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TEMA 13. EL SISTEMA DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES 6.2.

EL RECURSO DE AMPARO CONSTITUCIONAL


1. El recurso de amparo tienen su origen en el constitucionalismo mexicano,
concretamente en la Constitución mexicana de 1917. En España la Constitución de 1931
consagró el “recurso de amparo de garantías individuales”.

2. El recurso de amparo es aquél procedimiento en virtud del cual se protege a las


personas frente a las violaciones de sus derechos fundamentales y libertades públicas
originadas por disposiciones, actos jurídicos o simples vías de hecho, de los poderes
públicos de carácter territorial, corporativo o institucional, así como de sus funcionarios o
agentes.

3. El amparo constitucional presenta ciertas particularidades: a) Por un lado, es


concebido como una especie de segunda instancia en la protección de los derechos y
libertades, lo que no quiere decir que sea una instancia de revisión del derecho aplicado
por los jueces y tribunales. b) Por otro, posee un carácter híbrido, ya que su finalidad se
extiende tanto a la protección particular y subjetiva del derecho fundamental vulnerado,
como a la defensa objetiva de la Constitución.

4. Objeto: arts. 53.2; 161. 1 b) CE y 41.1 LOTC:

El objeto del amparo lo constituye la violación de los derechos y libertades reconocidos


en el Capítulo II, Sección I, Título I de la Constitución (arts. 15-29 CE); así como el artículo
14 (que tutela la igualdad jurídica), y el artículo 30.2 CE (que ampara el derecho de
objeción de conciencia).

Este ámbito inicial del recurso de amparo, regulado en la LOTC, se ha completado con
otras disposiciones normativas posteriores:

Ley Orgánica Reguladora de la Iniciativa Popular, de 26 de marzo de 1984: contra las


decisiones de la Mesa del Congreso por no admisión de la proposición de ley
presentada.

Ley Orgánica de Régimen Electoral General, de 19 de junio de 1985: contra la


proclamación de candidatos, candidaturas o de electores.

Sin embargo, tras la entrada en vigor de la Ley Orgánica 6/2007, de 24 de mayo, por la
que se modifica la Ley Orgánica 2/ 1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional, la
mera lesión de un derecho fundamental o libertad pública tutelable en amparo ya no será
por sí sola suficiente para admitir el recurso, pues a tenor del artículo 50.1.b) LOTC, es
imprescindible, además, “su especial trascendencia constitucional”.

El carácter notablemente abierto e indeterminado, tanto de la noción de “especial


trascendencia constitucional”, como de los criterios legalmente establecidos para su
apreciación, confieren al Tribunal Constitucional un amplio margen decisorio para estimar
cuándo el contenido de un recurso de amparo “justifica una decisión sobre el fondo en
razón de su especial trascendencia constitucional”; de ahí, que estimase conveniente
abordar la interpretación del requisito de la “especial trascendencia constitucional” del
recurso de amparo, en la Sentencia 155/2009, de 25 de junio, en cuyo Fundamento
Jurídico 2o, establece que tendrán trascendencia constitucional los siguientes
supuestos: “a) el de un recurso que plantee un problema o una faceta de un derecho
fundamental

susceptible de amparo sobre el que no haya doctrina del Tribunal Constitucional (...); b) o
que dé ocasión al Tribunal Constitucional para aclarar o cambiar su doctrina, como
consecuencia de un proceso de reflexión interna, (...) o por el surgimiento de nuevas
realidades sociales o de cambios normativos relevantes para la configuración del
contenido del derecho fundamental, o de un cambio en la doctrina de los órganos de
garantía encargados de la interpretación de los Tratados y Acuerdos Internacionales a los
que se refiere el art. 10.2 CE; c) o cuando la vulneración del derecho fundamental que se
denuncia provenga de la ley o de otra disposición de carácter general; d) o si la
vulneración del derecho fundamental traiga causa de una reiterada interpretación
jurisprudencial de la ley que el Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho
fundamental y crea necesario proclamar otra interpretación conforme a la Constitución; e)
o bien cuando la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el derecho fundamental que
se alega en el recurso esté siendo incumplida de modo general y reiterado por la
jurisdicción ordinaria, o existan resoluciones judiciales contradictorias sobre el derecho
fundamental, ya sea interpretando de manera distinta la doctrina constitucional, ya sea
aplicándola en unos casos y desconociéndola en otros; f) o en el caso de que un órgano
judicial incurra en una negativa manifiesta del deber de acatamiento de la doctrina del
Tribunal Constitucional (...); g) o, en fin, cuando el asunto suscitado, sin estar incluido en
ninguno de los supuestos anteriores, trascienda del caso concreto porque plantee una
cuestión jurídica relevante y general repercusión social o económica o tenga unas
consecuencias políticas generales, consecuencias que podrían concurrir, sobre todo,
aunque no exclusivamente, en determinados amparos electorales o parlamentarios”.

5. Actos recurribles:

La LOTC, parece reducir el ámbito de los actos recurribles en amparo únicamente a los
actos de los poderes públicos, entendiendo por tales, todos los entes que ejercen un
poder de imperio. De tal forma, que lo son, tanto los Estatales, como los de las
Comunidades Autónomas y también los de todas las Administraciones Públicas.

La Jurisprudencia del Tribunal Constitucional permite recurrir en amparo los actos de los
particulares que vulneren derechos y libertades fundamentales a través de la técnica de
la “eficacia de los Derechos frente a terceros”.

De acuerdo con el criterio propio de la LOTC, los actos recurribles en amparo pueden ser
agrupados de la siguiente forma:

a) Actos Parlamentarios: son objeto de amparo las disposiciones o actos sin valor de ley,
emanados de las Cortes o de cualquiera de sus órganos; o de las Asambleas Legislativas
de las Comunidades Autónomas o de sus órganos, que violen los derechos y libertades
susceptibles de amparo (art. 42 LOTC)

El objeto no es el ejercicio de la potestad legislativa de estos órganos, sino aquellas


decisiones que no tengan valor de ley y que violen los derechos fundamentales
susceptibles de amparo constitucional.

No es necesario agotar la vía jurisdiccional previa.

El plazo para la interposición del recurso será, en este caso, de 3 meses contados a
partir

de que sus actos sean firmes.

b) Actos del Ejecutivo: Son objeto de este recurso las disposiciones, actos jurídicos o
simples vías de hecho del Gobierno o de sus autoridades o funcionarios, o de los
órganos

del Ejecutivo de las Comunidades Autónomas o de sus autoridades, funcionarios o


Agentes (art. 43 LOTC)

Naturaleza subsidiaria del recurso: es necesario agotar la vía judicial previa.

Plazo de interposición del recurso: los 20 días siguientes a la notificación de la resolución


judicial recaída en el previo proceso judicial.

c) Actos Judiciales: Serán susceptibles de recurso de amparo los actos u omisiones de


un órgano judicial que den origen a una violación, de manera inmediata y directa, de los
derechos y libertades (art. 44 LOTC).

Requisitos: 1o Haber agotado todos los posibles recursos dentro de la vía judicial
ordinaria; 2o que la violación del derecho sea imputable de modo inmediato y directo a
una acción u omisión del órgano judicial con independencia de los hechos que dieron
lugar al proceso en el que aquellos se produjeron, y sobre los que, en ningún caso,
entrará a conocer el Tribunal Constitucional; 3o que se haya invocado formalmente en el
proceso el derecho constitucional vulnerado tan pronto como se haya conocido su
vulneración.

Plazo para la interposición del recurso: 20 días a partir de la notificación de la resolución


recaída en el procedimiento jurisdiccional ordinario.

6. Sujetos legitimados para interponer el recurso de amparo: El artículo 162.1.b) de la


Constitución, legitima para interponer recurso de amparo: a) a toda persona natural o
jurídica que invoque un interés legítimo; b) al Defensor del Pueblo; c) al Ministerio Fiscal.

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