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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales

“Ezequiel Zamora”

2do año sección “U”

UNELLEZ-APURE.

Responsabilidad
Patrimonial.

Profesora:
Bachiller:
Belbis Farfán.
YONATHÁN FUENTES

C.I. 29894478

San Fernando 22 de Octubre 2020.


Sentencia de Reclamo Patrimonial:

En fecha 26 de noviembre de 1998, los abogados Oscar López, Carlos


Jaimes, Ángel Hurtado. Y Rafael Aguilar, inscritos en el Inpreabogado bajo los
Nros. 1.049, 64.199, 12.626 y 71.034, respectivamente, actuando en su
carácter de apoderados judiciales del ciudadano Ernesto Bautista, titular de la
cédula de identidad Nº 6.437.315, interpusieron ante la Sala Político
Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia demanda contra la
República (), por los daños patrimoniales y morales sufridos en ejercicio de sus
funciones, por el estallido de un artefacto explosivo.

El 1º de diciembre de 1998 se dio cuenta en Sala y se ordenó pasar el


expediente al Juzgado de Sustanciación.

En fecha 20 de enero de 1999, el Juzgado de Sustanciación admitió la


demanda interpuesta y ordenó citar a la República de Venezuela, en la persona
del Procurador General de la República para que diera contestación a la
demanda interpuesta dentro de los veinte días de despacho siguientes a su
citación.

El 30 de junio de 1999, las abogadas Carolina Juárez y Magaly Ojeda inscritas


en el Inpreabogado bajo los números 50.511 y 74.888, respectivamente,
actuando con el carácter de representantes de la República, consignaron
escrito mediante el cual promovieron pruebas en el presente juicio. En la
misma fecha los apoderados de la parte demandante consignaron el escrito
respectivo.

Por auto de fecha 21 de julio de 1999, el Juzgado de Sustanciación admitió las


pruebas promovidas por la parte actora y las pruebas documentales
promovidas por las representantes de la República.

El 22 de julio de 1999, el Juzgado de Sustanciación acordó comisionar al


Juzgado Segundo de Municipio de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, de conformidad con el artículo 483 del Código de
Procedimiento Civil, para evacuar las pruebas testimoniales promovidas por la
representación del demandante.

Análisis de la sentencia:

Para iniciar nos encontramos que en la presente demanda interpuesta por los
abogados (Oscar López, Carlos Jaimes, Ángel Hurtado y Rafael Aguilar) en
contra del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia en representacion del
estado venezolano, por motivo de daño moral y patrimonial al ciudadano y
trabajador del circuito judicial en el puesto de portero Ernesto Bautista. Cabe
destacar que el ciudadano ingresó a la extinta Corte Suprema de Justicia en el
mes de enero de 1992, desempeñándose en el cargo de portero y a partir del
15 de julio de 1993, ocupó el cargo de archivista adscrito a la Sala Plena.

El día 19 de julio de 1993, dicho ciudadano en cumplimiento de sus funciones,


mientras daba curso a una correspondencia, sufrió un accidente al estallar uno
de los sobres que manipulaba. Esto trajo como consecuencia la amputación del
miembro superior izquierdo a nivel del antebrazo.

El ciudadano alega que el incidente se hubiese podido evitar si los organismos


encargados de la seguridad del Estado hubieran actuado con la diligencia y
precaución que las circunstancias exigían, dado el particular momento histórico
que el país vivía y la situación que lo precedía.

Los organismos del Estado explicaron que para el momento en que ocurrieron
los hechos, el país se encontraba en una conmoción social y grave crisis, se
indico que para el momento en que ocurrió la explosión, en la extinta Corte
Suprema de Justicia se estaban ventilando juicios de mucha importancia para
el país, como el enjuiciamiento al Presidente de la República suspendido y al
ex presidente en consecuencia, el prenombrado Magistrado había sido
amenazado por vía telefónica, recibiendo el 16 de julio de 1993 en su
residencia un sobre de la empresa AEROCAV de la oficina de Los Teques,
cuyo remitente era un ciudadano de nombre Pedro Linares. Narraron que el
Magistrado “notó algo extraño” por lo que decidió llamar a la policía, colocando
la encomienda en un lugar seguro de su jardín. Al día siguiente el sobre fue
traslado hasta la sede de la extinta Corte Suprema de Justicia, donde
funcionarios de la Comisión de Explosivos de la Dirección General de los
Servicios de Inteligencia y Previsión (DISIP), se hicieron cargo del mismo,
constatando que contenía una carga explosiva o detonante, que carecía de
iniciador o batería que activara su funcionamiento.

Del mismo modo, fue informado el Magistrado de que no hiciera pública la


situación que ya estaban en conocimiento de lo acontecido, el Ministro de
Relaciones Interiores y el Presidente de la República y que, además de ese
sobre, se conocía de la existencia de otros dos de características similares.
Denunciaron que las autoridades no tomaron las precauciones necesarias para
proteger a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, lo que pone de
manifiesto la enorme incuria en que incurrieron los organismos del Estado
encargados de proteger la integridad física de aquellos funcionarios públicos
que por el ejercicio de sus delicadas atribuciones estaban expuestos a sufrir
atentados, y obviamente, a sus colaborados allegados.

Los hechos que afectaron al demandante, explicaron que el artefacto explosivo


detonó en horas de mediodía de 19 de julio de 1993, lesionando gravemente al
demandante. Señalaron que “La bomba se encontraba dentro de un sobre-
manila que fue remitido a los magistrados de la Corte, desde la Agencia de la
empresa de encomiendas Aerocav, ubicada en Los Teques” y tenía las mismas
características del que fue recibido por el Magistrado

Finalmente, solicitaron se ordene a la República por órgano del Ministerio de


Relaciones Interiores, a pagar los siguientes conceptos:

1) Una suma que debe ser determinada por vía de experticia complementaria
del fallo, por concepto del daño patrimonial proveniente de la pérdida de la
mano izquierda y parte del antebrazo. A tales efectos, solicitaron se considere
la edad que tenía el accionante para la fecha de producirse el accidente, su
tiempo de vida útil de acuerdo con los índices respectivos y la “merma sufrida
en su capacidad de trabajo y las demás circunstancias del caso.”

2) El pago de una suma que fije la Corte por concepto de los daños
contemplados en el artículo 1.196 del Código Civil.

3) Del mismo modo, estimaron la demanda interpuesta en Trescientos Millones


de Bolívares (Bs. 300.000.000,).

Para concluir el órgano tomó por las razones expuestas declarándose así: esta
Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando
justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de
la Ley declara parcialmente con lugar la demanda interpuesta por los
apoderados judiciales del ciudadano Ernesto Bautista, venezolano, mayor de
edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad No. 6.437.315. En
consecuencia, se condena a la República Bolivariana de Venezuela a pagar
por indemnización de daño moral al mencionado ciudadano, la suma de treinta
millones de bolívares con cero céntimos (Bs. 30.000.000.00), así como la
asignación de una pensión vitalicia estimada por esta Sala en la cantidad
correspondiente a treinta unidades tributarias mensuales (30 U.T.).

Fundamento Legal de la Responsabilidad Patrimonial de la


Administración Pública:

El tema relativo a la responsabilidad de la administración pública en Venezuela


se encuentra enfocado en términos claros en la Constitución nacional, en
diferentes normas a partir de las cuales se establece la responsabilidad del
Estado como consecuencia de su función administrativa frente a los
administrados; determinándose también la responsabilidad individual de los
funcionarios en el desempeño de sus deberes frente a los receptores de la
actividad pública.

A nivel legislativo, antes de la constitución de 1999, ciertas normas especiales


desarrollaban la materia de la responsabilidad patrimonial del Estado de
manera particular. Así, la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, en su
artículo 131, reafirma la facultad de condenar a la Administración a indemnizar
a los particulares al establecer:

“En su fallo definitivo la Corte declarará si procede o no la nulidad del acto


impugnado y determinará los efectos de su decisión en el tiempo. Igualmente,
la Corte podrá de acuerdo con los términos de la respectiva solicitud, condenar
el pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados
en responsabilidad de la Administración, así como disponer lo necesario para el
restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la
actividad administrativa”. Asimismo, los artículos 42, ordinal 15º; 182, ordinal 2º
y 3º; 183, ordinal 1º; y 185, ordinal 6º, ejusdem, consagran el principio según el
cual todas las demandas intentadas contra la República, los Estados y
Municipios, Institutos Autónomos o contra las empresas del Estado, son del
conocimiento de la jurisdicción contencioso-administrativa.

Adicionalmente, otras normas desarrollan aspectos concretos, tales como el


artículo 36 de la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública, el cual
establece que “habrá lugar a indemnización cuando a los propietarios se los
prive de una utilidad, queden gravados con una servidumbre o sufran un daño
permanente que se derive de la pérdida o disminución de sus derechos”.

De otro lado, el artículo 63 de la Ley Orgánica de Ordenación del Territorio


establece que “Los usos regulados y permitidos por los planes de ordenación
del territorio, se consideran limitaciones legales a la propiedad y, en
consecuencia, no originan por sí solos, derechos a indemnizar. Esta sólo podrá
ser reclamada por los propietarios en los casos de limitaciones que
desnaturalicen las facultades del derecho de propiedad, siempre que
produzcan daño cierto, efectivo, individualizado, actual y cuantificable
económicamente. […]”. Asimismo, la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística
contiene una disposición al mismo tenor la anteriormente citada, en el artículo
53.

Más recientemente la Ley Orgánica de Administración Pública de Octubre de


2001 estableció –artículo 14- que la administración responderá
patrimonialmente por los daños que sufran los particulares, siempre que la
lesión sea imputable a su funcionamiento.

En la vigente Constitución, el ámbito de responsabilidad patrimonial de la


Administración se extiende, de acuerdo con su artículo 140, “a todo daño
sufrido por los particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre
que la lesión sea imputable al funcionamiento de la Administración Pública”,
consagrando en definitiva y sin margen de dudas, la responsabilidad objetiva,
patrimonial e integral de la Administración, cuando con motivo de su actividad
ocasione daños a los particulares, no importando si el funcionamiento dañoso
de la Administración ha sido normal o anormal, a los fines de su deber
resarcitorio.
De tal manera que tanto la Constitución de 1961, vigente al momento de
producirse el siniestro, como la de 1999, establecen el sistema de la
responsabilidad patrimonial del Estado en el campo que le es propio al
conocimiento y competencia de la jurisdicción contenciosa administrativa, sin
que sea necesario recurrir en todo caso a las fuentes del derecho civil sobre el
hecho ilícito, para determinar dicha especial responsabilidad.

Concepto de responsabilidad Administrativa según autor:

La responsabilidad descansa sobre un hecho jurídico (o también acto jurídico,


pero en este caso dirigido a una finalidad sustancial distinta) que ocasiona
residual o incidentalmente un daño a un patrimonio privado que es preciso
reparar, eso sí, en la misma medida, tanto si se debe a una actuación ilícita o
anormal, como a un actuar normal y lícito, distinciones todas ellas que carecen
de relieve desde el punto de vista del sujeto dañado… definiendo de este modo
la más amplia cobertura patrimonial de los ciudadanos frente a la actuación de
los entes públicos…

Según autor: García E. y Fernández T. 1998.

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