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Reseñas (Vida y trabajo del autor, estructura de la obra, valoración)

KEMP, B., “El Antiguo Egipto: Tres mil años de Historia”


Barcelona: Crítica (2016).
Vida y trabajo del Autor:
Barry Kemp fue profesor de Egiptología en la Universidad de Cambridge, y es actualmente
director del Proyecto Amarna, un yacimiento situado a la ribera oriental del Nilo, donde se erigió
la ciudad egipcia de Akhenatón; en el que trabaja desde 1977. Su principal aportación han sido
una serie de manuales académicos y obras de investigación, de las que destaca Antiguo
Egipto: Anatomía de una civilización (2003) y 100 Jeroglíficos: Introducción al mundo del
Antiguo Egipto (2006) que hayan sido publicados por Crítica. Se le conoce especialmente por
Antiguo Egipto: Anatomía de una civilización,

Estructura:
También habría que destacar este libro, El Antiguo Egipto: Tres mil años de Historia (2016) que
recogería las actuales investigaciones que ha extraído de Amarna mediante su estilo (muy
egipcio) de repasar diversos aspectos de la sociedad, cultura, política, religión, economía, arte,
moral y reflexiones egipcias de forma lineal-temporal, dividida en diez capítulos abarcando
cada espacio, hablando de la función clave de la teología egipcia como sustento del régimen, y
como ello afecta en el resto de los aspectos de la vida.

Valoración:
Lo que me ha gustado especialmente de este libro es su contundencia encarnada en su
brevedad, en menos de doscientas páginas ha resumido, como dice el título, tres mil años de
historia. Al igual que hemos dado en clase (curiosidad como eje principal de la investigación, y
por tanto, del conocimiento), el autor formula preguntas para introducir el temario, en este caso
serían las respuestas de dichas preguntas.

Como novedad, he aprendido que la economía egipcia estaba totalmente regulada y


burocratizada, siendo incluso el inicio de la escritura en esta región para registrar el grano. A
esto añadiría que dicha burocracia está compuesta los terratenientes, bien a pequeña escala o
bien por nobles, y de este modo el estatismo estaría sustentado en un metamundo religioso,
conocimientos desarrollados por castas que no profundizan en la realidad, sino en la
observación mítica de la realidad, que consuela prometiendo una vida aplicada con justicia en
proporcionalidad a cómo sería el comportamiento individual evaluado por Maat, del que incluso
el faraón no está exento. La justicia se tomaba de modo tan sacro que incluso era una posible
herramienta en ciertas circunstancias de las clases inferiores a la nobleza.

A modo de conclusión, puedo evaluar que me ha sorprendido la argumentación del autor para
evaluar si el Antiguo Egipto fue o no un Estado solvente, con la arriesgada comparación de
parámetros presentes aplicados al pasado, dando positivo en la balanza.
Hdt., “Libro II”.
Vida y trabajo del Autor:
Heródoto de Halicarnaso es considerado “El Padre de la Historia” en el mundo occidental que
sucedió a los logógrafos, primeros cronistas e historiadores, que trataban ya de separar
leyenda de hecho, y recogían prácticas culturales de diversos pueblos al habitar en Jonia.
Heródoto, continuando con esta tradición, se dedicó a viajar (según algunos autores no viajó a
todos los lugares de los que habla) y a recopilar información histórica y geográfica en su única
obra, “Historiae” dividida a su vez en nueve Libros donde todavía se introduce carácter
moralizante herencia de los trágicos.

Estructura:
El Libro II Euterpe tiene ciento ochenta y dos comentarios que desglosan el desarrollo de la
obra, en la que podríamos diferenciar tres temas: delimitación geográfica de Egipto
(delimitación territorial, ríos, países vecinos, montes etc.) costumbres (vida cotidiana,
alimentación, transporte, vestimenta, religión…) e historia (basada en lista de reyes) narrada
mediante el estilo anecdótico de Heródoto, bien por observaciones propias o por narraciones
de los sacerdotes, pareciendo más bien un libro de viajes de corte historiográfico.

Valoración:
El estilo anecdótico de Heródoto, aunque se desvía de la narración aséptica de la historia, a mi
entender muy saludable, tiene un componente que enriquece en cuestiones culturales, un
componente semejante al que Unamuno llamó “intrahistoria”. La historia fuera de estos
elementos narrativos y analíticos desde la óptica del historiador que observa y escucha, solo
nos proporcionaría las fuentes de investigación secundarias y primarias (como acostumbra el
método historiográfico) pero discrimina la fuente historiográficamente “humana” propiamente
dicho.

Sería el ejemplo de las narraciones de los sacerdotes, o la observación de la elaboración de


las momias, que acompañado bien de una lista real o bien el vendaje de los cuerpos ayudaría a
enriquecer la perspectiva. El problema estaría cuando nos basamos exclusivamente en un
método u otro para elaborar la historia, porque perdemos datos para recopilar, contrastar y
elaborar información histórica.

A esto habría que añadirle un problema que Heródoto presenta en su método moralizante: el
no observar la realidad analizada comprendiendo los parámetros culturales y éticos de la
sociedad estudiada (no confundir con justificar o asumir, sino entender para comprender) pues
entonces perdemos visión para analizar la historia de otra civilización o incluso la propia ( por
ejemplo algunos historiadores del arte siguen creyendo que el arte egipcio es inmóvil por la
falta de contacto con otras culturas o que no han desarrollado la apreciación de la realidad,
cuando por ejemplo las estatuas son jeroglíficos fuera de paredes, es decir, letras).

Para concluir recalcar la importancia de la aportación del trabajo de Heródoto a la disciplina


historiográfica, pues es un antes y un después entre los logógrafos y Tucídides, continuando
con el trabajo de separar el hecho de las narrativas épicas que daban un sentido legendario a
sus contemporáneos, y desde mi humilde perspectiva con derecho a equivocarme, creo que su
método de recopilación, quitando lo que hemos superado de éste, podría ser aplicable.
HART. G., “Mitos egipcios”, Akal (1994) (trad 2003).
Vida y trabajo del Autor:
Según la edición de Akal, George Hart es docente de plantilla en el Servicio de Educación del
Museo Británico y enseña lengua egipcia y jeroglífica en la Universidad de Londres. Ha escrito
diversos libros sobre el Antiguo Egipto y es autor del Dictionary of Egiptian Gods and
Goddesses.

Estructura:
Se trata de un desarrollo cronológico, espacial y descriptivo de cada mito, fábula y leyenda
sustentada sobre las ilustraciones que añade en el trabajo con la intención de mostrar los
esfuerzos intelectuales de los egipcios para abarcar desde la creación del mundo, pasando por
historias de los dioses (que muestran parte de la visión antropológica-cultural egipcia) hasta
fábulas, para comprender las creencias egipcias.

Valoración:
A pesar de haber hallado una versión con disponibilidad limitada, debo reconocer que la
expresión cultural que sustentan los ritos, es decir, la religión, siempre me ha fascinado pues
muestra no sólo una visión mitológica, sino conceptual de la sociedad estudiada.

El estilo de Gorge Hart desglosa el mito de forma que se haga comprensible, y contrata
mentalidades a la egipcia, como la indoeuropea (la cual por ejemplo ve al género masculino
como celeste y femenino como terrestre, mientras que la egipcia invierte los géneros). Esta
comparación de mentalidades o sólo familiariza con las lecturas, sino que también facilita la
comprensión de otros esquemas antropológicos, que después explican justificaciones tales
como la de la estructura jerárquica faraónica (la Maza, la Autoridad, que ordena el Caos).

También me ha parecido curioso cómo, atendiendo a la alternancia de “capitales espirituales”


(Menfis, Tebas o Heliópolis) la importancia de las divinidades van variando, aunque siempre
manteniendo con sus respectivas evoluciones, la supremacía del culto al arquetipo dios solar.
LEFEBVRE, G., “Mitos y cuentos egipcios de la obra
faraónica”, Akal (1982) (trad. J.M. Serrano).
Vida y trabajo del Autor:
Gustave Lefebvre fue un egiptólogo de la primera mitad del siglo XX. Como inspector del Egipto
Medio para el Servicio de las Antigüedades Egipcias, dirigido por Gaston Maspero, organizó el
partage de las excavaciones de Ludwig Borchardt en Amarna, el veinte de enero de 1913.
Además de escribir varios libros concernientes a la época faraónica, ayudó a descubrir el busto
de Nefertiti, donde tuvo problemas con Borchardt por ello (tras su hallazgo fue adquirido por un
coleccionista alemán mediante las políticas vigentes de esa época, concretamente la Ley No.14
de 1912) y a recopilar información sobre el mismo, como por ejemplo que estaba elaborado
con caliza.

Estructura:
Se trata de un obra que funciona a modo de compilado de cuentos extraídos de la época
faraónica, generalmente asociados a dioses, animales mitológicos y personajes envueltos en
ambientes de la realiza, vecina o extranjera. Además de la traducción del texto original de la
fuente primaria en jeroglífico, lo tenemos acompañado de varias notas que aclaran parte de
expresiones concebidas en la mitología egipcia. También tenemos una breve explicación de la
narración a modo de introducción previo al texto propiamente hablando, que nos da información
tal como su estado de conservación, como debía ser el original, etc., con un lenguaje más
cercano a la época de su redacción o reedición.

Valoración:
Me ha recordado a los compilatorios de cuentos de otras épocas posteriores, más bien por
haber tenido la estructuración de este modo que de haber sido elaborado por un único escritor
con intención de utilizar la mitología como herramienta moralizante (pues estos cuentos sólo
tienen en común su redacción en el mundo faraónico y que concierne a la divinidad, bien
humana o mitológica, la fuente de la legitimidad del mundo faraónico).

Me ha sorprendido por ejemplo la Leyenda del Dios del Mar, ya que muestra la introducción, o
más bien interacción, de la diosa Astarté, que es de otro panteón, en relación con los dioses
egipcios. Otro que he de destacar es el de Verdad y Mentira, por su carácter moralizante similar
a las fábulas, como hemos mencionado anteriormente.

En mi opinión y salvando las abismales diferencia entre unos y otros, es lo más próximo a una
analogía entre el folclore occidental de mitos y leyendas y esta compilación extraída de
diversas épocas y recopiladas a una fecha muy posterior a su inscripción.
ASSMANN, J., “Egipto a la luz de una teoría pluralista de la
cultura” Akal (1995) (trad. A. Agud).
Vida y trabajo del Autor:
Jan Assman es un egiptólogo alemán formado en la materia de Egiptología y arqueología
clásica en diversas universidades como Múnich, París, Heidelberg y Göttingen. En 1966-1967,
fue socio del Instituto Arqueológico Alemán en El Cairo hasta 1971, y nombrado profesor en la
Universidad de Heilderberg y Constanza, donde aún permanece.

En 1990, Assmann y su mujer Aleida elaboraron una teoría de la cultura y memoria


comunicativa que ha recibido mucha atención internacional. También se le conoce por
pertencer a círculos de Egiptología por su interpretación del origen del monoteísmo, el cual
considera una ruptura del cosmoteísmo, primero con el Atonismo, y después con El Éxodo
Israelí de Egipto.

También se debería añadir como contribución sus escritos y proposiciones acerca de la


influencia del Antiguo Egipto en el judaísmo, siendo ésta mucho más significativa de lo
conocido sobre ello. Un ejemplo podría ser lo que él denomina como “inversión normativa” que
sugiere que ciertos aspectos del judaísmo fueron formulados como reacción a los ritos
egipcios.

Estructura y Valoración.
La intencionalidad del autor es elaborar una teoría de la cultura con tintes relativistas que
entienda la historia como una expresión de la misma, y para ello recorre los periodos de
Imperio Antiguo (colonización interna, burocratización administrativa y demotización cultural),
Imperio Medio (desarrollo simbólico de la Primera Transición para hacer frente a la nueva
complejidad social) e Imperio Nuevo (introducción de reyes extranjeros y vínculo de religión y
estado con su respectiva evolución). Atendiendo a la evolución cultural marcada por la
transformación sociopolítica y económica circunstancial, se centra primero en causas, es decir,
en agentes externos que marcan el panorama material.

Después en la estructuración de la cultura y finalmente en el contenido, sucedida tras una


introducción que explica la importancia de la concepción temporal egipcia (tanto lineal, más
bien de carácter profano como cíclica de carácter sacro) comparada en paralelo a las propias
concepciones de tiempo cultural (cíclico característico del pensamiento mítico, y lineal propio
de la consolidación de la cronología al servicio del aspecto socio-político).

Me ha gustado especialmente como atendiendo a este desarrollo lineal de teoría cultural, Jan
Assmann lo reviste de otras facetas como puede ser la religión, economía, sociedad, política,
arte y las diversas circunstancias en las que se han encontrado las mismas para articular su
tesis.

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