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Cuento Mine y El Tiempo
Cuento Mine y El Tiempo
IBSN: 978-987-42-7873-91
Mine no hizo caso y corrió a ver a Kinito protestando: “¿Por qué será
que cuando estoy por empezar con lo mejor del día me llaman para
hacer otra cosa?”.
Al llegar, se arrodilló en el césped y quedó boquiabierta con los ojos
clavados en la lupa. ¡Nunca había visto tantas hormigas juntas!
—¡Mineeeeeee! ¡Se enfría el té! Apurate, ¡que nos queda poco tiem-
po!
—¡Ya voy! —contestó rápido. Y sin hacer mucho ruido, para que no
la escucharan, fue a buscar la cámara de fotos que se había olvida-
do.
Mine no podía creer lo que veía, sacaba fotos sin parar, las hormigas
iban rapidísimo, no llevaban hojas, ni bichos, nada de nada, solo se
seguían unas a otras, ¡parecían correr!, y lo más extraño era que lo
hacían en círculo. ¡Sí! desde un costado se veía mejor, era un círculo
perfecto.
—¡El desayunoooo!
—¡Hoy no voy! ¡Tengo que esperar a Rosa! Kinito está lleno de hor-
migas y se las tengo que mostrar.
—Pero, Mine, ¡no podés quedarte todo el día sacando fotos! Rosa
fue a hacer compras y no sabemos a qué hora va a llegar. Vamos a la
escuela, ¡no tenemos tiempo!
¡Su sorpresa fue máxima, ella estaba segura de que las hormigas
solo iban en línea recta!
—Mamá, ¿por qué siempre decís que no llegamos, que se hace tar-
de, que nos apuremos; ¿para vos todo tiene que ver con el tiempo?
—Yo intento no darle tanta importancia, pero es que el tiempo está —¿Y para las hormigas existe el tiempo? —preguntó Mine, mientras
en todas las cosas, no lo puedo evitar. le mostraba a la mamá cómo aceleraban la velocidad, subiéndose
algunas arriba de otras.
—Y si está, así como decís, ¿por qué no lo vemos? —reflexionó
Mine, que no paraba de seguir a las hormigas que ahora llegaban —¿Por qué no? El tiempo es el mismo para todos. Todos lo compar-
desde varios lados. timos, aunque lo que hagamos con él sea bien distinto.
—No todo lo que existe puede verse. Igual creo que cuando hace-
mos lo que queremos y sin guiarnos por horarios podemos encon-
trar nuestro tiempo, ¡y hasta verlo!
Rosa le dijo que hacía mucho que observaba a las hormigas de ese
árbol, le contó que le parecían especiales porque volvían cada año.
—Te voy a contar —dijo Rosa—. Hace mucho que Kinito está acá.
—¿Cómo sería eso? Yo siempre pensé que las fotos eran sorpresas
—dijo Mine— porque no sabemos nada de ellas hasta que no las
vemos.
—¡Ya vengo!
—¿Te parece?
—Muchísimo, pero creo que se nota más cuando somos más chicos,
después ya quedamos iguales —contestó Mine que, cada tanto, mi-
raba con la lupa la tierra para asegurarse de que a Kinito no le que-
daran hormigas.
El tiempo ¿cambia? ¿O son las cosas las que cambian con él? ¿Cuánto dura un instante?
¿Las cosas tienen tiempo?
¿El tiempo es responsable de todo?
¿Cuántas formas de medir el tiempo existen?
¿El tiempo es una sucesión? ¿Por qué? ¿El tiempo deja huellas?
¿Se pierde el tiempo? ¿Por qué? ¿Qué es la paciencia? ¿Está relacionada con el tiempo?
¿Por qué?
¿Cuántas cosas se pueden hacer en el mismo instante?
¿Qué es el infinito?
¿El tiempo de ahora es igual al tiempo de antes?
El tiempo ¿puede estar antes o después de algo? ¿Por qué? El tiempo ¿es infinito?
El tiempo ¿está siempre? ¿Por qué? ¿Podemos saber dónde empieza el tiempo?
¿Se puede ir arriba del tiempo? ¿Dónde está el tiempo? ¿Tiene un lugar?