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El proceso de

convertirse en
persona
Carl Rogers

FACULTAD DE
CONTADURIA Y
ADMINISTRACIÓN

Negocios Internacionales VI
Desarrollo Humano
M.A. Guadalupe Rosales Gazga
Alumna: Aglae García Rosales

‘’Este soy yo”


Rogers, un psicoterapeuta proveniente de una familia altamente católica,
decidió emanciparse de sus creencias y empezar a desarrollar su propia
filosofía de vida.
Como profesional nos deja algunas enseñanzas que había aprendido a través
de sus experiencias. (En lo personal las que más me gustaron para poner en
práctica en mi vida)
 “No es útil aparentar, ni actuar de cierta manera cuando en lo
profundo de mí mismo siento algo muy diferente, esto no ayuda a
lograr relaciones positivas con individuos.”
 “Soy más eficaz cuando puedo escucharme con tolerancia y ser yo
mismo”
 “Cuando me acepto puedo modificarme”, “Una vez que nos
aceptamos, el cambio parece llegar casi sin que se lo advierta”
 “Ser comprendido tiene un valor muy positivo”
 “Mi experiencia es mi máxima autoridad”
Rogers además nos habla sobre la importancia de aceptar realmente a otra
persona, con sus propios sentimientos, actitudes y creencias, puede ayudar
en convertirla una mejor persona. Mientras más aceptado y comprendido se
siente un individuo, más fácil le resulta estar menos a la defensiva y a avanzar
a su propia maduración.
C. Rogers a lo largo de su carrera se preguntaba ¿Cómo puedo crear una
relación que esta persona pueda utilizar para su propio desarrollo?
Esta pregunta se puede responder de la siguiente manera: Se debe tener
presentes mis propios sentimientos y no ofrecer una fachada externa,
mostrarse tal cual soy puede lograr que la otra persona busque su propia
autenticidad. Respetar sus actitudes brinda seguridad; no mostrarse
amenazante, evitar los juicios de valor y aceptar el potencial del otro. Cuando
esto se logre el otro individuo será original, expresivo, comprensivo; aceptará
mejor a los demás y enfrentará de mejor manera los problemas de la vida.
Los clientes consideran algunos elementos que resultan inútiles en su
relación con el terapeuta, tales como: El desinterés por parte del terapeuta,
el distanciamiento, la simpatía exagerada; los consejos específicos y directos
acerca de sus propias decisiones.
Las personas cuando se dan cuenta que nos escuchan y nos atienden al
momento de expresar nuestros sentimientos, poco a poco vamos logrando el
escucharnos a nosotros mismos, en ese momento somos capaces de
reconocer si experimentamos temor o coraje, etc.
Una terapia libre y con una relación afectuosa hace que el individuo piense
en que se puede permitir que otro se preocupe por él y así puede aceptar esa
solicitud en sí mismo, esto para permitir reconocer que también a él le
importan los demás.
El proceso de llegar a ser
El objetivo más deseable para las personas es el llegar a ser él mismo. A
menudo las personas piensan que no se conocen en realidad, que solo están
interpretando un papel falso, que sus conductas y sentimientos que este
experimenta son irreales y no se originan en las verdaderas reacciones de su
organismo, que son simplemente una apariencia. Cree que es como cree que
debería de ser y no por lo que es en realidad, descubre que trata de pensar,
sentir y comportarse de la manera en que los demás creen que debe hacerlo.
La tarea de abandonar las actitudes cuya falsedad se ignoraba.
La persona que emerge
¿Qué tipo de persona llega a ser el individuo? En este proceso el individuo se
abre a su experiencia, a diferencia de una actitud rígida o defensiva se
reemplaza por una mayor aceptación de la experiencia, se vuelve más
abiertamente consiente de sus propios sentimientos y actitudes.
Es capaz de aceptar los hechos tal y como son y no los distorsiona, su
actitud se vuelve más realista en relación con la gente, hacia las situaciones y
a sus problemas. Por ejemplo, Rogers nos da un ejemplo de un cliente que no
podía permitirse tomar atención de su dolor ni de su malestar libremente,
porque eso significaba ser inaceptable; al igual que no podía permitirse sentir
amor hacia su hija ya que eso significaba debilidad, a medida que la terapia
avanzaba, acepto las experiencias de su organismo, ósea a sentir que podía
estar cansado, que podía experimentar amor hacia su hija.
La confianza en el propio organismo.
Rogers no describe que el individuo descubre paulatinamente que su propio
organismo merece confianza, a que se refiere con esto, a medida en que la
persona puede captar toda su experiencia, tiene acceso a todos los datos
relacionados con la situación, puede evocar situaciones anteriores similares y
recordar las consecuencias de las diferentes conductas. Cuando un cliente se
abre a su experiencia, descubre que su organismo es digno de confianza y
siente menos temor hacia sus propias reacciones emocionales;
paulatinamente aumenta su confianza.
Un foco interno de evaluación.
En el proceso de convertirse en persona, el individuo llega progresivamente a
sentir que este foco de evaluación se encuentra en él mismo; cada vez acude
menos a los demás en busca de aprobación o reprobación, de pautas por las
cuales regir su vida, de decisiones y elecciones. La única pregunta importante
es “¿Estoy viviendo de una manera que me satisface plenamente y que me
expresa tal como soy?”.
El deseo de ser un proceso.
Carl nos platica que el individuo parece más satisfecho de convertirse en un
proceso que en un producto. Ya que sentirse en acción resulta estimulante. El
individuo al verse en acción parece saber hacia dónde se dirige, aunque no
siempre sabe cuál es su meta. Describen, en términos personales, la
captación de uno mismo como flujo de llegar a ser y no como un producto
acabado, una persona es un proceso en transformación, no una entidad fija y
estática.

Las siete etapas del proceso


Rogers nos describe como el individuo pasa de ser rígido a ser más fluido con
su sí mismo. Ahora presentaré las partes más importantes de cada etapa.
Primera etapa
En esta primera etapa el individuo se encuentra en la etapa de fijeza.
Existe cierta resistencia a comunicar el sí mismo. La comunicación sólo se
refiere a hechos externos. Los sentimientos y significados personales no se
reconocen ni se admiten como propios. Las relaciones intimas y
comunicativas se consideran peligrosas, no se reconocen ni perciben los
problemas y no hay deseos de cambiar.
La comunicación interna sufre un intenso bloqueo, la persona no comunica
su sí mismo, solamente se refiere a acontecimientos externos; tiende a
sentirse exenta de problemas, y los que llega a reconocer los percibe como
ajenos a él.
Por ejemplo: “Siempre parece medio tonto hablar de uno mismo”
Segunda etapa.
Esta segunda etapa solo inicia cuando el sujeto puede vivir la experiencia de
ser plenamente recibido, cuando esto llega a ocurrir produce un ligero
aflojamiento y fluidez de la expresión.
Rogers dice que los problemas del individuo se perciben como externos a sí
mismo.
No hay sentido de la responsabilidad personal en relación con los problemas.
Los perciben como externos, además de manejar su sentimiento como un
objeto remoto, ajeno y exterior a sí mismo. Los constructos personales son
rígidos y no se reconocen como tales sino como hechos objetivos. Por
ejemplo: Nunca puedo hacer nada bien.
Expresan contradicciones, pero son pocas las que se reconocen como tales.
Tercera etapa.
En esta etapa el cliente se siente más recibido tal como es, se produce un
desarrollo y flujo de la expresión simbólica.
Las expresiones referentes al sí mismo como objeto fluyen con mayor
libertad. Se expresan o describen sentimientos o significados personales no
pertenecientes al presente; por ejemplo: “Había tantas cosas que no podía
contarle a la gente… cosas malas que hice”.
La aceptación de los sentimientos es mínima, se revelan como algo
vergonzoso y anormal. Los sentimientos se exhiben y luego a veces son
reconocidos como tales.
Cuarta etapa.
Cuando el individuo se siente comprendido, aceptado con agrado y recibido
tal como es, adquiere gradualmente más flexibilidad y los sentimientos
comienzan a fluir con mayor libertad.
El individuo describe sentimientos más intensos, del tipo “presente pero no
ahora”; Los sentimientos se describen como objetos del presente. Hay una
tendencia a experimentar los sentimientos en el presente inmediato, pero va
acompañada de desconfianza y temor. La aceptación franca de sentimientos
es escasa.
Quinta etapa.
Si en la etapa anterior el cliente ha llegado a sentirse recibido en sus
expresiones, conductas y experiencias, ello determina un aumento de la
flexibilidad y libertad.
Los sentimientos empiezan a expresarse en tiempo presente. Aunque el
cliente sabe que ha experimentado algo, no sabe con exactitud de qué se
trata, los sentimientos que surgen a borbotones suelen despertar sorpresa y
temor y casi nunca placer. Los sentimientos del sí mismo se reconocen como
propios cada vez en mayor medida y hay un deseo de ser sentimientos, del
ser el yo verdadero.

Sexta etapa.
Ahora el cliente puede experimentar como inmediatos que antes estaban
atascados, estos sentimientos fluyen hasta sus últimas consecuencias. Un
sentimiento del presente es experimentado directamente, de manera
inmediata y rica, ya no hay temor, necesidad de negarlo o luchar contra esto.
El sí mismo como objeto tiende a desaparecer. En este momento el sí mismo
es este sentimiento. Es un estar en el momento con escaso conocimiento
consciente del sí mismo, no es algo que uno percibe.
Un cliente, que se aproxima a esta fase, manifiesta un sentimiento de temor
acerca de la fuente de ciertos pensamientos secretos que tiene.
Séptima etapa.
Puesto que la sexta etapa, es por lo general, irreversible, el cliente con
frecuencia parece ingresar en la séptima y última sin gran necesidad de
ayuda por parte del terapeuta.
Los sentimientos nuevos se experimentan de manera inmediata y rica. La
aceptación de estos cambiantes sentimientos como propios aumenta y,
coexiste con una confianza básica en el proceso mismo. Poco a poco el si
mismo se convierte simplemente en la conciencia subjetiva y reflexiva de la
vivencia.
El cliente experimenta la elección efectiva de nuevas maneras de ser.
El proceso implica una relajación de los sentimientos, se los describe como
remotos, no reconocidos como propios y alejados del presente; luego
aparecen como objetos presentes que en cierta medida son reconocidos
como propios por el individuo, después se expresan claramente como
sentimientos propios.
¿Cuál es mi objetivo en la vida?
¿Para qué me estoy esforzando?, ¿Cuál es mi propósito? Estas son preguntas
que todo individuo se plantea en un momento.
Rogers nos platica de algunas respuestas a estas preguntas, cada ser humano
tiene diferentes propósitos de acuerdo con sus necesidades. Rogers
menciona a Charles Morris quien trató de determinar las dimensiones (5) de
valor implícitas que parecían determinar los miles de preferencias
individuales (elecciones individuales).

La primera dimensión de valor implica la preferencia por una participación en


la vida responsable, moral y procura conservar lo que el hombre ha logrado.
La segunda asigna gran importancia a la lucha por superar los obstáculos que
se presentan. La resolución de los problemas personales y sociales como a la
superación de los obstáculos que presenta el mundo natural.
La tercera dimensión destaca el valor de una vida autosuficiente y de una rica
autopercepción. Una compresión profunda y simpática de sí mismo y de los
demás.
La cuarta dimensión atribuye especial valor a la receptividad hacia las
personas y la naturaleza.
La quinta y última dimensión destaca el placer sensitivo, el goce de uno
mismo.

Conclusión.
Rogers nos habla de diversos temas a través de su experiencia profesional,
desde algunas enseñanzas para trabajar en uno mismo, el proceso de
convertirse en uno mismo, el cómo las personas nos preguntamos ¿Quiénes
somos? Y ¿Cuál es nuestro propósito? Temas que ayudan a ser una mejor
persona, a relacionarse de una mejor manera. En lo personal algunos temas
que tomó Rogers me sirvieron para trabajar en mí misma, a darme cuenta de
que es necesario dejar que mi yo real salga, aun y cuando esto puede dar
sentimientos de temor. Además de darme cuenta de las dimensiones para
sentirse en proceso de realización. Aprendí a cómo mejorar mis relaciones
con los demás y si quiero que mi relación sea más abierta, se necesita ser uno
autentico y aceptar a la otra persona, comprender y no juzgarla.

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