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Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III y IV
PARTE II
Capítulo V y VI
Entonces al llegar al lugar que le prometieron pensó que estaba en el cielo, ya que
tenía diferentes plumas, no necesitaba mucho esfuerzo para volar y parecía estar
en sus mejores días, pero se preguntó porque tan pocas gaviotas y porque se
cansaba, se supone que en el cielo no debería de cansarse, pasaron los días y
conoció a Chiang, quien sería su maestro para aprender todo sobre la perfección
de volar, el secreto según Chiang era dejar de verse a sí mismo como prisionero
de un cuerpo limitado, Juan se dedicó a ello con ferocidad, día tras día, desde el
amanecer hasta después de la medianoche. Cuando logro esta hazaña todos lo
veían con reverencia ya que había logrado lo que muchos intentaron por miles de
años, pero al fin llegó el día en que Chiang desapareció. Había estado hablando
calladamente con todos ellos, exhortándoles a que nunca dejaran de aprender y
de practicar y de esforzarse por comprender más acerca del perfecto e invisible
principio de toda vida.
Después de estudiar y enseñar por años Juan deseo regresar a la Tierra y buscar
gaviotas que también buscaban volar más halla que una simple gaviota, entonces
juan decidió dejar a sus compañeros y novicios para ir a ayudar y enseñar a otras
gaviotas exiliadas, Pedro Pablo Gaviota era un joven que había sido exiliado por
querer alcanzar la gloria de volar y Juan decidió ser su Maestro, Pedro era un
alumno perfecto pero su ira y enojo no lo dejaban alcanzar su potencial, pero pudo
lograrlo después de dejar todo eso atrás y enfocarse en volar sin ira , Al cabo de
tres meses, Juan tenía otros seis aprendices, todos exiliados quienes aprendían
todo sobre volar y la perfección de la vida, les enseñaba que eran una idea
ilimitada de la libertad y el vuelo de alta precisión es un paso hacia la expresión de
verdadera naturaleza. Tenían que rechazar todo lo que los limite. Tu cuerpo
entero, de extremo a extremo del ala no es más que tu propio pensamiento, en
una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás
también las cadenas de tu cuerpo.
Capítulo IX y X
Habían pasado meses y Juan decidió volver a la bandada, aunque sus aprendices
tenían miedo ya que no se les permitía a los exiliados volver, pero Juan los
convenció de que si no son parte de la bandada nada podrían hacerles, llegaron a
con la bandada donde todos reconocieron que eran exiliados, la palabra de mayor
de las gaviotas prohibía que les hablaran o vieran porque serian exiliados, sin
embargo, esto no detuvo las practicas de Juan y sus aprendices. Un mes después
del Retorno, la primera gaviota de la Bandada cruzó la línea y pidió que se le
enseñara a volar. Terrence Lowell Gaviota se convirtió en un pájaro condenado,
marcado por el Exilio y octavo alumno de Juan. Esta gaviota no podía volar por
una enfermedad, pero Juan le dijo que era libre y que nada se lo podía impedir y
así Terrence pudo volar, día a día aumentaban las gaviotas que querían aprender
a volar sin importar que sean exiliados, un día Pedro en su entrenamiento choco a
tal velocidad contra una roca, sin embargo, no murió, sino que cambio su
conciencia de forma brusca que viajo a otro mundo, pero decidió regresar con la
bandada, y seguir enseñándoles a todos.
Capítulo XI y XII
Pedro sacudió la cabeza, extendió sus alas, abrió sus ojos, y se halló al pie de la
roca y en el centro de toda la Bandada allí reunida. Entonces todos pensaron que
se trataba del Diablo que quería aniquilarlos, en un abrir y cerrar de ojos Juan y
Pedro desaparecieron, a la siguiente mañana algunos ya habían olvidado lo
sucedido, pero Pedro no, después de hablar con Pedro, Juan decidió marcharse
para enseñarles a otras gaviotas a volar, dejando a Pedro como maestro. Después
de un tiempo, Pedro Gaviota se enfrentó con un nuevo grupo de estudiantes,
ansiosos de empezar su primera lección, Pedro explico a los aprendices como
volar y su significado, aunque intentó parecer adecuadamente severo ante sus
alumnos, Pedro Gaviota los vio de pronto tal y como eran realmente, sólo por un
momento, amó aquello que vio.