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Ignacio Monje Barba

Otto Neurath

Comparación de la concepción de proposiciones protocolares


frente a la concepción de Rudolf Carnap

Introducción

En este trabajo, hablaremos acerca de la búsqueda de la unidad científica relativa al


lenguaje, basada en las proposiciones protocolares. Nos situamos en la época del círculo
de Viena, donde este asunto es protagonizado por Otto Neurath y Rudolf Carnap.
Concretamente partiremos de los principios que Neurath plasmó en la revista Erkenntnis,
hacia el año 1932, en cuanto a las proposiciones protocolares.

Centramos el trabajo en dos cuestiones: por un lado, en la búsqueda de dialecto universal


basado en proposiciones protocolares al mismo nivel, y por otro lado, en la visión
enciclopedista de las ciencias, frente a la visión piramidal de Carnap, donde algunas
proposiciones tienen carácter fundacionalista y atomista.

Aclaración antes de empezar

Antes de comenzar, hago un pequeño paréntesis para explicar que aunque por mis palabras
parezca que Neurath no es empirista, sí lo es, pero podríamos decir que se acerca más al
fisicalismo que Carnap, que se acerca más al fenomenismo. Esto lo explica Neurath muy
bien con el lenguaje adulto y el lenguaje de un niño, donde para Neurath son el mismo
lenguaje, pero uno es más pobre que otro, lo cual es indiferente porque con el aspecto
intersubjetivo demuestra que las proposiciones protocolares (ahora las explicaremos) no se
entienden desde el “yo” de cada uno y están en constante actualización en la concepción
de cada uno. Pero Carnap aporta que existe un lenguaje de los niños más primario que el
de los adultos, pues en él se encuentran inferidas distintas proposiciones protocolares
básicas (sin contradicción posible ni verificación necesaria) con las que se puede empezar a
construir el siguiente nivel del lenguaje. Pues bien, para Neurath todos los conocimientos
que son inferidos por el niño que va construyendo sus proposiciones protocolares se
consiguen de manera empírica, aunque también mantiene que son iguales para todos y no
dependen de la visión fenoménica de cada uno. Comenzamos.

Búsqueda del dialecto universal formado por proposiciones protocolares

Neurath centraliza su pensamiento en las proposiciones protocolares, también llamadas por


él mismo proposiciones fisicalistas radicales (separadas de cuestiones metafísicas), y son
proposiciones enunciadas con lenguaje trivial mezclado con lenguaje científico, que deben
ser válidas para todas las ciencias, y susceptibles de verificación. Esta centralización se
debe a su búsqueda del dialecto universal que unificará todas las ciencias al mismo nivel de
importancia. Estas proposiciones deben ser válidas para todas las ciencias ya que para
Ignacio Monje Barba

Neurath, la realidad no tiene la misma forma que el lenguaje, sino que encontramos la
realidad en el lenguaje (proposiciones), esto es, la realidad está expresada y representada
en las proposiciones, o dicho de otra manera, una cosa refiere a la otra y viceversa.

Así deja claras las reglas del marco epistemológico que sustentan este dialecto universal
científico buscado. Este marco epistemológico es fisicalista e impersonal (frente a de
Carnap, que ahora hablaremos de él), de manera que por método intersubjetivo podamos
encontrar proposiciones protocolares válidas en nuestro sistema universal científico. Estas
proposiciones que conforman el dialecto universal encontrarán su validez en comparación
con las proposiciones que de hecho ya se consideran base o parte de este dialecto
universal, ya que como comenta Neurath con la metáfora de la máquina de selección de
proposiciones, o bien se rechaza la proposición o se cambia el sistema con tal de suprimir la
contradicción. Aquí es donde encontramos la gran diferencia con las proposiciones
protocolarias de Carnap.

Carnap mantiene una visión más subjetiva que la de Neurath en cuanto al marco
epistemológico en el que situar las primeras y más básicas proposiciones protocolares.
Comenta que hay unas percepciones inmediatas de carácter empírico que se pueden
considerar la base del resto de proposiciones protocolares. De esta manera las
proposiciones parten de la visión subjetiva de cada uno. Neurath habla de esto como la
distinción entre el lenguaje de un niño y el de un adulto, y lo rechaza.

Por otra parte, Neurath rechaza también las llamadas proposiciones atomistas y
fundacionales, que para Carnap son más básicas que otras por ser de carácter físico,
científicamente más consistentes que las de otras disciplinas. Reciben el término de
proposiciones atomistas ya que en esos años se estaban llevando a cabo los
descubrimientos del átomo y sus componentes, tomando al átomo como unidad irreducible.
Carnap dice que estas proposiciones deben ser válidas y no necesitan verificación. Aquí es
donde la coherencia de la visión de Neurath gana a la de Carnap, ya que dice que no hay
unas proposiciones más válidas que otras, pues mediante el desglose lingüístico de las
proposiciones en otras más simples, encontraremos que todas se pueden desglosar hasta
un mismo nivel básico irreducible de proposición protocolar. Esto sumado al carácter
intersubjetivo de las proposiciones, apoya la conclusión de que todas las proposiciones
protocolares son susceptibles de verificación, ya que todas están al mismo nivel. De esta
manera se cancela el aspecto solipsista-fenoménico de la validez de las proposiciones
protocolares de Carnap, tanto si son atomistas o básicas como si son más complejas. Sin
embargo después Carnap contestará a este argumento y la conversación continuará.

Para consolidar el nuevo sistema de validez de las proposiciones protocolares, Neurath


hace alusión a que las proposiciones temporales se sitúan en un marco espacio-temporal
concreto, de manera que será indiferente si la proposición es se conoce desde una mirada
propia o externa: el criterio de validez es para todas las proposiciones. Esto choca con el
aspecto subjetivo de Carnap.
Ignacio Monje Barba

Unificación enciclopédica de las ciencias

Neurath busca una estructura igualitaria en cuanto al valor de las ciencias y sus
proposiciones, para conseguir esa unificación enciclopédica, de las ciencias, donde se
encuentran en el mismo nivel y se apoyan unas a otras de manera plana y no
unidireccional. Dicha unificación se sustenta en las proposiciones protocolares fisicalistas y
en su igual susceptibilidad de validez, cuyas reglas hemos aclarado en lo que llevamos de
texto. Carnap por otra parte, al considerar unas proposiciones más básicas que otras, hacía
alusión a una jerarquía piramidal de las ciencias, en las que unas son más importantes que
otras ya que conforman las bases proposicionales que sustentan a las ciencias más
superiores en la pirámide.

Observando esto, nos damos cuenta de que Carnap es partidario del rechazo de la historia
de la ciencia, que es uno de los principios del Círculo de Viena. Esto se confirma cuando es
el mismo Carnap quien establece esa jerarquía científica de las proposiciones, basado en el
carácter de cada ciencia y en su estrategia fundacionalista, con pinceladas kantianas. Por
otra parte vemos que Neurath sí considera la historia de la ciencia, ya que es consecuente
con la concepción heredada. Esto lo demuestra de dos maneras:

- La primera es que Neurath dice que de momento no es posible alcanzar ese dialecto
universal, ya que al intentar concretar en las proposiciones protocolares nos
encontramos con muchas imprecisiones epistemológicas cuya clarificación no es
posible en nuestros días, de momento.
- La segunda parte de la primera, y se trata de su metáfora del Barco de Teseo. Se
compara el sistema científico con un barco que nunca atraca en la costa, y por tanto
no puede ser reformado en su totalidad, sino que sólo podrá ser reformado de
manera parcial con sus propios materiales (concepción heredada) o con los que se
vaya encontrando.

Esta visión puede llegar a considerarse ligeramente pesimista, pero el aspecto fisicalista de
las proposiciones protocolares no le deja otra opción. Sin embargo, hay que tener en cuenta
que Neurath y Carnap tenían entre manos el proyecto de la Enciclopedia Internacional de la
Ciencia, y Neurath buscaba que uno de los capítulos de dicha enciclopedia tratase sobre la
historia de la ciencia. Pues bien, cuando Neurath muere, es Carnap el que recopila aquello
que Neurath quería que fuera publicado y lo introduce en la Estructura de las revoluciones
científicas de Kuhn, trabajo que editó Carnap. Esto confirma que Carnap finalmente cedió e
inclinó su pensamiento hacia el de Neurath.

También cabe mencionar que Neurath admite que comparte con Carnap su necesidad de
una “sintaxis lógica del mundo”, y le invita a continuar la discusión.

Bibliografía

- Otto Neurath, “Proposiciones Protocolares” (1932). En: Ayer, A. J., comp. (1965
[1959]), El positivismo lógico. México, FCE: pp. 205-214.
- Hahn, Hans, Otto Neurath, & Rudolf Carnap. “La concepción científica del mundo: el
Círculo de Viena” (2002) Redes, 18, 103-149.

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