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ORIGEN

La Edad Media comenzó a finales del siglo V, con la caída del Imperio Romano y finalizó
en el siglo XV con la desaparición del Imperio Bizantino. Se caracterizó por ser una época muy
religiosa en la que Dios era el centro de todo (Teocentrismo). Las dos grandes religiones
coexistentes fueron la islámica en Oriente y la cristiana en Europa.

La filosofía medieval se ocupó de dos temas principales: los conceptos universales y la


relación entre la razón y la fe. El objeto de la filosofía se centro en Dios y en las cuestiones
divinas, lo que provocó la confusión entre filosofía y teología.
Como los pensadores se centraron en ofrecer un argumentación razonada, se alcanzó un
alto grado de precisión y rigor filosófico.
En la filosofía de esta época se observa un excesivo predominio de la lógica (disciplina
que enseña el arte del razonamiento sin ocuparse de la realidad).
Hasta el siglo XIII, la escolástica medieval cristiana fue platónica, mientras que la
musulmana era aristotélica, aunque con algunas influencias neoplatónicas.
Los autores platónicos defendieron el realismo extremo de los universales, es decir,
pensaban que las ideas universales son lo más real. Sin embargo, a partir del siglo XIII, la
difusión de la metafísica de Aristóteles separó a los pensadores medievales en platónicos y
aristotélicos. Estos se dividieron a su vez, entre los comentadores musulmanes y los que deseaban
conciliar el aristotelismo con la fe cristiana.
Entre los primeros se dio el nominalismo de Guillermo de Ockham, el cual desembocó en
el escepticismo “nuestros conceptos universales no conocen nada real”; y por otra parte, entre los
que deseaban conciliar el aristotelismo con la fe cristiana, se situó el realismo moderado
defendido por Tomás de Aquino “los universales existen solo en la mente, pero tienen su
fundamento en las esencias realizadas en cada individuo real”.

Con respecto a la relación entre fe y razón, los platónicos como San Agustín asimilaron la
filosofía a la teología. Sin embargo, los aristotélicos promovieron algunos choques con la
mentalidad filosófica y religiosa de la época.
Aristóteles daba mucha importancia al entendimiento y parecía que al aceptar sus teorías se
renunciaba a la prioridad cristiana del amor. Así, hacia finales de la Edad Media el racionalismo
filosófico apareció como enemigo del cristianismo. La solución consistió en separar la filosofía de
la teología. La fe se convirtió en la fuente de conocimiento para conocer verdades sobrenaturales;
mientras que la razón debía valerse por sí misma, sin apoyo de la fe, para conocer las verdades
naturales.
Esta separación radical entre fe y razón se convirtió en el fundamento de la filosofía
renacentista. Esto dio lugar a una pluralidad de corrientes y tendencias como:
• La filósofos humanistas que destacaron por su antropocentrismo y por su deseo de
desarrollar las capacidades naturales del ser humano.
• Los filósofos de la naturaleza que ofrecieron una explicación global de la realidad,
independiente de la fe.
• Los teóricos de la política que dieron respuestas a los problemas planteados por la
creación de los estados modernos y las relaciones que se establecían entre ellos.
• La ciencia moderna, la cual cambió radicalmente las explicaciones sobre el universo.
Agustín
de Hipona
Fe → pp de toda sabiduría
Iluminismo Anselmo de
Razón tiene límites sin definir
Canterbury

Fe → verdad
Racionalismo (imaginativa e imperfecta)
Averroístas
Filosofía → verdad
(completa y madura)

FILOSOFÍA
MEDIEVAL Fe → forma conocimiento superior Tomás de
Modelo
Ponderado Razón (autónoma) → Aquino
subordinada a la fe

Fe → camino hacía la verdad única Guillermo de


Fideísmo Razón → no conoce la Ockham
autentica realidad

Interés por la formación espiritual del ser humano


Humanismo a través del estudio de disciplinas como poesía,
retórica, historia y filosofía.

Filosofía de la naturaleza

RENACIMIENTO Investigación de
la naturaleza Ciencia moderna

Método científico

Teoría política utópica

Tª Política
Teoría política realista
RELACIÓN FORMAL ENTRE FILOSOFÍA Y RELIGIÓN
La filosofía y el cristianismo presentan una serie de diferencias y semejanzas.
• En la filosofía el instrumento de conocimiento es la razón, mientras que en el cristianismo
es la fe. Pese ser una diferencia, ambas intentan una explicación global de la realidad.
Para la religión, la fe es un don otorgado por Dios que eleva la capacidad natural de la
razón humana y permite aceptar la revelación divina.
• Por otra parte, la filosofía persigue una finalidad de comprensión de la realidad, sin
embargo, el cristianismo persigue la salvación humana a través de Dios. Estas son
semejantes en cuanto que pretenden que sus doctrinas tengan validez para todos los
seres humanos.
• Y por último, el orden de la realidad en el que se centra la filosofía es en el natural, en
cambio, el cristianismo se centra en el orden sobrenatural. Ambas implican una
determinada actitud del ser humano ante el mundo.

CONCEPTOS QUE APORTA EL CRISTIANISMO A LA FILOSOFÍA

• Monoteísmo. Los filósofos griegos oscilaron entre el politeísmo (base de su cultura) y el


monoteísmo (doctrinas de Anaxágoras, Platón y Aristóteles).
El cristianismo, en cambio, supuso una apuesta firme y sin concesiones por el monoteísmo.
Además, la frontera entre la transcendencia y la inminencia quedó claramente trazada:
trascendente será todo lo relativo a Dios, y lo inminente lo relativo al ser humano.
• Creacionismo. La filosofía había tratado de explicar el origen del universo. En estos
intentos, los filósofos habían sugerido la idea de una construcción del cosmos, pero
siempre como la ordenación de una realidad que existía previamente.
El cristianismo rompe con todo lo anterior al afirmar una idea totalmente extraña para la
filosofía: que Dios crea el mundo a partir de la nada. De este modo, el cristianismo ofrece
una solución al viejo problema filosófico e la relación entre lo uno y lo múltiple.
• Omnipotencia divina. Dios no está sometido a ninguna instancia superior. Las leyes que
gobiernan e cosmos son una obra divina.
• Diferente actitud ante la verdad. El cristianismo se apoya en la idea de que sus doctrinas
tienen origen divino y, por esto, carecen de error.
Para los primeros filósofos que entraron en contacto con el cristianismo, esta actitud
suponía una ruptura de las reglas de juego. El conocimiento humano es imperfecto y solo a
través del diálogo podemos perfeccionarlo.

EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA CRISTIANA


Los primeros cristianos rechazaron la filosofía. Estos no se sentían seguidores de un
filósofo, ya que Jesús no argumentaba sus afirmaciones apoyándose en la razón, sino en un
conocimiento superior propio del Hijo de Dios.
El nacimiento de la filosofía cristiana se produjo por dos causas diferentes:
• La defensa de la doctrina. Mediante las críticas que recibía de los filósofos, se vieron
obligados a recurrir a las argumentaciones racionales para defenderse.
• La profundización en el conocimiento. Hubo algunos cristianos que sintieron la
necesidad de ahondar en el conocimiento de las doctrinas que previamente habían aceptado
por la fe.
Lo primero que los pensadores cristianos se plantearon fue la relación entre el
conocimiento a través de la fe y el conocimiento a través de la razón. Es por esto que
encontramos al menos cuatro modelos que explican tal relación:
• Modelo Iluminista. Defendido por Agustín de Hipona, no traza con claridad las fronteras
entre fe y razón. La fe es el principio de la verdadera sabiduría y la luz que ilumina, desde
dentro, a la razón.
• Modelo racionalista. Sus mayores representantes son los averroístas. Para ellos, la verdad
esta expresada en la fe según una forma imaginativa e imperfecta. En cambio la filosofía
expone la verdad de una forma racional.
• Modelo distributivo o ponderado. Defendido por Tomás de Aquino, mantiene que la
razón se subordina a la fe, pero que tiene también un espacio autónomo.
• Modelo fideísta. Defendido por Guillermo de Ockham, quien sostiene el absoluto
predominio de la fe sobre la razón.

MODELO FE RAZÓN FILÓSOFOS


Principio de toda Tiene limites, pero no Agustín de Hipona y
ILUMINISTA
sabiduría. están definidos. Anselmo de Canterbury.
RACIONALIST Imagen perfecta de la Expresión perfecta de
Averroístas.
A verdad. la verdad.
Forma de conocimiento Subordinada a la fe,
DISTRIBUTIVO Tomás de Aquino.
superior. pero autónoma.
Camino único para la No puede conocer la
FIDEÍSTA Guillermo de Ockham.
verdad. auténtica realidad.

RELACIÓN FE-RAZÓN EN AGUSTÍN DE HIPONA

Los padres de la iglesia iniciaron la filosofía cristiana. Una característica común de este tipo
de filosofía fue el estudio de la relación entre fe y razón. La posición de Agustín de Hipona en
este asunto fue la de considerar que ambas debían trabajar juntas para conducirnos hasta la
verdad.
San Agustín se opuso a la actitud fideísta, que oponía la fe a la razón, ya que según él, la fe
no solo no elimina la razón, si no que la estimula y promueve su intervención. La formula que
mejor expresa la actitud agustiniana en este asunto es la que afirma; creo para comprender,
comprendo para creer.
La posición de San Agustín con respecto a la relación fe-razón se puede expresar del
siguiente modo: La razón inicia su trabajo ayudando al ser humano a alcanzar la fe; una vez
alcanzada, esta aporta a la razón la luz necesaria para comprender los misterios de la realidad y la
existencia humana. Es así, como la razón iluminada por la fe alcanza a ver lo que de otro modo
resultaría inalcanzable. Por último, la razón ayuda a la fe a desarrollar sus contenidos.
Esta es la denominada doctrina de la iluminación. Según San Agustín, la razón no solo
capta las cosas a través de las sensaciones, sino que juzga conforme a criterios inmutables y
perfectos. Estos criterios no pueden tener su origen en el alma humana (imperfecta y mudable).
Sin embargo, el alma los conoce. La explicación que da Agustín de Hipona a esto es que los
criterios son modelos inteligibles que se encuentran en la mente de Dios. El alma puede
llegar a conocerlos gracias a su condición intelectual y a la luz que Dios le proporciona.
EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO DE CANTERBURY

Anselmo de Canterbury formuló una prueba sobre la existencia de Dios, conocida como
argumento ontológico, en su obra Proslogion.
Según este, todos tienen una idea o noción de Dios. Todos los que dicen “Dios” entienden un ser
tal que es imposible pensar en otro mayor que él; un ser tal ha de existir en nuestro pensamiento y
en la realidad. En caso contrario, cabría pensar otro ser mayor que él, es decir, uno que existiera
realmente. Así, el que dice “Dios no existe” cae en el absurdo de estar diciendo que el ser mayor
que se puede pensar no es el ser mayor que se puede pensar.
Las pruebas que tratan de demostrar la existencia de Dios son de dos tipos:
• A priori. Pruebas ontológicas que parten del contenido mismo de la idea de Dios.
• A posteriori. Son las que parten de determinados efectos de Dios y, mediante la aplicación
del principio de causalidad, se remonta hasta la existencia del Ser Supremo.
El argumento de Anselmo de Canterbury parte de la idea de que Dios es un ser que posee todas
las perfecciones en grado sumo, hasta el punto de que no cabe pensar otro mayor o más
perfecto, y como existir es una perfección y la existencia forma parte de las perfecciones
divinas, Dios existe realmente.

ARISTÓTELES EN EL SIGLO XIII

Hasta el siglo XIII, la fe cristiana constituía el único eje de la filosofía y de la cultura


medieval. El contenido de la fe se apoyaba en conceptos platónicos y neoplatónicos, según
Agustín de Hipona. Sin embargo, a partir de este siglo, el mundo medieval cristiano comenzó a
conocer mejor la metafísica de Aristóteles. Esta doctrina, que planteaba de nuevo el problema
filosófico de la relación entre la fe y la razón, se extendió a través de dos vías:
• La traducción de las obras aristotélicas (Escuela de Traductores de Toledo).
• Los comentarios a los escritos de Aristóteles realizados por los sabios musulmanes.
Tomás de Aquino defendió la superioridad de la filosofía aristotélica frente a la
platónica. El problema estaba en que entonces la razón podía por sí sola llegar más lejos de lo
que se suponía. Desde Agustín de Hipona la filosofía se desarrollaba dentro del ámbito de la fe y
la sabiduría. Pero Aristóteles, daba mayor relieve tanto a este mundo sensible como a la capacidad
autónoma de la inteligencia.
Los mejores conocedores de Aristóteles había sido los musulmanes, especialmente
Averroes. Tras los comentarios de los averroístas, algunos pasajes de la doctrina aristotélica
resultaban incompatibles con la fe cristiana, sobre todo en dos puntos:
• La eternidad y necesidad del mundo, según la cual se negaba que Dios creara libremente el
mundo.
• La unicidad del alma humana, que negaba que cada persona estuviera dotada de un alma
inmortal.
Ambas son verdades de fe para el cristianismo, lo que derivó en diversas reacciones:
• Los filósofos franciscanos pensaron que Aristóteles representaba una amenaza para el
pensamiento cristiano.
• Los averroístas latinos siguieron las doctrinas de Aristóteles y Averroes, incluso con los
puntos que se oponían a la fe.
• Los dominicanos aristotélicos, defendieron que la filosofía de Aristóteles era en general
superior a la de Platón.
RELACIÓN FE-RAZÓN EN AVERROES

Para Averroes, el conflicto entre religión y filosofía se debía a que muchas personas accedían a
esta disciplina sin estar capacitadas. La solución consistía en establecer distintos niveles de
comprensión del Corán y, en prohibir el acceso a un determinado nivel no capacitado para ello.
Asimismo, sostuvo que en el Corán se encuentra toda la verdad y que en él debía haber algo que
satisfaga a cada ser humano. En relación con la aceptación de un determinada doctrina, Averroes
distinguió tres tipos de seres humanos. A cada uno de los cuales le corresponderá un tipo de
interpretación de los textos sagrados. En conclusión, cada ser humano debe esforzarse por
comprender las verdades reveladas de la mejor manera que es capaz.
Expertos afirman que Averroes defendió la doctrina de la doble verdad, según la cual, dos tesis
contrarias o contradictorias pueden ser ambas verdaderas, una para la razón y otra para la fe.

RELACIÓN FE-RAZÓN EN SANTO TOMÁS DE AQUINO

En el modelo de relación entre fe y razón de Tomás de Aquino, la filosofía se basa en principios


evidentes para la razón natural, mientras que la teología se basa en las verdades de la fe reveladas
por Dios. La filosofía puede desarrollarse sin tomar como punto de partida la sabiduría de la fe.
Tomás de Aquino pone el énfasis en la vertiente más científica de la filosofía. Así, aunque la
filosofía no proporciona la salvación, el filósofo creyente no utiliza directamente su fe a la
hora de hacer filosofía.
Este distinguió entre dos órdenes:
• El orden de la naturaleza. Este se sitúa en el ser humano, considerado ser natural, aunque
con más características específicas (facultad racional).
• El orden de la gracia. Situado también en el ser humano, el cual es elevado a la categoría
de hijo de Dios.

El orden de la naturaleza esta subordinado al de la gracia, pero es autónomo. La naturaleza puede


ejercer adecuadamente sus acciones en su propio orden.
• La filosofía es un ejercicio del entendimiento en el orden natural.
• El intelecto agente, tal como lo describe Tomas de Aquino, es una luz intelectual
participada de Dios.
• La capacidad de la inteligencia posibilita el acceso a Dios, no solo en el orden de la fe,
sino también en el orden natural. De este modo,la teología puede construirse sobre la base
de una filosofía que no depende en sí misma de la fe.

Veamos a continuación la relación entre las verdades naturales y las verdades de fe:
• La verdad de la fe es superior a la verdad de la razón, pero entre ambas no puede haber
contradicción, puesto que la verdad no puede ir en contra de sí misma.
• Según Santo Tomás, existen dos tipos de verdades de la fe:
-Las que están por encima de la razón. Verdades inalcanzables para el entendimiento
humano y que no pueden ser demostradas.
-Las que están al alcance de la razón. Verdades que pueden ser comprendidas por la
filosofía gracias al uso de la razón.
• Aunque algunas verdades reveladas están al alcance de la razón, era conveniente que Dios
las revelara, ya que son necesarias para la salvación.
LA EXISTENCIA DE DIOS POR GUILLERMO DE OCKHAM.

Para Guillermo de Ockham, la existencia de Dios no es evidente, ya que la evidencia solo se


consigue a través de la intuición. La única idea para acceder por medio de la razón al
conocimiento de la existencia de Dios, sera la demostración. Para ello, es necesario utilizar
algunos tipos de argumentación como las pruebas a priori y a posteriori.
Ockham rechazó las pruebas a priori, es decir, aquellas que parten de la esencia pensada
de Dios para concluir en su existencia. Si las esencias carecen de valor real, cualquier prueba que
descanse sobre el conocimiento de la esencia de Dios debe ser, desestimada.
También rechazó las pruebas a posteriori, es decir, aquellas que parten de la existencia de
las criaturas y se elevan a Dios como su causa. Podemos estar seguros de que las cosas tienen una
causa, pero solo por la experiencia podemos alcanzar la certeza de cuál es esa causa.
Lo más próximo a una demostración racional de la existencia de Dios en la filosofía de
Ockham lo encontramos en su doctrina de las causas conservantes. Según esta, las cosas
poseen una causa que las conserva en el ser y el número de causas conservantes no puede ser
infinito. Por tanto, podemos concluir que Guillermo de Ockham no admitió como válida ninguna
prueba de la existencia de Dios. Con ellos, pretendió mostrar que, a la hora de demostrar la
existencia de Dios, los argumentos racionales son absolutamente débiles ante la fe.
Al restringir el ámbito de la razón, amplificó el de la fe, en el que se encuentran las
verdades teológicas, verdades de orden práctico y no de orden cognoscitivo. Además Ockham
separa nítidamente la fe y la razón, de forma que la razón se ocupe de modo hegemónico del
ámbito de la naturaleza, y la fe haga lo propio en el ámbito sobrenatural.

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