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Voy a hablar esta mañana sobre el tema, “Dejando Nuestra Zona de Confort
– Un Sermón dado En Mi Cumpleaños No. 75”. Si sigues de cerca a Jesús vas a
sufrir, al menos un poco. Si no sufres para nada significa que no estás siguiendo de
cerca a Jesús. Y si sigues a Jesús Él te llevará fuera de tu zona de comodidad. En
“zona de confort” me refiero al lugar donde te sientes cómodo y no eres desafiado.
Una persona que tiene miedo de salir de su zona de comodidad nunca puede
cambiar o enfrentarse a los desafíos de la vida. Una persona tiene que salir de su
zona de confort para ser convertido en primer lugar. Después de la conversión, un
Cristiano no puede ser fuerte y ser un vencedor sin salir de su zona de comodidad
para afrontar nuevos retos. Jesús dejó su zona de comodidad muchas veces y así
debemos hacerlo tú y yo.
I. Primero, Jesús dejó Su hogar en el cielo y vino a esta tierra.
Él era igual que Dios el Padre en la eternidad pasada. Sin embargo, Jesús
dejó la comodidad del Cielo y bajó a la tierra, a la raza humana, la cual no le
conoció. La Biblia dice:
“En el mundo estaba…pero el mundo no le conoció. A lo
suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:10, 11).
No soy una persona perfecta, pero puedo decirte esta mañana que
probablemente no sería Cristiano hoy si no hubiera salido de mi zona de
comodidad para ayudar a esas niñas y niños Chinos hace mucho tiempo. “Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (I Pedro
2:21). ¿Dejarás tu zona de confort para ayudar a que los nuevos jóvenes se sientan
como en casa en nuestra iglesia?
II. Segundo, Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.
Jesús trabajó duro para ganar almas. Fue el oficio principal de Su vida. Y
nosotros somos llamados a hacer el ganar de almas el objeto principal de nuestras
vidas. Jesús dijo: “Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres” (Mateo
4:19). Ya que ganar almas era la obra principal de Jesús, ¡debe ser nuestro trabajo
principal también!
¿Quién al fiel pastor va a ayudar,
A las perdidas a encontrar?
¿Quién las ovejas va traer,
De la tormenta proteger?
Tráiganlas, tráiganlas,
Tráelas del campo del pecar;
Tráiganlas, tráiganlas,
A Jesús trae las ovejas.
(Traducción libre de “Bring Them In”
por Alexcenah Thomas, siglo 19).
¡Observa que no hay una sola palabra en la canción sobre repartir tratados!
¡Observa que no hay una palabra sobre traer nombres y números de teléfono! ¡Ni
una sola palabra! El tema del himno está en la segunda estrofa: “¿Quién las ovejas
va a traer, de la tormenta proteger?” ¡Ganar almas requiere que dejes tu zona de
comodidad y realmente hagas una diferencia en la vida de un joven nuevo! ¿Lo
harás? No es fácil alejarte de tus amigos para ayudar a un joven nuevo a entrar, y
ser parte de nuestra familia de la iglesia. Pero eso es lo que Jesús requiere de ti.
Aléjate de tu zona de comodidad y hazlo – ¡como lo hizo Jesús! La “maquinaria”
de la iglesia nunca trae a nadie a que se quede. ¡Tú debes involucrarte con ellos y
traerlos a la familia de la iglesia!
Te di una fotografía de nuestra iglesia cuando solo tenía 7 años. Muchos se
sorprendieron al ver cerca de 1,200 personas. ¡Pasamos de una persona (yo) a
1,200 en sólo siete años! Trabajábamos todo el día Sábado para traer visitantes. Mi
esposa estaba hablando por teléfono desde las 10:00 de la mañana hasta las 10:00
de la noche – ¡todos los Sábados! Entonces yo le traería un poco de pollo frito y
alguien la llevaba a casa. Después se sentaba durante dos horas y traducía el
sermón al español. Ella no era la única haciendo todas esas cosas. Muchas personas
lo hacían. Pero no funcionó. La iglesia se vino abajo. ¿Por qué? Por dos razones.
Primero, éramos “decisionistas” en aquel entonces. Les dábamos el folleto de Billy
Graham, “Pasos Para Tener Paz Con Dios”. Les hacíamos repetir la “oración del
pecador” al final del folleto. Eso era todo. Unas pocas personas fueron convertidas,
como Judith Cagan, Dr. Chan, Melissa Sanders, y la señora Salazar. Pero muy
pocos de los otros experimentaron la salvación en Jesús. La segunda razón fue
porque teníamos mal liderazgo. Los “líderes” querían ser haraganes y esperar que
las personas vinieran sin ninguna ayuda. Yo veo ese problema ahora también.
Algunos de nuestros jóvenes quieren orar por los jóvenes nuevos sin involucrarse
en sus vidas. Ellos quieren tener un pequeño grupo de viejos amigos para hablar –
y le dan la espalda a la gente nueva. Ellos no quieren traer una persona nueva a su
pequeño círculo. ¡No veo ninguna diferencia entre eso y lo que hicieron los líderes
haraganes en la foto que te di ayer por la noche! ¡No va a funcionar! Puedes orar
por avivamiento hasta que la nieve se acabe en la montaña Kilimanjaro – pero no
habrá ningún avivamiento – ¡ninguno! No importa que tanto oremos. Si todo el
mundo está viviendo por sí mismo – y nadie está dispuesto a seguir a Jesús – nunca
habrá un avivamiento aquí. Brian H. Edwards dijo: “Los hombres que Dios usa en
el avivamiento siempre fueron hombres que tenían…miedo a ser desobedientes”
(traducción de Revival: A People Saturated With God, Evangelical Press, 1991, p.
65). “No hay avivamiento sin convicción profunda, incómoda y humillante de
pecado [empezando con] los Cristianos”, él dijo. Debemos ver a jóvenes Cristianos
seguir el ejemplo de Jesús quien, “En los días de su carne, ofreciendo ruegos y
súplicas con gran clamor y lágrimas…fue oído a causa de su temor” (Hebreos 5:7).
¡Pero realmente no puedes orar por gente nueva si ni siquiera sabes sus nombres!
Debes dejar tu zona de comodidad e involucrarte en sus vidas.
“Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para
que sigáis sus pisadas” (I Pedro 2:21).
Traje un trozo de madera a mi habitación una noche. Lo cogí por la orilla del mar
cerca del seminario. Lo he guardado en un estante en la oficina en mi casa para
recordarme de ese tiempo frío y solitario cuando salí de mi zona de confort de
nuevo. ¡Fue un momento crucial en mi vida, cuando dejé el antiguo cómodo
camino y me convertí en un hombre más fuerte para Jesucristo!
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas” (I Pedro 2:21).
Hay otras historias que podría contarte. Cuando tienes 75 años de edad
puedes recordar un montón de cosas; casi una historia para cada situación. Te
podría decir de la vez que un diácono Chino me gritó, y perdí varios millones de
dólares. ¡Historia verdadera! Te podría decir acerca de la noche que bajé de mi
oficina en la librería de Hollywood y vi una impresionante y hermosa chica de
Guatemala – y la invité a tomar un café la misma noche que la conocí. A pesar de
que hablaba muy poco Inglés, y yo hablaba sólo unas pocas palabras en Español, y
ella era 22 años más joven que yo – dejé mi zona de confort y le pedí que se casara
conmigo – no la primera noche, pero más tarde le pedí que se casara conmigo y
ella dijo “no” – la primera vez que le pregunté. Después, ella dijo “sí” ¡y suspiré de
alivio! Hemos estado casados por casi treinta y cuatro años. ¡Estoy contento que
dejé mi zona de confort por Ileana, mi maravillosa esposa!
O podría decirte cómo empecé la segunda iglesia – esta iglesia – en mi
apartamento, en ese tiempo localizado en la esquina suroeste de los Bulevares
Westwood y Wilshire. Y yo podría decirte cómo esa pequeña iglesia creció en sólo
siete años a 1,200 personas en asistencia. Y entonces perdimos a la mayor parte de
ellos. ¡Pero esta vez vamos a hacerlo bien! Vas a tener que esperar por otro sermón
para escuchar esas otras historias. Es suficiente decir esta mañana que “Sé que es la
noche”. Y si te enojas conmigo, y te pierdo, voy a tratar de asegurarme de que
nadie me vea llorar, ¡porque siempre he odiado perder un amigo como tú!
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas” (I Pedro 2:21).
Jesús era un hombre fuerte, pero a menudo lloró por pecadores. Por favor canta la
última canción en tu cancionero.
La senda parece estrecha,
Lo que tuve se perdió;
Mis planes y ambiciones,
Cual ceniza yacieron.
¡Yo le alabo!
Al cordero muerto para el pecador;
Denle gloria todo el pueblo,
Manchas Su sangre puede lavar.
(Traducción libre de “I Will Praise Him”
por Margaret J. Harris, 1865-1919).
A Dr. Hymers le gustaría saber de ti si este sermón te bendijo. CUANDO LE ESCRIBAS A DR.
HYMERS DEBES DECIRLE DE QUE PAÍS LE ESTÁS ESCRIBIENDO O ÉL NO PODRÁ
CONTESTAR TU CORREO. Si estos sermones te bendicen por favor envía un correo
electrónico a Dr. Hymers y díselo pero siempre incluye de qué país estás escribiendo. El correo
electrónico de Dr. Hymers es rlhymersjr@sbcglobal.net (oprime aquí). Puedes escribirle a Dr.
Hymers en cualquier idioma, pero escribe en Inglés si es posible. Si deseas escribirle a Dr.
Hymers por correo postal, su dirección es P.O. Box 15308, Los Angeles, CA 90015. Puedes
llamarle por teléfono al (818) 352-0452.
(FIN DEL SERMÓN)
tú puedes leer los sermones de Dr. Hymers cada semana en el Internet
en www.sermonsfortheworld.com.
Oprime en “Sermones en Español”.
EL BOSQUEJO DE
DEJANDO NUESTRA ZONA DE CONFORT –
UN SERMÓN DADO EN MI CUMPLEAÑOS No. 75
tu zona de Confort
MARIO MORA
JULIO 1, 2018
Es muy cómodo sentirse cómodo, solo que este estado nos hace creer que ese es el mejor lugar
en el que podemos estar y no queremos explorar otras opciones debido al confort en el cual
estamos.
Los cerdos se sienten bien en medio de la suciedad porque es su medio ambiente, es por ello que
a pesar de que se los bañe, se los limpie, deciden volver a su entorno habitual, estar en el charco,
en medio del lodo. Como seres humanos actuamos de esa manera igual que los cerdos, nos
vemos involucrados en un medio ambiente de confort, donde no queremos hacer nada más,
porque simplemente nos sentimos cómodos. Aquel que está acostumbrado a nunca trabajar y de
repente se le exige que vaya a hacerlo, no lo va a hacer, porque no está acostumbrado, prefiere
seguir así sin trabajar, porque no requiere de esfuerzo o sacrificio alguno.
Incomódate
Tomar la decisión de dejar de sentirte cómodo, si tienes que renunciar a un trabajo, si tienes que
trabajar más horas, hazlo, pero no sigas postergando lo que Dios ya te ha pedido que hagas.
Puedes sentirte cómodo en el lugar que estás, pero si no haces nada, no va a suceder eso
extraordinario que Dios tiene preparado para ti y tu familia.
Muy cómodo
Estar conformes es un estado donde creemos que quienes somos y lo que hacemos está bien,
nadie nos molesta, nadie nos dice nada, nadie nos exige, pero Dios no quiere vernos así, Él nos
presiona, Él nos exige que recorramos una milla extra, Él no está conforme con quienes somos, ni
con lo que hacemos.
A un Nuevo Nivel
Dios siempre está llamándonos a ir más allá, a que dejemos nuestra zona de confort, que nos
desacomodemos y nos exige más, que nos esforcemos y que hagamos algo por salir del estado
de estancamiento actual que nos encontramos.
9-10 Cuando Jabés nació, su madre le puso ese nombre porque le causó mucho dolor[a] durante
el nacimiento. En cierta ocasión, Jabés le rogó a Dios: «Bendíceme y dame un territorio muy
grande; ayúdame y líbrame de todo mal y sufrimiento». Dios le concedió su petición, y Jabés llegó
a ser más importante que sus hermanos.
Oro para que el Señor te saque de tu zona de confort, te bendiga, ensanche tu territorio, y te
ayude a conquistar esos grandes sueños y metas que tiene por cumplir en tu vida.
Hoy en día se oye hablar mucho de que debemos «salir de nuestra zona de confort». Confieso que cada vez que
oigo eso me siento incómoda, pues a mí me agrada estar dentro de mi zona de seguridad. No me
gusta aventurarme a hacer cosas nuevas, sobre todo las que no entiendo o que me imagino que no me saldrán
bien. Últimamente, sin embargo, me he visto obligada con bastante frecuencia a salir de mi zona de confort.
Cuando pienso en la magnitud de un nuevo proyecto o empresa, me echo atrás mentalmente y me achico por
dentro.
Estaba conversando sobre uno de esos proyectos con un amigo, y él me comentó sus ideas. Es el tipo de
persona que piensa a lo grande y a largo plazo. Está claro que no le asusta tener que trabajar duro o asumir
riesgos. De hecho, para él, mientras más grande y disparatado sea un emprendimiento, mejor. A medida que me
iba explicando su plan, fue aumentando mi desconcierto. Se me nublaron los ojos, y él lo notó.
—¿Qué te pasa?
—Es que… —respondí tartamudeando, aunque tratando de transmitirle mi apoyo—. Es un buen plan, pero lo veo
muy ambicioso, y me resulta un poco abrumador.
—¿Sabes? En este momento todo parece abrumarte. Tal vez lo que necesitas es un poco más de fe.
Más tarde, cuando hablé del asunto con el Señor, Él me confirmó que yo era un poco cobarde en el tema de la
fe. Así que me esbozó el siguiente plan para aumentar mi fe. Consta de tres fases:
1. Alimentar mi fe. Así como mi cuerpo no puede sobrevivir con un régimen de comida chatarra o con apenas
una que otra comida sana, mi fe no va a sobrevivir, y menos prosperar, si no consumo regularmente buenos
alimentos espirituales(V. Romanos 10:17).
2. Fortalecer mi fe. La fe no crece cuando todo marcha como de costumbre y sin sobresaltos, cuando todas mis
necesidades están cubiertas, cuando puedo encargarme del trabajo por mi cuenta o cuando sé a qué
atenerme. En esas circunstancias me va de lo lindo. En cambio, cuando las cosas se ponen difíciles, cuando no
puedo llevar la carga a solas, cuando tengo que encomendar la situación a Dios y poner en Sus manos lo que no
puedo hacer por mí misma, entonces mi fe se fortalece. «Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas
de tu propio entendimiento. Busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino
tomar»(Proverbios 3:5,6; NTV). Siempre que dependa de Dios y confíe en Sus promesas, mi fe se fortalecerá.
3. Estirar mi fe. Una vez que mi fe se ha fortalecido, es hora de lanzarme a hacer cosas que pueden resultarme
abrumadoras; o lo que viene a ser lo mismo, salir de ese espacio en que me siento cómoda y segura. Una vez
más, la fe no tiene ocasión de crecer cuando todo fluye como de costumbre. Aunque a veces las dificultades y
exigencias vienen por sí solas, si realmente quiero que mi fe crezca, tengo que decidirme a probar cosas nuevas,
buscar desafíos, actividades que me exijan.
En la Biblia algunas personas se encontraron en situaciones difíciles que las obligaron a estirar su fe; pero otras
tomaron la iniciativa, pues esperaban mayores respuestas de Dios; y Él no las defraudó. Algunas de las cosas más
increíbles sucedieron cuando alguien actuó por fe e hizo algo que para todos los demás parecía una locura.
Por ejemplo, una vez los discípulos de Jesús estaban en una barca a varios kilómetros de la costa cuando Jesús
se les acercó caminando sobre las aguas. Ese fue un gran milagro que reforzó la fe de los discípulos. Pedro, no
obstante, fue más lejos: dio literalmente un paso de fe al salir de la barca, poner los pies sobre el agua y dirigirse
hacia Jesús. No tenía por qué hacerlo; pero estoy segura de que caminar sobre el agua, aunque fuera solo por un
momento, le inspiró muchísima fe(V. Mateo 14:22–32).
En vista de todo eso, ¿qué sentido tiene fortalecer nuestra fe? Jesús enseñó que una fe del tamaño de un grano
de mostaza puede hacer portentos. Cuando nuestra fe no llega a ser mayor que una diminuta semilla de
mostaza, Él se sirve de lo poco que tenemos. Pero creo que Él no desea que nuestra fe permanezca tan pequeña.
Creo que espera que crezca a medida que lo vemos obrar en favor nuestro una y otra vez.
Dios tiene grandes planes para cada uno de nosotros y nos pone en situaciones que nos preparan para esos
planes. Sin embargo, nos hace falta fe para lanzarnos, para actuar y empezar a construir lo que Dios dispuso para
nosotros. Si esperamos a que todo parezca seguro, es posible que desaprovechemos alguna oportunidad.
Una de las definiciones de fe es «confianza en la capacidad ajena». Tener fe es hacer lo que Dios nos pide
aunque sepamos que somos incapaces, porque confiamos en Su capacidad para obrar a través de nosotros. «No
que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios»(2 Corintios 3:5). «[Jesús] me ha dicho: “Bástate Mi gracia; porque Mi poder se
perfecciona en la debilidad”»(2 Corintios 12:9).
La ‘zona de confort’ Es un estado mental en que permanecemos pasivos ante los sucesos de la vida,
desarrollando una rutina sin sobresaltos ni riesgos. AUTOR Redacción P+D 14 DE ENERO DE 2018 22:00 h
Christelle Bourgeois / Unsplash Nuestra sociedad (y nuestra fe) tiende a vivir sumida en lo que los psicólogos
llaman “zona de confort”. Dice la psicología que la “zona de confort” es un estado de comportamiento en el cual
la persona opera en una condición de "ansiedad neutral", utilizando una serie de comportamientos para
conseguir un nivel constante de rendimiento sin sentido del riesgo (White 2009).Designa un estado mental en
que el individuo permanece pasivo ante los sucesos que experimenta a lo largo de su vida, desarrollando una
rutina sin sobresaltos ni riesgos, pero también sin verdaderos incentivos Allí nos sentimos seguros, sin
situaciones conflictivas que nos lleven a un enfrentamiento con otros, y obviando en definitiva hechos o ideas
que nos puedan suponer un problema. No es malo que busquemos ese espacio de tranquilidad, pero cuando
llegamos a instalarnos definitivamente en esta “zona de confort” a toda costa, incluso en situaciones graves a
las que nos negamos a ver, caemos en ese baile de salón ideológico que se queda en la intrascendencia.
Como medio de comunicación, y según pasa el tiempo y la difusión de nuestros contenidos es cada vez mayor,
es más frecuente que tengamos que vivir fuera de esta zona de confort. Y no es agradable. Pero de la misma
forma, podemos decir que esto nos enseña a madurar. A entender cada vez mejor lo que es prioritario y lo que
no. A saber lo que es innegociable (sea con amigos o adversarios) y aquello en lo que debemos ejercer al
máximo la comprensión. Nos queda mucho camino, mucho que crecer en todos los sentidos, pero sí somos
conscientes de que hemos tomado tres decisiones. La primera, no conformarnos con la divulgación interesante
sin trascendencia. La segunda, no cerrar los ojos a la evidencia y a lo que es relevante. Y la tercera, no callar si
vemos al rey desnudo, aunque todo el reino alabe su ropaje invisible. Parece quizás sencillo, pero podemos
asegurar (tras la experiencia de casi quince años de Protestante Digital) que es una senda llena de trampas, de
dificultades propias y ajenas, y de sombras que nos alejan de la cálida seguridad de nuestra zona de confort.
Pero creemos que es la única forma de hacer verdadero periodismo, y de cumplir con nuestro compromiso con
la cosmovisión que fluye del Evangelio de Jesús. Tropezando unas veces, corriendo otras, recorreremos paso a
paso este 2018. Junto con todos nuestros lectores. Gracias por leernos, por comprendernos, y por querer
participar de esta aventura.
Leer más: http://protestantedigital.com/editorial/43817/La_zona_de_confort
Dios necesitaba que Abram saliera de su zona de comodidad
La Zona Cómoda es un término que se suele usar en el mundo del liderazgo, el “coaching”, el desarrollo de
habilidades personales, etc…
La Zona de Cómoda es el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados, y en las que
nos movemos fluidamente o con comodidad. Dentro de la Zona Cómoda podrían estar un trabajo en relación
de dependencia, los horarios estructurados, el camino por el que vas a trabajar, el estilo de ropa que soles
usar, las amistades que elegís, los gustos, las comidas, las costumbres y en general todo lo que sabemos y
podemos hacer muchas veces sin mayor problema. podríamos decir que la zona cómoda está compuesta por
todas aquellas cosas que conocemos y son habituales; en cambio, fuera de la zona de comodidad nos vemos
o sentimos incomodos, la mera posibilidad de cruzar la barrera entre lo conocido y lo desconocido nos
produce un cierto desasosiego, nos provoca ansiedad o nerviosismo.
Paradójicamente parece evidente que el aprendizaje y el crecimiento personal sólo se producen fuera de la
zona de comodidad, ya que lo nuevo, lo diferente, lo que necesitamos aprender no es algo habitual por lo
cuál necesitamos, salirnos de los límites de nuestra zona de comodidad, y saltar hacia lo nuevo, lo
desconocido. A este salto le llamamos expansión y por lo general antes de darlo podemos experimentar
diferentes sensaciones no necesariamente cómodas, ya que por lógica estamos yendo hacia la incomodidad y
el riesgo. Algunas de las emociones que podríamos experimentar son:
Miedo / Ansiedad / Enojo / Arrepentimiento / Ira / Inseguridad / y otras
Un ejemplo que seguramente muchos han vivido es nuestro primer salto del trampolín alto a la pileta. Nos
decidimos, vamos hacia la escalera, comenzamos a subir y en medio de la escalera nos agarra esa sensación
de "mejor lo hago otro día" y cuando miramos sobre nuestro hombro ya tenemos la escalera repleta de gente
que viene detrás nuestro para tirarse...
Entonces decidimos seguir y nuestro próximo hito es la plataforma previa a la tabla. Ahi aparece nuestro
siguiente desafío esas manijas (tipo tobogán) que uno piensa: "para que están si te caes por todos lados...."
Mientras pensamos esto, un golpe en el hombre que es casi un empujón o un grito de dale!!!!! nos
interrumpe y no nos queda mas remedio que caminar esa tabla movediza e insegura, que parecería quiere
hacernos perder el equilibrio, hacia nuestro destino final. El AGUA.
Llegamos, por fin al borde. Asomamos nuestros dedos del pie y en ese mismo momento, antes de mirar
hacia abajo, podemos sentir el miedo, el enojo, el arrepentimiento, la ansiedad, los pensamientos, los
temblores, nos preguntamos quien nos mando hasta ahí? elaboramos planes de escape y demás... pero... ya
tenemos muchos chicos atrás y solo podemos dar ese temido paso hacia nuestro terrible destino!!!!
Entonces tomamos fuerza y zas!!!! Saltamos, alguno gritamos otros nos tapamos la nariz, otros cerramos
fuerte los ojos hasta que por fin, splash!!!!!! el agua salvadora que nos deja saber que llegamos vivos al
destino... salimos a la superficie, nadamos hasta el borde de la pile y que hacemos al instante? Si!!!!!
Exacto!!!!! Corremos de nuevo hacia el trampolín para volver a saltar como si fuéramos profesionales. Esa
sensación que tenes de euforia y entusiasmo al salir de la pile de un salto se llama expansión. Todo lo
que te pasa antes de dar el paso, se llama contracción.
Permanecer dentro de la zona nos da una sensación reconfortante de seguridad, pero al tiempo estamos
estancados, contraídos y no progresamos. Es cuando emprendemos nuevos desafíos y nos rebelamos contra
los parámetros ya establecidos de nuestra zona cómoda cuando esta se ensancha o expande y con ella
nuestra capacidad de obtener mejores logros.
Por eso a algunos, entre los que me cuento, lo que nos incomoda es precisamente estar dentro de la Zona
Cómoda, realizar tareas repetitivas, vivir con calendarios estructurados con meses de antelación, usar
siempre la misma ropa, el mismo corte de pelo, caminar siempre por la misma vereda y lo que nos atrae con
una fuerza irresistible es la curiosidad por lo nuevo y el riesgo de emprender.
Este llamamiento, supone un hecho, que es factor común en toda la Biblia, "deja tu tierra", "deja tu parentela".
El llamamiento, supone dejar tu vida, dejar tus cosas. Abraham era una persona con riquezas, pero algo
sobrenatural le llamaba para ganar algo mejor, que él no sabía.
El llamamiento es el comienzo de todo proceso con Dios, y en Deuteronomio 6:23, lo podemos ver muy
claramente:
"y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres."
Es Salir, para entrar, para poder recibir
En la vida de Abraham vamos a ver un hecho muy importante y es que Dios le muestra, Dios le da a Abraham.
Pero nuestra relación con Dios al igual como la de Abraham, no se basa en que Dios transmite su voluntad y
nosotros la hacemos nuestra, sino que desde el principio hasta el final, nuestra alma va a tratar de esquivar lo
que Dios nos dice. Por tanto, esta fase sin la siguiente no tiene sentido.
Todo lo que Dios nos muestra es sometido a prueba, tenemos que aprender a discernir la voluntad de Dios, a
escuchar su voz y no otras voces, a tener el 100 % de nuestra Fe en Cristo. Igual Abraham tenía que ser
sometido a pruebas, y me permito decir, duras pruebas para llegar a ser el hombre que Dios deseaba. Hoy en
día la gran mayoría de los cristianos, preferimos una vida de comodidad, una vida fácil a esa vida de
someternos con Cristo a las distintas pruebas, y que en nuestros errores y victorias, seamos bendecidos.
Así podríamos seguir con innumerables hombres de fe que decidieron salir de su zona de
confort en obediencia Dios y el común denominador de ellos no fue la seguridad, el talento
o los estudios; sino una simple decisión de enfrentar sus miedos, salir de su zona de
seguridad y de ceder voluntariamente el control por completo de su vida a Dios.
Éstos hombres decidieron confrontar sus miedos. Hay dos tipos de miedos:
Cuando logres cuestionar el miedo irracional, te darás cuenta que están basados en
pensamientos y emociones. Si meditamos que por arriba de ellos está el poder de Dios,
entonces podremos experimentar la grandeza del poder de Dios.
Lo que lograron todos estos grandes hombres de fe, hizo una diferencia en su familia,
sociedad e inclusive historia. A miles de años, su obediencia bendice mi vida porque su
ejemplo me recuerda que lo que Dios me está pidiendo en estos momentos no es tan
grande, no es tanto en comparación a lo que les pidió a ellos, y si ellos pudieron pagar el
precio de ello, ¿por qué yo no podría hacerlo?
Yo te reto a preguntarte: ¿Cuál es tu zona de confort? ¿A qué le estás sacando la vuelta?
¿Qué mensaje estás tratando de ignorar?
Y te dejo con uno de mis versículos que me ha sustentado en momentos de cambios.
Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseche. No temas porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré y con la diestra de mi justicia. (Isaías 41 :10)
Siendo honesta,
Cuando un experto de la ley le pregunta a Jesús cual es el mayor de los mandamientos, Él responde: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la
Ley y los Profetas. (Mat. 22:37-40) Él resume toda la enseñanza de Dios en un verbo: ¡Amor! ¿Cómo amamos a Dios?
Guardando Sus mandamientos (Juan 14:15; 15:14; 1 Juan 5:3). ¿Cómo amamos al prójimo? Al ser desinteresados,
bondadosos, generosos y compasivos con todos, desde nuestro hermano en Cristo y miembros de la familia, hasta
desconocidos o enemigos. El amor requiere que nos salgamos de nuestra comodidad personal. La carne desea lo que
es contrario al espíritu. Gálatas 5:17 dice, “...porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es
contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. ” Para poder amar a Dios y a nuestro
prójimo, tenemos que estar dispuestos a salirnos de nuestra conveniencia y comodidad. Jesús nos enseña este
concepto de amor sacrificado en Sus parábolas y enseñanzas. ¿Es cómodo el amar a tus enemigos y orar por los que
te persiguen? (Mat 5:43-48). ¿Es cómodo ser paciente cuando bregas con gente o situaciones difíciles? ¿Es cómodo
el ser amable y compasivo cuando te dan lata? (1 Co. 13:4) ¿Es cómodo mantener tu ira bajo control? ¿Es cómodo
olvidarse de las ofensas de los que te hieren? (1 Co. 13:5) ¿Es conveniente incomodarte para ayudar al destituido?
(Lucas 10:30-37; Mat. 25:34-40) ¡La vida cristiana no siempre es conveniente o cómoda! Nuestra disposición
siempre debe ser el salirnos de nuestra comodidad!
La Vida en Cristo
Saliéndonos de la Comodidad
Tema:
Sabemos que los que corren en una carrera lo hacen para ganar un premio. En las Olimpiadas, todos los
corredores corren, ¡pero solo uno se gana el oro! Así no es con los hijos de Dios. ¡Todos los verdaderos creyentes
que corren la carrera espiritual recibirán la corona de vida! Pero debes mantenerte en el camino de vida:
¡saliéndote de tu zona de comodidad! Los que participan en la carrera disciplinan sus cuerpos para poder
perdurar en la carrera, al igual que nosotros debemos disciplinar nuestros cuerpos también. Debes mantener tu
cuerpo sumiso, castigado y en línea, ¡porque las enseñanzas del espíritu son contrarias a los deseos de la carne!
(Gal. 5:17) ¡Encárgate de que el Espíritu sea el que se vea en ti! ¡Ama mas allá de tu zona de comodidad!
¡Vive mas allá de tu zona de comodidad! ¡Salte de tu comodidad!
Aplicación:
Sugerencias prácticas:
1. ¡Conoce a los desconocidos! Tal vez no conozcas todos en la iglesia.
2. ¡Invítalos a tu casa! ¡Haz de tu casa un lugar de convivencias!
3. ¡Busca la oportunidad para ejercer el bien! Conoce tus alrededores. ¡Ten conciencia de lo que se necesita
hacer!
¡Que Dios te bendiga grandemente!
SERMÓN
Más Allá de la Zona de Comodidad
Introducción
1 Co. 9:26-27
--competidor: tu cuerpo
I. Resumen de la Palabra de Dios
Mateo 22:37-40
1. Ama a Dios (1 Juan 5:3)
a. Ama con intensidad
b. Ama más allá de tu comodidad
--ama con obediencia
--ama con dependencia (fe)
--ama buscando Su voluntad
--ama buscando las respuestas en Él
2. Ama tu prójimo—tu vecino
a. Ama con intensidad
b. Ama más allá de tu comodidad
¿Te has involucrado alguna vez en un deporte competitivo? ¿Qué toma el ser un atleta popular?
LUNES
Las meditaciones de esta semana tratan sobre la actitud necesaria para adquirir la madurez y el crecimiento en Cristo.
Lee Mat. 12:1-8. ¿De qué acusaron los discípulos de Cristo? He aquí el trasfondo del asunto: No se suponía que se hiciera
trabajo el sábado. El sábado era para descansar y reflexionar sobre el Señor y Su providencia. (Éxodo 20:10; Deut. 23:25)
Algunos, sin embargo, se dejaron llevar por su parecer personal y tornaron la gracia de Dios en un sistema meritorio de leyes.
¿Qué dos ejemplos menciona Jesús? La situación de David: Doce panes, hechos de harina fina, se ponían en el lugar santo del
tabernáculo cada día. El pan viejo se lo comían los sacerdotes. Este fue el pan que David le pide a Ahimelec, el sacerdote, para él
y sus hombres. Los sacerdotes que trabajaban los sábados no rompían la ley pues tenían que cuidar del templo, lo cual es el
segundo ejemplo que Jesús ofrece. Ahora miremos los vers 6 & 7 de Mateo 12. Jesús quiere que los Fariseos se ocupen de otra
cosa. ¿Qué es lo que es? Escribe 1 Samuel 15:22 en una tarjeta y memorízatelo.
MARTES
En Miqueas 6:6-8 habla sobre la naturaleza y el propósito de los sacrificios. ¿Qué es lo que verdaderamente pide Jehová de ti?
¿Obras sin espíritu? ¿Corazón sin obras? “Enseñarle a otros a obedecer las reglas de la Biblia para obtener liberación y paz es
exactamente lo opuesto a lo que enseña la Biblia. El mensaje del evangelio comienza con la declaración de lo que Dios ha hecho
para liberarnos. Entonces, al responder a ese mensaje, Dios nos madura para adorarle, entendiendo Su voluntad, y
obedeciéndole fructíferamente.” Dr. Rubel Shelly El Salmo 51:16-17, nos muestra la mentalidad de David. Él sabia lo que le
agradaba a Dios. Un corazón obediente y confiado de Dios. Un corazón moldeable que entiende la compasión. Los sacrificios se
pueden convertir en rituales vanos. La compasión es un ejercicio diario de obediencia a la voluntad de Dios. Escribe ese versículo
en una tarjeta y memorízatelo. ¿Se ha convertido tu ofrenda diaria en un ritual vano que usas para medir tu justificación o tu
santidad delante de Dios?
MIÉ RCOLES
Es posible que hayas llegado a sentirte cómodo en tu relación con Dios; cómodo con tus obras, actitud y productividad. Como
aprendimos la semana pasada, toda esa comodidad puede ser engañosa. El Diablo quiere que tu creas que todo esta bien
contigo todo el tiempo. En vez de medir tu estatus ante Dios por lo que haces o no haces, asegúrate de que reconoces tu
posición ante Dios por lo que El ya ha hecho por ti------> ¡tu salvación! Lee con cuidado Heb. 10:5-18. ¿A qué se refiere Jesús en
los vers. 5 y 6? ¿Cómo responde Jesús a Su propia pregunta? ¿Cómo es que esta respuesta cumple con los requisitos de la Ley y
agrada a Dios al mismo tiempo? Explica la interpretación del autor sobre lo que dice Jesús al final del vers. 9. ¿Cuál es el
resultado de un corazón obediente y dispuesto (vers. 10)? Ahora miremos los vers.16-18. ¿Cómo se transfieren las leyes de Dios
de las tabletas de piedra a nuestras mentes y corazones? Nota que este segundo pacto nos lleva a una relación mas profunda y
más personal con Dios. Todavía es un pacto de fe y confianza, solo que hemos sido liberados del pecado y sus consecuencias—el
castigo eterno—en vez de ser liberados de nuestras luchas terrenales. Nuestras luchas terrenales fortifican nuestra fe; ¡para
ayudarnos a depender de los brazos eternos y fuertes de nuestro Señor! Escribe Isaías 66:2 en una tarjeta y memorízatelo.
JUEVES
Otra vez llegamos a Rom. 12:1-2. ¿Por qué Pablo te urge a ofrecer tu cuerpo como sacrificio vivo? ¿Por qué debemos mantener
esa visión? ¿Tiene sentido el hacer sacrificios sin estar liberado? Liberación por la gracia de Dios es lo que nos lleva a ofrecernos
como sacrificio vivo--> removiéndonos de nuestra zona de comodidad vaga e ignorante. Liberación siempre precede obediencia
como recordatorio de la vida santa que hemos sido llamados a vivir. “Sé santo como yo Soy santo” declara el Señor. Nuestro
consuelo en Cristo viene de nuestra productividad basada en la fe. Escribe Jeremías 7:22-23 en una tarjeta y memorízatelo.
VIERNES
Lee Fil. 2:1-4. ¡Nota el reto! Si de veras sabes de lo que te han liberado, te motivará a actuar compasivamente, ¡no solo
considerarte justo! No serás egoísta, vano, u obsesionado con tu ganancia material o posesiones, ¡porque sabrás que son de
Dios como quiera! Nota la actitud de Pablo sobre su ganancia terrestre; material o social, en Fil. 3:7-11. En los vers. 7 y 8 Pablo
describe su pensar sobre la ganancia mundana. ¿El resultado? Paz mental a través del conocimiento de la justicia ganada por fe,
el deseo de conocer los sufrimientos de Cristo, y la esperanza de la resurrección. En vez de enfocarte en la comodidad del
mundo, debes enfocarte en la comodidad celestial y estar dispuesto a sufrir para asegurar tu salvación en Cristo. ¿No es
necesario sufrir para tener un corazón quebrado y contrito? Escribe Proverbios 21:3 en una tarjeta y memorízatelo.
Venciendo A Los Gigantes De Nuestra Vida Para
Crecimiento Espiritual
441
En muchas ocasiones como seres humanos pasamos por ciertas circunstancias difíciles que nos hacen sentir
pequeños ante ellas, pero como hijos de Dios, debemos sentir la total seguridad que con Él siempre
estaremos venciendo a los gigantes de nuestra vida. Con la victoria de Jesús en la Cruz tenemos la
confianza y la fe que si nos apropiamos de toda verdad y las palabras que él nos dejo en las santas escrituras,
los gigantes serán pequeños porque mayor es aquel que esta entre vosotros.
1 ¿Cuáles son los gigantes de nuestra vida?
2 Características de los gigantes “goliat”
o 2.1 Estas 3 características intimidantes de Goliat originó dos cosas en el pueblo:
3 Venciendo a los gigantes que impiden el crecimiento espiritual
o 3.1 Comodidad o pereza espiritual.
4 Como vencer a los gigantes según la Biblia para el crecimiento espiritual
o
4.0.0.1 ¿Puede creer que todo esto también sucederá en su vida cuando usted se
levante con la autoridad de Cristo y elimine a “su” Goliat definitivamente?
9. David y el resto del pueblo persiguieron a los seguidores de Goliat (1 Samuel 17:52)”Levantándose
luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las
puertas de Ecron. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecron.”
Tenemos que saber que junto con Goliat vienen los compañeros. Ellos también deben ser destruidos en el
nombre del Señor. Quizás con su Goliat de problemas financieros vinieron los amigos de Goliat, llamados
endeudamiento, quiebra. ¡Eliminémoslos a todos de una buena vez en el nombre del Señor!
10. David y el resto del pueblo saquearon el campamento enemigo (1 Samuel 17:53)“Y volvieron los hijos
de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento.”
¿Qué había en ese campamento escondido? Todo lo que se habían robado. Cuando Goliat fue destruido todo
fue restituido al pueblo de Dios. Esto se llama en la Biblia restitución, es decir que el enemigo tendrá que
devolver todo lo que nos robó por años.
1 Samuel 17:16
“El filisteo salía de mañana y tarde a desafiar a los israelitas, y así lo estuvo haciendo durante 40 días”.
En 1 Samuel 17 encontramos unos de los relatos más apasionantes de la Biblia: el enfrentamiento entre Goliat
(el experimentado guerrero, el campeón filisteo con casi tres metros de altura y 72 kilos de armadura y
músculos brillosos e imponentes), contra el joven pastor de ovejas llamado David, el muchacho que tiene un
corazón como el del Señor. El Rottweiler contra el Caniche Toy.
Los gigantes en nuestra vida nos quitan la paz, se adueñan de nuestra felicidad. Si me enfoco en los gigantes
voy a tropezar, si me enfoco en Dios caen los gigantes.
Nuestros gigantes no llevan espada ni escudo, pero vienen en forma de soledad. Tu gigante quizás es un abuso
sufrido en la niñez, tu gigante quizás es la depresión. Los gigantes están en todas partes, en la facultad, en el
hogar, en la oficina.
David tomó cinco piedras del arroyo, yo te invito a que tomes cinco decisiones. Necesitamos cinco piedras para
prevalecer sobre nuestros gigantes.
En el Salmo 77 encontramos el relato de alguien desesperado, que duda de las bondades de Dios, pero en el
verso 11 y 12 da un giro y dice, «antes que deprimirme prefiero acordarme de todo lo que ha hecho el Señor, siempre
están en mis pensamientos tus obras poderosas”. Tenemos un problema y pasamos horas y días pensando lo
mismo; damos vueltas sin encontrar una salida y es ahí cuando nuestra fe se debilita, nuestra mente se satura
de pensamientos pesimistas y proyectamos un lamentable final.
Cada uno tiene la autoridad de decidir lo que va a pensar, lo que va recordar. Puedo recordar experiencias
desagradables o experiencias placenteras. David apeló a este recurso y esta decisión lo llevó a levantarse de la
situación en que se encontraba. Dejo que me maten los gigantes o recuerdo las maravillas del Señor: la
misericordia que ha tenido, lo que ha hecho en nuestra vida, cuando me hizo libre, cuando me sanó y ese
recuerdo traerá la fe y la esperanza que necesito para los momentos difíciles.
2) LA PIEDRA DE LA ORACIÓN
Efesios 6.18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus
oraciones por todos los creyentes en todas partes[a]
Antes de pelear hay que prepararse en oración, no podemos enfrentarnos a nuestros gigantes si no oramos.
David era un hombre que tenía una relación diaria con Dios.
No hay cristianismo sin oración, el problema es que no oramos. La oración para muchos de nosotros es casual,
circunstancial, la tenemos reservada para tiempos de crisis. Cuando tengo un problema que yo no puedo
resolver entonces sí se lo entrego al Señor.
La Biblia dice que la oración debe ser permanente. En Mateo 7:7 dice: “permanezcan todo el tiempo pidiendo,
porque si así lo hacen permanecerán todo el tiempo recibiendo, permanezcan todo el tiempo buscando porque
permanentemente estarán hallando, permanezcan todo el tiempo llamando, porque todo el tiempo se les abrirán puertas de
oportunidad».
Una de las mentiras que el diablo quiere que nos traguemos es que Dios no se interesa por nosotros, que Dios
es alguien distante, impersonal, indiferente. Pero desde las primeras paginas del Génesis hasta las ultimas
paginas del Apocalipsis encontramos a un Dios que quiere mantener una relación íntima con cada uno de
nosotros.
3) LA PIEDRA DE LA PRIORIDAD
Para David había algo que era innegociable, algo que él cuidaba celosamente y eso era el nombre del Señor;
nadie difamaría a su Señor. Papo (un cantante de blues argentino) decía «que nadie se atreva a tocar a mi
vieja». David decía «que nadie se atreva a insultar el nombre del Señor».
1 Samuel 17:45: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los
ejércitos, a quien tú has provocado”. Hay una gran indiferencia hacia la soberanía de Dios en nuestros días. Dios
todo lo puede, todo lo sabe, está en todas partes al mismo tiempo, por lo tanto es soberano. Cuando Jesús
enseñó a sus discípulos a orar, lo primero que hizo fue enseñarles a honrar a Dios: “Padre nuestro que estás en
los cielos, santificado sea tu nombre”.
David habla todo el tiempo de Dios, siempre se corre de la escena para que aparezca el Señor; David es un
especialista en conocer a Dios, nosotros somos especialistas en detallar nuestros problemas.
David vio en Goliat una oportunidad para que el poder de Dios de pudiera mostrar. Nuestros problemas son una
oportunidad para que Dios se muestre, aun nuestro pecado es una oportunidad para exhibir la gracia de Dios.
Tus problemas matrimoniales pueden ser una muestra de que el Señor resucita lo que está muerto, por
ejemplo. Veamos nuestra lucha como una oportunidad para Dios.
4) LA PIEDRA DE LA PASIÓN
1 Samuel 17:48-49
«En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea
de batalla para hacerle frente. Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo,
hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo».
Dice la biblia que David corrió, no para escaparse, sino para encontrarse con el gigante. David era un hombre
apasionado.
Cuando hay pasión no renuncio ante el primer impedimento. La comodidad y el conformismo son enemigos de
la pasión, del crecimiento. Debemos estar dispuestos a quebrar la comodidad, a ir por más, a reclamar lo que
es nuestro, a pelear por lo que esperamos.
Cuando no hay pasión en lo que hago me gana la rutina, el aburrimiento, entro en una meseta. Hay personas
que ven cómo la vida se les pasa delante de sus ojos. No aprovechamos los años, se nos escapa la vida sin
lograr nada. A cada paso hay que agregarle pasión e innovar (el factor sorpresa). En las relaciones de pareja la
relación se torna aburrida si no hay pasión; se discute siempre por lo mismo, se llegan siempre a las mismas
conclusiones.
Vivamos cada día como una ocasión especial, con pasión, con alegría. La alegría es la capacidad de disfrutar;
volvamos a apasionarnos con Dios, con nuestra fe, con nuestro ministerio, con nuestra familia.
5) LA PIEDRA DE LA PERSISTENCIA
2 Samuel 21:20-22
«Hubo una batalla más en Gat. Allí había otro gigante, un hombre altísimo que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano
y seis en cada pie. Éste se puso a desafiar a los israelitas, pero Jonatán hijo de Simá, que era hermano de David, lo mató.
Esos cuatro gigantes, que eran descendientes de Rafá el guitita, cayeron a manos de David y de sus oficiales».
¿Será que David agarró cinco piedras lisas del arroyo porque sabía que Goliat tenía 4 enormes y poderosos
hermanos?
Esto nos habla de que nunca debemos abandonar la pelea. Puede ser que una oración no sea suficiente,
quizás una disculpa no sea suficiente, quizás un día o un mes de determinación no sean suficientes.
Tal vez te derriben una vez o dos veces, pero no te apartes, mantente buscando piedras, balanceando la onda.
David tomó cinco piedras, cinco decisiones. Cada vez que Goliat te despierte busca una piedra.
No importa el tamaño de tu enemigo ni su nombre. Si somos capaces de no renunciar el triunfo será nuestro en
el nombre del Señor. Puede ser que algún negativo te diga: «¿Hasta cuando seguirás insistiendo?». Dile:
«Hasta que se cumpla». Quizás estás a un metro de tu oro, de lo que buscas, de lo que esperas, de ese trabajo
que estás esperando, del amor de tu vida.
La carrera de la vida no es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia; y mientras corro llevaré una
antorcha encendida, porque no hay nada más triste que terminar la carrera de la vida sin el fuego del Señor.
1º. Samuel 17:4-11 “4Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat,
y tenía de altura seis codos y un palmo. 5Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y
era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. 6Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce
entre sus hombros. 7El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos
de hierro; e iba su escudero delante de él. 8Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para
qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre
vosotros un hombre que venga contra mí. 9Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos
vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10Y
añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. 11
Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.”
Si bien dijimos la semana pasada que las fortalezas te generan malos pensamientos y actitudes dentro de ti, los
gigantes son las circunstancias de tu vida, son situaciones reales que se enfrentan contra ti.
Los gigantes te gritan en la cara y te quieren hacer “ver” lo grande que son y lo invencibles que son, ellos quieren
hacerte creer que tu realidad de hoy será tu realidad para toda la vida.
La descripción tan detallada del gigante y las voces que da, son una representación de tus gigantes que se dejan
ver y oír lo grandes y difíciles de vencer que aparentan.
Lo mismo que las circunstancias difíciles que te rodean: Ofensas “reales” de los seres que más amas, te mienten,
te engañan, te lastiman, tan reales que te producen sentimientos “reales” de miedo, de depresión, de odio,
dolores en el cuerpo “reales” por la enfermedad que te describe tan clara y detalladamente los síntomas y los que
han de venir, te los grita a través del diagnóstico del médico o de tus amigos y familiares que te dicen: Después
viene el dolor de huesos, después se te van a entumir los dedos, luego se te van a enchuecar, hasta que no los
puedas mover, pero ten fe amigo, ten fe.
La escasez y las deudas son tan “reales” que te suena el teléfono todo el tiempo para “recordarte” que estás
endeudado, hasta te llegan estados de cuenta con el detalle de tus deudas. Joven, la soledad te grita tan fuerte
que “nadie te quiere”, el silencio de tus padres ocupados en sus trabajos y en sus propios problemas es tan “real”
y ese gigante te grita, “ya ves, ni a ellos les importas, ni a tus amigos”.
Gigantes disfrazados de “realidad”, gritones, que describen con tanto detalle sus características, que los puedes
sentir, te sacan lágrimas, te producen dolor, te levantan de la cama a las 4 de la madrugada lleno de
preocupaciones, te “provocan a ira con toda la gente a tu alrededor”, ¿Me está siguiendo?
1a interacción.- Cierre sus ojos y escoja al gigante contra el que hoy se va enfrentar, el más grande que haya hoy
en su vida, al que anhele vencer más que a ningún otro, al que le está gritando más fuerte a través de su peor
circunstancia “real” en estos momentos de su vida. ¿Ya lo tiene?
Lo primero que hizo David fue en el versículo 26, preguntar cuál era la recompensa de vencer al gigante. El rey le
daría riquezas, lo haría su yerno y bendeciría a su padre exentándolo de impuestos. Valía la pena luchar entonces.
Dios no tiene problemas con que le preguntes cuál será tu recompensa por vencer a ese gigante, porque el anhela
decirte la recompensa que tiene para ti, porque Él es un Padre motivador de sus hijos, de sus siervos, de sus
guerreros.
En los temas más importantes para Dios, Él nos dice cual será la recompensa si hacemos su voluntad; por
ejemplo, en la honra a los padres Dios te dice que la recompensa es que te irá bien aquí en el tierra y serías de
larga vida; al entregarle tus diezmos, Dios te dice que la recompensa sería que Él abrirá las ventanas de los cielos
y derramaré bendiciones sobre ti hasta que sobre abunde y además que Él mismo reprendería al devorador si se
quiere meter contigo.
De igual forma en la guerra contra tus gigantes también te quiere decir cuál es la recompensa y eso te debe hacer
saber que tu victoria es muy importante para Dios, porque para eso entregó a su Hijo Jesucristo, para que tú
tengas victoria en el cielo y en la tierra. ¿Amén?
2a. Interacción: Cierra tus ojos y has una oración a Dios para que su Santo Espíritu te muestre como te verás
cuando hayas vencido a ese gigante. Pregunta por tu recompensa. Pregúntale a Dios que hay detrás de ese
problema, que hay detrás de vencer esa circunstancia en tu vida, pregúntale que va a ser de ti cuando venzas a
ese gigante, que tiene para ti cuando ya no tengas esa circunstancia en tu vida, cuando ya no tengas ese
problema. Cierra los ojos y pregúntale, el Espíritu Santo te dará respuesta, usa la imaginación en tu corazón.
V MUCHOS TE DIRÁN QUE NO PELEES ESA BATALLA
(NVI) 1º. Samuel 17:28 “28 Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres y se puso furioso con
él. Le reclamó:—¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo te
conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla!
Tu gente cercana y aún tu misma familia puede llegar a detenerte, te dirán que eres un ambicioso, una loca
soñadora, te dirán que eres un egoísta, una mal intencionada, que eso cuesta mucho dinero, etc. Jesús nos lo
advirtió:
(NVI) Mateo 10:34-36 “34 No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada. 35
Porque he venido a poner en conflicto “al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su
suegra; 36 los enemigos de cada cual serán los de su propia familia”.
Lo que Jesús está diciendo es que aun tu propia familia te pondrá tropiezos porque no pensarán como Dios quiere
que piensen, sino que se dejarán llevar de sus propios miedos, de sus propios tropiezos, sus tradiciones, y no
tomarán en cuenta lo que Dios dice. Seguimos leyendo:
(NVI) 1º. Samuel 17:29-30 “29 —¿Y ahora qué hice? —protestó David—. ¡Si apenas he abierto la boca! 30
Apartándose de su hermano, les preguntó a otros, quienes le dijeron lo mismo.”
Si hay esas voces a tu alrededor, haz lo que hizo David, aparta esas voces de ti. No hagas caso y sigue adelante.
(NVI) 1º Samuel 17:31-37 “31 Algunos que oyeron lo que había dicho David, se lo contaron a Saúl, y éste mandó a
llamarlo. 32 Entonces David le dijo a Saúl:—¡Nadie tiene por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo
iré a pelear contra él.33 —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl—. No eres más que un
muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida.34 David le respondió: —A mí me toca cuidar el
rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, 35 yo lo persigo y lo golpeo
hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo. 36 Si este siervo de Su
Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al
ejército del Dios viviente. 37 El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder
de ese filisteo.—Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.”
Te van a querer desanimar diciéndote que eres muy pequeñito para ese problema tan grande, que no vas a
poder, que te va a ir peor, pero tu responde como David diciéndole como Dios ha intervenido en tu pasado, trae a
memoria las veces que has visto pelear a Dios tus batallas, cuando te libró de esa enfermedad, cuando te envió
ese trabajo y te sacó del desempleo, trae a memoria todas las veces que pensando que te iría muy mal, te libró,
las veces que te salvó la vida en un accidente, las veces que te ha dado victorias.
3a. Interacción: Cierra tus ojos y calla esas voces que te han querido decir que no puedes, que el problema es
demasiado grande y trae esas victorias a tu presente, trae tu pasado en victoria a tu presente atribulado,
reconoce que ha sido Dios el que te ha librado de esos problemas.
Pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has
desafiado. 46 Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo
echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que
hay un Dios en Israel. 47 Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de
lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos. 48 En cuanto el filisteo avanzó para
acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle
frente. 49 Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la
frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo. 50 Así fue como David triunfó
sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada. 51 Luego corrió adonde
estaba el filisteo, le quitó la espada y, desenvainándola, lo remató con ella y le cortó la cabeza.”
David comenzó a hablarle al gigante, pero no le habló de sus habilidades, le habló de Dios, se concentró en el
poder de Dios y no en el tamaño y fuerza del gigante, puso a Dios a pelear por él. Dile que Dios te diseñó para la
victoria por que Jesús venció en la cruz a tus gigantes.
¿Usted cree que el gigante se cayó y dejó de hablarle a David? Yo pienso que no, yo pienso que siguió hablando
contra David, sólo que David no escuchó la voz del gigante porque estaba escuchando su propia voz, y la Escritura
nos está contando la historia desde la perspectiva de David, no del gigante.
Calla a tu gigante oyendo tu propia voz, si tu no le gritas a tu gigante, lo que oirás será su voz, por eso la batalla se
gana hablándole al gigante de quien es tu Dios, quien es su Hijo el Cristo, hablándole de la victoria de Jesús en la
cruz para todos nosotros.
VII MINISTRACIÓN
4a. Interacción: Ponte de pie, cierra tus ojos y comienza a hablarle a tu gigante de Dios. Hazle saber que tu Dios
pelea por ti esta batalla, dile como Jesús le dijo a satanás: Escrito está:
- Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mí no llegará.
- Cuando pase por las aguas, Él estará contigo; y si por los ríos, no me anegarán. Cuando pase por el fuego, no me
quemaré, ni la llama arderá en mí.
- Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
- pero los que esperamos a Jehová tendremos nuevas fuerzas; levantaremos alas como las águilas; correremos, y
no nos cansaremos; caminaremos, y no nos fatigaremos.
- Más gracias le doy a Dios, que me da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
- Pero tengo este tesoro en vaso de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no mía, que estoy
atribulado en todo, mas no angustiado; en apuros, mas no desesperado; perseguido, mas no desamparado;
derribados, pero no destruido;
- Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
- ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
Ahora comience a hablarle específicamente a su gigante:
- Dígale lo que Dios le mostró cuando preguntó por la recompensa,
- Dígale que Dios le ha dicho que usted es la generación donde se detiene esta maldición,
- Dígale que su matrimonio será restaurado y ejemplo para otros en Cristo Jesús.
- Dígale que usted no está más sola, que Dios está con usted y lo llena de amor de su familia.
- Dígale a esa enfermedad que Jesús pagó por ella en la cruz y se la llevó y ordénele en el nombre de Jesús a esa
parte de su cuerpo que sea sana.
- Dígale a las deudas, la pobreza y la escasez que Jesús se hizo pobre para enriquecerlo a usted y declare usted es
prosperado en el nombre de Jesús.
atrás
David y Goliat todos recordamos esa historia ya que desde niños nos hablaban de ella, pero creo que conforme pasa el tiempo nos
identificamos un poco con lo que ocurre en ella y en nosotros. Los hábitos son las repeticiones de ciertos actos; existen buenos o
malos hábitos, aunque también los hay ocultos y en estos quisiera enfocarme, que les parece si los tipificamos como Gigantes; la
verdad que la mayoría, cristianos o no, enfrentamos luchas contra ellos. No vamos a mencionar nombres creo que tu y yo los
conocemos bien y esto quizás porque cada día te están venciendo, dañando tu relación con Dios, arruinando la unción y
haciéndote creer que ya no mereces ningún tipo de perdón de parte de Dios. Dios me dice que mas allá de señalarte el quiere
ayudarte a vencer ese o esos gigantes en tu vida.
Proposición: Jóvenes pueden destruir por completo los hábitos que dañan su relación con Dios
Interrogante Sermonaria: ¿Cómo pueden destruir los hábitos que dañan su relación con Dios?
Oración de Transición: Jóvenes pueden destruir ese habito oculto que estropea su relación con Dios de la siguiente Manera :
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b) En el clímax de la historia cuando David esta cara a cara con Goliat, su actitud, sus palabras y sus acciones hablan de una total
dependencia de Dios; estaba mas que consiente que sus fuerzas, conocimientos etc.. No iban a ser suficientes para vencer el
gigante; la verdad estaba mas allá de sus limites; el entendió que esa batalla le correspondía a Dios. Que aquel que todo lo puede,
le entregaría la victoria en sus manos
c) Si tu enfrentas un gigante diariamente te habrás dado cuenta que tus fuerzas son insuficientes, tal vez todo este tiempo te ha
estado abofeteando en la intimidad, pisoteando tu moral y humillando constantemente; la verdad es que no dudo que hallas
intentado vencerlo mas de una vez pero se que has fracasado debido a que tu lo has intentado, tus fuerzas, tu voluntad y las
batallas no se ganan así, al menos no contra gigantes
d) Te pregunto ¿quieres ser libre de ese molesto habito oculto que se ha convertido en un parásito que daña tu relación con Dios?
Entonces identifica que esta batalla solo la ganaras si Dios pelea por ti. confía en Dios y abandona tus fuerzas por las suyas
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b) David no le iba a permitir a ese gigante seguir burlándose, actuó lo antes posible, tomo una piedra y ataco justo a la cabeza. No
vacilo o titubeo, ya estaba cansado de ver como pisoteaba al pueblo
c) Tal vez tu gigante te vence una y otra vez, te hace sentir indigno siquiera de que le hables a quien dio su vida por ti. Se burla
cada día en tu habitación, tu escuela, tu computadora o en tu intimidad.. “Esta vez si pasaste los limites yo no creo que Dios te
perdone” dice el. Dime no estas cansado de ese estilo de vida, de ser pisoteado . Si es así toma tu piedra (Cristo) y lánzala contra
el, arruínalo o de lo contrario el lo hará contigo
b) Acto seguido al derribar al gigante fue darle el golpe de gracia. David no se detuvo a festejar no hasta haber acabado con el.
Sabía que no podía darse el lujo de permitirle recuperarse. Lo mas seguro es que se burlaría, causaría impotencia, frustración o
temor otros 40 días ( tiempo de prueba)
c) Probablemente algunas veces ya has derribado tus hábitos por algún tiempo pero han vuelto a hacer los mismos estragos del
pasado, vuelven a gritarte a la cara lo desdichado e infeliz que eres a causa de ellos; la única manera de acabarlos totalmente es en
tu día a día en la intimidad con Dios
Aplicación: Hoy por hoy estamos en un nuevo valle de Elá, tu valle es tu ciudad, escuela, habitación o cualquier otro y satanás
sale mañana, tarde y noche a decirte a la cara que no podrás con el; inclina tu cabeza y cierra tus ojos. Quiero que localices ese
habito oculto que en la intimidad te ha hecho creer que siempre cargaras con el, que ya es parte de ti; aquel que en repetidas
ocasiones te induce a pensar que Dios ya no te perdonará más; pisoteando de esta manera la sangre que fue derramada por ti en la
cruz.
No es triunfador quien gana las batallas si no la guerra. Toma valor este día y enfréntate a ese gigante; véncelo en tu intimidad en
ese mismo valle donde tantas veces se te ha burlado de ti.
Levántate, resplandece
1 enero, 2017 by Alexis Vera
Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti
amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria … Y esto, conociendo el tiempo, que es
ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra
salvación que cuando creímos … Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y
levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo».
– Is. 60:1-2; Rom. 13:11; Ef. 5:14.
Esta profecía, escrita hace unos 2500 años por el profeta Isaías, más que nunca en la historia, hace eco
hoy en nuestro corazón: «Levántate, resplandece porque la gloria del Señor ha nacido sobre ti, ha venido
tu luz, tinieblas cubren la faz de la tierra y oscuridad las naciones, pero sobre ti amanecerá el Señor, y
sobre ti será vista su gloria».
Vemos en ella al menos cuatro grandes énfasis: 1. «Levántate, resplandece» (Exhortación del Espíritu
Santo). 2. «Porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti» (Experiencia de visión
espiritual de la gloria del Señor). 3. «He aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones»
(Escenario, o ambiente en el cual vivimos hoy). 4. «Sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su
gloria» (Esperanza).
Levántate
La expresión «Levántate», tiene un significado triple, y nos habla de la actitud que Dios espera de
nosotros, como iglesia, en el tiempo previo al regreso de Cristo:
1. Ponerse en escena. Reconocemos en el Cristo crucificado el centro del gran drama de la historia
de la obra de Dios. Comprendemos también que el próximo gran evento celestial que se aproxima
será el retorno de nuestro Señor Jesucristo en gloria y majestad.
Este es un tiempo de tensión, donde Su novia está siendo preparada y Dios espera de la iglesia la actitud
de «entrar en escena», de ponerse en la brecha, con un corazón dispuesto a responder a Su eterno
propósito.
2. Ponerse en pie. La noche está avanzada, y muchos que deberían estar velando, se han dormido,
como aquellos discípulos de Jesús en la hora del Getsemaní. El Señor busca siervos vigilantes,
hombres y mujeres que estén en pie en medio de la noche.
3. Resistir. El llamado del Espíritu Santo, es que, sometidos a Dios, resistamos al diablo (Stgo. 4:7).
No tenemos lucha contra personas o sistemas de este mundo, sino contra potestades espirituales de
maldad.
Resplandece
Resplandecer alude al efecto que produce la incidencia de la luz sobre un objeto. Si la iglesia resplandece,
no es porque ella sea generadora de luz, sino porque posee «aquella Luz verdadera que alumbra a todo
hombre».
«Ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti». ¿Ha resplandecido realmente la gloria de Dios
en nuestros corazones? Cuando hemos visto su gloria, la consecuencia profunda es que todos nuestros
esquemas y pensamientos caen delante de él. Nada es mayor que verle a él, nada nos puede hacer volver
atrás, porque, cuando Su luz nos conquista, quedamos cautivos de la visión celestial.
Nosotros somos llamados a ser una generación protagónica, cercana al regreso de Cristo, por tanto,
necesitamos conocer la visión celestial de primera fuente, no como un eco de lo que vivieron nuestros
padres. Necesitamos que el Señor abra nuestros ojos. Si eso ocurre, nadie desmayará, y nadie será
avergonzado el día que el Señor Jesús regrese.
En primer lugar, necesitamos la visión celestial, pues, si la luz del Señor no nos conquista, no hemos visto
nada. En segundo lugar, en ausencia de aquella visión, cualquier tipo de luz que resplandezca en nuestra
mente o corazón, nos conquistará. En tercer lugar, si esa luz es artificial, nuestro andar será artificial; pero
si ella es la Luz verdadera, es decir Cristo mismo, entonces nuestro caminar será en realidad y en verdad.
Nos entristece profundamente ver jóvenes cristianos con sus vidas trastocadas, vagando sin rumbo, ellos
oyeron la palabra del Señor, pero ella no permaneció en sus corazones. Vino una mínima luz artificial y los
confundió.
Cuando la luz del Señor penetra el corazón, nada permanece igual. Queremos poner a Cristo por sobre
todo, porque el Padre le ha dado la preeminencia en todo el universo, todo será reunido en él, y él quiere
resplandecer en nuestros corazones.
«Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros
corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo» (2a Cor. 4:6).
Si no tenemos una revelación del Espíritu Santo acerca de quién es Cristo y qué ha hecho Cristo,
entonces aún hay lugares de nuestro corazón ocupados por densas tinieblas.
«Porque ha venido tu luz y la gloria del Señor ha nacido sobre ti». Es lo que el Espíritu Santo busca que se
cumpla en nuestros corazones. El propósito de su luz es iluminarnos en el conocimiento de la gloria de
Dios, ver Su gloria en la faz de nuestro Señor Jesucristo. Él es el resplandor de la gloria de Dios.
El Padre se revela a sí mismo en Su Hijo. Todo lo que es posible conocer de Dios está contenido en la
persona y en la obra del Señor Jesucristo. Necesitamos que nuestro corazón sea cautivado por la belleza
del Señor, porque el Padre ha colocado a su Hijo sobre todas las cosas y nos llama a colocar nuestra
atención en él, y cooperar también a que todas las cosas vengan a los pies del Señor.
Veamos a continuación una panorámica que sirva como enseñanza y sobre la cual podamos meditar
delante del Señor. Necesitamos, así como oraba Pablo por los efesios, pedir a Dios espíritu de sabiduría y
revelación en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. ¿Hemos orado así?
El Nuevo Testamento, revela maravillosamente, en al menos siete grandes pasajes, las glorias de nuestro
Señor:
1. En el Evangelio de Juan, nuestro Señor Jesucristo se revela a través de los siete «Yo Soy», como
toda la suficiencia de Dios para el hombre: Yo soy el Pan vivo, Yo soy la Luz del mundo, Yo soy la
Puerta, Yo soy el buen Pastor, Yo soy la Resurrección y la Vida, Yo soy el Camino, la Verdad, y la
Vida, Yo soy la Vid. Que podamos invertir mucho tiempo en entender lo que Dios quiere revelar por
medio de Cristo a través de esos siete «Yo Soy».
2. Cuando Jesús estuvo en la cruz del Calvario, se cumplió la palabra de Isaías 53: él «no abrió su
boca». Pero el Espíritu Santo nos dice que, en esa hora crítica, aunque Jesús no abrió su boca para
defenderse, habló siete veces, para expresar algo que comunica la gloria de Dios, tal como un
arcoíris desplegándose ante nosotros, con siete colores que muestran la gloria de la muerte del
Señor Jesús: «Padre perdónalos porque no saben lo que hacen» (Luc. 23:34); «De cierto te digo
que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Luc. 23:40-43); «Mujer, he ahí tu hijo, y he ahí tu madre»
(Jn. 19:26-27); «Dios mío, Dios mío por qué me has desamparado» (Mat. 27:46). No es casualidad
que esa frase esté al centro de todas las frases que nuestro Salvador expresó en la cruz; «Tengo
sed» (Jn. 19:28); solo dos palabras que expresan un grito de agonía de nuestro Señor; «Consumado
es» (Jn. 19:30); «Padre en tus manos encomiendo mi espíritu» (Luc. 23:46).
3. En Hechos capítulo 2, tenemos siete énfasis del apóstol Pedro en su primer discurso de la historia
de la iglesia que apuntan a la gloria de Cristo: 1. Jesús Nazareno. 2. Varón aprobado por Dios. 3. La
muerte del Señor: «a éste entregado por el determinado consejo, y anticipado conocimiento de Dios,
prendisteis y matasteis por manos de inicuos crucificándole». 4. Resurrección: «a éste, Dios resucitó
de entre los muertos, de lo cual todos nosotros somos testigos». 5. Exaltación: «Así que, exaltado
por la diestra de Dios». 6. Recibió del Padre la promesa del Espíritu Santo, y «ha derramado esto
que vosotros veis y oís». 7. A este Jesús, «Dios ha hecho Señor y Cristo».
4. Su gloria en los cuatro evangelios: Jesús pasó por siete crisis, o eventos cruciales, en su vida
humana, desde que entró a este mundo hasta que retornó al Padre: Nacimiento, Bautismo,
Tentación en el desierto, Transfiguración, Crucifixión, Resurrección, Ascensión. Hay mucha riqueza
en el estudio y meditación de cada uno de estos eventos.
5. Su gloria en su actual condición celestial: Colosenses 1:15-23 (las glorias de Cristo como Cabeza);
Hebreos 1:1-4 (las glorias del Hijo de Dios); Apocalipsis 1:13-16 (expresiones de la gloria del Cristo
como el Hijo del hombre exaltado a la diestra del Padre).
El tercer énfasis especial de Isaías 60:1-2 es el escenario que nos toca vivir como generación. He aquí
que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad las naciones. El Espíritu Santo coloca esta exhortación, de
levantarnos a resplandecer, en medio de un escenario muy adverso.
En 2Timoteo 3:1, antes de partir a la presencia del Señor, Pablo deja estas palabras que también hacen
eco a nosotros como generación más joven: «Debes saber esto».
No podemos ser ignorantes del ambiente que nos rodea como generación. El Espíritu Santo nos dice que
en los días finales, cuando las tinieblas son más densas, vendrán «tiempos peligrosos».
El sentido de «peligroso», alude a un tiempo desgastador. Nunca hubo antes una generación tan perdida
en entretenciones, con el mundo al alcance de la mano, sin poder sostener una conversación cara a cara,
arrastrando un cansancio emocional, viviendo una vida artificial en las llamadas » redes sociales». Esto
desgasta el alma. Los jóvenes de este tiempo ya caminan en esta condición, como «zombies», sin
reacción, sin ver la realidad, sin capacidad de comunicarse efectivamente, manipulados como una masa.
Cuando Juan escribe su primera carta, ya anuncia que el espíritu del anticristo opera en el mundo.
Mientras más cercano esté el regreso del Señor, más fuerte será esta obra maligna. Así como las olas del
mar azotan las rocas, nuestra generación es víctima de un desgaste que viene de las propias tinieblas.
Si fuese posible, el enemigo procurará engañar a los propios creyentes, no de manera brutal, sino con
sutilezas. En este escenario, el Señor dice: «¡Levántate, resplandece!». Él nos dio el encargo de traer luz
sobre estas tinieblas, para que nuestro corazón sea alcanzado por esta luz, y no seamos presa de la
oscuridad de este mundo.
Haremos aquí una consideración de extrema seriedad: nosotros somos llamados por el Señor, como la
novia del Cordero, para prepararnos y apresurar el regreso de Cristo. Pero si no respondemos a esa
vocación, no quedaremos sin culpa. La consecuencia de no responder al llamamiento celestial, será que,
de manera pasiva e inconsciente, estaremos contribuyendo a levantar una plataforma para el propio
anticristo.
Amadores de sí mismos
Volviendo a Timoteo, Pablo describe, a partir del versículo 3:2, el carácter de los hombres de esta
generación. Estos rasgos definen muy bien a las personas con quienes nos relacionamos a diario. Incluso,
podría ser una evidencia de nuestro propio corazón, si éste no ha sido conquistado por la luz del Señor.
«…porque habrá hombres amadores de sí mismos» (v. 2). Estos son hombres que exaltan su ego, como
centro de atención.
Como contraste, ¡qué sorprendente es ver a Dios encarnado! A lo largo de su vida terrena, el Hijo jamás
se centró en sí mismo. Todo lo que dijo, enseñó, vivió, obró, lo hizo para la gloria de su Padre. Nunca fue
un hombre vuelto a sí mismo, sino centrado en Dios, en el Padre.
Este es el modelo de humanidad que Dios nos llama a vivir. Fuimos creados, no para nuestros propios
intereses, sino para los intereses de Dios. Todo hombre tiene en su corazón un vacío que solo Dios puede
llenar. Si no hemos descubierto esto, aún vivimos como desfigurados, ignorando el propósito divino para
nuestras vidas.
En segundo lugar, Pablo habla de hombres avaros, amantes del dinero. El modelo económico actual invita
a los hombres a disfrutar de una vida más acomodada. Hoy los bancos otorgan a los jóvenes, antes que
terminen la universidad, una tarjeta de crédito, sin esperar que tengan capacidad de respaldarla
adecuadamente. Entonces, ellos, pensando que tienen la posibilidad de gastar sin dificultades, quedan
esclavizados de un sistema financiero que está bajo el maligno.
¿Te has preguntado por qué nuestros abuelos vivían con menos recursos? Tal vez porque les bastaba con
tener para comer y vestirse. El Señor ha sido siempre fiel con sus hijos en estas necesidades.
Necesitamos tener la visión celestial, el proyecto de vida del Señor, para saber cómo administrar el dinero
que él pone en nuestras manos. Si el Señor no nos gobierna en esta área, seremos dominados por otro
señor: el señor dinero. Esta generación está marcada por este tipo de hombres, que gastan dinero en
cosas sin provecho.
Cada paso que demos, consideremos delante del Señor si corresponde al proyecto de vida que él tiene
para nosotros. De esta manera resplandeceremos como luminares en las tinieblas de este mundo.
Vanagloriosos, blasfemos
Otra marca es vanagloriosos, exhibidos, jactanciosos. En las últimas décadas, la televisión acuñó términos
tales como Reality Shows o DocuReality. Experiencias televisadas de la vida de otros, una grotesca
expresión de la exhibición y vanagloria de nuestra generación, en la cual la audiencia pierde su tiempo.
Hombres soberbios, blasfemos. Blasfemo es aquel que no tiene reparo en destruir a otro por medio de sus
palabras. En Internet vemos multitud de notas publicadas en las redes sociales, a favor o en contra de los
temas más disímiles, agrediéndose unos a otros. ¡Ay de quien argumente algo conforme a la palabra de
Dios, porque de todos lados se unirán para atacar al cristiano que expresó sus convicciones!
Si nosotros ponemos los pensamientos de este mundo por sobre la palabra del Señor, eso también es
blasfemia. Necesitamos que la palabra de Cristo more en abundancia en nuestros corazones. Si alguna
frase del mundo te conquistó, es porque en tu corazón le has asignado más valor que a la propia palabra
de Dios.
Desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural. Cada uno de estos rasgos es el resultado
de una generación previa, en la que el diablo, por la ignorancia de los padres, destruyó el modelo familiar.
Implacables, es decir, hombres duros. A éstos se les puede hablar de las más excelentes virtudes de
nuestro Señor Jesucristo y del propósito eterno de Dios, pero su corazón permanece inquebrantable.
¿Será que no les causa ningún efecto? ¿Oiremos nosotros la palabra para luego dejarla escapar? Que el
Señor quebrante nuestros corazones implacables, y abra una brecha en la roca, para que la semilla
germine.
«Calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores». Esta última expresión se
refiere a personas que seducen para usufructuar y luego traicionar. Si alguna jovencita, en la carencia
emocional de su corazón –que tendría que estar suplida por Cristo– puede ser atraída por alguno de estos
traidores, sepa que ellos solo están buscando satisfacer su sensualidad.
«Impetuosos, infatuados, amadores más de los deleites que de Dios». Todo lo fugaz, sean las artes, la
ciencia, los viajes, o aun la religión, sea lo que fuere, tiene por objetivo hacernos perder la conciencia de
por qué estamos aquí. Se está proyectando una generación sin capacidad de pensamiento crítico,
enfocada solo en los placeres efímeros.
Apariencia de piedad
«Tendrán apariencia de piedad». Todos los elementos mencionados hasta antes del versículo 5, podrían
hallarse exclusivamente fuera del contexto cristiano. Sin embargo, este elemento en particular,
la apariencia de piedad, está metida en medio nuestro… «pero negarán la eficacia de ella».
Muchos de nosotros crecimos en un ambiente cristiano, aun así, estamos en riesgo de no ser poseedores
de una realidad interna, ¿en realidad hemos nacido de nuevo? Tenemos un ‘comportamiento piadoso’ en
este medio, pero, allá afuera, donde ningún hermano nos ve, ¿vivimos en consecuencia?
La carne tiene la tendencia a imitar las cosas del Espíritu. Incluso alguien podría estar prestando un
servicio al Señor, como una excusa para acallar su conciencia, pero esclavizado por el pecado. La
apariencia de piedad es la marca de la apostasía de los últimos tiempos. El desvío de la fe ocurre aun en
el seno de la iglesia. La imitación de la piedad siempre se opondrá al Evangelio, pero, tarde o temprano,
sucumbirá ante el poder de la Luz.
¿Sabes cómo comprobar esto? ¿Consigues disfrutar de un tiempo a solas con el Señor, hablando con él a
través de la Palabra? En ese instante que nadie te ve, ¿puedes ser auténtico delante del Señor? Cuando
traemos nuestro corazón a la luz del Señor, caen las apariencias de piedad. «Mas todas las cosas, cuando
son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo» (Ef.
5:13).
Dejemos que el Señor nos conozca, y seamos genuinos delante de él. Él valora este corazón. Dios ama la
verdad en lo íntimo. Porque llega un momento en que la apariencia no resiste más ante la Luz Verdadera.
Está cercano el día en que se definirá de manera muy evidente quiénes son hijos de luz, y quiénes de las
tinieblas.
La esperanza de Su venida
El último énfasis de Isaías 60 es: «…sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria». Esta es
la esperanza del regreso de nuestro Señor. ¿Ocurrirá esto con nosotros? Anhelamos que él brille a través
de nosotros en aquel día. Jesús ya está a las puertas.
«Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche» (1a Tes. 5:2). La hora en que el Señor se manifieste será en una «noche espiritual» para el
mundo. Pero, «vosotros hermanos no estáis en tinieblas para que aquel día os sorprenda como
ladrón». (1a Tes. 5:4). Esta no será una manifestación como ladrón para aquellos que están en la luz.
La pregunta es: ¿Estamos de hecho en la luz del Señor? ¿Ha resplandecido su luz en tu corazón? Si la
respuesta es positiva, Su regreso no nos sorprenderá. Al contrario, alzaremos el rostro, anhelando ver a
nuestro amado Señor. Pero si vivimos en tinieblas, aun siendo creyentes, podríamos eventualmente estar
«como de noche».
Hace sesenta años atrás, un hermano anónimo, desconocido, escribió respecto a esto mismo, y en
nuestros días tiene un cumplimiento sorprendente: «Antes del regreso del Señor habrá mucho engaño y
error… las tinieblas se moverán para embrutecer nuestra mente y dejarnos sin reacción ante las
realidades celestiales… harán de una manera inexplicable que las entretenciones y deleites de este
mundo resulten más atractivas que las glorias de Cristo… desgastarán nuestra mente para no poder
concentrarnos al oír la Palabra».
Nuestra reacción
¡Que el Señor abra nuestros ojos! Vivir en la luz extinguirá toda apariencia de piedad. No tengamos parte
con el carácter de la generación de los últimos días. Seamos hombres amadores de Dios, en contraste con
los amadores de sí mismos. Demos la gloria debida a nuestro bendito Salvador, en contraste con los vana-
gloriosos. Aprendamos a administrar bien el dinero, para la gloria de Dios, en contraste con los amantes
del dinero.
Si existen hombres amadores más de los placeres que de Dios, que nosotros podamos aprender a
disfrutar el mayor placer de nuestra alma, ese instante precioso en la presencia del Señor. Solo un
momento en la presencia del Señor vale mucho más que mil años afuera.
El Señor siga dispensando de su gracia a nuestro corazón. Recuerde esto, hay una palabra
de exhortación que es: ¡Levántate, resplandece! Una palabra de experiencia que el Señor quiere tener
con nosotros: la gloria del Señor ha venido sobre ti. Hay una palabra de escenario, que habla de este
tiempo presente: tinieblas cubrirán la faz de la tierra. Sobre todo, hay una palabra de esperanza, que
apunta a la gloria del Señor amaneciendo sobre nosotros en el día del regreso de nuestro Amado.
No habrá nada más maravilloso que ver el rostro de Aquel que murió por nosotros en la cruz, tocar sus
manos que fueron traspasadas por nuestros pecados, besar sus pies que fueron horadados por los clavos,
y ver una sonrisa en su rostro diciéndonos: Bien buen siervo y fiel, en lo poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré. Lo más probable es que cuando el Señor nos diga eso –y esperamos que así sea– nosotros
miremos sorprendidos a nuestro alrededor, buscando a quién se está dirigiendo.
Guardemos esta bendita esperanza en nuestro corazón: el día está cercano. Amén.