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Julio H. Q. Olivera
(Universidad de Buenos Aire^)
^ El autor se complace en agradecer los comentarios de los profesores Joseph La Salle. Alian
Alehzer y James Tobin, y de sus colegas Aldo A. Amando, Alberto González Doiníniiuez y
^lorris Teubal.
Este trabajo =e basa sobre coniunicacione= pre«entadas por el autor cu se>¡one- públicas del
Colegio de Graduados en Ciencias Económicas (Bueno-; Aires, septiembre de 1968) y de la
Asociación Arpentina de Economía Política (Rosario, octubre de 1970"I. Una versión pre\na =e
publicó en el Junrnal of Money, Credit and Banking, febrero de 1971. con el título "On Pa?-
sive Aloney, Inflation. and Eronomic Growth".
- El tratamiento sisteniático de este problema comenzó principalmente con los estudios de
Entlioven [1] y Tobin [15]. Entre las contribucÍone<^ más importantes se cuentan las de Johnson
[5], Stein [131, Sidrauski fll] y [12], y Le\har¡ y Patinkin '^7]. También detien mencionarse
los trabajos pire-untados en la Conferencia sobre Dinero y Crecimiento Económico í Brov.n
University, 19681, entre ello- los de Stein [14], Nagatani [9], Fíaluí [31 y Cagan {2\. Un au-
torizado análisis crítico puede verse en Meltzer [81.
265
266 EL TRIMESTRE ECONÓMICO
(3; oí
"í p,
P.y—- +
+m — pp)j — 1 = m — p,
^~
según la cual el aumento planeado de las tenencias monetarias reales
iguala el aumento de la oferta monetaria real por unidad de tiem-
^ Sobre las consecuencias, con re?peclo al crecimiento monetario óptimo, de la hipótesis re-
presentada por la curva de Phillips, v, Tobin [16] p. 812.
26H EL TRI.MKSTKE ErONóMK O
* Para nuestro análisis carece de impnrtanria Ta opinión qi\r cada uno =c forme POIITP el
debatido punto de la inclusión de lo?= «ervicio'í monetarios en el increpo real disponible, dado
qiie la cantidad de tales servicios por unidad de tiempo =e supone proporcional a \x cantidad
de saldos monetarios reales.
^ Es decir, el íulííndice corresponde al orden en que la variable, con respecto a la cual
DINERO PASIV O Y ACUMULACIÓN UE CAPITAL 269
18b) 4?-<0'
en los supuestos de dinero pasivo y de dinero activo, respectivamente. La
extensión del análisis a las demás variables del sistema resulta en forma
inmediata de (4) y (5).
No es necesario detenernos más en el examen del equilibrio de pe-
riodo breve. Adoptemos ahora el punto de vista de largo plazo, suponien-
do que las condiciones de equilibrio de corto plazo se cum])len en cada
instante. Comencemos por el sistema de dinero activo. Para cada valor
de m, el movimiento de T. y S en el curso del tiempo se determina por
las relaciones:
(15)
p, < 1 + k'\ — k'r' — p, {\ -\-k') J '
donde las derivadas se toman en el punto de equilibrio de largo plazo. El
signo de —k'p-¡ — r es incierto. Por consiguiente, el modelo de dinero
activo carece de estabilidad cualitativa, aun "en lo pequeño"."' Si pi es
suficientemente fuerte, la traza de (15) será p(t>iti\a y el sistema resultará
inestable. Por el contrario, la matriz de la aproximación lineal a (12) :
r — AV O
(16)
/'/, — kT TT?.
REFERENCIAS
[IJ] Stein. J. L.: "'Neoclassical' and 'K<,'\ lle^^-\\'ick^ol^ JMonotaiy Growíh Mo-
dels''. Journal oj Money. Credil and Banking, mayo de 1969, ] 53-171.
flS] Tul)iii. J.: "Money and Economic Growtli". Ecnnnmetrica. octubre de 1965.
671-84.
[16] Tobin. J.: '"Notes on Optijnal Moiietarv Growíh"". Journal ni Pr-htiraí Ecnn-
omy. julio-aTO=to de 1968. II. 8.33-859