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EL AMOR Y EL MATRIMONIO ENTRE LOS INDIGENAS, POR JOSE

PORTUGAL CATACORA

El amor. He aquí uno de los aspectos de la vida humana que muy pocas
veces se trata como algo cuyo fondo o transfondo emocional. determina formas
de conducta y, consiguientemente, de la cultura social que hace la historia de los
hombres y los pueblos. Pues, en el corazón de un poeta, de un pintor, de un
escritor, de un hombre de ciencia o de un héroe. siempre se ha descubierto la
imagen de un gran amor: de madre, de novia, de esposa o de amante.

La ciencia ha descubierto su significación y la educación está tratando de


concederle el verdadero significado que tienen como aporte en la creación de
nuevos seres.

Con este criterio vamos a examinar el complejo emocional amoroso en el


hombre y la mujer nativos.
¿Es Fruto del Amor el Niño Indígena?

Se ha sostenido. frecuentemente. que el amor no existe en la raya


indígena y que el acto de la proliferación obedece a apetitos puramente
instintivos de orden fisiológico. Se ha creído que eso implicaba las reuniones o
matrimonios en masa que se celebraban en la fiesta del Huarachico, durante el
incario y que eso también implica las reuniones "crapulosas" que ocurren durante
las festividades religiosas en los poblachos y comunidades.
Nosotros que conocemos la vida del hombre y la mujer nativos, en sus
más recónditas intimidades, sostenemos que si existe el amor entre ellos. Por
tanto, podemos refutar a las acotaciones en contrario, demostrando que los
matrimonios en masas durante el incario, estaban amparados por intenses y
románticos amores y hasta sancionados por el sirvinacuy O prueba matrimonial;
el hecho de que se casaran en masa, no implicaba que los matrimonios se
pactaran exabruptamente entre desconocidos. Ahora, los contactos amorosos
que ocurren durante las festividades, se producen en estado etílico, de
inconsciencia: no compromete la conducta sexual normal del hombre ni de la
mujer nativos

Un hecho indiscutible que demuestra la existencia del amor indígena es


la presencia de personajes románticos, entre las mujeres y entre los hombres.
Estos son el Hualaycho y la Linlicha.

Por eso dejamos sentada la premisa de que el niño nativo es fruto de


amor. Y este antecedente tiene una significación biológi.ca y psicológica a la que
muy poca importancia se les concede comúnmente.

El Hualaycho y la Linlicha

El Hualaycho y la Linlicha son nombres similares a Romeo y Julieta, los


personajes románticos de la literatura universal; ellos personifican la edad del
amor en la vida del aymara, muy particularmente.

El Hualaycho es el joven enamorado, galán impenitente, trovador y alegre,


bohemio y nocheriego, viajero empedernido por los caminos solitarios, silentes y
adustos del Altiplano. Para él no hay parajes desconocidos, ni rutas que no haya
atravesado.

Cuando procede de las comunidades chacareras, es el diestro ejecutante


del chagallo, especie de quena de mayor tamaño que produce melodías alegres.
Y cuando procede de comunidades y haciendas pastoriles, es un eximio
ejecutante del charango, especie de guitarra pequeñita, engarzada a la concha
del armadillo, al que se le llama cuando todo es de madera, guitarrilla, Aquel
suele tener por compañero una balsa dorada que surca el Lago Titicaca, con
igual seguridad durante las noches tempestuosas como en días soleados; y éste
suele tener por compañero inseparable su caballo chojhichi. de pelambre hirsuta.
descendiente de algún lejano pariente andaluz o árabe, esmirriado por los rigores
de la altura, pero con grandes sembríos naturales, sobre el que cruza pampas,
quebradas, lomas y cumbres, con gallardía, durante las noches invernales de
luna como en los días tormentosos de lluvia. El Hualaycho de las costas del
Titicaca como el de las punas perdidas; el de urínsaya como el de anansaya.,
como dirían los incas, personifica al nativo joven, cuya edad fluctúa entre los 18
años y los 25 y hasta los 30 años de edad.

La Linlicha, sinónimo de mujer joven. bella, graciosa y salerosa, que


camina jugueteando por entre los chacrales florecientes O por sobre las lomas
tapizadas de trébol, grama y pajonal, como grácil vicuña, luciendo su donaire y
juventud, para envidia de las mujeres maduras y para incitación de los
Hualaychos. A la Linlicha de los bajos agrícolas se la encuentra en la musiña,
cabaña pequeña, cuidando la chacra madurada para evitar, no el robo, sino el
daño que puedan causar los animales, o cuidando la única vaca lechera o el toro
en inverna que poseen los suyos. Y a la Linlicha de medios cordilleranos se la
encuentra junto a la qamaña, pequeño cerco semicircular de piedras que se
levanta para protegerse de los vientos, y desde donde cuida su ganado.
protegiéndolos de los zorros y cóndores. La edad de la Linlicha oscila entre los
15 y los 25 años.

Al Hualaycho y a la Linlicha se les identifica en las fiestas -campesinas,


bailando con desenfado y cantando románticos qajelos y jarahuis. El qajelo ha
cobrado categoría de baile de amor y de juventud, el único baile individual o de
pareja suelta que se conoce, ya que los demás son bailes o danzas colectivas.

Como Nace el Amor en las Comunidades Agrícolas


El amor puede nacer en variedades e inesperadas circunstancias
sociales, pero típica y tradicionalmente, el amor nace entre los jóvenes
Campesinos de las comunidades agrícolas durante la cosecha de papas.

Al atardecer y al terminar las faenas de escarbo de papas. cuando las


cosechas son abundantes, este hecho insulta entusiasmo y alegría a las gentes
jóvenes que trabajan. La alegría desborda en manifestaciones de esparcimiento
que pone en acción a hombres y mujeres divididos en bandos, por sexos.

La actividad se llama qatati, que en lengua aymara quiere decir arrastrar


o arrastre. En electo, los hombres arrastran a las mujeres y las mujeres arrastran
a los hombres, pero no por el suelo. Las mujeres toman a un hombre. o los
hombres toman a una mujer, por los pies y la cabeza, los levantan en vilo y
haciéndole dar vueltas, lo llevan a través del chacral, hasta lugares distantes,
donde quedan las víctimas casi mareadas por los movimientos circulares.

Unas veces vencen los hombres y otras, las mujeres. En esta actividad
que supone contacto y forcejeo de personas. dicen que frecuentemente, nace el
amor entre los jóvenes que empiezan a simpatizar.

Días más tarde. el joven enamorado busca a la joven de su predilección


y la encuentra junto a la musiña, al borde de los chacrales a la orilla del rio o por
alguna de esas sendas que se entrecruzan comunicando unas viviendas con
otras de la zona. El hombre, expresando algunas lisonjas, le arrebata el chuqllo.
(si aún ella usa esta prenda) la ilícita, la rueca de hilar, en fin. cualquier prenda
que la moza lleve consigo: y hace como que se corre. Ella lo sigue para
reconquistar el objeto que se le ha arrebatado, hasta que de tanto correr ambos
se cansan. Entonces, el mozo habla a la moza amorosamente, con expresiones
que tienen sabor espiritual, difícil de traducir al castellano, a pesar de la riqueza
de vocabulario de esta lengua; pero que forzando un poco pueden traducirse
frases como estas: "te voy a criar sobre la palma de mis manos". "te criaré sobre
copos de nubes”, etc. pero que dichas en lengua nativa tienen un fondo
emocional muy especial.
Mientras el mozo habla de este modo, ella permanece de pie, con la vista
clavada al suelo y haciendo semicírculos con el dedo gordo del pie sobre la tierra
húmeda o polvorosa. Debe haber alguna relación entre estos movimientos
semicirculares y el nacimiento del amor o la aceptación del amor; relación que
no se explica pero sí se sabe que, donde se encuentran semicírculos trazados
en el suelo con el dedo del pie, allí ha nacido un amor

Más tarde los encuentros se suceden a menudo, a la vera de los chacrales


o en la encrucijada de los cerros. Y encuentra su plena realización durante las
reuniones de ensayo de bailes y danzas para la celebración de las festividades
religiosas.

Cómo Nace el Amor en las Comunidades Pastoriles

Las tierras alejadas del lago, hacia las cordilleras son haciendas
ganaderas y los indígenas son en su mayoría. colonos de ellas, donde prestan
servicios en las más variadas formas. En estas faenas como la trasquila, la
matanza, el marcaje de ganado, se flechan los jóvenes.

En días siguientes, cuando la joven flechada permanece en su qamaña,


desde donde pasta el hato de llamas, vacas u ovejas de la hacienda. aparece en
la cima de la loma próxima, sobre la cumbre de una colina o entre los riscos de
un picacho, el mozo enamorado, en su caballo o a pie. tocando su charango.

Las notas del charango, que adquiere una enigmática fuerza emocional
sobre la silente inmensidad de las estepas andinas, conmueven los corazones
de los jóvenes enamorados. Entonces el mozo saca a relucir un espejito y dirige
su centelleo hacia donde está la amada. Ella le responde en la misma forma, con
el centelleo de otro espejo. Es, pues, el espejo, instrumento amoroso, inevitable
entre los mozos y las mozas de las cordilleras.

Cuando se produce el diálogo en el lenguaje de los espejos, el varón


monta a su caballo y a galope se dirige a donde está su dulcinea. Ya en las
proximidades, desde algún sitio oculto vuelve a tocar su charango, a veces
cantando. Luego se aproxima. La moza simula que no advierte la presencia del
mozo. El coge unas piedrecitas y se las arroja, suavemente. Ella se defiende del
mismo modo, hasta que el joven se planta junto a la qamaña para decirle su
amor a la moza.

Y se produce la misma escena que ocurre en las comunidades agrícolas.


El habla con ternura, le dice a la moza que harán su casa sobre las nubes o irán
a la ciudad en sus mejores caballos a casarse, mientras la moza traza los
indescifrables semicirculos en el suelo, que delatan, inevitablemente, que allí
nace el amor.

Más tarde, menudean los encuentros amorosos que tiene por escenario
punas de lejanos horizontes tapizadas de pajonales o lomas sinuosas cubiertas
de pasto verde. Y el amor así nacido se realizará plenamente en las noches
lunadas, al final de los días de trabajo o cuando se preparan las (festividades.

La Fidelidad y la Infidelidad en el Amor

Aunque el amor indígena no implica la conservación de la virginidad hasta


el matrimonio, ya que la práctica del acto amoroso se produce muy prontamente,
esto no significa que el amor sea solamente de carácter material o carnal; no. El
amor indígena es de carácter eminentemente espiritual y tan espiritual es, que la
posesión amorosa de la mujer amada por otro hon1bre, si ello fue sin su
consentimiento, no es tomada en serio por el hombre. Pues en muchos casos,
la mujer nativa poseída por otros hombres. debido a circunstancias inevitables,
no compromete sus sentimientos. Glosemos algunos casos.

En las poblaciones en que se hallan acantonados batallones del ejército,


los soldados constituyen un peligro permanente, debido a su alán de coger
mozas y poseerlas por la fuerza. Los enamorados toman aquellos hechos como
accidente.

Los propietarios de las haciendas tienen establecidos servicios


personales de sus colonos, hombres y mujeres. Los hombres hacen de pongos
y las mujeres de mittanis; es decir, como cocineros o cocineras. Cuando las
mittanis son indias jóvenes, casi siempre corren la suerte de ser poseídas POR
EL HIJO DEL PATRON o por algún otro empleado.

López Albujar aunque de otro ambiente demográfico, cuenta en Su relato


"El Trompiezo”, la posesión de una mujer por otro nombre cuya consecuencia
fue motivo de una transacción monería.

Pero cuando la infidelidad compromete los sentimientos y estos varían,


nacen profundas enemistades entre los rivales; tanto entre mujeres como entre
hombres.

Cierta vez, en una parcialidad del distrito de Acora, se encontró una mujer
emparedada en una estrecha cabaña, de la que por años no salía y en la que,
como a un animal, la alimentó su marido, como acto de venganza por haberle
sido infiel, física y espiritualmente: es decir, por haberse evidenciado el rechazo
por cambio de sentimiento

En cierta oportunidad, cuando un apuesto galán mujeriego, le arrebato el


cariño a otro joven y la mujer se entregó a este, el enamorado y los suyos
persiguieron al galán “quitanovias' y lo Castraron en venganza.

El Cantar Amoroso

La existencia de expresivas coplas que traducen el cantar amoroso de los


jóvenes indígenas. puede explicar con más elocuencia nuestras observaciones.
acerca del sentimiento amoroso del hombre y la mujer nativos.

Hemos seleccionado de los numerosos y variados cantares, algunos


expresados en avmara y quechua. aunque la primera es la lengua materna de la
región.
Cantares en Aymara

1. Panti panqgara suma tiiquita, Flor de pantipanti, hermosa florecilla, no


Jjairi arumanraqui pantuasma: sea que me confundas en la noche oscura:
chullo puntajasa la punta de mi chullo es inconfundible, la
qhanascaquihua, poncho punta de mi poncho es inconfundible.
puntajasa qhanascaquihua.
2. Jachiricta, Llorara, llorara: llorara a gritos viendo a mi
jachiricta:huarariricta nayra primer amor llorara hasta desmayarme.
munútij unjasna kajariricta.
3. Cuna camachas camachito, Que misterio me está pasando, cual milagro
cauqui camachas me está ocurriendo tanto.
camachito Jumaru munañau
para quererte Jutaujheto.

Cantares en Quechua

1. Pucupucupis huagashaña Los pucu pucus va están llorando


chascacunapas ripushannña. Las estrellas ya se están perdiendo
ama jina cicho pasanaisi Por favor. no seas así, déjame ir.
2. Alalau chirihuayrita Alalau, vientecito frío ábreme tu corazón si
quicharihuay sonqoiquita no quieres abrirme pásame una mantita.
manataj quicharihuaspa
mantayquita mañarihuay
3. Imacha ñoga vidaiqa, Que será esta vida, cómo será esta vida:
caicachá noqa yidayqa; queriendo robar tu corazón me he dejado
songomia. sichasay nispa robar el mío.
songoita sulma chicuni
IV.LA PRUEBA MATRIMONIAL

La prueba matrimonial es una costumbre que data desde los viejos


tiempos del incanato, y aun desde más antes, en que los varones mayores de
veinte años y las doncellas que han pasado los quince, adquirían facultades para
la prueba matrimonial.

No se puede precisar si esta costumbre fue de origen aymara que se


generalizo en todo el imperio O una costumbre quechua que se propago en la
cuenca del Titicaca o Qollasuyo. Según una vieja leyenda, los hombres de
piedra”, que bajaron de las montañas de Chitapampa o pampa de la creación” y
que salvaron al Imperio Inca de la invasión de los Chancas, fueron qollas de
raigambre aymara. Ellos habían enseñado al niño desterrado de la aristocracia
inca, Amaru, las notables formas de vida social que se implanto en el Cusco Esta
versión legendaria y el fenómeno de que en Puno se haya conservado más que
en otras zonas del país. hace advertir que la costumbre es eminentemente
aymara, en cuya lengua la palabra sirusina se interpreta como prueba
matrimonial, así como la de servinacuy en quechua.
Ambas palabras derivadas del castellano, significan servirse mutuamente
y traducen el hecho social de la prueba matrimonial, lo cual implica que la
convivencia o prueba, significa mutuo servicio,

El concepto moral

Para el hombre del Altiplano la vida tiene sentido de perennidad. El cree


que la vida es eterna. Cuando se muere el hombre sigue viviendo en forma
invisible. Y los hombres del pasado, perdidos en la lejanía de los Hermosos
Inconmensurables, siguen viviendo transfigurados en los cerros gigantescos a
los que llaman apu o achachila.

Apu significa totem y achachila, abuelo, los abuelos de los primeros


hombres se han convertido en dioses para los hombres del Altiplano, Y el hombre
más antiguo es el tunupa o raíz del hombre, el primer abuelo de los hombres.

Conceptos de antiguedad y perennidad están en todas las cosas y muy


especialmente en las que simbolizan al hombre y a la mujer: el Dios apu y la
diosa pachamama. Los apu son dioses de las cumbres y mamapacha es la diosa
tierra, personajes principales de la teogonía panteísta aymara que simbolizan
seres eternos.

El achachila existe como el padre de los padres y ahuicha, como madre


de las madres; la unión de los dos está hecha de vínculos indestructibles.

Esta es la razón por qué el hombre del Altiplano considera que el


matrimonio debe ser un vínculo permanente. En esto se asemeja el concepto
moral del hombre nativo al concepto cristiano del matrimonio, con la diferencia
de que el aymara toma todas las providencias para asegurar la permanencia del
matrimonio. mediante la prueba, sirvinacuy o servisina.

Este concepto es altamente valioso para la vida del matrimonio y también


para la influencia educativa sobre los hijos.

El Pedido de la Novia

El pedido de la novia se realiza en el acto del sarttasi la interpretación


literal de la palabra nativa es visitar, pero será de la visita interesada, con el
propósito de solicitar a los padres de la mujer el consentimiento para la
convivencia.

El acto de sattasi se realiza del siguiente modo. Los padres del varón,
acompañados de algunos parientes acuden una noche alas casa de los padres
de la mujer. Llevan consigo sendas botellas de alcohol. una buena porción de
coca, pan, higos secos, alfeñiques o chancaca. Una vez en la casa, después de
las salutaciones se instalan en la jacha uta o habitación grande, que es algo así
como el salón de la vivienda.

Toman asiento en cuclillas, a veces sobre lanudos cueros de oveja si la


familia es pudiente o cueros deslanados si la familia es pobre.

El padre visitante alcanza la chuspa, bolsa de lindos colores, tejido con


arte, que contiene coca y todos los presentes mascan sazonándola con llujta,
masa de lejía hecha de caña de quinua carbonizada.

La madre visitante extrae de su atado la istalla, manta de lindos colores,


una botella de alcohol y sirven en lujosas "lemplas" de plata: templa es un pocillo
pequeño especialmente para servir licor.

El alcohol es fuerte, de 40" grados, por eso a veces se sirve terciado con
agua v en tés últimos tiempos con coca cola o con algunas de las tantas "aguas
gaseosas".
Entusiasmado por la acción del licor, el pater familias de la casa de la
novia, pregunta ceremoniosamente. el motivo de la visita.

El padre visitante explica la razón. La respuesta invariablemente es que


se consultará con la hija, pero esta respuesta equivale a aceptación de parte de
los padres, porque la voluntad de éstos es respetable.

Las libaciones continúan. Los padres visitantes amplían el Pedido


exponiendo sobre todo los beneficios de la unión.

En esta discusión se ponen en juego el acrecentamiento de la Propiedad


y los bienes que poseen, terrenos, ganado y enseres. Todo esto se discute con
seriedad.

Y antes de medianoche, después de una plática de varias horas, los


visitantes se retiran con el compromiso de volver con el novio.

Se entiende que el sarttasi se produce con acuerdo del joven enamorado;


pero a veces los padres han convencido al varón de la necesidad del matrimonio
con tal o cual mujer.

El sarttasi se verifica generalmente en día sábado o domingo, pero nunca


en martes ni viernes.

La Toma de la Novia

Llegada la fecha acordada para la nueva visita. el novio y sus padres


acuden a la casa de la novia. Esta vez sin la compañía de los parientes, en forma
íntima y confidencial. En el acto de la segunda visita debe estar presente la joven
novia.
Esta vez son los de casa quienes sirven coca, alcohol o alguna vianda,
como papas o chuño sancochado con carne seca. Saboreando la coca y libando
el alcohol empieza la ceremonia.

Los padres dicen su palabra de admonición al novio y las madres a la


novia; palabras que encierran consejos, que recuerdan deberes y derechos entre
el hombre y la mujer.

Al final hablan el novio y la novia, pidiendo perdón por haberse querido,


prometiendo que honrarán el pacto si los apu o los achachila así lo quieren.
Luego se abrazan unos y otros. invocando a los dioses tutelares y dándose la
enhorabuena, repetidas veces.
La reunión familiar continúa hasta tarde. Unas veces la novia se va con el
novio. Y otras, acuerdan el día en que se unirán. Generalmente la novia se va
llevando consigo sus prendas personales, en atados que el varón ayuda a
cargar.

La Convivencia de Prueba

La prueba matrimonial dura hasta dos años. El matrimonio puede


realizarse antes, en el curso de los dos años o deshacerse en ese mismo
período, pero no puede prolongarse más de dos años.

El plazo mínimo es de un año, porque se supone que ese tiempo es


necesario para que se conozcan debidamente los convivientes. Y no puede
pasar de dos años. porque se supone que es faltar a la palabra y a la costumbre
moral, prolongar el sirvinacuy por más tiempo; tal hecho es mal visto por las
gentes de la comunidad; y en el seno de las familias afectadas, se producen
conflictos de diversa naturaleza. Pero cuando falta el avenimiento, la prueba
puede dejar de ser en cualquier momento.

Durante la prueba los novios conviven como esposos en matrimonio. Se


instalan en una casa propia, que muchas veces se construye a propósito, pero
frecuentemente, la convivencia se realiza en el hogar de los padres del novio y
muy rara vez en el de la novia.

Los padres de ambos convivientes les entregan sus bienes naturales


producto de la chijma, la chheqa y el rutuchi, y pertrechados con estos
elementos, empiezan la prueba matrimonial.

Después del año, cuando los convivientes en prueban deciden unirse


definitivamente, acuerdan formalizar la fecha de la boda. Si el plazo dura más de
dos años, los padres de la novia exigen el cumplimiento del compromiso.

La comunidad condena, cuando se falta al compromiso. En una ocasión,


un joven sin experiencia alguna, se enroló en el ejército y se marchó
abandonando el compromiso. Este joven cuando volvió a la comunidad después
de dos años, fue repudiado y tuvo que irse al pueblo vecino a vivir.

Las Causas que Anulan la Prueba

Las causas que influyen en el fracaso, son de variada naturaleza.


Podemos mencionar en orden de importancia, la esterilidad, la pereza, la
mezquindad, el abandono y el maltrato.

Cuando la convivencia no ha dado fruto hasta después de un año, la


disolución de la unión es inevitable y hasta forzosa; pues la falta de prole se
considera una tragedia grave para la familia campesina. La mujer que no da hijos
al hogar, como lo contamos en el primer capítulo, es no solamente mal vista por
la comunidad, sino es objeto de repudio por parte del hombre. A la mujer estéril
se la compara con la tierra eriaza, infecunda. Aunque no se logra identificar si el
hombre o la mujer son estériles, comúnmente se adjudica a la mujer la
esterilidad. En este caso no hay derecho a protestar. Ambas partes quedan
conformes con el fracaso.

La otra razón determinante del fracaso de la prueba matrimonial, es la


pereza. Cuando alguno de los dos no es diligente para el trabajo, más vale que
no se produzca el matrimonio. Esta actitud moral es, indudablemente, una
supervivencia de las leyes morales que regían en los tiempos del incario, en que
se castigaba sin reservas al perezoso. Pues el hombre estaba obligado a cumplir
el ama qella, que quiere decir, "no seas perezoso". El hombre debe saber labrar
la tierra, criar animales y construir su casa, Y la mujer debe saber criar sus hijos,
cocinar, hilar, tejer y atar.

Frecuentemente, la mezquindad ocasiona la disolución de la prueba.


Cuando el hombre o la mujer son mezquinos, no son generosos, surge también
la desavenencia. No pocas veces oímos decir que se separan los jóvenes porque
la mujer se come sola y deja para el varón la menor parte, ya que cuando llega
éste encuentra muy poco alimento que tomar. En una ocasión el mezquino
resultaba el varón, pues dejaba a su mujer contados los trozos de carne, papas
y chuño para cocinar y aquello era insostenible. Se produjo la separación.

El abandono es la razón que también se menciona como causa de


disolución de la prueba. Pero no se trata del abandono a la usanza mestiza o
blanca. Tal hecho se produce cuando el hombre joven, por razones de trabajo
se ausenta a los valles o ciudades de la costa o cuando es forzado a cumplir el
servicio militar obligatorio. En el primer caso, a veces las costumbres morales de
la ciudad absorben al joven y entonces no se produce el retorno o cuando vuelve,
se generan disgustos por razón de los cambios culturales asimilados por el
hombre. Y en el segundo caso, el abandono es forzado y el retorno se produce
sólo después de dos años, prácticamente se deja de cumplir el compromiso.
Además, como en el caso anterior, el desnivel cultural trae desajustes; preferible
es cortar por lo sano como ellos dicen.

Muy pocas veces se menciona el maltrato como razón de la disolución,


es decir, el maltrato del hombre a la mujer. Es de suponer que ello no deja de
ocurrir, pues para la mujer nativa. que el marido le pegue es signo de cariño. Una
escena vivida. anecdóticamente, puede ilustrar esta afirmación. En cierta
festividad del pueblo de Acora, al atardecer, cuando los campesinos se retiraban
a sus comunidades, en una de las calles apartadas del pueblo, un hombre ebrio
golpeaba a su mujer cruelmente. Intervinimos para evitar que siga golpeándola;
pero Cual sería nuestro asombro, cuando la mujer reaccionó violentamente en
contra nuestra y nos atacó a pedradas, diciendo a viva voz: Aunque me esté
matando qué le importa, es mi hombre. Es proverbial la frase: "Aunque me
pegues, aunque me mates, más te quiero”; dicho en aymara o quechua como
expresión de cariño.

Es proverbial el sometimiento de la mujer al hombre desde el punto de


vista emocional; no así en otros aspectos en que la mujer es consultada acerca
de la decisión de los acontecimientos importantes de la familia. Acaso, ésta es
la razón por la que no se menciona o no ocurren las separaciones por falta de
comprensión; pues, tanto el hombre como la mujer, por transferencia ejemplar
recibida de sus padres, parecen estar perfectamente imbuidos de su deber
personal. Además, es una característica propia de la raza no perder el tiempo en
discusiones conyugales.

Una vez fracasada la prueba, la separación se realiza en presencia de los


padres, casi siempre en forma seria, serena y tranquila, sin conflictos ni litigios,
que rara vez ocurren.
Si algunos bienes fueron adquiridos durante la convivencia, se reparten
por igual, como frutos de cosechas, animales y enseres, por compensación de
las cosas que no son repartibles que sólo existen en unidad.

Los Frutos de la Prueba

Cuando la convivencia de prueba deja frutos al fracasar, es decir, cuando


ha habido hijos, uno o dos, la patria potestad sobre estos seres suele dar lugar
a discusiones, no precisamente desde el punto de vista de la responsabilidad de
quién se va a hacer cargo de la crianza de los hijos, como ocurre en el ambiente
mestizo o blanco, sino más bien desde el punto de vista del derecho de cada
uno, madre o padre, para quedarse con el hijo O hijos. Este derecho, más que el
quedarse con el hijo, no incluye el reclamar la contribución de la otra parte para
la mantención. Cuando la madre manifiesta su deseo de quedarse con el hijo o
hijos, el padre no contrae la obligación de pasar la mantención. Sólo se han
observado algunos casos de reclamo en zonas urbanas, cuando los campesinos
forman barriadas alrededor de las ciudades. Lo más general es que los hijos se
queden con la madre. Los hijos del matrimonio disuelto jamás reclaman, llegados
a la adultez, derecho alguno sobre la voluntad del padre.

La madre no reclama el derecho de mantención a su exconviviente porque


el niño, desde muy temprana edad, ingresa como miembro productor de la
pequeña economía del hogar; por tanto, su presencia no es considerada como
una carga, sino como un factor de producción. En las regiones altas, a los seis
años o antes se ocupa como pastor, y en las regiones bajas, cuidan los animales
de crianza familiar, como las aves de corral.

Los Resabios del Huarachico

Como sabemos por la historia, una de las cuatro fiestas nacionales del
incario era el Huarachico o fiesta del espaldarazo para la juventud. Las otras
eran el Inti Rayni, dedicado al sol; el Aymuray o fiesta de labranza; y el Asitua o
fiesta de las cosechas.
El Huarachico era como la fiesta de la Primavera de nuestro tiempo, por
su dedicación a la juventud; y su práctica tenía mucha semejanza con las
clásicas olimpiadas griegas. No se realizaban con sentido de competencia sino
con sentido de demostración personal de hombría, de valentía. de energía, de
carácter, de resistencia física, en una palabra, de virilidad.

Las pruebas eran variadas y de las más exigentes. Los jóvenes que
habían llegado a los 18 y 20 años que participaban en ellas, pasaban noches a
la intemperie, recorrían a carrera largas distancias, realizaban trabajos forzados
y el último día se dirigían al Cusco o a las ciudades señaladas para la celebración
del Huarachico. A los que llegaban sanos y salvos, después de haber pasado
todas las pruebas, se les ceñía la huara en la cintura.

Como remembranza de esta práctica, indudablemente de extraordinario


valor humano, hasta hace poco, dígase los años 1920 a 30, todavía se
practicaban en las diversas zonas aymaras.
En la pampa de kulta, una pampa muy pintoresca y de importancia
agrícola en la zona occidental al algo, entre los pueblos de Acora e llave, los
jóvenes de las comunidades de Kuchoesqeña y Marcaesquena, se reunían en
plan de fiesta los días de carnaval, y después de echar flores a los chacrales de
papas, quinua, cebada y habas, al son de pinquillos y bombos, celebraban la
ceremonia.

Uno de los hombres viejos tocaba el llamado a la lucha en un estridente y


lúgubre pututo, especie de trompeta de cuerno de toro. A su son bajaban a la
pampa los jóvenes resueltos a participar, armados de gruesas hondas de hilo de
lana de llama, artísticamente trenzadas.

Bajo la dirección de los más ancianos formaban en dos bandos, frente a


frente, y en posición de finta adelante. se encaraban unos a otros, con los
pantalones arremangados y las pantorrillas desnudas.

Mientras los pinquillos, tambores y bombos tocaban, bullangueros sones,


los jóvenes, bajo la orden del más experimentado hombre en estas lides,
empezaban a sonarse en las piernas alternativamente. Los latigazos eran tan
fuertes que dejaban sangrantes huellas en las pantorrillas, y la contienda
terminaba cuando uno de ellos caía vencido.
Los vencedores eran declarados héroes del campo, y éstos podían tomar
a las mozas porque resultaban encarnar el orgullo de ellas por su valentía.

Una práctica semejante se realizaba en el distrito de Asillo, de la provincia


de Azángaro, al son de la danza Qajcha, que quiere decir guerra; y otra parecida
en Ayaviri que se matizaba con la Huiphala o danza de la bandera.

La Prueba y la Estabilidad Matrimonial

Como hemos visto la prueba matrimonial responde a un concepto de


moral social del hombre del Altiplano. En principio, es una unión por vida y es
posible asegurar ese sentido de unión, después de estar seguro de que hay una
verdadera armonía, equilibrio y comprensión entre los seres que se van a unir.
El primer factor parece ser determinante; pues, si se descubre falta de
armonía sexual, es poco menos que imposible que se produzca el equilibrio
emocional y la comprensión psicológica.

Aunque nuestra moral, la moral de la civilización occidental, Muy pocas


veces toca este problema, en la práctica los pueblos más evolucionados
culturalmente, han demostrado probar la armonía en diversas formas. Para
ejemplo, el caso de los Estados Unidos. Los jóvenes que han cumplido los 18
años conquistan su libertad para amar plena y prácticamente sin restricción
alguna.

Así, pues, la prueba matrimonial contribuye a hacer la unión definitiva


entre el hombre y la mujer; es decir, a darle estabilidad al hogar.

V. EL MATRIMONIO INDIGENA
Según las versiones históricas, durante el incario el matrimonio era un
acto colectivo, de masas, de trascendencia social multitudinaria, diríase nacional.

Las doncellas de más de quince años de edad y los jóvenes que habían
logrado resistir las pruebas del Huarachico, se dice que se concentraban en el
Cusco y otras poblaciones cabeceras de los Suyos.

En acto público el Inca o sus representantes seleccionaban a las jóvenes


que debían dedicarse a ser mamacunas o vírgenes del sol y a las sipaqoyas las
segundas esposas del Inca.

En seguida, los jóvenes, hombres y mujeres restantes, comprometidos


para el matrimonio, formaban en dos hileras, frente a frente. El Inca en el Cusco
y los Suyo Apus en los Suyos, recorrían por en medio de la calle formada por las
dos hileras, uniendo las parejas juntándoles las manos. De este modo resultaban
casados.

Los matrimonios de hoy son individuales y la trascendencia Se limita al


ambiente familiar y comunal.
El Sentido del Matrimonio

El matrimonio nativo no ha perdido enteramente su primitiva significación


social. El matrimonio arrastra la participación de toda la comunidad.

Pero queremos poner énfasis en algo, en que el complejo tierra hombre


sirve de fundamento a la formación familiar. Los matrimonios entre campesinos
se realizan por el interés que implica la posesión de más tierras, ya que se pactan
para unir minifundios limítrofes, para resolver litigios de tierras y, en suma, para
agrandar la heredad de la tierra, como el sustento de la seguridad vital de la
familia.

En una comunidad de Yanaque, zona occidental del lago Titicaca, en el


lugar llamado Qengo, sitio histórico de restos arqueológicos, dos familias habían
litigado durante años sobre el derecho de una parcela. El matrimonio de los hijos
de las dos partes resolvió el problema, porque, después del matrimonio cortaron
el juicio y la tierra se entregó en herencia a los recién casados.

Este sentido del matrimonio, interesado en la posesión de la tierra, no es


cuestión exclusivamente económica o materialista; tiene una significación más
honda que la simple posesión de la tierra, es una implicación del complejo tierra-
hombre, ya mencionado.

Los Padrinos

Vencido el plazo de la prueba matrimonial o simplemente hecho el pacto


matrimonial, sin la sirvisiña o sirvinacuy, como Ocurre en los últimos tiempos, por
la influencia cultural de tipo occidental, el consejo de familia decide elegir los
padrinos del matrimonio. Estos que son varios como el padrino de arras y el
padrino efectivo, deben reunir algunas condiciones.

En primer lugar, el padrino o padrinos son preferentemente del pueblo


próximo a cuya jurisdicción pertenece la comunidad. El padrino de arras puede
ser indígena de mucho respeto.

Entre los vecinos se escoge al que siempre actúa de autoridad:


gobernador, alcalde o juez de paz. Puede ser también un hacendado que tiene
autoridad en el pueblo, ascendiente por sy dinero o alguna otra persona que de
todos modos tenga influencia. a fin de que se convierta, con el tiempo, en el
amparo de la nueva familia., cuando ésta se ve en vuelta en algún litigio judicial
que demande recomendaciones.
El ser pariente espiritual del vecino más influyente o poderoso del pueblo,
es timbre de orgullo para el nativo. Es curioso oírlos discutir cuando están bando
licores. "Yo soy muy hombre”, dice uno, porque mi padrino es fulano de tal. Y "yo
soy más hombre aun, porque mi compadre es X persona".

Pero el servicio es mutuo. Las personas vecinas del pueblo hacen una
verdadera cosecha de ahijados por bautismo o por matrimonio, cuando hacen
de autoridad. Y los ahijados se convierten en servidores de los padrinos, ya sea
en el trabajo de las chacras, en la cría de animales o en cualquier otra forma.

De esta manera, en los poblados altiplánicos, hay muchos señores


feudales sin feudos, por la razón del padrinazgo. Cuentan a veces, con
centenares de familias indígenas moral y materialmente comprometidos para su
servicio.

Y ésta suele ser una de las razones por las que en cada pueblo se
entronizan algunas familias que no dejan de ser autoridades, para no perder, no
exclusivamente el derecho de gobernar los pueblos, sino el de tener servidores
gratuitos e incondicionales.

El Ajuar de la Novia

La costumbre de usar un ajuar distinto al de uso común, como sucede en


la cultura occidental, ha sido asimilada por los nativos del Altiplano, pero no
imitada. Queremos decir que la india para casarse no usa el ajuar que emplea la
mujer blanca; usa el vestido de la mujer mestiza.

La mujer nativa es vestida para el matrimonio generalmente como una


mujer mestiza, en traje de fiesta, de pies a cabeza. Se le pone varias enaguas
de género blanco, almidonadas y planchadas que se llaman "centros". Encima,
la pollera de felpa o de gras. de vistosos colores; blusa de tafetán con volados
en la cintura y mangas, con adornos de grecas blancas; botas hasta las
pantorrillas con tacos altos, medias de seda, mantones floreados y bordados al
estilo de los de manila: y sombrero de copa redonda y falda corta, de tipo tongo.
El mantón va prendido con costosos prendedores.

Con esta indumentaria la novia luce, dentro del marco comparativo entre
la india y la mestiza, como una beldad. Pues al final es maquillada con polvos y
perfumes fuertes. A veces el rostro de Ja novia recibe los toques que usan las
artistas de teatro; pues se les blanquea la cara completamente.

El Vestido del Novio

El novio también es vestido como el hombre blanco o mestizo. Riguroso


terno negro, a veces con pantalones de fantasía a rayas, chaleco blanco cruzado
y tongo o tarro. Este vestido se complementa, no pocas veces, con bastón,
guantes de previl, pañuelito blanco en el bolsillo del saco y camisa de cuello duro.
La camisa de cuello duro es lo más original en el vestido del novio, porque a
veces es tan alto y tan duro que prácticamente el novio no puede mover el cuello
y tiene que moverse como un robot, tanto más sí ese día estrena calzados
nuevos que le apretaban los dedos, acostumbrados generalmente a las
andanzas desnudas.

Decimos generalmente porque el varón nativo usa calzados en días de


fiesta, de modo que sus pies están entrenados para resistir la esclavitud de los
calzados. Y en las regiones altas, donde el indio vive a caballo, el uso del calzado
ya es casi común; pues las famosas botas o garabotas no pueden ser usadas
con comodidad, sin calzados.

El Acto del Matrimonio

Desde la madrugada y a veces desde el día anterior al del matrimonio, los


jóvenes contrayentes, sus padres y demás parientes se instalan en la casa de
los padrinos.

La primera tarea, y tarea trabajosa que cumplen los padrinos, es la de


vestir a los novios. Ya que la calidad del padrinazgo y la boda se miden por el
lujo con que son vestidos los novios. Los vestidos son proporcionados por los
padrinos, en préstamo, se entiende.

El padrino lleva del brazo a la novia y la madrina al novio y siguen los


padrinos de arras, los padres de los contrayentes y demás personas.

La boda se realiza generalmente por la mañana en día domingo o feriado.

Cuando los contrayentes llegan al templo, éste está lleno de gente, No se


trata de público ni de invitados especiales. Es la comunidad entera, de donde es
oriunda la pareja, que se traslada al pueblo para acompañar a los contrayentes.

La boda se realiza en el templo principal del pueblo, de acuerdo con los


rituales de la Iglesia Católica.

La Música Nupcial

Concluida la ceremonia. el cortejo abandona el templo con paso


parsimonioso. Es entonces que las botas de taco alto y el cuello duro también
alto, de los novios despiertan expectación y hasta hilaridad. porque en algunos
casos, les quedan o muy grandes o muy estrechos.

En la puerta del templo espera una comparsa de músicos de la


comunidad. formada frecuentemente de un pito, un tambor y un bombo, y a
veces de varios pitos. Apenas los novios trasponen la puerta del templo empieza
la música nupcial, la música de matrimonio, la música del casararisi, como dice
la gente.

El casararisi se ejecuta sólo en oportunidades de matrimonio. Es una


especie de marcha un poco estridente y bulliciosa, pero con cierto sabor de
alegría en el ritmo.

Con algunas variantes, es la misma melodía en las distintas comunidades.


Y ella suena a veces más de una semana. Su duración depende del entusiasmo
y de la economía de los contrayentes, que toman más o menos tiempo para
celebrar el matrimonio.

El Qepi u Obsequio de Boda

El Qepi, cuyo significado literal equivale a atado es una cooperación social


de eminente sentido económico. Constituye la contribución de la comunidad, en
dinero, para asentar las bases económicas del nuevo hogar.

Se realiza en la forma siguiente. Al dirigirse los recién casados a la casa


de los padrinos, después de la ceremonia del casorio, las gentes de la
comunidad los siguen en largo y nutrido séquito. Una vez en la casa, los recién
casados se instalan en el Jugar más espacioso, dígase el patio o el salón sí la
casa de los padrinos es confortable. Las gentes de la comunidad se acercan a
los novios a decir su "enhorabuena" con abrazos y venias ceremoniosas; las
mujeres casadas o solteras, entregan un atado como presente.

El atado siempre es una lliclla o ahuayo de colores bien matizados, a


veces de lana de merino. Cada atado contiene una cantidad de dinero, según el
alcance de la familia que ofrece el presente, desde centavos hasta cientos de
pesos, pues por pesos cuentan los indios la moneda y un peso equivale a
ochenta centavos.

Las mujeres van entregando su presente matrimonial haciendo cola y


cuando la comunidad es de gran volumen demográfica la entrega del qepi dura
horas. Y el conjunto de qepis o atados forman montones que luego se llevan a
la casa de la comunidad cargados en burros o llamas.

La Fiesta Nupcial

Concluida la ceremonia de entrega del qepi, los padrinos invitan un


almuerzo a los ahijados. El almuerzo se sirve en el comedor de la familia. al que
asisten invitados algunas autoridades y vecinos del pueblo. Los únicos indígenas
que se sientan a la mesa son los recién casados, en lugar preferente. El resto
del campesinado, almuerza fuera, en el patio, a la usanza natural. Para este caso
los padrinos hacen preparar el almuerzo apropiado para ellos en grandes peroles
o pailas, porque los comensales suelen pasar de cientos.

En la mesa principal se sirve el almuerzo especial a la usanza mestiza o


blanca, con menú de varios platos, cóctel, vino, cerveza. En este acto, lo típico
está en que los contrayentes, por primera vez, se sirven potajes que nunca
tomaron ni los volverán a tomar, como los platos de entrada a base de aceitunas,
jamón, sardinas O salmón.

Si ésta ya es una actividad poco soportable, que a veces deja resentida


la salud de alguno de los contrayentes; no solamente la gravedad está en la
calidad de los potajes, sino en el empleo de Cubiertos que tampoco los usan en
su vida cotidiana. Así ofrecen Curiosas escenas de apuros los felices o "infelices"
contrayentes, pero no tienen más remedio que soportar.

Alguna vez oímos comentar a un nativo viejo los recuerdos de su


matrimonio en su propia lengua. Pues comparaba las aceitunas con el
excremento de las llamas, al jamón con carne de cerdo podrida, a la cerveza con
orines de burro. Y terminaba diciendo “cuando me casé tuve que comer y beber
todo esto, por esta mujer, No hay que hacer, los mistis son muy “asquerosos”.

Después del almuerzo, entre plato y plato, los padrinos bailan con los
ahijados y luego se arma una jarana.

El Cacharpari

Al atardecer los contrayentes retornan a su comunidad. Los padrinos los


acompañan hasta las afueras del pueblo, a donde se dirigen bailando, al son de
una música especial llamada cacharpari, en la que se canta unas coplas de
despedida.

La música del cacharpari se emplea específicamente en la despedida de


matrimonio o terminal de fiesta, no se emplea en otras oportunidades.
Después del cacharpari, los recién casados, acompañados por un gran
séquito de miembros de la comunidad, se dirigen por pampas y cuestas, bailando
al son de la música nupcial, hasta que se alejan definitivamente del pueblo con
destino a su comunidad.

La Aphjata y la Jaljhata

La celebración del matrimonio se prolonga en la comunidad hasta una


semana. Su duración depende de la economía de los contrayentes y la
contribución de la comunidad, la que se llama apjhata que significa poner. En
realidad, consiste en poner algo para los electos de la celebración. Ese algo es
en comestibles, como papas, chuño, quinua, para la preparación de las comidas;
y en bebidas, especialmente alcohol y cola que se llama jaljhata.

Una bandera peruana levantada sobre una improvisada asta indica que
hay celebración matrimonial y a ella se acercan las gentes indiscriminadamente.

A veces se levanta una carpa o toldo donde se acuestan los novios y en


su rededor bailan los festejantes, noches integras, sobre todo la primera noche,
cantando algunas coplas que expresan el deseo de que los contrayentes tengan
muchos hijos o que el primer hijo sea mujer, porque se cree que trae suerte.

En el distrito de Capachica, hasta hace pocos años, hemos visto todavía


levantarse toldos para el fin indicado, cada vez que había un matrimonio.

Pero generalmente, los contrayentes descansan de bailar durante las


noches, mientras los demás se divierten interminablemente.

El Lari

El Laries un objeto u objetos que entregan los suegros a los recién


casados; consiste en prendas de uso doméstico como frazadas y costales;
prendas de uso personal como polleras y ponchos; herramientas de trabajo como
lijuanas para escarbar o uysus para roturar la tierra; o también objetos de cocina
como ollas. platos. El monto del lari depende de las condiciones económicas o
la generosidad de los suegros que obsequian. En síntesis, es el obsequio de los
padres a los hos. algo asi como la dote entre las gentes de la cultura occidental.

La Chhijnoqa

Terminada la celebración del matrimonio, comienza la nueva vida de los


recién casados y las actividades que realizan, se llama chhijoga que quiere decir
nueva vida o iniciación de la vida del matrimonio propiamente dicha.

La chhijnoga empieza comúnmente con la construcción de la casa que


será la morada de la familia. Para este fin el recién Casado, un día cualquiera en
que considera oportuna la iniciación de la construcción, después de haber
planeado su vivienda, loca su pututo, corno señal de aviso para que la
comunidad le ayude a construir su vivienda.

Apenas ha sonado el pututo que tiene la característica de 0irse a gran


distancia, acuden los familiares cercanos y lejanos o sea la familia extensa o
comunidad, trayendo sus aportes materiales para la construcción.

La casa queda construida en pocos días, durante los cuales los recién
casados sólo se han ocupado de dirigir la construcción can las personas mayores
del ayllu y de proporcionar avio a los trabajadores.

El Achogalla

El Achogalla es la culminación de la tarea de construcción., Realmente es


el acto de estreno de la casa que consiste en rociar las paredes de la casa con
sangre de llama recientemente degollada a propósito y en echar sobre los techos
flores silvestres.

Aparte del acto del estreno, el achogalla incluye el aporte de materiales


de construcción por la comunidad, consistente en adobes, palos, paja. soguillas,
así como el aporte en licores y comestibles para la fiesta que sigue al estreno de
la casa,
Estos actos son del más alto sentido de servicio social que asegura las
bases de la formación de todo nuevo hogar.

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