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CARABINEROS DE CHILE

ESCUELA DE SUBOFICIALES
NOVENO ESCUADRÓN

¿Cómo se aborda en
chile la victimización?
TÉCNICAS DE MANEJO SOCIO AFECTIVAS II
NOMBRE ESTUDIANTE: SGTO. 2DO. SERGIO ESTRADA QUINTANILLA
CABO 1RO. RODRIGO CORTINEZ CORTINEZ

PROFESOA: SRA. PILAR FLORES VELASQUEZ


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INDICE

CONTENIDOS PÁGINAS

INTRODUCCIÓN 2
1 ANTECEDENTES 3
2 OBJETIVOS 8
2.1 OBJETIVO GENERAL 8
2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 8
3 DESARROLLO BIBLIOGRÁFICO 9
3.1 VICTIMIZACION 9
A. VICTIMIZACIÓN PRIMARIA 9
B. VICTIMIZACIÓN SECUNDARIA 9
C. VICTIMIZACIÓN TERSARIA 11
3.2 LA COMUNA DE LA PINTANA 12
A. PROPORCIÓN DE HOGARES VICTIMIZADOS SEGÚN DELITO 13
B. PERCEPCION DE EXPOSICIÓN FRENTE AL DELITO 13
C. PERCEPCION DE VULNERABILIDAD FRENTE AL DELITO 14
D. CAUSAS DE LA DELINCUENCIA EN EL BARRIO 15
3.3 MANUAL DE CAPACITACIÓN EN PREVENCIÓN 15
A. ÁMBITOS DE APLICACIÓN 16
B. UTILIDAD DEL MANUAL 16
4 ANÁLISIS O REFLEXIÓN 17
BIBLIOGRAFÍA 19

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Introducción

Acercarse al mundo personal de la víctima es un ejercicio de valentía, sea en el nivel analítico, sea
en el asistencial. Supone asomarse al foso de los propios miedos, riesgos y debilidades para
empatizar con el perdedor.

Un rechazo innato hacia quienes son “recordatorios vitales de nuestra propia vulnerabilidad” quizá
explique, en parte, que hayamos debido de progresar no poco en los procesos de civilización para
que los estudios, las normativas y movimientos sociales victimológicos se hayan intensificado
hasta el inédito nivel que hoy alcanzan. Como unidad científica, la víctima ha dejado de ser una
“cenicienta disciplinar” para auparse a un genuino predominio extensivo. Es precisamente esa
entusiasta movilización multidisciplinar la que hoy nos permite acercarnos, con el máximo rigor e
información, al complejísimo mundo de las víctimas.

Comenzamos así, a hablar de víctimas, victimarios, y procesos de victimización. El gran


victimólogo Antonio Beristain advierte que ese giro terminológico tiene un enorme valor simbólico:
se trata de hacer trascender que el preciso protagonismo científico reside en la víctima, en su
plena y central humanidad. Además de esta dimensión simbólica, el protagonismo de la víctima
nos conduce a logros objetivos propios en el terreno de la comprensión, prevención y asistencia.

En el presente trabajo trataremos sobre el tema de victimización en poblaciones que mantienen


escasos recurso en la región metropolitana. Para ver el efecto de violencia y discriminación ante
los ataques provocados por los delincuentes.

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Antecedentes

Para poder apreciar de manera clara, concisa y correcta los antecedentes de la victimología, es
necesario remontarse a la época grecorromana donde víctima tuvo mayor consideración social, y
que incluso alcanzo un rol protagónico en la investigación la criminal, pero con el correr de los
años y el desarrollo del Estado y el Derecho penal, fue teniendo una participación de segundo
orden centrándose en el proceso penal más en el autor del crimen o del delincuente.

A fines del siglo XIX surgió dentro del positivismo cierta preocupación por la reparación del daño
sufrido por las víctimas; al respecto Rafael Garófalo publicó un pequeño trabajo denominado:
Indemnización a las víctimas del delito (1887) planteando que las víctimas de los delitos debían,
seguramente, tener derechos a mayores simpatías que la clase de los delincuentes.

En el siglo XX existen algunas aproximaciones respecto a la víctima del delito, en la década de los
30 y 40 podemos ver a Franz Exner con su obra Biología criminal (1939) quién consideró a este
participante delictivo como un elemento fundamental de la criminogénesis, al decir que “en muchos
delitos la víctima es una pieza especialmente importante de la situación del acto (…) hay algo así
como una aptitud personal de llegar a ser víctima de una acción delictiva de tipo determinado”.

Fredric Wertham consideró necesario una ciencia de la victimología al señalar que la persona que
sufria el acto criminal era un ser olvidado y que incluso para comprender la psicología del asesino
era importante entender la sociología de la víctima.

Aunque la victimología se ha establecido ya firmemente como una de las principales áreas de


investigación dentro de la criminología, su naturaleza, importancia y situación siguen generando
una gran cantidad de comentarios y polémica. Rock (1994: xi) describe la victimología como una
"disciplina relativamente amorfa". Y en el Quinto Simposio Internacional de Victimología (Zagreb,
agosto de 1985), Cressey declaró abiertamente que la victimología no es una disciplina científica,
ni un campo académico. Él la llamó en cambio "un programa no académico bajo el que se han
agrupado arbitrariamente una mezcolanza de ideas, intereses, ideologías y métodos de
investigación".

La victimología hoy es muy diferente de la victimología en los años 50 o 60 del s. XX. Las
disciplinas científicas experimentan una constante evolución, aunque el ritmo de cambio puede
variar de una disciplina a otra. La Victimología ha experimentado una evolución no sólo rápida sino
también más fundamental en las dos últimas décadas. Las décadas de los años 80 y 90 podrían
fácilmente describirse como un período de consolidación, recopilación de datos y teorización, con

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nueva legislación, compensación a las víctimas, reparación y mediación, ayuda, asistencia y apoyo
para posibilitar a las víctimas recuperarse de los efectos negativos de la victimización.

Los últimos veinte años han sido testigos de la creación y extremadamente rápida
expansión de servicios a las víctimas. Los programas de asistencia a las víctimas, totalmente
inexistentes hace un par de décadas, se han multiplicado en todo el mundo, desde Australia a
Europa, de Sudamérica a Asia, y de las grandes Islas de Japón a las relativamente pequeñas Islas
Canarias.

Uno de los avances más importantes en el campo de la victimología en los últimos veinte años ha
sido la aprobación formal por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de
noviembre de 1985 de la "Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las
Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder". Al adoptarla, la Asamblea General declaró que era
"Consciente de que millones de personas en todo el mundo sufren daños como resultado de
delitos y abuso de poder y que los derechos de estas víctimas no han sido reconocidos en forma
adecuada". ¿Quiénes son los principalmente
afectados por la delincuencia en Chile? La percepción ciudadana sobre la evolución de los
indicadores relacionados con la delincuencia ha puesto a este problema en los primeros lugares de
la agenda pública (ver, por ejemplo, CEP 2005). Las intervenciones del gobierno han apuntado a
aumentar los recursos a las policías, a reforzar la oferta pública existente en materia de seguridad
ciudadana y a la implementación de políticas antidelictivas. Entre estas últimas se pueden citar los
siguientes programas impulsados por el gobierno: la "Reforma Procesal Penal", el "Plan Cuadrante
de Seguridad Preventiva", el Programa "Comuna Segura, Compromiso 100", "Barrio Seguro",
"Política sobre Drogas" impulsada por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes
(CONACE), la "Política Penitenciaria", los programas impulsados por el Servicio Nacional de
Menores (SENAME) y las "Acciones de las Gobernaciones en materia de Seguridad Ciudadana"
(ver DSCMI 2004).

De acuerdo a la ENUSC 2003, 30,7 por ciento de la población representada en la encuesta fue
víctima de uno o más de los delitos consultados en los 12 meses previos a la encuesta. Los delitos
más recurrentes en Chile son robo desde el vehículo, robo con fuerza y hurto.

La comparación del nivel de victimización delictual chileno con los datos aportados por la ICVS
2000 muestra que Chile se ubicaría en el lugar 28 de 72 países, donde el 1 es el de más baja
victimización y el 72 el de más alta (cuadro 1). Chile presenta más alta victimización que los países
desarrollados, pero ostensiblemente más bajos niveles de delincuencia que la mayoría de los
países subdesarrollados. Los delitos en que Chile presentaría una peor situación comparada son:
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robo desde el vehículo (lugar 67), robo por sorpresa y/o violencia (lugar 56) y robo con fuerza
(lugar 51). Los delitos en que Chile muestra una mejor posición relativa son: hurto (lugar 9),
corrupción (lugar 14) y robo de vehículo (lugar 15). El análisis sobre la victimización delictual en
Chile también describe una situación de alta incidencia de delitos de bajo valor.

Cuadro 1. Victimización General Comparada

Las víctimas de la delincuencia provienen principalmente del estrato socioeconómico D (casi-


pobres) seguido por el C3 (medio) y, a mucha distancia, el E (pobre), C2 (medio - alto) y ABC1
(ricos) (Cuadro 2). Es necesario señalar que el estrato más numeroso es el D, seguido por el C3,
E, C2 y ABC1.

Cuadro 2. Origen socioeconómico de las víctimas de la delincuencia.

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La evidencia que recoge el estudio sobre victimización en que se basa este artículo (Olavarria
2005) es que los estratos más ricos disponen de mecanismos de protección y seguridad - y que los
sectores medios e inferiores no pueden adquirir -, cuestión que desincentiva la victimización hacia
ellos. Así, delincuentes motivados trasladan su blanco de ataque a personas y grupos con menor
potencial económico, pero más fácil de victimizar dada su menor capacidad de protección.

El año 2015 dejó de manifiesto que en temas de seguridad ciudadana el gobierno está en deuda.
La delincuencia sigue siendo la principal preocupación de los chilenos -un 58% de la población la
menciona como prioridad según la última encuesta CEP, superando incluso a temas como
educación y salud- y es una de las áreas peor evaluadas en cuanto a la gestión del gobierno,
obteniendo un 93% de desaprobación según la encuesta Adimark (noviembre 2015).

Si bien es cierto que los niveles de victimización han disminuido conforme a las estadísticas
oficiales (Encuesta ENUSC 2014), por otro lado, en el ámbito de la percepción de inseguridad, la
tendencia es inversa. ¿Se trata entonces de un simple problema de percepción, como apuesta el
diseño que proviene desde La Moneda? ¿O hay elementos en el análisis que están siendo
omitidos?

A la hora de observar el comportamiento de la delincuencia en 2015, y visualizando las cifras


entregadas por Carabineros para la región Metropolitana, se demuestra un aumento significativo
en los niveles de robos con violencia (aumento de 5,23%), además de un incremento de 9,97% en
robos en lugares no habitados -concentrándose ambos ilícitos en la zona centro norte- y un
crecimiento de 6,27% en las cifras de robo con intimidación. Los datos recién expuestos vienen a
romper con la percepción de que sería exclusivamente la zona oriente la que registra mayores
alzas, ya que se aprecia una normalización de las cifras también en otros sectores. Lo anterior se
apoya también en las cifras entregadas por la encuesta Paz Ciudadana y Adimark (2015), las
cuales evidencian un alza significativa en cuanto al porcentaje de hogares en los cuales algún
miembro ha sido víctima de robo o intento de robo en el nivel socioeconómico bajo (39%).

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Adicionalmente la ENUSC 2014 demuestra que la percepción, es decir, quienes declaran percibir
un aumento en la delincuencia, llegó a un 79,9%, lo que significa un aumento significativo en
comparación con 2013, tendencia al alza que se repite si nos enfocamos en la percepción de
exposición al delito la cual aumentó de un 38,3% a un 43,8% en 2014.

De este modo, es innegable la disociación existente entre victimización y percepción del delito, la
cual se ve demostrada por un importante aumento en la cantidad de hechos delictuales revelados
día a día por la prensa. Respecto de lo anterior, tampoco podemos omitir en el análisis el gran
número de ilícitos que ni siquiera son denunciados, se trata de una “cifra negra” que actualmente
llega al 46,6% (Paz Ciudadana-Gfk Adimark 2015).

Sin duda, el aumento en la percepción de temor e inseguridad se condice con un alza en la


violencia con que se cometen los robos y una nueva especialización de éstos. En este sentido, es
necesario poseer un diagnóstico claro que admita la existencia de una gran cantidad de ilícitos que
no son denunciados, para de este modo cuestionarse qué llama a la población a no denunciar,
además de indagar en el real origen de los delitos y sus nuevas expresiones como los
“portonazos”.

Entonces, el principal desafío en materia de delincuencia es ser capaz de disminuir la percepción


de inseguridad, en conjunto con la cifra de delitos, ya que, si efectivamente las políticas públicas
actuales están atacando de alguna manera a la delincuencia, lamentablemente sus resultados no
se condicen con el gran aumento en la violencia de los delitos. Queda en evidencia que el
problema de la delincuencia en Chile no obedece exclusivamente a un problema de percepción;
efectivamente nos encontramos ante un escenario complejo en el cual la sesgada visión del
gobierno parece estar obviando en su análisis elementos esenciales.

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OBJETIVOS

2.1 OBJETIVO GENERAL

Analizar la problemática de la victimización en poblaciones socioeconómicas de clase D (casi-


pobres) de la comuna de la Pintana, para la elaboración y aplicación de un Manual de capacitación
en Prevención de causados directamente por el delito o hecho delictivo.

2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

2.1 Estudiar la situación socioeconómica en poblaciones de clase D (caso-pobres) de la comuna


de la Pintana.

2.2 Analizar las condiciones de la victimización de poblaciones de clase D (caso-pobres) de la


comuna de la Pintana.

2.3 Definir los principales elementos temáticos y metodológicos que una propuesta de Manual de
Prevención y Atención a la victimización que debería contener sobre la base de la información
recogida en los diagnósticos y estadísticas existentes sobre el tema.

2.4 Aplicar el Manual de Capacitación en Prevención y Atención de victimización.

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DESARROLLO BIBLIOGRÁFICO

VICTIMIZACIÓN

La Victimología, disciplina encargada del estudio científico de la víctima, se refiere, en general, a la


victimización como el proceso por el que una persona sufre las consecuencias de un hecho
traumático (Tamarit, 2006). Clasificaremos la victimización por sus niveles de impacto.

A. Victimización Primaria:

Se entiende como Victimización Primaria los efectos causados directamente por el delito o hecho
delictivo; la sufrida por la víctima a consecuencia de la originaria agresión o injusticia criminal. “La
victimización primaria es el proceso por el que una persona sufre, de modo directo o indirecto,
daños físicos o psíquicos, derivados de un hecho delictivo o acontecimiento traumático” (Tamarit,
2006, p. 32). Los daños no se limitarían a la afectación de los bienes jurídicos protegidos, sino que
pueden abarcar, por ejemplo, en el caso de los delitos sexuales, el daño psicológico provocado por
el delito.

B. Victimización Secundaria:

Se refiere a los efectos nocivos que pueden provocarse en las personas que ya una vez han sido
víctimas a manos de las y los tratantes, y vuelven a serlo cuando agentes o funcionarios del
Estado efectúan intervenciones no especializadas o interrogatorios estereotipados. los efectos
causados por la necesaria intersección participación del sujeto en el complejo aparato jurídico-
penal del Estado (policía, médicos, juzgado, letrados de la defensa, fiscales, reviviscencia de los
hechos en el juicio oral, burocratización de la Administración de Justicia,).Se trata de una
“victimización añadida”, subsecuente a la primaria, que padece la víctima normalmente al ser
estigmatizada, culpada o rechazada en contacto con las instituciones (policía, operadores
jurídicos, asistentes) o con el marco social de reacción (medios de comunicación, comunidad,
entorno de la víctima).

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El interrogatorio excesivo, los procesos largos y la exposición social, resultan ser un medio de
revictimización, por tanto, debemos asegurarnos que las acciones e intervenciones no tengan
efectos negativos para la persona; es decir, evitar nuevas formas de vulneración a sus derechos
fundamentales. Inconscientemente muchos de los que rodean a la víctima se dejan llevar por los
prejuicios y el rechazo dado que se activa en ellos mecanismos soterrados de inculpación y
rechazo social, es decir que la víctima les incomoda porque representa y les recuerda su propia
fragilidad, si la culpa reside en ella (su actitud fue reprochable, ella se lo buscó), puede
neutralizarse la percepción de amenaza personal. En ocasiones, la excusa viene servida por la
condición o conducta no convencional de la víctima: si ésta no se adecua a unos patrones de
idealidad (Christie) será fácil condenarla y estigmatizarla. Es el caso de víctimas toxicómanas,
prostitutas, de culturas que nos resultan ajenas, etc.

La victimización secundaria, está constituida por “el conjunto de costes personales que tiene para
la víctima de un hecho delictivo su intervención en el proceso penal en el que éste es objeto de
enjuiciamiento” (Tamarit, 2006, p.32). La victimización secundaria o doble victimización,
comprende, de esta manera, los efectos traumatizantes de los interrogatorios de policías y jueces.
Qué entendemos por victimización secundaria: La experiencia de ser víctima de un delito produce
efectos relevantes en el mundo individual y entorno social de la persona agredida (Marchiori,
1997). Estos efectos se relacionan con la respuesta de la familia de la víctima ante la ocurrencia
del delito, la reacción del medio social al que pertenece, la conducta de los sistemas judiciales,
policiales y de salud, que pueden representar una oportunidad de apoyo para los/as afectados/as
o, por el contrario, un aumento de las consecuencias negativas del delito. La prensa
sensacionalista también

constituye una fuente de victimización, en la medida que entrega datos permitiendo individualizar,
agregando descripciones de los hechos y calificaciones que pueden resultar vejatorias para los
afectados/as.

La victimización secundaria son las consecuencias psicológicas y/o sociales que sufre la víctima
de un delito, con posterioridad a la ocurrencia de éste, derivadas de la reacción del entorno, ya que
se ve doblemente afectada, exponiéndose a acciones que vulneran su derecho a protección y su
dignidad, aumentando el daño producido por el delito, producto de ello, la víctima puede
experimentar humillación, verse sometida a sobreexposición mediática, culpabilizada o negada en
su condición de víctima, agravando la sensación de vulnerabilidad y desprotección frente al delito.

En ocasiones las víctimas también pueden utilizar como recurso lo mencionado anteriormente para
obtener ventaja judicial o económica, según el caso.
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Manifestación de la victimización secundaria

Se puede expresar de múltiples formas en cada una de las instancias sociales que participan en el
proceso de investigación del delito y apoyo a la víctima; centros de salud, establecimientos
educacionales, instancias policiales y judiciales, comunidad y sociedad en general.

Exclusión de la víctima de los procesos judiciales. Se refiere la exclusión de los procesos de toma
de decisiones en el ámbito judicial, recibiendo un trato denigrante y de desconocimiento de su
calidad de sujeto de derecho. Trato inapropiado por parte de policías y De acuerdo a ONU, este
hecho constituye una de las principales fuentes de victimización secundaria. La falta otros agentes
institucionales de empatía con su vivencia y el desconocimiento de las acciones adecuadas para
apoyarla en el proceso.

Estigmatización o etiquetamiento Forma más común, ejemplo: el rechazo del medio social
observado en las escuelas, basándose en el temor de que estos niños/as puedan generar
problemas al interior del establecimiento educacional. Interrogatorios reiterados o intervenciones
no especializadas.

En delitos sexuales o VIF, es frecuente la exposición a múltiples formas de victimización


secundaria. Reacción negativa por parte del entorno La actitud de incredulidad en funcionarios,
profesionales

etc., y la forma en que se desarrolla la entrevista, resulta tremendamente perjudicial, dada la


condición de fragilidad en que se encuentra la víctima.

C. Victimización Terciaria

Por último, hablaremos de victimización terciaria, que ha sido relacionada con tres temáticas
distintas:

● La victimización de la pena, objeto de excesos punitivos.

●La que se sufre de modo vicarial o indirecto (mediante imágenes televisivas o cuando se es
testigo de una victimización violenta).

● La que sufre la víctima al construir obsesivamente su identidad en torno a la victimización. Este


aspecto es de extrema relevancia para los asistentes de víctimas, cuya delicada labor es orientar a
la “desvictimización”, o mejor aún, a una constructiva “reinserción social de la víctima” (García
Pablos de Molina). Ahora bien, se trata de un proceso gradual que en absoluto debe convertirse en
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un procedimiento formulario y maquinal donde haya de satisfacerse la forzada obligación de “dejar


de ser víctima”. Este proceso asistencial debe generar resiliencia (capacidad y fuerza
restauradora) y debe contribuir a la potenciación (“empoderamiento”) de la víctima para que
trascienda de un posible nivel de desamparo.

La comuna de La Pintana

Para enfocarnos en la población de la Pintana, nos encontramos con un boletín comunal echo en
el año 2012 Elaborado por el Departamento de Estudios y Estadísticas Subsecretaría de
Prevención del Delito – Ministerio del Interior y Seguridad Pública Santiago, mayo de 2013 donde
manifiestan datos victimización de la población importantes de investigar.

Algunos de estos datos son:

Hogares victimizados por algún delito encuesta nacional urbana de seguridad ciudadana (enusc).

La proporción o porcentaje de hogares victimizados se refiere a aquellos hogares que declaran


que alguno de sus miembros fue víctima de delito en los últimos doce meses. Para esta pregunta,
el encuestado no especifica el delito ni la comuna donde se produjo el hecho.

En 2012, el 24,0% de los hogares de la comuna declara haber sido víctima de algún delito en los
últimos doce meses. Este porcentaje es menor que la región y el país. Entre 2011 y 2012, este
indicador disminuye en 33,7%.

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Proporción de hogares victimizados según delito

En el gráfico, el porcentaje de hogares victimizados según los delitos consultados en la ENUSC2,


indica la comuna donde viven las víctimas.

En 2012, los residentes de la comuna son víctimas con mayor frecuencia de robo con violencia o
intimidación, robo por sorpresa y hurto.

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El porcentaje de los robos a vehículos se calcula en base a la población de hogares propietarios


de al menos un vehículo motorizado para uso particular.

En 2012, la comuna registra un porcentaje de robo de accesorio u objeto de vehículo y de robo de


vehículo motorizado menor que la región y el país

Percepción de exposición frente al delito

Un indicador de la inseguridad es la percepción de exposición frente al delito. La exposición se


mide mediante la pregunta ¿cree usted que será víctima de un delito en los próximos doce meses?

En 2012, el porcentaje comunal es mayor al observado en la región y el país. Entre 2011 y 2011,
este indicador varió en -4,5%

Percepción de vulnerabilidad frente al delito


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Otra dimensión de la inseguridad es la sensación de vulnerabilidad de las personas en distintas


situaciones. Específicamente se consulta ¿qué tan seguro se siente caminado por su barrio
cuando ya está oscuro?

En 2012, el 60,2% de las personas manifestaron algún grado de inseguridad en esta situación.
Este porcentaje es mayor que la región y el país. Entre 2011 y 2012, este indicador varió en 8,5%.

Causas de la delincuencia en el barrio

La opinión del entrevistado acerca de las causas de la delincuencia en el barrio, expresa la


creencia de las personas respecto a los factores que inciden en este fenómeno.

En 2012, para la comuna la primera mayoría se registra en “la falta de presencia de carabineros en
su barrio”. La segunda causa es “la ocupación de lugares del barrio por pandillas y grupos
peligrosos”

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Manual de capacitación en prevención

El Manual de capacitación tiene como principal misión brindar una introducción a conceptos,
visiones, reflexiones y herramientas para abordar de manera preventiva la violencia y victimización
con ello contribuir a promover y garantizar el derecho humano a la seguridad de todas y todos. Se
trata de un material que está diseñado para fortalecer las competencias y capacidades de
facilitadoras de procesos de enseñanza-aprendizaje que inspiren el diseño e implementación de
intervenciones preventivas comunitarias creativas e innovadoras para favorecer la convivencia
pacífica y solidaria, así como la promoción de nuevas relaciones entre mujeres y hombres donde
estas se reconozcan como actores potenciales y activos en la configuración de un mundo libre de
violencia. A sí mismo, este

Manual de capacitación propone una metodología que privilegia la reflexión teórica, analítica y
práctica como soporte fundamental para el desarrollo de saberes y habilidades para la prevención
de la violencia desde la visión de la seguridad ciudadana en entornos locales y comunitarios de
intervención. Esto es para que actores locales implicadas (funcionarios públicos, organizaciones
de la sociedad civil y comunidades) compartan directrices básicas que orienten de manera
específica su labor en la prevención de victimización y potencien sus capacidades de acción,
monitoreo, evaluación e incidencia en las políticas públicas preventivas.

Ámbitos de aplicación

El Manual de Capacitación debe ser aplicado en todo momento a fin de desarrollar al personal y
así cumplir con los objetivos de prevención y con la Planeación Estratégica de la comuna de la

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Pintana. Además el manual se aplica al momento de realizar la Detección de Necesidades de


Capacitación y luego desarrollar la planeación recapacitación.

Utilidad del Manual

En la actualidad se pretende que las capacitaciones estén enfocadas en el desarrollo de cursos


preferentemente presenciales para que detecten cambios significativos en las prácticas no
violentas de las instituciones. Realidad que no siempre es posible por la dificultad de contar con
grupos de profesionales de excelencia académica en estos temas, por lo que la elaboración y
producción de manuales como materiales de capacitación, se convierten en una alternativa
efectiva y práctica que puede ser adaptada a las necesidades específicas de los diferentes grupos
a capacitarse, de ahí que existen muchos manuales publicados sobre prevención de Violencia y
otros temas, razones que motivaron a la elección de esta herramienta metodológica para la
elaboración de la propuesta que se desarrolló a partir de un diagnóstico y con la participación de
los actores, trabajando desde el ser humano con el fin construir una cultura de paz encaminada a
la erradicación de la victimización.

ANÁLISIS O REFLEXIÓN

Desde el punto de vista psicológico, hay tres fases dentro de las cuales la víctima se relaciona con
el proceso penal. Estas tres fases se refieren a tres momentos diferentes en el tiempo, que, a su
vez, tienen que ver con la forma de reacción de la víctima y los diferentes efectos psicológicos que
el delito puede provocar.
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La victimización primaria es aquella derivada directamente del hecho violento sobre una
determinada persona. La victimización secundaria, más tardía, depende de los factores
relacionados con el sistema legal, una vez que se ha denunciado el delito violento. Por último, la
victimización terciaria ocurre en un tercer tiempo, ya en el período de resolución, cuando ha
terminado el proceso legal y la víctima debe afrontar y asimilar las consecuencias emocionales del
delito y del proceso legal. Así, por ejemplo, las víctimas tienen que hacer frente al estigma de
haber sido agredidas sexualmente o de haber sido víctimas de acoso escolar o laboral.

El análisis acerca de quienes son las víctimas y la identificación de los niveles de victimización
permite establecer perfiles de los grupos y barrios más propensos a sufrir la acción delictual. Ello
genera información útil para el diseño de intervenciones orientadas no sólo a evitar la victimización
y combatir a los delincuentes, sino también al diseño de mecanismos de disuasión y políticas
dirigidas a la prevención del crimen. Asimismo, una pregunta natural que surge de este análisis es
como se comparan los indicadores de victimización chilenos con aquellos que reportan los
estudios internacionales.

Ninguna fuente por sí misma provee una medición definitiva de la victimización en la sociedad.
Cuando ocurre la victimización delictiva existe una variedad de maneras en que puede medirse y
distintas etapas en las que se puede realizar la medición. La medición puede darse al momento
que la persona percibe haber sido víctima de delito, cuando el delito es denunciado a la policía y/o
al momento en que se presentan cargos. No es posible realizar una comparación perfecta entre
estas distintas estadísticas porque las encuestas a las víctimas reflejan las experiencias de
victimización tal como son percibidas por las víctimas, mientras que las otras fuentes son producto
de distintos sistemas administrativos y procesos operativos que varían debido a las diferencias
entre los códigos legales, los sistemas operativos y los diferentes contextos culturales.

En chile la victimización se enfrenta por parte de las instituciones del estado las cuales están
constantemente buscando nuevas técnicas para enfrentar este fenómeno con equipos
profesionales multidisciplinarios para hacer frente a los efectos que la victimización produce en las
personas es por esto que constantemente se desarrollan programas que precisamente buscan
mitigar estos efectos y en nuestro ámbito profesional carabineros permanentemente desarrolla
capacitaciones a su personal con el fin de entregar un servicio eficiente, eficaz y de calidad el cual
busca darle mayor y mejor protección a quienes han sido víctima de algún delito.

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BIBLIOGRAFÍA

CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS (CEP) (2005). "Estudio de Opinión Pública Nª 51", Octubre -
Noviembre 2005. Santiago: CEP.

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Documento de Trabajo Nª 1, Santiago: DSCMI.

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OLAVARRÍA GAMBI, Mauricio. (2005). "Victimización en Chile", Santiago: Centro de Estudios en


Seguridad Ciudadana, Universidad de Chile - Ministerio del Interior; 96 págs.

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De corral, P. (2013). Victimización primaria, secundaria, terciaria. Sociedad Vasca Victimología.

Beristáin, A. (2000). Victimología, nueve palabras clave. Valencia. Tirant lo Blanch. Valencia.

Manual ESFOCAR., Atención al público y a la víctima. Contenido 2

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