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Segrelles - 2002 - Geografia Humana
Segrelles - 2002 - Geografia Humana
FUNDAMENTOS, MÉTODOS
Y CONCEPTOS
I.S.B.N.: 84-8454-181-9
Depósito legal: A-634-2002
Printed in Spain
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transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia,
grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de
reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
A nuestros alumnos de Geografía
ÍNDICE
PRESENTACIÓN .............................................................................................................................7
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................11
1. LA UNIDAD DE LA GEOGRAFIA: ¿UN MITO?.................................................................................13
2. GEOGRAFÍA ACADÉMICA O GEOGRAFÍA APLICADA: UN DEBATE PERMANENTE .......................16
3. LOS USUARIOS DE LA INVESTIGACIÓN GEOGRÁFICA: REALIDADES Y POTENCIALIDADES ........23
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................................29
GEOGRAFÍA ECONÓMICA ..................................................................................................... 35
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................35
1. PRIMEROS ANTECEDENTES DE LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA .....................................................36
2. LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA DESDE EL ÚLTIMO TERCIO DEL SIGLO XIX ....................................42
3. CONTENIDOS DE LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA ............................................................................56
BIBLIOGRAFIA...................................................................................................................................62
GEOGRAFÍA DE LA POBLACIÓN......................................................................................... 65
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................85
1. GEOGRAFÍA Y TURISMO ...............................................................................................................86
2. EL TURISMO Y SUS IMPLICACIONES SOCIOECONÓMICAS Y ESPACIALES ....................................90
3. LA GEOGRAFÍA DEL TURISMO COMO MATERIA DOCENTE.........................................................100
4. LA INVESTIGACIÓN EN GEOGRAFÍA DEL TURISMO, OCIO Y RECREACIÓN. PRINCIPALES
TEMÁTICAS DESARROLLADAS...................................................................................................103
CONCLUSIONES...............................................................................................................................109
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................111
GEOGRAFÍA URBANA: NUEVOS RETOS Y COMPLEJIDAD DEL FENÓMENO
URBANO ....................................................................................................................................... 119
INTRODUCCIÓN ...............................................................................................................................187
1. DEFINICIÓN DE SISTEMA DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA ........................................................188
2. CONTENIDOS Y CONCEPTOS BÁSICOS EN EL CAMPO DE LOS SIG ..............................................192
3. LA APLICACIÓN DE LOS SIG. TENDENCIAS ACTUALES Y FUTURAS DE LAS APLICACIONES
DE LOS SIG EN GEOGRAFÍA ........................................................................................................204
4. LOS SIG, UNA HERRAMIENTA EN PERMANENTE DISCUSIÓN .....................................................209
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................216
GEOGRAFÍA DE LOS ESPACIOS COMERCIALES........................................................ 219
INTRODUCCIÓN ...............................................................................................................................219
1. EL CONCEPTO DE COMERCIO: DEFINICIÓN Y FUNCIONES .........................................................220
2. LA GEOGRAFÍA Y EL COMERCIO.................................................................................................222
3. MUTACIONES RECIENTES EN LAS FORMAS Y EN LAS TÉCNICAS COMERCIALES ......................225
4. EL URBANISMO COMERCIAL ......................................................................................................232
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................234
GEOGRAFÍA DE LOS TRANSPORTES............................................................................... 237
INTRODUCCIÓN ...............................................................................................................................237
1. TRANSPORTE Y APROPIACIÓN DEL ESPACIO..............................................................................237
2. DEPENDENCIA E INTERACCIÓN HOMBRE-NATURALEZA...........................................................239
3. DEL ESTÍMULO A LA APLICACIÓN TÉCNICO-MATEMÁTICA ......................................................241
4. EL SENTIDO DIALÉCTICO ............................................................................................................243
5. LAS PREOCUPACIONES RECIENTES ............................................................................................244
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................................246
GEOGRAFIA RURAL ............................................................................................................... 249
El origen del libro que el lector tiene en sus manos se encuentra en el curso titulado
Nuevos enfoques de la Geografía Humana y su aplicación en la Enseñanza Secundaria, cuya
organización corrió a cargo del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la Universidad
de Alicante dentro del Programa de Formación Permanente del Profesorado del curso
académico 1998-99. De la docencia se encargaron ocho profesores del Departamento de
Geografía Humana durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1998 con un total
de diez temas, correspondientes a las diferentes ramas de la Geografía Humana, y treinta horas
lectivas.
Desde hace algún tiempo, tras intercambiar abundantes opiniones y puntos de vista,
varios compañeros del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Alicante
coincidimos en un evidente desencanto ante la realidad que reflejaba la experiencia docente y
el contacto directo con los estudiantes de Geografía. No sólo era palmaria la falta de
motivación generalizada en los alumnos, extremo que obedece a causas más complejas que
exceden el objetivo de este trabajo, sino también su acusado conservadurismo, la ausencia de
una sólida formación teórica, la escasa predisposición hacia el autoaprendizaje, la incapacidad
para comprender el carácter integral y dinámico de los espacios y la interrelación e
interdependencia de los fenómenos que conforman esos espacios, la fe absoluta en la Geografía
aplicada, la reproducción de esquemas mentales y conceptos inculcados no se sabe muy bien
por quién ni por qué, el escaso interés por buscar y leer otra bibliografía distinta a la oficial, la
falta de iniciativa intelectual, la repetición incansable de razonamientos posibilistas e incluso
deterministas, la omnipresencia de rígidas metodologías regionales en la elaboración de los
trabajos, la incredulidad ante la decisiva influencia de los fenómenos y relaciones menos
visibles en la organización y transformación del espacio o la rápida, interesada y
autocompasiva asimilación de lo injustamente que los geógrafos son tratados por la sociedad,
entre otros comportamientos y actitudes que no por habituales son menos preocupantes.
Ante este panorama nuestra conclusión fue obvia: ¿cómo es posible que los jóvenes
alumnos de la licenciatura de Geografía piensen y actúen de esta manera? La respuesta estaba
en la propia Geografía universitaria, que crea un círculo vicioso en el que las enseñanzas,
metodologías, conceptos y valores que transmite se vuelven después contra ella,
retroalimentando un proceso que pone en entredicho la eficacia científica y la utilidad social de
nuestra disciplina. Parece evidente que los geógrafos que analizan el espacio con criterios
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clásicos, enfoques desfasados, visión parcial de la realidad y graves carencias teóricas inculcan
a sus alumnos unos mismos comportamientos e ideas que éstos reproducirán durante su vida
universitaria y una vez que obtengan la licenciatura. Esta reproducción sigue caminos más
complejos y afecta a las sucesivas generaciones de estudiantes si dichos discípulos llegan a ser
algún día profesores de Geografía, tanto en las enseñanzas superiores como en las medias.
A este respecto conviene recordar, aunque fueran otros tiempos más propicios para la
crítica, que la insatisfacción de los estudiantes españoles de Geografía, reunidos por primera
vez en Barcelona (1978), les llevó a denunciar la excesiva influencia de la escuela regional
francesa en la mayoría de los departamentos universitarios y el exagerado conservadurismo del
cuerpo docente, según recogen O. Peña y A.L. Sanguin (1984) en su libro El mundo de los
geógrafos. Esta realidad supone un pesado lastre para la plena formación geográfica de los
alumnos y el desarrollo científico de la propia disciplina, aunque muchas veces exista cierto
enmascaramiento por el incuestionable crecimiento cuantitativo que ha experimentado la
Geografía universitaria española en las últimas décadas (más alumnos, más profesores y
departamentos, más asignaturas de especialización, más proyectos de investigación
subvencionados, más tesis doctorales, más revistas especializadas, más profesores
desempeñando cargos públicos). Aquí entran en flagrante contradicción las actitudes más
habituales del alumnado, que no se caracterizan precisamente por ser un alarde de renovación
respecto a los planteamientos tradicionales, y su desencanto manifiesto ante el convencimiento
de que la Geografía y la Universidad no responden a sus expectativas y que el evidente
crecimiento mencionado no va acompañado de un desarrollo cualitativo paralelo, capaz de
mejorar el nivel docente y metodológico y la eficacia social de la ciencia que se les enseña.
Del mismo modo cabe señalar que la relevancia de una ciencia no viene dada por lo
que piensen de ella los científicos que la cultivan, sino por lo que opinen la sociedad y los
miembros de las demás disciplinas. Es imprescindible, por lo tanto, que la Geografía acometa
con decisión un proceso de regeneración profunda si no quiere quedar aislada de la sociedad y
relegada a un papel marginal dentro de la estructura científica y docente del país. Y eso pese a
la reciente creación del Colegio de Geógrafos (Ley 16/1999, de 4 de mayo).
Por todo ello, se pensó en la imperiosa necesidad de acceder de forma directa a los
propios profesores de Geografía de las Enseñanzas Secundarias con el fin de transmitirles una
nueva forma de ver, pensar y hacer la Geografía Humana, que pudiera ayudarles a transformar
sus hábitos, conceptos y esquemas heredados y así hacerla llegar a los alumnos de bachillerato
y futuros discentes universitarios.
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El siguiente paso se ha encaminado, por su propia derivación lógica, hacia la
recopilación de todas las intervenciones realizadas en el mencionado curso del Instituto de
Ciencias de la Educación, después de algunas modificaciones y adaptaciones elementales, en
un libro que sirviera de manual para los alumnos del primer ciclo de la licenciatura de
Geografía, ya que aquí se puede encontrar respuesta a las muchas dudas que suscita el estudio
de las diferentes ramas de la Geografía Humana, sobre todo en cuanto a su contenido,
evolución científica, fundamentos, enfoques, conceptualización, metodología y utilidad
práctica. De este modo, los alumnos pueden disponer, desde su primer año en la Facultad, de
un texto cuyo objetivo primordial es facilitar la labor del profesor mediante un instrumento
auxiliar que debe servir de orientación básica para que aquéllos comprendan la esencia y los
nuevos enfoques de las asignaturas de Geografía Humana que deberán afrontar durante sus
estudios universitarios.
El libro consta de diez capítulos donde se analizan cada una de las materias en las que
tradicionalmente se divide la disciplina y que se corresponden con la mayoría de las
asignaturas de Geografía Humana que se imparten en la licenciatura de la Universidad de
Alicante. La única excepción es la Geografía Económica, que consideramos de capital
importancia y que incomprensiblemente no figura en nuestros recientes planes de estudios
(R.D. 1.497/1987, de 27 de noviembre; modificado por R.D. 1.267/1994, de 10 de junio).
Para conseguir mayor eficacia y que los resultados sean óptimos se ha procurado que
en la mayor parte de los casos cada capítulo fuera elaborado por el profesor que tiene asignada
la materia pertinente, aunque en otros la afinidad del autor con el capítulo realizado viene dada
por sus líneas de investigación preferentes.
Como puede comprobarse, el contenido e interpretación de los diferentes capítulos es
libre, pues cada profesor ha expresado con pleno derecho y conocimiento de causa no sólo lo
que a su juicio merece ser lo más destacado de la asignatura en cuestión, sino también su
propia forma de concebir la Geografía Humana, lo que sin duda se ve influido por su diferente
experiencia, formación e ideología. Esto constituye la esencia de la Universidad: un foro donde
es posible, y recomendable, la discrepancia intelectual y la diversidad de razonamientos y
opiniones.
No obstante, se ha procurado que la estructura interna de los capítulos tuviera un hilo
conductor más o menos homogéneo que considerara varias cuestiones ineludibles para lograr la
mayor eficacia docente y el cumplimiento de los objetivos del libro, a saber:
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1.- Aspectos teóricos fundamentales de las asignaturas, es decir, contenidos,
conceptos, fundamentos, enfoques, metodologías.
2.- Estado actual de la cuestión, tanto del conjunto de la materia como de los aspectos
o temas más significativos de la misma.
3.- Líneas básicas de investigación, tendencias actuales y de futuro y posible
aplicación práctica de las diferentes materias.
4.- Asuntos y temas de debate, discrepancias, controversias y críticas habituales.
5.- Amplia relación bibliográfica, española y extranjera, lo más actualizada posible,
pero sin olvidar los trabajos clásicos más emblemáticos que permitan comprender la evolución
científica de la disciplina.
Por último, como co-director del curso Nuevos enfoques de la Geografía Humana y
su aplicación en la Enseñanza Secundaria y director de este libro deseo dejar constancia de mi
sincero agradecimiento al Dr. Emilio La Parra López, a la sazón director del Instituto de
Ciencias de la Educación de la Universidad de Alicante, por la oportunidad que nos brindó
para llevar a cabo el proyecto inicial, y a mis compañeros del Departamento de Geografía
Humana, que con su entrega y desinteresada colaboración han hecho posible que esta idea se
hiciera realidad.
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CONCEPTUALIZACIÓN Y METODOLOGÍA
DE LA GEOGRAFÍA HUMANA
José Antonio Segrelles Serrano
INTRODUCCIÓN
No es mi intención, en este capítulo, realizar una disertación teórico-filosófica sobre la
Geografía Humana, ni siquiera una descripción detallada acerca de los diferentes paradigmas
que han jalonado el devenir de nuestra ciencia, pues me alejaría del objetivo de la presente
publicación. Para profundizar en estas cuestiones existe una amplia bibliografía, general y
específica, al final del capítulo.
La Geografía Humana es en la actualidad una ciencia plural y abierta. Su dilatada y
rica evolución gnoseológica permite que haya multitud de enfoques y, como ha dicho alguien,
la existencia de tantas Geografías como geógrafos. Se trata, además, de una disciplina que,
como ha señalado el profesor H. Capel (1998), debe seguir estudiándose por varias razones:
1.- Porque ya existe y cuenta con una larga y fecunda tradición intelectual.
2.- Porque tiene gran valor formativo y educativo.
3.- Porque hay problemas y necesidades que la Geografía puede ayudar a estudiar y resolver.
Por otro lado, la Geografía ha experimentado durante las últimas décadas un
crecimiento digno de mención, sobre todo en su faceta universitaria, que se concreta en el
aumento del número de profesores, departamentos, alumnos, asignaturas, revistas
especializadas, tesis doctorales y proyectos de investigación subvencionados. Sin embargo,
este desarrollo cuantitativo no ha servido para evitar la penosa ignorancia que la sociedad
muestra respecto a la labor propia de los geógrafos. No resulta exagerado afirmar que todavía
en la actualidad muchas personas creen que la Geografía se reduce a la simple enumeración de
los accidentes físicos, las capitales de los países o sus producciones.
A este respecto, se debe tener en cuenta que la relevancia de una ciencia no viene
dada por lo que piensen de ella los investigadores que la cultivan, sino por lo que opinen la
sociedad y los miembros de las demás comunidades científicas. Por lo tanto, el orgullo, la
autocomplacencia y el optimismo desmedidos sobre la fortaleza de la Geografía universitaria
conducen a un peligroso alejamiento de la raíz de la cuestión, es decir, su todavía escasa
proyección social. Si a esto unimos la escasa valoración por parte de las instituciones
académicas y la desaparición de la disciplina en varias universidades prestigiosas de los países
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José Antonio Segrelles Serrano
más desarrollados (Glick, 1985), podremos comprender mejor las dificultades por las que
atraviesa la Geografía y arbitrar las medidas necesarias para solucionarlas.
Estos problemas generales se ven agravados en el caso español por otros motivos que
en realidad han sido puestos de manifiesto por los propios alumnos. Según O. Peña y A.L.
Sanguin (1984), los estudiantes de Geografía españoles, reunidos por primera vez en Barcelona
en 1978, denunciaron la excesiva influencia de la escuela regional francesa en la mayoría de
los departamentos universitarios y el exagerado conservadurismo del cuerpo docente. A mi
modo de ver, ambas críticas constituyen la cara y la cruz de una misma moneda y el verdadero
núcleo donde convergen muchos de los problemas que ofrece hoy en día la Geografía, a saber,
escaso reconocimiento social, académico y científico, competencia y presión de otros
colectivos profesionales más poderosos y privilegiados, invasión de sus campos de estudio
tradicionales por parte de otras disciplinas, desconfianza a veces por parte de los políticos, poca
coordinación entre asignaturas prácticas y teóricas, dispersión investigadora, necesidad de
redefinir los nuevos planes de estudios, pobre dominio de los recursos instrumentales, nula
formación en teoría social, modesta formación práctica (sobre todo de tipo matemático),
escasas perspectivas laborales para los jóvenes licenciados, entre otros.
Asimismo, mi experiencia cotidiana me ha mostrado de manera preocupante, y año
tras año, el desencanto manifiesto de muchos alumnos, generalmente los más críticos y
maduros, que están convencidos de que la Geografía y la Universidad no responden a sus
expectativas y que el evidente crecimiento cuantitativo de la disciplina no va acompañado de
un desarrollo cualitativo paralelo, capaz de mejorar el nivel docente, conceptual y
metodológico y la eficacia social de la ciencia que se les enseña. Siguiendo a J. Huckle (1985),
las características que evidencian este hecho son las que a continuación se relatan:
-La Geografía es considerada muchas veces como un conjunto de hechos no
problemáticos que se han de memorizar.
-El éxito del alumno viene determinado generalmente por su capacidad para
reproducir ideas, hábitos y actitudes que reproducen el statu quo.
-Se valora más la descripción que la explicación, y cuando ésta se realiza suele ser
determinista y tendente a ignorar el papel que los problemas sociales, económicos y políticos
representan en la configuración del espacio, objeto de estudio primordial de la Geografía.
-Las habilidades para resolver cuestiones y tomar decisiones no están orientadas a la
resolución de problemas que plantea la pluralidad de valores y propician una visión
12
Conceptualización y metodología de la geografía humana
13
José Antonio Segrelles Serrano
vez que se afirma la separación entre las ciencias naturales o nomotéticas y las ciencias sociales
o idiográficas, siguiendo el dualismo propugnado por Kant. La unificación de los aspectos
físicos y humanos de la Geografía bajo la férula institucionalizada del posibilismo perdura
hasta mediados de la presente centuria, momento a partir del cual brotan multitud de enfoques
distintos, que responden a situaciones sociales propicias y alteran el quehacer geográfico
tradicional mediante el alejamiento de la síntesis regional y la profundización de las diferencias
entre las Geografías Física y Humana.
En los tiempos más recientes se propugna desde diferentes ámbitos la necesidad de
volver a unificar las áreas de conocimiento para que la Geografía pueda adaptarse con eficacia
a las nuevas realidades. Esta sensata postura bien merece una matización significativa, puesto
que lo menos aceptable de ella es que muchos de sus defensores piensan que la integración y
unificación de la Geografía debe tener como resultado la preeminencia sintética de la
Geografía Regional, es decir, la interrelación posibilista de los elementos físicos y humanos de
los paisajes.
Ante este estado de cosas, se puede afirmar sin gran margen de error que entre los
geógrafos españoles no ha habido nunca un abandono sensible de los enfoques posibilistas
heredados de la escuela regional francesa hace ya varias décadas a través de la influencia de los
dos maestros de la Geografía española: J. M. Casas Torres y M. de Terán Alvarez. Es más,
algunos colectivos de geógrafos en las universidades de nuestro país reivindican en la
actualidad la recuperación de los conceptos región y paisaje, en ocasiones enmascarados detrás
de la denominación de lugar (Tuan, 1974), como si alguna vez hubieran dejado realmente de
existir y haciendo vano el largo camino gnoseológico recorrido hasta ahora por la ciencia
geográfica. Prueba fehaciente de ello es la ausencia en España de la denominada "revolución
cuantitativa" que tuvo lugar en muchos países y la escasa influencia de otras corrientes de
pensamiento geográfico, como por ejemplo la marxista o la conductista.
Esta rehabilitación de los fundamentos vidalianos se lleva a cabo muchas veces
mediante la combinación de los enfoques regionales clásicos con las aportaciones más
recientes de la Geografía humanista y de la Geografía de la percepción, a lo que se debe añadir
la introducción más o menos generalizada de nuevos elementos teóricos y sobre todo
instrumentales, como la estadística y la informática. Lo cierto es que esta relativa
modernización no es tal, sino que representa en realidad una auténtica cortina de humo que
sirve para ocultar, quizá de forma inconsciente, enormes carencias teóricas y agudas
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Conceptualización y metodología de la geografía humana
15
José Antonio Segrelles Serrano
integrado y explicativo, siempre vinculado a los procesos humanos y sociales, más que a un
saber sintético, enciclopédico y descriptivo, ajeno a las relaciones y movimientos profundos
que se dan en un espacio determinado.
Resulta palmario que el geógrafo que estudie cualquier fenómeno no puede, ni debe,
circunscribirse a los estrechos límites temáticos y espaciales del mismo, sino que el
conocimiento preciso de las diversas ramas de la Geografía le proporcionarán los resortes
adecuados para aprehender los espacios en su totalidad y con sus relaciones internas y externas.
Por lo tanto, la necesaria visión integradora de una Geografía esencialmente HUMANA
implica la conveniencia de un mayor acercamiento y relación con las demás ciencias sociales,
pues un geógrafo que no posea una mínima formación histórica, sociológica, económica,
jurídica y política, flaco servicio prestará a la unidad e integración de la Geografía.
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Conceptualización y metodología de la geografía humana
Grenédan, Baker, Bowman o Philipponneau) como geógrafos que han intentado conciliar, sin
exclusiones, ambos propósitos (v.gr. Götz, Barrow, Krymowski, Finch, Ackerman, McCarty o
Lindberg), tal como recoge H.F. Gregor en la introducción de su libro Geografía de la
Agricultura (1973).
A este respecto, J. Estébanez (1986) recuerda que el geógrafo P. George es muy
responsable de la tardía introducción y escaso arraigo de los postulados neopositivistas en la
Geografía francesa debido a su conocida condena de la Geografía aplicada y a su rechazo de
las aportaciones científicas provenientes de Estados Unidos. Esto dificultó indudablemente el
desarrollo de la profesión de geógrafo y el progreso de los aspectos prácticos de la Geografía.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que el principal temor de P. George (1967), originado por
la aplicación práctica del saber geográfico, se refiere ante todo al peligro de perder la
independencia y objetividad de nuestra disciplina, aunque desde el momento en que este autor
matiza su postura y acepta que el geógrafo participe en un objetivo concreto que no sea el saber
por el saber, y afirma que se trata del único profesional capaz de integrar las investigaciones de
diferentes especialistas, es lógico pensar entonces que su preocupación no reside tanto en
preservar la pureza geográfica como en evitar que la Geografía aplicada esté al servicio del
control militar, político y económico del territorio.
En una línea semejante se encuentra el pensamiento de Y. Lacoste (1976), puesto que
critica la Geografía académica por ineficaz, despolitizada, poco comprometida, carente de
utilidad práctica y ocultadora inconsciente de la verdadera realidad en tanto que saber
económico, militar y político de primera magnitud, pero también en el mercado en el que se ha
convertido la investigación aplicada, donde los geógrafos intentan situarse y hacerse ver de la
mejor manera posible por aquellos que otorgan los fondos económicos. Es evidente que su
censura no va dirigida a la Geografía aplicada en sí misma, pues es indispensable que la
Geografía tenga utilidad práctica, que sus investigaciones beneficien al conjunto de la sociedad
y, lo que es más importante, que los objetos de estudio puedan acceder a los resultados
obtenidos, sino que la crítica más bien se orienta hacia la falta de libertad y dependencia que
soportan los geógrafos que cultivan una Geografía aplicada respecto a las instituciones,
individuos o grupos, privados y públicos, que encargan los proyectos mediante contratos.
Tanto la Geografía práctica como la teórica deben tener siempre presente para qué
sirven y al servicio de qué o de quién están. Ahí reside la verdadera esencia del problema y no
en elegir de forma excluyente entre un tipo de Geografía u otro, ya que ambos objetivos, puros
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José Antonio Segrelles Serrano
y prácticos, son perfectamente compatibles, como ocurre con otras ciencias sociales, siempre y
cuando se investigue con rigor, honradez e independencia intelectual.
Por lo que respecta al caso español, la Geografía se ha caracterizado de manera
tradicional por un nítido desequilibrio entre teoría y práctica, o lo que es lo mismo, los caminos
seguidos por la Geografía académica y por la Geografía profesional han sido bastante
divergentes. Con anterioridad a la Guerra Civil (1936-1939), la Geografía española no estaba
demasiado desarrollada, aunque existía un núcleo significativo de geógrafos (P. Vila, G. de
Reparaz, M. Santaló, J. Díaz de Villegas, L. Martín, J. Vicens) que cultivaron los aspectos
prácticos de una disciplina que también se impartía en la enseñanza media y en las Escuelas de
Magisterio, Escuelas de Comercio y Facultades Universitarias. Tras la victoria del general
Franco, el nuevo régimen reforzó la enseñanza geográfica en los niveles primario y secundario,
aceleró el proceso de institucionalización universitaria de la disciplina y fomentó sus aspectos
docentes. A lo largo de la dictadura franquista se consolida en la Geografía española un
espectacular crecimiento cuantitativo que se centra fundamentalmente en su vertiente
académica (profesores, departamentos, asignaturas, alumnos, revistas, subvenciones). En
definitiva, la Geografía, y también la Historia, se convierte en una eficaz herramienta
ideológica para difundir entre los ciudadanos un sentimiento patriótico y de unidad nacional,
tal como se hizo en Europa a finales del siglo XIX.
Pese al intenso apoyo que el régimen de Franco prestó a la Geografía académica y el
férreo control ejercido por los geógrafos afines en la Universidad, no se puede olvidar que
durante las décadas siguientes, con la entrada del Opus Dei en las estructuras del poder, se
potenció también la Geografía aplicada, pues numerosos geógrafos del círculo de discípulos
del profesor J.M. Casas Torres llevaron a cabo tareas de planificación con motivo de los
famosos Planes de Desarrollo (Capel, 1976). La situación política del momento y la ideología
predominante en estos investigadores desembocan en el cultivo de una Geografía cuya
supuesta aplicación práctica estaba al servicio del poder.
A este respecto, resulta curioso que a las puertas del siglo XXI las cosas no hayan
cambiado demasiado entre algunos colectivos de geógrafos españoles desde aquellas llamadas
de atención que realizaban los maestros de la Geografía española (v.gr. J. M. Casas Torres)
ante el peligro que suponía la incorporación de nuevos conceptos y métodos. Todavía existen
geógrafos que se vanaglorian de la impermeabilidad que ha mostrado siempre la Geografía
española para las ideas, métodos y fundamentos procedentes del extranjero y lo ajena que ha
estado nuestra disciplina para los avances gnoseológicos, sin pararse a pensar en el lastre que
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Conceptualización y metodología de la geografía humana
19
José Antonio Segrelles Serrano
antes había menos geógrafos y con peor formación, pues no debemos olvidar la hipoteca que
contrajo la aplicación práctica de la Geografía al no haber tenido lugar en España esa
"revolución cuantitativa" que proporcionó nuevos esquemas, técnicas, conceptos y métodos a
los investigadores de otras latitudes (Bosque, Rodríguez y Santos, 1983).
No obstante, tanto en el pasado como en la actualidad la Geografía aplicada suele
servir a intereses idénticos que se asimilan a los de los dueños del capital. Quizá antes estuviera
más claro a quién servía la aplicación práctica del saber geográfico, toda vez que la ideología
de estos geógrafos y la existencia de un régimen dictatorial no dejaba lugar a demasiadas
dudas, pero hoy día, bajo una apariencia de libertad y democracia, la situación no ha cambiado
sensiblemente. No importa que cada vez abunden más los geógrafos profesionales, que los
investigadores dispongan de mejor formación y medios instrumentales refinados o que
proliferen los estudios de ordenación del territorio y de gestión de los recursos, siempre y
cuando el control permanezca en las mismas manos y se oriente según las necesidades y
conveniencias de los que detentan el poder económico-financiero del país, sean nacionales o
extranjeros. Estas necesidades no son otras que el dominio del espacio y el mantenimiento de
las desigualdades sociales y de los desequilibrios entre áreas con el fin último de acumular y
reproducir el capital y perpetuar el statu quo. En este sentido resultan muy significativos los
trabajos de M. Santos (1978, 1979, 1985) y J. E. Sánchez (1981, 1988).
Muchos geógrafos en general, y por supuesto otros científicos, se sienten liberados y
creen que ya no existen motivos por los que comprometerse desde el momento en que acaba la
dictadura y la lucha antifranquista pierde su razón de ser, pues la batalla política contra Franco
solía mezclarse, sin grandes disquisiciones, con ciertas acusaciones de interés que geográfico,
como los desmanes urbanísticos, las bolsas de pobreza y el deterioro de las condiciones de vida
en las ciudades, la alienación del trabajo en las fábricas, las injusticias sociales, las
desequilibradas relaciones entre el centro y la periferia, el éxodo rural o la desarmonía del
territorio. Una vez ganados la libertad y los derechos civiles parece como si la postura crítica y
comprometida del geógrafo no fuera necesaria o no tuviera el mismo valor.
Por si esto fuera poco, la Geografía y la propia Universidad reflejan de modo fiel las
tendencias socio-económicas, políticas y culturales globales y no actúan como entes aislados.
La caída del muro de Berlín (1989) y el posterior desmembramiento de la Unión Soviética
(1991) ha tenido como resultado inmediato el triunfo del liberalismo, la emergencia de Estados
Unidos como única potencia hegemónica en el mundo y la expansión de conceptos como
mercado, privatización, globalización, mundialización, concurrencia, competitividad,
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Conceptualización y metodología de la geografía humana
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José Antonio Segrelles Serrano
Ackerman (1976) y de P. Gould (1987) sobre el ineludible, y a la vez prudente, uso que el
geógrafo debe hacer de las matemáticas, la lógica y la informática en el análisis de los espacios.
No obstante, como puede comprobarse en el libro de S. Andreski (1973), el "camuflaje" que
supone en ocasiones la cuantificación, junto con otros recursos técnicos, es un fenómeno
bastante extendido en todas las ciencias sociales.
Un modelo digno de mención lo encontramos en la Geografía brasileña, pues los
investigadores se han dedicado tradicionalmente a la planificación a través del estatal Instituto
Brasileiro de Geografia e Estatistica (IBGE), pero también es cierto que desde hace dos
décadas este organismo se encuentra sumido en una profunda crisis como consecuencia de la
agresiva política neoliberal imperante. Tampoco podemos olvidar la estrecha vinculación de la
disciplina con la dictadura militar que llevó al exilio a geógrafos como Milton Santos y
marginó a otros muchos, ni siquiera la íntima vinculación de la Associaçâo de Géografos
Brasileiros (AGB) con el proyecto político-territorial de las elites ilustradas paulistas de los
años treinta del presente siglo, como ha estudiado P. B. Zusman (1997).
Pese a ello, las Universidades brasileñas no descuidaron nunca el debate y la
discusión teórico-metodológica en la formación de los futuros geógrafos, sobre todo en los
núcleos de investigadores con una formación marxista. Sólo hay que echar un vistazo somero a
los planes de estudios y a los programas concretos de Geografía de algunas Universidades
(Brasilia, Federal de Río de Janeiro, Sâo Paulo, Estadual Paulista) para comprender este
extremo. El resultado inmediato de esta forma de concebir la Geografía es la elevada presencia
de geógrafos en cualquier estudio aplicado que aborde problemas con un referente espacial,
pues no en vano la profesión de geógrafo está definida, regulada y reglamentada legalmente
desde 1979-1980 y equiparada a la de otros especialistas como los ingenieros y arquitectos
(CRAE). Por otro lado, el colectivo de geógrafos brasileños tiene en términos generales, aparte
de recursos técnicos e instrumentales apropiados, una conciencia social, un grado de
compromiso y una formación política que para sí quisieran los colegas de países más
desarrollados. Esto ha hecho posible que la propia AGB se haya transformado profundamente a
partir de unos orígenes conceptuales y metodológicos de tipo regional que se debieron a la
incorporación de geógrafos vidalianos franceses como profesores (P. Deffontaines, discípulo
de Brunhes, y P. Monbeig, influido por Demangeon y De Martonne). Desde finales de la
década de los años setenta conviven en ella no sólo geógrafos profesionales, investigadores
universitarios y diversas tendencias geográficas, como el marxismo, el humanismo y el
existencialismo, sino también estudiantes, profesores de enseñanzas medias y representantes de
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experiencias en las entrevistas o respondiendo con paciencia a las preguntas de las encuestas.
Al mismo tiempo, nos abren sus domicilios particulares, sus mentes y sus corazones con toda
franqueza, incluso en ocasiones ponen en peligro su propia seguridad, como sucede por
ejemplo con los inmigrantes ilegales. Lo lógico sería que los resultados de la investigación se
transfirieran de forma directa y eficaz, sin intermediarios, a los objetos de estudio o a sus
representantes. ¿Cómo se puede estudiar el fenómeno inmigratorio y utilizar la información
que proporcionan los propios interesados sin hacerles luego partícipes de los resultados?
¿Cómo es posible analizar la crisis agrícola de una zona y no dirigir después los logros a los
sindicatos agrarios que defienden al pequeño y mediano agricultor? ¿Es normal realizar un
planeamiento urbano sin conocer las necesidades y problemas de los propios habitantes
afectados por el coste social del crecimiento y transformación de la ciudad? ¿Es sensato llevar
a cabo un estudio de impacto ambiental en un municipio y que los vecinos desconozcan las
conclusiones obtenidas? A lo máximo que se suele llegar es a remitir un ejemplar del libro o de
los artículos publicados, o nada si se trata de un informe inédito encargado por terceros.
Como ya se ha comentado, una verdadera Geografía aplicada debe intentar poner en
marcha una estrecha interacción entre los geógrafos y los usuarios de la investigación,
estableciendo un doble flujo de acciones y de intercambio de información en el que los agentes
sociales plantearían una serie de problemas, así como sus necesidades y demandas, mientras
que los investigadores añadirían estos problemas a los ya identificados por ellos previamente y
harían partícipes a los usuarios de los resultados obtenidos al final de un proceso que puede
desembocar en nuevas informaciones útiles. En este punto vale la pena recordar que estas
cuestiones, tratadas con profusión en la revista geográfica francesa Hérodote durante la década
de los años setenta, distan mucho de haber sido solucionadas por la Geografía actual, tanto en
España como en otros países del mundo.
Los mecanismos de transferencia de la investigación más viables no se centran sólo
en las publicaciones, sino también en la organización periódica de seminarios, talleres, aulas
populares y abiertas, cursos de capacitación o tareas de asesoría con aquellos colectivos que
personifican en la actualidad varios fenómenos de indudable interés geográfico: agricultores
familiares, habitantes rurales, de zonas desfavorecidas o de montaña, cooperativistas y
miembros de asociaciones de productores, inmigrantes, minorías étnicas, asociaciones de
vecinos de barrios marginales, habitantes periurbanos, jóvenes en paro o con empleos
precarios, trabajadores industriales y del sector terciario, usuarios del transporte público
urbano, vecinos de lugares con fuerte competencia por los usos del suelo, grupos ecologistas,
27
José Antonio Segrelles Serrano
entre otros muchos. A través de los instrumentos mencionados (seminarios, talleres, aulas
abiertas, asesoría, capacitación), que pueden tener además una función formativa para grupos
diversos de ciudadanos, los objetos de estudio tendrían acceso a los resultados y conclusiones
de las investigaciones que ellos mismos han ayudado muchas veces a desarrollar, evitando así
la intermediación de las empresas y de la Administración, ya que según demuestra la
experiencia, en la mayoría de los sociedades capitalistas las iniciativas de tipo político, socio-
económico, cultural y espacial no suelen orientarse en beneficio de la mayoría menos
favorecida de la población.
La ausencia de ciertos valores está convirtiendo la Geografía aplicada española en una
mera actividad productiva, pragmática y utilitarista, inserta en el mercado, que resuelve
cuestiones a corto plazo y le preocupa poco el alcance de sus investigaciones y quién se
beneficia de ellas. Incluso durante los últimos lustros se percibe un auge inusitado de los
discursos que en el ámbito académico claman por la creciente aplicación práctica del saber
geográfico y por la profesionalización de nuestra disciplina, lo que se pone de manifiesto con la
creación del Colegio Profesional de Geógrafos (Ley 16/1999, de 4 de mayo; B.O.E. nº 107,
miércoles, 5 de mayo de 1999). Según estos discursos, cada vez más frecuentes e intensos, la
profesionalización de la disciplina y la adecuación de los planes de estudios a las demandas del
mercado laboral serán el remedio que solucione la crisis por la que atraviesa la Geografía y la
forma de conseguir el prestigio social que precisa nuestra ciencia. Ante todo se corre un serio
peligro de que las exigencias de formar profesionales para el mercado de trabajo conduzca a
privilegiar ciertas materias de más fácil aplicación práctica en detrimento de los conocimientos
básicos y del saber integral. Así se aprecia ya entre gran parte del alumnado, que desprecian la
teoría, los fundamentos esenciales de la disciplina, su evolución gnoseológica y la
investigación básica, mientras que por el contrario magnifican la vertiente aplicada y práctica
de la Geografía.
A este respecto resulta contradictorio el encumbramiento actual de la Geografía
práctica cuando nuestra disciplina todavía no ha sido capaz de formular una teoría geográfica.
Este extremo es complicado por la propia cantidad, aleatoriedad, dispersión e interrelación de
los objetos de estudio que interesan a la Geografía, pero no parece que sea del todo imposible
si tenemos en cuenta lo que han logrado las ciencias económicas en dicho campo. En cualquier
caso, parece contraproducente desde el punto de vista científico clamar por la aplicación de los
saberes geográficos y la profesionalización del geógrafo sin haber consolidado la ineludible
fase previa de toda práctica: la teoría. Incluso M. Philipponneau (2001), adalid de la Geografía
28
Conceptualización y metodología de la geografía humana
aplicada, deja muy claro en su último libro que es absolutamente necesario que la aplicación
práctica de la Geografía se sustente sobre un sólido basamento teórico.
En definitiva, la Geografía aplicada es necesaria para el desarrollo científico y
valoración social de nuestra disciplina, pero en ningún caso debería constituir un fin en sí
misma ni el único punto de referencia geográfico para profesores y alumnos. En la ciencia no
pueden existir la teoría y la práctica de forma separada y aislada, pues representan un binomio
indisoluble en el que cada elemento constituye la esencia y la razón de ser del otro. Cualquier
acción encaminada a su segregación significa proceder contra su propia naturaleza.
Por otro lado, es cierto que los fondos económicos que financian la práctica
geográfica suelen proceder de las empresas privadas o de la Administración pública mediante
contratos o subvenciones. Sin embargo, el geógrafo debería conocer el grado de sometimiento
y dependencia, a veces inconsciente, que conllevan estas relaciones y procurar en la medida de
lo posible que el trabajo realizado tenga utilidad social y no beneficie exclusivamente a las
clases privilegiadas. Es inevitable, como señala Y. Lacoste (1976), que los geógrafos tengan
relaciones con el poder, quizá necesarias para que la Geografía no sea sólo un discurso
ideológico, pero estas relaciones no tienen que ser necesariamente serviles. Pueden ser
contradictorias, y en algunos casos incluso antagónicas, lo que sería muy saludable. Aunque las
relaciones de dominación-dependencia son consustanciales en este tipo de sociedades y, en
última instancia, sólo podrían ser solucionadas mediante un cambio esencial en el sistema
socio-económico global, también es cierto que el actual esquema ofrece muchas fisuras y
resquicios para intentar realizar una Geografía más comprometida e independiente. Se trata, en
definitiva, de que nuestra ciencia luche por insertarse en el tejido social de forma solidaria y
ponga su saber a disposición de los demás. Será la única forma de mejorar la Geografía y de
que mejoremos los geógrafos.
BIBLIOGRAFÍA
AA.VV. (2001): Geografía 21, Madrid, Asociación de Geógrafos Españoles.
ANDRESKI, S. (1973): Las ciencias sociales como forma de brujería, Madrid, Taurus.
29
José Antonio Segrelles Serrano
CAPEL SÁEZ, H. (1976): "La Geografía española tras la Guerra Civil", Geo-Crítica, 1, 35 pp.
CAPEL SÁEZ, H. (1987): Geografía Humana y ciencias sociales. Una perspectiva histórica,
Barcelona, Montesinos.
CAPEL SÁEZ, H. (1998): Una Geografía para el siglo XXI, Scripta Nova. Revista Electrónica
de Geografía y Ciencias Sociales, 19, 10 pp.
CAPEL SÁEZ, H. (2001): Dibujar el mundo. Borges, la ciudad y la Geografía del siglo XXI”,
Barcelona, Ediciones del Serbal.
30
Conceptualización y metodología de la geografía humana
31
José Antonio Segrelles Serrano
HUCKLE, J. (1985): "Geography and Schooling", in R.J. Johnston (ed.), The Future of
Geography, London, Methuen, pp.291-306.
LUIS GÓMEZ, A. (1980): "El geógrafo español, ¿aprendiz de brujo?. Algunos problemas de
la Geografía del paisaje", Geo-Crítica, 25, 44 pp.
LUIS GÓMEZ, A. (1983): "La Geografía Humana: ¿De ciencia de los lugares a ciencia
social?", Geo-Crítica, 25, 44 pp.
LUIS GÓMEZ, A. (1984): "Geografía social y Geografía del paisaje", Geo-Crítica, 49, 35 pp.
32
Conceptualización y metodología de la geografía humana
SÁNCHEZ, J. E. (1981): La Geografía y el espacio social del poder, Barcelona, Los Libros de
la Frontera.
SANTOS, M. (1976): Por uma geografia nova, Sâo Paulo, Editorial Universitaria.
TROITIÑO VINUESA, M. A. (1984): "La Geografía española: ¿Una ciencia espacial sin
especialistas en el análisis y ordenación del territorio?", Boletín de la Asociación de Geógrafos
Españoles, 1, pp.47-52.
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GEOGRAFÍA ECONÓMICA
José Daniel Gómez López
INTRODUCCIÓN
Todo intento de establecer y dotar a la Geografía Económica de una definición y
contenidos temáticos específicos ha provocado, a lo largo del tiempo, enconados debates entre
las diferentes escuelas geográficas y, por extensión, entre aquellos geógrafos interesados en el
estudio espacial de los sistemas y actividades socioeconómicas. Esta situación, paulatinamente
se agrava en la medida que es más profunda la tendencia a segmentar la geografía económica en
disciplinas autónomas, cuya especialización conlleva a reducir substancialmente la visión de
conjunto que el geógrafo e investigador, de manera general, debe tener al observar, interpretar y
analizar cualquier sistema u organización territorial.
De hecho, la Geografía Económica cada vez más tiende a fragmentarse, lo que ha
inducido a que en su seno se desarrollen distintas disciplinas dedicadas a tareas muy concretas,
de carácter geográfico, social y económicas, ligadas al estudio de la población (Geografía de la
Población), el espacio rural (Geografía Rural), la actividad de las industrias (Geografía de la
Industria), el transporte (Geografía del Transporte), los servicios (Geografía de los Servicios) y
el comercio (Geografía del Comercio). Este fraccionamiento, dentro de la Geografía Económica,
ha provocado modificaciones en cuanto a los objetivos, y un importante movimiento renovador
de los contenidos temáticos ahora mucho más atentos a los cambios que ocurren en el escenario
internacional (globalización), y que afectan a la organización y localización espacial de la
actividad económica y social. Entre estos nuevos temas cabe destacar el estudio de los bloques
socioeconómicos y comerciales regionales en proceso de consolidación, como la Unión
Europea, el Mercosur y el tratado NAFTA (Estados Unidos, Canadá y México), la creciente
importancia de la economía especulativa (Bolsa) en perjuicio de la economía real, los costes
sociales y económicos de la destrucción del medio ambiente, el protagonismo de las
organizaciones macroempresariales (megasistemas) en las decisiones que afectan y provocan
cambios en los territorios y sociedades, y la reducción del papel universal del Estado en
beneficio de determinados grupos sociales, cuya posición de predominio se afianza en la actual
etapa neoliberal de la internacionalización del capital, dentro del sistema capitalista.
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José Daniel Gómez López
1
SAOUCHKINE, Y., (1980): Géographie économique, Moscou, Editions du Progrès, 323 pp.
36
Geografía económica
importancia y utilidad de la geografía tanto por su valor educativo como por permitir conocer
los recursos de un país, su comercio y las posibilidades de importación2.
En Alemania, país pionero en la génesis de la geografía económica y política, los
trabajos de G. Achenwall y A. Büsching contribuyeron decisivamente al desarrollo de la
estadística descriptiva, considerada como disciplina precursora de la geografía económica.
Para Achenwall, la “estadística universitaria alemana” conocida como Kameralstatistick o
“ciencia descriptiva del Estado” (útil para una detallada contabilidad de la riqueza de cada
principado), tenía como objeto facilitar al Estado la descripción de aquellos aspectos más
importantes de un país: territorio, población, recursos naturales, organización del Estado,
religión, educación, recursos militares, tipos de economía, sistema monetario, aglomeraciones
urbanas, etc.
La Kameralstatistick representaba en esencia una amalgama de informes
sistemáticamente clasificados y al servicio del Estado feudal alemán (Alemania se unifica
como estado nacional en 1870). A diferencia de G. Achenwall más preocupado por servir al
estado burocrático alemán, los informes estadísticos de A. Büsching estaban dirigidos a servir
como soporte para una nueva orientación de la geografía, más preocupada por la indagación
que por la descripción. Las investigaciones de este autor se centran en la división territorial del
trabajo, los intercambios entre la población, desplazamiento de las mercancías y la relación
naturaleza, población y economía 3.
En Francia los orígenes de la geografía económica también se remontan al siglo
XVIII y giran en torno a la geografía comercial, más tarde conocida como geografía colonial
y geografía de ultramar (Geographie D`Otre-Mer). En este país Jean-Jacques Savary publica
en el año 1723 el Dictionnaire universal de commerce, d`histoire naturelle, des arts et des
métiers, y en 1740 se implanta en la ciudad de Lille el primer curso de géographie
commerciale 4, disciplina que más tarde se desarrollaría y tendría como centro irradiador a
Inglaterra. En este país cabe destacar el trabajo de William Petty (Five essays on political
arithmetick publicado en 1683-1687) consagrado tanto a la descripción numérica de los
habitantes de las ciudades y del campo, como a evaluar el producto que la actividad de estas
poblaciones genera. Por último, en los Estados Unidos el antecedente más inmediato de la
2
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 57-58.
3
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 58-59.
4
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 59.
37
José Daniel Gómez López
geografía económica se puede encontrar en la obra de Thomas Jefferson, Notes on the State of
Virginia, publicado en 1787, donde se realiza una minuciosa descripción estadística del estado
de Virginia. Así, tanto la escuela geográfico-política rusa, como la ciencia geográfico-
estadística descriptiva en Alemania, la geografía comercial-colonial francesa y posteriormente
inglesa, tendrán una notable influencia en el posterior desarrollo de la geografía económica.
Aunque hasta las primeras décadas de la presente centuria no existió una
aproximación real entre la ciencia geográfica y económica, a partir de la segunda mitad del
siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, el ascenso experimentado por la economía
política tendrá importantes consecuencias en la posterior evolución de la geografía económica.
Economistas de renombrado prestigio y pertenecientes a la escuela clásica como Adam Smith
(And Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, publicado en 1776) y David
Ricardo (Principles of Political Economy and Taxation, publicado en 1817) ejercerán una
notable influencia en la formación de la geografía económica por su preocupación incipiente en
la distribución territorial de las actividade económicas, y por los factores que determinan el
variable valor espacial de la tierra.
En este sentido es importante destacar que tanto Alexander von Humboldt (1769-
1859), como Karl Ritter (1779-1859), considerados los “padres” de la geografía científica,
apenas realizaron aportaciones significativas al desarrollo de la geografía económica. Sin
embargo, y a pesar de su escasa contribución a la disciplina, von Humboldt fue el primero en
señalar lo importante que son los “indicadores numéricos” en los estudios de geografía,
mientras Ritter menciona la importancia que tiene la ciencia descriptiva del Estado
desarrollada por Büsching, para el conocimiento de la economía del país. Cabe mencionar que
a los cursos impartidos por Ritter en la Universidad de Berlín acudieron eminentes científicos,
tales como el geógrafo Elisée Reclus y Karl Marx5.
Durante la primera mitad del siglo XIX surgen nuevas e importantes aportaciones a la
geografía económica. Así, en el año 1826 el terrateniente prusiano Johann Heinrich von
Thünen (1783-1850) desarrolla una teoría sobre la importancia que tiene la localización en la
producción agrícola. La obra de este empresario alemán ( Der isolierte in Beziebung auf
Landwirtschaft Und Nationalökonomie, publicado en 1826) se nutre de la economía política de
Adam Smith y de la disciplina conocida en la actualidad como economía espacial. Thünen
5
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 62.
38
Geografía económica
introduce el concepto de renta de la tierra, tratada a fondo con anterioridad por el economista
inglés David Ricardo, y más tarde por el alemán Karl Marx (El Capital).
Como geoeconomista von Thünen puede ser considerado un avanzado en su tiempo,
al concebir un modelo de reparto espacial de los sistemas agrícolas en torno a un centro de
consumo (mercado). Según esta teoría la obtención de un mayor beneficio en la explotación
agrícola está en función de la distancia que la separa del mercado. Von Thünen era consciente
de que su contemporáneo inglés, David Ricardo, había basado sus nociones sobre la renta
económica en las diferencias del medio ambiente (calidad de la tierra). Sin embargo, von
Thünen enfatizó el papel penetrante de los costos según la distancia. De hecho introdujo la idea
de que la renta también variaba con la distancia respecto al mercado (renta de ubicación)6.
El modelo de von Thünen desarrolla el concepto de “renta económica”, lo que supone
a priori que todos los granjeros producirán aquella cosecha que rinda la “renta más alta”,
aportándoles individualmente el máximo beneficio neto. Este beneficio neto se llama renta del
suelo y está determinada (la renta) por los costes de producción, precio del mercado, costes del
transporte, rendimiento del terreno, y la distancia entre el centro de producción y el mercado.
En este modelo deductivo la renta del suelo disminuye para todos los productos, a medida que
aumenta la distancia al punto de venta. Por su novedoso razonamiento y explicación
simplificada del mundo real, el modelo de von Thünen rápidamente se incorpora a la Geografía
Económica, sentando las bases de lo que posteriormente se denominará como las teorías
clásicas de localización.
Durante la segunda mitad del siglo XIX un nutrido grupo internacional de geógrafos
progresistas y revolucionarios, entre los que destaca Elisée Reclus (Nouvelle Géographie
Universelle y La Terre et les Hommes), miembro de la I Internacional y militante activo en la
Comuna de París, buscan respuesta a los problemas que plantea en el medio natural el
desarrollo económico y cultural de la población. Basándose en una abundante documentación,
este geógrafo francés elabora la teoría de la influencia que el trabajo humano ejerce en el
medio geográfico, y de la influencia ejercida por el medio geográfico en la evolución de la
sociedad, el trabajo y la vida de la población. Reclus denominó a esta doctrina de
“mesología”7.
6
BUTLER, J., (1991): Geografía Económica, México, Limusa, 443 pp.
7
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 68.
39
José Daniel Gómez López
En este marco también se puede citar al geógrafo estadounidense George Marsh (Man
and Nature; or Physical geography as modified by human action publicado en 1864), quien
pone de relieve cómo la propiedad privada capitalista (sociedades industriales) en su afán de
lucro, destruye la naturaleza. Estas ideas presentan, dentro de la incipiente geografía
económica, una serie de elementos nuevos, originales y progresistas, centrados en los
fundamentos económicos del desarrollo social, y a las que se uniría, entre otros, el geógrafo
(príncipe) ruso P. Kropotkin (Fields, Factories and Workshops, publicado en 1898).
En el último tercio del siglo XIX el geógrafo alemán y profesor de Geografía en la
Universidad de Leipzig, F. Ratzel (1844-1904), introduce en el discurso geográfico las
interrelaciones existentes entre la política (Estado) y la economía. En el año 1882 publica en
Sttutgart el primer volumen de la obra Anthropogeographie (Anthropogeographie. Grundzüge
der Anwendung der Erdkunde auf die Geschichte), y en el año 1903 se edita en Munich la
segunda parte del estudio que lleva por título Anthropogeographie. Geographie der Staten des
Verkehrs und Krieges. Esta vasta obra tiene como principal propósito generalizar los
conocimientos sobre el poblamiento, el carácter de las localidades, el hábitat, la actividad
económica y las condiciones de existencia de la población, en función de las diferencias
existentes en el medio geográfico. Posteriormente en el estudio Politische Geographie,
publicado en 1897, el geógrafo alemán hace de las condiciones geográficas la esencia de las
particularidades de la historia política de los diferentes Estados, sus contradicciones y sus
conflictos.
Las ideas desarrolladas en la obra Anthropogeographie, aunque responden a las
exigencias de los gobernantes de la época, de las universidades y de las academias, sin
embargo no satisfacen a los intereses del mundo de los negocios. Las grandes sociedades
empresariales demandan un análisis económico territorial más profundo, fundamentado en el
desarrollo de la industria y los transportes8. En este sentido la geografía político-económica de
Ratzel es, ante todo, la ideología política del imperialismo alemán, es decir, del Estado y
naciente capitalismo alemán. Ratzel formulará un discurso geográfico cuya clave es la “teoría
del determinismo geográfico” y la “teoría del espacio vital” (Lebensraum). Para este autor los
Estados, como organismos vivos, necesitan de espacio, y luchan por su dominio, como las
especies. La supervivencia, energía, vitalidad y el crecimiento de los Estados, tienen como
motor la búsqueda y conquista de nuevos espacios (económicos).
8
SAOUCHKINE, Y., ob. cit., pp. 69.
40
Geografía económica
Ratzel es un exponente claro del uso que las principales naciones imperialistas
hicieron de la geografía y de los geógrafos. En este sentido el trabajo de los geógrafos era muy
importante para obtener información que facilitase la expansión de las inversiones, el
comercio, los intercambios y asentamientos coloniales, así como para hacerse con el control de
recursos estratégicos vitales. Si se considera que la geografía económica de esta época pecaba
de cierta ingenuidad, el uso económico y político que se hizo de ella no fue tan ingenuo9. Cabe
recordar que Ratzel publica la obra Politische Geographie pocos años antes de la primera
guerra mundial, confrontación interimperialista que marca el principio del fin de la hegemonía
de la escuela alemana en los estudios de geografía10 .
A la paulatina pérdida de protagonismo de la escuela alemana también contribuye el
ascenso de la escuela francesa, y posteriormente inglesa. En Inglaterra, durante la última
década del siglo XIX, aparecen importantes trabajos de geografía comercial, destacando sobre
todo la obra de George G. Chisholm Handbook of Commercial Geography publicada en el año
1889. Este tipo de publicaciones no estaban del todo desprovistas de contenido económico,
dado que el acceso a datos sistemáticamente compilados era de vital importancia para las
potencias colonizadoras, especialmente a lo largo del siglo XIX y primeras décadas de la
presente centuria.
Pese a la importancia que tenía para los Estados colonialistas la aparición de obras
referidas a la geografía comercial, éstas, por su extremado carácter descriptivo, no lograban
satisfacer a las grandes sociedades industriales y comerciales inmersas en una dura
competencia y conquista de nuevos mercados. Esta realidad motivaría la aparición de
importantes investigaciones de marcado carácter económico-espacial, desarrolladas
principalmente por economistas, y que más tarde se incorporan a la Geografía Económica.
En este marco cabe mencionar a los economistas alemanes A. Schäffle y W.
Launhardt, cuyas obras publicadas entre 1882 y 1885 están consagradas a la localización de la
industria en función de maximizar las ventas. Los estudios realizados por estos economistas se
apoyan en la aplicación de métodos matemáticos, inaugurando así la teoría de la localización
industrial, más tarde desarrollada por A. Weber. Cabe destacar que tanto Schäffle como
Launhardt (Mathematische Begründung der Volkswitschaftslehre editado en 1885), y con
9
JOHNSTON, R.J.; GREGORY, D.; SMITH, D., (1987): Diccionario de Geografía Humana, Madrid, Alianza, 420 pp.
10
MOREIRA, R., (1981): O que é Geografia, Sao Paulo, De. Brasiliense, 113 pp.
41
José Daniel Gómez López
anterioridad von Thünen, en sus estudios solamente tienen en consideración para el análisis
teórico locacional los gastos en la producción, sin considerar el beneficio del empresario11 .
11
SAOCHKINE, Y., ob. cit., pp. 70.
12
CLAVAL, P., (1987): Geografía Humana y Económica contemporánea, Madrid, Akal, 456 pp.
42
Geografía económica
13
MOREIRA, R., ob. cit., pp. 11.
43
José Daniel Gómez López
relacionadas con los recursos naturales, y menos a la teoría económica, por considerarla
demasiado abstracta y ajena a las preocupaciones espaciales.
Concebida con un carácter principalmente informativo, su interés se centraría en la
realización de inventarios sobre recursos y producciones, identificación de los principales
países y áreas productoras, además de la enumeración de los intercambios comerciales. Al
existir una estrecha relación con los estudios físico-naturales, se daba clara prioridad a las
actividades agrarias y a las ramas industriales extractivas ligadas a la primera transformación
de esos recursos, tales como la siderurgia y la metalurgia. Esta influencia se prolongaría hasta
los años cuarenta de la presente centuria.
Los primeros años del siglo XX constituyen un importante período en la expansión
del capital monopolista, cuya acentuada competencia en el escenario internacional
desembocará, más tarde, en el primer conflicto bélico a escala mundial.
La Revolución Industrial y el sistema colonial del capitalismo impulsaron
vigorosamente el conocimiento de la superficie terrestre. El desarrollo de la ciencia y de la
técnica, los nuevos medios de comunicación, la necesidad de mercados para la creciente
producción industrial y de materias primas para la industria, desencadenará una desenfrenada
carrera para dominar el espacio terrestre. Las expediciones militares precederán a las
exploraciones científicas apoyadas tanto por los Estados colonialistas como por la iniciativa
privada. La toma de posesión del territorio era una necesidad vital para la expansión del
capitalismo nacional, ahora convertido en imperialismo. Vladímir Ilich Uliánov (Lenin),
fundador del estado soviético y autor de una importante obra sobre la expansión del
capitalismo14 concebía que en la fase imperialista del sistema capitalista el poder pasaba de la
industria a las instituciones financieras, y que las colonias representaban un área de inversión
muy atractiva. De ahí la creciente rivalidad entre las grandes potencias por extender su dominio
militar y económico fuera del continente europeo. La fase imperialista del desarrollo capitalista
también tendrá notable influencia en la evolución de la ciencia geográfica.
Comenzó por generar un determinismo geográfico capaz de justificar la expansión
colonialista, como igualmente la explotación de determinadas clases sociales y sociedades.
Continuó con la tendencia de buscar en la Geografía desvíos y formas de ocultar las
contradicciones sociales que otros campos del saber venían desvelando para culminar con la
14
LENIN, V.I., (1974): El Imperialismo fase superior del Capitalismo, Madrid, Fundamentos, 149 pp.
44
Geografía económica
15
LARIONOV, V., (1989): Las Guerras Locales del Imperialismo, Moscú, Progreso, 280 pp.
45
José Daniel Gómez López
Mackinder publica en el año 1902 la obra Britain and British Seas (Gran Bretaña y
los mares británicos) donde expone la teoría del Heartland (corazón-tierra). Esta teoría afirma
que quien domine Europa Central dominará el corazón del Continente, y quien domine el
Continente controlará la isla-mundo; y quien domine la isla-mundo controlará el mundo. H.
Mackinder fue un importante teórico de la expansión imperialista de Inglaterra llegando a
ocupar la vicepresidencia de la “Royal Geographical Society” y la cátedra universitaria en
Londres. Más adelante (años cuarenta), cuando Mackinder se traslada a Estados Unidos,
modifica sus ideas en favor del nuevo país de acogida.
Si H. Mackinder fue un importante ideólogo del imperialismo, el formulador político
de la teoría justificadora expansionista fue el politólogo y profesor de Derecho político en la
Universidad de Göteborg (Suecia) Rudolf Kjellen. Este germanófilo y mentor de la ideología
nazi publicó en Leipzig, en el año 1916, la obra Der Staat als Lebensform (El Estado como
forma de vida), traducida al idioma alemán en 1917. En el libro se emplea por primera vez, la
expresión “Geopolítica”, y se desarrollan al extremo las teorías y conceptos del alemán Ratzel
y el británico Mackinder16. Este jurista entendía que el desarrollo del Estado dependía de dos
factores fundamentales como son el medio natural y la raza, y de tres secundarios: economía,
sociedad y gobierno. En la obra colectiva La Géographie Active el geógrafo francés P. George
sitúa a la geopolítica dentro de la geografía aplicada o práctica puesta al servicio de la
aprehensión militar, política, económica y del territorio “la geopolítica ha sido la peor de las
caricaturas de la geografía aplicada, al prestarse a justificar por encargo cualquier
reivindicación territorial, cualquier saqueo, a través de seudoargumentos científicos”.
La obra de Kjellen fue empleada por un influyente grupo de geógrafos alemanes
encabezados por K. Haushofer (poseedor del carnet número 3 del partido nacionalsocialista),
para justificar que el resurgir de Alemania, como potencia mundial, era inevitable. El geógrafo
y soldado alemán Karl Haushofer pasó a retiro con el grado de general, en el año 1921.
Posteriormente se convierte en profesor de Geografía en la Universidad de Munich, y tiene
entre sus numerosos alumnos a Rudolf Hess. Un año más tarde del ascenso de Hitler al poder
(año 1933), K. Haushofer es escogido presidente de la Academia Germánica con sede en
Munich17 .
16
SAOCHKINE, Y., ob. cit., pp. 72-74.
17
WERNECK SODRE, N., (1977): Introduçao à Geografia. Geografia e Ideologia, Petrópolis, 135 pp.
46
Geografía económica
Cabe recordar que en la Alemania del Tercer Reich la geografía política alcanzó una
gran difusión. La doctrina del espacio vital se instrumentalizó como fundamento de la política
expansionista germana y, en general, la geopolítica fue utilizada como arma propagandística
por los teóricos del partido nacionalsocialista. La posterior derrota de Alemania y el
conocimiento del genocidio cometido por los nazistas, acarreó el descrédito de la geopolítica
como especialidad científica, sumiendo a esta disciplina en los ámbitos académicos en un largo
olvido.
Hasta los primeros años del siglo XX los escasos trabajos existentes en torno a la
geografía económica son obras descriptivas sobre la economía de los países, acompañadas por
una abundante información estadística plasmada en un número elevado de cuadros y tablas sin
una mayor profundidad analítica. Paralelamente a estos estudios y especialmente en Alemania,
diversos geógrafos y economistas van diseñando los objetivos y métodos de la geografía
económica, al mismo tiempo que aparecen las primeras teorías sobre la localización de la
industria. Este es el caso del geógrafo E. Friedrich (Allgemeine und spezielle
Wirtschafstgeographie publicado en 1904) que profundiza en los objetivos de la geografía
económica y de los economistas W. Launhardt y A. Weber. Este último publica en el año 1909
la obra Uber den Standort der Industrien (Teoría sobre la localización de las industrias),
consagrada íntegramente al análisis de aquellos factores que influyen en la decisión de localizar
las actividades industriales.
El economista alemán A. Weber tuvo el mérito de haber integrado la teoría de
localización de la industria, en la geografía económica. También introdujo en esta ciencia
geográfica el método de los cálculos, y propuso un cierto número de procedimientos metódicos
para determinar la localización de las empresas por el establecimiento de isodapanas o líneas
que conectan puntos de igual coste total de transporte, que es la suma de los costes de
transportar las materias primas y la distribución al mercado. En cuanto al valor práctico de la
teoría de Weber sobre la localización de la industria, su objetivo dentro de la fase del
capitalismo monopolista no era tanto la localización de nuevas industrias, sino la elección
territorial más idónea en términos de ahorro monetario para las grandes sociedades
empresariales. Esto permitiría concentrar la producción mediante la paulatina absorción de las
pequeñas industrias, cuya débil estructura financiera difícilmente soportaría la competencia.
El crack bursátil del año 1929 y el fin de la II Guerra Mundial impondrá en el sistema
capitalista un nuevo tipo de relaciones económicas. El Estado paulatinamente pasa a ser un
importante protagonista en la marcha de la economía (política del New Deal en Estados Unidos
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José Daniel Gómez López
y más tarde el Plan Marshall en Europa). Esta intervención estatal en la economía (capitalismo
monopolista de Estado) acabará con las tesis predominantes hasta ese momento de la libre
iniciativa. La planificación económica aparece como una importante arma de intervención
territorial. En este período no se puede hablar de un capitalismo fundamentado en múltiples
empresas de diferente tamaño y compitiendo en igualdad de condiciones en el mercado.
Contrariamente comenzaba el capitalismo, dirigido, en gran medida, por las empresas
multinacionales apuntaladas, en muchos casos, por el Estado, con el fin de competir en otros
mercados fuera de las fronteras nacionales18.
En la década de los treinta de la presente centuria aparecen los trabajos de los
alemanes Walter Christaller (Die zentralen Orte in Süddeutschland publicado en 1933) y
August Lösch (Die räumliche Ordnung der Wirtschaft editado en 1940), que realizan una
notable contribución a las investigaciones en torno a las leyes espaciales que rigen el desarrollo
de las fuerzas productivas y de la esfera no productiva. Los trabajos de estos autores, que
posibilitan pasar de una geografía económica descriptiva a una ciencia aplicada, donde es
posible el empleo de métodos matemáticos, dan una nueva orientación a la ciencia geográfica
estadounidense, sueca y particularmente inglesa. Se trata de una nueva orientación denominada
como “economía espacial”; “psique espacial” o “behavorismo espacial” (ciencia del
“comportamiento espacial” de los hombres)19.
Christaller y Lösch, geógrafo y economista respectivamente, están considerados como
los pioneros de la “Teoría del Lugar Central”. Lösch, como su predecesor Christaller, fue
perseguido por los nazis. Murió en 1945, en la ciudad de Kiel, a una edad temprana, pobre e
intelectualmente aislado. La mayor parte del trabajo de campo de Lösch se llevó a cabo en la
década de los años treinta en los Estados Unidos, y más concretamente en el “homogéneo”
estado de Iowa20. August Lösch, en su obra The Economics of Location publicada en Oxford
en el año 1954, dejaba claro que “no existe una localización (de la industria) óptima, porque
no se puede conocer el futuro, es decir, la reacción de los competidores”.
Por estos años (década de los cuarenta) el emplazamiento de la industria se estudia en
función del máximo beneficio y no del mínimo coste, como había ocurrido hasta ese momento.
18
ROBERT MORAES, A.C., (1981): Geografia. Pequena história crítica, Sao Paulo, De. Hucitec, 138 pp.
19
SAOCHKINE, Y., ob. cit., pp. 195.
20
BUTLER, J., ob. cit., pp. 122.
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Geografía económica
Más adelante aparecerán las teorías espaciales del coste-beneficio, que descansan sobre la
localización óptima de la industria.
El estudio del reparto de la industria bajo el capitalismo monopolista es muy difícil,
ya que los cálculos no se determinan únicamente por el análisis del reparto o localización de las
materias primas, fuentes energéticas, mercado de consumo, existencia de mano de obra y otros
factores puestos en consideración por A. Weber y sus adeptos. En este reparto espacial de la
industria se debe analizar también la lucha de los monopolios (política económica) y sus
políticas tecnológicas. Todo hace pensar que la localización industrial en el capitalismo es un
“juego” extremadamente complejo.
Pese al predominio de la descripción en los estudios de geografía económica, la
introducción de la economía espacial al análisis de las actividades productivas en el espacio
geográfico, provocará una importante transformación de los objetivos hasta entonces fijados.
21
BOSQUE SENDRA, J., (1986): “La evolución de la Geografía teórica y cuantitativa” en Teoría y práctica de la
Geografía, Madrid, Alhambra, pp. 44-62.
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sin referencias sociales, en vez de hacerlo en una sociedad definida históricamente. No puede,
por tanto, sorprender a nadie que la teoría neoclásica constituya el cauce conceptual en que se
enmarcan las principales corrientes de la Teoría Locacional y de la Ciencia Regional (“Teoría
del Lugar Central”) que utilizan conceptos geométrico, procesos físicos y enfoques
pragmáticos de carácter universal, para analizar la economía del espacio22.
Los trabajos de los matemáticos J. von Neumann, O. Morgenstern, N. Wiener y G.
Zipf contribuyeron decisivamente a la aparición y posterior desarrollo de la Geografía teórica o
cuantitativa, que aplica en la geografía económica los procedimientos de la estadística
matemática. Entre los geógrafos pioneros en la revolución cuantitativa cabe destacar a los
estadounidenses W. Garrison, B. Berry y W. Warntz. La voluntad de cambiar la teoría de la
geografía económica bajo bases matemáticas aparece con el estadounidense W. Bunge
(Theoretical Geography publicado en 1963), quien formula los principios esenciales de la
“geografía matemática” en tanto que geografía teórica (teorética). Esta geografía económica
básicamente trata de los comportamientos de un hombre abstracto en un espacio abstracto.
Otros geógrafos que contribuyen al desarrollo de la geografía bajo bases matemáticas
son los ingleses Peter Haggett (Locational Analysis in Human Geography publicado en 1965)
y Richard Chorley (Socio-economic models in Geography publicado en 1967). La creación de
modelos de organización espacial es el tema central de la geografía teórica o cuantitativa
(matemática y estadística). Una abundante documentación sobre la geografía matemática y no
matemática también se recoge en la obra del inglés David Harvey Explanation in geography
(1969).
Un punto de inflexión en torno a la organización territorial racional de la geografía
económica neopositivista aparece en la obra de W. Bunge Fitzgerald: The Geography of a
revolution aparecida en 1971, que destaca las contradicciones de la organización territorial de
la sociedad capitalista y del hombre abstracto, sin tomar en consideración las relaciones
sociales y la naturaleza de las fuerzas productivas dentro de un modo de producción
determinado. El libro contradice y pone en entredicho al behavorismo que soslaya el análisis
social de los fenómenos y se aleja del estudio de la importancia que tiene la estructura de clases
en la sociedad. De hecho la obra se consagra al análisis detallado, geográfico, histórico,
socioeconómico y sociológico de Fitzgerald, uno de los distritos (barrios) de Detroit, donde los
americanos “blancos” y “negros” cohabitan y luchan colectivamente por sus derechos, por la
22
JOHNSTON, R.J.; DEREK, G.; SMITH, D., ob. cit., pp. 214.
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Geografía económica
mejora del medio ambiente, contra los monopolios capitalistas y contra el racismo. El autor
concluye que la mejor organización territorial de la sociedad es aquella que se deriva de sus
propias luchas, por alcanzar un futuro mejor23. En esta línea también se sitúa David Harvey,
que en su obra Social Justice and the City, publicada en 1973, intenta por primera vez
interpretar la estructura y funcionamiento de las economías como entidades culturales, sociales
e históricas.
Los cambios ocurridos en la geografía económica se generalizan en todas las ciencias
humanas. En la geografía se conoce como Nueva geografía, que intenta ser una disciplina
verdaderamente científica, para lo cual es indispensable formular leyes generales. Como desde
el estudio regional era imposible elevarse a generalizaciones, se vuelve a poner énfasis en la
geografía general.
La geografía cuantitativa o teorética (por su énfasis en los problemas teóricos)
obsesionada por los temas locacionales, dirigirá una atención preferente a los problemas de
orden socioeconómico. Los sistemas y jerarquías urbanas, los factores de localización
industrial, la accesibilidad al mercado, las redes de comunicación, serán entre otros, los temas
de investigación más frecuentes24.
La revolución cuantitativa de la década de los sesenta da origen a la “nueva
geografía”, contrapuesta a la geografía europea o “vieja geografía”. La rápida mundialización
de esta “escuela anglosajona”, nacida en Estados Unidos, revela el substrato que le da
substancia: la mundialización del capital. Su origen en el país norteamericano revela su
carácter más preciso: la hegemonía mundial del capitalismo estadounidense. Su expresión
mundial revela la nueva cara del imperialismo: las empresas transnacionales. Por tanto, su
carácter “revolucionario” radica particularmente en el método. La geografía pasa de la fase
descriptiva (sin abandonarla del todo) a la fase explicativa. En vez de describir el paisaje, este
se matematiza. La geografía salta del positivismo al neopositivismo. De un lugar, para el
mismo. La geografía económica, al tecnificarse mediante el uso de computadoras y otros
instrumentos, se vuelve un arma más sofisticada de control del espacio, porque se ofrece como
una “geografía político-estadística” más rigurosa que la existente en el siglo XVIII 25.
23
SAOCHKINE, Y., ob. cit., pp. 197-201.
24
CAPEL, H.; URTEAGA, J.L., (1982): Las nuevas geografías, Barcelona, De. Salvat, 64 pp.
25
MOREIRA, R., ob. cit., pp. 43-44.
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26
CLAVAL, P., (1980): Geografía Económica, Barcelona, De. Oikos-Tau, 392 pp.
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Ante el riesgo de una confrontación militar de carácter nuclear entre los principales
bloques político-militares (OTAN y Pacto de Varsovia), en los años setenta se impone una
política de “distensión” que durará hasta la década de los ochenta, cuando el gobierno Reagan
presionado por los grandes conglomerados financiero-industriales impone la doctrina de
“enfrentamiento directo” y la concepción de “escalada geográfica”, que tendrá como resultado
el incremento de los conflictos bélicos localizados sobre todo en Asia, Africa y América
Latina, continentes donde entre otros factores, la cada vez más desigual distribución de la renta
dará origen a graves conflictos sociales y a la expansión de movimientos revolucionarios, que
tratarán de cambiar esta injusta situación mediante el uso de las armas.
En este marco también en el campo de la Geografía y especialmente de la Geografía
Económica ocurren importantes cambios, fruto del intenso proceso de crítica de la praxis
político-ideológica y científica de los últimos años (geografía tradicional). La geografía
tradicional y la “nueva Geografía” de tipo tecnocrática y científica, incapaz de dar una
respuesta a los graves problemas de la sociedad, empieza a ser cuestionada, lo mismo que
algunos de los supuestos ideológicos de las sociedades más desarrolladas, y en la que algunos
geógrafos habían creído profundamente hasta ese momento.
En Francia este movimiento se inicia tímidamente en los años cincuenta, cuando un
grupo de geógrafos comienzan a preocuparse por revisar y renovar los métodos de la
“Geografía burguesa”. El marco de esta aproximación se encuentra en las Jornadas de los
Intelectuales Comunistas celebradas en la ciudad de Ivry, en el año 1953. En ese evento B.
Kayser presenta un ensayo que aborda la “lucha de clases y la realidad geográfica”; R.
Guglielmo propone “un estudio marxista de las ciudades”; J. Dresch arremete contra la noción
vidaliana de “género de vida” y P. George contra la “Geografía Aplicada”; mientras P. Gourou
hace lo mismo respecto a la “Geografía del colonialismo”27. En Estados Unidos contribuyen a
estos cambios, además de historiadores y economistas marxistas, intelectuales progresistas
cuyo àmbito de trabajo tiene lugar en los países en vías de desarrollo, y se centra en el estudio
de las consecuencias que tiene el imperialismo en estas regiones, tal como es el caso del
geógrafo J. Blaut28.
27
ROBERT MORAES, A.C.; MESSIAS DA COSTA, W., (1984): A valorizaçao do espaço, Sao Paulo, Hucitec, 196 pp.
28
GARCIA RAMON, Mª.D., (1978): “La Geografía Radical Anglosajona” en Geografía Radical Anglosajona,
Barcelona, Departament de Geografia de Universitat Bellaterra, pp. 59-69.
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29
ROBERT MORAES, A.C., ob. cit., pp. 117-118.
30
GEORGE, P., (1958): Précis de Géographie Économique, Paris, Presses Universitaires de France
31
ROBERT MORAES, A.C., ob. cit., pp. 120.
54