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La Caña de Azúcar es una planta cultivada para la producción de azúcar en los países
tropicales, tiene una historia muy interesante desde su descubrimiento. Mundialmente ha
contribuido a endulzar el paladar de muchas personas, entre otros usos, gracias a que
todas las partes que componen esta planta se pueden utilizar, por lo que si deseas
conocer un poco más sobre sus características, te invitamos a seguir leyendo este
artículo.
Índice de Contenido [hide]
1 La Caña de Azúcar
2 Caract eríst icas
2.1 Tallo
2.2 Raíces
2.3 Rizoma
2.4 Hojas
2.5 Flores
3 Especies más relevant es
4 Cult ivo de la Caña de Azúcar
5 ¿Cómo se Siembra?
5.1 Preparación del t erreno
5.2 Amontonar la t ierra y resiembra
5.3 Cont rol de la maleza
6 Cosecha
6.1 Técnica manual
6.2 Técnica mecanizada
6.3 Consecuencias ambient ales
7 Procesamiento de la Caña de Azúcar
8 Plagas
9 Enfermedades del cult ivo
10 Usos de la Caña de Azúcar
La Caña de Azúcar
La caña de azúcar es una hierba considerada de tamaño grande del género Saccharum,
tribu Andropogoneae y es parte del grupo Poaceae. Entre sus rasgos destaca el tallo duro
con un tejido dulce y fibroso que se utiliza para producir azúcar, puede alcanzar los seis
metros de alto, tiene hojas alargadas y flores de color violeta en una panícula piramidal.
Los cultivos modernos de caña de azúcar son híbridos interespecíficos que provienen de
un proceso que involucra tanto la caña noble, es decir la Saccharum officinarum como la
caña silvestre llamada Saccharum spontaneum, seguidos de una serie de retrocruces con
el progenitor noble.
La historia temprana de la caña de azúcar está cubierta por varios autores, incluidos Deer
(1949) y Barnes (1964). El origen de esta planta es complejo, diferentes especies
probablemente se originaron en varios lugares, por ejemplo, el Saccharum robustum en
Nueva Guinea, Saccharum barberi en India y Saccharum sinense en China. Se piensa que la
especie S. officinarum se produjo durante un período de miles de años tanto en el área del
Océano Pacífico, mientras que las cañas indias más delgadas se desarrollaron y
cultivaron en la región del norte de la India y el sur de China.
Inicialmente, los trozos de tallo de caña se habrían masticado para obtener el jugo dulce,
de allí que las cañas de mascar todavía proporcionan una forma convenientemente
empaquetada de alimento energético en muchas culturas. Por otro lado, se puede
destacar, que la extracción de jugo del tallo y su concentración por secado o
calentamiento para producir un producto azucarado crudo, debe haber sido desarrollado
en una forma rudimentaria hace al menos 3000 años.
El arte de la fabricación de azúcar tardó más en desarrollarse, probablemente en la India y
quizás hace menos de 2000 años. Deer (1949) consideró que los monjes cristianos
nestorianos de la desembocadura del río Éufrates fueron los primeros en refinar el
producto crudo en una forma de azúcar blanca alrededor del año 450 d. C. La industria
azucarera mediterránea fue la primera importante en Europa y comenzó
aproximadamente en la época de la conquista árabe de Egipto en el 640 d.C.
Fue distribuida por el norte de África y en España hacia el 750 d. C., donde fue importante
durante muchos años, con 30.000 hectárea sembradas de caña en 1150 d. C. A principios
del siglo XVI d.C., los españoles llevaron la caña al Caribe y las Américas, y los
portugueses al África occidental y Brasil. Y así nació la industria mundial de la caña de
azúcar. Antes del siglo XX, la industria mundial de la caña de azúcar dependía de las
cañas nobles (S. officinarum) y de la caña de India y China (S. barberi y S. sinense,
respectivamente).
Estas cañas se caracterizaban por tener altos niveles de sacarosa y bajos en fibra, pero
eran susceptibles a diversas plagas y enfermedades. Situación que promovió un
mejoramiento continuo en la selección de la planta especialmente desde que en 1858 se
determinó que las panículas producían semillas viables. Por lo que fueron los holandeses
los que establecieron un programa de reproducción y mejoramiento en 1888 en para
incorporar la resistencia a enfermedades, la resistencia y la capacidad de macollamiento
de S. spontaneum en el material genético de S. officinarum.
Características
Esta gran herbácea perenne se cultiva por su alta tasa de acumulación de azúcares,
facilidad de propagación a través de esquejes de tallos vegetativos, múltiples cosechas
de una sola plantación y por ser una de las siembras principales de las regiones tropicales
y subtropicales que proporcionan aproximadamente el 70% del azúcar a nivel mundial. De
allí que es importante dar a conocer todos los aspectos que la caracterizan, por lo que a
continuación lo explicamos detalladamente:
Tallo
Entre sus características más resaltante está sin duda su tallo, del cual se extrae un jugo
grisáceo, verdoso y de sabor un poco amargo. Una planta de caña tiene entre 5 y 20 tallos
verticales, también llamados “macollos”, que miden de 2 a 5 metros de altura y de 2 a 4
centímetros de diámetro. Cada tallo es una sucesión de nudos y entrenudos, cada nodo
tiene una yema y una banda de primordios de raíces. El azúcar se almacena en la médula,
debajo de la corteza dura y cerosa. De los esquejes de unos pocos nudos de los tallos se
pueden utilizar para replantar los campos de caña cada cinco a diez años.
Ahora bien, para que sepas más sobre las zonas del tallo, este comprende los canutos
desarrollados a partir de las yemas, estos son cortos en la base del tallo y de diferentes
alturas en el resto de este cilindro vegetal, ya que logra alcanzar un máximo en su parte
media y luego disminuye gradualmente hasta llegar al ápice, donde vuelven a ser
nuevamente cortos, además, la longitud de los tallos puede variar dependiendo de la
variedad y las condiciones ambientales donde se desarrolla.
Cada unidad de canuto tiene 2 nudos donde se articula la hoja correspondiente. Por su
parte, el entrenudo es la porción central de un canuto, delimitado por dichos nudos y
también presenta una variación en cuanto a su diámetro siendo más gruesos desde la
base y disminuye a medida que avanza hasta la parte central del tallo, desde donde se
hace constante para luego decrecer paulatinamente hasta llegar al ápice. Otras partes del
canuto son las siguientes:
A su vez, también se pueden señalar las conocidas rayas de súber o estrías de marfil, el
canal de la yema, que es una ranura bien definida directamente encima de la yema lateral,
presente en algunas variedades de caña de azúcar. A su vez, tiene las yemas que son un
conjunto de catafilos mucho más sencillos que los nomófilos, los cuales poseen una
consistencia coriácea y carecen de clorofila, Al respecto, se resalta que de cada yema
brotará el tallo primario.
Raíces
La clase de raíces que posee esta planta es la de las conocidas como ramificadas o
fasciculadas, fibrosa constituida por un manojo de raicillas de igual o similar grosor.
Estas pueden derivarse de los primordios radicales de la estaca plantada, así como
también de los primordios del rizoma. A su vez, aquellas que se originan de la estaca
reciben el nombre de raíces transitorias, estas son delgadas y ampliamente ramificadas.
Mientras que las raíces que surgen de los anillos radicales inferiores del rizoma son
gruesas, carnosas, blancas y de menor ramificación.
Uno de los aspectos a conocer sobre las partes de la planta tiene como objetivo tomar
agua de la tierra para facilitar el proceso de obtención de los nutrientes necesarios para la
conformación del nuevo vástago hasta que la nueva planta desarrolle su propio sistema
radicular. Además, el progreso de las raíces en la caña de azúcar mantiene el mismo
patrón general de la clase de plantas monocotiledóneas. Como dato adicional, gracias a
la densidad y la profundidad de las raíces, se puede decir, que es una planta que protege
bien los suelos, incluso cuando hay una erosión generadas por las lluvias o tormentas.
Rizoma
Por otro lado, no se puede dejar de mencionar que existe un elemento constitutivo de la
caña de azúcar que para muchos expertos se puede llegar a considerar como una especie
de tallo, el cual es el rizoma. Del mismo se generan las raíces y debido a las condiciones
de ser la base de esta vegetación, puede tener fácilmente una vida bajo tierra, no requerir
de hojas y por ende de clorofila; bien podría confundirse con la raíz de la planta.
Adicionalmente, hay que tener presente que la situación de poseer catafilos o también
conocido como yemas, y que tenga una composición caulinar y para nada radical, hacen
que este elemento de la planta para algunos especialistas sea considerado como
integrante de la raíz. Durante el lapso del año donde se presentan las condiciones menos
beneficiosas para la planta que sirve para obtener la azúcar, el rizoma ofrece una debida
protección contra los fenómenos naturales del entorno en que se encuentra el cultivo.
Hojas
Las hojas tienen una forma alargada, fina y no muy gruesa, las cuales están cubiertas de
pequeños filamentos semejantes a unos pelos con numerosas aperturas estomáticas, las
mismas se articulan de los nudos del tallo de forma alterna, estableciéndose dos hileras
a lo largo de este. Según sean las variedades de la caña la forma de la hoja puede ser
espiral o entrecruzadas y van experimentando cambios durante su ciclo de vida, es decir,
en una primera fase se van separando del tallo para después presentar la posición
inclinada muy característica de la planta, lo que favorece el proceso de aprovechamiento
de la energía solar.
Adicionalmente se puede mencionar sobre los elementos que constituyen sus hojas, los
cuales generalmente son dos: la lámina o limbo y la vaina. La vaina de la hoja por lo
general es verde claro, en tallos muy jóvenes las vainas se superponen en el ápice, como
protección a las yemas nuevas allí ubicadas y al meristemo apical. La forma es tubular y
cónica en el cuello. En la vaina de la hoja se pueden apreciarse dos caras: interior y
exterior. La interior mayormente blanquecina y lisa, y la exterior es de color verde,
pudiéndose observar con frecuencia abundancia de vellos que en algunas especies resulta
desagradable su manipulación.
También se debe conocer que la zona donde ocurre la intersección entre la vaina y la
lámina de la hoja, la cual los expertos la llaman como el cuello. Este puede ser distinto
según los tipos de esta planta e inclusive en una misma especie, en la medida en que ésta
madure. Las formas de los cuellos en hojas ya maduras constituyen una característica de
identificación varietal, clasificadas en tres tipos principales, entre otras: Rectangular o
cuadrada, Deltoide o triangular y Ligular.
Por otro lado, el elemento conocido como el limbo de la hoja de la planta puede alcanzar
los dos metros de longitud y entre tres o siete centímetros de ancho. Medidas que varían
según sea la variedad, manifestando así los caracteres predominantes de las especies
originales. De igual forma el color también varía yendo de un verde con tonos amarillos
hasta un verde oscuro, dependiendo no solo de la variedad sino como de las condiciones
de nutrición o salud de la planta.
A su vez, se puede destacar que dicho elemento presenta en su estructura unos bordes
con forma de diente, además el ápice del mismo puede llegar a presentar una forma algo
puntiaguda, con una nervadura central, que sirve para la conducción del agua y nutrientes
de la planta. De igual manera, se llega apreciar que la nervadura central también provee de
un soporte a la hoja. De forma paralela a la nervadura central, se desarrollan varios haces
vasculares.
Flores
La inflorescencia o espiga, es una panícula que comprende una multitud de flores que
producen semillas diminutas, conocidas como “pelusa”. El racimo floral está constituido
por un eje principal con articulaciones, en donde se insertan las espigas que contienen una
flor hermafrodita con tres anteras y un ovario con dos estigmas. Además, cada ovario
cuenta con un ovulo que una vez fertilizado da origen a un fruto simple del tipo
cariópside. Asimismo, el fruto que tiene una forma ovalada con medidas de 0,5 mm de
ancho por 1,5 mm de largo.
De igual manera, se puede señalar que el surgimiento de las flores va a estar sometida a
una serie de factores, de las cuales se puede decir que son: edad, fertilización,
fotoperíodo, temperatura y humedad. En estas condiciones la plata pasará de un estado
de crecimiento vegetativo a uno reproductivo. Los entrenudos del taño de la caña
seguirán alargándose y finalmente aparecerá la hoja puntera, indicando la pronta llegada
de la inflorescencia.
Especies más relevantes
Los expertos en la caña de azúcar consideran que son 6 las especies más relevante
dentro del campo de la genética como progenitoras en el origen de los híbridos para su
comercialización (Saccharum spp.), en función de su contenido de azúcar, el grosor del
tallo, las características florales, el número de cromosomas y los pelos epidérmicos. Las
primeras cuatro de la lista a continuación, están en cultivo, mientras que las dos últimas
(S. spontaneum y S. robustum) son especies silvestres que crecen en el sur de Asia y
Nueva Guinea.
Officinarum L: es una caña de jardín dulce, jugosa y de tallo grueso, nativa de Nueva
Guinea.
Barberi Jesw: son cañas indias dulces y de tallo fino.
Sinense Roxb: es una especie de caña china, muy dulce y de tallo fino.
Edule Hassk: es una caña de jardín de inflorescencia comestible, natural de Nueva
Guinea, Melanesia.
Spontaneum L: son cañas silvestres muy delgadas, resistentes, bajas en azúcar,
que se dan mucho en Nueva Guinea y Asia meridional.
S. robustum Brandes & Jeswiet ex Grassl: son cañas silvestres de tallo alto, duro y
grueso, jugosas bajas en azúcar, se producen principalmente en Nueva Guinea e
Indonesia oriental.
Clima: este es un factor fundamental para las plantaciones ya que se desarrollan mejor en
regiones cálidas y soleadas, por lo que es importante saber manejar información
relacionada en primer lugar con la temperatura, la cual deberá rondar como mínimo los 14
a los 16 °C y la ideal debe estar entre los 32 a los 38 °C. En segundo lugar, se requiere de
una humedad relativa alta ya que a niveles bajos de esta aunado a la falta de riegos
frecuentes conduce a que la planta no llegue a crecer o desarrollarse de forma adecuada.
Y en tercer lugar, los cultivos se favorecen de la intensidad alta y prolongada de la energía
solar.
Suelo: en cuanto a este factor es bueno destacar que es una planta que se puede cultivar
en todo tipo de suelo, los cuales deben ser bien drenados tanto de forma externa como
interna y deben poseer materia orgánica. Se recomienda que tengan un pH entre 5.5 a 7.8
para un óptimo desarrollo del cultivo. Además, se suele sugerir que sean suelos franco
limoso y franco arenoso. Sin embargo, debe conocer que puede llegar a presentar
problemas con los suelos ácidos, en los suelos calizos puede aparecer clorosis.
Riego: este debe óptimo y de esta forma permitir la absorción, transporte y asimilación
de los nutrientes por parte de la planta. Los requerimientos de agua de estos cultivos se
estiman entre los 1200 a 1500 mm por año. Durante el mes antes de proceder a la
cosecha de la caña, es conveniente disminuir la frecuencia y cantidad de riego. En último
lugar se recomienda en general evitar los encharcamientos de agua en las bases de las
plantas, ya que estas lo pasan muy mal ante una situación así.
Uno de los principales modos para llevar a cabo su reproducción es por medio de la
técnica de esquejes, también conocida como semillas con estacas o pedazos de tallos; a
su vez, se recomienda la utilización de insumos frescos, sin cambios en su composición
genética, libre de plagas y enfermedades. Generalmente se usan esquejes de tres yemas
para la plantación, aunque en algunos lugares también se utilizan esquejes de dos yemas.
Es común que esta clase de cultivo se aplique una serie de cortes que son necesarios con
el fin de conseguir un producto que tenga unas medidas por encima del medio metro de
longitud, con 4 yemas reunidos en grupos de treinta elementos de esquejes.
Posteriormente se procede a repartir los diferentes esquejes trasplantándolos en el
surco. Por otro lado, la densidad de la siembra de los esquejes puede cambiar con la
forma de arreglo de los surcos. Actualmente se usa una densidad que varía entre 9 y 12
yemas por metro de surco. Se aconseja que el cultivo se lleve a cabo de oriente a
occidente para obtener mayor luz solar.
Otro método para su cultivo es a través de los semilleros en el cual se deben escoger
semillas con características especiales como estar ausente de enfermedades, un
tamaño adecuado y un estado nutricional óptimo. Las variedades a usar deben aquellas
que se cosechan a los 12 meses y ser cortados entre los 7 y 9 meses para ser llevados a
campo. La distancia de siembra utilizada entre plántulas en los semilleros es de 80 cm, en
variedades con poco macollamiento puede alcanzar los 70 cm. El trasplante es realizado
de forma manual y mecánica. Usando métodos mecánicos es posible el trasplante de
12000 plántulas en 8 horas.
A su vez, la transformación extensa del terreno antes de iniciar una nueva temporada de
siembra beneficia un desarrollo correcto de los esquejes, además, el surgimiento de la
vegetación en el campo, favorece el crecimiento del conjunto de raíces debido a una
mejor aireación y baja compactación, facilitando la obtención de los nutrientes para una
mayor productividad. Por otra parte, permite la incorporación de restos de cultivos
anteriores y abonos orgánicos, destruye las malas hierbas, plagas y enfermedades. En
general, este proceso facilita una adecuada actividad química y biológica en el suelo.
Cuando el suelo es fuerte, irregular y tiene vástagos que nacen de una misma planta, es
recomendable usar una técnica de discos para trabajar la tierra. Si se desea invertir el
suelo debe utilizarse un arado de vertedera. A su vez, ten en cuenta ajustar el terreno,
para darle el gradiente de pendiente adecuado y drenar los excesos de agua durante la
estación lluviosa. Al respecto, se considera la elaboración de surcos con una profundidad
de entre 25 y 30 cm. La profundidad de los surcos debe ser de 25 cm. El fondo del surco
debe quedar suelto hasta unos 10 cm.
En relación a los canales de drenaje, los mismos tienen que tener estos deben estar más
hundidos que los surcos, a lo largo de los bordes del campo y también dentro del campo,
espaciados a intervalos regulares. Son especialmente importantes en zonas con altas
pluviometría para drenar el exceso de agua durante la estación lluviosa. Mientras que, en
un sistema de mínima labranza, sobre abono verde se limpia el terreno pasando rollo
cuchillo sobre la vegetación existente, 15 días antes de la siembra para permitir que la
vegetación se seque.
Amontonar la tierra y resiembra
Es una actividad que trata en quitar una porción pequeña de tierra a cada lado del surco,
para después rodearla con ello la base de los tallos. Debe ser aplicada luego de un mes y
medio de haberla sembrado, a los fines de conseguir que el lugar donde esta cultivada la
caña se llene parcialmente. Posteriormente a los 120 días se realiza el amontonamiento
completo de la tierra coincidiendo con el período de máxima población de retoños.
Control de la maleza
La existencia de mala hierba puede perjudicar el cultivo que se desea realizar. La
identificación, así como el potencial daño económico al cultivo debe realizarse a través
de exámenes habituales en los sembradíos para conocer los controles que hay que
aplicar. El mismo debe comenzar al principio o final de la temporada; lo ideal es que se
planifiquen una serie de prácticas que conduzcan a un control integrado de malezas, más
hacia prevención del daño económico que ellas puedan causar entre las que se
encuentran el control manual, la preparación adecuada del terreno y uso de cultivos de
rotación y asociados.
Cosecha
Este procedimiento se lleva a cabo al año o año y medio tras haber iniciado el cultivo. Si
es por retoño de la planta se hace en el mismo periodo de tiempo, cuando el tallo de esta
vegetación haya madurado. Eso ocurre cuando los tallos dejan de desarrollarse, las hojas
se marchitan y caen, además de observarse que la corteza del tallo se vuelve quebradiza.
En las siembras de las plantas retoñan varias veces y puede seguir siendo cosechada. Las
cosechas o cortes sucesivos culturalmente reciben el nombre de zafras.
Sin embargo, puede suceder que este tipo de cultivo puede dañarse con el transcurrir del
tiempo, por muchas zafras sucesivas o por el empleo de tractores que aplastan las
raíces. Por lo que se deben resembrar cada quinquenio o decenio, aunque se pueden
encontrar plantíos de caña de más de 25 años de edad. Antes de realizar la cosecha toda
la plantación es quemada con el fin de eliminar toda maleza que pueda dificultar el
proceso de corte de la caña. La caña se puede cosechar a mano o a máquina.
Técnica manual
A pesar de los grandes avances tecnológicos en materia de cultivos, en muchas partes
del mundo se siguen aplicando técnicas rudimentarias o manuales. Esta técnica emplea
principalmente el recurso humano que corta los tallos de caña con machetes grandes de
acero de hoja de unos 50 cm de longitud por 13 cm de ancho, terminado en punta de
gancho y con mango de madera. Los tallos se cortan después de quemada la plantación
para hacer más rápida y eficiente la faena.
El primer corte al tallo se realiza a corta distancia del suelo para luego remover la parte
superior del cultivo. En cambio, el siguiente corte se hace muy cerca del último nudo
maduro. Una vez cortadas las cañas los hombres de la faena las van organizando y
apilando a lo largo de la plantación. Siendo luego recogidas a mano o a máquina para
transportarlas hasta el trapiche. El rendimiento de una cosecha manual es entre 5 a 7
toneladas de caña previamente quemada por día por hombre y un rendimiento de 40 %
menos aproximadamente de cosecha de caña sin quemar.
Técnica mecanizada
Esta técnica consiste en el empleo de la tecnología y maquinarias modernas, las cuales
cortan los tallos de las plantas, quitándoles las hojas por medio de ventiladores provistos
en su interior. El rendimiento de la cosecha mecánica es de 30 toneladas de caña por
hora, siendo cuatro veces mayor que el rendimiento de la cosecha manual. No obstante, el
proceso mecánico tiene la desventaja que daña con frecuencia la raíz o soca. Por tales
motivos afectará los vástagos de la siguiente generación cultivada.
Por otro lado, la riqueza nutricional del suelo por remover microorganismos y en
consecuencia se reduce el contenido de materia orgánica. A su vez, contenido del jugo de
la planta también se ve afectado por las elevadas temperaturas a la que son sometidas
las plantas durante la quema. Por todos estos motivos negativos sobre el medio
ambiente, la industria azucarera está tratando de que toda la actividad sea
ecológicamente viable.
Para cualquiera de las dos técnicas ya explicadas para que puedan ser rentables, se
requiere que el elemento recolectado llegue con la menor cantidad de impurezas posible
a las instalaciones para su procesamiento, se aumente la eficiencia en el corte y dar un
uso a los restos de cosecha que se generen. En conclusión, se busca lograr una
recolección mecanizada en verde que aumente el rendimiento en el corte de las cañas,
disminuyendo en gran manera los residuos generados a través de un aprovechamiento
alternativo.
Plagas
La primera plaga a mencionar que afecta este cultivo es el gusano taladrador. Con esta
plaga se debe tener en cuenta las diferentes fases o generaciones por las que pasa este
gusano durante su ciclo de vida. En su fase de adulto se encuentra en estado de reposo.
Adicionalmente, el insecto se esconde en el envés de las hojas secas de la caña durante
las horas de sol. Al caer la noche el gusano retorna a su actividad atacando a la planta.
Es interesante explicar que durante su periodo como larva puede conseguir atravesar el
raquis de las hojas y de esta forma logra taladrar toda la planta. La acción de la larva en
plantas con un desarrollo mayor, se le hace más laborioso a nivel foliar. Por lo que espera
la llegada de la segunda muda, penetrando por el tronco, formando galerías a lo largo del
tallo. El daño ocasionado por el ataque del gusano taladrador en la caña de azúcar se
traduce en pérdida del contenido del jugo, así como disminución de los grados Brix de la
planta, muerte de cañas jóvenes y disminución del poder vegetativo de la planta.
Aunque, no se puede dejar de mencionar que existe una variante de este que se le llama
Taladrador menor. En este caso la larva taladra la corteza, pero en mayor grado, logrando
conseguir hasta la muerte del vástago para una nueva planta. La solución para combatir
esta amenaza es desbordar con agua los surcos. Adicionalmente, se tiene conocimiento
de la presencia de otra plaga denominada Gusano tornillo, la cual genera un daño gracias
a las excavaciones con las que va formando galerías que transcurren de la parte inferior
del tallo hasta las raíces.
Siguiendo con las menciones de los diversos tipos de plagas que azotan estos cultivos,
se puede destacar el Picudo rayado, el cual causa problemas en la semilla que por
diferentes razones se encuentra más debilitado. De esta forma, se estará sembrando un
espécimen ya infectado. Dando como resultado brotes o nuevas plantas que serán
débiles. A consecuencia de esto se cosechará una caña de azúcar con un contenido de
jugos con menor concentración de sacarosa.
Los síntomas se pueden detectar cuando inicia con pequeñas manchas cloróticas
alargadas de color amarillento, fácil de observar en ambos lados de la hoja. Al crecer la
hoja las manchas se tornan de color marrón y son rodeadas de un anillo amarillo pálido.
Por todo lo anterior, se suele recomendar que, durante el cultivo de esta especie vegetal,
se haga empleo de especímenes de que tengan un grado de resistencia y salud optima, ya
que es la manera adecuada para evitar este tipo de enfermedad.
La mancha de ojo es otro de los defectos que puede sufrir el cultivo, y llega ser generado
debido al hongo Bipolaris sacchari. La identificación de la enfermedad es muy simple, solo
debe observar si el cultivo posee manchas ojivales alargadas que se forman en el mismo
sentido de las nervaduras de las hojas, las cuales son de color rojizo bordeadas por un
halo de color amarillo. Y en un estado más avanzado, los síntomas aumentan apareciendo
rayas hacia el extremo de la hoja desde la mancha origen. Se recomienda cultivar
especies fuertes y evitar el uso de abono excesivo.
En este mismo orden de ideas, se puede mencionar la conocida mancha de anillo o
mancha anular, la cual se produce en la plantación tras ser infectado por un agente
fúngico, el cual se aloja principalmente en las láminas de las hojas, pero puede infectar
también las vainas y en algunos casos los tallos. Al principio aparecen en las hojas
pequeñas manchas rojizas, esféricas, que posteriormente se hacen de forma irregular al
aumentar su tamaño. Las lesiones en las hojas presentan en el centro un color pajizo
característico, rodeado por un anillo con tonos café rojizo.
Por otro lado, se puede destacar la escaldadura foliar que es generada por el
Xanthomonas albilineans. Es una clase de enfermedad algo difícil de detectar, ya que
cuando se emplea semillas afectadas no se puede apreciar los síntomas y simplemente
los vástagos se mueren. Aunque, puede suceder que, los nudos de los tallos cuando se
maduren muestren una pérdida de su tonalidad o se aprecian rayas blancas paralelas en el
nervio central de la hoja. La solución contra ello de manera preventiva es la misma que las
dos anteriores, sembrar especímenes fuertes.
También se debe considerar la raya roja, la cual es generada por un microorganismo que
genera dos tipos de problemas graves en el cultivo, por una parte, la raya en las hojas y por
otra, la pudrición del brote de la planta. El control más efectivo para esta enfermedad es
plantar ejemplares de variedades resistentes, una buena técnica de cultivo y no utilizar
material vegetal de siembra infectado. Se recomienda no entresacar plantas enfermas. A
su vez, se puede llegar a presenciar otro tipo de enfermedad conocido como el Mosaico
Común.
Este último tipo de infección es generada por un virus que puede generar graves
problemas el sistema foliar de los cultivos, haciendo que los tallos que se encuentran en
la etapa de la madurez presenten una fuerte pérdida de tonalidad en la lámina de las
hojas. Como se ha recomendado anteriormente, la mejor solución preventiva es la
siembra a partir de semillas que estén garantizadas su calidad y salud, como también de
una eficaz implementación de cultivo.
Para finalizar, no se puede dejar de mencionar la infección producida por un agente
fúngico denominada Peca Amarilla, la cual como su nombre lo indica puede generar
manchas en las hojas. Las mismas pueden ser observadas a simple vista a trasluz.
Adicionalmente, se debe resaltar que, al momento de que la infección avance la tonalidad
se tornará en rojo con una serie de pecas amarillentas. Al final, las hojas se plegarán y
morirán antes de tiempo.
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