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Inexactitud registral
El Reglamento General de los Registros Públicos, en adelante el Reglamento General, en su
artículo 75 define la inexactitud registral en la forma siguiente:
Es decir, todo desacuerdo existente entre lo registrado y la realidad extrarregistral se define como
inexactitud registral.
Existen dos tipos de inexactitudes registrales. Aquellas cuya evidencia fluye de los propios títulos
u asientos registrales, y las que no fluyen de los títulos o asientos registrales.
Para los fines de las presentes notas, vamos a entender por título al documento del que se
desprenden, fundamentan fehacientemente, las situaciones y actos jurídicos presentados ante
los Registros Públicos, a fin de generar un asiento registral, contienen los actos cuya inscripción
está permitida por ley.
Los errores en los asientos o partidas registra pueden ser materiales o de concepto.
El error material se presenta en los siguientes supuestos, artículo 81 del Reglamento General:
a) Si se han escrito una o más palabras, nombres propios o cifras distintas a los que constan en
el titulo archivado respectivo;
b) Si se ha omitido la expresión de algún dato o circunstancia que debe constar en el asiento;
c) Si se ha extendido el asiento en partida o rubro diferente al que le corresponde;
d) Si se han numerado defectuosamente los asientos o partidas.
Los errores no comprendidos en los literales anteriores se reputarán como de concepto.
Rectificación registral
“Artículo 75.- Definición de inexactitud registral
…
Cuando la inexactitud del Registro provenga de error u omisión cometido en algún asiento o
partida registral, se rectificará en la forma establecida en el presente Titulo.
La rectificación de las inexactitudes distintas a las señaladas en el párrafo anterior, se realizará
en mérito al título modificatorio que permita concordar lo registrado con la realidad.”
Tal como se han visto, las inexactitudes registrales generan las rectificaciones de los asientos
registrales. Sin embargo existen rectificaciones que el Registrador puede realizar de oficio, o
también pueden ser solicitadas, y otras que requieren nuevo título.
Cuando el error u omisión no resulte de un error material o de concepto, tal como han sido
definidos anteriormente, o no resulten claramente del título archivado, entonces se requerirá un
nuevo título modificatorio otorgado por todos los interesados, o por el mérito de resolución
judicial si el error fue producido por la redacción vaga, ambigua o inexacta del título primitivo.
Pero existe un concepto adicional que se debe tener en cuenta para los fines de rectificar un
asiento registral. Ese concepto adicional es de “obstáculos que impidan la rectificación”, de
acuerdo a los dispuesto por el artículo 76 del Reglamento General.
Con lo cual podemos concluir, de acuerdo con los términos de la jurisprudencia registral, que
sólo si existiera información insuficiente del propio asiento registral o de los títulos archivados
que dieron origen a los mismos, podíamos estar hablando de obstáculos insalvables.
Si en la partida registral encontramos el título que originó la misma, y de la comparación del título
y asiento podemos colegir el desacuerdo entre el acto registral y la realidad extrarregistral, título,
entonces no se puede hablar de obstáculo insalvable que imposibilite la rectificación registral.
Para los fines de entender debidamente lo establecido en el artículo 87 citado debe tenerse en
cuenta el concepto de tercero de buena fé y de fé pública registral
Tercero registral es toda aquella persona cuyo negocio jurídico aún no ha sido inscrito en los
Registros Públicos ó incluso sólo aquél interesado en tomar conocimiento de los alcances de los
asientos registrales. Cuando el negocio jurídico se inscribe, tal tercero se convierte en parte. Ello
quiere decir que todos aquellos que en algún momento han inscrito derechos en los Registros
Públicos y que ahora son partes, antes de ello han sido terceros.
Existen aspectos que resultan necesarios ser evaluados y que provienen, del artículo 87 del
Reglamento General y del artículo 2014 del Código Civil.
El artículo 87 del Reglamento General indica que en ningún caso la rectificación del Registro
perjudicará los derechos adquiridos por tercero de buena fe durante la vigencia del asiento que
se declare inexacto.
Es decir, administrativamente, se establece que un error registral es fuente derecho, y que, v.g.,
si como consecuencia de ello publicita una situación que no coincide con los propios títulos, una
vez rectificado el error no afectaría a quien adquiere un derecho basado en dichos asientos
registrales errados, pero sí es posible afectar a aquél que solicitó la inscripción de un derecho,
pero por error registral no se le registró o se registró de manera diferente. Es decir, reiteramos,
conceptualiza el error de la propia institución como fuente de derecho. Contrario a todos los
principios de derecho. Bajo otras circunstancias ello sería el origen de daños y perjuicios materia
de resarcimiento por parte de la entidad que originó el mismo.
Situación que no se condice con la propia ley, Código Civil artículo 2014, en cuanto a fé pública
registral concierne, porque para ello se requieren de causas que no consten en los asientos
registrales y los títulos archivados que lo sustentan. Y, la propia definición de inexactitud implica
la existencia de documentos que constituyen antecedentes registrales, y que obran en los
archivos de los Registros Públicos como título que originaron asientos registrales.
Por ello entendemos que no es posible negar la posibilidad de rectificar un asiento registral que
contiene una inexactitud, corroborable con los propios asientos de la partida registral, o con los
títulos archivados, bajo ninguna circunstancia cuando nos encontramos frente a un asiento
registral inexacto.
Sin embargo administrativamente se establece que un error registral es fuente derecho, ya que
si v.g. como consecuencia del error se publicita una situación que no coincide con los propios
títulos, una vez rectificado el error no afectaría a quien adquiere un derecho basado en dichos
asientos registrales errados, pero sí es posible afectar a aquél que solicitó la inscripción de un
derecho, pero por error registral no se le registró o se registró de manera diferente. y como
consecuencia de ello pierde su derecho o se le disminuye. Es decir, reiteramos, conceptualiza el
error de la propia institución como fuente de derecho. Contrario a todos los principios de derecho.
Si bien la nulidad del asiento debe ser declarada por el Poder Judicial, no se está hablando de
una nulidad, se está hablando de una rectificación que debe darse por un error en que incurrió
un funcionario registral, debiéndose extender otro asiento registral rectificando aquél.
Resulta adecuado utilizar éste tema para referirnos a observaciones registrales sustentadas en
la falta o el uso de una tilde en un prenombre o en apellidos.
Acaso la falta de tilde en los prenombres o apellidos de una persona constituye una inexactitud
registral que sustente una rectificación? Qué pasa si en el asiento registral no tiene una tilde
un prenombre o un apellido, que sí tienen en el título archivado? O que en el asiento registral sí
consten tildes en un prenombre y apellido, y en el parte notarial, título, no consten tildes? Qué
pasa si en el documento nacional de identidad no constan tildes, v.g María, debido a que existe
la costumbre de no consignar tildes en los prenombres y apellidos escritos con letras mayúsculas,
MARIA, como se encuentran todos los documentos nacionales de identidad peruanos?
Si bien no se han encontrado normas administrativas directamente referidas a estos temas, sí se
ha encontrado regulación en relación a las tildes, en cuanto a lo relacionado a la reserva de
nombre para los fines de inscribir una persona jurídica.
En consecuencia existe igualdad cuando se dan matices de escasa significación que son
únicamente las siguientes: El uso de la mismas palabras, nombres…con la adición o supresión
de …acentos…”
Si bien podía entenderse que el Decreto Supremo citado constituye una norma específica, regula
reserva de nombres en personas jurídicas, por lo cual no siendo una norma genérica no puede
usarse por analogía, sin embargo lo que sí es cierto es que el citado Decreto Supremo regula
actividad de calificación registral en personas jurídicas, y al estar dentro del ámbito registral,
puede tenerse en cuenta que la adición o supresión de acentos en prenombres o
apellidos, constituyen matices de escasa significación, por lo cual la propia norma señala que
estos matices no hacen perder la igualdad de un prenombre o apellido.