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Vibración, sanidad y enfermedad

REDACCIÓN CONFIDENCIALCOL marzo 5, 2020, 7:08 am

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Por Guillermo Llinás A.

En el libro que publicó en 2002 el psiquiatra e investigador Dr. David Hawkins,


“Poder vs Fuerza”, combina los avances de la Física Cuántica, las partículas del
cuerpo humano vibran con energía, con los avances en el conocimiento de la
conciencia, creando una escala de vibración de 0 a 1.000, asignando un nivel de
vibración a cada estado de conciencia correspondiente a una emoción.
Si llegamos a 1.000 seremos maestros iluminados. Buscamos estar en una escala
de 500, AMOR, ya que solo irradiaremos energías positivas a las personas a
nuestro alrededor. Pero, a lo largo de nuestras vidas vamos acumulando bloqueos
energéticos y el Dr. Hawkins considera que el ser humano promedio está en un
nivel de 207.
En otros términos, cuando el EGO nos domina, los acondicionamientos que surgen
de este hecho, todos negativos, nos impiden ascender a escalas superiores.
En el punto del AMOR, la ALEGRÍA DE VIVIR y la ABUNDANCIA, sirven de
plataforma para expandir nuestro nivel de conciencia.
En palabras del Dr. Hawkins: “Todos los niveles bajo 200 a la larga destruyen la
vida del individuo y de la sociedad y todos los niveles sobre 200 son expresiones
constructivas de poder.”

Dary Martin, colombiana, quién como ella menciona en su


blog https://mujeramor.com/: “Soy una mujer a la que la vida obligó a reinventarse,
una enfermedad se convirtió en mi gran maestra de vida” publica la siguiente tabla
de resumen, agrupando los niveles de vibración en los dos grandes sentimientos
que el ser humano puede experimentar: MIEDO y AMOR.

Somos como las plantas: Una planta sembrada en un suelo sano, con los
nutrientes apropiados, la luz solar y las temperaturas requeridas crecerá con color
intenso, profundo y producirá una floración abundante.
Somos iguales: Los cinco sentidos son los portales que enlazan el mundo exterior
uniendo con nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra conciencia. Si nuestro
entorno es ideal nos desarrollaremos como un ser saludable, armonioso y alegre.

Es fácil entender como lo que tomamos por nuestra boca afecta nuestro bienestar.

Regresando a la medición tradicional de frecuencia en Hertz, en 1992 el Biólogo


Bruce Tainio llevo a cabo el estudio de la frecuencia vibratoria del cuerpo humano
y concluyó que un cuerpo sano tiene una frecuencia durante el día de 62 a 72 MHz
y que cuando se reduce la frecuencia vibratoria de una persona, el sistema
inmunológico se ve comprometido.

Si la frecuencia se reduce a 58 MHz, aparecen los síntomas del resfriado o la gripe,


en una frecuencia de 55 MHz  empiezan las infecciones virales, a 42 MHz
sobreviene el cáncer y a los 25 MHz se inicia la muerte.

Cada órgano tiene una frecuencia vibratoria propia:


Todo lo que comemos, ingerimos, inhalamos y nos untamos en nuestra piel tiene
una frecuencia que afecta a nuestro cuerpo físico.

María Rodríguez en su página ATMA publica el siguiente gráfico energético de los


alimentos:
Y añade la siguiente explicación:Pues bien, CADA ALIMENTO QUE TOMAMOS
TAMBIÉN TIENE UN CÓDIGO VIBRATORIO, su particular energía y frecuencia
vibratoria que afecta directamente a nuestro cuerpo, a todas nuestras células
órganos y a la calidad y cantidad de nuestra energía vital.Para que un alimento
pueda contribuir al mantenimiento y mejora de nuestra salud física y bienestar
emocional, es totalmente necesario que la energía, y la frecuencia vibratoria del
alimento, armonicen con nuestra propia energía vital y frecuencia vibratoria.
Cuando la frecuencia vibratoria de un alimento armoniza con la frecuencia
vibratoria de nuestras células, se establece una sinergia o interacción positiva, la
cual repercute positivamente en todos nuestros cuerpos, incrementando
nuestra VITALIDAD y SALUD.Cuando la frecuencia vibratoria del alimento, no
armoniza con la de nuestras células,  lo que se produce es un desequilibrio en todo
nuestro Sistema Energético, creando el ambiente ideal para que proliferen las
enfermedades.

Muchos de los alimentos que tomamos, ya sea por la sobrecarga tóxica que
contienen (restos de abonos químicos, fitosanitarios, hormonas, aditivos, etc.), ya
sea por la propia naturaleza del alimento, tienen una vibración negativa, que afecta
negativamente a nuestra salud cuando los tomamos.
Actualmente, hay estudios que han demostrado que, en sólo tres segundos, tras un
sorbo de café, la frecuencia de una persona se reduce en 14 MHz. Sin ninguna
intervención para reequilibrarla, la frecuencia de esa persona tardará tres días en
volver a la normalidad (algunos expertos señalan que la inhalación de aceites
esenciales recupera la frecuencia bioeléctrica perdida en menos de treinta
segundos). De la misma forma, un pensamiento negativo puede reducir la
frecuencia de una persona de 10 MHz, mientras que una actitud mental positiva
puede elevarlo en 10-15 MHz.

Zoom… Pero no sólo de alimentos nos nutrimos.

Las emociones negativas generan estrés, Los pensamientos pueden afectar a


nuestra capacidad energética, lo mismo sucede con el dormir, una actividad
esencial para nuestro reequilibrio vital que restablece nuestra energía vital de una
forma no computable en kilocalorías. Los sonidos, la música que escuchamos, los
colores que percibimos, los aromas que aspiramos, son variables que afectan
nuestra salud.La doctora Kelly Turner, PhD. de la Universidad de Harvard e
investigadora de la Universidad de California, después de investigar durante 10
años a sobrevivientes de enfermedades graves, de analizar 1500 casos y de hacer
más de 250 entrevistas en profundidad, llegó a la conclusión de que hay 9 cambios
que todas esas personas que se sanaron hicieron. “Lo más impresionante es que
de estos 9 cambios, solo dos son físicos: los demás son mentales, emocionales o
espirituales”, dice en el documental.

Los cambios que Turner detectó, para sanar tu cuerpo, son:

1. Cambiar radicalmente tu dieta.


2. Tomar el control de tu salud.
3. Seguir tu intuición.
4. Curar las emociones reprimidas.
5. Aumentar las emociones positivas.
6. Aceptar el apoyo de otros.
7. Profundizar en tu conexión espiritual.
8. Tener una razón fuerte para vivir.
9. Usar hierbas y suplementos.

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