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1.- ¿Cómo motivar a los estudiantes en clase?

1. Empezar por conocer a los estudiantes. La presentación inicial de todos los


miembros del grupo no sólo es necesaria para intentar conectar con los chicos,
sino también para conocer sus fortalezas y debilidades. Sancho recomienda, para
el primer día de clases, pedir que hagan fichas con su nombre y el interés que
tienen por la asignatura y dejar que lo expongan.
2. Demostrar entusiasmo. “Si estás apático o aburrido, los estudiantes también lo
estarán. Dicho entusiasmo viene muchas veces del gusto por la materia o por el
genuino placer de enseñar. Se nota cuándo a un profesor le gusta enseñar”,
escribe el autor.
3. Dedicar tiempo a cada alumno. Hay que recordar que cada alumno tiene
necesidades y competencias distintas. En la medida de lo posible, intentemos
individualizar la enseñanza: reconocer a cada estudiante, checar su trabajo
regularmente, apoyar su aprendizaje, e informarle de manera individual sobre su
proceso.
4. Mantener altas expectativas. Es deseable mostrar confianza en los estudiantes
con frases de motivación (“puedes hacerlo”) y consejos prácticos (tiempo de
estudio, realización de problemas). “Animarlos no sólo a aprobar, sino a
aprender”, dice el autor.
5. Señalar la importancia de la asignatura. Explicar por qué la materia es
importante y cómo puede ser de utilidad en su vida profesional.
6. Variar los métodos de enseñanza. Por todos los medios hay que evitar el
aburrimiento y la rutina: intentar que cada clase sea una aventura nueva.
Escuchar es importante, pero recordemos que el alumno aprende más haciendo,
construyendo, diseñando, creando, resolviendo. “El aprendizaje mejora si se
obliga al alumno a utilizar varios sentidos”. Entre las herramientas que se
pueden utilizar están la clase magistral con discusión, la lluvia de ideas, el panel
de expertos, los videos, la discusión en pequeños grupos, el análisis de casos o
prácticas de laboratorio.
7. Fomentar la participación de los estudiantes con preguntas. Ello aumentará
su interés y aprendizaje. Sancho recomienda realizar preguntas relacionadas con
el conocimiento, pero también de comprensión (interpretar, describir con sus
palabras), de aplicación (resolución de problemas, poner ejemplos), de análisis
(identificar motivos, separar el todo en sus partes), y de evaluación (dar
opiniones, juicios de valor).
8. Recurrir al humor. Interrumpir las clases con anécdotas o hacer chistes
relacionados con el tema, crea una atmósfera más relajada que favorece el
aprendizaje de los alumnos.
9. Organizar el material de estudio. Un material claro, legible y atractivo motiva
al aprendizaje. Unos apuntes desfasados, no actualizados, señalan poca
preocupación del profesor

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