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Resumen
Los niños con trastorno del lenguaje (TL) se han caracterizado por tener dificultades gramaticales. El objetivo de este
trabajo fue analizar los errores que cometen los niños con TL, al usar preposiciones en una narración. Siendo las preposiciones
una categoría compuesta por partículas heterogéneas es esperable que los niños tengan dificultad para producirlas. Participa-
ron 45 niños monolingües hispanohablantes entre 4 y 8 años: 1) 15 niños con TL, 2) 15 pares con Desarrollo Típico (DT)
y misma edad que los niños con TL, y 3) 15 con DT y mismo nivel de lenguaje (medido por la Longitud Media de la Emi-
sión, (LME-palabras) que los niños con TL. A cada niño se le leyó un cuento y luego se le pidió que lo contara siguiendo las
imágenes de la historia. Los resultados mostraron que los tres grupos cometieron errores. Los niños con TL produjeron un
número significativamente mayor de omisiones sobre todo en preposiciones polisémicas. Se discuten las características gramati-
cales y semánticas de las preposiciones más complejas para los niños con TL. Esta investigación aporta implicaciones teóricas
y clínicas, al informar sobre los patrones de uso de las preposiciones.
Palabras clave: Preposiciones, recuento de una historia, niños con trastorno del lenguaje, monolingües, hispa-
nohablantes.
Correspondencia con los autores: Alejandra Auza B. Calzada de Tlalpan 4800, Tlalpan, 14000 Distrito Federal. México.
E-mail: aauza@prodigy.net.mx
Original recibido: 14 de enero de 2011. Aceptado: 26 de julio de 2012.
© 2013 Fundación Infancia y Aprendizaje, ISSN: 0210-3702 Infancia y Aprendizaje, 2013, 36 (1), 35-49
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Introducción
Una de las características de los niños con Trastorno del Lenguaje (TL) es su dificultad
para producir partículas morfológicas. Mediante diferentes estudios translingüísticos que
han comparado lenguas como el italiano (Leonard, Bortolini, Caselli y Sabbadini, 1993),
el español (Restrepo, 1995), el hebreo (Dromi, Leonard y Shteiman, 1993) el alemán
(Clahsen, 1989) y el sueco (Hansson y Nettelbladt, 1995) entre otras, se ha corroborado
que la mayoría de los individuos con TL tiene dificultades relacionadas directa o indirecta-
mente con la gramática (Leonard, 2000). Las dificultades varían según la lengua que se
habla; en las lenguas romances es común encontrar coincidencias como la fragilidad de los
artículos, clíticos y preposiciones. Un hecho interesante es que a pesar de que estas partí-
culas son frágiles, no todos los individuos presentan el mismo perfil de dificultad. En
algunos casos, los niños tienen particular dificultad con artículos, mientras que otros la
tienen con clíticos o preposiciones. Aunque los errores de producción de las preposiciones
son sólo una quinta parte del total de los errores gramaticales que cometen los niños his-
panohablantes, algunos estudios (Restrepo y Kruth, 2000; Sanz-Torrent, Badia y Serra,
2007) han encontrado que las preposiciones representan una dificultad. Sorprende que las
preposiciones han recibido menos atención que el estudio de clíticos y artículos, a pesar de
que con frecuencia se halla multiplicidad de errores como omisiones y sustituciones.
Existen varias hipótesis para explicar las dificultades en artículos, clíticos y preposicio-
nes. Por un lado, Leonard y otros autores (Leonard, 1989; Leonard y Bortolini, 1998; Leo-
nard, Eyer, Bedore y Grela, 1997; Leonard, McGregor y Allen, 1992) explican mediante
la hipótesis de Superficie (Surface hypothesis) que las propiedades físicas y perceptuales de
este tipo de palabras, como la acentuación y la duración de la sílaba, son determinantes
para procesar los valores funcionales de las mismas. Según la hipótesis de Superficie, el
niño con TL es capaz de percibir estas palabras, cortas en duración, débiles en acentuación,
y generalmente en posiciones poco favorables dentro de la construcción gramatical, pero
tiene dificultad para procesarlas cuando además cumplen una función morfológica. Otros
autores también han señalado la dificultad para percibir este tipo de partículas (Aguilar-
Mediavilla, Sanz-Torrent y Serra, 2007; Leonard, 2000; Leonard y Bortolini, 1998; Leo-
nard et al., 1992, 1997; Orsolini, Sechi, Maronato, Bonvino y Corcelli, 2001; Owen,
Dromi y Leonard, 2001). Esta hipótesis está relacionada con otras como la del déficit de la
categorías funcionales (Guilfoyle, Allen y Moss, 1991), en la que se explica que los niños
tienen problema para procesar y utilizar palabras con un valor gramatical. Si bien es cierto
que a, en y con son monosilábicas, átonas y de corta duración, también es cierto que cada
una tiene más de un valor funcional, lo que puede incrementar su dificultad para utilizar-
las correctamente.
Además de una explicación perceptual, la dificultad en el uso de las preposiciones es
esperable por la gran variedad de formas y funciones que existen en español. Tienen un
carácter polisémico y expresan diversos tipos de relaciones con otras palabras (Gili Gaya,
1973). Por ejemplo, la preposición a puede tener la función de trayectoria en Voy a mi casa,
o bien una función de dativo en Le abro la puerta a Eduardo. Además, son partículas depen-
dientes de otras palabras y generalmente tienen la función de modificar o subordinar a
otros elementos (Bosque, 1999). En términos cognitivos, las preposiciones son partículas
interesantes porque proveen un marco conceptual de relaciones entre dos entidades. Ade-
más, son una categoría heterogénea, conformada por partículas que varían entre tener un
valor más léxico unas, y un valor más sintáctico otras (Littlefield, 2005; Rauh, 1993).
Puesto que la preposición constituye una categoría relacional primaria, tiene un compor-
tamiento similar al del verbo. Sin embargo, es una partícula que aporta un valor léxico y
su forma de significar es parecida a la de las categorías nominales (Hernando, 2002). En
este aspecto, su comportamiento semántico y sintáctico es similar al que expresan artícu-
los y clíticos, puesto que son palabras que dependen sintácticamente de otras para poder
funcionar. Al mismo tiempo, expresan funciones semánticas de los sustantivos a los que
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Metodología
Participantes
Participaron 45 niños monolingües hispanohablantes entre los 4;0 y los 8;0 (M = 5;5)
años originarios del Centro de México. Fueron clasificados en 3 grupos: 1) 15 niños con
TL; 2) 15 con DT emparejados por su edad cronológica (± 3 meses) con los niños con TL;
y 3) 15 con DT emparejados por su mismo nivel de lenguaje (medido por su Longitud
Media de Emisión de palabras –LME-p– (± .5 palabras). Un análisis de varianza indicó
que no había una diferencia estadística de edad en meses entre los niños con TL y los niños
emparejados por edad (p = .99), pero los niños con TL fueron mayores con una diferencia
estadística con los niños emparejados por su nivel de lenguaje (p < .01). Este empareja-
miento se realizó con el fin de que cada niño con TL fuera evaluado con dos individuos
que presentaran las mismas condiciones (de edad y de lenguaje), para que la comparación
fuera más precisa. Ésta es una práctica común en los estudios de niños con TL. Todos los
individuos pertenecían al mismo nivel sociocultural, definido por el grado educativo de
las madres (entre 13 y 16 años de escolaridad). Todos asistían a la misma escuela. Los datos
descriptivos de las características de los grupos se presentan en la tabla I.
TABLA I
Medias (desviaciones estándar) de las características de los grupos
N 15 15 15
Edad en meses 76.00 (17.31) 75.60 (17.27) 60.53 (8.73)
LME-P 5.03 (1.10) 7.17 (1.75) 5.05 (1.04)
TL = Trastorno del Lenguaje, EDAD = Grupo control de edad, LENG = Grupo control de lenguaje,
LME-P = Longitud Media de Emisión en Palabras.
Criterios de selección
Cada participante con TL cumplía los siguientes criterios: existía una preocupación
explícita de padres y/o maestros con respecto al desarrollo del lenguaje del niño (Restrepo,
1998); no tenía antecedentes de problemas motrices, auditivos, emocionales o neurológi-
cos; se obtuvo un puntaje en la escala no verbal mayor de 75 en la prueba cognitiva de
Kaufman Assessment Battery for Children 2 (KABC-2, Kaufman y Kaufman, 2004). Cuando
los niños tenían una edad entre 4;0 y 4;11, se aplicó la subprueba de morfosintaxis español
de BESA (Peña, Gutiérrez-Clellen e Iglesias, 2006) en la que debía obtener un puntaje
menor o igual a 50. Para los niños entre 5;0 y 8;11, se aplicó la versión española de la
prueba Clinical Evaluation of Language Fundamentals 4 (SCELF-4, Semel, Wiig y Secord,
2006) en la que debían obtener una calificación de por lo menos una desviación estándar
por debajo de la media con respecto a la muestra normativa en las subpruebas de Estructu-
ra de palabras y Repetición de oraciones. También debían obtener una producción igual o
mayor al 20% de emisiones agramaticales en una muestra de lenguaje obtenida a través
del recuento de una historia (Gutiérrez-Clellen, Restrepo, Bedore, Peña y Anderson,
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N 15 15 15
K-ABC 100.6 (20.07) 123.8 (15.92) 108.7 (15.36)
Agramaticalidad 27.2 (5.49) 8.8 (9.38) 9.08 (8.86)
CELF* 8/7 (2.73/1.46) 12.9/13.5 (3.09/2.27) 12.6/12.6(2.65/1.03)
BESA 49 (0) 89 (0) 82 (8.16)
TL = Trastorno del Lenguaje, EDAD = Grupo control de edad, LENG = Grupo control de lenguaje,
LME-P = Longitud Media de Emisión de Palabras.
* Estructura de palabras / Repetición de oraciones.
Instrumentos
Cuestionario para Padres. Se usó una adaptación del cuestionario para padres de Restrepo
(1998). A los padres se les preguntó sobre el desarrollo de su hijo y si tenían alguna preo-
cupación explícita con respecto al desarrollo del lenguaje de su niño.
Batería de KABC- 2 (Kaufman y Kaufman, 2004). Para descartar un retraso cognitivo,
se aplicó el inventario no verbal de esta prueba. Las subpruebas varían según la edad y eva-
lúan el pensamiento conceptual, el reconocimiento de rostros, la terminación de una his-
toria, triángulos, contar bloques, razonamiento de patrones y movimientos secuenciales
de la mano. Se calculó un puntaje no verbal por cada niño.
Prueba de Lenguaje Bilingüe Inglés- Español (BESA). La BESA (Peña et al., 2006) está
diseñada para identificar niños con TL que hablan español. Se empleó la subprueba de
morfosintaxis porque ha mostrado tener buena sensibilidad (87.5) y especificidad (100)
entre los 4;0 y los 5;11, tanto en niños monolingües como en niños bilingües cuya lengua
materna es el español (Gutiérrez-Clellen et al., 2006). Además, esta subprueba mostró ser
adecuada para identificar niños con TL, ya se tratara de niños monolingües o predominan-
temente hispanohablantes (Gutiérrez-Clellen et al., 2006). En esta subprueba, el punto de
corte (cut-off score) para esta edad es 50, lo que indicaba que cualquier individuo que califi-
cara 50 o menos, podía considerársele con un TL. La prueba de morfología BESA tiene
niveles de sensibilidad y especificidad altas para estas edades. No obstante, la especificidad
es alta en niños mayores de 6;0, pero la sensibilidad no es adecuada para detectar niños con
TL. Por esta razón se empleó otra prueba para niños mayores.
Spanish Clinical Evaluation of Language Fundamentals - 4. El SCELF-4 está diseñado para
identificar niños con TL que hablan español. El manual técnico (Semel et al., 2006) indica
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Preposición Ocurrencias
A 6
Con 4
De 16
En 5
Hacia 1
Hasta 2
Para 6
Procedimiento
Los niños fueron vistos en dos o tres sesiones individuales, con una duración de aproxi-
madamente veinte minutos cada una. Tanto los instrumentos clínicos de identificación,
como el recuento de la historia no tuvieron un orden fijo de presentación. Algunos niños
recibieron los instrumentos clínicos primero, mientras que otros los recibieron al final. Si
el participante mostraba cansancio, la sesión se interrumpía para continuarla otro día
durante la misma semana.
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Análisis
Para responder a la primera pregunta de investigación se realizó un análisis de varianza
entre grupos (ANOVA) donde la variable independiente contaba con tres niveles: el
grupo con TL (TL), el grupo control de edad (EDAD) y el grupo control de lenguaje
(LENG); la variable dependiente fue el porcentaje correcto de las preposiciones produci-
das. Para la segunda pregunta se realizó un análisis multivariado de las diferentes variables
con el grupo (TL, EDAD, LENG) como factor de agrupación (MANOVA). Las variables
dependientes fueron el porcentaje de los tipos de errores cometidos (omisiones, sustitucio-
nes, y comisiones). A continuación se realizaron varios ANOVAS para cada una de las
variables dependientes. Finalmente, se aplicó la prueba de Holm (1979) para comprobar
entre qué pares de grupos se producen las diferencias. La prueba de Holm ajusta los valo-
res de alfa para controlar los errores del tipo I y II. Esto se logró al ordenar los valores de p
de la comparación de cada grupo de menor a mayor. A continuación, un nivel de alfa para
cada prueba se calculó dividiendo a = 0.05 por el número de comparaciones que quedan.
Por ejemplo, si hay tres comprobaciones, el valor de p que es el más pequeño de los tres
sería comparado con a = 0.05/3 = .016; el valor de p que tiene el valor más próximo sería
comparado con a = 0.05/2 = .025; y el ultimo valor de p que tiene el valor más alto sería
comparado con a = 0.05/1 = .05.
Resultados
Antes de presentar los resultados que responden a las preguntas de investigación, cabe
mencionar que los niños con TL generaron otros errores nominales, verbales y argumenta-
les que no son parte del análisis de este trabajo. Los errores con preposiciones representan
el 24.4% del total de los errores en conjunto. Estos errores junto con los nominales, verba-
les y argumentales arrojan un porcentaje total de agramaticalidad que es significativa-
mente más alto que el de los niños con DT. El promedio total de agramaticalidad de los
niños con TL es de 27.3%, mientras que el del grupo de los niños con la misma edad cro-
nológica es de 8.8% y el de los niños con la misma LME-p es de 9.8% (Auza, 2011). Esta
diferencia porcentual ha permitido diferenciar grupos de niños con y sin TL (Gutiérrez-
Clellen et al., 2000).
TABLA IV
Medias (desviaciones estándar) de Gran total (total de oraciones producidas con preposiciones),
de la producción global (porcentaje correcto de oraciones con preposición) de preposiciones y de los tipos
de errores (porcentaje de todas las respuestas) por grupo
TL 8.93 (3.95) 78.21 (15.11) 18.18 (14.41) 1.18 (3.14) 2.43 (6.67)
EDAD 14.27 (6.08) 96.94 (6.18) 1.25 (3.50) 0.44 (1.72) 0.89 (3.44)
LENG 9.20 (5.75) 90.52 (9.82) 3.15 (8.53) 0.00 (0.00) 0.67 (2.58)
TL = Trastorno del Lenguaje, EDAD = el grupo control de edad, LENG = el grupo control de lenguaje.
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* = Diferencia significativa, TL = Trastorno del Lenguaje, EDAD = el grupo control de edad, LENG = el
grupo control de lenguaje.
** = Las preposiciones incluidas en esta gráfica son: a, en, con (aunque hay errores en otras preposiciones
como de, hacia, para, por).
TABLA V
Tipos de errores por preposición
TL Edad LENG
Preposición Omisión Sust. Comisión Omisión Sust. Comisión Omisión Sust. Comisión
A 12 0 0 0 0 0 3 0 0
En 6 1 2 1 1 2 1 0 0
Con 2 0 1 1 1 0 0 0 0
De 0 1 1 1 0 0 0 0 0
Para 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Por 0 0 0 0 0 0 1 0 0
Hasta 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Total 20 3 4 3 2 2 5 0 1
Porcentaje 74% 11.1% 14.8% 42.8% 28.5% 28.5% 83.3% 0% 16.6%
TL = Trastorno del Lenguaje, Edad = Grupo control de edad, LENG = Grupo control de lenguaje.
Discusión
Hasta la fecha, las preposiciones no han recibido mucha atención sobre cómo las usan
los niños con TL. Este estudio recolectó muestras de lenguaje en forma de recuento de una
historia, en el que participaron 15 niños con TL quienes fueron comparados con 15 niños
con DT emparejados por edad y 15 niños con DT emparejados por nivel de lenguaje. La
mayoría de los niños con TL cometieron errores en el uso de ciertas preposiciones (princi-
palmente a, en, con), a diferencia de los niños con DT, quienes sólo unos cuantos pertene-
cientes a los grupos control de edad y de lenguaje los cometieron. Trece de los 15 niños
con TL cometieron por lo menos un error en frases preposicionales, pero sólo 3 de 15 niños
con DT lo hicieron.
Los resultados mostraron que la producción global de la categoría de preposiciones es
una fuente de dificultad para la mayoría de los niños con TL, de la misma manera que en
otros estudios se manifiesta el problema con el uso de los artículos (Anderson y Souto,
2005; Bedore y Leonard, 2001, 2005; Bosch y Serra, 1997; Eng y O’Connor, 2000; Res-
trepo y Gutiérrez-Clellen, 2001) o clíticos (Bedore y Leonard, 2005; Bosch y Serra, 1997;
Gutiérrez-Clellen et al., 2006; Jacobson y Schwartz, 2002; Morgan et al., 2009; Ramos,
2000; Restrepo y Gutiérrez-Clellen, 2001).
En este trabajo también se encontró que los niños con TL se diferencian de los niños
con DT (de individuo a individuo comparado con sus pares de edad y de lenguaje, y como
grupo de TL comparado con otro grupo de DT), por los tipos de errores cometidos. Aun-
que se cometen errores de sustitución y adición, la cantidad total, sobre todo de omisio-
nes, permite diferenciar a los grupos.
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sugerirse que estas preposiciones son más difíciles que otras. Si el niño no domina el valor
léxico y/o funcional que aporta una preposición es posible que genere un error en su uso.
Estos resultados eran esperables, dado que muchas preposiciones son polisémicas y expre-
san distintas relaciones con otras palabras (Gili Gaya, 1973; Hernando, 2002). Sin embar-
go, en los resultados se encontraron más omisiones en preposiciones monosilábicas y átonas
(a, en, con y de) mientras que las preposiciones bisilábicas como hasta, para y hacia no genera-
ron omisiones. Faltaría por comprobar si otras preposiciones, también polisémicas, pero
tónicas y con otra estructura silábica, tienen el mismo grado de vulnerabilidad.
Limitaciones
No existen estudios sin limitaciones, por lo que nos gustaría discutir las nuestras aquí.
Primero, sólo tenemos 45 participantes divididos en tres grupos. El tamaño de la muestra
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Conclusiones
Los datos de este estudio nos han permitido mostrar una categoría funcional que es sus-
ceptible de errores entre los niños con TL. Aunque la variedad de preposiciones no fue
amplia en el recuento de la historia infantil aquí empleada, sí fue útil para encontrar
estructuras sintácticas que llevan preposiciones difíciles de emplear, especialmente aqué-
llas con más de una función semántica. Al igual que en otros estudios que han abordado el
análisis de palabras funcionales, en este trabajo fue interesante encontrar que los errores
que predominan son las omisiones. Al mismo tiempo se observa que la cantidad de errores
es lo que diferencia a la mayoría de los niños con y sin TL. El estudio deja abierto un
campo fértil de estudio donde más preposiciones con grados distintos de complejidad
semántica y diferente estructura fonética puedan ser exploradas, con el fin de facilitar el
uso de una categoría funcional que ayude al diagnóstico del niño con TL.
Notas
1
El guion de la historia se basa en el cuento “Si le das una galletita a un ratón” (Numeroff, 1985). Aunque el
presente análisis se centra en el uso de preposiciones, el guion fue elaborado para otros fines de estudio.
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