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ISSN: 1012-1617
regeoven@ula.ve
Universidad de los Andes
Venezuela
Humboldt y el exotismo
Humboldt and the exotic world
Resumen
Con su formación intelectual y su sensibilidad, Humboldt logró una descripción exótica de
la naturaleza tropical que durante muchos años, después de su muerte, identificaría a las
excolonias españolas. Científicos, artistas y viajeros de todo tipo, vendrían por estas tierras
en pos de Humboldt. No alcanzó, sin embargo, a captar una imagen exótica de la sociedad
colonial que afirmara la otredad del hombre americano.
Palabras claves: Humboldt; exotismo; identidad; otredad.
Abstract
Academic background and sensibility are paramount attributes in Humboldt’s description
of the tropical regions’ exotic nature. Subsequently, that description remained as unique
geographical image identifiers of former Spanish colonial landscape. However, in spite of its
scientific, artistic and exploratory character, Humboldt’s work did not reach any well defined
exotic image of colonial society, due to the essentially overriding nature of the tropical world.
Key words: Humboldt, exoticism, identity, otherness.
1 Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Escuela de Geografía, Mérida-
Venezuela. Correo electrónico: egomeza@ula.ve
Gómez Acosta E.
Don Andrés Bello. El texto es deudor de inmerso en una Europa fascinada por los
los trabajos realizados sobre el tema por grandes viajes y cautivada por la imagen
los geógrafos Paul Claval, Jean François de un Oriente mítico. Podríamos pregun-
Staszac y Bertrand Levy, así como del li- tarnos, si para un espíritu excepcional,
bro Ensayo sobre el exotismo. Una esté- tan científicamente seguro de sí mismo,
tica de lo diverso, de Víctor Segalen. no hubiese sido lo mismo aventurarse a
cualquier lugar de la Tierra donde la na-
turaleza le ofreciera lo que buscaba. Qui-
2. Humboldt exota zá podríamos interpretar en ese sentido
las líneas siguientes: “Abandonamos las
Decía Segalen (1989: 21): “en el mundo playas de Cumaná como si la hubiéra-
hay viajeros natos: los exotas”. Fueron mos habitado largo tiempo. Era la pri-
muchos los viajeros famosos que partie- mera tierra a que habíamos arribado en
ron de la Europa de todos los tiempos im- la zona a la cual tendían nuestros anhe-
pulsados por la curiosidad y el deseo de los desde temprana edad” (Humboldt,
dar a conocer el ecúmene, por espíritu de 1985 T2: 245).
aventura, por razones políticas, económi- Notemos que el geógrafo alemán em-
cas, religiosas y hasta artístico-literarias. plea el término zona con una vaguedad
Humboldt quien conocía los relatos de aparente, hubiera podido ser cualquier
los principales viajeros de la historia, tierra en esa zona, la tropical, pero quizá
era un exota en el sentido segaleniano no hubiera sido hechizado, en tan poco
del término, pero también un científico tiempo, por otra naturaleza como lo fue
nato. Su expedición se inscribe en los lla- por ésta. En Venezuela no llegó a sentir
mados viajes filosóficos: Para entender nostalgia por su patria lejana y por mo-
al Hombre que conocemos era necesario mentos pensó que podría radicarse en
observar las sociedades primitivas y tal estas tierras. En una carta enviada a su
conocimiento sólo era posible por medio hermano Guillermo desde Cumaná, el
de viajes a países lejanos (Claval, 2008). 17 de octubre de 1800, le decía: “No me
A doscientos años de distancia es di- canso de repetirte cuán feliz me siento en
fícil imaginarnos la trascendencia de la esta parte del mundo, a cuyo clima me
obra de Humboldt sin el viaje al conti- he habituado de tal modo que me pare-
nente americano, tan íntimamente liga- ce no haber habitado nunca Europa” y
do a su proyecto científico, a su vida y a agregaba: “lo único que en esta soledad
nuestra historia. Sin embargo, sabemos podría echar de menos, es permanecer
que en 1797 su intención era de acom- extraño a los proyectos de la civilización
pañar a lord Bristol en una expedición y la ciencia de Europa, y el estar privado
a Egipto y remontar el Nilo hasta Siene. de las ventajas resultantes del intercam-
Esa expedición, minuciosamente prepa- bio de ideas” y, no obstante, confesaba
rada, no pudo realizarse1, pero tampoco que “las distracciones que en los países
quebrantó las ilusiones de un hombre civilizados provienen del trato con el
“El viaje es estimulado por la dimensión de Humboldt. Sin embargo, aparte una
filosófica que ahora involucra. Hace bien justificada admiración por el talen-
reflexionar sobre el hombre, las cos- to narrativo del francés, seguramente no
tumbres que adopta, los objetos con los compartía sus posiciones anticientíficas y
cuales se rodea. Mas el desplazamiento conservadoras.
no solamente pone en juego la inteligen- Las descripciones de Humboldt se
cia. Estimula los sentidos: La evolución adornan frecuentemente de una especie
va de la mano con el ascenso del pre-ro- de hilozoísmo poético, aquello que lo
manticismo en Inglaterra y en Francia, conmueve lo escribe, tratando de trans-
con el Sturm und Drang en Alemania” mitir al lector sus sentimientos. Por eso
(Claval, 2008: 68). En el caso de Hum- se detiene en los colores del paisaje, del
boldt, el influjo del romanticismo no po- mar, del cielo, en las caricias de la brisa,
día ser más fuerte. Esta corriente había en el rumor de los ríos y en el estruendo
surgido en Alemania como una prolonga- de las cataratas. Tan sentida y real son
ción del Sturm und Drang y no como una sus descripciones, que en nuestros días,
reacción ante el clasicismo Así, un genio cuando visitamos los raudales de Atures,
como Goethe, quien influyó enormemen- en la Guayana venezolana, recordamos
te sobre su amigo Alejandro, fue un clási- su admirable interpretación de los ruidos
co, un sturmer y un romántico. Por otra producidos por las aguas impetuosas.
parte, el romanticismo alemán abarcó En sus Cuadros de la Naturaleza,
todas las expresiones culturales, la filoso- reconstruyendo literariamente, la ex-
fía, las ciencias y las artes. También fue periencia de las cataratas del Orinoco,
un ingrediente importante del naciona- escribía: “La impresión que deja en no-
lismo alemán, algo que no encontramos sotros el espectáculo de la naturaleza es
en Humboldt, quien más bien se distin- provocado menos por la fisionomía par-
guió por su cosmopolitismo. ticular del paisaje, que por la luz bajo la
Como intelectual alemán no podía ser cual se destacan montes y campos, ora
extraño a las excepcionales producciones iluminados por el azul del cielo, ora en-
de Hölderling, Herder, Schiller y Novalis. sombrecidos por una nube flotante…El
La literatura agudizó su espíritu científi- contorno de las montañas que bordean
co: “un escritor puede, sin tener a la vis- el horizonte en una nebulosa lejanía, el
ta los resultados de la ciencia, inspirar tinte sombrío de los bosques de pinos,
afición extraordinaria al estudio de la el torrente que se precipita entre rocas
naturaleza, por el atractivo de sus des- abruptas, en fin todo lo que forma el ca-
cripciones poéticas, aunque se refieran a rácter de un paisaje se vincula, por un
lugares muy circunscriptos y conocidos” antiguo lazo misterioso, con la vida sen-
(Humboldt, 1944: 207). timental del hombre.
Siempre que se habla de exotismo, por Es ese lazo el que procura los goces
lo menos en Francia, se hace referencia a más nobles de la naturaleza. En ninguna
Chateaubriand, también viajero y amigo parte nos penetra el sentimiento de su
geógrafo Agustín Codazzi, una especie unas veces porque eran buenos salvajes,
de exotismo a la inversa basado en Hum- otras por malos. La naturaleza, tal como
boldt. Codazzi proyecta el recuerdo del la presenta Humboldt, era hermosa y
entorno geográfico del viejo continente rica. Desde el punto de vista del otro era
sobre esta tropicalidad, convirtiendo “los demasiado grande para la pequeñez de
bosques, sabanas y cultivos, en verdade- sus pueblos.
ras zonas geoeconómicas de inspiración Humboldt no pudo transmitir una
europea en la geografía imaginaria del imagen de la sociedad colonial que pu-
geógrafo italo-venezolano” (Rojas Ló- diera exotizarla, como si lo hizo perdu-
pez, 2007:306). rablemente con la naturaleza. Como lo
hace notar Sanhueza (1999: 129): “El tipo
de acercamiento de Humboldt permitió
7. Conclusión a los latinoamericanos tomar concien-
cia de su cuerpo físico, geográfico, más
El éxito alcanzado por el Viaje a las regio- allá de las preocupaciones cientistas del
nes equinocciales, en gran parte se debe mundo cultural del siglo XVIII (subraya-
a la forma en que el autor reveló la exis- do por el autor). De este modo, América
tencia de otro mundo, poco conocido, a Latina podía valorarse no sólo como una
pesar de una larga explotación. Al lado de suerte de utopía, sino más bien como un
las secas exposiciones sobre las caracte- espacio conmensurable presto a la auto-
rísticas físicas de aquellas regiones, ofre- gestión.
ció también narraciones emotivas de los En ausencia de una neta identidad
espacios vividos que modelaron la visión social, los hispanoamericanos retomaron
europea del nuevo mundo, fortaleciendo de las versiones de Humboldt un exotis-
al mismo tiempo el etnocentrismo. mo para exaltar la otredad americana. Es
El exotismo resultante se refiere a lo que nos sugiere parte de la obra de Don
la naturaleza. No tiene el carácter en- Andrés Bello.
volvente de otros conocidos en Europa,
como el oriental, el cual evocaba el am-
biente y la cultura. Por más que se acer- 8. Notas
que al indígena, a sus costumbres, a su
aspecto, a lo que tiene de atractivo o re- 1 La expedición a Egipto no se realizó por los
pulsivo, sólo mostrará la distancia que conflictos bélicos de la época. Luego, Hum-
lo mimetiza en la naturaleza salvaje. Sin boldt iba a participar en una gran expedi-
embargo, el efecto es poderoso en la con- ción por el mar del Sur al mando del capitán
solidación del concepto que de sí mismo Bodin, Después de varios meses de prepa-
tenía el colonialista; es decir, el de agen- ración, la expedición fue suspendida por el
te civilizador. La misión civilizadora o gobierno francés, por razones financieras
evangelizadora justificaba el exterminio (1798). Durante ese tiempo conoció al botá-
o la sumisión de los pueblos más débiles, nico Aimé Bonpland. Ambos intentaron en
dos oportunidades viajar al norte de África, 6 Bello clama por un retorno a lo verdadera-
pero fracasaron en los intentos. Finalmente mente nuestro. Entre muchos versos:
se marcharon a España de donde partieron Divina Poesía,
a la América española. tú de la soledad habitadora,
2 En el siglo XVII, los jóvenes aristócratas a consultar tus cantos enseñada
ingleses acostumbraban realizar un viaje con el silencio de la selva umbría,
de formación por algunos países medite- tú a quien la verde gruta fue morada,
rráneos, sobre todo Italia y Francia. A ese y el eco de los montes compañía;
recorrido lo llamaban el Grand Tour. Quie- tiempo es que dejes ya la culta Europa
nes lo realizaban eran los Tourist, de donde que tu nativa rustiquez desama
proviene le palabra turismo. (Alocución a la Poesía)
3 Se cuenta que Humboldt y Bolívar se encon-
traron en el salón parisino de Fanny de Tro- la manzana y la pera
briand. El venezolano le participó a Hum- en la fresca montaña
boldt su proyecto de liberación de América el cielo olviden de su madre España
y éste habría contestado: “Creo que ahora adorne la ladera
su país está maduro, pero no veo el hombre el cafetal; ampare
que pueda realizar ese proyecto” (Minguet, a la tierra teobroma en la ribera
1969:.278). (La Agricultura de la Zona Tórrida)
4 Ver artículo de Carlos Rayero, 2004.
5 Humboldt había desembarcado en Cumaná 7 Artículos como este aparecieron firmados
el 16 de julio de 1799, después de haber re- A.B. y en las obras completas se atribuyen
corrido las provincias de Nueva Andalucía e Bello. Como escribe Fernando Murillo
y Barcelona, llega a Caracas en noviembre (1986: 159): ”Nada traiciona que se esté
de ese mismo año. El 3 de febrero de 1800 ante un texto basado en otro, escrito en len-
abandona Caracas para explorar las regio- gua diferente, tal es la tersura del que sale
nes del sur del país. No existe duda de que de su pluma.”
Andrés Bello haya conocido a Humboldt
durante el tiempo que permaneció en la ca-
pital venezolana: La ciudad era pequeña, el 9. Referencias citadas
círculo de intelectuales era muy reducido y
en suma, el exótico en aquel momento era BELLO, A.1981. Obras completas. La Casa de
Humboldt. El 3 de enero de 1800, Hum- Bello. T I, 757 p. T XXIV, 737 p. Editorial
boldt y Bonpland ascienden a las cimas del Arte. Caracas-Venezuela.
Ávila acompañados por una comitiva de die- CLAVAL, P. 2008. Le papier peint panorami-
ciocho personas. Se supone que el joven An- que français, ou l´exotisme à domicile. Le
drés Bello formó parte de los acompañan- Globe. T 148: 65-87. Département de Géo-
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