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BULLERENGUE DANZA Y MÚSICA OLVIDADA

PRESENTADO POR:
JULIO CAÑATE CASSERES
JOSE ROCHA CHARRIS
KEYDI SALGADO RIVERA

PRESENTADO PARA:
VISBAL HAMBURGER ROBERTO

ELECTIVA SOCIO HUMANISTICA 1


Barranquilla-Atlantico
2018
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN
1. ORIGEN DEL BULLERENGUE
2. DANZA
2.1. BAILE, PASOS DEL BULLERENGUE
2.2. Tradición del bullerengue
2.3. Inicios del bullerengue en Colombia
3. VESTUARIO
4. CANTAORAS DEL BULLERENGUE EN COLOMBIA
5. INSTRUMENTOS
6. FESTIVALES
7. BULLERENGUE EN PANAMÁ
7.1. Formación instrumental
7.2. Danza
7.3. Instrumentos
7.4. Festivales
8. CONCLUSIÓN
9. BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN

Hablar de folclor en Colombia implica hacer referencia a infinidad de ritmos y aires


que se ejecutan y disfrutan a lo largo y ancho de un país sumamente rico y diverso
en su demografía, geografía e historia. También hace eco el que esas músicas
populares se relacionen con contextos complejos de esclavitud y conflicto armado,
puesto que son manifestación de brechas sociales inmensas, e incluso de anhelos
de ‘paz’ y sed de memoria.

Tal es el caso del bullerengue, un baile cantado de pregones y respuestas, de


danza sensual y fértil, y de ritmos percutidos que evocan una impronta ancestral-
africana innegable. Absolutamente caribeño, este ritmo folclórico es hoy en día
materia de estudio entre artistas que han encontrado en él sustrato de resistencia
y memoria histórica, sobre todo en coyunturas críticas como la sociedad esclavista
y el actual conflicto armado, pues su poética oral denota remembranza y refugio.

1. ORIGEN DEL BULLERENGUE

el bullerengue o bullarengue es un género musical y danza de la costa caribe de


Colombia[] y de la provincia de Darién, panamá.

en Colombia es ejecutado principalmente por los actuales descendientes de los


cimarrones que habitaron el palenque de san Basilio. en Colombia, "bullerengue" o
"bullarengue “significa "pollerón", como lo define el diccionario de la lengua
española.

en panamá es propio del palenque del Mamoní o Santiago del príncipe y la tribu
de los mandinga de kuna Yala, que se extendieron hasta el Darién histórico. en
panamá se entiende que la palabra "bullerengue" viene de la unión de "bulla" y
"arenga", o sea, "bullarenga

2. DANZA

2.1. TRADICIÓN

Las condiciones de extremo hacinamiento, la carencia de las más elementales


atenciones de salud y las enfermedades contagiosas, el uso de cadenas y
grillos, padecidos durante cincuenta o más días de navegación, además de la
muerte a lo largo del recorrido, convertían las bodegas en verdaderos ataúdes de
difuntos y sobrevivientes agónicos.
Este cuadro ya vivido reiteradamente por Pedro Claver y su maestro Alonso
Sandoval, avivaron su prisa en abordar de primeros las naos, lo que despertaba
una agresiva resistencia tanto de los traficantes como de las autoridades
españolas, ansiosos de ocultar las condiciones infrahumanas a las que eran
sometidos durante el viaje.
No obstante, los religiosos, venciendo toda clase de obstáculos, lograban atender
a muchos de los moribundos, dar frutas y agua a los sedientos, aliviar sus heridos
y aun brindarles la extremaunción, antes que expiraran.
Una vez desembarcados los africanos, eran llevados a sus lugares de trabajo, los
religiosos siempre atendieron la catequesis de los prisioneros, validos de
lenguaraces africanos que habían aprendido del castellano y que podían aprender
los idiomas de los recién llegados, facilitando así el dialogo.
En este ámbito se dieron los primeros intercambios
religiosos. posteriormente se repetían en el puerto, la ciudad y las construcciones
de las murallas, cada vez que caían desfallecidos los esclavizados o morían en
plena construcción de las fortalezas. Es de imaginarse, aun cuando no lo relatan
muchos y los cronistas, como los africanos presentes debían prorrumpir en llantos
y cantos en sus respectivas lenguas alrededor del difunto (llantos).
El culto de origen africano preservo el uso ancestral de tres tambores y de
cantadoras; así se reverenciaba al difunto bailando y
palmoteando acompañándolo durante el velatorio y, posteriormente ,siempre a
ritmo de tambores ,bailes y cantos , a su tumba .en el litoral caribeño
de Colombia recibe el nombre de lumbalu y en Haití yambalu .Durante el largo
periodo de la colonización el lumbalu y la cultura palanquera recibieron influencia
de los cultos aborígenes amerindios y no pocos de los colonizadores españoles.
Esto permitió que, fuera del ámbito funerario del lumbalu, en días de jolgorios se
dieran derivados que recibieran distintos nombres tales como bullerengue,
chande, chalupa hasta desarrollarse los ritmos de la cumbia, gaita, tambora, porro,
etc.
La filosofía africana tradicional parte del hombre vivo, el ser humano ha sido
puesto en el mundo para perpetuarse reproduciéndose.
El peor de los males es para el hombre no dejar descendencia viva y la
peor maldición es desearle a alguien que muera sin haber tenido hijos. Así las
ceremonias de iniciación a la pubertad cobran vital importancia para lograr dar el
poder apropiado a la actividad sexual asegurando una descendencia fuerte y
sana.
Lo que llamamos Bullerengue tuvo sus orígenes en prácticas culturales, ritos y
ceremonias que llegaron a la región con la población africana introducida durante
la época colonial.
Investigadores de la antropología cultural y la etnomusicología, así como
conocedores de las tradiciones populares
y músicos académicos y empíricos aseguran un fuerte legado bantú en el
bullerengue. Las prácticas culturales como por ejemplo la lengua y los ritos
vigentes hoy en día en san Basilio de palenque, sustentan esta teoría. Esto ayuda
a verificar las aserciones a cerca de la importante influencia Congo en Colombia.
Se puede decir que, en América, el Bullerengue es un ritmo matriz, ya que
contribuye al desarrollo de otros ritmos y géneros como por ejemplo el porro y la
cumbia.
2.2. BAILE, PASOS DEL BULLERENGUE

El Bullerengue tiene solo un paso fundamental sobre el cual descansa la danza.

 Posición inicial: Los dos pies juntos paralelos.


 Paso básico:  El pie izquierdo se levanta del piso ligeramente, avanzando
un paso corto mientras que el pie derecho sin levantarse del piso, lo
sigue arrastrándose hasta llegar junto a él. Cuando el pie izquierdo se
levanta del piso, la cadera suavemente se desplaza hacia atrás. Al
pisar avanzando un paso corto y arrastrando el pie derecho la cadera se
empuja suavemente hacia adelante. El cuerpo se mantiene erguido,
manteniendo el ritmo con la cadera, de manera persistente. Los
movimientos son suaves como los del mar acariciado por una suave y ligera
brisa. Al realizar el paso avanzando hacia los lados, el paso se ejecuta de
igual modo, solo que el pie izquierdo no pisa al frente sino al lado, cuidando
siempre de mantener los pies pegados al piso.

2.3. INICIOS DEL BULLERENGUE EN COLOMBIA

El bullerengue se caracteriza por ser un baile cantado, cuya danza es de mujeres


solamente, de indudable ancestro africano, al parecer desprendida de las
costumbres rituales del Palenque de San Basilio, formando parte de los actos de
iniciación de las jóvenes a la pubertad, tomando como referencia a Cartagena.[9]

A pesar de que los ritmos tradicionales de la costa se aprenden, estos no se


enseñaban, solo hasta hace algunos años con la creación de festivales y escuelas
de música tradicional en algunos pueblos como Ovejas y Sucre, se están
implementando algunas metodologías occidentales, tomadas de la educación
formal escolarizada. Según las viejas cantadoras y tamboreros, ellos aprendieron
con un familiar muy cercano o un amigo, que a su vez aprendió de otro familiar u
otro amigo, por eso podemos ver que estos músicos son fruto de una larga
herencia musical, donde esta se socializa constantemente.

El bullerengue surge con la venida de los esclavos a Cartagena de Indias, los


cuales utilizaban tambores hembra y llamador, las mujeres utilizaban polleronas.
Por medio de esta bulla de tambores y palmas también celebraban su libertad
como esclavos.

Cantadoras, bailadoras y tamboreros nunca dejan de aprender y solo cuando son


veteranos son realmente reconocidos dentro de la comunidad como buenos
bullerengueros. Durante sus visitas a otros pueblos y hoy en día en la participación
a festivales, estos personajes aprenden cantos, versos, pasos, golpes de tambor,
conocen a cantadoras, bailadoras y tamboreros de los cuales aprenden viendo; en
ningún momento un tamborero “veterano” va a pedir a otro tamborero que le
enseñe un toque, ellos los aprenden y para esto utilizan el término coger, los
tamboreros, las cantadoras y bailadoras se cogen los golpes, los cantos y los
pasos de otras personas.

El bullerengue se convirtió para estas nuevas comunidades en la música festiva


por excelencia, con esta amenizaban sus reuniones y las celebraciones del
calendario santoral popular, realizaban fiestas de bullerengue durante las
celebraciones de san Juan, san Pedro y san Pablo (24 y 29 de junio) y luego
desde la celebración de santa Catalina (25 de noviembre), la Inmaculada
Concepción de María (8 de diciembre), al 25 de diciembre, muchas veces las
fiestas seguían hasta el 6 de enero.

3. VESTUARIO

Consta de dos piezas: Una falda larga y una blusa escotada. La falda, larga hasta
el tobillo, consta de tres sayas, cada una de 30 cm aproximadamente, que cuando
se recoge en la cintura da un vuelo a la falda y así permiten que se hagan figuras
con ella.
La blusa es muy escotada y lleva resortes en la parte superior, que sostienen la
prenda, La blusa se ajusta al cuerpo por medio de la falda que se amarra sobre
ella por medio de dos tiras largas amarrada a la cintura.
La característica especial de estos vestidos es que son siempre blancos, pues
simbolizan la castidad.

Foto: BlogArnialedio.com

4. CANTAORAS DEL BULLERENGUE EN COLOMBIA

Las voces de estas mujeres representan la cultura de nuestras costas Pacífica y


Caribe deleitarán al público con tradición, folclor y cultura. Desde el Caribe
Colombiano compartirán con sus seguidores una rica tradición musical que
inmortaliza la vida de los pueblos.
El encuentro musical servirá de pretexto para rendirle un homenaje a la mujer y
generar un espacio de reflexión acerca de su papel en la preservación de las
tradiciones, su transmisión a las nuevas generaciones y el fortalecimiento de las
expresiones culturales del país.

Cinco grandes cantaoras que mantienen latente la tradición del bullerengue y la


tambora.

 PETRONA MARTÍNEZ
La reina del Bullerengue. Nació en un pequeño pueblo del departamento del
Bolívar llamado San Cayetano. De pequeña se dedicó a las labores domésticas
tanto para su hogar como para otras casas e incluso fue recolectora de arena.
Aunque jamás fue al colegio ni tuvo una formación musical, el talento lo llevaba en
las venas: su abuela y tías también eran cantaoras. La música fue el legado de
sus antecesoras y el Bullerengue su expresión más noble, un canto tradicional del
Caribe colombiano cuyo origen se remonta a los lamentos africanos. Petrona
Martínez le canta a la vida desde su sentir, desde las experiencias de su tierra,
pero solo hasta 1990 su nombre es reconocido gracias a un álbum internacional
del sello Ocora de Francia que la catapultó como una de las voces más
destacadas de la música afroamericana en Colombia.
De repente esta mujer, ya mayor, con las manos duras por el trabajo trasciende la
esfera de su pueblo, de la Costa Caribe y se vuelve una embajadora musical del
país, llevando su talento a países como el Reino Unido, Francia, México y
Canadá. Petrona ha sido nominada en dos ocasiones al premio Grammy Latino
por mejor álbum de música folclórica con “Bonito que canta” (2001) y “Las penas
alegres” (2010).

Foto: BlogArnialedio.com

 MARTINA CAMARGO
La voz de la tambora. Nació en San Martin de Loba (Bolívar) población ubicada en
la ribera del Río Grande de la Magdalena. Martina Camargo es considerada como
una de las cantaoras de mayor trayectoria del Caribe colombiano quien ha
diseminado el lenguaje de la tambora a lo largo y ancho de Colombia; desde La
Guajira hasta el Amazonas, traspasando fronteras y permitiendo la llegada de su
explosiva voz a México, Italia, Beirut, El Cairo y España. Junto con la fallecida
Etelvina Maldonado hizo parte del colectivo “Alé Kumá”, proyecto que reunió a
cantaoras de las costas Pacífica y Caribe.
En 2009, Martina Camargo graba “Canto, Palo y Cuero” en solitario, e interpreta
tres de las canciones que escribió su padre, Cayetano Camargo, y quien ha sido
su mayor influencia musical. Este trabajo musical fue seleccionado como una de
las 10 mejores producciones del año 2010 por la Revista Semana y nominado a
mejor álbum folclórico en los premios SHOCK 2010.

Foto: BlogArnialedio.com

 SEFERINA BANQUEZ
Cantos ancestrales de Guamanga. Nació en 1945, en la región de Guamanga,
vereda de El Carmen de Bolívar, corazón de la región de Montes de María.
Pertenece a una familia tradicional de cantadoras donde se destacan sus tías
María del Carmen Teherán y María de los Reyes Teherán, que alegraban las
extenuantes jornadas de laboreo con sus cantos. Sus temas originales nacieron
mientras recogía sus sembrados de maíz, yuca, plátano y ñame. La violencia
desplazó a Ceferina Banquez de Guamanga y actualmente vive en el barrio El
Recreo, en el municipio de Maríalabaja Bolívar (norte de Colombia). Es una
compositora prolífica que además de los cantos tradicionales, involucra en sus
letras la problemática social y de violencia que ha vivido la región. Temas como
Pundunga, Votando sangre por la nariz, Apegadita, y Estebana, son ejemplos de
sus virtudes creativas.
Foto: BlogArnialedio.com

 LINA BABILONIA
Portadora de un legado ancestral. Cantaora e investigadora nacida en María la
Baja (Bolívar). Desde muy joven se interesó por los aires tradicionales de la costa
Caribe colombiana, ha sido voz líder de importantes proyectos folclóricos de su
ciudad natal, entre los que se destacan: grupo de investigación y proyección
folclórica "Tambó" y agrupación "Ellos Son" dirigido por Einer Escaf, con las cuales
ha participado en diversas giras por Europa, EEUU y Centro América. Además de
su desempeño como cantaora, ha hecho importantes aportes a la formación de
nuevas voces en su rol como Instructora de cantos de tradición del programa
Casas Distritales de Cultura, proyecto de la Secretaria Distrital de Cultura y
Turismo - Alcaldía de Barranquilla.

Foto: BlogArnialedio.com

 EULALIA TORRES
La reina del currulao. Vendedora de pescado, partera, lavandera y cantaora; esta
vigorosa mujer de 70 años de edad es una institución de los cantos tradicionales
del pacifico sur, desde niña aprendió escuchando a las abuelas que circulaban en
sus potrillos por el rio y en las fiestas en casa de su familia, a los 15 años recibió la
autorización de sus padres para poder cantar públicamente, desde aquella época
hasta ahora Eulalia sigue cantando y componiendo inspirada en el paisaje y las
vivencias que ofrece este contrastante litoral, actualmente sobrevive como
vendedora de pescado frito en Guapi (cauca).

Foto: BlogArnialedio.com

5. INSTRUMENTOS

 Tambor macho o llamador


 Tambor hembra
 Voz
 Coro
 Palmas
 Maracas

Foto: BlogArnialedio.com

Rítmicamente, el Bullerengue se fundamenta sobre los golpes del tambor macho o


llamador y la marcación de palmas. El tambor llamador golpea en el segundo y
cuarto tiempos de cada compás, durante todo el número musical. cabe decir que
estos son los tiempos musicales débiles naturales en toda música que tenga
cuatro tiempos por compás, mientras que el primero y el tercer tiempo son los
fuertes naturales. esto lo puede verificar fácilmente cualquier persona contando un
informe y seguidamente cuatro tiempos y acentuando con las manos en
los números 1 y 3 o los 2 y 4. 
Sobre esa marcación constante se realiza el canto, el cual va acompañado por
palmas mercantes de los tiempos musicales 1ro y 3ro; Los tiempos opuestos a los
marcados por el llamador. Este palmoteo es ejecutado por las personas que
mantienen el coro. En los espacios entre los estribillos o coros el
cantante líder canta sus versos, estrofas o sus letanías, dependiendo de la
ocasión del bullerengue.
En la escritura musical es ciclo del patrón básico del ritmo musical del ritmo
bullerengue al igual que el de la gaita, tiene una duración de 2 compases de 4
pulsos cada uno; El llamador golpea el segundo y cuarto tiempos mientras que la
palmas golpean el primero y tercer tiempos.
El tambor hembra también llamado tambor alegre cumple el papel importante de
definir este género musical con su golpe, acompañado o alegrando el cantante o
la melodía, también puede sobresalir como instrumento solista.
El patrón básico del ritmo del bullerengue en el tambor alegre se caracteriza por
sus golpes "cantiaos" y de "bajoneo”. Este patrón dura dos compases
Dado el papel que debe cumplir el tambor hembra, alegrando el cantante o la
melodía, a veces es difícil encontrarlo haciendo el patrón base; Mas a menudo se
le escucha repiqueteando y adornando creativamente el número musical.
En contraste la música que un conjunto Bullerengue toca en las fiestas y
reuniones informales tienen un tempo o velocidad musical mal alta el porro, la
chalupa o el fandango de lengua, relacionados con la rueda de cantadoras, que
siempre suelen estar junto con el bullerengue en esas ocasiones al punto de ser la
misma cosa.

6. FESTIVALES DEL BULLERENGUE

En Colombia se realizan anualmente festivales nacionales de bullerengue en


poblaciones como, Córdoba; María La Baja, Bolívar y en Necoclí, Urabá
antioqueño.

7. BULLERENGUE EN PANAMÁ

En Panamá, el bullerengue o bullarengue es un género de música y de baile


propio de los afrodescendientes de la provincia de Darién, que data de la época
colonial.

En la provincia de Darién, el bullerengue no es un baile exclusivo de mujeres


como su par en Colombia. En cambio es un baile en pareja que posee un carácter
eminentemente erótico, de conquista y amor. [] Tiene su origen en la tradición
ancestral darienita, que al momento de conocer la mujer que su marido ha
regresado de la selva, victorioso de la cacería de animales, ella organiza una
fiesta para celebrar tal acontecimiento. La mujer como dueña de la celebración,
invita a los tamboreros de la comunidad, a sus comadres y vecinos, y monta su
fiesta de tambor por el éxito de su marido en la caza.

En el bullarengue panameño el parejo va a prácticamente comerse a su pareja a


besos y ella a cuidarla que él no la bese, en el pasado este baile tenía un
contenido tan sensual y poco pudoroso que los adultos le prohibían a los niños
presenciar estas celebraciones, lo que causo que las nuevas generaciones de
darienitas no supieran cantarlo, bailarlo ni tocarlo, actualmente se ha tratado de
bajar un poco el tono del baile y se le está enseñando a los niños en los colegios
de aquella provincia para que la tradición no muera.

7.1. FORMACIÓN INSTRUMENTAL

Las metáforas del tambor darienita sorprenden más cuando las cantalantes son
iletradas, pero su bagaje poético señala calidad y la conserva espontáneamente
por su intuición. Sus coplas pueden ser usadas tanto en el tambor darienita como
en cualquier otro grupo de afrodescendientes en Panamá. Se relacionan con
temas de la selva o de la vida accidentada de sus sociedades, poco figuran los
textos de amor, ni tampoco los picarescos.

7.2. DANZA

En "Nuestro vestido típico y sus variantes regionales" (suplemento cultural en línea


del periódico El Panamá América), se hace una descripción de este baile de la
siguiente manera:

Lo bailan la gente de Garachiné y de Tucutí. Las figuras principales de este


tambor son un ligero homenaje a los instrumentos con retroceso corto y vuelta. La
mayor parte transcurre en una seguidilla y paseo, siguiendo el límite del círculo
donde se agrupan para bailarlo. Le acompañan un movimiento de caderas,
esquemas amplios y las flexiones hasta el suelo, con saltos hacia delante con gran
La agitación y excitación emocional.
Se conserva como el sello de la raza darienita. No difiere mucho del tambor
propiamente dicho, sino que en él se conserva toda la savia de la sensualidad. Por
lo simple de sus figuras se emparienta con los congos.
El baile solo tiene seguidilla y vueltas, pero carece de violencia se caracteriza más
bien por la concentración o actitud introspectiva con la que la mujer realiza su
desplazamiento. Resbala más que camina con pasitos menudos con toda la planta
asentada y los pies muy juntos. Las piernas las lleva cerradas dando el aspecto de
lujurioso fruto prohibido (a este movimiento se le conoce como “plantillas”).
Mientras que el varón despliega toda su energía en gestos acrobáticos en
rendiciones y provocaciones sensuales. La mujer alterna las plantillas con
movimientos más amplios a veces y llega al paroxismo cuando ejecuta lo que se
llama “bosar”, que es el tipo de mover las caderas y vientre, como en un trance
solitario, el varón toma eso para acercarse y atacar la mujer por su parte esquiva y
burla a su compañero con un rápido desquite y una vuelta.
7.3. INSTRUMENTOS

Los instrumentos que se utilizan para la ejecución de la música son:

 Caja tipo tamborera de tamaño mediano


 Maracas
 Tambor grande
 Tambor chico

7.4. FESTIVALES

El Festival del Bunde y el Bullerengue se dan en La Palma, capital de la Provincia


de Darién en el mes de mayo de cada año, y ha sido llevado a la asamblea
nacional como anteproyecto de ley para que sea declarada Fiesta de la Tradición
Nacional.

[]

8. CONCLUSION
Esta danza es efectuada por mujeres, es uno de los bailes en los cuales se
destaca con mayor fuerza la ascendencia africana. Donde se pone en evidencia
en los tambores, el palmoteo y el canto coral que acompaña su ejecución. Que
surgió como una reacción cultural dentro del contexto ceremonial de las
comunidades cimarronas, esta danza se realiza de manera simbólica cuando los
jóvenes llegan a la pubertad, la fecundidad femenina. Es un ritmo impulsado por
las condiciones de extremo hacinamiento, la carencia de las más elementales
atenciones de salud y las enfermedades contagiosas.

9. BIBLIOGRAFÍA

 Arocha Rodríguez, Jaime: «Elogio a la afrigenia», en: revista Nómadas,


n.º 13, págs. 177-198. Bogotá: Universidad Central, 2000.
 Friedemann, Nina de S.: «San Basilio en el universo Kilombo-África y
Palenque-América», en Adriana Maya: Geografía humana de Colombia: los
afrocolombianos (tomo VI), págs. 79-101. Bogotá: Instituto Colombiano de
Cultura Hispánica, 1998.
 Jacob, Francois: El juego de lo posible. Madrid: Grijalbo, 1981.
 Ramírez Naranjo, Rigoberto: Visión crítica del festival del bullerengue:
municipio de Puerto Escondido (manuscrito). Montería (Colombia):
Universidad Santo Tomas de Aquino, 1999.

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