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Armadura milanesa. 1510.

Metropolitan Museum of Art

U.d.4- LAS TÉCNICAS DECORATIVAS


Existen infinidad de técnicas decorativas; algunas consisten en ir eliminando material


mediante un abrasivo como es el caso del pulimento o el mateado. Otras disuelven parte del
metal por medio de productos químicos como se hace con el aguafuerte.

También las hay que por el contrario añaden material mediante la aplicación de hojas
o láminas metálicas / deposición química o electroquímica / esmaltados, pinturas, o lacas.
Otras modifican la superficie metálica por medio de productos químicos y/o calor producien-
do oxidaciones intencionadas. Lo más frecuente es que en un mismo objeto se den varias de
estas técnicas combinadas.

El hierro de uso común, utilizado para todo tipo de herramientas, generalmente no


lleva decoración, aunque hay ciertos objetos donde se emplearon todas las innovaciones
metalúrgicas del momento y una gran cantidad de sistemas decorativos: el armamento, y en
él me basaré fundamentalmente para describir las diferentes técnicas.

La fabricación de armaduras era un proceso complejo que exigía el trabajo en equipo


de varios artesanos especializados: los armeros que forjaban el metal (conocidos también
como “martilleadores”); los bruñidores (o “molineros”), que pulían el metal cuando ya tenía
la forma final; los encargados de hacer las uniones fijas de las distintas piezas, los que fabri-
caban y ponían correas de piel, forros, rellenos y guantes. A veces también intervenían los
cerrajeros que hacían las charnelas y los broches o cierres de la armadura. Una vez acabada 2
pasaba a los grabadores, doradores y pintores que eran los que hacían las decoraciones.

Lo mismo ocurría con las espadas. Una vez forjadas pasaban a los maestros guarnicio-
neros (también llamados espaderos aunque no realizaran propiamente las hojas) que eran
los que elaboraban y decoraban empuñaduras y vainas. Otros artesanos como los doradores
o plateros se dedicaban a las decoraciones especiales, más lujosas.

Algunas espadas medievales alcanzaron fama legendaria, tanta o más que sus dueños,
convirtiéndose en objetos mágicos o venerados. Recordemos a Excalibur, la espada de Arturo,
las dos espadas del Cid, Tizona y Colada, Joyosa, la ”larga, pesada y fatal” espada de Carlo-
magno, Durandal (o Durandarte), la espada irrompible de Roldán que según la leyenda tuvo
que tirar al agua para que no cayera en manos del enemigo. Esta espada escondía en el pomo
un trozo de tela de la Virgen María, un diente de San Pedro, unos cabellos de San Denis y una
gota de sangre de San Basilio. O también la Lobera, la espada de Fernando III el Santo, a la que
la tradición atribuye poderes mágicos. Desde 1255, cada año el día 23 de noviembre, como
conmemoración de la reconquista de la ciudad de Sevilla en 1248, el alcalde de la ciudad la
saca en procesión, agarrándola por la punta pues sólo un rey puede hacerlo por la empuña-
dura. (Espero que también este año sea posible ir a la ceremonia en noviembre).

No es de extrañar que estos objetos tan apreciados fueran un muestrario de todo tipo
de sistemas decorativos.

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Procesión de la espada, 1919 y 2008.

Bruñido
Técnica de acabado y decoración de los me- 3
tales para darles un aspecto compacto y brillante,
así como una superficie lisa y reflectante. El bruñi-
do se ha empleado mucho en la técnica de dorado
con panes y láminas de oro. Tradicionalmente para
el bruñido se han empleado varios bruñidores con
una dureza adecuada, como piedras de ágata, zafi-
ros, granates, dientes de varios animales, etc. Este
ejemplo, aunque no es sobre soporte hierro puede
daros una idea de un bruñido con ágata sobre oro.
https://www.youtube.com/watch?v=zIfBKucUVX8

Bruñidores de ágata para oro

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Grabado
El grabado es una técnica mediante la cual los patrones decorativos o las inscripcio-
nes se cortan en la superficie metálica con una herramienta puntiaguda de metal endure-
cido (buril), medios químicos (ácidos) o fotomecánicos (láser). https://www.youtube.com/
watch?v=uoOBxdeMi00

Grabado al aguafuerte
El aguafuerte es una modalidad de grabado que se realiza teniendo como base una
plancha o lámina metálica, generalmente de hierro/acero y zinc o de cobre, que se recubre
con una fina capa de barniz o de cera resistente a los ácidos, sobre la que dibuja o se rasca el
motivo decorativo con una herramienta punzante haciendo la presión necesaria para llegar
justo hasta el metal. Posteriormente se sumerge la lámina en una solución de agua y ácido
nítrico u otro ácido suave, que corroe el metal por las partes donde no está protegido por la
cera, es decir justamente en las líneas del dibujo.

Cuanto más prolongada sea la inmersión más profundamente se corroerá el metal.


También depende de la capacidad corrosiva del ácido, ya que la mordida será más activa
cuanto más concentrado esté, mayor sea su temperatura y menos veces haya sido utilizado.
Al retirar la cera queda el dibujo grabado sobre la superficie metálica. Para dar mayor sensa-
ción de relieve el diseño se ennegrecía con una pasta a base de negro de humo y aceite, calen-
tándose a continuación hasta que el aceite se evaporaba quedando ennegrecidos los relieves.
También podían dorarse los fondos. https://www.youtube.com/watch?v=MOW1266G6ow 4

Los ejemplos de decoración grabada aparecen en las hojas de espada desde fines del
siglo XIII, aunque la técnica puede ser mucho más antigua. La decoración grabada de armas y
armaduras del siglo XVI a veces se copiaba directamente de grabados populares, producien-
do diseños bastante elaborados y complejos, incluidas escenas pictóricas e inscripciones.

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Repujado/Cincelado
El repujado consiste en hacer un relieve en una plancha fina de metal que debe colo-
carse sobre una superficie que permita su progresiva deformación al golpearla por el reverso.
De esta forma, el artesano trabaja en “negativo”, hundiendo más aquellas zonas que deben
conseguir mayor relieve, pero siempre por la parte posterior. Los detalles finales del dibujo
se obtienen cincelando ya por el anverso, perfilando el dibujo con buriles o con los punzones
más finos para obtener una mayor definición.

Mediante la combinación de los traba-


jos en frío junto con varios recocidos se pue-
den llegar a obtener grandes deformaciones.
A veces, debido a la complicación o al grosor
de los diseños, es necesario hacer la decora-
ción fundida aparte y superponerla al sopor-
te mediante pestaña o calor.

Sin embargo, dado que el relieve tien-


de a debilitar el metal y, por lo tanto, hace
que la armadura sea inútil para la batalla o
el torneo, esta decoración se combinaba con
dorado o pavonado, que desde principios del
siglo XVI se convertiría en la técnica decora-
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tiva de armaduras comúnmente aplicada en
toda Europa.

Por su parte el cincelado (o labrado)


es una técnica de conformación y de deco-
ración de un objeto que consiste en golpear
y hundir una superficie por el anverso (la
cara vista) siguiendo un diseño. Para reali-
zar el cincelado el objeto debe apoyarse en
una superficie adecuada para amortiguar los
golpes . En el cincelado se emplean varios ti-
pos de cinceles y martillos. Se diferencia del
repujado por el modo en que se obtiene el
relieve (se realiza directamente en la super-
ficie, no por el reverso) y por el grosor de la
base metálica trabajada; en este caso no es
una lámina sino una plancha maciza.

Estas dos técnicas suelen utilizarse


juntas en el mismo objeto y también puede
combinarse con otras técnicas decorativas.
https://www.youtube.com/watch?v=8e92kTGjbs0

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Anverso y reverso de un repujado

Troquelado
Decoración que consiste en imprimir
o sellar la superficie por medio de un cuño
o troquel (manual o mecánicamente) de dis-
tintas formas (estrella, punta, flor, etc). Se
utiliza para reseñar los números de las ar-
mas, la marca registrada o el punzón de cada
armero. También se utiliza para decorar ce-
nefas.

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Puntillado o punteado
Esta técnica puede hacerse con pun-
zones romos o agudos siguiendo un dibujo
o una línea, o utilizando un troquel o matriz.
El punteado puede dejarse mate, dorarse o
ennegrecerse dependiendo del metal base y
de los efectos decorativos buscados.

Traste/Calado

Llamamos calado a la técnica de cor-
tar estos motivos decorativos en las superfi-
cies que a veces se emplean para revelar una
capa subyacente de metal o textil, y llama-
mos traste a diseños de corte a lo largo de
los bordes. En las armaduras alemanas y oc-
cidentales de finales del siglo XV, los motivos
decorativos recuerdan las tracerías góticas.

La chapa de metal se recorta mediante


un punzón o una sierra, eliminando material 7
de determinadas zonas de la lámina, dejan-
do pasar la luz y obteniendo así un dibujo.
Los patrones decorativos se pueden cortar
bien en la superficie o en los bordes de las
placas metálicas.

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Ataujía/Embutido/Damasquinado/ https://www.youtube.com/watch?v=kNtW8s
upJvk&feature=youtu.be

Con los tres nombres se refieren indistintamente algunos autores a la aplicación de un
metal sobre otro con fines decorativos mediante la incrustación de hilos o placas de oro, plata
o cobre dentro de una o varias incisiones realizadas en el metal base, que se fijarán mediante
presión y martilleo.

Lo que define el nombre de ataujía, embutido o damasquinado es el tipo de prepara-


ción del metal base para recibir el metal precioso: en general la ataujía o embutido se emplea
para técnicas de rayado con buril y el damasquinado para rayado múltiple o picado.

1.- Ataujía simple: consiste en rellenar un surco, trazado a buril, con alambre o hilo de oro,
plata o cobre. Una vez embutido se pule con el resto de la pieza.

2.- Ataujía superficial: se hacía un cajeado ancho con el motivo decorativo y se aplicaban
placas de oro o plata remachadas mediante las pestañas de sus bordes. Estas incrustacio-
nes no duraban demasiado por lo que fue sustituida por la picadura por punceta.

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Ataujía simple (1) Aaujía superficial (2)

3.- Picadura por punceta. La punceta es un pequeño cortafríos que produce incisiones o
surcos paralelos en dos direcciones opuestas. Sobre los surcos de la punceta se aplicaban
pequeñas laminillas o hilos (más finos que los utilizados para las ataujías) que se adherían
al metal por frotación con bruñidores, con lo que se obtenían superficies uniformes. La
punceta fue sustituida por la cuchilla de mano que produce cortes muy finos y juntos, cru-
zados en dos o tres direcciones.

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4.- Incrustación por picadura al ácido. Se cubre el objeto de cera, se hacen incisiones con
agujas y se somete al ácido. Luego se procede como en el punto anterior.

No debe confundirse esta técnica con el llamado “acero de Damasco”, “damasceno” o


“damasquino” que es un trabajo metalúrgico de fabricación de ciertas hojas de espada que
nada tiene que ver con la técnica decorativa de la incrustación de metales.

Niel
El niel es un material de aspecto vítreo
y frágil, negro, gris o azul-negro muy oscuro.
Consiste en la mezcla de uno o más sulfuros
metálicos que se aplicaban en forma de pas-
ta generalmente en un surco preparado en
el metal y cuya fórmula variaba con el tiem-
po y con el metal base.

A veces se identifican como niel algu-


nas decoraciones que son en realidad embu-
tidos de plata sulfurados.

Niel monometálico: Fue el más utili-


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zado en la antigüedad, en particular por los
romanos. Consistía en una mezcla de azufre
con sulfuro de cobre o sulfuro de plata. Se
mezclaba azufre en un crisol junto con lámi-
nas o limaduras de cobre o plata, y un fun-
dente (generalmente bórax). Al calentarlo se
obtenía una sustancia negra que podía redu-
cirse a polvo. Calentando de nuevo el polvo
con bórax a temperaturas por debajo de los
600 ° C. se obtenía un material pastoso, que
podía embutirse en los surcos de la decora-
ción. Cuanto más profundas y rugosas fue-
ran las incisiones mejor agarre tendría.

Niel bimetálico: Muy utilizado en tor-


no al s. V dC. Mezcla de plata, cobre y azufre
que se calienta a 680 ° C y permite obtener
mejores resultados que en el caso anterior
en cuanto a agarre y resistencia.

Canales para el niel

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Niel trimetálico: Esta variedad se compone de sulfuros de plata, cobre y plomo, y es el
niel utilizado a partir del siglo XI. dC. y durante el Renacimiento. Su punto de fusión es muy
bajo, entre 440 °- 560 ° C, dependiendo de las proporciones de los tres metales y se puede
utilizar en estado líquido, lo que permitía mayor complejidad decorativa, aunque sigue sien-
do un material frágil.

Dorado
El oro siempre ha sido un metal de valor elevado por lo que a lo largo del tiempo se han
ido desarrollando diversas técnicas para obtener resultados muy satisfactorios con cantida-
des cada vez menores de este metal. Un notable avance para la economía fue la introducción
de la lámina de oro en el II milenio aJC. y la posterior introducción del dorado al fuego hace
unos 2000 años. Durante el siglo XVII era una práctica habitual, incluso con el único fin de
evitar la corrosión. Fue una práctica tan popular que en 1618 Jaime II de Inglaterra emitió un
edicto que restringía el uso del oro en exhibiciones ornamentales (temiendo su efecto sobre
el tesoro nacional y las reservas de oro), pero prudentemente incluyó una exención para su
uso con armaduras y armas.

Durante los últimos 300 años. Se han desarrollado numerosos procesos de “baños”. La
aparición del electroplateado a mediados del s. XIX produjo ya el control total sobre la canti-
dad de oro o plata depositada en la superficie.

Hay distintas formas de aplicar el oro o la plata:


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1. Dorado en hoja: aplicación de láminas


de oro ( o de plata en el caso del platea-
do) de grosor variable sobre la superficie
de un objeto con los bordes insertados en
ranuras o pliegues en zonas poco visibles
(a veces la superficie se arañaba previa-
mente para producir una rugosidad para
favorecer la sujección) que se fijaban al
soporte por medio de procedimientos
mecánicos (martilleo), bruñiéndose direc-
tamente sobre la superficie y calentando,
habitualmente, la pieza para favorecer la
interdifusión; esta operación se podría re-
petir hasta conseguir el efecto deseado.
Es muy resistente al desgaste debido al
grosor de la lámina.

1 -hoja de oro
2 -hoja de plata

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2. Dorado con “pan de oro”: mediante láminas extremadamente finas, lo que solo se
consigue utilizando un oro sin impurezas. Tiene escasa adherencia al sustrato por lo que se
aplica con adhesivo generalmente orgánico (cola, aceites, resina natural, clara de huevo…)
denominado mordiente, al presentar propiedades adherentes debido a un tacto viscoso
antes de su secado o polimerización.

Tradicionalmente se empleaban mezclas de aceites (sobre todo aceite de linaza), se-


cantes (litargirio) y resinas (normalmente goma laca). El dorado al mordiente no admite el
bruñido, pero tiene la ventaja de poder ser aplicada en cualquier superficie y tiene un tono
más cálido y amarillo.

Uno de los primeros mordientes utilizados fue el betún, tal como se atestigua en va-
rios objetos dorados procedentes de la ciudad de Ur en Mesopotamia. El término em-
pleado tradicionalmente en España para referirse a este tipo de mordiente graso es “sisa”
y en la tratadística española de tecnología artística encontramos varias recetas sobre su
preparación, dependiendo del soporte al que se iba a dorar o de su aspecto final ( una
receta común incluye el mordiente de ocre o bermellón cocido en aceite de linaza). En la
actualidad se emplea el término “dorado al mixtión” como genérico para el dorado al mor-

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diente, debido al amplio uso del “mixtión”, un marca comercial de un mordiente de aceite
de linaza, resinas y otros aditivos.

Se distingue la “lámina de oro” del “pan de oro” por el grosor, aunque es muy difícil
emplear este criterio de manera estricta ya que su valor varía entre épocas, talleres y téc-
nicas. Posiblemente, la diferencia entre una lámina y un pan de oro se podría establecer en
el hecho de que la primera tuviese el suficiente grosor para que permitiera manejarla con
las manos y sujetarla en la superficie a dorar de forma mecánica.

La diferencia de grosor entre los panes de oro podría ser considerable. Las razones de
estas diferencias son varias, como la pericia de los batihojas (Los fabricantes de estas finísi-
mas hojas) o la técnica. La fabricación de los panes de oro ha sido un gran hito tecnológico
ya que su delgadez permitía el recubrimiento de todo tipo de objetos, reproduciendo con
precisión los detalles superficiales. Como ejemplo este curiosísimo video de 1959 sobre
producción industrial de panes de oro. https://www.youtube.com/watch?time_continue=
102&v=2Lak64SAaIY&feature=emb_logo

3. Dorado al mercurio en frio: sólo se utiliza en metales base que se puedan alear con
mercurio: cobres, bronces, latones, plata y aleaciones de plata. El hierro no se encuentra
entre ellos, a no ser que se recubra previamente de una hoja, lámina o disolución de co-
bre. Para preparar esa disolución (según se describe en el Mappae Clavicula del siglo XII),
se hierve el hierro con vinagre en un recipiente de cobre durante 1 hora dejándolo reposar
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en la solución resultante durante algún tiempo. Posteriormente se pule con una piedra de
ónice. Se puede repetir una segunda vez si fuera necesario). Posteriormente el soporte se
frota con mercurio y se aplica la hoja de oro no excesivamente fina. Cuando el mercurio se
evapora naturalmente se habrá amalgamado con la cara interna de la hoja de oro.

4. Dorado al fuego (amalgama): En este caso no se usa hoja sino una amalgama. La amal-
gama se prepara de varias maneras, pero esencialmente implica mezclar pequeñas piezas
de oro (o panes de oro) y mercurio en una proporción de 1:8. Esto da como resultado una
pasta que debe calentarse lentamente y agitarse con una varilla de hierro hasta que el oro
se funda. Luego, la mezcla se enfría en agua fría y se elimina el exceso de mercurio apre-
tando la mezcla colocada en una bolsa de gamuza o ante. El producto final es una pasta con
la consistencia de la mantequilla, que se puede aplicar fácilmente a la superficie del objeto
una vez preparado.

Como hemos dicho antes en el caso del hierro o el acero la superficie debe prepararse
recubriéndola de una capa delgada de cobre.

La amalgama se aplica usando un cepillo de latón o de cerda, una espátula o una he-
rramienta similar, dependiendo del área a dorar. Inmediatamente antes de la aplicación,
el proceso se “acelera” aplicando previamente una capa de mercurio, que mejora la ad-
herencia de la pasta. Para grandes áreas de dorado, probablemente es más fácil usar una
lámina de oro colocada directamente sobre mercurio en la superficie del objeto, en lugar
de la pasta de amalgama.

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Después de que la superficie se ha cubierto con la pasta, es necesario eliminar o “ex-
pulsar” el mercurio, calentando el objeto a temperatura suave (aunque por encima de los
357º C, punto de fusión de mercurio) en un horno o crisol, lo que hace que se evapore el
mercurio. El oro que queda ahora está metalúrgicamente unido al sustrato, mediante un
enlace que es más duradero que un adhesivo o un enlace mecánico. La superficie dorada
debe pulirse posteriormente, pero cuando se completa la operación queda brillante y con
lustre. Según la cantidad de oro presente en la amalgama el dorado puede ser ligero y
transparente o compacto y uniforme ya que el proceso se podía repetir tantas veces como
se deseara hasta conseguir el efecto deseado.

Es difícil encontrar estos dorados al fuego en aceros si no se hacen antes análisis para
determinar la presencia de cobre bajo el oro, ya que su aspecto es muy similar al obtenido
con otras técnicas.

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Los trabajos con mercurio son extremadamente tóxicos ya que producen hidrargiris-
mo, enfermedad que afecta a riñones, cerebro y sistema nervioso, por lo que la mayoría de
quienes trabajaban en ello no deberían tener vida muy larga.

5. Dorado por inmersión: Se sumerge el objeto en una aleación líquida de oro con cobre
(para bajar el punto de fusión) que recubrirá el objeto al solidificarse. No es muy uniforme.

6. Dorado químico o autocatalítico: para cualquier tipo de sustrato incluido hierro o ace-

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ro. Es un proceso de recubrimiento sin aplicación de corriente eléctrica. El objeto se su-
merge en una disolución compuesta por una sal del metal a depositar (normalmente se
emplean mezclas de ácido nítrico y ácido clorhídrico o cloruros de oro, dependiendo del
tipo de metal a dorar), un reductor y un complejante (que evita la descomposición del
baño) para que pueda comenzar la reacción química. Algunas formulaciones incluyen tam-
bién aceleradores e inhibidores. Combiene controlar el tiempo de inmersión que debe ser
corto ya que afecta al color final del dorado. El depósito de oro es mucho más grueso que el
obtenido a partir de un proceso de recubrimiento por inmersión, y la adhesión al sustrato
es mucho mejor.

7. Dorado electrolítico o galvánico: Se basa en procesos de deposición electrolítica de


metales, que puede obtenerse a partir de baños o electrolitos de diferente composición,
en este caso de sales de oro, haciendo pasar la electricidad necesaria para formar una pila.
La electricidad obliga al oro a depositarse sobre el cátodo. Con los descubrimientos de Gal-
vani (1737-1798) y de la pila de A. Volta, puede establecerse en torno al año 1800 el inicio
de la era de la electrodeposición de metales, es decir, el nacimiento de la galvanotecnia
y técnicas afines. Se aplica un cianuro de oro en una solución de cianuro de potasio por
medio de una pila eléctrica que precipita el oro contenido en la disolución sobre el objeto
a dorar, al que se adhiere en delgadas capas. Las sales de oro serían el ánodo y el objeto el
cátodo.

Antes del dorado por electrólisis conviene preparar el objeto a cubrir por medio de cual-
quier sistema común de desengrasado y a veces se somete a un niquelado previo para dar 15
más grosor al recubrimiento. https://www.youtube.com/watch?time_continue=10&v=lT-
7oElakv0&feature=emb_logo

La galvanotecnia se utiliza también para la prevención de la corrosión del hierro y aleacio-


nes férreas gracias a los recubrimientos industriales de cromo, cinc, niquel, plomo, plata
y estaño, o los de cobre, latón y bronce. (De esto hablaremos en las siguientes unidades.)

Pavonado
La patinación artificial, o coloración intencionada de las superficies, se puede efectuar
con fines decorativos buscando el contraste con otros metales incrustados o superpuestos o
por motivos prácticos.

El pavón es la oxidación artificial de la superficie de un hierro o acero como decoración


y protección frente a la corrosión, y para evitar los reflejos de las superficies pulidas en arma-
mento y armaduras.

Para hacer el pavón tradicional se calentaban directamente los objetos o se les apli-
caba previamente una capa de grasa o aceite animal. Otras veces se obtenía de la misma
operación durante el templado si en vez de utilizar agua se utilizaba aceite. De esta manera
obtenemos un pavonado marrón, llamado también bronceado, compuesto principalmente
por óxido férrico. Si a continuación se sumerge la pieza en agua hirviendo o se expone a un

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baño de vapor el pavonado obtenido es azul muy oscuro, casi negro. https://www.youtube.
com/watch?time_continue=165&v=jtiUqhUySU4&feature=emb_logo

Se requiere una habilidad considerable para lograr que el calor de lugar a una patina-
ción uniforme de grandes áreas (por ejemplo, una coraza o una armadura completa). El color
preferido para la armadura, las armas con filo y los cañones de las armas de fuego era el azul
oscuro/negro. El marrón que fue muy popular en los cañones de armas de fuego a fines del
siglo XVIII y XIX.

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Al tratarse de un óxido de hierro, de color marrón o azulado más o menos oscuro, el


pavonado a veces puede confundirse con una corrosión natural, máxime cuando está altera-
do. La mayor parte de las armaduras con este tipo de patinado se encuentran en la actualidad
con un aspecto muy diferente de su estado original, producto tanto del desconocimiento
como de continuas limpiezas, como podemos ver en las pinturas de época si las comparamos
con el aspecto que tienen las armaduras en la actualidad. (lo veremos en unidades posterio-
res)

El verdadero pavonado químico no aparece hasta finales del s. XVIII, obteniéndose


diferentes tonalidades dependiendo de las fórmulas empleadas. Existen dos métodos de pa-
vonado químico: el ácido, de mayor calidad y agarre y el alcalino, más fácil de usar. En ambos
casos , para obtener un patinado uniforme, debían sumergirse en agua hirviendo para elimi-
nar los restos del ácido y estabilizar la pátina.

Entre las recetas empleadas más recientemente se encuentran las mezclas de ácido
nítrico, sulfato de cobre y acido selenioso diluido en agua utilizado para obtener un color ne-
gro sumergiendo repetidas veces el objeto en la disolución. También se utiliza sosa cáustica,
nitrato y nitrito potásico diluidos en agua. Para obtener color azul se utilizará una disolución
en agua hirviendo de tiosulfato de sodio y acetato de plomo, o clorato de potasio, cloruro de

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mercurio y alcohol diluidos en agua a temperatura ambiente. Para armas de fuego se utilizan,
además, los fosfatados. https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=PRhkATwCH
Hk&feature=emb_logo

Un caso especial de tratamiento superficial con doble objeto decorativo/protector


para escultura exterior o arquitectura son los aceros autopatinables que comienzan a comer-
cializarse en 1933 con el nombre de Cor-Ten y que parten de una aleación especial que ha
variado de fórmula con los años pero en general tienen un alto contenido de cobre, cromo
y níquel. Eso les da, de partida, una coloración especial que consigue que la capa de óxido
superficial que se forma tenga unas características especiales.

Según una técnica standard, para su fabricación después de trabajar el objeto en el

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taller se desengrasa para quitar las posibles impurezas, y a continuación se hace una mezcla
de ácido nítrico y agua (5/25) que se deja actuar. Transcurridas 2 ó 3 semanas se le aplica un
baño de paro (una base) obteniéndose una superficie particularmente densa, altamente ad-
herente, estable y ‘regenerable’ de color rojizo o amaranjado.

Pintura
Una forma frecuente de decoración (la pintura como protección se tratará en otra uni-
dad) es la coloración de ciertas áreas o toda la superficie de un objeto por medio de pintura,
corlas o lacas. Sin duda este tipo de coloración en Europa se conocía desde la antigüedad,
aunque no ha sobrevivido ningún objeto de antes del siglo XIII debido a la fragilidad de la
técnica y de los pigmentos y barnices.

La corla es la aplicación de una pintura o barniz coloreado, transparente, a base de


temple, aceite o gomalaca, como si fuera una veladura, que se utilizaba tanto por los efectos
decorativos que produce el brillo del metal como para imitar oro o piedras preciosas colorea-
das.

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Esmalte
El esmalte es una técnica decorativa que se aplica sobre soportes diferentes revestidos
de fundente (materia vítrea incolora) para facilitar la adherencia. Se compone fundamental-
mente de sílice, bórax, plomo, sosa, potasa o cal; esta mezcla básica, transparente, se conoce
como frita, y a ella se le añaden diversos óxidos metálicos responsables del color o la opaci-
dad: hierro (rojo); antimonio, plomo y plata (amarillo); cobalto (azul); cobre (verde), etc.. Su

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temperatura de fusión se sitúa entre 700º y 850º. Las decoraciones con esmalte se utiizaban
casi exclusivamente en objetos de lujo.

Para que el esmalte quede bien sobre una chapa de hierro debe tener una fusión uni-
forme y la chapa debe tener el mismo grosor en todos los sitios, ya que las partes más gruesas
permanecen calientes mucho más tiempo que el resto cuando se saca del calor, y el esmalte
aún queda líquido por zonas surgiendo tensiones entre sus partículas y produciendo agrieta-
dos.. Para evitarlo la capa de esmalte debe aplicarse lo más fina posible segido de un enfriado
lento y uniforme, lo que le dará, ademas, una mayor durabilidad.

Las técnicas tradicionales de aplicación como alveolado, tabicado, plique-à-jour, cam-


peado o excavado, o bien sobre relieve no tienen mucha utilidad sobre el hierro, sino sobre
oro, plata o cobre, aunque si se utilizan en forma de pintura.

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Lacado
El término “laca” ha generado cierta confusión, debido a su uso desde la Edad Me-
dia como nombre genérico (“lacca”) para designar a varias sustancias coloreadas, como a la
goma laca o a los barnices coloreados que imitaban a la laca original. En la actualidad el tér-
mino “lacado” se emplea también como genérico para cualquier tratamiento superficial que
aporta color y brillo

El lacado es una técnica muy utilizada en armaduras y armas japonesas. La laca utiliza-
da procede del refinamiento de la resina del Urushi no ki, el árbol de la laca.

Consiste en la aplicación de numerosas capas de laca, cada una de las cuales se deja
secar antes de dar la siguiente; de esa manera se va formando una corteza tan dura que se
puede tallar en relieve. Es posible combinar capas de dos colores o más, a veces en estra-
tos, de manera que una quede al descubierto al tallar la de arriba. También es muy habitual
esparcir limaduras diminutas de oro o de plata sobre la superficie durante la aplicación del
lacado para conseguir efectos cromáticos (maki-e).

Los lacados proporcionan una superficie muy compacta al secarse, otorgando al objeto
a serie de cualidades prácticas y estéticas, al proteger el material base frente a los agentes
externos a la vez que le presta un carácter ornamental y decorativo. Una vez aplicada la laca
pueden aplicarse incrustaciones de nácar, metal, polvo de oro, telas o decoraciones esculpi-
20
das.

U.d.4- Las Técnicas decorativas. Emma García


Bibliografía

Debido a la amplitud del tema hay múltiples referencias y manuales de diversas técnicas ar-
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GÓMEZ REIZ, Francisco (1984): Los esmaltes sobre metales. Editora Nacional, D.L., Madrid.

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El Boletín del Metropolitan Museum of Art tiene muchos números y monográficos dedica-
dos al tema de armas y armaduras que son descargables en su página:

“Arms and Armor”, The Metropolitan Museum of Art Bulletin, v. 32, no. 4 (1973–1974)

“Arms and Armor from the Permanent Collection”, The Metropolitan Museum of Art Bulletin,
v. 49, no. 1 (Summer, 1991)

BLAIR, Claude, PYHRR, Stuart W. (2003): “The Wilton ‘Montmorency’ Armor: An Italian Armor
for Henry VIII”. The Metropolitan Museum Journal, v. 38

LAROCCA, Donald J. (1996): The Gods of War: Sacred Imagery and the Decoration of Arms and

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NICKEL, Helmut, PYHRR, Stuart W., and TARASSUK, Leonid (1982): The Art of Chivalry: Euro-
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PYHRR, Stuart W. (2012): “Of Arms and Men: Arms and Armor at the Metropolitan, 1912–
2012.” [adapted from The Metropolitan Museum of Art Bulletin, v. 70, no. 1 (Summer, 2012)]

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tion. The Metropolitan Museum of Art.

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U.d.4- Las Técnicas decorativas. Emma García

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