del caso, sino al Estado, siempre to- fundamentales, es contraria a la Carta de Nacio-
davía al Estado. En 1992 ha llegado una declaración nes Unidas y compromete la causa de la paz y la
específica de los derechos de las minorías que no cooperación mundiales.
modifica el planteamiento como ya puede acusarlo su Art. 2. Todos los pueblos tienen el derecho a la
propio nombre completo: Declaración sobre los dere- libre determinación; en virtud de este derecho,
chos de las personas pertenecientes a minorías na- determinan libremente su condición política y per-
cionales o étnicas, religiosas y IingDísticas. Pero ve- siguen libremente su desarrollo económico, social
remos que por entonces las cosas ya se están y cultural.
replanteando.
Sigue pendiente la cuestión realmente primordial El mismo derecho del pueblo, un derecho de libre
de las categorías colectivas, de los sujetos y su determinación, es ahora derecho humano. En 1966,
contrapartida de los objetos, los sujetos de libertad conforme a dicha cualificación, la Convención de
y los objetos de protección. Entre declaraciones y Derechos Civiles y Políticos y la de Derechos Eco-
convenciones, estamos viendo que sujetos, lo que nómicos, Sociales y Culturales que, desarrollando la
se dice sujetos, seguimos teniendo solamente un Declaración Universal, se ocupan de derechos indi-
par: uno jurídico y uno político, el sujeto de dere- viduales, comienzan, como especie de requisito de
chos y el sujeto de poderes, el individuo y el Estado, los mismos, por un tal derecho de carácter no indi-
o éste también de derechos en cuanto que se iden- vidual: Todos los pueblos tienen derecho a la libre
tifica con el Pueblo. Así y con todo lo visto, adicio- determinación. El citado artículo segundo de la De-
nalmente tenemos, entonces como objetos, los claración sobre Países y Pueblos Coloniales de
pueblos que no constituyen estados y las minorías 1960 se eleva al primero de estas Convenciones
que tampoco o todavía menos, unos colectivos hu- sobre Derechos Humanos de 1966, de ambas, de la
manos que temporal o definitivamente no parecen una como de la otra. Un título colectivo de libre de-
reunir a escala internacional condiciones para ac- terminación resulta derecho civil, derecho político,
ceder, como Naciones, a la condición de sujetos. derecho económico, derecho social y derecho cultu-
Digamos así también de pueblos y de minorías. ral, quizá esto último ante todo y sobre todo. Pero
Los primeros, los Pueblos, ya se nos han presenta- no va a ser así exactamente conforme al propio
do como comunidades que son sujetos colectivos entendimiento de las mismas Naciones Unidas.
de derechos por constitutivos de Naciones y cons- Naciones Unidas realmente disciplinan, si no
tituyentes así de Estados. Pueblos son, como Esta- toda la descolonización, el derecho a la misma,
dos, los miembros de Naciones Unidas. Mas con- un ejercicio regulado. Vienen a establecer unos
forme a su mentalidad colonial de partida, a su baremos o una especie de jurisprudencia para
consideración de buena parte de la humanidad en identificarse el pueblo, este sujeto colectivo con
estado de necesidad de inculturación, los pueblos título, legitimación y capacidad para la libre de-
no sólo serían estos sujetos actuales de estados, terminación. La cuestión es práctica. No se pre-
del derecho y poder respectivos, sino que también tende dilucidar de una vez por todas qué es un
podrían serio, pueblos, los que cabría entonces lla- pueblo en el orden internacional. Se trata de de-
mar sujetos virtuales de lo mismo, del derecho a ser terminar cuáles son los pueblos que pueden ir
nación, constituir Estado y asumir el poder y juris- ejerciendo ese derecho proclamado en términos
dicción correspondientes. Y el hecho es que esta tan genéricos. Es un propósito al que se acuña y

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aplica un doble criterio de carácter más bien ad- bias ni aun cuando pueden acabar por recibir así
jetivo e incluso accidental, el de la distancia geo- también el calificativo de nacionales, se tienen pre-
gráfica neta y el de la delimitación de las fronte- sentes. Se les atiende. Generan instituciones tem-
ras previamente trazadas por el colonialismo pranamente. Del Consejo Económico y Social de
mismo. Dicho en términos negativos, lo cual con- Naciones Unidas nace en 1946 una Comisión de
viene por lo que aún veremos, no se admite por Derechos Humanos y de ésta a su vez en 1947 una
Naciones Unidas, por estos Estados Unidos, una Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y
capacidad de los pueblos para identificarse a sí Protección a las Minorías. He ahí desde temprano
mismos, este primer posible ejercicio de una libre para las propias Naciones Unidas el objeto de pro-
determinación. tección, no el sujeto de derecho.
No tomándose así en cuenta aspectos más sus- También desde temprano se ha planteado en Na-
tantivos de identificación propia sobre cultura com- ciones Unidas el asunto de las poblaciones indíge-
partida, las Naciones que pueden definirse como nas. Quedó aparcado. Difícilmente iba a entrarse en
sujetos de nuevos Estados no puede decirse que su consideración mientras que se tratase de un club
sean exactamente Pueblos o menos seguramente colonial de Estados, mas los criterios digamos que
Comunidades. Las deficiencias de la ecuación, pragmáticos de la descolonización también lo deja-
unas deficiencias de origen, podrán ponerse ma- ban fuera de agenda, pero no de juego. No ha podi-
yormente en evidencia con la misma descoloniza- do seguirse permanentemente ignorando. En 1982
ción para tragedia de los propios pueblos coloniza- tenemos un nuevo nacimiento, otro feliz aconteci-
dos. Pero esto no es todo. También con todo ello se miento. De la Subcomisión de Prevención de Dis-
produce una exclusión más radical. Las poblaciones criminaciones y Protección a las Minorías nace el
que, con cultura e identidad propias, se encuentran Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas,
comprendidas dentro de fronteras discretas o no grupo de trabajo acerca de poblaciones, no de pue-
discontinuas de estados constituidos siguen encon- blos.
trándose sin posibilidad de reconocimiento como Se trata de un grupo de expertos y alguna experta
entidades constituyentes, como sujetos colectivos para el estudio actual de la cuestión y la prepara-
de derecho para el orden internacional. Dicho de ción eventual de algún instrumento, declaración o
otra forma, unos pueblos indígenas quedan exclui- convención, sobre derechos de tales poblaciones. Y
dos. Para el derecho de derechos humanos, para resulta además que este grupo de trabajo demues-
su capítulo colectivo, podrán seguir siendo mino- tra un buen sentido que no es nada usual entre ex-
rías, un objeto de protección, pero no serán pue- pertos ni expertas y menos a estos niveles interna-
blos, el sujeto de derecho. cionales. No se siente capacitado para la tarea sin
Las minorías no son Pueblos. No pueden consti- la presencia y participación de los propios interesa-
tuir Naciones ni constituirse en Estados. No son dos e interesadas. A su propuesta, Naciones Uni-
sujetos colectivos virtuales ni actuales de derecho. das recaba el presupuesto preciso. Con todas las
La categoría ha significado tradicionalmente, quiero dificultades del caso, el Grupo de Trabajo se con-
decir colonialmente, condición tenida por incultura y vierte en un foro de representación indígena para el
así necesitada de tutela. Sin solución de continui- planteamiento de sus propios derechos. Así se llega
dad, por tracto del propio colonialismo, indica ahora al cabo de algo más de una década al Proyecto de
grupo humano incapaz, pese a su identidad, de dis- Declaración de Naciones Unidas sobre los Dere-
poner de sí mismo. De sí mismo tampoco es medi- chos de los Pueblos Indígenas, proyecto de decla-
da. Se le lastra con esta primera incapacidad diga- ración de derechos de pueblos, no de poblaciones.
mos que estadística para representar la unidad del
caso. Unidad para la minoría es el Estado de perte-
nencia, respecto al cual la constituye cualitativa-
mente siempre, esto es, incluso aunque sea cuan-
titativamente mayoría como ocurre en efecto, por
*
ejemplo, en algunos estados americanos. Y en todo Tras todo lo dicho, puestos en antecedentes, con
caso el problema radica en la referencia. Dentro del lo que hemos extraído de la trivilidad y la malicia, no
Estado, comunidades y culturas no identificadas extrañará ahora lo primero que encontramos y que
con el mismo, por mucho que sean mayoría esta- ya suele escandalizar a quienes, por saber del de-
dística e incluso totalidad práctica en medio o terri- recho y además parcialmente, del de la parte que
torio propio, constituyen siempre y por principio mi- no ha sufrido ni sufre colonialismo, se creen dueños
norías. hasta de las palabras. Palabra es lo primero: Pue-
Naciones Unidas no ignoran la circunstancia. blo. Se enarbola en el título, Declaración de Dere-
Desde los grupos étnicos o religiosos de la Decla- chos de Pueblos, y se proclama desde el mero co-
ración Universal de Derechos Humanos en 1948 mienzo del texto, desde su primer párrafo:
hasta las minorías nacionales o étnicas, religiosas y
linguísticas de la correspondiente Declaración sobre Afirmando que los pueblos indígenas son igua-
los derechos de las personas pertenecientes a mi- les a todos los demás pueblos en cuanto a digni-
norías tales de 1992, pasándose por la Convención dad y derechos y reconociendo al mismo tiempo
de Derechos Civiles y Políticos de 1966 con sus el derecho de todos los pueblos a ser diferentes,
minorías étnicas, religiosas o linguísticas, estas po- a considerarse a sí mismos diferentes y a ser
blaciones que no parecen poder llegar a ser pue- respetados como tales.

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Pueblo ya sabemos que, con toda su virtualidad Culturales. Pero hay otros artículos, exactamente
jurídica, no es término identificativo del propio grupo un total de cuarenta y cinco. Hay en efecto algo
especializado de Naciones Unidas responsable del distintivo y algo más también nuevo. La novedad
proyecto, el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones no sólo es la del nombre de Pueblo tomado, no
Indígenas. Es la primera novedad que trae no con minúscula y en vano, sino con mayúscula y en
exactamente la instancia de Naciones Unidas, sino serio.
la representación indígena, la sometida todavía a Lo que hay ante todo de distintivo es precisa-
colonialismo, que se ha sumado logrando hacerse mente esto mismo de la propia categoría de pueblo,
de tal modo con el uso de la palabra. La primera ya una categoría que sufriera un cortocircuito con la
merece destacarse. Conviene que subrayemos la descolonización. Ahora quiere evitarse el descarrío.
adopción y empleo porque su nombre, el de pueblo, Un pueblo no se define por la geografía bruta y me-
no se toma en vano. Digo esto recordando particu- nos conforme a fronteras coloniales. Sobre la base
larmente la existencia de otro instrumento interna- de una condición tan evidente como la indígena,
cional de la órbita de Naciones Unidas que ya pre- esto es, la de ser población de presencia anterior a
senta la denominación, pero vanificándola por su la dominante por efecto del colonialismo, la propia
parte. Me refiero al también reciente, de 1989, Con- identificación ya puede suponer ejercicio del dere-
venio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países cho a la libre determinación. Queda excluida la
Independientes de la Organización Internacional del competencia ni de Naciones Unidas ni de los Esta-
Trabajo que así previene: dos por separado para el reconocimiento de la con-
dición, para decidir quien es o no indígena y quie-
Art. 1.3. La utilización del término pueblos en nes componen o no pueblo indígena. Otras son las
este Convenio no deberá interpretarse en el sen- previsiones:
tido de que tenga implicación alguna en lo que
atañe a los derechos que pueda conferirse a di- Art. 8. Los pueblos indígenas tienen el derecho
cho término en el derecho internacional. colectivo e individual a mantener y desarrollar sus
propias características e identidades, comprendi-
No es el caso del actual proyecto. Aquí el nombre do el derecho a identificarse a sí mismos como
se toma en serio. Encierra todo lo que atañe a los indígenas y a ser reconocidos como tales.
derechos que pueda conferirse a dicho término en Art. 9. Los pueblos y las personas indígenas
el derecho internacional, toda esta virtualidad. Esto tienen derecho a pertenecer a una comunidad o
se aprecia claramente desde los primeros artículos nación indígena, de conformidad con las tradicio-
y sobre todo en los tres iniciales. Recomiendo, para nes y costumbres de la comunidad o nación de
una evidencia más plena, su lectura a la inversa, que se trate. No puede resultar ninguna desven-
esto es, del tercero al primero: taja del ejercicio de este derecho.
Art. 32. Los pueblos indígenas tienen el derecho
Art. 3. Los pueblos indígenas tienen derecho a colectivo de determinar su propia ciudadanía
la libre determinación. En virtud de este derecho, conforme a sus costumbres y tradiciones (oo.).
determinan libremente su condición política y per-
siguen libremente su desarrollo económico, social De progresar el proyecto, no parece que ya cupiera
y cultural. el cortocircuito en punto tan sensible y básico como el
Art. 2. Las personas y los pueblos indígenas de la propia identificación del pueblo. Esto es funda-
son libres e iguales a todas las demás personas y mentalmente, y no es poco, lo que hay de distintivo. ¿Y
pueblos en cuanto a dignidad y derechos y tienen de nuevo? ¿Qué tenemos además de nuevo? Pues
el derecho a no ser objeto de ninguna discrimina- algo que se expresa en la prosecución del último artí-
ción desfavorable fundada, en particular, en su culo citado, exactamente acto seguido:
origen o identidad indígenas.
Art. 1. Los pueblos indígenas tienen derecho al Art. 32. (oo.) La ciudadanía indígena no menos-
disfrute pleno y efectivo de todos los derechos hu- caba el derecho de las personas indígenas a ob-
manos y libertades fundamentales reconocidos por tener la ciudadanía de los estados en que viven.
la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración
Universal de Derechos Humanos y el derecho in- Parece un contrasentido, pero no tiene por qué
ternacional relativo a los derechos humanos. serio. Sigamos todavía leyendo, hasta concluirlo,
dicho mismo artículo trigésimo segundo:
Parece que estamos ante una mera extensión
de la descolonización al caso indígena, pero hay Art. 32. (oo.) Los pueblos indígenas tienen dere-
más. Hay algo nuevo y algo también distinto. Si cho a determinar las estructuras y a elegir la
así no fuera, este proyecto se agotaría en dichos composición de sus instituciones de conformidad
primeros artículos o incluso bastaría el tercero con sus propios procedimientos.
aplicando a nuestro supuesto el artículo segundo
de la Declaración sobre la Concesión de Indepen- No hay que sacar conclusiones o extraer princi-
dencia a los Países y Pueblos Coloniales y los pios pues el proyecto es claro y explícito. El mismo
sendos primeros de la Convención de Derechos planteamiento que estamos viendo operar se en-
Civiles y Políticos y de la simultánea que le com- cuentra nítidamente formulado desde el inicio, des-
plementa de Derechos Económicos, Sociales y de el artículo inmediato al trío primero visto:

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Art. 4. Los pueblos indígenas tienen derecho a miembros, así como los medios de financiar estas
conservar y reforzar sus propias características funciones autónomas.
políticas, económicas, sociales y culturales así
como sus sistemas jurídicos, manteniendo a la No hace falta constituir Estado para asumir la
vez sus derechos a participar plenamente, si lo responsabilidad y hacerse cargo colectivamente de
desean, en la vida política, económica, social y los intereses propios. El mismo Estado debe ahora
cultural del Estado. tomarlo y mantenerlo bien en cuenta. La regla tam-
bién opera para el ofrecimiento y recepción de ayu-
El principio creo que donde mejor se expresa es da y asistencia o para el derecho de requerirlas y
en el inciso: si lo desean o, como reza mejor el ori- obtenerlas del propio Estado, así como de las orga-
ginal de trabajo que es inglés, if they so choose, si nizaciones internacionales. Tampoco por esta vía
así optan por ello. El Estado no puede imponer ni se puede intervenir regularmente en espacio indí-
forzar ni tampoco perseguir de modo alguno, por gena o así descolonizado sin consentimiento libre e
muy pacífico e incluso humanitario que sea, la rela- informado. No podrá procederse ni siquiera en esta
ción y la participación sin la opción de parte indíge- vertiente de cooperación sin la determinación y au-
na, sin tal venia y bienvenida. A este motivo, que se tonomía del pueblo correspondiente.
aplica en otras ocasiones (arts. 19 y 20) o que pue- Esto es lo que hay definitivamente de nuevo en el
de sobrentenderse en más, se une el de consenti- referido proyecto, una posibilidad que también se
miento libre e informado, el free and informed con- barajara cuando la descolonización, la de no verse
sent del original, para actuaciones concurrentes con abocado necesariamente el pueblo a la erección de
estados (arts. 10, 20 Y 30). El consentimiento no Estado, pero que no puede darse con garantías
discapacita. Ambos principios, el de opción y el de mientras que persista la identificación entre el uno y
consenso, vienen así a constituir un canon interacti- el otro, entre unos sujetos colectivos de derecho y
vo de conexión entre sujetos políticos, el pueblo y el de poder, entre pueblo y Estado. El título a la libre
Estado ahora distintos. Veáse, con mis subrayados, determinación no es un derecho que tenga por qué
el artículo que acabo de citar repetido, el vigésimo, agotarse en una opción o pronunciamiento. Lo es
porque contiene ambos motivos: que puede mantenerse y en estado no latente, sino
operativo, mediante la autonomía. Ahora se ofrece
Art. 20. Los pueblos indígenas tienen derecho a el marco y la cobertura de unas formulaciones y
participar plenamente, si lo desean, mediante unas garantías internacionales bajo las cuales re-
procedimientos determinados por ellos, en la ela- sulta menos impensable o incluso parece previsible
boración de las medidas legislativas y administra- la pacífica convivencia entre pueblo y Estado dife-
tivas que les afecten. renciados. Es, si no se malogra, la cuadratura ante-
Los Estados obtendrán el consentimiento libre e riormente imposible, la redondez del círculo que con
informado de los pueblos interesados antes de anterioridad no supo ni siquiera concebirse, ya no
adoptar y aplicar esas medidas. digo activarse.
Problemas y dificultades hay por supuesto. Los
Unos pueblos pueden existir en el seno de unos contiene y las afronta el proyecto. Superiores se le
Estados sin que la circunstancia haya de producir presentan desde luego al cuerpo del derecho inter-
pérdida ni menoscabo de derecho propio, de un de- nacional de derechos humanos, al propio paradig-
recho humano de carácter colectivo, el derecho a la ma que ha sentado y viene desarrollando desde la
libre determinación, derecho que se conserva en Declaración Universal. El proyecto le está retando a
dicha misma situación a disposición siempre del una revisión a fondo de estos· mismos derechos
pueblo y no ya del Estado. El primero, el pueblo, y comenzando por el instrumento de dicha declara-
no el segundo, el Estado, establece los mismos ción que resulta colonial y así no universal no sólo
procedimientos de participación. Expresión de la li- por trasfondo histórico, sino incluso, como hemos
bre determinación resulta así la misma autonomía visto, por manifestaciones literales y categoriales
interna caso de mantenerse la inclusión del pueblo que pueden llegar a afectar al conjunto. Esta espe-
en el Estado, caso de ejercerse así, ahora que pue- cie de Constitución internacional, que le decíamos,
de convenir, dicha libertad colectiva. De esta conti- está precisada de una reforma tan a fondo como
nuidad entre libre determinación y autonomía, de la para alcanzar a derechos. El propio artículo primero
común categoría, tampoco falta formulación explí- citado del proyecto ya es bien sintomático, con su
cita y clara: confiada remisión a dicha declaración, la universal,
que habría en realidad de comenzar por revisársele
Art. 31. Los pueblos indígenas, como forma a su luz.
concreta de ejercer su derecho de libre determi- La revisión, toda una reforma constitucional o in-
nación, tienen derecho a la autonomía o el auto- cluso todavía constituyente del derecho internacio-
gobierno en cuestiones relacionadas con sus nal, habría de tener también un alcance universal.
asuntos internos y locales, en particular la cultura, Puede tenerlo el propio proyecto. Para América la
la religión, la educación, la información, los me- cuestión es neurálgica. También está pendiente pa-
dios de comunicación, la salud, la vivienda, el ra toda la geografía de la descolonización, por cuyo
empleo, el bienestar social, las actividades eco- efecto más inmediato, de ella y no sólo del colonia-
nómicas, la gestión de tierras y recursos, el medio lismo, África, Asia y aledaños son continentes y
ambiente y el acceso de personas que no son piélagos que conocen la presencia de indígenas in-

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c1uso bajo indígenas. Y toca también a Europa. Mas descolonización misma, sólo así podrá acabarse de
no seamos agoreros. No emitamos peores augurios superar una historia en la que el derecho e incluso
que los de la situación presente misma. El replan- el derecho humano ha venido interesadamente
teamiento no tiene por qué conducir a una prolifera- confundiéndose con el poder, la libertad propia con
ción descontrolada y conflictiva de Estados, a una la dominación dada. El mismo primer párrafo de la
quiebra irremediable. No olvidemos el nuevo para- motivación del proyecto, el primero de todo el texto,
digma del proyecto. Una vez que unos Estados re- el que lo encabeza, se refiere justamente a los pue-
conozcan y se muestren en disposición de garanti- blos todos, a todas y todos nosotros comprendidos
zar como derechos previos a los que se deben no finalmente ellos y ellas, todos en suma y en serio:
sólo los individuales, sino también los colectivos Afirmando que los pueblos indígenas son iguales a
precisos para el propio derecho del individuo, los de todos los demás pueblos en cuanto a dignidad y de-
esta categoría cultural, podrán unos pueblos convi- rechos y reconociendo al mismo tiempo el derecho
vir en su seno. Lo que hoy se tilda por ejemplo de de todos los pueblos a ser diferentes, a considerar-
tribalismo incompatible con los derechos podrá re- se a sí mismos diferentes y a ser respetados como
sultar comunitarismo favorable para los mismos, tales.
base de paz.
Como reza la Declaración Universal de Derechos
Humanos, su artículo vigésimo noveno en parte ya
citada: Sólo en ella (en la comunidad) puede desa-
rrollar libre y plenamente su personalidad (el indivi-
*
duo). Hay expresiones literales de aquel documento La literatura resulta no sólo ingente, sino también
de 1948, de aquella especie de Constitución aún datada, no renovándose usualmente al ritmo de unas
hoy en vigor, que cabrá perfectamente mantenerse revisiones que además, cuando se registran (para
porque podrán cobrar un nuevo sentido, ya no obli- nuestro proyecto de derechos de los pueblos, Nacio-
gada e irremediablemente estatal. También se nes Unidas, Consejo Económico y Social, EICN.41
sostendrán por supuesto algunos pronunciamientos Sub.2/1994156, original inglés; EICN.4ISub.21 1994121
sin necesidad de cambio de lectura: Todo individuo Add.1, versión española), tienden a yuxtaponerse sa-
tiene derecho a la vida, por ejemplo. Se añadía en- tisfechamente sin mayor enmienda de concepción.
tonces que lo tenía a una vida cultural de la comu- He tenido en particular presente: Hurst Hannum, Au-
nidad que resultaba el Estado. La Convención de tonomy, Sovereignty, and Discrimination: The Ac-
Derechos Económicos, Sociales y Culturales elimi- commodation of Conflicting Rights, Filadelfia 1990;
naba el ámbito de referencia para evitar equívocos. Natan Lemer, Minorías y grupos en el derecho inter-
Ahora no tienen por qué eludirse. Ya no hay coarta- nacional. Derechos y discriminación, México 1991;
das. Existe la fórmula de la cuadratura del círculo Bartolomé Clavero, Derecho indígena y cultura cons-
entre derechos individuales y derechos colectivos, titucional en América, México 1994; S. James Anaya,
entre derechos colectivos y derechos individuales. Indigenous Peoples in International Law, Nueva York
Sólo el reconocimiento eficaz, tras la concepción 1996. El texto actual procede del Seminario Interna-
efectiva, de los derechos colectivos no de unos te- cional sobre Derecho Indígena organizado por el Ins-
rritorios, como en la descolonización, sino, como en tituto Nacionallndigenista de México y la Asociación
el proyecto, de los mismos pueblos, comenzando Mexicana para las Naciones Unidas bajo la dirección
por quienes más han padecido hasta hoy el colonia- de Magdalena Gómez Rivera, Ciudad de México, 26-
lismo y sus secuelas inclusive entre éstas la 30 de mayo de 1997.

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En los orígenes del machismo jurídico.
La idea de inferioridad de la mujer en la obra de Farinacio
Marina GRAZIOSI

1. LA CONSTRUCCION DE LA CATEGORIA efecto, la figura del pater familias, fuese padre o


DE LA 'INFIRMITAS SEXUS' marido, desempeñó durante mucho tiempo el papel
y la función de severo guardián, a cuya justicia do-
A pesar de los grandes cambios históricos, el méstica se confiaba de hecho el cometido de casti-
punto de vista del derecho sobre la mujer parece gar los comportamientos que -de haber sido públi-
haberse mantenido en el tiempo sobre la base de cos- habrían podido pesar sobre el honor de la
3
numerosas ambigú edades. A diferencia de las mu- familia misma •
chas otras desigualdades jurídicas caracterizadoras Un momento de cambio en este ámbito fue el re-
del derecho del antiguo régimen, la desigualdad presentado por la ciencia penalista de finales del
entre hombres y mujeres se ha manifestado siem- siglo XVI, que pareció querer dar cuerpo y funda-
pre con tal evidencia y tan intrínseca a la estructura mento a construcciones doctrinales hasta entonces
social como para justificar por sí misma cualquier poco articuladas y, sobre todo, poner el acento en
tipo de discriminación. Por eso, la construcción de la oportunidad de diferenciar la pena, o bien en la
la desigualdad ha de buscarse en los entresijos del necesidad de excluir o atenuar en algunos casos la
discurso jurídico, por caminos aparentemente se- imputabilidad de las mujeres. Este es quizá el
cundarios, en un universo teórico en el que todavía asunto teórico más significativo: considerar a las
civil y penal conviven en esferas ampliamente com- mujeres incapaces de ser plenamente imputables,
partidas. por su debilidad global de cuerpo y mente.
Los juristas, desde la conciencia de los límites El concepto a que con más frecuencia se hace
cuantitativos y cualitativos de los crímenes cometi- referencia para designar una genérica minoridad
dos por mujeres -siempre bastante menos nume- femenina que justifica también la oportunidad de
rosos que los de los hombres- han sido con fre- una pena atenuada es el de infirmitas sexus, fragi-
cuencia proclives a no considerar oportuno el litas o imbecillitas sexus: figuras al mismo tiempo
control público de algunos comportamientos feme- vagas y omnicomprensivas, tomadas de la tradición
ninos desviados, negando su peligrosidad. Tal es, jurídica romanista y utilizadas indiscriminadamente
por ejemplo, el caso de la violencia entre mujeres en los más variados supuestos.
que -de no ser particularmente cruenta- no fue En la historia de estas categorías es constante,
considerada delito en sentido propio durante mu- de un lado, lo genérico y ambiguo de su uso y, del
cho tiemp01. O de la calumnia, excusada por al- otro, la ductilidad y la multiplicidad de sus aplicacio-
gunos -con el auxilio de amplísimas citas de tex- nes. Pues, en efecto, podían ser invocadas para
tos clásicos, tanto literarios como filosóficos, sobre sostener las más diversas limitaciones tanto en el
la mentira femenina- en nombre de la propensión campo civil como en el penal.
de la mujer al embuste2• Por el contrario, los juris- Ahora bien, ¿qué entendían los jurisconsultos ro-
tas, con la misma conciencia, en algunos casos, manos cuando hacían uso de esta expresión y qué
dejaron amplios espacios de discrecionalidad a la entendieron, a su vez, los juristas que la divulgaron
magistratura en el castigo severo y riguroso de
ciertos comportamietos considerados graves sólo si 3 J. K. Brackett ha ilustrado como era preferible, para la so-
debidos a mujeres. Y, utilizando el derecho civil, ciedad florentina del Renacimiento, no hacer el delito de dominio
público (Criminal justice and crime in late Renaissance Florence,
opusieron barreras -más o menos altas, según la 1537-1609, Cambridge University Press, Cambridge 1992, págs.
época- al ejercicio de la libertad femenina. En 116-116). El marido podía hacer encerrar a la mujer adúltera en
la cárcel de las Stinche, pero debía pagar su manutención. Y
constituirla en prisión equivalía en todo caso a admitir que no se
1 Cfr. A. Pertile, Storia del diritto italiano dalla caduta había sabido controlarla y guiarla. Cfr. Trevor Oean y K.J.P.
del/'impero romano alla codificazione, vol. V, Storia del diritto Lowe (editores), Crime, Society and the Law in Renaissance
penale, Utet, Turín 1882, págs. 150-151. italy, Cambridge University Press, Cambridge 1994. En particu-
2 Próspero Farinacio escribió: "Mulier accusando et in accu- lar, sobre el adulterio, N. Oavidson, Theology, nature and the
satione succumbens excusatur in calumniae poena" (Praxis et Law: Sexual sin and sexual crime in Italy from the fourteenth to
theorica criminalis, apud Variscum, Venetiis 1603, 1, 1, Quaestio the seventeenth century, en Trevor Oean y K.J.P. Lowe, op. cit.,
16, n. 58, f. 134 v.). Y, además: "Mulier non praesumitur falsum págs. 74-98; sobre el sistema judicial en Florencia, The judicial
comittere" (ivi apud luntas, Venetiis 1604, 11, 1, Quaestio 89, n. system in Florence in the fourteenh and fifteent centuries, ibí-
53, pág. 167). Sobre la falsedad y el perjurio, cfr., además, ibi- dem, págs. 40-58. Además, hay que decir que, mientras la de-
dem, Quaestio, nº 2 y n. 9, pág. 309. Véase también De legibus tención de una persona por un particular estuvo siempre casti-
connubialibus et iure maritali, apud Rovillium, Lugduni 1554, de gada con penas elevadísimas como crimen lesae majestatis,
A. Tiraqueau, comúnmente italianizado como Tiraquello, donde ésta se consintió en algunos casos. Según Lorenzo Priori: "Sólo
son muchísimos los ejemplos literarios que se citan a propósito se permite al marido tener encerrada a su mujer, a su siervo al
de la mentira femenina: entre otros, se encuentran Ovidio, patrón y al hijo menor a su padre, pero no como presos, sino
Plauto, Eurípides, Aristófanes, Hesíodo, Tíbulo, Menandro, e como castigo y por poco tiempo" (Pratica criminale secando il
incluso Propercio y Cátulo, que figuran en parágrafos con títulos rito delle leggi della Serenissima Repubblica di Venezia, Zattini,
como: "Mulieres fraudolentae, fallaces, dolosae" (ibídem, L. 9 n. Venecia 1678); veánse, además de ésta, otras referencias en C.
47 y ss.), Mulieribus non fidendurrl' (ibídem, n. 50), "Mulieres Castori, Carcere privato, en 11Digesto italiano, VI, Utet, Turin
mendaces" (ibídem, n.52). 1891, págs. 22-24.

49
ampliando y generalizando su significado en sus nunció por una menor punibilidad de las mujeres, de
Practica e? acuerdo con su menor racionalidad, conforme a re-
En la obra fundamental y afortunadísima de Pros- gias que ya habrían sido formuladas en el derecho
pero Farinacio (1544-1618), la Praxis et theorica romano'.
4
criminalis que con la mole de sus numerosos volú- Pero si remontándonos directamente a las fuentes
menes ejerció una enorme influencia en la cultura romanas analizamos los principales puntos en que
jurídica de su tiempo y constituyó un punto de refe- está presente el concepto de infirmitas sexus, la
rencia esencial en el sistema del derecho común extensión que se ha querido atribuirle aparece, co-
tardíoS,el concepto de fragilitas sexus aparece co- mo decía, muy ampliada. V, como se ha hipotizado,
mo fundamento de una imputabilidad femenina dis- su misma formulación podría ser a veces fruto de
minuida. interpolaciones8• En efecto, parece que en el curso
En la intención del autor, su poderoso tratado de- de los siglos el concepto haya sido utilizado y
bía ser útil sobre todo a los abogados y a los ma- transformado para construir exclusiones e interdic-
gistrados; su propósito, como el mismo había afir- ciones para las mujeres allí donde, en cambio, la
mado, era escribir una obra tan completa en el ratio de la ley romana se orientaba -si se prescin-
campo del derecho criminal, que quien hubiera de de de la más seria exclusión, la de los virilia officia,
juzgar o defender no habría tenido necesidad de por lo demás no justificada con el argumento de la
otros libros. La Praxis, publicada a partir de 1589, infirmitas sexus- a una simple protección de las
tuvo un gran éxito quizá precisamente por aquellos mujeres en algunos limitadísimos casos.
defectos que pronto le fueron reprochados: exceso Ulpiano, en el libro I ad Edictum, De verborum
de citas, farragosidad de los argumentos, posibili- significatione, había escrito: cuando se dice "si
dad de extraer reglas y soluciones opuestas de un quis", es decir "si alguno", con ese "alguno" se quie-
mismo fragmento normativo, por la gran cantidad de re designar tanto a los varones como a las muje-
excepciones y argumentos a contrario propuestos. res9• Parecería -y es la opinión de muchos co-
Abundantes índices analíticos y sumarios de los mentadores- una general exclusión de la
temas tratados, reducidos a sintéticas máximas, diferencia entre los dos sexos al menos en las má-
ofrecían además la posibilidad de una lectura rápida ximas no explícitamente discriminatorias, es decir,
de un texto tan imponente y una asimismo rápida ninguna diferencia entre los dos sexos frente a la
posibilidad de cita6• ley.
Los pasajes romanistas citados por Farinacio para Ciertamente hay pasajes, todos puestos en evi-
sostener sus tesis a propósito de las mujeres son dencia por Farinacio aun cuando esparcidos aquí
naturalmente muchísimos; sus interpretaciones y y allá por los meandros de sus Quaestiones e infi-
sus juicios constituirán gran parte del posterior nitamente repetidos hasta el umbral de nuestro si-
"sentido común" de los juristas sobre la condición glo, conforme a una costumbre muy difundida en-
femenina, debido al prestigio acumulado por él co- tre los juristas, en los que se hace referencia a
mo abogado y procurador fiscal. Farinacio se pro- una genérica debilidad de las mujeres que es pre-
ciso tomar en cuenta. Sin embargo, en estos ca-
• La Praxis et theorica criminalis, que ocupó al jurisconsulto sos, la ley romana parece no tanto recomendar de
romano Prospero Farinacio durante treinta y cinco años de su
vida -el primer título De inquisitione, se cierra con fecha de manera explícita la no punibilidad de las mujeres,
1581, el último en 1614- es una obra extensísima, dividida en ni poner en evidencia su menor racionalidad o in-
dieciocho títulos que constituyen un verdadero y propio reperto- cluso su inferioridad mental10, como sobre todo
rio tanto doctrinal como práctico. Sobre la misma, puede verse,
N. del Re, Prospero Farinacci, giureconsulto romano (1544-
1618), en "Archivio della societa romana di storia patria", 98
(1975), págs. 135-220). 7 Escribe, en efecto: "Decima causa minuendi penam erit ea,
• Cfr. G. Alessi, Processo penale. (Diritto intermedio), en En- quae sexus fragilitatem respicit: Regula enim est, mulieres non
ciclopedia del diritto, XXXVI, Giuffré, Milán 1987, págs. 360-401. sic graviter puniendas, quam mares, ac in poenis infligendis se-
A. Solmi, en Storia del diritto italiano, Societa Editrice Libraria, xus rationen habendam... Tiraquellus qui hanc conclusionem, et
Milán 1918, expresa un juicio positivo sobre Farinacio, al que causam bene comprobat... ea potissimum ratione ductus, quia in
reconoce el mérito de haber intentado la construcción de un foemina minus est rationis quam in viro... ergo minus puniri de-
verdadero y propio sistema penal. También P. Fiorelli, La tortura bet" (Praxis et theorica criminalis, cit., 11, 1, Quaestio 98, nQ 1,
gíudízíaria nel díritto comune, 1, Milán, Giuffré 1953, pág. 164, pá,¡¡.309).
alaba su empeño científico. Cfr. también 1. Mereu, Storia del di- Cfr. Solazzi, "Infirmitas aetatis" e ''infirmitas sexus" (1930),
ritto penale ner 500. Studí e ricerche, 1, Morano, Nápoles 1964. en Scritti di díritto romano, Jovene, Nápoles 1960, 111, págs. 357-
En cambio, es duramente crítico el juicio de F. Cordero, en Crí- 367.
mínalia. Nascíta deí sistemí penali, Laterza, Roma-Bari 1985, • "Verbum hoc, 'sic quisOtam masculos, quam feminas com-
pá,¡¡s.339 y passim. plectitur" (D. 50.16.1). De acuerdo con esta máxima el docto
La obra de Farinacio suscitó en el tiempo amplios consensos valenciano Lorenzo Matheu y Sanz (1618-1680), en su Tracta-
pero también duras críticas. Excesivas, según Del Re (op. cit., tus de re criminali (1676), ex Typographia Balleoniana, Venetiis
pág. 180), son las debidas a Beccaria. Filippo Maria Renazzi 1750, pág. 105, sostuvo, contra el parecer de otros estudiosos,
(1747-1808), que también incluye el sexo entre las causas in- que los romanos en las sanciones penales no establecían dife-
trínsecas de atenuación de la pena y comparte, pues, sus opi- rencia alguna entre los dos sexos y que se excusaba a la mujer
niones sobre el sexo femenino (Elementa juris críminalis (1773), sólo en los delitos no dolosos.
Bolonia 1826, págs. 119-120) lo definió como exponente de 10 Para Gayo, que escribía en el siglo 11 d. C., no existe un
aquella "putidisima corruptio quae scientiam criminalem perva- fundamento racional para el mantenimiento de leyes y costum-
sir' (ibídem, págs. X-XI). Del Re, tras heber recordado el aprecio bres que limiten la actividad femenina. En efecto, considera que
tanto de Giovanni Carmignani como de Carlo Calisse, señala la razón de la levitas animi, atribuida a las mujeres, es más es-
como méritos científicos de Farinacio haber enriquecido la cien- peciosa que cierta: "Feminas vero perfectae aetatis in tutela
cia penal con el importante instituto del delito continuado, des- esse fere nulla pretiosa ratio suasisse videtur; nam quae vulgo
conocido tanto por el derecho romano, como por el germánico y creditur, quia levitate animi plerumque decipiuntur et aequum
el canónico, y haber propuesto por vez primera una clasificación erat eas tutorum auctoritate regi, magis speciosa videtur quam
de los delitos más lógica conforme al criterio sustancial de la vera", Institutiones, 190. Cfr. M. Bellomo, La condizione giuridica
culpabilidad, y no según el formal de la gravedad de la pena, della donna in Italia. Vicende antiche e moderne, Turín, ERI
que era el habitual en la práctica de la época (op. cit., p. 176). 1970, pág. 20.

50
ofrecerles una suerte de protección justificada por nor imputabilidad de las mujeres sobre la base de la
el papel concreto que desempeñaban en las rela- infirmitas sexus.
ciones sociales. Hay aún otro pasaje del Digesto citado por Fari-
Esto vale, por ejemplo, para el Senatusconsultum nacio para subrayar una cautela que la ley romana
ll
Velleianum que invocando el uso de excluir a las habría usado con las mujeres. En una parte de la
12
mujeres de los oficios pÚblicos , establece para Lex Julia peculatus se castigaba al que hubiera to-
ellas la interdicción de hacerse garantes de deudas mado o desviado dinero público o destinado al cuI-
ajenas o fiadoras incluso de sus maridos y de con- ta. Y asimismo al culpable del robo sacrílego de al-
traer préstamos. Se trata de una medida puramente guna cosa en un templo público. Siendo la pena por
protectora del patrimonio agnaticio, dirigida a impe- sacrilegio muy severa, el legislador se había preo-
dir que las mujeres, empeñándose por terceros, pu- cupado de aclarar sobre todo qué debía entenderse
dieran resultar engañadas o constreñidas a ofrecer por bien religioso público, excluyendo de la tutela
en garantía sus bienes y a actuar como fiduciarias los pequeños templos privados. Y además había
incluso en favor de un familiar. Sin embargo, es querido dejar claro que cuando lo robado hubieran
precisamente en esta ley donde se encuentra el sido cosas privadas depositadas en un templo pú-
principal fundamento de las restricciones de la ca- blico, la acción sería tratada como hurto y no como
17
pacidad de obrar femenina que será invocado tanto sacrilegio • La misma ley había impuesto una acti-
por los más grandes civilistas 13 como por los crimi- tud cauta al procónsul que, en el caso de sacrilegio,
nalistas. Un rescripto de Severo citado por Ulpiano debería tener en cuenta la condición del reo, del
en el mismo lugar del Digesto, dice, además, explí- tiempo, de la edad y del sexo del imputado para
citamente que el Senadoconsulto no es de ayuda a castigarle con más o menos severidad. Esto porque
las mujeres mentirosas: porque es la debilidad y no la pena podía ser muy grave: en efecto, muchos,
la astucia de las mujeres lo que merece ayuda. Se según da cuenta Ulpiano, habían sido condenados
trata, pues, de un explícito y severo reclamo de la ad bestias o bien a la hoguera, o a la horca18•
responsabilidad de aquellas mujeres que quisieran También este párrafo, de apariencia tan marginal,
aprovecharse de la protección dispensada en estos oportunamente evidenciado por Farinacio, ha cum-
14
casos para cometer estafas y engaños • plido la importante función de acreditar la idea de
que en la compilación justinianea existiese una pre-
sunción explícita de menor dolo en las mujeres, una
2. ¿UNA MENOR RESPONSABILIDAD verdadera y propia aminoración de su imputabilidad.
FEMENINA? Algunos, en cambio, vieron en él la idea de que el
sexo femenino fuera razón de una simple atenua-
La primera cita de Farinacio en la Quaestio 98 ción de las penas. Lo cierto es que pronto se deba-
-dedicada exclusivamente a las mujeres 15_ tió intensamente sobre esta distinción.
para demostrar como el derecho romano pre- Sin embargo, lo que aquí nos interesa no es tanto
tendía diferenciar a las mujeres de los hombres la reconstrucción del sentido legítimo de la infirmitas
también en el campo penal, forma parte de una sexus como aparecía en la obra de los jurisconsul-
ley de Arcadio y Honorio contra los delitos de tos romanos, ni la realidad histórica de su trata-
lesa majestad. La norma invocaba la infirmitas miento, como el hecho de que este concepto y su
sexus como causa de reducción de la pena para sucesiva elaboración teórica hayan representado a
las hijas de los culpables de tales delitos. En lo largo de los siglos, tanto en la justicia penal como
efecto, la pena -infamia y confiscación de bie- en la civil, uno de los fundamentos de la sujeción de
nes- se imponía a las hijas en menor medida las mujeres.
que a los hijos porque se confiaba en que las Por otra parte, como es obvio, se previeron nume-
primeras, por la enfermedad del sexo, no se ha- rosas excepciones a la regla. En primer lugar, para
brían atrevido tanto 16. Se trataba en este caso delitos considerados tan graves como para desa-
de una pequeña diferencia: aquélla preveía para consejar cualquier benevolencia: el adulterio, el pa-
las hijas del culpable de ese grave delito la re- rricidio, y todos los delitos que ponían en algún
serva de una cuota mínima, fa Icidia , del patri- riesgo la seguridad del Estado o de la colectividad,
monio materno. como los delitos annonarios, pero también la here-
Esta mitigación de la pena, que demuestra sobre jía, la brujería, la práctica de la magia.
todo la voluntad del legislador de salvaguardar una En segundo lugar, en los casos en que las muje-
parte del patrimonio de las consecuencias econó- res imputadas hubieran demostrado una particular
micas de las luchas políticas, ha sido utilizada, no habilidad y astucia, podía aplicarse por analogía el
obstante, como fundamento de la idea de una me- principio válido para el castigo de los menores de
edad, para los que la habitual mitigación de la pena
"D.16.1.1.
podía ser atenuada, con el consiguiente resultado
'2 D. 50.17.2. de una mayor severidad en la pena, cuando malitia
13 Ctr. T. Kuehn, Law, Family, & Women: toward a legal
anthropology o( Renaissance, The University ot Chicago Press,
Chicago and London 1991, pág. 217 Y 355. 17 Res privatorum, si in eadem sacram depositae, subreptae
" "Intirmitas enim toeminarum, non caliditas, auxilium demit" tuerint: turti actionem, non sacrlegi esse" (D. 48.13.5).
(D. 16. 1.2.). 18 "Sacrilegii poenam debebit proconsul pro qualitate perso-
15 Praxis et theorica criminalis apud luntas, Venetiis 1604, 11, 1, nae, proque rei conditione, et temporis, et aetatis, et sexus, vel
pá~. 309. severius, vel clementius statuere: et scio multos ad bestias
"Mitior enim circa eas debet esse sententia, quas pro intir- damnasse sacrilegos, nonnullos etiam vivos exussisse, alios
mitae sexus minus ausuras esse contidimus" (C. 9. 8. 5). vero in turca suspendisse" (D. 48.13.7 (6)).

51
supplet aetatem. Lo mismo podía valer también pa- fútil, negando a menudo en irónicas disertaciones la
22
ra las mujeres cuando, como la mayor edad, la as- pertenencia de aquéllas al género human0 .
19 El nexo entre ignorancia, astucia e inferioridad
tucia compensaba y suplía la fragilidad del sex0 .
Para ilustrar ambos aspectos aquí recordados, mental será invocado muchas veces por otros estu-
valga el ejemplo del delito de adulterio, que de sim- diosos para afirmar las teorías más disparatadas.
ple hecho privado moralmente reprobable que debía En particular, sorprende la capciosidad de algunos
resolverse dentro de la familia, en la época de Au- razonamientos y teorizaciones. Conociendo la pro-
gusto, con la Lex Julia de adulteriis, pasó a conver- pensión de las mujeres a la mentira, nuestro Fari-
tirse en un crimen, es decir, en un delito de relevan- nacio, por una parte -como se ha visto a propósito
cia pública. Mantenido hasta nuestros días, había del adulterio-, se muestra severamente amenaza-
sido sólidamente construido con el solo y explícito dor con esta tendencia femenina y parece querer
fin de tutelar la honorabilidad de maridos y padres. reprimirla duramente, y, por otra, la utiliza y la sos-
En efecto, el adulterio se cometía con y por una tiene con fuerza para privar de credibilidad a la mu-
mujer casada, ella era la adúltera y el hombre con el jer. En efecto, excusa a las mujeres del delito de
que hubiera tenido la relación el adúltero. En cam- falsedad y de calumnia, y hasta del perjurio, cues-
bio, en el derecho romano, la violación de la fideli- tionando la validez y devaluando al mismo tiempo
dad conyugal por el marido no fue nunca adulterio, su capacidad y posibilidad de testifica(3.
o, mejor, no tuvo las consecuencias jurídicas de la Después de haber sostenido que la mujer, en ge-
traición consumada por la mujer. El marido y el pa- neral, puede ser admitida como testigo en los plei-
dre de la mujer tenían incluso el poder de matarla tos civiles, afirma que el testimonio de un hombre
20 es más creíble que el de una mujer, el de una vir-
junto a su amante en un ímpetu de ira . No obs-
tante, la pena para los adúlteros era fundamental- gen más que el de una viuda. En cambio, se puede
mente pecuniaria. La mujer sufría la confiscación de creer a la mujer cuando, en el caso de un testimonio
la mitad de la dote y de un tercio de sus bienes, el contrastante con el de un hombre, éste sea de mala
hombre la mitad de su patrimonio. No es el caso de fama y aquélla no. Paralelamente ilustra todos los
reconstruir aquí la complicada y secular historia de límites y las interdicciones para testificar en los
este delito; baste recordar -en prueba de lo que se testamentos y en las causas criminales, reclamando
ha dicho- las lapidarias palabras de Farinacio que una vez más la autoridad y la sabiduría de la ley
parecen querer privar a la mujer presunta adúltera romana, y poniendo en evidencia la clara intención
hasta de la posibilidad de disculparse: "Si una mujer de los antiguos legisladores de sancionar la falta de
24
acusada de adulterio afirma que el marido ha sido el fiabilidad femenina .
alcahuete, sólo por esto debe ser condenada como Similar desconfianza en la racionalidad de las
adúltera"21. mujeres se expresa en la principal obra del jurista
francés André Tiraqueau (1480-1558) conocido en
Italia con el nombre de Tiraquello. Es un amplio
3. TESTIFICAR Y ACUSAR tratado de derecho familiar y matrimonial, cuya in-
discutida autoridad orientó a los más importantes
Hay otro aspecto, estrechamente conectado con estudiosos del derecho durante los dos siglos si-
el precedente, es decir, con la temática de la parti- guientes, y que influyó mucho en Farinacio. Invo-
cular astucia de las mujeres, que los juristas como cando la autoridad de los antiguos filósofos, Tira-
Farinacio tomaron en consideración con especial queau se pregunta si la mujer pertenece a los
interés y que tiene que ver, más en general, con la
22 El gran Jacques Cujas (1522-1590) -considerado el mayor
relación entre feminidad y razón. ¿Están dotadas
jurisconsulto francés del siglo XVI por haber reconstruido 'Ias
las mujeres de una racionalidad parangonable a la doctrinas romanistas según los diferentes periodos de formación
masculina? O ¿son inferiores también desde el a través de un análisis crítico de los textos- había sostenido en
punto de vista mental? ¿Será quizá lícita para ellas su Observationum et emendationum Libri XXVIII, Giachetti,
Prato, 1836-1844, VI, c. 21, "foeminas non esse homines", es
en nombre de esta inferioridad la ignorancia del de- decir que las mujeres no son seres humanos, aunque se supo-
recho? ne, como escribió Carmignani, "que si se ocupó de asunto tan
extravagante fue para entretenerse de sus trabajos más serios"
Desde la antigOedad, han sido innumerables los
(C. CarmiQnani, Teoria del/e leggi del/a sicurezza sociale 11,
ejercicios literarios y filosóficos de denigración de la Ariosto, Napoles 1843, pág. 97). La idea de que "lo femenino"
racionalidad femenina realizados por muchos doc- sea por sí mismo un tema ligero y jocoso hasta para los juristas
está acreditada por otras interminables disputas sobre el asunto:
tos, al mismo tiempo empeñados en la exaltación E. P. J. Spangenberg, por ejemplo, en su Del sesso feminile,
de la astucia, de la intuición y de la capacidad de considerato relativamente al diritto e al/a legislazione criminale,
mentir de las mujeres. Y también los juristas más en Scritti germanici di diritto criminale, ed. de F. A. Mari, Nanni,
Livorno 1846-1847, pág. 164, cita seriamente a este propósito
acreditados quisieron sumarse a este coro ilustre y también la famosa sátira de Acidalius, publicada de nuevo en
1644 junto con la respuesta del doctor en teología Simon Gedi-
ke, con el título Disputatio perjucunda, qua anonymus probare
,. Cfr. C. Calisse, Storia del diritto penale italiano, Florencia, nititur, mulieres homines non esse: cui apposita est Simonis
Barbera 1895, pág. 195, que cita a tal propósito también a Fari- Gedicci defensio sexus muliebris, Hagae Comitis 1644.
nacio. 23 "Mulier non praesumitur falsum comittere" (Praxis cit., 11,1,
20 Cfr. G. Branca, Adulterio. (Diritto romano), in Enciclopedia Ouaestio 89, nº 53, pág. 167); "Mulieres mitius puniuntur in cri-
del diritto, cit., 1, 1958, págs. 620-622. Además, estaba permitido mine falsae monetae fabricatae in earum domo" (ibidem,
al marido, en prueba de la traición, mantener encerrado al adúl- Ouaestio 98, nº 2, pág. 309); "In muliere, quam ob sexus fragili-
tero sorprendido in flagranti, pero sólo por un máximo de veinte tatem a praesumpta calumnia excusari, et ob id ex hoc solum
horas. quos accussationem non probavit, mini me puniri posse" (Praxis
21 "Mulier accusata de adulterio, dicens maritum fuisse leo- cit., 1603, 1, 1, Ouaestiio 16, nº 58, f. 134 v.).
nem, sufficit ad ipsam condenandam de adulterio" (Praxis cit., " Cfr. P. Farinacci, Tractatus de Testibus, apud Variscum,
Ouaestio 81,11,1, nº 257: contra, ibidem, nº 258, pág. 48. Venetiis 1603, f. 71 r.

52
animales racionales o a los brutos, argumento so- ridad con que expone y resume las leyes civiles re-
30
bre el que ya había discurrido el "divino Platón"25. Y lativas a las mujeres . El autor, Domenico Bruni, un
sostiene la menor punibilidad de las mujeres res- oscuro sacerdote de Pistoya, vicario del obispo y
pecto de los hombres a causa de la debilidad de su luego pretor de Cesen a bajo Paolo 111, tras haber dedi-
ánimo, su inteligencia y su racionalidad. Por otra cado una gran parte del libro a las calumnias más co-
parte, puesto que se conoce la propensión de las munes en relación con las mujeres -contraponiendo
mujeres a la mentira, es además oportuno que no a éstas ejemplos de grandeza femenina referidos a
26
comparezcan en juicio como testigos , ya que ob- una remotísima antiguedad y a personajes litera-
27
viamente se les cree menos que a los hombres . rios- enumera puntillonsamente y con sapiencia
Sólo el examen del rico índice analítico de su obra jurídica el total de las veinticinco "prohibiciones de
basta para comprobar que la menor punibilidad que la ley civil" que limitan su libertad y su capacidad de
él prevé para las mujeres no es más que un ele- obrar.
mento del gran cuadro en que se realiza, con la Bruni trata de demostrar que la única ratio que ha
construcción de un orgánico ius maritale, la plena guiado siempre al legislador es la protección del se-
sujeción de la mujer. Para Tiraqueu, las mujeres no xo femenino y no sancionar su inferioridad. Tales
sólo son "fragiles, infirmae, imbeciles, masculis mi- buenas intenciones se resuelven así en una cele-
serabiliores' y por ello menos punibles, sino que bración del status qua que a su juicio es el mejor
también es bueno que no se hable con ellas y que para el sexo femenino. Por ello las mujeres debe-
si deben razonar de filosofía lo hagan quedándose rían guardarse de rechazar la tutela ofrecida por la
en casa. Incluso una mujer casta, si se va por ahí, ley. Tambien Bruni se detiene en la imposibilidad de
28
se transforma en una meretriz . las mujeres para ser testigos. En efecto, la octava
Pero los escritores y los juristas abiertamente mi- prohibición de la ley civil que él ilustra es que "las
sóginos o que hayan dudado de las capacidades mujeres no pueden intervenir como testigos en los
intelectuales femeninas no son los únicos especial- testamentos ni en las causas capitales". Observa
mente versados en el arte de negar la libertad fe- Bruni que si los pocos amigos de las mujeres qui-
menina, también los autores de retóricas y ambi- sieran inferir de esta ley que las mismas son "fáciles
guas defensas del "bello sexo,,29. Una de estas de corromper por naturaleza"31 ello no resulta vero-
defensas dedicada a Leonor de Medici, duquesa de símil. En cambio lo cierto es que en ambos tipos de
Toscana, se caracteriza por la originalidad y la c1a- casos el testigo se encuentra en la incómoda posi-
32
ción de tener que frecuentar los tribunales . Ade-
25 "Nam divinus ille Plato dubitare videtur utro in genere mulie-
más, hay "odio, enemistad y malevolencia" hacia
rem, rationalium animalium, an Brutorum" (A. Tiraquelli, De legi- quien testimonia tanto en los testamentos como en
bus connubia/ibus et iure marita/i, apud Rovillium, Lugduni 1554, las causas capitales y también "tedio, fastidio e in-
L. 1, nº 69). En efecto, debe castigarse a las mujeres menos 33
que a los hombres: "mulieres in eodem genere delicti minus comodidad "y es por lo que la ley se lo ha prohibi-
peccare, minusque puniendas esse quam viras... ob imbecillita- do a las mujeres, las que a menudo, por hallarse
tem animi, mentis, et ingenii" (ibídem, L. 1 nº 85).
2fl "Mulieres ferendi testimonii causa non tenetur venire in iudi- encinta y por las debilidades del parto, y por tener
cium" (ibídem, L. 10, nº 33). que ocuparse de los niños no pueden atender a
27 "Mulieri testi minus creditur quam viro" (ibídem, L. 9, nº 73).
semejantes ocupaciones fastidiosas y dañosas, ni
°
28 "Foemina optima, de cuis nomine sermo non habetur"

(ibídem, L. 1 nº 10); "foeminae domi se continere debent, non desentenderse de sus importantes y necesarias ta-

°
foras evagari" (ibídem, L. 10, nº 12); "mulieris est domi philoso-
phari" (ibidem, L. 1 nº 14); "mulieris lanam, linum, telam, fusum,
domi exerceant" (ibídem, L. 9, nº 37 y ss.); y, para concluir:
reas, y tampoco parece conveniente añadir estos
nuevos gravámenes a esos otros que ya natural-
34
"Mulier casta vagando facta ex meretrix" (ibídem, L. 10, nº 34). mente pesan sobre las mujeres .
En el tema de la "ligereza" femenina se ejercita también G. Pas- Un buen ejemplo de la previsión del legislador es
si, I donneschi difetti, Antonio Somascho, Venetia 1599, que también, según Bruni, la prohibición de desempeñar
enumera los principales vicios de las mujeres con ejemplos to-
mados de los escritores antiguos. Passi, que es también autor oficios públicos. A su juicio, ésta responde a la exi-
de un ensayo de derecho marital (De statu marita/i. Tractatus gencia de salvaguardar la moral femenina y no a
Josephi Passi ravennatis accademici ... opus non minus utile
quam jucundum, Ambergae, Michel Forsterius, 1612), reco- una pretendida inidoneidad de las mujeres para
mienda a los hombres y en particular a los maridos que "deben ejercerlos. Lo demuestra el hecho, sigue Bruni, de
ser muy circunspectos en la comunicación de sus secretos im- que muchas mujeres han administrado con honora-
portantes a las mujeres. Que no se debe aceptar consejo de
mujer y que su consejo es inestable, inválido, frágil y enfermo".
En efecto, las mujeres son "volubles, inconstantes, ligeras, cré- 30 Obra de M. D. Bruni da Pistoia titulada Difese delle donne
dulas, necias y simples" (1 donneschi difetti, cit. pág. 2). Passi nella quale si contengono le difese loro, dalle calunnie datele per
discurre también sobre la diferencia entre las palabras mu/ier y g/i scrittori, et insieme le lodi di quelle, nuovamente posta in lu-
femina. Sostiene que para los latinos tenían el mismo significa- ce, in Milano appresso di Giovanni"Antonio de gli Antonij, 1559.
do. Sin embargo, se usa femina si la palabra va acompañada de La obra fue publicada en Milán en 1549, en Florencia en 1552 y
un adjetivo que denota algo negativo. "Hora e chiaro che questa después de nuevo en Milán en 1559. Agradezco a Letizia Panizza
femina e sempre con qualche tristo aggiunto accompagnata" el haberme señalado este texto, entre otros. Sobre Bruni cfr. V.
(op. cit., pág. 3). En cambio, mu/ier significaría mujer que ya no Capponi, Biografia pistoiese, o notizia della vita e delle opere dei
es virgen. Es curiosa la etimología de mu/ierque propone Passi: pistoiesi, Rossetti, Pistoia 1878, pp. 66-67.
mu/ier vendría de mollitia, debilidad. Passi refiere también que 31 Difese delle donne, cit., f. 62 r.
"el doctísimo rabino David Kimehi dice que la etimología de la pa- 32 Ibídem, f. 62 v.: "Porque generalmente sucede que dichas
labra femina entre los hebreos viene de una raíz que significa in- dos causas, que son siempre importantes para quien tiene inte-
clinación al mal; es por lo que, creo, dijo San Jerónimo que la fe- rés, se discuten en los tribunales, y así ocurre que aquéllos que
mina en las sagradas escrituras (en cuanto a la inteligencia han sido testigos en actos de tal clase, casi siempre son condu-
es~iritual) significa todo pecado y toda iniquidad" (op. cit., pág. 5). cidos a sedes judiciales para ser examinados, de suerte que
Sobre la ambigOedad y los artificios retóricas de tales de- para evitar, como se ha dicho, tales fastidios a las mujeres, por
fensas véase P. J. Benson, The Invention of the Renaissance causa de honestidad pública, la ley civil ha prohibido también a
Women. The Chalenge of Female Independence in the Literatu- las mujeres intervenir en esos dos actos".
re and Thought of Italy and England, The Pennsylvania State 33 Ibídem.

University Press, University Park, 1992. 34 Ibídem, ff. 62 v. 63 r.

53
bilidad la soberanía política recibida en herencia, mo testigo: edad madura, buena fama, buen patri-
gobernando sabiamente. En el libro cuarto, siempre monio y, sobre todo, la pertenencia al sexo mascu-
40
hablando de lo dispuesto por la ley civil en favor de lin0 .Y, naturalmente, se mantuvo también la pre-
las mujeres, cita también el hecho de que éstas no c1usión a las mujeres del derecho de acusar,
puedan ser encarceladas por deudas y que, ade- sancionada incluso por la que fue la primera solem-
más, "la mujer, aparte de las causas civiles antedi- ne declaración de derechos. El artículo 54 de la
chas, tiene la prerrogativa, que no se concede a los Magna Charta libertatum estableció que: "No one
hombres, de no poder ser encarcelada (...), salvo shall be taken or imprisoned upon the appeal of a
que fuera por gravísimos delitos"35. woman for the death of anyone except her hus-
La prohibición a las mujeres de testificar, en el de- band"41.
recho romano había sido más una excepción que
una regla. Si es verdad -argumentaba ya Paulo-
que la lex Julia adulteriis había prohibido el testimo- 4. DE LA IGNORANCIA DEL DERECHO
nio a las mujeres condenadas por adulterio, de ello
se sigue que como regla las mujeres podían depo- Es universalmente conocida la regla de que la ig-
36
ner en juicio . Del mismo modo se había expresado norancia del derecho no excusa: un ciudadano que
37
Ulpian0 . De hecho, pues, dado que también los viola la ley no puede invocar su ignorancia para dis-
hombres era excluidos del testimonio por infamia en culparse. No obstante, Farinacio sugirió instrumen-
el caso de precedente condena o en espera de jui- talmente que esto pudiera ser consentido en oca-
cio, los casos de exclusión del testimonio de las siones a las mujeres. Fundamento de su
38
mujeres y de los hombres eran muy similares . Dis- argumentación fueron de nuevo las leyes romanas.
tinta y particular era, en cambio, la disciplina del La ignorancia, dice límpidamente el legislador ro-
testimonio en los testamentos, que preveía la ex- mano, es de hecho o de derecho: la ignorancia de
clusión de las mujeres; en efecto, los testamentos derecho consiste en no conocer lo que ha sido
tenían valor de ley y, al menos, en la antiguedad, se prescrito por las leyes o por la costumbre. La igno-
hacían en los Comicios, de los que, como de todos rancia de hecho consiste en no conocer que una
los virilia officia, estaban excluidas las mujeres. cosa ha sucedido o no sucedido. Los menores de
En cuanto a la posibilidad de las mujeres de acu- veinticinco años pueden ignorar el derecho. A ve-
sar, la regla era la incapacidad, pero eran muchas ces, en consideración a la infirmitas sexus esto se
las excepciones en las que se admitía la acusación concede también a las mujeres, pero exclusiva-
sostenida por una mujer, como por las injurias infe- mente cuando no existe delito, sino sólo ignorancia
42
ridas a ellas mismas o por la muerte de parientes, de derech0 .
por los delitos annonarios, y, en general, por todos Farinacio observa, en cambio, en el Argumentum
los relativos a la seguridad del Estado. El funda- que precede a la Quaestio 98, que son muchas las
mento de la incapacidad, puesto que la acusación causas de atenuación de la pena a los delincuentes,
se sostenía por los particulares, era más político y en primer lugar las que hacen referencia a las
que relacionado con la idea de la inferioridad de la mujeres, prometiendo ilustrar a continuación "el sí,
mujer. Dependía, sobre todo, de la exclusión de la el como, el cuando éstas sean excusadas en los
mujer de la plena ciudadanía exigida para el ejerci- delitos". Pero luego se aclara en el texto que no se
cio de la acusación en el antiguo proceso romano trata de verdaderos y propios delitos, cuando citan-
de la época republicana. En efecto, quien no era do la ley romana pone en evidencia sobre todo la
ciudadano -ha escrito lúcidamente Giuseppe Giu- distinción entre derecho positivo y derecho natural
liani- "no representa a la Soberanía, y por consi- como fundamento de la licitud de la ignorancia del
43
guiente no tiene un interés directo en reprimir los derech0 .
delitos, de donde se deriva la consecuencia de que En efecto, también la Lex Julia de adulteriis se re-
los siervos, las mujeres, los pupilos y los hijos de fiere a una supuesta ignorancia del derecho válida
familia al menos hasta una cierta edad no deben para excusar a las mujeres. El tratamiento de favor
tener el derecho de acusar"39. Durante la Edad Me- estaba justificado por la presunción de la ignorancia
dia fueron requisitos irrenunciables para actuar co- del derecho civil por parte de éstas sobre la base de

40 Según un conocido brocardo medieval, "conditio, sexus,


35 Ibídem, f. 69 v. aetas, discretio, fama et fortuna, fides: in testibus ista requires"
36 D. 22.5.1.2 (Tancredi da Bologna, Ordo iudiciarius 3,6, en Pil/i, Tancredi,
31 D.28.1.28. Gratiae libri de iudiciorum ordine, (1216), ed. de F. C.
36 D. 22.5.4.; D. 22.5.8; D.28.1.29 Bergmann, Vandenhoeck und Ruprecht, Gotinga 1842, facsimil,
311 G. Giuliani, Istituzioni di diritto criminale col commento del/a Scientia, Aalen, 1965, pág, 225). Sobre la capacidad procesal
legislazione gregoriana, Viarchi, Macerata 1840, tomo 1. pág. de la mujer en el derecho canónico, cfr. G. Minnucci, La capa-
473. Por lo demás, Giuliani distingue entre acusación y denun- cita processuale del/a donna nel pensiero canonistico classico.
cia, sosteniendo que a las mujeres les habría estado permitido Da Graziano a Uguccione da Pisa, Giuffré, Milán 1989, Cfr.,
denunciar pero no sostener la acusación; y recuerda que la además, la recensión de este texto debida a M. T. Guerra Medi-
conjura de Catilina fue denunciada por Julia (otros leen Fulvia), ci, en "Studi Senesi", CIII, nº 1,1991, págs. 170-174.
mientras Cicerón sostuvo la acusación (ibídem, nota). La excep- 41 "Nullus capiatur nec imprisonetur propter appellum femine
ción a esta limitación en caso de homicidio de parientes parece de morte al!erius quam viri sui", en J. C. Hol!, Magna Carta,
debida al valor que todavía en la época romana estaba asociado Cambridge University Press, Cambridge 1965, págs. 466-467.
a la venganza de la sangre: cfr. E. Cantarella, La vendetta: lo 42 D. 22.6.8. Y D. 22.6.9.
Stato nasce per control/arta, en "Reset", 3, 1994, pág. 9. Canta- 43 "Argumentum. De pluribus, ac diversis causis, quibus de iu-
rella evoca el famoso epígrafe laudatio quae dicitur Turiae (1,11) re poena delinquentibus minuitur, ac in primis, de mulieribus. An,
en el cual el marido recuerda, entre otros méritos de la mujer, quomodo, et quando excusentur in lis, quae a iure positivo
una matrona muerta en el año 2 a. C., la acusación pública in- prohibita sunt, non autem in iis, quae a iure divino, naturali, vel
tentada por ella contra los asesinos de sus padres. gentium sunt prohibita" (ibídem, pág. 310).

54
la distinción entre delicta juris gentium y delicta juris Bernardo, el único hermano que se salvaría de la
civilis, propia del derecho romano. Y es que la ley pena de muerte, donde Farinacio acudió a la menor
46
establecía que la mujer fuese excusada en los ca- edad para implorar la gracia •
sos en que el delito de incesto hubiera tenido lugar Resulta difícil valorar lo que de las teorías de Fa-
en el único grado de parentela (cognación o afini- rinacio fue concretamente aplicado en los procesos
dad) en que el derecho civil prohíbe el matrimoni0 •
44
celebrados en todas partes con mujeres como im-
Se suponía, pues, que las mujeres pudieran ignorar putados, a pesar de su afirmada fragilitas. Por lo
los complicados mecanismos reguladores de la pa- que se sabe, los jueces se limitaron prudentemente
rentela jurídica, pero no los vínculos reales de la pa- a tomar en consideración una genérica debilidad
rentela "natural". A éste y a otros tópicos se había femenina y a valorar siempre caso por caso. Sin
acudido más veces para reafirmar la particular mi- embargo, se observaron con frecuencia algunas
noría de edad del sexo femenino, tan cara a los ju- formas particulares en la aplicación de la pena a un
ristas antiguos. condenado de sexo femenino, dictadas a menudo
A menudo, parece ser una característica de Fari- por la prudencia, orientadas otras veces a producir
nacio y sus seguidores, en el uso de las fuentes an- la más rígida ejemplaridad. No obstante, si hubiera
tiguas, sobrevolar algunas cuestiones o no querer que juzgar la amplitud del debate sobre los modos
profundizar el verdadero sentido de la ley que se correctos de ajusticiar a una mujer, si era preferible
cita y servirse de ella simplemente para apoyar las la horca, la sepultura en vida o la hoguera, hay mo-
propias razones y perseguir los propios fines. Por tivos para creer que el problema no fue nunca con-
otra parte, es quizá a este modo de operar lo que siderado secundari047• Aunque, a pesar de las
dio Farinacio su fama de excepcional abogado, úl- constantes y declaradas cautelas y prohibiciones en
tima esperanza incluso en las "causas perdidas". la aplicación de la pena de muerte a un cuerpo fe-
Ciertamente, es así como se alimentó su leyenda menino, los casos de mujeres horriblemente ejecu-
de hombre muy astuto, capaz de disputar con cual- tadas bajo la acusación de algún crimen fueron
quiera, aunque fuera el papa en persona. Y con tal ciertamente numerosos. Por ejemplo, ajusticiar a
espíritu, se dice, aceptó defender en última instan- una mujer encinta, fue algo siempre desaconsejado.
cia los casos de Beatriz Cenci y sus familiares, a Es por lo que Andrea de Isernia recomendaba es-
pesar de la explícita contrariedad del papa Cle- perar a que hubieran transcurrido cuarenta días
mente V11I •
45
desde el part048• Y otros sostuvieron la conveniencia
En su defensa de la pobre Beatriz, que fue juzga- de hacerla cuando hubiera dejado de amamantar al
da por muchos comentadores demasiado débil y hijo, para no comprometer su crecimiento y supervi-
poco convincente, no hizo referencia a la tan mani- vencia.
da temática de la fragilitas sexus. El delito cometido, En todo caso, cabe preguntarse por qué fue ad-
parricidio premeditado, es evidente que no admitía vertida por muchos la necesidad de afirmar, más
esta eximente. Fue sobre todo en la defensa de allá de los casos concretos, una abstracta diferen-
cia femenina que justificaría la diferencia en la apli-
44 "En el Derecho Romano el sexo femenino está incluido en la cación del castigo. Incluso no faltó quien señalase
categoría de la presunta ignorantia iuris, cuando se trata no de incoherencias y contradicciones. Valgan por todas
delieta iuris gentium sino de delieta iuris eivilis. Así, para ciertos las puestas de relieve por Wier, que cuestionó vi-
delitos como el ineestus iure eivili, el testamento falso y, en ge-
neral, el crimen falsi la mujer estaba amparada por la presunción vamente la legitimidad de los procesos seguidos
de la ignorancia del Derecho" (E. Pessina, Elementi di diritto contra brujas, criticando en su De lamiis los supli-
penale, (1865), Stamperia della Regia Universita, Nápoles 1870,
cios infligidos a las mujeres acusadas de brujería
pá~. 217).
Según lo escrito por Ferdinando Ranalli, el papa Clemente como una absurda excepción a la regla general se-
VIII, cuyo propósito fue confiscar los bienes de los Cenci, habría gún la que, a causa de la infirmitas sexus, las muje-
disuadido a los mejores abogados de aceptar su defensa con
estas palabras: "Y ¿qué? ¿También tendremos que ver en Ro- res debían ser castigadas con menos severidad que
49
ma a los padres asesinados por sus hijos y que surjan hombres los hombres •
temerarios en su defensa para sustraerles al rigor de las leyes?"
A lo que ninguno había osado replicar. Solamente Farinacio tuvo
el coraje de responder al papa con expresiones garantistas: "No 46 La defensa de los Cenci se encuentra en Responsorum eri-
hemos sido convocados para excusar un delito y menos aún minalium liber primus, apud Variscum, Venetiis 1606, Cons.
para hacerle pasar por virtud, sino para defender y sostener la LXVI. Cfr. también G. Bowyer, A dissertation on the Statutes of
inocencia" (cfr. F. Ranalli, Vite di romani iIIustri, 111, Roma 1890, the eities of Italy; and a translation of the pleading of Prospero
pág. 152). Sobre Farinacio y su figura de aventurero se cuentan Farinaeio in defenee of Beatriee Cenei and her relatives, Ri-
numerosas anécdotas a caballo entre historia y leyenda. Algu- chards and CO., Londres 1838, págs. 73-115. Sobre el proceso
nos le pintan como juez implacable, ávido y corrupto, otros co- a los Cenci, además del conocido trabajo de Stendhal (Les
mo hombre dotado de una memoria prodigiosa, y de gran de- Cenci, en Croniques italiennes, Gallimard, París 1952), puede
senvoltura, muy hábil para sustraerse a los manejos de la Curia verse, entre los críticos de la defensa de Farinacio, C. Ricci,
romana. Existe certeza de que había conocido la cárcel tenencia Beatriee Cenci, Treves, Milán 1923, 2 vals.
ilícita de armas prohibidas y que había perdido un ojo en una 47 Sobre el carácter simbólico de la atenuación de la pena pa-
emboscada tendida por personas que se consideraban estafa- ra las mujeres puede verse mi Infirmitas sexus. La donna
das por él. Se cuenta que mientras desempeñaba el cargo de neJrimmaginario penalistieo, en "Democrazia e diritto", 2, 1993.
fiscal un cierto Labia -preso bajo la acusación de homicidio- Cfr., además, A. Zorzi, Rituali e eerimoniali penali neJ/ecita ita-
conociendo su codicia, para conseguir la libertad, le había he- liane (seee.XIII-XVI), en J. Chiffoleau, L. Martines, A. Paravicini
cho llegar 300 doblas de oro cubiertas de verdura, en una enor- Bagliani (eds.), Riti e rituali neJ/e soeieta medievali, Spoleto,
me ensaladera de plata. También cuentan algunos que había Centro italiano di studi s u11'Alto Medioevo, 1994, págs. 141-157.
hecho encarcelar a un conocido suyo con el único fin de recupe- 46 "Mulier si est pregnans, et est damnanda propter delictum,
rar los dineros que éste le había ganado en el juego. Es conoci- differtur iudicium post 40 dies postquam peperit" (cil. por V.
do el retrato que, jugando con su nombre, había hecho de Fari- Manzini, Trattato di diritto proeessuale penale italiano, 1, Utet,
nacio el papa Clemente VIII, que lo quiso siempre a su servicio, Turín 1931, pág. 37).
a pesar de las dudas sobre su moralidad: "La harina es buena, 49 "Huc accedít, quod mulieres minus puniendas esse viris in
pero bastante sucio el saco que la contiene" (Del Re, op. cil., eodem delicti genere, ceteris tamen per omnia paribus, univer-
pág. 143 Y passim). sus legum consensus velit, nimirum ob animi, mentis et ingenij

55
El mismo Tiraquello nos ofrece involuntariamente penas a las mujeres, divulgadas con tanta insisten-
una posible clave de lectura de las cautelas aquí re- cia, raramente tuvieron en la realidad una aplicación
cordadas, citando un verso de la Eneida: "Nullum seria. El castigo y la imputación de una mujer fueron
memorabile nomen, feminea in poena esf,50.Son pa- siempre posibles con el sistema de la excepción a
labras pronunciadas por Eneas, cuando encontrán- la ley general. Pero queda todavía por explicar esa
dose el héroe frente a Elena -causa primera de la necesidad de proclamar la protección oficial del se-
guerra- que se esconde en lo más recóndito del xo débil y de ejercer con él la superchería legal
templo, entre los resplandores de Troya en llamas, a consistente en la constante atribución de minoría de
pesar de la sed de venganza, se resiste al fortísimo edad a todo el género, practicada por los juristas
impulso de matarla: "no hay fama memorable ni victo- incluso en la edad moderna.
ria gloriosa en el castigo de una mujer ...".
Es cierto que las cautelas en la imposición de (Traducción de Perfecto ANDRES IBAÑEZ).

imbecillitatem, et sexus infirmitatem" (J. Wieri, De lamiis Iiber:


item de comentitiis ieiuniis, ex Officina Oporiniana, Basileae
1582, col. 90).
50 A. Tiraquelli, op, cit., p. 18 v. Los versos de la Eneida son
los siguientes: •...Namque etsi nullum memorabile nomen / fe-
minea in peena est nec habet victoria laudem..." (P. Vergili Ma-
ronís, Aeneidos, lib. 11, vs. 583-584).

56
La administración controlada de heroína
a drogodependientes en el marco de un programa
deshabituador
Reflexiones en torno a la doctrina jurisprudencial

Juan MUÑOZ SANCHEZ,


Juan Carlos LOPEZ CABALLERO
y Carlos LARRAÑAGA JUNQUERA

1. INTRODUCCION no que además tiene una gran trascendencia políti-


co criminal.
En los últimos años se ha ido configurando una El análisis dogmático lo centraremos, en primer
línea jurisprudencial sobre el delito de tráfico de lugar, en considerar si tal comportamiento resulta
drogas que supone una importante restricción del abarcado por el tipo penal del artículo 368 del Códi-
tipo penal. Nos referimos a aquellos pronuncia- go Penal, atendiendo a la nueva jurisprudencia an-
mientos de la Sala 2ª del Tribunal Supremo que tes referida, y que ha nacido con ocasión de los su-
declaran la atipicidad del "consumo compartido" y puestos de "consumo compartido" y de los casos de
de ciertos casos de donación a drogodependientes. entrega de tales sustancias a drogodependientes
Esta tesis jurisprudencial, hoy mayoritaria, choca por personas allegadas, sea con fines de deshabi-
frontal mente con la interpretación tradicional que, al tuación o sea para mitigar los efectos nocivos del
menos hasta 1983 y desde la Reforma de 1988, el síndrome de abstinencia.
Tribunal Supremo ha mantenido sobre el alcance En un segundo apartado, abordaremos la antijuri-
del tipo penal contenido en el artículo 344 del Códi- cidad de la conducta, y en particular si el suministro
go Penal de 1973, cuyo tenor literal aparece repro- de heroína como tratamiento deshabituador, en ca-
ducido en el actual artículo 368, y en virtud de la so de que se entendiera como una conducta típica,
cual no se permitía ningún resquicio de impunidad puede estar amparado por la causa de justificación
en las conductas favorecedoras del consumo de prevista en el artículo 20, 7º del Código Penal, en el
drogas, de modo particular, en los supuestos de sentido de considerar tal consumo un tratamiento
donación. Tesis tradicional que permanece como médico alternativo.
doctrina minoritaria en la actual jurisprudencia. Por último, se analizará la cuestión desde el pris-
Aun cuando esa nueva jurisprudencia no es ma de la responsabilidad administrativa que pudiera
aceptada de forma unánime por el Tribunal Supre- derivarse tanto para el personal sanitario como para
mo, y a pesar de que la fundamentación de la im- los destinatarios de tales sustancias.
punidad no siempre se efectúa con la necesaria cla- Su trascendencia político criminal deriva de la im-
ridad conceptual y el rigor dogmático exigibles, lo portancia que para los heroinómanos tendría un
cierto es que constituye una clara manifestación tratamiento alternativo de carácter terapéutico, so-
contraria al enfoque exclusivamente represivo que bre todo después del constatado fracaso en otros
1
hoy impera sobre el problema de la droga • programas terapéuticos. Además, esta propuesta
Por otro lado, desde el punto de vista dogmático, se enmarca en el debate entre la alternativa que
supone una interpretación que viene a profundizar propone una profundización en la represión de to-
en la idea de restringir los delitos de peligro abs- das las conductas relativas al consumo de drogas y
tracto, en la línea de hacerlos compatibles con el la que aboga por un cambio radical de perspectiva
2
principio de culpabilidad • que lleve consigo una limitación de los contenidos
El presente trabajo tiene por objeto plantearnos, al punitivos, con la que se pone el énfasis en actua-
hilo de esa línea jurisprudencial, la relevancia jurídi- ciones de tipo preventivo y asistencial, incidentes
co penal que puede tener la administración contro- sobre la demanda de la droga en lugar de sobre la
lada de heroína en el marco de un programa oferta.
deshabituador.
El tema no sólo presenta un interés dogmático si-
1. ESTRUCTURA Y NATURALEZA DEL DELITO
DE TRAFICO DE DROGAS
1 Sobre la tendencia que propone una profundización en la
represión de todas las conductas relativas al tráfico de drogas,
véase Díez Ripollés, La política sobre drogas en España a la luz El Código Penal protege la salud pública casti-
de las tendencias internacionales. Evolución reciente en ADPCP gando las conductas que, referidas a drogas tóxi-
1987, pp. 347 Y ss.; del mismo, Los delitos relativos a drogas cas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas,
tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas, Tecnos
1989, pp. 11-58. tiendan a promover su consumo por parte de los
, Véase un análisis de las distintas vías de restricción de los ciudadanos.
delitos de peligro abstracto en Muñoz Sánchez, El agente pro-
vocador, Tirant lo Blanch 1995, pp. 78-82.
La constatación de la nocividad que el consumo

57
de tales sustancias provoca en la salud de la ciu- contemplado en el artículo 368 del CP.
dadanía determina que el legislador, para lograr Son las siguientes:
una más eficaz protección de dicho bien jurídico, a) De un lado, el que como regla general no se
recurra a la técnica de los llamados "delitos de pe- suelan admitir las formas imperfectas de ejecución en
ligro abstracto"; en virtud de ella se anticipa la ba- dicho delito, pues la mera actividad preparatoria de
rrera de la protección penal a la realización de la un futuro tráfico ya está abarcada por el tenor literal
conducta tenida por peligrosa, no siendo necesa- del tipo penal, dando lugar a su consumación6•
rio, por tanto, constatar un peligro efectivo del bien b) En segundo lugar, el que generalmente no se
jurídico. El legislador describe sólo un determinado conciba la participación en el delito, en el sentido de
comportamiento que es observado generalmente que cualquier contribución, por mínima que sea, a
como peligroso. El delito se consuma con la mera esa promoción del consumo ajeno constituye ya un
7
realización descrita en el tipo, sin que se exija la caso de autoría •
puesta en peligro concreto del bien jurídico, ni si- Esta amplia formulación legal del tipo tiene una
quiera que la acción concreta sea peligrosa para importante excepción en nuestro Derecho, cual es
3
la salud pública • la relativa a la atipicidad de la posesión de drogas
Las conductas punibles, que el legislador conside- sin una ulterior finalidad de tráfico o promoción de
ra que son peligrosas generalmente para la salud su consumo por terceros.
pública, vienen formuladas de modo muy amplio en Por tanto, quien posee droga para su propio con-
el artículo 368 del vigente Código Penal. sumo, cualquiera que sea la naturaleza de la sus-
Según dicho artículo se castiga a "los que ejecu- tancia, está al margen del Derecho penal".
ten actos de cultivo, elaboración o tráfico o, de otro
modo, promuevan, favorezcan o faciliten el consu-
mo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sus- 1. El delito de tráfico de drogas como delito
tancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fi- de peligro abstracto
nes" discriminando el castigo en función de la
nocividad que la sustancia tenga para la salud, esto Como se ha apuntado, la doctrina científica y la ju-
es, según sean "drogas duras" o "blandas". risprudencia del Tribunal Supremo han venido confi-
El núcleo de la configuración legal del delito de gurando la naturaleza del tipo delictivo del artículo
tráfico de drogas radica, pues, en la promoción del 368 del CP como un delito de peligro "abstractd'.
consumo de tales sustancias, de modo que cual- Ahora bien, bajo tal caracterización es posible un
quier conducta que tienda a acercar la droga a distinto entendimiento del objeto de protección de
eventuales consumidores, entra de lleno en la tipici- estos delitos, en función de cómo se entienda la si-
4
dad del artículo 368 del CP • tuación de peligro que se trata de evitar.
Se trata, en suma, de prohibir todo el ciclo eco-
nómico que subyace en el tráfico de drogas, casti-
6 Aluden a ello, admitiendo con carácter excepcional las formas
gando las conductas de cultivo o elaboración de las
imperfectas: De la Cuesta El marco, cit., p. 396; Prieto Rodrí-
drogas, e incluso las anteriores -caso del artículo guez, El delito, cit., p. 189; Díez Ripollés, Los delitos, cit., p. 65;
371 del CP sobre precursores-, culminando con la Muñoz Conde, Derecho Penal, cit., p. 572; Valle Muñiz/Morales
García, Comentarios, cit., pp. 1001-1002; Carmona Salgado,
sanción de su puesta a disposición del consumidor5• Curso de, cit., p. 160. En la jurisprudencia la línea mayoritaria no
La naturaleza de delito de peligro acarrea dos im- admite la apreciación de la tentativa: así la STS de 14 de mayo
portantes consecuencias, que suponen una mayor de 1990 A. 9520 sostiene que "la mera ejecución de un acto
exterior correspondiente a cualquiera de las acciones típicas
amplitud, si cabe, en la configuración legal del delito contenidas en el párrafo 1º del artículo 344 del Código Penal
presupone la consumación delictiva". En el mismo sentido la
STS de 13 de marzo de 1995 A. 1837 señala que "el delito con-
3 En relación al concepto de peligro Cfr. Torio López, Los deli- tra la salud pública por tráfico de drogas es de riesgo abstracto
tos de peligro hipotético, ADPCP 1981, pp. 827-828; Cerezo Mir, o de peligro general; y, por lo tanto, de consumación anticipada,
Curso de Derecho penal español. Parte General 1/. Teoría jurí- bastando la mera tenencia con ese destino aunque no lIegen a
dica del delito/ 1, Tecnos 1997, pp. 105-110; Bacigalupo, Pro- realizarse actos de tráfico, pues la comercialización y el lucro
blemas dogmáticos del delito de tráfico de drogas (artículo caen más allá de la consumación, que así es independiente del
334) en La problemática de la droga en España, Edersa 1986, resultado".
pp. 96-102. 7 En este sentido Diez Ripollés, Los delitos, cit., p.65; Muñoz
Así Díez Ripollés, Los delitos, cit., pp. 58-60; Conde Pumpido Conde, Derecho Penal, cit., pp. 572-573; Carmona Salgado,
Ferreiro, El tratamiento penal del tráfico de drogas: las nuevas Curso de cit., p. 165. Criterio también sostenido por la STS de
cuestiones en La problemática, cit., p. 119; Muñoz Conde, De- 16 de junio de 1995 A. 4577, según la cual "La amplia redacción
recho Penal. Parte Especial, Tirant lo blanch 1997,11 ª ed., p. del artículo 344 --l1oy 368 CP de 1995- del Codigo Penal per-
569; Boix Reig, Derecho Penal. Parte Especial, Tirant lo blanch mite encuadrar en el tipo delictivo cualquier actividad de cultivo,
1993, p. 343; Valle Muñiz/Morales García, Comentarios a la elaboración, tráfico, tenencia o cualquiera otra de promoción,
Parte Especial del Derecho Penal, Aranzadi 1996, p. 1001; favorecimiento o facilitación del consumo ilegal de drogas tóxi-
Carmona Salgado, Curso de Derecho penal español. Parte Es- cas y estupefacientes y sustancias psicotrópicas, lo que a su
peciall/, Marcial Pon s 1997, p. 157. vez determina un concepto extensivo de autoría que excluye la
5 La doctrina coincide en señalar que la configuración legal del aplicación, al menos en principio, de formas de participación .... "
delito de tráfico de drogas da lugar a un tipo abierto que infringe Así lo ha venido entendiendo tradicionalmente la doctrina:
los principios de legalidad y seguridad jurídica, conduciendo a una Carbonell Mateu, Consideraciones técnico jurídicas en torno al
desmesurada amplitud del ámbito de lo punible: De la Cuesta, El delito de tráfico de drogas en La problemática, cit., p. 345; Gar-
marco normativo de las drogas en España, en RGLJ 1988 nº 3, p. cía-Pablos, Bases para una política criminal de la droga en La
396; Prieto Rodríguez, El delito de tráfico y el consumo de drogas problemática, cit., p. 385; Torio López, Problemas político-
en el ordenamiento jurídico penal español, Bosch 1986, pp. criminales en materia de drogadicción en Delitos contra, cit., p.
185-186; Vives Antón, Problemas constitucionales de la preven- 497 Y 508-513; Díez Ripollés, Los delitos, cit., p. 64; Muñoz
ción y represión del tráfico de drogas tóxicas y estupefacientes en Conde, Derecho Penal, cit., pp. 570-571. Coincide en ello la ju-
Delitos contra la salud pública, Valencia 1977, pp. 545 Y ss.; Díez risprudencia: así las SSTS de 2 de noviembre de 1992 A. 8866;
Ripollés, Los delitos, cit., pp. 58-59; Muñoz Conde, Derecho Pe- 18 de diciembre de 1992 A. 16.446; 22 de noviembre de 1993 A.
nal, cit., p. 570; Valle Muñiz /Morales García, Comentarios, cit., p. 1488; 14 de abril de 1993 A. 3264; 7 de junio de 1993 A. 4851; 7
1001; Carmona Salgado, Curso de, cit., p. 157. de febrero de 1994 A. 713.

58
En efecto, bajo el concepto de peligro caben dife- 2. Interpretaciones restrictivas
rentes interpretaciones sobre cuándo se da la situa-
ción peligrosa y, especialmente, si basta con la me- La doctrina defiende la idea de restringir la puni-
ra realización de la conducta tenida por talo si, por bilidad de los delitos de peligro abstracto en gene-
contra, es preciso la comprobación de su peligrosi- ral, bien exigiendo la peligrosidad ex ante de la
acción , bien admitiendo la prueba en contrario ex
13
dad en el caso concreto.
y es evidente que en función de una u otra ca- post de la no producción de un resultado de peli-
14
racterización de ese peligro se producirá, correlati- gro en el caso concret0 , o bien, finalmente, confi-
vamente, una ampliación o restricción de la tipicidad gurando ciertos delitos de peligro abstracto como
penal, de los comportamientos prohibidos. delitos de "peligro hipotético": es decir, entendien-
En los delitos de peligro abstracto, entendidos do que el "tipo no reclama, a diferencia de lo que
en sentido "puro", no se exige en el correspon- sucede en los delitos de peligro concreto, la pro-
diente tipo penal la realización de un peligro efec- ducción de un peligro efectivo, pero sí una acción
tivo para el bien jurídico protegido. El legislador apta para producir un peligro para el bien jurídico
describe en estos delitos sólo un determinado como elemento material integrante del tipo del de-
comportamiento que es tenido generalmente como lito". Se trata de exigir, además de la peligrosidad
peligroso, de modo que el delito se considera con- de la acción, la posibilidad de producción del re-
sumado con la mera realización de la conducta sultado de peligro, o lo que es lo mismo, que el
descrita en el tipo. juez ha de verificar si en la situación concreta ha
No se supedita su sanción, pues, a la puesta en sido posible un contacto entre la acción y el bien
peligro concreto del bien jurídico y ni siquiera a que jurídico, en cuya virtud hubiera podido producirse
la acción realizada en particular sea peligrosa9 un peligro efectivo para éste15•
Con un tal entendimiento, el delito de tráfico de Conforme a estas variantes se puede decir que
drogas se daría con la mera realización de cual- no se dará la tipicidad del delito de tráfico de drogas
quier conducta que tienda a promover el consumo en aquellos casos en los que el peligro que caracte-
ilegal de tales sustancias, con independencia de riza la acción de este delito quede totalmente ex-
que la droga haya podido llegar o no a sus even- cluido, bien porque la acción no es peligrosa "ex
tuales destinatarios 10. ante", o bien porque no ha producido un resultado
Sin embargo, un sector doctrinal y una importante de peligro para el bien jurídico o falta la posibilidad
corriente jurisprudencial que se va abriendo paso, del resultado peligroso.
sostienen que el entendimiento del delito de tráfico En esta dirección de restricción del tipo se ha
de estupefacientes como un delito de peligro abs- pronunciado la doctrina jurisprudencial mayoritaria
tracto, en sentido puro, llevaría a configurar este en los últimos años:
delito como un delito de mera actividad, de desobe- a) En cuanto al bien jurídico que se trata de pro-
diencia formal a la norma, que sería contrario al teger con este precepto, se comparte la idea de que
principio de culpabilidad y que, en suma, vulneraría se trata de un "bien jurídico colectivo", "social",
el derecho constitucional a la presunción de inocen- "abstracto", "carente de individualizacion, pues se
refiere a la generalidad" 16.
ll
cia .
Por ello no resulta extraño que la jurisprudencia Razón por la cual esta línea jurisprudencial esta-
más reciente haya tratado de restringir la punibilidad blece que los supuestos de compartir un consumi-
del delito de tráfico de drogas, y que esta línea de dor la droga con un pequeño grupo de personas de
interpretación restringida se haya impuesto final- su entorno son atípicos, siempre que por las cir-
mente en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, cunstancias del caso "se descarte el peligro a la
pudiendo afirmarse que constituye actualmente la salud general". Así la sentencia de 16 de septiem-
tesis mayoritaria12• bre de 1996 afirma que "en estos casos falta evi-
dentemente el sustrato de antijuridicidad, pues no
• Véase, por todos, Cerezo Mir, Curso de , cit., p. 105. existe entonces posibilidad de difusión, de facilita-
10 Señalan que la estructura del delito de tráfico de drogas es ción o de promoción del consumo por terceras per-
de un delito de peligro abstracto Rey Huidobro, El delito de tráfi-
co de estupefacientes, Bosch 1987, pp. 87-89; Bacigalupo, Pro-
sonas indiscriminadamente, lo que lleva a la ausen-
blemas dogmáticos, cit., pp. 93-95; Cobo del Rosal, Considera- cia del peligro más arriba dicho".
ciones generales sobre el denominado "tráfico de drogas tóxicas b) Por otro lado son numerosas las sentencias del
o estupefacientes en Delitos contra, cit., pp. 159-164; Carbonel
Mateu, Consideraciones, cit., p. 105; Boix Reig, Derecho penal, Tribunal Supremo que exigen la peligrosidad de la
cit., p. 354; Díez Ripollés, Los delitos, cit., p. 62; Valle Muñiz/ accion: Así las SSTS de 19 de mayo de 1993 y la
Morales García, Comentarios, cit., p. 354
11 Véase una crítica al entendimiento del delito de tráfico de
estupefacientes como un delito de peligro abstracto, en sentido 1997 fundamentan tales restricciones en los principios básicos
puro, en Bacigalupo, Problemas dogmáticos, cit., pp. 96-102. del Ordenamiento Penal.
Crítica que ha encontrado eco en la jurisprudencia. Así la STS 13 Así Escriba Gregori, La puesta en peligro de bienes jurídicos
de 22 de febrero de 1993 A. 1488 afirma que los delitos de peli- en Derecho penal, Bosch 1976, pp. 72 Y ss.; Mir Puig, Derecho
gro abstracto son difícilmente compatibles con el principio de penal. Parte general, PPU 1996, 4ª ed., pp. 209-210.
culpabilidad, pues ''la creación de un peligro meramente ficto 14 Cfr. Barbero Santos, Contribución al estudio de los delitos de
sólo puede dar lugar a una culpabilidad ficticia". En el mismo peligro abstracto ADPCP 1973, pp. 489, 495 Y ss.; Beristain,
sentido la STS de 29 de mayo de 1993 A. 4282 sostiene que "el Resultado y delitos de peligro, Revista de la Facultad de Dere-
peligro abstracto no debe ser entendido como peligro presunto, cho de La Universidad de Madrid vol. XIII nQ 34-35-36 1969, pp.
de forma que cualquier acción que cumpla objetivamente la ac- 457-459
ción legal se entienda ya "per se", peligrosa .... , pues el tipo de 15 Véase Torio López, Los delitos, cit., p. 828.
presunción vulneraría el esencial derecho constitucional a la 16 Así las SSTS de 22 de febrero de 1993 A. 1488; 29 de mayo
presunción de inocencia". de 1993 A. 4282; 9 de febrero de 1994 A. 685 o la de 16 de
12 Las SSTS de 28 de octubre de 1996 y de 22 de enero de septiembre de 1996 A. 6617.

59
de 12 de septiembre de 1994 van a exigir, para que pública. De manera que en aquellas hipótesis en
se pueda entender cometido el delito de tráfico de que la salud pública no puede entrar en el radio de
drogas, que "el peligro, como riesgo de lesión del efectividad del acto está excluida la tipicidad. Ocu-
bien jurídico protegido, se encuentre realmente pre- rre así cuando se realiza una entrega de heroína a
sente en la acción .... "u. un toxicómano con fines de des habituación o de
c) Finalmente, alguna resolución como la senten- hacer frente al síndrome de abstinencia sin excluir
18
cia de 7 de febrero de 1994 admite la prueba en de antemano la posibilidad de difusión de la droga
contrario en el caso concreto, al decir que: "el peli- entre terceras personas. En este caso la acción de
gro abstracto propio del tipo del artículo 344 -hoy entrega de heroína merece el calificativo de peligro-
368 del CP- y que integra el basamento de su an- sa en cuanto que acerca la droga al consumidor,
tijuridicidad material, no implica que haya de pre- pero si en la situación concreta no es posible un
sumirse tal peligro "iuris et de iure", sino, al contra- contacto entre la acción y el bien jurídico, esto es,
rio, si en el caso concreto se acredita la ausencia no existe posibilidad de difusión de la droga entre
de tal contenido de riesgo .... no se cumple en tal terceras personas, no puede producirse un peligro
clase de conductas la adecuación al tipo del artí- efectivo para la salud pública.
culo 344". Por ello consideramos que la fundamentación
19
La sentencia de 11 de diciembre de 1995 resu- dogmática que permite explicar la restricción del
me esta línea jurisprudencial señalando en este ámbito de punibilidad del delito de tráfico de drogas
sentido que "una reciente línea jurispruden- es que el tipo legal del artículo 368 presenta las ca-
cial .... viene reduciendo la extensión del artículo 344 racterísticas que definen el delito de peligro hipoté-
del Código Penal -hoy 368- en aquellos supues- tico o por lo menos cabe una reducción teleológica
20
tos en los que es posible excluir la tipicidad cuando del tipo en ese sentid0
el peligro que caracteriza la acción queda excluido, 1. En efecto, de un lado, y en cuanto que el tipo
debiendo analizarse en cada caso si la conducta es agravado del delito exige que se trate de sustan-
la adecuada para producir los resultados que la ley cias o productos que "causen grave daño a la
quiere evitar". salud" y su tipo básico que éstos "causen daño a
En definitiva esta corriente jurisprudencial ha apli- la salud" ("en los demas casos" como dice el ar-
cado los criterios elaborados por la doctrina para la tículo 368), el delito en su conjunto está exigien-
restricción de los delitos de peligro abstracto al tipo do que el objeto de la acción -las drogas o es-
legal del artículo 368, reduciendo así el excesivo tupefacientes- han de ser sustancias que
ámbito de punibilidad del delito de tráfico de drogas. causen en cualquier caso daño a la salud; por
Sin embargo, no siempre lo hace con la necesaria otro lado, como lo que se trata de evitar es el
claridad conceptual ni con el rigor dogmático exigi- consumo de tales sustancias, se comprueba fá-
ble, pues en unas sentencias, como vimos ante- cilmente que la acción de promover, favorecer o
riormente, se exige la peligrosidad de la acción, en facilitar su consumo, en la medida que acerca la
otras admite la prueba en contrario ex post de la no droga al consumidor, merece el calificativo de
producción de un resultado de peligro o requiere peligrosa para la salud pública.
como elemento del tipo junto a la peligrosidad de la Por otra parte, el tipo no requiere ni la lesión ni la
acción la posibilidad de un resultado peligroso para puesta en peligro concreto de este bien. Pero tam-
la salud pública. poco basta cualquier acción de "promover, favore-
En nuestra opinión es rechazable por razones cer o facilitar el consumo ilegal de drogas tóxicas",
sistemáticas la prueba en contrario ex post de la no formalmente coincidente con el tipo, pues la tipici-
producción de un resultado de peligro. Si partimos dad depende de si el acto puede afectar de algún
de que el acusado debe de aportar la prueba, ello modo a la salud pública. Se puede decir que el sen-
sería contrario al principio in dubio pro reo. Si, por el tido del tipo a partir de su propio tenor literal es
contrario, es el Tribunal quien debe de aportar la neutralizar acciones peligrosas, es decir, acciones
prueba de la peligrosidad concreta entonces el de- aptas para la producción de un peligro del bien jurí-
lito de tráfico de drogas se convertiría de tacto en dico de la salud pública21•
un delito de peligro concreto. 2. En segundo lugar, una interpretación teleológi-
Tampoco nos parece admisible incluir en el tipo ca de la norma permite afirmar que, dado que el re-
acciones que desde una perspectiva ex ante sean sultado que se trata de impedir es la difusión de la
peligrosas si no existe posibilidad de un contacto droga entre terceras personas, no basta con lo an-
entre la acción y el objeto de protección, la salud terior, esto es, con que la acción sea adecuada pa-
ra originar un peligro a la salud pública, sino que se
17 STS de 19 de mayo de 1993 A. 4282; STS de 12 de sep- exige además que en la situación concreta sea po-
tiembre de 1994 A. 7204. Asimismo las SSTS de 22 de febrero sible un contacto entre la acción y el bien jurídico,
de 1993 A. 1488 Y 14 de abril de 1993 A. 3264 requieren como en cuya virtud hubiera podido producirse un peligro
elemento del tipo penal "la adecuación de la acción a la produc-
ción de determinados resultados sobre la salud pública ", la de efectivo para la salud pública22•
12 de septiembre de 1994 A. 7024 declara atípica la conducta
por "su comportamiento inocuo para la potencial creación del
riesgo· y las SSTS de 28 de octubre de 1996 y de 22 de enero
de 1997 declaran impune la entrega de una cantidad mínima
de droga porque "prácticamente cancela sus posibilidades de
difusión, pudiendo excluirse la generación de riesgo alguno para
el bien jurídico protegido·. 20Así se manifiesta Muñoz Conde, Derecho Penal, cit., p. 572.
,. STS de 7 de febrero de 1994 A. 713. 21En este sentido Muñoz Sánchez, El agente, cit., p. 81.
,. STS de 11 de diciembre de 1995 A. 9236. 22lbídem.

60
24
111.LA DOCTRINA JURISPRUDENCIAL DEL de la importante STS de 16 de septiembre de 1996
"CONSUMO COMPARTIDO" Y DE "LA así: "En los supuestos en los que un familiar o per-
DONACION DE DROGAS A sona allegada proporciona pequeñas cantidades de
DROGODEPENDIENTES POR PERSONAS droga con la sola y exclusiva idea de ayudar a la
ALLEGADAS CON FINES DE deshabituación, o a impedir los riesgos que la crisis
DESHABITUACION O PARA EVITAR LOS de abstinencia origina, movidos pues de un fin loa-
RIESGOS DE LA CRISIS DE ABSTINENCIA" ble y altruista, sin ventaja ni contraprestación algu-
na, no puede llegarse al delito si de ninguna forma
En base a esta reducción teleológica del tipo del se potencian los actos o los verbos contenidos en el
artículo 368 del CP, esta corriente jurisprudencial artículo 344 -hoy 368- del Código Penal. En es-
sostiene la atipicidad de dos supuestos distintos: tos casos falta evidentemente el sustrato de antiju-
a) Los casos del llamado "consumo compartido", ridicidad, pues no existe entonces posibilidad de
es decir, la adquisición de drogas que una persona difusión, facilitación o de promoción del consumo
efectúa para su posterior e inmediato consumo en por terceras personas indiscriminadamente, lo que
forma conjunta con otros consumidores y, de otro lleva a la ausencia del peligro más arriba dicho".
lado, Este planteamiento aparece por primera vez en la
25
b) Los casos de "donación de drogas por perso- STS de 29 de mayo de 1993 donde se afirma que:
nas allegadas a personas adictas, con fines de "Si bien es cierto que entre las conductas compren-
des habituación o para evitar los riesgos que la crisis didas en el citado artículo 344 está la de "facilitar" el
de abstinencia origina". consumo de la droga por terceros, se hace preciso
A. Aún cuando los casos del llamado "consumo por razones sociales, humanitarias y la finalidad de
compartido" no son de aplicación lineal al supuesto la norma distinguir, a efectos de su relevancia pe-
que aquí nos planteamos conviene apuntar la fun- nal, los tipos o fines de la "facilitacion", diferencian-
damentación sobre la que se hace descansar la ati- do los supuestos en los que se pretende promover
picidad de tales comportamientos. la expansión del producto de aquellos otros en que
Los supuestos en los que un consumidor com- la finalidad es reducir el consumo de una persona
parte la droga adquirida con otra o varias personas adicta a efectos de una paulatina deshabituación
de su entorno, deben ser extraídos del ámbito de la hasta el posterior ingreso en un centro de desintoxi-
tipicidad del delito de tráfico de drogas porque no se cación, en cuyo caso la acción no debe de conside-
aprecia en tales conductas un peligro abstracto pa- rarse penalmente típica".
ra el bien jurídico protegido ni la acción es en sí El conjunto de estas resoluciones señalan los re-
misma adecuada para crearlo. quisitos que deben concurrir en estos casos de do-
Esta doctrina viene siendo aceptada de forma nación de drogas para que no se consideren inclui-
23
mayoritaria por el Tribunal Suprem0 • Las circuns- dos en el tipo penal.
tancias en las que tiene que producirse el consumo Son los siguientes:
compartido para excluir el peligro a la salud pública 1. Que no se produzca difusión de la droga entre
son las siguientes: terceros.
1. Que esté totalmente descartada la posibilidad 2. Que no exista contraprestación alguna como
de difusión de la droga entre el público. De ahi que consecuencia de la donación.
se exija que tal consumo se realice en un recinto 3. Que la donación lo sea para el consumo inme-
cerrado y que las cantidades adquiridas y repartidas diato, en presencia o no de quien entrega la droga.
no rebasen los límites propios para un consumo in- 4. Que se persiga únicamente una finalidad al-
mediato. truista y humanitaria para defender al donatario de
2. Que no haya existido contraprestación. las consecuencias del síndrome de abstinencia, o
3. Que la otra u otras personas consuman la dro- con fines de deshabituación.
ga voluntariamente, en presencia de quien la entre- 5. Que se trate de cantidades mínimas.
ga. El fundamento de la impunidad, como ya se ha
B. El segundo supuesto, de entrega de drogas a indicado, viene determinado porque, aun cuando se
adictos con fines de deshabituación o para evitar trata de actos de tráfico, éstos no producen difusión
los riesgos que tales crisis originan, no es aceptado de las drogas entre terceras personas indetermina-
unánimemente por la jurisprudencia siendo aún das, que es el resultado final que se pretende impe-
controvertido, si bien en los últimos pronuncia- dir y se prohíbe en el artículo 368 del CP.
mientos se va consolidando como mayoritaria tal Volviendo al punto de vista del peligro abstracto a
opinión en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. la salud pública, éste no aparece primordialmente
Partiendo del mismo fundamento que en los ca- excluido porque lo que se pretende no es crear un
sos de consumo compartido, la tesis que considera peligro para la salud del destinatario de la droga si-
atípico tal caso de donación se formula en palabras
2' STS de 16 de septiembre de 1996 A. 6617.
25 STS de 29 de mayo de 1996 A. 4282. Planteamiento que se
23 Así, entre otras, las SSTS de 18 de diciembre de 1992 ha mantenido, en forma reiterada, por el Tribunal Supremo en
A.10.446; 2 de noviembre de 1992 A. 8866; 27 de septiembre de las siguientes sentencias: 15 de julio de 1993 A. 6093; 16 de
1993 A. 7683; 6 de octubre de 1993 A.7291; 14 de abril de 1993 septiembre de 1993 A. 6695; 7 de febrero de 1994 A. 713; 8 de
A. 3264; 9 de febrero de 1994 A. 685; 3 de marzo de 1994 abril de 1994 A. 2902; 12 de septiembre de 1994 A. 7204; 23 de
A.1690; 16 de marzo de 1994 A. 2324; 17 de junio de 1994 A. diciembre de 1994 A. 9551; 11 de diciembre de 1995 A.9236; 16
5174; 19 de julio de 1994 A. 6654; 10 de noviembre de 1994 A. de enero de 1995 A. 76; 25 de enero de 1996 A. 296; 8 de fe-
8900; 20 de marzo de 1996 A. 2461 o 5 de febrero de 1996 A. brero de 1996 A. 813, culminando con la STS de 16 de sep-
793. tiembre de 1996, antes citada.

61
no procurar, por el contrario, la recuperación del tratamiento curativo que se siga o la ruina completa
mismo controlando y disminuyendo su adicción; de la persona que se pretende auxiliar" 29.
más bien, lo es porque la "facilitación" que se pro- Esta argumentación jurídica ha sido combatida
duce no esta dirigida a un grupo indeterminado y recientemente en la ya citada sentencia de 16 de
fungible de personas, sino concretamente a una septiembre de 1996, cuando afirma que "el su-
determinada, a cuya rehabilitación se pretende au- puesto concreto en el que el toxicómano se ve in-
xiliar excluyendo expresamente el que llegue a ser merso, pronto para la explosión mental que el sín-
destinada a terceros. drome de abstinencia representa, no se soluciona
Este fundamento explica que en algunas de las de inmediato con tratamientos médicos ni, por el
sentencias del Tribunal Supremo que comparten contrario, se agrava la dependencia porque se bus-
esta doctrina se declare la punibilidad cuando la quen remedios urgentes e inmediatos .... ", añadien-
entrega de la droga, aun efectuada con esos fi- do, acto seguido, que ".... otra cosa es que agotada
nes, se haga de forma que no garantice su no esta vía excepcional, facilitando un consumo curati-
difusión entre terceras personas distintas al des- vo o paliativo del mal ... no se aborden después los
tinatario. medios que la medicina ofrece al respecto".
26
Así la sentencia de 23 de diciembre de 1995 de- La cuestión que se discute, por tanto, es si este
clara típica la conducta porque "al no tratarse de consumo de droga puede ser calificado como con-
entrega directa ni, por tanto, consumo inmediato no sumo curativo o paliativo del mal.
podría controlarse el peligro de difusión a terceros", En la sentencia que se comenta así se configura,
o porque "la cantidad y pluralidad de las sustan- si bien como remedio excepcional, en el sentido de
cias .... significa en sí misma más posibilidades de que la entrega de drogas en este contexto sólo
"corte", que facilita grandemente la ampliación de su cumple una finalidad curativa inmediata, pero exi-
difusión ... " (STS 8 de febrero de 1996,f. giendo que cumplido su limitado fin, se abra el paso
Podemos resumir esta línea jurisprudencial di- al pertinente tratamiento médico.
ciendo que concibe el delito de tráfico de drogas
como un tipo que si bien no reclama, a diferencia de
lo que sucede en los delitos de peligro "concreto", la IV. SIGNIFICACION JURIDICO PENAL DE LA
producción de un peligro efectivo, si exige una ac- ADMINISTRACION CONTROLADA DE
ción apta para producir un peligro para el bien jurí- HEROINA A DROGODEPENDIENTES CON
dico como elemento material integrante del tipo del FINES DE DESHABITUACION
delito. Es decir, el tipo requiere:
a) Una acción que por sus propiedades materiales Con estas premisas se puede abordar la signifi-
sea susceptible de ser considerada, según un juicio cación jurídico penal de la administración controlada
de pronóstico, como peligrosa para la salud pública. de heroína a drogodependientes con fines de
b) La posibilidad de un resultado peligroso para deshabituación.
la salud pública, esto es, que el juez verifique si en
la situación concreta ha sido posible un contacto
entre la acción y la salud pública, en cuya virtud 1. La exclusión de la tipicidad
hubiese podido producirse un peligro efectivo para
ésta. a) La consideración del comportamiento como con-
Esta línea jurisprudencial, que como se dijo es ducta no abarcada en el delito del tráfico de dro-
hoy mayoritaria en el Tribunal Supremo, ha sido, no gas
obstante, contestada en otras resoluciones que van
a cuestionar el modo en que se han de tratar las La administración controlada de heroína a drogo-
situaciones de abstinencia de un drogadicto. En dependientes con fines de des habituación podría
esta tesis, minoritaria, el Tribunal Supremo conside- considerarse excluida de la tipicidad del artículo 368
ra que "la entrega de la sustancia de tal clase - del Código Penal, siempre y cuando se acepte -en
heroína- cualquiera que sea la intención que la consonancia con la línea jurisprudencial restrictiva
presida e incluso la de ayudarle para calmar su es- expuesta- que tal delito no debe entenderse como
tado de carencia, constituye el ilícito penal del artí- un delito de peligro abstracto puro.
culo 344 -hoy 36~"28. El fundamento de esta lí- En efecto, en la medida que la administración de
nea interpretativa radica en considerar que "no se heroína a drogodependientes se haga en el marco
auxilia a quien vive momentos de alteración por de un tratamiento deshabituador y en cuanto se ex-
drogadicción, aunque sean previos al síndrome de cluya toda posibilidad de difusión de la droga más
abstinencia, de la forma en que procedió la encar- allá de su destinatario concreto, la conducta no su-
tada -entrega de pequeñas cantidades de droga- pone "promover", "favorecer" o "facilitar" el consumo
, sino con el correspondiente tratamiento médico a de drogas a terceros indeterminados, que es el re-
que se le debe someter, pues facilitar más droga en sultado que trata de evitar la norma penal.
tales casos propicia el mantenimiento de la depen- Ello se corresponde con el dato de que tal con-
dencia y, lo que puede ser peor, el abandono del ducta no pone en peligro la salud pública: en primer
lugar, no puede ser calificada de peligrosa para el
,. STS de 23 de diciembre de 1995 A. 9551. bien jurídico de la salud pública si con ella se procu-
27 STS de 8 de febrero de 1996 A. 813.

28 Así las SSTS 11 de junio de 1992 A. 5200; 1 de octubre de


1993 A. 8093; 23 de junio de 1994 A. 5382; Ó 14 de octubre de
1994 A. 7916 29 STS de 29 de enero de 1996 A. 151.

62
ra la recuperación del drogadicto, controlando y efectos del síndrome de abstinencia en el drogode-
disminuyendo su consumo. Y en segundo lugar, y pendiente, de un lado, y, de otro, los supuestos en los
fundamentalmente, no existe posibilidad de que la que se trata de conseguir la deshabituación del adicto
droga llegue a terceras personas, pues la mediante la entrega periódica de tales sustancias.
"facilitación" que se produce no está destinada a un Pues bien, del primer grupo de casos, que podría-
grupo indeterminado y fungible de personas, sino mos calificar de tratamiento de choque -evitación
concretamente a una determinada, a cuya rehabili- del síndrome-- se diferencia el que es objeto de
tación se pretende auxiliar, excluyendo expresa- estudio en que no se trata de una entrega de heroí-
mente el que llegue a terceras personas. na al drogodependiente inveterado como un reme-
Por tanto, la conducta examinada será atípica dio excepcional para evitar o paliar los riesgos que
siempre que se den las siguientes condiciones: la crisis de abstinencia produce -único supuesto
1) Que el destinatario de la droga sea un drogo- admitido en la STS de 16 de septiembre de 1996-,
dependiente. sino que se trata de una administración continuada
2) Que el consumo sea voluntario y sin contra- de tal sustancia, integrando tal ingesta repetida en
prestacion alguna. un contexto rehabilitador.
3) Que se le suministre directamente la droga. Por otra parte, en relación a la entrega con fines de
La conducta sería por el contrario típica si se des habituación, la jurisprudencia comentada alude
permitiese al drogodependiente consumirla en otro por lo general a una vinculación afectiva, más o me-
lugar. La razón de ello radica en que en tales casos nos próxima, entre el dador y el receptor de las dro-
la droga así entregada escapa al control de quien la gas, lo que evidentemente no es el caso de estudio.
entrega y existe la posibilidad de su ulterior difusión
entre terceras personas, dando lugar a una acción
peligrosa para el bien jurídico protegido. 2. Solución en el ámbito de la justificación si la
4) Que la administración de la droga se realice en conducta se considerase típica
el marco de un tratamiento deshabituador para evi-
tar los riesgos de la crisis de abstinencia. Por estas razones, y para el caso de que se en-
Este requisito exige que el drogadicto acepte y tendiera que, conforme a esta otra interpretación
siga las indicaciones médicas del tratamiento. jurisprudencial, en un supuesto como el que es ob-
5) Tratándose de un tratamiento curativo o, al jeto de estudio se da ya la tipicidad, cabe, no obs-
menos, paliativo, sería necesario que se llevara a tante ello, alcanzar la impunidad en el ámbito de la
cabo, directamente o bajo su dirección, por profe- justificación y, en particular, por medio de la causa
sionales habilitados para prescribir un tratamiento de exención de la responsabilidad criminal conteni-
de tal naturaleza. da en el artículo 20.7º del Código Penal: el ejercicio
Bajo estas condiciones se puede, en atención a la legítimo de un derecho, oficio o cargo.
jurisprudencia existente para los casos de donación El que una conducta como la que analizamos, ca-
antes aludida, afirmar que la administración contro- so de que se estime típica, pueda estar amparada
lada de heroína a drogodependientes en el marco en dicha causa de justificación se basa, en nuestra
de un programa rehabilitador no plantea problemas opinión, en que la legislación vigente ampara la
jurídico-penales por no estar tipificada como con- administración de estupefacientes con fines de
ducta punible en nuestro Código Penal. deshabituación de drogodependientes, aunque su
administración en un tratamiento deshabituador no
se halle expresamente regulada.
b) Algunos inconvenientes que puede presentar Tal afirmación se fundamenta, en primer lugar, en
dicha tesis el principio general de que el uso de estupefacien-
tes como tratamiento deshabituador de toxicóma-
No obstante, la tesis acabada de exponer pre- nos no está prohibido, con carácter general, por la
senta algunos inconvenientes, que es preciso des- Ley; en segundo lugar, en que nuestra legislación
tacar: reconoce expresamente la administración de meta-
En primer lugar, el que se deriva de una jurispru- dona y otras sustancias estupefacientes a toxicó-
dencia minoritaria contradictoria con la tesis antes manos con fines de deshabituación y, por último, en
expuesta y que, como se anticipó anteriormente, va que la Ley de estupefacientes de 1967 autoriza el
a considerar siempre típica la donación de drogas, uso de la heroína a los fines de investigación médi-
con independencia de la finalidad perseguida con la ca y científica, incluidos los experimentos clínicos.
entrega. Vamos a pasar a demostrar estas tres premisas
En segundo lugar, que la tesis de la impunidad de para después perfilar la conducta sometida a consi-
la donación con fines altruistas no se corresponde deración de forma que se considere ajustada a de-
lineal mente con la administración controlada de he- recho, aunque se califique como típica.
roína a drogodependientes en el marco de un pro-
grama deshabituador.
En efecto, en la tesis jurisprudencial proclive a A. El uso de sustancias estupefacientes, como
considerar impunes ciertos casos de donación, se tratamiento deshabituador de toxicómanos, no
barajan dos supuestos diferentes, aunque aparez- está prohibido, con carácter general, por la Ley
can a veces expuestos de forma conjunta.
Son los casos de entrega de droga para paliar los En efecto, la Ley 17/1967 de 8 de abril, de estu-

63
pefacientes30 autoriza el uso de éstos como trata- Medicamento, así como a su legislación especial,
miento deshabituador de toxicómanos y establece conforme al artículo 41 de la Ley citada33•
una regulación de la administración de los mis-
mos. Así el artículo 22 de la citada Ley señala que
"no se permitirán otros usos de los estupefacien- B. Nuestra legislación reconoce expresamente la
tes que los industriales, terapéuticos, científicos y administración de meta dona y otras sustancias
docentes autorizados con arreglo a la presente estupefacientes a toxicómanos con fines de
Ley ... " deshabituación
Por su parte, los artículos 25 y 26 regulan los
centros que podrán realizar dicho tratamiento in- La administración de una sustancia estupefa-
dicando el primero de elios que "La Direccion ciente, como es la metadona, a toxicómanos con
General de Sanidad .... establecerá los centros de fines de des habituación viene gozando de recono-
asistencia especializados que sean necesarios cimiento expreso en nuestra legislación desde
34
para el tratamiento médico, aislamiento curativo y 1983 •
rehabilitación de aquellos enfermos que hayan de En la actualidad, el régimen de su aplicación se
someterse a tratamiento de desintoxicación "y el halla contenido en el Real Decreto 75/1990 de 19
35
apartado a) del artículo 26, asigna al Servicio de de enero , que ha ampliado el uso a otras sustan-
Control de Estupefacientes la obligación de cias, también estupefacientes, mencionadas en su
"suministrar los estupefacientes que sean nece- lista anexa a los efectos de un tratamiento desha-
sarios para el normal funcionamiento de dichos bituador de toxicómanos.
centros asistenciales y a controlar su posesión y Los requisitos a los que se someten los trata-
consumo .... " mientos con opiáceos a personas dependientes de
Finalmente, el artículo 77.1 dispone que tales sustancias son, según dicha normativa, los si-
"solamente los servicios de la Dirección General de guientes:
Sanidad podrán autorizar dosis extra terapéuticas de a) Centro autorizado o acreditado administrativa-
estupefacientes a toxicómanos, dentro de una mente.
pauta de des habituación, la cual se efectuará con El artículo 2 de dicho Real Decreto señala, en su
carácter de internamiento cuando dicho centro di- apartado 1, que: "Los tratamientos a que hace refe-
rectivo lo estime procedente". rencia la presente norma serán realizados única-
Lo que deba entenderse por "estupefaciente" vie- mente por centros o servicios sanitarios públicos, o
ne aclarado expresamente en la Ley antes citada, privados sin ánimo de lucro, debidamente acredita-
disponiendo en su artículo 2 que ':.4 los efectos de la dos para ello por los órganos competentes de la
presente Ley, se consideran estupefacientes las administración sanitaria de la Comunidad Autónoma
sustancias naturales o sintéticas incluidas en las o, en su caso, por los organismos competentes del
Listas I y 11de las anexas al Convenio Unico de Ministerio de Sanidad y Consumo".
1961 de las Naciones Unidas sobre estupefacientes b) Prescripción por facultativo.
y las demás que adquieran tal consideración en el El artículo 3.1 señala que: "La prescripción de los
ámbito internacional, con arreglo a dicho Convenio tratamientos regulados en la presente norma será
por el procedimiento que reglamentariamente se realizada por los facultativos de los centros o servi-
establezca". cios acreditados".
En las listas indicadas de la Convención Unica de c) Administración de los estupefacientos en forma
31
1961 aparecen como estupefacientes, entre otros, oral.
la heroína y la metadona. El artículo 3.4 dispone que "Los medicamentos
Por otra parte hay que tener en cuenta que la vi- utilizados para estos tratamientos serán prescritos,
gente Ley del Medicamento, de 20 de diciembre de formulados, dispensados y administrados en solu-
199032, considera a las sustancias estupefacientes ción oral extemporánea, siempre que sea posible".
como medicamento, denominándolas precisamente d) Acreditación de la drogodependencia de la per-
"medicamentos-estupefacientes", según se des- sona a tratar.
prende de los artículos 1.1, 31.2, 41 Y 91.2.b, en El artículo 9 del citado Real Decreto, modificado
relación con lo prevenido en el artículo 8.1 de dicha por RD de 15 de enero de 199636 exige, a efectos
Ley. de la inclusión en los programas de tratamiento re-
Por su configuración de "medicamentos especia- feridos, un previo diagnóstico confirmado de depen-
les" (aparecen regulados en la Sección Tercera dencia a opiáceos.
"Medicamentos estupefacientes y psicótropos" del
Capítulo IV "Medicamentos especiales" del Título 11 33 El artículo 1.1 de la Ley del Medicamento incluye en su ám-
"De los medicamentos" de la Ley), tales sustancias bito de aplicación "la ordenación de su uso racional y la inter-
quedan sometidas a las disposiciones de la Ley del vención de estupefacientes y psicotrópicos". Y concretamente
señala en su artículo 41 que "las sustancias medicinales estu-
pefacientes incluidas en la Convención Unica de Estupefacien-
30 Ley 17/1967, de 8 de abril, normas reguladoras por las que tes y las sustancias psicotrópicas incluidas en el Convenio so-
se actualizan las normas vigentes sobre estupefacientes adap- bre Sustancias Psicotrópicas y los medicamentos que las
tándolas a lo establecido en el Convenio de 1961 de Naciones contengan, se regirán por esta Ley y su legislación especial",
Unidas. BOE nQ 86 de 11 de abril de 1967 3. Regulado por medio de las Ordenes 20 de mayo de 1983, 31
31 Ratificada por España el 3 de febrero de 1966, BOE de 22 de de octubre de 1985 y de la Resolución de 22 de noviembre de
abril de 1966. El protocolo de su enmienda de Nueva York de 8 1985 de la Dirección General de Salud Pública. Véase De la
de agosto de 1975 se ratificó por España el 4 de enero de 1977, Cuesta, El marco, cit., pp. 381-382.
BOE de 15 de febrero de 1977 35 BOE nº 20 de 23 de enero de 1990.
32 BOE de 22 de diciembre de 1990. 36 BOE nº 44 de 20 de febrero de 1996.

64
e) Informes periódicos a organismos superiores. para una mejora de su salud, se hace uso de otras
El artículo 10 del RD citado impone la obligación posibilidades de actuación con otros medios.
al responsable facultativo de los centros o servicios Tal decisión podría estar amparada en la causa
acreditados para los tratamientos referidos, de in- de justificación antes aludida si se considera que la
formar trimestralmente a la comisión o a los órga- administración de heroína se hace en un contexto
nos administrativos competentes del Ministerio de rehabilitador o, al menos, con una pretensión de no
todas las vicisitudes de interés que hayan tenido lu- empeoramiento, con criterios médicos, contando en
gar con ocasión de su aplicación. todo caso con el consentimiento del afectado y co-
mo medio para evitar los sufrimientos que el sín-
drome de abstinencia a tal sustancia provoca en el
C. La Ley de estupefacientes autoriza el uso de la consumidor.
heroína a los fines de investigación médica y El recurso a un tratamiento alternativo como el
científica, incluidos los experimentos clínicos que se propone se enmarca, sin dificultad, en el
ámbito de las facultades que corresponden al co-
De lo expuesto, resulta que la utilización de cier- lectivo sanitario para conseguir una mejora de la
tos estupefacientes con fines de des habituación de salud de un muy particular grupo social, el de los
drogodependientes está reconocido en nuestro De- drogodependientes, "1 que se infieren de la Ley Ge-
3
recho sometiéndose, únicamente, su aplicación al neral de la Sanidad , en sus artículos 1, 3, 6, apar-
cumplimiento de determinados requisitos. tado 5 y 10, apartado 6.
La cuestión radica en saber si es posible usar con c) Deber de la administración sanitaria.
idénticos fines otro tipo de estupefacientes, cuya Conforme a estos preceptos, el derecho a la salud
administración no se halle expresamente regulada, reconocido en el artículo 43 de la CE de 1978 de-
como es el caso que aquí analizamos. termina el correspondiente deber en la administra-
A nuestro juicio, la respuesta a dicho interrogante ción sanitaria de realizar todas las actuaciones que
puede considerarse positiva y, en consecuencia, se sean necesarias para lograr la sanación y la rehabi-
estima que se podría efectuar un programa de litación funcional y social del paciente.
deshabituación de drogodependientes usando otro y no cabe duda que, aun en los reducidos már-
tipo de sustancias, distintas a las expresamente genes de una actuación científica o investigadora,
autorizadas en el RD 75/1990 ya referido y, con- es facultad del médico el intentar tal recuperación
cretamente, aplicando directamente la heroína. usando todos los medios a su alcance.
a) Uso de la heroína a los fines de investigación El que el medicamento-estupefaciente a usar -la
médica y científica. heroína- sea de por sí nocivo a la salud, no anula
No es óbice a ello el que la heroína tenga la con- lo dicho, pues los estupefacientes cuya administra-
sideración de "artículo o género prohibido", confor- ción se autorizan expresamente para el tratamiento
me al artículo 2.2 de la Ley de estupefacientes, y su deshabituador de toxicómanos también lo son.
remisión a la Lista IV del Convenio Unico de 1961, y por otro lado, no se puede olvidar la especial
pues ese mismo precepto autoriza la posesión y característica que se da en este tipo de personas,
uso de las sustancias estupefacientes prohibidas a cual es el que la adicción a la heroína no permite
los fines de "investigación médica y científica, in- fácilmente el recurso a sustitutivos como medio
cluidos los experimentos clínicos con dichos estu- deshabituador, lo que explica, por lo demás, el alto
pefacientes que se realicen bajo la vigilancia y fis- índice de fracasos en estos otros programas. Para
calización de la Dirección General de Sanidad". este colectivo tan singular de adictos a la heroína, el
Una interpretación amplia del concepto de inves- suministro controlado de la sustancia cumple de
tigación médica y científica comprendería el caso entrada una función paliativa (artículo 8.1. de la Ley
que analizamos, como fórmula para ensayar un del Medicamento) muy importante, paso previo a un
tratamiento alternativo con estupefacientes distintos ulterior tratamiento deshabituador, con la ventaja
de los ya reglamentados. añadida de no acudir a otras sustancias no consu-
De otro lado, el artículo 59 de la Ley del Medica- midas y por ello no deseadas por el drogodepen-
mento, define lo que debe entenderse por ensayo diente.
clínico diciendo que '~ los efectos de esta Ley se d) Ponderación de los intereses en conflicto.
entiende por ensayo clínico toda evaluación expe- En la ponderación de los intereses en conflicto,
rimental de una sustancia o medicamento, a través hay que tener en cuenta otro factor no menos im-
de su administración o aplicación a seres humanos, portante y es el relativo a que una administración de
orientada hacia algunos de los siguientes fines: es- heroína en tal contexto constituye además una for-
tablecer su eficacia para una indicación terapéutica, ma de asegurar un control sobre la nocividad del
profiláctica o diagnóstica determinada .... " producto, evitándose los riesgos añadidos para la
b) Tratamiento médico alternativo. salud del adicto que conlleva su adquisición en el
Los destinatarios de tal programa de deshabitua- mercado ilícito.
ción deben ser personas adictas en las que se ha Todo ello sin olvidar las implicaciones psicológi-
constatado el fracaso de otros programas de recu- cas, sociales y familiares que la adicción a este tipo
peración, por lo que la decisión de aplicar otro tra- de sustancias provoca y que, sin duda, deben tam-
tamiento constituye una decisión típicamente médi- bién ser tenidas en cuenta desde el punto de vista
ca, en el sentido de que, constatada la ineficacia del
tratamiento hasta entonces seguido con el paciente
37 Ley 14/1986 de 25 de abril. BOE nº 102 de 29 de abril.

65
de mejorar o, al menos, no empeorar la salud del tratamiento de la sustancia en cuanto se constate el
afectado. apartamiento de dichas prescripciones.
La mayor nocividad de la heroína, su evidente
demanda por otros consumidores y su configura-
ción como estupefaciente "prohibido", aconsejan
D. Configuración de la conducta de administración que el consumo de la droga entregada sea inme-
de heroína a toxicómanos para que desde esta diato y en presencia de los facultativos responsa-
perspectiva se considere conforme a Derecho bles del proyecto.
6. Carácter desinteresado del sometimiento al
De todo lo anterior, deducimos que la entrega tratamiento.
controlada de heroína a toxicómanos se considera- Por último, el sometimiento al tratamiento alterna-
rá, aun en el caso de que se considere típica, con- tivo que se propone debe ser en todo caso gratuito,
forme a Derecho siempre que se den los siguientes sin expectativa de remuneración alguna por quienes
requisitos: decidan someterse al mismo.
1. Elaboración del pertinente programa de actua-
ción.
Se ha de definir esta actuación como "Proyecto E. Conclusión sobre la posible justificación
de atención a drogodependientes". de la conducta
En consecuencia, es preciso incardinar tal actua-
ción en tal contexto programático, en atención a lo Bajo estas condiciones, creemos que es posible
ya visto sobre el uso y posesión de sustancias es- configurar la entrega controlada de heroína a dro-
tupefacientes prohibidas, como la heroína, en la godependientes como una decisión estrictamente
medida que es requisito de la pertinente autoriza- médica respecto de un tratamiento alternativo, en-
ción administrativa la existencia de un proyecto mé- cuadrable en la eximente del artículo 20.7 del Códi-
dico-científico de investigación. Y lo mismo habría go Penal, al estar amparada tal conducta en los de-
que decir si la iniciativa se inscribe en el ámbito de rechos que en el ejercicio de su profesión la Ley
un ensayo clínico en los términos establecidos en la General de Sanidad atribuye al personal médico y
Ley del Medicamento. sanitario en la atención a la salud de la ciudadanía.
2. Prescripción por facultativo. Ahora bien, por exigencias de la Ley de estupefa-
La reglamentación existente sobre el uso con fi- cientes, habrá de encuadrarse, necesariamente, en
nes de deshabituación de estupefacientes, el RD el ámbito de un proyecto científico o de investiga-
75/1990 ya citado impone la presencia de un facul- ción, o en los estrictos márgenes de un experimento
tativo para la prescripción de aquéllos, por lo que, clínico.
coherentemente, tal debe ser aquí también el crite- Pero si se trata de escudriñar nuevas alternativas
rio. Además, al caracterizarse el uso de heroína a tan importante problema sanitario y social, como
como tratamiento alternativo, es claro que debe exi- el que representan en nuestra sociedad los drogo-
girse también la pauta médica del tratamiento. dependientes de la heroína, no parece que afirmar
3. Consentimiento del interesado. en tales casos la impunidad de la conducta sea algo
La aplicación de la causa de justificación invocada excesivo y desproporcionado.
exige, en consonancia con la doctrina general del En todo caso, la limitada operatividad de la pro-
tratamiento médico, contar con la aquiescencia del puesta -por exigencias del artículo 2 de la Ley de
interesado. Consentimiento que por imperativo de la estupefacientes- puede representar, si la iniciativa
Ley General de Sanidad, ya citada, artículo 10, resulta exitosa, una vía muy importante para una
apartados 5 y 10, ha de ser informado, en el sentido aplicación más amplia de dicha experiencia, a tra-
de que el paciente debe saber los riesgos y conse- vés de su expresa regulación legal. Para ello sería
cuencias que su admisión produce, así como otras necesaria la reforma de la Ley de estupefacientes y
alternativas de des habituación. la regulación expresa de la administración de heroí-
4. Acreditación de su condición de toxicómano. na como tratamiento deshabituador3B•
Este requisito es coherente con el ya existente
para la aplicación de otras sustancias estupefa-
cientes en los casos reglamentados, y es especial- V. ANALlSIS DE OTRAS RESPONSABLlDADES
mente indicado aquí, dado que la actuación que
estudiamos parte de la constatación del fracaso de Por último, hemos de referirnos a si esta actua-
otras vías de des habituación. ción daría lugar a una responsabilidad administrati-
5. Sujeción por el interesado a la pauta deshabi- va.
tuadora marcada por el facultativo. A estos efectos, hay que atender al artículo 25 de
Este requisito responde a la necesidad de asegu- la Ley Orgánica 1/1992, de 2 de febrero, sobre
rar, por un lado, que el destino de la droga entrega- protección de la Seguridad Ciudadana39, donde se
da sea el correcto y, de otro, que el paciente pueda
alcanzar la deshabituación pretendida.
38 La Ley de estupefacientes ha quedado desfasada y se con-
Es responsabilidad de los encargados de la en- sidera por la doctrina que es absolutamente imprescindible la
trega de heroína controlar que ésta se consuma por aprobación de una nueva ley que regule los aspectos de trata-
el interesado y que además siga las indicaciones miento y rehabilitación de los toxicómanos. Véase De la Cuesta,
El marco, cit., p. 386; Prieto Rodríguez, El delito, cit., pp. 83 Y
médicas del tratamiento, debiendo suspenderse el ss.
3. BOE n9 46 de 22 de febrero de 1992.

66
establece que: "Constituyen infracciones graves a conforme a la Exposición de Motivos de la Ley y a
la seguridad ciudadana el consumo en lugares, ví- su artículo 1, donde se establece que el fin de esta
as, establecimientos o transportes públicos, así co- Ley no es más que la protección del libre ejercicio
mo la tenencia ilícita, aunque no estuviera destina- de los derechos y libertades, garantizando la segu-
da al tráfico, de drogas tóxicas, estupefacientes o ridad ciudadana mediante la eliminación de la vio-
sustancias psicotrópicas, siempre que no constitu- lencia en las relaciones sociales y la remoción de
yan infracción penal .... " los obstáculos que se opongan a la plenitud de di-
No cabe duda que la tenencia de heroína, por chas libertades y derechos. Pues bien, parece claro
parte de los responsables del proyecto médi- que el programa médico-científico que se propone
co-científico de deshabituación de toxicómanos, no de des habituación de estas personas lejos de
realiza el supuesto de hecho previsto en la norma, afectar a esa seguridad, la potenciaría desde el
pues la tenencia de esta droga es lícita, al estar momento que el fin perseguido es la deshabituación
autorizada en el marco del proyecto de deshabitua- del toxicómano, con la lógica consecuencia de eli-
ción; además, tal posesión no se da en lugares, vías minar tensión social en un grupo de riesgo como el
o establecimientos públicos, sino en centros acre- que conforman los toxicómanos.
ditados para ello. En conclusión, de la conducta objeto de estudio
Por otro lado, este precepto debe ser interpretado no se deriva responsabilidad administrativa alguna.

L. DE SEBASTIÁN, Neoliberalismo global


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A. M. PEÑA FREIRE, La garantía en el Estado constitu-
cional de derecho
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C. CÁRCOV A, La opacidad del derecho
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de la Unión Europea
A. LIPIETZ, Elegir la audacia
D. GUERRERO, Historia del pensamiento económico
heterodoxo
J. R. CAPELLA
Fruta
B. CLAVERO J. TERRADILLOS (ED.), Derecho penal del medio ambiente
Happy L. COLLADO y M. C. PIQUERAS, El subsidio por desempleo
prohibida
Constitution
296 pp. M. RAMÍREZ (ED.), El Parlamento a debate
2.600 ptas. (r.) 277 pp.
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67
El sistema de penas en el Código Penal de 1995
Carmen SALlNERO ALONSO

1. INTRODUCCION considerarse negativos o, por el contrario, dervir-


tuando lo positivo que pueda tener.
Desde que en 1978 se promulgara la Constitu- Desde esta perspectiva el sistema de sanciones
ción española y con ella se conformara el nuevo de nuestro NCP debía ser reflejo de los valores
marco social, económico y jurídico de nuestra so- propios de un Estado Social y Democrático de De-
ciedad se hizo evidente la necesidad, gestada recho expresados en torno a un Derecho penal pre-
tiempo atrás, de un cambio en nuestro ordena- ventivo -principios de legalidad, irretroactividad,
miento punitivo -fundamentalmente de nuestro proporcionalidad o resocialización, entre otros-o
Código Penal- que acomodara el mismo a los Pero es que al tiempo, y aquí los problemas son
valores constitucionalmente proclamados. numerosos, su contenido, las concretas figuras di-
Así, desde esa fecha hasta hoy el proceso de re- señadas por el legislador, deben ser aplicables y
forma de la legislación penal ha seguido dos cami- factibles, debiendo dotarse a la Administración pe-
nos diferentes aunque paralelos por cuanto el pri- nitenciaria de los medios y recursos económicos y
mero de ellos es consecuencia de la falta de humanos necesarios para su puesta en práctica, lo
concreción del segundo. que hasta el momento no ha ocurrido. Si a ello le
En efecto, la primera vía pretendía la adaptación y unimos la necesidad de que la reforma de la ley pe-
acomodamiento del contenido del Código Penal a nal, como parte de un sistema penal global del que
los principios constitucionales a través de reformas tan sólo es una de sus fases, debe ir acompañada,
parciales y sectoriales'. Esta técnica del parcheo a su vez, de una reforma sosegada y seria de las
coyuntural que, con mayor o menor fortuna normas procedimientales y de ejecución de penas,
"constitucionalizó" aspectos importantes de nuestro el panorama que se nos presenta no es en modo
texto punitivo, fue necesaria para paliar la falta de alguno alentador.
un Código Penal de nueva planta que no terminaba No obstante y sin entrar en valoraciones críticas y
de ver la luz'. reflexiones que por sí solas merecen una mayor
Por otro lado, el segundo camino, más racional y atención y que me apartarían del objeto del trabajo,
coherente, se concretaba en la idea de dotar a la pasaré a tratar el sistema de penas configurado por
sociedad española de un nuevo texto que fuera fiel el legislador de 1995, en el entendimiento de que el
reflejo de sus necesidades, las necesidades propias mismo forma junto, con las medidas de seguridad,
de una sociedad pluralista y democrática. Sin em- las consecuencias accesorias y la responsabilidad
bargo los avatares políticos y, sobre todo, la falta de civil derivada del delito, el conjunto de consecuencias
voluntad de nuestros legisladores han llevado a te- jurídicas diseñado por el NCP.
ner que esperar más de quince años para que este
proceso culminara con la promulgación de un nuevo
Código Penal (NCP), el de 1995'. 11. SISTEMA DE PENAS
Hasta qué punto este recién estrenado texto puni-
tivo, en cuanto intitulado "Código Penal de la De- El sistema de sanciones que recogía el anterior
mocracia", responde a las expectativas creadas es CP y que procedía en su mayor parte de los códi-
una duda que el tiempo, la doctrina y nuestros tri- gos de 1848 y 1870, era fiel reflejo de su doble ori-
bunales despejarán a través de sus aportaciones y gen: liberal, especialmente en el sistema de penas,
resoluciones. y totalitario en relación a las medidas de seguridad'.
Pero desde luego sobre lo que no hay duda algu- Ciertamente el sistema de penas se asentaba,
na es que el sistema de sanciones por el que se como en el texto actual, sobre la privación de liber-
opte constituye uno de los puntos de referencia tad como pena por excelencia', pero su duración
fundamental -a mí modo de ver el más relevante- desde un día hasta treinta años, sus diversas de-
para conocer la política criminal que le orienta, li- nominaciones -arresto, prisión, reclusión-, y su
mando en buena parte los aspectos que puedan complicado proceso de individualización -grado
superior e inferior, grado mínimo, medio y máxi-
1 De entre ellas destaca la LO 8/1983 de 25 de junio de Re- mo-, hacían necesario un cambio profundo, cuan-
forma Urgente y Parcial de Código Penal y la LO 3/1989 de 21
dejunio. do no radical, del mismo.
De hecho, como "saqueo" de los textos prelegislativos fue- Por ello que el sistema de penas que establece el
ron consideradas las numerosas reformas y adaptaciones abor- nuevo texto -y que procede con ciertos retoques
dadas por el legislador penal a partir de 1983. En este sentido el
Prof. Gimbernat Ordeig en su Prólogo a la Sexta edición del Có-
digo Penal de Tecnos, aunque posteriormente y a la vista de los , Así Berdugo Gómez de la Torre, l.: "El Proyecto de Código
aspectos negativos del Código Penal de 1995, concluye que el Penal de 1992. Cuestiones de Parte General", en Revista del
derogado era un gran Código. Vid. el Prólogo a la Segunda edi- Foro Canario, núm. 87,1993, pág. 67.
ción del Código Penal de 1995. , Por mucho que se haya reducido el uso de la pena de pri-
, El proceso de reforma arranca con el Proyecto de Código sión limitando su duración y el legislador haya potenciado los
Penal de 1980, la Propuesta de Anteproyecto de Código Penal sustitutivos y la pena de multa, lo cierto es que la privación de
de 1983 -quizás los textos más perfeccionados y debatidos por libertad, continua o discontinua, sigue siendo la sanción princi-
la doctrina-, el Proyecto de Código Penal de 1992 y, finalmente pal sobre la que gira el sistema de penas articulado por el nuevo
el Proyecto de Código Penal de 1994. Código Penal.

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no siempre afortunados del proyecto de 1980'- se al mismo tiempo las reglas de determinación de la
suponga la aportación más novedosa y positiva de pena. Asimismo desaparecen penas anacrónicas y
todo el CP de 1995'. Y no sólo porque los principa- totalmente desfasadas como el extrañamiento, el con-
les cambios y transformaciones, en relación bási- finamiento, el destierro, la caución, la pérdida de la na-
camente a la teoría del delito y al resto de la parte cionalidad española o la reprensión pública", penas
general, ya se habían llevado a cabo de manera que en la práctica habían quedado relegadas a esca-
parcial a través de las diversas modificaciones y sos delitos y que apenas se aplicaban".
reformas sufridas por el derogado Código de 1944, La segunda nota que caracteriza el sistema pe-
sino y, fundamentalmente, porque siendo el sistema no lógico del NCP es su modernización por cuanto
de sanciones uno de los puntos claves de cualquier no solo desaparecen determinadas penas, sino que
reforma global del Derecho penal, el nuevo texto se al tiempo se introducen otras nuevas como el
ha convertido en punto de referencia de las tenden- arresto de fin de semana o el trabajo en beneficio
cias político criminales dominantes en nuestro en- de la comunidad. Además alguna de las previstas
torno'. en el anterior texto se reubican -por ejemplo, el
Además, a lo expuesto debe unirse la idea de que comiso pasa a considerarse como una
la pena se basa en su necesidad y utilidad, que la "consecuencia accesoria"- o se les dota de un
misma debe ser proporcionada a la gravedad del contenido totalmente nuevo, como es el caso de la
delito y a la culpabilidad del autor y que, al menos la pena de multa.
privativa de libertad -pero no sólo ella-, debe Por último, y quizás lo más importante, es la su-
orientarse en su aplicación y ejecución hacia la re- presión, en principio, de las penas privativas de li-
educación y reinserción del reo -arto 25.2 CE- bertad de corta duración -por debajo de los seis
como fin último de la pena. meses-, utilizando en su lugar penas alternativas,
Teniendo presente lo anteriormente manifestado penas alternativas que, a su vez, pueden dar lugar
no es difícil destacar los pilares básicos en los que a su posible suspensión a través de la condena
se fundamente el nuevo sistema de penas del ac- condicional.
tual CP.
Así y como primera singularidad del sistema de pe-
nas instaurado por el legislador de 1995 es su ruptura 111. CLASES DE PENAS
respecto al previsto por el derogado texto de 1973. En
efecto, se produce una apreciable simplificación de las De acuerdo con el artículo 32 del NCP las penas
clases de penas, desapareciendo afortunadamente las a imponer, ya sea con carácter principal o como ac-
diferentes denominaciones -con base en su dura- cesorias", pueden ser privativas de libertad, privati-
ción- de la pena privativa de libertad, y simplificándo- vas de otros derechos y multa. A la vez y en función
de su naturaleza y gravedad las penas anteriores
se clasifican en penas graves, menos graves y le-
, El sistema de penas acogido por el Proyecto de CP de 1980 ves -arto 33-; división que ha de relacionarse ne-
es obra fundamentalmente del Prof. Gimbernat Ordeig, tal y co-
mo reconoce, entre otros, Mir Puig, S.: Derecho Penal. Parte cesariamente con el contenido del artículo 13 que
General, op. cit., pág. 683 Y en "Alternativas a la prisión en el recoge una clasificación tripartita de los ilícitos pe-
Borrador de Anteproyecto de Código Penal de 1990", en Home- nales en delitos graves, delitos menos graves y fal-
naje a J. del Rosal, Madrid, 1993, pág. 844.
, En este sentido la generalidad de la doctrina, Muñoz Con- tas, cuyas consecuencias procesales se prevén en
de/García Arán: Derecho Penal. Parte General, 2ª ed., Valencia,
1996, pág. 521; MIR PUIG, S.: Derecho Penal. Parte General,
ª
la disposición final 1 del Código Penal".
4@ed., Barcelona, 1996, Gracia Martín (Coord.)/Boldova Pasa- De otra parte y no existiendo más penas que las
mar/Alastuey Dobón: Las consecuencias jurídicas del delito en
el nuevo Codigo penal español, Valencia, 1996, pág. 9; Mapelli
CaffarenafTerradillos Basoco: Las consecuencias jurídicas del " En contra de la supresión de la pena de reprensión pública y
delito, 3ª ed., Madrid, 1996, pág. 15; Sánchez García, M.I.: "El arresto menor por considerar que las mismas eran de gran utili-
sistema de penas (1)", en la Ley, año XVII, núm. 4010,8 de abril dad para la prevención de delitos menos graves y/o de faltas,
de 1996, pág. 1. Serrano Butragueño, l.: Las penas en el nuevo Código Penal,
, Al respecto y tal y como señala Sánchez García, l.: "El sis- Granada, 1996, pág. 23.
tema...(I)", op. cit., pág. 1, muchas de las novedades que recoge 10 A pesar de esta simplificación lo cierto es que algún sector

nuestro legislador de 1995 provienen del Proyecto Alternativo al doctrinal entiende que el número de penas puede considerarse
Código Penal alemán de 1966, fundamentalmente la supresión excesivo si lo ponemos en relación con las previsiones conteni-
de la pena privativa de libertad menor a seis meses; propuesta das en otros Códigos penales, como el Código Penal alemán,
que, sin embargo, no llegó a cuajar en el Código Penal alemán austriaco, portugués o sueco. En este sentido Manzanares,
de 1975 que se limitó a suprimir la prisión inferior a un mes y a J.L.ICremanes, J.: Comentarios al Código Penal, Madrid, 1996,
sustituir la misma por la pena de multa. Vid. también, Mir Puig, páq.20.
S.:"Alternativas a la prisión en el Proyecto de Código Penal de 1 A pesar de la redacción del precepto "Las penas que
1992", en Revista del Foro Canario, núm. 89,1994, pág. 59. pueden imponerse ..., bien con carácter principal bien como
No obstante, y a pesar de que nuestro legislador a la hora del accesorias, son privativas de libertad, privativas de otros de-
debate parlamentario manejó abiertamente el conjunto de reco- rechos y multa", únicamente las penas privativas de derechos
mendaciones internacionales sobre las últimas orientaciones en pueden imponerse como accesorias de acuerdo con los artí-
materia de penas y alternativas a la privativa de libertad, lo culos 54 a 57.
cierto es que el resultado no es del todo satisfactorio. Así no se 12 La modificación afecta a los artículos 14.3 y 779 de la

contempla, por ejemplo, la "suspensión del fallo" -recogida, sin LECr., de tal modo que el conocimiento y fallo de los delitos
embargo, en el PCP de 1980 y PACP de 1983-; la condena menos graves queda reservado al Juzgado de lo Penal, mien-
condicional, aun recogiéndose con mayor amplitud que en el tras que los delitos graves caen bajo la competencia de las dis-
texto derogado, se reserva únicamente a las penas privativas de tintas audiencias provinciales. En este sentido cabe destacar el
libertad exigiéndose unos requisitos que la limitan sustancial- "vaciado" de competencias que sufren los juzgados de lo penal
mente; la falta de virtualidad de la responsabilidad civil como en detrimento de las audiencias provinciales, peor dotadas eco-
medio alternativo o, en todo caso, complementario de la pena nómica, humana y materialmente que aquellos. Además el
en determinados casos, o la previsión de que la responsabilidad "efecto dominó" se dejará sentir, a su vez, en la Sala Segunda
personal subsidiaria se sustancie como pena privativa de liber- de nuestro Tribunal Supremo, que volverá a ver como se colap-
tad. sa a consecuencias de los recursos de casación.
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señaladas en el artículo 32, el legislador de 1995, Sin embargo, un estudio más detallado de todo el
sin embargo, vuelve a introducir un precepto -arto articulado del NCP pone en evidencia, tanto a la
34 del NCP que reproduce, con mayor rigor jurídico, alta como a la baja, esta afirmación.
el contenido del anterior arto 26-, según el cual se En efecto, en determinados supuestos el límite
reputa que no es pena lo que efectivamente no lo mínimo de la pena de prisión puede ser inferior a
es: la detención y prisión preventiva y demás medi- los seis meses. Este sería el caso del cumplimiento
das cautelares de naturaleza penal; las multas y co- de la responsabilidad subsidiaria por impago de
rrecciones de carácter gubernativo o disciplinario y multa: de acuerdo con el módulo de conversión fija-
las privaciones de derechos y sanciones reparado- do en el artículo 53.1, el condenado deberá cumplir
res de índole civil o administrativa". un día de privación de libertad por cada dos cuotas
diarias no satisfechas, señalándose a renglón se-
guido, "que podrá cumplirse en régimen de arresto
IV. PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD de fin de semana ... o mediante trabajos en beneficio
de la comunidad"; cumplimiento que en cuanto
Como ya apuntamos la pena privativa de libertad "facultativo" deja una puerta abierta a una privación
sigue siendo la pena estrella de nuestro sistema de libertad continuada.
punitivo, estableciéndose tres variantes: la prisión, Otra vía de entrada a la prisión de menos de seis
el arresto de fin de semana y la responsabilidad meses es la previsión contenida en el artículo 37.3
personal subsidiaria por impago de multa" (art. 35 en relación al quebrantamiento de condena de la
CP). pena de arresto de fin de semana, supuesto en el
que el juez de vigilancia podrá acordar que el
arresto se ejecute ininterrumpidamente.
IV.1. La prisión Sin embargo, y como acierto, hay que aplaudir su
inclusión, el artículo 71.2 del CP señala que si a
La pena de prisión tendrá naturaleza de pena consecuencia de tener que aplicar la pena inferior
grave o menos grave dependiendo de su duración: en grado resultare una pena de prisión inferior a los
de seis meses a tres años será pena menos grave y seis meses "ésta será en todo caso sustituida con-
de más de tres años se considera pena grave. forme a lo dispuesto en la Sección 2ª del capítulo 111
Independientemente de esta particularidad, que de este Título -arresto de fin de semana o multa-
por otro lado tiene su correspondencia en la nueva sin perjuicio de la suspensión de la ejecución de la
clasificación que de las infracciones penales realiza pena en los casos en que proceda"; suspensión que
el artículo 13 del CP, y de la simplificación operada estará condicionada a que el condenado haya de-
en orden a su denominación, la novedad más signi- linquido por primera vez -arto 81.1- o tratándose
ficativa es su duración, al establecerse un período de reincidente que no sea reo habitual -arto 94- y
mínimo de seis meses y máximo de veinte años. se den todos los requisitos exigidos en el artículo 87
y ciertamente, en principio y desde un punto de del CP16.
vista meramente programático, parece que el NCP Fuera de estos casos de posible suspensión si en
abandona las penas de prisión de menos de seis aplicación de las reglas de sustitución previstas en
meses y de más de veinte años, haciéndose eco de el artículo 71.2 el reo quebranta el arresto de fin de
esta forma de las orientaciones político criminales semana o impaga la multa impuesta, deberá enten-
más avanzadas y de la doctrina más autorizada que derse que entrarán en vigor las previsiones conte-
pedían la supresión de las penas privativas de li- nidas en los citados artículos 37.3 y 53.1 del CP,
bertad de corta y de muy larga duración".
años causa en el penado daños irreversibles en su personali-
13 Aun no reputándose penas porque no lo son en virtud del dad, destruyéndolo como ser social- y, además. obligan a in-
principio de presunción de inocencia constitucionalmente pro- troducir sistemas de reducción de la duración -el famoso arto
clamado, el tiempo de privación de libertad sufrido preventiva- 100 de la reducción de las penas por el trabajo, o los indultos
mente por el condenado se abonará en su totalidad para el generales prohibidos en la actualidad por la CE-. Por último
cumplimiento de la pena o penas impuestas. Del mismo modo desde un punto de vista preventivo general no parece que las
se operará en las privaciones de derechos acordadas cautelar- penas de prisión de muy larga duración sean efectivas ya que
mente (art. 58 CP). estadisticamente esta constatado que un recrudecimiento en el
" La pena de responsabilidad personal subsidiaria es nor- castigo no conduce a un retroceso de los delitos sancionados ya
malmente conocida en los ambientes judiciales como "arresto muy severamente.
sustitutorio". Por otra parte las penas cortas de prisión también se critican
" Sobre las críticas vertidas a las penas privativa de libertad por similares razones: el ingreso por un breve período de tiempo
de muy larga y corta duración. Vid. por todos. Cerezo Mir. J.: no permite que el tratamiento penitenciario consiga los efectos
"Consideraciones político-criminales sobre el nuevo Código Pe- resocializadores deseados, al no permitir la realización y con-
nal de 1995, en La Ley, núm. 4.063, de 21 de junio de 1996, clusión de las supuestas tareas resocializadoras. En cambio
pág. 2; Muñoz Conde/García Arán: Derecho Penal. Parte Gene- tiene todos los inconvenientes de la cárcel: el contacto criminó-
ral, op. cit.. pág. 528 Y ss; De la Cuesta Arzamendi. J.L.: geno y la estigmatización, obligando al condenado a interrumpir
"Alternativas a las penas cortas privativas de libertad en el Pro- su vida familiar y profesional. a romper el contacto con sus ami-
yecto de 1992". en Homenaje a J. del Rosal. Madrid, 1993,319 gos y su medio social y a ingresar en el mundo carcelario, que
Y ss; Cid Moline: ¿Pena justa o pena útil? El debate contempo- hoy por hoy sigue siendo la mejor escuela de criminalidad.
ráneo en la doctrina penal española, Madrid. 1994; Boldova Pa- Además estas penas se imponen por conductas en ningún caso
samar, M.A.: Las Consecuencias jurídicas, op. cit.. págs. 93 y graves, lo que posibilita el recurso a medidas menos lesivas que
ss; Mapelli CaffarenalTerradillos Basoco: Las consecuencias la prisión continuada.
jurídicas ...• op. cit., págs. 68 Y ss. 16 Tal y como afirman Mapelli CaffarenalTerradillos Basoco:
Las razones por las que se critica la prisión de larga duración Las consecuencias jurídicas ...• op. cit.. pág. 74, si bien en el
no son sólo humanitarias, sino que asisten razones de carácter régimen general la suspensión de la pena es potestativa, en el
práctico en cuanto que son contrarias a la reinserción por la de- caso del artículo 71.2 resulta obligada por ministerio de ley, por
socialización que suponen del condenado --{;riminológicamente lo que de concurrir las circunstancias del articulo 81 deberá
está comprobado que un internamiento superior a los quince siempre suspenderse la ejecución.
70
resurgiendo de nuevo la prisión continuada de me- Por último, cabe apreciar una considerable reduc-
nos de seis meses. ción de las penas accesorias en relación a la de pri-
Por último, y en relación a las penas de prisión de sión. El automatismo que caracterizaba el sistema
corta duración, señala Mir Puig" que caben tres ví- de penas accesorias en el anterior texto y la reite-
as para proscribirlas: renunciar a toda pena, acudir rada crítica de la doctrina a su efecto perturbador
a otras penas -arresto de fin de semana o multa- para las posibilidades resocializadoras del conde-
o suspender condicionalmente la ejecución de la nado, son los pilares de la nueva regulación'o. Así la
pena. Sin embargo, como el mismo autor llegó a re- inhabilitación absoluta será pena accesoria cuando
conocer en relación al PCP de 1992" no puede pa- la prisión sea igualo superior a los diez años -arto
sar inadvertido el hecho de que en algunos su- 55- y tratándose de una prisión de hasta diez años
puestos la fijación de este límite mínimo -seis el Tribunal podrá imponer como accesoria la sus-
meses- ha supuesto un endurecimiento sustancial pensión de empleo o cargo público o la inhabilita-
de la sanción penal. Así, por ejemplo, motivos que ción especial pero siempre que exista una relación
en nada han tenido en cuenta la gravedad del in- directa entre el delito cometido y el derecho afecta-
justo han determinado que la pena del hurto se ha- do.
ya visto incrementada en el triple respecto al ante-
rior CP. En efecto, de una parte invocaciones
preventivo generales mal entendidas y, de otro, la IV.2. El arresto de fin de semana
inoportunidad práctica de castigar tal conducta con
penas de multa -que de ser muy elevada supon- La segunda pena privativa de libertad prevista por
dría normalmente su impago y de ser de escasa el legislador de 1995 es el Arresto de Fin de Sema-
cuantía podría dar lugar a que la delincuencia pa- na (AFS)". Con esta pena y junto a la de multa se
trimonial resultara rentable-, han llevado a este in- aspira a cubrir el hueco dejado por la prisión de
deseable endurecimiento punitivo, en todo caso, di- menos de seis meses de duración".
fícilmente casable con el pretendido espíritu En principio su inclusión merece un juicio positi-
progresista del legislador de 1995. vo", es una buena medida alternativa a la prisión
Pero es que, como ya adelanté más arriba, en corta y cumple también su función como sustitutivo
torno a la pretendida reducción, por lo alto, de la de penas privativas de libertad de hasta 2 años de
pena de prisión resulta lamentable comprobar que, duración, pero no hay que olvidar que la bondad de
aun situado con carácter general este límite máximo una institución se demuestra lIevándola a la práctica
en veinte años, pueda, no obstante, verse rebasado y que la falta de medios económicos, materiales y
al admitir esta posibilidad el artículo 36 del CP. Así humanos van hacer, están haciendo ya, muy difícil
los veinte años de privación de libertad pueden su adecuada y correcta ejecución".
convertirse, con carácter general, hasta en treinta El AFS aparece recogido en el artículo 37 del CP y
de conformidad con las reglas establecidas en el tiene la consideración de pena menos grave -cuando
artículo 70.2.1 Q -pena superior en grado- y en el su duración es de siete a veinticuatro fines de sema-
arto 76.1.a) y b) -concurso real de delitos-o Ade- na- o pena leve -de uno a seis fines de semana-o
más con independencia de esta exacerbación ex- Por tanto no cabe imponer una pena de más de veinti-
tensible con carácter general a todos los delitos, la
parte especial del CP castiga determinadas figuras condenados a cadena perpetua son indultados antes de los
veinticinco años de cumplimiento efectivo y en Italia suele con-
con penas de prisión que exceden este límite -arto cederse el indulto o la libertad condicional en torno a los veinte
572.1.2Q para el terrorismo, arto 473 sobre rebelión, años.
20 Mapelli Caffarenafferradillos Basoco: Las consecuencias
arto 485 por matar al Rey o algún miembro de la fa-
juridicas ...• op. cit., págs. 84 y 85.
milia real, o el arto 140 en relación al asesinato mul- " La generalidad de la doctrina alude su carácter novedoso
ticircunstanciado-. dentro del sistema de penas del CP de 1995. pero no puede
Si a lo expuesto añadimos el hecho de que el NCP pasarse por alto que aparecía incluida como medida de seguri-
dad en la derogada Ley 16/1970, de 4 de agosto sobre Peligro-
destierra la figura de la redención de las penas por el sidad y Rehabilitación Social, arts. 5.49 y 6.79 b) Y que todos los
trabajo (art. 100 del VCP), que bajo el anterior texto prelegisladores desde 1980 hasta hoy la han incluido en el ca-
venía a reducir considerablemente -sobre un ter- tálo,go de penas.
, Lo que no significa que los delitos que antes estaban casti-
cio- el tiempo de condena, no parece que las cosas gados con hasta 6 meses sean castigados ahora con arresto de
hayan cambiado de forma sustancial respecto a la fin de semana. Muestra de ello es el hurto que se castiga ahora
de seis a dieciocho meses.
situación anterior. Por ello no resultan tan desacerta- " Señalan Mapelli Caffarenafferradillos Basoco: Las conse-
das las opiniones de quienes, ante este panorama, cuencias jurídicas ...• op. cit., pág. 85, que las ventajas de esta
consideran que nuestro NCP acoge materialmente la pena desde un punto de vista preventivo especial son conside-
rables, al recibir el condenado, a lo largo de la ejecución, "cortas
pena privativa de libertad perpetua, sobre todos si pero intensas descargas punitivas que no perturban sus relacio-
tenemos en cuenta que los estados que formalmente nes con la sociedad". En el mismo sentido López Garrido/García
Arán: El Código Penal de 1995 y la voluntad del legislador, Ma-
la incluyen en su catálogo de penas, prevén instru- drid, 1996, pág. 60, sostienen que con los arrestos discontinuos
mentos, como el indulto o la condena condicional, se pretende lo que penológicamente se conoce como efecto
que evitan el cumplimiento de por vida". "shock", cuyo carácter admonitorio no produce consecuencias
contraproducentes para la integración social del condenado.
" De hecho entre todos los centros penitenciarios que al mes
" Mir Puig, s.: Derecho Penal. Parte General, op. cit., pág. de julio de 1996 reunían los requisitos mínimos imprescindibles
708. para ejecutar esta pena sumaban un total de 691 plazas para
" Mir Puig, S.: "Alternativas a la prisión ...", op. cit.. pág. 60. hombres y 159 para mujeres, existiendo centros que no habilita-
En este mismo sentido también, Mapelli Caffarenafferradillos ban plaza para hombres o mujeres, lo que evidencia la falta de
Basoco: Las consecuencias jurídicas ... , op. cit., pág. 73. disponibilidad real de medios, lo que obviamente determinará
" Así. por ejemplo, en Alemania la generalidad de los presos una "lista de espera" para su cumplimiento.

71
cuatro fines de semana, salvo que se imponga como ra el más adecuado control y mejor orden del esta-
sustitutiva de otra privativa de libertad -prisión o blecimiento no se admitirán ingresos entre las doce
arresto sustitutorio por impago de multa-, en cuyo ca- de la noche del viernes y las ocho de la mañana del
so su duración será la que resulte de la aplicación de sábado". Si el penado se presentara pasadas las
las reglas señaladas en el artículo 8825. doce del mediodía del sábado, se hará constar así
El Código la configura como pena primaria u ori- en un acta en la que se indicará, expresamente, la
ginaria, tanto para delito menos grave como para hora de llegada y las razones alegadas por el suje-
falta; como pena sustitutiva de la responsabilidad to, entregándole una copia al interesado y remitién-
personal subsidiaria o de la prisión -arts. 53.1 y dola de forma inmediata a la autoridad judicial de
88.1-, Y como pena sustituible por multa o trabajos quien dependa -órgano sentenciador-o
en beneficio de la comunidad -arto 88.2-. El Código a la hora de fijar el lugar del cumpli-
Su duración será de treinta y seis horas y en miento opta por el centro penitenciario más próximo
cualquier caso equivaldrá a dos días de privación al domicilio del arrestado o, previo acuerdo del reo y
de libertad, debiéndose cumplir durante los viernes, oído el Ministerio Público, el depósito municipal en
sábados o domingos. Ahora bien, cuando las cir- caso de no existir aquél en el partido judicial donde
cunstancias lo aconsejen el juez o tribunal senten- resida y siempre que el tribunal sentenciador así lo
ciador, oído el Ministerio Fiscal y con el consenti- acuerde. En el supuesto de existir varios centros
miento del reo, podrá ordenar que el arresto se penitenciarios será preferente el centro de inserción
cumpla en otros días de la semana". social29 más próximo al domicilio del reo.
De acuerdo con el Real Decreto 690/1996, de 26 Por su parte si no existiese Centro Penitenciario
de abril, que desarrolla las circunstancias de ejecu- -se ha de entender habilitado para el cumplimiento
ción del AFS y trabajo en beneficio de la comunidad de esta pena- y el tribunal no acordara el cumpli-
(TBC)27, el ingreso del condenado debe efectuarse miento en el depósito municipal -cosa nada infre-
entre las ocho de la mañana del viernes y las doce cuente dadas las precarias condiciones de los mis-
del mediodía del sábado -arto 14 RD-. A partir de mos-, la Dirección General de Instituciones
esa hora no se admitirá ningún ingreso. Además pa- Penitenciarias u organismo autonómico equivalente,
indicará el centro de cumplimiento -arto 12 RD-.
25 Sobre la posibilidad de rebasar este límite de 24 fines de
Una vez que el director o encargado del estable-
semana señalan Mapelli CaffarenafTerradillos Basoco: Las con- cimiento donde se ejecutará el arresto reciba el co-
secuencias jurídicas ..., op. cit., pág. 86, que el mismo única- rrespondiente mandato de cumplimiento, se definirá
mente se refiere al AFS como pena sustitutiva de una pena de
prisión, apoyándose en los arts. 37 y 88. olvidando el legislador el Plan de Ejecución -arto 13 RD-, que decidirá
que cabe la posibilidad de que el incumplimiento de la respon- los días de cumplimiento, buscando que el mismo
sabilidad personal subsidiaria pueda también sobrepasar este
límite -en concreto ciento treinta y dos fines de semana, cifra no perjudique las obligaciones laborales, formativas
que ha sido corregida por Valdecabres Ortiz: Comentarios al o familiares del condenado. Para fijar todos estos
Código..., op. cit., pág. 347 que señala correctamente la cifra de extremos y velar por la corrección del plan, se reali-
ciento ochenta fines de semana-o
Admitiendo este olvido Boldova Pasamar, M.A.: Las conse- zará al condenado una entrevista personal por el
cuencias jurídicas ..., op. cit., pág. 104, sostiene que el legislador encargado de los servicios sociales penitenciarios,
ha obviado otra se~unda excepción como es que de acuerdo que recogerá, de forma sucinta, las alegaciones
con el artículo 70.2 .5 los arrestos pueden alcanzar una dura-
ción máxima de treinta y seis fines de semana. del interesado quien firmará el impreso como
A nuestro juicio esta interpretación que limita el contenido del constancia fehaciente de la realización de la en-
artículo 37.1 a la pena de prisión peca de restrictiva en exceso,
ya que el citado artículo 37.12 no alude en ningún momento a la trevista -Circular 08/96 GP, de 12 de junio de
pena de prisión sino a cualquier otra pena privativa de libertad. 1996 de la Dirección General de Instituciones Pe-
lo que engloba a la responsabilidad personal subsidiaria. Por nitenciarias (C 80/96)-. Esta propuesta de plan de
tanto el problema que se avecina no es tanto si tales excepcio-
nes han sido o no tenidas en cuenta en el CP, sino si la posibili- ejecución se pondrá en conocimiento del juez de
dad de imponer una pena de arresto de cien o ciento cincuenta vigilancia penitenciaria para su aprobación30•
fines de semana es eficaz y casable con el espíritu de castigar Los gastos de transporte -arto 15 RD- hasta
con penas cortas infracciones no muy graves. La respuesta es
obvia.
26 Ciertamente esta previsión, muestra del carácter flexible

que el legislador ha querido dar a esta pena, desvincula su " Resulta curioso comprobar que si el ingreso se efectúa a
cumplimiento del fin de semana, por lo que parece que su de- primera hora del viernes el arresto quedará cumplido a las 20
nominación ha perdido el sentido inicial y que no les falta razón horas de sábado, con lo que el efecto intimidatorio en
a quienes abogan por otra expresión -menos festiva en pala- "criminales de sábado noche", va a quedar muy desdibujado.
bras de Mir- como puede ser "arresto semanal" o "arresto de 29 Los centros de inserción social, creados por el nuevo Re-
tiempo libre". glamento Penitenciario (RD 190/1996, de 9 de febrero). son es-
27 El núm. 42 del artículo 37 señala que "las demás circuns-
tablecimientos penitenciarios destinados al cumplimiento de pe-
tancias de ejecución se establecerán reglamentariamente de nas privativas de libertad en régimen abierto y de penas de
acuerdo con lo dispuesto en la Ley penitenciaria, cuyas normas AFS. así como al seguimiento de cuantas penas no privativas
se aplicarán supletoriamente en lo no previsto expresamente en de libertad se establezcan en la legislación penal y de los libe-
este Código". rados condicionales que tengan adscritos -arto 163.1-. Su
La remisión que este precepto hace a un futuro reglamento ha objeto esencial es potenciar las capacidades de inserción social
sido objeto de crítica por parte de un sector de la doctrina, esti- positiva mediante el desarrollo y programas de tratamiento. Por
mando que la remisión debería hacerse a una Ley porque el último, su funcionamiento estará basado en el principio de con-
AFS, aunque previsto para infracciones no graves, sigue siendo fianza en el interno y en su aceptación voluntaria de los progra-
una pena privativa de libertad, debiendo, por ello, integrarse al mas de tratamiento -arto 164 RP-.
igual que la pena de prisión en la LOGP; Vid. por todos, Mapelli 30 Sobre este particular señala Serrano Butragueño, l.: Las
CaffarenafTerradillos Basoco: Las consecuencias jurídicas ..., penas...• op. cit.. pág. 32. que la aprobación del plan por el Juez
op. cit., pág. 86. Finalmente tal reglamentación se ha llevado a de vigilancia Penitenciaria contradice el artículo 37.2 del CP,
cabo a través de un Real Decreto, el 690/1996, de 26 de abril. considerando que el principio de jerarquía normativa impone
por el que se establecen las circunstancias de ejecución de las que sea el Juez o Tribunal sentenciador el que apruebe el plan.
penas de trabajo en beneficio de la comunidad y arresto de fin sin perjuicio de que el control de cumplimiento recaiga en el juez
de semana. de vigilancia penitenciaria.
72
el centro de cumplimiento correrán a cargo del penitenciaria, que en su caso, y de acuerdo con el
arrestado, salvo que no exista centro penitencia- artículo 37.3 del CP, podrá deducir testimonio por
rio o depósito municipal en el partido judicial en quebrantamiento de condena.
que resida, en cuyo caso la Administración rein-
tegrará -¿cuándo?- los gastos originados por
el uso de cualquier medio de transporte público
excepto el servicio de taxi, salvo que se de- IV.3. La responsabilidad personal subsidiaria
muestre la inexistencia de otro medio de trans- por impago de multa
porte". Eso sí, se le facilitará al arrestado el ra-
cionado diario -art. 20 RD-. Cuando el condenado sea sancionado a una pena
Una vez efectuado el ingreso e identificado con- de multa y no satisfaciere su importe, total o parcial,
venientemente el penado, se le adjudicará una cel- entrará en aplicación la responsabilidad personal sub-
da y se le entregará ropa de cama. En el primer in- sidiaria (RPS) a que se refiere el artículo 53 del CP.
greso se estará a lo previsto en el artículo 18 del La primera novedad que cabe destacar respecto
RP y se procederá a la apertura de una ficha de re- al texto anterior es que el legislador de 1995 reco-
gistro en el Departamento de Ingresos -C 08/96-. noce expresamente su carácter de pena", acaban-
El cumplimiento se llevará a cabo en celda indivi- do de este modo con la discusión generada bajo la
dual -donde será visitado por el médico- y en ré- vigencia del anterior artículo 91 VCP", quedando
gimen de aislamiento, como no podía ser de otra definitivamente configurada como pena privativa de
manera, para evitar su posible contaminación del libertad -arto 35-.
resto de reclusos. De este modo el legislador da carta de naturaleza
El reo no podrá abandonar la celda salvo para a la RPS de conformidad con la STC 19/1988, de
participar en programas formativos o educativos o 16 de febrero, en la que nuestro más alto Tribunal
para disfrutar de los períodos de paseo que tendrá declaró la constitucionalidad del arresto sustitutorio
una duración mínima de dos horas y se efectuará al estimar que el mismo no infringe ni el principio de
en el patio o en las salas de estar u otras depen- igualdad ante la Ley, ni el principio de proporciona-
dencias habilitadas al efecto, en caso de que el lidad. A pesar de ello, la citada sentencia sugería
Departamento carezca de patio -C 08/96-. Du- que tal responsabilidad personal no tenía por qué
rante su estancia se someterá al régimen ordinario vincularse de manera exclusiva a la prisión y acon-
del centro y podrá disponer de radio o TV a su sejaba la articulación de fórmulas alternativas de
costa, acceder a los servicios de biblioteca y eco- cumplimiento menos lesivas.
nomato durante el período de paseo" y efectuar y esta idea parece que ha cuajado en el nuevo
una única llamada telefónica al ingreso que será texto, al establecer el artículo 53.1 la posibilidad de
gratuita. que la RPS pueda cumplirse en régimen de Arres-
Durante el tiempo de cumplimiento el reo no po- tos de fin de semana o mediante trabajos en benefi-
drá recibir visitas, comunicaciones o paquetes. En cio de la comunidad. Además, la RPS en cuanto
el caso de que la pena se cumpliese ininterrumpi- pena privativa de libertad, está sometida a las pre-
damente -porque el condenado haya incurrido en visiones contenidas en el artículo 80 del CP, admi-
dos ausencias no justificadas y así lo acuerde el tiéndose, por ello, la suspensión de su ejecución
juez de vigilancia (37.3)- se le permitirá mantener siempre que se den los requisitos exigidos con ca-
una comunicación semanal de cuarenta minutos de rácter general para ello.
duración por los locutorios generales, recibir un pa- En todo caso no puede olvidarse que determinán-
quete a la semana y llamar por teléfono de acuerdo dose la multa en función de la capacidad económica
con lo establecido en el Reglamento Penitenciario del condenado y que siendo ésta susceptible de revi-
para el régimen ordinario con carácter ordinario. sión a la baja de acuerdo con lo previsto en el artículo
Por último señalar que la privación de libertad 51 del CP, es de esperar que el efectivo cumpli-
discontinua que supone el AFS puede venir en con- miento de la pena de multa rebaje considerablemente
tinua, siendo su cumplimiento, entonces, ininte- su ejecución por la vía de la RPS.
rrumpido, cuando el condenado incurra en dos au- De acuerdo con la previsión contenida en el ar-
sencias no justificadas, debiéndose valorar y tículo 53 del CP, la RPS entrará en aplicación
ponderar tal injustificación por el juez de vigilancia cuando "el condenado a pena de multa no satisfa-
ciere voluntaria o por vía de apremio la multa im-
" La previsión se podría tomar como una broma si no fuera puesta". La previsión viene a mantener la interpre-
por lo serio del tema y de las consecuencias que puede traer tación que ya con anterioridad a la reforma de 1983
para aquellas personas que no tengan medios económicos o se hacía del artículo 91 y que negaba que el multa-
que vivan alejados de los establecimientos de cumplimiento.
Pensemos en el sujeto que viviendo en una aldea gallega o en do pudiera optar entre el abono de la multa o el
un caserío vasco tenga que desplazarse por caminos vecinales
y secundarios. 0, peor aún, cuando ese desplazamiento deba
hacerse entre islas. Despropósitos como estos surgen cuando " A pesar de este expreso reconocimiento Serrano Butrague-
no se tienen en cuenta las múltiples diversidades de nuestra ño, l.: Las penas .... , op. cit., pág. 36, niega que se trate de una
geografía. verdadera pena privativa de libertad, considerando que es una
" Aunque el RD en su artículo 18 únicamente admite el acce- forma de extinción de la pena multa.
so del condenado a los servicios de biblioteca y economato, la e A nuestro juicio y por mucho que a través del cumplimiento de
08/96 prevé también el acceso a la cafetería, precisando que la responsabilidad personal subsidiaria se extinga la pena de
cuando ese acceso no sea posible se arbitrarán las medidas multa -arto 53.4-, tal circunstancia no desvirtúa su naturaleza
necesarias para adquirir los productos a través del pedido. Igual y esencia de pena privativa de libertad.
procedimiento se utilizará en el caso de la biblioteca y econo- " Sobre el tema, por todos, Jareno Leal: La pena privativa de
mato. libertad por impago de multa, Madrid, 1994, págs. 31 y ss.

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arresto sustitutorio, obligando el precepto a acudir opciones, de forma alternativa, sin decantarse por
previamente a la vía de apremio". ninguna de ellas, solución que a mi juicio ha de re-
Por tanto, la RPS dependerá de la multa impaga- chazarse por el trato desigual que llevaría consigo.
da y tratándose de una pena privativa de libertad, En su espíritu de evitar la privación de libertad
su cumplimiento se llevará a cabo en prisión, bien continua o discontinua, el legislador ha previsto,
de manera continuada, bien mediante el sistema de asimismo, la posibilidad de que la RPS pueda cum-
arresto de fin de semana. plirse mediante TBC, siempre que el penado mues-
No obstante, como consecuencia de la admisión tre su conformidad. En este caso el módulo de con-
de dos clases de multa -el sistema de días multa y versión aparece fijado expresamente en el propio
la multa proporcional-, el artículo 53 del CP regula, artículo 53. 1 señalando que "cada día de privación
a su vez, dos sistemas a la hora de su impago que de libertad equivaldrá a una jornada de trabajo".
se diferencian precisamente en los módulos de Por su parte y en relación a la multa proporcional,
conversión. el módulo de conversión no aparece fijado legal-
Así, en relación al sistema de días-multa la con- mente, señalando el núm. 2 del artículo 53 que en
versión de la multa en privación de libertad será de estos casos los jueces y tribunales establecerán la
"un día de privación de libertad por cada dos cuotas RPS "según su prudente arbitrio" teniendo presente
diarias no satisfechas" -arto 53.1-. Ningún pro- que, en ningún caso, podrá exceder de un año de
blema se presenta en torno a la prisión continuada duración.
donde el módulo de conversión no da lugar a nin- El impago de la multa proporcional no permite su
gún problema'". Sin embargo, la cuestión no está cumplimiento en AFS", si bien admite su ejecución
tan clara en lo concerniente a los AFS ya que nos en régimen de TBC, mediando consentimiento del
encontramos con dos disposiciones que fijan mó- condenado.
dulos de conversión distintos". De todos modos tal y como señala Gracia Martín"
En efecto, el artículo 37, como ya vimos, señala la facultad que establece el artículo 53 para que los
que "un arresto equivaldrá, en cualquier caso, a dos jueces o tribunales decidan el cumplimiento en ré-
días de privación de libertad". Por su parte, el artí- gimen de AFS o, de conformidad con el reo, me-
culo 88 establece que "cada semana de prisión será diante TBC, es una facultad ejercitable cuando la
sustituida por dos arresto de fin de semana". RPS tenga una duración superior a seis meses. Por
Ante esta dualidad la doctrina aparece dividida. debajo de este límite tal facultad se transforma en
Por un lado aquellos" que, apoyándose en argu- pauta obligatoria por aplicación analógica del artí-
mentos de índole sistemática, entienden, a mi juicio culo 71.2. Con esta interpretación se palía en parte
correctamente, que debe optarse por el módulo del el resurgimiento de la pena privativa de corta dura-
artículo 37. Así sostienen, en primer extremo, que ción, que como se dijo más arriba, no ha desapare-
puede haber supuestos en que los días de privación cido del todo.
de libertad, en razón al número de cuotas impaga- Del mismo modo cuando el AFS y los TBC se
das, sea inferior a una semana; en segundo lugar aplican en lugar del arresto por impago tienen el ca-
que el artículo 37 aparece como regla general ("en rácter y naturaleza de penas sustitutivas y en caso
cualquier caso"); y, por último, aluden a que el mó- de quebrantamiento se estará a lo dispuesto en el
dulo previsto en el artículo 37 coincide con lo pre- artículo 88, es decir se le descontará lo cumplido y
visto en los artículo 88.1 (cada día de prisión será se ejecutará el resto como arresto sustitutorio de
sustituida por dos cuotas de multa), 88.2 (cada manera continuada.
arresto de fin de semana será sustituido por cuatro Para terminar señalar que en ningún caso la RPS
cuotas de multa) y con el contenido del propio artí- se impondrá a quien sea condenado a una pena
culo 53.1. V, de otro, aquellos" que aún recono- privativa de libertad superior a cuatro años" y que
ciendo la certeza de los anteriores argumentos su cumplimiento extingue la obligación del pago de
postulan que en el artículo 88 se encuentra la mis- la multa, aunque el reo mejore de fortuna.
ma regla que la contenida en el artículo 53, "y que,
además es más favorable al condenado". Es más,
algunos autores'" admiten -tertium genus -ambas
" Lo cierto es que no es fácilmente justificable la ausencia del
35 Así Manzanares Samaniego, J.L.: "La pena de multa", en arresto de fin de semana como forma de cumplimiento del im-
La Ley, año XVII, núm. 4015, 15 de abril de 1996, pág. 5 Y Mir pago de una multa proporcional. "Probablemente todo se deba a
Pui~. S.: Derecho Penal. Parte General, op. cit., pág. 733. un defecto de técnica legislativa por apresuramiento" tal y como
Siendo la cuantía máxima de la multa veinticuatro meses indican Manzanares/Cremades: Comentarios ... , op. cit., pág. 32.
-arto 50.3-- la duración máxima de la APS en arresto continuo será " Gracia Martín. L.: Las consecuencias jurídicas ... , op. cit.,
de un año, es decir trescientos sesenta días -arto 50.4-. págs. 174 y 175.
" Aún así. Valldecabres Ortiz, l.: Comentarios ... , op. cit., pág. Este limite, fijado en el anterior texto en seis años, ha dado
348, estima en relación a la anterior regulación del arresto sus- lugar a diversos supuestos y a distintas soluciones. Así junto a
titutorio que "debe reconocerse como mejora evidente del nuevo la multa impagada puede haberse condenado al sujeto a más de
sistema, la certeza de los criterios de conversión ...". cuatro años de privación de libertad por el mismo o distintos de-
,. Por todos, Gracia Martín, L.: Las consecuencias jurídicas ... , litos, o superarse este límite por la suma de diversas condenas.
op. cit.. págs. 175 y 176. También. Valldecabres Ortiz, l.: Co- Pues bien, si como parece el precepto está inspirado en ra-
mentarios ...• op. cit., 347. zones humanitarias y piadosas la limitación debe aplicarse a
39 En este sentido Mapelli CaffarenafTerradillos Basoco: todos los casos en que se supere el límite de cuatro años de
Consecuencias jurídicas ... , op. cit., pág. 171, quienes sostienen prisión. En este sentido Mapelli CaffarenalTerradillos Basoco:
que cuando ni el propio legislador respeta la regla general es Las consecuencias jurídicas ... , op. cit., pág. 170. En contra, re-
lógico que nos inclinemos por esta segunda ecuación". servando su aplicación únicamente a los casos en que la pena
40 Así Berdu~o Gómez de la Torre/Arroyo Zapatero/García Ai- de multa sea cumulativa a la pena de prisión, Gracia Martín, L.:
vas/Ferré Olive/Serrano Piedecasas: Lecciones de Derecho Pe- Las consecuencias jurídicas ... , op. cit., pág. 174 Y Manzanares
nal. Parte General, Barcelona, 1996, pág. 314. Samaniego, J.L.: "La pena de multa", op. cit., pág. 6.
74
V. PENAS PRIVATIVAS DE DERECHOS diante un arma". El concepto de arma, no definido
por el legislador, puede representar un problema a
Bajo esta denominación se recoge un grupo de la hora de su determinación, si bien la exigencia de
penas de lo más heterogéneo cuyo común denomi- la licencia administrativa deviene en una referencia,
nador es la privación, temporal o definitiva, de dere- a mi juicio, imprescindible.
chos distintos a la libertad. En estos casos el con- Como pena privativa de derechos se configura la
denado pierde la posibilidad de ejercicio de algunos privación del derecho a residir en determinados lu-
derechos personales, profesionales o políticos. gares o acudir a ellos -arto 48-, a pesar de su
Aparecen recogidas en los artículos 39 a 49, con proximidad a las penas privativas de libertad, pre-
mayor rigor jurídico que en el anterior CP, aunque viéndose como pena grave o menos grave (seis
su contenido, salvo las de nueva incorporación, es meses a 5 años) y únicamente para los delitos se-
muy similar. ñalados en el artículo 57 del CP.
La Inhabilitación Absoluta o Especial aparecen
como penas principales o accesorias; como princi-
pal la inhabilitación absoluta es siempre pena grave V.1. El trabajo en beneficio de la comunidad
-su duración va de seis a veinte años-, sin
embargo la especial puede ser pena menos gra- La última pena privativa de derechos es el trabajo
ve -de seis meses a tres años- o grave -de en beneficio de la comunidad (TBC).
más de tres años-o Como ya hemos dicho esta pena constituye una
La diferenciación de contenido entre ambas es de las novedades del nuevo texto", aunque lo cierto
más nítida que respecto a la anterior regulación. En es que se ha introducido de manera muy tímida,
efecto, mientras que la primera supone la privación pues sólo se aplicará como pena sustitutiva del AFS
definitiva de los honores, cargos y empleos públicos -88.2- o de la RPS por impago de multa. Esta
del penado, la incapacidad para obtenerlos por el prudencia del legislador es saludable en cuanto
tiempo de la condena y la privación, por el mismo realmente no se conocen a ciencia cierta las bon-
tiempo, de ser elegido para cargo público -arto dades prácticas de esta pena nueva en nuestro or-
41-; la inhabilitación especial afecta a un cargo, denamiento. Si llevada a la práctica se manifiesta
empleo u honor en específico, privando definitiva- como satisfactoria nada impide que en el futuro se
mente de los mismos y de su capacidad para obte- le dote de un mayor protagonismo en nuestro sis-
nerlos durante el tiempo de la condena, pudiendo tema punitivo y se instaure como pena principal.
tener un quíntuple contenido: cargos y empleos pú- El TBC aparece recogido en el artículo 49 del CP
blicos (art. 42); derecho de sufragio pasivo (art. 44); que fija los criterios y aspectos generales de su
profesión, oficio, industria y comercio (art. 45); ejer- contenido", remitiéndose a un posterior desarrollo
cicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o reglamentario para fijar las circunstancias de su ejecu-
acogimiento (art. 46); y, por último, inhabilitación ción y señalando que la Ley penitenciaria -LOGP-
especial "para cualquier otro derecho", fórmula que se aplicará supletoriamente en lo no previsto espe-
da lugar a un sistema de numerus apertus en torno a cialmente en el Código".
todas las posibles inhabilitaciones, incluida la, no por Este desarrollo reglamentario se ha llevado a ca-
ello desaparecida, inhabilitación de sufragio activo. bo a través del RD 690/1996, de 26 de abril, que
Ahora bien el artículo 45 exige su expresa concreción define en su artículo 1 los TBC como "la prestación
en la sentencia, lo que desde luego limitará su apli- de la cooperación personal no retribuida en deter-
cación a los delitos relacionados con su ejercicio".
Por su parte la pena de suspensión se reduce en " Sin embargo. llama la atención que tal pena no se prevea
como principal para los delitos regulados en la Secc. 1'. Cap. V.
el CP de 1995 al empleo o cargo público que tuviera Tít. XXII "De la tenencia. tráfico y depósito de armas. municio-
el penado, privándolo de su ejercicio y configurán- nes y explosivos".
dose como pena grave o menos grave dependiendo •• Su incorporación representa también una novedad en rela-
ción a los distintos proyectos de Código Penal que. haciendo
de su duración (art.43). caso omiso a las aportaciones doctrinales. silenciaron su pre-
La privación del derecho a conducir vehículos y sencia hasta el Anteproyecto de 1994. Por todos. De la Cuesta
ciclomotores, puede ser tanto pena leve, como gra- Arzamendi. J.L.: "La sanción de trabajo en provecho de la co-
munidad". en La Ley. 1985-1. págs. 1067 Y ss.• Y Sola/García
ve o menos grave e inhabilita al sujeto tanto para su Arán/Hormazábal: Alternativas a la prisión. Barcelona. 1986.
conducción como para su obtención (art. 47), po- pá~. 62.
La redacción inicial del TBC en el anteproyecto de 1994
niendo fin de este modo a la polémica que sobre su -arto 48- e incluso en el proyecto de 1994 -arto 49-. no fija-
contenido se mantuvo con el anterior texto. ban el contenido esencial de esta pena. remitiendo las circuns-
Como pena nueva se introduce la privación del tancias de su ejecución a lo que se estableciera reglamentaria-
mente. Advertida la posible inconstitucionalidad del precepto. las
derecho a la tenencia y porte de armas, configurada condiciones básicas que recoge el actual artículo 49 fueron in-
del mismo modo que la anterior como pena leve, troducidas mediante enmienda transaccional propuesta por el
grave o menos grave y que aparece reservada para Grupo Socialista. Así. García Arán. G.: "El trabajo en beneficio
de la comunidad". en Cuadernos Jurídicos. núm. 38. 1996.
los casos en que el delito se ha llevado a cabo me- págs. 37 Y 38. Y Manzanares/Cremades. J.L.: Comentarios....
op. cit.. pág. 28.
" Ciertamente esa hipotética remisión a la LOGP no deja de
" En contra de considerar el artículo 45 como un cajón de ser una cierta improvisación si tenemos en cuenta la dificultad
sastre de otras posibles inhabilitaciones. Sánchez García. l.: "El de su aplicación a una pena no prevista en ella. Ni siquiera de
sistema ... (1)". op. cit.. pág. 4, quien sostiene que la privación de forma analógica cabría aplicar el contenido de los arts. 26 y ss
otro derecho distinto de los recogidos en el artículo 39 ha de de la LOGP. ni de los arts. 132 y ss del nuevo Reglamento. En
entenderse referido únicamente a derechos concretados en los este sentido. Mapelli Caffarena/Terradillos Basoco: Las conse-
tipos de la Parte Especial. ya que de otro modo se vulneraría el cuenciasjurídicas ...• op. cit.. pág. 178 Y Boldova Pasamar. M.A.:
principio de legalidad penal. Las consecuencias jurídicas .... op. cit.. pág. 134, cit. 56.
75
minadas actividades de utilidad pública, con interés 52. El seguimiento y desarrollo de su ejecución se
social y valor educativo, tendente a servir de repa- llevará a cabo por parte del Tribunal sentenciador
ración para la comunidad perjudicada por el ilícito que podrá requerir informes sobre el desempeño
penal y no supeditada al logro de intereses econó- del trabajo a la entidad a favor de la que se preste.
micos. Por su parte el artículo 8 del RD 690/1996 regula
De esta definición y de los caracteres básicos fi- los supuestos de incumplimiento de pena, estable-
jados por el artículo 49 CP cabe destacar que las ciendo que los servicios sociales penitenciarios co-
características fundamentales de esta pena son las municarán a la autoridad judicial, a efectos de lo
siguientes: dispuesto en el artículo 88.3 del Cpso, las siguientes
12. En primer lugar su voluntariedad: esta pena no circunstancias:
puede imponerse sin consentimiento del penado, a) La ausencia del trabajo o el abandono injustifi-
requisito que se asienta en la prohibición constitu- cado.
cional de penas consistentes en trabajos forzados b) Cuando el rendimiento sea sensiblemente infe-
(art. 25.2 CE). Para cumplir con este requisito del rior al mínimo exigible, a pesar de haber sido reque-
previo consentimiento se someterá al penado a una rido. En estos casos ¿quién determina cuál es el
entrevista para conocer sus características perso- mínimo exigible y cuántos requerimientos se preci-
nales, laborales, ofertándole las distintas plazas san?
existentes con indicación expresa de su contenido y c) La oposición o incumplimiento de forma reite-
horario -arto 4.1 RD-. Una vez que el sujeto haya rada y manifiesta de las instrucciones dadas por el
prestado su conformidad se le comunicará al juez o responsable de la ocupación. ¿Y si los responsa-
Tribunal sentenciador a los efectos oportunos -arto bles son varios y cada uno dice da una instrucción
4.3-. contraria a la del otro?
De acuerdo con el artículo del 33 CP la duración total d) Cualquier otra razón por la que su conducta
de esta pena oscila entre las 16 y 384 horas, aunque fuere tal que el responsable del trabajo se negare a
su duración diaria no podrá exceder de 8 horas -arto seguir manteniéndolo en el centro.
49 CP- ni ser inferior a 4 horas -arto 5.1 RD-. Para La indeterminación de las fórmulas empleadas,
fijar la duración de la jornada de trabajo se tendrán en sobre todo de la última, el peligro de manipulación
cuenta las cargas personales y familiares del penado. que encierra y las inadmisibles e injustas conse-
De todos modos en la ejecución de esta pena rige cuencias a que puede conducir, dan la razón a
el principio de flexibilidad -arto 5.2 RD- para ha- aquellos que exigían que el desarrollo reglamentario
cerla compatible con las actividades diarias del su- de las circunstancias de esta pena casaba difícil-
jeto, y tanto es así que cuando concurra causa jus- mente con las garantías penales propias de un Es-
tificada el Tribunal podrá autorizar jornada partida tado de Derecho" inadmisibles a que puede llevar.
en el mismo o diferentes días y en períodos míni- Pensemos que en caso de que se considere in-
mos de dos horas'·. cumplida la pena de TBC al ser sustitutiva va a de-
22. En segundo lugar cabe destacar su carácter terminar que se cumpla la pena privativa de libertad
no retribuido, que impide que el condenado reciba sustituida. Por ello, que en este tema el juez o tribu-
gratificación económica alguna por su cumplimiento. nal sentenciador deba hacer un esfuerzo mayor, si
Sin embargo, el penado será indemnizado en los cabe, dando audiencia al condenado, permitiéndole
gastos de transporte y en su caso de manutención formular alegaciones en contra de los informes del
por la entidad en beneficio de la cual presta su tra- encargado de la entidad, valorando libremente la
bajo, salvo que estos servicios sean prestados por prueba y motivando suficientmente su resolución.
la propia entidad beneficiaria -arto 5.3 RD-. Al
igual que el resto de los penados gozará de los de-
rechos en materia de Seguridad Social. VI. LA MULTA
32. La tercera exigencia alude a que debe tratarse
de actividades de utilidad pública o social. El trabajo El CP de 1995 recoge como única pena pecunia-
será facilitado por la Administración Penitenciaria - ria la multa, pena, ya centenaria, que ha sido, sin
arto 2 RD- pudiendo, a tal fin, establecer los opor- embargo, considerada una de las originalidades del
tunos convenios con otras Administraciones Públi- nuevo texto debido al sistema de aplicación y al
cas o entidades públicas o privadas. Excepcional- protagonismo que el legislador le ha concedido.
mente y en caso de inexistencia de convenio o En efecto, las ventajas de la pena de multa
insuficiencia de plazas el propio penado podrá pro- puestas de manifiesto por la doctrina", han llevado
poner un trabajo concreto. En tales supuestos la
Administración penitenciaria tras analizar la pro- so Tal y como señala García Arán, G.: "El trabajo en beneficio
puesta emitirá un informe al Tribunal y este decidirá de la comunidad", op. cit., pág. 41, el artículo 88.3 se limita a
finalmente si se acepta o no el trabajo propuesto. establecer que en el "supuesto de quebrantamiento o incumpli-
miento en todo o en parte de la pena sustitutiva, la pena de pri-
42. En cualquier caso la dignidad del trabajador sión o de arresto de fin de semana inicialmente impuesta se
debe quedar preservada y su ejecución no se su- ejecutará descontando ...". La redacción dada al precepto equi-
peditará al logro de intereses económicos. parando quebrantamiento e incumplimiento parece que se refie-
re tanto a los casos de cumplimiento defectuoso como a los de
incumplimiento malicioso, estableciendo la misma consecuencia
•• Sobre los problemas de conversión de la pena de AFS y del jurídica para ambos supuestos, lo que, a juicio del autor que
cumplimiento de la RPS por impago de multa y la configuración compartimos totalmente, no parece correcto del todo.
del TBC como pena leve y pena menos grave, Vid. Boldova Pa- 51 Ibidem, pág. 42 Y ss.
samar, M.A.: Las consecuencias jurídicas ... , op. cit., págs. 136 a 52 Por todos, Manzanares Samaniego, J.L.: Las penas patri-
138. moniales en el Código Penal Español, Barcelona, 1983, págs.

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a que el nuevo texto se sirva de ella no ya como un Este sistema se caracteriza por configurar dos
"plus" agravatorio en determinados delitos, sino momentos en la determinación de la multa:
como pena principal única y, sobre todo, como al- 1º. En primer lugar se establece la duración tem-
ternativa a la privación de libertad de corta duración. poral o extensión de la multa, es decir el número de
La tendencia expansiva de la pena de multa apre- cuotas, que pueden ser diarias, mensuales o anua-
ciada en los últimos años se ha debido, fundamen- les. En este primer momento se atenderá funda-
talmente, a las ventajas advertidas frente al fracaso mentalmente a la gravedad del injusto y la culpabili-
y crisis de la pena privativa de libertad. Así, la multa dad.
apenas tiene efectos estigmatizantes frente a la pri- Si bien el límite mínimo de la multa se contempla
sión, ya sea de corta o de larga duración. Además, en el artículo 33 del CP, al igual que el resto de las
ofrece una respuesta satisfactoria frente al delin- penas, su límite máximo hay que buscarlo en el
cuente ocasional. Por otra parte es fácilmente núm. 3º del artículo 50 variando su extensión entre
adaptable a la gravedad del injusto y a las circuns- cinco días a veinticuatro meses -de cinco días a
tancias subjetivas y patrimoniales del condenado, dos meses será pena leve, y de más de dos meses
amén de su eminente carácter aflictivo -nadie se pena menos grave-o No obstante este tope máxi-
acostumbra a desembolsar dinero-, siendo una mo puede verse incrementado hasta treinta y seis
sanción fácilmente reparable en caso de error judi- meses de conformidad con el artículo 70.2.4º,
cial. Por último, un aspecto que tampoco puede ser siempre que la multa se imponga como pena princi-
despreciado es el hecho de que tal pena no supone pal. Si su imposición fuese como pena sustitutiva,
quebranto económico alguno para el Estado, como no regirá este límite máximo por cuanto "en este
sucede con la prisión, sino más bien todo lo contrario. caso su duración será la que resulte de la aplica-
Frente a estas ventajas, no pueden pasar inadverti- ción de las reglas previstas en el artículo 88" -arto
das sus inconvenientes. La crítica más severa y certe- 50.3-.
ra es que se trata de una pena desigual ya que, por 2º. En segundo lugar se fija el importe de cada
mucho que se busquen vías para evitarlo, el efecto de cuota dentro los márgenes establecidos en la Ley:
la misma es diverso dependiendo de la fortuna del la cuota diaria oscilará entre las doscientas y cin-
condenado; además el carácter personalista de la pe- cuenta mil pesetas, aplicable a la conversión en
na puede verse difuminado cuando la misma es abo- semanas, meses o años.
nada por una tercera persona, y en ocasiones, por A la hora de la fijación del importe de cada cuota
contra, puede llegar a tener un efecto criminógeno con el Tribunal valorará "exclusivamente la situación
el fin de recuperar ilícitamente lo abonado. El catálogo económica del reo, deducida de su patrimonio, in-
de reproches se cierra por último, y no por ello la crítica gresos, obligaciones y cargas familiares y demás
es de menor importancia, con el impago de la pena de circunstancias personales del mismo" -arto 50.5-.
multa -que no deja de ser pena-, y que conlleva De este modo se busca evitar la discrecionalidad
como alternativa la privación de libertad de corta dura- permitiendo, al tiempo, una mejor y correcta indivi-
ción, lo que viene a poner de manifiesto la contradic- dualización y potenciando el carácter igualitario del
ción de fondo de un sistema que busca la desaparición sistema.
de la prisión de escasa duración. La ejecución de la pena de multa debe determi-
Aún así, la balanza se inclina a favor de los as- narse por el Tribunal en la sentencia, señalando el
pectos positivos de esta pena, eso sí, siempre que tiempo y forma del pago de las cuotas -arto 50.6-.
"se utilice sólo para combatir la criminalidad menor, Queda, por tanto, al arbitrio del Tribunal la fijación
se individualice con cuidado, se refuerce su conte- de las circunstancias concretas de pago, enten-
nido y se acuda al sistema de cuotas que ahora re- diendo que esta flexibilidad ha de buscar la mejor
coge el nuevo Código Penal español"", en definitiva, ejecución de la pena.
siempre que su contenido y puesta en aplicación Las ventajas de este sistema son evidentes y se
sean los correctos. resumen no sólo en una mejor adecuación del prin-
La multa aparece regulada en los artículos 50 a cipio de igualdad, consiguiendo una multa más
53 adoptando el llamado sistema de días-multa. equitativa, sino favoreciendo el cumplimiento efecti-
Este sistema sustituye el anterior de multa de cuan- vo de la pena, con lo que, al menos teóricamente,
tía única -se establecía un mínimo y un máximo de se ve restringido el recurso al arresto sustitutorio en
multa y el juez decidía dentro de esa cantidad-, e caso de impago. Además en caso de que el reo
instaura el sistema de días-multa o escandinavo, empeorara de fortuna después de dictar sentencia,
acogido de manera generalizada en Derecho com- el Tribunal podrá excepcionalmente reducir el im-
parado". porte de las cuotas.
No obstante, incomprensiblemente el legislador de
1995 ha previsto, junto a la multa por cuotas, con ca-
49-55 Y SS.; el mismo, "La pena de multa", op. cit., pág. 2; Rol- rácter excepcional y cuando el Código lo determine
dán Barbero, H.: El dinero, objeto fundamental de la sanción
penal, Madrid, 1983, pág. 53; Gracia Martín, L.: Las consecuen- expresamente, la posibilidad de una multa proporcional
cias jurídicas ..., op. cit., págs. 144 a 148; Mapelli Caffare- al daño causado, el valor del objeto del delito o el be-
na/Terradillos Basoco: Las consecuencias jurídicas ..., op. cit., neficio reportado por el mismo -arto 52-.
págs. 161 y 162.
Manzanares Samaniego, J.L.: "La pena de multa", op. cit., La naturaleza excepcional que se ha querido dar
pá~.2. a esta multa proporcional no evita, sin embargo, la
Este sistema de multa por cuotas o multa escandinava ha
sido adoptado, con algunas variantes, entre otros, por Finlandia,
quiebra y ruptura del conjunto articulado en torno a
Suecia, Dinamarca, Perú, Cuba, Alemania, Austria, Portugal o la pena pecuniaria por nuestro Código Penal. Su
Francia.

77
inclusión -más bien permanencia- en el nuevo neutralizados mediante el comiso o la pérdida de
texto no se justifica ni por razones retributivas ni las ganancias".
preventivo generales, ni de los cuantiosos benefi- En estos casos de multa proporcional la cuantía y
cios que determinados delincuentes obtienen en la la capacidad económica del reo pasa a un segundo
realización de específicas conductas delictivas". Así plano, operando con factores principales el daño
tal y como apuntan Cerezo Mir y Manzanares Sa- causado, el valor del objeto del delito o el beneficio
maniego los fallos de la multa por cuotas pueden, obtenido.
en estos casos, salvarse por cuanto el daño causa- Además este tipo de multa no opera nunca como
do forma parte del desvalor del resultado y será te- pena sustitutiva, sino como pena primaria para los
nido en cuenta a la hora de fijar el número de supuestos expresamente previstos en la parte es-
cuotas; los objetos del delito deberán ser decomi- pecial -receptación, delitos contra la hacienda pú-
sados y los beneficios obtenidos pueden ser blica, tráfico de drogas, blanqueo de dinero, etc.

,. Cerezo Mir, J.: "Consideraciones político-criminales sobre el


Proyecto de Código Penal de 1995", en La Ley, núm. 4063 de
21 de junio de 1996, pág. 3 Y Manzanares Samaniego, J.L.:'''La
pena de multa", op. cit., pág. 3.
Por su parte la insuficiencia de las cuantías resultantes de la
aplicación de la multa por cuotas se evitaría suprimiendo el lí-
ss Sobre ello, Sánchez García, l.: "El sistema...(I)", op. cit., mite máximo para la cuota diaria, a modo del artículo 49.2 del
pág. 3 Y Gracia Martín, L.: Las consecuencias jurídicas ... , op. Proyecto Alternativo alemán. Así, Gracia Martín, L.: Las conse-
cit., págs. 167 y 168. cuenciasjurídicas ... , op. cit., págs. 156 Y 167 Y 168.
78
INTERNACIONAL

Razón, derecho y democracia en el pensamiento


de Norberto Bobbio*
Luigi FERRAJOLl

l. Quiero, en primer lugar, dar a Norberto Bobbio gura ejerció sobre mí desde el momento en que le
la bienvenida -o más bien el "buen retorno"- a conocí, hace 34 años, en el ya lejano 1963. Estas
su vieja Universidad de Camerino, en la que inició razones son dos -una de método y la otra de fon-
su dedicación a la enseñanza, hace ya más de se- do- y ambas justifican la caracterización de su
senta años. En esta antigua, pequeña y apartada magisterio como "neoilustrado": sobre todo, el estilo
universidad, Bobbio enseñó Filosofía del derecho intelectual por él acuñado; y, en segundo término, y
durante tres años, de 1935 a 1938, y precisamente en consecuencia, el nexo que él estableció por en-
en nuestra hermosa "Aula Scialoja", como él mis- tre razón, derecho y democracia.
mo recuerda en la Autobiografía aparecida en es-
tos días, dio -"tenso y lleno de ansiedad"- la
1
primera clase de su vida • Y es para todos un gran 11. Ciertamente, la primera importante lección de
honor y una gran satisfacción tenerle hoy aquí en- Bobbio es la impartida con su "estilo de pensamien-
tre nosotros, para rendirle este pequeño homenaje to"2, dictado por una concepción laica, antiideológica
que su vieja Facultad quiere tributarle. y antirretórica y, a la vez, civil y comprometida de la
En la carta con que dio respuesta hace algunos cultura. Una concepción de la cultura proveniente a
meses a nuestra invitación, Bobbio nos hacía un re- su vez, por usar palabras del propio Bobbio, de un
proche, por haberle caracterizado como "el intelectual doble rechazo: del rechazo del "apoliticismo propio
italiano más ilustre e influyente de la segunda mitad de la filosofía académica", pero también de la
de este siglo". "¿No os parece -escribía- haber "politización que reduce la filosofía a servicio públi-
exagerado un poco en la motivación? El primero en CO,,3; de la "evasión académica o retórica de las
no creerlo -proseguía la carta- soy yo. Cierto ideas", pero también del modelo sartriano, como del
que he iniciado muchos caminos, pero no he reco- gramsciano o más aún del zdanoviano del intelec-
rrido ninguno hasta el final". tual orgánico o de partido o de cualquier modo inte-
Pues bien, yo pienso que justamente éste ha sido grado en un frente ideológico al servicio de una
4
el mayor mérito de Norberto Bobbio y la razón prin- parte política • "Pocas cosas -escribía Bobbio en
cipal de la extraordinaria influencia que ha ejercido 1955, en la conclusión de su famosa polémica con
-más que ningún otro, hay que decirlo- sobre Togliatti- hemos aprendido de la historia, maestra
tantas generaciones de estudiosos y en tantas dis- de vida, fuera de ésta: que las revoluciones se ins-
ciplinas. El hecho de haber "iniciado", es decir, titucionalizan y al enfriarse se transforman en una
abierto muchos caminos a la cultura italiana -a la costra maciza, que las ideas se condensan en un
filosofía y a la teoría general del derecho, a la me- sistema de ortodoxia, los poderes en una forma je-
todología de la ciencia jurídica y a la lógica deónti- rárquica, y que lo único que puede dar vida al cuer-
ca, a la filosofía política y a la sociología del dere- po social osificado es el hálito de la libertad, por lo
cho- sin haber cerrado ninguno. que entiendo la inquietud del espíritu, la intolerancia
No es fácil ilustrar todos estos, tantos y tan diver- frente a lo establecido, la aversión hacia todo con-
sos, horizontes, abiertos por Bobbio a la cultura filo-
sófica, jurídica y política de nuestro país en su larga 2 D. Zolo, Habeas mentem. Oltre iI privatismo e contro i vecchi
e intensa vida de estudioso. No pienso siquiera in- padroni, en "Rivista di Filosofia", LXXXVIII, 1, abril 1997, pág.
147. Sobre Bobbio como neoilustrado puede verse el excelente
tentarlo. De esta tarea se ocupará el encuentro so- libro de A. Ruiz Miguel, Filosofía y Derecho en Norberto Bobbio,
bre la obra de Bobbio que hemos organizado para Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1983, en particular
hoy y mañana. el cap. 1. Cfr. también, más reciente, La figura y el pensamiento
de Norberto Bobbio, ed. de A. Llamas, Universidad Carlos 111 de
Yo me limitaré a señalar las que, a mi juicio, son Madrid, Madrid 1994, con escritos de N. Bobbio, G. Peces-
las principales razones del papel innovador desa- Barba, G. Einaudi, A. Ruiz Miguel, R. Guastini, L. Prieto, A. Cal-
rrollado por Bobbio en la cultura italiana de postgue- sami~lia, E. Pattaro, A. E. Pérez Luño, R. de Asís, M. Bovero, E.
Fernandez, E. Díaz, L. Hierro, J. De Lucas, A.Squella.
rra y, al mismo tiempo, de la fascinación que su fi- 3 N. Bobbio, L "impegno del/"intellettuale ieri e oggi, en "Rivista
di Filosofia", LXXXVIII, 1, abril 1997, pág. 13, donde Bobbio
vuelve sobre estas tesis, ya expuestas en su intervención en el
• Laudatio de Norberto Bobbio, con motivo de la concesión seminario organizado en Turín los días 3 y 4 de junio de 1953
del doctorado honoris causa en Derecho. Universidad de Came- por Nicola Abbagnano, y que a su vez son reelaboración y desa-
rino (Italia), 29 de mayo de 1997. rrollo del artículo Política culturale e política della cultura (1952),
1 N. Bobbio, Autobiografia, ed. de A. Papussi, Laterza, Roma- en Política e cultura, Turín, Einaudi 1995, págs. 32 Y ss.
Bari 1997, pág. 36. 4 L"impegnodeIl7ntellettualecit., págs. 11-12.

79
formismo, que exige una mente sin prejucios, y el papel de "maestros de vida moral", como el mis-
9
energía de carácter"s. mo Bobbio ha llamado a Benedetto Croce • Pero las
Durante más de medio siglo, Norberto Bobbio ha diferencias son todavía más numerosas: no sólo en
personificado mejor que nadie este papel del hom- el plano filosófico -Croce idealista, Bobbio anti-
bre de cultura, transmitiéndonos eso que él mismo idealista, crecido en el ambiente positivista de Tu-
ha llamado el "equipaje" de los "frutos más sanos de rín-, sino sobre todo en lo relativo a lo opuesto del
la tradición intelectual europea: la inquietud de la papel ejercido por cada uno de ellos en la cultura
búsqueda, el aguijón de la duda, la voluntad de italiana. Croce, junto a Gentile, fue responsable de
diálogo, el espíritu crítico, la mesura en el juicio, el un largo proteccionismo cultural, por haber exco-
escrúpulo filológico, el sentido de la complejidad de mulgado totalmente algunos planteamientos filosófi-
las cosas"6. En el clima de enfrentamiento de posi- cos y descalificado por completo algunas discipli-
ciones ideológicas propio de la postguerra, este nas. Por el contrario, Bobbio ha tenido el mérito de
modelo intelectual comportaba una invitación y un desprovincializar la cultura italiana, importando nue-
compromiso de diálogo, y a la vez un esfuerzo de vas corrientes filosóficas, promoviendo el desarrollo
mediación: donde "mediación -son también pala- de disciplinas nuevas o abandonadas -desde la
bras de Bobbio- no quiere decir síntesis abstracta, lógica a la filosofía de la ciencia, de la sociología a
mirada olímpica, desapego mágico, sino mirarlo to- la ciencia política- restableciendo los contactos
do con el interés del más ferviente de los especta- interrumpidos con la cultura europea. Y opuestos
dores y al mismo tiempo con el desinterés del más son también los dos modelos de intelectual que
riguroso de los críticos"7; en suma, no significa dis- personifican: el crociano y gentiliano del intelectual
tanciamiento o indiferencia, sino confrontación ra- depositario de la verdad y "mentor de la nación"w y
cional, basada en la independencia de juicio y en la el bobbiano del intelectual aguijoneado por la duda,
honestidad intelectual, sin certezas apriorísticas o consciente de los propios límites y más aún de los
soluciones preconstituidas. límites de la filosofía, animado por la voluntad de
Esta concepción de la cultura y este método de diálogo y la ética de la búsqueda. "Estamos nece-
pensamiento -explícitamente elaborados y pro- sitados de positividad. Estamos cansados de retóri-
yectados en la inmediata postguerra en una serie ca", escribía Bobbio en su primer ensayo escrito
de intervenciones recogidas en ese ensayo de pe- tras la Liberación, Filosofía e cultura: "Sólo una ac-
dagogía civil que fue Politíca e cultura (1955)- re- titud de aceptada mortificación frente a las tareas
presentaban una novedad en la cultura filosófica desmesuradas de una investigación positiva, nos
italiana. Si comparamos a Norberto Bobbio con el puede devolver a la vía del pensamiento constructi-
que fue el máximo intelectual italiano de la primera vo"; o sea, de "un saber riguroso y libre de prejui-
mitad de este siglo, Benedetto Croce, descubrire- cios, que no permita el revoloteo de los ideólogos,
mos, sin duda, muchos rasgos comunes: la autori- las zancadillas de los metafísicos, ni las mentiras de
dad intelectual, una cultura y una erudición extraor- los retóricos; a una filosofía que no tenga prisa, no
dinarias en los más diversos campos del saber, una se invente lo que no puede conocer, que, sobre to-
ilimitada producción filosófica, la misma conciencia do, reconozca sus propias limitaciones, retorne a la
de la responsabilidad cívica del hombre de culturaB, experiencia, y no se zambulla de cabeza en la tra-
dición por miedo a lo que pueda encontrarse"".
5 N. Bobbio, Liberta e potere (1955), en Politica e cultura, cil. Se comprenderá, así, cómo el estilo de pensa-
pág. 280. "El deber de los hombres de cultura", había escrito miento promovido por Bobbio no fue sólo fruto de
Bobbio al comienzo de su Invito al colloquio de 1951, "es hoy
más que nunca sembrar dudas, y no recoger certezas... Cultura esa "agitación del espíritu", del "aborrecimiento de
significa medida, ponderación, circunspección: valorar todos los todo conformismo", del rechazo de cualquier dog-
argumentos antes de pronunciarse, controlar todos los testimo- matismo, de la inagotable curiosidad intelectual que
nios antes de decidir, y no pronunciarse y no decidir nunca a
guisa de oráculo del que dependa, de manera irrevocable, una siempre ha sostenido su opción neoilustrada por el
opción perentoria y definitiva" (en Politica e cultura, cil., pág. diálogo y la discusión. Fue todo uno con la búsque-
15J. da de nuevos caminos -de esos "tantos caminos"
Liberta e potere, cil., pág. 281.
7 Ibídem.
8 Se puede perfectamente repetir para Bobbio lo que el escri-
bió en 1953 a propósito de Benedetto Croce: "Entre todos los para quien el único modo de hacer cultura un intelectual es ha-
problemas relativos a la política que se asomaron a la mente de cer cultura, fue sustituida por esta otra: el único modo de hacer
Croce en su lar~a vida... el problema de la política de la cultura cultura es hacer política, contribuyendo a transformar la socie-
fue el que sintio con más profundidad, con toda su conciencia dad, desde el momento en que o la cultura sirve para transfor-
de docto que es docto antes de ser hombre práctico o político, mar la sociedad, es también ella misma un instrumento revolu-
pero que al mismo tiempo tiene un altísimo sentido de la res- cionario, o bien es un pasatiempo inútil".
ponsabilidad cívica del docto, cuando no sea un árido erudito, 9 N. Bobbio, De senectute e altri scritti autobiografici, Einaudi,
de la función rescatadora de la filosofía, cuando no sea acade- Turín 1996, pág. 63. (Hay trad. española, De senectute y otros
micismo, verbalismo o virtuosismo de las ideas abstractas. Y escritos autobiográficos, de E. Benitez, Taurus, Madrid 1997).
sintió este problema de manera tan profunda que no sólo se 10 Bobbio usa esta expresión para referirse sólo a Genlile
detuvo en él para teorizarlo, sino que las distintas actitudes polí- (ibídem, págs. 65-66).
ticas que asumió estuvieron constantemente acompañadas o 11 En "Rassegna d'llalia", 1, nº 8, agosto 1946, págs. 117-125
sostenidas por una consideración general de la función política (cil. por el propio Bobbio en Prefazione a Una filosofia militante.
de los intelectuales y son reconducibles y fueron por el cons- Studi su Carlo Cattaneo, Einaudi, Turín 1971, pág. VIII). En el
cientemente reconducidas a actitudes de política de la cultura mismo ensayo Bobbio expresaba "la aspiración a un saber rigu-
más que de política militante" (Croce e la politica della cultura roso y libre de prejuicios, que no permita el revoloteo de los
(1955), en Politica e cultura, cil., pág. 101. En Profi/o ideologico ideólogos, las zancadillas de los metafísicos, ni las mentiras de
del Novecento italiano, (1968), Einaudi, Turín 1986, pág. 172, los retóricos; a una filosofía que no tenga prisa, que no se in-
Bobbio señala, no obstante, una diferencia entre la concepción venle lo que no puede conocer, que, sobre lodo, reconozca sus
crociana de la relación entre política y cultura y la que informó la propias limitaciones, relorne a la experiencia, y no se zambulla
"renovación cultural" de la segunda postguerra: "La máxima en de cabeza en la tradición por miedo a lo que pueda encontrarse"
la que, en los primeros años del siglo, se había inspirado Croce, (ibídem).

80
de los que habla en la carta que he citado al co- control, a la lógica de los razonamientos jurídicos, al
mienzo- que para el joven Bobbio era la tarea más papel pragmático, es decir, cívico y político, además
urgente de los intelectuales tras la catástrofe de la de explicativo, de la teoría del derecho. V aquí el
guerra y el largo silencio de la cultura durante el recuerdo no puede dejar de lIevarme hasta dos ex-
fascismo. Desde este punto de vista, muy bien po- traordinarios alumnos de Bobbio, a la vez maestros
demos decir que Norberto Bobbio ha sido el de todos nosotros, prematuramente desaparecidos,
"filósofo de la reconstrucción"12. V "reconstrucción" que, tan distintos uno del otro, ambos nos han en-
quería decir, como el propio Bobbio ha escrito en su señado no sólo la fecundidad metodológica del aná-
Profilo ideologico del novecento italiano, "la amplia- lisis lingOístico sino también la dimensión política de
ción de los horizontes mucho más allá de las fronte- la ciencia jurídica y del papel del jurista. Me refiero a
ras nacionales" y "una nueva conciencia del papel Uberto Scarpelli, que junto a Bobbio llevó a cabo los
del intelectual en nuestra sociedad"13. primeros estudios de análisis del lenguaje jurídico,
14
Norberto Bobbio, con su ilimitada producción , ha semántica del lenguaje normativo y metodología de
sido uno de los máximos y, quizá, el máximo prota- la ciencia jurídica; y a Giovanni Tarello, a quien se
gonista de esta obra de reconstrucción, puesta al debe la crítica más lúcida y corrosiva de las opera-
día y desprovincialización. Gracias a él y a otros fi- ciones ideológicas y políticas realizadas por la doc-
lósofos de su generación, como Ludovico Geymo- trina jurídica tras el manto de la cientificidad y la
nat, Nicola Abbagnano, Antonio Banfi, Giulio Preti, neutralidad valorativa.
Enzo Paci, Cesare Luporini, Galvano Della Volpe, Así, pues, la filosofía analítica italiana del derecho
Renato Treves y Uberto Scarpelli, se importaron en nació y creció, en torno a Bobbio, en los años cin-
Italia el existencialismo, la fenomenología, la filoso- cuenta y sesenta, y se dio a conocer en Italia y en
fía analítica, la filosofía de la ciencia, el neopositi- Europa esencialmente como "la escuela de Bobbio".
vismo lógico, el pragmatismo y los marxismos hete- Todos los años -como recordarán muchos de los
rodoxos (a comenzar por el del joven Marx), así colegas menos jóvenes aquí presentes- nos reu-
como materias enteras hasta entonces casi ignora- níamos quince o veinte personas en el Instituto de
das, como la lógica, la metodología de las ciencias filosofía del derecho de Turín, en los que llamába-
empíricas, la antropología y la sociología. mos "los seminarios de San José", porque tenían
lugar en la festividad del 19 de marzo. V me gusta
recordar el último de ellos, celebrado, precisamente,
11I. Pero Bobbio ha sido siempre y sobre todo un aquí en Camerino, el 19 de marzo de 1971, por ini-
filósofo del derecho: un estudioso de esa filosofía ciativa de Sandro Baratta y mía, y la animada dis-
menor -mejor, de esa pseudofilosofía en torno a cusión con Bobbio durante tres días en torno a la
un "pseudoconcepto", según la conocida descalifi- tesis de Giovanni Tarello, que entonces sonó a pro-
cación de Benedetto Croce- que es la reflexión vocación, de que las normas jurídicas "no existen",
teórica y filosófica sobre el derecho. Por eso, la ta- por no ser ellas el "objeto" sino el "producto" de la
rea de la reconstrucción iba de la mano del esfuer- interpretación y de las manipulaciones de los juris-
zo reconstructivo y de refundación de la ciencia ju- tas, y, por otro lado, aquella otra no menos viva so-
rídica y de la teoría del derecho asignado a la razón bre la vexata quaestio de la posible o imposible
en el momento del nacimiento de la democracia ita- neutralidad valorativa de la ciencia jurídica.
liana. V, para Bobbio, tras una época marcada por Pero, más allá de los disensos, era el estilo de
el dominio de las metafísicas idealistas y espiritua- pensamiento que Bobbio nos había enseñado lo
listas y en años de confrontaciones ideológicas y de que constituía y, espero, que seguirá constituyendo
fugas irracionalistas, la filosofía analítica, la lógica, el rasgo común de nuestra pequeña comunidad ius-
la filosofía de la ciencia, el neoempirismo y el utilita- analítica, junto a un segundo y asimismo importante
rismo ingleses y, en el plano teórico, el normativis- factor: el programa -señalado por Bobbio como
15
mo kelseniano, fueron instrumentos de la razón. tarea de la filosofía jurídica -- de la reflexión sobre
Así, en su escuela, a partir del clásico ensayo de
1950, Scienza giuridica e analisi del linguaggio, ver- 15 Teoria della scienza giuridica, Giapicchelli, Turín, págs. 7-8,
donde la investigación sobre el método jurídico viene indicada co-
dadero manifiesto programático, se formó una nue- mo la segunda tarea de la filosofía del derecho, después de la re-
va corriente de la filosofía del derecho, que fue a flexión sobre la justicia. Sobre Bobbio teórico y metateórico del
romper con la tradición metafísica que hasta enton- derecho, cfr. R. Guastini, Norberto_Bobbio: analisi dellinguaggio e
teoria formale del diritto, 1, 1949-1960, en "Materiali per una storia
ces había separado a la filosofía jurídica de la cien- della cultura giuridica", 8, 1, 1978, págs. 293-356; id., Norberto
cia del derecho y de la práctica judicial, orientando Bobbio teórico del diritto, 11, 1961-1965, ibídem, 9, 1979, págs,
su esfuerzo de estudio al análisis teórico de los 523-541; id., Norberto Bobbio teórico del diritto, 111, 1966-1980,
ibidem, 10, 1980, págs. 483-508; A. Ruiz Miguel, Filosofía y dere-
conceptos jurídicos en los usos de los jueces y de cho en Norberto Bobbio, cit.; El método de la teoria jurídica de
los juristas, a los métodos de construcción y de Bobbio, en U.Scarpelli (ed.), La teoria generale del diritto. Problemi
e tendenze attuali. Studi dedicati a Norberto Bobbio, Edizioni di
Comunita, Milán 1983, págs. 387-411.; P. Borsellino, Norberto
12 Como "pensamiento que optaba por la 'reconstrucción''', Bobbio e la teoria generale del diritto. Bibliografía ragionata 1934-
define Andrea Greppi el pensamiento de Bobbio en los momen- 1982, Giuffre, Milán 1983; id., Norberto Bobbio metateorico del
tos posteriores a la Liberación, en su tesis de doctorado, Pen- diritto, Giuffre, Milán 1991. Véanse también E. Pattaro, 11positivis-
samiento político de Norberto Bobbio, pág. 91, de próxima pu- mo giuridico italiano dalla rinascita alla crisi, (1972), en Oiritto e
blicación. analisi dellinguaggio, U.Scarpelli (ed.), Edizioni di Comunita, Milán
" Pro filo ideologico del Novecento italiano, cit., pág. 166. 1976, págs. 451-487; M. Jori, 11giuspositivismo analitico italiano
14 Véase la última bibliografía de los escritos de Bobbio, que prima e dopo la crisi, Giuffre, Milán 1987; M. A. Barrere Unzueta,
recoge unos 2.000 títulos, Bibliografía_degli scritti di Norberto La escuela de Bobbio. Reglas y normas en la filosofía jurídica ita-
Bobbio. 1934-1993, ed. de Caria Violi, Laterza, Roma-Bari 1993, liana de inspiración analítica, Tecnos, Madrid 1990; J. Oliveira Ju-
489 páginas. nior, Bobbio e a Filosofía dos Juristas, Fabris, Porto Alegre 1994.

81
el método de la ciencia jurídica, el análisis clarifica- se podría añadir- como lo son la matemática y la
dor de ese particular universo linguístico que es el geometría.
derecho positivo, la denuncia y la superación de las Pero hay un segundo sentido, no menos impor-
antinomias y las lagunas del derecho sobre la base tante, en el que el derecho y la paz son producto de
del derecho mismo y las promesas incorporadas en la razón. En cuanto, prosigue el pasaje de Bobbio,
sus principios constitucionales, del control racional, "los hombres son guiados a fundar el Estado por un
en fin, de las operaciones metalinguísticas realiza- razonamiento: mientras la guerra es el producto de
das sobre él por los juristas y los operadores jurídi- una inclinación natural, la paz es un dictamen de la
cos, ya sean legisladores, jueces o funcionarios recta razón, es decir, de la facultad que permite al
administrativos. hombre recabar ciertas consecuencias de ciertas
premisas o remontarse a los principios a partir de
ciertos datos de hecho". Por eso, añade Bobbio, "la
IV. Así, llego a la segunda y no menos importante obra hobbesiana... es ya de por sí un acto de con-
lección de Norberto Bobbio: el nexo que siempre ha fianza en la racionalidad humana. Hobbes está con-
ligado, en su pensamiento, razón, derecho y demo- vencido de la fuerza persuasiva del buen razona-
cracia. miento... Por tanto él no se preocupa de saber si los
Ha sido frecuente dividir la vida intelectual de hombres primitivos fueron capaces alguna vez de
Bobbio en dos fases: la de la filosofía jurídica y la seguir el raciocinio hasta ponerse de acuerdo sobre
teoría general del derecho y la de la filosofía políti- la constitución del Estado; los individuos a los que
ca y la teoría de la democracia. Esta interpretación habla son sus contemporáneos o, mejor, sus con-
es ciertamente veraz si se considera la biografía ciudadanos, desviados por falsas doctrinas, y el
académica e intelectual de Bobbio, que en 1972 estado de naturaleza del que deben salir es la
dejó la enseñanza de la Filosofía del derecho por abierta lucha religiosa y política de su patria, bajo
la de la Filosofía política y se dedicó desde enton- cuyo fuego se incuba la guerra civil. Es a ellos a los
ces a los estudios palitológicos más que a los filo- que quiere explicar que el Estado es el producto de
sófico-jurídicos. Pero, a mi juicio, se trata de una los hombres mismos, y, más precisamente, de la
división extrínseca, dado el estrecho vínculo que voluntad de los hombres en cuanto seres raciona-
siempre ha ligado, en el pensamiento de Bobbio, a les; o, si se quiere, de la voluntad racional del hom-
derecho y democracia, teoría del derecho y filoso- bre"18.
fía política. Tres siglos más tarde, en 1948, después de con-
En efecto, para Bobbio la democracia es una cluida la guerra más sangrienta de la historia huma-
construcción jurídica y el derecho es el instrumento na, también Bobbio habla a sus conciudadanos,
necesario para modelar y garantizar la democracia. pensando en la nueva Italia republicana, en la de-
V, más aún, el derecho es una construcción racio- mocracia por construir, en la paz que era preciso
nal y la razón -la artificial reason de Hobbes- es defender y garantizar. V también Bobbio quiere ex-
el instrumento necesario para elaborar el derecho. plicar a éstos que el derecho es una construcción
Por eso, Hobbes y Kelsen son los dos principales humana, de nuestra entera responsabilidad: como
autores de Bobbio: porque el derecho es fruto de la filósofos, como juristas, como ciudadanos; y que
razón, como para Hobbes, y la democracia y la paz, también lo es la democracia, por tratarse de una
como para Kelsen, son un producto del derecho. construcción jurídica además de social. Puesto que
"Derecho a través de la razón", "democracia y paz a el derecho y el Estado no son entidades naturales,
través del derecho", podríamos decir, parafrasean- sino artificios y, por consiguiente, son como los que-
do, a propósito de Bobbio, el título del libro La paz a remos y, antes aún, como los pensamos. V la de-
través del derecho, escrito por Kelsen en 1944. mocracia, a su vez, es antes que nada, según la
Hay un pasaje hermosísimo de Bobbio, en su In- clásica definición de Bobbio, "un conjunto de reglas
troducción de 1948 al De cive de Hobbes, que ex- (las llamadas reglas del juego) que permiten la más
presa del modo más lúcido ese nexo por él institui- amplia y segura participación de la mayor parte de
do entre derecho y razón: "la filosofía civil, como la los ciudadanos... en las decisiones pOlíticas"'9y por
geometría", escribe Bobbio a propósito de Hobbes, eso "la solución de los conflictos sociales con el
"dirige el propio conocimiento a un objeto producido
por nosotros mismos". V, "¿en qué sentido se pue-
de decir que nosotros producimos el objeto de la
Studi sulla teoria generale del diritto, Giappichelli, Turín 1955,
filosofía civil o, con las mismas palabras de Hobbes, págs. 5 y ss. La misma caracterización de la teoría del derecho
formamos el Estado? El Estado, responde Hobbes, vuelve a proponerse en La teoria pura del diritto e i suoi critici
(1954), ibidem, págs. 96 y ss. y en Formalismo giuridico e for-
no es por naturaleza sino por convención. Precisa- malismo etico (1954), ibídem, pags. 145 y ss.
mente, porque da satisfacción a una exigencia ele- 1. N. Bobbio, Introduzione cit., págs. 24-25.
mental del hombre, son los mismos hombres lo que 19 N. Bobbio, Quali alternative alla democrazia rappresentati-
va? (1975) en Quale socialismo? Discussione di un 'alternativa,
lo quieren"16.Por esto la teoría bobbianadel derecho, Einaudi, Turín 1976, pág. 42. (Hay trad, española: ¿Qué alter-
como antes la teoría hobbesiana del Estado, es una nativas a la democracia representativa?, del Opto. de Filosofía
''teoría de razón", o sea, como afirmó Bobbiodesde un del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, como ca-
pítulo 11 del artículo más amplio titulado Democracia representa-
ensayo de 1949, una ''teoría forma/,17 -axiomatizable, tiva y teoría marxista del Estado, en "Sistema", n 16, enero de
Q

1977. La misma versión se encuentra incluida en El marxismo y


el Estado, de varios autores, Editorial Avance, Barcelona 1977,
,. N. Bobbio, Introduzione a T. Hobbes, Opere politiche, ed. págs. 49 y ss. Y en ¿Qué socialismo? Discusión de una alterna-
de Norberto Bobbio, 1, Utet, Turín 1959, pág. 23. tiva, en trad. de J. Moreno, Plaza y Janés, Barcelona 1977,
11 Francesco Carnelutti, teórico generale del diritto (1949), en págs. 83 y ss.).
82
máximo consenso,,20, "sin necesidad de recurrir a la opresión y la apatía política, o hacia formas de de-
violencia recíproca"21. mocracia internacional fundadas en la garantía de la
De este modo, la filosofía política de Bobbio se li- paz y de los derechos humanos frente a los Esta-
ga con su filosofía jurídica y con su concepción de dos y a tantos otros poderes viejos y nuevos.
la cultura y del papel político del intelectual. Y se Hay, no obstante, una cosa que nos ha enseñado
comprende por qué la filosofía de Bobbio ha sido la historia de este siglo: que en la construcción de la
siempre una "filosofía militante", como dice el her- democracia no existen alternativas al derecho, y
moso título de su colección de ensayos sobre Carlo que en la construcción del derecho no existen alter-
Cattaneo, otro de sus "autores": es decir, una nativas a la razón. "Si no hubiéramos aprendido del
"filosofía socialmente comprometida", aunque "por marxismo -escribía Bobbio hace cuarenta años-
encima de la confusión", ajena a los "integrismos de a ver la historia desde el punto de vista de los opri-
iglesia y de partido", consciente de sus limitaciones midos, ganando una nueva inmensa perspectiva
pero también -son siempre palabras de Bobbio- sobre el mundo humano, no nos habríamos salva-
de su propia "función de crítica y de estímulo de las do. O habríamos buscado refugio en la isla de
instituciones" y de su "misión reformadora"22. nuestra interioridad privada o nos habríamos puesto
Yo creo que, hoy, esta doble apelación de Bobbio al servicio de los viejos patronos"25. Pero el fracaso
a la razón y al derecho como instrumentos de histórico de aquella gran esperanza del siglo que
construcción y de garantía de la paz y de la demo- fue el comunismo es hoy una confirmación de la
cracia es más que actual. Ciertamente -frente a la enseñanza de Bobbio sobre el nexo entre derecho y
crisis que atraviesan en Italia nuestra democracia y democracia: puesto que ese fracaso se debió en
nuestras instituciones, y, por otra parte, ante las gi- grandísima medida, precisamente, al desprecio del
gantescas mutaciones inducidas a escala planetaria derecho -y de los derechos- como técnica de li-
por la globalización, la emergencia de nuevos pode- mitación, control y regulación del poder; en otras
res (financieros, mediáticos, tecnocráticos) que es- palabras, al prevalecimiento de la antigua y recu-
capan a los tradicionales controles políticos y jurídi- rrente tentación que es el "gobierno de los hom-
cos, así como a la vista de esa "revolución bres" en lugar del "gobierno de las leyes".
permanente" que, como ha escrito Bobbio, es el Todos somos deudores de Norberto Bobbio por
progreso técnico-científico en "contradicción dramá- esta enseñanza, a la que ha dedicado, con pasión y
tica" con nuestro persistente y tal vez creciente rigor, toda su vida de filósofo militante. Y es de esta
"analfabetismo moral,,23_ no podemos abrigar nin- deuda de agradecimiento de la que hoy, profesor
guna certeza sobre el futuro de la paz y de la de- Bobbio, su antigua Facultad quiere dejar constan-
mocracia. No podemos saber, como Bobbio mismo cia, confiriéndole el doctorado ad honorem en Dere-
nos advierte en el Congedo con que se cierra su cho.
Autobiografia, "en qué sentido está destinada a pro-
ceder,,24la historia humana: si hacia un crecimiento
de las desigualdades, el hambre, la marginación, la (Traducción de Perfecto ANDRES IBAÑEZ).

20 Id., Le regole del gioeo (1981), en L'utopia eapovolta, Edi-


trice La Stampa, Turín 1990, pág. 103.
21 l., Morale e politiea, en "Nuova Antologia", 566, 1991, fase.
2179, pág. 79. Sobre la concepción bobbiana de la democracia
como conjunto de reglas del juego, véase P. Meaglia, Bobbio e
la demoerazia. Le regole del gioeo, Edizioni cultura della Pace,
San Domenico di Fiesole, 1994.
22 N. Bobbio, Una filosofia militante, cit., págs. VIII-IX.
23 Id., Autobiografía cit., págs. 258 y 260.
24 Ibídem, pág. 257. 25 Libertá e potere, cit., pág. 281.

83
El nuevo proceso penal de Costa Rica
José Ricardo DE PRADA SOLAESA

Por Ley nº 7594 de 28 de marzo de 1996 de la encomendadas al juez de la fase preparatoria, que
Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica es, a su vez, diferente del de la etapa intermedia y,
publicada en el Alcance nº 31 a "la Gaceta" Nº 31 por su puesto, del de la de enjuiciamiento y que
de 4 de junio de 1996 se aprobó el nuevo Código actúa como Juez de garantías con funciones espe-
Procesal Penal, cuya entrada en vigor está prevista, cíficas atribuidas legalmente -arto 293- en mate-
según establece el artículo 472 y último de su arti- ria de restricción de derechos fundamentales y de
culado, el próximo día 1 de enero de 1998. preconstitución de pruebas -anticipo jurisdiccional
Este nuevo Código Procesal Penal (NCPP) supo- de prueba- en relación a actos definitivos e irre-
ne, al menos en el plano legislativo, importantes productibles realizados en esta fase de investiga-
cambios en el sistema enjuiciamiento penal hasta ción preliminar o cuando haya de preservarse prue-
ahora vigente en Costa Rica, que en la actualidad ba que corre peligro.
viene constituido por Código Procesal Penal, Ley nº Sin embargo, y como se tendrá ocasión de anali-
5377 del 19 de octubre de 1973 y leyes posteriores zar después, la vigencia del principio acusatorio
que lo adicionaron y reformaron y a quien viene a puede quedar seriamente en entredicho en la fase
sustituir. Con él se pretende el paso de un sistema de enjuiciamiento al quedar en la nueva regulación
mixto como el actuai1 a un proceso de estructura residuos de potestades inquisitivas en manos del
acusatoria que, podríamos decir, sigue, a grandes Tribunal encargado de enjuiciamiento que, depen-
rasgos, los principios del acusatorio puro dibujados diendo como se interpreten y en que sentido y gra-
en el Código Procesal Penal Tipo para lberoamérica do se utilicen, pueden trastocar definitivamente el
de 19882• procedimiento convirtiéndolo en fuertemente inqui-
Este intento de crear un proceso penal, aunque sitivo en el momento decisivo si por parte de los
no plenamente, si, como se ha afirmado, marcada- operadores jurídicos encargados de ponerlo en fun-
mente acusatorio se manifiesta sobre todo en la fa- cionamiento no se asume el radical cambio de filo-
se inicial o de investigación preparatoria o prelimi- sofía que parece haber querido el legislador costa-
nar, que sustituye a la Instrucción formal del rricense, dando al traste con los aspectos más
anterior y que se encomienda al fiscal. benéficos de la reforma; siendo éste, sin duda, y
Se estructura, por tanto, el nuevo proceso en tres aunque no el único, uno de los aspectos más criti-
fases perfectamente diferenciadas: fase inicial de cables del nuevo Código. Puede decirse que el le-
investigación o procedimiento preparatorio; fase o gislador no ha conseguido acertar a hacer, quizá
procedimiento intermedio de control de la acusación por temor o desconfianza en la calidad de su Mi-
y admisión de prueba por medio de la audiencia nisterio Público, una nueva regulación en la que
preliminar; y tercera fase de juicio oral y público por quede definitivamente claros los papeles de los in-
un Tribunal de jueces profesionales. Este Ministerio tervinientes en el proceso, sobre todo de los jueces
Público, aunque formalmente integrado en el Poder en la fase de enjuiciamiento, de tal manera que se
JudiciaP, no tiene funciones jurisdiccionales pro- mejore la situación actual en la que con frecuencia
piamente dichas4 ya que éstas, como tales, vienen el Tribunal de juicio acude sin rubor a la búsqueda
de la prueba necesaria para la condena en los ca-
1 El CPP vigente en la actualidad de 1973-75 sigue el modelo
sos en que ésta no ha sido eficazmente aportada
del Código de 1939 de la provincia argentina de Córdoba atribu- por el fiscal, quien en muchos casos actúa de forma
yéndose su elaboración a los profesores Alfredo Vélez Maricon- indolente sabedor de que en su papel acusador va
de.], Sebastián Soler.
Elaborado por Bemal, De la Rúa, Pellegrini y Maier. a ser sustituido por un Tribunal beligerante, abier-
3 El Ministerio Público costarricense no es un órgano consti- tamente implicado en la búsqueda de la verdad
tucionalizado. Por el contrario, si aparece como un órgano ads- material en interés de la justicia y de que sus posi-
crito al Poder Judicial que ejerce sus funciones en el ámbito de
la justicia penal y con sujeción a lo dispuesto en la Constitución bles deficiencias acusatorias no van a tener conse-
política y las leyes (art. 1 de la LOMP). Actualmente el nombra- cuencias en el resultado ya que serán, sin duda,
miento del Fiscal General de la República recae en la Corte Ple-
na por tiempo indeterminado. Los fiscales son nombrados por el ampliamente corregidas por el Tribunal, producién-
Fiscal General con aprobación del Consejo Superior del Poder dose, con frecuencia, una confusión de papeles que
Judicial. A partir de 1998 será nombrado por una mayoría del se autoalimenta con la práctica del día a día y que
total de la Corte Plena por períodos de cuatro años con posibili-
dad de reelección por períodos iguales. se acrecienta ante la falta de un planteamiento rigu-
Juan-Luis Gómez Colomer llama la atención en una Nota a roso de las funciones de cada parte en el proceso.
pie de página de su trabajo sobre "La Instrucción del Proceso
Penal por el Ministerio Fiscal: Aspectos estructurales a la luz del
derecho comparado" publicado en la Revista de la Asociación debates sobre ciertos aspectos tradicionalmente polémicos ya
de Ciencias Penales de Costa Rica " Ciencias Penales" nº 13 que con ello se excedería con mucho del objeto mayormente
(pág. 45), sobre el dato, que estima muy importante para obser- descriptivo del mismo.
var las posibilidades reales de actuacion del Ministerio Público En el aspecto que nos ocupa se omite hacer expresa mención
en Costa Rica y del Poder Judicial en general, de que éste, de a la naturaleza, para unos meramente administrativa, para otros
acuerdo con el artículo 177, 11 de la Constitución Política de siempre jurisdiccional, de la investigación penal cuando esta es
1949, dispone de al menos el 6 % del presupuesto de la Repú- llevada por otro sujeto distinto del Juez de Instrucción. Al res-
blica. pecto vide: Andrés, Perfecto; "Ni fiscal instructor, ni Habermas
4 En este breve estudio sobre el nuevo proceso penal de la procesalista", en Jueces para la Democracia. Información y de-
República de Costa Rica expresamente se va eludir entrar en bate nº 16-17,2-3/1992, págs. 46 Y ss.

84
Otro de los aspectos más destacable y quizá litos de acción pública, para ello el Ministerio Públi-
también discutible es la introducción, no obstante de co formara un legajo de investigación con el fin de
la vigencia del principio de legalidad, de la oportuni- preparar su requerimiento -arto 275 CPP_7.
dad, si bien de forma reglada, en el ejercicio de la Se prevé que el Fiscal este auxiliado en esta la-
acción penal por parte del Ministerio Público (art. 22 bor de investigación por la Policía Judicial
NCPP). Como elemento correctivo, sin embargo, el (Organismo de Investigación judicial -OIJ-, etc.)
fiscal no tiene el monopolio del ejercicio de la acción que actuará bajo la dirección y control del Fiscal
penal en los delitos de acción pública, dado que (dependencia funcional) -arts. 67 y ss Y 283 Y ss-
también se confiere esta posibilidad a la víctima pero sin dependencia orgánica de éste8.
mediante el ejercicio de la acusación particular. El nuevo CPP profundiza en la diferenciación de
Igualmente, en relación a determinados delitos5, ca- funciones en esta Primera Fase9, distinguiendo en-
be la acción popular que incluso en el caso de deli- tre lo que son específicas actividades de investiga-
tos que afecten a intereses colectivos o difusos ción que podrían calificarse como de naturaleza
puede ser ejercitada por personas jurídicas vincula- administrativa (desde luego no jurisdiccional en
das a esos intereses6• sentido estricto) y que como tales no tendrían
En esta misma línea merece ser resaltada la, en nunca valor probatorio para fundar la condena del
general, preocupación mostrada por el legislador acusado, de las jurisdiccionales propiamente di-
por la víctima a la que se da amplia entrada y parti- chas, tales como: los anticipos jurisdiccionales de
cipación en el procedimiento con variados derechos prueba y actos que afecten a derechos funda-
de intervención y ello aunque no haya ejercido la mentales -arts. 293-8-, la resolución de excep-
acusación particular y no sea formalmente parte, ciones y demás solicitudes propias de esta etapa, la
siendo incluso oída al final del juicio oral al dársele adopción de medidas cautelares personales y rea-
una especie de derecho a la penúltima palabra. Sin les, el otorgamiento de autorizaciones y la realiza-
embargo, por contra, el Ministerio Público sólo en- ción en sí misma del allanamiento y registro de mo-
tablara la acción civil cuando de forma expresa le rada o lugar habitado y, en general, el control del
delegue el ofendido tal acción y también en el su- cumplimiento de los principios y garantías estable-
puesto de que la víctima sea menor o incapaz y ello cidos en la Constitución Política, incluida la duración
a través de una oficina especializada en la defensa del procedimiento.
civil de las víctimas. El legislador parece que trata de evitar la mezcla
Cabe, por último, para concluir estos aspectos entre una y otra funciones en lo que resulta una cla-
meramente introductorios, indicar que junto con el ra apuesta por el sistema acusatorio.
procedimiento ordinario cuya regulación de forma Surgen dudas, no obstante, en relación a deter-
sintética se expondrá a continuación se regulan en minados actos que en principio el NCPP atribuye
el NCPP otros procedimientos especiales tales co- indistintamente al juez y al fiscal, incluso a la poli-
mo el procedimiento abreviado, el procedimiento cía, y que podrían afectar a derechos fundamen-
para asuntos de tramitación compleja, el procedi- tales, tales como la inspección corporal -arto
miento por delito de acción privada, el procedi- 188-, la requisa -art.189- y el registro de vehí-
miento para la aplicación de medidas de seguridad, culos -190-10. La única interpretación constitu-
el procedimiento para juzgar a los miembros de los cional y no contradictoria posible es que dichos
supremos poderes y el procedimiento para juzgar preceptos se refieren exclusivamente a actos de
las contravenciones. inspección puramente externos que no lleguen a
ser realmente afectantes de derechos fundamen-
tales (comprobación de tatuajes, cicatrices o ca-
PROCEDIMIENTO ORDINARIO racterísticas físicas que no requieran ninguna cla-
se de intervención ni siquiera la desnudez
1. Procedimiento preparatorio o fase de completa, etc.) o urgentes en los mismos casos de
investigación preliminar por parte del Ministerio los allanamientos sin orden del artículo 197 y no
Fiscal
7 Los términos en que esta redactado el artículo 275 del
Señala el nuevo CPP que constituye la finalidad NCPP han determinado cierta polémica con respecto a cual de-
del procedimiento preparatorio determinar si existe be ser el contenido del legajo de investigación, si sólo debe
contener los documentos que puedan ser incorporados al de-
base para el juicio mediante la recolección de los bate o si por el contrario éste sería el contenido mínimo o nece-
elementos que permitan fundar la acusación del fis- sario debiendo contener además todos aquellos actos de inves-
cal o del querellante y la defensa del imputado. Co- tigación que resulten relevante sin que pueda ocultársele
ninguno a la defensa. Existe opinión común de que no serian
rresponde al Ministerio Público practicar las diligen- contenido de este legajo las notas sobre estrategia de investiga-
cias y actuaciones de la investigación preparatoria ción, etc., que el fiscal llevaría reservadamente.
8 La Policía Judicial tiene, en principio, una capacidad de ini-
que no requieran autorización judicial ni tengan ciativa en la investigación limitada ya que dentro de las seis ho-
contenido jurisdiccional -arto 290 CPP- en los de- ras siguientes a su primera intervención tienen la obligación de
informar al fiscal.
9 El artículo 277 "in fine" del CPP establece que los fiscales
5 Delitos cometidos por funcionario público en el ejercicio de no podrán realizar actos propiamente jurisdiccionales y los jue-
sus funciones o con ocasión de ella, hayan violado derechos ces, salvo las excepciones expresamente previstas en el Códi-
humanos o abusado de su cargo. También delitos que lesionan go no podrán realizar actos de investigación.
intereses difusos. 10 La Sala Constitucional ha considerado en diversos votos
6 También en relación a ciertos delitos tiene competencia en que dichos actos afectan a derechos fundamentales incluido el
materia de persecución penal la Procuraduría General de la Re- registro de vehículos (ad ex. 4693-93, 3013-94, 2320-95,5790-
pública y la Contraloría G. de la R. 96 etc.).
85
en otros que por ser en suficiente medida afec- tes para la efectividad del nuevo modelo vienen de-
tantes de derechos fundamentales estarían bajo rivados por las necesidades de adaptación de los
estricta reserva de jurisdicción. medios materiales y humanos a esta nueva situa-
En principio cabría hacer un pronostico favorable ción, requiriéndose, por una parte el adecuado di-
de esta atribución de la investigación preliminar al mensionamiento de las plantillas de acuerdo a las
MP, teniendo en cuenta los principios de oficialidad, nuevas funciones del fiscal investigador, desde lue-
legalidad matizada por cierta oportunidad reglada, go mucho más amplias que las actuales, incluso
imparcialidad y objetividad que por disposición legal con la creación de unidades especializadas dentro
deben acompañar su actividad y que se vería ade- de la Fiscalía con capacidad para la persecución de
más apoyada por la existencia de elementos estruc- delitos cada vez más dificultosos acordes a la com-
turales favorecedores, al menos en el plano formal, plejización de la sociedades modernas; y por otro, y
de la independencia del fiscal, tales como la existen- por las mismas razones, un profundo cambio
cia de un fiscal integrante del Poder JudiciaP 1. "cultural" en los miembros del Ministerio Público,
Como contrapunto, sin embargo, es ya clásica la tanto en sus esquemas de actuación, como incluso
crítica que se hace a este tipo de sistemas en que en su mentalidad ...
se coloca la investigación inicial en manos de una
de las partes y que pone de manifiesto la desigual-
dad real entre las partes, fiscal y defensa, ya que, 1.1. Inidicación del procedimiento
aunque en le plano teórico ambas partes tienen las
mismas posibilidades de búsqueda de pruebas, sin El nuevo CPP prevé como formas de inicio del
embargo en la realidad el fiscal dispone de la policía procedimiento la denuncia verbal o escrita de cual-
como auxiliar de la investigación y tal como expresa quier persona que tenga noticia de un delito de ac-
el conocido dicho: "solo la policía tiene palas con ción pública, estableciéndose la obligación de de-
que cavar"12. En la mayoría de los casos el investi- nunciar para diversas clases de funcionarios y
gado, y por tanto su defensa, carecen de medios profesionales que tuvieran conocimiento de los he-
económicos y materiales para llevar a cabo la in- chos por razón de su cargo u oficio.
vestigación, por lo menos en el mismo plano de Cabe la iniciación de las investigaciones de oficio
igualdad que el fiscal. De otra parte también care- por parte del Ministerio Público y parte de la Policía
cen de ciertos medios coercitivos previstos legal- Judicial quienes dentro de las seis horas siguientes
mente para el fiscal o la policía y, además, en prin- a su primera intervención tienen la obligación de
cipio, sólo es el fiscal quien puede realizar ciertas informar al fiscal. También mediante querella bien
diligencias de investigación y, por ejemplo, instar un sea de la víctima o de cualquier persona en los ca-
registro domiciliario (allanamiento) u otra diligencia sos en los que es posible la acción popular.
de investigación semejante. Además de ser quien Se prevé la posibilidad de desestimación de la
accede o no en la primera instancia a las peticiones denuncia, la querella o las actuaciones policiales
en materia investigación efectuadas por la defensa. por parte del Tribunal a requerimiento del Ministerio
Como correctivos cabe esperar el eficaz funcio- Público, cuando el hecho denunciado no constituya
namiento de la Defensa pública, institución bien delito o no sea posible proceder, sin que esta reso-
arraigada en el sistema costarricense que responde lución cierre definitivamente la posibilidad de inves-
a la lógica del sistema acusatorio puro y el general tigación ya que el procedimiento podrá reabrirse
cumplimiento por parte del fiscal de la obligación de cuando nuevas circunstancias así lo exijan. Esta
actuar con la objetividad que el impone el artículo resolución que es apelable deberá ser comunicada
63 de la NCPP, al establecer la obligación de inves- a la víctima que así lo haya pedido.
tigar no sólo las circunstancias que permitan com- En cuando a la intervención de otros sujetos del
probar la acusación sino también las que sirvan pa- proceso en los actos de investigación que efectúe el
ra eximir de responsabilidad al imputado e incluso fiscal, el nuevo Código no emplea una formula
efectuar los requerimientos e instancias conforme a contundente, pues únicamente establece que el fis-
ese criterio incluso en favor del imputado. Este de- cal permitirá la presencia de las partes en los actos
ber de objetividad, por tanto, no viene contemplado que practique, sin, parece, reconocer expresamente
como un valor abstracto que debe adornar la actua- el derecho de las partes a intervenir, ni regulando
ción del Ministerio Público sino que parece exigir los mecanismos para que esta participación se pro-
actuaciones concretas incluso en favor del imputa- duzca. Sólo el nuevo texto reconoce el derecho a
do. asistir a las partes distintas del Fiscal en los casos
Los aspectos que, quizá, resultan más inquietan- de anticipo jurisdiccional de prueba.
También se establece que las partes pueden pro-
poner diligencias de investigación y que el fiscal de-
11 Ver nota 3. Sin embargo se debe constatar determinadas
peculiaridades del sistema judicial costarricense tanto en lo que berá realizarlas si las considera pertinentes y útiles,
se refiere al acceso a los cargos de juez, fiscal y defensores debiendo motivar la negativa a su práctica, pudien-
Públicos todos ellos integrantes del Poder Judicial como a la do las parte acudir al juez del procedimiento prepa-
circunstancia de que aproximadamente el 80% de las plazas no
estén cubiertas por titulares desde hace años, lo que determina ratorio que se pronunciara sin sustanciación sobre
que quienes ejercen estas funciones no se vean protegidas en la procedencia de la prueba.
su independencia por los elementos estructurales básicos que Cabe la posibilidad excepcional, por una sola vez,
integrarían lo que se ha venido a llamar el "Estatuto del Juez":
ob~etividaden el sistema de ingreso, inamovilidad, etc..... acordada mediante resolución fundada del Ministe-
2 Spencer, John: La Preuve. En: Procédures pénales d'Euro- rio Público y siempre que el imputado no este priva-
pe. O. Dir. Mireille Delmas-Marty. PUF. París, 1995, pág. 539.
86
do de libertad, por plazo no superior a diez días, del sS.- ; conciliación -arto 36- y extinción de la
secreto total o parcial de las actuaciones. Este pla- acción penal en ciertos casos específicamente
zo es prorrogable, si bien en ese caso es suscepti- previstos en el artículo 30 -reparación del daño,
ble de revisión por parte del juez. También, no etc.-
obstante el vencimiento de los referidos plazos, es Parece, por tanto, que el legislador ha pretendido
posible que el juez disponga la realización de un hacer una auténtica simbiosis entre el principio de
acto sin citación de las partes a petición del fiscal y legalidad y de oportunidad, con una presencia real y
cuando la eficacia de un acto dependa de la reserva no meramente testimonial de manifestaciones con-
parcial de las actuaciones. cretas de los que se ha venido a llamar justicia ne-
En materia de publicidad se establece expresa- gociada o pactada (-ADR- Alternative Dipute Re-
mente el carácter no público del procedimiento pre- solution).
paratorio en relación a terceros con la obligación de No resulta éste el lugar adecuado para desarrollar
guardar secreto impuesta a todas las partes del la amplia polémica doctrinal que se ha producido en
proceso. relación a este complicado y debatido tema16.
Frente a las opiniones que sostienen que se trata
de instrumentos procesales o incluso alternativas al
1.11.Valoración inicial proceso que resultan interesantes, en cuanto que
pretenden la simplificación del proceso penal y la
Establece el artículo 297 que recibidas las prime- superación de la concepción clásica del proceso
ras diligencias el fiscal las valorará a los efectos de penal como cauce del "ius puniendi" estatal y
la continuación de la investigación o para solicitar, apuestan por otras formas de pacificación social
bien sea: la desestimación de la denuncia, querella con entrada activa tanto del imputado como de la
o actuaciones policiales; el sobreseimiento; la in- víctima en el proceso, están aquellas otras que,
competencia por razón de materia o territorio; la además de poner de relieve que son alternativas de
aplicación de un criterio de oportunidad; la suspen- aplicación delicada y difícil, suponen una auténtica
sión del proceso a prueba; la aplicación del proce- mercantilización del proceso penal que parte de una
dimiento abreviado; la conciliación o cualquier otra ficción como es la igualdad de las partes, que en
medida tendente a finalizar el proceso. Asimismo, si realidad es puramente ilusoria y, en fin, resulta in-
no se ha conseguido individualizar al imputado el compatible con los fines del proceso, desquiciando
Fiscal podrá, por si mismo, fundadamente, archivar todo el sistema de garantías.
las actuaciones. En cualquier caso, como pone de manifiesto Fe-
rrajoli, la justicia negociada no es el resultado lógico
del modelo teórico acusatorio, que consiste en la
1.11.1.Principio de oportunidad separación entre juez y acusación y en la igualdad
entre acusación y defensa, en la oralidad y en la
No obstante la afirmada vigencia del principio de publicidad del juicio, si no de una manifestación
legalidad, sin embargo el nuevo CPP da abierta y concreta del proceso penal estadounidense, produ-
franca entrada a formas de oportunidad regladas13, ciéndose una confusión injustificable en el plano
tanto en lo que se refiere a los supuestos en los teórico, pero que responde a razones históricas.
que es posible, como en cuanto al moment014 y A parte de los clásicos argumentos que se han
procedimiento aplicable y a los efectos que ésta dado a favor y en contra de las ADR, parece nece-
produce15. Se regulan igualmente otras posibili- sario recordar que la evolución de la sociedad mo-
dades o figuras relacionadas, tales como: la sus- derna ha producido importantes cambios en la es-
pensión del procedimiento a prueba - arts. 25 y tructura social del proceso, y que frente a la
concepción clásica que pone el acento en la con-
frontación de dos partes o dos intereses, se aprecia
13 El artículo 22 de CPP bajo la rubrica de "Principios de lega-
con frecuencia que en la actualidad, el proceso,
lidad y oportunidad" establece que el Ministerio Público deberá
ejercer la acción penal pública en todos los casos en que sea mas que bipolar, es policéntrico, y que en él están
procedente, con arreglo a las disposiciones de la ley. en juego una muy amplia red de intereses de con-
Sin embargo este mismo artículo también establece que el
mismo Ministerio Público con autorización de su superior jerár- tornos difíciles de identificar con precisión o donde
quico puede solicitar que se prescinda total o parcialmente de la el número o personas afectadas puede ser muy
persecución penal en los supuestos previstos en el mismo artí- considerable17, por lo que el esquema clásico en
culo: a) insignificancia del hecho o mínima culpabilidad del autor
o participe o exigua participación de éste, salvo que afecte al gran medida ya no resulta válido.
interés público o lo haya cometido un funcionario público en el
ejercicio de su cargo; b) arrepentimiento activo en criminalidad
organizada o violenta o de delitos graves o tramitación comple-
ja; c) daño físico o moral grave sufrido por el imputado que torne
desproporcionada la aplicación de la pena; d) insignificancia de 16 Al respecto ver: Schí.inemann, Bernd: ¿Crisis del procedi-
la pena en relación a las ya impuestas o previsiblemente impo- miento penal?(¿marcha triunfal del procedimiento penal ameri-
nibles incluso en el extranjero en cuyo caso podrá prescindirse cano en el mundo?). En: Jornadas sobre la "Reforma del Dere-
de la extradición activa y concederse la pasiva. cho Penal en Alemania". Cuadernos del Consejo General del
14 Los criterios de oportunidad podrán solicitarse hasta antes Poder Judicial. Madrid.1991, págs. 49 Y ss.
de ~ue se formule la acusación del MP. Tulkens, FranC;:oise:La Justice négociée. En: Procédures pé-
1 El artículo 23 del CPP establece bien sea la extinción de la nales d'Europe. O. Dir. Mireille Delmas-Marty. PUF. París,1995,
acción penal o la suspensión de su ejercicio en los supuestos de págs. 551 Y ss.
colaboración que esta condicionada al resultado de ésta: "si la Ferrajoli, Luigi: Derecho y razón. Teoría del garantismo pe-
colaboración del sujeto o la sentencia no satisfacen las expec- nal. Ed. Tratta. Madrid 1995, págs. 567 Y ss Y 746 Y ss.
tativas" ..."el MP deberá solicitar del Tribunal que ordene reanu- 17 Guarnieri, Carlo; Pederzoli, Patrizia: La puissance de juger.
dar el procedimiento"... Ed. Michalon. París 1996, pág. 19.
87
1.111.
Conclusión del procedimiento preparatorio éstas (acusación del fiscal o querella) dicta el auto
de apertura.
Cuando el fiscal o querellante estimen que los ele- Antes de remitir las actuaciones al Tribunal de
mentos de prueba son insuficientes para fundar la Sentencia el imputado podrá solicitar al de la fase
acusación podrán requerir la desestimación, el so- intermedia la realización del debate en dos fases
breseimiento provisional o definitivo. También podrán (cesura), para que en la primera se discuta sobre la
solicitar la suspensión del proceso a prueba; la apli- existencia de culpabilidad y en la segunda sobre, en
cación de criterios de oportunidad, el procedimiento su caso, la individualización de la pena y las conse-
abreviado o que se promueva la conciliación, remi- cuencias civiles.
tiendo al juez junto con el requerimiento las actuacio-
nes y elementos probatorios. El artículo 300 del CPP
prevé expresamente que en caso de aplicación de 111.Fase de juicio oral
criterios de oportunidad o sobreseimiento el fiscal de-
berá ponerlo en conocimiento de la víctima para darle El artículo 326 del CPP establece que el juicio
la oportunidad de constituirse en querellante. como fase esencial del proceso se realizará sobre
El Tribunal del procedimiento intermedio resolverá la base de la acusación, en forma oral, pública,
sobre el requerimiento interesado. En el caso de contradictoria y continua.
que se produzca disconformidad y considere proce- Aunque se prevé expresamente que el juicio se
dente la apertura a juicio remitirá nuevamente las desarrollará en presencia ininterrumpida de los jue-
actuaciones al fiscal para que modifique su postura ces y de las partes y que el imputado no podrá
remitiéndoselas en caso contrario al fiscal general o abandonar la Sala sin permiso del Tribunal, sin em-
fiscal superior, resolviendo en el sentido solicitado si bargo, se le permite no asistir al mismo después de
se mantiene en su posición. declarar, en cuyo caso será conducido a una Sala
Cuando el fiscal considere que la investigación próxima y podrá ser representado por su defensor.
proporciona elementos suficientes para ir a juicio Se regulan igualmente excepciones a la publici-
presentará la acusación requiriendo la apertura del dad del juicio en los casos en que: se afecte direc-
juicio. De la acusación se dará traslado a la víctima tamente al pudor, la vida privada o la integridad de
a los efectos de darle una vez mas la oportunidad algunos de los intervinientes; afecte gravemente a
de que se constituya en querellante. la seguridad del Estado o a los intereses de la justi-
cia; peligre un secreto oficial, particular, comercial o
industrial; se reciba declaración a una persona y el
11. Procedimiento intermedio. Resoluciones Tribunal considere inconveniente la publicidad.
conclusivas. Audiencia preliminar Por el contrario también se prevé una amplia partici-
pación de los medios de comunicación social permi-
Esta fase tiene como finalidad fundamental tanto tiendo que las empresas de radiodifusión y televisión
el control de la acusación como de la prueba incluso puedan instalar en las Salas aparatos de grabación,
la legalidad de ésta. Así el NCPP establece que una fotografía, radiofonía, filmación u otros, si bien el Tribu-
vez formulada la acusación o la querella el Tribunal, nal determinara las condiciones en que se ejercerán
tras poner de manifiesto a las partes las actuacio- estas facultades, debiéndose respetar la voluntad del
nes y evidencias reunidas durante la investigación, imputado, víctima o cualquier otra persona que no de-
convocará a una audiencia preliminar en la que las seen que se grabe su voz o su imagen.
partes podrán: plantear defectos formales o sustan- De la misma manera se establecen excepciones a
ciales; oponer excepciones; solicitar sobreseimiento la oralidad - arto 334- en aquellos casos previstos
provisional o definitivo; la suspensión de procedi- donde, bien se trate de pruebas que se hayan reali-
miento a prueba; la imposición o revocación de una zado según las reglas de anticipo jurisdiccional de
medida cautelar; el anticipo de prueba; la aplicación prueba, pruebas documentales, periciales, declara-
del procedimiento abreviado18, de un criterio de ciones de coimputados rebeldes o absueltos, sean
oportunidad o la conciliación; podrán igualmente incorporadas al juicio por lectura.
ofrecer la prueba para el juicio oral o hacer cual- El NCPP regula expresamente la forma de practi-
quier planteamiento que permita una mejor prepa- carse durante el acto del juicio los diversos medios
ración del juicio. El Tribunal resolverá seguidamente de prueba, si bien rige el principio de libertad pro-
sobre lo procedente en relación a las cuestiones batoria. Cabe la posibilidad de que el Tribunal pue-
suscitadas, dictará auto para la apertura a juicio, da, como prueba para mejor proveer, excepcional-
acordando en ese caso sobre la admisión de la mente, de oficio o a petición de parte, la recepción
prueba ofrecida para el juicio, con la particularidad de cualquier prueba en el caso de que surgan nue-
de que puede ordenar de oficio la que considere vos hechos o circunstancias nuevas.
esencial. En el auto de apertura a juicio el Tribunal En relación a la valoración de la prueba el nuevo
indicará la parte de la acusación o de la querella CPP determina que el Tribunal asignará el valor co-
que resulte admitida o en su caso sobre cual de rrespondiente a cada uno de los elementos de
prueba con aplicación estricta de las reglas de la
18 El procedimiento abreviado parte de la admisión del hecho sana crítica, debiendo justificar y fundamentar, ade-
por el imputado y permite al Tribunal directamente dictar sen- cuadamente, las razones por las cuales les otorga
tencia salvo que estime pertinente oír a las partes y a la víctima.
El Tribunal se ve sujeto a la pena solicitada que puede ser determinado valor, con base en la apreciación con-
hasta un tercio menor de la mínima prevista legalmente para el junta y armónica de toda la prueba esencial.
delito.

88
111.1.Quiebra del prinicipio acusatorio en la fase contradictoria con otros prinCipiOs, ya que lo que
decisional justifica la intervención en la mayoría de los casos
es su vocación de ser fuente de prueba.
Como ya se ha tenido ocasión de indicar con an-
terioridad, la vigencia del principio acusatorio no es
homogénea en todo el proceso penal ya que se V. Actividad procesal defectuosa
producen importantes déficit de vigencia de este
principio en la fase de enjuiciamiento al darse am- Es en el capítulo relativo a la actividad procesal
plias potestades al juez de Sentencia de intervenir defectuosa en el que se regula la prueba irregular-
de forma relevante para el resultado del proceso al mente obtenida, dando la impresión de que el legis-
margen de la acusación o sin ajustarse a lo pedido lador quiere eludir expresamente esta denominación.
por ésta. Así, se establece la posibilidad de reaper- El principio general es el del saneamiento y la invali-
tura del debate - arto 362- si el tribunal estima du- dez de los actos sólo cuando éste no pueda ser po-
rante la deliberación absolutamente necesario reci- sible, sin perjuicio de la imposibilidad de valoración
bir nuevas pruebas o ampliar las incorporadas. En para fundar una decisión, ni de ser utilizados como
este mismo sentido, también viene recogida la posi- presupuestos de ella, los actos realizados con inob-
bilidad de que la sentencia no se ajuste a los he- servancia de formas y condiciones previstas en la
chos de la acusación en el caso de que favorezca al Constitución, etc., cuando no se haya producido el
imputado ni a la calificación jurídica de las acusa- saneamiento. Sin embargo, se echa en falta la regu-
ciones e incluso con posibilidad de aplicar penas lación determinados aspectos de esta temática y so-
más graves o distintas de las solicitadas. Sin duda, bre todo el llamado efecto indirecto o contaminante
como hemos indicado, es éste uno de los aspectos de las pruebas ilegalmente obtenidas cuya vigencia,
más criticables del nuevo proceso penal, en cuanto no obstante, podría deducirse del párrafo segundo
que estas posibilidades de intervención que se del artículo 181 que prohíbe la utilización incluso de
otorgan al juez suponen una peligrosa confusión de la información obtenida mediante tortura, etc.
papeles entre los de acusar y juzgar y pueden cau-
sar graves indefensiones a las partes que se pue-
den ver condenadas sorpresivamente por delitos VI. Régimen de recursos
por los que no habían sido acusadas, sin que, como
ya se ha tenido ocasión de manifestar anterior- Lo más destacable en esta materia es lo limitado
mente, la hipotética búsqueda de la verdad material del recurso de casación contra sentencias y sobre-
pueda justificar, ni si quiera en el plano teórico, que seimientos dictados por el Tribunal del juicio, en
el juez asuma otras funciones distintas de la de juz- cuanto que sólo cabe interponerse por inobservan-
gar y más dentro del contexto de un proceso que se cia o aplicación errónea de un precepto legal.
preocupa en otras fases procesales de diferenciar
las funciones de instrucción y de enjuiciamiento y
que permite una amplia y variada utilización de la VII. Ejecución
oportunidad.
Por último, cabe indicar que la ejecución de las
sentencias, salvo disposición en contrario, corres-
IV. Garantías procesales19 ponde al Tribunal que las dictó. Pueden plantear in-
cidentes en la ejecución el fiscal, el querellante, el
El nuevo Código procesal penal contempla un condenado y su defensa. Se prevé la existencia de
amplio corolario de garantías procesales a lo largo un fiscal de ejecución de la pena que intervendrá en
de todo su texto, siendo especialmente de destacar los procedimientos de ejecución velando por el res-
el catálogo de ellas contenidas en el Titulo I bajo la peto de los derechos fundamentales. También se
rúbrica: "Principios y Garantías procesales", res- preven los jueces de ejecución de penas que con-
pondiendo a una moderna técnica de explicitación trolaran el cumplimiento del régimen penitenciario y
de estos principios en una "Parte General" informa- el respeto de los fines constitucionales y legales de
dora del resto del ordenamiento. Estos principios las penas y medidas de seguridad, con una serie de
tienen en algunos casos concretos desarrollos en la funciones específicas señaladas legalmente -arto
regulación de determinados aspectos, vb: derechos 458 NCPP-.
de los imputados -arto 82-, o de forma muy inte-
resante en el control sobre la duración del proceso
- arto 171 y ss-, etc. Sin embargo, sin pretender BIBLlOGRAFIA BASICA
ser exhaustivos si se aprecian situaciones dudosas
tal como la indicada posibilidad de que el Ministerio Armijo Sancho, Gilberth: Garantías constitucionales.
Fiscal pueda, por sí mismo, ordenar la investigación Prueba ilícita y la transición al nuevo proceso pe-
corporal del imputado -arto 88-. Las garantías nal; Colegio de Abogados de Costa Rica; San Jo-
previstas son en ocasiones difusas y la regulación sé 1997.
VV.AA.: Reflexiones sobre el Nuevo Código Proce-
19 La Sala Constitucional y especialmente a partir del Voto sal Penal, Corte Suprema de Justicia-Asociación
1739-92 ha elaborado una depurada doctrina sobre las garan-
tías inherentes al debido proceso con base en los artículos 39 y de ciencias penales de Costa Rica; San José
41 de la CP y otros y la Convención Americana de Derechos 1996.
Humanos.
89
De la estructura 'jurídica' de la represión
y de la superación del pasado en Argentina
por el Derecho penal*

Un comentario desde el punto de vista jurídico


KaiAMBOS

INTRODUCCION Videla- "los distintos elementos de las fuerzas no


perturbaran su accionar entre Sf'2; pero se había
Si se lee el reportaje del periodista Verbitsky al previsto que una fuerza apoyara a otra a solicitud
ex oficial de la Armada Scilingo, como también las de ésta. Desde el punto de vista jurídico es decisivo
constancias de las sesiones del Senado sobre los que cualquier posibilidad de control jurídico era im-
oficiales de la misma fuerza armada argentina, para posible per se. Por tanto, la estructura descripta fue
ese entonces en actividad, Rolón y Pernías\ se de naturaleza táctica, no normativa. La Junta misma
sentirá el recuerdo de la pregunta planteada ya en reconoció esto en su "Documento Final", cuando
1985 por la Comisión Nacional sobre la Desapari- habla de "planes", pero no de "normas": ''Todas las
ción de Personas (CONADEP), de cómo habrá sido operaciones contra la subversión y el terrorismo,
posible "mantener la impunidad de tantos delitos, fueron llevadas a cabo por las fuerzas armadas y
consumados con la evidencia de un mismo 'modus por las fuerzas de seguridad ... fueron ejecutadas
operandi' y muchos de ellos ante numerosos testi- conforme a planes aprobados y supervisados por
gos" (CONADEP, 1985, p. 391). La cuestión va más los mandos superiores orgánicos de las fuerzas ar-
allá del dominio militar (1976-1983), si se pregunta, madas y por la Junta militar a partir del momento de
desde la perspectiva actual, por la superación del su constitución" .
pasado (mediante el derecho penal) de los gobier- Según ello existían, por tanto, un plan de acción
nos democráticos sucesores, de Alfonsín (1983- común o varios planes individuales que fueron eje-
1989) Y de Menem (desde 1989). Esa cuestión de cutados utilizando la estructura de organización je-
ningún modo puede ser investigada en este lugar rárquica y de obediencia de las fuerzas armadas y
de manera exhaustiva, sino sólo esclarecida desde el una división de tareas funcional-horizontal creada al
punto de vista jurídico-penal. A este respecto, se de- efecto.
be separar la cuestión de la estructura "jurídica" del A pesar de la falta de configuración formal-
aparato represivo durante la dictadura, de la cuestión normativa de esta estructura, el problema central
4
de la elaboración jurídico-penal de la violación a los del juicio a los ex comandantes residió precisa-
derechos humanos posterior a la dictadura. mente en probarle a éstos que, mediante sus ór-
denes, o en virtud del plan mencionado, habían
originado causalmente determinados hechos puni-
1. DE LA ESTRUCTURA 'JURIDICA' bles de los subordinados (el problema de la res-
A LA REPRESION ponsabilidad vertical) y que existían funciones y
responsabilidades de igual categoría (el problema
Una estructura jurídica o normativa exteriormente de la responsabilidad horizontalt Desde el punto
visible no hubo. Para coordinar la "lucha antisub- de vista de la dogmática penal se trató en este ca-
versiva" las fuerzas armadas habían dispuesto más so, y se trata en casos configurados de modo se-
bien un "plan de acción" (Sancinetti, 1988, pp. 24 Y mejante, de la cuestión de si los superiores habían
ss.). Conforme a él, el país fue dividido -dicho a
grandes rasgos- en varias zonas, dentro de las
2 Citado según Sancinetti (1988, p. 25) quien toma la referen-
cuales las operaciones fueron llevadas a cabo bajo cia del juicio a los ex comandantes (al respecto, n. 4).
el comando de la fuerza armada respectiva com- 3 Original en: "Boletín Oficial", Bs. As., 2/5/1983 (citado según
Sancinetti, 1988, pp. 25 Y s.).
petente (Ejército, Fuerza Aérea, Marina). El Ejército • Se trata del proceso contra los comandantes de las juntas
debía supervisar todas las actividades represivas militares, que dependió primeramente del Consejo Supremo de
desde el punto de vista operativo. En principio, las las Fuerzas Armadas (CSFA), pero que después fue asumido
por la justicia federal y concluido con el fallo de la Cámara Na-
diversas fuerzas armadas debían actuar indepen- cional de Apelaciones y el fallo de casación de la Corte Supre-
dientemente una de otra para que -así, el general ma de Justicia (cf. especialmente la sentencia de la Cámara del
9/12/1985, en: "Fallos C. S.", t. 309-1 Y 11,de casi 1.900 páginas:
"Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las
• Título original: Zur "rechtlichen" Struktur der Repression und Fuerzas Armadas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder
strafrechtlichen Vergangenheitsbewiiltigung in Argentinien-Ein Ejecutivo Nacional". En Sancinetti (1988, pp. 221 a 228 y 243 Y
Kommentar aus juristischer Sicht, en Detlef Nolte (comp.), Ver- s.) se hallan los fundamentos de la decisión de ambas senten-
gangenheitsbewiiltigung in Lateinamerika Jlnstitut fur Iberoame- cias; él realiza también un análisis fundado y crítico. Cf. igual-
rika-Kunde; Verbund Sitftung Deutsches Ubersee-Institut}, Fran- mente Maier (1995).
kfurt a. M., 1996. 5 Existió aun otro problema en la responsabilidad temporal,
dado que las juntas militares practicaron un sistema de rotación
, En original, en: Verbitsky (1995). (con más detalle, Sancinetti, 1988, pp. 33 Y ss.).

90
actuado como autores (mediatos) o sólo como personas no proviniera de una normativa refrenda-
partícipes (instigadores). La autoría presupone da en forma responsable?"
que los superiores habían dominado el acontecer Respuesta: "No. No existe ninguna fuerza armada
del hecho incluso por el dictado de órdenes (el donde todas las órdenes se hagan pro escrito, sería
llamado "dominio del hecho") y los subalternos imposible mandar. El sistema que estaba montado
ejecutores como qua si "instrumentos"; o bien debe para eliminar a los elementos subversivos, era or-
ser probado al menos que el control del acontecer gánico, ..."
del hecho por fuerza de un aparato de poder orga- Pregunta: "¿Nadie preguntó por qué no se firma-
nizado resultaba dentro de una estricta obediencia ban órdenes de fusilamiento y se ejecutaban en
jerárquica, es decir que, en este sentido, existía un forma pública por un pelotón?"
control perfecto de los hombres de atrás mediante Respuesta: "Sí, fue uno de los temas que se
los autores físicos (el llamado "autor detrás del plantearon ... No se daba a conocer qué pasaba con
autor"6). En el núcleo, se trata del contenido de ilí- los detenidos para evitar la información y crear in-
cito y de la reprochabilidad de la conducta respec- certidumbre en el enemigo. Esa era la razón teórica
tiva. El observador imparcial le hará al dador de la que nos dieron. El tiempo demostró que la razón
orden y superior, regularmente, un reproche moral era otra, porque muchos años después, en los jui-
mayor que al ejecutor de la orden y subalterno. El cios, nadie dijo lo que había pasado."
primero decide, en principio, sobre la realización El carácter no escrito del proceder fue, por tanto,
de determinada "operación" y utiliza los subalter- una estrategia elegida conscientemente, para difi-
nos sólo como "instrumentos" de ejecución de su cultar la posterior reconstrucción de la represión y
orden. Por tanto, tiene más "responsabilidad" por de los hechos individuales, en definitiva, por tanto,
el hecho real que los subalternos que sólo acatan la superación del pasado por el derecho penal.
su orden. Consecuentemente, en estos casos se En lo demás, dominaba -al menos desde el punto
debe partir (excepcionalmente) de auto ría media- de vista de la junta gobernante- la doctrina de la
ta, dado que el superior, como "autor detrás del "obediencia incondicional" (absoluta o pasiva) frente
autor" por fuerza de un aparato de poder organi- a las órdenes de los superiores. Según el derecho
zado", posee el dominio del hecho sobre los su- militar argentino, en principio responde el superior
balternos como intermediarios? que ha impartido la orden (art. 514, Código de Justi-
En las expresiones de Scilingo se halla también cia Militar [CJM]) (con más detalle, Ambos, 1997, pp.
una prueba de la estructura informal del aparato re- 165 Y ss.). El subalterno responde sólo en caso de
presivo: exceso en el cumplimiento de la orden, y, por cierto,
Pregunta: "¿A nadie le llamaba la atención que como partícipe (no como autor). Tiene además un
una decisión tan grave como quitar la vida a las derecho a reclamación en caso de órdenes
(manifiestamente) antijurídicas (art. 675, CJM, la lla-
mada obediencia reflexiva). Sin embargo, se castiga
• Cf. últimamente el Tribunal Supremo Federal alemán, en (arts. 667, 674, CJM) el rehusarse a cumplir una or-
"Neue Juristische Wochenschrift", 1994, pp. 2703 Y SS., 2706
(responsabilidad jurídicopenal de los miembros del Consejo de den -esto es determinante en vista de la estructura
Defensa Nacional de la República Democrática Alemana por de las fuerzas armadas, organizada jerárquicamen-
homicidios dolosos en la frontera interior alemana por gendar-
mes contra quienes huían del país). "Hay ... grupos de casos en te-, y una reclamación no libera al subalterno de
los cuales, a pesar de actuar un sujeto intermedio con respon- ejecutar la orden impartida (art. 675, CJM). Ante el
sabilidad irrestricta, el aporte del hombre de atrás conduce de trasfondo de esta situación jurídica -aún vigente
modo francamente automático a la realización del tipo deseada
por este hombre de atrás. Ello puede existir cuando el hombre (!)- y de las relaciones de poder fácticas durante la
de atrás utiliza determinadas condiciones-marco mediante es- dictadura, parece comprensible la expresión lapidaria
tructuras de organización, dentro de las cuales su aporte al he- de Scilingo sobre esta problemática ("era una orden,
cho origina cursos causales de cierta regularidad. Condiciones-
marco de esta clase con cursos de cierta regularidad entran en y había que ejecutarla"), aun cuando, desde el punto
consideración especialmente en estructuras de organización de vista del Estado de Derecho, no era menos obje-
estatales, de empresa o similares a negocios, y en obediencia
jerárquica. Si el hombre de atrás actúa en un caso tal en cono- table.
cimiento de estas circunstancias, utiliza especialmente también
la disposición incondicional del ejecutor directo a cumplir el tipo,
y el hombre de atrás quiere el resultado como consecuencia de
su propio actuar, es autor en la forma de autoría mediata". La 11. DE LA SUPERACIONDEL PASADO
doctrina jurídico-penal dominante habla en este contexto de la POR EL DERECHO PENAL
''fungibilidad del intermediario", que "confiere el dominio del he-
cho al autor de escritorio". Ver, por todos, la obra fundamental
de Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, 6ª ed., 1994, pp. 242 Y Ya tres años después del fin de la dictadura mi-
ss., 653 Y ss. (Hay traducción castellana parcial de la 2ª ed., litar -tras la primeramente celebrada creación de
1967, de Carlos Elbert, Voluntad de dominio de /a acción me-
diante aparatos de poder organizados, en "Doctrina Penal", la CONADEP y de la anulación de la autoamnistía
1985, pp. 399 Y ss.) de los militaresB- los gobiernos legitimados de-
7 Se excluye la autoría mediata, en principio, cuando el llama-
mocráticamente de Alfonsín y Menem comenzaron
do intermediario, por tanto, aquí, el subalterno, actúa sin error y
con plena culpabilidad, es decir, cuando no es rnero instrumento
involuntario del hombre de atrás. Por otro lado, en tales casos • Mediante la ley 22.924 (decreto-ley 22.924, del 22/9/1983,
una coautoría también parece inadecuada, dado que ella presu- publicada el 27/9/1983, en: "Legislacion Argentina", t. 1983-B,
pone un actuar sobre la base de una decisión común al hecho, pp. 1681 Y s.), fueron declarados no perseguibles todos los de-
con división del trabajo, pero el autor actúa aquí solo y en virtud litos cometidos entre el 25/5/1973 y el 17/6/1982. Sin embargo,
de una orden del superior. Queda la posibilidad de una instiga- ya tres meses después de su promulgación, por la ley 23.040
ción, que sin embargo parece injusta ante el trasfondo de la in- (sancionada el 22/12/1983, promulgada el 27/12, y publicada el
clusión institucional del subalterno y del control de la organiza- 29/12, en: "Legislación Argentina", t. 1983-B, p. 1813) aquella
ción por el superior. Por ello, se debe aceptar la autoría mediata ley fue declarada inconstitucional, nula y carente de "todo efecto
en la forma del "autor detrás del autor". jurídico", por el Congreso (1).

91
a tender un manto de olvido sobre las violaciones pués de la promulgación de la ley, en tanto un
cometidas a los derechos humanos, con una am- sospechoso no hubiera sido citado a declarar
plia legislación de amnistía, las llamadas "leyes de dentro de ese período. Solamente fueron excep-
impunidad"g. A las leyes sancionadas todavía du- tuados los delitos de "sustitución de estado civil"
rante el gobierno de Alfonsín, 23.492 (diciembre y "sustracción" y "ocultación de menores"12 (art.
de 1986), mejor conocida como la llamada "Ley de 5, ley 23.492).
Punto Final", y 23.521 (junio de 1987), mejor co-
nocida como "Ley de Obediencia Debida", le si-
guieron numerosos indultos decretados por el pre- 2. La 'Ley de Obediencia Debida'
sidente Menem. Ante esa situación, las víctimas
de las violaciones a los derechos humanos tuvie- Esta ley (véase "Boletín Oficial" del 9/6/1987) im-
ron que contentarse con la aprobación de regíme- pone la presunción irrefutable de que los militares
nes indemnizatorios, cuyos resultados prácticos hasta el grado de general de brigada no son puni-
10
aún habrá que esperar • bles por los delitos del artículo 10, Nº 1, de la ley
23.049 -antes mencionado (n. 11)-, en razón de
que han obrado "en virtud de obediencia debida"
1. La 'Ley de Punto Final' (art. 1). Bajo esta expresión se entiende, con más
precisión, que "... las personas mencionadas obra-
La Ley de Punto Final (véase "Legislación Argen- ron en estado de coerción bajo subordinación a la
tina", t. 1986-B, p. 1100) dispone en el artículo 1: autoridad superior y en cumplimiento de órdenes,
"Se extinguirá la acción penal respecto de toda sin ... posibilidad de inspección, oposición o resis-
persona por su presunta participación ... en los deli- tencia a ellas (a las órdenes) en cuanto a su opor-
tos del artículo 10 de la ley 23.049, que no estuviere tunidad y legitimidad" (art. 1).
prófugo, o declarado en rebeldía, o que no haya si- Entre los grados de servicio inferiores y superio-
do ordenada su citación ... antes de los sesenta días res se hace una diferenciación, en el sentido de que
corridos a partir de la fecha de promulgación de la en los superiores puede ser refutada la "presunción
presente ley 11... de obediencia", si dentro de treinta días de la pro-
"En las mismas condiciones se extinguirá la ac- mulgación de la ley se resolvía judicialmente que
ción penal contra toda persona que hubiere cometi- las personas referidas "tuvieron capacidad decisoria
do delitos vinculados a la instauración de formas o participación en la elaboración de las órdenes"
violentas de acción política hasta el 10 de diciembre (art. 1). La ley se aplica de oficio a todas las causas
de 1983". pendientes (art. 3). Solamente están exceptuados
Además, se dispuso que las cámaras federales los delitos ya mencionados en la ley 23.492 y la
competentes podrían examinar el estado de las "apropiación extorsiva de inmuebles" (art. 2). El ar-
causas que tramitaban ante el Consejo Supremo de tículo 11 de la ley 23.049, que había reglamentado
las Fuerzas Armadas (CSFA) dentro del plazo de las condiciones de la "obediencia debida" como
60 días (art. 2). Una detención o prisión preventiva causa de exclusión de la pena en el Código de Jus-
eventualmente necesaria de miembros de las fuer- ticia Militar, negando la aplicación para el caso de
zas de seguridad se sujeta a las disposiciones de "hechos atroces o aberrantes", es dejado de lado en
los arts. 309/318 CJM (art. 3). El plazo de sesenta la ley 23.521 (art. 6).
días se suspende, entre otras cosas, durante las
cuestiones de competencia que se susciten entre el
CSFA y las cámaras federales (art. 4). 3. Regulaciones infralegales
Conforme a ello, quedó excluida la persecución
de prácticamente todos los hechos cometidos du- Junto a estas leyes, fueron preparadas e impar-
rante el período mencionado, sesenta días des- tidas instrucciones o directrices concomitantes a
los fiscales, que tenían el fin aparente de acelerar
las causas por violaciones a los derechos huma-
• Aunque el triunfo electoral de Alfonsín sobre los peronistas
se podía reconducir decisivamente a su promesa de castigar las nos y, en tanto fuera posible, agruparlas. Pero un
violaciones a los derechos humanos. Al respecto, Sancinetti análisis más preciso de estas instrucciones pone
(1989, p. 49): "Pero nadie habría podido creer en esta alternati- en claro que estaba en juego, para el ejecutivo, el
va [un triunfo electoral de Alfonsín], si no hubiera habido la pro-
mesa seria de someter a revisión las violaciones a los derechos no admitir en absoluto la mayor parte de las cau-
fundamentales del hombre ocurridas durante el gobierno militar". sas que fueran posibles, o bien terminar con la in-
Acerca de la promesa de Alfonsín, véase también Garro / Dahl vestigación 13.
(1987, p. 302).
,. Decreto 70/91 ("Boletín Oficial" [BO] del 16/1/1991), así co-
mo también "Anales de Legislación Argentina" (ADLA), L/-A,
1991, pp. 332 Y ss., así como también ley 24.043 y decreto 12 Se trata aquí de hechos tristemente célebres, mediante los
2722/92 (BO del 2/1/1992, como también en ADLA, LII-A, 1992, cuales agentes militares o allegados se "apropiaron" de hijos de
pp. 30 Y s.); cf. también el informe de Argentina a la Comisión opositores al régimen, desaparecidos o ejecutados (sustitución
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Doc. N.U., de estado civil de menores). En primer lugar fue anulado el es-
CCPR/C/75, Add. 1, 23/1/1994, par. 25). tado civil del hijo respectivo y luego registrado bajo uno nuevo.
lt Artículo 10 de la ley 23.049 (la ley 23.049, sancionada el Como regla, eso incluía el "sustraer" y "ocultar" un menor.
9/2/1984, promulgada el 13/2 y publicada el 15/2, en: 13 Cf. sólo Garra / Dahl (19887, p. 333): •....a closer reading of
"Legislación Argentina", t. 1984-A, pp. 6 Y ss., reformó el Código those directives discloses the Government's intention to encou-
de Justicia Militar') se refiere a los delitos que fueron cometidos rage the General Prosecutor to dimiss as many cases as poss;-
entre el 24/3/1976 y el 26/9/1983, para perseguir el "terrorismo" bId'. [•.... una lectura más cuidadosa de estas instrucciones des-
(inc. 1) Y que están contenidos tanto en el Código Penal como cubre la intención del gobierno de estimular al fiscal general a
en las leyes militares especiales (inc. 2). archivar la mayor cantidad de casos posibles".]
92
El 24/4/1986, es decir, antes de la ley de Punto de libertad, no recién con el final de la comisión del
Final, el ministro de defensa impartió al fiscal gene- delito, sino ya cuando "el presunto responsable" (el
ral del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas superior de servicio [no del a.J) haya dejado de tener
14
todo un conjunto de instrucciones • Según la lectura "el dominio o influencia decisiva" en el destino del
oficial, de ese modo se debía contrarrestar la im- detenido ilegalmente, o bien desde la última ocasión
presión de que, con la "multiplicación de causas ..." en que se hubiera acreditado la subsistencia de la
estaba en juego "un enjuiciamiento colectivo de los detención;
integrantes de las fuerzas armadas", de que, por - preferente atención al desarrollo de procesos
tanto, la Institución misma estaba sentada en el que trataran de delitos contra menores (los arriba
banquillo de los acusados. Por ello, el fiscal general mencionados) .
militar fue instruido para:
a) informarse de todas las actuaciones radicadas
y por radicarse y peticionar su acumulación a los 4. Los indultos
procesos ya existentes;
b) agrupar los procesos según el cuerpo de arma El presidente Menem, aún en ejercicio del cargo,
respectivo. hizo un activo uso de su derecho al indulto (art. 86,
Además, el juicio a los ex comandantes debía inc. 6, de la Constitución Argentina ant. ref. 1994
servir de modelo para los demás procedimientos [arto 99, ¡nc. 5, actual redacciónJ)15 y le ahorró a los
procesales. Ya no debían ¡ncoarse nuevas investi- militares aún en prisión -entre ellos, numerosos
gaciones respecto de los mismos hechos, debían generales importantes- el cumplir toda su pena:
16
ser asumidos principios probatorios y de valoración -En los dos primeros casos , fueron indultados
de la prueba de esa sentencia y ser sobreseídas militares y personal civil que habían cometido deli-
por razones de hecho o de derecho, si también los tos en la "lucha contra la subversión". Según la fun-
hechos correspondientes habían sido sobreseídos damentación oficial, se trataba a este respecto de la
en ese proceso. Desde el punto de vista jurídico- "reconciliación nacional. .. a cuyo fin es preciso que
material se dispuso -antes de la sanción de la an- cada uno apacigOe su propio espíritu deponiendo el
tes mencionada ley especial- aplicar generosa- odio ...". El indulto fue declarado aplicable para con-
mente en favor de los imputados el principio de la denados y para personas que se hallaban procesa-
"obediencia debida (art. 514, CJM). das.
Después de la Ley de Punto Final, les fueron im- -El decreto 1004/89 (del 6/10/1989, publ. el
partidas instrucciones similares también a los fis- 10/10/1989, en: "Legislación Argentina", t. 1989-C,
cales de la justicia civil. Primeramente, el presidente p. 2676) indultó a personal militar y de seguridad
Alfonsín, en enero de 1987, dispuso instruir a los que había participado en el intento de golpe de las
fiscales federales, mediante disposición del procu- fuerzas armadas habido entre abril y diciembre de
rador general de la Nación, a guiarse, en las demás 1987.
medidas de persecución penal, por el juicio a los ex - El decreto 1005/89 (del 6/10/1989, publ. el
comandantes (decreto 92/87, del 22/1/1987, en: 10/10/1989, en: "Legislación Argentina", t. 1989-C,
Sancinetti, 1988, pp. 245/248). Correspondiente- p. 2679) indultó al personal que había participado
mente, el procurador general, mediante resolución en la guerra de las Malvinas.
17
del 3/2/1987, impartió las siguientes instrucciones, -Los decretos 2741 y 2746/90 indultaron a nu-
que acompañaron la ejecución de la ley de Punto merosos militares, entre ellos, a los generales: Vi-
Final (resolución 2/87 del 3/32/1987, en: Sancinetti, dela, Massera, Agosti, Viola, Lambruschini, Camps,
1988, pp. 249/252). Richeri y Suárez Mason, como también a varios
colaboradores civiles del régimen militar y al con-
-concentración de las investigaciones a casos ductor de la guerrilla Firmenich.
que hubieran sido probados en el juicio a los ex
comandantes; más allá de ello, sólo a la persecu-
ción de hechos que hayan podido considerarse A MODO DE RESUMEN: CONCLUSIONES
"suficientemente acreditados";
-investigaciones sólo contra personas respecto Numerosos casos de imperdonables violaciones a
de las cuales existan "indicios seguros" en favor del los derechos humanos (d. Ambos, 1997, pp. 71 Y
progreso de la acusación; ss.) ponen en claro de qué modo la impunidad fácti-
- restricción a personas que, por su importante ca de los años de dictadura argentina derivó en una
ubicación en la cadena de mando, hubieran tenido
efectiva capacidad decisoria, o bien a personas que 15 En total fueron indultadas 277 personas, preponderante-
hubieran ejecutado materialmente "hechos atroces mente militares, pero también 64 ex guerrilleros (cf. Tappatá de
o aberrantes"; Valdez, 1990, p. 26). Durante la presidencia de Menem fueron
dictados, hasta noviembre de 1991, 21 decretos de indulto (H.
- reducción de la prescripción, comenzando a Cámara de Diputados de la Nación, Secretaría Parlamentaria,
correr la prescripción a) en caso de concurso real, Dirección de Información Parlamentaria, Ss. As., 8/11/1991).
,. Decretos 1002 (personal militar) y 1003 (personas civiles),
de modo independiente, y b) en caso de privación del 6/10/1989, pub!. el 10/10/1989, en: "Legislación Argentina", t.
1989-C, pp. 2669 Y ss.
17 Decreto 2741 a 2746, del 19/12/1990, todos publicados el
14 Ministro de Defensa, Instrucciones al Fiscal General del 3/1/1991, en: ADLA, U-A, 1991, pp. 305 Y ss. El decreto
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, 24/4/1989, en: San- 1098/91 corrigió el 2743/90 (ADLA, U-C, 1991, p. 2974). El de-
cinetti (1988, pp. 229/231); críticamente, Garra / Dahl (1987, pp. creto 2742 indultó al jefe de "Montoneros", Mario Eduardo Fir-
333 Y ss.). menich.

93
"impunidad legalizada" bajo los gobiernos democrá- ello, un mero "obrar por órdenes" en los delitos que
ticos. Lo que no crearon las leyes de impunidad están en consideración ya no puede ser reconocido
formales de la era Alfonsín, a saber: la absolución como causa de exclusión de la pena; según la con-
de militares rectores y principales responsables, fue figuración del caso, a lo sumo entra en considera-
22
alcanzado por los numerosos decretos del presi- ción una atenuación de la pena •
dente Menem de indulto a los militares y policías
18
aún no beneficiados • Esta praxis de amplia
"legislación de impunidad', incompatible con los de- BIBLlOGRAFIA
beres de persecución y punición derivados del de-
19
recho internacional , condujo a que la justicia militar Ambos, Kai, 1997: Straflosigkeit von Menschen-
-por lo demás, un factor esencial de impunidad- rechtsverletzungen. Zur "impunidad" in sildameri-
pudiera satisfacerse, como regla general, con una kanischen Staaten aus volkerstrafrechtlicher Sicht
dilación de los procesos y que sólo raramente tuvie- (Beitráge und Materialien aus dem Max Planck
ra que expresarse sobre los contenidos. Institut fOr auslándisches und internationales
Por lo demás, operan mecanismos fácticos de Strafrecht), Freiburg i. B. Próximamente aparece-
impunidad. Lo militar interviene directa o indirecta- rá publicada por CIEDLA (KAS, Buenos Aires),
mente -a través del ejecutivo- en las causas en ed. Dyke, Medellín, y por la Comisión Andina de
trámite. Pero la justicia civil no sólo ve presión mili- Juristas (CAJ, Lima) la traducción castellana de
tar, sino que también presupone influencias políti- esta obra, a cargo de Marcela Anzola.
cas20• En este contexto, los reproches de las organi- -, 1996: Establishing an International Criminal
zaciones de derechos humanos de que "impunity Court and an International Criminal Code, en:
was rooted in the judicial system" (Amnesty Interna- "European Journal of International Law", t. 7, pp.
tional, 1992, p. 58 ["la impunidad fue enraizada en 519/544.
el sistema judicial"]) reciben nuevamente una signi- Amnesty International, 1992: Report 1992, London.
ficación actual. La falta de independencia de la jus- -, 1995: Argentina: The right to the full truth,
ticia representa así un presupuesto esencial de la London.
impunidad. Comisión Nacional sobre la desapariciÓn de perso-
Finalmente, los testimonios documentados en el nas (CONADEP), 1985: Informe "Nunca Más",
presente tomo* llevan plásticamente ante los ojos Buenos Aires.
del lector hasta dónde puede conducir la obediencia Garro, Alejando M. / Dahl, Henry, 1987: Legal ac-
incondicional dentro de las estructuras militares. Es countability for human rights violations in Argenti-
de esperar que las declaraciones del actual coman- na: one step forwar and two steps backward, en:
dante en jefe del Ejército, General Martín Balza, en- "Human Rights Law Journal", 8, pp. 183/344.
cuentren aprobación general dentro de las fuerzas Kokott, Juliane, 1987: Vólkerrechtliche Beurteilung
armadas. En una toma de posición fundamental so- des argentinischen Gesetzes Nr. 23.521 uber die
bre el pasado argentino (impresa en el presente to- Gehorsamspflicht, en: "Zeitschrift fOr auslándis-
mo**), Balza defendió la opinión de que nadie está ches óffentliches Recht und Vólkerrecht", t. 47,
obligado a ejecutar una orden inmoral o ilegal y de pp. 506/533.
que el impartir o ejecutar tales órdenes debe ser Maier, Julio B., 1995: Die strafrechtliche Aufarbei-
sancionad021• Esto se corresponde a la situación tung von staatlich gesteuertem Unrecht in Argen-
jurídica en el derecho internacional. Conforme a tinien, en: "Zeitschrift fOr die gesamte Stra-
frechtswissenschaft", t. 107, pp. 143/156.
Roxin, Claus, 1994: Taterschaft und Tatherrschaft,
'8 De ese modo quedan en definitiva dispensados de cumplir 6ª ed. (Hay traducción castellana parcial de la 2ª
su pena (o de cumplirla totalmente) todos los responsables por
violaciones a los derechos humanos (Van Dyke / Berkley, 1992, ed., 1967, de Carlos Elbert, Voluntad de dominio
p. 249; Maier, 1995, pp. 147 Y s.). de la acción mediante aparatos de poder organi-
1. Acerca de la lesión al derecho internacional de la situación
argentina, cf. especialmente Kokott (1987); en general, como zados, en "Doctrina Penal", 1985, pp. 399 Y ss.)
también respecto de los países mencionados, Ambos (1997, pp. Sancinetti, Marcelo, 1988: Derechos humanos en la
163 Y ss.). Argentina postdictatoria/, Buenos Aires.
20 Esto se pone de manifiesto en la designación de cuatro jue-

ces adicionales en la Corte Suprema de Justicia por parte del -, 1989: Entwicklung der Menschensrechte in
presidente Menem en el año 1989 (cf. US-Departament of State, Argentinien nach der Diktatur, en: "Lateinamerika.
1993). A este respecto, estaba en juego para el presidente,
preferentemente, el instalar jueces que le agradaran a él y el Analysen-Daten-Dokumentation", 6, 11/12, pp.
asegurar la constitucionalidad de los indultos (Tappatá, 1990, p. 47/57.
27). Tappatá de Valdez, Patricia, 1990: Argentina: La
* El texto se refiere aquí al volumen en que fue publicado el
trabajo en el original alemán (véase la primera nota con un aste- legalidad burlada, en: "Boletín de la Comisión An-
risco al comienzo de esta publicación). dina de Juristas", Nº 27, pp. 25/31.
** Con esta expresión, se hace referencia al volumen en que US-Department of state, 1993: Country reports
fue publicado el original alemán. Pero también para la publica-
ción en lengua castellana se consideró oportuno reproducir, tras
el final de este artículo, el discurso mencionado. 22 En los llamados crímenes internacionales, especialmente, la
" En este discurso (25/4/1995), criticó además los "métodos tortura y la "desaparición forzada de personas", se parte de la
ilegítimos" y los "delitos" del ejército y exhortó a cooperar en la antijuridicidad manifiesta de la orden, de modo tal que decae la
búsqueda de "desaparecidos". Repitió esto en junio, en un co- posibilidad de un error de prohibición inevitable y se el hecho
municado oficial a las unidades militares. El 4/5/1995 se adhirie- debe ser reprochado al subalterno. En vista del bien jurídico le-
ron a esta crítica, en lo sustancial, los comandantes en jefe de sionado, en principio, ni siquiera una situación de conflicto difícil
Marina y Aeronáutica (Amnesty 1 nternational, 1995, pp. 8 Y s.; para el subalterno puede conducir a la exclusión de la pena, en
Latin American Regional Reports-Southern Cone, 1 de junio de todo caso ella puede ser considerada para atenuarla (con más
1995, 7). detalle, Ambos, 1997, pp. 294 Y ss.).
94
on human rights practices for 1992, Washing- ra de asumir las responsabilidades que correspon-
ton D.C. dan.
Van Dyke, John M. / Berkley, Gerald W., 1992: Re- El que algunos de sus integrantes deshonraran un
dressing human rights abuses, en: "The Denver uniforme que eran indignos de vestir no invalida el
Journal of International Law and Policy", 20, pp. desempeño, abnegado y silencioso, de los hombres
243/267. y mujeres del Ejército de entonces.
Verbitsky, Horacio, 1995: El vuelo, Buenos Aires. Han pasado casi veinte años de hechos tristes y
dolorosos, sin duda ha llegado la hora de empezar
a mirarlos con ambos ojos. Al hacerla, reconocere-
ANEXO mos no sólo lo malo de quien fue nuestro adversario
en el pasado, sino también nuestras propias fallas.
Mensaje del Jefe del Estado Mayor General del Siendo justos, miraremos y nos miraremos, sien-
Ejército, teniente general Martín Antonio Balza* do justos reconoceremos sus errores, y nuestros
errores. Siendo justos veremos que del enfrenta-
El difícil y dramático mensaje que deseo hacer miento entre argentinos somos casi todos culpa-
llegar a la comunidad argentina busca iniciar un bles, por acción u omisión, por ausencia o por ex-
diálogo doloroso sobre el pasado, que nunca fue ceso, por anuencia o por consejo.
sostenido y que se agita como un fantasma sobre la Cuando un cuerpo social se compromete seria-
conciencia colectiva, volviendo, como en estos días, mente, llegando a sembrar la muerte entre compa-
irremediablemente de las sombras donde ocasio- triotas, es ingenuo intentar encontrar un solo culpa-
nalmente se esconde. ble, de uno u otro signo, ya que la culpa en el fondo
Nuestro país vivió una década, la del 70, signada está en el inconsciente colectivo de la Nación toda,
por la violencia, por el mesianismo y por la ideolo- aunque resulte fácil depositaria entre unos pocos,
gía. Una violencia que se inició con el terrorismo, para Iiberarnos de ella.
que no se detuvo siquiera en la democracia que vi- Somos realistas y a pesar de los esfuerzos reali-
vimos entre 1973 y 1976 Y que desató una repre- zados por la dirigencia política argentina creemos
sión que hoy estremece. que aún no ha llegado el ansiado momento de la
En la historia de todos los pueblos, aun los más reconciliación. Lavar la sangre del hijo, del padre,
cultos, existen épocas duras, oscuras, casi inexpli- del esposo, de la madre, del amigo, es un duro
cables. No fuimos ajenos a ese destino, que tantas ejercicio de lágrimas, de desconsuelo, de vivir con
veces parece alejar a los pueblos, de lo digno, de lo la mirada vacía, de preguntarse por qué ... por qué a
justificable. mí. .. y así volver a empezar cada día. Quienes en
Ese pasado de lucha entre argentinos, de muerte este trance doloroso perdieron a los suyos, en cual-
fratricida, nos trae a víctimas y victimarios desde el quier posición y bajo cualquier circunstancia, nece-
ayer, intercambiando su rol en forma recurrente, sitarán generaciones para aliviar la pérdida, para
según la época, según la óptica, según la opinión encontrarle sentido a la reconciliación sincera.
dolida de quienes quedaron con las manos vacías Para ellos no son estas palabras, porque no tengo
por la ausencia irremediable, inexplicable. palabras, sólo puedo ofrecerles respeto, silencio
Esta espiral de violencia creó una crisis sin pre- ante el dolor y el compromiso de todo mi esfuerzo
cedentes en nuestro joven país, las Fuerzas Arma- para un futuro que no repita el pasado.
das, dentro de ellas el Ejército, por quien tengo la Para el resto, para quienes tuvimos la suerte de
responsabilidad de hablar, creyó erróneamente que no perder lo más querido en la lucha entre argenti-
el cuerpo social no tenía anticuerpos necesarios pa- nos es que me dirijo pidiéndoles, a todos y cada
ra enfrentar el flagelo y, con la anuencia de muchos, uno, en la posición en que se encuentren ante este
tomó el poder. El Ejército, instruido y adiestrado pa- drama de toda la sociedad, responsabilidad y res-
ra la guerra clásica, no supo cómo enfrentar desde peto.
la ley plena al terrorismo demencial. Responsabilidad para no hacer del dolor la ban-
Este error llevó a privilegiar la individualización del dera circunstancial de nadie. Responsabilidad para
adversario, su ubicación por encima de la dignidad, que asumamos las culpas que nos toquen en el ha-
mediante la obtención, en algunos casos, de esa cer o en el dejar de hacer de esa hora.
información por métodos ilegítimos, llegando incluso Respeto por todos los muertos, dejar de acompa-
a la supresión de la vida, confundiendo el camino ñarlos con los adjetivos que arrastraron, unos u
que lleva a todo fin justo y que pasa por el empleo otros, durante tanto tiempo. Todos ellos ya han ren-
de medios justos. Una vez más reitero: el fin nunca dido sus cuentas, allí donde sólo cuenta la verdad.
justifica los medios. Las listas de desaparecidos no existen en la
Algunos, muy pocos, usaron las armas para su Fuerza que comando, si es verdad que existieron
provecho personal. en el pasado no han llegado a nuestros días.
Sería sencillo encontrar las causas que explicaron Ninguna lista traerá a la mesa vacía de cada fa-
estos y otros errores de conducción, porque siem- milia el rostro querido, ninguna lista permitirá ente-
pre el responsable es quien conduce, pero creo con rrar a los muertos que no están, ni ayudar a sus
sinceridad que ese momento ha pasado y es la ho- deudos a encontrar un lugar donde rendirles un
homenaje.
Sin embargo, sin poder ordenar su reconstruc-
• Publicado en Página 12 del 26/4/1995, p. 43. ción, por estar ante un hecho de conciencia indivi-

95
dual, si existiera en el Ejército alguien que dispusie- reserva de la Patria, palabras dichas a los oídos mi-
ra de listados o, a través de su memoria, la capaci- litares por muchos, muchas veces.
dad de reconstruir el pasado, le aseguro, pública- Por el contrario, las reservas que tiene una nación
mente, la reserva correspondiente y la difusión de nacen de los núcleos dirigenciales de todas sus
las mismas, bajo mi exclusiva responsabilidad. instituciones, de sus claustros universitarios, de su
Este paso no tiene más pretensión que iniciar un cultura, de su pueblo, de sus instituciones políticas,
largo camino, es apenas un aporte menor de una religiosas, sindicales, empresarias y también de sus
obra que sólo puede ser construida entre todos. dirigentes militares.
Una obra que algún día culmine con la reconcilia- Comprender esto, abandonar definitivamente la
ción entre los argentinos. visión apocalíptica, la soberbia, aceptar el disenso y
Estas palabras las he meditado largamente y sé respetar la voluntad soberana, es el primer paso
que al pronunciarlas siempre dejaré a sectores dis- que estamos transitando desde hace años, para
conformes. dejar atrás el pasado, para ayudar a construir la Ar-
Asumo ese costo, convencido que la obligación gentina del futuro, una Argentina madurada en el
de la hora y el cargo que tengo el honor de ostentar dolor, que pueda llegar algún día al abrazo fraterno.
me lo imponen. Si no logramos elaborar el duelo y cerrar las heri-
Sin embargo, de poco serviría un mínimo since- das no tendremos futuro, no debemos negar más el
ramiento, si al empeñamos en revisar el pasado no horror vivido y así poder pensar en nuestra vida
aprendiéramos para no repetirlo en el futuro. como sociedad hacia adelante, superando la pena y
Sin buscar palabras innovadoras, sino apelando a el sufrimiento.
los viejos reglamentos militares, ordeno, una vez En estas horas cruciales para nuestra sociedad,
más, al Ejército argentino, en presencia de toda la quiero decirles como jefe del Ejército que, asegu-
sociedad argentina, que: rando su continuidad histórica como institución de la
- Nadie está obligado a cumplir una orden inmo- nación, asumo nuestra parte de la responsabilidad
ralo que se aparte de las leyes y reglamentos mili- de los errores de esta lucha entre argentinos que
tares. Quien lo hiciera incurre en una inconducta vi- hoy nos vuelve a conmover.
ciosa, digna de la sanción que su gravedad Soy consciente de los esfuerzos que realizamos
requiera. todos con vistas al futuro. Por ello agradezco a los
Sin eufemismos digo claramente: hombres y mujeres que tengo el orgullo de coman-
- Delinque quien vulnera la Constitución nacio- dar, ellos representan la realidad de un Ejército que
nal. trabaja en condiciones muy duras, respetuoso de
- Delinque quien imparte órdenes inmorales. las instituciones republicanas y poniendo lo mejor
- Delinque quien cumple órdenes inmorales. de sí al servicio de la SOCiedad.
- Delinque quien, para cumplir un fin que cree Pido la ayuda de Dios, como yo lo entiendo o co-
justo, emplea medios injustos, inmorales. mo lo entienda cada uno, y pido la ayuda de todos
La comprensión de estos aspectos esenciales los hombres y mujeres de nuestro amado país, para
hace a la vida republicana de un Estado y cuando iniciar el tránsito del diálogo que restaure la concor-
ese Estado peligra, no es el Ejército la única dia en la herida familia argentina.

96
Francia: el ministerio público en cuestión*
Anne CRENIER

INTRODUCCION clima de impunidad para los delincuentes de "cuello


blanco".
Con ocasión de la condena de Romiti por un tri- La reforma constitucional de 1993 dio algo más
bunal de Turín, Le Fígaro llegó a escribir que el su- de poder al Consejo Superior de la Magistratura" al
yo había sido un juicio digno de ayatollahs: un modo limitar el poder (antes total) del presidente de la Re-
de advertir a las elites político-financieras francesas pública en la designación de sus miembros. En
lo que podría sucederles si en Francia llegara a efecto, el presidente (que en Francia, recuérdese,
adaptarse un sistema judicial de alguna similitud es también jefe del poder ejecutivo y preside el
con el italiano, en particular en materia de indepen- Consejo de ministros) ahora nombra a uno sólo de
dencia de la magistratura, del fiscal sobre todo. los tres miembros no judiciales, mientras los otros
En efecto, desde que el presidente de la Repúbli- son nombrados por los presidentes de la Cámara y
ca, Chirac, manifestó la intención de llevar adelante del Senado. Lo que, en un sistema mayoritario, ga-
un proyecto de reforma del ministerio público rantiza bastante poco, dado que, salvo casos de
orientado a conferirle una mayor independencia, los "cohabitación", se corre el riesgo de que todos sean
partidarios del statu qua no han cesado de blandir el expresión de la misma mayoría política.
espectro de una magistratura (demasiado) inde- La reforma de 1993 ha aumentado, además, las
pendiente e integrista, ávida de revancha contra el garantías, al menos para los jueces, que deben ser
mundo político y económico y pronta a confundir el nombrados previo informe favorable del Consejo
derecho con la moral, tratando a las elites como a Superior, mientras que los fiscales lo son por el
los ciudadanos más desfavorecidos y con la misma presidente de la República con un simple informe
supuesta brutalidad. consultivo, que puede ser (y de hecho lo ha sido
Al mismo tiempo, las clases más favorecidas con- muchas veces) desatendido.
testan una excesiva penalización de la sociedad fran- No puede olvidarse que el sistema de elección del
cesa, en la línea de un reciente libro de éxito del estu- Consejo Superior es de tipo mayoritario puro, tanto
dioso de política del derecho, Garapon (con D. Salas, que una sola corriente de centro derecha (que tiene
La republique pénalísée, Hachett, Par]s, 1996). el 53% de los votos) ocupa todos los puestos judi-
No se puede negar que en los últimos diez años ciales del Consejo. Esto provoca en el Consejo
se ha dado un cierto revírement de la magistratura francés una total ausencia de pluralismo, una sus-
francesa, que ha dejado de ensañarse exclusiva- tancial opacidad de sus actividades (las sesiones
mente con las clases más desfavorecidas y con los no son nunca públicas, ni siquiera para los magis-
inmigrantes irregulares para ocuparse de manera trados) y una marcada propensión a la caída en el
creciente de la gran patronal, de los altos dirigentes puro corporativismo.
y empleados públicos y privados, de la clase médi- Hay que recordar, además, que el presidente de
ca y profesional en general. la República preside siempre (en concreto) el Con-
En este momento hay dos ex ministros que cum- sejo y que el vicepresidente es ... el ministro de Jus-
plen penas de prisión o medidas alternativas. ticia. Es como decir que los garantes de la indepen-
Todo esto podría llevar a creer que la magistratu- dencia de la magistratura son, precisamente, los
ra francesa ha decidido imitar a sus colegas italia- que a menudo tienen un interés opuesto; tanto co-
nos y atacar la corrupción con una verdadera y pro- mo para que un ilustre constitucionalista haya podi-
pia operación maní pulite generalizada. Pero en do afirmar recientemente que este sistema tiene la
realidad no es así. Veamos cual es la situación particularidad de confiar al lobo la tarea de guardar
francesa al día de hoy. las ovejas.
Sin olvidar, por último, que los procuradores ge-
nerales, verdaderos jefes jerárquicos del ministerio
UN ESTATUTO POCO PROTECTOR público en cada corte de apelación, son nombrados

Una lectura superficial de los acontecimientos po-


• Intervención en la Asamblea de la Associazione Nazionale
dría dar la impresión de que la magistratura france- Magistrati Italiani, sobre la reforma constitucional en materia de
sa, a pesar de un estatuto inadecuado para garanti- poder judicial, celebrada en Roma, el19 de abril de 1997.
zar la independencia, ha conquistado de hecho una I Se compone de 12 miembros. Estos son: el presidente de la
República, el ministro de Justicia, un consejero de estado elegi-
independencia, al menos cultural, multiplicando las do dentro de ese cuerpo; 3 personalidades, designadas, cada
investigaciones, incluso con alguna condena de una, respectivamente, por el presidente de la República y los de
personajes excelentes. la Asamblea Nacional y del Senado; y 5 jueces y 5 fiscales, de
grados diversos, elegidos por un sistema de sufragio mayoritario
No cabe negar que se ha producido una evolución de cierta complejidad, del desequilibrio de cuyas consecuencias
en esta dirección y que esta evolución ha recibido práticas pueden dar cuenta los resultados de las últimas elec-
ciones. La Unión Sindical de Magistrados obtuvo el 45% de los
algún apoyo de la opinión pública, cansada de es- votos; el Sindicato de la Magistratura el 33% y la Asociación
cándalos y tocada por la crisis económica y, por Profesional de Magistrados el 12%. Pues bien, sólo la Unión
ello, menos predispuesta a tolerar el precedente Sindical de Magistrados está presente en el Consejo. (N. del t.).

97
directamente en Consejo de ministros (de manera tras la apertura de la instrucción por el juez, es fre-
que habría que pensar más en gobernadores que cuente que haya tenido lugar una especie de conti-
en magistrados). nua carrera de obstáculos con un fiscal que, re-
Los modestos progresos de la reforma de 1993 se nuente a extender las incriminaciones, neutraliza a
han visto últimamente también contestados por la cada momento el avance de los procesos.
obstinada voluntad del ejecutivo de nombrar a "sus" Vale la pena recordar que el pasado verano, para
fiscales, especialmente en los puestos de dirección desbloquear la ampliación de una investigación
más sensibles (París y otros). contra la mujer del alcalde de París, Tiberi, y que
Con todo, un Consejo tan débil como el francés pudiera actuar el juez de instrucción, fue necesario
ha tomado recientemente la decisión de subrayar, al que el fiscal jefe de una importante fiscalía vecina a
menos en su informe de 1996 (con ocasión del cin- París estuviera de vacaciones (¡en el Himalaya,
cuentenario de la institución), todos los episodios en donde un helicóptero enviado por el gobierno trató
los que el gobierno ha hecho lo que ha querido, en en vano de localizarle, para que diese una contra-
contra de la opinión del Consejo, en muchos nom- orden al fiscal adjunto que le sustituía!).
bramientos importantes. Más allá de este caso rocambolesco y ridículo, el
El Consejo ha lanzado, además, una tímida pro- principal obstáculo para el progreso de las investiga-
puesta de reforma del ministerio fiscal para darle ciones de los jueces de instrucción está en el com-
mayor independencia del ejecutivo. Resultado: el portamiento de las fuerzas de policía judicial, que se
informe no fue publicado hasta que se produjeron encuentran bajo el control del gobierno. Tanto es así,
algunas "filtraciones" en la prensa, en el último mo- que en el curso de un registro en el domicilio del al-
mento antes de la celebración del aludido aniversa- caide de París por otro asunto, el juez de instrucción
rio, ante la amenaza de dimitir de uno de los com- Halphen ha visto cómo se le denegaba toda asisten-
ponentes no judiciales del órgano, y después de cia. Y ni la sanción de suspensión de las funciones
que el Elíseo hubiera pedido en vano la supresión de policía judicial adoptada por la Sección de instruc-
de algunas observaciones críticas del texto. ción de la Corte de apelación de París contra el di-
Este episodio ilustra mejor que cualquier discurso rector del servicio de policía judicial parisino surtió
sobre la que todavía es la realidad actual del esta- efecto, porque el ministro del Interior (viejo magistra-
tuto de la magistratura francesa. do instructor antiterrorista en París) tuvo a bien de-
jarle en su puesto, para seguir dirigiendo a la policía
judicial francesa en su totalidad.
UN ESTATUTO QUE, SIN EMBARGO, NO HA Si tal es el cuadro, resulta difícil tomar ingenua-
IMPEDIDO LA EXPLOSION DE ALGUN mente por buenas las propuestas de reforma (en el
ESCANDALO POLITICO-FINANCIERO sentido de una mayor independencia del fiscal) del
presidente Chirac, que, con ese fin, ha instituido
En Francia, muchos magistrados se afanan en una comisión especial, presidida por Truche, el pre-
declarar que la independencia está, sobre todo, en sidente de la Casación.
la cabeza de los jueces y que éstos no han espera-
do a que se produjeran modificaciones estatutarias
para investigar escándalos político-financieros. Así, LOS TERMINOS DEL DEBATE, HOY
se citan los casos conocidos de Jean Pierre y, más
recientemente, los de los jueces Van Ruymbecke y Un reciente sondeo de opinión llevado a cabo en
Halphen (todos jueces de instrucción). Francia ha confirmado que el 82% de los franceses
Pero si no cabe negar el excepcional espíritu de está convencido de que la magistratura depende del
independencia de estos jueces y el hecho de que, poder político, de hecho y de derecho.
hoy, al menos una veintena de jueces instructores La novedad, tras la explosión de los escándalos,
se ocupan de relevantes asuntos político- es que la opinión pública frente a la mediatización
financieros, lo cierto es que no se puede hablar de de los intentos de desactivar las investigaciones, ya
operaciones del tipo de mani pulite. no soporta pasivamente tales conductas del poder.
Es bueno que se sepa que casi el 85 % de estos De ahí que, también desde el punto de vista electo-
escándalos han salido a la luz gracias a denuncias ral, el presidente de la República hubiera sentido la
de ciudadanos que se han constituido en acusación necesidad de "hacer algo".
particular ante el juez de instrucción (saltándose, Sin olvidar que también ha sido tema de discusión
así, al fiscal, que se había mostrado totalmente de la aludida comisión de reforma -cierto que no
inactivo e incluso había archivado o iniciado investi- inocentemente- la necesidad de garantizar con
gaciones preliminares vacías de contenido con el mayor eficacia la presunción de inocencia (cosa
solo fin de crear cortinas de humo, para llegar al que hasta hace poco no había quitado el sueño a la
mismo resultado). clase política francesa, más bien lo contrario).
Se trata, pues, por retomar la expresión de un an- En cualquier caso, la simple propuesta de reforma
tiguo secretario del Syndicat de la Magistrature, de del ministerio público ha provocado la reacción de
"meros accidentes judiciales". los partidarios del statu quo, que han denunciado el
En suma, ha sido necesaria la rebelión de un pe- peligro de hacer de cada fiscalía un conjunto de rei-
queño accionista, el despido de un director (o el nos de taifas y de destruir el estado republicano.
abandono de un amante ...) para que salieran a la Olvidando que la estructura del ministerio fiscal en
superficie algunas cosas. Sin contar que, incluso Francia, que debe su origen a Napoleón y fue am-

98
pliamente apoyada por la República de Vichy, res- falso problema. En efecto, en el país no hay ningu-
ponde a una concepción militarista del instituto que na efectiva política penal uniforme para las fiscalías.
tiene muy poco que ver con la justicia y con el espí- Pues, salvo en el sector de la inmigración clandesti-
ritu de la República. na o de la conducción en estado de embriaguez,
Por cierto, el argumento más utilizado, con una cada parquet se regula como quiere y de manera
transversalidad que va de derecha a izquierda (de diversa, y no existe una efectiva armonización, ni
ciertos ex ministros socialistas, al representante de siquiera en los casos más simples.
la extrema derecha judicial) es que con un ministe- Por ejemplo, el pequeño parquet de Poitiers ha
rio público independiente no se podría volver a te- perseguido recientemente a una mujer que había
ner una "política penal" coherente para todo el te- robado en un supermercado de alimentación para
rritorio nacional, con grave daño, puesto que el dar de comer a sus hijos y hasta ha llegado a apelar
ministro representante del ejecutivo investido del la sentencia de absolución por estado de necesi-
mandato político carecería ya de poder al respecto, dad, dictada por el tribunal. Cosa que sería impen-
con la consiguiente creación de tantas "repúblicas sable en otras jurisdicciones donde los hurtos en
judiciales" cuantas son las fiscalías de Francia. grandes almacenes por debajo de las veinte mil pe-
Asimismo para la izquierda judicial y para el Syndi- setas ni siquiera se persiguen (recuerdo que en
cat de la Magistrature, al que pertenezco, el proble- Francia la acción penal es facultativa y que el fiscal
ma de la política penal no puede ser dejado de lado puede archivar sin ningún control jurisdiccional).
fácilmente y constituye una exigencia real en la con- En cambio, es significativo que en materia de lu-
cepción francesa. Y también el Syndicat ha pro- cha contra la corrupción, la única política penal
puesto que en materia de crimen organizado y eco- existente sea la del propio ejecutivo, a menudo con
nómico se reconozca al ministro la posibilidad de la contribución de las fiscalías, dirigida a obstaculi-
elaborar circulares de mero estímulo, dejando a salvo zar las investigaciones y a sofocarlas en su naci-
la posibilidad del Consejo Superior de la Magistratura miento.
de verificar sus efectos y trasladarlos al Parlamento.
Pero el tema de la política penal, tal como se ha
planteado en Francia, constituye en realidad un (Traducción de Perfecto ANDRES IBAÑEZ).

NO HAY DERECHO.
A que la dignidad del hombre y sus ideales
de paz, libertad y justicia social sean
avasallados en ningún lugar del mundo.
Si crees en los Derechos Humanos,
lucha por ellos.

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99
La política criminal china
Per STANGELAND

La Universidad Popular de Seguridad Pública de vida inconcebible para las masas de campesinos y
Pekín me invitó, en junio de 1997, a impartir un obreros. La producción industrial de países desa-
cierto número de conferencias sobre temas como el rrollados como España se desplaza hacia allí, y no
desarrollo económico, la evolución de la delincuen- es descabellado pensar que China será el motor de
cia, la delincuencia internacional organizada y los la economía mundial en el próximo siglo.
métodos de medición y prevención de la delincuen- Este cambio en las formas de producción condu-
cia. cirá, de forma inevitable, a otras formas de pensar,
Este país, con mil doscientos millones de habi- y hacia otras expectativas de vida. La población ru-
tantes (30 veces la población española) tiene un ral deseará desplazarse hacia las grandes urbes, y
solo cuerpo policial'. La gestión de los aproximada- pedirá poder comerse al menos unas migajas del
mente 1.600.000 policías está en manos del Minis- pastel que, hoy, se están comiendo los nuevos ri-
terio de Seguridad Pública, homónimo de nuestro cos.
Ministerio del Interior. Aparte de la formación en ni- Una consecuencia de esta transición ha sido que
veles inferiores, organizada en cada provincia, y la delincuencia se ha cuadruplicado en los últimos
dos universidades que imparten formación especia- veinte años. Hay que tener en cuenta que la delin-
lizada, disponen de esta Universidad central en Pe- cuencia común era casi inexistente en los años 50 y
kín, con una Escuela Superior que forma la élite del 60. En el año anterior a la revolución cultural, 1965,
futuro de esta enorme organización. se registraron 30 delitos por cada cien mil habitan-
Los aspirantes a miembros de las fuerzas de se- tes'. La cifra correspondiente de la España actual
guridad solicitan la entrada en dicha Universidad es de 2.350 delitos', y a los chinos les queda mucho
nada más terminar el bachiller. Necesitan estar en camino por recorrer para llegar al nivel occidental
posesión de un buen expediente académico y tie- con respecto a robos, delitos violentos, tráfico de
nen que superar una serie de pruebas físicas y psi- drogas y corrupción en el servicio público. El robo
cológicas. Sólo unos pocos consiguen ingresar. El de bicicletas es el delito más típico chino. Aunque la
período de formación, que dura 4 años, consiste en delincuencia ha crecido considerablemente, sigue
un temario general de física, matemáticas, química, siendo un país con muy poca delincuencia, poco
informática, historia e inglés, así como una serie de consumo de alcohol y poco tráfico de drogas.
temas más específicos para sus futuras tareas poli- Sin embargo, el proceso de modernización no ha
ciales, tales como criminología y técnicas crimina- hecho nada más que empezar. ¿Se puede conse-
lísticas. En la formación destacan también las cla- guir un nivel de bienestar social sin tener que pagar
ses de filosofía marxista y las discusiones sobre las su precio: un alto nivel de delincuencia? El criminó-
metas del Partido Comunista Chino, que sigue logo chino He Bingsong (1992:243) opina que este
siendo el partido único y oficial del Estado. Termi- logro es posible:
nan con un título universitario y un puesto de rango
medio en la policía garantizado. "No estoy de acuerdo con la teoría sincronista
Los alumnos, al igual que sus profesores, visten dominante en círculos criminológicos. Esta afirma
el uniforme verde de la policía popular china, y resi- que el aumento de la delincuencia en China se co-
den dentro del campus universitario. La disciplina es rresponderá con el desarrollo económico. Este
estricta, pero los alumnos no tienen miedo de dis- punto de vista es incompleto por dos razones. Pri-
cutir temas políticos. Profesores y alumnos exponen mero, el desarrollo económico no es la única causa
los problemas futuros de su país con gran sinceri- del incremento delictivo, porque ese incremento
dad, sin recurrir a la retórica oficial. también está determinado por los cambios políticos,
Este país se enfrenta con grandes problemas en culturales y morales que acompañan a las refor-
materia de política criminal. El giro hacia una eco- mas. Segundo, el desarrollo de la economía y las
nomía de mercado desde 1979 ha significado una fuerzas productivas no solamente juega un papel
serie de cambios profundos en la sociedad china.
Con las nuevas zonas industriales y la liberalización
de las actividades económicas, se ha conseguido , Fuente: He Bingsong. 1992:243. Este artículo contiene esta-
dísticas policiales desde 1950 hasta 1988. Cifras más recientes
una tasa de crecimiento económico alrededor de un en 'Policing in China' (Publicación anual del Ministerio de Segu-
10% anual de manera continuada durante la última ridad Pública). Es probable que las cifras no sean completas,
década. Al lado de chabolas miserables se levantan particularmente por no registrar delitos que no han sido aclara-
dos por la policía. Comparando la estadística policial china con
rascacielos de estilo futurista. La nueva China ya la de los paises occidentales, destaca la presencia de delitos
tiene sus millonarios con coches de lujo y estilo de poco graves (robo de bicicletas) y sucesos que no son punibles
en nuestra sociedad (la prostitución, incluyendo haber visitado a
una prostituta, o la venta de material pornográfico). Otra fuente
, Existen, sin embargo, unos cuerpos de policia especializa- de información sobre la delincuencia es Wang, 1995, que pre-
dos: Los guardias forestales, las fuerzas de seguridad en el senta datos de una encuesta de victimización realizada en Pe-
transporte público, en los juzgados y en las fronteras. También kín en 1994.
existe un órgano estatal de información y contraespionaje. Los , Fuente: Ministerio del Interior, Gabinete de coordinación.
guardias de las prisiones constituyen, también un cuerpo policial 930.780 delitos fueron registrados por la Policía Nacional y la
especializado. (Yue Ma, 1997.) Guardia Civil en 1996.

100
negativo de despertar la delincuencia, sino también extranjeros. La política criminal dura y el control po-
un papel activo de controlarla" licial estricto es un instrumento político esencial pa-
ra mantener lo que les queda del socialismo.
Los que formulan la política criminal ven la refor- Una alternativa al rechazo total de esta política
ma económica como una fase transitoria. Su meta criminal y al aislamiento intelectual de los repre-
final no es el capitalismo, sino una estructura políti- sentantes chinos, es ayudarles en la búsqueda de
ca y económica equilibrada, una sociedad quizás otras fórmulas, en encontrar otras formas de com-
más basada en valores tradicionales chinos que en batir la delincuencia que no sea el tiro en la nuca.
el marxismo clásico, pero solidaria e igualitaria. Su La Universidad que me invitó quiere estudiar ejem-
respuesta a la inevitable ruptura del tejido social en plos de países que han recorrido fases rápidas de
la fase de transición es un endurecimiento del Códi- transición social y económica, analizar la relación
go Penal y más represión policial. Reaccionan con entre la economía y la delincuencia en estos países
especial dureza a los intentos de corrupción de los y las formas delictivas concretas así como las for-
funcionarios públicos, y a la delincuencia organiza- mas de combatir la delincuencia económica, el tráfi-
da. Llama la atención que, cuando hablan de la de- co de drogas y otros tipos de delincuencia organi-
lincuencia organizada, utilizan un vocabulario más zada. También les interesan las técnicas de
militar que policial: no se habla de controles de ca- prevención de la delincuencia. La información y el
rretera, sino de "emboscadas" (Ambush Che- asesoramiento sobre estos temas es de esperar
ckpoints), las bandas de delincuentes no se des- que les sirvan para elaborar alternativas igual de
montan, sino que se "aplastan" (crush) (Ji Sulan, eficaces y menos drásticas para controlar la delin-
1995). cuencia. Quizás el contacto internacional también
El Código Penal se reformó en el mes de marzo les sirva para darse cuenta de que su tasa de delin-
de 1997. Ahora contiene 250 preceptos donde se cuencia, aunque a ellos les parece elevada, sigue
puede aplicar la pena capital. Entre ellos se en- siendo muy baja comparada con otros países. Así
cuentra por ejemplo el contrabando de drogas: un mismo se han dado cuenta de que muchos otros
"camello" que introduce 50 gramos de heroína en países han cuadruplicado la delincuencia sin que se
China será condenado a la pena de muerte. El nú- derrumbe su sistema político y social. España es un
mero de ejecuciones es un secreto oficial, pero ejemplo de estos.
puede llegar a veinte mil al año. Se ejecuta con un La política criminal de los partidos de izquierdas en
tiro en la nuca, después de un juicio sumarísimo. España es nada más que un programa tradicional
También existe la pena de muerte condicional, don- liberal, donde los derechos del individuo siempre tie-
de el reo se coloca, temporalmente, en un campo nen prioridad frente a la convivencia cívica. Los so-
de trabajos forzoso, y su buena conducta y sus cialistas chinos prestan más atención a los intereses
muestras de arrepentimiento le pueden ganar la colectivos. Como dice He Bingsung (1992:252):
conmutación de la pena.
Los detenidos en China gozan de pocos dere- "La política criminal china está basada en el prin-
chos, y la presunción de inocencia es una novedad, cipio de que piedad con los criminales significa
recientemente introducida en el proceso penal y po- crueldad con el pueblo"
co respetada en la práctica. La policía también
cuenta con una extensa red de colaboradores vo- Hay que tener presente que China es una socie-
luntarios, un sistema de información y de control dad donde priman los valores colectivos, donde la
social inconcebible en nuestra sociedad. Se ha mayoría de la población está dispuesta a colaborar
mantenido, durante siglos, un registro exacto de to- con la policía y, probablemente, ve bien "la mano
dos los habitantes de cada localidad, y los chinos dura" con los delincuentes. Su política criminal no
nunca han conocido el derecho de libre desplaza- puede ser la misma que la de países en otras fa-
miento en el territorio nacional (Dutton, 1992). Todo ses del desarrollo económico. Sin duda existen
este sistema meticuloso de averiguar donde están y unos derechos fundamentales del individuo, que
qué hacen los habitantes del lugar se ve derrumba- no deben de ser violados en ningún país y ninguna
do por los nuevos movimientos migratorios en el época. Sin embargo, los países occidentales no
país, donde 50 a 80 millones de personas migran a respetaron ni uno de ellos cuando dominaron Chi-
las ciudades y a las nuevas zonas económicas (Yue na, y por eso deberían de hablar con menos arro-
Ma,1997:131). gancia.
La reiterada crítica a los líderes de la República Las metas de los líderes chinos son otras que las
Popular China por no respetar los derechos huma- de imitar a las democracias occidentales: pretenden
nos ha tenido poco efecto. Es probable que no se conseguir la transformación de una sociedad, in-
fíen de europeos y americanos, los "narices gran- creíblemente grande y pobre, en una sociedad con
des", que les quieren contar cómo tienen que go- un nivel de vida aceptable, una transformación lle-
bernar su país. Han observado la caída de la Unión vada a cabo por capitalistas bajo el mando de co-
Soviética, y han sacado sus propias conclusiones. munistas, permitiendo a los nuevos ricos lucir y dis-
Creen que si pretenden, como lo hicieron los rusos, frutar, pero sin darles el poder político. Las
instalar una democracia al estilo occidental, se rom- pancartas en Pekín ahora proclaman la construc-
perá la unidad de este gigantesco país, y los peda- ción de una "civilización socialista espiritual". Los
zos serán dominados por los nuevos ricos, las ma- occidentales se pueden reír de este lema, porque
fias organizadas y los intereses económicos han perdido sus propias visiones.

101
LITERATURA manuscrito, conferencia de las Naciones Unidas
sobre la prevención de la delincuencia, Viena.
Dutton, Michael (1992): Policing and Punishment in Wang, Dawei (1995): A comparative Research of
China. Cambridge University Press. Criminal Victimization between Beijing and other
He Bingsong (1992): Crime and Control in China. Developing Cities. UNICRI, Roma.
En: Crime and Control in a Comparative Perspec- Yue Ma (1997): The Poi ice Law 1995: organiza-
tive. H. Heiland & L. Shelley (eds.) Walther de tions, functions, power and accountability of the
Guyter, Berlín, págs. 241-257. Chinese Poi ice. En: Policing, An International
Ji Sulan (1995): Measures taken by the Chinese Journal of Police Strategies & Management, vol.
Police in the Prevention and Control of Crimes 20: 113-135.

102
APUNTES*
lingo y la orden de busca y captura de nueve jefes de
• Fungairiño: el 'plumero' bajo la toga la ESMA, entre ellos el ex-almirante Massera, con el
argumento de falta de jurisdicción y -sujétese a la
A Pinochet debieron sentarle especialmente bien silla el jurista lector- en aplicación de las leyes de
las tostadas ese día, después de haber leído la en- obediencia debida y punto final. Esas disposiciones-
trevista a Fungairiño. Lo suyo no fue genocidio ni basura, emitidas por parlamentos bajo amenaza,
terrorismo, según la interpretación amablemente contra normas de derecho internacional con catego-
servida por el Fiscal-jefe de la Audiencia Nacional a ría de ius cogens, que algunas jurisdicciones euro-
la hora del desayuno, que es, seguramente, cuando peas se han negado a admitir por poderosas razones
el general hojea El Mercurio. de derecho.
Quizá no era este el fin perseguido por el entre- Desde luego, hay algo que no cabe desconocer:
vistado, pero a juzgar por el perfil del diario, la cali- al frente de la Fiscalía de la Audiencia Nacional hay
dad y la oportunidad del mensaje, nadie lo diría. Por un hombre de criterio, que no sólo elige el medio
eso, la impresión producida en amplios sectores de más adecuado al fin, sino también la clase de dere-
la opinión, no sólo española, jurídica y no jurídica, al cho que mejor se ajusta a su preocupante patrón de
conocer la noticia, ha sido de asombro no exento de legalidad. Patrón de legalidad, porque, ya se sabe,
indignación. los fiscales no pueden tener ningún otro patrón.
Asombro, porque Fungairiño no hablaba del ca-
bernet-sauvignon del país andino, que, probable-
mente, también le gusta a Pinochet. Fungairiño de- • Control: ¿de qué clase? ¿De quién?
finía, en ese lugar harto impropio, la posición del
ministerio público en un proceso en curso y se pro- Al Consejo General del Poder Judicial le preocu-
nunciaba sobre una cuestión delicada y compleja, pa, justamente, lo que hacen los jueces. Y también
acerca de la que existen puntos de vista muy dife- lo que debían hacer y no hacen. Preocupación, co-
rentes del suyo, no carentes de fundamento. E in- mo se infiere de la lectura del Libro blanco, estimu-
dignación, porque lo hacía con un voluntarismo y lada por los resultados de algunas encuestas.
una obsequiosidad que habrán revuelto las tripas a Tal actitud, al hilo de un razonamiento elemental:
muchos miles de víctimas del satisfecho lector de El si no hacen en el juzgado es porque harán en otra
Mercurio y de los demás autores y cómplices de lo parte, lleva a un desplazamiento de la atención a
que, Fungairiño dixit: no fue genocidio ni terrorismo. las "actividades extrajurisdiccionales", con el resul-
Pero es que, además, ocurre que la Fiscalía no se tado de acabar postulando el "control" generalizado
había opuesto a la decisión del Juez de instrucción de cualquier clase de dedicación remunerada -aun
del juzgado central nº 5, aceptando la competencia, si no sujeta a autorización de compatibilidad- in-
en el caso de los crímenes de la dictadura argenti- cluidas las esporádicas; y exclusión hecha de las
na. (Por cierto, sus artífices -principio de igual- que demande la gestión del patrimonio personal y
dad- están a la espera de ser distinguidos con otra familiar. Porque, se entiende, que en lo extrajudicial
entrevista en algún diario ad hoc de la prensa por- debe regir la misma exigencia de "transparencia"
teña). Y el Fiscal, en este mismo asunto, cierto que que cabe reclamar para la función de juzgar pro-
apenas ha participado, pero tampoco ha hecho ob- piamente dicha.
jeción a ninguna diligencia y, desde luego, no ha A pesar del nivel de generalidad en el modo de
recurrido nada. Por otra parte, había informado a expresión que traduce lo que acaba de recogerse,
favor de la competencia del juzgado central nº 6 en lo cierto es que la desazón del Consejo tiene un
el propio caso de la dictadura chilena. referente mucho más concreto. Es la evidencia de
Por si esto fuera poco, el Fiscal general del Esta- que algunos profesionales de la justicia profesan
do, en la Memoria anual, al hablar de los "asuntos también dedicaciones colaterales no sujetas a de-
penales que merecen destacarse" de los de la Fis- claración de compatibilidad, realmente absorbentes.
calía de la Audiencia Nacional en 1996, señala que: Así, la preparación de opositores a escala industrial
"también tras dictamen favorable de la Fiscalía se y en términos tales que esa ocupación, de aparien-
inició la instrucción de las diligencias previas nº 142 cia marginal, acaba siendo principal o casi, incluso
de 1996 contra el general Augusto Pinochet y otros en términos contables. De otro lado, estimula
por la desaparición de ciudadanos españoles du- igualmente la preocupación del Consejo el conoci-
rante la dictadura habida en Chile desde 1973". miento de que también se dan tipos de entreteni-
Será que la Memoria ha cedido el paso a la des- miento extraprofesional, consistente en que jueces
memoria. Pues, últimamente, la fiscalía de la Audien- -generalmente no "de entrada"- son reclutados
cia Nacional -¿con o contra la Fiscalía general?- por su condición de tales para actuar, por lo común,
ha solicitado la revocación del auto de prisión de Sci- como conferenciantes, en ámbitos no académicos
sino de intereses, que a veces son empresariales, y
mediante contraprestaciones de lujo .
• Sección a cargo de la Redacción. Naturalmente, una vez establecido aquel control,

103
los incumplimientos tendrían la correspondiente re- familiar o personal cuando se haga con cierta inten-
percusión disciplinaria. sidad o éste sea importante.
Pues bien, tan justificada está la preocupación
como injustificables son las actividades que se pro-
duzcan en demérito de lo profesional. Sin embargo, • Del jacobinismo iluminado al esperpento
no parece tan claro que de esa realidad -de im-
portancia seguramente no demasiado relevante en Como se recordará, hubo un momento en que la
términos porcentuales, aunque grave en su signifi- mayoría de centro-derecha decidió -como forma
cación- y del principio de "transparencia" que de- de pasar la página de una situación caracterizada
be, es cierto, regir la práctica de la jurisdicción, por la fluidez en el trasiego de los jueces a la políti-
pueda inferirse la legitimidad de una fiscalización ca, con habituales reingresas por arriba- dificultar
omnidireccional de la actividad extraprofesional del objetivamente esos tránsitos.
juez que lleva a la abolición de una parte importante Sin embargo, tras las urnas del 82 y con el argu-
de su privacidad. Porque, en efecto, el "control" que mento de la inexistencia de razones para recelar de
se propugna, aun dirigido sólo en apariencia a me- la política cuando ésta es, además de democrática,
dir el tiempo de la dedicación y la importancia de la benéfica, se restablecieron los puentes. Incluso se
remuneración, como indicadores, lo cierto es que mejoró el firme y la anchura de la vía, una de cuyas
afectaría a los contenidos ideológicos y culturales derivaciones más frecuentadas fue a morir, signifi-
de aquélla, sobre los que también se extenderá, si- cativamente, en sala tan emblemática -cuando de
quiera indirectamente, el conocimiento del órgano imparcialidad objetiva se trata- como la Tercera
de gobierno. del Tribunal Supremo.
Con ello, el resultado previsible es que, mientras Ahora, y, curiosamente, no por reacción frente los
resulta claro que los profesionales de cuestionable supuestos más seriamente preocupantes, sino con
perfil deontológico no van a tener ninguna dificultad la vista puesta en el caso de Garzón -llamativo, sí,
para hallar el modo de seguir accediendo a las pero anecdótico y de, francamente, difícil reproduc-
mismas dudosas y generosas fuentes de ingresos; ción- se postula un envidiable trienio vacacional
la inmensa mayoría de los integrantes de la magis- para los que caigan en la tentación de morder de la
tratura pasarían a ser objeto de inquisición perma- fruta supuestamente prohibida.
nente sobre una franja de su actividad que -por Si en la opción que se trataría de corregir primó
generalmente legítima y pública- no tiene por qué un sentido infantil y, ciertamente, no desinteresado
ocultarse, como no se oculta; pero que, por lo mis- de la (propia) política; ahora -con perdón- "se
mo, nunca debería ser preventivamente criminali- mata moscas con el rabo". Porque se pierde de
zada ni cubierta de esa forma genérica por el manto vista que -mirada desde la imperiosa necesidad de
de la sospecha. preservar la imparcialidad objetiva del juez- la po-
La "transparencia" es, en efecto, un valor esencial lítica es un continente mucho más amplio que el
en la práctica de la jurisdicción, como tendría que afectado por la pintoresca medida. Y que conoce
serio en los procesos de toma de decisiones del formas de proyección menos visibles pero no me-
propio Consejo General del Poder Judicial. Pero su nos potencialmente condicionantes de las actitudes
exigencia no puede hacerse extensiva a la vida pri- judiciales. Tales son las que, por mor de la permea-
vada del juez. Ni siquiera con el argumento de que bilidad del Consejo del Poder Judicial a las dinámi-
ésta limita y repercute siempre sobre su actividad cas partitocráticas, pueden filtrarse en una política
pública. Así, nada hay que afecte más a las actitu- de nombramientos fuertemente connotada por la
des jurisdiccionales que el perfil moral de quien las falta de transparencia; con el resultado de posiblitar
ejerce y, sin embargo, en contextos de cultura libe- que se primen servicios prestados a través de for-
ral-democrática, es impensable el ejercicio de una mas blandas, pero no menos insidiosas, de impreg-
suerte de genérica policía de costumbres, como nación política, que van a quedar fuera del alcance
uno de los cometidos del Consejo General. de tan curioso como caro exorcismo.
Bastante más factible e infinitamente más renta-
ble y menos arriesgado, desde todos los puntos de
vista, sería sacar a los informes de la inspección • Quizá no 'el juicio', pero algo importante
-mejorando sus prácticas en lo mucho que ca- sí se ha perdido
be- todo el rendimiento de que son susceptibles
en clave de control (aquí sí que el término no re- El portavoz del Gobierno salió al paso de ciertas
sulta sospechoso) de la laboriosidad de los jueces. insinuaciones de Felipe González durante un mitin
Lo contrario, es decir, lo que se propone, podría de la campaña que precedió a las elecciones galle-
llevar a obstaculizar o inhibir la dedicación marginal gas, afirmando que éste "había perdido el juicio".
a actividades de carácter cultural, legítimas y mo- Es evidente que aunque procesos: haberlos, haylos,
destísimamente compensadas; y, en cambio, deja- Rodríguez no se refería a ninguno de éstos. Inclu-
ría al margen de la pesquisa muchas, como, por so, se da la circunstancia de que, de los que están
ejemplo, una eventual regular dedicación vespertina en curso, el que más podría haber afectado al ex
al juego del póquer al bingo o cualesquiera otra lu- presidente, más bien lo habría ganado. Pues, como
crativa atípica, como algún coleccionismo (con mar- se recordará, por disposición de la Sala Segunda,
chandage incluido) que, incluso, podría ser absor- quedó libre de "estigmatización" en la causa del
bente, o, en fin, la misma cura del patrimonio "caso Marey".

104
Así, es claro que Rodríguez se movía -con la na algún grado de bondad en el punto de partida. Y
habitual falta de brillo en el uso del lenguaje habla- ese texto xenófobo, insolidario, infiel a compromisos
do- en el plano de la metáfora. Pero, no es menos internacionales insoslayables y dechado de miseria
obvio que, en este plano, tampoco tenía razón: cultural y moral -en lo sustancial- no tiene nada
González nó deliraba. Estaba en sus cabales y de- de bueno. Y ¡ojo con lo de "jurídicamente"! Porque
cía lo que en ese momento quiso decir. expresa una concepción tramposa que implica la
y es a partir de este punto donde debe comenzar reducción de lo jurídico a jurídico-formal, a pura
la reflexión. De las implicaciones en la trama gol- técnica, la del viejo positivista y el nuevo tecnócrata,
pista que denunció crípticamente, González podía apta para travestir como música de derecho cual-
saber o no saber. Si no sabía y, a pesar de ello, ha- quier ruido del poder. Y ya no es así, porque los
bló como lo hizo: mal, muy mal, fatal. Pero, si real- valores que el proyecto de marras conculca son no
mente sabe: mucho peor aún. Por haber ocultado y sólo ético-políticos, sino también sólidamente jurídi-
seguir ocultando -claramente sin fundamento, cos, puesto que gozan del mayor rango normativo.
vista la frivolidad de su actitud de ahora- datos de De este modo, no cabe engaño: el malhadado texto,
indudable relevancia política e incluso jurídico- en su verdadero ser, no era "mejorable". De ahí
penal, que, obviamente, no son suyos. Y porque, que, en aquel trámite, fuera pura y simplemente re-
sin cejar en la ocultación, ha hecho un uso parcial, chazable. Tan rechazable como ya lo fue ab initio la
amarillista, e irresponsable de aquéllos. Lo calificó "patada en la puerta", que nunca debiera haber
muy bien Vázquez Montalbán: "miserias". contaminado la atmósfera del hemiciclo.
y el proyecto que nos ocupa habría sido rechaza-
do, si todos los que, en razón de su compromiso
• Filibusterismo procesal con valores constitucionales innegociables, tenían
el inexcusable deber de hacerla, hubieran estado
El caso Sogecable, en su vertiente puramente ju- donde debieron estar. Pero, como en otras ocasio-
rídica, a pesar de que para muchos -a lo que se nes, faltaron del hemiciclo parlamentarios de la
ve con sobrada razón- carecía de perfiles penales, oposición.
siempre podrá alimentar, aunque sólo sea, un co- Para arreglarlo, se ha dicho que andaban de
nato de discusión. Así, por ejemplo, los autos de la campaña en las elecciones gallegas. Y puede ser
sala que han ido rectificando las distintas decisiones cierto, porque ya se sabe que, por desgracia y mu-
del instructor, han debido argumentarse para des- chas veces, lo único que mueve en ésta política son
montar argumentos, por endebles que éstos pudie- las citas electorales.
ran ser. Pues bien, sea o no cierta la disculpa, hay algo
Hay, sin embargo, una incidencia de significación que está fuera de discusión: el proyecto -tal como
en apariencia marginal, que está fuera de discusión era- continuó su trámite, en vez de salir del Con-
posible y que, tal vez, podría servir para arrojar una greso por donde había entrado, gracias, también, a
luz sugestivamente clarificadora sobre el conjunto. los votos omitidos/emitidos por los ausentes.
Es la recusación del magistrado De Prada Solaesa. Gracias, desde luego a ese vacío de votos; pero
Todo -aquí, "todo" quiere decir absolutamente gracias, muchas gracias, -¿de nada?- al voto
todo-Io contenido en el escrito de marras era una de los socios catalanes, prestado en un nuevo ex-
pura falsedad: ni relación de conocimiento, ni con- presivo ejercicio de realpolitik. Que no deja de ser
tactos personales, ni encuentros de clase alguna tal, por la burda metáfora del "calcetín". Bien traída
con los responsables del grupo criminalizado (con en este caso, a tenor del aroma del producto y la
tan precario fundamento). Total, una burda patraña poco presentable actitud de sus manipuladores.
urdida contra José Ricardo de Prada Solaesa, un
juez sin tacha. Patraña que -por su inanidad-
sólo pudo tejerse sobre la base de algunas afirma- • Anguita, sobre De Vega
ciones, tan desnudas de apoyo en datos ciertos,
como de sustancia moral en el impulso. No es cosa trivial que se altere una cita del TC y
En suma, un comportamiento profesional que, más en un contexto tan sensible como el caso File-
como en la canción de Sabina, merecía haber teni- sa, en el que no hay partido interesado que no haya
do "por bandera, un par de tibias y una calavera". hecho todo posible a la hora de preparar la Sala
Segunda para el evento. Pero, algo distinto es la
caída libre en el abismo del disparate y el tremen-
• Un proyecto 'inmejorable' dismo verbal gratuito que luego fuerza al desmenti-
do somojante
La ministra Mariscal de Gante, con su proverbial Bien está que, advertida una cosa así, se diga y
elocuente inexpresividad, calificó de "jurídicamente se pregunte, porque debe explicarse. Pero con un
mejorable" el proyecto de Ley orgánica de coopera- punto de equilibrio en la exigencia y con mesura en
ción jurídica internacional en materia penal, que la administración de los calificativos. Aquello podía
estuvo a punto de ser devuelto al ejecutivo y resultó haber sido desde un descuido lamentable, subsa-
severamente vapuleado en Congreso, como ya lo nable como error material, hasta una indisculpable
había sido antes por el Consejo de Estado y el Ge- falta de rigor intelectual. Ahora bien, un delito de
neral del Poder Judicial. Pero no tenía razón, por- falsedad en documento público ... ni en broma.
que sólo es susceptible de mejora lo que ya encar- De ahí que utilizar semejante clase de argumen-

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tos como instrumento de lucha política -y más con Pero no hay que llamarse a engaño: la libertad de
sedicentes propósitos regeneracionistas- es dudo- hablar en lo que uno quiera padece en más lugares.
so que, fuera de algún instante de telediario, tenga Hay donde, por hacerlo, te cargan una mochila con
otro efecto que el de ensuciar la poco cristalina at- piedras, y, lo que es peor, quienes tienen la respon-
mósfera política que se respira. Por otra parte, el sabilidad moral y política de que esto suceda silban
tremendismo es un género difícil que no está al al- (se supone que no a Raimon, porque no toca), mi-
cance de cualquiera ni puede practicarse de cual- ran para otro lado y minimizan cínicamente ese ine-
quier modo. En él, cuando no se da con el tono, el quívoco síntoma de barbarie, que es -siempre-
aspirante a Júpiter tonante acaba por quedar en convertir una lengua en fetiche.
simple romano de Asterix.

• Ella ya no baila sola


• Raimon: de nuevo el 'vent' de cara
La ceremonia inaugural de los juzgados de Ma-
¡Quién nos lo iba a decir! Después de tanta agua hón tuvo un nuevo look, que implica la ruptura con
caída y pasada bajo los puentes de la transición y el precedente consolidado en las habituales del gé-
cuando, además, la ocasión se había anunciado nero: contó con el obispo de Ciudadela como prota-
bajo la enseña de la solidaridad. gonista. En efecto, estuvo presente el prelado, que
Pero no: "el pelo de la dehesa", cuando hunde fue el primero en actuar y bendijo las instalaciones
sus raíces en lo profundo de la identidad y ésta es de la justicia secular menorquina. Luego, tomó la
subcultural no se va ni con el esquilador. palabra y, a continuación, se la cedió a la ministra.
Había, desde luego, componentes políticos. Pero, Esta hilvanó alguna frase tópica para, enseguida,
seguramente, en no menor proporción, estéticos. Y señalar que después de lo dicho -por su predece-
es que, si la vanguardia baila el "Macarena" en la sor en el uso del verbo, se entiende- no quedaba
Moncloa, no se puede pedir maravillas a la tropa en ya nada que decir. Así, pues, más claro ... el agua.
el tendido de Las Ventas. ¿Bendita?

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