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LIMITE A LA COMPRA DE TIERRAS POR EXTRANJEROS

INTRODUCCION

El país no ha definido todavía cuánta tierra pueden comprar los extranjeros. Hay que
encontrar un equilibrio entre agroindustria competitiva, seguridad alimentaria y mano de
obra campesina. Ahora que el país está trenzado en un debate por la soberanía sobre sus
mares, más allá del fanatismo con el que han sido calificados los intentos de proteger la
propiedad nacional de la tierra, la discusión no es un tema menor. En un país donde la
propiedad rural es un complejo laberinto, donde se importan 7 millones de toneladas de
cereales al año y donde se tiene uno de los índices Gini más altos de desigualdad rural
(0,88), la discusión adquiere mayor relevancia. No obstante, a pesar de que todas las voces
son conscientes de que hay que regular, en el ‘cómo’ hay diferencias sustanciales, dada la
inestabilidad política que acompaña el cuerpo legislativo colombiano y sus frecuentes
impases con otras ramas del poder , y sin duda alguna los intereses particulares que cada
integrante de este cuerpo colegiado pueda tener sobre el tema.

La Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, adelantó desde finales de
2010 el proyecto “Dinámicas en el mercado de la tierra en América Latina”, con el fin de
identificar fenómenos de concentración, extranjerización y Land Grabb y sus efectos, pues
desde la comunidad internacional y en especial estudios avanzados y garantes de
credibilidad desarrollan preocupantes estadísticas y datos reveladores sobre la situación
actual sobre las dinámicas en el mercado de la tierra en en el pais. El presente documento
describe la situación de Colombia, la que se caracteriza por la violencia y los conflictos
rurales causantes del éxodo forzado de más de 5,1 millones de personas y entre 6,6 y 8
millones de hectáreas abandonadas o despojadas, fenómeno que agudizó el histórico
atesoramiento de la tierra en manos de terratenientes, narcotraficantes, paramilitares y
grandes empresarios. Precisamente, en el periodo 2002 a 20012 se incrementó la
concentración de la tierra al amparo de políticas gubernamentales que estimulan la
inversión privada en la explotación de los recursos mineros y energéticos, de una parte, y
en la producción de agro combustibles, cultivos de alimentos como maíz y soya, y
forestales, de la otra. Temas cruciales , entablan puntos cuestionables sobre las actuales
políticas de crecimiento económico adelantas bajo el gobierno del presidente santos ,
continuadas y desarrolladas en mayor proporción a raíz de los avances alcanzados en el
gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez .
RESUMEN

En el presente artículo se muestra de manera sucinta el escaso desarrollo y aun la


deficiencia que se presenta en el ordenamiento jurídico colombiano en materia de normas
que regulen el acceso a la tierra por parte de extranjeros. La cuestión agraria en Colombia
ha estado marcada históricamente por el problema de acceso a la propiedad por parte de
pequeños y medianos productores, o por quienes no disponen de este activo productivo. Él
campesino es un eslabón perdido, de poco interés para el ministerio de agricultura.
También ha sido notoria la debilidad de los derechos de propiedad y la incapacidad del
estado para garantizarlos. La lucha por acceder a la tierra en el sector rural ha dado lugar a
innumerables conflictos, tanto entre propietarios, campesinos y colonos, como entre éstos y
el Estado, la sociedad rural y la urbana. Estos conflictos se iniciaron durante la colonia, se
exacerbaron en los años veinte y treinta del siglo XX, y aun se reconocen en la sociedad
actual. Se visualiza el contexto histórico y social en el cual se desarrolla esta inversión
extranjera encaminada a la adquisición de vastas extensiones de territorio nacional,
rompiendo con esquemas de autonomía regional y seguridad alimentaria.

Palabras clave
Legislación, extranjeros, tierra, campesino, social, conflicto, inversionistas, Colombia,
seguridad.

LIMITED TO THE PURCHASE OF LAND BY FOREIGNERS

ABSTRACT

In the present article in a succinct manner shows poorly developed and even the deficiency
that occurs in the Colombian legal system in terms of rules governing access to land by
foreigners. The agrarian question in Colombia has been marked historically by the problem
of access to the property by small and medium producers, or those who do not have this
asset. He peasant is a missing link, of little interest to the agriculture ministry. It has also
been notorious weakness of property rights and the state's inability to guarantee them. The
struggle for access to land in rural areas has led to numerous conflicts, both between
owners, farmers and settlers, and between them and the state, rural and urban society. These
conflicts began in colonial times were exacerbated in the twenties and thirties of the
twentieth century and is still recognized in today's society. It displays the historical and
social context in which it develops this foreign investment aimed at the acquisition of vast
tracts of territory, breaking regional autonomy schemes and food security.

KEY WORDS
Legislation, foreign, land, peasants, social, conflict, investors, Colombia, security.
1. ANTECEDENTES Y CONTEXTO SOBRE LA TENENCIA DE LA

Desde mediados del siglo pasado se han intentado distintas iniciativas para modificar la
estructura agraria en Colombia, sin embargo sus resultados han sido precarios y marginales.
En efecto, la Ley 200 de 1936, expedida en el medio de conflictos sobre tierras entre
terratenientes y campesinos, y en la que se planteaban exigencias para acreditar la
propiedad privada, el derecho de las comunidades rurales de adquirir las tierras que
explotaban si demostraban la posesión durante cinco años (prescripción adquisitiva), y la
facultad de estatal de extinguir el derecho de dominio cuando no se ejerciera la función
social, fue objeto de recortes sustanciales en normas posteriores. Particularmente, con el fin
de que evitar la adquisición de la tierra de las comunidades rurales, en 1944 se declararon
de utilidad pública los contratos de aparcería y arrendamiento (Ley 100 de 1944), en los
que se prohíbe el establecimiento de cultivos de rendimiento tardío, situación que se conoce
como la primera contrarreforma agraria. En la década del 60, se producen cambios
significativos en las políticas rurales y de desarrollo agrícola. En primer lugar, mediante la
Ley 135 de 1961, se crea el Instituto Colombiano de Reforma Agraria -Incora; se autoriza
la constitución de reservas indígenas y la realización de contratos entre el Incora y
empresarios agropecuarios, y se conforma la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos
-ANUC. Sin embargo, el reformismo agrario y la búsqueda de soluciones no violentas a los
conflictos por la tierra fueron abortados mediante el Acuerdo de Chicoral (Leyes 4, 5 y 6 de
1973).

Posteriormente, se expide la Ley 160 de 1994 que deroga la Ley 30 de 1988 -último intento
de política redistributiva de la propiedad de la tierra-, en la que se consagra el mercado de
tierras a través del otorgamiento de un subsidio para la compra directa entre campesinos y
pequeños productores con los propietarios, subsidio que fue eliminado en el Plan Nacional
de Desarrollo del primer Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (Ley 812 de 2003), así como
todas las iniciativas tendentes a redistribuir la tierra.
En Colombia se adelantó una reforma agraria marginal que no logro modificar la estructura
de la tenencia de la tierra y cuyos resultados se evidenciaron en la titulación de terrenos
baldíos a grandes terratenientes , acreedores de su condición por procesos de adjudicación
provenientes de la misma guerra , como se detalló en las múltiples escrituraciones hechas
a militares combatientes de la guerra de los mil días , es esta , una de las razones más
sustanciales del acaparamiento de tierras por grandes familias , pues dichos derechos se
transmitieron de generación en generación , en razón y recompensa a sus antepasados
colaboradores de los procesos de conformación y caos político de aquellas épocas . El no
uso de figuras legales como compra o la expropiación de tierras no explotadas o en las que
se deterioraban los recursos naturales en desarrollo de la función social y ecológica de la
propiedad contribuyó al fracaso de la redistribución de la tierra, situación que se profundizó
por los conflictos armados que padece Colombia. En efecto, la concentración de la tenencia
de la tierra está asociada directamente a las violencias y el destierro que ha signado la
historia del país.es así como a mediados del siglo pasado , en las décadas de los 40 y 50 ,
las constantes confrontaciones entre los partidos tradicionales liberales y conservadores
( violencia bipartidista) agudizo el desplazamiento y en consecuencia el monopolio de la
tierra.
Dicha tendencia se acentuó en la década de los 80, en la que los narcotraficantes se hicieron
a 4,4 millones de hectáreas localizadas en tierras planas y de buena calidad, como estrategia
de lavado de sus fortunas ilícitas, control de territorios para la siembra, procesamiento y
tráfico de drogas, y adquisición de estatus social y poder político. Las mafias del
narcotráfico se aliaron con el paramilitarismo y bajo el discurso de combatir las guerrillas,
se apropiaron y contralaron vastos territorios con la comisión de graves, masivas y
sistemáticas violaciones de derechos humanos y de infracciones del derecho internacional,
bajo premisas combatientes a la naciente ola criminal y terrorista que mostraba tener los
grupos armados de izquierda , es a mediados de los años 90 , después de múltiples sucesos
trascendentales para la historia colombiana como la muerte de Luis Carlos galán
sarmiento , y tiempo después la muerte de Pablo Escobar Gaviria , se presentó la más grave
crisis de desplazamiento forzado presentada en Colombia , a raíz del surgimiento de
pequeños y medianos capos de la droga , que en búsqueda de soportar y determinar
sus monopolios de rutas , desencadenaron las más crueles y violentas masacres , como
quedo constatado en los anales de la historia colombiana. Tiempo después ,con las ya
conocidas investigaciones y recientes condenas a destacados políticos colombianos, se
determinó, que múltiples acuerdos se dieron entre estos últimos y los grupos paramilitares
con el fin de soportar procesos electorales a cambio de favores políticos , variedad de
afirmaciones y relatos de los hechos se dieron a conocer por la corte suprema de justicia
colombiana en las históricas condenas a estos destacados dirigentes pertenecientes a
diversos organismos del estado , principalmente el congreso de la republica .

El destierro de los habitantes rurales no deviene exclusivamente de los actores armados


ilegales (guerrillas, paramilitares y narcotraficantes). Como lo ha advertido la Corte
Constitucional, los intereses económicos sobre las tierras y territorios para “la realización
directa de megaproyectos agrícolas y de explotación de recursos naturales”, también son
causa del expolio, a través del “apoyo de los ilegales a ciertas empresas y actores
económicos que desarrollan estos proyectos, y con los cuales se han asociado para lucrarse
con los beneficios…”. Estas situaciones son cada vez más evidenciadas como desarrollo de
las versiones de los paramilitares vinculados a los procesos de Justicia y Paz y de los
procesos judiciales que se adelantan contra miembros de la clase política (“parapolítica” y
“parainstitucionalidad”) y empresarios (“paraeconomía”) por sus vínculos con los primeros.
Así mismo, han contribuido a la concentración de la tierra las políticas públicas para el agro
en las que se estimula el libre mercado de tierras, sin límites sobre la superficie, sin
perjuicio de que el comprador se nacional o extranjero. El sesgo de las políticas ha
beneficiado a empresas y conglomerados con capacidad de invertir grandes capitales,
maquinaria y tecnologías en la puesta en marcha de proyectos extractivitas y desarrollistas.
Dichas políticas, a juicio del Director Técnico del Informe de Desarrollo Humano 2011 del
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo de 2011 “no contemplan factores de
equidad y se convierten en discriminatorias y excluyentes” como también atentan
gravemente contra el patrimonio ecológico de la nación y cuyas consecuencias se
derivaran en un gravísimo pasivo ecológico de alcances preocupantes y trascendentales
teniendo en cuenta el estado actual del medio ambiente en el planeta tierra y en especial en
la región latinoamericana .

2. DISPOSICIONES SOBRE INVERSIONES EXTRANJERAS

Desde principios del siglo pasado se establecieron estímulos y exenciones de impuestos


para la Inversión extranjera. Dentro de esta tendencia se adjudicaron baldíos a la United
Fruit Company, compañía que adquirió grandes extensiones de tierras para implementar el
cultivo de banano en el departamento del Magdalena, vinculado a la masacre de las
bananares de 1928, triste episodio de la historia colombiana, donde centenares de
campesinos de la zona fueron asesinados por adelantar protestas sindicales buscando la
reivindicación de sus derechos laborales. También es notoria la presencia de extranjeros
que se radicaron en Colombia en la implantación inicial de la caña de azúcar y de la palma
con miras a promover la inversión extranjera directa, principalmente en los sectores de
explotación de hidrocarburos, minería y gas; telecomunicaciones; turismo y agricultura, se
han suscrito acuerdos de Protección a la Inversión Extranjera, y se negocian y suscriben
tratados de libre comercio con Chile, Canadá, unión europea y el recién ratificadotlc con
los EUA. De manera complementaria, en el Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014 de la
administración de Santos se fortalecen los instrumentos financieros (mercado de capitales y
capital de riesgo) para continuar estimulando el ingreso de inversión extranjera en
proyectos agroindustriales de largo plazo que hacen parte de la Agenda de Competitividad,
los que se complementarán con los beneficios del programa Desarrollo Rural con Equidad
-DRE que reemplazo al de Agro Ingreso Seguro, el Incentivo de Capitalización Rural, el
Certificado Forestal, las zonas francas y las alianzas productivas entre empresarios y
pequeños productores denotan claramente la desventaja adquisitiva hacia el pequeño
productor y la extranjerización a cambio de planes de desarrollo y maquinarias innovadoras
en un campo aun tercermundista. Por otra parte el sector productivo del agro colombiano
presenta vacios en la implementación tecnológica desarrollada por el pequeño productor ,
son las exigencias del mercado y los constantes cambios climáticos lo que hacen que dichas
tasas de producción sean mermadas considerablemente y la solución de sostenibilidad se
encuentre en grandes monopolios empresariales interesados en sustentar mega proyectos
dirigidos a producir materias primas para la industria , descuidando la producción
alimentaria que sostiene estos pequeños grupos poblacionales , pasando de ser variada la
producción agrícola a ser productora exclusivamente de una materia en común.

3. EXTRANJEROS EN EL AGRO COLOMBIANO

La contante inestabilidad legislativa del estado colombiano al igual que la percepción de


seguridad mostrada en los últimos años y vista por la comunidad internacional hacen de
colombiano un atractivo muy promisorio para inversión y la adquisición de tierras ,a partir
de 2002 se incrementó el flujo de inversión extranjera en el sector de agricultura, pesca,
silvicultura y pesca. No obstante, debido a que se eliminó la obligación del registro previo,
la trazabilidad de las inversiones en el mercado de tierras es compleja y demanda adelantar
un trabajo in situ con los titulares de los proyectos, las autoridades territoriales y
ambientales regionales y las comunidades. Asimismo, el rastreo de las inversiones se
dificulta en la medida en que un alto porcentaje de los recursos provienen de paraísos
fiscales, por causas como la elusión y evasión de impuestos y otras obligaciones. Esta
situación se agrava en Colombia en donde empresas nacionales constituyen compañías
fuera del país para “esconder” el origen de capitales relacionados con el narcotráfico y otros
delitos, o para ingresar capitales depositados irregularmente en cuentas de otros países
debido, entre otros factores, a la devaluación del dólar.

Tampoco es posible rastrear la inversión extranjera directa en la compra de tierras debido a


la liberación del mercado cambiario. Sin embargo, es evidente que el auge de los agro
combustibles y forestales, además de haber incrementado la concentración de la tierra son
causa de la concentración de su uso en manos de conglomerados que controlan insumos,
conocimiento, tecnología, economías de escala y canales de distribución y
comercialización, lo que les permite beneficiarse de los incentivos, exenciones tributarios y
demás ventajas, incluyendo recursos de la cooperación para el desarrollo. La concentración
de la tierra y su uso guarda relación con las modalidades de acceso a tierras que utilizan
inversionistas nacionales y foráneos, esto es compraventas de terrenos de propiedad
privada, sin que existan restricciones legales sobre el tamaño de los predios, y modalidades
que no implican transferencia de dominio: arrendamientos, comodatos y contratos de
participación, de una parte y conformación de alianzas estratégicas productivas y de
cooperativas de trabajo asociado, a través de las cuales los pequeños productores ponen a
disposición de los proyectos agroindustriales sus parcelas. Es casi que nula la capacidad del
gobierno colombiano , para demarcar territorialmente estar vastas extensiones de tierra en
manos de extranjeros , es particularmente preocupante la influencia que tiene el
narcotráfico y relación el lavado de activos con la adjudicación de tierras en manos tanto
de extranjeros como testaferros colombianos , es participe de la situación actual los grupos
al margen de la ley , sin contemplar alguna diferencia , pues se ha demostrado a trasvés del
tiempo que tanto las bandas criminales como los grupos guerrilleros manejan y controlan
bajo el mandato armado extensiones desbordadas de territorio y muchos otros escriturados
a familias de jefes extintos como herederos de los frutos de su actividad delincuencial .

4. EXTRANJERIZACION VISTA DESDE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y


EN ESPECIAL AMERICA LATINA

El debate sobre la compra de tierras está a la orden del día en el mundo. India, China,
Estados Unidos, Malasia, Emiratos Árabes, entre otros países, han comprado o alquilado
vastas extensiones de tierra en países de África, América Latina y del sureste asiático.
Según el informe Transacciones transnacionales de tierra para agricultura en el Sur Global,
en los últimos 10 años se han cedido alquilado o vendido más de 200 millones de hectáreas.
Eso equivale a comprar buena parte de Europa. Este proceso se aceleró desde 2008, como
consecuencia de la crisis alimentaria que sufrieron varias naciones. Los países emergentes
saben que la tierra es un bien limitado, de alto valor estratégico para producir comida,
energía y minerales. Pero no solo han sido los gobiernos los interesados en las parcelas del
mundo, cuyo fin es abastecer a sus connacionales; entidades financieras han adquirido
predios con fines especulativos, pues representan un retorno seguro a largo plazo. 

El problema, según lo han advertido la ONG Oxfam y la FAO, es que la extranjerización de


la tierra entraña un peligro para la seguridad alimentaria de los países que venden, pues los
somete a importar la comida. Además, las grandes ocupaciones de tierra tienden al
monocultivo que no solo impactan la calidad del medio ambiente (ríos, suelos y diversidad
biológica) sino que por tratarse de procesos de producción mecanizados. 
Por estas razones, en la región, Argentina y Brasil se adelantaron a poner límites a la
compra de tierras, y en Bolivia y Uruguay se discuten propuestas en ese sentido En
Latinoamérica están cuatro de los siete países en el mundo que cuentan hoy con tierras
cultivables aún sin explotar. Entre esos países está Colombia, dueño del 7,5 por ciento de
ese territorio disponible (21 millones de hectáreas). En un informe periodístico del diario el
espectador de Colombia, se plantea el trabajo de investigación realizado por la organización
británica de asistencia humanitaria Oxfam : “Colombia es uno de los países más
vulnerables en el marco internacional por su gran desigualdad en el acceso a la tierra”,
según el informe "Tierra y Poder" de la organización británica de asistencia humanitaria
Oxfam. Otro de los puntos débiles del país, según el estudio, presentado en conjunto con la
organización colombiana Medios para la Paz, es que "de los países de la región, junto con
Perú, es el que menos regulado tiene este proceso (de compra y venta de tierras); su marco
legal no contempla la prohibición o la regulación de compra de tierras por parte de
extranjeros" el coordinador de la campaña Crece para Sudamérica, encargada de redactar
este informe, el español Asier Hernando, quien añadió que, además de ese motivo,
"Colombia es uno de los países más interesantes para la inversión extranjera, tanto por la
calidad de sus tierras como por su agua".
Existen dos actores que están actuando en este problema, los propios Gobiernos "que más
que comprar tierra lo que están haciendo es alquilarla por 30 o 40 años, como en el caso de
China", y las multinacionales que compran las tierras.
Además de las implicaciones económicas que estos procesos tienen para la población rural,
se suma el problema de la eficacia en el rendimiento de la producción alimentaria, ya que
"en los últimos ocho años se ha estancado y la tierra por habitante es cada vez menor". En
los estudios que Oxfam ha realizado para Colombia, los países con mayor implicación en la
transacción de tierras son "empresas argentinas y brasileñas, y éstas con un apoyo muy
fuerte por parte de su Gobierno", sentenció el investigador.
El coordinador de Crece pronosticó que "en los próximos 20 años vamos a tener que
producir un 70 % más de alimentos que en la actualidad para alimentar a 3.000 millones de
personas más; esto lo que va a hacer es que la presión sobre el recurso tierra va a ser cada
vez mayor”. En el marco internacional, "se está llevando a cabo una negociación en Roma,
para conseguir acuerdos voluntarios por parte de los países sobre cómo se deben llevar a
cabo estos procesos de compra y venta, aunque nosotros creemos que tendrían que ser
acuerdos mandatorios y no voluntarios", opinó Hernando. Otro tema fundamental es
incrementar la inversión hacia la agricultura, que en los países de América Latina no
alcanza "ni el 3 % en prácticamente ninguno, al contrario que en Europa, donde se destina
el 50 % a este sector”. El informe de Oxfam ha analizado "2.000 contratos" que, según la
organización, "son procesos muy poco transparentes y a pesar de muchos de ellos ser
legales, pocos han sido legítimos, porque no se ha llevado a cabo el proceso de consulta
previa informada”. De los países estudiados por Oxfam, los que más han incentivado la
compra de tierras son India, China y Arabia Saudí, y en América Latina el Gobierno que
más ha apoyado a sus empresas para que adquieran tierras en la región, ha sido Brasil.
Las naciones que más están sufriendo las consecuencias de la compra masiva de tierras
están situadas principalmente en África. Así, por ejemplo, "en el sur de Sudán, las
compañías extranjeras han comprado el 10 % de su territorio total" y en América Latina "el
país que vemos más vulnerable en el área es Colombia", aseguró Hernando.
CONCLUSIONES

Tal como sucedió hace poco más de cinco siglos atrás, hoy asistimos a nuevas formas de
colonización que continúan obstaculizando el derecho a la libre determinación de nuestro
pueblo. Una de ellas es el proceso de extranjerización de tierras en zonas del territorio
nacional que son estratégicas desde el punto de vista de los recursos naturales no
renovables, la agricultura y zonas de frontera. Los intereses de los inversores foráneos
apuntan a determinadas zonas geográficas claves para el aprovechamiento actual o la futura
explotación de recursos específicos. Agua, selva, bosques, minerales, madera y riqueza
turística, todo vale a la hora de comprar tierras en el país para hacerse de recursos
estratégicos que, con el transcurrir del tiempo, se harán cada vez más vitales para el
desarrollo humano y empresario. Este proceso de neo-colonización, al igual que hace cinco
siglos atrás, también ocupa medios violentos. En suma, la extranjerización de nuestras
tierras tiene graves consecuencias sociales y económicas. Entre los riesgos de esta situación
podemos mencionar la pérdida del control nacional sobre el territorio y los recursos
naturales estratégicos, es decir, pérdida de soberanía; el desplazamiento forzado de pueblos
originarios de sus tierras; la expansión de modelos tecnológicos “importados” y en muchos
casos, de predatorios de los recursos naturales; la pérdida de la cultura y del arraigo de la
población en el medio rural y la dificultad de controlar, mediante legislación, la influencia
de los procesos de la economía globalizada sobre estos hechos.

En este sentido, debemos realzar la importancia de la iniciativa legislativa de enviar al


Congreso de la Nación un proyecto de ley para poner freno a la extranjerización de tierras
en Colombia. El mismo establece un límite del 15 por ciento de las hectáreas cultivables
totales del país, y un total de 1.000 hectáreas por zona, a la posesión que puedan hacer
personas físicas o jurídicas foráneas, estén o no afincadas en el país. Asimismo, y
atendiendo al gran déficit en la información catastral, el proyecto contempla la realización
de un censo para crear un registro único de tierras rurales. Otro punto a tener en cuenta es
que, en miras de la seguridad jurídica, no se afectan los derechos ya adquiridos.  Sin
embargo, los dos proyectos quedaron noqueados luego de que el ministro de Agricultura,
Juan Camilo Restrepo, se opuso radicalmente a las iniciativas. En criterio del gobierno, las
propuestas sacaban a sombrerazos la inversión extranjera y una regulación sobre la
propiedad de la tierra no debe hacerse por la vía de una reforma constitucional, sino de una
ley ordinaria. El ministro, incluso, en uno de los debates llegó a decir que algunas
iniciativas eran demasiado radicales y hasta coincidían con las propuestas de las Farc. 

El proyecto, lejos de representar una legislación xenofóbica, prohibitiva o refractaria a las


inversiones extranjeras responsables, se basa en legislaciones de países como Brasil,
Estados Unidos, Canadá, Francia e Italia; y tiene una gran importancia desde el punto de
vista económico y social, ya que busca proteger un recurso estratégico como es la tierra,
pilar fundamental y motor de desarrollo de Colombia.
Además, dicha reglamentación resulta imprescindible para mantener los recursos, vitales en
el siglo XXI, en órbita y competencia nacional sin que ello signifique desalentar la
inversión extranjera. En Latinoamérica están cuatro de los siete países en el mundo que
cuentan hoy con tierras cultivables aún sin explotar. Entre esos países está Colombia, dueño
del 7,5 por ciento de ese territorio disponible (21 millones de hectáreas). 
Esperamos que el Congreso acompañe esta iniciativa, aprovechando una oportunidad
histórica para avanzar en la profundización de cambios estructurales que garanticen la
soberanía y la independencia nacional del pueblo colombiano, en detrimento de los
intereses capitalistas extranjeros, pues no es solo legislar sobre la materia es buscar la
solución a aquellas causas estructurales que han originado esta problemática y en general la
que se presenta en el campo colombiano , es claro , que gran parte de la causas del conflicto
colombiano y el desarrollo del mismo se debe a inequidades abismales en el agro , es un
desarrollo sostenible , la producción de alimentos ecológicos y la iniciativa empresarial de
pequeños productores la que puede sustentar un modelo económico armónico tanto con la
naturaleza como con el hombre mismo . El respeto hacia lo sagrado y fundamental de
nuestro entorno entabla esa relación directa con nuestro medio de vida y es tan solo en la
ponderación y ejecución de normas justas la clave de este crucial proceso legislativo que se
adelanta actualmente en Colombia, buscando siempre defender los intereses del campesino
como conocedor de las practicas ancestrales y del valor inmaterial que tiene la tierra para
sus comunidades ancestrales.
BIBLIOGRAFIA

“Las bolsas de productos” una alternativa para la modernización de la comercialización y el


financiamiento del sector agropecuario en los países en desarrollo.2001

Acción Social – Proyecto de Protección de Tierras y Patrimonio - AS –PPTP (2010),


Unidades
Agrícolas familiares, tenencia y abandono forzado en Colombia. Bogotá, D.C., 2010.

Corte Constitucional -Corte


(2004). Sentencia T 025 de 2004, magistrado ponente, Manuel José Cepeda Espinosa.
(2009), Auto 004 de 2009, magistrado ponente, Manuel José Cepeda Espinosa.
(2009-a). Auto 008 de 2009, magistrado ponente Manuel José Cepeda Espinosa.

Reflexiones sobre el acceso


de las mujeres rurales a la
tierra en América Latina Fundación TIERRA (Bolivia), miembro de la Coalición
Internacional para el Acceso a la Tierra (ILC) - América Latina. El componente “Mujer y
Acceso a la Tierra”
de la ILC en América Latina es coordinado por Fundación TIERRA.

- http://www.lasillavacia.com/especial/5215/especial-orinoquia
- http://www.lasillavacia.com/historia/4318
- http://www.lasillavacia.com/tag/agro-ingreso-seguro

-REVISTA SEMANA
-PERIODICO EL TIEMPO
-PAGINA WEB POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO

“Dinámicas en el mercado de la tierra en Colombia”


Escrito por Yamile Salinas Abdala - Indepaz. Apoyo en la investigación Paula Álvarez.

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